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~rRATADO~~CON PANA~L\ Y ESTADOS UNIDOS

•DISCURSO DEl DIPUTADO SENOR ENRIQUE PEREZEN LA ASAMBLEA NACIONAL EL DIA 10 DE MARZO

Señor Presidente:

Como miembro de la Comisión espe-cial de Relaciones Exteriores á cuyo estudiofueron sometidos los Tratados en1ïreColom-bia y los Estados Unidos y 6ntre Oolombia yPanamá, suscribí, salvando nlis opiniones so-bre ciertos artículos de dichos rrratados, elinforme en que di[}ha Comisión recomiendaá la Asamblea se dé segundo d€lbate á losproyectos presentados por Su Señoría elMinistro de Relaciones ExterioreEI.

.-2-

Debo una explicación al país y á laAsamblea. Voy á darla.

En asunto tan grave, tan trascendental,es deber de todos y cada uno de aquellos so-br9 quienes puede recaer una gran respon-sabilidad, expresar franca, honrada y libre-mente sus opiniones. Los jóvenes, porqueprincipiamos la vida, y no hay fardo máspesado que el de una conciencia intranquila;y además, porque el porvenir guarda, para _los que se apartan del camino de la reotitud,retribuciones amargas. Los viejos, porquetienen ya reoorrido casi todo el camino dela existencia, y el fallo de la historia es inexo-rable.

La separación de Panamá de la nacio-nalidad colombiana es un hecho cumplido,un hecho consumado, que ha recibido la san-ci6n del mundo entero. Bien Babemos quecasi todas las IUlciones, siguiendo el ej~mplode los EBtados Unidos, se apresuraron á re-conooer la nueva República; y los colombia-nos agrad~cimos, agradeceremos eielnpre,la noble actitud de la Madre Patria y la delEcuador, únicas naciones que simpati.!aroncon Oolombia en aquellos momentos de prueha de nuestra vida nacional.

Siempre ha sIdo para mí motivo de r-e-flexi6n el hecho de que las demás naciones 4

de América no hubieran hecho causa cOmúncon Oolombia cuando el infortunio vino 4herimos escudado por el derecho de la fuer-za y teniendo nuestra misma impotenciapor su mejor aliado. Nos falt~ron entonces,señor Presidente, y está bien aprovechar esta dura lección del pasadQ ~ara crearlos 6fortalecerIos, vínculos de solidaridad y~mu-

-3-tuo apoyo eon las naciones hermanas delContinente.

La secesión de Panamá, amparada y fa·vorecida por los Estados Unidos, debió ha-ber producido, y no produjo, honda conmo·ción en la América latina. Lo ocurrido ayercon nosotros bien puede repetirso mañana()Itn cualquiera de las Naciones débiles delContinente, ninguna de ellas capaz por sí 80·la para oponer resistencia á la tendAncia im·perial de la política de la Casa Blanca. Mispalabras, señor Presidente, no deben tomar·se en s6n de protesta por la conducta deaquellas naciones hermanas, conducta acasoimpuesta per el mismo coloso que mutilónuestro territorio. Pero, si remernoro el in·cidenta, es COnelpropósito de que de él deri·ve1ll0Stoda la enseñanza que n08 deja.

La independencia de Panam:li, aunquenosotros nos obstináramos en negarlo ó enmantener el statu quo, es hecho cumplido.

Hay que ver las cosas como son y nocomo uno quisiera que fuesen. Nosotros eneste asunto no hemos tenido ni tenemos otrocontandor que los Estados Unidos del Nor·te. En ese pueblo, tan grande hasta haoe al-gunos años en todo lo que dicerelRcióná losmás puros principios de la demoeracia, pro-clamados por Jefferson y vulgarizados pormuchos otros hombre~ ilustres, ne ha veni·do efeotuando una revolución imperialista,de ouyo casi absoluto predominio son prue-ba laBenormes mayorias oon que 1:ueronele·gidos Roosevelt en 1904 y Taft en 1908. EBOSdos hombres, señor Presidente, Bon los ex:·ponentes de las tendencias de lOBEstadosUnidoBy tipifican al yanqui moderno. En

-donde no había castas se ha formll~dola odio.

-4-sa aribtocracia del din~ro con todos sus pri-vilegios é inmunidades, yeridonde Bepro.clamarártenantesla ciud&danía y los derechosindividuales para todos los hombres~eindis-tinción de nacionalidad,89 les· niega á lOB"hijusde Puerto Rico el derecho á ser -ciu-dadanos; se ejerce el protectorado en Cuba,:por 'máS que en la apariencia'se la haya de-jadovolver al Gobierno propio; 'el big stickdescarga sus golpes sobre las Repúblic,dela América Central;; se fiscaliza á Santo Do-mingo; se inter-viene 'en la política interna'deVenezuela y '-Haití, aunque ello sea ¡velada-mente, y el Presidente de la Unión declaraen documentos oficiales, como son sus Men-sajes á laa Cámaras, que la circunstancia de.-haber adquirido la zona del CaWllo.no-sólolea da el derecho sino lesimpone el deber-dehacer un activo y eficaz 'servicio-, de: ¡polioíaen las coêtas del mar Caribe. Los' hechos áque aludo, señor Presidente, así como la conducta misma que los Estados Unidos hanempezado á observar ya con Panamá, el ni-ño mimado de ayer, y á quien ellos ~~favore-ciAron en su deserción d\3 la. casa paterna,son del dominio univers~l. Me refi~ro áellos para poner de relieve, si es, que hacefalta, cuán· estéril es ,nuestra :lucha. ;J>orquelos Estados Unidos lio reconocen, no· reco-noceránnunca su viola.ción de la fe pública,de su palabra empeñada. ' .. I ... : .

Los poderosos, señor Presidente, no re",conocen nunca sns yerros: entre sí yan i.la-guerra como 'Ultima -ratio; con los ¡débiles'imponen su voluntad y BU criterio. De :,ellotenemos nosotros ejemplo doloroso: do ocu-rrido cuanùo se:improb6 el Tratado lIerrán_Ha.y. No entro yo á calificar, á posterio~)Bi

.í.

-5-fue bueno ó malo el ,sentimie4to qu.edetè~-minóaqllella improbaci6n; ¡ pelio si 6~ mepi ..diera mi opinión, diría. que no se, procedenunca mal cuando es el patriotismo el qua.meta nuestros actos.

Se puaden cometer erroreR patrióticos,sañor Presidente, pero no se puede obrar demala fe en un asunto y ser. patriota en rela-ci6n can él á un mismo tiempo.

Ha .ll~blado antes de las declaracionesdel Jefedel Estado norte-americano a~erca dala policía delplar Caribe,. Aunque no fuera si-no por estas declaraciones,' yo no podré dar-le mivpt,o afirmativo al artículo VI del Tra-tado en,tra Colombia y los Estados Unidos.Yo.bie~,me sé que con Tratado ó sin él losamaricapQS-tomarán, cuando les convenga,todo lQ'.cl\\(tnecesiteo _acá en el Sur, peroque .~~;1l"~va mutilaC¡ón se cumpla, si esque ha ~;ewnpJirse, valiéndose de nuestraimpotencia. y no de nuestra aquiescencia,

Pequeñas causas producen á las vecesgrandes efectos. Panamá se habría perdidode todos modos, porque los Es~dos Unidos,80 pretafttQ ,da cumplir con las eatipu[a,cionesdel Trattuio de 1846, interviníarpn en diver-9as êpoc~ en los disturbios 4~IJstm(), y __Co- -lombia toleró el desembarco de marinos ame-ricanos en nuestro territorio.

Pero hay en la historia de este aEiunto,$.1-~oque me fue referido por persona muy res-petableen la gran metrópoli americana., Ufi:Ocidente desconocido' todavía del pÚblico-y !

lue la ·h~~ória no podrá recoger sino,cuao-lo.se conozcan las Memorias de un dis)¡in-~ui«;lodiplomático colombiano que dUerlJi~ ',a el último sueño. Algún tiempo antesdë¡- ructuoso 3 de Noviembre de 1903 se presen-

-6-tó en Washington una comisión compu~stade varios individuos interesados en la sepa- -ración de Panamtt:Y entre los-QualeBno- secontaba uno soW que fuese hijó:-del antiguó~:Departamento colombiano. Aquellos indivi- .duos solicitaron del Presidente de la UniónA mericana el ap0Yo mot'al y material parallevar á cabo la sepúraci6n de Panamá, yelinmediato reconocimiento del nuevo Estadoque de aquel movimiento surgiría. El Presi--dente de lOBEstados Unidos contestó que es--taba al aprobarse un Tratado firmado enWashington entre los Plenipotenciarios delos dos países, Colombia J~los Estados Uni-dos, y que era pre~isó esperar el resultado'de las discusiones del Senado de Colombia.-

Lo que acabo de referir se trascendió enel público, y un periódico de Filadelfia, an-·ticipándose á los acontecimientos, daba eneUB columnas la noticia. de la separación dePanamá, tal y como ·o~urri6 en Noviembre«1e1903, COE'ade un mea !lntes de que ocu-rriera. Y en la relación del referido peri6dico ..apar~cieron los mismos nombres de muchosde los protagonistas en el drama de la sooe-sión; porque aquello, señor Presidente, se hi-zo por programa, y la misma relación que an-ticipada se le había dado al púbUco sirvió pa-ra informarlo luégo cuando en realidad se·cumplieron los acontecimientos.

Pero volviendo al incidente, los instiga--dõres de la revolución se dirigieron:aID~-·

. pártamento de Estado. é hicieron al Secreta-\rio del Ramo, -Mr. Hay:, la misma petición -~de ayuda y reconocimiento. No tuvieI1>Dcon' .él, entonces, mejor suerte que con eHPresi-dente, y volviéronse á BU hotelá--espel'llr una·ocasión niás propicia. Pocos días deanuéà se~

-7-... recibió en el Departamento una n01ïa,fechada; -; en Bogotá, y en la cual el Ministro americano

transcribia un discurso de un Senador, dis~curso que ofen d1a á Mr. Hay en BUlmogrado.La indignación del Secretario de Estado eetradujo en el acto en el apoyo ub60luto algrupo de traficantes sin conciencia que habíaido á Washington con el objeto de èónse-guirlo. He dicho antes que Panam;~ se habríaperdido de todos modos, pero la 'Vanidad deun hombre vino á ser la última callsa deter-minante.

El derecho de usar nuestros puertos, queColombia concede á los Estados Unidos, eeuna amenaza para la soberanía dEllpats. Seconcede este derecho á cualesquic~ra buquesempleados en la Empresa del Canal; es en-tendido, pues. que los barcos de guerra quelos Estados Unidos envíen á hacer el servi-cio de policía en el mar Caribe usarán denuestros puertos. En este caso concreto laNación norteamericana tiene el doble caric-ter de Nación y de empresaria, y 4alderechoconcedido lo es á perpetuidad; porque haya6 no haya Canal, ábrase 6 nó la vía ¡ntero-cêanica, la Empresa vivirá siempre, y en eseartículo veo yo lo que vulgarmente se lla-ma el.lavo del jesuita, del cual pueden col-gar cualqliier día los americanos, com.o enescarpia, la Soberanía de Colombia.

Yo he vivido, honorables colegas, du-rante lOBúltimos años en los Estadœ Uni-dos; he leído su prensa; he estudiado sustendencias; he oído las opiniones de BUS tri-bunos y de SUB horAbres de saber; me he da-do cuenta, en fin, de la conciencia de ese_pueblo, sobre todo en lo que dice relación al

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.caso J19é.St.rg: .al,caso ç9.ncr~1i9.4~.la~ep~ra-"6 d·l, .p,. ··~á·.l l~" • J' .• "', "" . , .. ~crn' ê atta~ ~ 4"'.· ' __;C~ '.' . , ...•. ' .. :

.. Lâ Pi'ensànl!tér'lèàÏíá, 'por' mealó de,'stIS~á8 ,autorizad~s órg~os, ,~a .~econooig.~SIempre que los Estados UnIdos ,favoreCia-rop..~l .movipliEjmto.se1?:4ratís~ de Panam~~Y'qiHftal procede~, vIôl~torlO de un pacto·..3q-r~~f1e;~eman4al}a ~a .. repar~ción á Co-lombIa. Err el mIsmo sentIdo se han expre-sado varios Profesores de Derecho Interna-cional de algunas de las ',Un~ve!:Sidade8'másconocidas y reputadas, y la generalidad delaSgentes de alguna ilustració.n. Pero esasopiniones han sido aisladas y emitida~poraquellos que carecen de influencia para ha-cer que sus palabras se traduzcan en he9hos.y los mismos queen la Prensa .han ex.pre-sado tan justos conceptos, y e,sos m~m08profesores y gentes ilustr.adasque han ca-lificado privadamente la .conducta de su Go-bierno como atentatoria de sus más elemen-tales principios de jlisticia y de equidad,cambiarían de ùriterio y observarían; unapolítica muy distinta de la que SUB opinioQesparticulares parecieran ..preconizar si llega-ran á ocupar en el Gabinete ó en el Parla-mento tribuna desde la cual su influencia ennuestro favor pudiera ser decisiva.

Muy laudable ha sido la ilusión que mu-chos de nosotros nos hemos forjado dê queun cambio de politica ó <le Gobierno en losEstados. Unidos pudiera dar un giro ~avo-rabIe á nuestra caùsa. Pero bástame recot-dar, parâ desvanecer esa ilusión, que áninguno de l(ls ciudadanos que han perse-gUido la Presidencia de la Unión, de la sè-cesión de Panaml1 á la fecha, le pasó jamáspor la mente la idea de defender á Colom-

"

-9-:Oui

bla, de poner eomo capItulo dé, su programa .lai demanda de reparáci6ti'y déjl1sticia paPá',el~a.Ni Parker, ni Bryan,ni Hearst¡ ni 108candidatos de los partidos socialiBta y popu-lar tuvieron nada que decir, nada que tachárá la conducta de su país para eon Colont-biaen ninguno d-e los muchos diooursospronunciados por ellos durante las ardien-tes luchaS: eleccionarias de 1904;y 1908, unay otra presenciadas por mí y snguidas contodo interés por eso mismo.

Oon la aprobación de los Tratados queestudia esta Asamblea obténdrán los Esta-dos· Unidos el ansiado título á la Zona delCanal, título que no puede ser perfectomientras Colombia no reconozca la indepen-denoia de la República de Panamá; y por loqlt(:t. 'líjlce á' nuestro país, ojalá sea esta la úl-tî~a :êSée~a de la tragedia panameña inicia~da con ;el eonflicto del melón, y cuyo actoculminante ha sido la traición de EstebanHuertas .. .P~~amá ha sido fatídico para el mUll-

dO"'D1ié~e, señor Presidente, que el,lododé aqtièn~ garganta americana hubiera sidohecho expresamente para manchar reputa-ciones ...

Dios quiera que sea éste el Último acto.El .Tràtado con Panamá nos de:ia el peli-gro de la demarcación de límitos en la re-gi6n de Juradó, región en disputa que co-rremoS' el'riesgo -deperder. Yo no digo queasí ha}jrá de suceder irremediablemente pdr-que soy optimista y no me anticipo las oo·tástrofes; pero sI debo dejar constancia demis temores á este respecto.

La Cancillería colom biana, señor Pre-sidente, tendrá que exhibir mucha habili·

dad, mucho tacto, suma discrección, paraque por esa puerta que ellos han insistido endejar entreabierta no perdamos una de lasregiones más ricas,del. ,territorio -patrio. Ytoda esa habilidad, todo ese tacto, toda esadiscreción habrán de ser empleados también,señor Presidente, para conjurar el peligrode las reclamaciones ilegítimas acasp inten-tadas por los mismos que especularon conla separación de Panamá.

Yo no podré darIe, señor Presidente, mivoto afirmativo al artículo IX del TratadoCon Panamá, que deja para después la fija-ción de los límites entre los dos países. Si enrealidad no tiene importancia la región endisputa, &porqué razón no se dejaron defi-nidos los límites de una vez, sino que sedej6 esa entrada por donde cabe toda la am-bición de los Estados Unidos'?

La Oonstitución de Panamá declara enen su artículo 3.o que los límites de la Re-p'dblica son 108del Estado de Panamá; peroeBa declaraci6n, según el mismo artículo, esen lo que respecta á 108 Estados Unidos, ásus relaciones con ese país en lo relativo A-la construcción, conservación, protección y8anitaci6n de cualesquiera medios de tránsi-to interoceánico. Porque en cuanto á Oolom-bia se ref~ere, el artículo citado tiene un pa-rágrafo que dice:

«Los límites con la República de Colom-bia s e determinarán por medio de Tra~d08públicos. :»

yo no me hago la il~sión, señor rre-Bidente, de que los panameños han dejadopara d9spués, y para ser fijadoli1 por arbi-tramento, los límites de los altos de Aspavepara abajo, por un sentimiento de amor pro-

pio herido por haber ooupado Colombia laregi6n de Jurad6. Y no me hagoeaa ~n.porque. veo olaramente que desde que.·promulg6 la Constituci6n panamefia¡ e!tõ".es, cuatro años antes de la ocupación deJurad6, los panameños tenían en mientesalgo quo solamente el tiempo se encargaráde aclarar y que yo abrigo muy serios te-mores de que no habrá de ser favorable Iinuestros intereses.

Esta será la única. vez que hable yo so-bre estas cuestiones; nada que pueda decirseaquí cambiará el criterio que tengo formadorespecto á estos pactos. De~de el momento8n que el Plenipotenciario colombiano es-tampó su firma en esos Tratados quedó con-sumado este asunto. La Asamblea, por tan-to, no tiene en esto responsabilidàd. Si huboerror en las negociaciones, esa no es cuentade ella.

'por lo demás, señor Presidente, asisti-mOB á lo inevitable por múltipIes causas, yno eB la primera vez que lo iUt3vitable ocu-rre en la historia de los pueblos. El histo·riador imparcial dará á cada uno lo suyocuando al través del tiempo se estudien es-tas cuestiones y se llegue al orig'~n, á la cau-sa primera de la catástrofe. Lanzada lachispa que caus6 esta conflagración deplo-rable, los que después se han visto envuel-tos en eUa no han sido sino jugUt3tes del des-tino.

Lo repito, honorables colegas: nuestraimpotencia es y ha sido el m~is poderosoaliado del coleso que desmembró nuestraPatria.

He dicho.

~~+ ••••••••••o~~~ ••• o••••-••••~'+h.~,~''''~'+h'+k~'C .•

. '"'". '.

DISCURS'O.del Diputado señor Enrique Pérezal discutirse en seg:undo debate, el<proyectode ley sobredescentralización

administrativa

Señor Presidente:

Este proyecto sobre - descentralizaci.Qnadministrativa que ha sometido á la consitle-ración de la Asamblea Su Señoría el M~ia·tro de Hacienda y Tesoro, ïnicia una nuevaéra para el país. Toda medida fiscal que tien-da á aliviar la-aguda crisis' económica queatraviesa la República, merece, debe merecerla aprobación unánime de este Cuerpo Le-

.gislativo. Yo votaré favorablemente el._pro-

.yecto, señor Presidente, y lamento no dispo-ner sino de un voto, que si más tuviera S9los daría todos.

- 13 --

Como á algunos demis honorables cole-gas, no me satisfiZo ~gun()spunt,()s la rlFdacción del proyecto original; pero comomuy bien lo ha dicho Su Sefíoría el Ministrode Hacienda y Tesoro, el deseo d~l Homer·no es el de que la Asamblea modifique aque-llos artículos que reclamen ac:laracióu. á finde mejor interpretar en la ley el anhelo delos pueblos.

Soy, señor Presidente, partidario de lalibertad de industria, y no creo que sea pre-cisamente el monopolio el recurso quehaya de contribuír, en modo alguno; á acre-cer la riqueza pública de un país, ni á fundar,de manera; estable, el bienestar de los aso-ciados..

Quien dice monopolio dice medida odio-sa, roouri\O odiado; Y' sin embargo, hasecreído'á las veces, d9 buena fe, por muchosGobiernos, en casi todos 108 pUt3blosdel glo-bo, que en un momento dado, en circunstan-cias exc€~pcionales, lOB monopolios puedenresolver una difícil situación eeonómica. ,La--experiencia, sin embargo, se encarga decomprobar á la postre que allí donde los mo-nopolios han hecho sentir sus e][ectosparaI-gún tiempo, perece la industria nacional, delpropio modo que se aniquila el crédito don-dequiera que se apela ó se ha apelado al en-gañoso. recurso de las emisiones de papelmoneda como único signo representativolegaL- .

. Entre nosotros se creyó un día, de bue-na fe, como se había creído antes en otrospaíses, que la implantación de los monopo-lios podría sernos benéfica; queena contri-buiría por modo eficaz á nuestra redención'económica; que el monopolio dB los aguar-

-' _14 -;"-=~N~ ,-; •.,...•.•

dientes, aparte de grandes rendimientos párala República, dejaría hondas huellas morali-

. zadoras; y todo esto secreyó de buena fe, se-ñor Presidente, porque se quiso aplicargrandes remedios á grandes males,ycomo su-cede genralmente en tales emergencias,- sehizo caso omiso de los principios económioosque sirven de norma en estos casos, y de laslecciones de la experienoia, que enseñan mu-cho más que monografías y libros.

Mis palabras,sGÏÍor Presidente, no en-vuelven censura; no hay, no puede habercensura posible cuando se alude á aquellosactos oficiales ejecutados con buena inten-ción como fue el de libertar la República delcáncer del papel modeda.. Y si no se realizóaquella aspiración, noes tiempo todavía dejuzgar la obra sin conocer los obstácul08queá su realización se opusieron. Se hizo un en-sayo, con fines patrióticos seguramente, perose ha llegado á la conclusión de que, como-lodijo en alguna ocasión mi ilustrado colegael doctor Quijano Wallis, conviene romperlas ligaduras al enfermo, esto es, á la Repú-blica, y dejarla que, oonvaleciente ya, desen-turna sus miembros y recobre su libertad deacción.

Las cuestiones eoonómicas, señor Preai-dente, están íntimamente ligadas con lascuestiones políticas; la miseria en las nacio-nes se traduce casi siempre en malestar so-cial, y el malestar económico de un pueblo,si no se dictan medidas para remediarIo,puede ser el génesis de la guerra civil.

Porque el proyecto que aquí se discuteentraña una de esas medidas curativ&slunade esas medidas que abren anoha brecha dereparación y son como _nunciode hOI}zontes

'-o"l._

-..,1t} ~:,<,~)~~;~

~Îmèvos; por eso, èe'fiôr Presidente, le daréyo mi voto al proyecto, y con él mi voz dealiento, la voz de aliento del Departamentode Barranquilla, que tengo el honor de re-presentar en esta Asamblea, al ava.nzado Mi-nistro que nos lo presenta y al avisado Go-bierno que nos lo envía.

Voz de aliento si se quiere innecesaria,señor Presidente, porque ya lo han declarado aquí Su Señoría el Ministro de Hacienday Tesoro y otras voces autorizadas como lade mi distinguido amigo el diputapo Monta-tía,que el Gobierno se inspira en Ias aspira-ciones nacioneles; que el Gobierno se pone ála cabeza de la revolución pacífica de lasideas reformistas que bullen en lOBcerebrosde cualrO millones de colombianos; de losanhelos que palpitan en igual número decorazones nobles que sólo quieren el engran-decimiento de la Patria y la cimentaciónde la Paz y la Concordia nacionales sobrebases equitativas y por lo mismo duraderas.Tal en el fondo, ha sido, señor PreElidente, elsentido de aquellas declaraciones, y yo, al re-cogerlas, al hacerme eco de ellas, :no puedomenos de exclamar:

Bienave:nturados los gobernantes que.acatan el sentimiento nacional, porque ellosmerecerán bien de la Patria.

Esta leYry todas aquellas que hayan dedictarse una vez que el Gobierno ha enarbo-lado la bandera de las reformas, debe serimperativa. No debe ser una ley dHfaculta-des potestativas, debe serIo de mandato si esque queremos que ella surta todos sus efec-tos benéficos para el país.

En tesis general, sdy partidario de la li-bertad absoluta de industria, pero rt~conozco