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Citas imprimir Introducción (1) Por razones obvias hemos reducido el título en la traducción al nombre de José Miguel Carrera y a los años en que aparece en las guerras civiles argentinas. El grabado de la carátula reproduce una acuarela del pintor argentino Carlos Morel, “La Montonera”, ejecutada hacia 1840 que pertenece al Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. (2) Bartolomé Mitre. Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina. Tomo III. Pág. 331. Capítulos XLII, XLV, XLI. Buenos Aires. 1887. (3) B. Vicuña Mackenna. El Ostracismo de los Carreras. Los Generales José Miguel y Juan José y el Coronel Luis Carrera. Episodio de la independencia de SudAmérica, por Benjamín Vicuña Mackenna. Santiago. Imprenta del Ferrocarril. 1857. (Hay edición de 1886). (4) Santiago de Chile. Imprenta Cervantes. El primer tomo apareció en 1902; el segundo en 1909. Hay reedición en un tomo de la Biblioteca Ayacucho. Editorial América. Madrid. (Sin fecha). (5) Revista Histórica. Publicada por el Archivo y Museo Histórico Nacional. Tomo VI, trimestre de 1912. Numero 16. Montevideo. 1913. (6) Como notas a la Memoria de Yates, la Dirección publica las cartas del Sr. Carve (2 de enero de 1913) al Sr. Groussac y al Dr. Letellier, y las contestaciones de estos últimos (14 de enero y 5 de febrero) con un informe del Sr. Carlos Silva Cruz al Dr. Letellier, sin fecha. Revista Histórica, cit. págs. 35 a 40. (7) Revista Nacional. Historia Americana. Literatura. Jurisprudencia. Director Adolfo P. Carranza. Tomo VI. Pág. 289. Buenos Aires. 1888. (8) En la Revista Histórica de Montevideo el título se reduce a la mitad, según lo hemos mencionado, suprimiéndose lo de las montoneras y las fechas. En realidad no sabemos si el título Memoria, etc., corresponde al manuscrito de Domínguez o le cayó en suerte al ser publicado. Ninguna referencia se hace ni manuscrito en ninguna de las dos publicaciones. En la Revista Histórica no se consigna su verdadera procedencia, pero sin duda pasó del archivo de Lamas al de Montevideo. En ambas publicaciones, después del título Memoria, etc. viene una advertencia preliminar, encabezada por una cita de Lord Bollingbroke, que dice así: Original records, authentic memorials are the sole fundation of true history. (En la Revista Histórica la cita se ha traducido al castellano). Luego sigue el texto de la traducción así titulado: “Extracto de la narración de Mr. Yates”. La Revista Nacional pone Estracto. (9) Las frases entre comillas son del general Mitre, en su Historia de San Martín. (10) Revista do Instituto Histórico e Geographico Brasileiro. Tomo VII. Río de Janeiro. (11) Palabras de un oficio del gobierno a Balcarce: 7 de Enero de 1819. (12) Destaco este oficio de López porque no lo cita ningún historiador de aquellos sucesos. El mismo general Mitre, tan prolijamente informado sobre esos particulares, dice que “un parlamentario encargado de llevar los despachos a Viamonte protestó en nombre de López sus sentimientos de americano y de patriota”. En realidad, el parlamentario entregó los papeles de San Martín con el oficio del jefe santafecino. También importa conocer ese antecedente para juzgar la posición de López respecto a José Miguel Carrera en los años siguientes. (13) La constitución de Santa Fe es de agosto de 1819. En mayo, el congreso nacional había sancionado la constitución unitaria “ni monárquica ni republicana”, según la expresión de Mitre, y en la que se dejaba lugar muy holgado para el principillo que procuraba en Europa el canónigo don Valentín Gómez. Batalla de Cepeda – Tratado del Pilar

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Citas

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Introducción

(1) Por razones obvias hemos reducido el título en la traducción al nombre de José MiguelCarrera y a los años en que aparece en las guerras civiles argentinas. El grabado de lacarátula reproduce una acuarela del pintor argentino Carlos Morel, “La Montonera”,ejecutada hacia 1840 que pertenece al Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.

(2) Bartolomé Mitre. Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina. Tomo III. Pág. 331.Capítulos XLII, XLV, XLI. Buenos Aires. 1887.

(3) B. Vicuña Mackenna. El Ostracismo de los Carreras. Los Generales José Miguel y Juan Joséy el Coronel Luis Carrera. Episodio de la independencia de Sud­América, por BenjamínVicuña Mackenna. Santiago. Imprenta del Ferrocarril. 1857. (Hay edición de 1886).

(4) Santiago de Chile. Imprenta Cervantes. El primer tomo apareció en 1902; el segundo en1909. Hay reedición en un tomo de la Biblioteca Ayacucho. Editorial América. Madrid. (Sinfecha).

(5) Revista Histórica. Publicada por el Archivo y Museo Histórico Nacional. Tomo VI, 4°trimestre de 1912. Numero 16. Montevideo. 1913.

(6) Como notas a la Memoria de Yates, la Dirección publica las cartas del Sr. Carve (2 de enerode 1913) al Sr. Groussac y al Dr. Letellier, y las contestaciones de estos últimos (14 deenero y 5 de febrero) con un informe del Sr. Carlos Silva Cruz al Dr. Letellier, sin fecha.Revista Histórica, cit. págs. 35 a 40.

(7) Revista Nacional. Historia Americana. Literatura. Jurisprudencia. Director Adolfo P.Carranza. Tomo VI. Pág. 289. Buenos Aires. 1888.

(8) En la Revista Histórica de Montevideo el título se reduce a la mitad, según lo hemosmencionado, suprimiéndose lo de las montoneras y las fechas. En realidad no sabemos siel título Memoria, etc., corresponde al manuscrito de Domínguez o le cayó en suerte al serpublicado. Ninguna referencia se hace ni manuscrito en ninguna de las dos publicaciones.En la Revista Histórica no se consigna su verdadera procedencia, pero sin duda pasó delarchivo de Lamas al de Montevideo. En ambas publicaciones, después del título Memoria,etc. viene una advertencia preliminar, encabezada por una cita de Lord Bollingbroke, quedice así: Original records, authentic memorials are the sole fundation of true history. (En laRevista Histórica la cita se ha traducido al castellano). Luego sigue el texto de la traducciónasí titulado: “Extracto de la narración de Mr. Yates”. La Revista Nacional pone Estracto.

(9) Las frases entre comillas son del general Mitre, en su Historia de San Martín.(10) Revista do Instituto Histórico e Geographico Brasileiro. Tomo VII. Río de Janeiro.(11) Palabras de un oficio del gobierno a Balcarce: 7 de Enero de 1819.(12) Destaco este oficio de López porque no lo cita ningún historiador de aquellos sucesos. El

mismo general Mitre, tan prolijamente informado sobre esos particulares, dice que “unparlamentario encargado de llevar los despachos a Viamonte protestó en nombre de Lópezsus sentimientos de americano y de patriota”. En realidad, el parlamentario entregó lospapeles de San Martín con el oficio del jefe santafecino. También importa conocer eseantecedente para juzgar la posición de López respecto a José Miguel Carrera en los añossiguientes.

(13) La constitución de Santa Fe es de agosto de 1819. En mayo, el congreso nacional habíasancionado la constitución unitaria “ni monárquica ni republicana”, según la expresión deMitre, y en la que se dejaba lugar muy holgado para el principillo que procuraba en Europael canónigo don Valentín Gómez.

Batalla de Cepeda – Tratado del Pilar

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(1) Entre las fuentes utilizadas por Mitre para su descripción de la batalla de Cepeda, figura elrelato de Yates. “Aunque exagerado y parcial —dice Mitre— Yates suministra interesantesdetalles”. Historia de Belgrano. III. p. 331.

(2) 11 de febrero.(3) Algunas de estas provincias no proclamaron su autonomía hasta 1821.(4) Excusaría decir que no se trata del texto del Tratado del Pilar, sino de un caprichoso

engendro de Yates, aunque algunas, muy pocas, de las ideas expresadas en el supuestodocumento, coinciden con disposiciones del referido tratado. Estas disposiciones sonsuficientemente conocidas y parece innecesaria su trascripción, pero es de advertir queSarratea no fue nombrado gobernador por el acuerdo del Pilar, sino que lo firmó comogobernador de Buenos Aires, elegida ya por una Junta de Representantes.

(5) Ninguna de estas afirmaciones merece crédito alguno; ni Carrera podía aspirar a lagobernación de Buenos Aires, ni Ramírez incurrir en el absurdo de incitarlo a proclamarsegobernador... Carrera ni siquiera tenía consigo la división chilena, que le franqueó Sarrateaen el mes de marzo.

(6) No fue “en la mañana siguiente”, sino cinco días después. Balcarce llegó el 1° de marzo aBuenos Aires y el 6 del mismo mes estallo el movimiento.

(7) Por primera vez aparece Yates como actor en este relato.(8) Yates omite decir que Alvear estaba con Balcarce en la revolución del 6 de marzo y huyó

con él del Fuerte el día 10, manteniéndose oculto en Buenos Aires. Se presentó al Cabildoel día 12 y hubo de ser asesinado en el recinto, siendo conducido preso a un barco, en larada. Desembarcó el 25 y audazmente se apoderó del cuartel de Aguerridos, haciéndoseproclamar comandante de armas... El movimiento fue sofocado al día siguiente. Encircunstancias en que Alvear y algunos de sus partidarios eran atacados por tropasnumerosas, se interpuso José Miguel Carrera con sus chilenos y logró que el jefe porteño yun grupo de sus oficiales ganara la campaña, refugiándose en el ejército federal. No huboarresto de Alvear por Soler.

(9) Todavía no se había retirado Ramírez, puesto que pidió amnistía para Alvear y le fuedenegada por el Cabildo.

(10) Soler no depuso a Sarratea. Después que se retiraron de Buenos Aires, Ramírez, López yCarrera, Sarratea convocó a elecciones para que la ciudad y campaña de laprovincia eligieran nueva Junta de Representantes. Las elecciones se hicieron el 27 de abrily resultaron componentes de la nueva Junta, los hombres más notables del partidodirectorial, entre ellos algunos comprendidos en el proceso por Alta Traición. Sarratea losvetó, pero se le impuso el Cabildo y la Junta misma. Vióse obligado a renunciar el 1° demayo.

La Junta nombró gobernador a Ramos Mejía. Este entró en conflicto con Soler, comandantede armas, puso en libertad a los congresales presos y reconoció nuevamente comorepresentante de Chile a Don Miguel Zañartu, a quien Sarratea había dado su pasaporte. ElCabildo de Lujan reconoció como gobernador a Soler. Este dirigió a la Junta, unarepresentación de sus oficiales y comunicó su reconocimiento por el Cabildo (17 de junio).Ramos Mejía renunció, la Junta se declaro disuelta y depositó el mando en el Cabildo de laCapital (20 de junio).

El 23 de junio, Soler prestaba juramento ante el Cabildo de la Capital como gobernador dela Provincia, En este mismo mes, el gobernador López, de Santa Fe, secundado por Alveary Carrera, avanzo sobre la provincia de Buenos Aires.

(11) Don José Ignacio de la Rosa. Esta sublevación tuvo lugar el 9 de enero de 1820.(12) Mayo de 1820.(13) Por cierto que López no acompaño a Carrera, sino éste a López. El gobernador de Santa

Fe había tomado parte muy principal en la campaña de Cepeda, había firmado el tratadodel Pilar e intervenido en negociaciones posteriores. Carrera nada representaba en esesentido. Lo que dio formalidad a la empresa, fue la intervención del gobernador de Santa

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Fe. Esto no quita que la mediación de Carrera y Alvear haya podido pesar en el ánimo deLópez para decidirlo a una nueva campaña.Sería largo enumerar todos los hechos que determinaron la guerra. El gobernador deSanta Fe los expuso en un oficio dirigido a la Sala de Representantes de la Provincia.Puede verse en Carrera: Historia de Santa Fe, tomo II. Apéndice, p. 74, incluido por errorentre documentos del año 1829. Siguiendo su costumbre, Yates abulta las fuerzas deCarrera para dar más importancia al personaje y hacerle aparecer como jefe del ejército.Los soldados de López sumaban 700, y 400 los de Carrera; Alvear llevaba 54 oficialesproscriptos y 100 milicianos de Buenos Aires.

Nueva campaña contra Buenos Aires

(1) Yates, fanático de Carrera, fue el primero en hacer esta peregrina afirmación. La hanrepetido los historiadores chilenos, empezando por Vicuña Mackenna, para quien hacían felas más extravagantes patrañas del irlandés. Mitre, que conocía el relato de Yates, todoslos partes relativos a la batalla y había recogido además la relación oral hecha por Alvear alos generales Iriarte y Vedia “que estuvieron a su lado en aquella campaña”; que oyótambién al coronel Dionisio Quesada, edecán de Soler, dice: López situó la división dechilenos, sobre su izquierda, etc., como que era López quien comandaba el ejército.

(2) La relación de Mitre sobre la batalla de la Cañada de la Cruz, que considero la más verídica,difiere en algunos puntos importantes de la descripción que hace Yates. El espíritutendencioso de ésta es evidente, y consiste en disminuir la intervención de López y lossantafecinos, destacando mañosamente la figura de Carrera. Mitre. Historia de Belgrano,tomo III cap. XLV.

(3) Derrotado Soler en la Cañada de la Cruz (28 de junio), huyó a Montevideo, y el Cabildo dela Capital se hizo cargo del gobierno (30 de junio). El cabildo sofocó una sublevación delcomandante Pagola y nombró gobernador interino (solamente de la Capital) a ManuelDorrego (4 de julio). Una asamblea llamada “de los pueblos libres de la campaña”, habíaya elegido gobernador a Alvear el 1° de julio, con el consentimiento de López.

El ejército federal estaba a las puertas de Buenos Aires y reconocía como gobernador aAlvear. Pero Dorrego organiza la defensa, con Lamadrid, Martín Rodríguez y Rosas,alcanzando éxito en su empeño, porque el ejército federal inicio la retirada hacia el Arroyodel Medio, el 12 de julio. Las negociaciones del Cabildo y de Dorrego, en los primeros díasde julio, no fueron con Carrera sino con López, que era el jefe del ejército. Yates trata depresentar a Carrera como fac­totum. A este respecto, y aludiendo a las exageraciones deVicuña Mackenna sobre el papel de Carrera después de la Cañada de la Cruz, dice donVicente Fidel López: “Esta cómica ocurrencia de poner a López que era el general en jefe yel caudillo nato de la invasión, a las órdenes de Carrera... sólo podía ocurrírsele a unescritor sin criterio... Es preciso ignorar las cosas de aquel tiempo y no haber tenido nociónseria ninguna sobre los hombres que actuaban en los sucesos para no saber que López eraun hombre evidentemente superior a Carrera en capacidad estratégica y en sagacidaddiplomática; que tenía un agudísimo sentido común y un sentido moral no sólo máselevado, sino infinitamente más sensato y reposado”... Vicente Fidel López. Historia de laRepública Argentina Tomo VIII, pág. 259.

(4) Los párrafos de Mitre, que se transcriben a continuación, sintetizan perfectamente la actitudde Carrera y los hechos que sobrevienen en San Nicolás: “López en retirada, contestó [alCabildo que le exigía la reunión de un Congreso y la separación de Alvear] que habíamanifestado con franqueza sus sentimientos... manifestando que estaba dispuesto a todaclase de sacrificio por el bien de la Nación sin faltar a sus deberes y sin abandonar a lospueblos que habían solicitado su auxilio. Pero Alvear y Carrera no estaban dispuestos adesistir de su empresa y resolvieron mantenerse a todo trance en el territorio de BuenosAires, conservando el primero el título de gobernador que se había hecho conferir por laJunta... que le seguía mezclada con su comitiva. Puestos ambos de acuerdo, Carrera se

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separó de López en la villa de Lujan en dirección hacia el Este... y después de cometeralgunos desórdenes en los pueblos inmediatos de San Fernando y San Isidro, atravesó elRío Las Conchas tomando por ultimo el camino de la costa con dirección a San Nicolás... El28 de julio reuniéronse Alvear y Carrera en San Nicolás. El gobernador López con sussantafecinos repaso al norte del Arroyo del Medio y estableció su campamento en elArroyo de Pavón, licenciando sus milicias. Alvear estableció en San Nicolás la sede de sunominal gobierno. Dorrego se puso en campaña el 18 de julio”. Mitre, op. cit. III. Cap, XLV.

(5) Según oficio de López de 4 de septiembre, el oficial que trajo el mensaje de Dorrego paraCarrera y López, invitándolos a levantarse contra Soler, [en junio o principio de mayo] fuedon Bernardino Guans. Por lo que respecta a la afirmación de Yates sobre la actitudposterior de dicho mensajero, ignoramos el grado de verosimilitud que pueda contener.

(6) “Este triunfo fue deshonrado por el saqueo a que se entregó una parte de los vencedores,no alcanzando a borrar esta mancha la acción caballeresca de Dorrego al enviar al campoenemigo con una escolta a la bella esposa de don José Miguel Carrera”. — Mitre, op. cit.Tomo III.

(7) El general Alvear estuvo en Montevideo de 1920 a 1822, pero no al servicio de losportugueses, como lo afirma Yates.

(8) El campamento de López, al que se acogieron Carrera y Alvear. Carrera pasó al Rosario.López en carta al delegado Méndez, del 3 de agosto, decía: “La mañana del 2 del corrientelograron los enemigos sorprender la división chilena que en su mayor número se ocultaba,en los arrabales de San Nicolás; el descuido en que se hallaba pudo haberle hecho sentirsu total ruina, pero el terror que la ocupa hizo salvarse la mayor parte; en mi campo tengoreunidos mas de ciento y treinta de los dispersos y el Gral. Carrera, que pasó al Rosario,no tiene menor número”. — Archivo de Santa Fe. — Tomo 1 1/2 primero 1816­1820.

(9) Afirmación falsa e insidiosa de Yates, en descrédito de López. Este no pensó en entregar aCarrera, si bien no podía subordinar los destinos de su provincia a las aventuras del jefechileno. Dorrego invitó efectivamente a López a una entrevista que se realizo el día 6,Mitre dice equivocadamente que fue López quién la propuso. Dorrego exigió, al parecer, laentrega de Carrera; López se negó, proponiendo, en cambio, un armisticio de tres días. Enese intervalo (5­8) se reunieron los comisionados de ambas partes: Martín Rodríguez porBuenos Aires, Cosme Maciel por Santa Fe. El diputado santafecino pidió una indemnizaciónde guerra que fue denegada y el día 12 ocurrió el combate de Pavón, favorable a lasarmas de Dorrego. Contra el parecer de Martín Rodríguez y de Juan Manuel de Rosas,Dorrego invadió el territorio de Santa Fe. “Ésta fácil victoria fue fatal a Dorrego”, dice conacierto, Mitre. El Juan Antonio García, que según Yates habría sido consultado por Lópezsobre la proposición de alianza contra Carrera, era un oficial santafecino que por lo vistoandaba ya en tratos con el jefe chileno y meses más tarde se declararía contra López.Entró después en la conspiración para derrocar a los gobernadores de Buenos Aires ySanta Fe (Martín Rodríguez y Estanislao López) en la conjuración conocida por del Dr.Tagle (1823) y fue fusilado en Buenos Aires, foso de la Fortaleza, el 24 de marzo de 1823.

Sobre las gestiones de paz entre Dorrego y López, en agosto de 1820, puede verse: Mitre,Historia de Belgrano, tomo III; Cervera: Historia de la ciudad y provincia de Santa Fe;tomo II, pág. 525 y sig.; Iriondo: Apuntes para la Historia de Santa Fe; Parson Horne:Biografía del coronel Manuel Dorrego.

Contraofensiva de López

(1) 20 agosto 1820.(2) 31 de agosto 1820(3) La batalla del Gamonal tuvo lugar el 2 de setiembre de 1820. López llama también a ese

paraje, en algunas de sus comunicaciones: Las chacras del Mayor Benítez. Corresponde alas inmediaciones del Pueblito y estación Alcorta, sud de la provincia de Santa Fe.

(4) En esta versión de Yates sobre la batalla del Gamonal, la intervención de Benavente y sus

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chilenos, aparece como decisiva. El parte de López, escrito el día 3, nos parece eldocumento que puede encerrar más veracidad sobre dicha acción de armas. En su partemas sustancial, el documento dice así: “Sabedor el Gobernador en campaña delmovimiento del Ejército Federal sobre el Pergamino, en circunstancias de hallarse situadocon el de su mando en el territorio de Sta. Fe., al Norte del Arroyo del Medio, agitado suorgullo por la sorpresa y castigo que recibió el desnaturalizado Obando y toda su Divisióndestinada al infame proyecto de quemar la Población de Melincué, y talar su campaña,intentó volverme la mano sorprendiendo todo el Ejército en las chacras del Gamonal, acuyo punto me había replegado por proteger la marcha de los prisioneros y ganados a susrespectivos depósitos. En efecto, a las 10 de la mañana del 2 del corriente pudo llegar con800 hombres de caballería sin ser sentido hasta colocarse a una legua a retaguardia de micampo, cuando mis partidas exploradoras me informaron de su aproximación. Como yoestuviese satisfecho tanto de la suficiencia de mis fuerzas para escarmentar al enemigocuanto cierto de lo fascinado que éste estaba con el decantado e insignificante triunfo dePabón, celebré me anticipase la oportunidad de convencerlo de su temeridad e impotencia.Dispuse la marcha de mi División y muy pronto estuvimos a la vista de las enemigas quedesplegaron en batalla sobre una cuchilla donde esperaron ser atacados. Mandé que laDivisión de Vanguardia se dirigiese hacia la derecha para distraer, envolver si podía, oatacar la izquierda enemiga, y destiné con el primer objeto una corta fuerza deGuaycurúes y Dragones, de mi escolta contra su derecha, desplegando el resto del Ejércitoen batalla a su frente a menos distancia de tiro de fusil. Parecía regular que haciéndoseeste movimiento tan inmediato a una fuerza que ocupaba superior posición en la propiaformación para cargarnos no nos hubiese dado tiempo para concluirlo; pero ella semantuvo firme hasta que situada una pequeña reserva en retaguardia a nuestro centro,ordené que lo ejecutasen mis Tropas sin hacer uso del fusil; así se hizo, y el enemigo, cuyalínea en dos filas ocupaba igual terreno que la nuestra en ala, salió fon denuedo recibirnoscon ventaja bien conocida por su movimiento no. y orn. que por su doble formación pudoconservar hasta cruzar sables, momento en que mis heroicos soldados les probaron lainjusticia con que en un mes de aparentes glorias les dieron el renombre de cobardes. Lossupuestos héroes de San Nicolás y Pabón fueron obligados a mostrar la espalda sin haberdado a nuestra línea nueva ocasión de distinguirse...”

(5) Otra falsedad de Yates. López, no solamente no comenzó ningún tratado en Pavón, sino quedespués de su entrevista con Dorrego, escribió al delegado Mendez: “Difícilmente podrápresentarse un hombre más intrigante que Dorrego, cuyo carácter es, mucho ha, conocidopor los santafecinos… ; teme, no sin fundamento, que una nueva revolución le despoje desu mando que mantiene con la desaprobación general.” Cervera. Ob. cit., II ­ pág. 528.Estas palabras, explican la actitud de López, después de su triunfo en Gamonal. DerrotadoDorrego, pensó López que aquél no podría mantenerse en el gobierno de Buenos Aires yofreció la paz al Cabildo de la Capital, en un documento que honra la figura del caudillo ydemuestra que no lo guiaban propósitos anárquicos ni luchaba por satisfacer lasambiciones de José Miguel Carrera.

(6) Por ignorancia o mala fe, Yates confunde lamentablemente los hechos relativos a laelección de Martín Rodríguez y a la revolución de octubre en Buenos Aires. CuandoDorrego salió con su ejército contra los federales, a fines de julio, ejercía provisionalmenteel gobierno de la provincia. Después del triunfo de San Nicolás, se dirigió al gobernadorsustituto para que se eligieran los representantes que debían nombrar gobernador enpropiedad. Estos fueron elegidos el 31 de agosto y se constituyeron en asamblea el 8 deseptiembre. Pero el 2, había sido derrotado por Dorrego en el Gamonal... Losrepresentantes no confirmaron al gobernador provisional sino que eligieron a MartínRodríguez, el 26í del mismo mes. El 1° de octubre se sublevó en Buenos Aires el CoronelPagola con algunas tropas. Rodríguez abandonó la ciudad el día 2 y se situó en Barracas.Rosas le ayudo con sus “colorados del Monte” y el día 6 se impusieron nuevamente enBuenos Aires Rosas y Rodríguez, después de un reñido combate. La Junta ratificó el

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nombramiento de Rodríguez. Dorrego acató los hechos consumados. Es falso que Solerviniera de Montevideo: estaba para entonces en la Colonia. La especie de que Rodríguezpuso en libertad a los prisioneros de San Nicolás para incorporarlos a su ejército pareceuna de las tantas suposiciones de Yates; lo mismo por lo que hace a la libertad y pasaportede los chilenos. En cuanto a la diputación a los indios y los tratados de Rodríguez con elcacique Nicolás —a que se hace referencia más adelante— parece haber existido por lomenos un intento de convenio por parte de Rodríguez, a fin de obtener caballos y hasta uncontingente de tropas, en diciembre de 1820. Así lo comunicó el agente norteamericanoForbes a su gobierno, en 1821, agregando, exageradamente, que Rodríguez se iba aconvertir en espectador de una guerra entre indios. Una carta de un oficial del ejército deBuenos Aires, fechada el 4 de enero de 1821, vista por Forbes, —según su oficio—especificaba el número de vacas, caballos e indios (2.000) que los caciques cederían aRodríguez.

(7) En el mes de septiembre López propuso la paz, después de su triunfo del Gamonal. Bustosfue uno de los gobernadores que la propició con más tesón, mandando comisiones a López.Lo mismo hicieron luego los gobernadores de Salta, Mendoza, San Luis y San Juan, Elgobernador de Tucumán, Aráoz, se dirigió a López interponiendo sus oficios para que fueraun hecho la paz del litoral. Esto demuestra que, a despecho de la caída del Directorio, noera todo anarquía en el país y que primaba el sentimiento de solidaridad nacional, Por esoes vano el afán de algunos publicistas chilenos, que siguiendo a Vicuña Mackenna —quien asu vez se fundaba en las imposturas de Yates— tratan de destacar como figura central deese momento histórico a José Miguel Carrera. Los comisionados que se reunían en SanNicolás —excusaría decirlo— no lo hacían para cooperar a la ruina de Carrera sino paraafianzar la tranquilidad del país, eliminar los obstáculos que se opusieran y evitar que semalograse la expedición al Perú, como lo comprueban documentos intergiversables.

(8) Es falso que Mendizábal sublevara el regimiento de San Juan (9 enero 1820) para cederlo aCarrera ni que Corro tuviera que recibir órdenes del caudillo chileno para atacar aMendoza. El propósito de Yates es evidente: hacer creer que todos los movimientosrevolucionarios de ese año, giraban alrededor de la persona de su héroe... Mendizábal nosólo prescindió en absoluto de Carrera, sino que, después de sublevar el regimiento Nº 1,en San Juan, se puso a las órdenes del Director Rondeau.... Antes de un mes éste caíavencido en Cepeda. Véase el documento respectivo en Damián Hudson: RecuerdosHistóricos sobre la provincia de Cuyo, tomo I, pág. 283.

(9) Estos hechos ocurrieron en agosto de 1820. En Recuerdos Históricos sobre la provincia deCuyo, don Damián Hudson los expone metódicamente, con muchos e interesantespormenores.

(10) No es presumible que Carrera escribiera tal documento y ya veremos cómo, las cartasque dirige a Estanislao López están escritas en tono muy distinto al que Yates le atribuye.Lo cierto es que desde el mes de septiembre, la presunta víctima de López, conocía, bienlos planes de Ramírez en Entre Ríos y se mostraba muy complacido, en carta a su mujer,de la posible caída de su amigo y protector el gobernador de Santa Fe... Tales eran losnobilísimos sentimientos de Carrera… Vera está muy amigo de Ramírez —dice la carta— ysin duda López caerá, porque tiene poco partido y pocos conocimientos para revolución.Refiriéndose a la negativa de López para avanzar sobre Buenos Aires, después deGamonal asienta: No se ha hecho la miel para la boca del asno… —Vicuña Mackenna, op.cit. Apéndice. Quien así se expresaba no tenía derecho a exigir que López sacrificara a laamistad personal, los intereses de su provincia, la paz de la república y la causa general dela revolución. Vicuña Mackenna, con su habitual ligereza, no advirtió que la publicación detal documento invalidaba todas sus declamaciones, sobre la supuesto deslealtad de Lópezpara con Carrera.

(11) No dice tal cosa el tratado firmado por los representantes de Santa Fe y Buenos Aires eldía 24 de noviembre de “1821, en la estancia de Benegas, bajo la, garantía del gobierno deCórdoba. Por el tratado se asegura la paz entre las dos provincias, se comprometen sus

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representantes a promover un congreso general en Córdoba dentro del termino (Ir dosmeses: declaran libre el comercio de armas entre las partes contratantes, se obligan aponer en libertad los prisioneros y a, remover cada gobierno de su territorio los obstáculosque, pudieran hacer infructuosa la paz celebrada. Como López había exigido unaindemnización de guerra, que fue rechazada por Rodríguez, y este inconveniente hacíapeligrar la paz, Juan Manuel de Rosas se comprometió bajo su responsabilidad personal aentregar al gobierno de Santa Fe un cierto número de cabezas de ganado, para serrepartidas entre los vecinos perjudicados en la guerra anterior. Para hacer efectivo esecompromiso, contribuirían voluntariamente los estancieros de Buenos Aires. Véase alrespecto mi monografía Rosas en la historia de. Santa Fe. Esto no obstante, el señorVicuña Mackenna, repite en el texto de su obra las falsas aseveraciones de Yates, sinperjuicio de publicar en el Apéndice el texto del tratado… La entrega de Carrera habría sidoestipulada, por un tratado secreto...Carrera esperaba, como es sabido, que las luchas civiles argentinas del año 20 lepermitirían pasar a Chile con su división de chilenos y derrocar a 0'Higgins, que se hallabaescaso de tropas mientras San Martín expedicionaba en el Perú. Ya sabrás —decía en cartade octubre— que la expedición chilena se dio a la vela el 20 de agosto; el 31 publica elcochino de 0'Higgins publicó un manifiesto terrible contra mi que hago contestar igualmentecon algunas proclamas para que circulen luego que pasemos la cordillera… 0'Higgins notiene tropas... La paz del litoral, consagrada en el tratado de Benegas entre López y MartínRodríguez, sancionó indirectamente los hechos consumados por San Martín, librando almismo tiempo a Chile del peligro que significaba la empresa de Carrera. Este ya no podríainsistir en sus propósitos de revolucionar a Chile. “Son obligados los gobiernos —decía elart. 5 del tratado— a remover cada uno en su territorio, todos los obstáculos que puedenhacer infructuosa la paz celebrada”. Todos los gobiernos provinciales —a excepción deRamírez y algunos políticos porteños que habían ganado su voluntad— auspiciaban esetratado. Antes de firmarse, ya sabía Carrera que López se opondría a todo intento deexpedicionar contra Chile. Pero, hombre fértil en recursos de toda especie e impulsadoademás por el sentimiento de venganza que le inspiraba la muerte de sus hermanos, habíaprevisto las consecuencias del tratado, asegurándose la adhesión de los indios del sur, quele ayudarían en su empresa. Los indios ranqueles, los güiliches y los araucanos, —­dice ensu carta citada de octubre—­ me franquean el paso. Obsérvese que un mes antes defirmarse el tratado, ya Carrera tenía formados sus tratos con los indios.Después de firmado el pacto de Benegas, y por los días en que llegaban las noticias deldesembarco triunfal de San Martín en el Perú, el gobernador López se dispuso a disolver ladivisión chilena y evitar que Carrera llevare a cabo sus propósitos. Este se encontraba auna legua de Rosario donde se hallaba López, después do haber licenciado su ejército.Cuando López se decidió a proceder, ordenó que bajaran sus dragones de Santa Fe. Antesde llegar esas fuerzas, mandó una partida al campo de Carrera porque tenía noticias deque formalizaba sus tratos con los indios. Cuando la partida llegó los chilenos habíandesaparecido: de ahí la carta manuscrita de López a Martín Rodríguez: “Mi estimadoPaisano: Con el mor sentimiento tomo la pluma a participarle que hoy día de la fecha se hamarchado Carrera con los chilenos que serán ciento y tantos, y 40 indios Pampas que ayerhabían llegado a este punto: al ponerse el sol mande a su campamento por sospechas quetuve, porque los indios allí estaban y con el pretexto de conversar con dichos indios sehabía ido… Yo pudiera seguirlo pero la falta de caballos me hace no verificarlo en la hora,que serán las ocho de la noche, el rumbo que el debe llevar es el de Melinque, lo que avisoa V. para su gobierno y fines que convengan...” Ricardo Levene. La Anarquía del 1820 enBuenos Aires, pág. 79.Levene publica en facsímile otra carta de López a Martín Rodríguez indicándole el rumboque seguía Carrera y advirtiéndolo que ha destacado una partida “para evitar el mal quevan causando y con orden de que reúna vecindario y los concluya si fuese posible”. En lamisma fecha, López escribía a Godoy Cruz, anunciándole la fuga de Carrera “cuando tenía

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tomadas las medidas conducentes... a impedir que dirigiera su división a los objetosparticulares de sus miras, en perjuicio de la general tranquilidad de las provincias. . .después de haber sellado una paz firme con Buenos Aires el 24 del presente... He creídode mi deber comunicarlo a... Rodríguez y por este a Ud. para que tomen las medidas queconvengan a evitar cualquier sorpresa'“. Dando una prueba de solidaridad con la políticacontinental de San Martín, terminaba: “He celebrado sobre mi corazón las noticiasfavorables del ejército libertador del Perú y por ello y la paz de nuestros recíprocosdeseos, le rindo mil enhorabuenas”.El citado autor publica también una interesante carta de Carrera a López, fechada el 25 denoviembre, día en que emprendió su marcha acompañado de los indios. Explica Carrera suactitud por las instancias de sus soldados que esperaban una sorpresa a la que sinembargo, no daba crédito “por las estrechas relaciones de amistad que la contradecían”.Esta carta de Carrera está escrita, en términos mesurados y hasta cordiales. “Atendiendo alas circunstancias que rodean a V. y a las que yo me hallo, he creído el más prudente y elmás honorable partido continuar mi destino arrojándome en los brazos de la suerte porvencer los enormes obstáculos que se presentan: marcho con el pesar de no decir a V. elúltimo aDios y disgustado por que no puedo hablar con V. con mucha detención; bajo suprotección y generosidad queda la familia del hombre que por un año le ha ayudado en susesfuerzos poco comunes a sostener la independencia de la heroica Sta Fe… Mi amistad porV. y por esta provincia será en todo tiempo intachable y si algún día dejo de ser oprimido,entonces se penetrara V. sin equivocación de mi carácter e intenciones”. La carta envuelvemás bien una disculpa que una recriminación y hubiera causado gran sorpresa a VicuñaMackenna, como debe causar a sus continuadores, empeñados en mostrar a Carreraentregado, sino “vendido” por López... Dos cosas cabe destacar: en octubre Carreradeseaba ya la caída de López y anunciaba el triunfo de Ramírez; en noviembre, alabandonar secretamente el campamento de López para unirse con los salvajes, escribeuna carta en que aparece como convicto de una mala acción.

Primera marcha en la Pampa

(1) No existen noticias de tal movimiento. En la citada carta de López a, Rodríguez se dice: …”latropa que dije a V. que haria venir con el objeto de impedirle sus miras hoy tarde hallegado a San Lorenzo como lo verá V. por el adjunto que es (de) el Comte de dicha tropa”.Es más de suponer que López no se decidiera a una persecución por la pampa queresultaría infructuosa como resultó la de Rodríguez.

(2) El encuentro de Carrera con los indios y las maniobras que se describen deben habersepasado en el actual límite de Santa Fe con Buenos Aires, a la altura de Teodolina, entreeste punto y la estación de General Arenales. Las cartas que escribió Carrera mientraspermaneció con los indios antes del ataque al Salto están fechadas en el “Campamento alSur del Salado”. Desde allí escribía a Juan Antonio García: “Soy victima de mi constantecarácter de mi patriotismo y de mi honor: Yo veré cosas que partan mi corazón y quedespedacen mis sentimientos humanos: pero no oiré decir a mis compatriotas y amigosque dejé de dar un solo paso que condujere a sacarlos de la ignominiosa esclavitud a quelos ha reducido !a ambición de un infame tiranuelo, etc… ” “Sírvase V. saludar a suapreciable familia y dispensar no escriba muy extenso porque estoy medio loco con lalarga parla de los caciques rodeados de 2000 indios...” “Mientras yo permanezca por estosdestinos será muy respetada la Provincia de Sta Fe por estos naturales que emprendencontra todo lo que es de Buenos Aires”.En la misma fecha escribía a su mujer: “Ayer a las doce de la mañana, llegué al campo delos indios compuesto como de 2000, enteramente resueltos a avanzar a las guardias deBuenos Aires para saquearlas, quemarlas, tomar las familias y arrear las haciendas.¡Doloroso paso! En mi situación no puedo prescindir de acompañarlos al Salto que seráatacado mañana al amanecer. De allí volveremos para seguir a los toldos en donde

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estableceré mi cuartel para dirigir mis operaciones como más convenga. El paso demañana me consterna, y más que todo, que su sepa que yo voy, pero atribúyase por losimparciales a la cruel persecución del infernal complot”.

(3) Medida inglesa de longitud que equivale a unos noventa y un centímetros.(4) El malón al Salto se llevó a cabo el 3 de diciembre. La explicación de Yates para disculpar a

Carrera, —seguida por Vicuña Mackenna— no resulta muy clara. Ha dicho que Carreramandó “un capitán con treinta hombres con instrucciones de retirarse tan pronto comoempezara el fuego. En seguida es el mismo Carrera el que entra en escena al frente delpiquete. Poco más adelante afirma que el chileno se encontraba a dos leguas de distanciamientras se realizaba el saqueo. Por fin Carrera en carta a la mujer dice así: “Ayer miMercedes, tomé el Salto sin querer; mi objeto era sacar ganado y el de los indios saqueare incendiar el pueblo. Avanzamos y mandé la primera compañía con orden de tirar al airey huir de las primeras calles como aterrados para que los indios desistiesen de suempresa. Así se habría logrado, pero los soldados animados por el pillaje se apoderaron dela plaza con intrepidez, y los indios contra sus promesas, hicieron tolerías (sic) en laiglesia, en las casas y en las familias. Me vi obligado a contenerlos en parte y aún estuveresuelto a batirlos sino cedían. Por la fuerza, por robo y por intriga, les quité casi todas lasprisioneras, y esto me costó hasta el echar mano de una pistola para quitar a una tiernajoven que en comitiva con doce más volví anoche con la oscuridad acompañadas de unaescolta. He comprado por veinte vacas la hija de un honrado (sic), y al instante la mandé,y una chica como Javierita, muy bonita, con quién dormí anoche porque estaba desnuda alfrío.” Vicuña Mackenna, Op. cit. p. 494. A propósito de este documento, dice Don VicenteFidel López: “Por mi parte, no creo en la veracidad textual de esta carta, si es que existe, osi es que no ha sido inventada o adulterada para justificar las atenuaciones necesarias alpanegirista que otras cosas ya ha inventado y adulterado en documentos oficiales. Historiade la República Argentina etc. Tomo VIII pág. 369. — El Dr. López, según su costumbre, noaduce ninguna prueba que justifique semejante acusación.

(5) Ya se ha visto la impostura que supone esta afirmación.(6) Puede verse un facsímile de la proclama impresa de Rodríguez en el libro Escritos

Históricos del Coronel Manuel A. Pueyrredón, Guerrero de la independencia Argentina.Noticia preliminar por Ramón J. Cárcano, Buenos Aires, 1929.Según esa proclama, el saqueo se habría efectuado el día 2 de diciembre y no el 3 como lodice la carta de Carrera a su mujer, ya citada, y lo da a entender la carta de Carrera aGarcía del 2 de diciembre. La comunicación del comandante de Lujan del día 2, dice así: “Elcomandante del fuerte de Areco don Hipólito Delgado, en oficio datado boy, me dice lo quesigue: Acaban, de llegar & este punto el cura del Salto U. Manuel Cabral, D. Blas Represa,D. Andrés Macaruci, D. Diego Barruti, D. Pedro Canoso y otros varios, que esimponderable cuanto han presenciado en la escena horrorosa de la entrada de los indios alSalto, cuyo caudillo es D. José Miguel Carrera, y varios oficiales chilenos con alguna gente,con los cuales han hablado todos estos vecinos, que en la torre se han escapado. Hanllevado sobre trescientas almas de mujeres, criaturas &c. sacándolas de la iglesia, robandotodos los vasos sagrados, sin respetar el copón con las formas consagradas, ni dejarlescomo pitar un cigarro en todo el pueblo, incendiando muchas casas, y luego se retirarontomando el camino de la guardia de Roxas: pero ya, se dice que anoche han vuelto aentrar al Salto”... La proclama de Rodríguez que traduce la más exasperada indignacióntermina de este modo: “Yo juro al Dios que adoro, perseguir a ese tigre [Carrera] y vengara la religión que ha profanado, a la patria, que ha ofendido, la naturaleza, que ha ultrajadocon sus crímenes”.

Segundo viaje por la Pampa

(1) No indica Yates la dirección que llevaban en la marcha. Seguramente sería hacia el sur porel hecho de que Rodríguez, saliendo en persecución de Carrera y los indios, llegara hasta

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las puntas del arroyo Chapaleofú, en la sierra del Tandil.Yates no entra en pormenores sobre la marcha ni nos ofrece datos para un itinerarioseguro. La única referencia geográfica que suministra sobre el terreno en que acamparones de que a su frente corría un río profundo y dos pequeños arroyos paralelos. Don VicenteFidel López niega rotundamente que Carrera llegara hasta el Colorado —como lo aseguraVicuña Mackenna—. “Carrera, no pisó jamás esos ni otros lugares remotos de los camposdel sur —dice— campó con los indios a unas leguas más allá de la Blanca Grande, dondetodavía se señala su parada”. López aduce los testimonios de los coroneles Eugenio Bustos,Alvaro Barros… “y otros conocedores de la pampa”. Pero los documentos dicen que MartínRodríguez se encontraba el 19 de enero al sur de la sierra del Tandil, y la laguna BlancaGrande queda en las inmediaciones de Bolívar... ¿Con que objeto se habría corridoRodríguez, a semejante distancia, y por qué se empeñaba en ganar la voluntad de loscaciques para seguir camino en la pampa?... Son muy ilustrativos a este respecto losoficios de Rodríguez publicados en La Gaceta de Buenos Aires de! 24 de enero de 1821 yen la Extraordinaria del mismo día.Por nuestra parte, fundados en los oficios de Rodríguez y en los escasos datos geográficosde Yates, creemos que el campamento de Carrera estuvo en las márgenes del QuequénGrande, no obstante las afirmaciones categóricas de don Vicente Fidel López y lassuposiciones de Vicuña Mackenna, empeñado este ultimo en llevar a Carrera hasta elColorado para magnificar las hazañas de su héroe. Los indios, por sus costumbres nodebieron de ser pampas sino araucanos. Cuestión es esta para tratarla más detenidamentey excedería los límites de una nota.

(2) Ya se ha visto en la nota anterior que no fue ese el lugar donde acampó Rodríguez. Estereasumió el mando el 31 de enero.

(3) Tampoco en este caso ofrece Yates datos suficientes para establecer el lugar en que seprodujo ese ataque; ni siquiera indica el tiempo que tardaron los indios en llegar adonde seencontraban los soldados de Rodríguez, pero la facilidad con que parece producirse laexploración hace creer que no estaban a una gran distancia al sur de Tandil. Rodríguez dainteresantes pormenores de su expedición en los citados oficios de La Gaceta.

(4) María Graham pone la siguiente nota: “Es curioso que el episodio del potro sacrificado, queofrece Mr. Yates, tenga relación con lo que sabemos de los sacrificios humanos que losmejicanos practicaban. Parecería que el caballo no es más que una sustitución de lapersona, Queda abierto el camino y no dudamos que algún observador inteligente, podría,estudiando las costumbres de los araucanos, hacer mucha luz sobre la historia de lasanticuas civilizaciones americanas”.

Gobierno, vida y costumbres de los salvajes

(1) Debe tratarse de la “chueca” mencionada por Pueyrredón, “un palo con una masa en lapunta, un poco arqueado con el cual disputan una pequeña bola de madera muy liviana,para hacerla ligera”. Op. cit. p. 303. Las observaciones de Yates coinciden en muchospuntos con las de Pueyrredón; es interesante un cotejo entre ambas, pero debe tenerse encuenta que Yates vivió entre los indios como aliado, y Pueyrredón figuró en expedicionesmilitares contra ellos.

(2) Benavídez. Guerrillero chileno, desertor del ejército patriota, se levantó en favor de lacausa española y unido a los araucanos del sur de Chile, peleó contra las fuerzas de0'Higgins, de 1819 a 1821. Fue ahorcado en Santiago. (1822).

Marcha hacia la frontera

(1) La vuelta de Carrera debió de emprenderse a fines de enero porque había salido del Saltoen los primeros días de diciembre y puso treinta y dos días en llegar a los toldos, adondellegaría a principios de enero. En su vuelta camino durante treinta y tres días y se hizo

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sentir en la frontera de Córdoba el 1° de marzo. De esto se infiere que pagó en los toldoscasi todo el mes de enero. Yates no indica, el rumbo de este nuevo viaje, pero debió seren dirección norte­noroeste desde el punto donde se encontraban porque salen a lafrontera de Córdoba sobre el Río 5º.

(2) Difícil sería ubicar esa farm­house, pero estaría por las inmediaciones de Chajá o Chaján.Chaján figura todavía en los mapas modernos, aunque la mayoría de esos nombrestradicionales, se han convertido en coroneles, generales, doctores, etc… Aparece al sur dela línea de Río 4º a Villa Mercedes, más cerca de esta última. Sobre la situación deCórdoba en momentos de la llegada de Carrera al Río 5°. Véase: Ernesto H. Celesia.Federalismo Argentino. Córdoba. Buenos Aires. 1932. (II, págs. 252 y sig.).

(3) “400 hombres entre indios salvajes y cristianos”, dice el general Mitre. Op. cit. p. 553. Hayque tener en cuenta que Yates exagera casi siempre el número de las fuerzas enemigas yreduce las de Carrera por motivos muy explicables.

(4) “Dejó (Carrera) a Bustos sobre su derecha y penetrando a San Luis por San José del Morro(extremidad austral de la Sierra de Córdoba por la parte de San Luis) se interpuso entrelas fuerzas de Bustos y de Ortiz...”, “El 8 de marzo estableció su campamento en el Chajá,ondulación de la pampa rodeada de altas lomas que forman una especie de valle”. Mitre.Op. cit. p. 554. Traducimos “hills” por lomas, aunque podría traducirse también por cerrillosy en algunos casos por médanos.

(5) Yates escribe Chajan, Salta por Salto y Arioja por La Rioja.(6) La acción del Chajá tuvo lugar el 9 de marzo de 1821l.(7) Yates llama “Pampa del Pulgar” a lo que Mitre llama “Ensenada de las Pulgas”. Según este

último, el lugar llamado entonces Las Pulgas corresponde al sitio de la actual ciudad deMercedes, en San Luis.

(8) Ensenada de las Pulgas.(9) Se refiere a la sublevación de españoles prisioneros en San Luis, (febrero de 1919), que

fue sofocada resultando muertos un buen número de oficiales distinguidos, tomados en labatalla de Maipú. Se acusó a Carrera de haber incitado a la sublevación. Más adelanteYates llama a los púntanos, “asesinos de los españoles”.

(10) No podían pasar de 800, según Vicuña. Mackenna, de acuerdo a los datos recocidos en elArchivo de Mendoza.

(11) Según los cómputos de Vicuña Mackenna, Carrera debió llegar a San Luis el 12 ó el 13 demarzo.

Carrera marcha hacia Santa Fe

(1) Yates, como oficial de Carrera, pudo ver el oficio de Ramírez u oír de labios de Carreracuáles eran sus principales proposiciones.

(2) Carrera salió de San Luis en los primeros días de abril dirigiéndose a la Concepción del Río4°, donde permaneció hasta el 26 de ese mes. Bustos había concentrado sus fuerzas enPunta del Sauce, [después La Carlota] más abajo, sobre el camino real a Melincué. Lastropas mendocinas y puntanas quedaban en las Barranquitas, cerca de Río 4°.

(3) Mitre y Vicuña Mackenna hacen llegar a Carrera hasta la Esquina de Lobaton, cerca de CruzAlta, en el límite de Córdoba y Santa Fe, antes de dirigirse a Melincué, alterando elitinerario de Yates. Vicuña Mackenna, que sigue y parafrasea a Yates en tantos pasajes, seaparta aquí de su mentor sin explicarnos el motivo. Además sitúa la Posta de Lobaton entrelas fronteras de Santa Fe y Buenos Aires. Dada la finalidad de la marcha de Carrera,parece más segura la información de Yates, que por otra parte, escribía tres años despuésde los sucesos y no tenía por qué alterar estos hechos. El nombre de “Esquina de Lobatón”ha desaparecido del mapa, no así Loboy, que todavía se conserva al S. O. de Córdoba,próximo al límite con Santa Fe.

(4) Punta del Sauce o La Carlota, sobre el Río 4° y no sobre el 5º.(5) La Madrid se encontraba con su ejército en San Nicolás, dispuesto a emprender la marcha,

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por la costa del Paraná, con el fin de unirse a López y evitar el desembarco de Ramírez. Nodice Yates hasta donde avanzaron las fuerzas de Carrera. Este se adelantó con una escoltahasta Melincué, desde Loboy. Posiblemente los demás merodearon por algunos días sobrela frontera de Buenos Aires. En Melincué supo Carrera que la esposa —residente enRosario— había dado a luz un hijo varón. “No tardaré en abrazarte —le escribe— y endarte las gracias por mi José Miguel, cuyo cuidado es demás el encargarte. Estoy flaco yenfermo; hace un mes que no como pan ni me afeito la barba”.

(6) Todos estos hechos se suceden con increíble rapidez, dadas las distancias que debíanrecorrer en las marchas Carrera y sus soldados. El 26 de abril salió Carrera de Concepción,y después de haber llegado a Melincué y merodeado por las fronteras de Santa Fe yBuenos Aires, volvió al Sauce, en Córdoba en los primeros días de mayo, y puso sitio aBustos, durante catorce días. En el mismo mes de mayo estaba Carrera muy cerca de laciudad de Córdoba.

(7) Salto de Córdoba, a mitad de camino entre esa ciudad y la Concepción de Río 4°. Así figuraen los mapas de la época. Yates escribe Salta, ya se refiera al Salto de Buenos Aires o alde Córdoba.

(8) El Dr. Celesia, que documenta rigurosamente el levantamiento de las montoneras deCórdoba, en 1821, niega que Carrera pusiera sitio a la ciudad y así se desprende de lospapeles publicados. El comandante Pinto murió el 29 de mayo, después de haber saqueadocon su montonera la villa del Rosario, o de los Ranchos, sobre el Río 2°. Los hombres quellegaron a la ciudad de Córdoba el 3 de junio, en número de ciento cincuenta, y fueronderrotados pertenecían a las fuerzas de Carrera, pero éste ya se había retirado para esatecha, buscando la unión con Ramírez. Celesia. Op. cit. p. 295 y sig.

(9) Una referencia de Celesia, tomada de los Apuntes de don Ambrosio Punes informa que donJosé María Fragueiro escribió a Carrera, diciéndole que se diese prisa a entrar en la ciudady le ofrecía “4.000 pesos en plata y 2.000 pesos en ropa para su tropa”. Op. cit. II, p. 299.

Campaña de Ramírez contra Santa Fe

(1) Mansilla tomó las baterías de la costa únicamente (sitio del actual Club de Regatas) no laplaza de Santa Fe. Se retiró con sus fuerzas el mismo día porque le fracasó el plan quetenía preparado con Ramírez de hacer invadir la ciudad con los indios del norte,habiéndoles prometido tres días de saqueo, con lo que hubiera podido repetirse en SantaFe el espectáculo del Salto si Ramírez lograba filtrar en la ciudad por el sur. Ya se habíaapoderado Mansilla de las baterías y desembarcado toda su tropa, cuando se quedaron“como esperando algo para entrar en la ciudad”. Lo que esperaban era la llegada de losindios; pero he ahí que, a las doce del día, se presentan a López algunos indios trayendoprisionero al capitán Caraballo, comisionado de Ramírez para dirigir la invasión. Estosdatos generales ya los consigna Iriondo en sus Apuntes para la Historia de Santa Fe yresultan confirmados con mayores detalles en el Diario de don Manuel Ignacio Diez deAndino, publicado hace pocos años. “Visto por García y Mansilla, que se les había frustradosu plan, —dice Iriondo— declarándose los indios en su contra cuando los esperaban en suauxilio, y tal vez a Ramírez por Santo Tomé, se reembarcaron y se retiraron al Paranállevándose un lanchón armado y demás que tomaron en la batería”. Diez de Andinoexplica, el por qué los indios entregaron al capitán de Ramírez y se negaron a invadir laciudad. Es un episodio que podría titularse: “De córno Artigas, desde su retiro del Paraguayy sin saberlo, perdió a Ramírez y contribuyó a la pacificación de las provinciasargentinas”… En efecto, dice Diez de Andino, contemporáneo de aquellos sucesos y que losanotaba diariamente: “Han traído los indios a Fernando Caraballo, santafecino, y tres másque el general Ramírez los mandó con barriles de aguardiente, yerba y tabaco y tres díasde saqueo viniesen a insultar la ciudad… poniéndose [los indios] de parte de Santa Fe,agraviados con el general Ramírez por haber destronado al general Artigas, que era elPadre de los indios, que los amparaba, han venido como doscientos a ofrecerse a este

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gobernador y doscientos más que están a llegar… Lo mandó asegurar [López] a Caraballoy sus dos compañeros al calabozo, y la indiada ha traído diez y seis cautivos; los regalarony están en el campamento para auxiliar al gobernador, acción de aprecio no esperada degente tan variable”. Junta de Historia y Numismática Americana. Publicaciones de la FilialRosario. Diario de Don Manuel Ignacio Diez de Andino. Crónica Santafecina. 1815­1822.Noticia preliminar y notas de José Luis Busaniche. Rosario, 1931.

(2) La Madrid dice en sus “Memorias” que fue don Anacleto Medina... “les tomamos algunosprisioneros y libertamos las caballadas que se llevaban arreando”… Como en todo loreferente a la invasión de Ramírez a Santa Fe y su derrota, Yates habla de oídas y correparejas con La Madrid en cuanto a inexactitudes, no nos detendremos a rectificar todos suserrores, sino los de más bulto.

(3) En español, en el original, el grito de Ramírez no pudo ser mas elocuente en aquellascircunstancias, pero respetamos el texto de Yates. El doctor Domínguez, que incluyó en su“Extracto” este episodio, traduce: “Ramírez, aunque era un soldado valiente, tenía pocaelocuencia para arengar a sus soldados, pero mostrándoles sus flancos y su frentetomados por el enemigo, exclamó…, etc.”.

(4) Esta acción tuvo lugar el 24 de mayo de 1821. El 8, Ramírez ya había batido a La Madrid yel 13 a las fuerzas de Dorrego, enviadas por López en auxilio de aquél. Los datos de Yatessobre la derrota de La Madrid son exactos. En Buenos Aires, se formó proceso con motivode esa derrota.

(5) Error de Yates. Ramírez no se encontró con López, hasta dos días después, el 26 de mayo.(Combate de Coronda o de Colastiné) . El relato más exacto de esta acción es el delgeneral Mitre. Op. cit. p. 559. “Al día siguiente (26 de mayo) a las tres de la tarde avanzóLópez sobre Ramírez y dejando el grueso de su fuerza oculto en un bajo, hizo adelantaruna parte de ella provocándolo a la pelea. El caudillo entrerriano, confiado en la victoria secomprometió imprudentemente en un terreno que no conocía y que su contrario había,estudiado de antemano, calculando hasta las ventajas de la hora”. Sobrevino la totalderrota de Ramírez. El relato del general Mitre coincide con lo que dice Diez de Andino. Op.cit. p. 226: “Llegó el parte de que ayer, 26 de este mes [mayo] como a las 3 de la tarde,se acercó [López] al monte de Colastiné, donde se había refugiado el general Ramírez... Ymandó [López] una división de su caballería a torear a Ramírez, dejando el grueso de suejército en un bajo y saliendo los orientales del monte, retirándolos, los acometió y logróderrotarlos, etc... Se repicó (en Santa Fe] y salva de cañón y fusil y música, hasta las ochode la noche...”. Los soldados entrerrianos para excusar su derrota, contarían a Yates todaslas fantasías que apunta sobre la batalla. Tanto Yates como Andino llaman “orientales” alos entrerrianos. Así se les llamaba en aquella época, por la posición del territorio, aloriente del río Paraná. Después se redujo esa denominación a los que habitaban al orientedel Uruguay.

(6) Ya se ha dicho que Mansilla no “tomó” Santa Pe.(7) 7 de junio. Paso de Femira, a la altura de la actual Villa Maria.

Ramírez se une a Carrera

(1) Este dato, que también consigna Vicuña Mackenna, es inexacto. López no salió de Santa Fehasta el 21 de junio y La Madrid no se encontraba tampoco en la Guardia de la Esquina,cuando fue atacado Bustos en la Cruz. López llega, el 29 de junio a la Cruz Alta, despuésde haber sido rechazados Carrera y Ramírez por Bustos.

(2) Ramírez y Carrera llegaron a la Cruz Alta el 16 de junio.(3) Excusaría decir que esto es inexacto. Ni Carrera ni Ramírez pusieron a Bustos en posesión

del gobierno de Córdoba. Las derivaciones de] motín de Arequito son demasiado conocidaspara entrar en detalles a ese respecto. El cargo de Yates a Bustos es absurdo y sólo seexplica como un desahogo de los odios políticos y personales de la época.

(4) Corrales de tuna. En español en el original. “Cercados de setos vivos, hechos del “Cactus

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opuntia”, agrega Yates en una nota explicativa.(5) Chevaux­de­frise, yards. Traducimos yards por corrales en la acepción argentina del

vocablo y en la acepción general que debió tener la palabra cuando los corrales eran depalo a pique, apropiados para la defensa. La excepción eran los corrales de tunas o deramas. El Dr. Domínguez traduce “potreros” (!) y omite los “caballos de frisa”, maderosarmados con púas de hierro que se usaban como defensa contra la caballería. Las casas,los corrales, las empalizadas, los montones de tierra o parapetos serían las defensaspropias de los fuertes. Bustos agregaría las carretas traídas del Sauce y los caballos defrisa, en el poco tiempo de que dispuso para esperar a Ramírez y Carrera.

(6) Como no resulta muy clara la forma en que entró la caballería, transcribimos la explicaciónque da Vicuña Mackenna, de acuerdo a los informes del teniente Caicedo, recocidos en1855 en Mendoza: “La caballería avanzando de frente iba a secundarlos y a sostenerlos enlos puestos ya ganados, cuando el fogoso Ramírez, siempre impaciente y osado, llegógalopando hacia la línea, y le dio orden de girar por un costado y entrar a la plaza delpueblo, donde estaban asilados los pocos jinetes de que disponía el enemigo. Estamaniobra imprudente perdió la acción. La numerosa caballería se atropelló en aquel recintoestrecho sin poder avanzar ni retroceder... En vano los jinetes, revolvían sus caballossobre los pértigos de las carretas que cerraban el paso y sableaban a los grupos dispersosque peleaban protegidos por los armazones de estas”. Op. cit. p. 558.

(7) Del texto se desprende que el episodio del P. Guiraldes se pasó' en e] Sauce, pero VicuñaMackenna lo hace pasar en Fraile Muerto, para dar salida a un retruécano sin ningunagracia que puede resumirse así: “La intriga de dos frailes (Guiraldes y Monterroso) en laaldea del Fraile Muerto”. Op., cit. p. 562. Fraile muerto era la actual Belle Ville, enCórdoba.

(8) Las Charcas, escribe Yate».(9) López, desde Cruz Alta, comunicaba el 29 de junio que hablan desertado cien hombres de

los trescientos catorce que llevaba Ramírez

Marcha de Carrera hacia San Luis

(1) Carrera, desde Fraile Muerto, siguió por ]a Herradura las márgenes del 3° y después cruzóen dirección a Río 4°. El convoy fue sorprendido en el paso de San Bernardo, abajo deConcepción, sobre el mismo río. El coronel Manuel A. Pueyrredón, que pertenecía alejército salido de San Luis, dice en su citado libro: “Seguirnos la dirección del río (desdeConcepción); a la madrugada se oyó el tiroteo y un poco más tarde llegó parte de habersetomado el convoy. Al salir el sol llegábamos a San Bernardo. El combate fue bastantereñido; más de veinte muertos y como treinta prisioneros fué el resultado de esteencuentro. Entre los prisioneros había ocho oficiales y una señorita natural del Salto quegozaba de una reputación tal de hermosura que todos aspiraban a tomarla y hasta se ladisputaban antes de haberla tomado. Se decía que la llevaba el general Carrera y esto eraun aliciente más... Cuando llegamos al lugar del combate la encontramos entre losprisioneros poseída, de un terror pánico; cerca de ella estaba un muchacho que tenia unaherida feroz cara, una cuchillada se la había dividido de modo que parecía no tener másque media cara, daba horror verle… Había entre los prisioneros, un ayudante Novoa,perteneciente a una familia que yo había conocido en Concepción; era un joven muydistinguido y bien educado, estaba desnudo, mandé traer mi valija y le vestí ofreciéndolemis servicios. El me dio las gracias, diciéndome que ya sabía la suerte que les esperaba. —Abandóneme a mí que nada valgo, — me dijo, — y salve Ud. si puede a ese desgraciado.Al decir esto señaló a un hombre ciego que estaba sentado en el pasto, profundamentecaviloso. —Es el capitán Kennedy, — me dijo, — perdió la vista en una acción sobre elSauce; ya lo ve Ud., ¿qué se va a hacer con matar a un hombre que no tiene vista?”.Pueyrredón. William Kennedy, era hijo de norteamericanos, nacido en Jamaica. Tenientede la marina americana, había venido con Carrera de Estados Unidos.

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(2) “Amaneció sin novedad y marchamos bajo una neblina muy densa. Este gran error trajoconsecuencias funestas de lo cual el enemigo supo sacar partido. Yo no sé como unhombre tan inteligente como el general Morón pudo cometer el error de marchar sobre elenemigo en semejante día. Esto sucedía en junio de 1821. Antes de romper la marcha, elgeneral se hizo mudar caballo… Ese día pidió un tordillo, yo le dije que iba mal en esecaballo porque era demasiado brioso y herrado en las cuatro patas, lo cual era muypeligroso en aquellos campos de paja; me contestó que no, que iba bien en ése, quetomase el rosillo... bastante me pesó después”... Pueyrredón. Ib. p. 32.

(3) La Concepción del Río 4° o simplemente Río 4º, como ya figura en mapas de 1825, fundadapor Sobremonte en 1786, a 24 leguas de La Carlota o fuerte de Punte, del Sauce. Estefuerte del Sauce o La Carlota es el que Yates ubica sobre el Río 3°. Mitre incurre en elmismo error al decir: “...suponían atrincherado (a Bustos) en las puntas del Sauce, peroéste, hacía tres días había abandonado esta posición siguiendo la corriente del Tercero ysituándose en la Cruz Alta”. Op. cit. p. 561.

(4) …boths lines made an involuntary halt: an awful pause ensued… Vicuña Mackenna,propenso a los efectismos retóricos dice: “Benavente hizo alto. Era, la pausa del león antesdel brinco sobre el lomo de la presa..., etc.”. Yates afirma, sin embargo, que el alto fueinvoluntario, y que tanto Benavente como Morón ordenaron perentoriamente el avance.“Por uno de esos casos imposibles de explicar —dice Pneyrredón— ambas líneas hicieronalto a distancia de cincuenta pasos una de otra y quedaron clavadas en el campo como enun día de ejercicio, mirándose una a la otra”. Tan inexplicable ocurrencia y atendida laexpresión de Yates: involuntary halt, hace pensar que al vez se debió al recelo de algunoscaballos resabiados, ante la inminencia del choque.

(5) Morón murió el primero, en el combate. Pueyrredón trae una interesante página sobre lamuerte de su general y afirma que fue ultimado en el suelo, debido a una costalada delcaballo. “El general Morón, natural de Mendoza, era un joven muy distinguido del ejercitodel Perú. Después de ]a maldita sublevación de Arequito, hecha por el coronel JuanBautista Bustos y los comandantes José M. Paz y Alejandro Heredia, Morón fue uno de losjefes fieles a su deber; no queriendo tomar parte en ella, se retiró a su país natal, dondefue hecho comandante de armas y nombrado general”. Op. cit. p. 41.

(6) “Aquello fue un terrible entrevero en que muy raro era el tiro que se oía. Se combatió ahierro frío, por lo menos durante tres cuartos de hora, dando vuelta en círculo, sobre elmismo lugar como se hace en las trillas, quedó el lugar completamente trillado por elpisoteo de los caballos y cubierto de muertos y heridos, cuyo número fue imposiblecalcular, no se veían más que cabezas y caras ensangrentadas”. Pueyrredón. Ibid. p. 36.

(7) 800 según parte de Godoy Cruz al gobierno de Chile.(8) El arrojo con que peleaban los soldados de Carrera, fueran chilenos o argentinos, es

explicable porque sabían que, de caer prisioneros, serían fusilados inmediatamente. SegúnPueyrredón, antes del combate de Concepción todos los prisioneros habían sido fusilados,“según ordenes que tenía Morón de su gobierno”, Carrera, por el contrario, que necesitabade soldados y a quien no podía escapar la responsabilidad de los hechos cometidos,trataba de incorporar a sus fuerzas todos los prisioneros. Más adelante, dice Yates:“Mostrábase [Carrera] generoso con sus enemigos, por criminales que fueran. Dióse elcaso de que perdonara la vida a los mismos asesinos de nuestros soldados...”. El caso notenia nada de extraño...

(9) Carrera. Llegó &a San Luis el 15 de julio.(10) Esta silueta física de Ramírez, trazada por quien le había conocido dos años atrás, no se

compagina, por cierto, con la del historiador entrerriano Ruiz Moreno, recogida en latradición oral. 70 años después de la muerte del caudillo: “Hablando ella [una señoraEscobar] sobre el general Ramírez, hace poco más de cinco años; nos decía: Ramírez eraun lindo hombre, rubio y muy blanco, una mirada viva, franca y picaresca: era un hombremuy agradable en sociedad, etc...”. Martín Ruiz Moreno. Estudio sobre la vida pública delGeneral D. Francisco Ramírez. Paraná, 1894. p. 10.

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(11) Como este juicio sobre Ramírez ha sido traducido por Domínguez, con alguna variante,damos a continuación el original de Yates: “Ramírez was of a low stature, very darlicomplexión, and disagreeable countenance He seems to llave had a strong capacious mind,and possessed natural abilities but they were entirely uncultívated, by education. He was apoor politician but the best qualities of a soldier were concentred in him in a high degree hewas open and frank, a stranger to dissimulation, true to his friend, and in point of personalbravery was exceded by none”.

(12) No se acuerda este juicio con las críticas que Yates hace de Ramírez como militar en otroslugares de su narración.

Conspiración contra Carrera

(1) Francisco Aldao, de Mendoza. Vicuña Mackenna lo designa entre “los oficiales allegadizos yturbulentos”. No sabemos en que momento cayó prisionero.

(2) Carrera permaneció pues en San Luis, desde el 15 de julio hasta el 21 de agosto. VicuñaMackenna ofrece algunos datos sobre la vida de Carrera en San Luis, mientras fue dueñode la ciudad. Pueyrredón, que como hemos visto, figuraba al lado de Morón en el combatede Río 4º, cayó prisionero de Carrera mientas intentaba la fuga desde San Luis. El chilenole trató con tanta generosidad que se captó las simpatías del joven oficial, (Pueyrredóntenía 20 años). Poco después éste se incorporaba al ejército… “Serían las cuatro de latarde —cuenta— cuando llegué a la casa y a presencia del general Carrera. Estaba sentadoante una mesa de escribir; el cabo que me conducía entró primero, avisándole que traíaprisionero a un oficial; e! cabo salió y me hizo entrar; me encontré da pie delante delhombre que se nos pintaba con colores tan negros, de ese jefe de bandidos que llevabauna guerra de exterminio por doquier y de quien la credulidad popular hacía un monstruo,un antropófago… Yo debía temerlo todo de ese hombre porque era el enemigo jurado demi familia... — ¿Es Ud. el oficial prisionero? — ¡Sí, Señor! — ¿Era Ud. oficial de Morón? —¡Sí, Señor, su primer ayudante de campo! — No le pregunto por su grado porque veo queUd. es Capitán; ¿su gracia de Ud.? — ¡Manuel Pueyrredón! — Cómo, ¿es Ud. el capitánPueyrredón, que estaba en el ejército de Morón? — ¡Sí, Señor!, el mismo, — ¿Había otrode su apellido allí? — ¡No, Señor, ningún otro! — ¡Entonces Ud., está entre amigos! — ydiciendo esto se levantó y vino a darme la mano; el mismo me arrimó una silla cerca de él,convidándome a sentar. — Usted tiene aquí deudores y deudoras —agregó. — Yo, Señor?No lo sé. — ¡Como!. Tan pronto ha olvidado usted lo que hizo por Novoa, Kennedy y laniña, tomados en San Bernardo?... El General don José Miguel Carrera era un hombre deestatura más que regular, delgado de cuerpo, color blanco, de mirar tierno y penetrante,nariz grande, tenía la boca casi siempre entreabierta, al hablar mostraba sus blancos ybien conservados dientes, algo grandes; en su frente, espaciosa y elevada se notaban aambos lados dos prominencias pronunciadas y la cabeza desde allí se elevaba como unglobo… Poseía en grado superior el don de la palabra, el don de gentes y con unaseducción irresistible no se podía hablar cuatro minutos con el general Carrera sin ser suamigo; hasta su voz era notable, daba a sus palabras una entonación metálica que parecíauna campana”. Pueyrred6n. Op. cit, ps. 45 a 50. El mismo autor ofrece otros pormenoressobre el corto gobierno de Carrera en San Luis, que completan los apuntes de Yates.

(3) Vicuña Mackenna, que traduce tal cual párrafo de Yates, hace decir aquí al autor algo muydistinto a lo que registra, el texto original. Véase su traducción: “La experiencia, dice eloficial Yates, había, enseñado a nuestros soldados que el triunfo dependía menos de laagilidad de sus caballos que de su propio coraje, y aunque sin murmurar, marchabantristes y abatidos volviendo la espalda al enemigo para ir a encontrar otro superior ennúmero y en recursos”. El subrayado no es de Yates, aunque el Sr. Vicuña lo coloca entrecomillas como del autor.

(4) “Una de las cosas que más contribuyó a la destrucción de los caballos fue la multitud demujeres que seguían la división. Es sabido que son siempre las mejor montadas y también

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las más desordenadas”. Pueyrredón. Op. cit. 81. Sobre esto de las mujeres, observa elcoronel: “Todos aquellos hombres eran voluntarios y dueños de sus acciones y en ningunaparte se manifestaba más esa libertad que en el ramo de mujeres; cada uno era dueño dellevar las que quisiera, a veces sucedía que uno solo llevaba dos o tres, y otras, que entredos llevaban una sola compartiéndose sus favores sin que por esto hubiese jamásdiscusión entre ellos. Como el juego era libre, cuando perdían sus prendas, apostaban lasmujeres, de lo que resultaba que el más afortunado tuviese a veces muchas que vendía,prestaba o volvía a perder en el juego. Aquello era el siglo de oro para esa gentes, comoyo les decía”... pág. 64.

(5) El ejemplar que me ha servido para esta traducción tiene una nota manuscrita deSarmiento sobre el caballo de Albín Gutiérrez. Puede verse el facsímil de la páginacorrespondiente, como ilustración de este libro.

Retirada de Carrera

(1) En un momento de la marcha, Pueyrredón camina junto a Carrera y se dijeron lo siguiente:“Empezó a hablarme en francés —escribe Pueyrredón— para que no entendiesen los quenos rodeaban. Tengo noticias —dijo— que en Jocolí, que está en este camino a 12 leguasde Mendoza, hay como cuatrocientos caballos, guardados por una partida quesorprenderemos o derrotaremos: una vez dueños de esa caballada atravesaremos elTunuyán: tengo el mapa y una aguja de marear. Puestos en la pampa seguiremos por eldesierto hasta Rosario: allí nos embarcaremos para Montevideo, para después seguir a losEstados unidos, donde aun podemos ser felices, porque tengo buenos amibos, pero espreciso para esto que se resuelva usted a olvidarse de su país, como voy yo resuelto ahacerlo. Se acabo para mí la política y la guerra: José Miguel Carrera no volverá nunca aestos países que serán siempre para él de un ingrato recuerdo... ¿Se acomoda usted aeste plan? —Sí señor, le acompañaré a los Estados Unidos y participar de su suerte. —Puesbien, es ya cosa decidida. Yo no sé si esta conversación —agrega Pueyrredón— fue oída oentendida por alguno, o si el general dijo esto mismo u algún otro, pero lo cierto es quecuando le prendieron se lo echaron en cara”. Op, cit. p. 89.

(2) Sobre este episodio, como sobre el combate de Punta del Médano, suministran otrosmuchos pormenores los coroneles Pueyrredón y Benavente, actores ambos en los sucesos.Benavente escribió una Relación que hace el coronel don José María Benavente, desde lacárcel de Mendoza, que figura en el Apéndice de la obra de Vicuña Mackenna.

(3) No sabemos si se refiere Yates a los oficiales ingleses o a todos los demás oficiales.(4) Debe entenderse gobernador de Cuyo. El señor Julio O. Raffo de la Reta, en su libro El

general José Miguel Carrera, levanta muchos cargos de Vicuña Mackenna contra AlbínGutiérrez.

(5) Sarmiento puso aquí una nota manuscrita en los siguientes términos: “No es fundada, estatacha. El Congreso de 1813 habilitó hasta el grado de tenientes coroneles para formarConsejo de Guerra de oficiales generales. Sarmiento”.

(6) Debe tenerse en cuenta que Yates no estuvo presente en los sucesos que ahora relata.Benavente, que estaba con Carrera, dice así: “El general pidió hablar con el cura Peña ycreo que con la señora madre de su esposa; contestó Cabero, que vería, pero se nos cerróel sótano y no fue abierto hasta las 6 y media del día 4. A esta hora entró mi hermanoJuan José y nos dijo que no había remedio, que íbamos a morir. Volvió el general a instarpor la vista de Peña, que quería disponerse con él y quería comunicarle asuntos de sufamilia. Se le dijo que Peña estaba enfermo y lo mismo su suegra, que no podía venir,pero que afuera esperaban religiosos. Pidió entonces papel y tintero para escribir a sumujer y me dijo que pensaba recomendarla a los señores 0'Higgins y San Martín para quese le volviesen sus intereses; a mí me hizo otros encargos de su familia. Se le trajo papely tintero y principió la carta para su mujer en estos términos: “Mi adorada pero muydesgraciada Mercedes: Un accidente inesperado y un conjunto de desgraciadas

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circunstancias me han traído a esta situación triste; ten resignación para escuchar quemoriré hoy a las once. Sí, mi querida, moriré con el único pesar de dejarte abandonadacon nuestros tiernos cinco hijos, en país extraño, sin amigos, sin relaciones, sin recursos.Más puede la Providencia que los hombres. No sé por que causa se me aparece como unángel tutelar el oficial Olazábal con la noticia de que somos indultados y que vamos a saliren libertad con mi buen amigo Benavente y el viejecito Alvarez, que nos acompaña…, etc.Nos quedamos como un cuarto de hora en esta suspensión, pero luego fue funesto nuestroconsuelo. Se despidió Olazábal con mil demostraciones de ternura y nos prometió venirpronto a visitarnos. Muy poco rato después fue llamado el general por Correa a nombre delmayor de plaza; don Felipe Alvarez había ya salido a disponerse y yo solo me quedé en elsótano, donde no supe mas de mi amigo hasta que oí la descarga…”. Sobre los últimosmomentos de José Miguel Carrera, véase el relato del P. José Benito Lamas en Revistachilena de Historia y Geografía. Año X I. Tomo XI, transcripto en mi libro Lecturas deHistoria Argentina, p . 283 .

(7) “Llegada la hora fatal, el ayudante Barcala, negro del batallón de cívicos, con el alguacilCorrea, fueron a sacarle. —Ya es la hora, señor, le dijo. —Voy a concluir esta carta, lecontestó. —No es posible, señor, la hora es pasada, y le quito el tintero. —Déjeme mojaruna sola vez la pluma y estoy con usted. Entonces escribió” sus últimas palabras de laprisión: “En este momento muere José Miguel Carrera”. — Pueyrredón. Op. cit. p. 109.

(8) El coronel Manuel de Olazábal pidió la vida de Carrera y Godoy Cruz se la concedió; poreso se apresuró a comunicárselo al prisionero. El coronel Olazábal publicó un folletotitulado: Refutación sobre ciertas apreciaciones a la obra publicada en Chile por el señorVicuña Mackenna, El ostracismo de los Carreras. Gualeguaychú,1856. Imprenta, delComercio. Se trata de un interesantísimo documento donde se describe con sugestivospormenores la batalla de Punta del Médano, y se relatan dramáticos episodios relacionadoscon la condena de Carrera, en Mendoza. Según Olazábal, después de comunicar a Carreraque había salvado su vida, fueron a sacar el preso para ejecutarlo. “Salí de prisa, montéen mi caballo y fui a casa de Godoy Cruz... Entró en ese momento a gran prisa el Mayor dePlaza Corvalán a decirme que Carrera; al anunciarle que ya había llegado la hora fatal,había contestado resueltamente que ‘no se movería de aquel sitio mientras no fuese yo adecírselo, a menos que lo sacasen arrastrado'. La cólera que tenía en mi pecho sedesbordó y conteste a Corvalán: 'Vaya Vd. y diga al señor Carrera que el Gobernador,faltando miserablemente a su palabra (estaba presente y se puso a pasear en el cuartodonde estábamos) ha dado contraorden y que no tengo la fuerza suficiente para ir averlo”... El escrito de Olazábal figura en el Apéndice de la obra del señor Raffo de la Reta,ya citada. En cuanto a la afirmación de Yates, de que el populacho de Mendoza sentíaveneración por Carrera, es de una evidente falsedad. Basta leer a Pueyrredón, Benavente,Vicuña Mackenna, etc., para comprobarlo.

(9) Los tiempos eran duros… dice el Dr. Vicente Fidel López comentando este episodio. Es laconsabida muletilla para excusar las acciones que, cometidas por otros, se exhiben comodemostraciones de ferocidad y salvajismo. Cuarenta años después (1863) el autor deCivilización y barbarie dirá refiriéndose al asesinato del general Peñaloza: Yo aquí heaplaudido la medida precisamente por su forma. Sin cortarle la cabeza a aquel inveteradopícaro y ponerla a la expectación, las chusmas no se hubieran aquietado en seis meses...”Sarmiento­Mitre. Correspondencia. Buenos Aires 1911. p. 251.

(10) Exageración manifiesta de Yates...(11) El Dr. Don Tomás Godoy Cruz, Gobernador de Mendoza, remitió a Bustos la cabeza de

Alvarez y el siguiente oficio: “Con el conductor de la presente remito a V. S. la cabeza delantiguo y perverso montonero Felipe Alvarez, para que si Vd. lo tiene a bien la mandecolocar en el Fraile Muerto, lugar de su vecindario para que en el suceso que ella lesrecuerde, escarmienten los que hayan sido seducidos por su ejemplo…, etc.”. Celesta. Op.cit. II. p. 324. La cabeza permaneció en la plaza de Fraile Muerto, desde setiembre de1821 a enero de 1822.

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(12) No dicen tal cosa los documentos conocidos. Es verdad que Rodríguez felicita solamente algobierno por la victoria de Punta del Médano, sin darse por notificado de la muerte deCarrera, pero no hace ningún cargo ni mucho menos a Godoy Cruz, llamando a Carrera“genio del mal”.

(13) Motilón. Lego de un convento. Yates en un paréntesis aclara: la categoría más ínfima entrelos frailes.