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Osterling

ALEJANDROLuego de sobrevivir a un

cáncer, Alejandro no sólo ha mejorado su estilo de vida,

sino que además se ha propuesto informar y ayudar a la población a mejorar su salud y a prevenir o revertir

enfermedades. Hoy está certificado de un programa de nutrición saludable de la

Universidad de Cornell (NY,USA) y es un

comunicador voluntario en temas relacionados al cáncer y a la salud en

general como también un próspero empresario en el rubro de la alimentación

saludable.

parte IIiparte IIiX X I X / V I / M M X X

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estadounidense, enviaba a los soldados americanos durante la II Guerra Mundial cantidades exorbitantes de las famosasD Ration Bars para proveerles de una dosis rápida de energía y satisfacción a un bajo coste. La intención de dichas barras de golosinas era la de reemplazar una comida pero, de manera notoria, ello no era la realidad, dada la deficiencia nutricional de las mismas. Debido a la estructura de fabricación implementada para abastecer al ejército estadounidense, sumado a los efectos adictivos del azúcar, ya implantados en los paladares de millones de soldados, todas las confituras repartidas en la guerra se replicaban y se acogían con el mismo entusiasmo por los soldados de vuelta a casa, de vuelta en la tierra de los libres y el hogar de los valientes: EE. UU. Es a partir de dicho precedente que empezó el efecto piramidal y multiplicador de una de las epidemias de consumo masivo y adictivo más potentes de la historia: el azúcar.

Fue tal la avalancha que el azúcar trajo consigo que hasta el día de

hoy está acompañada de un sinfín de sinónimos. Se le encuentra con diversos nombres alterados, desconocidos para algunos y con un rol engañoso para otros: dextrosa, maltodextrina, panela, néctar, jarabe de maíz, fructuosa, glucosa, galactosa, maltosa, melaza, sacarosa, y en más nombres y formas creativas esbozadas por su misma industria. Este incontable número de sinónimos ya está presente y disperso como ingrediente en más del 60%1 de los productos de las góndolas de los supermercados. El azúcar en todas sus versiones representa una carga de calorías vacías; esto es, calorías que no aportan nutrientes, no generan saciedad y, por el contrario, promueven la adicción. Cada vez son más las personas afectadas por el sobrepeso –adultos con un Índice de Masa Corporal (IMC) () entre 25 y 29.9 son considerados con sobrepeso- y cada vez son más aquellas propensas a contraer o desarrollar enfermedades. ___1https://www.nytimes.com/2016/05/22/

upshot/it-isnt-easy-to-figure-out-which-

foods-contain-sugar.html

Si supiésemos el origen de los alimentos procesados,

comprenderíamos que muchos no están hechos para promover nuestra salud ni para ser parte de nuestras dietas cotidianas, sino que están procreados indiferentes a nuestra salud y que finalmente promueven todo lo contrario a ella. No solo la industria de la leche de vaca en sus orígenes estaba destinada a una cuota reducida de la población; esto es, a aquellos viviendo en estado de emergencia y sobrevivencia como, por ejemplo, los soldados en actividad, sino que, con funciones similares, el azúcar era distribuida para proveer satisfacción y energía casi de manera instantánea en forma de golosinas a los militares en conflagraciones. De golosinas de apoyo en combate, años más tarde, el azúcar es bautizada como víctima de una explotación comercial cuyo desarrollo industrial no tiene precedentes.

En el mundo occidental, el azúcar se promueve en forma de golosinas. Hershey’s, imperio de la confitura desde inicios del siglo XX, auspiciado por el gobierno

AMBOS PUEDENIMPULSAR LAAPARICIÓN YDESARROLLO DE ENFERMEDADES COMPLEJAS

¡EL COMPLOT DEL AZÚCAR Y LOS EDULCORANTES!

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Hoy, los humanos no solo consumimos más de 160 millones de toneladas de azúcar al año, sino que también consumimos esa carga en calorías vacías; es decir, sin nutrientes ni beneficios adicionales a un fragmento de energía. Esto definitivamente resulta alarmante para nuestra salud.

El azúcar es un poderoso inflamatorio en todas sus formas, entre las que se cuentan los monosacáridos, las moléculas

más simples de azúcar; los disacáridos, compuestos que integran 2 monosacáridos; y los polisacáridos, compuestos que combinan varios monosacáridos y disacáridos. Hay 3 tipos de monosacáridos: fructuosa, glucosa y galactosa.

Algunas ilustraciones: la fructosa suele estar en las frutas y en

la miel –es el dulce de estos alimentos; la glucosa, en los endulzantes; y la galactosa, en la leche y en sus derivados. El azúcar convencional –la sacarosa, que es un disacárido), está compuesto

por 55% de glucosa y 45% de fructosa. El pan integral es un polisacárido que, gracias a la encima amilasa, cuyo cargo es

el de sintetizar y desintegrar los carbohidratos simples y complejos hasta transformarlos en monosacáridos, podemos descomponer, digerir y absorber para asimilar sus nutrientes y abastecernos de sus beneficios.

El monosacárido más abundante en nuestra alimentación es la glucosa, la que, al ingresar a nuestro cuerpo, tiene múltiples opciones para comportarse, reaccionar y funcionar. Si es que es procesada en el hígado, se puede transformar en moléculas de trifosfato de adenosina (ATP por sus siglas en inglés) y

A) ser una fuente de energía importante para el cuerpo;

B) almacenarse como glucógeno (reserva de energía);

C) sintetizarse como grasa o

D) convertirse en aminoácidos.

La glucosa no procesada en el hígado, considerada como exceso de glucosa, tiene sólo una alternativa: verterse en el torrente sanguíneo, aumentando sus niveles en la sangre. Al experimentar un exceso de glucosa en la sangre, uno puede llegar a tener gramos de azúcar nadando en el flujo sanguíneo. El peligro está en el excedente de azúcar, en el que ya no es vital para el funcionamiento de nuestro cuerpo ni para el soporte de las actividades del día a día.

Además de colocarle alfombra roja a enfermedades como el cáncer, también es su combustible (las células cancerígenas se alimentan del azúcar).

"Un cuerpo inflamado concentra entornos y ecosistemas ideales

para el desarrollo de una enfermedad crónica, para que se plante un agente externo o para que mute uno interno".

"Al experimentar un exceso de glucosa en la

sangre, uno puede llegar a

tener gramos de azúcar nadando

en el flujo sanguíneo".

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Dado que el azúcar, la golosina, es algo de consumo rutinario,

este puede tener un efecto muy negativo en la salud. Desde que me enfoqué en cambiar mi alimentación, decidí dejar el azúcar en todos sus tipos, en sus distintas composiciones moleculares, nombres y formas. Y siendo el dulce parte de mis goces del día a día, me dediqué a buscar un reemplazo, una solución. No me iba a conformar con los edulcorantes artificiales que son más tóxicos que el azúcar convencional (algunos de ellos, incluso, contienen azúcar escondida bajo distintos nombres, de manera camuflada). No es poco común encontrarse con endulzantes que se etiqueten como sanos, pero que contengan maltodextrina, dextrosa, melaza, sucralosa y/o saborizantes en su lista de ingredientes. Tampoco

me interesó la stevia: la mayoría de las marcas la mezclan con sustancias tóxicas como las previamente mencionadas; mientras que las opciones realmente naturales son muy complejas para utilizarse en recetas de postres y tienen un sabor que, personalmente, me dejan una aspereza.

El cambio radical en mi dieta lo empecé cuando vivía y me trataba en Nueva York, Estados Unidos. Y después de pasearme por todos los rincones saludables de la zona, cerca de rendirme y terminar el día sin resultados, fue en uno de ellos que encontré una marca de endulzantes llamada Lakanto. Se trataba de una marca japonesa que ofrecía endulzantes hechos a base de la Fruta del Monje y al Eritritol, 100% natural y sin transgénicos ni alternaciones.

LO RUTINARIO ES LO MÁS RELEVANTE

En los últimos años he sido sometido a más de 10 resonancias denominadas PET SCANS. Son pruebas que ayudan a diagnosticar la actividad cancerígena que uno tiene en el cuerpo al revelar el metabolismo de las células al hacer contacto con el contraste –la glucosa.

Al finalizar la resonancia, el radiólogo tiene a su disposición imágenes de la prueba y en estas pueden resaltarse focos de luz como manchas con distintas intensidades y colores que ilustran si existe o no actividad cancerígena, así como su grado y magnitud.

La actividad cancerígena -médicamente hablando- también es interpretada de forma numérica con el resultado “SUV o FDG Uptake”2 del análisis. Para identificar y asignarle valor a este marcador, el ejercicio que realiza el radiólogo es analizar qué área se ilumina más –encontrar los focos- en el cuerpo del paciente estudiado.

En resumen, el paciente, previo a someterse a la prueba, es inyectado con una dosis concentrada de glucosa que actúa como contraste. En la prueba se identifican los puntos en el cuerpo que absorben y metabolizan mayor cantidad de azúcar. Son estos los que se encienden con mayor intensidad de color y también son estos los que tienen mayor probabilidad de ser áreas con actividad cancerígena.

Esto, en cierta medida, responde a la afirmación del párrafo anterior: el cáncer se alimenta de azúcar.___2https://www.sciencedirect.com/topics/

medicine-and-dentistry/standardized-

uptake-value

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Esta mezcla con sabor a azúcar pero sin calorías, con índice glucémico de cero y sin impacto en la insulina era ideal para mí. La Fruta del Monje, también llamada Luo Han Guo en China, era consumida por los monjes budistas hace miles de años por sus propiedades curativas. Y Lakanto ofrecía una versión de Fruta del Monje mezclada con Eritritol que resultaba en un producto muy similar al azúcar, tanto en sabor como en textura.

El Eritritol es un polialcohol generado a partir de la fermentación de plantas. La mayoría de los polialcoholes puede producir efectos laxantes o hinchazón estomacal, pero el Eritritol3 es el único que se elimina al 90% a través de la orina y es muy amigable con la flora intestinal. Es por esa razón que no solo decidí consumir los endulzantes de Lakanto, que aportan 0 calorías y que no impactan a la insulina ni

a los niveles de azúcar en la sangre, sino que ahora es una marca representada por nuestra empresa Power Nature en todo el Perú. Tanto Lakanto como Zana, ambas marcas comercializadas por Power Nature, ofrecen productos sin azúcar, sin lácteos, 100% naturales y veganos.

Hoy en día, los productos de estas marcas están orientados a personas con restricciones y a aquellas conscientes del impacto del azúcar natural y artificial en el cuerpo.

Estos productos ya no solo son consumidos por mí, sino también por muchas otras personas con diabetes, cáncer, otros tipos de restricciones o simplemente por personas que cuidan su peso y salud y buscan alternativas deliciosas.

___3https://datossobrelospolioles.com/

erythritol/

TIP: Para evitar entrar en la condición de obesidad (o para salir de esta) es recomendable conversar con un nutricionista sobre las siguientes alternativas:

1) Reducir en gran medida el consumo de uno de los siguientes macronutrientes: carbohidratos, grasas o proteínas. Normalmente se elige evitar grasas o carbohidratos. Bajo este concepto, el cuerpo deja de sobreestoquearse de grasa y empieza a utilizar la grasa almacenada como energía, lo cual ayuda a eliminarla.

2) Saltearse una de las tres comidas “esenciales” al día. El excedente calórico consumido en la siguiente comida no suele recompensar la suma de calorías de lo dejado de consumir en la comida salteada. Adicional a esto, el cuerpo se acostumbra a comer menos, a buscar menos calorías para sentirse saciado.

3) Buscar consumir alimentos con mayor contenido nutricional que logren satisfacer por más tiempo. Hay alimentos con calorías denominadas “vacías” porque no aportan suficientes nutrientes y para lograr satisfacer el hambre y al cuerpo uno debe de consumirlos en grandes cantidades (por ejemplo, el arroz blanco y el azúcar refinada). Por otro lado, hay alimentos altos en nutrientes que logran satisfacer con menores cantidades (legumbres y quinua).

Adicional a lo que uno decida experimentar para bajar de peso, siempre es importante que la dieta alimenticia regular y permanente sea balanceada y sostenible en el tiempo. Es muy fácil volver a ganar el peso perdido en una dieta de corto plazo dado que el cuerpo, por inercia, tiene valores asociados al peso y dimensiones corporales denominadas “normales” -las que han prevalecido por mas tiempo- y al terminar la dieta éste busca regresar a ellos. Hace falta tiempo y paciencia para reestablecer el punto de partida y regresar a lo denominado “normal”.