Arquitectura 256 - 1986

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Vivienda de arquitectos / El eclecticismo de los lugartenientes americanos / Documentos para una historia de la arquitectura nacional / Concurso de proyectos innovadores y creativos / Montevideo. Aspectos morfologicos y tipologicos / Aspectos de una conversación con el Arq. Pietro Chiancone / Centro de barrio Tacuarembo / Sucursal Salto Banco NMB BANK / Informe areas caracterizadas (2da. parte)

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CONDICIONES DE APLICACION

Puede ser dilu ído previamente en el agua de amasado que se empleará, o agregado al finalizar la preparación del hormigón o mortero. En todos los casos verifique que está correctamente dosifi­cado y mezclado. Evite el contacto directo del acelerador con el cemento portland.

ENSAYOS COMPARATIVOS

Se adjunta copia de certif icado de ensayo, trabajo No. 4419, ensayo Número M 14421 /34 rea­lizado en Instituto de Ensayo de Materiales de la Facultad de Ingeniería. Las muestras fueron preparadas en Fábrica de Columnas U.T.E. en presencia de los técnicos de las respectivas empresas. La referida copia nos fue entregada por U .T .E. con las anotaciones que en ella constan.

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CONTINUACION

DOSI FICACION

La proporción de acelerador a emplear depende del efecto deseado.

Dentro de los rangos recomendados, se puede lograr una amplia variación del tiempo de fraguado.

Para una misma proporción de fraguador, el tiempo de fraguado depende, además, de la calidad del cemento y de la temperatura ambiente.

1- HORMIGONES CONSUMO CONSUMO NORMAL MAXIMO

Lts. de fraguador /bolsa de cemento 1,75 3,5 Dilución de fraguador en agua de amasado (aprox.) 1: 18 1 :9 Lts. de fraguador/me de hormigón (aprox.) 12 24

Observaciones:

El consumo " normal " comprende el que consigue un efecto similar al del "cemento de alta resistencia inicial ".

En ningún caso debe superarse el consumo máximo.

11- MORTEROS DE ARENA Y PORTLAND

Puede usarse una dosificación mayor que la indicada para los hormigones

Lts. de fraguador/ bolsa de cemento Dilución de fraguador en agua de amasado (aprox .) Lts. de fraguador/ 1 O Lt. de mortero (aprox.)

PRECAUCIONES:

No debe usarse en hormigones pretensados.

Use exclusivamente cemento portland fresco.

CONSUMO NORMAL

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CONSUMO MAXIMO

10 1 :2 0.75

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INDICE

VIVIENDA DE ARQ UI­TECTOS . . . . . . . . . . . . 1 O

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EL ECLECTICISMO DE LOS LUGARTENIENTES AMERICANOS . 22

DO CU MENTOS PAR A UNA HISTORIA DE LA ARQ U ITECTURA NA ­CIONAL . 40

CONCURSO DE PROYEC­TOS INNOVADORES Y CREATIVOS . 48

MONTEVIDEO. ASPEC­TOS MORFOLOGICOS Y TIPOLOGICOS . 49

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«loA

Integrante de Unión Internacional de

Arquitectos (U.I.A.) Federación Panamericana de

Asociación de Arquitectos (F.P.A.A.) Confederación Iberoamericana

de Asociaciones Nacionales de Arquitectos (C.I.A.N.A.)

Agrupación Universitaria del Utllguay (A.U.O. U.)

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·-CENTRO DE BARRIO TACUAREMBO. 44

-ASPECTOS DE UNA CON­VERSACION CON EL ARQ. PIETRO CHIANCO­NE . 26

<L

SUCURSAL SALTO BAN­CO NMB BANK . 46

INFO RM E AREAS CA­RACTERIZADAS. 2da. PARTE . 30

COMISION DIRECTIVA PERIODO 1985-1986

COMITE EJECUTIVO Presidente: Arq. Nery González - Vice Presidente 1°: Arq. Conrado Pintos- Vice Presidente 2°: Arq. Jaime lgorra ·Secretario General: Arq. Esteban Dicste- Tesorero: Arq. Samuel Feder- Secretario de Actas: Arq. Arturo Silva Montero- Secretario Administrativo: Arq. Alberto Valenti.

CONSEJO DELIBERATIVO: Arquitectos: Duilio Amándola - Edgar Baruzze- Nelson Beiroa- José Bott i- Susana Cora - Fernando Giordano - José L. Livni - Marcelo Payssé - Héctor Rezzano - Luis Rocca - José Vida! - Roberto Vi­llarmarzo- María Rosa Soria- J. García Mantegazza- Ramiro Bascans- E. D'Angelo.

Suplentes: Arquitectos: U. Torrado - A. Villaamil- R. Guguich - M. Chao - J. Sancho- M. Rodríguez de Morón - O. Richero - W. González López - E. Canal e - A. Ridao - C. Pas'tro - M. Bongiovanni -J. Abella Trías.

SECRETARIO EJECUTIVO:

Arq . Diana Spatakis

COORDINADOR:

Arq. Luis Rocca

COMISION DE PUBLICACIONES Arquitectos: Rafael Lorente Mourelle - José Luis Limi -Fernando Giordano - Lucas Ríos Giordano -Pota Glikberg de Besuievsky.

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Arq. Rafael Lorente Mourelle

En este número presentamos una serie de vi~iendas de arquitectos pro­yectadas y construidas por y para ellos y sus familias . La selección pudo ha­ber sido diferente aunque, a los fines propuestos. es suficientemente repre­sentativa de lo realizado en esa temá­tica, tanto en calidad como en canti ­dad. Todas ellas fueron concebidas y realizadas entre fines de la década de los sesenta y fines de los setenta.

Estos dos hechos. viviendas propias y su común ubicación cronológica, pautan algunas de sus características más notorias . Entre ellas , quizás la más saliente, la constituye su induda­ble calidad arquitectónica que las em­parenta y aúna por encima de tenden­cias, acentos. coincidencias. divergen-

• ctas, etc. Calidad arquitectónica, hecho poco

frecuente en la producción global de los últimos años y. en particular, del periodo analizado, ciertamente uno de los más activos , tristemente activos en materia precisamente de calidad. De alli la excepción que constituyen las propuestas presentadas. Testimo­nios de fe , creencia y confianza en el oficio de arquitecto y en su instru ­mental especifico. Ni~guna de ellas se plantea como un manifiesto abstracto que pretende redimir al mundo ni a la profesión·de arquitecto. Todas parten de una realidad que es la común ne­cesidad de albergar a sus familias y la resuelven en términos concretos, pre­sentes, con los recursos disponibles al momento de proyectarse, con las he­rramientas técnicas y la ideología de ese periodo.

Seguramente hoy sería diferente. Los problemas y las preocupaciones son otras. Ni mejores ni peores sino distintas e irrepetibles. y por ello re­sulta estimulante su estudio y divul­gación. Es que hoy. apenas salidos de uno de los peores procesos que atra­vesó el país, volvemos a replantearnos nuestra identidad y nuestras creencias y. para ello, utilizamos. entre otros. instrumentos aptos. la evaluación de nuestro pasado e incluso del más re­ciente, la discusión y el intercambio de ideas que desearíamos fuera lo más pluralista posible a pesar de las pro­fundas heridas y reflejos condiciona-

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dos que nos legó el autoritarismo en todos los niveles de la convivencia. Autoritarismo que no desapareció y del que. sólo a través del más amplio, constante y conciente ejercicio de la democracia, podremos ir superando en el tiempo. No es casual pues, que hoy publiquemos este grupo selecto de obras. Extraeremos de ellas algu­nas constantes que nos dejarán valio­so material de reflexión que enriquece el patrimonio de nuestra cultura ar-Quitectónica. ·

En los últimos años. la Historia y la Ciudad (Patrimonio y Calidad de Vi­-da) pasan a ser preocupaciones domi­nantes. Unos años atrás el camino de superación del urbanismo esquemá­tico y rígido pasaba por los planteos del TEAM X, de la reconquista del espacio urbano, de su intrínseca con­tinuidad, de la escala específica de la calle, de las áreas multifuncionales. etc. Un cierto optimismo, heredado de los primeros plantees del movi­miento moderno. seguía ubicando al arquitecto como protagonista de l cambio urbano que se operaba en la construcción de nuevos sectores de ciudad o de nuevas ciudades.

En lo estrictamente arquitectónico, las referencias más claras, dentro de los grandes maestros, eran el Le Cor­busier de la Maison Jaoul en Neuilly, el Aalto de la Municipalidad de Saynatsalo y de la Villa Mairea, el Kahn de la Y ale University y del Salk Institute en San Diego. Reyner Ba­nham con sus obras "El Brutalismo en Arquitectura". ¿Etica y Estética? y "Teoría y Diseño en la Era de la Má­quina" unifica con su pensamiento y análisis. por encima de lo polémico de sus plantees. a la mejor producción del periodo.

Referencias obligadas, aunque par­ciales, eran las de: Stirling y Gowan, M. Ungers, Van der Broek y Bakema, los Smithson, K. Tange y K. Mayeka­wa, A. Van Eyck, el AUA de París, el Atelier S, G. Candilis, R. Erskine, entre otros.

En un ámbito más cercano era dis­cutida y considerada la obra de Clo-

rindo Testa. Claudio Caveri. Justo Solsona y Ernesto Katzestein asi co­mo. entre nosotros. la de Mario Pays­sé. Eladio Dieste. Ernesto Leborgne y Rafael Lorente Escudero. quienes con configuraban complementariamente el marco referencial del período.

El tema de la autenticidad o, mejor dicho, de la existencia de un camino propio en arquitectura como una ma­nifestación cultural más amplia , re­flejo de una cierta identidad nacional. era y sigue siendo aún uno de los cen­tros del debate arquitectónico. Este tema, vinculado obviamente a la con­ciencia clara de país subdesarroll ado y dependiente , y a los vínculos geopo­líticos determinados por una coyuntu­ra histórica, marca profundamente el pensamiento y la acción de los arqui­tectos y diríamos que, por encima de d iferencias. aúna el espíritu de sus plantees.

Si intentáramos extraer. más allá de lo temático y de lo cronológico, al ­gunas características comunes , d iria­mos que un primer elemento seria la propuesta en casi todas las obras pre­sentadas de un marco referencial pro­pio en lo urbano. Esto es un cierto sentimiento a aislar la obra de su con­texto específico proponiendo, a través de ella, nuevas relaciones en lo espa­cial y en el lenguaje utilizado. Las vi­viendas de Cagnoli y de Gimeno, ubi­cadas ambas en un medio francamen -

te urbano, se separan netamente de la calle a través de un muro que indica claramente el límite de lo público y lo privado. Las viviendas de Besuievsky y de Rodríguez Orozco incorporan elementos formales. especialmente en la resolución de cubiertas y en la uti ­lización de materiales que tienden a destacar claramente la obra en rela­ción a su entorno. Las viviendas de Arcos y Livni utilizan formas y len­guajes "suburbanos" generando pro­puestas de "alternativa" al contexto especifico. Las viviendas de Eduardo y Miguel Canale. especialmente la primera de ellas. se formulan (obvia­mente muy condtcionadas ambas por la dimensión del predio) a partir de la aceptación de un rasgo sobresalien te dado por la presencia de un paisaje costero excepcional.

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Otra característica es el empleo de procedimientos constructivos y de materiales en fo rma totalmente fran ­ca y natural. En casi todas las vivien­das, los hormigones de cielorrasos se han dejado a la vista o pintados sin modi ficar su carácter. En casi todas las casas, los muros son de ladrillo dejado al natural o pintado a la cal. Hay una clara intencionalidad de se­ñalar el procedimiento y la técnica constructiva empleada, asi como uti ­lizar directamente el material tal cual es.

La referencia al "brutalismo" por un lado, y a una cierta asociación en­tre la ética y el lenguaje arquitectó­nico por otro, parece claro en todas las propuestas. La arquitectura no es entendida como un "marco esceno­gráfico" "complejo y contradictorio" sino que existe una voluntad expresa de direccionalidad en la lectura y en los usos que dicha arquitectura pro­pone.

En cuanto a sus características más salientes, digamos que la de Gimeno, siendo la que acepta más cabalmente su inserción urbana (a pesar del muro de fachada) utiliza el lenguaje arqui­tectónico más radical proponiendo un muy interesante espacio frontal de t riple altura resuelto con gran acierto y originalidad, particularmente en la incorporación del plano-viga, prota­gonista del espacio exterior múltiple.

La de Besuievsky, apretada por la construcción de un edificio de aparta­mentes lindero, propone en lo interno un espacio particularmente acertado en su resolución donde los diferentes ambientes se vinculan gradualmente y, a su vez. se logra una estimulante relación con el patio intimo posterior. Resulta muy cuidadosa y eficaz la re­solución de detalles así como la elec­ción de materiales y equipamiento realizado.

La de Cagnoli , con una impronta, muy Aaltiana en lo formal, resulta es­pecialmente destacable en la relación de espacios ·interiores y exteriores donde la presencia de lo natural mo­d ifica y genera la espacialidad inter­na. Muy acertado uso de materiales y cuidadoso el estudio de sus detalles

La de Rodríguez Orozco crea un cli­ma interno extraordinariamente cáli ­do con recursos simples pero eficaces. El contraste de color y textura entre los muros encalados y los pavimentos, cielorrasos y aberturas, resulta muy logrado, particularmente la incorpo­ración del patio de fondo profusa­mente plantado donde se integra una vieja escalera de fundición.

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La de Livni resuelve. en forma muy solvente. la esquina creando un espa­cio pergolado orientado al norte real­mente muy disfrutable y variado en su configuración enriquecido por el serio estudio de las especies vegetales ade­cuadas en forma y color al lugar. El tratamiento de muretes. pavimentos. losetones. parrillero. etc. revela una afinada sensibilidad caracterizando los espacios de uso cotidiano. En lo interno resulta particularmente logra­da la comunicación espacial de las di­ferentes áreas. tanto en horizontal como en vertical.

Las de Eduardo y Miguel Canale. a pesar de ser diferentes. tienen (cues­tiones gené t icas aparte) múltiples puntos en común. Su inserción y con­sideración del paisaje. marino y su lo­calización en predios realmente an­gostos. En ambas resulta muy lograda la relación con el paisaje lejano por un lado. sin descuidar la relación con los espacios externos de uso privado por el otro. También la organización in­terna , obteniendo un part ido rt:,mar­cable por el aprovechamiento de te­rrenos singularmente reducidos (4.30

mts. de frente) demostrando cabal­mente que. con una buena estructu­ración y. por supuesto. con dosis im­portantes de imaginación y sensibi li­d ad , es posible plantear alternativas perfectamente aptas. inclusive en ca­sos como estos de dificil resolución.

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La de Arcos. finalmente, por la efi­cacia de su planteo en relación con el barrio. mantiene características de modestia sin pecar en la simplitica­ción. Por el acertado uso de los ma­teriales, por su clima interno, part i­cularmente "vivible'' demostrando cómo la sencillez trabajada con sen­sibilidad sigue siendo. a pesar de la parafrenalia "retro y post'' que vivi­mos, un acertado camino hacia la au ­tenticidad y verdadera originalidad.

Algunas breves reflexiones finales : Desde el punto de vista urbanístico,

el instrumental teórico estaba hacia los años sesenta . fuertemente motiva­do por la superación de Jo<; plantees racionalistas de la CIAM, a través. fundamentalm ente, de las nuevas propuestas del Team X.

Sin embargo, en ellas el tema se­guia siendo el de la nueva ciudad o el crecimiento y extensión de la ciudad existente. Esta, como tal, no fue hacia esos años ni en el debate internacional

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ni en el local, objeto de preocupación .. Así, desde la Dirección de Vivien­

das, el BHU y las Intendencias, a tra­vés de los planes de construcción de viviendas, a la misma Facultad de Ar­

, quitectura a través de las propuestas en los ejercicios docentes de los Talle­res, centraron su enfoque, fundamen­talmente , en la extensión de la ciudad existente. La ciudad real aparecía marginada y no era objeto de atención proyectual en tanto organismo global. En los inicios de la década de los 80, con los primeros planteos del Grupo de Estudios Urbanos primero y de la acción de la SAU luego a nivel l0cal, coincidiendo con los cambios cuaii­tativos en la conceptuación de la ciu­dad que se operaban a nivel interna­cional , se pasó a considerar a la His­toria y al contexto como elementos activos en la metodología proyectual.

Comienza a configurarse un nuevo marco referencial en el que la obra arquitectónica aparece como parte indisociable de un proceso urbano con un pasado, un presente y un fu­turo y no ya como pieza en sí misma con una propuesta organizativa y un lenguaje vinculados a una definida ideología. Se amplia y enriquece la báse conceptual de la obra arquitec- · tónica. Se aceptan y estudian las tipo­logias y modos de relación, netamente urbanas dando origen a nuevas for­mas y lenguajes y revalorizando pro­puestas que, hasta poco tiempo atrás . resultaban ininteligibles en función de los postulados más esquemáticos del Movimiento Moderno.

Seguramente, a la luz de estos con­ceptos, las obras proP.uestas resultan. independientemente de su aporte de indudable calidad, un estimulante de­safio para plantearnos la discusión a otro nivel de problemas, apareciendo así nuevas lecturas y d udas que, es­pero, sea el propio lector quien las formule y responda. De ser así, este trabajo habrá cumplido cabalmente con su cometido.

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La revista americana Progressive Arc/titecture da cuenta en el editorial de su n 6mero de setiembre de 1983, que el Posmodernismo está por acabarse y, para demostrar que la vida siempre contin6a, presenta una docena de proyectos de una nueva corriente llamada Neomodernismo. Era inevitable -dice el editorial­que el Posmodernismo muriese muy joven a6n, porque estaba afectado de un "idealismo" todavia más acusado que el del Movimiento Moderno contra el cual, hace poco más de diez años atrás, se levantaron reproches y desprecios.

El Neomodernismo. en cambio, promete ser más longevo justamente porque carece de la más minima traza de "idealismo"; es, por el contrario, "pragmático" y se inclina a tomar cuanto hay de bueno en el Movimiento Moderoo luego de eva­luar --si bien no la causa, por lo menos el efecto-- si no la estructura expresiva, por lo menos el repertorio linguistico.

De "idealismo" se muere, se podria concluir rápidamente. Pero luego sobreviene la curiosidad por conocer de qué suerte de padecimiento se trata. A primera vista, la denominación parece arrojada al azar, como sucede cuando nos encontramos frente a esas abreviaturas coloquiales que los americanos tanto usan para concretar y asimilar una idea rápidamente , ideas que los europeos, con esfuerzo de siglos, han elevado a los niveles más abstractos. Pero una recorrida por el Random-House -uno de los diccionarios estadounidenses más autorizados- nos demuestra que para ellos el término "idealístico", dentro de las artes figurativas , nomina el tratamiento que se impone

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Giancarlo De Cario al sujeto representado para exaltar una particular concepción mental de belleza o de forma; tratamiento que, en general, consiste en la selección de rasgos particulares de varios modelos y su recomposición en un todo, qe acuerdo con una idea predefinida de perfección. En ese punto uno recuerda al viejo Dizionario del/a lingua italiana del siempre sorprendente Niccoló Tommaseo, quien ya en el año 1860 decia del mismo término, "el eclecticismo ... abreva en el idealismo ... ". Es así que de eclecticismo m uéren y también nacen -por cada muerte tantos efuneros nacimientos-las corrientes. las familias, los grupos de la arquitectura contemporánea.

Charles Jencks confecciona un pormenorizado balance de muertes y natimientos en un extenso articulo apgrecido en el N° 53 de la revista inglesa Arc/titectural Design dedicado por entero a la Representación Abstracta. Jencks es un genio de la clasificación -así figura en el prólogo de la edición- y por cierto en su articulo y en el nutrido grupo de presentaciones que le suceden clasifica todo y a todos con una habilidad sorprendente. Pareciera que luego de todas sus acuatintas de los 6Itimos años le hubiese llegado el momento de aventurarse con el gran fresco.

Las corrientes que registra son muchas y los adeptos en proporción solo unos pocos. Esto significa que en algunas corrientes hay uno o dos seguidores y, con frecuencia, solo uno. Algunos nombres figuran incluso en dos o tres corrientes diferentes al mismo tiempo, de modo que la tarea de clasificación resulta por demás compleja, no precisamente por el problema de la identificación sino porque si el que las clasifica es

también fundador de una corriente, él ya no sabe cüañtos paitídarios puede reclarn ar para si.

Pero esto no le sucede a Jencks, quien registra con objetividad a todo aquel que actualmente está en el Posmodernismo --que él mismo ha creado-- como a quienes ya han abandonado sus filas (y quiz.ás ahora digan que nunca pertenecieron al mismo), ya que cuando sintieron que habian avanzado lo suficiente, abandonaron el barco y comenzaron su propio camino. Su fresco se centra alrededor de dos figuras - Peter Eisenman y Michael Graves. los supérstites más auténticos­rodeados por imágenes más esfumadas dispuestas en grupos cuyos contornos se interceptan. E\tán los Nihilistas Positivistas, que no se limitan a no creer en nada sino que ofrecen representaciones simbólicas de su personal no-creencia; el grupo de los Memoristas, en busca de arquetipos, no arquitectónicos sino extractados de la historia de la arquitectura; el grupo de los Escatologistas, que identifican el 61timo destino espacial de los seres humanos con cementerios y campos de concentración; el grupo de los Metamorfologistas que se dedican , casi como un juego, a alterar los significados ya adquiridos y compartidos por todos con el fin de producir sistemas de relaciones no concordantes y, por ende, no sistemas; el grupo de los Neoabstraccionistas, que buscan interdependencias sin significado que podrían convertirse en significantes si se llevaran a cabo como su objetivo final; los Neoabstraccionistas 11, mayormente europeos, que reconfirman cuanto era afirmado por Alberti acerca de que la arquitectura tiene sus leyes propias para concluir -a diferencia de Alberti- que

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cualquier relación entre ella y el mundo exterior es secundaria y aun superflua ; el grupo de los Neotoscanos, que han aprendido de Albert Speer el efecto intimidatorio de las estructuras verticales a la vista y que para cualquier destino proyectan edificios con fachadas listadas con columnas continuas que van del piso al techo; el grupo de los Neocorintios. más despreocupados . que adoptan las columnas en lugar de las pilastras. tanto de plástico como de hormigón, en tuberías, ascensores y donde sea posible, aun si se trata de baños; el grupo de los Ornamentistas, que retornan al espinoso tema de la decoración y finalmente lo resuelven · en términos bidimensionales, con appliques que pueden producirse en serie , eliminando el costoso y ya casi extinto trabajo artesanal ; y así sucesivamente. En el cielo, sobrevolando a todos ellos, revolotean unos pocos ángeles destrozados por el esfuerzo de permanecer en el cuadro: los Tardomodernistas. Pero no son demonios que emergen de las profundidades porque su caída todavía continúa y les tomará un tiempo más antes de tocar fondo y

• resurgir. A pesar del esfuerzo de estos

grupos por permanecer separados están mucho más cerca de lo que aparentan, y lo que tienen en común es, precisamente, el ansia por diferenciarse. Los intereses más profundos de la arquitectura han estado siempre conectados con la búsqueda deJ Príncipe y, una vez encontrado, con la impredecibilidad de su comportamiento. Pero la virtud carismática y la esfera de ~cción que en un tiempo se le atribuía al Principe se ha transferido hoy a la mass-media, ubicua y estable en su comportamiento que está determinada por la acción reciproca de elementales cálculos de conveniencia y no por lo errático del comportamiento humano.

Los grupos clasificados por Jencks no necesitan ir en busca del Principe porque ya han encontrado uno en la imperante mass-media. El nuevo pacto es rico en beneficios: difusión inmediata e intensiva de la fórmula arquitectónica propuesta; notoriedad personal y, por ende, multiplicación de ofertas; acceso a Jos grandes concursos de diseño con la posibilidad de participar alternativamente como concursante o jurado; libertad de campo en territorios académicos con resultados garantidos, y asi sucesivamente. Pero esto también implica una contrapartida inexorable, contradictoria solo en apariencia: fidelidad al propio sello personal establecido - porque una

personalidad y su producto deben ser reconocidos instantáneamente en el mercado masivo- en combinación con una rápida evolución de la imagen que estimula el consumo, con materiales que parecen nuevos pero que no lo son. En años recientes hemos sido testigos de múltiples variaciones sobre el mismo frontís que dejaba intacto su manifiesta vacuidad , un infinito remolinear de veletas de lata sobre empinadas cúspides, miles de rotacion~s y recomposiciones de las mismas grillas dibujadas a tecnígrafo, cientos de modelos para chimeneas cuyo rasgo en común es su imposibilidad para conducir el humo tal'como prometieron.

La búsqueda de la novedad a través de la recomposición de fragmentos, tanto vistos y revistos en forma individual en su contexto como dispuestos juntos en un único no­contexto artificial, es un típico procedimiento ecléctico: el más vulgar y trillado que exista. La búsqueda de lo sorprendente a través de la colección de simulacros, tomados tal como se regurgitan del propio autismo, es otro de los típiCos procedimientos eclécticos; el más literal y tedioso que se conozca.

Jencks posee una innegable perspicacia critica y puede vislumbrar e~actamente cuánto de regresión ecléctica emerge de las diversas corrientes que registra; en efecto, casi de contrabando, permite deslizar una pregunta significativa: ¿podrán los grupos clasificados man~jarse para reducir las disparidades y conformar una Nueva Academia? Después de todo, como lo era para Beaux Arts, los diferentes estados son meramente formas alotrópicas de una única aproximación que puede fácilmente enseñarse aún a los estudiantes más obtusos, siempre que sean dóciles y voluntariosos. Si todo pudiese concluir en una Nueva Academia, entonces su legitimación provendría de la cultura, no de aquella todavía aristocrática cultura cortejada por las élites de los años 20, y que no es factible de ser revivida (el revivalismo puede evocar tan solo los estereotipos de la historia pero no sus protagonistas), sino de la mid-cult, de la pequeña burguesia totalizante.

Pero Jencks, que es un critico sumamente sagaz, no cree realmente en esta eventualidad y quizá tampoco quiera que suceda, porque tiene mucha más fe en el linaje original Posmodernista. Todas las direcciones que traza desembocan en Graves y Eisenman, los dos figuras mayores -Siva y Visn6--de su Panteón.

En los últimos diez años Eisenman ha hablado más que ningún otro

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arquitecto. incluso a través de sus proyectos que son más verbales que espaciales. No puede negarse que lo que ha dicho ha sido apasionante y. en muchos sentidos. interesante: mucha cultura centroeuropea de retorno, mucho historicismo fácil y mucho de catástrofe bíblica, pero también la p·recisa crítica de algunos espurios modernistas y el rigor innegable para definir los requisitos de una futura superación. Conoce todo acerca de la mass-media y hace uso de ella con maestría para llegar a la imagen final que quiere promocion.ar de si y de su grupo sin caer en trivialidades publicitarias. "Si no hubiese sido por nosotros -los New York Five Aldo Rossi seguiría siendo un arquitecto italiano de la sierra", dijo en un debate con Fumiko Maki en Harvard (HGSD News. marzo/ abril 1983) y uno debe admitir que la cabriola desde "ciudad italiana de la sierra" a "arquitecto italiano de la sierra", es directa y elegante. Ahora que el Posmodernismo ha sido diezmado por el vuelo de muchos de sus satélites en búsqueda de luz propia, sus especulaciones intelectuales se han concentrado sobre una cuestión que, despojada de retórica, es de sumo interés: si la arquitectura puede "elevarse a arte mayor y, en el proceso. eventualmente convertirse en popular".

En cuanto a Michael Graves, todos saben que cobró fama con el edificio Public Service BuiJding, en Portland. EE.UU .. a comienzos de los años 80. Era la primera vez que un gran diseño posmodernista se construía -y no solo se dibujaba-, encargado por una administración pública y ubicado en un centro urbano. ~ra también la primera prueba de la inmensa energía que puede desprenderse de una alianza entre la Arquitectura y la mass-media. El edificio suscitó un gran escándalo y fue registrado por todos los medios de comunicación del mundo. Los concejales de la ciudad. lejos de sentirse perturbados por tan inesperada publicidad, se sintieron muy agradecidos. Probablemente el escándalo haya sido excesivo -muchos edificios públicos americanos pertenecientes al International Style han sido bastante más agresivos-. pero este es precisamente el descubrimiento: un hecho arquitectónico en lá actualidad, más que por su valor intrínseco, cuenta por su capacidad de volverse noticia, en términos de consumo, y por su capacidad de ocasionar escándalo, Jencks ha sabido esto por años, podría decirse incluso que ha sido el autor del descubrimiento. Es también su más tenaz propulsor. diseñándolo como

norma básica para el comportamiento de todos los grupos que clasifica. En el caso de Portland atac·ó inmediatamente a los críticos o al menos a quien supusiera que podría criticarlo, creando de este modo un "caso" nacional y aun internacional, una especie de declaración de guerra o, mejor, un anuncio de una aplastante victoria. Debemos reconocer que ese ímpetu incontrolable proviene, no tanto de su estrategia personal de critico militante, como de una sincera admiración por el proyectista. El ensayo sobre la representación abstracta se cierra con la afirmación

• de que Michael Graves es. por lejos. el mejor de todos ellos y "su capacidad de explorar en el arte es similar a aquella de Le Corbusier y. más cercana todavía. a la de Rafael y Miguel Angel".

Para demostrarlo ilustra profusamente su último diseño para la Human Medica! Corporation Headquarters. por erigirse en Lousville, Kentucky en 1986. Jencks identifica uno por uno los variados .repertorios incluidos en su estructura linguistica. extraídos de Lissitsky. Le Corbusier, los puentes metálicos de Ohio, el ATyT de Philip Johnson, las casas mexicanas de adobe, Boulée, las catedrales de cruz griega. los hermanos Krier,las pirámides egipcias. etcétera. etcétera, y además nos brinda la llave para una lectura comprensiva del plano figurativo que emerge de todo esto. Se trata de un edificio destif'lado a la medicina, por lo tanto todo el equipamiento para diagnóstico y tratamiento se aloja en la cabeza, claramente reconocible porque tiene una frente. dos ojos y una boca; las oficinas y la administración están alojadas en el tronco para expresar vigor y determinación unido sin ningún cuello a la cabeza; los servicios públicos están ubicados en las . piernas. bien plantadas sobre Main Street, con ocho pilastras de apoyo. dos de las cuales se acoplan al portal de acceso para señalar el pasaje al orden gigante.

El antropomorfismo es uno de los tantos procedimientos eclécticos como lo son el zoomorfismo, el fitomorfismo y tantos otros morfismos que, de tener la intención de continuar con el juego, podrían sustituir la llave de Jencks para abrir la interpretación de este edificio. Pero el hecho es que la arquitectura no puede ser otra cosa que ella misma y es tan cierto que, después de todos estos siglos, no se ha hallado mejor definición que la encontrada por Vitrubio en la descripción de sus tres estamentos básicos. Se puede discutir

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mucho acerca del peso relativo que en el trinomio podrían asumir cada uno de los tres elementos, pero es muy fácil caer en el absurdo si no se confronta con la sustancia concreta de la época en que se desarrolla la discusión.

Es posible que Michael Graves no sea actualmente el mejor de todos y que tanto Charles Moore como Richard Meier sean mejores que él; porque además de sentirse igualmente atraídos por las propuestas "figurativas" son también capaces de conseguir una coherencia reciproca entre los espacios interiores y la forma exterior de sus edificios. Por otro lado es posible que Michael Graves suscite mayor curiosidad que

. Bob Venturi ~uya inquietud por la complejidad y la contradicción en la arquitectura parece haber caído en la más pacata de las antinomias- o que Robert Stern, los Taft Architects o el. siempre rugiente Stanley Tigerman , para mencionar aquellos que Jencks cita como testigos de la indiscutible validez de sus tesis.

Pero establecer comparaciones y. eventualmente, escalas de mérito es otro modo de entrar en el juego de. la clasificación y. al fin, un regalo más para el consumismo arquitectónico. Quizá sea interesante apuntar que todos los nombrados han nacido y vivido en Estados Unidos y. por lo tanto, son eclécticos por inclinación natural.

. El electicismo europeo ha sido siempre una operación mental: se encuentra el de tipo ignorante y. más a menudo aún, el de tipo astuto y es entonces el frío cálculo el que ofrece ornamento y celebración al Poder por un lado y consuelo al eueblo por el otro, considerando a este último irremediablemente estúpido e incapaz de expresar cultura. El eclecticismo europeo de nuestros días va mucho más lejos, ya que por medio de la combinación de imágenes lo más siniestras posibles ~ampos de concentración, desiertos metafísicos.

simulacros espectrales, predicciones hitlerianas de un e$tilo Heimat­ofrece mayor poder al Poder, circundándolo con intimidatorias cortinas.

En Estados Unidos, en cambio, el ecledicismo ha sido siempre una búsqueda se11tiinental. También allí se encuentra el tipo ignorante pero mucho más a menudo el tipo generoso. Es este último el que procura representar las aspiraciones -y aplacar la nostalgia- de una sociedad que ha surgido de varias culturas diferentes y el que intenta con.vertirla en una nueva. En este sentido, Jefferson, Richardson. Sullivan y aun Frank Lloyd Wright,

eran eclécticos; también lo son aquellos constructores anóni.mos de palacios municipales, bibliotecas públicas. campus universitarios , docks, grandes complejos industriales y relucientes rascacielos. erigidos hacia fines del siglo pasado y principios del presente. Muchos de ellos estudiaron en Europa y el lenguaje ecléctico aprendido fue aplicado casi literalmente (otra típica actitud simplificadora americana) sin advertir los nuevos significados que adquirirían de la avasalladora energía de innovación contenida en el espacio que habían proyectado.

Luego comienza el período de los trasplantes directos desde E4ropa, esta vez ya no de lenguajes sino de desarraigados creadores de lenguajes; la generosa búsqueda tiende a tornarse confusa justamente cuando alcanzaba lo que podrían ser sus éxitos más fecundos; por una parte ~1 Chrysler Building y por la otra. la Falling Water. Ahora. reaccionando contra aquel período y sus tortuosos caminos ulteriores ha retornado a Estados Unidos el eclecticismo. que ya no es más aquel primero.

¿Qué cosa es entonces este nuevo eclecticismo que pone a la cabeza al Posmodernismo y se ramifica en varias direcciones? Es superficial. porque tiende a agotarse en áridas ejercitaciones fisonómicas que no llegan jamás a confrontarse con la realidad espacial del edificio; es esencialmente veleidoso. perdiéndose en manipulaciones de seudoconceptos que juegan indefinidamente con las palabras llegando a ser más endemoniado que la mid·cult y la mass·media; no es contemporáneo porque ignora -se esfuerza por ignorar- el estado actual del pensamiento científico. de la tecnología. de la economía y de las pugnas políticas. así como las nuevas formas de comportamiento individual y social de una humanidad que percibe la calidad del espacio físico, la medida del tiempo y los vaivenes de la historia. Con una sensibilidad totalmente diferente a la del pasado.

Es posible sin embargo interpretar el fenómeno desde un punto de vista diferente. como un vago signo de las turbulencias y cataclismos que señalan un período de transición. La sociedad está cambiando y se torna pluralista; ya no existe un solo centro en el mundo, sino varios. y puede imaginarse un limite donde existan tantos centros.como gente que elija. decida y participe. A medida que esta transformación avanza. crece la necesidad de comprensión. Porque para que la especie continúe, la desfocalizaci6n y la proliferación de los puntos de referencia deberán

.compensarse con la intensificación de las comunicaciones. El rol de la arquitectura, que ha sido siempre el de registrar y develar en términos universales aquellos hechos humanos que tienen lugar en el espacio físico. se torna decisivo. No hay certeza alguna de que la arquitectura cumpla exitosamente este papel. pero si lo hace, su lenguaje deberá ser múltiple abriéndose en diversos estratos igualmente significativos; suscitará contrastantes evocaciones e incluso respuestas conflictivas. rondará entre la subjetividad y la objetividad, la racionalidad y la irracionalidad de las mutantes relaciones humanas. encontrará sus motivos en el propio y peculiar lugar registrando, al mismo tiempo. los reflejos de los polos más distantes.

Es poco probable que Jericks. Eisenman y Co. sean los condottieri de esta transformación, pero es posible que en cambio sean los lugartenientes de esta confusa transición que la precede. Aguzando nuestra curiosidad y dando vía libre al optimismo esta podría ser una posible interpretación de su melancolía cuando dicen que el Posmodernismo (aquel de la versión original) es "parte élite, parte popular, y por esto tiene el dificil deber de hablarle a una sociedad de consumo cuidando de no echar a perder su integridad".

El presente texto fue publicado originalmente en Spado e Socletá. N° 25, marro 1984. La traducción pertenece a Miriam Chandler. arq.

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Pietro Chiancone es egresado de nuestra Facultad de Arquitectura. Desde 1962 alternó el ejercicio profesional con la docencia en la Facultad (taller de Arquitectura) y el Instituto de Diseño de la misma. Desempeñó cargos de arquitecto proyectista y luego S. Jefe de Estudios y Proyectos de/Instituto Nacional de la Vivienda Económica (INVE). Integró equipos que ganaron premios en concursos abiertos y por invitación de ante­proyectos de arquitectura. Contratado en 1973 por la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Zulia, revalida su título y desarrolla para/e· lamente una intensa labor profesional en Venezuela en la que especialmente destacan sus trabajos sobre remodelación urbana y reciclaje. Ha escrito varios trabajos y realizado una publicación editada por la Editorial de la Universidad: "La ciudad, monumento a respetar· ·. Así como una investigación financiada por el Consejo de Desarrollo Humanístico y Cientifico sobre el lf!ma "Un área de interés histórico de la ciudad de Mara­caibo ". Actualmente es Profesor Titular (Taller de Arquitectura) de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Zulia. Venezuela.

P. -¿Cdl es la actitud correcta a defender para la conaervaclón de nuestro patrimonio histórico y cultural?

R. -América Latina debe moldear su propia actitud ante la conservación y restauración de su patrimonio, en la amplia acepción de este término. Seria, severa, pero acorde con su realidad, que es totalmente distinta a la de otras regiones culturales. Nuestro pasado físico-espacial no se expresa actualmente con la intensidad y la fuerza que merece. Saqueada por el conquistador, por la ignorancia, la negligencia y la especulación a través de todas las épocas, son pocos, muy pocos, los puntos de apoyo ~ue aún nos quedan para afirmar nuestra Improrrogable necesidad de continuidad y arraigo con respecto a las distintas instancias de nuestra historia. Y más aún en nuestra región , en la .que no tuvimos la dimensión impactan te de otras regiones latinoamericanas pero que, igualmente. fue dejando modestas. bellas y serenas expresiones de cada tiempo. Debemos escudrif\ar con enorme carifio, imaginación y toleranc¡a, los valiosos hechos físico espaciales y de calidad de vida, aún existentes. Y esto no significa de ninguna manera, que abrimos las puertas a un escenografismo fácil o ligero. Por el contrario, quiere decir encontrar planteamientos que, coherentes y respetuosos de otros momentos. de otros tiempos urbanos, puedan ser valiosas referencias de los mismos. Los cuales, ya sea por su perdurable existencia y consecuente restauración o remodelación. o sutilmente sugeridos con ingenio y calidad de disefio, con honestidad y sin engaf\os, contribuyan a superar la gradual dilución de la expresión de la coordenada del tiempo en nuestras ciudades; porque, "si la historia no guarda relación con un sistema estable de lugares, queda totalmente vacío de sentido" .

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P: -¿Qué trab~ hu realizado en relaclón a este tema?

R: - He realizado varios trabajos sobre temas de remodelación y reciclaje en Venezuela, pero tengo un especial carifto por el que realicé en el barrio de Santa Lucia de la ciudad de Maracaibo. Y creo que ello es debido a que la remodelación de un área habitacional y todo cuanto ello im'plica, no es un hecbo frecuente en América Latina. Los pocos que se abordan con ese fin, generalmente son espacios o edificios "monumentos", representativos de acentuados valores históricos o religiosos. En nuestro caso, el protagonista es un modesto barrio que posee un valor vivo, originado en su propia vida comunitaria. Aquí lo histórico, lo heroico, lo religioso, queda subordinado a la más rica expresión del acontecer humano: la vida cotidiana. Las dimensiones simbólicas no se traducen en monumentos. sino fundamentalmente en la expresión de esa comunidad. Y, tal como se·nalaba, lo que aquí importa por sobre todo, es la vida misma del barrio; que nos impacta aún por arriba de la propia exuberancia formal de éste. Es as[ que se superponen, claramente, soportes sociales y espaciales. Los miembros de este barrio no sólo . residen en él, sino que viven en él. Una parte importantísima de sus vidas, interior y exterior, se desarrolla fuera de su espacio privado. Ambas tramas, social y espacial -cultura misma- están intima y estrechamente entrelazadas. La escala de valores, las normas de comportamiento, son fundamentales para su autoafirmación y propia estima. Muchas veces en esas normas se encuentran las pautas que dan significado a sus propias vidas y, tal como dice Antonio Machado, ... "donde lo superfluo y vanidoso muchas veces está muy disminuido y es poso lo que a ellos importa conocer de lo que nosotros sabemos".

P.: -Cómo opera en el Barrio Santa Luda el proarama para la conservación de su patrimonio amblene.J y qué alcance tiene el mismo?

R. : - Santa Lucía es un sector de la ciudad de Maracaibo emplazado junto al lago e inmediatamente al norte del casco original de la ciudad. Pese a estar totalmente integrado a la ciudad funcional y espacialmente, tiene características que lo diferencian notablemente de su contexto, presentando en el presente importantes aspectos del pasado.

Ante situaciones como las que lo caracterizan actualmente -cuyo alto valor histórico lo define como parte muy significativa del patrim9nio ambiental y por ello obliga a ser resperado y conservado- generalmente se es indiferente a su irreversible deterioro, o se recurre a su reconstrucción cuando aquél ya ha alcanzado un nivel tan grande que sólo es posible obtener, en el mejor de los casos, una reminiscencia ffsica, perdiéndose definitivamente los valores humanos que alli están contenidos.

Un programa para la conservación del patrimonio ambiental de Santa Lucía, debió suponer una operación, integral y de rápida aplicación, desde su inicio. Sin

embargo, el proyecto del mismo se nos fue adjudicando en un proceso inverso al deseado. Se decidió - motivado quh.ás por los intensos trabajos que sobre ese sector realizábamos en el taller- solicitarnos por parte de la Gobernación del Estado, la remodelación del espacio público correspondiente a dieciseis manzanas, elegidas por el organismo contratante, fundamentalmente, en base a su impacto formal. Manifestamos la imprescindible necesidad de abordar conjuntamente la remodelación del espacio público y privado; no tuvimos éxito. La primera etapa de este orovecto que realizé con el Arq. Parodi- debió concentrarse únicamente en los términos planteados inicialmente.

Una segunda etapa me solicita la inserción, en este tejido urbano, pe un conjunto de viviendas que pudiera servir como experiencia piloto para una acción total posterior. Entre la primera y la segunda etapa, esta última trabajada con la colaboración del Arq. Gigirey, habían transcurrido dos aftos y tenía yo la total convicción que estas acciones parciales debían ser escalones para llegar a transformaciones de fondo. Es por eso que, junto a la entrega del proyecto del conjunto de viviendas y servicios, agrego por mi parte, un estudio de la totalidad delllrea.l:::n el mismo realizo, entre otros aspectos, la constatación de uso del suelo, el inventario calificado del patrimonio construido, la determinación de valores espaciales y formales, etc. Este trabajo. aunque incompleto, me permitió definir, sin embargo, una estructura integral que fundamentó un plan masa. a la vez que reiteraba la necesidad de una acción total que debía iniciarse desde las bases. Y esto fue entonces realmente comprendido: a partir de este trabajo y reafirmado por lo que continuaba realizando en el taller, se me financió a .través del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad. una investigación sobre el barrio de Santa Lucía y. lo más importante, se declaró al mismo como área de interés histórico. Esto. obviamente. significó un gran logro con miras a su preservación de las transformaciones extemporáneas que lo desvirtuaban y de la especulación que la codiciaba.

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La primera parte de la investigación que menciono, ya ha sido realizada y está fundamentalmente dirigida a la sistematizada determinación y cuantificación de sus valores espaciales y formales, así como a un meticuloso y ordenado inventario del patrimonio construido. También se encontraron fundamentos para determinar su proceso estructural de gestación y obtener con ello su modelo potencial ffsico. Con esta base pretendo -es mi esperanza y será mi esfuerzo- organizar un estudio interdisciplinario en el que abordemos aspectos de la calidad de vida, incremento de densidades, creación de fuentes de trabajo en el propio barrio. Implantación de servicios actualmente inexistentes o insuficientes, etc., en lo que intenta ser un modelo de metodología de consolidación para aplicar en este caso concreto de Santa Lucia y a la vez, pueda obrar como referencia de acciones en otros barrios de Maracaibo y en poblaciones menores de la región. Porque los problema~ urbanos, pensamos, no tendrán correcta solución mientras no se integren a un planteo total. Es imprescindible una seria defensa económica, productiva y de servicios en la región, como afirmación de la ordenación territorial; concepto éste intransferible y prioritario para solucionar en sus bases muchos de los acuciantes problemas de la gran ciudad.

P.: -¿Debe la soluclón arc¡ultectónlca responder prqm,tlcamente a la realidad o es necesaria una pottura teórica ·que la sustente?

R. : -Creemos firmemente que no puede existir arquitectura sin una sólida estructura teórica; y esto no es, evidentemente, una novedad. Basta constatarlo en todos los períodos históricos como en las expresiones arquitectónicas populares. Por supuesto que nos referimos a una amplia y compleja elabonción que considere todas las variables, que nada tiene que ver con modas ... u ondas ... o revistas ... y que sea lo suficientemente profunda como para no encasillamos en planteamientos formales intelectualizados que indefectiblemente nos separarán de la realidad viva en cada situación. La cual, por otra parte, cuando es fuerte y valedera, debe ser respetada y amalgamarse con la

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teoría general. En arquitectura pienso que existe una teoría y situaciones para solucionar, que son en su mayoría distintas entres{ y que reclaman planteamientos propios para cada una de ellas, coherentes con aquella teoría. En esta unión, dificil unión, está la riqueza de la solución, la permanencia de la ~olución .

Esto no impide que racionalicemos nuestras posibilidades y opciones de solución a los variados problemas arquitectónicos, mediante la utilización de unidades básicas moduladas que permitirán abordar con mayor efectividad el problema de la cantidad de servicios que caracteriza nuestra realidad latinoamericana. Porque no existe un enfrentamiento entre cantidad y subordinación al entorno, en la medida que esas unidades básicas, resueltas para similares formas de vida, permitan adecuarse a las características específicas de las variadas escalas. Dice Segre, ... " el disef\o es un acto de cultura, una convergencia entre economía y estética al servicio de la libertad del ser humano y de la sociedad". Pero cuidado! , y sin querer desviarnos del tema principal. no creemos que la alta productividad tenga necesariamente que ser una " industrialización" total..., porque esto es, en muchos casos, un canto sibilino de las grandes empresas y no nuestra realidad regional.

En el barrio de Santa Lucía, nuestras acciones de diset\o estuvieron fundamentalmente guiadas por la afirmación de un uso del suelo y de un equipamiento que respondía a lo que potencialmente podíamos percibir como latente o insinuado por la propia realidad. Podríamos decir que tratamos de interpretar la voluntad del usuario de un modo indirecto. Sin caer en un fác il romanticismo evocativo. ni en un tecnicismo soberbio que no sepa percibir la sabia enset\anza que el usuario nos indica con caracterizaciones y usos del espacio. Es la observación de lo que sucede espontáneamente lo que de,bemos mantener y afirmar, intentando equipar sin desvirtuar la vida propia, embellecer con respeto de lo existente, creando además servicios que complementen los actuales y aseguren la cohesión colectiva y el interés común. Caso representativo de este enfoque es la recalificación del uso del suelo y su correspondiente equipamiento, realizado en el espacio del núcleo básico del barrio, o, pasando a otra escala, colocar una fuente en el actual espacio de los niftos, porque allí existía un gran charco que los nif\os utilizaban como atractivo elemento de diversión; o equipar un espacio, que usualmente reunía a ancianos del barrio, como plazoleta con est" fin . Espacialmente y referido al planteo total de nuestro diseño, condicionamos el mismo de modo que afirmara y enriqueciera el modelo de estructura obtenido previamente y al cual ya nos referimos.

P.: -¿Qué caracteriatlcu tiene la aegunda etapa del conJunto que estamos analizando?

R.: - En la segunda etapa, proyecto de grupo de viviendas, tr atamos de que el conjunto de las mismas afirmaran el

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bellísimo espacio con un pronunciado desnivel, dándole mayor unidad y definición espacial a las plazas alta y baja. Pensamos que un servic1o urbano, sea del tipo que sea, está condicionado a su real necesidad funcional, pero también al impacto formal en el entorno y a su ubicación referida a la estructura total del mismo. En cualquier caso, el disef\o del servicio como edificio debe ser utilizado, además, para enriquecer y embellecer el espacio público y para contribuir a resti tuirle o afirmarle a éste, una unidad, interés y usos, coherentes con la estructura espacial y morfologías existentes.

Volviendo al diset\o de las viviendas, era importante mantener la alineación y la altura de la edificación que es muy dominante en esas manzanas. El partido se estructura en base a un volumen de tres niveles sobre la plaza baja, y de dos niveles con pasaje público aporticado sobre la calle Federación, de modo que se volviera a reconstruir el perfil de manzana que había sido horadado por las demoliciones. Un volumen más alto (cuatro niveles), se levanta como hito referencial dentro del propio barrio, tal como sucedía con algunas viejas y altas casas de dos pisos que actualmente han casi desaparecido, y que contribuían a la inmediata ubicación de los propios usuarios.

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El volumen principal está constituido por viviendas de un nivel en la planta baja y duplex en los superiores, resueltas alrededor de un patio de doble altura y abierto hacia la circulación general de amplia dimensión y libre paso que recorre todo el conjunto. Es accesible desde el nivel superior (plaza alta) y por una escalera desde la plaza baja. Determinamos así toda una peatonal pública elevada que permite el recorrido a lo largo de ambos bloques perpendiculares e, inclusive, llega hasta el bloque de mayor altura, obteniéndose un plano total de interesantísimas vistas hacia las plazas y el barrio, y a la vez. en la misma. el carácter de intensa relación colectiva tan tradicionalmente arraigada en la vida del sector.

Conservamos y restauramos la fachada de una vivienda existente parcialmente destruida, dejándola en el predio a modo de puerta de acceso t ransversal al espacio interior de la manzana; enfatizamos en el mismo sus pronunciados desniveles naturales y árboles existentes. conformándose co·n algunos restos de viejas construcciones y apergolados que agregamos, un espacio privado de uso público de caracterizado y muy personal equipamiento.

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Intentamos ser muy respetuosos de la realidad existente en cuanto a la expresión formal del nuevo conjunto hacia el espacio público, de modo que sin desvirtuar la presencia de estas ·nuevas construcciones, las mismas se subordinen a la morfología del entorno. Y digo subordinación y no imitación; la cual puede tener las soluciones, matices y aportes de cada arquitecto considere conveniente para incrementar la belleza e identidad del conjunto. Es en este juego, pienso yo, de respeto a lo existente, de respeto a lo ya arraigado en el usuario, y a la vez de gran creatividad, que se encierra el logro de los reales objetivos de disef'lo.

P.: -¿Cuál debe ser la postura del Arquitecto frente al puado, cómo debe Incidir el mlamo en el proceso del dlseilo?

R.:-Tal como lo sef\alara en el desarrollo de mi charla en la Facultad de Arquitectura, pensamos que hay expresiones arquitectónicas reales, referencias visibles, concretas, en todas las escalas de ayer u de hoy que están cerca nuestro, que siempre lo estuvieron ... Que si sabemos verlas para seleccionarlas, su conjunción con nuestras nuevas ideas, con nuestras nuevas técnicas, con nuestra nueva realidad y objetivos, nos darán pautas seguras para la arquitectura de hoy y aquí. Y esto no significa, de ninguna manera ni estancamiento, ni rechazo a los nuevos planteos, sino una recomendación de respetuosa evaluación del aporte

realizado por generaciones de usuarios y arquitectos que, además de orientarnos hacia el lenguaje propio de continuidad y arraigo, nos evita comenzar· cada vez desde la nada. Pensamos pues, que la búsqueda de la originalidad a ultranza es uno de los mayores enemigos de la creatividad y, por lo tanto. de la arquitectura misma. Debemos crear un diálogo sutil, cordial, respetuoso, entre pasado y presente que dé a las distintas escalas urbanas la plena coherencia social, espacial y formal.

Debemos evitar una expresión arquitectónica basada en un lenguaje gratuitamente intelectualizado y desarraigado, resultado de una pretendida elite renovadora, y dirigido a una minoría "especializada" y vanidosa. Y esta actitud

• no implica hacer concesiones a la calidad del disef'lo como producto final de auténticos parámetros seria y claramente jerarquizados. Ni tampoco, sustituir la arquitectura a la que hacemos referencia por otras que, intentando el reencuentro con valores más estables y arraigados, tropieza con sus propios objetivos y cae también en intrascendentes y perentorios formalismos pintoresquistas. Porque esa actitud de "mirar sin ver" el riquísimQ aporte en soluciones formales, en modestia de recursos, en ingenio, en simplicidad y en sentido común aportado por generaciones, se coloca de espaldas a una inagotable fuente de creatividad y arraigo.

Al concluir esta cordial conversación, quiero decir que estas metodolog{~ de acciones en áreas urbanas, caracterizadas - sobre las que hemos hablado de un modo muy sumario- tienen un carácter y un potencial que trasciende a ellas mismas y son generalizables a otras áreas.

Pensamos al respecto que la renovación urbana -transformación urbana- debe dirigirse por el camino de la búsqueda de la calidad que refleja una nueva concepción de cómo deben vivir los hombres en todas sus crecientes escalas de relación. Los instrumentos del urbanismo tendrán que dejar de favorecer -como ha ocurrido casi siempre hasta hoy- a un proceso de indiscriminada destrucción y expansión que condiciona el mejoramiento de la ciudad ya construida, habitada y trabajosamente moldeada, por objetivos secundarios manejados por intereses e intenciones ajenos a los verdaderos y auténticos, consiguiéndose que la condenen al progresivo deterioro o pérdida de sus esenciales valores; ha llegado el momento de convertir los planes urbanos en acciones realistas y respetuosas que saquen el mayor partido posible de la riqueza de la realidad existente, utilizándola o reutilizándola con justo y medido criterio para solucionar, en vez de agravar, las carencias de la realidad actual; son necesarios planes que en la ciudad existente tiendan a la recuperación de espacios para el uso público; proyectos que afirmen y enriquezcan la morfologfa de las distintas zonas caracterizables y que aseguren con nuevas realizaciones la consolidación y aumento de densidades de las áreas habitacionales ya estructuradas, deteniendo indjustificados crecimientos del radio urbano. Todo esto encuadrado en una seria actitud de planificación de inversiones y prioridades.

Diciembre 1985

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Tal como lo anunciáramos en el número anterior, transcribimos a continuactón la 2a parte del informe sobre áreas caracterizadas. elaborado en el correr de 1984, por convenio entre la S.A. U. y la J. M de M. El equipo responsable del informe estuvo integrado 1!11 la oporjwridad por los Arqtos. Nelson Inda, José Luis livni, Maria del Carmen Queijo y Fernando Giordano en representación de la S.A. U. l '

técnicos de la oficina del Plan Regulador de la l. M de M. En la inminencia de la realización del JI/ Congreso Nacional de Arquit~ctos qu.l' analizará la Situación Ubana del Uuguay, la problemática analizada en el presente informe cobra significativo interés.

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El propósito de estas consideraciones es proporci0nar un marco primario de interpretación del cuerpo normativo a efectos de atacar problemas de carácter crítico y que requieren urgente solución en el actual proceso de conformación urbana. Complementariamente pretender ser una primera aproximación para encarar el estudio y revisión de las ordenanzas en relación al planteo de la o; áreas carac· terizadas.

Se hace necesario en primer término. destacar la ausencia de trabajos o investigaciones que hayan indagado en la problemática de la normativa, a efectos de dcsentraftar sus derivaciones y el papel que han jugado en la conformación de la ciudad: sus propósitos y consecuencias en cada contexto histórico y socio-económico espe­cífico, etc. De manera confluyente con otros factores el cuerpo nor· mativo constituye un elemento de primera importancia en la con· formación y desarrollo urbano. Sorprende por lo mismo la forma en que ha sido descuidado su estudio y evaluación por parte de los organismos o instituciones competentes.

Características generales

El cuerpo normativo vigente ha sido generado a través del propio proceso histórico de conformación de la ciudad. Constituye hoy. una compleja acumulación de disposiciones que recoge leyes. decre­tos y resoluciones originadas por lo mismo en un amplio entorno temporal.

Sin una estructura orgánica y legislando básicamente sobre as­pectos específicos y parciales en forma aislada. estas ordenanzas cu­bren una vasta y variada gama de aspectos de la problemática urbana.

Las características anotadas obedecen a la propia modalidad o modalidades de control ensayadas desde las últimas décadas del siglo pasado en nuestro país. En efecto. tanto las corrientes liberales como las políticas intervencionistas posteriores limitaron su ínter· vención en materia urbana a legislar sobre aquellos aspectos que el propio proceso de crecimiento y desarrollo de la ciudad. sustancial­mente impulsado por la especulación privada, iban seflalando como fuente de problemas.

Aunque básicamente preocupada por contener las peores conse· cuencias del afán de lucro y homogeneizar los derechos de los pro­pietarios, las ordenanzas no han sido ajenas a otros propósitos. pues

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precisamente lo que se percibe como "problema" se vincula directa o indirectamente a las corrientes o ideologías urbanísticas que influyen en el ámbito nacional. Es así que en un primer momento se h~cen notorias las preocupaciones de carácter higienista o aquellas vmculadas a las ideologías de la "ciudad jardín" pasando poste~ riormente a predominar aquellas en las cuales se reconoce la in­fluencia de los CIAM y sus supuestos ideológicos y formales. Es ne­cesario mencionar también, en este proceso, la presencia de un urbanismo viario-monumental. de inspiración Haussmaniana que marca su influencia en algunas ordenanzas e intervenciones urba­nas (Avda. Agraciada).

Por otra parte, la voluntad de planeamiento o la intención plani­ficadora expresada a través de los planes directores, no se ha desa­rrollado coordinando estrategias y objetivos con las normas rela­cionadas con la construcción de edificios. Estas se han desarrollado de manera independiente y en ellas no se traducen ni ~rticulan pro­pósitos de la planificación. Excepto una serie de decretos y resolu­ciones de fines de la década del SO, que dan forma jurídica a Jos trazados del plan vial, la ordenanza no recoge, al menos en forma direct~, otros objetivos que emanen del plan director.

De todas maneras es indiscutible que el cuerpo normativo ha de­sempeftado un papel, que se hace necesario valorar y evaluar en todos sus términos, en la conformación de la ciudad. ·

Es preciso hacer notar también que ese cuerpo normativo no fue, durante el proceso anotado y hasta el momento presente; objeto de revisiones y evaluaciones globales. La sustitución y derogación de normas parciales y específicas se convirtió en el único mecanismo de actualización.

La reciente depuración y reordenamiento realizado, con el propó­sito de superar contradicciones y alcanzar cierto grado de coheren· cia interna, ha sido sin duda un paso positivo y necesario para su re­formulación global.

En los últimos aftos se comenzaron a generar reglamentaciones particularizadas para algunas áreas con características y perfiles propios (Carrasco, Prado, Malvín , Punta Gorda, Ciudad Vieja, etc.) lo cual ha constituido un importante avance. Más allá de s~s limi­taciones y la necesidad de ciertos ajustes y complementos, su espí­ritu es confluyen te con el de las áreas caracterizadas y quedan por Jo mismo exceptuadas del presente estudio.

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Aproximación critica

A partir del reconocimiento y la visualización efectuada por el equipo a las distin tas zonas y barrios de la ciudad, es posible hacer una "le<:tura" de la misma en términos de ordenanzas, confrontan­do éstas con la realidad del momento presente.

De esta confrontación, surgen en primer término algunas consi­deraciones críticas de carácter general referidas al cuerpo norma­tivo como un todo actuante.

El cuerpo normativo ha sido generado - salvo las excepciones mencionadas- haciendo escasa o nula consideración sobre las

preexistencias ambientales y las especificidades de distinto orden que configuran los entornos sobre los cuales la ordenanza desarrolla su acción de contralor. Ese desconocimiento ha generado básica­mente, normas de carácter genérico e indiferenciado para toda la ciudad a partir de zonificaciones primarias.

a) Se desconoce en primer término la base geográ fica singular de las diferentes zonas de la ciudad (topografía, cursos de agua, fores­tación y otros elementos naturales) y en part icular aquellos valores más relevantes -bahía, cerro, costa- del patrimonio natural del departamento-. Visuales y usos no han sido muchas veces tenidos en cuenta.

La ordenanza parece trabajar en un territorio abstracto en que los límites que determinan sus campos de aplicación tienen sus parámetros de definición dentro de su propia lógic~. , .

b) De igual modo se desconoce el contexto socto-economtco es­pecífico, en particular aquellos parámetr~s que tienen ~n~idencia directa en materia urbana (valores de la tterra, caractenshcas del mercado inmobiliario, organización y usos preexistentes), formas de vida, etc.

Los posibles efectos inducidos por la ordenanza, de depresión o aliento de actividades de diverso orden, o los desequilibrios que puede ocasionar a la estructura urbana no son adv~rtidos, produ­ciéndose muchas veces efectos negativos y degradantes.

e) Se desconocen de igual manera los valores arquitectónicos y urbanos de la ciudad preexistente al momento de formulación de la ordenanza. Alineaciones, continuidades, alturas predominantes,

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etc., no son debidamente valorados. Se superponen así, dos o más modelos sin solución de continuidad, produciéndose una ruptura y un desequilibrio en general negativos y degradantes del medio ambiente urbano.

La visualización efectuada permite afirmar que la aplicación de la ordenanza se ha hecho realmente efectiva -salvo excepcio­

nes- en toda el área urbana y suburbana. Esto hace suponer que los mecanismos de control han resultado eficaces, los cuales se han visto sin duda favorecidos y reforzados por el proceso de crecimien­to relativamente lento y paulatino de la ciudail. Ello hace que la aceptación y el respeto por la normativa cuente con amplio consen­so comunitario. Este hecho es sin duda de particular trascendencia en la medida que posibilitaría ampliar los márgenes de control , sin que la autoridad comunal se vea sometida a presiones excesivas. De todas formas es necesario mencionar sin embargo, la existencia de múltiples permisos por vía de excepción , que, de todas maneras. no invalidan la afirmación anterior.

Igualmente en el interior de los predios se detectan transgresiones parciales a las normas que no afectan sustancialmente el ordena­mento p~rseguido.

Es notoria por otra parte la ausencia de una intencionalidad precisa y definida a nivel arquitectónico y urbano <le la orde­

nanza. La misma no ha superado propósitos primarios. tal como ha sido

expresado, descuidándose la calificación de los espacios urbanos en base a una intención de diseño.

La insuficie.ncia de esa zonificación primaria y de esas normas de carácter genérico se han hecho cada vez más críticas y notorias, par­ticularmente en virtud del impacto experimentado por la ciudad en el acelerado proceso de construcción y renovación urbana de fines de la décáda pasada y principios de la presente.

Si bien la búsqueda de una imagen final a nivel de estructuras ur­banas que trascienden el lote individual, es el propósito de algunas reglamentaciones 'alturas obligatorias, uso de materiales, pasivas, etc. , y en ese sentido se puede hablar de una intencionalidad) ésta lo hace en forma limitada y atendiendo exclusivamente a su percep­ción desde el espacio público, descuidando en consecuencia la con­formación interior de los agrupamientos.

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Las discutibles condiciones de habitabilidad de los centros de manzanas con edificación en altura, por ejemplo, son el resultado aleatorio de normas pensadas únicamente en función del predio aislado. De todas maneras éstas obtuvieron, cuando pudo comple­mentarse la imagen perseguida, ejemplos aceptables e incluso con calidades parciales (Rambla de Pocitos) aunque subsisten las limi ­taciones anotadas.

En otros casos. al no poderse conformar instantáneamente o en un corto período de tiempo la imagen final. sus resultados son muy cuestionables y constituyen en ciertos ejemplos, como el de la Avda. del Libertador, un factor adicional de degradación urbana.

De igual manera, las reglamentaciones de carácter genérico dan origen a una amplia variedad de situaciones. Su éxito o fracaso se toma aleatorio y queda librado a la mayor o menor solvencia técnica y profesional con que se resuelven intervenciones puntuales.

La ordenanza se ha limitado a regular básicamente los aspectos formales, dejando de l:.do, el control de los usos del suelo. Con

excepción de las normas sobre localización industrial, que actuando con orientaciones discutibles y criterios poco precisos, la realidad ha desbordado, no se han hecho experiencias tratando de inducir usos y actividades (culturales, comerciales, deportivas, de esparcimiento, etc.), a efectos de lograr formas de relación más armónicas del habi­tante con su ciudad.

Ya han comenzado a ser críticas las situaciones de algunas áreas en donde la excesiva especialización funcional (comercial, finan~ie­ra, industrial e incluso habitacionat) comienza a ser un importante factor de degradación urbana.

Existe hoy consenso a nivel internacional que la multiplicidad de usos y actividades, con flexibles márgenes de incompatibilidad, es un valor sustancial en la calidad del medio ambiente urbano.

Recomendaciones y pautas de carácter general para el estudio y /o reformulación

El cuerpo normativo debería llegar a constituirse ·en un instru­mento capaz de guiar y controlar la conformación urbana (conflu­yentemente con otros mecanismos o resortes de acción directa o in­directa que deberán estar preferentemente enmarcados por la pla­nificación urbana a nivel global), atendiendo al desarrollo y preser­vación de los valores urbanos y ambientales existentes, así como alentando la creación de entornos calificados que posibiliten el me­joramiento de la calidad de vida urbana.

N.uestra ciudad se ha conformado básicamente, y presumible­mente lo seguirá haciendo, por una multiplicidad de intervenciones puntuales de ma~or o menor escala, en un proceso continuo de transformación y cambio. Por lo mismo la ordenanza debería bási­camente orientar ese proceso, procurando establecer nexos armó­nicos y evitando fracturas .

De estos objetivos genéricos se derivan ciertas pautas que deben orientar su estudio y la definición de sus nuevos contenidos, así como el propio proceso de reformulación en el cual se reconoce:

En lo referente a la metodología a emplear: l . La necesidad y conveniencia de evaluar en primera instancia

las normas vigentes que además de reunir una larga experiencia técnica y de actuación, las mismas constituyen el marco de refe­rencia que explica y fundamenta aspectos de la conformación ur­bana actual.

2. La necesidad de llevar a cabo un proceso permanente de co­rrección y ajuste, evaluando las consecuencias y resultados, así como las expectativas y reacciones suscitadas en los diversos agentes de transformación.

3. La necesidad de que las ordenanzas expliciten sus objetivos y propósitos de manera de brindar elementos complementarios para su interpretación por parte de los técnicos municipales actuantes, posibilitando de esa manera respuestas de carácter técnico y no burocrático a las solicitudes, tolerancias y consultas planteadas.

Por otra parte, esa explicitación debería posibilitar también el manejo de márgenes de flexibilidad absolutamente necesarios (hoy irracionalmente rigidizados), por parte del cuerpo profesional y los técnicos municipales.

4. La necesidad de crear mecanismos de consulta previa, a la población de las zonas involucradas. El consenso y la voluntad de­mocrática pueden respaldar y contrarrestar las pre~iones que · puedan surgir a las restricciones a la propiedad privada y al negocio inmobiliario.

S. La necesidad de que las ordenanzas no se modifiquen o alte­ren con frecuencia, haciendo que las instancias de revisión se hagan con una periodicidad establecida a fin de evitar problemas de im­previsión en las transacciones inmobiliarias. Complementariamente es necesario también determinar el porcentaje de avance de obra capaz de generar derechos cuando una construcción ha sido detenida.

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6. La necesidad de reestructurar y adecuar orgánicamente la normativa a partir de cada una de las unidades territoriales (áreas caracterizadas. zonas particularizadas, etc.). que se identifiquen. superando progresivamente la actual organización por áreas temá­ticas. En ese sentido, un primer paso operativo que permitirá en­globar toda la normativa en base a ese criterio, debería partir de una primera clasificación que introduzca pautas generales para: 1) zonas ya urbanizadas; 2) áreas a desarrollar (incluyendo aque­llas cuyo trazado y fraccionamiento ya está aprobado y aún no se ha materializado, de manera de posibilitar su revisión).

7. La necesidad de llevar adelante las modificaciones en forma progresiva atacando desde ya los problemas más críticos y notorios.

En lo referente a sus contenidos

l. La necesidad de que el cuerpo normativo. en tanto instrumen­to de guía y control del desarrollo urbano, debe articular sus propó­sitos con la estrategia y los objetivos generales de la planificación. El cuerpo normativo constituye un instrumento. que. manejado creativamente, puede inducir. concertadamente con las acciones di­rectas que la Comuna puede emprender, al logro de las transforma­ciones deseadas, al aliento o desaliento de actividades o usos que se entiendan necesarios, etc. Por lo mismo, es necesario alertar sobre la necesidad de percibir y valorar los alcances y las consecuencias. así como los desequilibrios, que en un sistema complejo como el sis­tema urbano, las modificaciones de la ordenanza puedan desen­cadenar.

2. La necesidad de levantar las críticas seflaladas en lo referente al desconocimiento de las preexistencias ambientales. En este senti­do la definición y delimitación de áreas caracterizadas se constituye en la idea rectora, aunque no excluyente, que debe vertebrar la re­formulación necesaria.

3. La necesidad de superar la falta de intencionalidad de la nor­mativa, trascendiendo las limitaciones planteadas, en función de pautas y orientaciones de disefto y ejecución a nivel arquitectónico y urbano. El desafío fundamental consiste en encontrar y definir esas pautas de forma tal que posibiliten la diversidad en un marco uni­tario y coherente.

4. La necesidad de ampliar y complementar la legislación urbana con mecanismos que profundicen las posibilidades de guía y control.

La legislación urbana ha tenido un importante desarrollo en paí­ses con sistemas políticos y económicos comparables al nuestro. Estas experiencias pueden significar un valioso aporte en la medida que sean analizadas y críticamente adaptadas a nuestro medio.

5. La necesidad de comenzar a generar y experimentar normas sobre usos del suelo (comercial, cultural, de esparcimiento, etc.), de ser posible en el marco de las ordenanzas sobre áreas caracteri­zadas.

Se impone prioritariamente la reconsideración de las normas vi­gentes sobre ubicación de establecimientos industriales, visto la insuficiencia y las limitaciones de las mismas.

Critica y reco.-ndlldones para la mformaladón de alaunu normas vigentes

En esta aproximación crítica es posible hacer algunas considera­ciones referidas a las principales áreas temáticas de la normativa. que regulan aspectos parciales en la conformación urbana.

Amanzanamiento, fraccionamiento y apertura de calles

El conjunto de normas referidas a estos temas rigen desde 1947. Las mismas han sido un importante elemento rector de la confor­

mación de extensas áreas de Montevideo. Básicamente, atienden a las condiciones que debe cumplir un suelo de uso predominante­mente rural, para ser destinado a suelo urbano con la correspon­diente incorporación de población y servicios. Además de ~ijar con­diciones de carácter general (ubicación, relación con el resto de la trama, etc.), la ordenanza determina. dentro de una zonificación primaria: área mínima de manzana, frente y área mínima de solar. área edificable, exigencias en materia de dotación de infraestruc­tura y servicios. etc. .

El espíritu de esa formulación, al menos para el área suburbana. donde fue predominantemente aplicada, se originó en la conjunción de una ideología urbanística rectora, la "ciudad jardín" y la pre­sunción de la continua elevación de los niveles socio-económicos de la población, que por la época se avizoraban como muy promiso­rios. Esto hizo que en la ordenanza se fijaran altos standars de calidad y exigencias acordes con esa realidad y esas expectativas.

Hacia la década de los años SO estos dos aspectos marcaron las pautas de desarrollo de la ciudad. El inicio y la profundización de la crisis económica paralizó prácticamente el sistema, no lle­gando a materializarse las exigencias previstas, en muchos permisos concedidos. Como es de conocimiento, la válvula de escape consistió en la creación de nuevos fraccionamientos en los departamentos li­mítrofes, donde las exigencias eran menos restrictivas.

Este desencuentro entre idea urbanística y contexto socio-econó­mico se refleja claramente hoy, en las distintas áreas conformadas según las normas en cuestión. En algunas, el ordenamiento per­seguido llegó a su plena concreción, en la medida que se afincaron sectores de población de medianos y altos recursos, consolidando un ambiente urbano de buena calidad media (al~unas áreas de Malvín. Punta Gorda, Carrasco). En la mayoría de las demás áreas (Maro­Has, Jardines del Hipódromo, Piedras Blancas, Manga) y salvo pequeftos tramos de calles que alcanzaron cierta jerarquización, los ámbitos urbanos, por su calidad edilicia, los tratamientos de los espacios libres, la ocupación y el uso del suelo. no se materializaron de acuerdo con la imagen postulada por las normas.

La evaluación y la crítica a estas ordenanzas se podrían centrar en los siguientes puntos:

l . El tamafio de los predios (que fija por ejemplo un área mínima de 500 me. en áreas suburbanas), previsto para la implantación de una vivienda individual y huerta complementaria, resulta excesivo para los usos actuales.

2. El sobredimensionado de los predios, sumados a la generosi­dad de los retiros frontales, la uniforme e indiscriminada generosi­dad de retiros laterales y de fondo, el ancho muchas veces despro­porcionado de las vías públicas y espacios libres, generan bajas den­sidades de población, que resultan antieconórnicos para la ciudad en su conjunto en materia de infraestructura y servicios. Este factor no solo incide en el costo de la tierra urbanizada, sino que además pauperiza la imagen del ámbito urbano debido a las dificultades de tratamiento y mantenimiento de esos espacios.

3. En muchos casos se detectan construcciones en el interior de los predios, viviendas, galpones, etc., en forma caótica y desorde­nada, producto de la presión ejercida por la necesidad de suelo urbanizado. ·

4. A pesar de que la reglamentación prevé anchos de calles me­nores a 17 mts. se hizo, en general. uso de esta única opción en forma mecánica y primaria.

5. los propósitos y exigencias de la reglamentación tampoco fue­ron debidamente interpretados en aspectos tan importantes como la ubicación (Barrio Los Bulevares) y su entronque e interrelación con la estructura urbana preexistente.

No obstante las críticas seftaladas, es necesario reconocer que parte de la conformación unitaria de la ciudad está dada por la repetición de la forma de loteo (la manzana) que esta ordenanza retoma de la ciudad preexistente.

En la perspectiva de su reformulación es necesario tener en cuenta que los loteamientos de la periferia en ciertas zonas han via­bilizado la solución al problema de la viv·ienda a sectores de me­dianos y bajos rec>Jrsos mediante la autoconstrucción , modalid~d esta que ha tenido tradicionalmente un fuerte desarrollo en nuestro medio.

Se recomienda una revisión en profundidad de estas normas en base a las siguientes pautas y consideraciones:

l. Adecuar las exigencias en materia de infraestructura y servi­cios a nuestras actuales circunstancia.s y a los contextos sobre los cuales se actúa, fijando nuevos standars y respetando las caracte­rísticas ambientales específicas de cada interve.nción.

2. Efectuar esa revisión en el marco de la orientación del plan director en lo que tiene que ver con la extensión del área urbaniza­da, no descartando posibles ampliaciones de la misma en la medida que por su específica localización, presenten ventajas comparativas para un más racional aprovechamiento de la infraestructura exis­tente.

3. Se impone por otra parte la necesidad de efectuar un diagnós­tico de la situación de las áreas aun no fraccionadas en la zona urbana y suburbana y definir una política sobre las mismas que haga posible la reincorporación al área rural a aquellas zonas en que la urbanización presente inconvenientes.

Seria de interés estudiar la viabilidad de mantener las penetracio­nes de áreas verdes de carácter rural en la ciudad, tal cual hoy se encuentran conformadas.

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4. Reductr las áreas mírumas de predios en aquellas zonas poten­cialmente aptas para ser dotadas de saneamiento en función de su proximidad a trazados existentes.

S. No limitar el tamafto de las manzanas, quedando éstas sujetas a las características del lugar, a la relación con otras características del sitio (localización urbana, topografía, etc.), dando lugar a va­riantes de organización que enriquezcan la trama urbana.

6. Favorecer y exigir una clara diferenciación y jerarquización de la trama vial, dando lugar a calles de anchos menores, pasajes pea­tonales, etc., ya previstos en la ordenanza.

7. En cuanto al porcentaje de área mínima exigida para el espacio público, privilegiar la extensión de las áreas destinadas al uso comunitario, disminuyendo el área destinada a la red vehicular.

La graficación en un plano de la ciudad, de las normas de retiro frontal, determina una sucesión concéntrica y progresiva desde el centro a la periferia incrementando las zonas libres de edificación.

Con el mismo criterio se determinan las normas de retiro lateral y de fondo, así como los porcentajes de áreas máximas de ocupación. Se desprende así una imagen global de la ciudad, en la que, gra­dualmente, la relación área libre-área edificada alcanza su mínimo valor en el centro y su máximo en los aledaños del área rural.

En dicha graficación se detectan algunas situaciones de excep­ción que no distorsionan de todas maneras el ordenamiento a la que se hacía referencia.

Se podría suponer que dichas normas fueron dirigidas a controlar un suelo esencialmente virgen de construcciones, es decir. a un pro· yecto de ciudad a construir en su totalidad. Por el contrario, estas ordenanzas en el momento de formuladas (1947) ignoraron la exis· tencia de zonas anteriormente consolidadas (Unión, Cerrito, Paso Molino, La Teja, Cerro, etc.). Al parecer se él'firmaba la idea de que el proceso de desarrollo y renovación urbana llevaría a una diná­mica tal, que en un tiempo más o menos prudencial, ~sas áreas se adecuarían a lo indicado en las normas, supuesto que de alguna manera se encuentra implícito en buena parte del cuerpo normativo.

Obvio es decir que casi cuarenta años_más tarde de la formula­ción y puesta en práctica de esas normas, la realidad presente no ha validado esa hipótesis y confirma la necesidad de superar esas limi· taciones.

En lo que respecta a las áreas consolidadas o en vías de consoli­dación, que se ajustan a las normas de retiro vigentes, se pueden reiterar algunas de las consideraciones realizadas para las ordenan­zas de amanzanamientos, fraccionamientos y apertura de calles.

Anchos de calle de 17 mts., más retiro de cinco, siete y hasta diez metros, configuran en general espacios urbanos desnaturalizados como tales, salvo en aquellas zonas en que dichos espacios y a costos relativamente altos, reciben un correcto mantenimiento y trata­miento.

En cuanto a los retiros laterales y de fondo estos fueron los pri­meros en soportar la presión por demanda de suelo. En la medida en que se han ido concediendo tolerancias para su ocupación, se ha producido una notoria deformación de la imagen urbana prevista por las normas. Como consecuencia, la gran mayoría de los inte· riores de manzana se han conformado sin un ordenamiento definido.

A efectos de su reformulación se recomienda: l. Suprimir los retiros obligatorios en todas aquellas áreas con­

solidadas manteniendo las alineaciones originales. 2. Efectuar estudios en las áreas que presenten situaciones mix­

tas en cuanto a alineación. Los grados de predominancia detectados posibilitarán plantear alternativas de ocupación y destino en las zonas de retiros. Sería conveniente también estudiar la viabilidad de tratamientos arquitectónicos de estos rubros que mejoren la calidad espacial y urbana de la vía pública.

3. La revisión de las actuales ordenanzas de retiros en áreas poco consolidadas, en función de pautas orientadas a levantar las críticas seflaladas.

4. Especificar según zonas, variantes de tratamiento de Jos re­tiros frontales:

a) como espacio libre enjardinado (Carrasco, Punta Gorda). b) como patio de expansión de la vivienda, autorizando cercos

más altos, pérgolas, etc. S. Los retiros laterales y de fondo se fundamentan en el concepto

de continuidad espacial de los fondos y de éstos con la calle a través de los retiros laterales.

Esta intención no se ha materializado en la medida que los predios se han separado por cercos de material y se permiten cons­trucciones en retiros con destino a locales no habitables (cocheras. parrilleros).

Parece conveniente entonces, según las zonas, reformular esta or­denanza en función de criterios orientados a determinar un por­centaje de ocupación, independientemente del carácter habitable o no habitable de los locales a construir.

En zonas en que los retiros laterales constituyan un valor desde el punto de vista urbano, sería conveniente mantenerlos o limitar la altura de construcción en los mismos.

Es conveniente tener en cuenta también la posibilidad de hacer un uso más racional del predio, que supone muchas veces desven­tajas comparativas cuando las construcciones encuentran respaldo en las lineas divisorias del mismo.

6. Con carácter urgente se recomienda actualizar las exigencias de ensanches al plan vial vigente, a partir de un relevamiento de­tallado que aconseje la pertinencia de desafectar o mantener las afectaciones de los predios de acuerdo con la situación urbana y a las alineaciones ya conformadas.

Alturas

Se podría resumir el conjunto de normas referidas al tema en dos grandes grupos: una norma de carácter genérico para toda el área urbana y suburbana y una serie de normas especiales que atienden situaciones particulares (avenidas, barrios jardines, etc.).

La primera guia con un criterio teóricamente igualitario las posi­bilidades de ocupación del predio, permitiendo la construcción en altura, en todos o casi todos los predios existentes y condiciona la altura máxima permitida únicamente en función al ancho de la vía pública que enfrenta. Este criterio uniforme de posible desarrollo de la edificación en altura en toda la ciudad, se condicionó aten­diendo básicamente aspectos higienistas, estableciendo topes de altura y gálibos acordes a dichos propósitos. Estos no aseguraron sin embargo en todos los casos, resultados positivos, visto las impor­tantes afectaciones de asoleamiento de plazas y vías públicas.

Cabe pensar que la imagen de ciudad promovida por estas nor­mas y por ende avizorada por sus gestores, era la de una gradual compactación de la codificación, que paulatinamente, desde las áreas de mayor concentración de actividades y de servicios (y por lo tanto de mayor demanda de suelo), se extendería a través de las vías importantes de comunicación, hasta insertarse en la totalidad del suelo urbano en las siguientes etapas.

Esta norma actuando en forma inorgánica con respecto al resto del cuerpo normativo, atiende en definitiva a la conf9rmación de la masa edificada, únicamente en relación al espacio público. Las den­sidades de población resultantes, las condiciones de habitabilidad. la capacidad de soporte del área, las calidades ambientales gene­radas y una serie de factores encadenados a partir de la misma no son valoradas ni coordinadas de manera conjunta.

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La incidencia de la edificación en altura en el medio ambiente ur­bano y en la concreción de su paisaje, es de particular relevancia. La aparición de medianeras sin ningún tratamiento arquitectónico, así como su frecuente uso con fines publicitarios, constituyen hoy un importante factor de degradación de la imagen urbana.(•)

El desarrollo indiscriminado de la edificación en altura ha pasado a ser en las últimas décadas y especialmente en el último "boom" de la construcción, un problema relevante en la medida de que ha sido la tipología privilegiada por promotores y agentes de producción y ha sido finalmente el modelo aceptado o incorporado por grandes capas de la población.

Esta situación gravita de manera fundamental en la estructura del valor de la tierra, generando expectativas que desalientan otras formas de ocupación del suelo en aquellas zonas en que precisa­mente este modelo tiende a extenderse.

Esta tendencia de localización se ha orientado predominante­mente hacia las zonas costeras (Pocitos, Punta Carretas, Malvín) y aquellas que disfrutan de ventajas comparativas en materia de ser­vicios y situación urbana (Parque Rodó, Cordón, etc.), en donde se ha concentrado el proceso de renovación urbana.

Las consecuencias de este proceso afectan a distintos niveles de la realidad urbana.

En la medida que la población montevideana no ha registrado aumentos significativos en este período, esas nuevas construcciones generaron migraciones internas en la propia ciudad, constituyendo un factor más de desequilibrio en el desarrollo de la misma y en su estructura poblacional.

La sobredensificación resultante en algunas áreas residenciales agrega causas de deterioro medio-ambiental (aumento del tránsito y presencia excesiva del automóvil, ruidos, ausencia de espacios li­bres, disminución de la forestación, etc.). Es de hacer notar también la pérdida de privacidad, asoleamiento, iluminación, etc., que se concreta cuando comienzan a conformarse los centros de manzana. Este aspecto, absolutamente descuidado hasta. el presente, debería ser detenidamente estudiado, a efectos de generar reglamentaciones sobre su conformación y uso.

Este proceso ha sido también la causa de la descaracterización y la pérdida de valores urbanos significativos de algunos barrios. El ejemplo de Pocitos en el último "boom" es por demás elocuente.

Sin embargo, algunas de las intervenciones más traumáticas en la conformación del paisaje urbano y su calidad visual, se concretan cuando surgen, sin solución de continuidad y en medio de barrios con edificación de uno y dos niveles, las primeras construcciones de 24-30 mts., como hechos puntuales. La tendencia a localizarse sobre avenidas o vías importantes de tránsito, hace que las repercusiones en su entorno inmediato sean absorbidas más fácilmente. aunque persistan las afectaciones al paisaje urbano global.

Esta afirmación no es generalizada en la medida que se presentan situaciones en donde la topografía y el arbolado de las calles ate­núan el problema. Así como los efectos de algunas situaciones se reducen, otros se acentúan, en tanto afectan perfiles urbanos signi­ficativos y de valor paisajístico relevante (edificaciones próximas al Cerrito, edificaciones en la ladera del Cerro, etc.).

Cabe hacer también algunas consideraciones respecto al conjunto de normas especiales que constituyen excepciones a la norma de ca­rácter genérico. Parte de ellas autorizan alturas mayores para pre­dios que enfrentan a avenidas, plazas y espacios libres. Formuladas con el mismo espíritu que la norma de carácter general, caben para ellas anotaciones similares a las ya expuestas.

Otras en cambio, con una óptica diferente, imponen condiciones más restrictivas, fijando alturas obligatorias (en cuadras o tramos de avenidas), alturas mínimas y otras exigencias (pasivas, uso de ma­teriales, etc.), concretándose en ellas una voluntad de diseilo a nivel urbano.

Las limitaciones y ocasionales aciertos de estas ordenanzas ya han sido expresadas. Cabe agregar para los ejemplos de Avda. del Ubertador, calle La Paz y Rbla. Franklin D. Roosevelt (hoy en parte derogada por la ordenanza de Ciudad Vieja), que los efectos de depresión del área comentados, se han profundizado también, como consecuencia de que las intervenciones en la misma han que­dado libradas a las estrategias económicas de los particulares sin que hayan mediado políticas a nivel municipal para encauzar di­chas estrategias.

Por último es necesario hacer mención a la ordenanza de sobre­elevados del a.fto 1979. Suspendida su aplicación en el presente afto en curso, se solicitó a este equipo de trabajo, pautas para su refor­mulación. Se transcribe en anexos el informe elevado oportunamente.

Recomendaciones

En función de las consideraciones precedentes y con los objetivos de:

- lograr una mejor inserción de la edificación en altura en la ciudad;

- evitar la excesiva densificación y en consecuencia la disminu­ción de las condiciones de habitabilidad a nivel urbano;

- evitar que nuevas construcciones puedan afectar irreversible­mente zonas de la ciudad, en contradicción con la futura reglamen­tación por áreas caracterizadas, este equipo de trabajo entiende conveniente la adopción de una reglamentación de transición den­tro de los lineamientos del siguiente anteproyecto:

1) OBJETO. Controlar la nueva edificación en altura hasta tanto se concreten los ordenamientos por áreas caracterizadas.

l)OBJETO Controlar la nueva edificación en altura hasta tanto se concreten los ordenamientos por áreas caracterizadas.

2) AREA DE APLICACION GENERAL Toda el área urbana y suburbana de Montevideo, excepto aque­llas donde rigen reglamentaciones particularizadas: Barrios Jar­dín, Parque Batlle, Carrasco, Punta Gorda, Malvín, Buceo, Po­citos Nuevo, Ciudad Vieja, Prado, etc.

3) AREAS DE APLICACION ESPECIFICA A los efectos de esta ordenanza. la ciudad de Montevideo queda subdividida en las siguientes zonas:

a) Area suburbana a) Area suburbana b) Vías principales én el área suburbana e) Area urbana d) Vías principales en el área urbana e) Centro-Cordón f) Franja Costera Sur.

4) AREA SUBURBANA Se admitirá una altura máxima igual a la sumatoria del retiro frontal y el ancho de la calle a la que el predio es frentista . Para todos los casos ésta no sobrepasará los 15 mts.

5) VI AS PRINCIPALES EN EL AREA SUBURBANA En los predios frentistas a las vías de tránsito de los sistemas na­cional, de enlace. urbano-metropolitano, avenidas preferencia­les y vías locales jerarquizadas. se admitirá una altura máxima de acuerdo con las normas actualmente vigentes, complemen­tadas por la aplicación de la ordenanza de edificación sobreele­vada para la definición volumétrica de los edificios de más de 15 mts. de altura. No se aplicará la definición volumétrica de acuerdo con la orde· nanza de sobreelevados en los siguientes casos: a) Edificio a construirse en un predio comprendido entre dos ya

construidos con edificios de altura mayor a 15 mts. En este caso la nueva edificación se podrá arrimar a ambas media­neras.

b) Edificio a construirse en un predio contiguo a otro ya cons­truido con un edificio de altura mayor a 15 mts. En este caso la nueva edificación podrá arrimarse a la medianera existen­te, rigiéndose por la ordenanza de definición volumétrica de sobreelevado para las restantes orientaciones. La altura máxima quedará limitada a 15 mts. en los predios frentistas a las siguientes vías o tramos de vías:

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1} las comprendidas en la zona del Ce­rro (área definida por el límite de la zona suburbana y el sistema nacional de accesos); 2) Avda. dr. Carlos Ma. Ramírez entre el arroyo Pantanoso y la Plaza Lafone (calle Heredia): 3) Cno. Castro entre Avda. Agraciada y Avda. Millán: 4) Avda. de las 1 nstrucciones: S} Continuación Avda. Dámaso A. La­rraf\aga entre Carreras Nacionales y José Ma. Guerra: 6) Avda. José Ma. Guerra.

6) AREA URBANA En la zona urbana se admitirá una al­tura máxima igual al ancho de calle más los retiros frontales correspon­dientes. En todos los casos la altura no excederá los 15 mts.

7} VIAS PRI NCIPALES EN EL AREA URBANA En los predios (rentistas a las vías de tránsito del sistema nacional. de enla­ce, urbano-metropolitano, avenidas preferenciales y vías locales jerarquiza­das. se admitirá una altura máxima de acuerdo con las normas actualmente vigentes. La altura máxima quedará limitada a 15 mts. en los predios (rentistas a las vías de tránsito o tramos de ellas que la continuación se detallan: - Bvar. Batlle y Ordóf\ez entre Avda.

Gral. Flores y Avda. Gral. San Mar­tín· ,

- Avda. Gral. San Martín entre Bvar. Batlle y Ordóf\ez y Chimborazo;

- Avda. Gral. Flores entre Bvar. Bat­lle y Ordóñez y Chimborazo;

- Chimborazo entre la J\lda. Gral. San Martín y Avda. Gral. Flores:

- Arenal Grande entre Amézaga y Ri­vadavia;

_..:. Avellaneda. 8) Todos los edificios que se construyan

con altura igual o mayor a 8 mts .. de­berán tener a partir de ese nivel un 40% como mínimo de la superficie de fachada en la alineación del predio.

9) CENTRO-CORDON En la zona delimitada por las calles Andes, Canelones. Dr. Lorenzo Carne­lli, José E. Rodó, Bvar. Gral. Artigas. Dante, Dr. Martín C. Martínez• y Avda. Uruguay (ambas aceras en todos los casos), se admitirá como altura máxi­ma la resultante de las normas actual­meo te vigentes.

10) En la zona comprendida por las calles Ciudadela, Canelones, Dr. Lorenzo Carnelli, José E. Rodó, Bvar. Gral. Ar­tigas, Dr. Pouey, Cap. Vidiella. Mac Eachen, Avdas. Italia, Solano López y Rivera, P. Bustamante, 26 de Marzo. Benito Blanco y Ramblas se admitirá como altura máxima la correspondien­te al edificio de mayor altura con habi­litación aprobada en la cuadra a que pertenece el predio. Quedan exceptua­dos los predios {rentistas a las vías enu­meradas en el art. 7°. Los edificios con permisos de construc­ción otorgados con posterioridad a la aprobación de esta ordenanza no gene­rarán los derechos que de este artículo se desprenden .

11) En la zona comprendida por las calles 21 de Setiembre. Ellauri. Avda. Brasil. Libertad. F. Muñoz. Barreiro y Ram­bla, la altura mínima admitida será de 8 mts.

12) En las siguientes vías o tramos de vías. se limitará la altura a 15 mts. Parra del Riego. Tomás Giribaldi. Do­mingo Cullen, Astigarribia, Ellauri (en­tre Martí y Guay aquí), Luis Lamas (en­tre Masini y Guayaquí). Guayaquí (en­tre Ellauri y Luis Lamas). Santiago Vázquez, Atanasio Lapido(entre Ellau­ri y Cu! de Sac al norte de la calle San­tiago V ázquez). Este listado no es taxativo y deberá ser complementado por otros tramos de interés.

13) Los edificios que se construyan en la zona urbana cuya altura exceda los 15 mts. no podrán superar a partir de los 8 mts. de altura. una profundidad ma­yor de 20 mts. a partir de su alineación frontal. En los predios esquina que queden comprendidos en el art. 7° se admitirá edificar con igual altura sobre la calle lateral hasta los 20 mts. de la línea de edificación. en los siguientes 20 mts. se admit irá una altura interme­dia entre la altura de la vía principal y los 15 mts. Cuando el predio contiguo en la vía lateral esté edificado en altu­ra, se podrá edificar hasta alcanzar la misma altura.

14) Todos los edificios que se construyan o reconstruyan, cuya altura supere los 15 mts. deberán tener en sus fachadas posteriores tanques de agua y sala de máquinas y medianeras vistas, un tra­tamiento arquitectónico coherente y armónico con el de su fachada princi­pal. En la tramitación de los permisos de construcción se exigirán los alzados de las fachadas interiores y las media­neras vistas para asegurar el cumpli­miento de esta disposición.

15) No se permitirá el uso de azoteas, volú­menes superiores (tanques de agua, sa­las de máquinas) y medianeras, para la instalación o incorporación de ele­mentos de publicidad.

16) Para tratar casos especiales. consultas, tolerancias, etc .. y aspectos no previs­tos en esta ordenanza, se constituirá una comisión integrada por tres técni-

cos, uno de los cuales será designado por la Sociedad de Arquitectos del Uruguay. Esta comisión asegurará el cumpli­miento de la intención de la presente ordenanza en todos los casos que se le presenten para su interpretación.

CONJUNTOS HABIT ACIONALES

Con la aprobación de la Ley de Vivien­das surgen una serie de programas habita­cionales, en diferentes modalidades y es­calas que determinan la adopción por par­te del Municipio, de un cuerpo de normas que regulan las condiciones de implanta­ción y construcción de dichos conjuntos.

La formulación de esta norma aparece como una alternativa de opción para quien programe la realización de un conjunto de

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v1viendas, ya que no estipula la obligato­riedad de regirse por ella en consideración de algún parámetro en particular, salvo cuando el planteo requiera la apertura de calles y amanzanamientos nuevos o modi­ficativos de los existentes (lo que necesa­riamente requiere la intervención de la ofi­cina municipal competente). También de­ben acogerse a esta norma los programas en que la institución financiadora del con­junto (B. H. U.) exija la viabilidad urbana de la propuesta en lo que tenga que ver con el suministro básico de infraestructura.

La intervención de esta norma, se consi­gue así a través de medios indirectos, no siempre claros en cuanto a los grados de control municipal de esta forma de desa­rrollo urbano.

Si bien se encuentra perfectamente de­finida el área donde es admitida su im­plantación (zonas urbana y suburbana que dispongan de servicio público de sanea­miento), la norma expresa tambián que las obras o edificios que se proyecten no debe­rán interferir con los planes oficiales vi­gentes ni con los de la comisión asesora del Plan Director. Desde el momento en que no se dispone de una correcta evaluación de dichas áreas en relación a su potencia­lidad o capacidad de uso para ese fin , se corre el riesgo cierto de una toma de deci­sión basada en ponderaciones coyuntu­rales.

Esa modalidad de desarrollo urbano ha significado un gran impacto para la d u­dad en aquellos programas que por su ta­mafto o densidad de población actuaron

como elementos distorsionantes del tejido urbano. En general estas intervenciones se han constituido como inserciones desliga­das de la trama preexistente y en no pocos casos afectan negativamente su entorno inmediato.

En su articulado, la norma plantea dis­posiciones que regulan el uso del suelo, disposición de los volúmenes, parámetros de asoleamiento y servicios a la vivienda (abastecimiento, educación, esparcimien­to) en función de un presupuesto tipológi­co (el bloque) y de pautas de diseño que en el momento presente merecen una profun­da revisión .

Recomendaciones para la reformulación

Los resultados predominantes cuestio­nables de las realizaciones efectuadas y las limitaciones anotadas de la reglamenta­ción, implican la necesidad de reformular en su totalidad la norma actual.

l. La reformulación debería atender, en términos generales. la posibilidad de que el diseño de los agrupamientos no se vea limitado por rígidos presupuestos tipo­lógicos y de organización, sino que inver­samente aliente la variedad tipológica y morfológica, de densidades y usos. De igual manera se entiende necesario alentar la integración espacial y funcional del con­junto al tejido urbano circundante a t ravés de los enlaces necesarios con la trama vz-­hi~ular existente, la compatibilización <le alturas, la prolongación de las caracterís­ticas del espacio urbano inmediato (refor­zando continuidades. alineaciones. etc.).

2. Evitar la indiferenciación espacial y de uso del suelo.

3. Disminuir los porcentajes exigidos en cuanto a áreas de uso público o inversa­mente aumentar los porcentajes de las áreas máximas edificables.

4. Definir standard de confort térmico y acondicionamiento natural, evitando rígi­dos condicionamientos de asoleamiento que constriften las posibilidades tipológi­cas y de organización del conjunto.

5. Revisar los criterios de separación mínimas entre edificaciones, así como los anchos de calles vehlculares y pasajes pea­tonales relacionándolos con las alturas de las edificaciones y con su precisa ubicación en el conjunto.

6. Asegurar condiciones de privacidad en las viviendas.

7. Exigir, en aquellos conjuntos de ta­maño superior a tres hectáreas, variacio­nes de densidades, alturas, tipologías y formas de agrupamiento, evitando solucio­nes uniformes. En caso de implantaciones en el área suburbana se aceptarán alturas mayores a las recomendadas en el presente informe. Para estos conjuntos se exigirá un t rámite previo, con la propuesta a nivel de anteproyecto que merecerá la aceptación o las observaciones de carácter técnico de la oficina municipal competente.

Montevideo, setiembre de 1984.

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Pauta de encu•dre para la coaalden~Cióa del ttma de edlftcto. IObreeJe. vadol y la refonauladóa del Dec:reto N• 19.507 dell0/ 11179.

Dicho equipo técnico entiende que, sin oponerse a la realización de edifi- ' caciones sobreelevadas. las mismas deben estar encuadradas en una norma que asegure su inserción armónica con las zonas en que se implantan. asi como con la ciudad en su conjunto.

En ese sentido se considera inconveniente el carácter indiscriminado del D0 19.507, que permitia la construcción de editicios sobreelevados en cual­quier zona del área urbana. incluso en aquellas que tenían reglamentaciones especiales, sin tomar en cuenta sus repercusiones sobre e_l entorno cir~undaQr te (ejemplos como los de la torre en Punta Carretas r su muy sensible afee-. tación de las visuales de la Facultad de Ingenierla, o la torre Olímpica, ubi­cada en ~tna zona con limitación de altura, son demostrativas).

Discutida la problemática, este equipo considera que los edificios sobreele­vados pueden, ubicados convenientemente, constituirse como hitos o como acentos en la trama urbana, para afirmar la lectura de la ciudad por parte de sus habitantes, así como efectivamente enriquecer su paisaje.

Se considera también que deben contemplarse las repercusiones del sobre­elevado en su entorno inmediato, evitando distorsiones puntuales en la trama.

En base a estas apreciaciones se entiende que el tema debe ser enfocado tanto a escala de la ciudad y su macro paisaje, asi como a nivel de la calle y la conjunción del sobreelevado con las edificaciones linderas.

A - ASPECfOS URBANOS GENE.R.UES

Se considera prioritario el análisis de la implantación urbana de los edifi­cios sobreelevados, dada la importante repercusión que los mismos tienen en la configuración de la silueta y visuales de la ciudad en su conjunto o sectores de la misma.

Se recomiendan los siguientes criterios: •

l. Localización limitada a la zona urbana. 2. Impedir la localización en zonas con reglamentaciones particularizadas,

barrios Jardin, Parque Batlle. Prado, Malvín. Buceo, Pocitos Nuevo, Ciu­dad Vieja. etc .. o de las nuevas zonas que surjan de reglamentaciones de áreas caracterizadas o particularizadas, salvo que esas normas así lo pre­vean expresamente.

3. Impedir que su localización afecte recursos paisajísticos destacados: Cos­ta, Cerro. Cerrito de la Victoria, Parques. etc.

4. Impedir la localización en zonas con caracteristicas ambient<Ues y testimo­niales relevantes: Villa Munoz. etc.

S. Limitar la localización a las avenidas y vías circulatorias estructuradas de la trama y en especial a sus intersecciones y proas destacadas. en la

medida en que pueden constituir acentos que afirmen la estructura de la ciudad.

6. Impedir que los nuevos sobreelevados entren en competencia con otros, que ya constituyen hitos importantes: Hospital de Clinicas. Palacio Salvo, etc.

Se considera conveniente para asegurar el cumplimiento de estos criterios. una tramitación previa de implant_aci6n, con documentación que incluya fo­tomontajes del edificio solicitado, desde puntos de vista que ilustren su inser­ción en el entorno inmediato y en las visuales principales.

8 - ASPECfOS URBANOS PARTICULARES

Se debe considerar. además. la inserción de los sobrcelevados en su entorno inmediato, procurando una armoniosa relación con las edificaciones vecinas. Dentro de est~ enfoque. se recomiendan los siguientes criterios: 1. Al estar restringida su ubicación al área urbana se ent iende conveniente mantener la continuidad de la calle, alentando las edificaciones a nivel de planta baja.

Se suprime asi el aliciente de altura suplementaria para los casos de planta baja libre.

2. Mantener para los basamentos las alineaciones de retiros existentes en la zona de implantación.

3. Relacionar la altura del basamento con la de los edificios adyacentes más que fijar una al tura tope determinada (8 mts.).

4. Exigir el tratamiento de las medianeras adyacentes a laS' edificaciones so­breelevadas, en forma simultánea a su construcción y como parte de su proyecto. Eventualmente. permitir la apertura de vanos en las. mismas. los que generarían servidumbres a favor de los predios linderos.

S. Desalentar la utilización de la planta baja como estacionamiento a cielo abierto, previendo límites de áreas destinadas a tal fin .

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La entrevista realizada al arquitecto R ius, lo encuentra ya a una avanzada edad y no logra trasmit1r adecuadamente la capacidad de . . / . . . . , . apr.ecwcwn y JUZCLO arquttectomco que lo caracten"zaron como docente y como profesional.

Graduado en 1920, pertenece a la generación que. partiendo de una formación ''Eco/e de B eaux Arts ·' -conservando de la misma la cap acidad de composición y el cuidado de p roporciones- supo comprender las nuevas ideas de la arquitectura renovadora, que por entonces se estaba plasmando y concretarlas en una sen"e de obras destacables, conformando uno de los más n"cos com ponentes de nuestro escenan"o urbano.

Un valioso grupo de arquitectos, que incluye --entre mue/tos otros- a Cravotto, Surraco, A rbelec/ze y Cana/e, De los Campos, Puente y Toumier, Scasso, Etc/tebame y Ciun"c/z, Muñoz del Campo, así como a la excepcional figura de Vi/a majó, fue capaz de interpretar el lenguaje propuesto por las vanguardias europeas, integrando aportes mue/zas veces diferenciados, en obras sustancialmente coherentes. Las mismas se materializaron. en la mayoría de los casos, despojándose de los extremos vanguardistas, posibilitando así no sólo su inserción en la ciudad, sino también su realización a través de una construcción esencialmente artesanal.

Arq. Juan Antonio Rius

(1893-1974)

Arq. Mariano Arana Arq. Lorenzo Garabelli

. Arq. José Luis Livni

Analizando las realizaciones de las décadas de/20 y de/30 puede constatarse, simultáneamente, su calidad constructiva y su cuidado formal. La frecuente utilización de buñas /zon"zontales y verticales, el enn"quecimiento de superficies en color y textura. el divers(ficado manejo de ventaneos, antepechos y terrazas, evidencian a la vez pragmantismo y refinamiento, tanto en los aspectos técnicos como en los figurativos .

I niciando su actividad con una clara influencia de los movimientos antibiston"cistas de fines del siglo XIX. se aprecia en la obra de R ius, el conocimiento y comprensión de las propuestas de Van de Ve/de. Tal es el caso de las viviendas para Antonio J. Rius y para lafami~ia Fein L erena.

R esulta sorprendente la evolución que revela el proyecto. realizado con el arquitecto Amargós. con el que obtiene -antes de.fina/izada la década del 20- el Pn"mer Premio en el Concurso de la Facultad de Odontología. Proput>sta renovadora, claramente organizada. dt> definición volumétn"ca muy simple y estricta, con total dt>spojamiento dt' t>lementos acct'sorios. manteniendo -sin embargo- una gran St'llsibilidad l!ll

el mamjo di! las proporciones. A estas cualidades como

arquitecto. d i!b f!mos agrt>gar su destacada labor doct>nte. Exct>lent<' dibzúante.fu<' proji!sor del Curso de Composición Decorativa en/a

Facultad de Arquitectura. Sus alumnos recuerdan todavía la calidad de sus acuarelas, su disposición a comunicar generosamente sus conocimienros. Era habitual encontrarlo en la Facultad. aún/os fin es de semana. ay udando a sus alumnos en los períodos de nztrega de trabajos. realizando acuarelas ilustrativas de sus proyectos. que luego él destruía sin vacilación.

Como Director de Taller en la Facultad, fue preocupación sistemática de su actuación la de orientar al alumno de acuerdo a sus propias inclinaciones. sin forzarlo a adoptar un lenguajt> predeterminado. Tal cualidad llevó a Vilfamajó -según recuerda el arquitecto Antonio Cravotto- a aconsejar a un estudiante que ingresaba a la Facultad. diciéndolt>: "Andate con R ius que te va a dejar bacer lo qut> tú quieras y te va a orientar para hacerlo bien · ·.

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Entrevista al Arq. Juan Antonio Rius

El siguiente texto se ba estructurado en base a la versión grabada de la entrevista realizada al Arq. Juan A . Rius el día 6 de mayo de 1972.

- ¿Entre qué años cunó sus estu­dios en la Facultad de Arquitectura?

-Lo que tengo presente es la fecha en que terminé la carrera: fue el 31 de diciembre de 1920. Siendo todavía es­tudiante, yo dictaba clases en la Fa­cultad; clases de Ornato, que estaban a cargo del arquitecto Lerena, que era el titular. Yo actué como su ayudante.

- Su actividad docente, ¿se centró exclusivamente en la Facultad?

- No. Por la misma época tuve a mi cargo cursos en la Escuela que tenía "Artes y Oficios" en la calle Sarandí. Alli actué bajo la dirección de Blanes ViaJe, enseñando dibujo arquitectóni ­co lineal. .

- ¿Recuerda alguno de sus compa-ñeros de estudio?

- Aquí tengo precisamente una fo­tografia en que está buena parte del grupo. Fue tomada en una reunión realizada en el estudio del arquitecto Acosta y Lara en ocasión de su nom­br~miento como Intendente de Mon­tevideo. Allí están Schinca, Garese. Agustín -un bedel de la Facultad muy querido por nosotros-, Muñoz del Campo, Armas, Surraco y Sierra Morató. En la foto no aparece He­rrán , pero pertenecía al grupo.

- ¿Jorge Herrán? - Sí. Herrán trabajó mucho, sobre

todo en Punta del Este. Yo mismo trabajé para él, como "negro" en el Concurso del Palacio Municipal.

Eramos buenos compañeros. Cuan­do fue designado Ministro de Obras Públicas, durante el gobierno de Te­rra, me dejó encargado de la dirección de la$ obras del edificio de la Aduana, que él estaba realizando por entonces.

- ¿A usted le Interesó temprana­mente la renovación de la Arquitec­tura?

- Yo fui siempre un poco rebelde en cuanto a los estilos. Creo que esto se puede apreciar desde mis primeras obras, a pesar de que en alguna de ellas existan reminiscencias de ele­mentos del pasado.

Considero importante la influencia de algunas revistas y la presencia de ciertas personalidades en Montevi­deo, que llegaron a visitar nuestro es­tud io en 18 de Julio esquina Magalla­nes , como fueron Steinhof y Le Cor­busier. por ejemplo.

Vivienda Antonio J Rius. Calle Juan Beni­to Blanco N ° 774, Montevideo (1921, con

el Arq. Mauricio Cravotto)

Vivienda Fein Lerena. Calle Zelmar Mi· chelini (ex Cuareim) N ° 1220, Montevideo.

(1922-25, con el Arq. Rodolfo Amargós)

- Los viajes al exterior, ¿le resul­taron Importantes para su formación?

- Incluso el primer viaje a Europa. que realicé con mis padres antes de ingresar a la Facultad, me permitió comprender con mayor profundidad algunas obras de las cuales los libros no pueden dar una idea acabada.

Volví a Europa. ya egresado, en 1925. Entonces tuve oportunidad de visitar la Exposición de Artes Deco­rativas de París de ese año. Llamaba la atención el pabellón ruso, pero en realidad fue el triunfo de ciertas for-

mas que llegáron a divulgarse mun-dialmente. Se las llamaba las "pasti­llas de chocolate". Aún dentro del mantenimiento de estilos, hay que ad­mitir que había decoradores franceses de alta calidad.

- En ese segundo viaje, ¿tuvo opor­tunidad de conocer otros ejemplos de la Arquitectura Renovadora?

- Sí. fui a ver, por ejemplo, obras de Dudok .

También visité Alemania, donde Amargós disfrutaba de una beca del Gran Premio. Estaba actuando en el estudio de Peter Behrens.

Con Amargós fuimos juntos a Viena a visitar diversos barrios de vi­viendas populares. construidos por entonces.

- Usted mencionó la figura de Du­dok. Sin embargo, a través de su obra, no parece manlfestane un interés di­recto por las creaciones de dicho ar­quitecto.

-Es que la realidad de sus edifi­cios me resultó menos interesante que las fotografias . Sus dimensiones rea­les me parecieron muy limitadas. Tu­ve un cierto desencanto frente a la obra concreta.

- ¿Y qué autor le Uegó a Impresio­nar más fuertemente en aquel mo­mento?

- El que me impresionó fue Le Corbusier. Como les dije, durante su estadía en Montevideo, estuvo en nuestro estudio y mantuvimos mucho contacto con él. Vino a colmar el de­seo que teníamos de realizar algo fuera de lo corriente. Nos hizo ver la importancia de las dimensiones de las cosas: por ejemplo, la altura de las ventanas, la función de las mismas, la necesidad de relacionar todos los ele­mentos con la escala del hombre. Comprendimos lo erróneo de ponerse a construir sin t~ner una guía.

También me impresionó Steinhof, al que también ya hice referencia. Era profesor de Arte en Viena y poseía una erudición extraord inaria. Solía­mos mantener charlas con él en el

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Foto de la reunión en homenaje al Arq. Acosta y Úlra en ocasión de asumir el cargo de Intendente de Montevideo (1938).

De izquierda a derecha aparecen: Alfredo Al/o, Alberto Muñoz del Campo, Agustín Viera, Adolfo Caravia, Fernando Pou Car­doso, Roberto Garese, Carlos Schinca, Juan A. Rius, Horacio A costa y I.Ara, Al bérico /sola, Guillermo Armas. Rodolfo Vigouroux. Carlos Su"aco y Sierra Morató

Mercado del Puerto durante el tiempo que permaneció en Montevideo.

También corresponde mencionar a Monsieur Carré. Era un hombre muy refinado y muy querido. No tanto por su obra era Medalla de " Beaux Arts" y se mantuvo fiel a su form a­ción- sino fundamentalmente por su labor docente.

Tuve asimismo oportunidad de es­tar en contacto con Vilamajó con quien colaboré. como " negro". en su proyecto para el Gran Premio. Era admirable como persona y como ar­tista. aunque en cuanto a su obra mo­derna. no llegó a una culminación.

- ¿Tuvo oportunidad de ver obra realizada de Le Corbusier en su viaje a Europa en 1925?

-No. Era poco lo que había cons­truido hasta entonces. Posteriormente conocí su obra a través de publicacio­nes. Sus proyectos para Moscú, por ejemplo. Resultaban impactantes so­bre todo para mí. que empezaba a in­teresarme por la acústica. El había trabajado con Lyon. ingeniero francés con quien me puse posteriormente en contacto. para la realización del pro­yecto de . la Facultad de Odontología.

Vivienda de temporada para el Sr. Fran ­cisco Rocco. Calle 21 de Setiem bre 3/36, Montevideo. (1927). Refleja influencia de

la revista " Wendingen ..

- ¿Usted llegó a conocer EE.UU.? - Estuve alli en 1957. Visité el es-

tudio de Skidmore, Owings y Merrill y conocí algunas de sus obras en Nueva York; la Lever House, por ejemplo. Me impresionó mucho el avance tec­nológico norteamericano. Tuve opor­tunidad de ver el edificio Seagram , de Mies van der Rohe, en las últimas etapas de construcción. Me asombró la rapidez y calidad de la ejecución, que evidenciaba el avance de la indus­tria de ese país. Me di cuenta que es­tábamos muy atrasados respecto a ellos.

- ¿Qué impresión tuvieron uste­des?

- Nosotros vimos en 1958 el edifi­cio ya terminado; fue un verdadero impacto. como lo fue también Nueva York misma. Particularmente asom­broso nos resultó encontrar ese verda­dero bosque que es el Central Park en medio de la concentración urbana de Manhattan.

- Lástima que contribuye a escin­dir ciertos sectores sociales dentro de la ciudad.

- ¿Qué pubUcaciones le resultaron Importantes para complementar su

Facultad de Odontologia. Calle LAs Heras N° 1925, Montevideo (/932-39)

-

formación en la Facultad? - Yo recibía algunas revistas ale­

manas y americanas. La " Forum", por ejemplo.

- De las revistas alemanas, ¿re. cuerda cuál tenía más aceptación?

- A mí me interesaba "Moderne Bauformen". Resultaba muy útil por­que incluía una buena presentación de detalles.

Consultaba también la revista ho­landesa " Wendingen' '. de la cual conservo todavía algunos números.

También. desde luego, " L' Archi­tecture d ' Aujourd'hui".

- Estos materiales, ¿los recibía . desde sus primeros años de acdvidad

profesional? -Si. Me preocupaba por estar bien

informado. - ¿Usted conocía algunas de lu

realizaciones de los modernos maes­tros, antes de recibirse?

-Si. Yo tengo todavía un libro de Peter Behrens con sus croquis.

- ¿Qué obru de Arquitectura Re­novadora y qué arquJtectos le lntere. saban dentro del ámbito nacional?

- Vilamajó se mantuvo largamente apegado a una cierta concepción re-

- ·­• •• • • • • • •

.. _ .,.. ..

Viviereda propia. Calle Soriano N° 1432, Montevideo

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nacentísta . Me interesaba la obra de Surraco: era un hombre muy capaz. Pero la gente que tenía acaparada la plaza era otra: por ejemplo Ruano -que había estudiado en la "Ecole des Beaux Arts" de París- trabajan­do con Vázquez Barriere.

- Observando la vivienda que us­ted realizó, con el arquitecto Amar­gós, para la familia Feln Lerena en la calle Cuarelm casi Canelones, nos pa­rece apreciar una cierta Influencia de algunos arquitectos europeos actuan­tes a fines del siglo pasado y comien­zos del actual. Nos Interesa que nos diga si usted conocía y apreciaba la obra de Van de V el de.

- Sí, claro. - ¿Usted realizó muchas obras con

el arquitecto Amargós? - No, él se radicó en Brasil luego

U. T. E., "Central Centro '·. Calle Merceau N° 876, Montevideo (1932). Fachada

Viviendas Amarg6s. Calle Duvimioso Te· "a N ° 1265171, Montevideo (hacia 1940)

que realizarnos el concurso para el Banco de Seguros.

- La obra de la Facultad de Odontología., ¿ustedes la obtuvieron por concurso?

- Sí. La ubicación inicial estaba prevista en la calle Dante. Luego hici ­mos el proyecto definitivo para su ubicación actual , próxima al Hospital de Clínicas. Para entonces. ya no tra­bajábamos juntos con Arnargós.

- ¿Qué otras obras le Importa des­tacar?

- Las relacionadas con U.T.E. Al comienzo fueron trabajos menores. pero luego pude realizar obras de ma­yor importancia.

Tuve oportunidad entonces de co­laborar con el escultor Posse - una gran persona- y también con el pin­tor Laborde.

En la Usina me tocó realizar el Ca­sino para ingenieros, con la calidad de materiales y terminaciones habituales en aquel momento. Además realicé una serie de centrales telefónicas para U.T.E.: la del Centro, la del Cordón, la de Paso Molino, la de Santa Lu­cia ... En un principio, se pensó que yo realizaria todas las centrales , pero el volumen de obra era tal , que se asig­naron varias al arquitecto Caprario.

- Aparte de los ya mencionados, ¿estuvo relacionado ton alg6n artista plástico?

-Sí, con Berdía. El fue quien me enseñó a pintar.

- ¿Qué otras actividades desarro­lló?

- En la docencia, además de haber sido profesor· de Acuarela, tuve a mi cargo uno de los Talleres de Arquitec­tura de la Facultad.

U. T. E., ''Central Centro ''. Estado actual

BIBLIOGRAFIA

PUBLICACIONES QUE ILUSTRAN LA OBRA DEL Arq. RIUS

- Revista " Arquitectura", N° 68, Mon­tevideo, 1923. (Vivienda. Interiores).

- Revista "Arquitectura", N° 88, Monte­video, marzo de 1925 (Vivienda Fran­cisco Rocco).

- Revista "Arquitectura", N° 112. Mon­tevideo, marzo de 1927 (Vivienda de temporada para el Sr. Francisco Rocco).

- Revista "Arquitectura", N° 144. Mon­tevideo, noviembre de 1929 (Proyecto que obtuvo el Primer Premio en el Se­gundo Grado del Concurso para la sede de la Facultad de Odontología).

- Revista "Arquitectura", N° 146, Mon­tevideo, enero de 1930 (Proyecto que obtuvo el Primer.Premiu en el Concurso para la sede del Banco de Seguros).

- Revista " Arquitectura", N° 164, Mon· tevideo, julio de 1931 (Proyecto que ob­tuvo el Segundo Premio en el Concurso para la sede del Hospital de Niftos).

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Obra realizada por la Intendencia de Tacuarembó, según proyecto del Arq. Walter Domingo en el año 1952153 que entendemos cuenta con el máximo de vigencia.

En octubre de 1956. la revista de la S.A. U. (Arquitectura. N° 233) publicó documentación sobre el primer Centro de barrio const ruido en la ciudad de Tacuarembó. inaugurado en 1953. Treinta años después. en una valoración primaria de las obras. lo que surge de inmediato es que los contenidos·del proyecto se revelan totalmente vigentes y más aún. con un potencial de evolución futura muy importante. La comunidad. que desde el inicio fue el verdadero protagonista del proyecto. es la responsable de la actual vitalidad del Centro y la promotora de una ampliación de objetivos y nuevos desarrollos para los cuales una arquitectura racional y abierta posibilita una adecuación natural.

El proyecto tuvo su origen en la confluencia de las siguientes d irectivas:

l. Revaloraclón del "barrio". En la década del SO eran bastante numerosas las manifestaciones de revisión de los conceptos de la Carta de Atenas ; de ellos recordamos algo que pocos años después de inaugurado el primer Centro, publicamos en un documento como justificación de la orientación del

proyecto. Son palabras de Lewis Mumford:

" Permítaseme resumir: el barrio es un hecho social. ex iste en forma incipiente aun cuando no esté articulado debidamen te en el plano de la ciudad ni proporcione las instituciones que en la act ualidad necesita la comunidad doméstica. En cambio. mediante el consciente d iseño y provisión. el barrio puede llegar a ser un órgano esencial de la ciudad bien integrada. Por tanto, ya ha llegado el momento de hacer un planteo mucho más comprensivo de las funciones socia les del barrio, para que éste satisfaga con mayor sutileza y simpatía las necesidades de las familias urbanas en cada etapa cíclica del crecimiento urbano y para que propicie una exploración más emprendedora de las posibles alternativas que han de traer la ansiada solución de este problema".

2. Creación de espacios para la comunidad. También en este aspecto y para evitar la modificación de los conceptos emitidos hace ya treinta años. transcribimos de la revista de l<l Cámara de la Construcción (Obras. N° 9. 1958) palabras de Walter

Gropius inclu idas como síntesis de la conceptualización del Centro:

" Estoy profundamente convencido de que la construcción de centros comunales es aún más urgente que la construcción de casas, pues estos centros representan un campo de cultivo cultural que permite al individuo alcanzar su plena estatura dentro de la comunidad".

Con esos conceptos presentábamos entonces el proyecto de un tercer Centro de barrio en Tacuarembó.

3. Participación de la comunidad. Por iniciativa del Intendente Agrim. Raúl Goyenola se determinó la participación de Jos vecinos en la conducción del Centro y ello se constituyó en un aspecto esencial de su vitalidad; por voto de los vecinos del barrio. fue designada una Comisión que regulaba las actividades. determinaba prioridades en la distribución de ayudas e incluso discutía con la autoridad municipal planes de obras para el barrio. . .

Los servicios principales que ofrecía el Centro son básicamente los que existen hoy: en el área trabajo. local para lavado de ropa con facilidades de agua calien te. secadero

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automático, local de planchado, locales comerciales, sala de niños con control de las trabajadoras; en salud y recreación, policlínicas, baños públicos, teatro al aire libre, biblioteca estudiantil. deportes . Los . . . ' . servtctos son gratUitos o con rnmtrno aporte y los usuarios se encargan de parte de limpieza y mantenimiento. Por otra parte, la influencia del Centro, en razón de su accesibilidad, se extendió a la zona rural próxima, corno lo hacen constar los informes médicos sobre actividades de la policlinica_. Para parte de la población rural que debe hacer recorridos de importancia sin contar con posibilidades de alojamiento, resulta ventajoso concurrir a las policlínicas del Centro, donde cuentan con atención segura y más rápida.

Cuando se construyó el Centro de barrio 1, en el barrio Ferrocarril , salvo la escuela primaria, no habían otros organismos estatales; hoy. a su alrededor hay liceo, escuela industrial, policía, iglesia , nuevos núcleos habitacionales y un mayor equipamiento comercial.

Los años transcurridos han visto a los centros de barrio de Tacuarernbó . pasar por muy diversas vicisitudes. derivadas de circunstancias políticas que incluso durante el período de la dictadura redujeron sensiblemente su actividad.

Es destacable que , en uno de esos períodos, hacia 1982, el CLAEH llevó a cabo en tres centros de barrio proyectos para "dinarnizar" los mismos y que, dos años después de iniciados los mismos, en su evaluación destacaba el alto nivel de participación, principalmente de jóvenes. Se logró coordinar acciones conjuntas de los tres centros, espectáculos deportivos y artísticos (semanas de la juventud), adquisición de equipoS' para las atenciones odontológica y médica, inicio de creación de un banco de medicamentos , planteos ante la autoridad de obras necesarias. propuesta de un comedor popular en Cé\da centro, etc .

Cabe formul arse ahora la interrogante sobre el futuro de estas • • • tnstttuc10nes.

Las últimas décadas han ido marcando una profunda evolución en el concepto de democracia, in'tegrando la participación popular corno elemento esencial de dicho concepto. Hoy se comprende la necesidad de una activa interrelación social que alcance a todos los habitantes, pero no se han concretado todavía las vías para su organización. Creernos que el barrio debe volver a ser el núcleo básico de la organización urbana y es urgente su revaloración ,

. -Vista exten·or

Vista intenor

Locales comerciales

poniendo a su servicio instituciones que integren socialmente a toda la población que lo constituye. El Centro de Barrio puede ser "el centro" de activación de la comunidad , tanto en la defensa de intereses específicos corno en la comprensión de las razones profundas que motivan su situación social, incluso la marginación, procesando una dinámica de cambio para modificar estructuras limitantes de una evolución.

Así podernos resumir en los siguientes principios fundamentales, lo que puede ser la base conceptual del futuro Centro de Barrio: - Concepto de desarrollo desde la

base social , centrado en el hombre. Elevación sistemática de los niveles . de vida de todos los pobladores.

- Fortalecimiento de los agrupamientos sociales con participación popular, e integración social y económica a su región. ampliando su horizonte de conocimientos y vinculaciones.

- Autonomía y autogestión. - Expresión libre de todos los

habitantes del barrio.

-

- Educación para la participación política, social y económica. Creación de un juicio crítico.

-Educación permanente para todos.

- Atención para todas las edades de la vida humana.

- Apoyo a los grupos e individuos más necesitados.

Y para fijar en forma más concreta algunos conceptos, citarnos corno ejemplo positivo, un proyecto de acción social iniciado en los centros de Tacuarernbó, en 1980 por el IPRU y CLAEH, del cual extractamos Objetivos y Acciones: - Objetivos del proyecto: - mejora de la calidad de vida de la

población a nivel de personas y familias en las áreas: * salud * ingresos * consumos * trabajo * participación social * capacitación

- aumento de la eficacia y eficiencia - incremento de recursos - aumento de los procesos decisorios

participativos - iniciativas y formulación de

proyectos a mediano y largo plazo - Actlvld•clea en el Centro de barrio: - asambleas de vecinos - cursos de capacitación - visitas domiciliarias - policlinicas - agua potable y saneamiento - talleres y ferias artesanales - apoyo a los grupos más

necesitados - unidad y esclarecimiento popular - Recurso~: - estatales - créditos para artesanos - compras en com6n - aportes cooperativos del barrio - Metodologia: - investigación y diagnóstico;

deterrninaciqn de intereses. necesidades, inventario de recursos humanos, ftsicos, econórn icos, institucionales

- iniciativa de las comunidades. creación de acciones autogestionarias, aun cuando sean aisladas.

Finalmente, una reflexión: la creación de los centros de barrio de Tacuarernbó demuestra las posibilidades del arquitecto corno factor en el establecimiento de contenidos sociales en proyectos que favorezcan a la comunidad y contengan conceptos urbanísticos fundamentales. Exige también que el profesional se comprometa con esa comunidad para establecer acciones que tiendan a un cambio en favor de esa misma comunidad.

Arq. W alter Domingo

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Autores Arqs. CAGNOLI - V ALENTI - SILVA MONTERO Fecha de realización: Noviembre de 1985.

CONSIDERACIONES URBANAS

En una esquina del centro comercial de Salto, en un edificio originalmente para tienda, se debió instalar una agencia bancaria de una institución nueva en el medio.

Dado que este edificio constituye una referencia para todos los habitantes de la ciudad y una expresión representativa de una época (1920) en que Salto se afirmó y consolidó como centro urbano, se optó desde el punto de vista exterior por eliminar las alteraciones sufridas

a lo largo del tiempo e introducir la menor cantidad de variantes a los efectos de permitir el nuevo uso.

Se le incorporaron toldos en forma similar a los que tenia, se abrieron nuevas aberturas en lugares marcados por el almohadillado.

Se reconstituyeron con un criterio igual al original los faroles de fachada.

La puerta de entrada se sustituyó por un prisma de cristal que define un espacio desde el que el peatón común puede tener una visión del edificio por

adentro. creando así una alternativa más al paisaje urbano.

En el interior hay un espacio de grandes proporciones (]7 x 13 x 5.50) lo que llevó a plantear una estructura metálica a media altura portadora de la instalación eléctrica, de la marquesina indicadora y del cielorraso de gerencia y cofresfort. Esta estructura sirve a su vez para diferenciar la zona de público de la de trabajo , le da escala a ese gran espacio y a su vez se diferencia claramente de la estructura antigua de mampostería.

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Un vasto equipo, compuesto principal­men te por arquitectos, obtuvo el "Gran Premio a la Creatividad" patrocinado por UNESCO , en el Concurso organizado por el CID (Centro para la Innovación y el Desarrollo) en Diciembre de 1985.

El Concurso, asesorado por el Arq. Rafael Lorente Mourelle y abierto a un gran espectro de áreas temáticas, tuvo como jurados de selección y premiación a

lng. Eladio Dieste Cr. Luis Faroppa Dr. Rodolfo Tálica Arq . Jorge Curi Ec. Dina Barros de Sanguinetti actuando como asesores temáticos los

Arqs. Mariano Arana y Antonio Cravotto. El proyecto " Montevideano puede ca­El proyecto " Montevideo puede cam­

biar: propuestas a la Ciudad Democráti­ca" es una reflexión global sobre la ciudad, que propone estrategias concretas e Últegradas en materia de gestión urbana, estructura administrativa, participación, normativa, política de vivienda, transpor­tes, vialidad, ecología e infraestructura.

El proyecto será expuesto en su totali­dad en la F ac. de Arquitectura en el inicio del afio Lectivo 1986.

La nómina completa de los integrantes del equipo es la siguiente:

Autores de la propuesta general.

Equipo general coordinador: Enrique Benech, Thomas Sprechmann , Arturo Vi­llaamil, Juan Bastarrica, Federico Berveji­llo, Antonio Gervás, Ruben Otero, Mario Lombardi, Martha Kohen.

Asesores generales: Lic. Dario Sarácha­ga, Arq. Néstor Usera, lng. Agr. Ignacio Porzecanski, Ing. Martín Viaenne. escritor Gabriel Vieira.

Colaboradores: Juan Pablo Gil , Mónica Fernández, Juan Carlos Apolo, Bernardo· Carriquiri, Alvaro Cayón, Hugo Dutine, Jorge lngold, Viviana Llera, Carlos Veláz­quez.

Se hace especial mención al aporte de los estudiantes del Taller Sommer de la Facutad de Arquitectura como fuen te de inspiración para muchas de las ideas que fueron incluidas en la propuesta.

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Autores de las propuestas particulares:

Ricardo Guguich, Angela Perdomo, An­drés Rubilar, Beatriz Carlevaro, José Luis Infanzón, Maria José Alonso, Ricardo Muttoni , Jorge Tusset, Gualberto Molas, Daniel Ksiaconicki, Daniel Di as, P. Fer­nández, Héctor Vigliecca Gani, Martha Pérez, Eduardo Ramos, Giovannoni, Al ­berto de Betolaza, Mariella Russi Podestá, Vladi Palamarchoux, Laura Fernández, Carlos Pantaleón, Aníbal Moline, Taibo, Mario Tosi , Guillermo Tosi, Bernardo Monteverde, Gerardo Pintado.

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La elaboración df' este trabajo [la sido realizada por los arquitectos Benec/1 . Sprec/zman . Véllamil v Bastarrica. como aporte al 2° Congrf'so Nacional df' Arquitf'ctos f'n Oct/ 83: tomando como referf'ncia la inVf'stigación efectuada por T/tomas Sprec/tman. f'n la Rpca. Ff'deral de Alemania. acerca de la evolución arquitectónica df' Mont f'video a lo largo de toda su /ziston·a.

Este análisis Iza sido. por otra partf' , uno de los antece­dentes considerados para la f'laboración df'llibro "Propues­ta a la ciudad", realizado por el equipo ganador del "gran premio a la creatividad .. f'n el concurso auspiciado por el C.I.D. en diciembre de 1985.

Publicamos en este númt~ro. dos capítulos -Introducción y conclusiones- que consideramos df' gran interés. en mo­mentos en que el gremio efl su conjunto. se aprf'sta a discutir los problemas de la ciudad en su lll Congreso Nacional dE' Arquitectos a realizarse en M ontevideo durante los m E'Sf's de setiembre y octubre.

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Objetivos y ubicación del análisis

Este trabajo tiene una finalidad operativa e instrumental. expresada en dos objetivos fundamentales : • ELABORACION DE UN DIAG­

NOSTICO PRIMARIO DE LA ORGANIZACION ARQUITEC­TONICA DE LA CIUDAD DE MONTEVIDEO EN EL MOMEN­TO ACTUAL. QUE CLARIFIQUE SUS PRINCIPALES ESTRUCTU­RAS TIPOLOGICAS Y MORFO­LOGICAS. EN TANTO MARCO FISICO CAPAZ DE SATISFA­CER LAS NECESIDADES DE LA VIDA INDIVIDUAL Y COLEC­TIVA DE SUS HABITANTES. Como conclusión de tal diagnósti -

co. y tomando como referencia nues­tras realidades sociales. económicas y culturales: • LA PROPOSICION DE UN CON­

JUNTO DE CRITERIOS GENE­RALES PARA UNA POLITICA DE DESARROLLO URBANO Y ARQUITECfONICO, EXPRESA­DOS EN TERMINOS DE UNA NUEVA NORMATIVA PARA LA CIUDAD, QUE PONGA EN VA­LOR LA CALIDAD RESIDEN ­CIAL DEL HABITA T.

- .

Por sus características, este trabajo contiene una serie de restricciones que detallamos a continuación : J. Su formulación no pretende ser

exhaustiva, dada la amplitud del tema considerado.

2. Los análisis y las proposiciones se circunscriben básicamente a la arquitectura de la vivienda en su relación con la ciudad. haciendo hincapié en el estudio de los aspec­tos normativos de la política ur­bana.

3. Por lo anterior. quedan al margen una serie de puntos de vista valio­sos y necesarios. para abarcar glo­balmente la problemática general de la ciudad .

(J) Phi/ippe Panearai. "Les cahiers de la Recherche Architectura/e" N° 4, Paris, diciembre 1979.

(2) Pier Luigi Cervel/ati y Roberto Scannavini. Bolonia, politica y metodología de la restauración de centros históricos. Barcelo ­na, Ed. G. Gi/li, 1976.

(3) A /do Rossi y otros. La arquitectura del Ticino en " /Seminario Internacional de Arquitectura de Compostela ", Santiago 1976.

(4) Christian Devi/liers. Tipología del habitat y morfologia urba­na en "L 'Architecture d 'Aujour d 'Hui ".

(5) Saverio Muratori. Studi per una operante storia urbana di Ve­nezi.1. Roma, 1960.

(/) Cario ~monino. El significado de las ciudades. Madrid. Ed. Blume, 1981.

(7) Kevin Lynch. La imagen de la ciudad Buenos Aires. Ed. Linfi­nito.

(8) C. Aym onino. Op. cit.

• El trabajo original tiene el siguiente desarrollo: 1 - Contenido Introducción: Objetivos y ubicación del anJÍ/isis: metodologia. Capítulo 1: Las transformaciones de la ciudad, etapas fundamen -

tales. Capítulo 2: Condiciones previas a la ciudad contemporánea; Mon-

tevideo hacia 1945. Capítulo 3: La primera fase de la ciudad contemporánea (1945-1968): M ontevideo, el Plan Director y la Propiedad Horizontal). Capítulo 4: La segunda fase de la ciudad contemporánea (1968-

1983): Montevideo y la Ley Nacional de Vivienda. Conclusiones. Recom endaciones.

.. • •

. ..... -•

Su integración dentro de un enfo­que multidisciplinario es la base indispensable para un correcto en­cuadre de esta temática.

objeto capaz de ser ~studiado cori ins­trumentos analíticos precisos y objeti­vables.

4. Por el carácter de este documento solo se mencionan esquemática­mente el conjunto de variables so­ciales generales que encuadran y determinan el problema de la ciu-

dad y la arquitectura . S. El estudio se limita al problema

de Montevideo. po r su significa ­ción como centro urbano en el pais.

La metodologia empleada parte de la premisa que la ciudad desde el punto de vista arquitectónico es un

La ciudad como hecho arquitectó­nico en apariencia caótic? y diverso puede ser comprendida y sistematiza­da a través del análisis tipológico.{l)

A los efectos de este trabajo. enun­ciaremos tres definiciones del concep­to de tipología . que a nuestro juicio confluyen a clarificar el enfoque me­todológico:

Luigi Cervellati y Roberto Scanna­vini en sus estud.ios para Bologna de­finen la tipologia como "la constancia de modos y formas de hacer y vivir. que se manifiesta y materializa en edificios parecidos y repetidos".(2)

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A su vez. Aldo Rossi define la tipolo­gia como "una estructura profunda que - . . organiza el resultado arquitectónico y que consiste esencialmente en una clasificación tal , que sabe reduci r la multiforme y siempre diversa realidad fenoménica. a un inventario posible­mente finito y lógico, históricamente concreto, de rasgos distintivos míni­mos" .(J)

Finalmente, Christian Devilliers es­tablece que "si se observan las vi vi en ­das construidas en la misma época en una ciudad se pueden dist inguir algu­nas ~pecies diferentes que se repiten en grandes cantidades con sus varian­tes individu~les que podemos consi­derar como Secundarias".

"Podemos construir una t ipología. en el sentido más general del término. es decir, una clasificación según las características comunes que podemos identificar".

" Para nosotros, el tipo no es sola­mente una categoria de análisis ela­borada a posteriori por el historiador , sino un elemento estructurante de la producción del espacio construido".

De este modo, Devilliers define la tipología como " la abstracción de propiedades espaciales comunes . a una clase de edificio; es decir, como una estructura de correspondencia entre el espacio proyectado y cons­truido y los valores diferenciales que le atribuye el grupo social al cual va destinado" .(4)

Todas estas definiciones -y su comprobación real en la organización de la ciudad- verifican la existencia de un repe~orio muy limitado de ti­pologías edilicias, que determinan la posibilidad de un primer nivel de aná­lisis de la arquitectura urbana.

Definido en estos términos. el aná­lisis tipológico no significa la reduc­ción de la arquitectura a elementos meramente formales o estilisticos. Al contrario, la tipología edilicia const i­tuye una síntesis arquitectónica de las formas de hacer y vivir propias de un momento histórico-cultural determi­nado. que expresa y resume la com­pleja diversidad de factores sociales y materiales que lo determinan.

Pero un análisis de las tipologías edificatorias por sí solo no es suficien­te para una cabal comprensión de la ciudad. Este objetivo implica un en­foque más integral. cuyas bases fue­ron establecidas por primera vez de un modo preciso por Saverio Mura­tori en sus estudios sobre Venecia en 1959.(5)

Según Muratori. un correcto análi­sis tipológico de la arqu itectura de la ciudad. supone tres niveles de corre­lación inseparables: - " UNA TIPOLOGIA PARTICU­

LAR. SOLO TI ENE SENTIDO EN SU APUCACI6N CONCRE­TA. ES DECIR, DENTRO DEL TEJIDO URBANO''.

- " POR SU PARTE, EL T EJIDO URBANO SOLO T IENE SENTI­DO DENTRO DE UN ENCUA­DRE MAS GENERAL. ES DE­CIR. DENTRO DEL CONJUNTO DE LA CIUDAD".

- " FINALMENTE. LA CIUDAD COMO CONJUNTO. SOLO PUE­DE SER INTERPRETADA CON PRECISION DENTRO DE UNA PERSPECTIVA HISTORICA".

L .

Estos tres princtptos generales plantean la interdependencia entre el concepto de tipología edilicia y la for­ma de la ciudad (morfología) encua­drado en una perspectiva histórica.

En otras palabras, tomando la de­finición de Cario Aymonino "la mor­fología urbana es el estudio de los he­chos construidos considerados desde el punto de vista de su producción y de la relación de sus partes con d con­junto urbano". De este modo, "la ciu­dad no es por regla general el resulta­do de un proyecto único. El espacio de la ciudad es producido por diferentes niveles, cada cual con su propia lógi­ca, articulados según las estrategias sociales, cuyas relaciones cambian con la historia".(6)

En consecuencia, la ciud.ad puede ser comprendida por la existencia de un conjunto más o menos grande - pero finito- de unidades morfoló­gicas, identificadas por ciertas leyes comunes de construcción y apropia­ción del espacio.

El concepto de unidad morfológica se relaciona generalmente con la idea de "barrio", caracterizado por un de­temiinado emplazamiento territorial y una conformación morfológica y ti­pológica particular, derivada de un desarrollo histórico común.

Por lo dicho, el concepto de morfo­logía o forma urbana, y la definición de unidad morfológica, son antagóni­cos con las visiones meramente esté­ticas y visuales de la ciudad, muchas veces descontextualizadas y a-históri­cas, tipicos de los análisis realizados por K. Lynch y otros autores.(7)

Por el contrario, el concepto de for­ma urbana y tipologia edilicia, ataca los fenómenos estructurales que de­terminan la construcción arquitectó­nica de la ciudad.

A su vez estas relaciones entre tipo­logia y morfologia (que algunos auto­res califican de dialécticaX8), son di­námicas en el tiempo. Durante el pro­ceso histórico, se manifiestan algunos momentos críticos de importancia excepcional que llamaremos ruptu­ras, caracterizadas por una alteración significativa de las leyes de articula­ción entre tipos y forma de la ciudad.

Estas rupturas clarifican sus trans­formaciones más importantes, permi­tiendo ordenar los periodos evolutivos fundamentales. ·

En el mismo sentido, el problema de la vivienda -componente esencial de este trabajo- es analizado a partir del estudio de la calidad residencial de las tipologí~s dominantes en la ciudad.

El problema de la calidad residen­cial de cada tipo de vivienda está de­terminado no solo por sus aptitudes propias (relación con el suelo, vincu-

51

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lación con los espacios exteriores pú­blicos y privados, distribución inter­na, calidad material y constructiva. etc.), sino por sus relaciones más ge­nerales con la ciudad.

Ellas dependen de sus vinculacio­nes asociativas con las morfologías urbanas en que se insertan. de su im­plantación dentro de la conformación general del territorio y de sus condi­ciones de evolución a lo largo del tiempo.

Planteado en estos términos el con­cepto de calidad residencial está ínti­mamente ligado a las condiciones de vida que la arquitectura propone a los usuarios, considerados en el marco general de su inserción urbana. ...

Estos atributos propios de una bue-na calidad residencial , en sus aspectos distributivos. tecnológicos y cultura­les, dependen directamente de pará­metros políticos. económicos y socia­les. antes que de las cualidades esté­ticas de su formulación exterior.

Finalmente, como conclusión de este estudio se formula un diagnóstico general de la situación urbana resi­dencial de la ciudad de Montevideo al momento actual. expresado en la tipi ­ficación y el ordenamiento de sus. es­tructuras tipológicas y morfológicas fundamentales.

Con este diagnóstico, y tomando por objetivo la búsqueda de un orde­namiento territorial y urbano que su­ministre una igualdad de oportun i­dades para todos los habitantes y el incentivo de aquellas formas residen­ciales y urbanas que han demostrado

X

~N NeGocio ~4·~

ser más adecuadas y aceptadas para la vida individual y colectiva, se for­mularán las recomendaciones para una nueva normativa urbana.

Tal cvmo fue dicho en el comienzo de este trabajo. el objetivo del mismo se dirige a la proposición de un con­junto de criterios generales para orientar una política de desarrollo ur­bano basada en la organización ar­quitectónica de la ciudad, expresados en los términos de una reformulación de su normativa.

Para ello. consideramos fundamen­tal la elaboración de un diagnóstico primario que surge del análisis reali­zado, cuyos aspectos más relevantes resumiremos a continuación. y, serán el fundamento de las proposiciones.

Dicho análisis partió de la confor­mación de la ciudad hacia 1945, op­ción metodológica fundamentada en:

a) la calidad residencial que la ciu~ dad contenía en gran parte en sus es­tructuras. y b) las afectaciones pro­ducidas por su desarrollo posterior que se plantean en franca contrad ic­ción con la ciudad existente.

Por encima de las propias contra­dicciones manifestadas en el Montevi­d.eo del 45, consideramos este mo­mento de su desarrollo como punto de partida para la reformulación de su futura transformación. Por la cohe­rencia de sus partes y la calidad de sus tejidos y sus arquitecturas. debería ser a nuestro criterio, la referencia obli­gada desde la perspectiva de hoy. de toda propuesta que intente orientar el desarrollo futuro de la ciudad.

Como hemos analizado, a partir de 1945, inicio del periodo contemporá­neo, se desarrolla sobre la ciudad, un proceso de transformación que plan­tea una ruptura radical en la confor­mación de la misma, y afectará pro­fundamente la calidad residencial de muchas de sus estructuras.

Es en este contexto que se operarán las dos rupturas fundamentales que. caracterizarán el desarrollo urbano hasta hoy en día: a) cambio en los criterios de desarro­

llo urbano: continuo de transfor­mación y relleno en el área urbana, y, discontinuo y extensivo fuera de los límites departamentales.

b) la consolidación de dos tipologías fundamentales en la politica de transformación urbana: al edificio en altura en el parcelamiento y el conjunto habitacional.

Si bien la aparición de la Ley Na­cional de Viviendas en 1968, significó como ya se dijo, el esfuerzo más sis­temático promovido por el Estado en materia de producción de viviendas. sus fundamentos extra-arquitectóni­cos promovieron indirectamente la radicalización de las tendencias ar­quitectónicas y urbanas muchas veces problemáticas iniciadas hacia 1945.

Los cambios generados en la ciu­dad, y en la vivienda en particular a partir de 1968. dada la poca defini­ción arquitectónica del PNV, se desa­rrollaron sin trabas relevantes, en función de las alternativas politicas que registró el país posteriormente.

Ello se concretó en los últimos años, en la distorsión final de los obje­tivos básicos de esta ley. ante el con­sentimiento o la impotencia de los propios organismos reguladores.

De los análisis realizados puede afirmarse que la ciudad de Montevi­deo es un hecho contradictorio en si mismo. Presenta por un lado. un con­junto de valores urbanos y residencia­les cualitativa y cuantitativamente ex­cepcionales promovidos. en términos generales en . el periodo moderno (1875-1945).

Por otro, recoge una serie de pro­blemas que se agudizaron· marcada­mente durante la fase contemporánea de la ciudad ( 1945-1983).

Estas afirmaciones -deliberada­mente esquemáticas- no deben ser interpretadas como una valoración nostálgica del pasado, ante el natural y lógico proceso de densificación y de­sarr91lo que registran todas las ciuda­des en el presente.

Por el contrario. desde una pers­pectiva actual , pretendemos objetar la forma c~ncreta en que estos procesos operaron sobre la ciudad existente, cuyos valores fueron cuestionados o ignorados sistemáticamente.

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Por la importancia de estos valores en la perspectiva de una reformula­ción de la normativa urbana, sinteti­zamos a continuación los rasgos ac­tuales más positivos de la ciudad:

La calidad urbana y residencial existente en la ciudad es consecuencia directa de algunos factores relevantes: l) La presencia predominante de un

stock de viviendas muy calificado y diverso, capaz de satisfacer con o sin transformaciones, las necesida­des residenciales futuras de sus ocupantes.

2) El carácter dominante dentro de este stock. de la casa individual en el pequeño parcelamiento. directa­mente ligada a la calle y con bue­nas posibilidades de expansión ex­terior privada.

3) La existencia dentro de este stock de gran cantidad de viviendas no especulativas, promovidas, directa o indirectamente por sus propios usuarios con buenas calidades de construcción y metrajes.

4) La existencia de buenos grados de densificación y ocupación del suelo de los afincamientos residenciales , en relación a las . posibilidades y caracteristicas de espacio público de sus calles y a la conformación dimensional de la manzana y sus parcelamientos.

S) El mantenimiento todavía genera­lizado, del carácter original del es­pacio público de la calle afectado parcialmente por la acéión disol­vente del automóvil.

6) El buen nivel de los equipamientos del espacio público de la calle , tan­to por sus infraestructuras como por la calidad ambienta l de sus elementos naturales y construidos.

7) La existencia de grandes operacio­nes urbanas de equipamiento del espacio público (plazas. parques) implantadas en las áreas interme­dias y especialmente en buena par­te del cinturón costero que bordea la ciudad.

8) La existencia de una buena canti ­dad de propuestas de vivienda co­lectiva de calidad residencial y ur­bana, promovidas por la acción pública o privada d urante el perio­do moderno y recientemente por el cooperativismo de vivienda.

9) El impacto todavía limitado de las grandes operaciones urbanas de transformación y cuestionamiento de la organización de la ciudad histórica (edificios en altura, gran­des conjuntos habitacionales. au­topistas o avenidas· de tránsito rá­pido, instalaciones no residencia­les dentro de tejidos amanzanados, etc.).

Las anteriores consideraciones re­sultan en : - La presencia de un casco (continuo

y disperso) que alberga importan­tes tejidos residenciales fuertemen ­te consolidados, homogéneos ar­quitectónicamente heterogénea,

- La presencia de un casco (continuo o disperso) que alberga importan­tes tejidos residenciales fuertemen­te consolidados, homogéneos ar­quitectónicamente y con un alto valor de calidad residencial indivi­dual y/ o colectiva.

- La presencia de una gran área in­termedia arquitectónicamente he­terogénea, pero de buena calidad residencial e implantación urbana.

- La existencia de una gran periferia dentro de los limites del departa­mento basadas en la casa econó­mica y autoconstruida. de acepta­ble calidad residencial general en términos de la parcela.

Estas áreas se conforman a partir de numerosas unidades morfológicas con leyes de const~ucción homogénea, estructuradas a partir de los da;meros regulares de extensión que identifican y regulan la organización de los dis­tintos barrios de la ciudad. .

Estas unidades se expresan en un conjunto muy diverso de situaciones que pueden resumirse esquemática­mente en: a) Los barrios estructurados homogé­

neamente por dameros regulares y casas de uno o dos niveles de tipo standard (1985-1930). Estas unidades se identifican con el Barrio Sur, Cordón Sur y Norte, Parque Rodó. Tres Cruces. La Co­mercial , Goes. Aguada y Reducto; así como con las áreas centrales Cerro, La Teja. Capurro y la Unión. Estos sectores se encuentran gene­ralmente muy bien ubicados den­tro de la ciudad . aportan una exce­lente calificación al espacio públi ­co y sus arquitecturas son capaces de admitir transformaciones posi­tivas como consecuencia de su es­tructura edilicia, calidad de cons­trucción, y amplitud de metrajes.

53

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b) Los barrios estructurados homogé­neamente por darneros regulares y casas extrovertidsa de uno o dos niveles (J 930-1945). Ellos se identifican con los barrios de Jacinto Vera y Figurita. presen­tando una buena conformación fl­sica, por encima de las carencias en su organización arquitectónica.

e) Los barrios estructurados homogé­neamente por darneros regulares y viviendas semi-introvertidas y ex­trovertidas de uno, dos y tres ni ­veles (1900-1945). Ellos incluyen Pocitos y el Prado, con notables calidades arquitectónicas, con una respues~a positiva a la ciudad tan­to en la. conformación de la calle corno de la manzana.

d) Los barrios estructurados por da­meros regulares y una conjunción relativamente variada de tipologias de baja altura de tipo introvertido y extrovertido. Por encima de sus grandes diferencias este grupo in­cluye barrios corno Punta Carre­tas, Buceo, Aldea, Parque Batlle, Blanqueada, Larrañaga, Tres Es­quinas, Brazo Oriental , Malvin y Punta Gorda.

e) Finalmente, merecen especial aten­ción los barrios periféricos del de­partamento de Montevideo estruc­turado por darneros regulares y viviendas de tipo económico. A pesar de sus limitaciones édili­cias y su implantación territorial. estos sectores cuentan todavia con una aceptable calidad residencial.

Corno resultado del desarrollo libe­ral del pals, Montevideo presenta una estructura territorial fuertemente je­rarquizada del centro a la periferia. - A partir de la posguerra, la con-

formación del área metropolitana generó un desarrollo muy extendi­do fuera de los limites del departa­mento, con áreas periféricas de distinto car~ter pero igualmente desvinculadas del centro de la ciudad.

- Este ordenamiento se califica en los distintos niveles de equipa­mientos urbaDos existentes en la ciudad y en las posibilidades de acceso a los servicios urbanos de

tipo general, en función de las po­sibilidades económicas de la po­blación.

-La mserción indiscriminada en grandes tramos de la ciudad, sobre todo en el centro y las Afeas coste­ras, de edificios en altura forman­do tramas continuas. como Poci­tos, avenidas, etc. o aislados dentro de los tejidos.

- La sobredensificación de las man­zanas más afectadas por estas construcciones en altura, tanto en relación a la calidad de la calle co­rno a la organización interior de la manzana.

- El impacto negativo de los grandes conjuntos habitacionales de blo­ques aislados, ya sea de mediano y gran tamaño, principalmente den­tro de los tejidos de baja densidad de las periferias.

- La afectación de la calidad del es­pacio p6blico de la calle en las áreas centrales del casco, debido a la ausencia de espacios sernip6bli­cos, de espacios privados abiertos y al impacto del automóvil.

- La irregular distribución de las áreas verdes que privilegian sobre todo los sectores urbanos más cali­ficados.

- Los altos indices de ocupación del suelo privado, resabio de la anti­gua organización catastral de la manzana con arquitecturas intro­vertidas, generados por la edifica­ción en altura.

- Contradicciones y falta de inten­cionalidad urbana en la normativi-. dad de retiros, ensanches, ocupa-ción del suelo, en relación a la or­ganización de la ciudad histórica.

- La conformación caótica de la maqzana, tanto desde el punto de vista de los usos admitidos, como . de la regulación de su conforma-ción morfológica. La manzana es producto de la re­solución de cada caso aislado en la parcela y atendiendo exclusiva­mente las relaciones de la edifi-:a­ción con la calle.

- La mala resolución de los proble­mas de asociación entre tipologfas, especialmente a partir de la gene­ralización de las viviendas de plan­ta extrovertida.

-La existencia de un déficit impor­tante además de carencias mate­riales, dimensionales y organizati­vas. en un sector importante del stock.

- La escasa atención, en la evolución de la ciudad, al problema del man-

. · tenimiento de la calidad residen­cial de la ciudad histórica y sus va­lores más relevantes.

La salvaguarda de los valores urba­nos y residenciales de la ciudad y la superación de sus aspectos problem'­ticos, cuya enumeración ha sido resu­mida en estas conclusiones, deberla ser a nuestro criterio, el objetivo de una nueva normativa particularizada para la ciudad. de Montevideo.

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f

El conjunto de proposiciones que integran este resumen, parten del convencimiento de que la ciudad de Montevidoe y su arquitectura viven en la actualidad un nuevo proceso radi­cal de ruptura.

Este cambio está determinado di­rectamente por la profunda crisis del pafs iniciada hace 1S o 20 años atrás y cuyas raices obligan a reformular nu­merosas hipótesis aceptadas como vá­lidas en la actualidad.

Cualquiera sea la evolución politi­ca, económica y social del Uruguay en el futuro, la magnitud de los proble­mas planteados obligan a una actitud modesta y r.ealista basada en el cono­cimiento serio y sistemático de nues­tra realidad y sus opciones posibles. en contraposición a la visión segura y optimista dominante a lo largo de casi todo el siglo XX.

Sobre esta base, ante la compleji­dad de los temas consideradOs y las caracterlsticas de este trabajo, las proposiciones que se formulan solo pueden tener sentido a partir de una reformulación global del Plan Direc­tor de Montevideo y 'su análisis en profundidad de la realidad ftsica y so­cial de cada una de las partes sigue integran la ciudad.

Sobre estos supuestos PROPONE­MOS LA IMPLEMENTACION DE UNA POLITICA COORDINADA QUE TIENDA -ENTRE OTROS dBJETIVOs- A RECUPERAR LA DIMENSION ARQUITECTONICA DE LA CIUDAD, EN LA PERSPEC­TIVA DE UNA VAWRACION MAS AJUSTADA DE SU CALIDAD RE­SIDENCIAL.

Esto s~pone, en primer lugar, un acuerdo entre todas las politicas de desarrollo urbano y de la vivienda, con las condiciones especificas de la ciudad y sus arquitecturas concretas.

Su implementación se reflejará fi ­nalmente en un plan general y norma­tiva particular. periódicamente revi­sados y actualizados con la participa­ción activa de todos los sectores invo­lucrados, relacionados de un modo u otro con la construcción de la ciudad.

1) Promover el desarrollo de un plan abierto y a largo plazo que valori­ce la riqueza y potencialidad de la ciudad existente y ponga en valor sus cualidades residenciales.

2) Los fundamentos de este plan de­ben permitir superar la idea de una ciudad como identidad arqui­tectónica total, idea contradicto­ria con la estructura de la ciudad real.

3) Impulsar un planeamiento que preserve la sustancia histórica de la ciudad.

4) Definir normas gene,rales para la ciudad y normas particularizadas para cada una de sus unidades morfológicas .

S) Impulsar la descripción y el diag­nóstico profundos de la realidad residencial. arquitectónica y ur­bana. a partir de un inventario to­tal y particularizado de cada una de sus áreas. Sobre esta base, de­sarrollar el análisis de modelos al­ternativos generales y particulares para la ciudad y sus unidades morfológicas.

6) Propiciar un proceso de acción específico. formulado y evaluado sistemáticamente por todos los sectores involucrados.

1) Impulsar la politica urbana a tra­vés de la acción p6blica y la cana­lización de la acción privada que procure una gestión más demo­crática de la ciudad. en el sentido de privilegiar la dotación de equi­pamiento e infraestructura a las áreas peor servidas. marginales y en deterioro.

Fundamentalmente para las áreas j>eriféricas, y en especial aquellas implantadas en el departamento de Canelones . .implementar una politica administrativamente co­herente que tienda a resolver sus relaciones con el conjunto de la ciudad.

2) Propugnar en términos generales, una politica de transformación urbana compatible con la reali­dad arquitectónica existente. Con­siderar para ello fundamental la referencia a las unidades morfoló­gicas básicas existentes en la ciu­dad , favoreciendo a los sectores sociales afincados en esas áreas.

3) Proponer la congelación de las operaciones de importancia hasta no reformular una politica urba­na y de la vivienda, para imple­mentar posteriormente la obra p6blica y en especial la d~l sector vivienda en función de ellas.

4)Procurar el mantenimiento y mejo­ras del espacio p6blico de la ciu­dad: costa. parques. plazas. ave­nidas, etc .. y propender a la afir­mación de ciertos elementos rela­cionados con el espacio p6blico que signifiquen hitos en la misma.

S) Impulsar una calificación más equilibrada del espacio público en función de las necesidades marca­damente peatonales de la vida re­sidencial, de acuerdo a las carac­terfsticas arquitectónicas y urba­nas de cada una de las unidades morfológicas.

8) Propender a un proceso de densi­ficación y transformación racio­nal compatible con la conforma­ción presente y futura de los amanzanamientos urbanos. Por consiguiente, suspender la indis­criminada inserción de edificios en altura en cualquier parte de la ciudad.

7)..Suspender la implantación de grandes conjuntos (más de 200 Vi­viendas) en ciertas áreas de la ciu­dad (Malvin Norte, Buceo, Barrio Sur) hasta tanto no se implemente una planificación global de la

• mtsma. 8) No autorizar la construccion de

conjuntos habit~ionales en áreas sin infraestructura completa.

l) Impulsar una normativa especifi­ca para el espacio p6blico de cada unidad morfológica, en cuanto a alturas, ensanches y retiros re­planteando los criterios vigentes, y tendiendo a ~petar en lo posi­ble, sus caracterfsticas particula­res. Para aquellas áreas fuertemente caracterizadas, formular una re­glamentación más rigurosa.

2) Impulsar una polltica progresiva que tienda a valorizar el carácter peatonal de la calle en áreas resi­denciales.

3) Donde corresponda, impulsar la creación de espacios semi-públi­cos conformados como áreas com­plementarias al espacio de la calle y a la unidad habitacional.

4) Impulsar la reformulación del concepto de calle actualmente es­quematizado en ios trazados de 17 metros, dentro de criterios más afinados en nuevos fracciona­mientos o conjuntos habitaciona­les.

S) Definir la conformación del espa­cio privado en los amanzanamien­tos, no a partir de las necesidades particulares de cada parecela sino en función de la resolución global de la estructura de la manzana.

6) Dar preferente atención a aque­llas formas habitacionales, cuya implementación no implique fines especulativos.

7) Limitar las edificaciones en altu­ra a las áreas ya afectadas (avení-· das, determinadas ·manzanas, etc.) y otras trazas relevantes den­tro de la conformación actual de la ciudad.

8) Suspender estas operaciones en aquellas unidades morfológicas consolidadas en baja altura, hasta tanto no se realice un estudio glo­bal de las mismas.

SS

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9) En las manzanas de mediana y gran altura. reglamentar la pro­fundidad de la edificación . con independencia del largo de la par­cela para ganar. en lo posible. un centro de manzana libre.

10) Implementar una limitación de las densidades de los amanzana­mientos de acuerdo a las caracte­risticas de cada lugar. tratando de no superar en términos generales. los 600 habitantes por hectárea .

11) En general. y salvo excepciones. limitar la altura de la edificación en conjuntos habitacionales de in ­terés social a cuatro niveles.

12) En amanzanamientos residencia­les. reglamentar la inserción de edificios diversos (garages. ofici­nas. etc.) de modo de ajustarlos a la conformación general de la manzana.

13) Implementar la construcción de conjuntos habitacionales de pe­queño tamaño, densidades me­dias y baja altura .

14) Por consiguiente, desalen tar la construcción de conjuntos habi ­tacionales de gran tamaño (más de 200 unidades).

15) Estudiar una normatividad espe­cifica para estos conjuntos prácti­camente inexistente en la actua­lidad.

1) Impulsar una política de mante­nimiento y transformación del stock actual de la ciudad . princi­palmente aquel que ha evidencia­do mejores cualidades residencia-

les (casas de planta extrovertida en áreas intermedias) o buenas cuali­dades construct i-. as y de adapta­ción (casa standard. etc.).

2) Para ello, propiciar un replanteo global de la ley de higiene de la vivienda. atendiendo a las carac­terísticas tipológicas y morfológi­cas del área de implantación.

3) Reformular los proyectos de pla­no económico, tendiendo a una mayor apertura tipológica, mejor respuesta urbana, y una adecua­ción más favorable a las posibili -

dades de evolución de la vivienda, en relación a las posibilidades de los usuarios y su evolución fami­liar.

4) En el caso de los edificios de me­diana y gran altura, reformular

las normativas de pozos de aire y luz tendiendo a la desaparición definitiva de: * los edificios interiores a laman­

zana; • los edificios en profundidad en

parcelas de tamaño reducido. S) Suspender la construcción de edi­

ficios sobreelevados.

ó) impulsar una mayor apertura ti­pológica en las propuestas de vi­vienda de interés social , para fle­xibilizar sus posibilidades de in­serción y reflejar mejor las aspi ­raciones de los usuarios.

7) Propender (en la medida de lo po­sible) a un mayor contacto de las viviendas con el suelo (fondos , jar­dines. etc:) o en su defecto, desa­rrollar espacios exteriores propios de cierto tamaño (terrazas) en las soluciones de altura.

8) Impulsar aquellas formas resi­denciales en las viviendas de inte­rés social, que ya hayan probado su calidad habitacional, como la vivienda en tira de una y dos plan­tas.

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