Arquitectura del siglo XX. Las vanguardias

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ARQUITECTURA EN VALLADOLID 1920-1940 Algo más que Art Decó Arturo Caballero Bastardo

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ARQUITECTURA EN VALLADOLID 1920-1940

Algo más que Art Decó

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ARQUITECTURA EN VALLADOLID 1920-1940 Algo más que Art Decó

1.- INFORMACIÓN SOBRE LA ARQUITECTURA DEL MOMENTO LOS ORÍGENES DEL DISEÑO MODERNO A mediados del s. XIX comenzaron a tomar forma en Inglaterra diversos cursos para artesanos que pretendían dignificar la producción artística amenazada por la baja calidad de la producción en serie; en 1888, a instancias de William Morris -socialista utópico influído por Ruskin- se organizó la primera muestra de la Arts & Crafts Exhibition Society; a pesar de que muchas de sus propuestas, inspiradas en una utópica -e inexistente- Edad Media, no pudieron llevarse a la práctica y de que la defensa a ultranza del trabajo manual alejaría al diseño de la industria, los avances proporcionados por el intercambio de ideas y diseños iban a ser muy valiosos desde el punto de vista estético. Este movimiento se extendió por el continente y sin él apenas sería posible entender el extraordinario auge que alcanzó el diseño modernista a pesar de las diferencias de planteamiento entre uno y otro. En Alemania alcanzó un eco notable. En 1907 una serie de artistas, críticos y arquitectos (Josef Hoffmann, Henri van de Velde, Hans Poelzig y Max Taut, entre otros) agrupados en torno a Hermann Muthesius recogieron el mensaje de Morris aunque pronto se dieron cuenta de la importancia que tenía la vinculación del diseño con la producción industrial; nacía el Deutscher Werkbund. En su apoyo acudieron algunas empresas como la A.E.G. y la Fagus que encargaron (a Behrens y a Gropius respectivamente) sus construcciones y diseños industriales. El Deutscher Werkbund, que tuvo sus manifestaciones más notorias en las exposiciones de Colonia (1914) y Stoccarda (1927) sufrió la persecución nazi al igual que la Bauhaus que, en cierto sentido, debe considerarse su heredera. RELACIONES ENTRE ARQUITECTURA Y ARTES PLÁSTICAS La efervescencia estética de los primeros decenios del siglo XX y el perpetuo deseo de innovación que afectaba a la pintura y a la escultura también se dejaron notar en la arquitectura aunque, como es lógico, la libertad creativa en ésta resulta bastante más limitada que en las otras. Vamos a realizar un somero repaso de aquellas obras (de las que excluimos las influencias del cubismo en Le Corbusier o de De Stijl en Mies van der Rohe, autores que por su importancia serán estudiados de forma independiente). Antonio Sant'Elia redactó el Manifiesto de la Arquitectura Futurista; aunque su inclinación al socialismo le hiciese alejarse de Marinetti, algo queda de futurismo en sus diseños que sólo fueron eso puesto que murió en 1916. Theo van Doesburg, uno de los animadores del Neoplasticismo, encarnado en la revista De Stijl, realizó diseños arquitectónicos y llegó a construir alguna que otra obra de carácter menor en la que se nota el origen pictórico del diseño; sería J.J.P. Oud, ligado también a De Stijl, quien ofreciese una versión más práctica del neoplasticismo (Viviendas mínimas de la Exposición de Stuttgart, 1927) aunque la influencia racionalista resulta innegable; Williem Marius Dudock también posee ecos neoplasticistas (Escuela Fabritius y Ayuntamiento, Hilversum, 1924-28) unidos a reminiscencias de Berlage. El Constructivismo ruso tiene excelentes -pero efímeros- representantes en arquitectura. El Monumento a la Tercera Internacional, de Vladimir Tatlin, diseñado en 1919 era sólo el inicio; los proyectos de Eliezer Lissitzky (Rascacielos Horizontales) quedan en eso pero Konstantin Melkinov pudo ver realizadas algunas de sus interesantes obras influídas por la plástica constructivista como el Club Obrero de Moscú, 1925, (construido por Golosof) y el Pabellón de la URSS en la Exposición de París en 1925. El Expresionismo tuvo una gran importancia en Alemania y algunos arquitectos practicaron una arquitectura con ciertas influencias suyas. Hans Poelzig construyó en 1919 el Teatro de Masas de Berlín, con un techo de aspecto estalactítico; Fritz Höger levantó entre 1922-23 la Chile Haus de Hamburgo; Bruno Taut la Casa de Cristal, Colonia, 1914; Rudolf Steiner construyó y reconstruyó -en aspecto diferente pues el primero era de madera- el Goetheanum. De entre todos destaca la figura de Erich Mendelsohn (1887-1953) cuya obra sería eclipsada, en cierto modo, por la tiranía estética ejercida por la Bauhaus pero que posee una impresionante plasticidad como puede apreciarse en la Torre Einstein en Postdam (1920-21) o en los Almacenes Schocken de Stuttgart, 1927; tuvo que huir de los nazis primero a Inglaterra y luego a U.S.A. donde siguió trabajando. El estilo generado por la Exposición de Arte Decorativo de París en 1925 (Art Decó) puede ser considerado, en cierto modo, como el eclecticismo de la vanguardia y la recuperación del carácter decorativo de los edificios modernistas; una construcción emblemática de esta sensibilidad es el Chrysler Building de New York (1928-30) de William van Alen; el desarrollo del cine como espectáculo de masas por aquellos años determina la edificación en ese estilo de obras como el Cinematógrafo de Colwyn Bay, 1936, de Harry Weedon. En no pocas ocasiones

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existen muchos puntos de contacto con la arquitectura nazi, tal como puede apreciarse en el Museo de Arte Moderno de París (1937). RACIONALISMO Y FUNCIONALISMO Definición Los términos Racionalismo y Funcionalismo han terminado por ser sinónimos, lo que no ocurría en los orígenes; tanto uno como otro reaccionaban contra el Modernismo, que había caído en lo ornamental, y defendían la máxima adecuación de las formas empleadas a las necesidades (función) que tenían los espacios construidos. Sin embargo, el primer Racionalismo no rechazaba ni la decoración ni el uso de materiales tradicionales mientras que el Funcionalismo defendía la autenticidad y belleza de los edificios que se adaptasen plenamente a la función para la que eran diseñados e incorporasen los materiales propios de la tecnología contemporánea. Los orígenes Coetánea al Modernismo, se estaba desarrollando un tipo de arquitectura que trataba de unificar los criterios puramente utilitarios de las construcciones del hierro y del hormigón con los valores que se suponían a la gran arquitectura. En una zona en la que las influencias del gran arte podían ser menos opresivas como los U.S.A. algunos arquitectos, como William Le Baron Jenney (1832-1907), que había trabajado como ingeniero durante la Guerra Civil, levantó en Chicago entre 1883-85 un edificio, el Home Insurance Building, en el que toda su estructura era de hierro o de acero, dando las pautas de lo que será común entre los arquitectos de la denominada Escuela de Chicago. Las necesidades de espacio y su carestía en las ciudades americanas motivó un crecimiento en altura de los edificios dando origen a los rascacielos, y aunque el primero de ellos el Monadnock Block (1889-91), Chicago, de Root y Burnham, tenía estructura de ladrillo los que se hicieron después ya iban a tenerla de acero; sin embargo lo que podría haber sido un desarrollo del racionalismo quedó truncado por la influencia negativa de la arquitectura de las Bellas Artes a partir de 1893 o por los resabios modernistas de algunos arquitectos como Adler y Sullivan (texto 1) que combinaron el racionalismo incipiente con el decorativismo en edificios como los Almacenes Carson, Pirie & Scott (1899-1904). Otro tanto ocurría en Europa donde es apreciable un compromiso con la desornamentación en la obra de Adolf Loos (Villa Steiner, Viena, 1910) y en la de Peter Behrens (Fábrica de Turbinas de la A.E.G., Berlín, 1910) así como la decisión de colaborar con la industria que iba a asumir la Deutscher Werkbund. Los franceses Auguste Perret, Tony Garnier y Freyssinet trabajaban en una dirección semejante y con materiales modernos. Todo estaba preparado, por tanto, para la eclosión del racionalismo. La Bauhaus y sus arquitectos El antecedente de lo que luego sería la escuela más famosa de arte del siglo XX se creó en Weimar en 1906 como escuela de arte y artesanía puesta bajo la dirección de Van de Velde hasta que este se marchó de Alemania y propuso su sustitución, en 1919, por Walter Gropius quien cambió la orientación de los estudios (ya bastante prácticos para aquella época) y le dió un nombre nuevo: Bauhaus (Casa de la construcción). En un primer momento tenía marcados tintes expresionistas pero viró hacia el racionalismo y el diseño industrial en 1922 cambio al que contribuyeron, no poco, las conferencias que impartió Van Doesburg; los acontecimientos políticos de 1924 condujeron a su traslado a Anhalt (Dessau) donde Gropius diseñó un nuevo edificio; en 1928 Gropius dimite y propone su sustitución por Hans Meyer, mucho más radical que él lo que conduce a su sustitución, en 1930, por Mies van der Rohe que sería despedido en 1932 a causa del ascenso del nacionalsocialismo, que también decreta el cierre de la escuela. Mies intenta reorganizarla en Berlín como institución privada pero se ordenará su cierre definitivo en 1933. Su aportación más interesante es la colaboración que fue capaz de establecer entre un grupo complejísimo de personalidades de las que iban a descollar dos arquitectos imprescindibles para entender nuestra época: Gropius y Van der Rohe. Walter Gropius (1883-1969) se había formado con Peter Behrens y cuando en 1911 construyó, junto a Adolf Meyer, la Fábrica Fagus ya tenía desarrolladas algunas de las características básicas de lo que luego se llamó Estilo Internacional (muro-cortina de cristal, bloques cúbicos lisos y esquinas libres de soportes). Su trabajo en la Bauhaus estuvo presidido por la idea (procedente de Morris y Van de Velde) de que la arquitectura, como en la Edad Media, había de ser el soporte de todas las demás artes y lo importante que resultaba para el arquitecto una formación artesanal. Entre 1925-26 construye, dosificando sabiamente -como ya había hecho en la Fábrica Fagus- el hierro, el hormigón y el ladrillo, el edificio de la Bauhaus en Dessau, donde rompe con el único eje direccional en un edificio construyendo tres. También de 1926 es el proyecto para el Teatro Total de Piscator (inconcluso) en el que diseña un escenario móvil y disposiciones diferentes para las localidades; de 1929 son las viviendas racionales, y sociales, de la Siemensstadt. La subida al poder de Hitler le obliga a exiliarse en Inglaterra (1934-37) y en U.S.A.

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donde dirigió la Escuela de Arquitectura de Harvard hasta que pase el cargo a José luis Sert en 1953; allí, mientras enseñaba la necesidad de una libertad de creación (texto 2), construyó otra obra maestra, el Centro de Graduados de Harvard (1949). Sus ideas arquitectónicas florecieron en el arte de sus discípulos. Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969), otro de los arquitectos de mayor influencia en el concierto de la arquitectura internacional, se formó con Behrens en Berlín y sufrió la influencia del Expresionismo (Proyecto para un rascacielos de cristal). Hacia 1922 comienza a relacionarse con los artistas más importantes de su tiempo y se benefició de las influencias del movimiento "De Stijl" creado en Holanda por Van Doesburg y cuyo artista más representativo es Mondrian, ecos de esta estética son apreciables en sus construcciones posteriores (texto 3). En 1929 construye el Pabellón alemán de la Exposición de Barcelona donde da toda la medida de su genio; crea la planta libre, con esqueleto de pilares metálicos, modificable por medio de paneles movibles que hacen las veces de pared y usa materiales nobles perfectamente acabados; esta obra tendrá una aplicación práctica en la Casa Tugenghat de Brno (1930). De 1930 a 1933 fue director de la Bauhaus y a partir de 1938 se le nombró catedrático del actual Instituto Tecnológico de Illinois en Chicago donde diseñó el nuevo Campus; a partir de la Segunda Guerra Mundial reanuda la actividad privada haciendo, en cierto modo, realidad sus antiguos sueños puesto que diseña algunos significativos rascacielos: Promontory Apartments (1947) con estructura de hormigón, los Lake Shore Drive (1951) con esqueleto de acero (ambos en Chicago), las Lafayette Towers (1963) en Detroit; entre ellos había construido un imponente edificio de oficinas realizado en materiales de calidad, el Seagram Building (1956-59) en Nueva York. Su influencia en América ha sido muy importante. Le Corbusier Charles Eduard Jeanneret (1887-1966) es, sin duda, el arquitecto más influyente de nuestro siglo abarcando su obra los más diversos campos de actuación puesto que su actividad, de la que ya hemos estudiado el urbanismo, no puede reducirse a la estética racionalista. Este suizo de lengua francesa, de notable formación pictórica, estudió con Hoffmann, Perret y Behrens y a los 17 años había diseñado su primer edificio. Sus primeras obras -y sus ideas- pueden considerarse racionalistas; en 1914 trabajaba sobre los problemas derivados de la construcción en serie y proponía una solución con sus Casas Dominó; la creencia en el carácter social de la arquitectura le levará a participar en diversos proyectos como el de la Sociedad de Naciones en Ginebra (1927) o el Palacio de los Soviets en Moscú (1928), no realizados, que supo hacer compatible con una preocupación por la vivienda privada (texto 4). En 1926 define el estilo moderno que basa en 5 grandes ideas: planta libre, fachada libre, construcción sobre "pilotis", terraza jardín y ventana alargada que se concretarán en una de sus mejores obras, la Villa Saboya, en Poissy, (1929-31) coetánea de la primera reunión de los Congresos Internacionales de Arquitectura Contemporánea C.I.A.M. (1928), a la que da su apoyo; en el Pabellón Suizo de la Ciudad Universitaria de París (1930-32) contrasta un muro pantalla de mampostería con una superficie acristalada; en 1936 es llamado a Río donde contribuye al diseño del Ministerio de Educación, desarrollado por Costa, Niemeyer y Reidy; también fue consultado para el edificio de la O.N.U. en Nueva York. Aunque sus ideas siguen siendo racionalistas (Modulor, Unidad de habitación), sus realizaciones arquitectónicas se desarrollan, a finales de los cuarenta, en una dirección más brutalista. En la Unidad de habitación de Marsella (1947-52) aplica un esquema de proporciones humanas, el Modulor, que pretende revolucionar esa "máquina para habitar" como define a la casa; por otra parte su unidad de habitación (hizo otras dos más, una en Nantes, 1953-55, y otra en Berlín, 1956-58) -levantada sobre tremendos "pilotis" y organizada a lo largo de los pasillos centrales- es concebida como una entidad casi autosuficiente con diferente tipos de espacios según el número de habitantes de la familia; las superficies rugosas de hormigón visto sustituyen a los cuidados paramentos y hace volar las cornisas. El antirracionalismo de las superficies usadas lo aplica a las plantas en el ejemplo más innovador de arquitectura religiosa del s. XX, la capilla de Notre Dame de Ronchamp (1950-54), con un significativo campanario blanco, una modelada techumbre de hormigón ocre que recuerda la proa de un barco y unos muros blancos salpicados de diminutas y asimétricas ventanas. Sus trabajos posteriores también tuvieron eco internacional; se copiaron sus bóvedas para las Casas Jaoul (1954-56), las obras para Chandigarth (años cincuenta) influyeron de forma considerable en Japón para donde realizó el Museo de Arte Moderno de Tokyo (1957) proyectado por los mismos años en los que hace el Convento de la Tourette (1957-60) que se convirtió, también, en una realización modélica. El Racionalismo en España Los arquitectos que inician el acercamiento de España hacia la modernidad comienzan a trabajar en Madrid hacia 1925; tienen como base, más o menos firmemente aceptada, el rechazo del clasicismo trasnochado y el regionalismo y sus obras más significativas las levantan Casto Fernández Shaw, Estación de gasolina en la calle Alberto Aguilera; Fernando García Mercadal,

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Biblioteca y sala de exposiciones del homenaje a Goya en Zaragoza, 1927; Secundino Zuazo, Casa de las Flores, Madrid, 1930-32; Carlos Arniches, Instituto Escuela (actual Ramiro de Maeztu), 1931-33; Rafael Bergamín y Luis Blanco Soler, Colonia El Viso, en Madrid, 1933-36; la Ciudad Universitaria de Madrid (a partir de 1927) es un proyecto en el que colaboran casi todos los más significativos arquitectos de esta generación y que fue continuado después de la Guerra Civil. Hacia 1928 surgen en Cataluña los primeros ejemplos de una arquitectura racionalista a instancias de José Luis Sert (1902-1983) discípulo de Le Corbusier quien es el motor que insta la creación del G.A.T.C.P.A.C. que tiene su continuidad a nivel nacional -aunque menos activo- en el G.A.T.E.P.A.C. (Grupo de arquitectos y técnicos españoles para el progreso de la arquitectura contemporánea) que se oficializa en Zaragoza, después de los contactos de Sert y García Mercadal, en 1930 y que tendrá en la revista A.C. Documentos de actividad contemporánea (1931-37) su órgano de expresión (texto 5). Entre las actividades del grupo catalán del GATEPAC es destacable la Casa Bloc, en Sant Andreu, Barcelona, 1932 y como ejemplos individuales el Dispensari Central Antituberculós, 1934-36, de Sert; es también Sert quien construirá (junto con Luis Lacasa) otra obra emblemática del racionalismo nacional, el Pabellón español de la Exposión de París en 1937. En el País Vasco, lo más cercano a racionalismo es la obra de fuertes connotaciones Art Decó de José Manuel Aizpurúa y Joaquín Labayen Club Náutico de San Sebastián, 1930. Es necesario destacar a Eduardo Torroja (1899-1961) por el uso que da al hormigón en algunas obras que realiza con Carlos Arniches y M. Domínguez (Hipódromo de la Zarzuela, Instituto Escuela) y con Secundino Zuazo (Frontón de Recoletos) todas en Madrid; su figura como ingeniero será casi el único y ténue hilo que una la actividad arquitectónica anterior y posterior a la Guerra Civil. LOS TOTALITARISMOS Cuando se produjo el triunfo del comunismo en Rusia algunos intelectuales creyeron que se iba a revolucionar no sólo la vida política europea sino la propia actividad cultural. Pronto se iban a dar cuenta de su equivocación; después de algunas interesantes construcciones de vanguardia ya estudiadas, la llegada de Stalin al poder propició lo que estaba latente en la sociedad soviética, la orientación hacia el eclecticismo burgués de su arquitectura prefieriéndolo a los proyectos más innovadores tal como aconteció en el concurso para el Palacio del Soviet (1931-33) que abre el camino a la reacción estética (Metro de Moscú, Palacio del Partido Comunista de Kiev, 1936-41, etc...). Sólo en el urbanismo se encuentran algunas soluciones meritorias. En la Alemania nazi la situación fue parecida puesto que si a los vanguardistas se les acusó en la URSS de burgueses, aquí se les condenaba por comunistas y degenerados; la actividad constructiva, controlada y orientada por el régimen (texto 6), se inclinó hacia el tradicionalismo pintoresco en cuanto a las construcciones privadas mientras que para las públicas se prefirió un estilo desornamentado que intentaba remedar al Neoclasicismo. Los casos más paradigmáticos podrían ser la Casa del Arte Alemán (1933-37) de P.L. Troost o el Conjunto Monumental de Nuremberg (1935-38) de Albert Speer. Hasta cierto punto fue diferente lo ocurrido en Italia. El Futurismo no se había manifestado opuesto al régimen fascista y éste, en consecuencia, no se mostró muy reticente ante algunas propuestas arquitectónicas identificables con el racionalismo que, además, poseían algunas características formales muy próximas al clasicismo, tal como acontece en la Casa del Fascio (1932-36) y el Asilo Sant'Elia (1937), ambos en Como, de Giuseppe Terragni, de una esencialidad equiparable a las más desornamentadas obras de Le Corbusier; son de obligada mención (aunque de calidad muy inferior a las obras de Terragni) la Ciudad Universitaria de Roma y el proyecto de la E.U.R. (1942) de cuyo urbanismo se encargó Piacentini. El triunfo del nacionalismo en la Guerra Civil española determinó el tipo de construcción posterior a ésta en unos estilos historicistas y grandilocuentes como el Ministerio del Aire (1943-51) de Luis Gutiérrez Soto; la Universidad Laboral de Gijón, de L. y R. Moya y el Valle de los Caídos, de Muguruza. ORGANICISMO Definición Frente al carácter normativo, utópico y doctrinal del Funcionalismo, pero sin renunciar a sus preocupaciones por el uso de la tecnología moderna, la máxima pretensión del Oraganicismo fue conseguir un tipo de edificios tan orgánicamente construidos que pareciesen hechos por la propia naturaleza; para ello el espacio queda compartimentado en diversas células de diferentes dimensiones y ejes buscando la máxima adaptación al terreno. Frank Lloyd Wright Frank Lloyd Wright (1869-1959) es el arquitecto americano más importante del siglo XX y uno de los más notables de toda la historia de la arquitectura. A lo largo de su carrera se mantuvo siempre en una tensión creativa

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que no admitía la repetición ni el sometimiento a otras normas que las dictadas por su conciencia aunque fue él quien definió y dio contenido al movimiento organicista (texto 7). Su formación la llevó a cabo con Sullivan encargándose de muchas de las obras privadas de éste; con treinta y un años ya había conseguido que se le dedicase una exposición y se publicase una monografía. Suele dividirse su actividad constructiva en cuatro fases. La primera duraría hasta 1910 y sus mayores logros, excluido algún edificio de oficinas (Larkin Building, Buffalo, 1904), serían las denominadas "casas de la pradera", edificaciones de poca altura con espacios que se interpenetran, terrazas que avanzan hacia los jardines y tejados volados; el ejemplo más característico es la Robie House de Chicago (1908). La segunda se sitúa entre los años anteriores y posteriores a la Primera Guerra Mundial y se caracterizará por un tipo de decoración excesivamente abigarrada y hasta de mal gusto aunque posee una gran solidez constructiva, destaca el desaparecido Hotel Imperial de Tokio (1916-20) El tercer periodo supone, en algunas de sus obras, un acercamiento al racionalismo y al Estilo Internacional aunque sin renunciar a sus convicciones estéticas tal como puede apreciarse en una absoluta obra maestra, la Casa de la Cascada, en Bearn Run, Pennsylvania (1937-39) sin embargo, en la Johnson Wax Factory, de Racine, Wisconsin (1936-39) con sus características columnas de hormigón en forma de hongo da muestras de un antirracionalismo que se manifestará en la última de sus etapas estéticas. El edificio más representativo de sus últimos años es el Museo Guggenheim, de Nueva York (1942 aunque no terminado hasta 1960 y en la actualidad en proceso de ampliación) en el que diseña un espacio en espiral para la visita a la exposición permanente. También realiza un interesante edificio de oficinas en Bartlesville, Oklahoma, terminado en 1955. Alvar Aalto Después del magisterio de Wright, de una u otra manera les ha sido imposible a muchos arquitectos pensar sin tener en cuenta el edificio como un todo. Uno de los arquitectos más notables en quienes se puede apreciar esta tendencia es Alvar Aalto (1898-1976) que estuvo influido por el racionalismo propio del Estilo Internacional como puede verse en algunas de sus primeras y más interesantes obras, Biblioteca de Viipuri (1927-35) y el Sanatorio de Paimio (1929-33) pero desde mediados de los treinta fue capaz de desligarse de la estricta obediencia a los cánones del Modern Style y adentrarse en una arquitectura de mayor barroquismo, adaptación al medio (con utilización de materiales que pueden parecer toscos a simple vista) y adecuación a las necesidades psicológicas del cliente que ya se nota en Pabellón Finlandés de la Exposición de París en 1937. Después de la Segunda Guerra Mundial realiza sus obras más personales en las que usa los muros curvos (Dormitorio del M.I.T. de Cambridge, Mass., 1947-49) y las combinaciones de ladrillos y madera (Casa de Cultura, Helsinki, 1958). Por todo ello resulta lógico que se haya definido a su arquitectura como el organicismo racionalizado. Racionalismo, Expresionismo y Art Decó en Castilla y León

La introducción del Racionalismo y el Funcionalismo en Castilla y León se realizó por la voluntad personal de algunos arquitectos más que por una ideología de grupo o de una demanda social. Dado que el Racionalismo más que un estilo en sí mismo es una actitud podemos concluir que algunos de los edificios antes señalados van a marcar la transición hacia él partiendo de elementos clasicistas y neomudéjares.

El mejor ejemplo podría constituirlo la obra de Joaquín Muro Grupo Escolar San Fernando (proyecto de 1932 pero construido a partir de 1939) en Valladolid que incorpora un lenguaje típico del movimiento moderno que llega a Castilla y León en los años treinta contaminado con los estilemas propios de ese manierismo de la modernidad que es el Art Decó (ventanas apaisadas, esquinas curvas, decoración a base de bandas horizontales y ojos de buey, voluminosos salientes en cornisas y voladizos que sirven tanto para dar variedad como para homogeneizar los diferentes volúmenes de los edificos) en una arquitectura más preocupada por lo visual que por lo estructural a lo que ha contribuido la restauración del inmueble. No es extraña esta preocupación ornamental si tenemos en cuenta que alguna de las obras más significativas del estilo Decó están vinculadas al mundo de los espectáculos como lo son en Valladolid el Cine Roxy (1935) de Ramón Pérez Lozana con interesantes cristaleras cubistas y en Palencia el Cine Ortega (1938) de Luis Carlón, autor, también, de la interesante propuesta constructiva que combina el expresionismo con el racionalista en la antigua fábrica de La Yutera (1936-1938) actual campus universitario.

Con independencia de qué nombre deba darse a este tipo de arquitectura (algunos prefieren denominarla expresionista), por toda la Comunidad se encuentran interesantes ejemplos arquitectónicos de este momento realizadas para una clientela fundamentalmente burguesa como son las de Gregorio Pérez Arribas Casa Andreu (1928) y Enrique Crespo Casa Neches (1933) ambas en

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Zamora; la de Genaro de No Edificio de viviendas (1933), en Plaza del Liceo 25 en Salamanca (en la que priman los aspectos estructurales sobre los ornamentales) y las obras realizadas en León por Ramón Cañas y del Río y Juan Torbado Franco (en especial el Edificio de viviendas,1938, que realizan conjuntamente en la Avenida de Roma, 20 y que se inspira en proyectos holandeses).

La agitación política de comienzos de los treinta conlleva algún tipo de preocupación social bien sea de las corporaciones locales progresistas que se constituyen a partir de 1931 o de la pretendida renovación que defendían las J.O.N.S. y Falange Española que están en la base del iniciado Movimiento Nacional que da sus primeros pasos. El ejemplo más sobresaliente lo proporcionan los proyectos de viviendas obreras de Jesús Carrasco Muñoz Obra del Hogar Nacional Sindicalista para Valladolid (1937) y para Zamora (1939) que recogen influencias de la arquitectura social vienesa y alemana aunque simplificando alguno de sus componentes; a pesar de que el complejo de Valladolid no llegó a concluirse, los bloques de viviendas resultan inconfundibles por el tratamiento que se da a los testeros con unas potentes balconadas.

Aún podemos citar otros ejemplos significativos de arquitectura racionalista. Alberto Coromina y Botí ganó el concurso para la construcción de Matadero de Valladolid en 1926 pero fue necesario reformar sustancialmente el proyecto (1931) antes de comenzar las obras en 1932; se articula por medio de una serie de pabellones de los que destaca la entrada, que da al Paseo de Zorrilla. El conjunto posee una claridad volumétrica y una austeridad ornamental que lo convierten en una obra especialmente significativa en la introducción del racionalismo. Constantino Candeira construyó en Valladolid un Depósito y Refinería de Aceite (1935), hoy Casa del Barco, siguiendo una disposición tripartita organizada simétricamente que combinaba de forma elegante la diversidad de los usos con la unidad necesaria en cualquier tipo de construcción; el empleo de escaleras exteriores, las bandas horizontales y los ojos de buey contribuyeron a proporcionarle la denominación con la que hoy se conoce. Roberto Lage Bahamonde, diseña en 1934 el Recinto de CAMPSA, en Palencia, (1935-1936) que se adapta perfectamente a los diseños racionalistas promulgados por el G.A.T.E.P.A.C. Bajo una lejana influencia de Le Corbusier, Rafael Bergamín, con la colaboración de Genaro de No, es el encargado de la construcción del Hospital Martínez Anido (1934-36) en Los Montalvos, Salamanca, edificio destinado a la curación de enfermedades pulmonares. Se dispone longitudinalmente en una elevación del terreno, con abundante vegetación, buscando la orientación sur de sus ventanales y balconadas corridas, se introducen ligeras interrupciones verticales que indican el suave retranqueo de la edificación incurvando ligeramente las uniones de los tramos; por el contrario, la volumetría del edifico orientado al norte está mucho más articulada por medio de cuerpos que se adelantan y en los que se ubican los servicios comunes entre los que destaca la capilla en la que se hacen algunas concesiones al Art Decó en su vertiente más expresionista. Para concluir y poder comprobar cómo el racionalismo en Castilla y León es más que una convicción un mero lenguaje externo, podríamos referirnos a la obra de Jacobo Romero (1887-1972) quien muestra, al igual que lo hiciera su paisano Jerónimo Arroyo, las indecisiones estilísticas propias de estos momentos (texto 8); comienza realizando obras con un lenguaje historicista al que se proporciona un aire regional de raíz barroca (Edificio de Correos, 1916, Palencia); luego construye, en lenguaje ecléctico, uno de los edificios más disonantes del entorno urbano de la Plaza Mayor de Valladolid, el Bloque de viviendas (1926) que hace esquina con la Plaza del Corrillo y termina por realizar diversos inmuebles urbanos de carácter plenamente Decó y uno de los ejemplos más diáfanos del racionalismo castellano y leonés en su Chalet de Álvarez Taladriz (1935) que incluso puede recordar a las viviendas para los profesores de la Bauhaus. A diferencia de lo que ocurrirá con la escultura y la pintura, no existió ruptura nítida entre este periodo y el que seguirá a la Guerra Civil; como prueba podemos aducir la obra del vallisoletano Modesto López Otero (1885-1962). Director de la Escuela de Arquitectura de Madrid entre 1922 y 1955, de fuerte personalidad que transmite a diferentes generaciones de alumnos. Es recordado por su planificación de la Ciudad Universitaria de Madrid, iniciada en época de Alfonso XIII y continuada con la República y el régimen de Franco con la misma tipología de edificios; había trabajado en nuestra comunidad realizando el Gran Hotel de Salamanca (1928), que adapta a la arquitectura solemne del entorno. Realizó, después de la Guerra, el Arco de Triunfo de la Ciudad Universitaria de Madrid.

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TEXTO 1 Ya sea el águila majestuosa en su vuelo, o el manzano en flor, el afanoso caballo de tiro, el alegre cisne, el frondoso roble, el ondulante arroyo, las nubes a la deriva, y sobre todos ellos el sol en su ciclo, la forma sigue a la función, y ésta es la ley. Donde la función no cambia, la forma no cambia. Las rocas de granito, las colinas eternamente meditabundas, perduran por siglos: el relámpago vive, nace a la forma y muere en un instante. Es la ley invariable de todas las cosas orgánicas e inorgánicas, de todas las cosas físicas y metafísicas, de todas las cosas humanas y sobrehumanas, de todas las verdades manifiestas de la cabeza, del corazón, del alma, en que la vida es reconocible en su expresión, que la forma siempre sigue a la función. Esta es la ley. LOUIS SULLIVAN, El edificio alto de oficinas considerado artísticamente, 1896. TEXTO 2 Mi intención no es introducir el "estilo moderno" europeo sino, más bien, introducir un método de aproximación que permita enfrentarse con los problemas, según sus condiciones peculiares. Deseo que un arquitecto joven sea capaz de encontrar su camino en cualquier circunstancia; deseo que cree, independientemente, formas verdaderas y genuinas, de acuerdo con las condiciones técnicas, económicas y sociales en las que se encuentra, en lugar de imponer una fórmula aprendida en el ambiente, que puede exigir una solución totalmente distinta. WALTER GROPIUS, mayo 1937. TEXTO 3 Rechazamos: toda especulación estética toda doctrina y todo formalismo La arquitectura es la voluntad de la época concebida en términos espaciales. Viva. Cambiante. Nueva. Ni el ayer, ni el mañana, sólo el día de hoy puede plasmarse. Sólo se puede realizar esta arquitectura. Crear la forma con la esencia del problema y los medios de nuestra época. Ésta es nuestra tarea. EDIFICIO DE OFICINAS Un edificio de oficinas es un edificio de trabajo, de organización, de claridad, de economía. Salas de trabajo amplias y luminosas, abiertas, sin divisiones, excepto en la medida en que esté dividido el organismo de la empresa. El máximo resultado con el mínimo dispendio de medios. Los materiales son: hormigón, hierro, vidrio. Los edificios de hormigón armado son esencialmente estructuras esqueléticas. Nada de pastiches ni torres blindadas. Una armazón portante, paredes no portantes. Es decir, una construcción de piel y huesos. MIES VAN DER ROHE, Tesis de trabajo, 1923. TEXTO 4 ...La vivienda se hundía en el suelo: locales oscuros y a menudo húmedos. El hormigón armado permite la realización de los "pilotis". La vivienda queda suspendida en el aire, lejos del terreno, el jardín pasa por debajo de la vivienda, y se encuentra también encima de ella, sobre el tejado. (...) Hasta ahora: muros portantes. Desde el sótano se superponen formando la planta baja y los demás pisos, hasta el tejado. La planta es esclava de las paredes portantes. ¡El hormigón armado permite en la vivienda la planta libre! Los pisos ya no tienen que estar calcados unos sobre otros. Son libres. (...) La ventana es uno de los elementos esenciales de la casa. El progreso trae la liberación. El hormigón armado revoluciona la historia de las ventanas. Las ventanas pueden correr de un lado al otro de la fachada. (...) Los pilares se retrasan respecto a la fachada, hacia el interior de la casa. El forjado sobresale en voladizo, hacia el exterior. Las fachadas son únicamente ligeras membranas, de muros sueltos o ventanas. La fachada es libre; las ventanas, sin ser interrumpidas, pueden correr de un lado a otro de la fachada. LE CORBUSIER, 1926. TEXTO 5 La arquitectura responde a una utilidad, a un fin. Debe satisfacer la razón. Partir de elementos, programas materiales, espacio, luz... desarrollándose racionalmente del interior (función) al exterior (fachada) de una manera simple y constructiva, buscando la belleza en la proporción, en el orden, en el equilibrio. Suprimir la decoración superflua superpuesta. Luchar contra el falso empleo de materiales, arquitectura de imitación. Llevar la arquitectura a un medio natural, es decir, al técnico, social y económico del que está actualmente separada, es el

Arturo Caballero Bastardo

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programa (aceptado por muchos, pero que pocos se atreven a realizar) que el grupo GATEPAC se propone llevar a la práctica coordinando esfuerzos y trabajando colectivamente. A.C., 1931. TEXTO 6 El auténtico arquitecto, al captar íntima y profundamente la finalidad de la tarea que se le encarga, encontrará intuitivamente la solución que la manifieste exteriormente del modo más convincente, la llevará a término sin aducir "interpretaciones al uso" de carácter filosófico, por ejemplo, hará que un teatro tenga un equívoco aspecto exterior de teatro basado en su finalidad y en los acontecimientos de carácter histórico-cultural. Por ello tendrá en cuenta una serie de impresiones de carácter histórico-cultural como elementos heredados y, al mismo tiempo, realizará la tarea desde presupuestos actuales, no dará, por tanto, la impresión de un templo griego ni de un castillo romántico, y ni siquiera de un granero. No renunciará a emplear materiales modernos y a trabajarlos artísticamente, así como tampoco temerá recuperar elementos formales, que, descubiertos en el pasado (...) reclaman un posterior desarrollo o ennoblecimiento, o deben ser considerados sílabas inmortales del lenguaje arquitectónico. ADOLF HITLER, Discurso en la sesión de cultura del congreso del partido del Reich, 1935. TEXTO 7 En la arquitectura orgánica es del todo imposible considerar el edificio como una cosa, sus accesorios y equipo como otra y su emplazamiento y entorno como otra más. El espíritu en que son concebidos estos edificios ve todo esto como una cosa única. Todo ello debe ser cuidadosamente planificado en conformidad con su naturaleza. Todo debe convertirse en simples detalles del carácter e integridad del edificio. La iluminación, la calefacción y la ventilación se encuentran incorporadas (o excluidas). Incluso las propias sillas y mesas, los armarios y aun los instrumentos musicales -donde pueda llevarse a la práctica- forman parte del edificio en sí, jamás son accesorios metidos simplemente dentro de él... Transformar así una habitación humana en una perfecta obra de arte, hermosa y expresiva en sí misma, íntimamente ligada a la vida moderna y adecuada para vivir en ella, transformarla en una obra de arte que se preste más libremente y adecuadamente a las necesidades individuales de los moradores y que al mismo tiempo sea una realidad armónica que, en el color, en la figura y en la naturaleza, se ajuste a sus exigencias y sea realmente la expresión de su carácter: ésta es la gran perspectiva, moderna, americana, de la arquitectura. FRANK LLOYD WRIGHT, Arquitectura orgánica, 1910. TEXTO 8 No era posible que la cultura de una ciudad como Valladolid capital y centro de la región castellana, mantuviese una composición general para los edificios de su plaza Mayor fundada en uno cualquiera de los que en ella existen porque, sin menospreciar el mérito que cada uno de por sí puede tener, ninguno podía constituir un modelo que sirviese de base para las nuevas construcciones, que por efecto de la desaparición de lo viejo y ruinoso tengan que alzarse en la importante plaza de nuestra ciudad. JACOBO ROMERO. CONTRA EL PESO DEL PASADO