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Reencuentro con Leopoldo Panero artes&letras Castilla y León N. 36. 28 DE ABRIL DE 2012 www. abc.es/castilla-leon TEATRO Titirimundi sortea la crisis TEATRO Día Internacional de la Danza ARTE Goyeneche ocupa “Cuatro Paredes” en el CAB MÚSICA Valladolid recibe a la Gewandhaus de Leipzig ABC

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Reencuentro con Leopoldo Panero

artes&letrasCastilla y LeónN. 36. 28 DE ABRIL DE 2012www. abc.es/castilla-leon

TEATRO Titirimundi sortea la crisisTEATRO Día Internacional de la Danza

ARTE Goyeneche ocupa “Cuatro Paredes” en el CABMÚSICA Valladolid recibe a la Gewandhaus de Leipzig

ABC

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Portada

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InvitaciónaLeopoldoPaneroLa tempranamuerteLeopoldoPanero ,de laquesecumpleesteañomedio siglo,hasupuestoque laobradel escritorleonésnohayarecibidoelmerecidoreconocimiento, lastradoademáspor ladelicadaépocaque le tocóvivir

Por JavierHuertaCalvo

ElbrillantesarcasmodeAndrésTrapiello—«losescritoresqueganaron la guerra perdieronla historia de la literatura»—adquiere tonos casi patéticosen el caso de Leopoldo Pane-

ro. El cainismoque tanto caracteriza anues-tra tribu literaria se ha cebado en él de unmodo inmisericorde, como si fuese el prin-cipal y hasta el único chivo expiatorio de lacultura franquista. Su tempranamuerte en1962 lo dejó a la intemperie del juicio de lahistoria, sin las opciones que otrosmuchoscompañeros de viaje suyos tuvieron paradescargar la conciencia, asumir o exculparerrores e, incluso, parapasar a la posteridadcomo demócratas de toda la vida. No hacefalta darnombres.El desencanto, la granpe-lículade JaimeChávarri, en la cual la familiadel poeta ajustaba cuentas con la figura delpadre, tampoco le procurómayores simpa-tías —católico a ultranza pero alcohólicocontumaz, ejemplar padre de familia peroautoritarioe intolerante—,y todavía sonmu-chos los que, al oír su nombre, miran haciaotro lado, o hacen un gesto de asco, o sim-plemente le ponenuna cruz cuando se tratade promover alguna iniciativa en su home-naje.

Intentar justificar la peripecia biográfi-ca, ciertamente tortuosa, de Leopoldo Pa-nero es tarea inútil cuando sólo se sabenesgrimir prejuicios y descalificaciones. Poresa sectaria regla de tres —si el escritor

cometió cualquier yerro, su obra debe sercondenada— la historia de la literatura es-pañola, y no sólo la española, se vaciaría denombres. Y no creo que sea esa la cuestión,pues, como escribía otro gran proscrito denuestra mejor cultura contemporánea,Eugenio d’Ors, «todo pasa, una sola cosa teserá contada, y es tu obra bien hecha».

Con esto no quiero decir ni mucho me-nos que todo en la obra de Panero esté bienhecho. Élmismo, que tenía un pronunciadosentido autocrítico, sometió su escritura auna criba implacable. Ese espíritu exigentele valió enseguida los elogiosde sus contem-poráneos: Gerardo Diego, Dámaso Alonso,VicenteAleixandre,RicardoGullón, EugeniodeNora, CarlosBousoño…Comoven los lec-tores, todos ellos personalidades irrelevan-tes en el panorama crítico de la poesía delsiglo xx. Todos supieron apreciar la singularvoz poética de Panero; una voz que se fuehaciendo contracorriente de las modas. Enlos años treinta,mientraspublicabapoemasvanguardistas,mantenía inéditos otros queno verían la luz hasta la década de los cua-renta. En estos últimos —Versos al Guada-rrama— es donde vuelca su identidadmásauténtica,muydeterminadapor elMachadode Campos de Castilla.

Frente a los excesos retóricos de las van-guardiasy, desde luego, del oficialismogarci-lasista de la posguerra, era preciso —a juiciode Panero— devolverle a la palabra poéticasu naturalidad perdida, acercándola al ni-vel conversacional. Su idea era en estomuycoincidente con la de Cernuda, y antes queel poeta sevillano, y frente al galocentrismoimperante en nuestra lírica contemporá-nea, descubre y traduce a los románticosingleses: Keats, Shelley, Wordsworth… DeMatthew Arnold toma la idea de la poesíacomo una suerte de criticism of life, estoes, una explicación o interpretación moralde la vida, que, por otro lado, tenía ilustresprecedentes ennuestra tradición:Manrique,Aldana, Lope, yAndrada, el autor de laEpís-

tolamoral aFabio, cuyosversos culminantesgustaba de mencionar como ideal literarioy existencial: «Unamediana vida yo posea,/ un estilo común y moderado, / que no lenote nadie que le vea».

Tendencia agónicaCon su Canto personal (1953) quiso salirsede esa aurea mediocritas, poner su voz alservicio de un falangismo ya moribundo,en el que todavía le acompañaban algunosviejos camaradas como Luis Rosales, LuisFelipeVivanco e, incluso, DionisioRidruejo.Pese a todo, fue un gravísimo error de cál-culo, pues enfrente tuvo nadamenos que aPabloNeruda, tan admirado por él, por otraparte, desde los tiempos de Caballo verdepara la poesía. Nadie le había dado vela enaquel duelo, pero el poeta se consideró enel deber de salir en defensa de unos ami-gos que habían sido gravemente injuriadospor el autor del Canto general; amigos que,más sagaces que él, dieron la callada porrespuesta y, de ese modo, consiguieronmantener su imagen pública a resguardode los siempre caprichosos vaivenes dela política. En cambio, las reacciones ex-tremas que, desde un lado y otro, suscitósu carta perdida llevaron a Panero a cier-to desequilibrio, a acentuar su tendenciaagónica —tan unamuniana y, a su vez, tanpropia de su generación— y quién sabe sino a la mismamuerte.

Quien sólo sepa apreciar la poesía con-temporánea a la luz de los principios de laModernidad y sus tópicos correspondientes—predominio de la ciudad, transgresión ymarginalidad— no se sentirá cómodo entrelos versos dePanero. Pero hoy sabemos quelamodernidad poética no proviene exclusi-vamente del Baudelaire de las flores delmal,sino también deWhitman y Rilke. Esta co-rriente naturalista —de canto a la natura-leza— ha tenido en nuestro país un ampliorecorrido desde Machado a Claudio Rodrí-guez y Antonio Colinas. Pues bien, eslabónfundamental de esa cadena es la poesía denuestro autor, sobre la que Dámaso Alonsohiciera este impresionante elogio póstumo,que es almismo tiempo lamejor invitacióna su lectura que yo conozco: «Siempre queun ser humano lea tus versos / sentirá di-latársele en el alma / unos altos andamios,una serena fluidez; su corazón / se llenarádeamor, rezumará ternura / (mientras tengaun sentido la lengua castellana)».

artes&letras03SÁBADO, 28 DE ABRIL DE 2012

abc.es/castilla-leon

En la otrapágina, LeopoldoPanero con sumujer e hijos yotros familiares.Sobre estaslíneas, unadolescenteLeopoldo y el díade su boda conFelicidad.Fotos de laBibliotecaMunicipal deAstorga

CONTODOESTONOQUIERODECIRNI

MUCHOMENOSQUETODOENLAOBRADEPANEROESTE

BIENHECHA

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ELGRANLIMPIOS

ipiensoenLeopol-doPanero,mevie-ne a la cabeza unárbol empeñadoen echar raíces,tal vez excesivas;

un árbol, incluso, que quisierasumirse sólo en raíz pero quede repente se secayvientos in-clementes lozarandean, loazo-tan, lo desmiembran, lo liqui-dansinpiedad.Esuna imagenventajista, desde luego; en ab-soluto original, deudora porcompleto de la certera consi-deración inicial de su poesíaque fijaseDámasoAlonsoydelnublado fílmico que le cayómás tarde del lado de su des-cendencia.

Como una anomalía gene-racional bastante común, metemo, he leído a L. Panero,siendo consciente del francoreconocimiento de su obrapor parte de mi admiradoClaudio Rodríguez, despuésde acercarme a la obra de sushijos, el borgiano Juan Luis—a quien dedicara, entreotros poemas, un estremece-dor soneto en alejandrinos—yel sobrevalorado, pormaldito,Leopoldo María —destinata-rio de su extensa y no menossentida nana, donde no cabemayor entrega paternal, In-troducción a la ignorancia— yaun apesar de ellos, que lo ha-bían despellejado sin compa-sión, sobre todo en la pelícu-la de culto El desencanto. Enfin, este desconocimiento desu poesía, al cabo, al margen

compañero, junto a Ridruejo,M. Hernández, Muñoz Rojas,Valverde o Vivanco, de unahipotética generación del 36que, desde uno u otro bando,si hubiese podido, habría asu-mido seguramente este empe-ñode volver a los predios de laemoción, de la preeminenciadel sentimientopor encimadelosmalabares lingüísticos ydela deriva lúdica de los ismos.Élmismoescribiópoemas ico-noclastas antes de la guerra,aunque luego los repudiaracomo pecados de juventud yfue su primogénito quien losrecogió y prologó en la volu-minosa y austera publicación

de sus obras completas en laEditora Nacional.

Su prematura muerte, porotro lado, impidió la consoli-dación de un proyecto líricoque, al margen del extensopoema La estancia vacía y dela polémica antinerudiana, sesustancia en un libro capital,Escrito a cada instante, volu-men muy medido en cuantoa su estructura temática y aldominio de todos los palosmétricos, desde losmás tradi-cionales personificados en elromance a losmás cultos cin-celados en el soneto, estrofa ala que se acogió desde su pri-mer texto,Agua viva, impresoen el diario La Libertad en1928 y bastante bien trazadoya tanto en la forma como enel fondo. El verbo de L. Pane-ro es desde ahí, precisamentecomo agua clara y límpida,cada vez más honda, comoluzderramadaen lapiedaddelcorazón sobre el horizonte deencinares de Castilla; separa

del linchamiento familiar dedimensiones shakesperianas,tal vez, según algunos, insti-gadodesdebambalinas por suenigmática mujer FelicidadBlanc bajo sumáscara demu-jer sufrida, de esfinge imper-térrita y pesarosa, no es sinootro peaje que me hicieronpagar los revueltos, tornadi-zos aires de la transición enqueme formé.

Además, fue un poeta in-cómodo hasta para los suyos—considérese, en este sentido,que se le juzgó y casi ajusticiódurante la contienda civil porsus actividades a favor de So-corro Rojo, y que, ya en 1949,homenajeó con sendas elegíasa Federico García Lorca y aCésar Vallejo—, porque nuncase afilió al estilo marmóreoe imperial del garcilasismo,aunque sí alentara una rehu-manizaciónespiritual frentealvanguardismo asimilado porel 27, con cierto tinte neorro-mántico en la línea de suamigo del alma Luis Rosales,

Portada04

conesmero, sinaspavientos, elgranode lapaja y lodeja cerni-do sobre la tierra. Busca «todolo diáfano del mundo», quequiso «simple, parado en laspupilas y con errantes sílabasde niño», comodecían los ver-sos que dejó sobre sumesa detrabajounashoras antes de surepentino fallecimiento. Peroaunen lospoemasmáshímni-cos, guillenianos, que atisbanloshondonesdel ser—yéstaesotramarca indeleble de su vi-sióndelmundo—parece comosi un ángel melancólico sehubiese posado sobre las pa-labras. Y siempre con el amorcomo guía y destino, siemprebajo una voluntad sostenidade transparencia contra todoloquechirría, loquenoguardaaltura armónica.

Así que, ahora, si piensoen Leopoldo Panero, me ima-gino a un hombre prudente,sereno, sosegado, con esatemplanza seria tan propiade estos pagos, tan de El Viti,que llevadoporunaire tacitur-no, en la lejanía machadiano,camina despacio, muy despa-cio, juntando con las horaslas palabras de su canto, a lolargo de un sendero del altoGuadarrama, cargado con elpeso del dolor, por donde vantambién las sombras de laságuilas; mientras una nievefina, delgada, borra sushuellaspara perpetuar su latido, el detodos, el pálpito de Dios.

FERMÍNHERRERO

04Juan y Leopoldo Panero. Debajo, con ÁlvaroDelgado. En cada lado, la casa de los Paneroen Astorga hoy y hace décadas.Fotos: Biblioteca Municipal de Astorga y A.M. Díez

ADEMÁS, FUEUNPOETA INCÓMODOPARALOSSUYOS,PORQUENUNCASEAFILIÓALESTILOIMPERIALDELGARCILASISMO

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artes&letrasSÁBADO, 28 DE ABRIL DE 2012

abc.es/castilla-leon

Panero,casielalma

Desde muy jó-venes, casidesde niños,Leopoldo Pa-nero y suher-mano Juan se

fueron forjando como poetasy comopersonas en la casonafamiliar de Astorga, levanta-damuycercadel deslumbran-te Palacio Episcopal, que sutío Leoncio había adquirido asuregresodeAmérica.Leopol-do construyó su pequeño rei-node sueños en las alturas, enel palomar, y Juan extendía suterritorio literario por la plan-ta baja del palacete. Como enuna novela inglesa del XIX.Mientrasque Juan, unañoma-yorqueél, se sumergía conen-tusiasmo en la gran herenciaclásica de la poesía castellana,escribiendo aquellos versosde inspiración encendida quedespués cuajarían en poema-rios como Cantos del ofreci-miento (1936) y Presentimien-to de la ausencia (1940),Leopoldo se convirtió ense-

en libertad absoluta, pero acambio le dieron una dimen-sión única: una carga de refe-rencias literarias, de belleza yde sugerencia que desborda,con mucho, los pretendidoscánones estéticos del garcila-sismomilitante de su tiempo.Un corazón con freno que seseparó definitivamente del 27

para acercarsemuchomás a lamanera de ser yde sentir del 98.En Panero, labelleza hímnicade un Shelley,de un Word-sworth o de unFray Luis deLeón al cantara la naturaleza

y al paisaje («¡oh vida retiradaen lo más dulce! / ¡oh límiteen penumbra, casi alma!») seimbrica maravillosamentecon el sueño de Dios de donAntonio Machado o con lamano de Dios extendida so-bre los campos de Castilla dedonMiguel de Unamuno. Esamisma transparencia de laque después daría testimonioClaudio Rodríguez.

Un nuevo humanismoLeopoldo Panero fue capazde comparar en sus poemas aFederico García Lorca y a JoséMartí con José Antonio PrimodeRivera, y de contestar (¡contanpoca fortuna!) alCanto ge-neraldeNeruda con supropioCanto personal (1953), algoque, según él, sin duda habríahecho el mismísimo MiguelHernández si hubiera seguidovivo…Pero también fue capazde fundar, en plena Españatriste de posguerra, un «nue-vo humanismo» que saluda-ron Luis Rosales y los poetasdel 36; una visión personal delmundo y de la poesía dondeal hablar de amor hablaba delpaisaje encendido de Castilla,y al hablar del paisaje de Cas-tilla hablaba de Dios, situán-dose muy cerca del misticis-mo vibrante y armonioso deSan Juan de la Cruz, llamade amor viva. Desde la «pe-numbra» (una palabra que serepite enmuchos de sus poe-mas) de su tiempo, sin dudaLeopoldo Panero persiguiócada día con denuedo el ful-gor de la luz. Y la encontró enla poesía. Corazón con freno,casi un alma, quemerece unalectura puramente poética, le-jos de los terribles prejuiciospolíticos con los que la poesíaespañola lleva caminando sinduda demasiado tiempo.

CARLOS AGANZO

guida en un joven poeta van-guardista, formado en Valla-dolid, San Sebastián, Madrid,Cambridge, Tours y Poitiers,atraído por los aires del su-rrealismo y del dadá, y cola-boradordeNeruda en su rom-pedora revista Caballo verdepara la poesía.

Cuando murió su herma-no, en 1937, Leopoldo tenía28 años. La tremenda sacu-dida que sufrió su espíritule llevó no sólo a escribir,para desahogarse, un librocomo Adolescente en sombra(1938), que rompía de ma-nera evidente con sus obrasanteriores, sino a emprenderademás un camino del que yano se separaría nunca. Comoasegura el profesor Francis-co Martínez García, autor deuna Historia de la literaturaleonesa (Everest, 1982), almo-rir Juan «el torbellino de suinspiración lírica, grave, leve,transparente, sombría, pasó asacudir los arraigados versos,aún no nacidos, de Leopoldo.

Y la herencia poética de Juanno se perdió… del todo».

Si su hermano no hubieradesaparecido prematuramen-te; si en lugar de casarse conFelicidad Blanc, «la mucha-cha más bella de Madrid», lohubiera hecho, por ejemplo,con Joaquina Márquez, laprotagonista de los encendi-dos poemas deVersos al Guada-rrama (1945), y,sobre todo, si sehubiera resueltode otra manerael episodio desu detenciónen los inicios dela guerra civil,acusado de re-caudar fondospara el Socorro Rojo, tal vezLeopoldo Panero no se habríaconvertido en uno de los ico-nos literarios más reconoci-bles del franquismo, sino quehabría engrosado la lista delos epígonos de la denomina-da Generación del 27.

«Cristiano viejo»Como recordaba en un poe-ma su hijo Juan Luis, al quele regaló la pluma estilográ-fica de Agustín de Foxá y, conella, su vocación poética másprofunda, Leopoldo Panerofue un «cristiano viejo», perotambién un «poeta húmedo»,una víctima de los «ataquesviolentos de su propio genio»;un falangista fuera de moldeque tomaba café en el Londresde los años cuarenta con LuisCernuda y con suprimoPabloAzcárate, director del Institu-to Español en el exilio, lamis-ma institución que él dirigíade manera oficial para el ré-gimen de Franco.

La cercha, el corsé, la con-tención a la que voluntaria-mente sometió Leopoldo Pa-nero a sus versos, impidieronquizás que su poesía creciera

Sobre estas líneas,Leopoldo Panero.

Debajo, con la filósofaMaría Zambrano.

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SECONVIRTIÓENSEGUIDAENUN

JOVENPOETAVANGUARDISTA,ATRAÍDOPORLOS

AIRESDELSURREALISMOY

DELDADÁ

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EN LOOSCURO

LEOPOLDOPANEROEditorial CÁTEDRA

Madrid, 2012Preparador: Javier Huerta

Calvo338 páginas, 12 euros

"""""

CONLASALDEMISHUESOS

“He escrito mucho,y confiadamente,/ con la sal demishuesos, poesía:»,escribe LeopoldoPanero en uno de

los sonetosmás arrebatados, colofón de lasreflexiones de Javier Huerta Calvo. Los cin-cuenta años desde la muerte del poeta nohan fructificado críticamente, pero hay al-guna muestra, como el tomo de estudioscoordinado por JuanManuel Sandín El pe-so de lo alegre y esta edición de JavierHuer-ta Calvo. Se trata de una luminosa exégesisde lasmotivaciones ideológicas y estéticas,planteada conmayor profundidad en la in-troducción de Obra Completa (2007).

Como en toda selección, los riesgos soninevitables, acentuados si se ha llevado acabo de entre «los textos, que aparecíanuna y otra vez corregidos por el poeta enun terco y, a veces, exasperante ejercicio dedepuración estilística». El rigor de le edi-ción presenta un detalle especial: JavierHuerta Calvo es natural de aquella Astorgaen la que LeopoldoPanero (en compañía deLuis Alonso Luengo y Ricardo Gullón, susamigos del alma) dio sus primeros pasosliterarios. Ello explica la mirada especialdel editor sobre ciertos episodios estéti-cos y humanos y el rescate de documentosesenciales.

Javier Huerta Calvo recuerda que el poe-ta sufrió comprometidos embates vitales,

estéticos e ideológicos, no siempre inter-pretados con acierto. Para conocerlos re-sulta esencial la novela de AndrésMartínezOria Jardín perdido. La aventura vital de losPanero (2009). Sin olvidar El desencanto,documento cinematográfico estremecedor.Estigmatizado en algún momento con laetiqueta de escritor franquista (de la queemergería gracias a la edición de AndrésTrapiello Por donde van las águilas y otrospoemas) el autor insiste en factores deter-minantes, soslayados con frecuencia: unasólida formación cultural, un cultivo tem-prano y apasionado de la poesía, su com-promiso juvenil con las ideas progresistasy una temprana experiencia cosmopolitade su estancia en Inglaterra.

Luminosa resulta la visión humano-literaria de su relación con Pablo Neruda yCésar Vallejo, hasta el extremo de que esteúltimo llevó a Leopoldo Panero a ciertasimpatía por las ideas comunistas. La gue-rra civil será decisiva. Detenido a su llegadade Inglaterra (al ser considerado colabo-rador del Socorro Rojo) los sufrimientosvividos en la cárcel de SanMarcos de Leónharán variar sus vinculaciones ideológicas.Se adhiere a la Falange, si bien su compro-miso nunca se tradujo en posiciones ex-tremistas, pero sí facilitó su amistad conAgustín de Foxá, Luis Rosales y AntonioZubiaurre, origen de una desgraciada ex-periencia en Sudamérica. No falta entre sus

La localidadleonesa deAstorga en ladécada de lossesenta de ladécada delsiglo pasado,cuandofallecióLeopoldoPanero

Libros

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07SÁBADO, 28 DE ABRIL DE 2012abc.es/castilla-leon

artes&letras

BLOGUP. ENSAYOS SOBRECULTURA Y SOCIEDAD

AGUSTÍN FERNÁNDEZMALLO

Universidad de Valladolid,2012

208 páginas, 19 euros"""""

OTROTIPODE

COMPEJIDAD

Considerandoel índiceyel títulodeestaobra,Blog up es el resulta-do de una acertada

compilacióndetextosdeAgus-tín Fernández Mallo, todosellos de distinta naturaleza y

origen (prensa y medios digi-tales, suplementos de cultura,revistas y conferencias), entrelos quepriman las publicacio-nes extraídasde sublog. Si es-to es importante esporque su-pone la legitimacióndeuna la-

bordeensayoejercidabajode-manda, producida en mediosabiertos a la dispersión, perotambiénal archivodigital. Porla transferencia demedios (dela red al papel), así como porelcontextodeaparicióndelvo-lumen (la Universidad de Va-lladolid), se reclamapara ellosotro tipo de recepción; afín aesa nóminade autores que in-cluye la colección renglonse-guido y su circuito de promo-ción.

Se trata, por tanto, de unvolumen útil y necesario,cuya selección (y eso es éxitode la editora) permite apre-ciar al detalle el carácter deuna identidad estética tansingular y compleja comola de este autor. Salvando elproblema que conlleva editartextos cuya genealogía es di-gital o ajena a este conjunto,lo que se ofrece en ellos es unamirada oblicua sobre aquelloque algunos autores han de-nominado textovisual. Unaescritura en la que prima laintersección entre el texto yla imagen, pero también elarte, la ciencia y la tecnolo-gía, aunque en dimensionessemánticas diferentes.

Inquietud estéticaSin embargo, no son sola-mente textos de ensayo, sinoque en ellos puede atisbarsela misma inquietud estéticaque en las obras del autor,cabe pensar que como pulsointeriorizado de distintas dis-ciplinas, tradiciones, sujetosy objetos culturales. Agentespor lo general aislados de sucarácter histórico, pero tra-tados con el máximo rigor.Otro tipo de complejidad queguarda estrecha relación conla idea de red que comenta elautor, tal y como queda ex-puesto en el que puede serel texto central del volumen:«Tiempo topológico […]».

Destaca, por tanto, que lageneración de pensamientovaya unida a la propia crea-ción (y viceversa), en relacióna formas, lenguajes y textuali-dades de distinta naturaleza,justamente por ser un criteriolícito de producción.Un senti-do pragmático de la creacióncuya principal cualidad noestá en el origen de los mate-riales, sino en la funcionalidadde losmismos, dandoasí lugara otra génesis creativa: el ger-men de lo poético, hoy.

JARA CALLES

amigos Luis Cernuda, a quien conoce en1946 en Londres, en el grupo de los exilia-dos españoles. Pero tampoco la relacióncon el poeta sevillano fue armónica. No sonlas únicas experiencias personales que sereflejan en su obra. Su intensa amistad conPabloNeruda quedará truncada con Cantopersonal, libro que tal vez «acrecentara lainseguridad, la desconfianza de Panero ala hora de publicar».

La ediciónComún al fervor de Javier Huerta Calvopor el poeta, se presenta la objetividadde sus juicios, reconociendo la «endeblecondición» de algunos textos. Conscientede la dificultad que implica una selección,ésta se ofrece «en una sucesión continuay coherente (…) desde el primero [poema]que publicó en 1929 hasta el último quedejó sobre su escritorio la noche antes demorir, en agosto de 1962». El corpus quedaenmarcado con «Arte poética» y «Epitafio».Todos los poemas vienen amparados portres epígrafes: «Texto», indicando su proce-dencia, «Comentario», con reflexionesmuyorientadoras y notas complementarias, loque hace de En lo oscuro, una magníficaantología.

NICOLÁS MIÑAMBRES

JAVIERHUERTACALVORECUERDAQUEELPOETA

SUFRIÓCOMPROMETIDOSEMBATESVITALES

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Teatro

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Desde la antigüedad, el hom-bre ha dejado huellas de sunecesidad de crear muñe-cosque ledenvalorparasu-perar sus retos, transitarpor laberintos desconoci-

dos y conectar con la divinidad. Vinculadosa ceremonias religiosas, los títeres apare-cen en la India y Egipto, donde los dioses serepresentaban como figuras articuladas; deahí se extienden a Oriente, a Grecia y a Ro-ma, donde eran comunesmarionetas, esta-tuas parlantes y autómatas. Los juglaresmedievales llevarían los títeres desde la pe-nínsula itálica a Francia y a España.

Desde hace 26 años, Segovia es sede delFestival Internacional de Teatro de Títeres,Titirimundi, que en su existencia ya haofrecido a públicos de diferentes edades,espectáculos de 802 compañías de más de49 países. En la vigésimo sexta edición, del10 al 15 demayo, participarán34 compañías de 12 países(Alemania, Bélgica, Bosnia,Burkina Faso, Canadá, Chile,Eslovenia, España, Francia,Italia, Perú y Reino Unido),con 376 funciones de las que251 se representarán en 29espacios de Segovia capital yel resto en las extensiones deCastilla y León, Madrid y su provincia.

La programación de este año, tambiénsacudida por la crisis, aumenta los espec-táculos unipersonales de pequeño formato,para reducir el coste de traer grandes com-pañías desde sus países. En su oferta, quepuede consultarse en la web del Festival,http://www.titirimundi.com, además decompañías habituales (Circo de las Pulgas,Carrusel Magique, Rod Burnett, Gatto, Titi-riteros de Binéfar, marionetas de BurkinaFaso, etc.) se incluyen propuestas novedo-sas que exploran la relación del teatro detíteres con artes como la danza (Luna Tea-tro expresa desde la danza y los títeres suversión de “Cenicienta”) o lamúsica y artesvisuales (Joan Baixas en “Música pintada”vincula artes plásticas y escénicas,median-te la plasmación plástica de la música im-presionista de Ravel y Debussy). Además,Titirimundi 2012 acoge el estreno absolutode la segunda parte deCuentos pequeños deHugo e Inés (Perú-Bosnia), espectáculo defiguras creadas con partes del cuerpo quebuscan captar instantes poéticos de la vida

PrimaveradetíteresElFestival InternacionaldeTeatrodeTíteresTitirimundideSegovia, conmásdeuncuartodesiglode trayectoria, capea lacrisis conunincrementodeespectáculosunipersonales

Por JuliaAmezúa

09SÁBADO, 28 DE ABRIL DE 2012abc.es/castilla-leon

artes&letras

cotidiana, esos que nos hacen un pocomásfelices.

Tres espectáculos destacadosAl resultar imposible comentar toda la pro-gramación, destaco tres espectáculos. Lacompañía francesa La Pendue, creada en2003, ya presentó con éxito en Titirimundi2008 su transgresorPoli dégaine, que repiteen esta edición. La Pendue, fiel a su concep-ción de que títere ymarioneta son «símbo-los universales de la humanidad que, gra-cias a las máscaras que llevan confrontanal espectador con su propio hilo interior»,busca esa confrontación en sunuevo espec-táculo para adultos, Hors l, ombre, trabajopoético fruto de su investigación sobre laimpotencia de la marioneta, su relaciónambivalente con el creador, el simbolismode cuerdas y sombra y la libertad del títe-re. Todo es manipulación en la puesta en

escena de esta historia en laque a unamujer en crisis se lerevelará su vida en la sombra.

Por su parte,Miquel Gallar-do al frente de Pelmanec, queya presentó en Titirimundi2009 su Don Juan o memoriaamarga de mí, con títeres detamaño humano, regresa consu versión de otro gigante

dramático: Diagnóstico: Hamlet. Su per-sonaje, encerrado en un psiquiátrico, seenfrenta a las consecuencias de la trage-dia de la muerte de su padre y de la bodade su madre con su tío; pero este Hamletno quiere romper con sus fantasmas, puesestos le aferran a unmundo cerrado que élpuede manejar. Se plantea, pues, un juegode dependencias entre títere y manipula-dor, entre yo exterior e interior, esemismoque conmiedos, dudas y fantasmas, puedeagarrotar la vida de cualquiera. Así explicaMaría Castillo, directora del espectáculo,en qué consiste el núcleo de Diagnóstico:Hamlet: «Hablar del dolor que supone paraalguien no poder ser siempre uno mismo,no quererse a unomismo lo suficiente paraaceptarse tal como es, de la tentación dehuir hacia la soledad como protección con-tra los problemas, y de ese otro yo que todostenemos dentro con el que hablamos cadavez que nos encontramos con un verdaderoproblema que superar».

En la tradición de los juglares medieva-les, se mueven los catalanes Pa Sucat con

Maravillas de Oriente y sus «bavastells»(tallas de madera policromada de formahumana utilizadas para representar histo-rias), en un trabajo ambientado con coloresy detalles de la pintura de Pieter Bruegel einspirado en la crónica de Llull en su Llibrede contemplació de Déu (c. 1309), sobre lapresencia del teatro de títeres en la EdadMedia. Tres actores forman una compañíade títeres de cachiporra, un juglar musul-mán y un cruzado, que manipulan bavas-tells, y un pastor que toca la cornamusa; lostres recorren pueblos y villas para contarhistorias de damas raptadas en castillosvigilados por dragones, a los que deberánenfrentarse valientes caballeros.

Sobre estas líneas,imagen delespectáculo«Cuentos pequeños2», Hugo e Inés —estreno absoluto—.A la izquierda yarriba, «L’horsd’ombre», de lacompañía LaPendue, y debajo,Diagnóstico:Hamlet, dePelmànec

VINCULADOSACEREMONIAS

RELIGIOSAS, LOSTÍTERES

APARECENENLAINDIAYEGIPTO

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Teatro10

HacialaconvergenciadelenguajesLacelebraciónestedomingodelDía InternacionaldelaDanza,unmesdespuésdeldedicadoalTeatro,permiteanalizar losvínculos entreambasexpresionesescénicas

Mañana,29deabril, se ce-lebra el DíaInternacio-nal de laD a n z a ,

cuando ha transcurrido pocomásdeunmesdel dedicadoalmundodel teatro. Proximidaden el calendario, que tambiénhablade lacercaníadedos len-guajes que se aproximan, seintercomunican hasta ser elsoporte demuchas de las pro-puestas escénicas de la post-modernidad.

La danza clásica tomabaprestada la pantomima parala creación de sus ballets en elsiglo XIX, hasta que FrançoisDelsarte, estudiando la rela-ción entre gesto, emoción ymovimiento, y Jacques-Dal-croze que elabora unas teo-rías delmovimiento corporal,apoyado en la liberación delcuerpo a través de la gimna-sia, el ritmo y la música, co-locan las bases de la danzacontemporánea que utilizanbailarines de comienzos desiglo como Saint Denis, Isa-dora Duncam,MaryWigmanoRudolf Von Laban. Este últi-mo analiza en profundidad elmovimiento del artista sobrela escena y elabora algunasteorías, utilizadas en la en-señanza teatral y que, con elpaso del tiempo, soportaránel teatro-danzaque se propagaen la recta finaldel siglo XX ylos inicios deeste milenio.

Antes de con-verger teatro ydanza, se asiste

a una evolución de la danzacontemporánea desde su faseexpresionista, que rechaza laintrospección y sólo busca laexpresión formal (Grahan oCunningham), pasando a unasegunda etapa donde se creaun lenguaje físico, deudor derelación del cuerpo del baila-rín con simismo, los objetos oel espacio (Limon o Nicolaïs),hasta llegar a llegar a un nue-vo estadio con la supresión decualquier código normativopara primar el gesto elemen-tal del propiobailarínode éstecon los demás.

ContaminaciónLa libertad de movimientosde la tercera fase descrita secontamina con interrogan-tes que o bien provienen dela introspección del artista,en búsqueda de respuestasa problemas de la existenciao la naturaleza del hombre,camino que transita el Tanz-theater, con la recientementedesaparecidaPinaBauscha lacabeza, sin olvidar a SuzanneLinke o Hoffmann; o bien delBûto, en oriente, que pretendealcanzar la eternidad del ser.

Cuando se intentamedian-te el cuerpo y el movimientoexpresar inquietudes internas,se desarrollan dos itinerariosque se separan cada vez más:la performance, (el arte en

acción en el ins-tante de crearse,sujeto a la reac-ción del espec-tador y poseídode una ciertainstantaneidadeinacabamiento),y la danza con-

temporánea que se proponecontar una historia a travésdel cuerpo en el espacio, tra-zando un dibujo escénico enel transcurso de la propuestay que, en algunas ocasiones,necesita recurrir a la palabrapara explicitar con nitidez unsentimiento o crear una sen-sación.

Esta acepción de danzacontemporánea, practicada—porejemplo—porPinaBauscho John Jesurum enmuchas desus creaciones, portadorasde estilos diferentes, y másrecientemente en los espec-táculos de Ian Fabre, que havisitado Salamanca con inno-vadoras propuestas de teatro-danza, intentan desarrollarsensaciones, ideas, estados deánimo, emociones a través delcuerpo y, cuando su expresiónparece insuficiente con apoyoen la palabra o manifesta-ciones tonales. En el caso deFabre interesa la lectura delos libretos, estructuradosmediante parlamentos que secorresponden conpersonajes-bailarines y contienen una fá-bula. Cada parlamento, partedeundiscurso, debe enunciar-se verbalmente omediante lasignificación del cuerpo o deéste en relación con otros, conobjetos o fluidos.

Junto a Fabre, otros crea-dores se apoyan en el teatro-danza para dar salida a suscreaciones: Jan Lauwers, LiesPauwels, Falck Richter, AlainPlatel, reciente fustigador delTeatro Real con C(h)oeurs, olas españolas, Ribot, o inclu-so, Angélica Liddell. A estosautores les une en la base lostextos postmodernos, dondedecae el discurso y la sucesióncausal, remplazadapor la con-catenaciónde sucesos, ideas oimágenesparapercutir senso-rial y emocionalmente sobre elespectador. Los personajes yano realistas, se remplazan porotros, abstractos, que arras-transituacionesdedesamparoy exclusión, de sometimientoodominio, de crueldad o agre-sión en las relacionesmutuas.

Actor-bailarínLas puestas en escena deestos textos pretenden pro-vocar, inquietar, perturbary se plantean con la utiliza-ción de aquel elemento designif icaciónmás poderoso,con falta de je-rarquía entrepalabras, movi-mientos, gestoso imágenes, y,por tanto, conpluralidad de

lenguajes, donde el cuerpodel actor-bailarín incorporadiferentes técnicas de actua-ción procedentes de la danza,la acrobacia, la pantomima oel teatro.

Rechazado el personaje, elactor encarna una corporali-dad autosuficiente y expresi-va, ni hermosa, ni armónica,pero que se relacionademodoautónomo con otros actores,con los que ejecutamovimien-tos físicos, dislocadosyviolen-tos, a veces, para mostrar ladesubicación del ser humanoen la sociedad actual.

Mutua relaciónEste teatro necesita de ladanza contemporánea paraocupar espacios, componerconjuntos, expresar ideas através de los contactos entrelos actores o lamutua relaciónfísica, para marcar un ritmoimpactante y conseguir llama-tivas imágenes (bellas, a veces,impactantes siempre), quedejen constancia de un mun-do caótico. El teatro-danza nose plantea para la reflexión

sino para per-cutir en la parteemocional decada uno de losespectadores.

JOSÉ GABRIELLÓPEZ

ANTUÑANO

Rostrosde renovación

La alemana PinaBausch y el belga IanFabre —en la imagenrecogiendo el Premiode las Artes Plásticasde la Fundación Gaba-rrón 2009— son dos delos más destacados

renovadores de la dan-za contemporánea,

con una clara y indisi-mulada vinculación desus numerosas coreo-grafías con el lenguaje

teatral

ELACTOR-BAILARÍNASUME

DIFERENTESTÉCNICASDEACTUACIÓN

PROCEDENTESDELADANZA

ANTESDECONVERGER

TEATROYDANZA,SEASISTEAUNA

EVOLUCIÓNDESDESUFASEEXPRESIONISTA

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artes&letras11SÁBADO, 28 DE ABRIL DE 2012

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Elgranblancoentrecuatroparedes

Arte12

FOTOGRAFÍA

S:F

.ORDÓÑEZ

Arte

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Estudiosadel conceptoylaprácticapictóricafueradesus soportestradicionales, AranchaGoyeneche intervieneen“CuatroParedes”delCAB

PorKatharina-JuliaGründler

“Será acaso que la blancuraensombrece con su vague-dad el vacío, las despiada-das inmensidades del uni-verso, y nos apuñala por laespaldaconel pensamiento

de la nada, cuando contemplamos las albasprofundidadesde lavía láctea? ¿Oacasoocu-rre que en su esencia la blancura no es tantoun color cuanto la ausencia visible de color y,a la vez, la fusión de todos los colores, lo cualexplica que exista tal vacuidad -muda y a lavezplenade significado- enunpanoramane-vado, y ateísmo de todos los colores tal quenos estremece? […]. La ballena albina era elsímbolo de todas estas cosas. ¿Cómo puedeasombrarte, lector, la ferocidadde la caza?».HermanMelville,MobyDicko laballenablan-ca.

Gran blanco, hermoso y temible. La granballena blanca paramuchos artistas hoy esel lienzo enblanco enpotencia que significael espacio vacío de las salas de exposicionesantes de exponer. Y el desafío de llenarlasse ha convertido uno de los grandes retosde su trabajo.

En Burgos la «gran ballena» del CentrodeArte Caja de Burgos (CAB) con cierta fre-cuencia gesta otras pequeñas salas. Peque-ños cubos blancos dentro del cubo blanco,refugios cúbicos que ofrecen a artistas laposibilidad de un trabajo in situ: las «Cua-tro paredes».

AfterWinterComesSpringesel títulode lapropuesta de Arancha Goyeneche (Santan-der, 1967) sobre las «Cuatro paredes» ins-taladas en el nivel -2 del CAB durante estaprimavera. Múltiples planchas delgadas demateriales plásticos, en tonos amarillos,verdes, grises y azulados formanuna tramageométricaqueclausura la entradaalpeque-ño cubo de intervención, dejando estrechasranuras a través de las que el espectadorpuedemirar al interior, donde unos neonesde colores proyectanun sutil reflejo de colorsobre lasparedes.Ynoescasualidadquenostraigaundoble recuerdode las instalacionesdel granRobert Irwin.Primero, la intensidadde la investigación pictórica y el flujo de luzen total armonía conel espacioarquitectóni-co, reivindicando siempre la pintura clásica,imitando trazos de pincel con las cintas devinilo y jugando con la luz y la perspectiva.Excluyendoal espectador, la artista cántabrahace que este sondee las paredes, las palpecon lamirada, que absorba la luz de los neo-nes, que, paradójicamente, quedándose fue-ra, se introduzca en la obra, se una con ellaen una cálida fusión.

Y eso nos retrotrae a los famosos juegosde Irwincon la arquitectura, empezandopor

DOS PROPUESTASMÁSHASTA EL 13 DEMAYO

El CAB también ofrece hasta 13 de mayo la propuesta dela pareja artística formadapor la venezolana CarlaArochay el belga Stéphane Schreaenen, que en After utilizan laluz, la oscuridad, las gamasde color y los juegos especularespara cuestionar los niveles visuales convencionales. Porsu parte, el creador ruso de origen español FranciscoInfante y Nona Gurionova, proponen en Artefactos lacreación de una «segunda naturaleza» mediante laintervención artificial en el medio ambiente.

artes&letras13SÁBADO, 28 DE ABRIL DE 2012

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la instalación californiana de 1980OneWallRemoved, en laque eliminaunaparedenterade una galería, y rompe la división espacialentre el interior y el exterior y reinterpreta lavisión arquitectónico-paisajística de la pin-tura. Enuna síntesis dialéctica perfecta con-firma el espacio museístico como lugar depercepción y rompe a la vez suhermetismo.

Este juego con la impenetrabilidad delcubo blanco —en este caso dentro de otrocubo blanco— lleva al proyecto «Cuatro pa-redes»aun terrenomásalláde lameraexpe-rimentación sobre un gran lienzo en blancodentro de unmuseo. Es una tentación con-ceptual que debe de cautivar demasiado ala mayoría de los artistas contemporáneoscomopara ignorarla. El desafío no solo estáen trabajar sobre un gran lienzo o un espa-cio muy reducido —según se mire— sinoen llenar el cubo de contenido. Llenar uncubo que, posiblemente durante el procesovuelva a generar otro contexto dentro de lagranburbuja blancadel exterior-interior delmuseo.

El proyecto-espacio «Cuatro paredes» enel CentrodeArteCajadeBurgos se inauguróen 2008 con el propósito de dar un lugar deintervenciónmural a pintores y dibujantes;una especie de lienzo enblanco, un cubículoconstruido de paredesmóviles y almacena-bles dentro de unade las salas de exposicio-nes delmuseo, y con el fin de coleccionarlaspara una futura exposición de los proyectosrealizados.

Curiosamente, o no, fue directamente elprimer trabajo (Rosa Rubio, 2008) el querompió con la pauta de una simple acciónpictórica sobre las paredes, extendiendo elcampo de intervención hacia lo tridimen-sional incluyendo unparticular «árbol de lavida» en su intimista instalación.

En total han sido seis los artistas quehasta la fecha han pasado por el CAB, paragestar proyectos entre esas cuatro paredes.SonTeresaMoro (enoctubrede2008) con suretenida y casi silenciosa pintura y el argen-tino afincado en InnsbruckGabriel Kondra-tiuk (en febrero de 2010) los únicos que, demomento, estrictamente se han acogido almodelo inicial de pintar las paredes interio-res sin más. Y eso, sobre todo en el caso deKondratiuk, ya esmucho, porquedebehabersidounauténtico reto plasmar el espíritu desuPatagonia natal en ese espacio de apenas25metros cuadrados generando un paisajeenigmático, cargadode simbología y fuerza.

Julián Valle (en enero de 2010), con sutrabajoWinterreise no solo no se conformacon el interior del cubo y utiliza tambiénel exterior de las paredes, sino que trabajaactivamente con la luz, genera una instala-ción narrativa, un espacio casi teatral quevamuchomásallá deun lienzo creandounapequeña sala de exposiciones con un bancoen el centro desde donde el espectador con-templaminuciosospaisajes enuna luz tenueque recuerda una capilla.

Javier Calleja (en septiembre de 2011),finalmente, más allá de su cualidad arqui-tectónico-expositiva, concibe el cuboblancocomo caverna atemporal y lo llena con unode sus fantásticos microuniversos repletode referencias irónicas al mundo del arte.Con su intervención a primera vista cómi-ca, investiga el mundo al otro lado de estas«Cuatro paredes», y lo convierte en un lugarde discurso detrás delmueble físico.

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LaGewandhaus,enValladolid

Si viajan Si viajan hasta la ciu-dad de Leipzig, en Alemania,casi notarlo, sus pasos les lle-varan hasta la Augustusplatzy, una vez allí observarán, ce-rrando el lado sur de la plaza,

un enorme edificio de sobria arquitecturay contundentes líneas geométricas. Debensaber que allí dentro todo lo relacionadocon la música se escribe con mayúsculas yse vive con especial intensidad.

Y es que, en esa especie de catedralcontemporánea, está la sede de una delas instituciones culturales más antiguasy admiradas del planeta, la Orquesta de laGewandhaus de Leipzig, depositaria de unexcelso legado: la tradiciónmusical de raízgermánica.

Esta famosa formación ostenta el títu-lo de orquesta de la Gewandhaus (Casa delos paños) desde 1781, cuando un grupo demúsicos patrocinados por los poderosos co-merciantes del gremio de pañeros se insta-laron de forma permanente en una sala deconciertos que esos mismos comercianteshabilitaron en el recinto ferial donde nego-ciaban con sus telas.

Pero esto no es todo, no señor, su historiadocumentadanos lleva aúnmás lejos. Sabe-mosque ya en 1743, años antes de integrarsedefinitivamente en la Casa de los Paños, losdieciséis intérpretes originales, conocidosentonces como el Grosse Concert, ofrecíanconciertos en distintos salones y capillasde la ciudad.

Es, por tanto, una orquesta que no sur-gió en una corte ni en una iglesia; no, fuela burguesía la que decidió —como hacíanla nobleza y la iglesia desde hacía siglos—invertir su dinero y su tiempo a favor dela música culta como símbolo de su poderemergente. Y, desde luego, mereció la pena

Consideradacomouna lasmejoresorquestasdelmundo,ademásdeunade lasmásveteranas, conmásde250añosdehistoria, laprincipalagrupaciónmusicaldeLeipzigactúaenelCentroCulturalMiguelDelibesdeValladolidelpróximo20demayo, consudirector titular,RiccardoChailly, al frente

Por InésMogollón

Música1414

Música

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ya que la inversión resultó más que renta-ble. La Gewandhaus de Leipzig es la únicaorquesta en el mundo que actúa en su sala,en el foso de la ópera de Leipzig y en la igle-sia de Santo Tomás, allí donde fuemaestrocantor Johann Sebastian Bach.

La agrupación tiene en su haber el estre-no de obras como el Concierto Emperador yvarias sinfonías de Beethoven, el Conciertopara violíndeMendelssohn, las sinfonías deSchumann, la Grande de Schubert, el Con-cierto para violín de Brahms que se estrenócon el compositor a la batuta y Joseph Joa-quimcomosolista…y así durante doscientoscincuenta años.

Como es fácil suponer, la nómina de di-rectores es, así mismo, impresionante. En1781, dirigía la Gewandhaus Cristian Au-gust Pohlenz y, desde el año 2005, el italia-no Riccardo Chailly es director principal.Entre ambos extremos la orquesta estuvoa las órdenes de Felix Mendelssohn, Ar-thur Nikisch, Wilhem Furtwängler, BrunoWalter, Hermann Abendroth, Václav Neu-mann, KurtMasur—el gran campeón de laGewandhaus tal comohoy la conocemos, elmismo que propició la construcción de susede actual— o Herbert Blomstedt, entreotros.

Se oye todoEl resultado de esta suma de potencias esun nivel de competencia admirable y unalúcida penetración en el espíritu profundode las partituras que interpretan, pene-tración alimentada por esa tradición ini-gualable que les conecta con los grandesmaestros del pasado. El sonido es precioso,alimentado por una cuerda sedosa y trans-parente que perfila los planos con pasmosaclaridad. La regulación del volumen resultamodélica. Con la Gewandhaus se oye todo.Siempre.

Y para terminar y volviendo a RiccardoChailly, protagonista de otra gran etapa enla trayectoria de la Orquesta lipsiense, am-bos están en boca de todos tras la recien-te edición de su esperado ciclo sinfónicoBeethoveniano, pegado a los criterios in-terpretativos de última generación y, cómono, aclamadopor la crítica como referencialtras el fruncido de ceño inicial. Por ciertoque la Gewandhaus fue la primera orquestaque interpretó el ciclo sinfónico completoen vida del compositor.

Bien, estas son la historia y la categoríade la Orquesta que el próximo domingo 20de mayo, en la sala sinfónica del AuditorioMiguel Delibes de Valladolid, a 19 horas ycomo clausura al «Ciclo Grandes Orquestasde la presente temporada. Sí, la Orquestade la Gewandhaus de Leipzig, dirigida porRiccardo Chailly, interpretará un progra-ma extraordinario: en la primera parte elConcierto para piano en Sol mayor, escritopor Maurice Ravel, en versión de la pianis-ta francesa Hélène Grimaud, y la hermosaSinfonía número cuatrodeMahler, con la so-prano eslovaca Luba Ogona Sova poniendovoz al celestial y jubiloso liedDas himmlis-che Leben (Vida celestial). Muy apropiado ¿no les parece…?

Luis Delgado—en la imagen-firma. juntoJavier Bergia yJavier Paxarino,el disco «En lasombra de lautopía».Foto: F. Heras

artes&letras15SÁBADO, 28 DE ABRIL DE 2012

abc.es/castilla-leon

DISCO

JAVIER BERGIA, LUIS

DELGADO Y JAVIER

PAXARIÑOENLASOM-

BRA DE LA UTOPÍA

Libro-disco.Mandala Ediciones """""

Escribe JoaquínDíaz en el prólogo aldiscoEn la sombra de la utopía’ queesta voz, «utopía» esun término tanequívoco que descoloca a aquellos

que, despistados, pretenden colocarlo en al-gún lugar. Y es que utopía nunca fue un to-pónimo, claro que no, se parecemás a un es-tado de ánimo o, volviendo al texto de Joa-quín, a un recurso terapéutico que tuviese lavirtudde protegernos del desastre y quehoycomo siempre —afortunadamente y pese atodo— continúa siendo de libre disposición.La utopía no pertenece a nadie porque es detodos y suele estar, como casi todas las ideas,en las nubes.

En la sombra de la utopía es el título queJavier Bergia, Luis Delgado y Javier Paxari-ño han decidido para su más reciente gra-bación, incluida en un libro-disco publica-do por Mandala Ediciones. «En este discohemos querido refugiarnos bajo la sombrautópica de lamúsica» afirman en la presen-tación de su nuevo trabajo, invitándonos adisfrutar de ese refugio para la reflexión y elsueño que es la música. Sí, sueños, el sueñode Gandhi, el de Teresa de Calcuta o el deAlbert Einstein, cuyas voces escuchamosen este disco mezcladas con las de JoaquínDíaz, Amancio Prada y Alicia García que lesacompañan entonando un verso que, comouna brújula, nos encamina hacía utopía, eselugar bajo el sol donde no cabe la tristeza.

Enamorada de lo imposibleLa jornada en pos de tan huidiza aspira-ción ha sido larga, larga y difícil. Así lo tes-timonian los textos que ilustran la variadarepresentación de ese humor ideal, desdela filosofía de Tomás Moro a la melancolíade Omar Khayyâm, del discurso de Víctor

Hugo a la poesía de Juan Carlos Mestre ola utopía enamorada de lo imposible a laque aspiraba Kierkegaard. Y junto a laspalabras, Bergia, Delgado y Paxariño nosproponen un itinerario sonoro de su auto-ría con parada en la estación «Utopía»: ‘Lasenda de Sadhu’, Feria de Panes, La torre deSenaar, Baisbasbata, La casa de jade, Olas’Peñamellera, El enigma espiral.

Canciones que entran en nosotros ade-rezadas con el aire que traspasa una flautatravesera procedente de la India y construi-da en un solo tramo de bambú, con el soni-do limpio y grave del barro de las cantarasde Oaxaca, con el dulcémele y la darboukaque ya se escuchaba en la ciudad deBabilo-nia; con el sitar y su hermanomayor, el sur-baha o con la kitahara de Orfeo que, comosaben, bajó a los infiernos en busca de supersonal utopía, la irrecuperable Euridice;y junto a la khitara, el pandero oceánico quetiene dentro de sí, como las caracolas, lasolas y la arena de las playas. Todos llenanmis oídos y me trasladan a utopía, sí, peroallá, en el fondo del pozo, se repite, comounmantra, la vieja aspiración: un lugar bajoel sol, donde no cabe la tristeza, un lugarbajo el sol…

INÉSMOGOLLÓN

CONLAORQUESTAGEWANDHAUSDELEIPZIGSEOYETODO. SIEMPRE Dondenocabe

latristeza

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