Bach Richard Uno

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    J a v i e r V e r g a r a E d i t o r s . a .

    B u e n o s A i re s / M a d r id / Q u i to

    M xico / Sant iago de C h i leBog ot / Caracas / Montev ideo

    Ttulo originalONE

    Edicin originalWilliam Morrow

    TraduccinEdith Zilli

    1988 by Richard Bach and Leslie Bach 1988 by Javier Vergara Editor S.A.

    Paseo Coln 221 6 Buenos Aires Argentina

    ISBN 950-15-0863-3

    Impreso en la Argentina/Printed in Argentine.Depositado de acuerdo a la Ley 11.723.

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    Introduccin

    Hemos recorrido juntos un largo camino, verdad, querido lector?

    Cuando nos conocimos, hace veinticinco aos, yo era un piloto de aviacin,fascinado por el vuelo, que buscaba significados detrs de los instrumentos yla velocidad aerodinmica. Hace veinte aos, nuestro viaje nos condujo hastaun esquema de vida en el ala de una gaviota. Hace diez aos conocimos alsalvador del mundo y descubrimos que era nosotros. Sin embargo, hastadonde t podas saber, yo era un alma solitaria, con la mente llena de rumbosy altitudes, oculta tras una pantalla de palabras. Y tenas razn.

    Por fin confi conocerte lo suficiente para sugerir que mis aventuraspodran haber sido tambin las tuyas, felices y no tan felices. Empiezas acomprender cmo funciona el mundo? Yo tambin. Te has sentido inquieto y

    solo con lo aprendido? Tambin yo. Te has pasado la vida buscando un nicoy precioso amor? Yo tambin lo he hecho, y lo hall, y en El puente hacia elinfinito te present a Leslie Parrish-Bach, mi esposa.

    Ahora escribimos juntos, Leslie y yo. Nos hemos convertido enRiLeschardlie; ya no sabemos dnde termina el uno y donde empieza la otra.

    Gracias a El puente, nuestra familia de lectores se ha vuelto an msclida. A los aventureros que volaban conmigo en los primeros libros se hanagregado quienes ansan el amor y quienes lo han encontrado: nuestras vidasson un espejo de las de ellos, segn escriben una y otra vez. Ser posibleque todos nosotros estemos cambiados y nos reflejemos mutuamente?

    Leslie y yo solemos leer nuestra correspondencia en la cocina; uno lo hace

    en voz alta, mientras el otro prepara la comida-sorpresa del da. Con lascartas de algunos lectores hemos redo tanto que las ensaladas han cado enla sopa; otros nos han dado lgrimas a guisa de sal.

    Un da, a manera de hielo, recibimos sta:

    "Te acuerdas del Richard alternativo sobre el cual tepreguntabas en El puente? El que huy, el que rehuspermutar sus muchas mujeres por Leslie. Se me ocurrique te gustara recibir noticias mas, porque yo soy esehombre y s lo que ocurri despus."

    Los paralelos que nos indicaba eran asombrosos. Tambin l es escritor;haba ganado sbitamente una fortuna con un solo libro y cay en los mismosproblemas impositivos que yo. Tambin l dej de buscar a una nica mujer yse conform con muchas.

    Despus conoci a una que lo am por lo que l era. Y ella le dio a elegir:sera la nica mujer de su vida o no formara parte de su vida en absoluto. Erala misma eleccin que Leslie me plante a m; estaba en la misma bifurcacindel camino.

    En esa bifurcacin yo vir a la derecha, para elegir la intimidad y el clidofuturo que esperaba recibir con ella.

    El gir a la derecha. Se alej de la mujer que lo amaba, abandon sus casasy sus aviones para que el gobierno se apoderara de ellos y vol (como yo

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    estuve a punto de hacerlo) a Nueva Zelandia. La carta prosegua:

    "...con la literatura me va bien; tengo casas y automvilesen Auckland, Madrid y Singapur; puedo viajar a cualquierlugar del mundo, salvo a Estados Unidos. Nadie intima

    demasiado conmigo."Pero an pienso en mi Laura. Me pregunto qu habrapasado si yo le hubiera dado una oportunidad. Podra serlo que me cuenta El puente. Ustedes dos an estnjuntos? Tom la decisin correcta? O la correcta fue lade ustedes?"

    El hombre es multimillonario; todos sus deseos se hacen realidad y elmundo es su feria de diversiones. Pero tuve que secarme una lgrima y, alapartar la vista de su carta, vi a Leslie apoyada contra la mesa, con la caraescondida entre las manos.

    Por mucho tiempo habamos pensado que l era una ficcin, un almaespectral que viva en alguna extraa dimensin del podra-haber-sido,alguien inventado por nosotros. Despus de su carta nos sentimos inquietos,intranquilos, como si una campanilla nos estuviera llamando y no supiramoscmo responder.

    Entonces (coincidencia) rele un extrao librito de fsica llamado Lainterpretacin de los mundos mltiples de la mecnica cuntica. Mundosmltiples, por cierto, segn deca. A cada instante el mundo que conocemosse divide en un nmero infinito de otros mundos, futuros diferentes ydiferentes pasados.

    Segn la fsica, el otro Richard no desapareci en la bifurcacin donde yocambi mi vida. Existe en este momento, en un mundo alternativo que sedesliza junto a ste. En ese mundo, tambin Leslie Parrish eligi una vidadiferente: Richard Bach no es su esposo, sino el hombre al que dej partircuando descubri que no le ofreca amor y regocijo, sino infinitos dolores.

    Despus de releer La interpretacin de los mundos mltiples, misubconsciente se llev a la cama un ejemplar fantasma del libro para leerlotodas las noches y acicatearme en tanto dorma.

    Y si pudieras hallar un camino hacia esos mundos paralelos?, susurraba.Y si pudieras conocer al Richard y a la Leslie que fueron antes de cometersus peores errores y tomar sus decisiones ms inteligentes? Y si pudieras

    advertirles, agradecerles, hacerles cualquier pregunta que desearas? Qusabran ellos de la vida, de la juventud, la vejez y el morir, la carrera, el amory la patria, la guerra y la paz, las responsabilidades, las elecciones y susconsecuencias, sobre el mundo que t tomas como real?

    Vete, le dije.Crees que no perteneces a este mundo, lleno de guerras y destruccin,

    odio y violencia? Por qu vives aqu?Djame dormir, dije.Buenas noches, dijo l.Pero las mentes fantasmas nunca duermen; en mis sueos oa volver

    pginas y ms pginas.Ahora estoy despierto y las preguntas perduran. Es cierto que nuestras

    elecciones cambian nuestros mundos? Y si la ciencia tuviera razn?

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    Eso dijo Qu haras sin m?Fueron las ltimas palabras que o antes de que el mundo cambiara.

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    El transpondedor de radar es una caja negra en el tablero de instrumentos

    del anfibio, con ventanillas que muestran un cdigo de cuatro nmeros.Cuando ponemos nmeros en esas ventanillas, en cuartos oscuros situados akilmetros de distancia se nos identifica: nmero de avin, rumbo, altitud,velocidad; todo lo que interesa a los del control de trnsito areo, en susverdes talleres de radar.

    Esa tarde, tal vez por diezmilsima vez en mi carrera de piloto, alargu lamano para cambiar esos nmeros en sus ventanillas. Cuatro en la primera,seis en la segunda, cuatro en la siguiente, cinco en la ltima. Mientrasmantena la vista baja, fija en esa tarea, percib un extrao zumbido que seinici en do bajo y fue ascendiendo por la escala hasta volverse inaudible;

    despus, un juomp, como si nos hubiera alcanzado una fuerte corriente deaire ascendente, y un crepitante destello de luz de mbar en la cabina.Leslie grit:Gir bruscamente la cabeza para mirarla a la cara. La boca abierta, los ojos

    dilatados.Un poco de turbulencia, queridita dije; un poco de...En ese momento pude ver con mis propios ojos y me interrump en medio

    de la frase.Los ngeles haba desaparecido.Desaparecidos estaban la ciudad, all adelante, ancha como el horizonte;

    las montaas que la rodeaban; el velo de neblina de ciento cincuenta

    kilmetros.ESFUMADOS.El cielo haba tomado el color azul de las flores silvestres: intenso, fresco,

    fro. All abajo no haba autopistas, tejados y centros comerciales, sino unmar sin interrupciones, espejo del cielo. Azul de pensamiento, ese mar, queno tena la profundidad del ocano en su parte media, sino bajos por doquier,como si hubiera arena de cobalto a una braza de profundidad, un diseo deplatas y oros.

    Dnde est Los ngeles? dije. Ves...? Dime qu ves!Agua! Estamos sobre el ocano! exclam ella Richie, Z ,qu pas?No lo s! respond, todo confusin vacua.Verifiqu el tablero de instrumentos del motor; todos los indicadores

    marcaban lo que corresponda. La velocidad aerodinmica no habacambiado; el rumbo segua siendo de 142 grados en la brjula giroscpica.Pero ahora la brjula magntica giraba ociosamente en su caja, como sihubieran dejado de importarle el norte y el sur.

    Leslie prob llaves y oprimi interruptores.Las radios de navegacin no funcionan dijo, con el miedo atenacendole

    la garganta. Tienen potencia, pero no operan...Sin duda. Los dispositivos de navegacin mostraban lneas en blanco y

    banderillas en OFF. El tablero lornico presentaba un dato que nunca

    habamos visto: SEAL PERDIDA.Nuestras mentes tambin quedaron en blanco. Atnitos, lo miramos

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    fijamente por un momento.Viste algo antes de que... cambiara? pregunt.No dijo Leslie. S! Hubo una especie de silbido. Lo oste? Despus, un

    destello de luz amarilla, un... una onda de impacto a nuestro alrededor... yentonces desapareci, junto con todo lo dems! Dnde estamos?

    Se lo resum lo mejor que pude:El avin marcha bien, exceptuando el loran y las radios de navegacin.Pero la brjula magntica ha fallado... El nico instrumento de un avin quenunca puede fallar ha fallado! No s dnde estamos.

    Control Los ngeles? sugiri ella, sbitamente.Bien! Oprim el botn del micrfono.Hola, Control Los ngeles, Martn Uno Cuatro Bravo.Baj la vista, esperando la respuesta. Bajo el agua, la arena estaba

    torneada en una vasta matriz retorcida, como si all corrieran arremolinadosros de luz, arroyuelos que se reunieran en innumerables tributarios, todosconectados y reverberando a un par de metros de la superficie.

    Hola, Control Los ngeles repet , aqu Martn Anfibio Uno Cuatro Bravo.Cmo me reciben?

    Sub el volumen; haba esttica en el altavoz de la cabina. La radiofuncionaba, pero nadie hablaba por ella.

    Hola, cualquier estacin que reciba a Martn Avemarina Uno Cuatro Bravo.Responda por esta frecuencia.

    Ruido blanco. Ni una palabra. Me estoy quedando sin ideas confes. RICHARD!Por instinto urg al avin a ascender, en busca de una vista ms amplia, con

    la esperanza de que la altura nos ayudara a encontrar alguna pista del

    mundo que habamos perdido.En pocos minutos descubrimos algunos hechos extraos: por mucho queascendiramos, el altmetro no se alteraba; el aire no estaba ms enrarecidopor la altitud. Cuando calcul que estaramos a tres mil metros, elinstrumento an marcaba el nivel del mar.

    El panorama tampoco se alteraba: millas y millas de bajos caleidoscpicos,colores interminables, esquemas que nunca se repetan. El horizonte era igualpor doquier: ni montaas ni islas. No haba sol, ni nubes, ni barcos, ni seresvivientes.

    Leslie dio un golpecito al indicador de combustible.Se dira que no estamos consumiendo nada coment Es posible?

    Lo ms probable es que el flotador se haya atascado.El motor funcionaba ms lento o ms rpido segn yo moviera elacelerador, pero nuestro indicador de combustible se haba petrificado unapizca por debajo del medio tanque.

    Slo eso faltaba le dije, meneando la cabeza. Que tambin fallara elindicador de combustible. Probablemente nos queden dos horas de vuelo,pero preferira economizar lo que tenemos.

    Ella estudi el horizonte vaco.Dnde aterrizaremos? pregunt.Acaso importa?El mar lanzaba hacia arriba sus colores de gloria, desconcertndonos con

    sus esquemas.Deslic el acelerador hacia atrs y el barco volador se asent en un largo

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    planeo. Mientras descendamos observamos aquel espectral paisaje marino.Dos de los senderos refulgan, serpenteando primero por separado, despusen sentido paralelo, para unirse finalmente. De los dos partan otros miles,como ramas en un bosque de sauces.

    Hay un motivo para esto, pens. Algo traz esas lneas. Eran senderos?

    Caminos de lava? Rutas subacuticas?Leslie me tom la mano.Richie dijo, suave y triste, no te parece que estamos muertos? Tal vez

    chocamos con algo en el aire o algo choc contra nosotros a tanta velocidadque no nos dimos cuenta.

    En la familia, el experto sobre la muerte soy yo, pero ni siquiera se mehaba ocurrido... Y si ella tena razn? Pero en ese caso, qu haca Gruncon nosotros? De cuanto he ledo sobre la muerte, nada dice que no cambiesiquiera la presin de aceite.

    Esto no puede ser la muerte! dije . Los libros dicen que, cuandomorimos, hay un tnel, luz, un amor increble, gente que nos sale al

    encuentro... Si nos tomamos el trabajo de morir juntos, los dos al mismotiempo, no crees que ellos se las habran arreglado para estaresperndonos?

    Tal vez los libros se equivocan dijo ella.Descendimos en silencio, abatidos por la tristeza. Cmo era posible que el

    regocijo y la promesa de nuestras dos vidas hubieran terminado tan depronto?

    Te sientes muerto? pregunt ella.No.Yo tampoco.

    Volamos a baja altura por sobre los canales paralelos, atentos a cualquierformacin de coral, a cualquier tronco flotante antes de acuatizar. Auncuando se est muerto, uno trata de no hacer pedazos su avin descendiendosobre alguna roca.

    Qu manera tonta de terminar una vida! suspir Leslie . Ni siquierasabemos qu pas, cmo morimos.

    La luz dorada, Leslie, la onda de choque! Pudo haber sido una explosinnuclear? Acaso fuimos los primeros en morir en la Tercera Guerra Mundial?

    Ella qued pensativa.No, no lo creo. Eso no vena hacia nosotros: se alejaba. Adems,

    habramos sentido algo.

    Volamos en silencio. Tristes. Muy tristes.No es justo! protest Leslie . La vida se haba vuelto tan hermosa...Trabajamos tanto, superamos tantos problemas... Apenas empezbamos apasarla bien.

    Suspir.Bueno, si morimos, hemos muerto juntos. Esa parte de nuestros planes se

    cumpli.Se supone que la vida pasa frente a una en un instante dijo ella. Viste

    pasar tu vida?Todava no dije Y t?No. Y dicen que todo se vuelve negro. Eso tambin est equivocado!Es posible que tantos libros, que nosotros mismos nos equivoquemos

    tanto? Recuerdas las noches en que nos salamos del cuerpo? La muerte

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    debera ser as, slo que continuaramos afuera en vez de regresar por lamaana.

    Yo siempre haba pensado que la muerte tendra sentido, que sera unaoportunidad racional y creativa de lograr una nueva comprensin, una alegrelibertad con respecto a los lmites de la materia, una aventura ms all de los

    muros de las torpes convicciones. Nada nos haba advertido que morir eravolar sobre un infinito ocano en tecnicolor.Al menos podamos descender. No haba rocas, algas ni cardmenes. El

    agua estaba calma y clara; el viento apenas rizaba la superficie.Leslie me seal aquellos dos senderos refulgentes.Se dira que esos dos son amigos dijo: siempre juntos.Tal vez sean pistas suger . Me parece que lo mejor es descender sobre

    ellos. Posmonos justo donde se unen, te parece bien? Lista para acuatizar? Creo que s dijo ella.

    Mir por las ventanillas laterales, verificando nuestro tren de aterrizaje porpartida doble.

    La mayor izquierda est subida dije; la del morro, subida; la mayorderecha, subida. Todas las ruedas estn subidas para acuatizaje; los flapsestn bajados...

    Iniciamos el ltimo giro lento y el mar se inclin graciosamente, cmaralenta, para salirnos al encuentro. Flotamos por un largo instante, a algunoscentmetros de la superficie; reflejos de color pastel salpicaban el cascoblanco.

    La quilla roz las ondulaciones de la superficie y el hidroavin se convirtien lancha de carrera, lanzada en una nube de llovizna. El susurro del motorse esfum en el torrente de agua, en tanto yo desactivaba el acelerador para

    aminorar la velocidad.Luego el agua desapareci, el avin desapareci. A nuestro alrededor,borroneados, se vean tejados, bandas de tejas rojas y palmeras, el muro deun gran edificio con ventanas bien hacia adelante.

    CUIDADO!Un segundo despus nos detenamos dentro de ese edificio, mareados,

    pero indemnes, juntos y de pie en un largo corredor. Alargu la mano haciami esposa y la abrac.

    Ests bien? preguntamos los dos a un tiempo, sin aliento. S! dijimos . Ni un rasguo! Y t? S!No haba vidrio estrellado en la ventana, al final del corredor, ni agujero en

    la pared a travs de la cual habamos pasado. Nadie a la vista, ni un ruido entodo el edificio.Estall de frustracin.Qu diablos est pasando?Richie dijo Leslie, en voz baja, con los ojos grandes de extraeza, este

    lugar me resulta conocido. Ya hemos estado aqu!Mir a mi alrededor. Un corredor con muchas puertas, alfombra de color

    rojo ladrillo, puertas de ascensor frente a nosotros, palmeras en tiestos. Laventana daba a tejados llenos de sol; ms all, colinas doradas, de pocaaltura, y el neblinoso azul de la tarde.

    Es... parece un hotel. No recuerdo ningn hotel...Se oy una suave seal snica; una flecha verde se encendi por sobre las

    puertas del ascensor.

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    Ante nuestra mirada, las puertas se abrieron con un ronroneo. Adentrohaba un hombre robusto y anguloso y una encantadora mujer, vestida conuna camisa de trabajo, ya desteida, pantalones y chaqueta marinera y unagorra de tono rojizo.

    O que mi esposa, a mi lado, dejaba escapar una exclamacin ahogada; su

    cuerpo se puso tenso. Del ascensor bajaban el hombre y la mujer quenosotros habamos sido diecisiete aos antes, los dos que ramos el da denuestro primer encuentro.

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    Quedamos petrificados, enmudecidos, boquiabiertos.

    La Leslie ms joven abandon el ascensor sin echar una sola mirada alRichard que yo haba sido; despus, casi corriendo, se encamin hacia sucuarto.

    La urgencia se impuso al asombro. No podamos permitir que se fueran. Leslie! Espera! llam mi Leslie.La joven se detuvo y se volvi, esperando encontrarse con una amiga, pero

    no pareci reconocernos. Seguramente slo vea nuestro contorno, puestoque tenamos la ventana atrs.

    Leslie dijo mi esposa, caminando hacia ella, puedes concederme unminuto?

    Mientras tanto, el Richard ms joven pas junto a nosotros hacia suhabitacin. El hecho de que la mujer del ascensor se hubiera encontrado conamigos no era asunto suyo.

    Y aunque nosotros no sepamos qu est pasando, pens, eso no impideque seamos los que debemos hacernos cargo de todo. Era como arrearpolluelos: esos dos iban en direcciones opuestas y nosotros sabamos que sudestino era pasar juntos el resto de la vida.

    Confiando en que Leslie alcanzara a su yo anterior,, trot detrs del joven.Disculpa dije desde atrs. Richard?Se volvi, tanto por el sonido de mi voz como por las palabras; se volvi con

    curiosidad. Yo recordaba esa chaqueta deportiva color camello. Tena una

    desgarradura en el forro que yo haba cosido diez o doce veces, sin quesirviera para nada: la seda o lo que fuere insista en deshilacharse a partir delzurcido.

    Hace falta que me presente? pregunt. Me mir; la amabilidadcontrolada se convirti en ojos como platillos.

    Qu...!Mira dije, con tanta calma como pude , nosotros tampoco lo

    entendemos. Ibamos en avin cuando nos atac esta cosa extraa y...Eres...?Se le apag la voz; as qued, mirndome fijamente. Para l era todo un

    golpe, por supuesto, pero me sent extraamente irritado con ese tipo. Quinsaba cunto tiempo podramos pasar juntos? Minutos o menos, horas omenos, y l quera malgastarlo rehusando creer lo que debera haberle sidoobvio.

    La respuesta es s dije. Soy el hombre que vas a ser dentro de algunosaos.

    El asombro se convirti en suspicacia.Cul era el apodo que me daba mi madre? pregunt, entornando los

    ojos.Se lo dije, con un suspiro.Cmo se llamaba mi perro, el que tena cuando nio, y qu clase de fruta

    coma?Vamos, Richard! protest. Lady no era perro sino perra. Y coma

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    albaricoques. Tenas un telescopio newtoniano casero, de quince centmetros,con una desportilladura en el espejo, hecha por un par de pinzas que se tecayeron al trabajar con la araa, con el tubo hacia arriba en vez de estarhacia abajo; en la cerca, junto a la ventana de tu cuarto, haba una tablasecreta, una tabla con bisagras por las que podas escurrirte cuando no

    queras usar el portn...De acuerdo dijo, mirndome como si yo fuera un acto de magiaSupongo que podras seguir.

    Indefinidamente. No puedes formular una pregunta sobre ti mismo que yono pueda responder, viejo. Y tengo diecisiete aos ms de respuestas que tde preguntas!

    Me mir con fijeza. Un muchachito, pens, sin una sola cana. Unas cuantascanas le sentarn.

    Quieres perder el tiempo del que disponemos charlando en el corredor?Sabes que en ese ascensor acabas de conocer a la mujer que... a la personams importante de tu vida? Y ni siquiera lo sabes.

    Ella? Mir a lo largo del corredor. Pero si es hermosa! Cmo quieresque me...?

    No lo entiendo, pero le resultas atractivo. Te doy mi palabra.Bueno, te creo dijo. Te creo! Sac una llave del bolsillo de su chaqueta.

    Pasa.Nada tena sentido, pero todo concordaba. Aquello no era Los ngeles, sino

    Carmel, California, octubre de 1972, tercer piso del Holiday Inn. Antes de quel hiciera girar la llave, supe que el cuarto estara sembrado de gaviotas quevolaban por control remoto, construidas para una pelcula que habamosestado filmando en la playa. Algunos de esos modelos volaban en

    encantadoras acrobacias; otros daban tumbos en el aire y se estrellaban. Yohaba arrastrado las ruinas a mi cuarto para repararlas.Voy a buscar a Leslie dije Trata de ordenar un poco esto, quieres? A Leslie?Es... bueno, hay dos Leslie. Una es la mujer con la que viajaste en el

    ascensor, lamentando no saber cmo saludarla. La otra, tan hermosa, es lamisma, pero diecisiete aos despus: mi esposa.

    No puedo creerlo!Por qu no limpias un poquito el cuarto? suger . Enseguida

    volveremos.Encontr a Leslie en el vestbulo, a pocas puertas de distancia; de espaldas

    a m, conversaba con su yo ms joven. Al acercarme a ella, una camarerasali del cuarto vecino, rumbo al ascensor, empujando un carrito de cuatroruedas cargado de ropa sucia. Sin prestar atencin, empuj aquella cosapesada hacia mi esposa.

    Cuidado! grit.Demasiado tarde. Leslie gir ante mi grito, pero el carrito la golpe en el

    costado y sigui a travs de su cuerpo como si ella fuera de aire; la camarerapas caminando a travs de ella y salud a la ms joven con una sonrisa.

    Eh! dijo la joven Leslie, alarmada.Eh respondi la camarera, buen da. Corr hacia Leslie.Ests bien?Muy bien asegur ella. Creo que no me... Se volvi hacia la joven.

    Richard, quiero presentarte a Leslie Parrish. Leslie, te presento a mi esposo,

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    Richard Bach.Sonre ante lo formal de su presentacin.Hola salud a la joven. Me ves con claridad?Ella ri, con un chisporroteo en los ojos.Se supone que eres borroso? Ni espanto ni desconfianza. La joven Leslie

    pareca haber tomado todo eso por un sueo y estaba decidida a disfrutarlo.Quera saber, no ms dije. Despus de lo que pas con ese carrito, noestoy seguro de que formemos parte de este mundo. Apostara a que...

    Alargu la mano hacia la pared, sospechando que mis dedos pasaran atravs del yeso. As fue: la hund en el empapelado hasta la mueca. La jovenLeslie rea, encantada.

    Creo que aqu somos fantasmas dije.Por eso no morimos a la llegada, pens, al atravesar la pared del hotel.Con qu prontitud nos adaptamos a situaciones increbles! Un resbaln en

    el muelle y de inmediato sabemos que estamos sumergidos en agua: nosmovemos de otro modo, respiramos de otro modo; en medio segundo

    estamos adaptados, aunque no nos guste el chapuzn.Lo mismo ocurra con, eso. Estbamos sumergidos en nuestro propio

    pasado, sobresaltados por la cada, y nos manejbamos lo mejor posible enaquel lugar extrao. Y lo mejor era reunir a esos dos, salvarlos de perder losaos que nosotros habamos perdido antes de comprender que ramos almasgemelas.

    Resultaba extrao conversar con ella, como si volviramos a encontrarnospor primera vez. Qu extrao, pens. Es Leslie, pero no tengo nada vividocon ella!

    Quizs, en vez de estarnos aqu... Seal corredor abajo. Richard nos ha

    invitado a su cuarto. All podramos conversar un poco y aclarar las cosas, sincarritos que pasen a travs de nosotros.Ella ech un vistazo al espejo del vestbulo.No estaba preparada para que me presentaran a alguien dijo Estoy

    hecha un espantajo.Y se acomod unos largos mechones de pelo rubio bajo los bordes de la

    gorra.Mir a mi esposa; no pudimos menos que rer.Bien! dije. Esa fue nuestra ltima prueba. Si Leslie Parrish se mira al

    espejo y dice que luce bien, no es la verdadera Leslie Parrish.Encabec la marcha hasta la puerta de Richard y toqu sin pensar. Mis

    nudillos desaparecieron en la madera sin ruido alguno, por supuesto. Ser mejor que llames t dije a la joven Leslie.Ella lo hizo con un ritmo alegre, demostrando que sus toques no tenan slo

    sonido, sino tambin msica.La puerta se abri de inmediato. Richard sostena una gaviota de madera

    balsa de un metro de envergadura, por la punta de un ala. Hola dije. Richard, quiero presentarte a Leslie Parrish, tu futura esposa.

    Leslie, ste es Richard Bach, el que va a ser tu marido.El apoy la gaviota contra la pared y estrech formalmente la mano a la

    joven; su cara, al mirarla, era una mezcla curiosa de ansiedad y temor. Elchisporroteo divertido segua en los ojos que la joven Leslie levant hacia l,al estrecharle la mano con toda la gravedad posible.

    Muy feliz de conocerte dijo.

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    Y sta, Richard, es mi esposa, Leslie Parrish-Bach.Hola dijo l, saludando con la cabeza.Se estuvo quieto por un largo instante, paseando la mirada de una Leslie a

    la otra, de la otra a m, como si a su puerta hubiera llegado una banda debromistas en Noche de Brujas.

    Pasen invit, por fin La habitacin es un desastre...No menta. Si la haba ordenado, no se notaba. Aves de madera, mdulosde control remoto, bateras, lminas de madera balsa, porqueras en losantepechos de las ventanas y, por doquier, olor a pintura para modelos deaviones.

    Haba dispuesto cuatro vasos de agua en la mesa ratona, tres bolsitas decopos de maz y una lata de cacahuetes. Si nuestras manos pasan a travs delas paredes, pens, no creo que tengamos mucha suerte con los copos demaz.

    Para tranquilizarla, seorita Parrish comenz l, me cas una vez, perono pienso volver a hacerlo. No comprendo qu hacen aqu estas personas,

    pero le aseguro que no tengo la menor intencin de intentar ningnacercamiento...

    Oh, Dios dijo mi esposa, sotto voce, mirando el cielo raso El discursoanticonyugal.

    Por favor, wookie susurr. Es un buen tipo, pero est asustado. No le...Wookie? dijo la joven Leslie.Disculpa manifest. Es un apodo, tomado de una pelcula que vimos

    hace... har mucho tiempo.Empezaba a darme cuenta de que tenamos por delante una conversacin

    muy difcil.

    Ante todo, lo principal dijo mi esposa, organizando lo increble. Richard yyo no sabemos cmo hemos llegado aqu, por cunto tiempo vamos aquedarnos ni adnde iremos. Lo nico que sabemos es quines sois;conocemos vuestro pasado y vuestro futuro, al menos por los prximosdiecisiete aos.

    Os enamoraris dije. Ya estis enamorados, slo que no sabis quecada uno de vosotros es la persona que el otro amara si os conocierais. Enestos momentos pensis que no hay en el mundo nadie capaz decomprenderos o de amaros. Pero hay alguien, y aqu estis!

    La joven Leslie, sentada en el suelo, se reclin contra el sof y disimul unasonrisa, recogiendo las rodillas hasta el mentn.

    Tenemos algo que ver con este amor nuestro o es el destino indetenible? Buena pregunta reconoci Leslie. Permitidnos contaros lo querecordamos, lo que nos ocurri a nosotros. Hizo una pausa, desconcertadapor lo que iba a decir. Despus tendris que hacer lo que os parezcacorrecto.

    Lo que recordamos, pens. Recuerdo este lugar, recuerdo haber estado conLeslie en el ascensor, pero sin llegar a conocerla por muchos aos. Norecuerdo haberme reunido aqu con ninguna Leslie futura ni que algnRichard futuro me indicara ordenar mi habitacin.

    El joven Richard, sentado en una silla de escritorio, observaba a la jovenLeslie. Su belleza fsica era, para l, casi dolorosa. Las mujeres hermosas lotornaban tmido; ni siquiera sospechaba que ella era tan tmida como l.

    Cuando nos encontramos, las apariencias nos bloquearon; otras personas

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    impidieron que tratramos, siquiera, de conocernos dijo Leslie.Separados, cometimos errores que jams habramos cometido juntos

    agregu . Pero ahora que vosotros sabis... no os dais cuenta? No esnecesario que cometis errores!

    Cuando volvimos a encontrarnos, aos despus prosigui Leslie, slo

    nos qued recoger los pedazos, con la esperanza de poder an construir unavida bella como la que imaginbamos que habramos podido edificar aosantes. Si nos hubiramos encontrado antes, no tendramos que haber pasadopor toda esa recuperacin. Claro que nos habamos encontrado antes, en elascensor, como vosotros ahora. Pero no tuvimos el valor ni la sagacidadsuficientes... Mene la cabeza. No tenamos lo que nos haca falta para sa-ber qu podamos ser el uno para la otra.

    Por eso ros parece que cometis una locura al no caer ahora el uno enbrazos de la otra prosegu, al no agradecer a Dios por haberos encontrado ydedicaros a cambiar vuestras vidas para estar juntos.

    Nuestros yo jvenes se echaron una mutua mirada y apartaron los ojos con

    celeridad.Nosotros perdimos mucho tiempo cuando ramos vosotros dije.

    Malgastamos muchas oportunidades de alejarnos de los desastres y de huir.Desastres? repiti Richard.Desastres le confirm En este momento ests en medio de varios,

    aunque todava no lo sabes.T los superaste observ. Crees ser el nico capaz de resolver

    problemas? Tienes todas las respuestas?Por qu se pona tan a la defensiva? Me pase junto a la mesa, mirndolo.Tenemos algunas respuestas, pero lo importante a saber, para ti, es que

    ella tiene la mayor parte, y que t tambin tienes respuestas para ella.Juntos, no hay nada que pueda deteneros!Detenernos en qu sentido? dijo la joven Leslie, cautivada por lo intenso

    de mis sentimientos y sospechando, por fin, que quiz eso no fuera un sueo. En cuanto a vivir vuestro amor ms elevado explic mi esposa y

    alcanzar una vida en comn tan maravillosa que, separados, no podisimaginarla.

    Un regalo como el que les estbamos ofreciendo slo se recibe una vezcada jams. Cmo podan esos dos resistrsele? Con cunta frecuenciapodemos conversar con las personas que vamos a ser, con quienes conocentodos los errores que vamos a cometer? Ellos tenan la oportunidad que todo

    el mundo desea y nadie consigue.Mi esposa se sent en el suelo, junto a Leslie, la mayor de dos gemelas.En la intimidad de este cuarto, entre nosotros, necesitamos deciros: a

    pesar de todos vuestros errores, cada uno de vosotros es una personaextraordinaria. Os habis aferrado a vuestra nocin de lo correcto, a vuestratica interior, aun cuando ha sido difcil o peligroso, aunque otros os hayanconsiderado extraos. Pero lo mismo que os hace extraos tambin os asla.Os torna solitarios. Y tambin os hace perfectos el uno para la otra.

    Escuchaban con, tanta atencin que yo no pude interpretar susexpresiones.

    Ella tiene razn? les pregunt. Enviadnos al demonio si esto es unatontera. Si no es verdad, nos iremos. Tenemos nuestro propio problemita asolucionar...

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    No! dijeron ellos, a la par.Nos habis dicho una cosa, cuanto menos observ la joven Leslie: que

    viviremos diecisiete aos ms! Sin guerra, sin que acabe el mundo. Pero... talvez eso es una pregunta. Fuimos nosotros los que sobrevivimos por esetiempo o fuisteis vosotros?

    Acaso creis que nosotros sabemos lo que est pasando? dije. No! Nisiquiera sabemos si estamos vivos o muertos! Slo que de algn modo esposible, sin que caiga toda la maquinaria del universo, que nosotros, vuestrofuturo, nos reunamos con vosotros, nuestro pasado.

    Queremos pediros algo dijo Leslie.Su yo ms joven levant la vista: los mismos ojos bellos.Qu?Nosotros somos quienes os siguen, los que pagan por vuestros errores y se

    benefician con vuestros esfuerzos. Somos los que se enorgullecen devuestras mejores decisiones y se entristecen por las peores. Somos losmejores amigos que tenis, aparte de teneros el uno a la otra. Pase lo que

    pase, no nos olvidis, no nos restis valor!Sabis qu hemos aprendido? dije . El consuelo a breve plazo para los

    problemas a largo plazo no es lo que estis buscando. El camino fcil no es elcamino fcil. Me volv hacia mi yo menor. Sabes cuntas oportunidadesde ese tipo se te presentarn entre tu tiempo y el nuestro?

    Montones?Montones asent.Cmo se evitan las decisiones equivocadas? pregunt l. Tengo la

    sensacin de que ya he optado por el camino fcil un par de veces.Es de esperar dije . Las decisiones equivocadas son tan importantes

    como las correctas. A veces, ms importantes an. Pero no son muy cmodas observ.No, pero son... Vosotros sois nuestro nico futuro?La joven Leslie haba hablado sbitamente, interrumpindome con la

    importancia de su pregunta. Sin saber por qu, experiment un arrebato demiedo al orla.

    Sois vosotros nuestro nico pasado? respondi mi esposa.Por supuesto dijo Richard. No! Lo mir, atnito. Por supuesto que no! Por eso nosotros no

    recordamos haber conocido a nadie de nuestro futuro en el Holiday Inn de

    Carmel. No lo recordamos porque a nosotros no nos pas y a vosotros s.Las implicancias atravesaron como rayos lser a todos los presentes. Allestbamos nosotros, brindando a esos dos lo mejor que podamos, pero eranellos acaso slo uno de nuestros pasados, uno de los caminos que conducana quienes ramos? Por un momento, nosotros representamos para ellos laseguridad, puesto que confirmbamos la supervivencia. Pero era posible queno furamos su futuro inevitable? Habra acaso otras elecciones para ellos,giros diferentes de los que nosotros habamos tomado?

    No importa que seamos vuestro futuro o no dijo mi esposa . No volvisla espalda al amor...

    Se interrumpi en medio de la frase para mirarme, sobresaltada. Lahabitacin temblaba; un rumor sordo recorra el edificio.

    Un terremoto? dije.

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    No, no hay ningn terremoto dijo la joven Leslie . Yo no siento nada. Yt, Richard?

    El sacudi la cabeza.Nada.Para nosotros, todo el cuarto se estremeca en ondas de baja frecuencia,

    mas veloces a cada instante.Mi esposa se levant bruscamente, asustada. Haba sobrevivido a dosgrandes terremotos y no tena muchas ganas de enfrentarse al tercero. Letom la mano.

    Los mortales de esta habitacin no sienten ningn terremoto, wookie, y alos fantasmas no nos daa el yeso desprendido...

    Y entonces todo aquello se estremeci como el azul celeste en un batidorde pintura; las paredes se borronearon y el rugido se hizo ms potente queantes. Los nosotros ms jvenes quedaron confundidos por lo que estabaocurriendo con Leslie y conmigo. La nica cosa slida era mi esposa, a milado, resistiendo y gritando a aquellos dos:

    Seguid... juntos!Un momento despus, el cuarto de hotel desapareci con una sacudida,

    tragado por el rugir de motores y el torrente de agua. La llovizna vol haciaatrs, arrebatada del vidrio por el viento. All estbamos, en la cabina denuestro hidroavin una vez ms, con los instrumentos temblando en laslneas rojas, el mar poco profundo golpeteando secamente bajo nosotros, elAvemarina ya liviano sobre el casco, listo para volar.

    Leslie chill de alivio y dio una palmadita amorosa al vidrioantideslumbrante del hidroavin.

    Oh, Grun, cunto me alegro de verte!

    Atraje la palanca de mandos hacia m y, a los pocos segundos, nuestropequeo barco se desprenda del agua, dejando un velo de llovizna; aquellasintrincadas lneas en el fondo del mar se alejaron hacia abajo. Qu a salvonos sentamos otra vez en el aire!

    Fue el despegue de Grun! dije . Grun nos sac de Carmel. Perocmo supones que se oper el acelerador? Qu puso en marcha eldespegue?

    La respuesta lleg desde atrs, antes de que Leslie pudiera decir nada:Fui yo.Giramos al mismo tiempo, atontados por la sorpresa. De sbito, a noventa

    metros de altura por sobre un mundo que no conocamos, tenamos un

    pasajero a bordo.

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    De inmediato mi mano se prepar para impulsar hacia adelante la palanca

    de mandos, a fin de inmovilizar a la intrusa contra la parte alta de la cabina.No os asustis! dijo ella. Soy amiga! Y se ech a rer. De m es de

    quien menos debis temer.Mi mano se afloj un poquito. Leslie la mir con fijeza, diciendo: Quin...?Nuestra pasajera vesta blue jeans y una blusa a cuadros; su piel era oscura

    y tersa; los ojos, negros como la medianoche; el pelo, moreno con tintesazulados, le llegaba a los hombros.

    Me llamo Pye dijo . Soy a vosotros lo que vosotros sois a aquellos quedejasteis en Carmel. Se encogi de hombros, corrigindose : Por varios

    miles.Volv a poner el motor a velocidad de crucero y el ruido se perdi. Cmo hiciste...? pregunt Qu haces aqu? Se me ocurri que podais estar preocupados dijo. He venido a ayudar.Por qu dijiste "por varios miles"? inquiri Leslie . Eres yo venida del

    futuro?Ella asinti, inclinndose hacia adelante al hablar. Soy vosotros dos al mismo tiempo. Pero no del futuro, sino de... Enton

    una curiosa nota doble. ..un ahora alternativo.Me mona por saber cmo era posible que ella fuera nosotros dos al mismo

    tiempo y qu era un ahora alternativo, pero por sobre todo quera saber qu

    estaba pasando.Dnde estamos? le pregunt Sabes qu nos mat?Ella sonri, sacudiendo la cabeza.Qu los mat? Y por qu pensis que habis muerto?No s reconoc. Estbamos descendiendo hacia Los ngeles; de pronto

    se oy un fuerte zumbido y la ciudad desapareci. Eso es todo. Lo que eracivilizacin se evapora en medio segundo y nos encontramos solos, por sobrealgn ocano que no existe en el planeta Tierra. Y cuando aterrizamos somosfantasmas frente a nuestro propio pasado, frente a los que ramos cuandonos conocimos, y nadie puede vernos, aparte de ellos; la gente pasa a travsde nosotros con carritos. de ropa sucia y nuestros brazos atraviesan lasparedes... Me encog de hombros, desolado. Descontando eso, no se meocurre por qu pensamos que hemos muerto.

    Ella se ech a rer. Bueno, pues no habis muerto.Mi esposa y yo cambiamos una mirada; sentamos una oleada de alivio.En ese caso dnde estamos? pregunt Leslie. Qu nos pas? Esto no es tanto un lugar como un punto de perspectiva dijo Pye

    Probablemente, lo ocurrido se relaciona con la electrnica. Mir nuestrotablero de instrumentos con el ceo fruncido. All hay transmisores de muyalta frecuencia. Receptor lornico, transponedor, pulsos de radar... Pudo

    haber sido una interaccin. Rayos csmicos... Estudi los instrumentos ehizo una pausa. Hubo un gran destello dorado?

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    S!Interesante dijo ella, con una sonrisita. Las posibilidades de que ocurra

    algo as son de una en trillones. Se mostraba totalmente familiar, clida ysimptica. No contis con hacer este viaje con mucha frecuencia.

    Y volver tambin se da una vez en trillones? pregunt. Maana tenemos

    un congreso en Los ngeles. Llegaremos a tiempo?A tiempo? Se volvi hacia Leslie. Tienes hambre?No.Hacia m: Sed?No.Y por qu suponis que no hay hambre ni sed?Por la excitacin dije yo. Por la tensin nerviosa.Por el miedo! dijo Leslie.Tenis miedo? pregunt Pye.Leslie lo pens por un momento y le sonri. Ya no.

    Yo no poda decir lo mismo. El cambio no es mi deporte favorito. Pye sevolvi hacia m.

    Cunto combustible estis usando?El indicador an segua petrificado.Nada! exclam, comprendiendo sbitamente Grun no est

    consumiendo combustible. No consumimos combustible porque elcombustible, el hambre y la sed se relacionan con el tiempo y aqu no haytiempo.

    Pye asinti.La velocidad tambin est relacionada con el tiempo seal Leslie sin

    embargo, nos movemos. Os movis? Pye arque las cejas oscuras en una interrogacin dirigida am.

    A m no me mires ped. Nos movemos slo en conviccin? Nosmovemos slo en...?

    Pye me hizo un gesto de aliento que deca "tibio, tibio", como siestuviramos jugando a las adivinanzas.

    ...conciencia?Se toc la punta de la nariz, encendiendo una sonrisa brillante. Exacto! Tiempo es el nombre que se da al movimiento de la conciencia.

    Cada acontecimiento que pueda suceder en el espacio y en el tiempo sucede

    ahora, al unsono, simultneamente. No hay pasado, no hay futuro: slo elahora, aunque tengamos que usar un lenguaje basado en el tiempo parapoder entendernos. Es como... Busc una comparacin en la parte alta de lacabina. Es como la aritmtica. En cuanto uno aprende el sistema, sabe quetodos los problemas con nmeros ya estn resueltos. El principio de la aritm-tica ya sabe la raz cbica de seis, pero a uno puede llevarle lo que llamamostiempo, algunos segundos, descubrir cul ha sido siempre la solucin.

    La raz cbica de ocho es dos, pens; la raz cbica de uno es uno. La razcbica de seis? Algo entre uno y dos, tirando a ms... Uno coma ocho? Y sinduda alguna, mientras calculaba comprend que la respuesta haba estadoesperando desde antes de que yo me formulara la pregunta.

    Todos los acontecimientos? pregunt Leslie. Todo lo que puede ocurrirya ha ocurrido? No hay futuro?

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    las disciplinas que os fascinen dijo Pye Si os encantara la fotografa,vuestra metfora podra haberse basado en niveles de enfoque. El enfoquehace que un punto sea ntido y todo lo dems, borroso. Enfocamos una vida ypensamos que no hay otra cosa. Pero los otros aspectos, los borrosos, los quetomamos por sueos, deseos y pudo-haber-sidos, son tan reales como

    cualquiera. Nosotros elegimos el enfoque.Es por eso que nos fascina la fsica pregunt , la mecnica cuntica, laatemporalidad? Nada de eso es posible, pero todo eso es verdad? No hayvidas pasadas ni vidas futuras, pero desciendes a un punto, crees que semueve y has inventado el tiempo? Nos dejamos involucrar y creemos quesa es la nica vida existente? Es as, Pye?

    Bastante aproximado dijo ella.Entonces podemos seguir volando dijo Leslie, ms all del sitio donde

    dejamos a Richard y a Leslie jvenes, en Carmel, y aterrizar ms adelante,para averiguar si siguieron juntos o no. Podemos ver si aprovecharon esosaos que nosotros perdimos!

    Ya lo sabis dijo nuestra gua del alter-mundo.No! protest. Se nos arranc...Pye sonrea.Ellos tambin tienen alternativas. Un aspecto de ellos est asustado y

    huye de un futuro demasiado pleno de compromisos. Otro llega a la condicinde amigos, pero no de amantes; otro llega a la condicin de amantes, pero node amigos; otro se casa y se divorcia; otro decide que cada uno vea en el otroa su alma gemela, se casa y ama por siempre jams.

    En ese caso somos aqu como turistas! dije No construimos el paisaje;slo elegimos qu parte deseamos ver.

    Es una bonita manera de expresarlo dijo Pye.Bueno continu, supongo que uno vuela a una tajada del diseo,aterriza e impide que su madre conozca a su padre. Si no se conocen, cmopudo uno haber nacido?

    No, Richie intervino Leslie ; eso no nos impedira nacer. Nacimos en laparte del diseo donde ellos s se conocieron, y nada puede alterar esacircunstancia.

    No hay nada predeterminado? inquir. No hay destino?Claro que hay destino dijo Pye , pero el destino no te empuja adonde no

    quieres ir. T eres el que escoge. El destino depende de ti. Yo escogera volver a casa, Pye dije Cmo volvemos?

    Ella sonri. Volver a casa es tan fcil como bajar de un tronco. Vuestro esquema espsquico, pero el camino de regreso es espiritual. Orientaos por el amor... Seinterrumpi de sbito. Perdonad la conferencia. Querrais volver ya?

    Por favor.No! exclam Leslie. Hablaba dirigindose a Pye, pero me busc la mano:

    su modo de decir "escchame hasta el final". Si he comprendido bien, losque ramos, los que iban volando hacia Los ngeles, estn detenidos en eltiempo. Podemos volver a ellos cuando as lo deseemos.

    Por supuesto que podemos dije , pero un segundo despus viene elestallido del rayo csmico y aqu estamos otra vez!

    No dijo Pye En cuanto volvis cambia un milln de variables. Cualquierade ellas impedir que esto vuelva a ocurrir. Querrais volver?

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    No dijo Leslie, otra vez. Quiero aprender de esto, Richie, quierocomprender! Si slo tenemos una posibilidad en trillones y es sta, tenemosque quedarnos!

    Pye dije , si nos quedamos, podemos resultar heridos en algn otrotiempo, podemos lastimarnos a pesar de ser fantasmas?

    Podis elegir que as sea, si lo deseis dijo ella.Elegirlo?Me sonaba ominoso. Suelo tomarme las aventuras con calma. Volar en lo

    absolutamente desconocido no es aventura, sino demencia. Podamosquedar atrapados en ese esquema de conviccin y perder el mundo quetenamos? Y si nos separbamos y jams volvamos a reunirnos? Lasconvicciones pueden ser trampas feroces. Me volv hacia mi esposa, algonervioso.

    Creo que sera mejor volver, cielito.Oh, Richie, de veras quieres dejar pasar esta oportunidad? No es lo que

    siempre has ledo en los libros, la fascinacin de toda tu vida, las existencias

    simultneas, los futuros alternativos? Piensa en lo que aprenderamos. Novale la pena correr un poco de peligro?

    Suspir. El pasado de Leslie es todo elecciones valientes en busca de laverdad y los principios. Ella prefera quedarse, por supuesto. Y apelaba alexplorador que resida en las mrgenes de mi mente.

    Est bien, queridita dije, al fin.En el aire pendan, densos, los riesgos subestimados. Me sent como un

    aprendiz de piloto en el momento de despegar para practicar giros lentos sincinturn de seguridad.

    Pye, di, cuntos aspectos nuestros hay? pregunt.

    Ella se ech a rer y mir por la ventanilla hacia el diseo, all abajo.Cuntos puedes imaginar? No hay modo de contarlos.Todo ese esquema es nosotros? exclam Leslie, atnita. Hasta donde

    podemos ver, hasta donde podemos volar, el esquema es nuestras eleccio-nes?

    Pye asinti.An no hemos comenzado, pens, y ya es increble. Y todos los dems, Pye? Cuntas vidas puede haber en un solo

    universo?Me mir desconcertada, como si no comprendiera mi pregunta. Cuntas vidas en el universo, Richard? pregunt. Una.

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    Ests segura de que no hay mapas? pregunt.

    Pye sonri.No hay mapas.La lectura de cartas es una parte tan importante del vuelo..., pens.

    Ponemos un punto en nuestro papel: aqu estamos. Otro punto: aqudeseamos ir. Entre ellos, un torrente de ngulos, rumbos y distancias, de-rroteros y tiempos. Ahora, en un infinito pas que nunca habamos visto, labrjula no funcionaba y no tenamos mapas.

    Aqu la gua es la intuicin dijo Pye Un plano de vosotros sabe cuantose puede saber. Buscad ese plano, pedidle orientacin y confiad en que os lle-var adonde ms necesitis ir. Probad.

    Leslie cerr inmediatamente los ojos y se relaj a mi lado, haciendo loposible por seguir las instrucciones. El diseo se desplegaba all abajo,sereno; nuestra extraa pasajera guardaba silencio; mi esposa estaba quietadesde haca tanto tiempo que bien poda haber estado durmiendo.

    Gira a la derecha dijo Leslie por fin, suavemente.No me dijo si deba ser un viraje cerrado o abierto, no me indic los grados.Eleg hacerlo con suavidad; mov el timn y el anfibio se inclin

    graciosamente en el giro.Al cabo de un momento ella dijo:Ya est bien.Las alas se nivelaron.

    Desciende unos ciento cincuenta metros. Reduje la potencia y nosdeslizamos ms cerca de las olas.

    Esto no es tan extrao, pens. Los psquicos que tratan de recordar otrasvidas imaginan el camino por lo que les parece correcto, franqueando muros,atravesando puertas, hasta que llegan. Por qu considerar extrao liberar lamisma potencia para pilotear el Avemarina, dejando que busque a losnosotros alternativos que nuestro gua interior ms desea hacernos conocer?Y si no resulta, qu perdemos con intentarlo?

    Gira otra vez a la derecha dijo Leslie. De pronto, casi de inmediato :Recto. Y desciende otros ciento cincuenta metros.

    As estaremos apenas por encima del agua advert.Ella asinti con la cabeza, los ojos an cerrados: Preprate para aterrizar.En el diseo, all abajo, no se haban producido cambios: infinita

    complejidad, hasta donde alcanzaba la vista. Torbellino irisados,intersecciones y paralelas daban paso a desvos bruscos, curvas y abanicos;los tonos pastel, al plateado. Chisporroteando por sobre todo eso, el cristalinomar de ese mundo extrao.

    Me volv hacia Pye, pero ella, a manera de respuesta, mir un mudo "esperay vers".

    Giro a la derecha dijo Leslie. Casi hemos llegado. Un poquitito a laizquierda... Corta la energa y acuatiza!

    Cort el acelerador y la quilla toc las olas de inmediato. Leslie abri losojos ante el sonido del agua y observ, con tanta ansiedad como yo, el

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    mundo que se disolva en llovizna. El Avemarina desapareci, y Pye con l.Leslie y yo camos juntos por un ocaso dorado, junto a los rboles de unaribera y, despus, a lo largo de una vieja casa de piedra.

    Nos detuvimos en la sala, penumbrosa y gris, de techos bajos; un hogarcerrado con tablas en un rincn, ondulantes suelos de madera marcada, un

    cajn de naranjas a manera de mesa, un destartalado piano vertical contrauna pared. Hasta la luz de ese cuarto era gris.En una silla vieja, frente al piano, se sentaba una joven delgada. Su pelo era

    largo y rubio; sus ropas estaban radas. El estante de las partituras, frente aella, desbordaba pesados libros de Beethoven, Bach, Schumann. Tocaba dememoria una sonata de Beethoven, sonido glorioso a travs de eseinstrumento ruinoso.

    Leslie observaba todo, abrumada.Es mi casa susurr, la casa de Upper Black Eddy! Richie, sa soy yo!Mir con fijeza. Mi esposa me haba dicho que, de nia, no haba tenido

    mucho que comer, pero esa muchacha estaba al borde de la desnutricin. No

    era de extraar que Leslie rara vez recordara el pasado. Si el mo hubiera sidotan triste, yo tampoco recordara.

    La muchacha no repar en nosotros. Continu tocando como si estuviera enel cielo.

    Ante la puerta que comunicaba con la cocina apareci una mujer; se quedescuchando la msica en silencio, con un sobre abierto en la mano. Eramenuda y de facciones hermosas, pero estaba tan demacrada ydesharrapada como la muchachita.

    Mam! grit Leslie, con voz quebrada.La mujer no nos vio, no respondi. Esper en silencio hasta que ces la

    msica. Maravilloso, querida dijo la espalda de la muchacha, meneandotristemente la cabeza De veras. Estoy orgullosa de ti. Pero es algo sinfuturo!

    Mam, por favor... dijo la muchacha.Tienes que ser realista prosigui la madre. Los pianistas se venden por

    docena. Recuerda lo que te dijo el sacerdote: que su hermana nunca pudo ga-narse la vida con el piano. Y eso, despus de aos y aos de estudio!

    Oh, mam! La muchacha levant los brazos en un gesto deexasperacin. No vuelvas otra vez con lo de la hermana del sacerdote! Note das cuenta de que esa mujer es una pianista malsima, que no pudo

    ganarse la vida con el piano porque lo toca horriblemente mal?La madre pas eso por alto.Sabes cunto estudio necesitars? Sabes lo que cuestan esos estudios?La muchacha apret los dientes y mir hacia el frente, hacia sus partituras,

    asintiendo con aire sombro:S exactamente cunto cuestan. Ya tengo tres empleos, mam.

    Conseguir ese dinero.La mujer suspir. No te enfades conmigo, tesoro. Slo trato de ayudarte. No quiero que

    dejes pasar estas maravillosas oportunidades como yo lo hice y despus lolamentes por toda tu vida. Envi tu fotografa a Nueva York porque saba quepoda ser tu solucin. Y lo que importa es que has ganado! Te hanaceptado!

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    Puso el sobre en el atril del piano y agreg:Cuanto menos, chale un vistazo. Tienes la oportunidad de trabajar como

    modelo para una de las mayores agencias de Nueva York y de terminar conesta lucha sin fin... Trabajos de camarera, de fregona, matarte trabajando!

    No me mato trabajando!

    Mira cmo ests! Flaca como un esprrago. Crees que podrs seguir as,acumulando todas tus clases en dos das a la semana, yendo y viniendoporque no puedes permitirte pasar en Filadelfia ms de una noche a lasemana? No puedes. Tienes slo diecisiete aos y ests exhausta! Por quno entras en razones?

    La muchacha permaneca rgida y silenciosa. La madre la observaba,meneando la cabeza, desconcertada.

    A cualquier muchacha le encantara ser modelo. Y t quieres rechazar laoportunidad! Escucha, tesoro: ve y haz la prueba por un ao o dos y ahorratodo lo que puedas. Entonces podrs seguir con la msica, si an lo deseas.

    La chica alarg la mano para tomar el sobre y lo devolvi a su madre por

    sobre el hombro, sin mirar.No quiero ir a Nueva York dijo, tratando de dominar su enojo. No me

    importa haber ganado o no. No quiero ser modelo. Y. no me molesta luchar, sicon eso puedo hacer lo que me gusta.

    La madre le arrebat la carta, ya perdida la paciencia.No puedes pensar en otra cosa que no sea ese piano?No!La jovencita ahog cualquier dilogo con las manos, llenando la habitacin

    con los sonidos de las partituras que tena adelante; sus dedos eranmariposas en un segundo, acero al siguiente. Cmo puede tener tanta

    energa en brazos tan flacos?, me pregunt.La madre la contempl por un momento. Sac la carta del sobre, la dejabierta sobre el cajn de naranjas y sali por la puerta trasera. La chica siguitocando.

    Por lo que Leslie me haba contado, yo sabia que ofrecera un recital enFiladelfia al da siguiente. Se levantara a las cuatro de la maana para iniciarun viaje de ochenta kilmetros: seis horas a pie, en autobs, en trolebs.Asistirla a sus clases de secundaria durante todo el da; por la noche tocaraen su recital. Despus dormira en la estacin de autobuses hasta que se ini-ciaran las clases de la maana; de ese modo ahorraba el alquiler de un cuartopara comprar msica.

    Leslie se apart bruscamente de m para acercarse a la muchacha. Sedetuvo a su lado, pero ella la ignor. Yo contemplaba la msica, extraado. Era nueva. Eran las mismas

    partituras, ya amarillentas, que an honran nuestro piano.Por fin la jovencita se volvi hacia Leslie; una cara plida y adorable, de

    facciones parecidas a las de su madre y ojos azules que relampagueabanresentimiento.

    Si usted es de la agencia de modelos dijo, al borde del enojo , larespuesta es no. Gracias, pero no. Leslie mene la cabeza.

    No vengo en nombre de Conover dijo. La muchacha la mir por un largoinstante; despus se levant, boquiabierta, atnita.

    Usted... Usted se parece a m! exclam . Usted es yo! Cierto?Mi esposa asinti.

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    La jovencita la miraba. Pero es adulta!Rodeada por su pobreza y sus sueos, contempl su futuro, observ en

    silencio a mi esposa; por fin se quebr su ptrea muralla de decisin. Volvi acaer en la silla y escondi el rostro entre las manos.

    Aydame! llor Por favor, aydame!

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    Mi esposa se arrodill junto a la jovencita que haba sido, mirndola.

    Todo est bien le dijo, tranquilizadora Todo saldr bien. Tienes muchasuerte! De veras!

    La muchacha se incorpor para mirarla con incredulidad, mientras seenjugaba las lgrimas con las manos.

    Suerte? Esto te parece suerte? Casi rea de esperanza a travs de lossurcos dejados por las lgrimas.

    Suerte, don, privilegio. Has averiguado qu te gusta! Muy pocas personasde tu edad lo han averiguado. Algunos no llegan jams a saberlo. T ya losabes.

    La msica.

    Mi esposa asinti, mientras se ponla de pie.Ests tan bien dotada... Eres inteligente y talentosa, amas la msica ytienes tanta voluntad como el mejor. Nada puede detenerte!

    Por qu tengo que ser tan pobre? Si al menos...Este piano est... escucha! Toc el teclado cuatro veces, ocho notas en

    veloces octavas. Hasta yo me di cuenta de que adentro haba cuerdas rotas. El sol; sostenido y el re no suenan. Ni siquiera tenemos dinero: para afinarlo...Descarg el puo contra las teclas amarillas. Por qu?

    Para que puedas demostrar que la voluntad, el amor y el esfuerzo puedenarrancarte de la pobreza y la desesperacin. Y tal vez algn da conozcas aalguna,, otra muchachita que viva en la pobreza. Entonces, cuando ella te

    diga: "Oh, a ti te resulta todo fcil porque eres una pianista famosa, eres rica;pero yo no tengo para comer y slo cuento con esta ruina para practicar",entonces t podrs transmitirle este poquito de experiencia y ayudarla aresistir.

    La muchacha qued pensativa.Estoy gimoteando y no s por qu dijo Detesto los gimoteos!Ante m puedes quejarte dijo Leslie. Podr resistir? Triunfar? pregunt la jovencita.La decisin es tuya, ms de lo que supones. Leslie me ech una mirada.

    Si jams abandonas lo que te interesa, si te interesa tanto que estsdispuesta a luchar as para tenerlo, te prometo que tu vida estar llena dexitos. Ser una vida difcil, porque la excelencia no es fcil, pero buena.

    Podra tener una vida fcil y mala?Esa tambin es una decisin. Y una vida fcil y feliz? Chisporroteaba la travesura.Las dos mujeres se echaron a rer. Es posible dijo Leslie . Pero t no escogeras una vida fcil, verdad?La muchacha la mir con aire de aprobacin.Quiero hacer lo mismo que hiciste t. No dijo Leslie, con una sonrisa triste. Sigue tu propio curso, escoge tu

    propio camino.

    Eres feliz? S!

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    Entonces quiero hacer lo que t hiciste. Leslie estudi a la muchacha porun momento y, decidida a confesarle lo peor, prosigui:

    No creo que quieras eso. He pasado por momentos tan terribles que ya noquera vivir. Muchas veces. Hasta trat de ponerle fin...

    La muchacha contuvo el aliento.

    Yo tambin!LO s dijo Leslie. S lo difcil que es la vida para ti.Pero t triunfaste. Cmo?Leslie apart la cara, avergonzada de decrselo.Acept el empleo de Conover. Abandon el piano.La muchacha qued aturdida; aquello le pareca increble.Cmo pudiste? Y... y el amor, la voluntad? Leslie volvi a mirarla.S lo que haces en Filadelfia: duermes en la estacin de autobuses y

    gastas el dinero del alojamiento y de la comida en comprar partituras. Mamse desmayara si se enterara. Vives al borde del desastre.

    La chica asinti.

    Yo era igual dijo mi esposa. Pero me qued sin uno de los empleos y nopude seguir, ni aun pasando hambre. Estaba desesperada y furiosa, pero tuveque aceptarlo: mam tena razn. Me promet que ira a Nueva York por sloun ao; trabajara da y noche, ahorrara hasta el ltimo centavo y ganara losuficiente para mantenerme hasta recibir el diploma.

    La frase acab en melanclicos recuerdos. Pero no ganaste nada?No. Gan mucho. El xito, en un principio, me cay encima como un

    aguacero: trabajos de modelo y despus la televisin. Al cabo de un aoestaba en Hollywood, contratada por la Twentieth Century-Fox, trabajando en

    cine. Pero tena xito en un trabajo que no me gustaba. Nunca meconsideraba lo bastante buena ni lo bastante bonita; siempre me senta fuerade lugar entre la gente hermosa. Como poda ayudar a la familia, no mepareca correcto renunciar para volver a la msica. Pero tampoco escogseguir en el cine; simplemente me qued: una decisin por abandono.

    Hizo una pausa, recordando.No pona el corazn en eso, comprendes? Por eso slo me permita un

    xito limitado. Cada vez que las cosas amenazaban con ir ms all, yorechazaba la mayor parte, hua o me enfermaba; haca algo para arruinarlo.Nunca tom claramente la decisin de triunfar de verdad.

    Guardaron silencio por un momento, pensativas ambas.

    Y cmo quejarme de las cosas buenas que me estaban pasando? Nopoda decir nada a nadie. Me senta sola. Leslie suspir. Y bien. Cuandoabandon la msica obtuve tanto xito como pude tolerar. Tuve aventuras,desafos, entusiasmo, un tremendo aprendizaje...

    No parece tan malo... coment la jovencita. Mi esposa asinti. Lo s. Por eso resultaba tan difcil comprender, tan difcil dejarlo. Pero

    aos despus me di cuenta de que, al abandonar la msica, abandon mioportunidad de llevar una vida apacible y gozosa, haciendo lo que realmenteme gustaba. La abandon por largo tiempo, cuanto menos.

    Yo escuchaba, sorprendido. Apenas comenzaba a comprender lo queaquello deba de haber sido, lo que mi esposa haba descartado al pasar de lamsica al hielo de su carrera cinematogrfica.

    La muchacha pareca totalmente confundida.

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    Bueno, eso fue cierto en tu caso, pero sera cierto en el mo? Qudebera hacer yo?

    T eres la nica en el mundo que puede responder a esa pregunta.Averigua qu quieres en realidad y hazlo. No te pases veinte aos viviendopor abandono, si puedes decidir ahora mismo seguir la direccin de tu amor.

    Qu es lo que quieres, en realidad?Ella lo supo de inmediato.Quiero aprender. Quiero ser excelente en lo mo dijo Quiero dar algo

    bello al mundo.Lo hars. Qu ms?Quiero ser feliz. No quiero ser pobre.S. Qu ms?La muchacha iba entusiasmndose con el juego.Quiero creer que hay un motivo que da sentido al vivir, un principio que

    me ayude a pasar los malos ratos y tambin los buenos. No es la religin,porque ya lo he intentado, de veras, y en vez de darme respuestas slo me

    dicen: "Ten fe, hija ma".Leslie frunci el ceo al recordar. La joven prosigui, sbitamente

    intimidada: Quiero creer que en el mundo hay alguien tan solo como yo. Quiero creer

    que vamos a encontrarnos y... a amarnos, y que nunca volveremos a estarsolos.

    Escucha dijo mi esposa: todo cuanto has dicho, todo cuanto quierescreer ya es cierto. Quiz tardes algn tiempo en encontrar algunas de esascosas; otras tardarn mucho ms. Pero eso no quita que sean verdad en estemismo instante.

    Tambin ese alguien a quien amar? Hay realmente alguien para m? Eltambin existe?Se llama Richard. Quieres conocerlo?Conocerlo ahora? exclam ella, con los ojos maravillados.Mi esposa alarg una mano hacia m. Sal de tras la muchacha, feliz de que

    ese aspecto de alguien tan querido quisiera conocerme.Ella me mir sin decir palabra.Hola dije, yo tambin algo abrumado. Qu extrao, mirar aquella cara,

    tan diferente de la mujer que yo amaba, tan la misma cosa!Pareces... demasiado... muy adulto para m.Por fin haba hallado una

    forma diplomtica de decir viejo

    Por la poca en que vas a conocerme te encantarn los hombres mayores le asegur.A m no me encantan los hombres mayores! protest mi esposa,

    echndome los brazos a la cintura Me encanta este hombre mayor.La muchacha nos observaba. Puedo preguntar... si vosotros sois realmente felices como pareja? Lo

    dijo como si le costara creerlo. Ms felices de lo que puedas imaginar le dije. Cundo te conocer?

    Dnde? En el conservatorio?Deba decirle la verdad? Qu an pasara por otros veinticinco aos, un

    matrimonio fracasado, otros hombres? Que faltaban una vida y media apartir del momento en que estaba, junto a su maltrecho piano, para que nosconociramos?

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    Mir la pregunta a mi esposa.Pasar bastante tiempo dijo ella, con suavidad.Oh...Pasar bastante tiempo pareca haberla hecho sentir ms sola que nunca.

    Se volvi hacia m.

    Y t, qu decidiste ser? pregunt. T tambin eres pianista? No dije. Soy piloto de aviones.Ella mir a Leslie, desilusionada. ...pero estoy aprendiendo a tocar la flauta.Me di cuenta de que no le impresionaban los flautistas aficionados. Lo dej

    pasar, decidida a descubrir mi aspecto ms interesante, y se inclin hacia m,muy seria.

    Qu puedes ensearme? pregunt. Qu sabes?S que todos estamos en la escuela dije. Y tenemos algunos cursos

    obligatorios: Sobrevivencia, Alimentacin y Techo enumer con intencin.Ella sonri con aire culpable, comprendiendo que yo haba odo de sus

    secretos para ahorrar dinero. Sabes qu otra cosa s? Qu?Que ni las discusiones, ni los hechos ni los argumentos te harn cambiar

    de idea. A nosotros nos es fcil ver la solucin de tus problemas; todoproblema es fcil cuando ya lo has solucionado. Pero ni siquiera tu propio yofuturo, materializado de la nada frente a ti para decirte, palabra por palabra,lo que te pasar en los prximos treinta y cinco aos, podr hacerte cambiarde idea. Lo nico que te har cambiar es tu propia comprensin individual,personal.

    Quieres que aprenda eso de ti? La muchacha ri. Toda mi familia me

    cree terca y extraa. Te odiaran si escucharan cmo me alientas:Por qu crees que hemos venido a verte? pregunt Leslie.Porque pensasteis que me matara? sugiri la jovencita. Por que a ti te

    habra gustado que algn yo futuro se hubiera presentado ante ti a esta edadpara decirte: "No te preocupes, sobrevivirs"? No es as?

    Leslie asinti.Prometo sobrevivir dijo la muchacha. Ms an, prometo que te alegrars

    de que yo viva; prometo que te sentirs orgullosa de m.Ya lo estoy asegur LeslieLos dos estamos orgullosos de ti! Mi vida

    estaba en tus manos y no me dejaste morir; no abandonaste, pese a que a tualrededor todo era desesperacin. Tal vez no hemos venido a salvarte; tal vez

    vinimos para agradecerte que abrieras el camino, que posibilitaras elencuentro entre Richard y yo, para que pudiramos ser felices. Tal vezvinimos a decirte que te amamos.

    El mundo empez a estremecerse a nuestro alrededor. El triste escenario seborrone. Se nos estaba arrancando de all.

    Ella, al comprender que nos bamos, se enjug las lgrimas de los ojos.Volver a veros?Eso esperamos... dijo Leslie, tambin entre lgrimas.Gracias por venir! grit an. Gracias!Debemos de haber desaparecido para ella, pues a travs de la niebla la

    vimos reclinarse contra el piano, con la cabeza gacha por un momento. Luegose sent en la vieja silla y sus dedos comenzaron a moverse sobre el teclado.

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    El severo cuarto desapareci en llovizna arremolinada y el motor rugi all

    arriba.Pye apart la mano del acelerador y se acomod en el asiento trasero para

    observarnos, clido apoyo.Llevaba una vida tan dura! coment Leslie, secndose las lgrimas.

    Estaba tan sola! Es justo que nosotros recibamos las recompensas de suvalor y sus esfuerzos?

    Recuerda que ella escogi esa vida dijo Pye Tambin escogi lasrecompensas.

    Qu recompensas? pregunt Leslie. Acaso no es ahora parte de ti?

    Por supuesto, me dije. Su amor por la msica, su mente empecinada yfirme, hasta su cuerpo, pulido y modelado por aos de decisiones, noestaban con nosotros en ese mismo instante, mientras volbamos?

    Supongo que s dijo Leslie. Pero me gustara saber qu le pas despus.Le pas de todo dijo Pye Sigui con su msica y la abandon, fue a

    Nueva York y no fue, es una famosa concertista de piano, se suicid, esprofesora de matemticas, es una estrella de cine, es activista poltica, esembajadora ante Argentina. A cada giro que tomas en tu vida, con cadadecisin que tomas, te conviertes en madre de todos tus yos alternativos. Teres slo una de sus hijas.

    Nivel el hidroavin a unos cien metros por sobre el agua y llev el

    acelerador hacia atrs, hasta lograr potencia de crucero. No hay necesidad dealtitud cuando el mundo entero es apto para aterrizar.

    All abajo seguan pasando los diseos, infinitos senderos y colores bajo elagua.

    Complicado, no? dije.Es como un tapiz observ Pye. Hebra por hebra, es simple. Trata de tejer

    por metro y se enreda un poco. No echas de menos a tus yos anteriores? pregunt a nuestra gua. No

    nos extraas a nosotros?Ella sonri.Cmo extraaros, si nunca estamos separados? Aunque no vivo en el

    espacio-tiempo, estoy siempre con vosotros.Pero Pye observ, t tienes cuerpo. Quiz no sea igual al nuestro, pero

    tiene cierto tamao, cierto aspecto.No, no tengo cuerpo. Percibes mi presencia y escoges percibirla como

    cuerpo. Podras haber elegido entre un amplio espectro de otraspercepciones, todas ellas tiles, ninguna cierta.

    Leslie se volvi a mirarla.Cul es la percepcin ms elevada que podramos haber escogido?Yo tambin me volv. Y vi una estrella blanquiazulada de luz pura, un arco

    de carbono en la cabina. El mundo se volvi incandescente.

    Nos apartamos con brusquedad. Cerr los ojos con fuerza, pero eseesplendor segua rugiendo. Por fin el fuego desapareci. Pye nos toc en el

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    hombro y volvimos a ver.Lo siento dijo. Qu desconsiderada he sido! No podis verme tal como

    soy; no podis tocarme tal como soy. No podemos hablar en palabras y decirtoda la verdad, porque el lenguaje no puede describir... Cuando digo yo y noexpreso nosotros-vosotros-todo-espritu-Uno, estoy diciendo una mentira;

    pero no hablar con palabras es perder esta oportunidad de conversar. Msvale una mentira bien intencionada que el silencio, o que la falta de todaconversacin.

    Mis ojos an estaban en llamas por aquella luz. Dios mo, Pye, cundoaprenderemos a hacer eso?

    Ella se ech a rer.Ya lo sabis. Lo que debis aprender, en el espacio-tiempo, es a mantener

    vuestras luces apagadas.Qued ms intrigado que nunca; me pona nervioso necesitar de esa

    persona. Por muy amable que pareciera, era ella quien manejaba nuestravida.

    Pye, cuando queramos volver de esos yos alternativos en los queaterrizamos, cmo debemos hacer para que el avin nos lleve?

    No necesitis el avin, en absoluto. Ni tampoco el diseo. Los formis convuestra imaginacin y hacis con ellos lo que os place. Y tal como loimaginis, as parece ser vuestro mundo.

    Imagino que pongo la mano en el acelerador? Cmo puedo poner lamano en el acelerador si estoy en otro mundo? Cmo puedo estar en doslugares al mismo tiempo? Si t no nos hubieras sacado de all, estaramosatrapados en 1952!

    No estis en dos lugares al mismo tiempo, sino en todas partes al mismo

    tiempo. Y sois vosotros los que gobernis vuestros mundos, no a la inversa.Os gustara probar otra vez?Leslie me toc la rodilla y tom los mandos.Prueba, queridito dijo Dime hacia dnde ir.Me arrellan en el asiento, con los ojos cerrados.Recto hacia adelante dije; me senta tonto. Con la misma facilidad habra

    podido decir: "Recto hacia arriba".El motor nos acun por un rato. De pronto, aunque no vea nada, percib

    una sbita sensacin de voluntad en lo oscuro.Gira a la derecha dije . Bien a la derecha.Sent que el avin se inclinaba al girar. Entonces vi lneas luminosas: una

    fina hebra de niebla extendida verticalmente; otra horizontal. Estbamos a laizquierda del punto donde se cruzaban, cerca del centro. Est bien. Recto.La cruz baj un poco ms y empez a centrarse.Empieza a descender. Un poquito a la izquierda...Ahora la imagen mental era tan clara como las agujas de un instrumento

    para el aterrizaje e igualmente exacta. Qu real parece nuestra imaginacin!Abajo un poquito dije. Estamos en trayectoria de planeo, en lnea central.

    Un poquito ms a la izquierda. Deberamos de estar a punto de tocar agua,no?

    Uno o dos metros ms dijo Leslie.Bien. Ahora, cierra la potencia dije.O que las olas rozaban la quilla de nuestro barco volador; al abrir los ojos vi

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    que el mundo desapareca, envuelto en llovizna. Despus todo se convirti ennegrura mvil, en difusas formas plateadas que se estremecan en laoscuridad. Por fin nos detuvimos.

    Estbamos de pie en una ancha explanada de cemento... Una base area!Luces azules para pistas de circulacin en los bordes, pistas a la distancia,

    aviones de combate a chorro en tierra, plata bajo el claro de luna.Dnde estamos? susurr Leslie.Los aviones de combate, de los que haba filas y ms filas, eran Sabrejets F-

    86F norteamericanos. De inmediato adivin dnde estbamos.En la base Williams de la Fuerza Area, en Arizona. Escuela para pilotos de

    combate. Es 1957 murmur Yo sola caminar por aqu a la noche, slopara estar con los aviones.

    Por qu hablamos en susurros? pregunt ella.En ese momento apareci un jeep de la Polica Area por el extremo de una

    pista; vena patrullando y avanz hacia nosotros. Aminor la marcha, giralrededor de un avin aparcado a nuestra derecha y se detuvo.

    Aunque no podamos ver al polica, s omos su voz.Disculpe, seor dijo, podra mostrarme su documento de identidad?Respondi una voz baja, con unas cuantas slabas que no captamos.Est hablando conmigo dije a Leslie. Recuerdo esto.Por cierto, seor. La voz del polica. Slo es una verificacin. No hay

    problema.Un momento despus, el jeep retrocedi para esquivar el ala; su conductor

    puso la primera, apret el acelerador y vir alrededor del avin. Si nos vio, nodio seales de que as fuera. Antes de que pudiramos hacernos a un lado,los fanales delanteros eran soles deslumbrantes que estallaban hacia

    nosotros.CUIDADO! grit, demasiado tarde.Leslie lanz un alarido.El jeep sigui en lnea recta hacia nosotros, pas a travs de nuestros

    cuerpos sin pensarlo dos veces y continu su marcha, siempre acelerando.Oh dije Disculpa. Me haba olvidado.Cuesta acostumbrarse! reconoci ella, sin aliento.Ante el morro del avin apareci una silueta. Quin anda por all? Estis bien?Usaba un traje de piloto de nylon oscuro y una chaqueta; lo mismo era un

    difuso fantasma a la luz de la luna. En la chaqueta, bordadas en blanco, las

    alas de piloto y las barras amarillas de teniente segundo.Ve t susurr Leslie Estar esperndote all.Asent y le di un abrazo.Estoy bien dije. Autorizacin para reunirme con usted?Sonre ante mi propia expresin; despus de tantos aos, volva a hablar

    como los cadetes.Quin es? Por qu tena que hacer preguntas difciles?Teniente segundo Bach, Richard D., seor respond. A-O-tres-cero-ocho-

    cero-siete-siete-cuatro, seor.Eres t, Mize? Ri entre dientes. Qu haces por aqu, payaso?Phil Mizenhalter, me dije. Qu gran tipo. Dentro de diez aos habr muerto,

    derribado en Vietnam con su F-105.No soy Mize respond Soy Richard Bach.

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    T venido del futuro, de treinta aos a partir de ahora. El forz la vista en laoscuridad.

    Quin dices que eres?Si insistimos con esto, pens, tendremos que acostumbrarnos a esa

    pregunta.

    Soy usted, teniente. Usted mismo, con un poco ms de experiencia. Soy elque cometi todos los errores que usted va a cometer y se las compuso parasobrevivir.

    El se acerc un poco ms para inspeccionarme en la oscuridad. Anpensaba que todo eso era una broma.

    Voy a cometer errores? dijo, con una sonrisa. Cuesta creerlo.Podramos llamarlos experiencias inesperadas de aprendizaje.Creo que puedo manejarme con ellos dijo.Ya has cometido el peor insist unirte a los militares. Lo inteligente

    seria renunciar ahora. No, lo inteligente no: sera lo sabio. Jo! exclam. Acabo de graduarme como piloto! An me cuesta creer

    que soy un piloto de la Fuerza Area y t me dices que renuncie. Qu bien.Qu ms sabes?

    Si pensaba que eso era un juego, estaba dispuesto a jugar.Bueno dije, en el pasado que yo recuerdo, crea estar usando a la Fuerza

    Area para aprender a volar. En realidad, la Fuerza Area me estaba usandoa m y yo no lo saba.

    Pero yo s lo s! exclam Ocurre que amo a mi pas. Y si hay quecombatir para mantenerlo libre, quiero participar.

    Te acuerdas del teniente Wyeth? Hblame del teniente Wyeth.Me mir de soslayo, intranquilo.

    Se llamaba Wyatt corrigi Instructor en adiestramiento previo al vuelo.No s qu le pas en Corea, pero se volvi un poquito loco. Se plant frente anuestra clase y escribi en la pizarra, en letras bien grandes: ASESINOS!Despus gir en redondo, con cara de muerte sonriente, y dijo: "Esos sonustedes!" Se llamaba Wyatt.

    Sabes qu vas a descubrir en tu futuro, Richard? dije. Vas a descubrirque el teniente Wyatt era la persona ms cuerda de cuantas conocers en laFuerza Area.

    El sacudi la cabeza.Fjate dijo : de vez en cuando imagino cmo sera conocerte, hablar con

    el hombre que voy a ser dentro de treinta aos. T no eres como l. En abso-

    luto! El estar orgulloso de m! Yo tambin estoy orgulloso de ti dije, pero por motivos diferentes de losque imaginas. Estoy orgulloso porque s que ests poniendo lo mejor de ti.Pero no me enorgullezco de que lo mejor de ti se ofrezca para matar gente,para asolar aldeas atacndolas desde aviones, a ametralladora, cohetes y na-palm, aldeas llenas de nios y mujeres aterrorizados.

    Ni hablar de eso! dijo. Yo voy a estar en la defensa!No dije una palabra.Bueno, lo que me gustara hacer es dedicarme a la defensa area. Me

    limit a mirarlo en la oscuridad. Caramba, quiero servir a mi pas y har cualquier cosa que...Podras servir a tu pas de diez mil maneras diferentes le asegur.

    Vamos, di, por qu ests aqu? Lo sabes siquiera? Eres tan franco contigo

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    mismo?Vacil.Quiero volar.Antes de enrolarte en la Fuerza Area sabas volar. Podras haber piloteado

    Piper Cubs y Cessnas.

    No son lo bastante... rpidos. No son como los que figuran en las propagandas, verdad? Los Cessnasno son como los aviones de las pelculas.

    Silencio. Luego:No.Bueno, por qu ests aqu?Porque hay algo en el alto desempeo... Se contuvo, ya tan sincero como

    le era posible. Hay algo en los aviones de combate. Hay una gloria que nose encuentra en otro sitio.

    Hblame de esa gloria.La gloria proviene de un... dominio de la cosa. Al pilotear este avin dijo,

    dando una palmadita amorosa al ala, no estoy chapoteando en el barro, noestoy atado a escritorios, ni a edificios ni a nada en mundo. Puedo volar a unavelocidad superior a la del sonido, a doce mil metros de altura, dondeprcticamente no ha estado nunca otro ser viviente. Algo en m sabe que nosomos seres del suelo, me dice que no tenemos lmites, y como ms logroacercarme a vivir lo que s cierto es piloteando uno de stos. Da la causali-dad de que es un avin de combate.

    Por supuesto. Por eso haba deseado yo la velocidad, el deslumbramiento,el rayo. Nunca lo haba dicho con palabras, nunca lo haba expresado en mispensamientos. Me limitaba a sentirlo.

    Detesto que cuelguen bombas a los aviones continu l pero no puedoevitarlo. De lo contrario no habra aparatos como ste.Sin ti, pens, la guerra morira. Mov la mano hacia el Sabre. Hasta el da de

    hoy sigo considerndolo como el avin ms hermoso de cuantos se han cons-truido.

    Hermoso dije. Carnada. Carnada?Los aviones de combate son carnada. El pez eres t.Y cul es el anzuelo?El anzuelo te matar cuando lo descubras dije. El anzuelo es que t,

    Richard Bach, ser humano, eres personalmente responsable por cada hom-

    bre, mujer y nio que mates con esta cosa.Un momento! Yo no soy responsable. No tengo nada que ver endecisiones como sa. Obedezco rdenes...

    La guerra no es excusa, la Fuerza Area no es excusa, las rdenes no sonexcusas. Cada asesinato te perseguir hasta tu muerte; todas las nochesdespertars gritando y volvers a matar a cada uno, otra vez, otra vez ms.

    Se puso tieso.Mira, sin la Fuerza Area, si nos atacan... Estoy aqu para proteger nuestra

    libertad!Dijiste que estabas aqu porque deseabas volar y por la gloria.Al volar protejo a mi pas...Eso es lo que dicen tambin los otros, palabra por palabra. Los soldados

    rusos, los soldados chinos, los soldados rabes, los soldados puntos

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    diferente?Mi queridsimo Richard dijo, en ese futuro en que bombardears Kiev y

    tu amigo, el piloto ruso, bombardear Los ngeles? El estudio de la TwentiethCentury-Fox, donde yo estar trabajando, est a menos de un kilmetro ymedio con respecto al punto de detonacin. Un segundo despus de que

    caiga la primera bomba, yo habr muerto.Se volvi hacia m, con un destello de terror en los ojos, perdida la finalidadde nuestra vida en pareja. Ese otro yo gritaba: "Hay algunos futuros enque...! Las almas gemelas no siempre se encuentran!"

    Estuve a su lado de inmediato, rodendola con un brazo, abrazndola hastaque el terror pas.

    No podemos alterar eso le dije.Ella asinti, desaparecida la angustia; lo saba antes que yo.Tienes razn dijo con tristeza. Y se volvi hacia el teniente No nos toca

    a nosotros elegir, sino a ti.Lo mejor que podamos decir estaba dicho. Lo mejor que sabamos, tambin

    l lo saba.En algn punto de nuestro futuro simultneo, Leslie hizo lo que Pye nos

    haba indicado. Era tiempo de partir; cerrando los ojos, imaginando el mundodel diseo, impuls hacia adelante el acelerador del Ave-marina.

    El cielo nocturno, los aviones de combate, la base area se estremecieron anuestro alrededor. El teniente tambin, diciendo: "Esperad...!"

    Y desapareci.Buen Dios, pens. Mujeres, nios y hombres, amantes y panaderos,

    actrices, msicos, comediantes, mdicos y bibliotecarios, el teniente losmatara a todos sin misericordia cuando algn presidente as se lo ordenara.

    Cachorritos, pjaros, rboles, flores y fuentes, libros, museos y cuadros;quemara viva a su propia alma gemela y nada de cuanto dijramos podraimpedirlo. El es yo y no puedo impedrselo!

    Leslie, que me lea la mente, me tom de la mano. Escucha, Richard, querido. Tal vez no pudimos impedrselo dijo Pero

    tal vez s.

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    Leslie mantuvo el acelerador hacia adelante y llev el Avemarina rumbo al

    cielo. A treinta metros por encima del diseo volvi a velocidad de crucero ynivel el aparato.

    Aunque volbamos a travs de un cielo luminoso y por sobre el aguabrillante, la desesperacin penda oscura y densa en la cabina, junto con laestupefaccin por el hecho de que seres humanos inteligentes se dejaranarrastrar a la guerra. Era como si la idea nos resultara nueva, flamante;nuestra sombra aceptacin de esa posibilidad en la vida diaria se habahecho aicos con una nueva mirada a la demencia que eso representaba.

    Pye dije, por fin, de todos los sitios en que pudimos descender, en undiseo que se extiende hasta el infinito, por qu elegimos estos pasados?

    Por qu Leslie ante el piano y Richard junto a su avin de combate?No lo adivinis? pregunt ella, reflejndonos la pregunta a ambos.Estudi uno y otro hecho. Qu tenan en comn?Los dos eran jvenes y estaban perdidos?Por perspectiva? sugiri Leslie. Ambos haban llegado al momento en

    que necesitaban recordar el poder de las elecciones...Pye asinti.Los dos estis en lo cierto.Y la finalidad de este viaje dije, es aprender perspectiva?No respondi, no hubo finalidad. Casteis aqu por casualidad.Oh, Pye! protest.

    No crees en las casualidades? Entonces debes creer que t eresresponsable, que t fijaste rumbo hasta ese lugar.

    Bueno, no era yo el que fijaba rumbos... dije. Las palabras se asentaronen m. Me volv a mirar a Leslie.

    Era motivo de bromas entre los dos: Leslie, que no tiene sentido deorientacin en tierra, se orienta mejor que yo cuando estamos en el aire.

    La navegante soy yo aclar ella, sonriendo.Cree estar bromeando dijo Pye , pero t no habras podido llegar sin su

    ayuda, Richard. Lo sabas?S respond A m me fascinan las percepciones extrasensoriales, los

    viajes astrales y las experiencias prximas a la muerte. Yo leo los libros, losestudio pgina a pgina hasta bien entrada la noche. Leslie rara vez loshojea, pero lee la mente, ve nuestro futuro...

    No es cierto, Richard! Soy escptica y bien lo sabes! Siempre he sidoescptica con respecto a tus alter-mundos...

    Siempre? observ Pye.Bueno... he descubierto que a veces l tiene razn confes Leslie

    Aparece con alguna idea descabellada y a la maana siguiente, al aosiguiente, la ciencia descubre lo mismo. As he aprendido a tratar con ciertorespeto esas ideas suyas, por ridculas que parezcan. Y aunque la ciencia nole diera la razn, aun as me encantaran esos extraos giros que describe su

    mente, porque tiene un punto de vista fascinante. Pero yo siempre he sido laprctica...

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    de cristal pulido, ms arte silente que industria pesada. La gente trabajabacon cuidado, sin decir palabra, ante las mesas. La pulcra sala de Ensambladode Naves Espaciales?

    Aminoramos el paso y nos detuvimos junto a una mesa donde un jovencorpulento, sentado en una silla giratoria frente a algo que pareca un torno

    revlver ultramoderno, inspeccionaba un bloque de cristal ms grande queyo. La masa era tan transparente que resultaba apenas visible, unasugerencia en el espacio. Sin embargo, sus planos y ngulos chisporroteabanfascinacin. Dentro del cristal vimos una intrincada estructura de luzcoloreada, minilseres embutidos, una delicada red de filamentosrefulgentes. El hombre presion algunas teclas en la mquina y en el cristalse produjeron cambios sutiles.

    Toqu a Leslie, sealando el bloque con un gesto de perplejidad. Trataba derecordar. Dnde haba visto algo as?

    Est comprobando que todas las conexiones estn terminadas informTink, reduciendo la voz a un murmullo Basta un filamento suelto para que

    toda la unidad falle.Ante esas palabras, el hombre se volvi y nos sorprendi observando.Hola! salud, clido como un viejo amigo Bienvenidos!Hola respondimos.Te conocemos? La pregunta fue ma.El sonri. De inmediato me cay simptico.Conocerme, s. Recordarme, probablemente no. Me llamo Atkin. Una vez

    fui tu montador aeronutico. En otra oportunidad, tu maestro de Zen... Oh, nocreo que te acuerdes.

    Se encogi de hombros, sin preocuparse en absoluto. Yo busqu a tientas

    las palabras.Y qu... qu haces aqu?Echa un vistazo. Seal una mirilla binocular montada cerca del cristal.Leslie se asom a mirar.Oh, caramba! exclam. Qu?Es... No es vidrio, Richie! Es ideas! Es como una telaraa! Estn todas

    conectadas!Cuntame.No est en palabras replic ella Supongo que es preciso expresarlas como

    se pueda.

    Qu palabras usaras? Prueba conmigo.Oh susurr ella, fascinada Mira eso!Habla ped, por favor. Bueno, har el intento. Es acerca de... lo difcil que resulta tomar las

    decisiones correctas y lo importante que es aferrarse a lo mejor quesabemos... y que en realidad sabemos qu es lo mejor! Se disculp anteAtkin. Ya s que no le hago justicia. Nos leeras esta seccin plateada?

    Atkin volvi a sonrer. Lo ests haciendo muy bien asegur, acercando los ojos a otra mirilla

    Dice: Un diminuto cambio hoy nos lleva a un maana dramticamentedistinto. Hay grandiosas recompensas para quienes escogen las rutas altas ydifciles, pero esas recompensas estn ocultas por aos. Toda eleccin sehace en la despreocupada ceguera, sin garantas del mundo que nos rodea. Y

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    junto a sa, ves? La nica manera de evitar todas las elecciones que nosasustan es abandonar la sociedad y volverse ermitao, y sa es una eleccinque nos asusta. Y sa est conectada con: El carcter se gesta siguiendonuestro ms elevado sentido de lo conecto y confiando en los ideales sinestar seguro de que funcionen. Uno de los desafos de nuestra aventura en la

    tierra consiste en elevarnos por encima de los sistemas muertos (guerras,religiones, naciones, destrucciones), negamos a formar parte de ellos yexpresar, en cambio, el yo ms alto que sepamos ser.

    Es maravilloso! dijo Leslie, siempre contemplando el cristal Oh, Richie,escucha ste! Nadie puede