Del amor un escalofrío

Del amor un escalofrío 1

2 Gloria Collado

Del amor un escalofrío

Gloria collaDo

Pinturas e ilustraciones de Segundo Planes


Gloria collaDo

Universidad Autónoma de Nuevo León

universiDaD autónoma De nuevo león

Jesús ancer roDríGuezRector

roGelio Garza riveraSecretario General

roGelio villarreal elizonDoSecretario de Extensión y Cultura

celso José Garza acuñaDirector de Publicaciones

Padre Mier Núm. 909 poniente, esquina con VallartaCentro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P. 64000Teléfono: (5281) 8329 4111 / Fax (5281) 8329 4095Correo electrónico: [email protected]ágina web: www.uanl.mx/publicaciones

Del amor un escalofríoGloria Collado

Primera edición: 2015© Universidad Autónoma de Nuevo León© Gloria Collado

Pinturas e ilustraciones de Segundo Planes

Diseño: ViteArteFormación electrónica: Mónica Cantú Rojas

ISBN:

Impreso en Monterrey, MéxicoPrinted in Monterrey, Mexico

ÍNDICE

Prólogo Dando tumbos por la vida 9 William Navarrete No quería saber lo que sabía Debí convencerme de ser libre - Paciente y turbia ligereza ¿A quién podría creer Se suma a mis pliegues Dormir Se habla tanto de los sueños El color No está en mí Ítaca Podría escribir como Neruda Pensar no basta Negar la realidad No digas sí Si me piensas, si me amas, si me ignoras Sacudir al viento las palabras Sabía que sabía

Más allá no cuenta

Inicia - Aún no es hora Gravedad Caído en el paraíso ¿Dónde está No es un poema - No estar presente Dentro del recuerdo Por una ventana Compás de espera

Creía justo - Agrupar el entorno Acumular el letargo Pudo ser una semilla humedecida Ceres

Lo que importa es todo lo demás

Me digo poeta - Poesía es Era y no soy en el espejo Virus No quise acostumbrarme La realidad de todas las cosas - Qué obsesión No descansa la tierna gratitud No estar dormido Gracias ¡Una llave para abrir mi conciencia y encontrarme! - Volver a la ruta Y

Errata

Escribir no tiene ciencia Sudar el alma Estado alterado - Errata Duda Érase que se era Debió sentir un gran vacío Camino por andar - Boy meets girl en cuatro sonatas Verde egoísmo Agua salada Sospecha Situación indolente - Plastic surgery Inercia subvaluada 56 Cuento de nunca acabar 09

Doblar la esquina

Surge la existencia Hablar de Dios Hay hermanos del alma - Los muertos Palabras Me repele una palabra Lo mismo de siempre Dormir seis horas - En las redes Algún día Insisto en la rutina InfluenzaDigo que no estoy bien - Tiempo medido ¿Quién me asegura 56 El mundo silencioso de Louise Burgeois. Tulleries 09Después ya nada me conmueve Campo de fresas

A Lucas

Para que nada nos amarre que no nos una nada PABLO NERUDA

Para que nada nos separe que nada nos una GLORIA COLLADO


DanDo tumbos por la viDa

William navarrete

Creía que ese mundo no existía. Pensaba que ese diminuto y desconocido punto en la atormentada geografía del Caribe –huracanes, guerras, revo-luciones y éxodos de por medio– era un invento mío, una falacia de mi mente o una jugarreta de mi imaginación. La infancia es, lo sabemos, un exilio del que no se vuelve, y al abandonar para siempre sus calles y sus casas comenzamos a dar tumbos por la vida.

Los primeros albores de la vida se vuelven, con el tiempo, monumen-tos. No poseen ni remotamente la grandeza imaginada del faro de Alejan-dría, o la dimensión mítica de los jardines colgantes de Babilonia, de las ruinas de Pompeya o del Coliseo romano, pero son, en nuestras mentes, más grandes e importantes que cualquiera de ellos. Cuando entramos en años, el pueblo y la infancia se funden, se convierten poco a poco en un incómodo visitante en donde convergen las ideas. Capas de olvidos y re-cuerdossesuperponen,alavezquelapoesía,desmemoriadaofidedignasegún convenga, que nos ayuda a preparar ese largo viaje de regreso al sitio de donde vinimos, a la tierra, a varios metros bajo ella, a una tarja que con la lluvia, la sal y el sereno se ha ido borrando sin que nadie indague su nombre.

Llegan entonces los versos, la literatura en su sentido más amplio, a pro-longarnos la vida, a obligar que otros nos recuerden vivos. Albis Torres, la poeta de estas estrofas, ha regresado en poesía al sitio en donde, para ella, comenzó el universo. Al hacerlo, la tarja sobre el pedazo de tierra que le toca resplandece. Esperemos que por mucho tiempo.

Ya estamos en Banes. Hay una amplia avenida que Albis nombra ‘‘la avenida’’,sinmástítuloqueesetipodearteriaampliaquedainicioyfinalpueblo. Ninguno de los dos, ni el pueblo ni la avenida, son mencionados por sus nombres. Ambos van y vienen en estos versos como la marea, lleganyseausentantambiénconsuflujoyreflujo.EnlosprimerosversosAlbis menciona el ‘‘estero’’. Solo los que han vivido la inocencia infantil de aquel paisaje cubano del norte de la provincia de Oriente saben que se trata de una suave ensenadilla, de una caricia entre la orilla y el mar, una curva insinuada por la costa en donde al bañarnos las aguas nos visten el alma de azul. El sitio existe, es real, y se llama Estero Ciego. La brisa cálida

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barre esa punta de lanza de los contornos de la Isla frente al profundo Atlántico, un precipicio al borde del océano que desafía el muy antiguo faro de Lucrecia, y se cuela por las hendijas de la memoria burlándose de todos los cerrojos. El ‘‘estero’’ de Albis es la comarca primigenia, la tierra de donde vinieron los padres y abuelos de sus abuelos, la raíz misma.

Los viejos caserones de Banes crujen bajo el peso de sus techos de vigas y zinc. Las maderas se lucen con el olor de árboles extinguidos, ár-boles centenarios que fueron los mismos bajo los que Cristóbal Colón y sus hombres se cobijaron cuando por primera vez pisaron las playas muy cercanas de Bariay, cuando el sol inclemente de esa tierra los dejó encegue-cidos. Las casas son como las de un pueblo del Oeste norteamericano, idéntico a la escenografía que vemos en las películas western, con polvo, carretas, caballos, puertas de dos hojas batientes, hombres que enfundan y desenfundan armas, fachadas de colores estridentes cuyos anaranjados se confunden con el del crepúsculo. Las muchachas son modernas y el pueblo, a su manera, también lo es. Ese es el mundo de la poeta antes de crecer, cuando todavía se escondía entre el piso de la casa y los montículos de polvo que en setenta años nunca habían recibido una gota de lluvia.

Albis viene del polvo. La palabra es recurrente en su poesía. Entre nubes de polvo creció y cuando no ya no cabía bajo el piso de su casa se dio cuenta de que había llegado el momento de ser grande. Del polvo viene también una tía abuela que nadie había visto en treinta años y que desaparece como estela de partículas entre las lomas del Maniabón por treinta años más. El pueblo de la vieja Vina es más pequeño todavía, y lleva elmisteriosonombredeFrayBenito.Seconsumealfinaldeuncaminoque no conduce a sitio alguno y allí, en ese punto incierto que pomposa-mente nombran como su iglesia, Santa Florentina del Retrete de Fray Benito, la primera que consoló las almas de los habitantes de aquellos campos, los cultivos no se dan por culpa del salitre.

Entender la dimensión con que Albis superpone pasado y orígenes, fa-milia e infancia, imágenes y anécdotas es entrar de lleno en su poética. El polvo es la memoria, el salitre es polvo de mar, la materia sólida de las olas, la complicidad entre ellas y el viento. El mundo de Albis viene de lejos, arrastrado por cometas que fueron los únicos testigos del comienzo de todo. No es de dudar que se aferre entonces a esos montículos bajo el suelo de la infancia aun cuando otra de sus tías le pronostique una bronquitis.

A esa Albis todavía escondida entre los pilotes de la casona de Banes la pueblan palabras que no existen en el resto de la Isla. Un caguayo es una


lagartija, un chipojo un camaleón, el corredor es en otras partes el portal de una casa, y en lugar de ensartar el hilo en una aguja las mujeres de allí lo enhebran. La noche se llena de chichíes que pican fuerte, la loma de La Campana despliega bajo la hojarasca de sus árboles una alfombra de vistosos caracoles, las polymitas, que solo existen en esta parte del país. También se le teme al cocosí y a la guacaica, y a cuanto bicho salga de su escondite al oscurecer. Albis necesita atrapar las palabras, revivir nombres, dotardenitidez lossonidosparaconstruirseunandamiajefirme, laco-lumna vertebral de quien duda de todo excepto del lugar de donde viene: una vida delicada en la que todo estaba, o parecía estar en orden.

Banes, tal y como lo cuenta Albis, ha dejado de existir. El pueblo es una palabra de las que nadie menciona, un código secreto, una clave de iniciados en los arcanos de una Cuba que ha quedado también borrada del mapa.

Albis, alba, albor … son palabras de poetas. Evocan resurrecciones, imá- genes espectrales. Todo lo que se vuelve fulgurante con el nacimiento. Es el preámbulo de la luz.

Es hora de hacerle honor a quien tantos honores rindió, a quien con tanto esmero salvó del olvido, desde su modesto rincón del otro lado de los micrófonos en una emisora radial, las palabras de otros bardos silen-ciados por desidia, desgano o descuido. Ahora le toca a Albis, después de muchos tumbos por la vida, de otros tantos desde el sosiego de las tarjas, llenarnos el alma de embeleso. Es hora de que revivan las palabras de ese mundo que soñó toda su vida, íntimo, delicado, pequeño, al que nunca había regresado. Es hora de que trascienda fronteras que no sirven de nada lejos y regrese a su pueblito para que quede grabado su nombre en esa tierra antes de que se confunda, nuevamente, con el polvo bajo el piso de madera de la casona, antes de que vuelva a convertirse en aquella niña espabilada que un día quiso reescribir el mundo.

París, 1 de diciembre de 2014

no quería saber lo que sabía


Debí convencerme de ser librede expulsar las creenciasincrustadasen la columna vertebralDebí aceptar a ciegasel maldito tiempoy evadir los roces del destinoDebí dejar de vagarsin rumboy aceptar del amorun escalofrío§

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Paciente y turbia ligerezaque nos empuja a soñarlas mieles tibiasdel amorFruta prohibidaque creímos exentade venenomientrasflotamosen el posible amor§


¿A quién podría creerque he sido amada?A quién si el egoísmopalpita en cada egoque me rodea§

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Se suma a mis plieguesla nostalgia de cariciasque alguna vezprodigasteNota cruel de despedidaque un día anticipólas arrugas de mi piel§


Dormir

Dormir es una aberración. Se pierden los instantes en un pozo sin fondo. Se arruga la esperanza entre las sábanas. Se marchita la piel sin darnos cuenta. Yo no quiero dormir, quiero estar alerta, no tomar distancia de mí misma, no albergar mi propia ausencia. Quiero desvelar mi muerte.§

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Se habla tanto de los sueñoscuando la realidadnos ciñe nos aprietanos dividenos marca cicatricesnos devuelvea los díasy a las nochesde nuestro insomnio§


El colordesteñidoEl cielodesteñidoEl mardesteñidoMi rostrodesteñidoMi humordesteñidoMi cuerpodesteñido¿Y mi amor?Desteñidocomo mi razón§

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No está en mídecir la tardeel solla medianocheMi cuerpo se extingueen cenizassin la insólitareferenciaal amor§


ítaca

Llego a mi casa sin luz, el invierno húmedo hincha la puerta de entrada, condificultadconsigoabrirla.Todoestáaoscuras,atientascaminodememoria mis pasos de costumbre, el recuerdo emite luces de bengala. Esto es todo por hoy. Iré a mi cama, huiré de mi conciencia y soñaré el mar, un mar de azul intenso que mece mi cuerpo sutilmente y permite levitar mi insomnio. No hay tormenta, no hay canto de sirenas. Sólo me dejo llevar por las olas que ignoran mi destino.§

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Podría escribir como Nerudalos versos más tristesesta nochedonde la oscuridady el silencio se debatenesgrimiendo navajassin brilloescupiendo torrentesde palabrasque buscan un marpara envolversede algas y espumaen arrecifes violentosNada se escucha en el silenciode esta noche sin luzSólo tiembla la memoriaoscura de la muerteque quiso arrebatarnosa los otros§


Pensar no bastaDecir no bastaEscuchar no bastaMirarsí bastaMi ojo en tu pielmi ojo en tu pesadumbremi ojo en el territoriode tus huellasmiojoenlaflorque se marchitay en el tacto imborrablede tus caricias§

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neGar la realiDaD

Estoyenningunaparte.Lasfloresdeljarrónestánmarchitas,elaireserespira denso, la humedad salpica los muebles y los recuerdos entume-cen los rincones. Es fácil describir mis pasos, ahuyentar los ruidos, evadir la voz de la memoria. Todo se acerca y aleja a la vez como si un motor invisible se hubiese alojado en los objetos, un leve estremecimiento in-vade la casa. Mi casa a donde llego al regreso de ninguna parte. Todo está presente, sólo la realidad se empeña en ausentarse. Afuera el cielo azul domestica las nubes y se escuchan las ramas que mueve el viento. El silencio tiene voz y yo decido huir antes que la soledad apriete mi garganta.§


No digas síal amorNo digaste amoNo digascuántoNo digaslo que dicesy presientesNo digas el amortodo lo puedeNo digas amorcuando lo ignorasdentro de ti§

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Decía Sartre: lo importante no es lo que los demás han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que los demás han hecho de

nosotros.BRADIMIR SEPANOVIC, La muerte del señor Goluza

Si me piensas, si me amas, si me ignoras. Si me tomas en cuenta y me reconoces. Si me obligas a saltar la cuerda y me guías hacia la trampa. Si ves alas en mi cuerpo y mis ojos derramando luz. Si atisbas mis defec-tos y denuncias mi escondite. Si repites lo que digo y anuncias mi inútil estadía. Si no recuerdas mi rostro y mi ausencia te hace indiferente. Si me tomas por loco como a cualquier poeta…§


Sacudir al viento las palabrasSábanaslimpiasqueflotanmanchas de luzUn misterioseñala el laberintode palabrasSábanas que de nochesupieron del amor§

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sabía que sabía

Sabía cortar la naranja sacar su piel percibir el zumo abrirla en gajos llevarla a mi boca sabía oler los azahares de la huerta chapotear la tierra húmeda del riego escuchar los pericos que cruzaban por la tarde oler los establos revolcarme en la paja sabía el sonido del cencerro llamando a comer y el olor dulzón de la lámpara de petróleo que alumbraba las noches de mi infancia. Sabía que los sueños acudían desbocados y el miedo llegaría en la oscuridad y la nueva luz del día borraría mi pe-numbra para volver de nuevo a los juegos compartidos y a los besos y saludos de la mañana y el hambre que aguijoneaba mi estómago sabía que habría de calmarse con la suave tortilla alcanzada de la mano de las nanas. Sabía que aquello no iba a terminarse nunca y sabía que por la tarde comería del árbol de las moras y que de nuevo la noche y de nuevo el día. Después llegó la muerte y sabía que nada podía hacer sino aceptarla y que la ausencia duele y hay cosas que no pueden evitarse. Sabía que iba a crecer y que llorar no consolaba que nada es para siem-pre. Sólo sabía y yo no quería saber lo que sabía.

§

más allá no cuenta


inicia

Un año, otro año, el año inicia. Un ciclo de estaciones y lunas, un año migaja del tiempo. Un año que acumula, sin piedad, mi tiempo.§

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Aún no es horade abrir los ojosdespertar el instanteque amaneceAún es tiempo de soñarantes que las sombras y el silenciodesaparezcanEs ahora cuando jugamosa masturbar el día§


GraveDaD

Cargué mi infancia, mi juventud, mi ser adulto y aún no llego a la cima. El espejo me dice que estoy cerca y presiento que una sombra me señala con el dedo. La inmediatez de lo absoluto, repito sin cesar. La vida frágil, tan intensa. No sé qué hacer conmigo. ¿Hurgar el universo? Desempolvar los asteroides, creer que me aguarda otro planeta, con-dolerme de mi ausencia, buscar un refugio en la cueva de mi infancia, dulcificarmisinstantes,amarlalocura,saludaralamuerte…Sinmásalternativa subo la montaña y me sorprendo en las ramas más altas de los árboles. Días enteros en las ramas yo que no fui pájaro.§

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caíDo en el paraíso

¿…cuál paraíso? No hay nubes, no hay estrellas, no hay pájaros, no hay flores,nohaybosques,nohaymontañas,nohaymar.Sólosilencioenuna vastedad de siempre.§


¿Dónde estáel silencio?¿Dónde estálaflor?¿Y el vientoque roza los labios?¿Y el temor que leveestremecemis huesos?§

42 Gloria Collado

No es un poemade exaltacióna la vidaNo es hablar del privilegiode su contemplaciónOtros lo diránen metáforasardientesYo sólo digoque estar vivoen la incertidumbrees el trauma totalde mi existencia§


no estar presente

Vivo como si no viviera pues no vivo el momento presente. El tiempo transcurre en mi memoria, del pasado al futuro. Su paso paulatino gira velozmente en espiral huyendo del presente por no borrarse, por no desaparecer. Vivo esquivando la muerte que me ha sorprendido desde el inicio. Vivo como si no viviera, ausente de mi paso, revolcada en el pasado que denuncia mi futuro.§

44 Gloria Collado

Dentro del recuerdola vejez me pisa los talonesme oprime el cerebrome marchita los sentidosNo alcanzo la otra orillaa salvo del tiempose estremece el poemaque no aborto§


Por una ventaname adentroen la húmeda sombradel paisajeY camino sin rumbosin dejar el hiloque habrá de conducirmea mi retorno§

46 Gloria Collado

compás De espera

Saber del incontable paso del tiempo no es consuelo. Consuelo sería contarlo, exponerlo, sumarlo, dividirlo, darle paso sin obstruir su in-evitable curso. Tampoco espiarlo y sacar conclusiones. El tiempo pasa inadvertido.Alguna vez creí que lamemoria sería el antídoto eficazcontra el tiempo, sembré palabras, coseché mi historia que se fue des-vaneciendo en el olvido. Ahora sé que no existo en el tiempo. ¿Soy el tiempo?§


Creía justouna doble alternativacomo ser vivienteComoelprincipioyelfincomo lo blanco y lo negrocomo la culpay el arrepentimientoJustocomo ver la vidafrente al espejodondeelreflejoes vida sin muerteY estoy con las manos atadasa la cruel circunstanciade serjusto ahora que me acercoalfinaldemiexistencia§

48 Gloria Collado

aGrupar el entorno

Vuelo, me remonto hacia las nubes, pájaro que rompe las trampas del airefiltrándoseenelespejodeluniverso.Buscoelmásalláfielamides-tino. Mi aguda visión inicia su inhóspita tarea, enumera el entorno, ríos manantiales bosques lagos, sembradíos, ciudades y colores, muchos colores que la luz reúne creando espacios vacíos, huecos sin gravedad invisibles a la mirada. Observo en mi tarea de agrupar en el entorno a hormigas diminutas que trajinan, humanos transitando su voracidad en vida. Intuyo los refugios incoloros y asumo mi vaga consistencia. Vuelvo a la tierra en el vértigo de la desdicha y arrastro hoja a hoja caí-das del otoño hasta formar una montaña donde hundirme.§


Acumular el letargode los días inocentesla dicha transformadaen celestes visionesy sueños vertiginososmientras aguardala realidad que añorauna cálida pazentre mis huesos§

50 Gloria Collado

Pudo ser una semilla humedecidael inicio del brotepudo ser una semillairreverenteo el resultado de un dueloentre la vida y la muerteo simplemente un encuentrouna tarde de veranoo si acaso un leve roceen una dimensión desconocida§


ceres

Cuando sea grande, seré grande en la luna, no iré a la escuela, tendré mi propio espacio, no habrá nadie que me diga, no tendré que arre-pentirme, no estaré triste, no sentiré fatiga ni aburrimiento, fumaré, amaré sin prisa, me pondré el mejor vestido, usaré zapatos de cristal, comeré nieve a todas horas, subiré montañas, caminaré los bosques, pasearé en bicicleta, tendré sueños, dormiré sin miedo, visitaré lugares desconocidos, me sabré amada… Cuando sea grande en Ceres, el planeta de hielo, haré una nueva lista…§

lo que importa es toDo lo Demás


Me digo poetaal traducirmi pensamientoYo sólo séque acumulopalabrasY mis versostan humildesme sonrojan§

54 Gloria Collado

Poesía esla que te abrey te conduceal pasaje desconocidodel sueñoPoesía no esla que desembocaen la realidadincoloradel aciertoPoesía espercibir que existelo que no es§


Era y no soy en el espejoEra y no fuiel viento en primaverao la nube que tu mano alcanzao la gota de lluviao la ola del marSólo he sido el silenciode la historiaque narró el destino§

56 Gloria Collado

virus

¿Esta palabra? Veneno que se reproduce invasor implacable. Y más. Todo lo demás. Ya lo dije en un poema (mejor no te juntes conmigo).§


No quise acostumbrarmea saltar el abismoacaminarlacuerdaflojaa mirar el horizontea esperar un más alláa doblar la esquinaa buscar incansablemi habitación solaa sentir el más leve movimientoa escuchar las hojas caera contemplar las nubesa buscar el ojo de aguaa soñar amanecera recibir el premioa esquivar la trampaa vivir la amistada tocar la arenaa creer en el amor§

58 Gloria Collado

la realiDaD De toDas las cosas

Y sin embargo fuimos sacudiendo los engaños, robando el deseo, des-pilfarrando ilusiones y por si fuera poco, creyendo en el amor. A un lado la codicia y el orgullo encadenándonos las manos y el miedo pisán-donos los talones. Pero siempre era posible escuchar el viento entre las alas de las mariposas.§


Qué obsesiónescribir un poemaEl poemadel triste amordel hijo al padredel padre al hijoObsesión que pervierteel poemaque dice amara quien le diola vidaEl hijo a la madrela madre al hijoy asíde una generacióna otra§

60 Gloria Collado

No descansa la tierna gratitudde padres a hijosNo hay obstáculo que no venzasu carreraDesbocados llegansin esperar más triunfoque la sonrisa a su dedicaciónSólo los atauna extraña melancolía§


No estar dormidocuando amanecey el sol brincalos charcos desprendidosdel desveloEl insomniono tuerce las costillasno desdobla los párpadosni entumece el almaEl silencioque regala la nocheno es el fruto prohibidodel poeta§

62 Gloria Collado

Gracias

Gracias por mis ojos, gracias por mis sábanas, gracias por el silencio de la noche, porque observo y pienso, por no siempre tener control sobre las cosas, gracias por el color, por el sonido del viento, por el frío que entume,porlosglaciaresdeAlaskaylosríosquenodejandefluiryelatardecer en las montañas y las ruinas donde toco la historia. Gracias por el amanecer y por mi insomnio, gracias por la rutina de mis días, gracias por la sonrisa y el agradecimiento, gracias por el deseo, por tener un techo, por sentir hambre. Gracias por los olores y la memoria, por la mirada cómplice, por la traición, por el dolor, por la palabra, por el instante, por la luna nueva, por el olor de los azahares, gracias por mi almohada, por mi sillón, por la espera de lo que sigue, por el poema, por la fe y la esperanza. Gracias por ser yo y no otro. Gracias por ser capaz de dar gracias y saber que mi lista de gracias es interminable.§


¡Una llave para abrir mi conciencia y encontrarme!§

64 Gloria Collado

Volver a la rutael camino andadolo ya conocidodel tiempo implacableVolver a seguirnosdiluidosenelflujodel pasadoEs precisoretornar a las playasde nuestro insomnio§


Y

Lo que importa es todo lo demásno mis ojosno mi bocanoelreflejodelespejoSí mis ojossí mi bocadel universo interiorque me habitaMás allá del más alládonde la noche es levey se resuelveel laberintoLo que importaes lo demásLa muerte vencidailuminada§

errata


escribir no tiene ciencia

Con mi mano derechadeslizo la plumasobre la hojadibujo palabrasy acierto a decire n m o h e c i d an a u s e a b u n d oc a l e n d a r i oconarmoníayfluidezl í n e a me separade la palabra escritadigopuntoyfinalizola tarea§

68 Gloria Collado

suDar el alma

Se diluye el almapor mis venasun río desbordadoque amenazay no es posible detenersu cauce§


estaDo alteraDo

Cuando a la vida la limitael dragón de la memoriay nos ausenta sin bondadla sinrazónnos aturde el gritode la muertey sorda la concienciano reclama §

70 Gloria Collado

errata

Llegaronlos signos y las letrasno dejaron palabras con cabezalas ideas confundidasen estado de sitiono basta decir madresno basta bastael poemaes una tabla de multiplicar§


DuDa

Puedo decir que sique no y que síno me quedamás que hacerlobien o malpero vivira pesar que no puedaestar de acuerdo§

72 Gloria Collado

érase que se era

Sueño que sueño el sueñode un vagamundoque arrastra el abrigoy en la gargantalleva un nudopor bufandalo sueño colgadode un árbol cualquieray no despierto§


Debió sentir un Gran vacío

Una tarde de agostomurió mi padretenía escasos años(yo aún más escasos)

no lloro su muertesino a la muertela fealdad de la viday tal destino

huérfanos en el vacíome queda el arte§

74 Gloria Collado

camino por anDar

El fracasocolma el estómagocon terrones de saly mielcomo si fuera pocola espalda hundidapor provocacionesy falsas respuestasy el pinchazoque fatalmentenos arrastra§


boY meets Girl en cuatro sonatas

Primera sonatalasflautasgorjeandesde los nidos del airesegunda sonatacabalgan las teclas del pianoen estampidatercera sonatalos violines y los cellosanudan el tiempoentre sus cuerdascuarta sonataen el cuero del tamborse disminuyen§

76 Gloria Collado

verDe eGoísmo

Escasamente humanoscon lenguas pervertidaspor innumerables razonesdecimos amarnoscon palabrasque penetran la pielespinas de sonrisasque juran amarsede por vida§


aGua salaDa

Todo se arrastrabajo la metrallade instantesrecorridosuno a unogotas de agua mezcladasen un charco de salningúnregistroquefiltreel lodo del pantano

no hubo clemenciani constancia§

78 Gloria Collado

sospecha

Hace tiempo no preguntoqué fue de Diosdónde están sus huellaso qué fue de las promesasque sostuvocuandofuielperrofielque ladraba en su puerta§


situación inDolente

De hechos violentoso tardes placenterases cuestión de escogerlo que enferma o fortaleceo rasgar la página en blancoy sudar el poema mal escritoque huele a desvaríoy escurre su ponzoña§

80 Gloria Collado

plastic surGerY

Te dedicasa negar el tiempoestirando las arrugasy soltando canas al aire

pedazo de escoriatureflejoenelespejoincauto cirujanodel recuerdo§


inercia subvaluaDa

Qué bien se estábajo la almohadael vientre vacíolas piernas sueltassin sostenerme

creopoderflotaren el insomnio§

82 Gloria Collado

cuento De nunca acabar

Pesa tantoel costal de los añosque voy tirando de a pocolos días las semanaslos mesescomo si aligerar la cargame sirviera de consueloy acabara de una vezcon este cuento§

Doblar la esquina


Surge la existenciaenefluviocomo si fuera primaveraeternamenteEl surco fue hechoel arado puede señalarloEl verano ardientetehaceflorecerMas la cosecha de otoñote augura el invierno§

86 Gloria Collado

hablar De Dios

El ser consciente me desvela. Me miro al espejo, cuento mis arrugas y acaricioestapielquehaperdidosufirmeza.Giroenuntiempocircularenvuelta por los instantes transcurridos, millones de instantes acumula-dos en un tiempo que existe sólo en la imaginación. Y pienso en Dios como respuesta a esta oscuridad que me cuestiona. Vida y muerte se conjugan, siameses con un solo corazón. Hablar de Dios me permite aclarar mi incertidumbre y a ratos luminosos jugar el juego de la vida.§


Hay hermanos del almaamigos y parientesHay enemigos tambiénen los recuerdosy no siempreen el delirioen una realidad encubiertao tal vez escondidosen el patio traserode mi casaAunque ahora cuentocon la vidaque es la única que me salvade la muerte§

88 Gloria Collado

los muertos

Hay días en que las noticias rompen nuestra historia, nos invaden ir-reverentes y despiadadas como una ola voraz que arrasa todo lo que atraviesa a su paso. Días cristalinos de oro verde y cielos nublados, días que agolpan en tu pecho un aire de angustia que levita en tu interior un incansable sobresalto. Días que perforan tus instintos y destrozan tu razón. Días que aparecen sin aviso en la rutina cotidiana de nuestro tiernooficiodevivir.Ynodigomásdeestoinexplicable.§


palabras

Hastaahorahesidofielalaspalabras,fielcomolágrimaalojoolluviaalanube,fielsimplemente,conreverenciaypudorysobretodo,hecreídoen ellas. Concepto Incertidumbre Amargura Melancolía Fe Despedida Amor Justicia Obsesión Imposible, y más, muchas más… Pero ahora me retractodedospalabras,mealejodeellas,nopuedoseguirfiel,mereba-san, SIEMPRE y NUNCA. En todo y en cualquier tiempo, siempre… En ningún momento más, nunca… Siempre te amaré. Siempre estaré contigo. Siempre haré lo que me pidas… Nunca te amaré. Nunca estaré contigo. Nunca haré lo que me pidas. Siempre te vas, no vuelves nunca. Vivo para siempre, no moriré nunca. ¿Prometer? Siempre. ¿Perdonar? Nunca. No dejo de pensar en que nunca estaré conforme y que siempre la vida me lastima.§

90 Gloria Collado

Me repele una palabraen su dimensiónen su sonidoensusignificadoUna palabraque escuchoa toda horaUna palabra que señalaque no deja dudaCorrupto§


lo mismo De siempre

Gente gente gente, miles, millones, gente en imágenes estridentes, tem-blorosas, hambrientas, dando a luz, muriendo, desoladas, cínicas, crue-les imágenes que invaden mis ojos, tus ojos. Encadenadas a un sueño, su propia historia presente ante mis ojos, mudas, silenciosas, una a una la misma imagen por largos tramos inconclusos. Imagen que devora imagen, la traga, la repite, la vomita, la graba en el profundo mar de mi asombro. Imagen que devora mi imaginación insomne sin dejar de girar en el tiovivo de la vida.§

92 Gloria Collado

Dormir seis horasesmásquesuficienteLe agregas pequeños lapsosde minutos sumergidosen un sueño profundodonde el agua es un espejodel subconscientey las nubes un deseode pertenenciaLuego despiertassin saber de dónde llegas o vasSólo sabes que te aguardael dulce espaciodónde ignorarla certidumbre§


en las reDes

Estoy en medio de un laberinto, avanzo y no avanzo, vuelvo y me de-vuelvo.Estantalainformacióndelosmedios,queatrofianmicerebro,me confunden las ideas, aceleran mi capacidad de entendimiento. Muer-tos, violencia, fugas, secuestros, espectáculos, entrevistas, ciencia, droga, repudio, acoso, stress, hambre y más y más en todo el globo terráqueo. No alcanzo a comprenderlo todo, levanto la vista y miro a través de la ventana un espacio blanco sin atropellos. Nada de lo que veo en la pantalla resuelve mi condición de vidente al acecho. Olvido las rosas del jardín y los minúsculos insectos recorriendo espacios libres, no escu-cho el sonido de las hojas que desprenden los encinos, no descubro la primavera que brota en las ramas del durazno, ignoro el aire helado que toca mi piel cuando la ciudad despierta a un nuevo día. Presa en las re-desdeestaturbiaymaléficacostumbre,pienso,quéserádemí…§

94 Gloria Collado

Algún díadejaré de fumarDejar de fumarpara ser libreY todopor estar prohibidomorir de felicidad§


Insisto en la rutinade los díasdonde se fraguala urgencia la impotenciala introducción al libro del momentola invalidez de comentariosY por si fuera pocola inaudita repeticiónque no atiende llamadas de teléfonoy se salpica de obvias repeticiones§

96 Gloria Collado

influenza

Lo que hace pensar al enfermo, es su lúcida conciencia de la soledad que atañe al ser humano, que en ese estado reconoce su mortalidad, su frágil permanencia en el planeta, lo inútil que ha sido su infatigable búsqueda. Su grito de auxilio colapsa sus pulmones y resulta imposi-ble que se escuche. Solo, como llegó al mundo, cae en una dimensión desconocida donde la memoria deja de ocupar el espacio que ocupó cuando creía que vivía.§


Digo que no estoy bienMe ahoga el trago amargodel que hablanMe pesa la vidaQuiero saber qué hago aquípor qué lleguésin proponerloY por qué el vientonomepermiteflotarpara alejarme§

98 Gloria Collado

tiempo meDiDo

Un día otro día una semana otra semana un mes otro mes un año otro año qué hacer con esta acumulación de horas minutos segundos soy memoria viviendo un tiempo que no tiene medida. Despierto tomo café alguna fruta vuelvo a dormir sueño que recuerdo agito mis neuronas sobrevivo y vuelvo a dormir el sueño. Eso es tal vez la eternidad un espacio sin fronteras sin límites sin una sola sólida esperanza. Flotar vagar entre luces multicolores entre peligros insospechados en una su-blime inconsciencia donde la memoria no aparece y no existe un rasgo de sobrevivencia. Duele no estar aquí duele cuando estoy aquí pero más doloroso es la conciencia de ser. Duele el nombre duele el amor duele el recuerdo duelen los otros duele el espacio concurrido duele la vida duele la muerte duele la culpa duele ser. Y no ser también duele. Se me llena la cocina de agua mi cerebro explota se seca mi hígado y mis riñonesmis intestinos se anudannofluye la sangre enmis venasmicorazón para de golpe. ¿Dónde me encuentro hoy jueves de marzo sin lágrimas que me consuelen?§


¿Quién me asegurame convencelo que la vida ofrece?Destilar el perfumedeotrasfloressembrar la semillade otros seres¿Quién si no yoque traduzcala cruel infamiade saberse y no ser?§

100 Gloria Collado

el munDo silencioso De louise burGeois. tulleries

Para abrir el pasado necesita la memoria y desde luego sus manos ca-paces de sentir. Ella dijo «Soy mis manos» y volcó en sus esculturas el inventario traducido de su interior. De un negro misterioso yacen silentes bajo la lluvia, el sol, el hielo y la mirada de los que pasan. Entre los que pasan, pude tocar el silencio.§


Después Ya naDa me conmueve

Amanece y sigo la rutina, un autómata obediente que se piensa vivo, me visto, continúo mi tarea, creo lo que me dicen, me alimento, olvido el placer de sentir, subo bajo camino duermo. Y una vez más recibo el día. Juré que no te vi aquella noche de fantasmas, supe que la sombra asechando era un espejismo. Desperté llorando, con la garganta seca y un sordo quejido en el fondo del pecho. Y todo volvió a repetirse como antes de soñar que no eras tú.§

102 Gloria Collado

campo De fresas

Antes de irtesupiste que eras túque no ibas a cambiar por otroque tendrías dudas y esperanzaque no voltearías la carani habrías de arrinconarteque abrirías tus puertas y ventanasy serías alguien que supo darsupisteque comerías un campo de fresasadornarías tu casaconfloresyhelechosnadarías en los ríosvolarías en la montañay nada habría de detener tus sueñosantes de irtesupiste que amarno es utopíay te supiste amadoy doloridoy que una tarde de lluviamarcharías contentoya sin nada por hacer§


de Gloria Collado, se terminó de imprimir en febrero de 2015.

Se tiraron ejemplares.El cuidado de la edición estuvo a cargo

de la autora.§

108 Gloria Collado

Del amor un escalofrío

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