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Anales de Literatura Hispanoamericana iSSN: 0210-4547 1998, nfr 27: 125-139 Del «criollisnio» al neorrealismo en el cuento colombiano. Sobre el cronotopo americano en Los funerales de la Mamá Grande EDUARDO CAMACHO Middlebury College (España) 1. Al reflexionar sobre el tema propuesto por la dirección de la Revista Anales de Literatura Hispanoamericana, a saber, el cuento «criollista» (deno- minación que luego se amplía con las aparentemente análogas de «literatura regionalista, nativista, telúrica, criollista, rural, vernácula, etc.») en Colombia, sólo creo encontrar tal clasificación en el capítulo «El cuento: Historia y aná- lisis» de Eduardo Pachón Padilla en el Manual de literatura colombiana 1, en la sección dedicada al siglo XX, en la que se lee lo siguiente: «El cuento colombiano, como el hispanoamericano, podría dividirse en cuatro grandes clasificaciones: cuento regional <o ajo/lista), calca los diversos detalles y complejidades de una provincia determinada, aunque examina ciertas relaciones espirituales de sus pobladores; cuento de rea- lismo social (o de protesta), su primordial fundamento vienen a ser las críticas contra los dirigentes de la muchedumbre, enumera los regímenes dictatoriales, las revoluciones internas nacionales, el estado de inferiori- dad del indígena, las discriminaciones raciales y de otros grupos sociales, subyugados en la ignorancia y en la indigencia; cuento neorrealista, sin supeditar el ambiente autóctono indaga más sobre las introspecciones, sin dementar el problema colectivo; y cuento cosmopolita (o universal), cuyas dimensiones lindan con lo imaginativo, fantástico, misterioso, poli- ciaco, exótico, el vanguardismo, el existencialismo y demás en una temá- tica impresionista y delimita un contorno más generalizado» 2~ 1.1. Se me ocurren varias reflexiones sobre estas clasificaciones tan vagas, tan imprecisas y tan poco operativas. ¿Son clasificaciones históricas o temáticas? ¿Los cuentos de Los funerales de la Mamá Grande, por ejemplo, ¡ Tomo II. Bogotá. Procultura-Planeta. 1988. 2 Ibid., págs. 531-532,

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AnalesdeLiteraturaHispanoamericana iSSN:0210-45471998,nfr 27: 125-139

Del «criollisnio» al neorrealismoenel cuentocolombiano.Sobreel cronotopoamericano

enLos funeralesde la MamáGrande

EDUARDO CAMACHOMiddlebury College(España)

1. Al reflexionar sobreel temapropuestopor la dirección de la RevistaAnalesdeLiteraturaHispanoamericana,a saber,el cuento«criollista» (deno-minación queluego se amplía con las aparentementeanálogasde «literaturaregionalista,nativista,telúrica,criollista, rural, vernácula,etc.»)enColombia,sólo creoencontrartal clasificaciónen el capítulo«El cuento:Historiay aná-lisis» deEduardoPachónPadillaenel Manual de literatura colombiana1, enla seccióndedicadaal siglo XX, en la quese lee lo siguiente:

«El cuentocolombiano,como el hispanoamericano,podríadividirseencuatrograndesclasificaciones:cuentoregional<o ajo/lista),calcalosdiversosdetallesy complejidadesdeunaprovinciadeterminada,aunqueexaminaciertasrelacionesespiritualesde suspobladores;cuentode rea-lismo social(o deprotesta),su primordial fundamentovienena ser lascríticascontralos dirigentesde la muchedumbre,enumeralos regímenesdictatoriales,las revolucionesinternasnacionales,el estadode inferiori-daddel indígena,las discriminacionesracialesy deotrosgrupossociales,subyugadosen la ignoranciay en la indigencia;cuentoneorrealista,sinsupeditarel ambienteautóctonoindagamássobrelas introspecciones,sindementarel problemacolectivo; y cuento cosmopolita(o universal),cuyasdimensioneslindan conlo imaginativo,fantástico,misterioso,poli-ciaco,exótico,el vanguardismo,elexistencialismoy demásen unatemá-tica impresionistay delimitaun contornomásgeneralizado»2~

1.1. Se me ocurren varias reflexiones sobre estas clasificacionestanvagas,tan imprecisasy tanpocooperativas.¿Sonclasificacioneshistóricasotemáticas?¿Los cuentosde Losfuneralesde la Mamá Grande, por ejemplo,

¡ Tomo II. Bogotá.Procultura-Planeta.1988.2 Ibid., págs.531-532,

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Eduardo Camacho Del «criollisrno» al neorrealismoen el cuentocolombiano.- -

podríancaberen ese«cuentoregional (o criollista)» que «calcalos diversosdetallesy complejidadesde unaprovinciadeterminada,aunqueexaminacier-tas relacionesespiritualesde suspobladores»?¿Ose limitará a los autoresdelsiglo XIX, que podríamos,en consecuencia,llamar «provincianos»,comoCarrasquilla,EfeGómezo algunosotros?¿Dóndeestánlos límitesentrecuen-tos «neorrealistas»,por ejemplo,y «criollistas»?Pachónutiliza las clasifica-cionesquehaceen suconocidaantologíael profesornorteamericanoSeymourMenton 3, enlaqueseencuentrala de«Criollismo»,dentrode lacual semetendesdeHoracioQuirogahastaManuelRojas,pero no aparecenobrasde cuen-tistascolombianos,de los quesólo dosestánincluidosen la antología:TomásCarrasquilla,en el «Realismo»y GarcíaMárquezen el «Neorrealismo»~‘.

1.1.1. Para mí, y manteniéndomesiempreen el ámbito de la narrativacolombiana,resultalejana y ajena,la clasificación de «criollista», como hedicho.Me inclino a creerqueestapalabraprovienemásbiende la crítica ¡ite-radarioplatense,regiónen la quela palabra‘criollo’ se usahoy en día en lalenguanormalen un fuertesentidonacionalistao socialmentediferenciador~.

1 .1.2. Pero,¿quésignificaesode«criollista» hoy en día6? Todoel mundosabeque ‘criollos’ llamaron—deseguropeyorativamente—a los descendientesdeespañolesnacidosen Américadurantela colonia ‘ y queasíse llamaa losnacionalesde ciertospaíseslatinoamericanosparadiferenciarlosdelosextran-jeros(piensoen Argentina,o Uruguayprincipalmente),peromepareceque,almenosenColombia,mi paísdeorigen, tal denominaciónno seusadesdehacemásde un siglopor lo menos,si no me equivoco,paranadamás queclasifi-car o bien cierto tipo detubérculoscomestiblesde la familia solanumtubero-

3 E/cuentohispanoamericano.35 cd. México. FCE. 1986.Se podríanhaceral afánclasificatoriodeMentonlasmismasobjecionesqueaPachón,y

tal vez resaltarla inutilidad delasclasificacionesdemasiadopuntualesy estrechas.¿Quésigni-fica «Cosmopolitismo:surrealismo,cubismo,realismomágico,existencialismo»comoclasifi-cación?Además,sorprendentemente,no esenesteapanadodondeapareceel cuentodeGarcíaMárquez,«La prodigiosatardedeBaltazar».

Véanselasluminosasobservacionesde Bertil Malmbergensu libro La Américahispa-nohablante.Unidad y diferenciacióndel castellano.Madrid. Istmo. 1992, págs.228 y sigts.:«No sees criollo (...) cuandosedesciendedeun emigranteno español.(...) Estesentidodelapalabracriollo es generalen Latinoamérica,peroen Argentinalas peculiarescircunstancias%.) debenhabercontribuidoa daral términounaacepciónnacionalistaqueno pareceposeer

en losdemáspaísesdel continente.(...) Encontramosaquí,pues,un desplazamientoinne-gabledel significadodecriollo. La oposición«nacional»—«extranjero»ha pasadoa un primerplanoimpidiendo(...) quela oposición ~<criollo>~—«español»(...) quedaselimitada a su valororiginario».

6 MaríaMoliner. Diccionario de usodelespañol.Madrid. Gredos. 1986, nos recuerdaquecriollismo’ es«palabrarecientementeaprobadaporlaR.A. parasuinclusiónen el D. R. A. E.».

«Adaptacióndel port. crioulo ‘blanco nacidoen las colonias’: significó primeramenteesclavoquenaceen la casadesu señor’ y ‘negro nacidoenlascolonias’..»,JoanCorominas.

Brevediccionario etimológicode la lenguacastellana.Madrid. Gredos.1994.Tengola sospe-chadeque,porestaconnotaciónracial, lapalabradesapareciórápidamentedelhablanormal dealgunospaísescomoColombiao Venezueladespuésdelabdepcndencia.Entiendoquesecon-servadel Perúhaciael Sun

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sum (papascriollas, «papay no patata»,Nerudadixit), o bien cierta razadegallosmáscorpulentosquelos depeleay muycobardes8~

1.2. Ahorabien,en la definición dela convocatoriadelarevistaAnalesseinsinúaque el cuento «criollista» es una «vertientedel cuentoen particular,procedentedel realismoy del naturalismo,quereivindicael espacioamerica-no y unaformade sery estarenél...»Y másadelante,añade:

«Cuentorealistao no, ya queno tienepor quéentrarenconflictoconel sesgofantásticoparamostramossu realidadpor muy arraigadaqueestéen el mundoamericano,como tampococontradecirseconel lirismoy el lenguajede los modernistaso las licenciasvanguardistas.La cues-tión parecerespondera un puntode mfra—ideológicoy cultural—elegidopor ciertosescritorespararecrearel entornoinmediatoen lugardereba-sar los límites geográficosde lo conocido.»

2. El crítico queseaproximeal temadel cuento—y, tal vez, la narrativa—en AméricaLatina no puededejarde plantearseel problemade las clasifica-ciones literarias, en general tan imprecisaso francamenteinexactas.Aunsabiendoque «criollista» es unaquesueleusarseconciertafrecuencia,susig-nificado siempreme ha resultadodemasiadoopaco.En buscade claridad alrespecto,he recurrido al artículo «El cuentohispanoamericanoen e] sigloXIX» de la profesoraJuanaMartínezt y allí encuentroalgunaspistasquesinduda aclaranel sentidoen que tal denominaciónsueleusarse.Comentalaautoralas afirmacionesdel críticochileno PedroLastrasobreel desarrollodelcuento y dice: «(...) estimaque sólo a finales del XIX, cuandoel realismoimprime un fuerte caráctercriollista a la literatura,comienzana apreciarseavancesconsiderablesrespectoa la técnicacuentistica»iO• Más adelante,com-parala autoracuentosdeJavierde Vianay de HoracioQuiroga(los dos,pre-cisamente,uruguayos):«Viana —escribe—anticipa el criollismo de HoracioQuiroga (...)». Más abajoescribealgo que a estearticulistainteresasobre-manera:«Otrafacetadel criollismo la ofreceel retratode la sociedadprovin-ciana que ha sido objeto de análisis en cuentosde (...) TomásCarrasquilla

Así, pues,el «criollismo» pareceincluir tanto a Carrasquilla(1858-

SegúnMarcosA. Morinigo. Diccionario delespañoldeAmérica.Madrid.Anayay MarioMuchnik. 1993. En el Lexicóndecolo,nbianis,nos,de Mario A/ario di Filippo (CartagenadeIndias. EditoraBolívar. 1964),s. y. Criollo, se lee:«1. Todoel quenaceen nuestrosueloo loqueesdelpaís.2. Galloqueno esdepelea.3. Pusilánime».PeroestoysegurodequeenColom-bia no es vozcorrienteen los sentidos3-5 del DRAE (¡995): «3. Dicesede lapersonanacidaenun paíshispanoamericano,pararesaltarqueposeelascualidadesestimadascomocaracterís-ticasde aquelpaís.U. t. c. s. 4. Autóctono,propio,distintivo deun paíshispanoamericano.5.Peculiar,propiode Hispanoamérica».

En Luis Ifligo Madrigal. Coord., Historia de la literatura hispanoamericana,Madrid,Cátedra,¡987.

Ibid., Tomo II, pág.230.Ibid., págs.240y 241.

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1940), como a Viana(1868-1926),como aQuiroga(1878-1937),entreotros,esdecir, escritoresnacidosen un espaciode 20 años.Podríase,pues,estable-cer unosparámetroscronológicospara el ámbitolatinoamericanoentre 1870u SO y 1936,digamos.

2.1. Repito que,aunqueno creo que,en Colombia,hayaningún movi-miento o tendenciahacia algo llamado el cuento«criollista», como puedehaberloen otros países,posiblementealgunosautoresde fines del siglo XIXy principios del XX pudieranempaquetarsebajo tal rótulo, tomándolospres-tadosdel de «costumbrista»o «realista»; me imaginoque,en primerlugar, elcitado y venerablepatriarcade la narrativacolombiana,don TomásCarras-quilla, tal vezel másconocidodelos novelistasy cuentistascolombianosantesde José EustasioRivera o GarcíaMárquez,autorde unajoya como «En ladiestrade Dios Padre»(1897), o «Simón el mago»(1887), «¡A la plata!»(1910), ~<Palonegro>~(1919)y otros más que podríancalificarsecomo «crio-jUstas»en cierto sentido—su provincialismo,principalmente—:se suelenads-cribir a Carrasquillala dignificación literaria del hablapopularde su región,la pinturade las costumbresantioqueñas,la originalidadde las tramas,tradi-cionaleso inventadas.EnriqueAndersonImbertescribequesu «regionalismono era (...) ni el de los costumbristasni el de los realistas:suponíaunanuevaactitud ante la lengualiteraria, una nuevaactitud ante los temas» 2 O EfeGómez(FranciscoGómez Escobar,1873-1938),otro antioqueñoque sueleenmarcarseen los límitesde suprovinciao región,cuentistay novelistaempa-rentadocon el naturalismo(si queremoscaeren el ~<clasificacionismo»).Sucuento«Guayabonegro»(1923), sobrelosefectosdel alcohol («guayabo»,escolombianismoquesignifica lo queel españolismo«resaca>~),es muy popularen las antologíasnacionales.O JulioPosada(1881-1947)quien mantieneunamerecidafama con sólo unoscuantoscuentos,entre los que sobresale«Elmachete»(1912), en el queel nivel de lenguadel autor—o del lector—entraencolisióncon el del personaje-narrador,apesardetodoslos esfuerzosfonéticosdel autor Se podríancitar másnombresde escritoresregionalistas(y tal vez«criollistas»),como losde JoséFélix Fuenmayor,EduardoAriasSuárez,AdelLópezGómez, o a BernardoArias Trujillo, másnovelistaquecuentista,tantocomo CésarUribe Piedrahita,o a Antonio CardonaJaramillo,etc., ya escri-tores del siglo XX. Y estoy segurode que si José EustasioRivera hubieraescritocuentos(y si no hubierarechazado,seguramente,la denominaciónde«criollista»)seríael representantecolombianomásconspicuodetal corriente,yaque,al parecer,sueleseñalarseal uruguayoHoracioQuirogacomoel cuen-tista másgenuinamenterepresentativode ésta.

2.2. El cronotopo13 del subgéneronacidode dotarde unatramanarrativaa la descripciónde las costumbresregionaleso locales—llamado «costumbris-mo» o «realismo-costumbrismo»—es, tal vez, el de la accióninsólita en el

12 Historia de/aliteratura hispanoamericana.México.FCE. 1957.Y cd. Tomo 1, pág.241.13 Utilizo, comoampliarémásabajo,la terminologíadeMijail Bajtin.

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ámbito familiar, en el mundo de lo inmediatoconocido; peroestaacciónesmeramenteinsólita, no es irreal,fantástica,realmentesobrenatural,enelámbi-to de las creencias—lo cual puededar entradaa los milagros,consideradoscomo partede éstas,por ejemplo.En un cuentocomo«En la diestrade DiosPadre»,de TomásCarrasquilla(enel queJesucristose le aparecea un campe-sino y le concedecincodeseos,en cumplimientode unodeloscualeslaMuer-te quedainmovilizaday no puedematar; al final, Peraitica,el protagonista,esaupadoa la boladel mundoquesostieneel PadreEterno),la acción folclóri-co-sobrenatural,sólo ilustra la mentalidadhabitualen el mundo local mral,«ingenuo»,primitivo, mitológico, en el cual la creenciamilagrerano es unhecho insólito. En este cuentopodríanverse los comienzosde lo que, mástarde,intentallevar a caboGabriel GarcíaMárquez: la imagenliteraria de lamentalidadmitológicadel mundorural, algoquepodríamosllamar «costum-brismomitológico».La diferenciaes quela actituddel antioqueñono es críti-ca, mientrassilo es,e irónica y desmitificadora, la del autorde Aracataca(recuérdenselos «milagros»deCienañosde soledad, por ejemplo).

2.2.1. Pero la pregunta sería: apartede querer resaltar peculiaridadesregionalesde formarealistatradicional(costumbrismo-realismo;deunanove-la suyadice Carrasquilla,con la ingenuaideologíade la época:«tomadadelnatural, sin idealizaren nadala realidaddela vida»; la fórmula«costumbris-mo + trama»es la imperanteen casi todosellos); apartede inventarunajergapretendidamentecampesinao popular; apartede crearestereotipos,¿cuálesson los valoresliterarios de tales cuentistas—insistoen que me refiero a loscolombianosque podríanconsiderarse«criollistas»,entre,digamos, 1890 y1930—?Se me antojaqueen la mayoríadeellos (hay, desdeluego,brillantes,aunquepocas,excepciones)las buenasintencionesson muchomásampliasquelas buenasobras.

3. Por otraparte,¿noes verdadque,en literatura,todo es,en cierto modo,realismo,al cual se le sueleponeradjetivosdiferenciales?.Lo quepasaes queexisten variasposibilidadesrealistas,ya que la realidadno es unani simple,perotodo es realismo,hastalas fantasíascortazarianaso garciamarqueñas—sies queéstasson fantasías.Hay un realismoempírico (monológico, disyunti-yo ~, tradicional,basadoen la antigua«manerade ver la realidad»—«tomadadel natural,sinidealizarennadala realidadde la vida»—,o seapositivista,pre-tendidamenteobjetivistay cientificista,externa),queincluye el realismocos-tumbrista, regionalista,rural, etc., etc. Y hay los «nuevos»realismos(otrasmanerasdever las infinitas facetasde la realidad,otro concepto,dialógico, nodisyuntivo,másamplio y pluralista,desdeunaperspectivafundamentalmenteinterna) frentealo puramentefantástico(quees,también,un realismo,si no esmeraociosidad).Tal vez podríadecirsequelos estudiososde la narrativanosmovemosentredos extremos:el realismotradicionaly lo/(el) (realismo)fan-

14 Tomo el conceptodeIrlemarChiampi. El realismo maravil/oso.Caracas.MonteAvila.

1983. Procedede la antropologíadeClaudeLévy-Strauss.

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tástico.Entreestosdosextremos,otros realismos,los neorrealismos:el mito-lógico, el «mágico»,etc. ¿Noseríamássencilloplantearlas cosasasí?

Y si hablamosdeun realismoque,estructuralmente,tratadeunamanerapeculiarel cronotopo(un espacio-tiempoinmediato,local, provincial, y hastamral,si se quiere);si prescindimosde la camisade fuerzade las cronologíashistórico-literariasaluso y de la estrechezde laadscripciónsocialo económi-ca. y si, en cambio,obtenemosunamuchomayorcalidadliteraria,¿noes per-fectamentelícito y aconsejableestudiar, por ejemplo, ciertos cuentos deGabriel GarcíaMárquez,como representativosde, si se quiere,un «criollis-mo» —y haberconquéreemplazamosla palabrejalosqueno nos sentimosenabsolutocómodosconella—trascendentey no estrechoy limitado?

3.1. Comomis actualesinteresescríticossecentranen la investigacióndelo que quisieradenominarel cronotopoamencano,siguiendolas iluminado-rasteoríasde Mijail Bajtín, he pensadoquetal vez un estudiodel espacioenlos cuentos«realistas»(no «mágicos»>de Losfuneralesde la Mamá Grande,escritosen 1958 5 y publicadosen 1962,podríacontribuir dealgunamaneraa los propósitosgeneralesde estamonografía.Estoscuentos,por otra parte,cabena la perfecciónen las notasdescriptivasdel cuento«criollista» citadasmásarriba (aunqueestoy segurode quea nadiese le ocurriría clasificarloscomo«criollistas»).Me parecequetodoes un problemadesiemprediscutibletipologíay taxonomíaliterarias,las queo biennuncaabarcanexactamenteloqueseproponeno bienrebasanlos límitesdeseados.Perosi lo queinteresaesconocermejor un aspectode la narrativa latinoamericana,sea cual fuere suclasificaciónpor los críticos,comodigo, siemprediscutible,entoncesestetra-bajotienesumodestasignificación.

4. Desdeluego, los ochocuentoscontenidosen Losfunerales...,(«Lasiestadel martes»,«Un día de éstos»,«En este pueblono hay ladrones»,«La prodigiosatardedeBaltazar»,«La viuda de Montiele,«Un día despuésdel sábado»,«Rosasartificiales»y «Los funeralesde la Mamá Grande»)16,

son cuentosneorrealistas(novamosa utilizarya máslo de «criollistas»)~7,

de un realismopeculiar, un realismoque intentapenetrarmáshondoque elcuadrode costumbres,o que el tradicional cuentolleno de elementosfol-clóricos, de incomprensiblesdialectalismos—muchasvecesrecogidossólode oídaspor el autor—, de campesinosexplotados y patronossin concien-

‘~ DassoSaldívar.El viaje a la semilla. La biografía. Madrid. Alfaguara. 1997, pág. 375.~ Existemuy pocabibliografíacríticaacercadeestacoleccióndecuentosenconjunto.En

lasmásrecientesrecopilacionesde artículossobreGarcíaMárquez,porejemplo:HomenajeaGabriel García Márquez.1. 0. CoboBorda, ed. Bogotá. Siglo del HombreEditores. 1992, yRepertoriocrítico sobre Gabriel García Márquez.Y O. Cobo Borda, comp. Bogotá. InstitutoCaroy Cuervo. 1995, no apareceningún artículosobreel libro y sólo algunosobrealgunodeloscuentos.

1’ Desdetuego,usoel términoneorrealistaenel sentidodeunabúsquedadiferentedeunarealidadno convencional,invisible, avecesno perceptiblepormediosempíricoso racionalis-tas,peroenmodo alguno~<magica>~ni «maravillosa>~,comodigo enseguida.

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cia, gamonalesy doncellas,leyendasregionales,etc., etc. Pero tambiénescierto que,desdeluego,no llegaaesoqueenmalahorase leocurrióalisIarPietri tomar de Franz Roh y al puertorriqueñoÁngel Flores «teorizar»yqueha hechotantafortunaenlos mediosuniversitariostantonorteamerica-noscomoespañoles,el tal «realismomágico»(la «magia»de la ignoranciay la pobreza)IS~ El último cuento,la elegíaalegóricade la MamáGrandealo mejor podría ser confundidaen su feroz sátirahistórico-políticacon loquellaman «mágico»o, paramayorescarnio,«maravilloso».Perono. Cual-quieraquehayavivido la realidadde un pueblocaribeñodominadoporuna«cacica»y que hayaconocidoen carnepropia lo que ha venido siendoelsistemapolítico de tantos paiseslatinoamericanos,sabeque GarcíaMár-quezno estátratandodehacer«magia»ni «maravillas».Sólo realismo.Satí-rico, esosi, atravésde unatropicalisimautilización de la retóricay la iro-nía. Neorrealismo~

4.1. Partiendode la definición, no demasiadoconcluyente,todo hay quedecirlo, deMijail Bajtin 20: «Vamosa llamar cronotopo(lo queentraducciónliteral significa«tiempo-espacio»)a la conexiónesencialde relacionestem-

8 Enel articulo deAlicia Llarena,«Un balancecrítico: lapolémicadel realismomágico ylo real maravillosoamericano(1955-1993)»enAnalesde literatura hispanoamericana,n5 26 1,Madrid, 1997, entreotrosplanteamientosqueno sonparaser discutidosaquí, sitúa el «espacioliterario»(habladela «espaciología»)comoclaveenlasdiscutidasy discutiblesclasificacionesmencionadas, pero sin hacer ninguna referencia a las teorías del, para mí, ineludible Mijail Baj-tín. Por otra parte, el articulo de Sandro Abate, «A medio siglo del realismo mágico: balance yperspectivas», Ibid., deriva,de manera más bien irrelevante, el tal realismo «mágico» del moder-nismo. La afirmación inicial de este articulo ignora el movimiento de vanguardia en AméricaLatina y disminuye de manera inaceptable la importancia de los poetas de la primera mitad delsiglo XX: hablando de Rubén Darío, dice: «Casi podría decirse que la temprana desaparición delgran poeta dejó a la literatura hispanoamericana en una atmósfera de conmoción, desintegracióny desorientación generalizada, de la que sólo lograron sustraerse algunos de sus más geniales ydirectos herederos: César Vallejo, Vicente Huidobro y Pablo Neruda». La ignorancia no sólo dela calidad y trascendencia propia de la obra de Lugones o López Velarde, entre los poetas, lanovela de la Revolución Mexicana, en la prosa, entre otras realidades literarias, para no hablarde las novelas de los años 20, los cuentos de Quiroga, etc., etc., resulta realmente bochornosa enuna publicación de la altura de la mencionada y no puede quedar incontestada.

En cuanto al «realismo mágico», preferimos, como diremos más abajo, la acuñación deMario Vargas Llosa, real imaginarlo.

> Vaya por delante que creo que tanto Losfuneralesde la MamáGrande,como El coronelno tienequien¿e escriba,corno La mala ¡rara, en el límite de 1962, pertenecen a la etapa delrealismo monológico, disyuntivo, aunque ofrecen una visión diferente de la tradicional, másamplia y abarcadora, como trataremos de explicar más adelante.

~ Utilizo la obra fundamental al respecto: Teoría y estéticade la novela. Madrid. Taurus.1991, especialmente el capítulo «Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela». Mehasido de especial utilidad el libro de Gary Saul Morson y Caryl Emerson. Mikhai/ Bakhtin.Cre-ation ofaProsaics.Stanford. Standord University Press. 1992. Precisamente, son ellos quienesafirman: «What preciselyis a chronotope?Characteristicallyfor Bakhtin, he neveroffers aconcisedefinition.Rather,hefirst offerssorneinitial comrnentsandthenrepeatedlyaltematesconcrete exarnpleswith further generalizations.In the courseofthis expositionthe terrn turnsoíd lo huyesevera!re/oledrneanings» (pág. 367).

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poralesy espacialesasimiladasartísticamenteen la literatura» 21, y de losejemplosqueel teóricoruso analiza,aquítratodeestudiaren estaperspectivaloscuentosgarciamarqueñosmencionados.Insistoenel carácterde ensayo,deexperimento,del intento.

4.2. Creo que existeun cronotopogenéricoo subgenérico—o sea,utili-zandounahorriblepalabra,un «macrocronotopo<—y un cronotopoespecífico,el cual ofrecevariantesconcretasconrespectoa aquél. Así, más arriba, tra-tandodedescribirel cronotopodel subgénerodel relato realista-costumbrista,escribí:

«es,tal vez,el delaaccióninsólitaenel ámbitofamiliar, enel mundode lo inmediatoconocido;pero estaacciónes meramenteinsólita,no esirreal,fantástica,realmentesobrenatural,enel ámbitodelas creencias—locualpuededarentradaalos milagros,consideradoscomopartede éstas,porejemplo.»

4.2.1. En «La siestadel martes»22, en el que estátan admirablementelogradala técnicadela implicación, de la sugerencia,delo no dicho, lo táci-to, en la queel lector ocupatan satisfactoriamentesu función pragmática23,

despuésde un descriptivoy sofocanteviaje entren,unamujery su joven hijavisitan al cura de un puebloparaque les facilite la llave del cementerio,enmediodeun tiempode siestaapabullante.Nosenteramosde quela tumbaquevana visitares la del hijo de la mujer,al cual mató unaviudacuando,aparen-temente;intentabaasaltarsucasa.El curaanotalos detallesburocráticospere-zosamente,y nos enteramosde que, segúnsu madre,el muertoera un buenhombrequese veíaobligadoarobar lo que«no le hicierafalta a alguienparacomer».El curaleentregala llave a lamujer, peroen esemomentosedacuen-ta de quehayunapresenciainusitaday perturbadorade gentedel puebloace-chandola salidade la mujer; intentadetenera ésta,peroella, sin inmutarse,inicia, junto con la niñay suramode flores,su salida.

Tenemosvarias determinacionesiniciales: un pueblopequeño,un climasofocante,la miseria,la dignidad.Un espaciorural, local, pueblerino,reduci-do, perfectamenteconocido;un actode dignidadfamiliar frentea la pobrezay la presiónde la opinión pública. Una acción no irreal, no fantástica,soloinsólita en unadébil mujer, madrede un hombreal quehanmuerto por sos-pechasde robo.El modestoactoafirmativode ladignidadpopularen la opre-

21 Op. cit., pág. 23722 Utilizo la edición de Todos los cuentosde GabrielGarcíaMárquez. Barcelona. Plaza y

Janés. 1975. Entre paréntesis, a continuación de la cita, los números de página.2A Por ello resultan simplemente abrumadores los profusos e innecesarios comentarios, glo-

sas. interpretaciones y paráfrasis de Mario Vargas Llosa sobre éste y los restantes cuentos deLosfunerales...en García Márquez.Historia deun deicidio,Barcelona-Caracas. Monte Ávila-Barral. 1971, págs. 345 y sigts. Ahora bien, como he escrito más arriba, creo que acierta plena-mente Vargas Llosa al acuñar la denominación de real imaginario para lo que otros llamarían«realismo mágico» o cosa por el estilo.

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sivapobreza24, podríamosdenominarestecronotopoespecifico. En mediodeuna red de opresiones(la falta de oportunidades,el sistemafunerario,la opi-nión pública,etc.), la dignidadpopularse manifiestasobriay tranquila.

4.2.2. En «Un día de éstos»resplandecetambiénla maestríadel autorenelmanejodela retóricadela implicación25~ Un dentistade un pueblo,sintitu-lo, recibelavisita inqueridadelalcalde,quesufrededolor de muelas,y ame-nazaconpegarleun tiro si no lo atiende.El dentistalo recibey, despuésdeimplicarqueel alcaldees un opresory asesinoal decirle:«Aquínos pagavein-te muertos,teniente»(117), le extraeunamuelasin anestesia.Lo implicado,en estecaso,es la situaciónhistóricade la épocade la Violenciacolombiana(1949-1955)26, en laquelas autoridadesmilitaresy policiacas,al serviciodelpartido en el gobierno,asesinabanmasivamentea los miembrosdel partidocontrario.El dentista,al pronunciarsu frase clave,se identificaconlas victi-masdel alcalde(«nospagaveintemuertos»)y laextracciónresultaidentifica-daconun gratificantee impune acto de venganza.

El tiempoes el clima de la violenciasoterrada,el del enfrentamientosofocado,el de la tensiónoculta,el de laopresiónpolítica y tambiénel de laclandestinidad.El espacio,el reducidoámbitopueblerino.La acciónesel sim-bólico acto afirmativo de la venganza.Prevalenciasimbólicade lo oprimidocontrala fuerzade laopresión.La acciónno es ni fantásticani irreal, y tal vezni siquiera insólita, aunque,considerandolas circunstanciasde violencia yopresión,seguramentelo sea;afirmaciónde la dignidaddelo oprimidopor laironíasimbólica.En el mediode la (aparente)normalidadpolítica y legal, lamanifestación(simbólica)de lo oprimido clandestino.La violenciaha perme-adotodaactividadhumanay un simpleactoprofesional(la extracciónde unamuela), de insospechableneutralidaden otras circunstancias,se convierteenun actopolítico.

4.2.3. «En estepueblono hay ladrones»,el siguientecuento,de conside-rableextensión,relata,conel mismoestilo implicativo y reticentede los ante-riores, los efectosdel robo de tas únicas bolas de billar del único billar delúnico establecimientode este tipo de diversióndel pequeñopueblorural desiempre,por un joven desempleadoy sin recursos,casadoy próximo a serpadre. Comoel propioDámasodice a su mujer, al robar las bolas,«(...) sin

24 Es la misma situación, dicho sea entre paréntesis, de El coronelno tiene quien íe escri-ba (1956), pero aquí aparece el espacio de la clandestinidad.

23 Al comparar el estupendo cuento de Hernando Téllez (1908-1975), «Espuma y nada

más» (H. Téllez. Cenizasparael vientoyotrashistorias.Bogotá. Litografía Colombia. 1950),en el que un barbero se ve obligado a afeitar al militar que ha torturado y asesinado a sus copar-tidarios, y vacila, con la navaja abierta sobre el cuello del otro, entre su deber profesional y sudeber político, con el de García Márquez, nos percatamos del valor de la implicación. En elcuento de Téllez todo nos es dicho y el lector se debe limitar en buena parte a admirar la habi-lidad del autor, pero no participa activamente, como en el de García Márquez, en la creaciónde la obra literaria.

24 Saldívar, Op. <-it., pág. 338, cree que «el trasfondo» de los cuentos de Losfunerales...es

~<elde una cercana o inminente violencia». pág. 388.

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quererlonostiramos al pueblo»(137), ya que su acción transformade formanotablelavidacotidiana,sinque,apesarde los ingenuosfantaseosde Dáma-so, les reportea él y a su mujerningúnbeneficio.Además,el alcaldecapturaa un inocente,el cual aparececonevidentesseñalesdehabersidotorturadoenla cárcel.Dámasoy su mujerno puedensoportarlapresiónde susconcienciasy decidendevolverlas bolas;cuandoél intentahacerlo,penetrandoen el salónde lamismamaneraquecuandolasrobó,el dueñodelestablecimientolo sor-prendey, por venganza,lo acusade haberrobadotambiéndinero.

El cuentotiene un insinuadopero definible tono costumbrista,aunquelatramaes tan sugerentey eficazmenteimplicativacomolade los mejorescuen-tos de la colección:nos muestra(y escojo la palabracon toda intención)elambientede un pequeñopueblo tropical, caluroso;sus gentes (el corruptoalcaldequehacechantajeala prostituta,elpropietariodel salónde billares, laprostitutaenamorada,el camareromarica,el pobrenegrode siempre,martiri-zadoy falso culpable),sus diversiones(billar, cine, salón de baile-burdel),perosobretodoello, se elevala caracterizacióndeDámaso,el joven querobacosasinútiles, perosobrelas queedifica.comolo hacenlos mejorespersona-jes deGarcíaMárquez,susfantaseos,y de Ana, la sufridamujerembarazada,comosiempreen la narrativagarciamarqueña,huesoy nervio de la familia opareja... Casi unanovelacorta.El tiempoes el de la necesidady la pobreza;el acto ilegalperocomprensibleen mediode la opresiónsocialy económica.

4.2.4. En «La prodigiosatardedeBaltazar»,un artesanogenial fabricaunajaula maravillosa—en el hiperbólico sentidonormalde la palabra,es decir,enel mismoen el quese usalapalabra«prodigiosa»en el título del cuento:nadaque ver con «prodigios»religiososo «mágicos»—,la «másbella del mundo»(147) para algunaspersonas,que le ha sido encargadapor «el hijo de donChepeMontiel» (149). El médicodel pueblointentacomprársela,peroBalta-zarsemantienefiel aquien lehahechoelencargo,un niñodedoceaños,segúnnos enteramosdespués.El padredel niño, el rico del pueblo,rechazala jaula,peroBaltazarse la regalaal niño, alegandoque: «La hice expresamentepararegalárselaaPepe.No pensabacobrarnada»(153). Él piensaquehaejecutadoun acto libre, normale inocente,pero, por la reacciónde la genteen el salónde billar, se da cuentade que «todo esotenía una cierta importanciaparamuchaspersonas»(153) y, lleno demodestoorgullo, seemborracha.En mediode laborracherasacaconclusionesideológicas,a sumanera:«Hay quehacermuchascosasparavendérselasalosricos antesque semueran—decía,ciegodela borrachera—.Todosestánenfermosy se vanamorir.,> (154). Luego,caídoenmediode la callegoza«el sueñomás feliz de su vida». Así, lo quecomienzacomolo quese podríatal vez leer comounaespeciede alegoríadela creaciónartística—el artistafrentealasociedad«burguesa»,hostileincomprensiva,ade-másdelascomplicadasrelacionesentreobrade artey precioo valorde cam-bio—, se tiñe de máso menosexplicito significadopolítico y el artistaes másbienun trabajador,un artesanoqueintuye y participa,a sumodo,en la luchade clases. En el tiempode la división socialy económica,en elespaciorural

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de ladivisión de clases,el actoartesanal-artísticose convierteen unarebeldíaequivalente,de algún modo,al de la viuda de «La siestadel martes»,al delcoronelqueno tienequienle escriba,porejemplo.

4.2.5. El siguientecuento,«La viudade Montiel», divide en dos el libro,yaqueen él se inician variascosasnuevas,narrativamentehablando,aunque,paradójicamente,parezcasertal vez el menos«cuento»de todos,ya que nohay acción. Aquí comienzaese procesode globalización,de integracióndelos diferentescuentosenunaestructuraespacial,cronotópicamayor,abarcan-te—que, como todoslos queconocenbienla obradel autorsaben,culminaráen el mundototal, integradorde Macondo,el pueblo, el gran cronotopo, enCienañosde soledady otrasobras—, peroaquítodavíaincipientey no siste-mática,másbienintuida 27 Tambiénenestecuento,al final, hacesu entradaen el cronotoposubgenéricodel libro, unadeterminaciónespacialnueva ymuy importante:laexternalizacióndel espaciointernode la creenciacolecti-va o individual.

El cuentoes,pues,unaampliacióncronotópicaconrespectode los cuen-tos anteriores.Se ampliaconsiderablementeel cronotopoespecifico,indivi-dualdel cuento,y tambiénse trazanlas grandeslineasdel subgenéricointe-grador: los antecedentespolíticos de la situaciónactual del pueblo. Además,se contraponeel carácterrural y primitivo de esteMacondoincipientea lossignosurbanos(París).

Por otra parte,el cuentoes otra versión de un aspectode El coronel notiene quien le escriba. Desde luego, JoséMontiel es el don ChepeMontiel,padredel niñoa quienBaltazarregalala jaulaenel cuentoanterior,perotam-bién,mutatis mutandis, es el don Sabasde El coronel: el individuo que seenriquecepor mediode la traición, el robo y el asesinato,aprovechándosedela represióndelaViolenciaoficial. GarcíaMárqueznos haacostumbradobiena todasestasintratextualidadesen suobra.

Al final delcuento,a la viuda deMontiel se le aparecela Mamá Grande,«con unasábanablancay un peineen el regazo,destripandopiojos con lospulgares»(161).Podríatratarsede unaalucinaciónde la viuda, perolaverdades queaquícomienzala introducciónporel autordeestoselementosquealgu-nos llamarían simplemente«mágicos»,y que VargasLlosa determinaconmayorcuidado:

«Desdeel punto de vista del nivel de realidad,el libro amplíalades-cripción delpíanosocial (...), pero su aporteprincipalenestedominio es

27 Según Vargas Llosa, op. cit., pág. 345: «(...) Los relatos de Losfuneralesde la Mamá

Grande suceden alternativamente en Macondo y en el «pueblo». Luego, en nota, dice: «Tressuceden en Macondo: «La siesta del martes», «Un día después del sábado» y «Los funerales dela MamáGrande», y cuatro en el «pueblo»: «Un día de éstos», «En este pueblo no hay ladro-nes», «La prodigiosa tarde de Baltazar» y «Rosas artificiales». Inexplicablemente, no mencio-na «La viuda de Montiel», a pesar de que, al parecer, maneja la edición de la Universidad Vera-cruzana, la primera (Xalapa. 1962) que contiene los ocho cuentos.

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la aperturadealgunosrelatoshacianuevasdimensionesde lo real, larela-ción inéditaquesugierenentrelo real objetivo y lo imaginario»28~

En estemedio rural, tan diferentedel urbano,en este «pueblomaldito»,comoescribela viudaa sushijasa París—quees «lacivilización»comocon-testanéstas—(160),dondela Violencia lo ha subvertidotodo, dondela mal-dadgobierna,lospobresson acribilladosenla plazapúblicay los ricosdes-terrados,es decir,enesteespaciorural, primitivo, violentadoy llevadopocomenosqueal caosenla épocade la Violenciaoficial, los pobresquequedanse ven obligadosa robar parasobrevivir, las madresa sufrir la tensióny lamalicia, el dentistaautilizar un actoprofesionalcomo simbólicavenganzapolítica...

4.2.6. Perohaymás.El siguientecuento,«Un día despuésdel sábado»es,sin duda, el más ambicioso,desdeel punto de vista estructuralo cons-tructivo,de todos,el máscomplejoen estesentido,y tambiénestableceunaconsiderableampliacióncronotópicaen variasdirecciones.Trespersonajestejenunatramaque se desarrollaen el espacioya familiar del pueblotropi-cal, caluroso,en el quesucedeel «extrañofenómeno»de unalluvia depája-ros muertos,sobrelos cualeshabremosde preguntarnos,comolo haceVar-gas Llosa, «¿Estospájaros son ‘reales’ (real objetivos) o ‘irreales’ (realimaginarios)?»29 Yo creoqueel «fenómeno»se basaenun hechonatural,tnsólito, si, pero no imposible en el trópico (algo así como las mariposasamarillasde Cienañosdesoledad),quealgunospersonajes,comoel chifla-do padre Antonio Isabel del SantísimoSacramentodel Altar CastañedayMontero,la-viuda-Rebeca-y-la dueñadel-hote-l magn-ifican--y-dotan-decon-notacionesno aclaradas,relacionadasconfusamentecon creenciaso leyen-dasreligiosas («El Judío Errante»). El cuentoresulta tal vez confusooinconcluyenteal llevar la implicaciónmás allá de suslimites y no propor-cionaral lectorpistassuficientesparaaclararla situación30, puesestá llenode sugerencias,de insinuacionesno suficientementedefinidas,de referen-ciasnonatas3I• Ahora bien, por lo que aquíinteresa,el cuento, ademásdeuna magistralpenetraciónen el interior de un cura medio enloquecido,puededefinirsecomoun «cuentode ambiente»,enel quela acciónes mcnosrelevantey la caracterizaciónde los personajesmásbien estáal servicio dela espacial.Cómola mentalidaddel tiempo precientífico,mitificante, en elespaciorural, «semicivilizado»(es decir, mínimamenteurbanizado)inter-pretala realidad:tal podría ser la síntesisde estecuentotal vez en agraz.

28 Op. cit., pág. 345.29 Op. cit., pág. 392.

-30WargasLlosa, ibid., pág. 3934-tratade responder-a lOS interrogantesque-deja-el-cuento,pero de manera, ami parecer, poco convincente.

-~ Por ejemplo, a la aún inexistente Cien añosdesoledad,de modo que su lectura en 1962tuvo por fuerza que ser muy diferente a las que se hicieron después de 1967, lo cual succdc conmuchos de los cuentos de este libro.

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Tiempopremodernode la imaginación«encantadora»en el espaciosemiur-banode la escasez.

4.2.7. Me pareceque el espléndido«Rosasartificiales», el penúltimocuentode la colección,pertenecea aquellosincluidos antesde «La viuda deMontiel» o «Un día de éstos»,si coinsideramosqueestosúltimos estánmáspróximosal cuentofinal, el cual ya anticipa,comolo hanvisto diversoscríti-cos,el mundode Cienañosdesoledad.«Rosasartificiales»se me antojaunaobramaestrade la sutil técnicade la implicacióny la reticencia.Es un cuen-to realista,en el queno aparecelo «realimaginario»,quediría VargasLlosa.,sino sólo lo «real objetivo»: nos muestrael ambiente,el densoaire que seinterponeentrelas personas,pudiéramosdecir, recargadode sobrentendidos,de represiones,de ideologismos(lo religioso): el espacioasfixiante de larepresióncotidiana,quecasi seconfundecon el vivir mismodelagenteen esetiempo«antiguo»,es decir,premoderno.

4.2.8. Y así, llegamosal largo relato (que no cuento)que da título a lacolección,lo cual, de algunamanera,le añadeuna ciertarelevanciaque yocreoquese debeasucarácterdetransiciónhacianuevasescrituras.El recuer-do de la magnaelegíasatíricaEl Gran BurundúnBurundáha muerto (1952),deJorgeZalamea,hechatambiénconun grandespliegueretóricoparódico,nopuedeser dejadode lado al leer las enumeracionesgarciamarqueñas32, asícomotambiénresuenadetrásde la riquísimaprosade El otoñode/patriarca.«Los funeralesde la MamáGrande»es unaelegíafuneral satírica,claroestá,perotambiénalegórica.El relato se mueveentrelo real objetivoy lo fantásti-co, lo alegórico,lo paródico.El espacioprovincianoen el quese desarrollaelpersonajede la MamáGrande,alegoríadel caciquismo,de la oligarquia, vaampliándosehastalo nacional,dentrode unatónicade ironíacríticapreferen-tementepolítica y social,pero tambiénreligiosa.VargasLlosaha hechounaminuciosísimay prolija descripcióny glosa de todoslos elementosde esterelato (y de todos los demás)y quisiera tomar de ella las siguienteslineascaracterizadorasde lo que¿¡llamala «sociedadficticia»:

«(...) sociedadpre-industrial,fundamentalmenteagrariay de peque-ños comerciantes (...). En Los funerales de la Mamá Grande, (...)

Macondoha seguidosiendounasociedadfeudal, agrariay paternalista.

4.3. Relativoanacronismo,pobrezaperono miseria, marginalidady ais-lamientoconrespectoa loscentrosurbanosdel progreso,son las coordenadasespacio-temporalesen las que se sucedenlos actosde dignidad,de creaciónartística,de violencia,dehumillación; tiempode opresióny derepresiónen el

32 Fabio Rodríguez Amaya. Ideo/ogía y lenguajeen la obra narrativa deJorge Zalamea.imola. University Press Bologna. 1995, pág. 116 n., apunta este parentesco.

~‘ Op. cii., págs 417-419.

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mediorural, semiurbano,premodemo,en el quesurgendesdeactosmodesta-menteheroicoshastasatíricasalegorías.Tal podríaserel cronotoposubgené-rico deestoscuentosquedesvelanla realidadno visible asimplevista, el airequerodeaa las personas,el ambiente, lo imaginario,lo mítico, lamentalidad(«Culturay modo de pensarquecaracterizaa unapersona,a un pueblo,aunageneración,etc.»,DRAE), en unapalabra.Cuentosen el fondode los cualeslate,escondida,la denuncia,la posiciónideológica,en títimo caso,laactitudpolítica,en el mejorde los sentidos.

Desdeluego,ésteno es el cronotopodel costumbrismo-realismo,al cualle falta la perspectivacrítica, la tomade posición,laintencionalidad.Esteele-mentocritico, político,paramiesesencial,peropertenecealámbitode laacti-tud, de la voluntaddel autorimplícito. Lo queaquíinteresaes la creacióndelcronotopo,el tiempodel subdesarrolloen el espaciorural.

4.4. Sin espacioparamás, concluirédiciendoque ciudad y campo hansidolosdospoíossimbó!icosentrelos quehapenduladola literatura(y lacul-tura) latinoamericanadesdela colonia. Cuestión de ciudades~ de núcleosurbanos,burocráticos,depoder,entiemposcoloniales,en el siglo XIX escosade grandeshaciendasy al tiempo de pobladosolvidados,de núcleostribales,rurales,luegomáso menossemiurbanizadosconel tiempo,peromarginadosdeun medianoprogreso.Másadelante,el salónde billar, el de baile contoca-discos, el cine al aire libre, el radio, que acompañanal establecimientodelcapitalismo,la especulación,la violencia política y la opresión... La pugnaentrela primitiva naturalidad,la antiguainocenciay la degradación,la mise-ria moral y material del tiempo actual se plasmacomo invasión de signosurbanosen el espaciode la vitalidad rural, natural.En El coronel no tienequien le escriba,«coronel»y «escritura»constituyen,desdeluegodos signosurbanos,mejordicho, dos signosasecas,abstraccionesracionalizadas,mien-traslaúltima palabradel libro («mierda»)es puramanifestacióndevida,natu-raleza,cuerpono sígnico.

El espacioquese adivinadetrásdela invasióndelos signos«letrados»,esavida natural, inocente,corpóreadel pobrehombreque se ve obligadoa robar las bolasde billar, eseartesanoqueejecutasuobrade artelejosdelos valoresde cambioo venta,esamujerqueva a ver a su hijo oprimidainvisiblementepor la «legalidad»,constituyenalgunosejemplosde algoquepodríamosllamar el cronotopodel asaltoa la inocenciay la naturali-dadamanosdel «progreso»y la modernización.Nostalgiaimplícita de lainocenciaprimitiva, la cual, al chocarcon la supuestamodernizaciónsehaceridícula, anacrónicao, lo peor, degradante,deshumanizadora,mor-tal. Crucedel espacio-tiempodel primitivismo, de la vida natural, ino-cente (el «buensalvaje»,la «barbarie»)con el tiempo de la moderniza-ción/civilización. Viejo tema,cuya discusiónse origina en el siglo XVII

~ Véaseel breve y sugerente libro de Ángel Rama. La ciudadletrada.Ediciones del Norte.Hanovenl’4. H., 1984.

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conel enfrentamientoentrecortey aldeay prosiguea lo largo del XVIII(Rousseau)hastanuestrosdías.GarcíaMárquezlo resumeen el título deuno de sus trabajos periodísticos,en el que, con claridadmeridiana,elsigno letrado(urbano)se contraponea la felicidad: Cuandoyo era feliz eindocumentado~.

~5 Caracas. El Ojo del Camello. 1974.

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