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Del Provincial, P. Louis Studer, O.M.I.
Estimados amigos de los Oblatos,
Los pobres se dirigen al norte, por lo que los Oblatos van hacia el sur, a su encuentro.
Tal fue la imagen que vino a mi mente recientemente al reunirme con el Arzobispo Francisco
Moreno de Tijuana, México y presentarle un plan sobre el cambio de nuestra participación en su
diócesis. Habíamos decidido devolver a la arquidiócesis algunas de nuestras iglesias mejor
establecidas, que se habían vuelto muy confortables para los Oblatos.
Es difícil describir como “muy confortable” a alguna de nuestras iglesias de misión en Tijuana.
Los edificios y capillas son muy sencillos, algunas incluso de material de construcción
desechado. En años recientes algunas de estas comunidades se han vuelto más auto-suficientes.
Los laicos en ellas participan ahora activamente en la catequesis y formación en la fe. Este
crecimiento nos llevó a decidir dejar algunos de estos vecindarios, en busca de lugares con
mayor necesidad.
Es por ello que los Oblatos nos dirigimos ahora hacia el sur. Estaremos trabajando con los
pobres que llegan al área; personas del sur de México y América Central carentes de posesiones,
padres en desesperada búsqueda de empleo, familias huyendo de gobiernos represivos.
En el viaje de los Oblatos al sur, ustedes van con nosotros. Sus oraciones y apoyo son vitales y
nos permiten ir a territorios de misión donde pocos desean estar. Juntos cumplimos las
indicaciones de nuestro fundador Oblato, San Eugenio de Mazenod, de “no dejar de intentar algo
por el Reino de Dios”.
Agradezco sinceramente su generosidad y su deseo de caminar a nuestro lado en este nuevo
trayecto.
P. Louis Studer, O.M.I.
Provincial, Provincia de los Estados Unidos
Llevando la Vida Misionera al Extremo
El Padre Roger Bergkamp, O.M.I. es gran conocedor del cambio climático.
Durante su estancia como misionero en Brasil, el P. Roger nunca tuvo una cabra. Actualmente,
como misionero en Alaska, necesita una la mayor parte del año.
Aunque su entorno y ropa pueden haber tenido un cambio dramático en sus 52 años como
sacerdote Misionero Oblato, el espíritu misionero del P. Roger ha permanecido sin cambios:
encontrar a los necesitados y hacer de sus vidas algo mejor.
El Padre Roger nació en 1937 en Arkansas City, Kansas. Creció en una granja cuidando ganado
vacuno, porcino y gallinas. Cuando estaba en el 8° grado hubo una gran sequía en Arkansas City,
por lo que el padre del P. Roger se empleó como carpintero y el P. Roger dejó la escuela por un
año para atender la granja.
Habiendo perdido un año de escuela y en realidad sin mucho interés en ella, el adolescente se
sentía atrapado. Un Oblato llegó de visita a su área preguntando si algún joven estaría interesado
en el seminario y el P. Roger vio la oportunidad de dejar la granja y su huella en el mundo. Solo
ocho días después de la llegada del sacerdote de vocaciones a Arkansas City, el P. Roger iba
camino al Seminario Menor de los Oblatos, Our Lady of the Ozarks, en Carthage, Missouri.
El trayecto al sacerdocio no fue siempre sencillo. A los 18 años el P. Roger sufrió una
enfermedad debilitante desconocida que inflamó las articulaciones de sus piernas. Tuvo que
utilizar muletas por un año y debían extraerle periódicamente líquido de las articulaciones. En
ese año de confinamiento, el P. Roger se volvió introspectivo, tratando de saber a qué le llamaba
Dios en su vida.
Después de su ordenación en 1964, el P. Roger solicitó ir a la misión Oblata en Recife, Brasil,
pero sus superiores consideraron que era muy arriesgado para un joven sacerdote. Era una época
difícil para los Oblatos en Brasil, acosados por el gobierno debido a su decidido apoyo a los
pobres.
Su primera asignación fue como profesor en el escolasticado de los Oblatos en Mississippi y
posteriormente como Director Vocacional para el Medio Oeste. En 1972, al ser asignado a la
Parroquia St. Thomas Aquinas en International Falls, Minnesota tuvo su primera experiencia del
cambio climático. Conocida como “la Hielera de la Nación”, en International Falls la
temperatura máxima en promedio en enero es de 15°F y una mínima promedio de -6°F.
El Padre Roger trabajó nueve años en St. Thomas Aquinas, incluyendo seis años como
pastor. En esa época se incrementó la participación de los laicos en la parroquia y se comenzó el
programa TEC (Teens Encounter Christ/Encuentro de Jóvenes con Cristo) y programas de
Encuentros Matrimoniales.
En 1981, a los 44 años, por fin obtuvo la asignación que había
soñado desde su niñez – Recife, Brasil, ciudad al norte de la costa de
Brasil, que sería su casa por más de 20 años.
“Brasil me cambió para siempre,” dijo el P. Roger. “durante mi
estancia en el país me convertí en alguien muy diferente, creo que en
una mejor persona.”
No es difícil encontrar a los pobres en Recife. En las áreas urbanas
habitan en las favelas, donde las casas son un poco más que
albergues improvisados de materiales de construcción desechados.
En el campo, muchos viven en pequeñas comunidades de
trabajadores de plantaciones de caña. El Padre Roger se sentía en
casa en ambos lugares.
En Recife, los Oblatos se habían hecho legendarios como campeones de los pobres.
Constantemente se pronunciaban en contra de quienes estaban en el poder y se aprovechaban de
los menos afortunados. El P. Roger se unió de inmediato, protestando contra las agencias
gubernamentales, compañías de suministros y privadas. Fue expulsado varias veces y se atrajo
algunos enemigos, pero consiguió muchos más admiradores.
Al dejar Recife para ir a trabajar con los granjeros en las plantaciones en Jussaral (Jerusalén),
realizó protestas en contra de los acaudalados dueños de las plantaciones, quienes vivían en
mansiones, mientras sus trabajadores tenían viviendas de una sola habitación con pisos de tierra,
sin electricidad ni agua potable. A pesar de su pobreza extrema, al P. Roger le sorprendía ver
cómo las familias aún encontraban mucha alegría en sus vidas.
“Al trabajar en Brasil logré un mejor sentido de la humanidad global,” dijo el P. Roger. “El
estilo de vida de los brasileños y su forma de celebrar la vida a menudo son más cercanos al
Evangelio que en los Estados Unidos. Muy a menudo en los E.U. el valor de la vida se equipara
al éxito; en Brasil, se equipara a la felicidad.”
El P. Roger conoció a muchas personas en Brasil a las que consideraba santos vivientes. Una de
ellas era una señora llamada Colletta.
Colletta, originaria de Francia llegó a Brasil como enfermera y eventualmente se estableció en
Jussaral, donde se enfocó a mejorar la vida de las mujeres pobres y de las jóvenes. Construyó
escuelas y dio albergue a los niños de la calle.
El Padre Roger ayudó a Colletta tanto como le fue posible en sus ministerios, incluso construyó
una pequeña capilla detrás de la casa de Colletta. Con frecuencia Colletta y el P. Roger estaban
en la capilla rezando y planeando cómo llevar justicia a los pobres en Jussaral.
La última vez que vi a Colletta me pidió la Eucaristía,” dijo el P. Roger. “¡Tomé su rostro en
mis manos y le dije, ‘Colletta, tú eres la Eucaristía!’ Con una gran sonrisa me dio un abrazo…
¡qué momento de Dios!”.
Tras más de 20 años de “Momentos de Dios” en Brasil, el P. Roger decidió que era hora de
volver al norte, muy al norte. Después de un breve período en International Falls, aceptó el reto
de trabajar en la Península Kenai en Alaska.
Los Oblatos llegaron a la Península Kenai en 2007. Antes de su llegada, no había ningún
sacerdote que viviera o trabajara de forma permanente en la península, con cuatro parroquias
católicas.
Actualmente el P. Roger es parte de un grupo de Oblatos que rotan entre cuatro parroquias.
Viajar puede ser un problema, pues solo hay un camino principal en la Península y las parroquias
pueden estar a más de 160 km de distancia.
El activista surgido en el P. Roger en Brasil resurgió en Alaska y gran parte de su actividad se
enfoca en temas del medio ambiente. Las grandes compañías de petróleo y madera han mostrado
poco interés en las regulaciones ambientales. La pesca excesiva de parte de las grandes
compañías ha ocasionado un gran daño a la población de peces y creado muchas dificultades a
los pescadores locales a pequeña escala.
En las parroquias, el P. Roger ha enfocado mucho de su trabajo en llegar a las personas fuera de
la sociedad. Participa activamente en programas con personas con problemas de drogas y
alcohol. Da consejo a los prisioneros y promueve programas para evitar la violencia doméstica y
el suicidio.
Además, el Padre Roger supervisa un ministerio de hombres en el que un pequeño grupo su
reúne todos los viernes por la mañana para encontrar formas de mejorar sus vidas. El grupo toca
temas como la educación infantil y la búsqueda de empleo, además de cómo mejorar su vida
espiritual.
“Veo mi trabajo sencillamente como de ayuda a las personas para solucionar sus problemas,”
dijo el P. Roger. “Si es posible resolver algún problema a través de la fe, ofrezco mi ayuda de
esa forma. Si puede hacerse de forma diferente, lo intentamos. Deseo ayudar en cualquier forma
que funcione”.
Resolver problemas es algo que el P. Roger Bergkamp ha hecho a través de toda su vida. Desde
una granja en Kansas, hasta los barrios de Brasil, a las áreas silvestres de Alaska; siempre ha
resuelto problemas. Puede no haber cambiado al mundo, pero ha sido muy importante para
miles de personas que fueron bendecidas por su ministerio.
Una vida repleta de Momentos de Dios
Un Ancla en Alaska
El P. Tom Killeen O.M.I. fue Nombrado Ciudadano del Año
El P. Tom Killeen cursaba el 8° grado y era feliz trabajando en la granja de su tío en
Independence, Missouri; además, le emocionaba mucho una niña de su clase. Pero al llegar un
sacerdote Oblato a su salón para dar una plática, su vida cambió para siempre. “El Oblato
comenzó a hablar acerca de los esquimales y del Ártico,” dijo el P. Tom. “Y justo en ese
momento olvidé a la niña y le dije a mi mamá que sería sacerdote.”
Un año después de ser ordenado, el P. Tom fue asignado para establecer una misión en
Groenlandia. Después de años de trabajo, el P. Tom se encontró navegando en un pequeño bote a
lo largo de la costa de Groenlandia tres o cuatro veces al año para atender a las ocho familias
católicas en esa remota área.
En los meses de invierno era imposible utilizar el bote, por lo que el P. Tom y los demás Oblatos
que trabajaban en Groenlandia decidieron tratar de llegar por avión a los católicos. En unos
pocos meses en 1966, el P. Tom reunió suficiente para adquirir un avión, obtuvo su licencia y
volvió a Groenlandia. Desafortunadamente, el P. Tom se accidentó en el avión en dos ocasiones
y frustró su esfuerzo.
En 1967 decidió alejarse por un tiempo de la misión en Groenlandia, uniéndose al Ejército. En
ese tiempo trabajó en Vietnam, la Zona Desmilitarizada en Corea y finalmente en Alemania. Uno
de sus compañeros Oblatos le rogó volver a Groenlandia. Aceptando, fue trabajador social para
un club de jóvenes por los siguientes siete años. Al ser reemplazado por otro Oblato en 1982, el
P. Tom volvió al Ejército por 13 años más.
A los 62 años el Padre Tom se “retiró” y fue enviado como párroco a Leadville, Colorado. Los
nueve años que estuvo ahí fueron especiales. Cuando el obispo de la diócesis solicitó a otra
orden de sacerdotes trabajar en esa región montañosa, el P. Tom se encontró buscando otro hogar
en un lugar de clima frío.Y así, a los 70 años de edad, fue enviado a Cordova, Alaska. Aunque
se le considera estar en un “ministerio de poca actividad,” no disminuye el ritmo. Ahora, a la
mitad de sus 80, sigue celebrando Misa a diario y supervisa las actividades de la parroquia. Le
enorgullece estar disponible para sus feligreses y amigos… y ellos están orgullosos de
él. Recientemente Elizabeth Collins, Asistente Administrativa en la Escuela Primaria Mt.
Eccless en Cordova, nominó al P. Tom como Ciudadano del Año de Cordova.
A continuación, está su discurso al entregar la distinción al P. Tom:
“Este año, el reconocimiento como Ciudadano del Año es para una de las últimas personas que
quisieran ser reconocidas por la labor que realizan, aunque probablemente una de las que más lo
merecen.
“Desde el día que lo conocí he tenido la suerte de formar una hermosa relación con él. Esta
persona ha sido mi ancla en los tiempos buenos y los difíciles. Ha sido y es una fuente constante
de amor en mi vida, e igual he recibido su apoyo contínuo y devoto. Es el epítome de una
persona bondadosa, cariñosa y comprensiva. Encuentra a las personas donde se encuentran en
sus vidas, sin juzgarlos. Es compasivo y bien intencionado en su interrelación con las personas.
“Sin importar en lo que creas o las elecciones hechas en tu vida personal, esta persona siempre
está dispuesta a escuchar, a dar consejo y confirmar las maravillosas cosas que la vida tiene para
ofrecerte. En lo personal, no he visto que haya rechazado a nadie. Su deseo de ayudar a la gente
y su compromiso con nuestra comunidad excede por mucho el de cualquier persona que haya
conocido. Todos los días me esfuerzo, esperando poder seguir su ejemplo y lograr una diferencia
en la vida de las personas.
“Así que la persona que me enseñó a ser increíble en vez de solo buena, quien hizo notar que no
todos tienen que caerme bien, sino que debo solo amarlos, la persona que me apoya
continuamente y a esta comunidad, la persona que hace a todos sentirse como una estrella de
rock… por favor únanseme a reconocer al Ciudadano del Año de este año, el P. Tom.”
El trabajo de los Oblatos con los Refugiados de Guerra en Camerún
El
Hermano Ernest Mbemba, O.M.I. es director del programa de Justicia, Paz e Integridad de la
Creación en Camerún. Describe a continuación su ministerio con los refugiados de guerra
pobres:
“Pikba es una aldea de refugiados de guerra cerca de Poli y parte del territorio de nuestra
parroquia. Debido a la falta de caminos, el acceso a la aldea solo es posible en motocicleta,
complicándolo aún más en la época de lluvias.
A principios de 2014 los refugiados de guerra (cameruneses) de la frontera con Nigeria al norte
de Camerún se vieron forzados a abandonar sus aldeas por las incursiones terroristas de la secta
islamista Boko Haram. Casi todas sus casas fueron quemadas y sus propiedades saqueadas.
Muchos perdieron miembros de sus familias. Llegaron a vivir en esta aldea, donde el Lamido
(jefe musulmán) cacique, les dio una pequeña porción de terreno.
Esta es la comunidad de desplazados que visito, compartiendo sus dificultades, llevando
consuelo y encontrando juntos soluciones para mejorar su condición de vida como refugiados de
guerra. Carecen de todo: escuela, centro de salud, tierra de labranza y agua potable. Además,
muchos de ellos no tienen documentos oficiales (actas de nacimiento y tarjeta nacional de
identidad). Me he acercado en varias ocasiones a las autoridades administrativas y municipales
del lugar. Estamos comenzando a encontrar soluciones para algunos de ellos.
Acerca de la escuela. Después de algunas peticiones, pude obtener el reconocimiento oficial
para una escuela que había sido establecida en nuestra área. Comenzó a funcionar al iniciar el
año escolar. Al fin cerca de 300 niños en edad escolar (número en aumento constante) pueden ir
a la escuela. Sin embargo, no tenemos personal. Estuve en contacto con dos maestros, jóvenes
feligreses que habían terminado los estudios como profesores y accedieron a trabajar con el
director, único maestro enviado por la oficina central. Con el apoyo de los Oblatos, ya se
construyeron tres albergues de madera y paja que servirán como salones de clase.
En cuanto al agua, los refugiados la obtienen de estanques que comparten con los animales
domésticos. En consecuencia, hay muchas enfermedades causadas por el agua y desean perforar
pozos que no requieran mantenimiento.
La gran mayoría de los adultos y casi todos los jóvenes y niños no cuentan con certificados de
nacimiento ni tarjeta nacional de identidad (se perdieron durante los ataques a sus
aldeas). Comencé a negociar con las autoridades de Lagdo para obtener estos importantes
documentos, pero el procedimiento tarda mucho tiempo y requiere varios viajes entre Poli y
Lagdo. Esperamos poder lograrlo, pues casi 450 personas están en la misma situación.
Respecto a la tierra de cultivo, me reuní con el Lamido del distrito de Gouna, dependiente del de
Pikba, para conversar respecto a la situación de la tierra de labranza. Prometió enviar a sus
colaboradores al lugar para incrementar el área de terreno asignado. Como dicen: “La tierra de
cultivo es su recurso principal; de no sembrar, tampoco tendrán alimento.”
Las condiciones de vida de estas personas podrían mejorar mucho más al encontrar soluciones
decisivas y permanentes para los problemas descritos.
Celebración del 50 Aniversario en la India
La Misión de los Oblatos en la India fue fundada hace 50 años, por el entonces Provincial de Sri
Lanka, el P. Anthony Fernando, O.M.I. Los primeros dos misioneros Oblatos, los Padres
Emmanuel Mariampillai y Stanislaus Philips, llegaron a la India el 29 de junio de 1968. Fueron
instalados oficialmente en una sencilla ceremonia por el Arzobispo de Madras-Mylapore, Muy
Rev. Dr. R. Arulappa, el 1° de julio de 1968.
Desde entonces, el objetivo de los Oblatos ha sido trabajar por la armonía religiosa en la India.
Por largo tiempo el país ha sido conocido por la diversidad de su población diseminada en miles
de sectas basadas en reducidos antecedentes religiosos y étnicos.
“Crecemos y vivimos como ‘Oblatos indios,’ no como Oblatos de origen Tamil, Telugu, Hindi ni
ninguna otra fuerza de división, casta, idioma o color,” dijo el P. Francis Nallappan, O.M.I.
antiguo Provincial de la Provincia india St. Eugene. “Respetamos y dialogamos con las personas
de todas las religiones y culturas. Se trata de un gran llamado para nosotros como Oblatos.”
Parte del logro de la armonía de los Oblatos fue a causa de la necesidad, pues solo el dos
porciento de la gente en la India son cristianos. Sin embargo, una razón más importante fue vivir
el carisma Oblato de servir a los más pobres y abandonados, sin importar su religión o cultura.
La congregación de los Oblatos en la India ha tenido un crecimiento contínuo desde 1968 y en
2010 fue elevada a Provincia. Actualmente hay cerca de 100 sacerdotes y hermanos Oblatos
trabajando en el país. Las vocaciones son sólidas, con más de 20 seminaristas indios y más de
100 estudiantes en primera formación.
“El inicio de nuevas misiones es una clara señal del crecimiento y dinamismo de nuestro carisma
misionero”, dijo el P. Francis. “La diversidad cultural en esas nuevas áreas crea una verdadera
identidad india para los Oblatos.”
El Provincial actual de la Provincia de la India, el P. Chinnappan Sandhappan, escribió en el
boletín de la provincia, BORN, una carta anunciando la inauguración de la celebración por todo
un año de los 50 años de la presencia de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en este
vasto país.
A continuación, encontramos algunos fragmentos de su carta:
Mis queridos hermanos Oblatos, ¡saludos en el Señor! Al haber concluido de manera efectiva la
celebración del bicentenario de nuestra congregación en abril de 2017, los Oblatos en la India
damos un paso a otro acontecimiento en la historia de nuestra Provincia: el 50 aniversario de
nuestra presencia Oblata en esta tierra de diversidad en la lengua, la cultura y la fe. Este
Aniversario de Oro fue inaugurado el 29 de junio de 2017 en nuestra misión pionera en
Kancheepuram. Las diferentes etapas de celebración continuarán a nivel de comunidad,
parroquia, misión y formación/formativo hasta el 28 de junio de 2018.
Al conmemorar este importante suceso, reflexionemos en nuestros corazones sobre el legado
forjado en la fe, recordando que, “Si el Señor no construye la casa, en vano se esfuerzan los
albañiles” (Salmo 127/1). Damos gracias a Dios por las innumerables formas en que ha
fortalecido a nuestra provincia en su peregrinación con los pobres en sus muchos rostros y por
otorgarnos hombres comprometidos, dedicados y dispuestos a servir en formas variadas a las
necesidades de la provincia. Su generosidad ha permitido a nuestra provincia abrir nuevas y
florecientes misiones y comunidades en diferentes partes de la India.
En esta ocasión de alegría, recordamos con sincera gratitud a nuestros primeros misioneros de
Sri Lanka, que sembraron las semillas del carisma Oblato sin cansancio a través de su celo
misionero y compromiso, y a los muchos Misioneros Oblatos que les siguieron. También
recordamos y agradecemos a Dios por todos nuestros benefactores (Oblatos y no-Oblatos), a los
Asociados Misioneros (AMMI), a los amigos y bienhechores que nos han apoyado a lo largo de
los últimos 50 años de forma contínua a través de su ayuda financiera, oraciones y aliento en
nuestra misión a los pobres, los más abandonados, a los niños, jóvenes, mujeres y mayores. Les
recordamos con gratitud, reconociéndoles continuamente en nuestra oraciones.
Les pedimos recordar en sus oraciones a los Oblatos en la India al celebrar este importante 50
Aniversario. Hemos crecido a pasos agigantados, y Dios mediante, continuaremos creciendo y
traspasando fronteras en los 50 años por venir.
El Huerto Oblato Galilee Ayuda a los Pobres Rurales en las Filipinas
En un lugar muy remoto de las Filipinas existe un lugar llamado Galilee.
Localizado en Bugwam, Antipas, el Huerto Oblata Galilee es un lugar auto-suficiente en un
ambiente agrícola limpio, ecológico, libre de contaminación y de químicos. Además, tiene la
particularidad de varias empresas agrícolas, que incluye la agro-silvicultura, lácteos de cabra y
estanques de peces.
El Huerto Oblato Galilee fue creado por el P. Yves Caroff, O.M.I. llegado de las Filipinas en
1981. Originario y criado en la región agrícola de Francia, combinó su apostolado misionero
evangélico con ayuda a su gente para mejorar la calidad material de vida a través de una mejor
tecnología agrícola.
El ánimo misionero del Padre Caroff provino de su trabajo con la gente del
altiplano, ayudándoles por generaciones en lograr hacer más productiva su tierra, iniciando el
Huerto Oblato Galilee en junio de 1993.
Así fue como el P. Caroff comenzó a ondular colinas y arroyos, llegando a completar 9.2
hectáreas. El terreno había estado abandonado por muchos años y se encontraba cubierto de
maleza. La prioridad en la fase inicial fue el desarrollo de los manantiales. Se cubrieron las
alcantarillas y el agua fue llevada a través de mangueras a una reserva. Más adelante se excavó
un pozo artesiano para obtener agua limpia.
Actualmente cerca del 80 por ciento del terreno es productivo con estanques de peces, arrozales
y árboles frutales, así como otros tipos de árboles y cosechas. Los arroyos antes improductivos
fueron convertidos en estanques donde se produce tilapia. Las laderas antes áridas ahora tienen
árboles de madera dura (que cubren las necesidades de la granja) y árboles de mango, limón,
plátano y papaya. Hay dos arrozales y varias parcelas de legumbres y otras cosechas, además de
cultivos comerciales y vegetales.
La granja cría varios tipos de ganado, incluyendo cabras lecheras, vacuno, porcino, conejos,
gallinas y caballos. La producción del huerto es vendida en el mercado del pueblo o adquirida
por personas que llegan a él. Recientemente el huerto comenzó a procesar carne y fruta: jamón,
salchicha, jalea y mermeladas.
En el Huerto Oblato Oblata Galilee trabajan cerca de 40 granjeros. Siete de ellos son empleados
regulares y los demás eventuales. Sus familias viven en la granja o en la cercanía. Pertenecen a
diferentes grupos étnicos y diversas religiones.
La granja cuenta con 15 estructuras, incluyendo varios pequeños graneros para el ganado, una
escuela, una clínica atendida por una partera, un dormitorio para visitantes, la planta procesadora
y una pequeña capilla.
En los últimos años, el Huerto Oblato Galilee se ha convertido en un lugar favorito de visita para
los granjeros y niños de las escuelas cercanas. Incluso llegan algunos visitantes ocasionales de
lugares lejanos y hasta de otros países.
El huerto también proporciona capacitación contínua en el lugar para su personal o de otros
centros agrícolas del país. Hay además un modesto programa de becas (veterinaria y ciencia
agrícola) para algunos jóvenes elegidos para prepararlos y asumir más adelante un papel de
liderazgo en el proyecto. La fundación ayuda también a sus colaboradores que no cuentan con
tierras para comprar algunas hectáreas y desarrollarlas siguiendo los métodos del Huerto Oblato
Galilee.
El fundamento del Huerto Oblato Galilee ha sido consistente por casi 25 años. Los Oblatos y sus
colaboradores consideran que la existencia de algún tipo de modesto centro agrícola en las áreas
aisladas como Bugwak, puede ser una gran contribución para llevar esperanza y desarrollo a los
granjeros pobres y aislados, que conforman uno de los grupos sociales más descuidados y pobres
en el país.
El Padre Johan Finney, O.M.I. comparte algunas fotografías de su misión en Bangladesh.
Actualmente hay 34 Misioneros Oblatos trabajando en el país, incluyendo a 1 obispo, 26
sacerdotes y 7 escolásticos. Mucho del trabajo de los Oblatos se concentra en las necesidades de
quienes viven en las aldeas rurales.
Festejado Oblato – P. Sherman Wall, O.M.I. 60 Años de
Sacerdocio
En los últimos 60 años la vida de miles de personas ha
mejorado gracias al P. Sherman Wall, O.M.I, aunque el
modesto sacerdote no disfruta la alabanza. Puede
resumir sus 60 años como sacerdote en una sencilla
frase – no se trata de mí.
El P. Sherman ha sido sacerdote y porrista en el
pequeño pueblo de Ozark en Willow Springs, Missouri,
desde hace 32 años. Es Pastor de la Parroquia Sacred
Heart y la iglesia de Misión St. Joseph. La parroquia es
pequeña, con cerca de 100 familias, aunque con un gran
impacto en la comunidad.
En 1986 el P. Sherman y sus feligreses deseaban ayudar
en forma importante a los pobres en la comunidad. Howell County es uno de los más pobres en
Missouri, con más del 20%.
La parroquia abrió una despensa y tienda de ahorro llamada MUNCH (Missourians United to
Combat Hunger/Gente de Missouri Unida Contra el Hambre). Comenzaron a distribuir
alimentos una vez al mes a algunas familias necesitadas, pero la ayuda necesaria era mayor de lo
esperado. Pronto agrandaron el edificio y el ministerio para ayudar a cientos de familias cada
mes.
Hoy en día cerca de 50 voluntarios colectan y distribuyen alimentos a los pobres. Además,
colectan y reparan ropa donada y artículos del hogar que se venden en la tienda. MUNCH ayuda
también a las familias con emergencia en sus deudas de servicios domésticos.
“El mes pasado atendimos 540 casas, el mes más ocupado hasta ahora,” dijo el P. Sherman.
Además de ayudar a los pobres en su comunidad, el P. Sherman también atiende las necesidades
espirituales de sus feligreses. Aunque no son muchos, el P. Sherman comenta que sus feligreses
son muy entusiastas, generosos y dedicados.
Su dedicación incluye mantener abierta la iglesia de Misión St. Joseph en la comunidad cercana
de White Church. Saint Joseph fue abierta el 25 de marzo de 1886, siendo la primera comunidad
católica en Howell County.
La pequeña iglesia se localiza entre robles y nogales y es aún el punto central del área de White
Church. Es un recordatorio de las primeras familias católicas que se establecieron en el lugar,
llevando con ellos la pasión por su fe y su comunidad. Al igual que su pastor, la iglesia de misión
ha soportado el paso del tiempo.
El P. Sherman comenta que como la iglesia St. Joseph, la vida en Ozarks ha sido increíblemente
estable en los 32 años que ha trabajado ahí. Sigue siendo el sacerdote campirano con un
particular corte de pelo chato al frente y amado por la gente del área, por su humildad en su
ministerio.
A su reciente cena de celebración de 60 años de sacerdocio en la que todos aportaron algo,
asistieron más de 300 personas de la parroquia y de la comunidad para agradecer al P. Sherman
su dedicación a la gente de Willow Springs. Aunque el Padre Sherman agradeció todas las
palabras de agradecimiento, se sintió algo extraño con las alabanzas acerca de su importancia
para la comunidad.A los 86 años, El P. Sherman aún trata de definir su “descripción de
trabajo.” Con excelente salud, espera seguir en Willow Springs por muchos años más,
atendiendo las necesidades espirituales y físicas de su prójimo.
Cuando algún día deje Willow Springs, el P. Sherman prefiere que no haya alboroto. No desea
que su nombre sea colocado en ningún edificio y definitivamente no desea que la gente recuerde
la “iglesia del Padre” o el “proyecto del Padre”, pues nunca se trató del P. Sherman, sino de la
comunidad.
El legado del Padre Sherman en Willow Springs será de compasión y fe, con un sencillo
recordatorio: nunca se trató de él
El Cardenal más Reciente es Parte de la Familia Oblata
Técnicamente, el Cardenal Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun de Laos no es un
Misionero Oblato. En la realidad, ha sido parte de la familia Oblata desde que nació.
“Siempre, desde mi bautismo, ha habido un Oblato en mi vida,” dijo el Cardenal Ling. “Ellos
me formaron y mi herencia espiritual y espíritu de servicio proviene de ellos.”
El 21 de mayo de 2017 el Papa Francisco nombró Cardenal al poco conocido obispo de
Laos. En ese entonces el Cardenal Ling era Vicario Apostólico de Pakse y Administrador
Apostólico de Vientiane. Fue el primer cardenal de Laos, país comunista, donde los católicos
han sido perseguidos por generaciones. Solo hay cerca de 45,000 católicos en todo el país y no
hay diócesis. El nombramiento del Papa de un Cardenal laosiano sorprendió a todos, en especial
a quien recibió el honor.
“Alguien me llamó por teléfono diciendo ‘felicitaciones, Obispo, ¡el Papa lo eligió Cardenal! Y
contesté ‘no le creo.’ Creí que se trataba de una broma. Sin embargo, inmediatamente después
de la primera llamada hubo muchas otras y pensé que tal vez era verdad. Después chequé en
internet si se trababa de mí y encontré mi nombre”.
El Cardenal Ling nació en Bonha-Louang, Laos en 1944. Fue bautizado y educado por
sacerdotes Oblatos franceses. Su madre se convirtió al catolicismo y la familia era muy pobre.
“Recuerdo que nunca me fue posible pagar mi colegiatura,” comentó el Cardenal Ling. “Así que
los Oblatos, que eran mis párrocos, se hacían encargaban de ello. Aprendí de ellos que llevar el
Evangelio no se trata solo de palabras, sino del testimonio de nuestra propia vida. Los misioneros
Oblatos eran muy buenos, ejemplos de ello. Siempre me preguntaba ‘¿por qué hacían todas esas
cosas?’ Pero después de algún tiempo me dije algo más, ‘haz tú lo mismo.’ Lo que los
misioneros Oblatos hicieron fue darme la convicción de que debo servir a la gente”.
El Cardenal Ling estudió para el sacerdocio en un seminario que fundaron los Oblatos en la
ciudad de Parksane. Al incrementarse la guerra en Vietnam y llegar a Laos, los católicos fueron
el objetivo de los comunistas, asesinando a seis Oblatos, incluso al párroco que inspiró al
Cardenal Ling cuando niño. El joven seminarista fue enviado a Canadá para estudiar en el
Voluntas Dei, un instituto fundado por otro Oblato, el P. Louis-Marie Parent, O.M.I. Más
adelante fue ordenado sacerdote en la comunidad de Voluntas Dei.
En 1970 el Cardenal Ling se encontraba de nuevo en Laos como Diácono y le solicitaron
predicar un retiro en una aldea llamada Ban Na Phong. Con él estaban dos catequistas, Luc Sy y
Misam Pho Inpeng. Al terminar el retiro, el Cardenal Ling experimentó el momento más
terrorífico e importante de su vida.
“Los tres fuimos juntos y terminamos nuestra misión. Pasamos la noche en el lugar y al día
siguiente queríamos regresar a Vang Vieng. No había transporte, por lo que subimos a un
camión militar. No lejos de la aldea donde habíamos permanecido, tal vez a solo dos kilómetros,
fuimos emboscados. Había cerca de 14 personas en el camión y siete u ocho fueron
asesinados. Luc Sy and Misan murieron en el lugar.”
“De alguna forma escapé a la aldea y volví después a
buscar a mis amigos. Fueron enterrados al lado del
camino sin ataúd, por instrucciones de los militares,
aunque deseábamos sepultarlos en la aldea. Tuve
otro momento difícil – darles las tristes noticias a sus
familias, algo realmente difícil. Nunca olvidaré lo
que sucedió”.
“Fue en realidad ese incidente lo que me cambió. En
ese momento en que estaba ocultándome solo,
aunque aún rodeado de los hombres armados, algo
embonó en mi corazón. ¿Por qué sobreviví?
Comencé a reflexionar. Dios me hizo ver que quería
que sirviera a su pueblo en una forma especial. Me
dije, ‘A partir de hoy seré sacerdote.’ Tuve la
certeza de que Dios me llamaba a ser sacerdote. Es
muy interesante que la decisión fuera el resultado del
momento más terrible de mi vida.”
Dos años después, el Cardenal Ling fue ordenado en
una apresurada ceremonia en un campo de refugiados. Después trabajó como sacerdote, siempre
bajo una cuidadosa vigilancia y muchas veces acosado por los comunistas. En 1984 los
comunistas se cansaron del sacerdote de los pobres y lo enviaron a un campo de re-educación. El
Cardenal Ling pasó tres años en trabajos forzados.
Después de su liberación, el Cardenal Ling retomó su ministerio como sacerdote. En 2001 fue
nombrado para dirigir el Vicariato de Pakse y le serían encomendados más puestos de liderazgo
en la Iglesia católica de Laos. Actualmente, incluso como Cardenal, sigue siendo parte de la
familia Oblata, ayudando a supervisar a un pequeño grupo de Oblatos que trabajan en una
docena de parroquias o estaciones de misión con los pobres.“Les digo a los Oblatos que sean
Oblatos. Vayan a los suburbios. Esa es su identidad. Es por ello que digo que un Oblato debe
ser un Oblato,” dijo el Cardenal Ling. “¿Por qué me eligió el Papa? Tal vez porque insiste en la
dimensión misionera de la Iglesia. El Papa Francisco y yo deseamos ver a la Iglesia en los
suburbios, una Iglesia de los pobres, una Iglesia que sea misionera.”
Los Oblatos Conservan la Cultura Hmong en Minnesota
¿Cómo es que una iglesia que lleva el nombre del santo patrón de Irlanda, localizada en St. Paul,
Minnesota, puede convertirse en el punto central de proyección a un grupo étnico de Laos? Se
trata de la evidencia de la diversidad del ministerio de los Misioneros Oblatos.
La Parroquia St. Patrick de los Oblatos es el hogar de una próspera comunidad de personas de
herencia Hmong. Los Hmong es un grupo étnico de Laos evangelizados en los 1950 y ´60 por
misioneros católicos, incluyendo a los Misioneros Oblatos. Los Hmong apoyaron a los Estados
Unidos durante la guerra de Vietnam, por lo que fueron perseguidos por los comunistas al
apropiarse de Laos. Muchos Hmong huyeron del país y miles siguieron el camino a Minnesota.
Bajo la dirección del P. Daniel Taillez, O.M.I. los Oblatos llegaron a la comunidad Hmong en St.
Paul, no solo para ayudar en sus necesidades espirituales, sino además para ayudarles a preservar
su cultura. El P. Dan había sido misionero con los Hmong en Laos hasta que los comunistas lo
obligaron a dejar el país.
El P. Dan fundó la Asociación Nacional Americana Hmong en St. Paul y elaboró libros de
oración, himnarios y otros materiales de culto para ellos. La organización sigue vigente hoy en
día y colabora con comunidades católicas en todo Estados Unidos para mejorar sus ministerios
con los Hmong.
El Padre Dan trabajó 20 años con los Hmong en St. Paul y durante ese tiempo bautizó a más de
500 de ellos. En 2002 el P. Dan volvió a Asia para hacerse cargo de la programación para los
Hmong en Radio Veritas, que transmite para todo el Sureste de Asia.
En St. Paul, la comunidad Hmong celebró recientemente un nuevo ministerio con la creación del
primer capítulo de Asociados Oblatos Hmong en la Parroquia St. Patrick, de la cual ocho
personas se convirtieron en Asociados Oblatos. Como Asociados Oblatos, se reúnen
regularmente para rezar y estudiar el carisma de los Misioneros Oblatos. Además, se encargan de
los pobres a través de obras de servicio individuales y colectivas.
Recordando el pasado, haciendo del presente algo mejor y conservando la cultura para el futuro,
los Misioneros Oblatos y los Hmong han sido una bendición mutua por muchos años y
continuarán siéndolo con esperanza, amor y compasión.
“Gracias por atraernos a esta iglesia.”
Recientemente, el Doctor Sia Lo, feligrés de la Parroquia St. Patrick en St. Paul, Minnesota
escribió este testimonio sobre el P. Harry Winter, O.M.I. y los demás Oblatos que trabajan con
la comunidad Hmong del lugar.
“A nombre de la congregación católica Hmong aquí en St. Patrick, deseo agradecerle P. Harry, el
habernos atraído a este iglesia. Sin usted, podríamos no estar aquí hoy, así que muchas gracias
por todo lo que ha hecho para encontrarnos un hogar.
Como usted, hace aproximadamente un siglo, otros sacerdotes Oblatos de Francia llegaron con
nuestra gente en la selva de Laos, arriesgando sus vidas para encontrarnos. Una vez que llegaron
a nosotros, tomaron el tiempo para aprender nuestra cultura y costumbres y así poder enseñarnos
realmente sobre el Señor y Salvador Jesucristo.
Al encontrarnos no teníamos un lenguaje escrito, por lo que lo crearon para nosotros. Utilizando
caracteres romanos, desarrollaron por vez primera nuestro idioma escrito. Hoy en día todos los
Hmong alrededor del mundo podemos comunicarnos entre nosotros y escribir nuestro
agradecimiento a nuestros sacerdotes Oblatos. De hecho, cada vez que escribo en Hmong, no
puedo evitar pensar en ellos. (El P. Yves Bertrais, O.M.I. fue autor del primer diccionario
Hmong-Francés publicado en 1964.)
Cuando nos refugiamos en Tailandia, la Iglesia católica fue de suma importancia al llevar a
nuestra gente a los E.U. y a Minnesota. Fue la caridad de la Iglesia católica la que proporcionó
ropa y alimentos a muchas de nuestras familias, hasta que pudimos ocuparnos de nosotros, por lo
que tenemos una gran deuda con usted y con la Iglesia católica.
Pero de todo lo bueno que la Iglesia católica ha hecho por nosotros, estamos sumamente
agradecidos por nuestros sacerdotes Oblatos y en especial hoy, a usted, P. Harry, por ser quienes
son, verdaderos representantes de Cristo en la tierra. A través de Cristo limpian nuestras almas
cada domingo con agua bendita que nos protege del mal. A través de Cristo nos han enseñado la
bendición del Cielo y el verdadero propósito de la vida. A través del poder de Cristo, nos han
llevado más cerca de Dios, lo que no podemos agradecerles lo suficiente”.
Caminos Oblatos
Los Oblatos Expanden el Ministerio con los
Indígenas
Los Misioneros Oblatos en las Filipinas abrieron
una Oficina para los Pueblos Indígenas al sur de
Upi, Maguindano, como una forma de extender su
ministerio con algunos de los pueblos más
oprimidos.
“La Oficina de Ministerio a los Pueblos Indígenas es una señal visible del compromiso contínuo
de los Oblatos por trabajar con los desfavorecidos y de recordarnos que nadie es tan poco como
para no ser incluido y amado”, dijo el F. Boyet Palomo, O.M.I.
Uno de los temas principales del trabajo de los Oblatos con los pueblos indígenas, es ayudar a los
jóvenes a terminar la escuela preparatoria. En la mayoría de las escuelas en las Filipinas hay
pocos o ningún estudiante indígena. En contraste, en la Escuela Notre Dame de los Oblatos en
Kulaman, 288 de los 720 estudiantes son indígenas.
Oblato llamado a la Congregación Vaticana
El Vaticano anunció en septiembre que el P. Ryszard Szmydki, O.M.I. de Polonia ha sido
nombrado nuevo sub-secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
El Padre Szmydki fue superior de la Provincia Oblata de Polonia por dos mandatos. Su trabajo
misionero incluye dos años en Camerún.
El objetivo de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos es transmitir y diseminar la
fe alrededor del mundo. Además, su responsabilidad específica es coordinar y guiar los
diferentes esfuerzos misioneros e iniciativas de toda la Iglesia.
Dedicación del Centro McLean
En noviembre fue inaugurado el Centro McLean para el Estudio de la Cultura y los Valores, en
la Universidad Católica de América en Washington, D.C. El centro recibió el nombre del P.
George McLean, O.M.I. fundador del Consejo Internacional para la Investigación de los Valores
y la Filosofía.
El Padre McLean, fallecido en 2016, fue un autor aclamado internacionalmente, coordinador de
talleres que promovieron el diálogo y la comunicación entre las personas de diferentes religiones
y culturas. Fue autor y co-autor de 25 libros y casi 100 artículos, además de impartir cientos de
conferencias en todo el mundo.
Semblanza de un Benefactor
Sally Gomez-Jung fue Profesora de Educación Pastoral
en la Facultad Oblata de Teología en San Antonio,
Texas. Es también Asociada Oblata, colaboradora laica,
que a través de la oración y difusión presta ayuda a los
ministerios de los Misioneros Oblatos. Sally escribe y
comparte a continuación sobre una visita que realizó
recientemente a Puerto Rico para visitar a miembros de
su familia y a los Oblatos, que siguen teniendo muchas
dificultades al recuperarse del huracán María.
¡Bendito sea el Dios de la misericordia y compasión,
que escucha el clamor de los pobres!
Mamá está bien, aunque algo desorientada por todo lo
que está sucediendo. La casa de adultos mayores tiene
agua, pero la electricidad es intermitente, dependiente
cada vez más del generador que es solo para
emergencias. En el asilo he ayudado doblando ropa, en la cocina, como estilista, ayudando en el
comedor, alimentando a los residentes en cama, trabajando en el dispensario seleccionando
medicina y ayudando a mamá. Me levanto a las 5:00 a.m. para rezar y alistarme para ir a ayudar
a mamá a bañarse y estar lista para la Misa. La visito varias veces al día y vuelvo a las 4:00 p.m.
para darle de comer y prepararla para ir a dormir. ¡Doy gracias a Dios por este tiempo con ella,
que es invaluable!
Quisiera compartir con ustedes algunas de las experiencias vividas y lo que he aprendido.
El jueves pasado tuve una hermosa reunión con un sacerdote Oblato. Más tarde en la mañana fui
con dos sacerdotes a Utuado, un pequeño pueblo en el centro de la isla, rodeado de montañas. La
lluvia arrastró un puente, dejando aisladas a veinticuatro familias del resto del pueblo. No podía
creerlo al ver la devastación real.
Fuimos a la iglesia en la plaza y pude reunirme con algunos miembros de la parroquia. La gente
se reunió solidariamente en la iglesia para escuchar Misa y tratar de encontrar esperanza en su
situación. Sólo tenían dos linternas y esperaban que al terminar la Misa aún hubiera luz de día
para ir a casa. Se veían exhaustos. Lo normal en su vida diaria ahora era hacer filas. Una de las
señoras me dijo que se iba a dormir esperando se tratara de una pesadilla y despertara al día
siguiente, pero la realidad es que despierta a la misma rutina de nuevo. Filas, sin agua, sin
electricidad y poca esperanza de que mejore pronto.
La tarde del sábado fui a La Perla, una de las áreas más pobres en San Juan. Al haber entregado
al sacerdote un donativo para esa comunidad, deseaban conocerme y que rezara con la
comunidad. Fue una experiencia muy conmovedora. Al llegar a la comunidad, justo junto al mar,
había una larga fila de personas esperando agua, hielo y comida.
Nos abrimos paso a una capilla muy modesta que no afectó el huracán. Vi muchas casas
totalmente destruidas por la tormenta. Había pocas personas en la capilla. Se había tenido que
adelantar la hora de la Misa pues no había electricidad y el sol se ponía más temprano. La gente
me recibió muy cálidamente y escuché sus comentarios de lo que habían pasado. Pedí que mi
presencia les recordara que hay gente en el continente que no solo pide por ellos, sino que dan
ayuda con sus donativos. Les hablé de la generosidad de ustedes.
Por favor sigan pidiendo por la gente en Puerto Rico. La recuperación para los 3.3 millones de
personas será difícil y larga, ¡pero ponemos nuestra confianza en la providencia de Dios – y en
quienes la encarnan! Deseo bendiciones a todos ustedes y agradezco su compañía en el viaje..
Devastación tras el Huracán María
El Padre Mariano Martínez, O.M.I. comparte el impacto del huracán María a los Oblatos en
Puerto Rico y cómo aún continúan los esfuerzos por la recuperación.
Estamos bien relativamente. Estamos cansados y no podemos dormir por el saqueo y la
delincuencia. Se dañaron los cimientos de la escuela y la parroquia. Existe mucha desolación y
temor; todo se ha derrumbado: no funciona ninguno de los sistemas – salud, transporte,
electricidad, agua, etc.
Nuestra casa sobrevivió, algunas puertas salieron volando y entró el agua. Nadábamos en
nuestras camas, pero todo está bien. En general la gente está afligida y llorosa.
Nos dicen que nunca habían visto nada igual. La violencia estalla en quienes están desesperados
por agua y comida; la situación se vuelve opresiva. El gobierno hace lo que puede, pero la
emergencia sobrepasa a sus posibilidades. Hay gente sin medios de comunicación y las presas
están reventando, poniendo en peligro a los pueblos, que deben evacuarse. Habrán de pasar
muchos, muchos meses antes de que todo vuelva a parecer normal. Muchos jóvenes migran del
país.
Pedimos a todos seguir acompañándonos con sus oraciones y en la solidaridad que sea posible.
Encontrando la Felicidad Entre los Oblatos
Hace cinco años, Joseph Saukani tuvo que tomar una difícil decisión
sobre su futuro. Era un exitoso jugador profesional de soccer en
Zambia, aunque al mismo tiempo la Iglesia le hacía un fuerte
llamado.
Todos sus amigos le decían que siguiera en el soccer, con el que
podría obtener mucho dinero. Después de una visita con los Oblatos,
Joseph decidió que debía escuchar a su corazón.
“Dejé el soccer e ingresé al programa de formación de los Oblatos,”
dijo Joseph. “Debía ser feliz y con los Oblatos era de lo más
feliz. Nunca he lamentado mi decisión.”
Joseph nació en 1990 en Kabwe, Provincia Central de Zambia. Sus
padres tuvieron diez hijos y él es el noveno. De niño, Joseph fue acólito por muchos años y su
interacción con los sacerdotes sembró en él un sentimiento de un posible llamado a la vida
religiosa.
“Cuando estudiaba primaria sentí el llamado al sacerdocio por primera vez. Entonces no era muy
fuerte, aunque siguió creciendo con la edad,” dijo Joseph. “Para cuando terminé la secundaria
mi vocación era ya muy fuerte.”
Aunque algo se interpuso al llamado a la vida religiosa – el soccer.
Joseph era un jugador estrella de soccer en la preparatoria y el dinero y la fama de una carrera
profesional era difícil de dejar pasar. Joseph jugó soccer de forma profesional por cinco años,
pero siempre había un sentimiento persistente de que la vida debía ser más que dedicarse a un
deporte.
Un antiguo novicio de los Oblatos, Nchimunya Bbuyumba Haakdakata, presentó a Joseph con el
P. Ron Walker, O.M.I., Director Vocacional de los Oblatos en Zambia. Estuvieron en contacto
por dos años, hasta que Joseph decidió que era hora de dejar el soccer y seguir su llamado al
sacerdocio.
Joseph fue novicio el año pasado en el Noviciado Oblato en Godfrey, Illinois. Al terminar su
año de noviciado, Joseph volvió a África para continuar sus estudios en el Instituto St. Joseph de
los Oblatos en Cedar, Sudáfrica.
Con solo 27 años, la vida personal y espiritual de Joseph lo han llevado alrededor del mundo, a
muchos entornos diferentes; dice que se encuentra ahora en un muy buen lugar, pues es feliz
“La vida es acerca de ser feliz,” dijo Joseph. “Elegí la vida con los Oblatos, que confío me hará
tan feliz como puedo ser.”
Seis Jóvenes se Unen al Noviciado Oblato
El Noviciado Oblato en Godfrey, Illinois dio la
bienvenida recientemente a seis jóvenes, quienes
pasarán un año en oración, estudio y contemplación de
la vida religiosa.
Lázaro Leal es de Brownsville, Texas. Su trayecto vocacional dio un gran paso al participar en
el ministerio en el campus de la Universidad Our Lady of the Lake en San Antonio, Texas. Joey
Methe es originario de Canadá y fue inspirado por los Oblatos cuando trabajó cuatro años como
parte del equipo pastoral en en Santuario Oblato de Notre Dame du Cap.
También se unieron al Noviciado Oblato Stephen Cheon y Sarath Kumar
Thangaprakasam. Stephen es de Australia, donde asistió al Colegio Mazenod, que dirigen los
Oblatos. Sarath proviene de la India y se sintió atraído a los Oblatos por su dedicación a los
pobres y su devoción a la Virgen María.
También forman parte de la comunidad del noviciado dos novicios de Zambia. Michael Kabazo
creció en una parroquia Oblata y comenzó a considerar ser sacerdote cuando era acólito, en 5°
grado. Wilbroad Kapembwa proviene de la parroquia Mary Immaculate de los Oblatos en
Lusaka, donde fue inspirado por su apoyo y celo incondicional al predicar a Jesucristo a los
pobress.
Año por las Vocaciones Oblatas
El 8 de diciembre, los Misioneros Oblatos dieron inicio a un “Año por las Vocaciones Oblatas”,
en el que se les alienta a enfocarse en sus diferentes ministerios vocacionales en todo el mundo,
además de solicitar a sus amigos y benefactores pedir por un aumento en la vocación con los
Oblatos.
Este “Año por la Vocación Oblata” se apoya en el llamado del Papa Francisco de un año
dedicado a la “Juventud, Fe y Discernimiento de la Vocación.” El Santo Padre ha lanzado un
reto a los Oblatos, de comprometerse al trabajo vocacional en vista de las necesidades de la
Iglesia.
“El campo misionero actual parece expandirse a diario,” dijo el Papa Francisco durante una
audiencia con los Oblatos. “Se les necesita, se requiere de su valor misionero, de su disposición
de llevar a todos la Buena Nueva que libera y reconforta”.