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    ESTADO E IG LESIA

    F e r n a n d o C a n t o r

    "Cada cual quiere y cree ser mejor que es te mundo rea l que es e l suyo.Qu ien es mejor a lo sum o exp resa m ejor que o t ros es te m un doque es el suyo". Hegel

    Al pre sen tar este ensayo de interpreta cin de la realidad colombianateniendo la riqueza conceptual expuesta por Hegel en su Filosofa delDerecho como he rra m ien ta terica que ilumina n ue str a labor reflexiva,es necesario hacer las siguientes advertencias:

    1. L a Filosofa del Esta do d e Hegel no es sino un m om ento de su sab erfilosfico tota l. Po r ello mismo la com prensin cabal de la filosofapoltica hegeliana exige la comprensin de la totalidad de su siste m afilosfico. En e ste sentido es bueno reconocer las limitacione s ma nifiestas, las cuales pued en afectar la precisa compre nsin de la complejidad de lo rea l.

    2. U n ensayo de esta natu rale za busca medir la fuerza interp retativade los conceptos, su capacidad orde nad ora delo real .E n otro sentido,se trata de examinar la vigencia o no de un paradigma en cuantoste no slo represente sino que piense las mltiples determinacione s del fenmeno, has ta profundizar en la m ism a esencialidad. Aqu,en el mom ento presente, pretendemos validar la filosofa del derecho

    de Hegel en cuanto a lo que permanece vigente, no slo como "frm ula" interpre tativa sino como un a gua pa ra laaccin. E n ese sentido ha de recordarse b sicam ente que la filosofa de Hegel tam bines u n a filosofa p ar a la vida y un a filosofa de la vida.As, su estudiosobre la moralidad y la eticidad y el trn sito que se debe da r de

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    aquella a sta van a operar como arsenal conceptual para interpretar algunas constantes de la realidad nacional.

    3. E sta reflexin rea sum e un estudio de hace largos aos y se apare ce

    ahora como una autocrt ica a las formas interpretativas asumidasentonces, las cuales estaban realizadas en un plano bsicamentedescriptivo e impregnadas de elementos ideolgicos.

    4. Finalm ente, y en a ra s de la brevedad y la claridad, la p resentacinse realiz a en la forma de tesis, las cuales reciben un apoyo empricoa manera de ilustracin, siendo consciente de que en tal forma deexposicin la articulacin conceptual tiende a perderse.

    Primera Tesis : Una de las apreciaciones que se pueden plantear

    como forma de aproximacin in terp retativ a a los m ltiples eventos queh a n agobiado y que a n agobian el pas, es que el conjunto de la sociedadcivil colombiana puede calificarse como una aglomeracin de hombresincultos, en el sentido hegeliana del concepto.

    El hombre culto, ese hombre que se hace interior, que quie re que s eaen todo lo que hace, ese homb re que se autod eterm ina y no es de terminado por los otros, no exista en Colombia, en promedio, durante laprimera mitad del presente siglo.

    S e g u n d a T esi s: La alienacin del individuo en Colombia en c uantoa que ste no poda desplegar plenamente su voluntad, por estar talvoluntad dominada por otros, impeda e impide su transformacin enliberta d. Tal direccin de la volun tad e xterior al individuo, no sub jetivapor lo tan to, se rea lizaba a tr av s de los partid os polticos y de la Iglesia.

    Hay dos aut ore s que hacen u na aproximacin a la interpr etacin delo que era la sociedad colombiana a comienzos desiglo y a que, a mi modode ver, tendran un arsenal muy parecido al hegeliano para hacer eseanlisis. Estos dos autores son Carlos Arturo Torres en Idola Fori1 yRafael Uribe Uribe2 en la multiplicidad de discursos, cartas , proclam as,etctera, que realiz.

    Car los Ar tu ro Tor re s (1867-1911) Esc r i t o ry ca t ed r t i co un ive r s i t a r io . En su ac t iv idad en e l per iodism o fund los d iar ios La Crn ica (1898) , El Nuev o Tiemp o (1901) yLa Civi l izac in (1911). Ido la For i (1916) es u n an l i s i s profundo de las ins t i tuc io nespol t icas de l pa s en e l que desar ro l la un agudo rac ional i smo cr t ico . (N. de E. ) .

    Rafae l Ur ibe Ur ib e (1859-1914) Fue je fe de l Par t id o Libera l co lom biano. P ar t ic ip

    ac t iv am en te e n l a s gue r r a s c iv il e s de 1876 , 1885 , 1895 y 1899 . Fu e senad or y d iput a d o . Bajo e l gobierno de Rafae l Reyes fue encar gad o de re pr es en ta r a Colombia enl a Confe renc ia P an am er i c an a de R io de J a ne i ro . Ad em s de l a ac t iv idad desp legad acomo pol tico , cons ig na su pens am ien to en ens ayo s conocidos como La Se pa rac in dePanam , a p rops i to de l a i n t romis in ex t r an j e ra y l a p rd ida de l I s tmo , Soc ia l i smode Es t ad o donde de fi ende la neces idad de l in t e rvenc ion i sm o de l Es t ad o . T am bin

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    La cuestin de la alienacin del hombre colombiano est presenteen Carlos Arturo Torres de la siguiente forma: "Por una fatalidad denuestra formacin mental existe en nosotros como impulso nativo, latendencia a levantar a la categora de inconfusa verdad la idea consa

    grada por la moda y por la fe hermtica en la predicacin de nuestrosdirectores espirituales".

    En ese sentido es como plante, grosso modo, que el hombre de laspri m era s dcada s de este siglo en Colombia no er a un hom bre culto, noesta ba autodeterm inado, no haca uso de su voluntad, de un a voluntadque luego tom ara cuerpo en la rea lidad. E s decir, no se dab a u n proyectar se de esa voluntad hacia el mundo e n lo que podra ser un hom brem oral, un h om bre culto, un hom bre tico en el sentido en que H egel nosha planteado esto.

    Tercera Tesis: La interiorizacin de las normas morales para laaccin era u na ta rea asum ida fundam ental y casi exclusivamente por laiglesia catlica y estab a orienta da, ha st a m ediados de la segun da dcada, hacia las m as as del campo y luego en direccin al nacien te proletariado urbano.

    Lo m s im portan te pa ra apre ciar a qu es que si cotejamos los mensajes de los prelados catlicos con la realidad, con la objetividad, talmoralidad no se transformaba en eticidad, es decir, las masas, principalm ente las del campo, no incorporaban tale s norm as en su accin. Deeste modo, su natu rale za individual no era tran sform ada en un a individualidad tica distinta que, conservando su anterior naturaleza, subsu-mindola, la elevara a la idea de la libertad. Es decir, ese hombreinterior, entendido como el despliegue de la voluntad hacia lo que esbueno, no se realiza ba en Colombia.

    La iglesia, en las prim eras dcada s de este siglo, era u na iglesia quefunda m entalm ente quer a realizar una vue lta al campo. La iglesia crea

    o consideraba realmente que el campo casi que en forma automtica,casi que en forma refleja, le daba la moralidad a la gen te. Y m e refieroa la iglesia a nivel gener al, incluso a nivel diocesano, no a u n a c om unida den particular.

    La iglesia lo pla nte a m s o men os as: Donde est la sup rem aca dela agricultura es en la santidad que de por s entraa. Quiz no hayaentre las ocupaciones terrenas ninguna que moralice ms las costumbres , que libre a los hom bres del vrtigo del mundo, que purifique tan to

    el alm a como la agric ultura . La vida campesina, el aire incontam inado

    escr ib i De Cm o el Lib era l i s mo Pol t ico de Colom bia noes peca do y Po r Amr i ca de lSu r. M uere a se s ina do en Bogo t . V ase Fo r j ado res de Co lombia Con tem por nea . Ed .P la ne t a . 1986 . Tomo 1 . pp . 360 -375 .

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    del campo, el silencio de la naturaleza, la independencia casi completa,la tranquilidad del hogar, la frugal alimentacin, el alejamiento de losmalos ejemplos de los centros paganizados, la ausencia de la ociosidady diversos factores ms, todo contribuye a poner ms en alto la agricul

    tura , la vida campesina. Y siento as que la agricultura y la vida campesina son un ordinario fomento de purez a de costum bres y de vida m ssanta, sois vosotros, agricultores, el aroma, que como la de vuestrassem en tera s y arboledas en flor viene del valle y de la alt ur a a dep urar,como si dijramos, la atmsfera sa tu ra da de infeccin d e las ciudades ypoblaciones.

    En ese sentido era una visin romntica, era tratar de volver a loanterior, tra ta r de conservaralgo que la iglesia est aba perdiendo. La iglesiaobse rvaba y m eda qu e a tra v s del proceso de urbanizacin y con el crecimiento de los sectores urbanos, de los sectores proletarios en gen eral, ibaperdiendo ascendiente, dominio sobre las capas ya u rban izad as.

    Y la iglesia catlica colombiana en qu se apoyaba? Se apo yaba enuna de las tesis del Syllabus3 que haca una condenacin explcita yconcreta de la modernizacin de la sociedad.

    C u a r t a Te sis: No obstante lo anterior, y en forma paradjica, durante la poca de la violencia la interiorizacin de las normas, de losvalo res tien e un a proyeccin alo real, es decir, tien e tr ns ito lo subjetivoa lo objetivo.

    All s el men saje sectario va a ten er p lena acogida en algun os sectores de catlicos y ello va a guiar la prctica correspondiente, principalmente en el plano de la lucha poltica; lucha poltica que es militarpara la poca.

    Se plantea entonces un problem a de comprensin. Tbda esa prdicaen torno al sane am iento de las costumbres, contra la prostitucin, co ntra

    el alcoholismo, contra el tabaco, contra la pornografa, etctera, soncosas que la poblacin colombiana re alm ente no va a interioriza r comoforma de vida en general. Pero cuando llega la poca de la violencia enalguno s sectores del pas la prdica sacerdotal qu e se realiza en con trade la mason era, del protestan tismo y del liberalismo , unindolos a todos

    El 8 de d ic iembre de 1864 Pi IX publ ica la enc c l ica Quanta Cura acompaada porun ca t logo o Sy l l ab us en e l que apa rec a n sea l a dos l os e r ro re s de l s ig lo . E l Pa pacondenaba e l l ibera l i smo, e l rac ina l i smo, e l na tura l i smo, e l comunismo y e l soc ia l i sm o. Pro te s t aba con t r a l a sup re s in de l a s o rdenes r e l i g io sas , con t r a l a educac inimp ues t a po r e l Es t a do , y p roc l amaba l a l i be r t ad de l hom bre . E l Sy l l ab us cond enab aoch enta e r ror es : pol t icos , fi losficos y re l ig iosos . El Syl la bu s no era un doc um entodes t inado a la publ icac in . Fue publ icado y cons iderado como una dec larac in degue r r a que e l Papa l anzaba a l a soc i edad moderna . D icc iona r io de l o s Papas . JuanDacio . Edic iones Des t ino . Barce lona . 1963.

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    en u n solo as, s va ate ne r acogida por pa rte d e la poblacin. Los cu rasaparecen incluso como aban derado s o por taesta nda rtes de este t ipo deplanteamientos y, por lo general, dentro de algunos sectores conservadores fundam entalmen te, van a ser escuchados y esa prdica va a to m arcuerpo en la prctica.

    E s decir, m e parece que la moral predicada por la iglesia va a asu m iruna forma tica, prctica, real, es decir, se va a realizar; de una interiorizacin subjetiva va a pasar a la prctica.

    Sobre esto, a m an er a de ilustracin, voy a leer un a pa rte de la ca rtaque enviaron los prelados catlicos al Congreso de la Repblica para lapoca de la reforma constitucional de 1936. Dice:

    Esta declaracin no implica ninguna amenaza4, ninguna incitacin a larebelin porque respetamos y queremos que se respete la legtima autoridad. P ero s es un a prevencin term ina nte al Congreso de que todo el pueblocolombiano, sin distincin de partido, es t con nosotros cuando se tra ta dela defensa de la religin y de la guarda de sus derechos y que, llegado elmom ento de hacer prevalecer la justicia, ni nosotros, ni nue stro credo, ninu estro s fieles permanecerem os inerm es ni pasivos5.

    Esta era la carta, muy terminante, que enviaban los prelados al

    Congreso en el momento en que se estaba adelantando la discusin delConcordato, el cual finalmente fue reformado.

    Aqu ha y otro elemento qu e se pod ra anotar. Max Weber en Economa y Sociedad, en la parte que tiene que ver con la sociologa de lareligin, hace la siguiente interpreta cin en torno a cul es el papel deun sacerdoteo de u n curado r de alm as, en general, den tro de sociedadesque realmente, podramos decir, no han desarrollado su personalidad,ya que se tra ta r a funda m entalm ente de eso. Dice Weber al respecto:

    Las ideas de los laicos, hoy todava muy corrientes, de que el prroco debeser capaz d e comprender y creer ms de lo que pu ede comp render el comnentendimiento hu ma no, una idea muy extendida principalmente entre loscampesinos, es slo una de las formas en que se manifiesta la calificacinestamental debida a la preparacin que vemos en toda burocracia estatal,militar, clerical, y hasta privada. Lo primitivo, frente a esto, es la mencionada concepcin, propia tambin del Nuevo Testamento, de la fe como un

    4 O sea qu e s la imp l icab a . (Co me ntar io de l expo s i tor ) .

    5 Alva ro Ti rad o Me j a . Pr im er Go bierno de Alfonso Lpez Pu ma re jo : 1934 - 193 8. Inst i t u to Co lombiano de Cu l tu ra . P r i m era E d ic in . Bogo t . 1981 p . 3 73 . E n l a no t a dep ie de pg in a No . 20 se de t a l l an a spec tos de la fuen te a s : T o m ad o de l a ve r s in de lpe r id ico E l T ie m p o de l 18 de marzo de 193 4 y co r r e sponde a l t ex to i n se r to en lo sA n a l e s d e l S e n a d o , s e si o n e s e x t r a o r d i n a r i o s , m a r z o 2 0 d e 1 9 3 6 , s e r i e l a . N o . 2 5 9 .pp . 23 8 y s s . " . E n l a mi s m a no ta ve r o t ro s de t a l l e s .

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    carisma especfico, de una confianza extraordinaria en la prudencia personalde Dios, de la cual deben poseerlos pastores de almaso los hroes de la fe6.

    A nte s de ver la quin ta tesis hab ra qu e ano tar q ue el tipo de religinque ten an los campesinos y tamb in los bandoleros (en ese tiempo h ablaram os solamen te de bandoleros,o de hombres pertenecientes a esasban das a rm ad as ya fueran del partido l iberalo del partido conservador)era de un carcter muy primitivo.

    Eso lo ha mostrado Gonzalo Snchez en sus investigaciones sobrela violencia en Colombia. Tbdos ellos en alguna forma se apoyaban enalgn tipo de religiosidad. De Efran Gonzlez se cuenta, por ejemplo,que and ab a siem pre rezando, y que cuando fue perseguido estuvo aloja

    do en u n convento. Pero lo que in teresa an ota r es que estos bando lerosten an u n a religiosidad m uy primitiva, a nivel de lo que podramo s llamar prejuicio.

    Q u in ta Te sis: La esfera de la voluntad que no puede ser v ulneradani por el derecho, ni por la creencia, ni por el partid o se m an tien e comotal en algunos sectores muy determinad os. Estos sectores asum en un aposicin crtica frente a la iglesiacomo institucin y frente alos partidos.Son individuos que por su carcter criban, en forma distinta a los fanticos, la interiorizacin de la norm a.

    Es decir, habra que hacer una divisin en el interior de la sociedadcivil entre dos sectores. Un sector en el que por su atr aso , por su s m ism ascondiciones, no tiene un espacio en el cual se pueda proyectar y cuyavoluntad aparece completamente dome ada, sin expresarse en absolutoy que por lo tanto no pue de ascender a la plen a realizacin d e su libertad;y otro sector que, considero, es el que va a s ac ar el pas, en par te, de e staviolencia, que tiene una visin diferente: seran esos hombres cultosrealm ente re pres entativo s de lo que el pas qu era pa ra el futuro.

    La dc ada del 50 va a ser m uy rica en situaciones propicias par a q uesectores cultos se vuelvan hacia la filosofa y hacia la sociologa7.

    Haba tambin un sector de la iglesia -lo menciono en lo referentea Bogot, que estoy interesado en inv estig ar-, q ue era el de los sacerdotes salesianos. Estos sacerdotes traen la experiencia que haba tenidoen Turn San Juan Bosco en cuanto a la direccin de los obreros, en lalucha por tra ta r de sacar al proletariado de la influencia co mu nista. De

    Weber, Max. Socio loga de la Rel ig in en Economa y Sociedad. Tomo I I . Traducinde Jos Med ina Ech eva r r a y o t ro s . Te rce ra r e im pres in . F.C .E . Bogo t 1977 . p .

    Ver lo s mensa j e s de l pad re Vicen te An dra de Va ld e r r am a , en 1947 , como rec to r de lSem inar io d e Medel l n ; tam bi n en e l decenio de 1970, los bole t ines de o r ien ta c insoci al de d i r i gen te s de em pres as co lombianas , OSD EC.

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    este modo, la concepcin que ha y en la formacin de institucio nes comoel Colegio LenXIII, el Colegio Don Bosco y ot ra s eri e de colegios en losque es tn los salesiano s se ubica en dos sentidos: por un a p ar te m oralizacin de las costumbres desde una ptica cristiana y, por la otra, laformacin de lo que ser a, en trm ino s gene rales , mano de obra calificada pa ra la industria. Su accin esta ra fundam entalmente en esos dossectores.

    Sexta Tesis: La propiedad, como espacio para el despliegue de lavoluntad y la realizacin de la libertad, era inex istente pa ra g ra n p ar tedel pueblo.

    E st a propiedad o ese espacio bsico pa ra el desarrollo de la libertadhu m an a, pa ra el desarrollo de la voluntad, pa ra el desarrollo de la personalidad exista prec ariam ente. Hab ra que sealar, por ejemplo, par ael caso de Cund inam arca, to da la lucha que realiz Jorge Eliecer G aitnen la Ha cien da E l Chocho y lo que se dio en el de pa rta m en to del Tblima,buscand o pa ra los jornale ros el espacio den tro del cual pudiera n realiza rsu libertad.

    S p t i m a Tesis : La sobe rana del Estad o, su libertad como requisitoimprescindible pa ra gar antiz ar la libertad individual, no exista. El pesode los compromisos adquiridos con la iglesia a travs del concordato y

    del mnim o despliegue del estado en la sociedad civil, pa ra liz a la voluntad individual restringiendo el espacio de la realizacin de la libertad.

    O c ta v a T esis : No haba, y probablemente no hay hoy en da, un acomprensin cabal de la identidad, del inters particular y el intersuniv ersal. La falta de un propsito nacional impide al individuo formarse u na idea de la im porta ncia de su trabajo , de su labor, de la forma comose prepara, y esto conduce a constreir su voluntad, a impedir que susubjetividad se trad uzc a en accin, en sntesis, a q ue se exteriorice.

    H e expuestoocho tesis, a par tir de las cuales creo que se pod ra ha ceru n a exploracin de lo que e ra n y son las relaciones en tre la iglesia catlica, el conjunto de la sociedad civil y el Estado en Colombia, apoyadoen la visin que apo rta H egel.

    Me parece qu e la vigencia de Hegel ya no es slo inte rpre tativa , enel sentido de que perm ita com prender lo real, sino que, m e parece, y eslo m s im porta nte, Hegel aqu es un gua pa ra la accin.

    Eso sera lo fundamental, con una ltima anotacin que es la siguie nte: este campo es t inexplorado en el pas, las tesis de grado y losestudios que se han hecho se han orientado solamente a m ira r el aspectode la relacin en tre el estado y la iglesia a nivel pura m en te poltico; perono han exam inado ese campo muy am plio y complejo en qu e el homb rese de sarrolla en su vida cotidiana. Y en ese sentido, la apropiacin del

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    pensamiento de Hegel sobre la moralidad y el trnsito de ella hacia laeticidad nos dara muchas luces para comprender la crisis actual delpas.

    S n t e s i s d e P r e g u n t a s , R e s p u e s t a s e I n t e r v e n c i o n e s

    A si st e n te : Sobre ese supuesto que siempre se coloca en las investigaciones sobre la religin y el estad o, la creencia en la univ ersa lidad delhecho catlico en Colombia, a la luz de las tesis que uste d p re sen ta, sobretodo el ano tar q ue desde la violencia es cuando se ve m s ntida m enteel efecto del discu rso catlico en la pr ctica cotid ian a de los indiv iduos:cules podran ser las sugerencias para cuantificar realmente la in

    fluencia catlica en el com portam iento individual d e los colombianos?Dentro de los diferentes estudios sobre el problema de la religiosi

    dad, se supone que los colombianos, por ser catlicos bautizados, yama nifiestan en su com portamiento un a actitud catlica. Usted qu nospodra decir al respecto?

    E x po si to r: Yo podra responder de la siguiente ma ner a: tomadohasta ahora el hecho catlico como una forma de exigir polticamenteuna serie de leyes por parte de la iglesia, a nivel de la conduccin de lafamilia y de la conduccin m s especficamente de la educacin, se a ducecomo un s upu esto , que se ha convertido en frase de cajn, la afirmacinde que el 95% o el 100% de la poblacin colombiana es catlica. Sinemb argo, lo que hab ra que med ir concretam ente e s si la prdica catlica, si los valores, si las normas, si la moralidad catlica ha sido asimilada, ha sido interiorizada por los individuos colombianos, y si esamoralidad as adquirida a travs del sermn, a travz de la prdica,etctera, realmente se traduce a la realidad, se exterioriza, es decir,asu m e u na forma tica por parte de los colombianos.

    En ese sentido la respuesta sera en general NO. Habra sectoresdel pas, incluso y a lo h a de mo strado el profesor Albe rto Mayor8, donderealmente la asimilacin, la interiorizacin de la tica catlica ha servidopara fines muy concretos en cuan to a la industrializacin, por ejemplo.

    Y un hecho, que a nivel general da ra a en tend er e se NO rotundo,se ra lo que sucedi du ra nt e el perodo de La Violencia. La violencia esla forma ms concreta para palpar cmo realmente no hubo esa interiorizacin de principios y norm as cristia nas fundam entales, cmo es el

    Albe r to Mayor Mora . E t i ca , Traba jo y P ro duc t iv ida d en An t ioqu ia . Un a in t e rp re t ac in soc io lgica sobre la inf luencia de la Escuela Nacional de Minas en la v ida ,cos tum bres e i ndus t r i a l i zac in r eg iona l e s . Te rce r Mun do Ed i to re s . Te rce ra Ed ic in .1989, p. 537.

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    res pe to a la vida. En cualq uier tipo de filosofa religiosa lo fun dam enta les el respeto a la vida de la persona y en general el respeto a la person a.

    Aparte de eso habra que sealar que la iglesia catlica tiene una

    organ izacin p a ra los fieles m s de tipo exterior, superficial. U n catlicono tiene la formacin terica, por ejemplo, que tiene un pro testa nte , q uetien e un m ormn o u n testigo de Jeh ov e n Colombia. Su acerca mien toa la iglesia se hace de modo ambiguo, se hizo a travs del CatecismoAstete, solamente respondiendo en forma su m aria u na serie de pregunt as , por ejemplo: por qu soy cristiano? Por la gracia de Dios, etctera.Y por la participa cin en rito s todos ellos exte rnos , como las procesiones,las misa s y otra serie de cosas que realme nte no eran interiorizadas ensu significacin por el hombre comn y corriente.

    Asistente: En la exposicin pasada sobre la familia se mostrabacmo , si bien el m atrimonio catlico en trm inos relativo s ha perdidoparticipacin, a n sigue siendo impo rtante en la prctica de la sociedadcivil colom biana . Ysi se exam ina el hecho catlico podra realizars e un aclasificacin tripartita: aquellos que asumen estrictamente el lincam iento catlico en su com portam iento tico; aque llos que no lo pra ctica nde ma ne ra eficaz, o por lo men os se distancian sus tan cialm ente de esaposicin anter ior; y los que conscientem ente as um en la actitud laica.

    M e parece, en el caso par ticu lar de la poca de la Violencia, que un aexplicacin de la crisis de valores que empieza a gen erar se en ese perodoy el arraig o a n del hecho catlico mismo, es t en tre otra s cosas signa dapor la situacin que se vive en el campo a pa rtir de las crisis estruc turales, como la crisis misma de la produccin campesina tradicional, laaparicin de relaciones capitalistas modernas. Eso va a tener impactosan en el comportamiento poltico que hace que los partidos de origenpatr imonial asum an despus una acti tud m s moderna.

    A si st e n te . La iglesia, por ejemplo, en las prim eras dcad as de estesiglo, tr at a de supe rar el problema de llegar a una poblacin fundamentalm ente r ura l o campe sina que est diseminada en los1.138.000 kilm etro s cuad rado s que tiene la superficie de este pas, y es haciendo usode elementos electrnicos como se intenta llegar a esa poblacin, es elexperim ento S uta ten za , famoso en el mun do. A trav s de ese medio, deSu taten za, y a travs del peridico, tra tan de llegar m s directam enteal campe sino con el men saje p erm an en te. Incluso le financiaban la compr a de un tran sistor que solamente sintonizaba la emisora Suta tenza .

    D r. M es a: Yo quiero destacar la actitud intelectu al que deno tanest as exposiciones. Es un a actitud que tra ns pa re nta la comprensin delproblem a lgico, del problema de mtodo que hay all. P ar a m eslo m sfrtil a que podramos llegar: que ustedes lograran comprender lo quesignifica el problema de mtodo aqu. Un problema de mtodo que es

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    una interaccin de lo real y el sujeto para someter a prueba todo elconjunto terico en que ha sta aho ra nos hemos detenido. Me parece queha sta donde vamos eslo mxim o por lograr. Yalo otro se ra la traducc ina la exposicin misma, a una tesis, a un trabajo concreto en que esto sedesplegara y pudiera ser corroborado.

    Pero quiero subrayar que es sobremanera estimulante ver que ustedes ya estn en este plano de comprender el problema del mtodo; ysi pueden hacerlo dem ostrativa m ente a propsito de un pensador comoHegel, con toda la complejidad que sabemos, podemos suponer que conotros tericos se r esto a n m s claro.

    Tambin quisiera subrayar cmo resulta un estmulo para todos

    noso tros el hecho de que en Colombia no se hay a afrontado el estudio dela m entalidad nacional a esta luz, tra tan do de comprobar cmo hay unabismo entre la moralidad y la eticidad, por ejemplo, atenidos a lasindicaciones de Hegel, y cmo esto probablemente pueda explicamosmuchos de los desaciertos y de los desastres que hemos tenido en Colombia.

    A si s te n te : En el texto de M arx, La Crtica a la Filosofa del Derechode Hegel, hay una crtica al mtodo de Hegel Marx dice que el trabajoemprico termina siendo como la corroboracin, la constatacin de lalgica hegeliana. Sin embargo, me parece que en esta exposicin sedemostr que el mtodo hegeliano sirve par a traba jar em pricam ente yseleccionar datos y material emprico en el campo de lo objetivo. Mepreocupa el problema cuan do no se trabaja con informacin cualitativasino con informacin cu antita tiva.

    Dr. Mesa: Ttengamos en cuenta que Hegel no est dando indicacione s de mtodo; que st a es u na filosofa sistem tic a p ar a que el socilogo,el economistao el historiador, etc tera , descu bra n e n el campo de investigacin qu es lo que pued a ilum inar el camino. Hegel est formulandoel problema de la esencialidad del fenmeno.

    Me parece que el trabajo efectuado por parte de lo expositores, elhaber acudido, por ejemplo, a varias fuentes tericas ya propiamentesociolgicas como Max W eber, textos de U ribe, de C arlos Artu ro Ta rres,diversos autores, trabajos suyos anteriores, etctera, indicaran comoesto es lo que ha y que utiliza r p ar a tra ba jar en el campo de la sociologa,a e sta luz que Hegel ha legado y que de ning una m an er a debe p ara lizar

    o inducir al investigador a atenerse a cartabn alguno, sino que msbien lo induce a la ms com pleta libertad. Pued e utilizar m todos cuantitativos en com paracin con otros, o pu ram en te cualitativos, segn sudestreza; all ya es la personalidad entera del investigador la que va aaparecer en primer plano.

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    Pero no podemos confundir esto con un discurso del mtodo empricotal como los positivista s lo ha ra n. An m s, usted es m e hacen reflexiona r de inmed iato en algo que es imp ortante p ar a todos nosotros, a saber,cmo una reflexin de estas puede apoyarse en distintos autores sin

    inc urr ir en el eclecticismo; cmo este problem a de la ese cialidad de losfenmenos, es decir, de poder demostrar por qu los fenmenos son asnecesariamente es lo nico que podra tal vez evitar el incurrir en eleclecticismo. Es decir, esto nos inducira a utilizar los elementos deinformacin cuantitativa, metodolgica, histrica, etctera, con una directriz: ver lo real, poder asir lo real.

    Asistente: Creo necesario hacer una anotacin en torno a la discusin sobre cmo fijar metodolgicam ente el proble made la preponderancia catlica, asum iendo la aclaracin qu e hace el Dr. M esa respecto a ladiferencia que ha y en tre es te desarrollo conceptual hac ia la ide a ylo quepodran ser elem entos m s precisos que en ciertos mom entos o rien tar nel juicio a pa rt ir de Weber.

    Se podra tomar parte de la Sociologa de la Religin, por ejemplo,no para prese ntarla como alternativa a Hegel, sino pa ra reconducir, en elsentido que ha indicado el Dr. Mesa, nue str a voluntad y nue stra libertadhacia algunos elemen tos que tericamente ha n sido imp ortantes.

    En este sentido encontramos all el captulo octavo9 que me parecepuede ser pertinente para estepunto. En ese captulo, frente al problem ade lo que es ya la conducta religiosa de los individuos, dice Weber queencontramos un haz de probabilidades.

    A nte todo encontra m os en la conducta religiosa el elem ento de valor,que lleva a la gen te a actu ar. Es e eleme nto de valor, dice Weber, se ra elsentido subjetivo. Se trata del problema de la salvacin, que es lo quetoda religiosidad siempre plantea. Esa salvacin puede proyectarse dedos maneras bsicamente: puede ser obra de uno mismo, del individuo

    mismo, o puede ser obra de otros. Este es el primer problema que sepuede presentar.

    Por un a par te, exam ina si se tra ta de establecer la salvacin por unomismo. Histricamente se han dado tres orientaciones tpicas sobre laba se de los estudios de distin tas religiones,el budismo, el mahom etismo,etctera. En primer lugar estara el ritualismo, es decir, aquella situacin pre sen te no solam ente en el catolicismo sino en el budismo y ha stacierto grado en el judaism o, que consiste en q ue la gente v a ac ostumbrn dose a realiza r cierta s conductas. El ritualism o, entonces, no esachacable slo al catolicismo, sino a toda religiosidad, en el grado dedesarrollo y de desenvolvimiento material y especfico que condiciona

    9 Ca pt ulo Octa vo de Sociologa de la Religin .

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    que la gente pueda o no pueda hacer todos los ritos que quisieran losexpertos, los sabios, e tctera.

    Pu ede ha ber, dice Weber, en segundo lugar, u na orientacin donde

    el elemento importante sean las obras sociales, es decir, donde seestablece que es necesario ayudar al prjimo. Es todo lo que el catolicismo tiene como caridad. Una orientacin, seala Weber, que, en lamedida en que est motivada por un valor religioso, t iene el aspectofundamental de que la obra social se hace en beneficio propio: yo leayudo al prjimo pero estoy pensando que con ello me voy a salvar.Esto es lo que permite la distincin entre este elemento de caridadligado a un valor religioso frente a un elemento de ayuda al prjimono motivado en la creencia.

    Y en tercer lugar, est lo que l llama la definicin de todos estosproblemas en relacin con la tcnica de salvacin. Es decir, la idea deautoperfeccionamiento, la ideade que hay que realizar ciertos elementosde forma ex tem a como el ayuno, y en el caso m s clsico realizar u naconducta m etdica reg ular. Como bien se ve, esto supone ya elemen tosmuy refinados de la cultura.

    Estas son las tres orientaciones tpico ideales, para hablar en trminos de Weber.

    Ahora bien, por otra p arte, cuando el problema de la salvacin no esobra de la voluntad prop ia, sino de algo ajeno, externo, tamb in tenem ostres direcciones tpicas.

    Tenemos la direccin tpica de lo que llama Weber la gracia institucional. Esto es lo que habra que explorar a fondo en el caso delcatolicismo que, de todas maneras, es la vertiente fundamental. Esuna gracia insti tucional, gracia de un insti tuto, ya no achacable alcatolicismo colombiano ni a Monseor Mario Revollo, por ejemplo,sino a la ubicacin que el catolicismo tuvo siempre como elementocultural . Es la idea de que no se necesitaba leer los textos sagradosporque la iglesia dispensaba de esto y ofreca la manera de interpretarlos. Por lo tanto este elemento hace que no se le exija ningunasapiencia al creyente.

    Otra directriz sera la confianza en Dios, es decir, la fe ciega en laProvidencia. El ejemplo ms tpico sera el luteranismo, en la medidaen que se indica ba la le ctur a de la Biblia. Y en el caso de Lute ro p reocu

    pndose l mismo por traducirla a un idioma especfico, que es la diferencia que puede existir frente a experiencias sim ilares.

    Y, la tercera , es la gracia de la predes tinacin que, en cierto sentido,sera necesario esclarecer cultur alm ente en relacin con otr as cu ltur as.

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    En ese sentido, por ejemplo, Weber esclarece el sentido subjetivo quehay e ntre la predestinacin islmica y la predestinacin calvinista.

    En ton ces ha y que op erar con estos elem entos, como dice el Dr. Mesa,

    no para forzar la realidad que se nos ofrece dentro de la conceptualizacin que u tilizam os, sino par a establecer eso real y ver de qu m an eraestas conceptualizaciones nos sirven para ordenarlo.

    Lo que de tod as m an era s si podemos decir es que hay un a diferenciaen tre las construcciones tericas ylo rea l. La ciencia, en el caso de Weber,es precisamen te esa contrastacin.

    A si s t en te : Hay un trabajo sobrelos jesutas , una tesis del departam en to de Sociologa, sobre la tica jesu stica y la tica em pres arial enColombia. E se trabajo p art e de la insinuacin web eriana, qu e se encuentra en la Etica Protestante, sobre el probabilismo jesutico, y tambinse tien e en cu en ta la pa rt e del probabilismo en la Sociologa del Derecho.

    El problem a p ar a el investigador all h a sido tra ta r de ver cmo losjes ut as ha n logrado ad ap tar a la si tuacin modernizante que se advierteen el pas desde 1930, o cmo han tratado de adaptar, en trminos hegelianos, la moralidad a esas nuevas relaciones que se dan en el pasdesd e esa poca, sobre todo en el mbito de la formacin de los cua dro s

    profesionales bajo su influencia.A pa rtir de 1930-31 los jes ut as em piezan a preparar abogados, en la Universidad Javeriana, pero con unespecial nfasis en los negocios, en la economa, o sea, en teora econmica. No solam ente los adie stran en las tcnicas em presariales y adm inistrativas sino tambin en economa, hasta una consolidacin muchomayor, que se adv ierte en los ao s cincuenta, en el sentido de lograr queesos cuad ros teng an ya influencia directa en el mu ndo em pres arial.

    Y el pu nto ce ntral de esa tesis h a sido el de exam inar e sa habilidadde los jes ut as p ar a ad ap tar la moralidad de los creyentes catlicos a lasnu ev as relaciones de intercambio, a relaciones imperson ales de qu e nosha bla M ax Weber. El cmo lograr conciliar esas nu evas individualidadesen lo que se llam a bien com n al servicio de los de m s con el individualismo caracterstico de las nue va s relaciones de intercam bio, ya much oms generalizadas. Hay entonces toda una tensin que se advierte atra v s del examen emprico que se realiza en esa tesis de grado, la cualtom a como pu nto de referencia los abogado s formados de 1930 a 1980.

    E x p o s it o r: A los jes uta s gene ralmente s e les ubica como si su pro

    psito fundamental fuera preparar la clase dirigente; la UniversidadJaveriana y la Pontificia Bolivariana seran ejemplos en ese sentido.Pero hay otras instituciones que estn orientadas hacia la constitucinde una comunidad; es la opcin por los pobres. Habri que ver el rcordque tienen los jesu tas en esta via y el por qu van a veces jus tam en te

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    a ese sector que ser a precisam ente el de la escuela salesia na. Como semencion antes, la escuela salesiana nace en Turn, ciudad industrialde Italia, en un a lucha m uy fuerte c ontra el comunismo; y su preocupacin estuvo con centrada precisam ente en los obreros. Y cuando lleganaqu se dirigen al sector de los obreros, a formar obreros con una ticacristiana . Por lo tan to, en cu anto al sector social que los jes u tas tienencomo objetivo, tambin habra que hacer distinciones.

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