HORA SANTA - EXTRAIDA DEL LIBRO DEL PADRE JESUS CEJA.pdf

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PRIMER ESQUEMA ORACIONES PARA LA HORA SANTA* Primera parte de este esquema En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Himno Veni Sancte Spiritus Ven, Dios Espíritu Santo, envíanos desde el cielo tu luz para iluminarnos. Ven ya, Padre amoroso de los pobres; luz que penetra en las almas; dador de todos los dones. Fuente de todo consuelo, amable huésped del alma, paz en las horas de duelo. Eres pausa en el trabajo; brisa, en un clima de fuego; consuelo, en medio del llanto. Ven, luz santificadora, y entra hasta el fondo del alma de todos los que te adoran. Sin tu inspiración divina los hombres nada podemos y el pecado nos domina. Lava nuestras inmundicias, fecunda nuestros desiertos y cura nuestras heridas. Doblega nuestra soberbia, calienta nuestra frialdad y endereza nuestras sendas. Concede a aquellos que ponen en Ti su fe y su confianza tus siete sagrados dones. Danos virtudes, méritos y una buena muerte, pues contigo tenemos el gozo eterno. Amén. Transcrito de la ”Hora Santa de Adoración a Jesús Sacramentado”, 1, del P. J. Jesús Ceja A. 30

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PRIMER ESQUEMA

ORACIONES PARA LA HORA SANTA*

Primera parte de este esquema

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Himno Veni Sancte Spiritus

Ven, Dios Espíritu Santo, envíanos desde el cielo tu luz para iluminarnos. Ven ya, Padre amoroso de los pobres; luz que penetra en las almas; dador de todos los dones.

Fuente de todo consuelo, amable huésped del alma, paz en las horas de duelo. Eres pausa en el trabajo; brisa, en un clima de fuego; consuelo, en medio del llanto.

Ven, luz santificadora, y entra hasta el fondo del alma de todos los que te adoran. Sin tu inspiración divina los hombres nada podemos y el pecado nos domina.

Lava nuestras inmundicias, fecunda nuestros desiertos y cura nuestras heridas. Doblega nuestra soberbia, calienta nuestra frialdad y endereza nuestras sendas.

Concede a aquellos que ponen en Ti su fe y su confianza tus siete sagrados dones. Danos virtudes, méritos y una buena muerte, pues contigo tenemos el gozo eterno. Amén.

Transcrito de la ”Hora Santa de Adoración a Jesús

Sacramentado”, 1, del P. J. Jesús Ceja A. 30

Nota: Al inicio de esta Hora Santa, pedimos la

intercesión de María. Ella es la llena de gracia y estamos

seguros que nos alcanzará el perdón y la paz.

Acto de contrición

¡Oh, Dios mío! De todo corazón me arrepiento de haberte ofendido, especialmente con los pecados de superstición y contra las virtudes de la caridad y pureza. De todo corazón, renunciaré a todos ellos en un momento más en la renovación de mis promesas bautismales.

Los detesto, porque temo perder el cielo y merecer justamente las penas del infierno, pero más que todo porque al no tenerte a Ti, Dios mío, que eres bondad y misericordia, merecedor de todo mi amor, mi alma se pierde.

Resuelvo firmemente, con la ayuda de tu gracia, confesar todos mis pecados, hacer penitencia por ellos y tomar la firme resolución de nunca más volver a pecar.

Adorable Jesús Sacramentado, contemplando tu presencia real reconozco ante Ti que soy un pecador. Me duele haberte ofendido con mis graves infidelidades conyugales y mandamientos de tu ley.

Por eso, en tu nombre y por el poder de tu sangre derramada, te pido perdón de todo ello; los detesto y rechazo a todos y cada uno, pasados y presentes, …

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junto con todos sus efectos y consecuencias para que me vea libre de todo mal, por el auxilio de tu infinita misericordia. Reconozco que por consecuencia de mis pecados vivo en grandes perturbaciones, víctima de maldiciones.

Confiado en tu infinito poder; te pido con humildad puesto bajo la acción del Espíritu Santo, que tu sangre derramada, me lave, me perdone, me purifique, me sane y me libere, para que pueda experimentar tu inmenso amor que me levante de mis miserias y debilidades, para poder estar fuerte en la batalla espiritual.

¡Oh, Corazón Eucarístico de Jesús Sacramentado, ten misericordia de mí! Dulce Morenita del Tepeyac, presenta mis súplicas a mi Jesús Sacramentado. Amén.

Acto de consagración al Corazón Inmaculado de María

Soberana Reina del cielo y de la tierra, fragancia de rosas, Emperatriz y evangelizadora de América: Madre Guadalupana, alivio y defensa de todos los moradores de esta tierra.

Al inicio de esta Hora Santa, para adorar a Jesús como se merece, te suplico recibas la consagración total y definitiva de todo mi ser a tu dulce Corazón. Quiero ser libre, vivir sólo para Jesús, con Él y en Él.

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Recibe todo mi ser: cuerpo, alma y espíritu; todo lo mío es tuyo para siempre. Confío que Tú eres mi Madre y me cobijas en este momento en tu regazo maternal.

Espero confiadamente que por tu intercesión recibiré bendiciones abundantes y el auxilio divino para aquellos por quienes suplico en esta Hora Santa.

Morenita del Tepeyac, soy todo tuyo. Aplasta con tu bendito pie virginal a todas las fuerzas del mal que puedan haber actuado o sigan actuando en mi vida.

Por el poder de la sangre preciosa de tu Hijo, por quien se vive, a quien he de poseer y adorar eternamente, confío me alcanzarás del cielo las gracias necesarias que imploro a los pies de Jesús Sacramentado. Amén.

Nota: Hágase aquí la súplica con sus propias palabras de la intención de esta Hora Santa, por sí mismo, por un familiar afectado o por un pueblo, etcétera.

Oración para ofrecimiento de la Hora Santa

Mi adorado Jesús Sacramentado, deseo pasar esta hora contigo, acompañado de mi Madre Morenita del Tepeyac, para ser liberado y perdonado de todos mis pecados y así consolarte. Para alcanzar misericordia en las horas de prueba causa de terremotos, inundaciones y epidemias que por nuestros pecados justamente merecemos.

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Quiero hacerte reparación con el amor de mi pobre corazón y la ternura de María, acompañándote en tu agonía en aquella hora suprema en la que quedaste solo y abandonado; las criaturas que Tú redimiste y nuestro Padre creó para amarte, no te amaron. El peso de todos mis pecados y los de la humanidad, cayeron sobre Ti.,

Por el dolor que yo te causé entonces y que aún te sigo causando con mis pecados, especialmente contra la caridad, pureza y superstición, decido firmemente renunciar a ellos y satisfacer con mi pobre amor tu misericordia. Fortaléceme, Dios mío, para que aunque sea en pequeña medida, te de consolación y así alcance, por el poder de tu sangre preciosa, mi liberación.

Sagrado Corazón de mi Jesús, fortalecido en tu agonía por tu ángel, envía a este mismo acompañado de mi Madre Morenita, para que esté conmigo en este momento de Hora Santa de adoración, y siendo mis intercesores para ser totalmente liberado y así consolarte en tu agonía. Amén.

Nota: La Eucaristía es el sacramento de amor que no es correspondido, es horriblemente despreciado y ultrajado. En la última de las tres apariciones del ángel de la guarda de Portugal a los pastorcitos de Fátima, dijo al darles la sagrada comunión bajo las dos especies: Tomen y beban el cuerpo y la sangre de Jesucristo horriblemente ultrajado por los hombres ingratos, reparen sus crímenes y consuelen a su Dios.

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Al inicio de esta Hora Santa, y antes de hacer la renovación de las promesas bautismales, hagamos esta oración dada por el ángel para hacer reparación y alcanzar nuestra liberación:

Dios mío, yo creo y espero en Ti, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni te adoran, ni esperan, ni te aman.

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido.

Por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y los del Corazón Inmaculado de María, te pido la conversión de todos los pobres pecadores (tres veces).

Oración para renovación de mis promesas bautismales y renuncia a toda

práctica supersticiosa

Divino Jesús Sacramentado, ante Ti, en compañía de mi Madre Inmaculada y siempre Virgen María, yo (decir tu nombre completo), pecador, ingrato, en este día renuevo y ratifico las promesas de mi

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bautismo. Renuncio y rechazo para siempre a Satanás, a sus obras, a sus vanidades, a todo pecado contra la caridad y la virtud de la pureza.

Renuncio para siempre a todo ocultismo, esoterismo o superstición que haya practicado, consciente o por ignorancia, voluntaria o involuntariamente.

Esta renuncia la hago a nombre de todos mis antepasados y a toda herencia ancestral maligna que haya heredado por cualquier forma o medio. Te suplico que el poder de tu sangre derramada me lave, me purifique, me libere de sus efectos y consecuencias, dándome enteramente a Ti.

Ante tu presencia eucarística soberano Señor Sacramentado, por el poder de tu gloriosa sangre renuncio y rechazo a todo pecado e idolatría en cualquier forma, a todo espíritu de lujuria, perversión, error, desviación sexual, fornicación, impureza, odio, rencor, resentimiento, prepotencia, autosuficiencia, orgullo, soberbia, mentira, celos, temor, miedo, depresión, ira, desorden, tensión, culpabilidad, enfermedad no identificada por la ciencia médica, rechazo y desintegración familiar.

De igual forma ante Ti, divino Jesús, rechazo y renuncio a todos los espíritus malignos cualquiera que sean sus nombres con sus legiones y a sus dones, potencias, revelaciones, comunicaciones, interrelaciones, intercomunicaciones y todos los poderes, pactos, alianzas, consagraciones, sujeciones, sugestiones o potestades, dominio, principados y fortalezas.

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De forma total y definitiva, rechazo y renuncio a todos los poderes y cosas adquiridas o contraídas por el tarot o lectura de las cartas y toda adivinación o por cualquier otro medio que vengan del reino de Satanás y no del reino de Dios.

Renuncio para siempre como exigencia de mi bautismo, a toda práctica esotérica de la nueva era: juego de la ouija, channeling o canalización, contacto con ángeles de la nueva era, práctica de visualización, viajes astrales, experiencias cercanas a la muerte, culto a la llamada santa muerte, poltergeist o espíritus ruidosos, estados alterados de la conciencia, meditación trascendental, control mental, uso de drogas, hipnosis no clínica y autohipnosis, fenómenos parapsicológicos, fenómenos PK, fenómenos PES o percepciones extrasensoriales, uso de los cristales y pirámides, prácticas del eneagrama, wicca o magia ritual, teosofía y práctica de la santería.

También renuncio a otros métodos esotéricos como: disciplina, escuela y pensamiento de la cábala, metafísica esotérica, brujería, hechicería, magia, encantamiento, espiritismo, espiritualismo, masonería, rosacrucismo, yoga, hata-yoga, práctica de vudú, gnosticismo, dianética, uso del péndulo, operaciones espirituales y sus consecuencias, contacto y juego con muñecos elfos, sortilegios de amor, todo tipo de adivinación, telepatía, premoniciones, …

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sistemas de energía como el feng shui, regresiones hechas con reiki, toda invocación satánica, uso de amuletos y talismanes, vampirismo y a todo sistema esotérico o supersticioso.

En tu nombre Cristo Jesús, por el poder de tu sangre preciosa, rechazo todo lo antes renunciado y pongo a tus pies por manos de María mi Morenita Guadalupana, a todos los espíritus que por consecuencia de estos actos supersticiosos me estén influyendo, para que Tú les quites todo poder, los aniquiles, los regreses por donde han venido y nunca más vuelvan a actuar en mi vida.

Cristo Jesús, proclamo que Tú eres la sabiduría encarnada, que me invitas a tomar sobre mí tu yugo suave y tu carga ligera, dame la gracia de ser fiel a Ti en reparación de mis pecados.

Me sujeto única y totalmente a tu divina voluntad, adorado Jesús Sacramentado. Concédeme la gracia de vivir cobijado con la pureza de María y ser limpio de cuerpo y alma como Ella. No quiero ningún poder que venga del maligno, solo te acepto a Ti, sólo Tú eres mi gloria y mi fortaleza por todos los siglos de los siglos. Amén.

Oración de ardiente súplica a nuestra Madre Guadalupana para la

liberación

Unido a Ti, mi dulce y tierna Morenita del Tepeyac, me postro para adorar a mi Jesús Sacramentado.

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Irradia en mi alma la luz santísima de Jesús, portento de amor inmolado en cada Hostia consagrada para ser abrasado de su amor purificante. Tú eres la Mujer vestida de sol, coronada de estrellas y vencedora de Satanás, que con tu sola presencia ahuyentas las tinieblas de la idolatría.

Mi dulce y tierna Niña, amor radiante de luz celestial, fragancia de rosas, dulce Madre del verdadero y único Dios por quien se vive, conscientes de la cultura de muerte y la pérdida de la práctica de los valores de la familia que hoy nos acecha, al constatar la ola de violencia, asaltos, secuestros, narcotráfico y las múltiples ejecuciones fratricidas y parricidas, elevamos hacia Ti nuestra mirada implorando tu intercesión.

Eres Madre de la vida, alcánzanos el aprecio por este don, desde su concepción en el vientre materno para las familias de los moradores de este suelo. Hoy vengo a los pies de Jesús Sacramentado para adorarlo como Tú lo hiciste desde el primer instante en el que se formó en tu purísimo vientre.

Pongo en tus manos maternales estas grandes necesidades que nos agobian y las epidemias de muerte. Te encomiendo la renuncia que hice al renovar mis promesas bautismales.

Alcánzanos la gracia del repudio total a toda idolatría, superstición y adoración del maligno, a quien con mis pecados he dado culto idolátrico. Acepto sólo a Jesús como mi único Señor de toda mi vida, puesto que Él me ofrece y me da vida en abundancia.

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Me cobijo con tu mirada y perfume del cielo. Quiero ser como San Juan Diego que tanto te agradó por su humildad. Hazme pequeño y doblega mi soberbia durante esta Hora Santa.

Préstame tu tierno Corazón para adorar a Jesús, fruto bendito de tu vientre, ¡oh, clemente, oh, piadosa, oh, dulce Virge María, Morenita y Reina del Tepeyac! Amén.

Oración para perdón

Consciente de que mi oración no será escuchada y seguiré sin ser liberado si no perdono de corazón a mis enemigos, en el nombre de Jesucristo, yo (decir tu nombre completo) perdono (decir el nombre de la persona o personas que vas a perdonar), te perdono de toda ofensa, humillación, envidia, maldición y rechazo.

Te perdono por los pleitos, insultos, abandonos, golpes y rencores. Te perdono por tu alcoholismo, por las infidelidades y mentiras. Te perdono por no cumplir lo prometido, por tus chismes y calumnias. Te perdono por la falta de amor, consideración y caridad.

Nota: Respira profundamente y menciona todo lo que tengas que sentir de la persona y entrégalo a Jesús Sacramentado, pidiendo que con el poder de su sangre tome esas debilidades de la persona o personas que estás perdonando.

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En el nombre de Jesús, y con la ternura y el amor de mi Madre Inmaculada, yo te perdono en el Corazón de Jesús. Yo te perdono, en la misericordia de Jesús. Yo te perdono, te bendigo y desato todo lazo de rencor entre tú y yo, delante de Dios.

Te declaro inocente y libre, ya no me debes nada, le pido a Jesús que te ame profundamente, te llene de paz y se manifieste en ti, con abundancia de bienes espirituales y materiales. Amén.

Oración para acción de gracias

Gracias mi buen Jesús y hermosa Madre Guadalupana, por la alegría que siento de ser atendido y escuchado en esta Hora Santa, por eso mi alma te alaba y te dice:

¡Oh, Santísimo Sacramento! ¡Oh, Sacramento divino! Toda alabanza y acción de gracias te sean dadas en todo momento. Gracias porque hoy al hacer con amor y devoción esta Hora Santa espero ser liberado por Ti. Amén.

Nota: (Hágase aquí un breve silencio, se termina la primera parte de esta Hora Santa con el rezo del Santo Rosario como está indicado (páginas 17-18), así como las letanías del Sagrado Corazón de Jesús para esta práctica (páginas 55-56)

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Segunda parte de este esquema

Nota: Al iniciar esta segunda parte invoquemos al Espíritu Santo por medio de María que es tu Esposa fiel.

Invocación al Espíritu Santo por el Inmaculado Corazón de María

Ven, Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de María, tu amantísima Esposa (tres veces).

Acto de consagración al Corazón eucarístico de Jesús

Todo por ti eternamente, Corazón eucarístico de Jesús, todo por ti, abrazado cada día a tu cruz para poseerte y gozar de ti en el cielo. Por eso al llegar a la segunda parte de esta Hora Santa, Jesús adorado, y para iniciar el combate contra las fuerzas del mal, ante tu presencia sacramental y por medio del Inmaculado Corazón de mi Madre Guadalupana, CONSAGRO TOTAL Y DEFINITIVAMENTE, TODO MI SER Y HABER A TU EUCARÍSTICO CORAZÓN.

Tú hoy me vuelves a decir: Éste es el Corazón que tanto ama a los hombres, de los cuales no recibe más que desprecios y humillaciones. Quiero consolarte y desagraviar tu amoroso Corazón viviendo en él. Recíbeme y permíteme morar para siempre en tu herida abierta por la lanza del soldado.

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Ocúltame ahí para siempre, de tal manera que no tema abrazar tu cruz cada día con amor. Te entrego mi pobre voluntad, a cambio de la cual pido la tuya, para no salir nunca más de tu eucarístico Corazón.

Estoy seguro que oculto en tu sagrado pecho, al adorarte en la Hostia consagrada y desde el Corazón de mi Madre Inmaculada, seré liberado de toda contaminación del mal y cantaré eternamente tus misericordias en adoración perpetua. Amén.

Oración para arrepentimiento y liberación

Señor, me has soportado todos estos años con mis pecados, pero a pesar de ello has tenido compasión de mí. Me he descarriado en todos los aspectos, pero ahora no quiero pecar más.

Te he agraviado y he sido injusto. Ya no lo seré nunca más. Hoy de todo corazón he renunciado al pecado, al demonio y a la iniquidad que ensucia mi alma.

Te suplico, Señor, me liberes de toda consecuencia que me impulse a hacer lo contrario a tu santidad. Ven ahora a habitar en mi corazón. Perdóname, Señor, y permíteme descansar en Ti. Porque Tú eres mi escudo, mi redentor y mi luz, y en Ti confío.

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Desde hoy, Señor; te bendeciré en todo momento. Repudio el mal y a todos los ídolos, porque Tú eres el Altísimo sobre el mundo entero, trascendiendo de lejos a todo cuanto existe.

Con tu poderoso brazo, rescata mi cuerpo de la mala salud, líbrame de estar cautivo, sálvame de los conflictos y derrota a mi enemigo, el demonio. ¡Ven pronto en mi ayuda, oh, Salvador! Amén.

Oración para pedir a Jesús ser armado para la batalla espiritual con la

armadura de Dios

Divino Jesús, adorable Corazón abierto, revísteme de tu armadura divina para poder avanzar hasta ser introducido en tu morada eterna.

Me revisto con el cinturón de la verdad. Tú mi dulce Jesús, eres mi verdad, mi luz y mi sabiduría. Me pongo la coraza de la justicia. Jesucristo, Tú eres mi justicia, mi santidad, mi amor, mi pureza, mi gozo, mi paz, mi fortaleza y mi roca.

Me calzo los pies con el celo por el Evangelio. Jesús, amor de mi corazón, en mi firme decisión embrazo el escudo de la fe para apagar los encendidos dardos del maligno.

Sumergido en el Corazón Inmaculado de María, me cubro con su fe, para hacer efectiva la total derrota de mi adversario por la llama de amor de mi Madre Inmaculada.

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Me revisto de tus promesas divinas y de tu protección. Jesucristo, Tú eres mi fe. Me confío de tu perdón, de tu redención, de tu muerte y de tu resurrección, teniendo tus mismos pensamientos y sentimientos. Jesús, tomo el casco de la salvación (cf. Fil 2, 5)

Tomo la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Jesús Maestro, Tú eres mi victoria, mi sabiduría, mi luz, mi vida y mi alimento. Me entrego a la acción del Espíritu Santo: a su unción, su amor, su paz, su fidelidad, su bondad, sus dones y sus carismas.

Ya revestido de tus armas buen Jesús, estoy seguro de alcanzar la victoria, con la certeza de tus palabras: Yo les aseguro, todo lo que pidan en la oración, crean que se los dará y se los concederá (Mt 21, 22). Amén.

Oración para invocación de protección del escudo de San Patricio

Con alma y cuerpo viviendo en gracia como conviene a verdadero hijo de Dios, con la conciencia de ser templo de la Trinidad Santísima, sujeto totalmente todo mi ser, cuerpo, alma, espíritu, inteligencia y voluntad al poder del Dios trino y Uno.

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Me envuelvo hoy y para siempre, sujetando a mí con fe y amor la fuerza de Cristo con su bautismo, su crucifixión, su santo entierro, su resurrección, su ascensión y su regreso para el juicio final.

Me envuelvo hoy y para siempre, sujetando a mí con fe la fuerza del amor de los querubines, la obediencia de los ángeles, el servicio de los arcángeles, la esperanza de la resurrección para el premio, las oraciones de los patriarcas, las profecías de los profetas, la predicación de los apóstoles, la fe de los mártires, la inocencia de las santas vírgenes y las buenas obras de los confesores.

Me envuelvo hoy y para siempre, sujetando a mí con reverencia y humildad el poder del cielo, la luz de Jesucristo, sol eterno, el brillo de la intercesión de María, luna que refleja la luz de Cristo y el resplandor del fuego divino.

Defiéndenos en este destierro: de la muerte por un rayo, de la rapidez del viento y de la profundidad del mar. Que se afiancen mis pies en la firmeza de la tierra y la seguridad de la roca, viviendo en completa docilidad a las enseñanzas divinas y preceptos de la Santa Madre Iglesia.

Me envuelvo hoy y para siempre, sujetando a mí la fuerza divina para orientarme, el poder de Dios para sostenerme, la sabiduría celestial para guiarme, la mirada de Dios para prevenirme, su oído divino para escucharme, su palabra santa para

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apoyarme, su mano poderosa para defenderme, su camino, verdad y vida para recibir mis pasos, su escudo eterno para protegerme, sus ejércitos celestiales para darme seguridad contra las trampas de los demonios, las tentaciones de los vicios, las inclinaciones de la naturaleza caída y de todos aquellos que desean el mal de lejos y ce cerca, estando yo solo o en la multitud.

Convoco con fe y decisión toda la fuerza poderosa de Dios, para que me hagan una muralla ante todos los males: contra los encantamientos de los falsos profetas, las leyes negras del paganismo, las leyes falsas de los herejes, la astucia de la idolatría, los conjuros de brujas, brujos y magos, así como la curiosidad que daña al cuerpo y al alma del hombre.

Invoco con fe y humildad a Cristo con la certeza de que Él me protege en todo momento contra todo veneno, incendio, naufragio y heridas de muerte, para que pueda alcanzar la abundancia de gracia y el premio eterno.

Cristo Jesús, me cubro de tu fuerza poderosa y proclamo con fe viva: Cristo delante de mí, detrás de mí, en mí, debajo de mí, sobre mí, a mi derecha, a mi izquierda, en torno a mí, en la anchura, en la longitud, en la altura y en la profundidad de mi corazón.

Tú eres, Jesús de mi alma, el centro de mi corazón, de mi mente, de todos los seres que me rodean y piensan en mí, de mis palabras, de las palabras de quienes hablan de mí, de todo ojo que me ve y todo oído que me escucha.

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Me envuelvo hoy y para siempre de la fuerza poderosa de la Santísima Trinidad, proclamando mi fe en que Ella es el centro de unidad y creadora de todo el universo, de Dios viene sólo la salvación que estará siempre con nosotros. Amén.

Oración para rechazo de todo mal y rompimiento del ocultismo

Nota: Se levanta la mano y en actitud de rechazo después de un momento de silencio adorador ante Jesús Sacramentado se dice:

En tu nombre mi Jesús Sacramentado y por el poder de tu sangre derramada y la intercesión de mi Madre Guadalupana, me desligo totalmente de la influencia de todo espíritu maligno cualquiera que sea su nombre y de sus legiones; de toda falta de caridad y contra la virtud de la pureza; de todo maleficio, mal deseo, maldición, saladez, miseria, mendiguez y enfermedad que no esté en tu plan de amor.

Rechazo todo efecto y consecuencia de los pecados contra la caridad, la pureza y toda práctica supersticiosa que mencioné al hacer la renovación de mis promesas bautismales.

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Pongo bajo el poder de tu sangre preciosa, todo pacto, alianza con Satanás, consagración al demonio, uso del poder para causar daño, principados y fortalezas, sujeción, sugestión, sucesión, potestad, dominación, poderes hechos por Satanás para encadenarme y cualquier forma de ocultismo ya renunciado que cualquier persona consciente o inconsciente, voluntaria o involuntariamente, ausente o presente, esté lanzando en contra mía, de mi familia, de mis amigos, de mi equipo o de mi parroquia.

Con tu bendita caridad y misericordia acoge mi súplica que te hago en profunda adoración de tu presencia sacramental, con el poder de tu santo y glorioso nombre realiza tu obra por tu sangre derramada que aniquila, destruye, amordaza y encadena todas las fuerzas y espíritus malignos que hayan estado actuando en mi vida por consecuencia de todo lo antes renunciado.

En tu nombre, mi Jesús Sacramentado, por el poder de tu gloriosa cruz y de tu sangre bendita, oculto en tus sagradas llagas, por intercesión de mi Madre Guadalupana queda destruida toda maldición que venga de mis antepasados o me haya sido lanzada o adquirida de cualquier forma o modo.

Creo que todos los espíritus malignos cualquiera que sea su nombre y número, en este momento son atados, amordazados, encadenados, echados fuera, reprendidos y aniquilados,; estoy seguro que no regresarán nunca más a impedir tu plan de amor en mi vida.

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Me cobijo con la bendición de tu gloriosa presencia eucarística. Te entrego toda calumnia, difamación o falsa apreciación e interpretación de mis actos, que se hagan contra mi persona para desprestigio de tu verdad en mí.

Me declaro libre en Ti de todo mal, perdonando de corazón a mis calumniadores. Creo que en Ti está mi victoria. Con tu sangre derramada, mi Jesús Sacramentado, te suplico me selles totalmente y me cubras para que libre, pueda proclamar tu gloria y tu poder.

Padre amoroso, gracias por lo que acabas de hacer en mí, creo que no volverán más estos males y espíritus malignos a mi vida, ni en número de uno ni en ningún otro, ni de la misma naturaleza ni de algo parecido.

Te ruego, Padre Dios que el Espíritu Santo ocupe todo mi ser y restaure las virtudes que estos males han debilitado en mí. Desata en mí todos los dones, carismas y frutos de tu Espíritu Santo.

Envíame a tus santos ángeles administradores de paz, unidad, salud y prosperidad. Mi Jesús Sacramentado, cobíjame siempre con la acción del Espíritu Santo.

Recibe para Él la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser. Dígnate concederme que en adelante sea mi luz, mi director, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón. Amén.

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Oración para bendición de la sangre de Jesús y agradecimiento a nuestra

Madre la Virgen Guadalupana

No quiero apartarme de Ti, mi Jesús Sacramentado, sin pedirte que me cubras con el poder y la bendición de tu sangre preciosa. Al haber experimentado durante esta Hora Santa la tierna compañía de mi Madre Morenita y siempre Virgen María, he comprendido que Tú nos amas tiernamente, es tan grande tu bondad que extendiste tus brazos amorosos en el madero de la cruz.

Desde ahí dígnate cubrir todo mi ser con tu sangre que derramaste para mi liberación hasta la última gota. A Ti te debo lo que soy y tengo, adoro tu sangre preciosa, guardo en mi vida y comparto contigo los sufrimientos de tu cruz, de tal manera que tu amor arderá en mí como un poderoso fuego divino que consume todos mis pecados, influencias e infestaciones del maligno.

Bendecido ya con la sangre preciosa de mi Jesús, de corazón me dirijo a mi Madre para agradecer su valiosa intercesión. Gracias, Madre Santísima por acompañarme en esta Hora Santa para adorar a Jesús.

Tú eres la victoriosa Reina del cielo y de la tierra, Reina de América y Morenita del Tepeyac. Tú que has pisado la cabeza de la serpiente infernal, cúbreme con tu manto protector y con la pureza de tu tierno Corazón Inmaculado.

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Que el poder y la gracia de la llama de amor de tu Inmaculado Corazón y de tu fe me protejan, me guarden y me defiendan siempre de todo mal. Confiamos en tu promesa hecha a tu pequeño hijo San Juan Diego: ¿No estoy Yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás en mi regazo? ¿No corres por mi cuenta? Esta promesa nos consuela. Amén.

Oración final

Glorioso Corazón eucarístico de Jesús, horno ardiente de amor divino, gracias te doy por haberme mostrado tu infinita misericordia, al permitirme orar ante tu presencia eucarística, experimentando la presencia y el amor de mi Madre Guadalupana, durante esta Hora Santa. Tú eres caridad liberadora: El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1, 29)

Me uno a los sentimientos de tu amor filial y a tu Corazón eucarístico. Me dirijo a nuestro Padre celestial diciéndole:

Padre eterno, mira el Corazón de tu muy amado Hijo. Toma en consideración las alabanzas de adoración que te ofrecemos, en liberación y perdón de los pecados de idolatría, que es toda superstición que recibes de los pecadores del mundo. Aplaca la justicia y concédenos el perdón y la paz.

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Imploro tu misericordia en nombre de tu Hijo Jesucristo, por el poder de su sangre preciosa que te ofreció en inmolación sobre el altar de la cruz por nosotros los pecadores.

Corazón eucarístico de mi buen Jesús, te suplico atiendas benigno la intercesión de la Inmaculada Concepción de mi purísima y gloriosa Madre, criatura hermosísima y de fragante pureza.

Quiero siempre adorarte mi buen Jesús Sacramentado, en unión con María. Te adoro en cada lugar donde moras sacramentado. Te hago compañía por aquellos que te desprecian. Te amo por aquellos que no te aman. Te doy alivio por aquellos que te ofenden. Jesús, ¡ven a mi corazón!

Por tal motivo, en profunda adoración, en unión con María, mi Madre, le pido delante de Ti: ¡Oh, Madre, omnipotencia suplicante! Alcánzanos la clemencia al Padre. Haz que por el poder de las santas y gloriosas llagas de tu Hijo Jesucristo, por su sangre preciosa y tus benditas lágrimas derramadas al pie de la cruz, perseveren en el camino de la santidad.

Precioso Jesús, gracias porque a lo largo de esta Hora Santa y durante toda mi vida, Ella me ve con amor y nunca me desampara en este destierro. Porque nadie como Ella, te ha adorado y amado. Me uno ahora y siempre a su amor maternal, para gloria de la Santísima Trinidad y salvación de muchas almas.

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Jesús, sacramento de vida eterna, alcánzame por tu infinita misericordia, que el Padre no vea mis yerros, sino tu amor filial y el de tu Santísima Madre. Que la intercesión de María, mi Madre Guadalupana y de todos los santos me cobijen, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Letanías del Sagrado Corazón de Jesús

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Nota: A cada letanía se responderá: Ten misericordia de mí y libérame.

Dios Padre celestial. Dios Hijo, Redentor del mundo. Dios Espíritu Santo. Santísima Trinidad, que eres un solo Dios. Corazón de Jesús, Hijo eterno del Padre. Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre. Corazón de Jesús, unido substancialmente al Verbo divino. Corazón de Jesús, de infinita majestad. Corazón de Jesús, templo santo de Dios. Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo.

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Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo. Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad. Corazón de Jesús, mansión de justicia y de amor. Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor. Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes. Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones. Corazón de Jesús, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia. Corazón de Jesús, en quien mora toda la plenitud de la divinidad. Corazón de Jesús, en quien el Padre se agradó. Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido. Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados. Corazón de Jesús, paciente y muy misericordioso. Corazón de Jesús, que enriqueces a todos los que te invocan. Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad. Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados. Corazón de Jesús, colmado de oprobios. Corazón de Jesús, desgarrado por nuestros pecados. Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte y muerte de cruz. 55

Corazón de Jesús, con lanza traspasado. Corazón de Jesús, fuente de toda consolación. Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra. Corazón de Jesús, víctima de los pecados. Corazón de Jesús, salud de los que en Ti esperan. Corazón de Jesús, delicia de los santos.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Ten piedad de nosotros.

Jesús, manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo.

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“…

Aunque es de gran fruto hacerla ante el

Sagrario, cuando la enfermedad o postración le

haga imposible ir al templo, un acto de fe le

permite situarse en espíritu delante de los

sagrarios más abandonados para adorar a Jesús,

así como también cuando en televisión se expone

el Santísimo Sacramento en algún canal católico.

Cuando las circunstancias lo permitan y ante

Jesús Sacramentado, es importante hacer la Hora

Santa de Liberación con la luz del cirio pascual.

Ella es símbolo del triunfo de la luz de Cristo

sobre las tinieblas del pecado y las fuerzas del

maligno.

Esta Hora Santa es de gran importancia para

verse liberado de los efectos de espíritus

malignos y de las enfermedades causadas por

haberles abierto las puertas mediante prácticas

esotéricas y de la nueva era hoy tan extendidas.

…”

Adquiere el Libro “Hora Santa de

Adoración a Jesús Sacramentado 1, del P.

J. Jesús Ceja A.

PERTENECE A LA PARROQUIA SANTA ROSA DE LIMA,

REGRÉSALO, POR FAVOR.