Intervenientes, Discussão e Entretenimento No BaNquete de ... · 5. NOVA VERSÃO A Colecção...

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Colecção Autores Gregos e Latinos Série Ensaios Ália Rosa Rodrigues Carlos A. Martins de Jesus Rodolfo Lopes Intervenientes, Discussão e Entretenimento NO BANQUETE de Plutarco IMPRENSA DA UNIVERSIDADE DE COIMBRA COIMBRA UNIVERSITY PRESS Versão integral disponível em digitalis.uc.pt

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    Nos nove livros incompletos que nos chegaram desta obra, circulam mais de setenta personagens. Apesar da diversidade de actividades e sensibilidades dos participantes (polticos, filsofos, poetas, mdicos, entre outros), todos eles partilhavam, em geral, de uma grande erudio, para poder argumentar e firmar determinados pontos de vista em diversas reas.Ao mesmo tempo que tenta vincular o seu banquete aos de Plato e Xenofonte, por propor um cdigo tico rigoroso e promover uma discusso orientada para o saber, Plutarco procura tambm conceb--lo enquanto ambiente de entretenimento. Neste contexto, a filosofia, o canto e a dana convivem e fazem conviver os participantes de forma simultaneamente ordenada e agradvel.

    5.NOVA

    VERSO AColeco Autores Gregos e Latinos

    Srie Ensaios

    lia Rosa RodriguesCarlos A. Martins de Jesus

    Rodolfo Lopes

    Intervenientes, Discussoe Entretenimento

    No BaNquete de Plutarco

    IMPRENSA DA UNIVERSIDADE DE COIMBRACOIMBRA UNIVERSITY PRESS

    OBRA PUBLICADA COM A COORDENAO CIENTFICA

    Lombada: 11 mm

    Verso integral disponvel em digitalis.uc.pt

  • COMO CONSOANTES ENTRE VOGAIS QC

    lia Rosa RodriguesUniversidade de Coimbra

    Carlos A. Martins de JesusUniversidade de Coimbra

    Rodolfo LopesUniversidade de Coimbra

    Intervenientes, Discussoe Entretenimento No Banquete

    de Plutarco

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  • Ttulo Intervenientes, Discusso e Entretenimento No BaNquete de PlutarcoAutor lia Rosa Rodrigues, Carlos A. Martins de Jesus e Rodolfo Lopes

    Srie Autores Gregos e Latinos - Estudos

    Coordenador Cientfico do plano de edio: Maria do Cu Fialho

    Conselho EditorialJos Ribeiro FerreiraMaria de Ftima Silva

    Director Tcnico: Delfim Leo

    Francisco de Oliveira Nair Castro Soares

    EdioImprensa da Universidade de CoimbraURL: http://www.uc.pt/imprensa_ucE-mail: [email protected] online: http://www.livrariadaimprensa.com

    Coordenao editorialImprensa da Universidade de Coimbra

    Concepo grfica & PaginaoRodolfo Lopes

    Pr-ImpressoImprensa da Universidade de Coimbra

    Impresso e Acabamento www.artipol.net

    ISBN978-989-26-0279-0

    ISBN Digital978-989-26-0290-5

    Depsito LegaL346985/12

    1 eDio: CECH 20102 eDio: IUC 2012

    Obra realizada no mbito das actividades da UI&DCentro de Estudos Clssicos e Humansticos

    Todos os volumes desta srie so sujeitos a arbitragem cientfica independente.

    Julho 2012. Imprensa da Universidade de Coimbra Classica Digitalia Vniversitatis Conimbrigensis (http://classicadigitalia.uc.pt)Centro de Estudos Clssicos e Humansticos da Universidade de Coimbra

    Reservados todos os direitos. Nos termos legais fica expressamente proibida a reproduo total ou parcial por qualquer meio, em papel ou em edio electrnica, sem autorizao expressa dos titulares dos direitos. desde j excepcionada a utilizao em circuitos acadmicos fechados para apoio a leccionao ou extenso cultural por via de e-learning.

    DOIhttp://dx.doi.org/10.14195/978-989-8281-45-6

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  • Como Consoantes entre vogais. Os participantes das QC

    4 5

    ndice

    Prefcio iAurelio Prez Jimnez

    Abreviaturas 9

    Fragmentos: edies e respectivas siglas 11

    Parte I. Como Consoantes entre vogais. Os participantes das QC 13lia Rosa Rodrigues

    1. Os convidados de Plutarco nas QC 152. E quem no foi convidado? Contextos evocativos de mulheres nas QC 32

    Parte II. A comunho do logos 53Rodolfo Lopes

    1. A filosofia nas QC 602. Um esboo de cosmologia 79

    Parte III. sympotika. Entretenimento no banquete plutarquiano 87Carlos A. Martins de Jesus

    1. Teatro no symposion ou o teatro do symposion? 892. Um pezinho de dana com Plutarco 109

    Bibliografia 129

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  • Prefacio

    6 i6 i

    Prefacio

    Filosofa prctica y puesta en escena del banquete como tema de conversacin entre los simposiastas plutarqueos

    Aurelio Prez JimnezUniversidad de Mlaga

    Si quisiramos buscar un ttulo alternativo que unifique los tres captulos de que consta el libro que ahora prologamos, Intervenientes, Discusso e Entretenimento No Banquete de Plutarco, bien podra ser el que sugerimos para este Prefacio. En efecto, la identidad de los simposiastas tanto en general como en lo que se refiere a la seleccin ms ntima de los amigos y familiares de Plutarco que intervienen en las Quaestiones convivales, se trata con detalle y rigor en el trabajo de lia Rosa Rodrigues, Os convidados de Plutarco nas QC. Por otro lado, la distincin, que pese a las lagunas del texto Carlos A. Martins de Jesus toma de Plutarco, entre y (prlogo del libro II, 629DE), refleja bien la orientacin de los otros dos captulos: el segundo trmino da cuenta de lo tratado por Rodolfo Lopes con el ttulo A comunho do Logos, pues el logos, elemento unificador de la participacin en el banquete, marca las conversaciones de los comensales; y el segundo, , refleja sin duda la orientacin escenogrfica de las reflexiones de Martins de Jesus a propsito de las QC en el captulo que sirve de broche a este libro, Sympotika. Entretenimento no Banquete plutarquiano.

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  • Aurelio Prez Jimnez

    ii iii

    Pero no entiendo que sea tarea del prologuista resumir el contenido de un libro ni tampoco subrayar encomisticamente sus virtudes o denunciar los posibles defectos. No ser yo quien abra nuevos caminos en esa direccin, saliendo al paso y violando espacios que son ms propios de los crticos y que sern cubiertos en su da por futuras reseas. S entiendo, en cambio, que debo transmitir a los posibles lectores de este libro mis sensaciones, mis impresiones y sobre todo, ya que hablamos de Plutarco, el impacto formativo que esta exgesis de las QC ha tenido sobre quien les escribe estas lneas y que tendr, espero, sobre cualquiera que busque placer en su lectura.

    Si se me autoriza a subrayar alguna virtud de este libro, es precisamente eso lo ms importante, que responde al principio didctico del aprendizaje placentero. Para alguien que, como este prologista, ha analizado en otras obras de Plutarco procedimientos retricos y recursos de expresin dramtica, como es la relevancia de las actitudes, gestos y palabras de los personajes de los dilogos; y para cualquier otro que est habituado a la lectura de las Vidas Paralelas con esa amplia dosis de escenificacin asentada en el barroquismo con que se describen paisajes y movimientos de tropas, o en los detalles actitudinales de los personajes, o en la apuesta tuciddea por descubrir la psicologa de aqullos a travs de sus discursos, resulta y resultar especialmente placentera la lectura del trabajo de Martins de Jesus. Aqu se analizan todos los recursos literarios en que forma y contenido se confunden. Pero no se trata slo de

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  • Prefacio

    ii iii

    un estudio filolgico del arte literario de Plutarco, sino que su tesis principal reclama nuestra atencin hacia los elementos por los que discurren a veces las reflexiones de los protagonistas de QC. Su contribucin es en este sentido complementaria de las dos anteriores y, el enfoque, cuanto menos original; lo que dice mucho del dominio y los conocimientos escenogrficos del autor de este captulo. Con su perspectiva, sesgada por la experiencia en el teatro, Martins de Jesus, segn mis impresiones, descubre aspectos de los dilogos de Plutarco que, a menudo, se le escapan al lector poco atento y ms preocupado por los contenidos que por la forma de esos dilogos. As, mi sensacin es que en este captulo, igual que en muchas de las QC que en l se comentan, la msica, la danza y las representaciones dramticas breves con que distraen su ocio los comensales, son analizadas no slo como tema de discusin para los comensales de aqullas y para los lectores de ste; son ms bien el marco ideal por el que discurre la dialctica como mtodo de aprendizaje, cuando la filosofa con letras maysculas no cuenta ni con el espacio acadmico adecuado para su realizacin teortica ni con la especializacin cualificada que exige de sus practicantes.

    Y es que, en nuestro caso, la capacidad intelectual, la condicin humana y la extraccin social de los actores de QC es heterognea. Lo leemos en la descripcin que con habilidad y rigor ofrece lia Rosa Rodrigues en el primer captulo, dedicado a ellos, a los protagonistas de estas conversaciones de banquete plutarqueas. Igual

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  • Aurelio Prez Jimnez

    iv v

    que Martins de Jesus en el ltimo captulo del libro, a propsito de la escenografa del banquete griego, Rodrigues indaga los detalles humanos del symposion en los primeros ejemplos literarios, cuando ya est plenamente regulado, cuando descubrimos por fin en l los detalles ornamentales y los lazos afectivos que lo convierten en una actividad y en un escenario digno de la discusin filosfica y merecedora de atencin social. A quien lea este primer captulo le pasar al comienzo como a m: que tendr la impresin de que su autora pretende abordar todos los temas prometidos en el ttulo del libro. Pero avanzando con la lectura, vemos que esos primeros pasos por la protohistoria del banquete griego son en realidad una presentacin preliminar de las cuestiones de forma y contenido sobre las que insistirn los captulos siguientes, requerida por la entrada en escena de los invitados al banquete, su propio objetivo. Y es que sin conocer el ambiente acogedor sugerido por la escenografa, la disposicin, en este caso alegre y favorable (), de los participantes y su inters erudito por el pasado y el presente, no pueden entenderse los dilogos de Plutarco; y menos los que se renen en estas QC que exigen renuncias notables en el fondo de las cuestiones discutidas, por la heterogeneidad de los simposiastas. lia Rosa Rodrigues, siguiendo en este punto los pasos de estudiosos anteriores, diserta sobre la relacin entre los interlocutores ms asiduos de la obra, viejos y jvenes, amigos, parientes, hermanos de Plutarco, Plutarco mismo y sus hijos y los de sus amigos; una heterogeneidad que, parafraseando expresiones de la

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    Constatmos, com efeito, que o crculo intelectual reunido para estes symposia integra desde os influentes amigos romanos, Ssio Senecio ou Mstrio Floro, o pitagrico Filino ou o platnico Amnio aos quase annimos Crton, seu genro, o av Lmprias36. O que tm em comum estes intervenientes?

    Reconhecemos, com efeito, que os elementos deste crculo tm provenincias diferentes, pois, se os mais clebres correspondem a relaes do tempo em que Plutarco esteve em Roma37 e outros so consequncia dos contactos firmados na vida pblica, j as figuras mais annimas pertencem esfera familiar, mas, nem por isso, mereceram menos ateno. A heterogeneidade deste crculo, alm de revelar a vasta rede de conhecimentos de Plutarco, est directamente relacionada com a prpria natureza do banquete como Lmprias recordou no livro I (618D 619A), ideia que depois reforada pelo mestre Amnio (737D): evitar reunir convidados de carcter semelhante ou especialistas da mesma rea, uma tarefa a cargo do anfitrio. Com efeito, deve o anfitrio recostar o que gostar de saber com o gostar de ouvir, o reservado com o irascvel, tanto o rico magnnimo como um pobre honesto. Se assim no acontecesse, a disposio do banquete seria esttica e incapaz de aumentar ou criar afecto (), e

    36 Notese que o dilogo 9.4 conta tambm com a participao de um agricultor Dionsio.

    37 Plutarco ter realizado duas viagens a Roma: a primeira ter ocorrido antes de 80 d.C. e a segunda depois de 90 d.C. Vide Fuhrmann 1966 65.

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  • lia Rosa Rodrigues

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    neste critrio tico38, em conjunto com a philanthropia () e a koinonia (), que assenta o modelo de conversao das QC.

    2. e quem no foi convidado? contextos evocativos de mulheres no BanQuete39

    O espao que Plutarco concede mulher nas QC , com efeito, invulgar. Ao longo da sua obra, o polgrafo de Queroneia manifestou interesse pela esfera feminina, desde a sua idiossincrasia fisiolgica, comportamento social, defesa do acesso educao. Testemunho disso o nmero de tratados a ela dedicados ou com ela relacionados, verdadeiro testemunho da condio feminina no alvor da era crist: na Consolatio ad uxorem (608A612B), o autor procura atenuar a dor da sua mulher pela perda da filha; o tratado Mulierum virtutes (242e263c) apresenta vinte e sete situaes de gravidade e tenso extremas, onde as mulheres tomam iniciativa e encontram solues em circunstncias adversas40. Com efeito, se vulgar encontrar elogios a mulheres

    38 Sobre os critrios ticos, vide Van der Stockt 2000, Stadter 1999 e infra pp. 61, 73.

    39 Este estudo corresponde a uma verso modificada do contributo publicado no volume Ribeiro Ferreira et alii, eds., 2009 425437.

    40 A propsito do significado da mulher nesta obra, refere Fialho et alii 2001 11: Da mulher provm essa fora que radica, vincula terra, consolida e salva a possibilidade de habitar num universo matricial que casa, cidade, ptria, e que s habitvel se nele dominar o equilbrio do consenso, da equidade poltica que denuncia a tirania.

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    na qualidade de esposa ou me, o mesmo no se pode afirmar quando se trata de mulheres como modelos de virtudes nos domnios social ou poltico, pois, como nota P. Stadter (1965 79), antes de Plutarco raros so os relatos sobre mulheres que se notabilizaram na vida pblica41. As obras Mulierum Virtutes e De Iside et Osiride (351C384C) so, alm disso, dedicadas a Clea (351C), mulher culta42, sacerdotisa de Delfos com quem Plutarco discutia temas de carcter religioso e filosfico43. O texto Apophthegmata Laconica (208B242D) rene um conjunto de dizeres de mulheres espartanas, clebres e menos conhecidas, que se distinguiram pela virtude revelada em momentos de adversidade; o Amatorius incide sobretudo sobre o amor conjugal em oposio ao pederstico apresentando o casamento como um lao assente numa fidelidade inabalvel, que ultrapassa mesmo a morte do ser amado. Nesta obra

    41 Vide Wickler 1978 109.42 Vide Babbitt 1969 5. Sobre esta figura, vide Puech 1992

    48424843.43 Eis a dedicatria endereada a Clea na obra Mulierum virtutes

    (242EF): Sobre as virtudes das mulheres, Clea, no perfilho a opinio idntica de Tucdides. Segundo este afirma, a mulher mais virtuosa aquela que menos motivo de conversa oferece entre estranhos que sob a forma de censura, quer de elogio (). No meu ponto de vista, Grgias, em contrapartida, mostrase mais perspicaz ao defender que no a figura fsica mas a fama da mulher que deve ser do domnio pblico. A propsito desta questo, observa Facq 2006/2007 56: Si lpoque classique, il nous donne peu danecdotes montrant des filles (), cela nest plus le cas lors de la priode de la domination romaine sur le monde mditerranen o lauteur dcrit des scnes de la vie quotidienne reprsentant des fillettes, soit que cela lui tienne particulirement coeur, soit quun changement ait effectivement eu lieu dans la socit..

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    recupera tambm a teoria platnica sobre Eros, retira o peso do misoginismo que lhe inerente, reforando a importncia da mulher e devolvendo ao casamento a dimenso ertica assente na partilha de amizade e desejo (766E767B). E, finalmente, em Coniugalia praecepta, dedicado s bodas de Poliano e Eurdice, tratado o tema da aliana de afecto entre homem e mulher44, distanciandose da tradio filosfica e cultural em que se formou45.

    Apesar de estes banquetes recriados nas QC no consentirem a presena da mulher, esta constitui um assunto recorrente em diversos contextos. Eis o objecto deste estudo: analisar o tratamento da mulher nestes symposia, nos seus vrios contextos de evocao, de modo a iluminar a perspectiva de Plutarco sobre a mulher. A. Nikolaidis (1997 97), na senda de Vernire46, referese a Plutarco como um precursor do feminismo

    44 Cf. Coniu. praec. 139CD, 142DE; Amat. 754D, 767DE, 769F770A. Para um estudo exaustivo sobre a perspectiva de Plutarco sobre a mulher e o casamento, vide Nikolaidis 1997; S. Pomeroy (1999), Plutarchs Advice to the Bride and Groom and A Consolation to His Wife. Oxford; Le Corsu 1981 para uma anlise das referncias s mulheres nas Vitae.

    45 Fialho et alii 2001 10. 46 Y. Vernire (1994), Plutarque et les femmes, Anc. W. 25 165,

    apud Nikolaidis 1997 88, referese a Plutarco como um prcurseur du fminisme. O estudo exaustivo de Le Corsu 1981, bem como os trabalhos de Schmitt Pantel and Sissa 1991 (apud Blomqvist 1997 73) e Blomqvist 1997 90 criticaram esta interpretao por considerarem Plutarco um seguidor do princpio da inferioridade feminina: Accepting her supposedly natural inferiority, a woman was herself accepted as morally equal and allowed to give proof of virtue and magnanimity.

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    na medida em que defende a educao da mulher como determinante para a sua liberdade intelectual e moral diferente da emancipao social. Na verdade, o prprio Plutarco ostenta publicamente esta convico, admitindo mulheres na sua escola em Queroneia47 (Coniug. praec. 138C), algo que no surpreende, pois esta perspectiva fora defendida por Plato na Repblica (451c457c), apesar de ser depois desvalorizada por Aristteles na Poltica (1264b). No perodo helenstico, algumas escolas filosficas como a epicurista, a cnica e a neopitagrica revelam grande aceitao de mulheres, mas so sobretudo os escritos neoplatnicos que destacam a superioridade intelectual de mulheres filsofas como Sospatra (Eunap. VS 6, 6, 5) e Hipcia (Synes. Epist. 136), ambas do sculo IV d.C. O exegeta platnico Plotino (205270 d.C.) ficou tambm clebre pelo seu grupo de discpulas (Porph., Vita Plotini 9, 24). Contudo, como conclui Rodrguez Moreno (2005 122), todas estas mujeres, con Hipatia a la cabeza, supieron ganarse un lugar destacado en el pensamiento

    47 Entre os Peripatticos, pelo contrrio, no existe qualquer registo de entrada de mulheres. O romano Musnio Rufo, na senda da tradio estica, aceita a igualdade entre a homem e mulher e sustenta que ambos devem ter os mesmos privilgios (frgs. 3 e 4 Hense) e, nesta medida, um acesso indiferenciado educao. Contudo, nunca admite esta paridade na poltica (frg. 4 Hense). Vide Oliveira 1992 97, 100. Com efeito, a corrente cnica (ca. IV a.C.V d.C.) teve um famoso elemento feminino, Hiparquia (fl. 336333 a.C.), mulher trcia que fora discpula de Crates de Tebas, tal como o seu marido. Hiparquia constitui um exemplo da ambiguidade do estatuto da mulher filsofa na sociedade grega, pois as mulheres assim designadas pareciam manter, partida, diversos tipos de relaes com os filsofos pertencentes mesma escola, pois podiam ser suas esposas, filhas ou concubinas.

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  • lia Rosa Rodrigues

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    griego, donde aportaron su grano de arena, aunque, en ocasiones, slo conozcamos sus nombres y apenas nada de sus doctrinas, salvo por algunas breves referncias de sus discpulos.

    Em Coniugalia Praecepta (145C), Plutarco explica como a educao pode alterar o comportamento da jovem e ser determinante para uma integridade individual:

    , . , (...)

    Uma mulher que estude geometria, ficaria envergonhada se fosse danarina e tambm no acreditaria em qualquer encantamento de pores mgicas se ela estivesse encantada pelas palavras de Plato ou de Xenofonte. E se algum proclamar que vai tomar a lua, ela rirse perante a ignorncia e a estupidez das mulheres que acreditam nessas coisas ()

    No Banquete dos Sete Sbios, Plutarco admite a presena de Cleobulina, uma jovem de doze anos, e Melissa, esposa de Periandro. Ambas estiveram presentes durante a parte da refeio (deipnon, 148CD, 150D, 154B), mas quando comeou o momento da

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  • Como Consoantes entre vogais. Os participantes das QC

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    bebida (155 E), elas j no participaram da conversa48. Contudo, tal presena no mais se repetiu, pelo menos nas mesmas condies, pois as mulheres que tomaram parte no banquete ou eram flautistas ou hetairai, ou seja, mulheres estigmatizadas do ponto de vista moral49. No obstante, como nota F. Facq (2006/2007 46), este episdio revela que as jovens gregas que no estariam simplesmente confinadas ao gineceu, acrescentando chez Plutarque, les filles sont importantes aux yeux de leur pre mais elles revtent aussi un caractre particulier pour les trangers qui connaissent cet attachement: elles ont mme un rle (p. 46)50.

    O acesso da mulher a eventos prprios da esfera masculina era diverso na cultura grega e na romana51, a comear pelo significado do prprio banquete designado de comissatio em Roma52 e a diferena cultural tornase mais manifesta no perodo imperial, quando se

    48 A respeito desta complexa figura concluu Leo 2002 91: Cleobulina contribui, tambm, para transformar o espao do banquete numa cosmpolis dos vrios tipos de sapincia: ela representaria, assim, uma sabedoria mais simples, permeada de intuio poltica e de humanidade, conforme se depreende as palavras que Tales profere a respeito dela.

    49 Cf. Le Corsu 1981 14965.50 Cf. Le Corsu 1981 8595.51 Sobre o estatuto legal, social e familiar da mulher ateniense

    vide Le Corsu 1981 115; Cameron & Kuhrt 1993; Cohen 1989; Olmos Romera 1986; Pomeroy 1975; Gould 1980. No que respeita mulher romana, vide Le Corsu 1981 215 e Dunbabin 2003 223.

    52 Vide Cortes Tovar 2005; Del Castillo 1986; Roller 2003; Murray 1990. Com efeito, como notou Dunbabin 2003 20, a comissatio no teve a mesma importncia para os Romanos que o symposion teve na Grcia.

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  • A comunho do logos

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    ), a ingesto de vinho hde despertar em cada participante uma predisposio para o cultivo da palavra. Todavia, o consumo dever ser moderado, sob pena de o convvio resvalar numa contrafaco do banquete prxima daquele tipo de encontros prprios dos homens medocres e vulgares; ou mesmo semelhante ao que Aristfanes descreve nas Vespas.

    Recorrendo fisiologia platnica, Plutarco explica como este fenmeno se processa. Quando o vinho circula pelo corpo juntamente com o logos enquanto racionalidade, seguir at alma e, automaticamente, estimular a parte intelectiva (o nous) a produzir o segundo tipo de logos o discurso racional. Deste modo, gerase a filantropia (um dos principais critrios ticos) e so fortalecidos os laos de amizade entre os convivas (660B) que afinal o propsito de qualquer banquete. Se, em vez disso, o vinho circular errante (660C: ) pelo corpo sem a mediao do logos, no produzir nada seno saciedade (660C: ) isto , uma mera manifestao sensorial produzida somente na dimenso corporal, sem quaisquer pretenses de modelao de carcter.

    Em suma, o vinho dever ser regulado e dirigido pelo logos enquanto racionalidade, para que, inversamente, gere logos enquanto discurso racional. A interdependncia dos dois elementos, de cujo equilbrio depende a harmonia entre os convivas, ser a chave do debate organizado em comunho; como se estivessem misturados num krater disposio de todos18.

    18 Esta conexo entre vinho e logos pormenorizadamente

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  • Rodolfo Lopes

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    Uma verso personalizada da filosofia

    Como j foi dito, a diversidade sciocultural entre os participantes uma condio inalienvel dos convvios registados nas QC ; razo pela qual traz dificuldades sua aproximao do banquete filosfico. Contudo, Plutarco aproveita esta caracterstica para resolver o problema que ela prpria levanta, na medida em que a converte em princpio de uniformizao por mais paradoxal que esta ideia possa parecer. O objectivo criar uma unidade por meio da diferena, isto , congregar as vrias divergncias num todo harmonioso e uno; tal como numa sinfonia, onde a convivncia de vrios instrumentos com sonoridades diversas (cordas, metais etc.) pode, sob uma direco competente, produzir uma sonoridade conjunta bastante harmoniosa neste caso, a batuta seria agitada pela combinao de logos e vinho. A imagem de Plutarco semelhante (613E):

    , .

    E se estiverem presentes alguns ignorantes no meio de muitos instrudos, envolvidos que esto como consoantes entre vogais, compartilharo um som no de todo desarticulado e confluente.

    analisada em Romeri 2002 172177.

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  • A comunho do logos

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    O contexto justamente a aceitabilidade da filosofia no banquete; mais propriamente, o modo como se podem articular, num mesmo espao, os conhecedores e os ignorantes. A convivncia ser, pois, como a linguagem humana: ainda que composta por sons divergentes (consoantes mudas e vogais, por definio, sonoras), harmoniosa. O exemplo no casual; recorrer linguagem verbal sugere, por um lado, a naturalidade desta adaptao, e, por outro, uma certa marca de racionalidade. que o efeito harmnico da linguagem humana no depende de qualquer artifcio ou esforo, pois produzse naturalmente; mais, a linguagem justamente o instrumento que d corpo sua outra especificidade, talvez a mais determinante: a faculdade racional e intelectiva.

    De modo a que no banquete se possam sintonizar as ditas diferenas entre os participantes, necessrio, em primeiro lugar, preparar um ambiente favorvel; ou seja, um contexto amistoso e tolerante que, em vez de acentuar as diferenas, as possa dissipar ou mesmo eliminar de todo. As questes no devem, pois, centrarse em problemas excessivamente complexos para no excluir os noespecialistas, como j referi, e tambm de modo a impedir que o convvio degenere numa contenda sofstica (713F: ) ou prpria da gora e da assembleia (713F45: ). Isso seria a contrafaco do modelo de discusso ordenada, prpria daqueles que no sabem ou no querem seguir os preceitos ticos que regulam uma argumentao

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  • Rodolfo Lopes

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    saudvel. Alm dos Sofistas (famosos desde sempre pelo uso antico da palavra), so visados os que debatem desregradamente no espao pblico, aqueles a que Scrates chamara vulgares19.

    Tal como aconselhava Demcrito (614E),

    [ ] ,

    Devemos evitar conversas prprias de litigantes e prestidigitadores, que, ao estenderemse por questes melindrosas e obscuras, enfastiam a assistncia.

    Pelo contrrio, como tambm j ficou dito, as investigaes devem ser ligeiras e acessveis, para que todos possam de algum modo tomar parte do logos entendido simultaneamente enquanto racionalidade e discurso racional. Evidentemente que o cultivo de enigmas seria no s intil, como tambm constrangedor: aqueles que os conseguissem resolver estariam para os incapazes como prestidigitadores para um pblico boquiaberto.

    Quanto formulao das questes, deve ser tambm acessvel a todos os participantes. Tratase de tornar apetecvel e atraente a palavra filosfica, um pouco imagem de Plato, como j referi anteriormente a propsito do uso de mitos, de exemplos e de um tipo

    19 Notese que o termo usado por Plutarco precisamente o mesmo a que Plato recorrera: .

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  • A comunho do logos

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    de discurso mais prximo da retrica e da potica do que da lgica.

    Mas, ao propor uma verso aligeirada da filosofia para o contexto simptico, Plutarco parece fazla descer a um nvel demasiadamente inferior para um banquete de filsofos; ou seja, como tornla acessvel aos mais incultos e, ao mesmo tempo, conservar os elementos suficientes para que o banquete admita o ttulo filosfico? Se a lgica, que tradicionalmente tinha o estatuto de simples propedutica20, considerada uma tortuosidade a evitar, o que dizer, por exemplo, da metafsica?

    A estratgia , mais uma vez, engenhosa. Plutarco faz descer a filosofia das especulaes teorticas at ao mundo dos homens e, aproveitando um motivo de matriz marcadamente estica, declaraa uma arte de vida (613B: 21). No se trata de reduzir toda a filosofia tica, mas sim de reconduzir os aspectos tericos aos seus correlatos prticos, afastandoa do paradigma aristotlico de cincia da verdade (Metaph. 993b: ). No fundo, uma concepo muito prxima da do arqutipo Scrates, segundo o qual a filosofia estava

    20 Para o prprio Plutarco seria tambm um assunto acessrio, posto que nem sequer possvel perceber que sistema seguia (se o aristotlico, se o estico), dado o to reduzido nmero de consideraes que dedica a este aspecto; sobre o problema, vide Dillon 1996 225228.

    21 Apesar de esta concepo ser correctamente associada aos Esticos, curioso notar que tambm aparece em fragmentos de Epicuro (e.g. fr. 219 Usener = S. E. M. 11.169). Sobre esta questo, vide Teodorsson ad loc.

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  • Rodolfo Lopes

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    inevitavelmente enquadrada pelas aces que cada um praticava; era, de facto, uma arte de viver. A este respeito, ser esclarecedor o protesto que Crton22 dirige contra aqueles que defendem que a filosofia deve ficar fora do banquete (613C):

    (...) .

    (...) como se [a filosofia] no tivesse a capacidade de confirmar por feitos aquilo que ensina por palavras.

    Tendo em conta que esta frase se enquadra na discusso sobre a j analisada relao entre logos e vinho, no ser abusivo assumir que ambas as questes esto relacionadas. Neste caso, tratase de associar o logos ao ergon, isto , a componente terica, racional e discursiva ao seu correlato factual e concretizado na esfera do real. Ao recorrer noo de confirmar, Crton implica que haver uma certa dependncia do feito em relao ao dito/pensado; ou seja, aquilo que tem lugar na faculdade intelectiva e subsequente veiculao no intermedirio lingustico determinar, de certo modo, a natureza do que acontece de facto. Entrecruzando as duas relaes, ser o logos enquanto razo a disciplinar o consumo de vinho e, ao mesmo tempo, a determinar a natureza do ergon; por seu turno, o logos enquanto discurso racional alimentado pelo consumo de vinho e essa harmonia ser reflectida pelo e no ergon.

    22 Sobre esta personagem, vide supra 1820.

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  • A comunho do logos

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    Deste tringulo conceptual resulta, a meu ver, uma necessria compatibilidade e interdependncia entre os trs elementos. Mais ainda, nele que assenta a manuteno e o cultivo dos critrios ticos da amizade (), filantropia (), benevolncia () e comunho (), na medida em que a adequao dos comportamentos a estes axiomas depende de um consumo de vinho disciplinado pela racionalidade. neste sentido que, para Plutarco (no s nas QC), a filosofia consiste numa medicina da alma: o seu cultivo apaga a estupidez (), a intemperana () e a falta de educao ()23, vcios que correspondem a uma contaminao do estado ideal do banquete.

    Deste modo, todos os participantes, independentemente da sua condio, podero tomar parte na discusso filosfica. Todavia, resta perceber como se processam exactamente esse tipo de investigaes.

    Em primeiro lugar, convm esclarecer que as QC no so um tratado nem, por outro lado, se resumem a uma aproximao simplista aos problemas filosficos que permita o seu entendimento rudimentar por todos os participantes. So sim, a meu ver, um guia prtico sobre como aplicar categorias e pressupostos a situaes concretas ou facilmente representveis; e, sobretudo, um paradigma de como conduzir uma discusso de modo racional.

    A classificao de cada uma das seces dos nove livros como problemas () no inconsequente, pois filia a obra numa tradio que,

    23 Vide Becchi 1999 27.

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    volumes Publicados na coleco autores GreGos e latinos srie ensaios

    1. Carmen Soares, Jos Ribeiro Ferreira e Maria do Cu Fialho: tica e Paideia em Plutarco (Coimbra, CECH, 2008).

    2. Joaquim Pinheiro, Jos Ribeiro Ferreira e Rita Marnoto: Caminhos de Plutarco na Europa (Coimbra, CECH, 2008).

    3. Cludia Teixeira, Delfim F. Leo and Paulo Srgio Ferreira: The Satyricon of Petronius: Genre, Wandering and Style (Coimbra, CECH, 2008).

    4. Teresa Carvalho, Carlos A. Martins de Jesus: Fragmentos de um Fascnio. Sete ensaios sobre a poesia de Jos Jorge Letria (Coimbra, CECH, 2009).

    5. Delfim Ferreira Leo, Jos Ribeiro Ferreira, Maria do Cu Fialho: Cidadania e Paideia na Grcia Antiga (Coimbra, CECH, 2010).

    6. Maria de Ftima Silva and Susana Hora Marques: Tragic Heroines on Ancient and Modern Stage (Coimbra, CECH, 2010)

    7. lia Rosa Rodrigues, Carlos A. Martins de Jesus, Rodolfo Lopes: Intervenientes, Discusso e Entretenimento No Banquete de Plutarco (Coimbra, CECH, 2010).

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