Jesus Romero Musica Precortesiana
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5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
1/29
SECRETARIA
DE
EDUCACION PUBLICA
Mrisica
Preconesiana
.
por
JESUS
C.
ROMERo
(SOENEITBO
DEL T()MO
II,
DE If}S
NIITS DEL INSTTTIITO NACION.{L
DE ANTROPOIOGA
E
IIISTORIA)
.
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
2/29
MUSICA
PRECORTESIANA
Por
Jess
C. RonrEno
,
INTRODACCION
Estudio
sucintamente en
esta ocasin la
debatida
y
ms
que
esto la
ne.
gada
existencia
de la msica precortesiana;
una
vez
que
haya
yo
tenido
la
suerte de
probar
su existencia,
intentar
fijar
sus
caracteres
rtmico-tonales,
cuya dilucidacin tiene importancia no
slo
para el
historiador,
sino
para el
msico y
para
nuestra
cultura
general.
No desconozco
lo
arduo
de
mi
empresa,
ya
que
soy el
primero
que
en-
tre
nosotros
se
lanza
a semejante investigacinn
pero
me anima
a empren-
derla el convencimiento
de
su
necesidad,
ya que
autores
tan prestigiados
como
Raoul
d'Harcourt,
hllanse
imposibilitados
para hablar
de
nuestra
nisica indgena
y
expresan su
impotencia
en
forma
que
nos resulta
de.
primente.
Del mencionado
autor son
las
palabras
siguientes,
consignadas
a
p.
ginas
3338
de
la
Histore de
la
Musique,
de
Ia
Errcycloped,ie
d,e
la
Musi-
que
et
Di,ctionnaire
d,u
Conseraanire
(Pas,
1922):
"Quant
au
Mexique,
il
semble
bien
que
rien
de srieux
n'ait encore t tent".
Animado
por
el deseo
de
remediar
semejante
necesidad,
doy principio
abordando tema tan interesante
y
sugestivo
como lo es el de responder
afir.
mativamente a esa
pregunta
que
a diario
escuchamos,
formulada
por
m-
sicos,
historiadores
y
folkloristas:
existi
la
msica precortesiana?
2D
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
3/29
I
EXISTIO
LA
MASICA
PRECORTESIANA?
"'
:?:i'-,"Ji:,:i.XifJ:,i'LH#ruil
no
sin
msica".-M.
HABERLANDT,
Si
es
de suyo interesante
y
trascendental
eI
estudio
de
la
historia
pol-
tico-militar de
un
pueblo,
tiene forzosamente
que resultar
de
inters ma-
yor y
de mxima
importancia, la nuestigacn que
se
real.ce
para
d,eter-
minar los grados
relativos
a sus diversas
etapas culturales,
Estamos
muy
lejos
-esto
lo sabemos todos-
de
poder
asegurar que
nuestros
estudios encaminados
a
justificar
el nivel
cultural del Mxico
pre-
cortesiano,
sean completos;
no
me
refiero
a
los
detalles,
porque
entonces
mucho
sera
pedir;
me concreto
a los puntos capitales,
a
los
temas bsicos,
cuyo dominio es indispensable
para resolver
satisfactoriamente
el
problema.
Qu
es
lo que
sabemos respecto de la
matemtica
de
los
antiguos me-
xicanos,
a
pesar
de que
ella est
implcita
en los
mltiples
palacios
y tem.
plos
indgenas,
de suyo monumentales,
y
cuyas
ruinas le
son
tan familia-
res a nuestra
ciencia arqueolgica?
1
I
Et
1927, convesando con mi
venerando
maestro y
to afectsimo,
el seor ingenieo don
Je
ss Galindo
y
Villa,
y
con el
diitinguido botanista
profesor
don Guillermo Gndara, acerca de
la necesidad de
puntaliz
el
grado
a
que
haba llegado
el
desarollo de
la
ciencia
recorte-
siena, se
convino
en
que
mi to estudiaa la matemtica
indgena, el
profesor
Gndara
la
bo.
trnica
y
yo
la
msica.
La
enfemedad
primeo
y
la
muerte
despus,
impidieron
a
mi
to
realizar su
laborj el
pm.
fesor
Gndara, actualmente fallecido, alcanz
a dr cima
a
sus
primeros
trabajos,
escribiendo
su interesante
monografa Flord representaila en
la
cemica
nahoa
precortesana,
que
ley la
oche del 5 de agosto de 1929 en la
Sociedad Cientilica Antonio Alzate, ahora Academia
Na-
cional
de Ciencias
y
en cuyrs Memoias gura
publicada
en las
pginas
293-340
del tomo
5l
(Mxico,
1932). f'ste distinguido
pmfemr
me
indic que
en
estudios
posteriores pnsaba
demos-
trar
que
los
nahoas
poseyeron
na
sistemtic&
botnica,
deduciendo
su
existencia, del rombre
de
las
plantas, que
expresaban su morfologa
en la
generalidad
de los
casos.
Poducto
de
ese acuerdo,
en lo
que
a mi respecta, son
las tesis
que presente
al
2e Congreso
Nacional de Msica
celebrado
en
septiembre
de
1928,
y
esle
estudio.
Infludo
por
mis ideas,
mi
estimado amigo
y
colega el
seo
ingeniero
Daniel
lastaeda,
e*
cibi su
estudio acstico
intitlado
Las
flautas
en las cidlizaciorcs
ercca
y
urasca,
q:ue pu.bli-
c en los nmeos
I
y
9-10 de
la
Reiista r+tic
(
tf&ico, dorieDbrc
t
diciembe
de 1929
y
eaero
de
1930)
y
en
el
cual
se evidencia
el
garr
dclfo
quc
lc
iagraas
alczon en
or'
ganografa
musical.
Posleriormente,
el
propio
ingeniero se soci
al
ii.fido
pmfcsor
doa Vicente
T. Men.
doza
y
amlos escribieron
el
tomo
primero
dl
Insnurcttd. Pttatfsioto que
corresponde a
pdcutores
y qu
ea 1933 fu
pubc-ado por
el llusco
\-rcinrl
Cmo
ganara
la historia de
la
c tur
iadifa
si gc
.d6 cr
arqrcologe
y
en
historis
precortsiss
se decidie
coti
.aq
rortro
de fuctiferog e-
s
rado6
n
-
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4/29
Con respecto
a
su arte, estamos obligados
a
confesar
la
ignorancia
ms
rotunda.
Si
por
arte debemos
entender
-me
refiero
a
las
artes
liberales-
la
ealizacin
o
la
manifestacin
de
Ia
belleza en form exterior
sensible,
es de forzosa
aceptacin Ia existencia
de varias artes bellasn
puesto
que
hay
diferentes
modos de expresar
la
belleza.
La mayora
de
los
estetlogos
mo-
dernos agrupan
a
las nobles
artes en dos triadas independientes:
la trilo.
ga
de
las
artes
del
espacio
o
de
la
belleza esttica,
y
la triloga
de las
artes
del tiempo
o de
la
belleza dinmica.
La
primera
comprende a
las
ar.
tes
pl'sticas
y
la
segunda agrupa
a
las
artes
que
los
griegos
denominaron
"musicales"
(la
msica vocal
e
instrumental,
la
poesa
y Ia
danza).
Hasta
hoy slo
conocemos
bien
las
artes
precortesianas
del
primer
gru-
po;
a
las del
segundo apenas
las
comenzamos
estudiar.
Todava
en el
pasado
siglo,
con
Icazbalceta
y
con Chavero,
se
tuvo
por
dudosa
la
existencia de
la
poesa entre
los
antiguos mexicanos;
pero
en
el
transcurso de
esta centuria los trabajos de Brinton, de Del Paso
y
Troncoso, de Peafiel, de Vigil
y
de
Castillo
Ledn, han
comprobado sa-
tisfactoriamente
lo
errneo de semejante duda.
No slo est
probada
la existencia de
la poesa
entre
los
antiguos me-
xicanosn
sino tambin
el
que
sta
haba
logrado esplendidez
y majestuosi-
dad
bastantes
para
sorprender
gratamente
a
los
primeros
religiosos
que
llegaron a
Nueva
Espaa,
quienes
encontraron
"ms
alto de
Io
que
se
crea,
el nivel
moral
que haban
alcanzado"
los
indgenas, segn
lo
afir-
m
don
Jos
lVlara
Vigil,
a
pginas
5
de su inconclusa
Historin
d.e Ia lite-
ratura
mexicana.
El
propio autor
dice en
la
misma pgina:
"Pocos
son
los
documentos
que
nos han llegado
por
conducto
de
los
historiadores,
quienes
los
recogieron
directamente
de los
depositarios de
ese
precioso tesoro
de
tradiciones
remotsimas
que
forman
un
conjunto
de
doctrinas
y
creencias
dignas de
la
ms
seria atencin,
pues
sugieren al-
ta
idea del desarrollo
intelectual, moral,
poltico
y
artstico
de aquel
pue-
blo.
El
lenguaje
de
sus
discursos
y
oraciones, de
sus
himnos religiosos,
de
las
plticas
educativas
de
sus
hijos
y
de sus cantares elegiacos en
que
aso-
ma un sedimento de amargo
pesimismo;
ese lenguaje, decimos,
abunda en
imgenes
atrevidas que
llegan
a
veces
a
lo terrible,
en
giros
de
la
extraa
elocuencia
que
caracteriza
las
creaciones de
pueblos
acostumbrados a
vi-
vir en comunin
ntima
con una
naturaleza
de exuberancia
monstruosa, co-
mo
la
naturaleza de la
India
y
Ia
de Mxico".
Si
desde
el
18 de febrero de
1909
en
que
muri
el
autor
del
prrafo
transcrito, sus opiniones, en
vez
de ser impugnadas,
han hallado
en
los
es-
23r
-
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critores
subsiguientes
muy
decididos
partidarios,
ello
prueba
su
bondad
y
exactitud,
causa
por
la
cual
uniforman
actualmente
el
criterio
de
los
es-
tudiosos
de esta disciplina.
Ser
posible
opinar
acertadamente
en relacin con
la
esttica del
M-
xico
precortesiano, conociendo
la
interpretacin indgena
del bello
ideal
tan
slo a travs
de las artes
del espacio?
Acaso
no han
pecado
por
tre-
vidos
los
juicios
que hasta
hoy
se
han
formulado
acerc de
la
msica
me-
xicatl,
fincndolos
nicamente
en
un
conocimiento
fragmentario de
la
es-
tLica
indgena?
Por haber
incurrido
en
semejante
error,
ni nos
asombra,
ni
aceptamos,
ni
refutamos,
la
equvoca
apreciacin,
hija
de su
poca,
que
de
Ia msica
indgena
hizo
el
distinguidsimo
y
honorable y
erudito historigrafo don
Joaqun
Garca Icazbalceta;
pero,
en
cambio, nos
desconcert saber
que
hay
en
Mxico quien niega
rotundamente
Ia
simple
posibilidad
de
una
m-
sica precortesiana
cuyo desarrollo
sea equiparable
al
de
la
literatura
de
esa poca,
a
pesar
de
admitir la
existencia de dicha
literatura
y
de comul-
gar
con la idea,
universalmente
admitida
ya,
de
que
cada
cultura
tiene su
lenguaje
esttico,
el
cual
logra
su
mxima
expresin
por
medio
del
arte
que
en ella culmina,
sin
que
este
fenmeno
implique
la
ausencia o
la
nega-
cin de
alguna de
las
otras
artesn
ya
que
todas ellas,
segn Spengler, de-
ben estar forzosamente
en relacin
ntima,
teniendo
en
consideracin que
cada
cultura
no
tiene ms
que
un estilo:
eI
que
le
es
propio y
prueba
de
ello
es
que
la
arquitectura del Rococ,
en Europa, tiene
su
forzoso
equiva-
Iente
en
la
literatura
y
en
la
msica de
ese
perodo,
Cmo
iba
a
ser
po-
sible
que
Mxico registrara
la
excepcin de tener
una arquitectura monu-
mental,
una
pintura y
una escultura altamente simblicas,
una literatura
por
dems conceptuosa
y
que
a
pesar
de
ello careciera de una msica
an-
loga
a
las otras artes
sus
contemporneas?
Semejante
opinin,
a todas
luces falsa,
hall,
sin
embargo,
sustentado-
xes,
muy
opacos
por
cierto,
durante
las
sesiones
del
Primer
Congreso Na-
cional de Msica,
celebrado en la ciudad de Mxico en
septiembre de
1926,
Voy
a
demostrar,
a
la luz de
la etnografa, la invalidez
de semejante
opinin.
El
profesor
doctor
Michael Haberlandt, director
del
Museo FoIk-
lrico
de Viena, dice
en
el
captulo
intitulado
"El
Arte",
de s't Etnograt'n
Gencral
(Editorial
Labor. Barcelona,
1926):
"La
etnografa conoce
tribus
sin viviendas,
sin
eI
ms
ligero
rastro de
indumentaria, pero
no sin
msica.
..
El
hecho
de
que
no existe
pueblo
sin
arte viene
a
expresar de
un
modo
elocuente su
cacter
imprescindible
y
232
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necesario...
Su
primera
manifestacin
a
este respecto,
su
forma
ms
an-
tigua
y
efectiva
es la trinidad
constituda
por
la Msica, la
Danza
y
el
Tea-
tro,
que
son
formas
inseparables".
Siendo verdad inconcusa
el
que
la msica constituye la
primera ma-
nifestacin artstica que
aparece en
los
pueblos
primitivos;
siendo
otra
ver-
dad de igual categora
el
que
las artes todas
son en
cada cultura
equiva-
lentes
entre
s,
desde
el
punto
de
vista
de
la expresin,
cmo
sera
posible
aceptar
que
los
mexicanos, poseedores
de una
arquitectura
evolucionada
y
de una literatura
conceptuosa,
hubiranse
estancado
en msica, cuyo
arte,
por
razones de
su antigedad
etnogrfica tena
que
sufrir,
forzosamente,
la
influencia
evolutiva
de
las dems
artes?
Ser
posible negar,
a
la luz
de la
lgica,
la
posibilidad
de una
msica precortesiana
bien constituda
y
con
cierta amplitud
ideolgica, cuando hasta
nosotros
ha llegado
la
mag-
nificencia
de
su
arte
coreogrfico,
pese
a
las mil influencias
nefastas que
han estorbado
su transmisin y
desarrollo?
No
debemos olvidar
que
la
danza
lleg
a ser entre los antiguos
mexi-
canos
equivalente
al
modemo
ballet, toda vez
que
se
desarrollaba
siguien-
do un
argumento
preconcebidon
el cual iba tras la
consecucin
de una fi-
nalidad.
Eran los
mexicanos
tan cuidadosos
de
la
esttica
de su
baile,
que
en las danzas
circulares los'nobles
se colocaban en
el
centro
para poder
con.
servar
su
circunspeccin
y
dignidad
durante
eI
movimiento;
en
cambion
los humildes,
que
no
tenan compostura que
cuidar,
danzaban
en
la
peri-
feria,
cuya
circunstancia
los
obligaba
a imprimir
a
sus movimientos
tal
velocidad, que
Ies
demandaba
cietas
actitudes
grotescas.
Hasta
esos
ni-
mios
detalles
cuidaban
los
estetas
coreogrficos
de
la antigua Tenochtitln
Voy'a
indicar,
en
concepto mo,
la
causa por
la cual los historiadores
no han
expresado concretamente
su opinin
respecto
de
la msica precor.
tesiana,
a
pesar
de
haber
sido
muchos
de
ellos
tan acuciosos
y
competentes
como
Orozco
y
Berra,
Ramrez,
Chavero
y
Paso
y
Troncoso,
por
no citar
de los
nuestros ms
que
a los fallecidos;
se
ver entonces que
tal
omisin
no
obedece
a
circunstancias
inferiorizantes para
ese
arte, sino
a dificulta-
des
de orden tcnico
estiico,
cuya resolucin
caa
fuera
de Ia capacidad
de
dichos
autores.
Mientras que
las artes plsticas
una vez concebidas
y
ejecutadas por
su
autor,
pueden
ser comprendidas y
admiradas
por
cualquier individuo.
sin
que
ste necesite
preparacin
especial previa, para
la
msica
urge
la
necesidad
de un intrprete,
capacitado
previamente para
verter con
abso-
luta fidelidad
las
ideas
del
compositor.
-
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7/29
'"Toda buena
meloda
lleva
en s
un sentido y
su explicacin
-dic
ombarieu
en
el
prlogo
de su
libo La
Musique,
ses Zois
et son
Eool
ton-
y,
sin
embargo,
el
compositor
con
suma frecuenbia
escribe la
guiente
nota
explicativa
dirigida
al
ejecutante
gue
la
interpret
a.
,,con
e
presin".
Expresin
de qu?
Es
intil inquirir;
slo un
compositor
segundo
orden
ser
capaz de precisar"
(pg.
8,
Flamarin,
ed.
Pars,
192?
Para
comprender
la
msica,
especialmente
la antigua,
no basta eI c
nocimieato
superficial
de la
notacin guidoniana,
ni la
preparacin
esc
lstica
enmacada
dentro de
los modos
mayor y menor; y
si tal acopio
insuficiente
para
permitir
su
estudio
histrico,
lo ser mayor para
la i
vestigacin
en msica
extica;
qu
no
contecer
con
los
que
hallndos
hurfanos
de toda preparacin
musical
se
aventuren
en esas
investigacio
nes?
No
es
difcil
que
muchos
historiadores de
los
mexica,
Brinton
ent
ellos, hayan
sabido msica; pero
lo
que por
tal
cosa comprende la
gen
ralidad: sabe
leer la notacin guidoniana;
iy
con semejante luz,
de
su
opaca,
hubieron
de
alumbrar sus
opiniones
Esta ha
sido la fuente de ta
tos dislates,
que
hoy
corren
como verdades rotundas,
sostenidos
acerca
d
la msica precortesiana.
La msica
-al
decir de Combarieu-,
opinin
que fundamenta
y
e
plica
con toda amplitud,
o'es
el arte de
pensar por
medio de sonidos";
(o
cit,,
p6g.7), y quien
slo
posea
medios musicales
escolsticos, estar
inc
pacitado
para
comprender
el
pensamiento
musical
precortesiano
que
ca
fuera de tales normas
y po
esa causa no
podr
externar, respecto de
st
opinin digna de confianza.
Se
conceder validez
a
las opiniones
de
guienes
se han expresado
m
de
esa
msica,
aun cuando
ni
siquiera conozcan las
escalas
en
que
sus m
lodas
estn construdas?
Los hechos ponen
claramente de manifiesto
qu
no hay
exageracin en esta
censura.
Otro error
en
que
han incurrido los
escritores
que
impugno, hijo de
impreparacin musical
que
les vengo
sealando, estriba
en
tomal com
punto
de
comparacin
para
juzgar
nuestra msica
autctona,
el
estado qu
guardaba
el arte
musical europeo
cuando
los
historiadores
mencionilb
optmron
aI
respecto, sin darse
cuenta,
pot
su desconocimiento histric
musical,
que
era
muy
otro el
que guardaba
en el siglo xvt, poca
en
que
debe
juzga.r
eI nuestro.
Una vez
sentado el
principio
de
la
posibilidad
de una
msica precorte
siana
poseedora
de
validez artstica, fundamentar su
existencia
median
234
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
8/29
pero
ellos
tomaban
tan
gran placer
por
1,
que
en
las
festividades
perma
necan
cantando
eI da
entero
(Clavijeron
lib.
VIL
cap,
44,
pg.234).
4.
Entre los
empleados de
los
templos se
cita a un
chantre
y
a un
so
chantre
encargados
de
la
msica
del
templo
(Torquem
ad,a,
Monar,qua
In
dana,
t.II, lib.
IX,
cap.
6. Madrid,
1723).
5.
Los seminarios
d muchachos
y
jvenes
estaban
dirigidos
por
sace
dotes
dedicados exclusivamente
a
su educacin.
Existan
seminarios
distin
tos
para
nobles
y
plebeyos,
ambos
bajo la direccin
de superiores
y maes
tros que los instruan
en
religin,
historia,
pinturan
msica
y
otras &rte
convenientes
a su
rango
y
circunstancia
(Clavijero,
lib.
VII,
cap.
5).
6.
Ios
mexicanos
componan himnos en
honor
de sus dioses,
y los can
taban
en los
templos
y
en los bailes
sacros;
poemas
histricos en que
s
referan
los
sucesos
de
la
nacin
y
las
acciones
gloriosas
de
sus hroes
y
stos se cantaban
en los bailes profanos;
odas morales
o tiles,
y
final
mente
piezas
amatorias
o
descriptivas
de la
caza
o de
algn otro
asunto
agradable
para
cantarlos
en los regocijos
pblicos
del
sptimo mes. Lo
compositores
eran
por
lo
comn
los
sacerdotes,
quienes
enseaban a
los
ni
os,
para
que
las
cantasen
cuando
llegaran
a
su
mayor
edad
(Clavijero,
t
l,
p6Lgs.
232
y 233. Mxico,
lSuK).
7.
Los msicos
y
los cantantes eran muy
estimados entre
los indios, por
que
conservaban
en
sus
canciones
los
recuerdos
del
pasado;
por tanto,
los
hombres gue se
dedicaban
a
estas artes tenanlos
en
muy
alta
estima
y
estaban exentos
de pagar
tributos (carta
del
Obispo
Ramrez de
Fuen
leal,
1532.
En
Tornaux-Compans, Bbliothque
Amricainn,
vol.
XVI,
pg
218. Pars, 1837).
8.
Respecto
a
lo
amante que eran los mexicanos
por
Ia
msica...
Va
se
Herrera,
Histora
General
de Indas,
dcada
III,
pg.
137. (Madrid
1615).
9.
Netzahualcyotl
fund
en
su Palacio
el Tribunal de
Ciencia
y
M
sica,
especie
de academia donde se
lean
composiciones histricas
y
poti
cas
y
se
premiaba
a
los
compositores ms
aventajados
(Ixtlilxchitl, Iisa-
ria
ile
los
chbhmccas, cap.
36.
Mxico, 1892).
10. A
usanza
de
los
castellanos medievales,
los
nobles mexicas
tenan
trovadores
que
componan
canciones en
las
que cantaban
sus hazaas
(Tor
quemada,
op.
ct,,lib. 14,
cap.
II).
11.
Una
comprobacin
de
los
testimonios anteriores,
la
constituyen
los
instrumentos musicales
precortesianos,
existentes
en
el
Museo
Nacional
de
Arqueologa de
Mxico
(flautas,
ocarinas, silbatos,
teponaxtles, huehuetles
235
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
9/29
chicahuactlis),
y
las
figuras
de
msicos y danzantes consignados
en
los di-
ferentes cdices
que poseemos.
Las citas
marcadas
con los nmeros
6,7,8,9
y
10 evidencian
el alto
aprecio que
el
pueblo mexica tena
por eI
arte
musical.
Siendo mltiples e incontrovertibles
los
testimonios a
favor de
Ia exis-
tencia de
la
msica
precortesiana,
cules
han
sido
entonces
las
causas
que influyeron
para que por
mucho tiempo se considerara
extinta
su tra-
dicin?
En
concepto
mo,
ellas son
de
tres
rdenes:
1,
poltico-sociales;
2,
histrico-crticas,
y
3,
msico-tcnicas.
Las
poltico-sociales
son de
triple
ndole: religioso,
escolar
y
poltico.
El
religioso
fu
debido
al
celo eclesistico
de los
misioneros, exagera'
do
las ms veces,
que
en
su anhelo de
cristianizar a
los
indgenas,
propen-
di a
destruir
por impo
cuanto se
refera a las
civilizaciones
autctonas
de Nueva
Espaa.
Un
documento
irrefutable
al respecto,
en relacin
con
la
msica,
es
el
de las Ordenanzas
del Primer Concilio
Mexieano,
ledas
el
17 de noviembre de
1555, e impresas eI
10 de enero
de J.556. Su
cap-
tulo
6 incluye eI
funcionamiento de escuelas
donde
no hubiera eclesisti
cos; el
72 prohibe las danzas
y
los cantos del tiempo
de la
gentilidad,
y
el
74 impide
la
impresin
y
venta de libros sin
licencia del ordinario
(Obis'
po
F.
H. Yera, Apu*arnientos
Histricos d'e los Concilos
Proainciales M+
*icanos.
Mxico,
1893).
Segn
lo
dispuesto
por
ese
concilio, los
nios
indgenas
ya
no
podran
recibir
de sus antiguos
mentores
la
enseanza
tradicional de sus
cantos,
porque
a
ello se
opona
el captulo
6;
si
anhelaban
conservarlos
en la in-
timidad
del hogar, all estaba
el captulo 72
para
impedirlo;
les
quedaba
el recurso
de escribirlos
en
mexicano, que
era
su idioma,
y publicarlos;
pero
el
captulo
73
1o estorbara.
Acaso
no constituye
este
documento
una
de
las
pruebas irrefutables de
lo
que
afirmo?
No
son
imaginarias
estas
deducciones,
sino apoyadas en
hechos
reales;
sirvan
de ejemplo estas
palabras
de Torquemada,
que
se
hallan en el
ca-
ptulo
XLIII
del
libro
VI
de su
obra
ya
citada:
"Que
no
se deje
ms
a
los indios cantar
sus
cantos antiguos,
porque
cs-
tn
plenos de reminiscencias diablicas".
No
es
menos claro eI
factor
esmlar.
En 1523, lleg a Texcoco el
ad-
mirable fray
Pedro de Gante,
y
a fines de 1526
o
principios
de
1527,
es-
taba
ya
en su convento
de Mxico en
el cual
instruy durante 50
aos
a
la
juventud
indgena,
ensendole,
entre otras cosas, nociones de msica
europea,
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
10/29
Llegados
que
fueron los franciscanos
a
la
capital
de Neva
Espaa
17
de
junio
de 1524, principiaron
dsde
luego su
obra
de
europeizaci
Motolina
el magnfico, que
vino
con
ellos,
dice
en
el
captulo XII de
Historia:
"En
el
segundo
ao que
les
comenzamos
a
ensear.
..
(los
indios
escriban)
canto llano
y
canto de
rgano. ..
y
han hecho muchos
libros
ellos. El
tercer
ao
les impusimos
en eI canto
y
algunos
se rean
y
bur
ban de
ello... Porque
parecan
desentonados.
.. Un
indio
de
esos can
res,
vecino de Tlaxcala, ha
compuesto
una
misa
entera,
apuntada
por pu
ingenio,
aprobada por
buenos cantores
de Castilla que
la han visto.
En
.
gar
de
rganos tienen msica
de
flautas
concertadas,
que
parecen propi
mente
rganos
de
palo, porque
son
muchas
flautas.
Esta
msica
ense
ron
a
los indios
unos
ministriles
que
vinieron de Espaa
y
como ac
hubiese
quien
a todos
juntos
los recibiese
y
diese
de
comer, rogmosle q
se repartiesen por
los
pueblos
de los indios
y
les
enseasen
pagndoselo,
as los ensearon"
(Tratado
30,
pg,
214, Barcelona,
1914).
El 8 de
enero de 1536, se reforz
Ia
europeizacin,
al
abrirse,
pa
uso de
los
indgenas,
el colegi de Santa
Cruz de Tlaltelolco,
en donde
ta
bin se impartieron
junto
con
otras materias,
nociones
de
msica
europe
Por ltimo, con
la
llegada
de los
jesutas
en 1572, y
su instalacin
Tepotzotln
en 1584,
se
complet
el cimiento
de nuestra europeizacin.
No es
mi
propsito
discutir si fu
o
no
benfico
este contingente cul
ral;
slo
pretendo
dejar
establecido
el
hecho
de
que
tal contingente co
tribuy
en
forma
decisiva,
a
que
se
truncara, en gran parte,
Ia
tradici
musical
indgena, mxime
cuando eran los nios
a
quienes
se incorpora
al
europesmo.
EI
factor
poltico
es inconcuso. Ya
fuera
por
slo
cuestiones teol
cas,
ya
por
el temor
de
que
los
colonos
hicieran labor
subversiva en
con
de la Corona mediante
escritos redactados en
lenguas
americanas,
la
Inq
sicin persigui
a
quienes
cultivaron
semejante
literatura;
el
virtuoso
fr
Maturino
Gilberti,
por
componer
en
tarasco su dilogo
de Doctrina
Crist
ta,
se
vi6
envuelto
en largusimo
proceso inquisitorial que
dur
17
a
(f559-f576).
(Publcacones
d.el
Archiao
General
d,e
Ia
Nacin, tomo
V
cap. 30. Mxico, 1914).
Entraba
en
la poltica hispana
destruir toda huella de mexicanismo,
gn
lo
prueba
la
Reatr
Cdula de 23 de abril de 1577, fechada en Madr
por
cuyo
medio
se
le orden al Virrey
don trfartn Enrquez:
"...No
consentir de ninguna manera
persona
alguna escriba
cosas
q
238
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
11/29
toquen
a
supersticiones
y
manera de
vivir
que
estos indios tenan, en nin-
guna
lengua,
porque
as conviene
aI
servicio de
Dios Nuestro Seor"
(Ar-
chivo de Indias. Patronato Real, Tomo II. Minutas de Reales Cdulas, Ra-
mo
75).
Fray
Bernardino Sahagn,
nuestro folklorista
mximo, honradsimo,
acucioso
y
competente, sufri toda su vida por desobedecer
el
mandato
an-
terior; varias
veces
Ie fueron recogidos los manuscritos de st
Historia
Ge-
neral
d,e las Cosas d,e Nuua Espaa,
que
rehizo
en
diversas ocasiones
y
en
la
que trabaj
aun
octogenario,
sin
que
llegaran a
permitirle
su
publi-
cacin, a
pesar
de ser varn virtuoso
y
muy
docto en teologa;
he
aqu la
prueba:
"Por algunas cartas
que nos
han
escrito
de
esas
provincias, hemos
en-
tendido
que
Fr. Bernardino
de Sahagn, de la
Orden de
San Francisco, ha
compuesto una
Historia
Universal
de
las cosas ms sealadas de esa Nue-
va Espaa,
la
cual es una computacin muy
copiosa
de todos los ritos,
ce-
remonias
e
idolatras
que
los indios usaban
en su infidelidad, repartida
en
doce
libros
y
en lengua
mexicana;
y
aunque se entiende
que
el celo del
dicho
Fr.
Bernardino haba
sido bueno,
y
con
deseo
que
su trabajo
qea
de fruto, ha
parecido que
no
conviene
que
ese
libro se imprina
ni
ande de
ninguna
manera
en esas
pafes, por
algunas causas de
consideracin,
y
as
os
mantio
que
luego
que
recibis
esta nuestra Cdula, con mucho cuidado
y
diligencia
procuris haber
estos libros,
y
sin
que de
ellos
quede
original
ni
translado alguno,
los
enviis
a
buen recaudo
en
la
primera
ocasin
a
nuestro
Consejo de las Indias,
para
que
en
l
se vean".
(Publimcones
ilel
Archiao Ceneral ile Ia Nac6n,
tomo VI,
pg.
513.
Mxico, 1914).
No slo con respecto
a
las
obras histricas
era
intransigente
el
gobier-
no hispano;
a
la
Colonia deba
mantenrsele
en tinieblas
para que
olvida-
ra
su
origen
y
a
nada pudiera
aspirar.
No
era se
el
mejor procedimien-
to
para
extinguir
todo
bote de nacionalismo,
de suyo
peligroso?
La
carta
del
Santo
Oficio de
la
Inquisicin
al
muy
reverendo seor don
Hiernimo
Pacheco,
arcediano
de Tlaxcala, comisionario de
Ia
Santa
Inquisicin
en
Puebla,
fechada
en Mxico
el
16
de
junio
de
1576,
justificando
esta opinin:
"...Todos
los libros
que
por
el Santo
Oficio estuvieren
recogidos
en
su
poder,
o en el Monasterio
de
Santo Domingo
o en
otra
cualquier parte,
en
lugar
y parte
secreta
donde
no
se entienda, los har
quemar; y
conviene
este
recato
porque
como estos
libros no
se mandaron recoger
por prohibidos
ni
porque
en ellos hubiese alguna
cosa
mala,
sino
porque
no fuesen oca-
239
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
12/29
sin
al
vulgo
de errar, podra
alguno
recibir
escndalo
de entender
que
quemasen
libros
tanto tiempo
usados
y
permitidos
entre
los fieles
cat
cos
Christianos" (Archivo
General
y
Pblico
de
la
Nacin.
Inquisicin,
t
mo
82,
nm.
4).
La
disposicin
anterior
no fu un
caso
aislado, sino
Ia
evidencia
d
una
poltica
meditada y
cuidadosamente
proseguida,
segn lo
prueba
mandato que
ordena que
o'no
se
consientan en
las
Indias
libros
profanos
fabulosos,
porque
de llevarse
a
las Indias
libros
de romance que
traten d
materias
ptofanas
y
fabulosas y
historias
fingidas,
se siguen muchos
i
convenientes" y
as
"mandamos
a los
Virreyes,
Audiencias
y
Gobernad
res que
no
los
consientan imprimir,
vender
ni tener y
llevar
a
sus distrito
y
provean
que
ningn
espaol
e
indio
Ios lea,,.
(Recopilacin
de Leyes
de Indias,
ttulo
XXIV,
Ley IV).
Hasta
los defensores
ms decididos
del
gobierno
colonial
reconoce
que
Ia
monarqua
espaola
se
esforz por
mantener
al
indgena en
la
ig
norancia,
como
recurso
de su poltica
de dominacin;
he
aqu una prueba
"En los
tiempos
que
siguieron
inmediatamente
a
la
conquista, se tu
vieron
ideas muy
liberales
para
la instruccin
y
fomenio
de los
indios.
An
tes
de
pensar
en formar
ningn
establecimiento
pblico
de
instruccin pa
ra
los espaoles,
se
fund
el
Colegio
de Santa
Cruz
para
los indios
noble
en
el
convento
de Santiago
Tlaltelolco
de
religiosos franciscarros,
cuya ape
tura
solemne
hizo
el
primer
virrey
de Mxico,
don
Antonio
de Mendoza
Hubo
de pensarse
despus
que
no
convena
dar
demasiada
instruccin
aquella
clase,
de
que
podra resultar algn
pel,igro
para
la
seguridad
d
estos
dominios,
y no
slo se
dej
en decadencia
aquel
colegio,
sino
que
s
embaraz
la
formacin
de
otrosn
y por
esto
el
cacique
don
Juan
de Cast
lla
se afan
en vano
durante muchos
aos en
Madrid,
a fines del
siglo
pa
sado,
para
conseguir
la fundacin
de
un
colegio
para
sus
compatriotas
e
su
patria,
Puebla.
El
virrey
marqus
de
Branciforte
deca
por.el
mism
tiempo, que
en
Amrica
no se deba
dar
ms instruccin
que
el catecismo
no
es,
pues,
extrao,
que
conforme
a esto
las
clases
bajas de
la
sociedad n
tuviesen
otra,
y
an,
sa, bastante
imperfecta
y
escasa"
(Lucas
Alamn
Histora de
Mjico,
t. I, pgs.
26.27.
Mxico, 1849).
Para concluir
copiar
los
valientes
conceptos
del
distinguido
escrito
colombiano
Baldomero
Sann
Cano,
consignados
en
su
estudio
Inlluencias
d,e
Europa
sobre
I,a
Culura
d,e
Amrica
Espaola:
o'Antes
de pasar
adelante conviene
seatrar,
aunque sea someramente
cul fu para
las culturas
americanas
existentes
al
momento
de la Conquis
240
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
13/29
ta
y para
la
cultura espaola
en los
tres
siglos
de dominio,
el
resultado
del
contacto
entre
dos
maneras
de entender
el
mundo
y
de
regir
a
los
hombres.
Acaso
la
palabra
contacto
est aqu
mal
empleada.
No
fu
precisamente,
segn
se deduce
de
las
historias
y
crnicas
de
esa
poca,
una
comunica'
cin entre
dos civilizaciones,
sino un choque
violento,
una serie
de
impac'
tos formidables
en
que
haba de sucumbir
uno de
los cuerpos
en
conflicto'
La religin,
las necesidades
del
Estado,
las
ideas
de
gobierno, el
peligro
de
que intervinieran
naciones
herticas en
la
obra
de
la
Conquista
amena-
zando
los
derechos
adquiridos
del
gobierno
espaol,
haciendo
ms
difcil
la realizacin
de
sus
ambiciones,
le indicaba
a
Espaa
la
necesidad
"de
destruir
los
pocos estados
constitudos
con
los
cuales chocaban
sus
planes
de
dominio"'
III
.
OTRAS CAUSAS
QUE
INTERRUMPIERON
SU
TRADICION
",.,1o
nico
evidente
en
este ssunto
g
due
rlo
tencmos datos
fidedicnos,
ealmen'
ilustrat;vos.
de
la
clase
di
msia
que
produjeron
nuFstros aborgenPs".
A.
HE'
i,i[i'.i9:*0"
(EI
Arte
Mu:icat en
M'
Las
causas
histrco-crticas
que
influyeron
en
hace
creer
como
cier'
to
el
aparente
truncamiento de la
tradicin
musical
precortesiana,
poseen
aspecto
dual
y
ellas son:
1. El
prejuicio ideolgico,
que
opaca el
criterio
del historiador,
y
2. El desconocimiento
de la
disciplina
que
se estudia.
El
prejuicio
ceg
inteligencias
tan
claras
y
robustas
como
la del
seor
Icazbalceta, cuya
honorabilidad
y
rectitud histricas
estn
fuera de duda;
incrdulo
de
Ia
literatura
mexicatl, deba tener
por despreciable
la msica
precortesiana,
para
ser
consecuente con su
manera de
pensar
y por
ello di.
ce en
su
monogr afa
Representationes
Religiosas
ile Mxico
en
eI sglo
xvr:
"Cmo
no referir
los
acentos
de
msica acordada
al
lgubre taido
del teponaxtli,
precursor de la
matanza?"
(Obra
de
J.
G. Icazbalceta,
t.
U,
pg. 309; Ageros, ed. Mxico,
1896).
Si
conord
su opinin respecto de la
msica precortesiana
con
Ia
que
le
mereca su
literatura,
en cambio,
incuri
en
contradiccin con
su
crite'
rio
histrico-crtico
a
causa de su
prejuicio
anti-indgena,
del cual
en este
caso
no
se
pudo
librar,
ya
que
en
Ia
propia monografa
que
cito,
justipre-
24r
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
14/29
ciando
la
obra
de
Hernn
Gonzlez
Eslava, inconscientemente se
autorre
ta
al
afirmar:
"...Se
podran
notar defectos... si
se cae
en eI error
de
juzgarl
conforme a
las reglas
del
gusto
dominante en nuestra
poca..."
(op.
c
p.361),
e
Icazbalceta
incurri
en
el
error
que fustiga
en
otros,
juzga
do
a
la
rnsica
precortesiana probablemente
conforrt."
al
gusto
wagneria
que
era eI
de su
poca,
ya que
es
imposible
aptricar
eI calificativo
oc
d,ad,a,
a la
msica
europea
de los
albores
del
siglo
xvr,
pues
ella
ni
u
del
acorde,
ni
de
la
cuerda,
en
un
sentido orquestal
y
s a
Ia de Wagn
que
fu
la
imperante
en 1877,
fecha
en
que
escribi
las
palabras que
c
mento.
El
d,eseonocimiento
de lo. d,isciplina
que
se estud,ia, constituye
la
segu
da
causa
histrico-crtica
que
ha
entorpecido
el
esclarecimiento
de
la
t
dicin
musical precortesiana,
y
sus
resultados
han sido tan
funestos com
claros;
ste condujo
a
Icazbalceta
al
ms rotundo fracaso cuando opin
asuntos histrico-musicales,
pues
evidenci su
impreparacin,
al
demostr
que
ignoraba qu
cosa era
el
organum, conocimiento de
suma
importanc
para
la comprensin
musical
de la poca
que
histori. Cada vez
que
en s
escritos
se
halla
esta
voz (op,
ct,,
pp.
316,323
y
324), se le enouen
impropiamente
traducida
por
Ia
palabra
rgano,
pues
el
escrito
confu
di
lamentablemente
su recto
significado con
el
del instrumento de e
nombre.
La
voz
organun
jams
se
ha
empleado
para
designar
a
ese i
trumento,
como
lo
crey Icazbalceta,
sino para nombrar una
forma
dia
nico-vocal
rudimentaria
del
gnero
del
discanto, cuyo
uso
termin
a
med
dos
del
siglo xv: Miche
Brenet,
en su Dcconario
d,e
la
Msica
(Pa
1916),
lo
define:
"Organum.-Forma
primitiva
de
la
armona, consistente
en
una su
sin
reglada
de octavas,
quintas y
cuartas, ejecutadas
por
un
coro de
ces de hombres
y
de nios".
El
error
se agiganta,
considcrando
que
los diccionarios
musicales
paoles,
antiguos
y
modernos
(Icazbalceta
pudo
haberlos
consultado
pa
aclarar
sus
dudas), registran
la
voz
latina sin
castellanizarla,
tal
y
co
pasa
con
los ingleses,
franceses
e
italianos, que
tambin pudo
consultar.
Es seguro
que
los negadores de
la
msica
precortesiana
se conducir
ms
atinadamente
si
se
les impusiera la obiigacin
de opinar
respecto
la
msica
egipcia,
de
la
siria o
de
la
griega;
para
justificar
su
diferen
moclo
de opinar, diran
que
es imposible dudar
de la existencia del a
242
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
15/29
musical heleno,
si hasta
nosotros han llegado
los
nombres de
Marsias, de
Terpandro, de
Frynis,
de
Mitilene,
de Lasos, de Hermiones,
de
Architas,
de
Tarento, de Aristxenes
y
de Pitgoras,
todos ellos autores
musicales
griegos
de
gran
fama, mientras
que
nadie
conoce
eI
nombre
de
un
solo
compositor mexicatl.
Precisamente,
les
contestara
yo,
Grecia constituye
la
mejor
prueba
de
la validez
que
para
eI
conocimiento
histrico
de Ia
msica antigua tiene
la
tradicin; si
de los
griegos, que poseyeron
escritura
perfecta
y
de
quienes
conocemos
tanto
manuscrito,
apenas
si
hoy
da contamos con
unos cuantos
de sus
fragmentos musicales,
muchos
de ellos
probablemente
post-alejan-
drinos,
porque su
"msica
antigua
fu
en buena
parte
improvisacin o
tra'
dicin trasmitida
de boca en boca,
y
sIo
mucho despus
que
la
poesa fu
reproducida en formas
fijas
por medio de la escritura
es cuando
los m-
sicos apelaron al
lecurso de
l
anotacin
y
esto slo en
raras
excepciones",
al decir del
profesor
Curt
Sachs, a
pginas
84 de su
ol*a
La Msica en
la
Antged,ad,
(Col.
Labor):
Cmo
se va
a
exigir
que
los
aztecas,
cultural'
mente
inferiores, se hubieran conducido
en
forma diferente,
y
utilizaran
procedimientos superiores?
Por
qu
aceptamos
la tradicin
como vlida
para estudiar la
msica de
los
griegos y
la
invalidamos
para
la msica
precortesiana?
Quienes
as
obran,
o descoirocen
la
historia
musical de to-
dos
los
pueblos antiguos
y
las de
muchos
medievales, cuya msica se
trans-
miti
gracias
a
la
tradicin
y
no a
Ia
escritura,
o
estn
cegados
por
ciertos
prejuicios
que
les disminuyen
su
capacidad histrico-crtica,
A1 igual
que
las histrico-crticas, Ias causas
msico-tcnicas
poseen
as-
pecto
dual:
1. El europesmo
de
nuestros
msicos prominentes,
y
2. Su
ignorancia
manifiesta
en
cuanto a
investigaciones etnogrfico-
musicales.
En relacin
con el
primer punto, debe tenerse
presente que
el arte mu-
sical
en
Mxico,
durante los 50
primeros
aos
de vida independiente
(1821-
70),
se
circunscribi a
dos gneros:
al
religioso
y
al lrico,
El
primero,
ni
remotamente estuvo
realizado
dentro de los
preceptos
de
la Iglesia; el
se-
gundo, mucho
menos
cultivado,
pues que para
entonces apenas
si
se
habran
producido unas doce peras,
era
hijo
legtimo de
la
escuela
belliniana, de
la
cual fu
paladn
nuestro
insigne
Cenobio
Paniagua.
-
Los
cincuenta
aos
subsiguientes
(1871-1920)
correron
mejor
y
ms
varia suerte. Con
Melesio Morales continu la escuela
italiana, la
cual fu
sustituda
por la
francesa
(1895-1910)
con
Hernndez Acevedo, Ricardo
24s
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
16/29
Castro y
Gustavo
E.
Campa;
Ia
escuela
alemana
vino
despus, con
Julin
Carrillo y
Arnulfo
Miramontes.
Durante
todo
ese
lapso,
eI
nacionalismo
no
despunt; los primados de
nuestra
msica
eran
lo
suficientemente
escolsticos
y
europeizantes
para
ver fuera
de
su
prisma;
sentir,
pensar
y
expresarse
a
la
europea,
era
su
rnico
ideal.
Pero
su
europesmo
fu
azs raqutico, pues
lo
circunscribie.
ron
a la produccin
de los
siglos xvrrr
y
xrx.
Aherrojados
por
semejante
eriterio,
nuestros
compositores
ignoraron
la
posibilidad
de
la
produccin
nacionalista,
e
incurieron
en el error de creer
que
su
msica
era
mexicana,
cuando que
caa dentro
del
ms
puro
euro.
pesmo;
hasta
la letra
de su msica
vocal
deba
ser en idioma extranjero.
Bajo
tales
auspicios, nuestra
cancin
popular
fu
despreciada
por
in.
noble,
y
eI folklorismo
se estim indigno
del
msico
serio, no
obstante
que
ellos conocian
y
admiraban
la obra
de
Grieg, de Lizst,
de Chopin,
de
Sme-
tana, de Mussorgsky,
etc.; a no
ser que ignorasen
la
ndole
de
semejantes
producciones,
as
como
la
existencia de
obras doctrinales
de
esa tendencian
tales, como.
las de
Eximeno
y
las
de
Pedrell, por
no
citar
sino a
ciertos
autores
espaoles,
juzgados
como ortodoxos
por
los mexicanos
de
esa poca.
Si era
tal
su
desprecio
por
la
cancin
popular,
es lgico
deducir que
desconocan
la
existencia
de
nuestra
msica
autctona,
con tanta
ms
ra-
zn
cuanto
que
las
fuentes
de su
inspiracin
jams
fueron
otras
que
el eu-
ropesmo de
los
dos siglos mencionados,
segn
lo demuestran
sus compo.
siciones
as
religiosas
como lricas,
de
cmara
o
sinfnicas, producidas
en
el
transcurso de
esos
100
aos
(182I-1920).
Correspondi
a Manuel
M.
Ponce
(1910), iniciar Ia
oba
nacionalista
con su
predileccin
fructfera por
nuestra
cancin popular.
El
ideal
nacionalista, con
orientacin
definida
y
tendencia
encauzada,
fu
sustentado hasta 1928,
por
m y por
Baqueiro y
Castaeda,
durante
el
Primer
Congreso
Nacional de
Msiea,
mientras
que,
por
un lado,
Carlos
Chvez
realizaba obra
de
arte
dentro
de
estos
postulados.
Puede
afirmar-
se, en
vista de
lo expuesto, que
antes de
l926,los msicoso
en
Mxico,
no
haban
tenido
idea de
la
msica
autctona
y,
por
ende,
la suponan
extinta.
Si
esto aconteca
entre los msicos y
musicgrafos,
qu
sucedera
con
los
historiadores?
La
respuesta nos
la
proporcionan
sus
obras, en
las
que
ni
una
palabra
se
encuentra
referent
a Ia
msica indgena,
cuando no
se
le
niega rotundamente.
Si del
europesmo de nuestos
msicos, pasamos
a
estudiar
su ignoran-
cia
en investigaciones
etnogrfico-musicales,
encontraremos
tan
clara
para
244
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
17/29
este factor como
para
eI anterior, el
influjo nefasto con
que
contribuy
a
suponer
trunca
la
tradicin
musical precortesiana.
Los ms
conspicuos maestros de
la poca de
nuestra
renovacin
musi-
cal
(1870-f910),
nica
que
debemos tomar en consideracin
para el
pun'
to en
estudio,
jams
han
salido de las ciudades
y
por ello
ignoran
si
hay
o
no
msica
verncula, mxime que
ninguno
de ellos
ha hecho,
no diga'
mos
estudio alguno acerca de msica
extica,
pero
ni siquiera
de msica
antigua, como lo demuestra
el
que
ninguno de ellos
haya
intentdo anali-
zar,
clasificar
y
justipreciar,
el
Gradual
Domncal
que
existe
en
la Biblio-
teca Nacional, cuyo
mrito
estriba en ser
el
primer libro
de
msica impre-
so
en Amrica,
y
lo
fu
en Mxico
el ao
1576,
por Pedro
Ocharte,
obra
que
est esperando el empeo de
nuestros
eruditos
musicales,
Esa falta de
estudios especialistas los incapacit para reconocer
la
existencia
de Ia m-
sica autctona, cuyas caractersticas
estn
fuera del
alcance de su europes-
mo escolstico,
Cuando
nuestros msicos de entonces llegaron a
opinar acerca de Ia
msica precortesiana, incurrieron en etr error de
tomar literalmente
y
sin
crtica alguna,
Ios
juicios,
a
todas luces
falsos, de nuestos
historiadores
primitivos,
quienes
la clasificaron
muy
desfavorablemente
porque la
juz-
garon
a
la luz
de su
criterio
sevillano,
o, cuando
menos,
gregoiiano.
Nues-
tros
msicos historiadores,
al
adoptar esos
pareceres, no
se
percataron
de
que
a
los
misioneros les pas
en
msica indgena Io
mismo que
en
filologa,
atr
pretender
ajustar
el
estudio
de
las
lenguas americanas
aI
cartabn
de
Ia Gramtica
Latina de Nebrija,
que
era Ia
que ellos conocan; tampoco se
fijaron en el testimonio
de Motolina,
ya
citado
por m
en
mi
conferencia
anterior,
comprobando
que
si al espaol
le
pareca
antiesttica la msica
de los indgenas,
stos,
a su
vez, rean del canto llano
por parecerles
des-
afinado
y necio,
pues
juzgaban
segn su autctono criterio e
incurran,
por
ende, en el
rnismo
error
que
los misioneros,
que
opinaban acerca de
la
msica
indgena, de
acuerdo
con
su
sentir
europeo.
Si
nuestros
msicos hubieran conocido
el
caso
de
Guillermo Villoteau,
recolector
de
msica
copta
en
la
expedicin
napolenica
a
Egipto,
quien
errneamente
tildaba
de desafinado
al
cantor nativo cuando
le
estaba en-
tonando
melodas utctonas, tilde
que
a
su
vez
el
africano
propinaba
al
europeo
si ste
ejecutaba
en
violn
la
msica recolectada,
hubieran
com-
prendido
que
era el
mismo
caso
que
el sucedido
en Mxico
entre misione-
ros
e
indgenas y que
ambos obedecan a la
disimilfuud entre las escalas
europeas
de doce
grados
con la mexicatl de cinco
grados y
la
copta
de
245
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
18/29
diecisis, disimilitud
que
todos ellos ignoraban
y
por
eso
mutuamente
se
incornprendan; si nuestros
msicos
se hubieran compenetrado
que
euro-
peos
e indgenas hablaban
en lenguaje musical distinto,
quiz
entonces hu-
bieran
sentido la necesidad de
conocer
escalas
exticas
para poder
justipre-
ciar Ia
msica precortesiana,
por cuyo
desconocimiento pecaba
de
errneo
el
juicio
desfavorable de
los
misioneros y
de los
escritores
que han
adop-
tado su
opinin,
hija de
la
falta
de
preparacin
etnogrfico-musical.
Los
equivocados
conceptos
de
la
seorita profesora
Alba
Herrera
y
Ogazn,
de
los
cuales
ya
me he
ocupado, respecto
de
nuestra msica
aborigen,
cons-
tituyen
el
mejor
ejemplo
de
las errneas
ideas
que impugno.
2
Otra
inconsecuencia
de
apreciacin histrico-crtica,
fruto
de
nuestra
impreparacin
etngrafico-musical,
estriba en
la
propensin
a
desnaturali.
zar
el folklore.
Al recoger una meloda
autctona,
nuestro recolector, ima-
ginando
que
el
annimo
autor era un impreparado,
mira
en aqulla defec.
tos
donde
no los
hay
y
a la
luz
de su europesmo
le corrige
el
ritmo
dizque
para
dejarla
"cuadrada"
y
como,
segn
1,
a
la
escala le faltan
algunas
2
"El
eruditsimo
lcazbalceta, honra
y
prez
de nuestros historigrafos,
est,
segn
mi
crite.
do,
conrpletamente
dispensado de expresarse en
la
Iorma
en
que
Io
hizo,
por
la
razn
muy sen.
cilla
y
clara
de
que
desconoca
la
msica; no as la seorita
Herrera
y
Ogazn,
quien
en
su
triple
investidura de
catedritica
en
el Conservatorio Nacional,
de
Piano Superior,
de Histori
ds la Msica
y
de
Acstica
Musical,
esr
en
la
obligacin de
fundamenta
sus asertos;
desgra.
ciadamente ellos son inconexos
y
contadctorios
y
no
le
pertenecen
en
absoluto,
puesto
que
sin
discernimiento los tom de Icazbalceta
y
de
Campa;
tales aserciones,
que
son las subsiguientes,
las
consigna como suyas
a
pginas
9
y
14,
respectivamente,
en su
opsculo El
Arte
llwical en
Mxco
(Departsmento
Editoial de la Direccin Geneal
de
Bellas Ates, 1917):
"Por
los
contados
ejemplares
del
instrumental
aztece
que
se
consei'a
en
el
Museo
Nacional de Mxico,
juzganos
que
la
msica de aquel
pueblo,
durante
la
poca
pre.
cortesiana, debe haler
sido...
brbara
y
espantosa,. .
"
"La
msic
de
esos
pueblos
(los
primeos pobladores
de trlxico),
llcs a
adquiir
n algn tiempo,
{orma
correcta
y
expresin agradable, de auerdo con los modemos
cnones del
atd',
'Ninguna
de
esas
dos declaraciones,
absolutamente contradictoias entre s, es verdadera;
sin
embargo, ambas hn
contribudo
a
extraviar lamentablemente
el criterio
de nuestros msicos,
ya
que
las
dos
cuentan con simpatizadores,
segn sean nacionalistss o
euopeizantes,
y
por
ello
deben combatirse
enrgicamente sus alcances funestos
por
lo falsos,
"Cae
por
su
peso
el
hecho de
que
un autor
que
en
la
misma obra sustenta
pensamientos
antitticos, carec de
propio
criterio
y
por
ello
ser lcil explicarnos la
causa
por
la
cual
la
escritora
que
comento
a ninguna conclusin llega re{erente a
la
msica
precortesiana,
de la cual
trata en
el
capitulo primero
de
su
opsculo
en
cuestin".
(Doctor
Jess
l.
Romero:
El
Estudio
e nuestra Ptehstota
Mu,scal, como
iactor
inpottan-
tsmo en
la
especulacn
olklrtca
d.e
Mxico, Mxico,
1928,9,2),
En vista de lo
anterior,
la
seorita
profesora
Herrera
y
Ogazn
renunci
para
siempre hablar
aceca
de
la
mrsica
precortesiana, pues
en su
Histoa
de
la
Msica
(tlniversidd
Nacional
Aut-
noma de Mxico, Seccin Editorial, l93l), al escribir el captulo intitulado "Resea
del Desro-
llo
Musical
en l{xico",
que
se
halla al final del libro, omiti su
estudio, dejando
con
ello
in.
completo
el tema
que
se
propuso
desarrolla.
246
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
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notas indispensables
a
la funcin tonal, omitidas,
segn cree,
por
ignoran-
cia
del
autor,
se
.Ias
agrega,
con cuyas reformas la
primitiva meloda
que-
da
desfigurada
y
con sentido europeot esto,
precisamente, sucedi al
pro-
fesor
Francisco Domnguez
en
sus
primeras
recolecciones,
no as en
las
posteriores,
y
acontece
an
con
el
seor
Rubn
M.
Campos.
En
la
obra
de
este
ltimo,
EI
Folklore
y
Ia
Msca
Mexicana, se
consignan
varias
melo-
das
michoacanas
de las cuales
eI
profesor Marcos
A.
Jim.nez,
su
original
recolector, me ha declarado
por
escrito:
"Los
Aires
Michoacanos
que
figu-
ran en este libro
(el
del
seor
Campos
ya
mencionado),
presentados por
m no
estn
de acuerdo con
los originales
que proporcion".
Es
natural
que
el
celo
religioso
espaol
impidiendo
que
continuara
la
prctica de
los
ritos autctonos, Ia enseanza
de rudimentos de
msica
eu-
ropea
impartida
regularmente
a los
nios
indgenas
en
las
escuelas
novo-
hispanas
y
la
tendencia
poltica
del
gobierno
colonial de
perseguir
pot
medio
de Ia Inquisicin a
los
historiadores
y
escritores
de
tendencia na-
cionalista,
lograron arraigar
entre
nuestros
eruditos de
gabinete
la aparien-
cia
de
que
se
haba
extinguido Ia tradicin
musical
autctona;
la
falta
de
crtica
histrica
en
algunos historiadores de
prestigio
robusteci
esa creen-
cia,
Ilegando
varios de ellos
hasta el error de
negar
en sus escritos la
exis-
tencia
de
un
floreciente
arte
musical
precortesiano.
Coron
este errorn
dn-
dole
apariencia
de
verdad axiomtica,
el
europesmo de nuestros msicos,
que les
hizo
despreciar
durante
lustros
cuanto
tena sello
indgena
y,
ms
tarde,
cuando
principiaron a
aceptar
nuestras
melodas vernculas, dieron
por
retocarlas
y
europeizarlas,
sin
que pudieran
reconocer
esas
impropie-
dades
suyas,
por falta
de conocimiento
en
etnografa musical.
ff
NO
SE
HA EXTINGUIDO LA TRADICION
MT]SICAL PRECORTESIANA
"...los
cantaes
que
componan
(los
in'
dios)
en
sus
pblicoi
festines
y
bailes.
..
de
que qued
alguna
huella
en esta ciudad
y
sus
indios
hasta
nuestros
das,
cantando
ves'
tidos,
a
su
sanza,
en
sus liestas
(los
en-
i1ll
i;
it"
Ti;f,,
r?uffil'"f
"iiu:"i3;
t746).
La tradicin
musical
precortesiana
no
se
ha extinguido
an,
pese
a lo
que errneamente
han
credo
los diversos
historiadores, etngrafos
y
msi-
cos, negadores
de su existencia
actual;
esa
tradicin
existe
y
contina
flo'
reciendo.
Si
no
me
extraa
la opinin
que
la
niega a
pesar de ser errnea,
247
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
20/29
mucho
menos
me
extraar
el
que
para
muchos
investigadores no consti-
tuya
novedad
esta
afimacin ma,
en
pro
de
Ia
existencia de
dicha tradi.
cin musical, ya
que
han
comenzado
a encauzarse por
buen camino
los
estudios
de nuestra
historia
musical
indgena.
Los
negadores
de
la msica precortesiana
han sido
siempre
eruditos
de
gabinete
con
quienes
se
pueden
formar
dos
grupos:
los
impreparados
en
msica
y
los
poseedores
de
esta
disciplina, pero
sin
conocimientos
de
etnografa
musical.
Como los escritores
de
ambos
grupos
nunca
estuvieron en contacto
con
la
realidad,
fincaron
su opinin
en diversos
documentos histricos de
in-
negable
validez, pero
de
alcance
circunscrito,
el
cual
ellos
indebidamente
generalizaron,
concedindoles
una
trascendencia
que
agullos no
podan
tener. Esos documentos
cornprueban
en forma indudable que
muchsirios
indgenas
fueron
europeizados,
por
cuya
causa qued
en
ellos
completa-
mente trunca
la
tradicin
musical precortesiana;
pero
tales
documentos,
ni
afirman, ni hacen
suponer
que
todos los
indgenas
de Mxico
recibieron
la
europeizacin.
Es
verdad
que
sta actu
en
la
porcin
ms ilustrada
de la poblacin
indgena, por
cuya
causa se
extingui
la tradicin musi
cal
autctona entre quienes pudieron
hacerla
brillar y florecer;
pero
la
por-
cin indocta,
que
era
mayora, qued
libre de Ia influencia
europea
y por
ello
la
tradicin
autctona decay lastimosamente,
pero
no
muri, segn
lo supusieron muchos.
Si
tal
hecho
ignoraron los
escritores
a
quienes
impugno,
dbese
a
que
ellos
conocan
tan
slo
a los
indgenas moradores
de
la ciudades y
de
sus
alrededores, nicos
que
recibieron
la
influencia
cultural
de
Espaa,
y
co-
mo
a
stos
los
hallaon
semieuropeizados,
creyeron
ellos
que
todos
los d+
ms
se
hallaban
en idnticas
condiciones;
pero
si hubieran
abandonado su
gabinete
de
estudio
para
trasladarse
a
las
quiebras
de las
montaas de
cualquier regin
del
pas,
se
hubieran
encontrado
con
que
todos los ind.
genas
que
viven
distantes
d
los
centros
de
civilizacin
occidental,
cultivan
una msica
bien diferente de
la europea,
tanto
en
su
estructura
modal
co.
mo
en la
rtmica,
la
cual,
etnogrficamente, les
es
propia.
Tengo
la
seguridad que
las diferencias
estructurales
entre
ambas
m.
sicas,
la
indgena
y
la
europea,
a
pesar
de
ser de suyo
tan
notables,
no
son
tan
distinguibles
para
el
msico
formado
exclusivamente
dentro
del
euro-
pesmo
escolstico,
enmarcado en los modos
mayor
y
menor, por
cuya cau.
sa, aunque
tales escritores
y
musicgrafos
salieran
al
campo
a
fin de
auxi.
248
-
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21/29
liar
en sus investigaciones
musicales
al
historiador no
preparado
o
preparado
a
medias
en
cuanto
a
msica,
jams
se
daran
cuenta
de
la
realidad
ar'
tstica
que
ante s se desarrollaba.
A
Ia luz
de
qu
principios
se
puede
afirmar
que
la
nsica
indgena
actual
es continuacin
no
interrumpida
de
la
precortesiana, transmitida
hasta
la
fecha
por
radicin oral
directa?
A los
de
la
etnografa,
a
los
de
la arqueologa
y
a
los
de
la
historia
nusical.
La
etnografa
tiene
comprobado
que
todos
los
pueblos
de cultura
pri-
mitiva
cantan
exclusivamente
en escala
pentfona,
idea
que
sustentan,
en'
tre otros,
los autores siguientes:
A.
J.
Ellis,
On
th,e
Musical
Scales
of
Various
N ations,
en
Journal
ol Society ol
lrrs
(Londres,
1885);
Eduardo
Lpez
Chavarri,
Historia
d.e Ia Msica
(Barcelona, 1914);
J.
Cambarieu, Ilis'
toire
d,e la
Musique
(Pars,
1920); Encyclopedie
de
Ia
Musique
et
Dic'
tioumre
du
Conseraatoire
(Pars,
1924);
profesor Curt
Bach,
La
Msca
en
la
Antigicdad
(Barcelona,
7927),
y
cuyo
principio
fu sustentado
en
Mxico
por primera
vez, en
el
Primer
Congreso
Nacionatr
de
Msica,
por
Baqueiro
y Castaeda
y
por
m.
Cul
es
la
causa,
a
Ia luz
de
la
etnografa,
por
la
cual
la
escala
pen'
tfona
es la
de
los
pueblos
primitivos? Para explicarlo,
formulamos
en'
tonces
la
hiptesis
fisiolgica
de
la
pentafona,
que sostiene
que
la
glotis,
al
cantar,
engendra
los
primeros amnicos
naturales,
base
stos
de la
pen'
tafona.
En
aquella
poca
dije:
"Como
deseamos
asumir
la
responsabilidad
histrica,
declaro que
la
hiptesis
fisiolgica
de
Ia
pentafona
musical..
'
se
expone
por
primera
vez
en
el
mundo cientfico-musical
y
nos
petenece
exclusivamente,
a
mis
colaboradores
y
a
quien esto
escribe"
(doctor
Jess
C. Romero,
EI
estud,io
d,e
nuestra
Prehistoria
Musical
comn
factor
npor'
tantsimo
en
la
especulacin
folklrica
de Mxico.
Mxico,
1928,
pg.
11).8
La arqueologa
nos ensea
la
existencia
de
flautas
de
barro,
precorte-
sianas
todas
ellas,
construdas
para producir
melodas
pentfonas. Estas
flautas,
conservadas
en
nuestro Museo
Nacional
de Arqueologa,
fueron
s
El
seor docto
don
Miguel
Galindo,
a
pginas
99 de
su Estoria
de lz Mfuica
Mejcau
(Colim, 1933)
dice: "No
participamos
de
la
idea de
nuesto
culto
amigo
el
ilustrado
uusic-
grafo
doctor don Jesus
C'
Romero,
qe
supone
s
los
armnicos
de la
garganta,
los
que
han
sugerido
el
sistema
pentatnico"
poque,
segrin 1,
"pmbablemente
ello
se debe
a
que
en
las
flautillas
es cmodo
usar cuatrc dedos
para
cubrir
o desculrir
los
agujeros, dejando
el
Aulga
psra
sostenerlas.
..
"
Quien
haya estudiado
le
acsticq de
la
pentofona,
podr
decidir
cul de las dos
hiptesis,
l
aa
o la de mi
amigo, el seor
docto Galindo,
tiene mayor*
probabilidades
de
llegar a con'
vertise
en tesis.-J. C.
R,
249
-
5/20/2018 Jesus Romero Musica Precortesiana
22/29
estudiadas por
m,
en unin
de
mis
colaboradores
los
profesores
Montiel
y
L6pez y Baqueiro
Foster,
catedrticos
de
este
Conservatorio,
con
asisten-
cia
del seor profesor
Aguirre,
ayudante de
la
clase de
Arqueologa en
dicho Museo y
comprobamos
entonces
que
aunque de diversas dimensio-
nes
y
por
ende
afinadas
en distinta
tnica, todas ellas
estaban construdas
sobre base
pentafnica:
con
cuatro
agujeros,
a
La historia
musical
nos
proporciona
melodas
aportadas
por recolecto-
res
capacitados,
que
comprueban que
los
actuales
indgenas
de
las diver.
sas
regio.r"s del
pas
(lacandones,
mayas,
mixes,
nahuas, ppagos,
seris,
ta-
rascos,
tarahumaras,
otomes,
perics,
zapotecas,
etc.)
continan
cantando
en
la escala
pentfona
y
usando instrumentos
similares a los
precortesia.
nos,
conservados
en
el
Museo
Nacional
de Arqueologa,
Si
por
razn
etnogrfica los mexica
cantaban
pentafnicamente;
si
las
flautas
precortesianas
que
se
conservan
en
el
Museo
Nacional
de Arqueo.
loga
estn construdas
para
producir
melodas pentafnicas,
lo
cual
prue.
ba la
veracidad
para
el
Mxico
autctono
del
principio
etnogrfico
ante-
rior; y
si
los
actuales indgenas
de nuestra patria
continan cultivando
esta
msica,
lgico es deducir
que
enke
ellos
no se ha
truncado,
hasta hoy, su
tradicin, mxime que el influjo
europeo
(modos
mayor y menor),
slo
se encuentra en aquellas
melodas
ind