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LA FARSALIA MARCO ANNEO LUCANO

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    Diego Ruiz

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    LUCANO

    SU VIDA, SU GENIO, SU POEMA

    Discurso ledo en la Universidad Central1.

    Excmo. E ILMO. SR.:

    Roma era la ltima encarnacin del genio del antiguomundo. Roma representaba providencialmente la snte-sis y el eplogo de toda la Historia. A su frente se levan-taban Menfis, Alejandra, Cartago, destinadas a revelarlelos secretos del mundo de la Naturaleza, del mundo deDios, del Oriente; a su lado Atenas, a sus pies Sicilia,destinadas a revelarle los secretos del mundo del Arte,del mundo del hombre, de Grecia; y las almas de estos 1 Este discurso forma parte del tomo titulado Discursos aca-dmicos, del Sr. Castelar, que dio a luz el editor D. Antoniode San Martn, y lo publicamos con la autorizacin del autory del editor

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    dos mundos, que, despus de la total ruina de su podery del ocaso de sus glorias, vagaban errantes, se confun-dieron, como el aroma de dos flores, en el seno de laCiudad Eterna. Esta idea trascendental es la ley de vidade la sociedad romana. Los patricios, raza avasalladora,que guardaba para s el depsito sagrado de las leyes, lainterpretacin de las frmulas del Derecho, el sacerdo-cio y el gobierno, representan la idea oriental; y los ple-beyos, raza expansiva, que anhelaba la igualdad poltica,la libertad civil, el esclarecimiento de las misteriosasfrmulas del Derecho, el sacerdocio y el gobierno paratodos, representan la idea occidental, la idea griega; y elequilibrio de estas dos fuerzas contrarias, la sntesis deestos dos principios antitticos, es la vida de la sociedadromana. Y esta idea, se refleja en su religin, que con-grega todos los dioses; en sus leyes, que funden todoslos derechos; en sus artes, que heredan el genio de to-dos los pueblos; en su Parnaso, que guarda laureles paratodos los poetas.

    El cetro de Roma es el eje de la tierra. Todos lospueblos son sus tributarios. Pero ninguno le ofrece tanricos presentes como nuestra hermosa patria. Nosotrosdimos al Imperio su ms gran jefe, Trajano; su ms ilus-trado retrico, Quintiliano; su ms amargo satrico,Marcial; su ms profundo filsofo, Sneca; su ms ver-dadero poeta, el inmortal Lucno, cuya vida, genio yobras son objeto de este mi discurso, para el cual recla-

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    mo, Excmo. Sr., vuestra ilustrada atencin y vuestranunca desmentida indulgencia.

    La vida del hombre influye decisivamente en la suer-te del genio2. Historiemos, pues, la vida del poeta quecruz por los horizontes del tiempo, donde haba dedejar eternos resplandores, fugazmente, desgracia quesuele acontecer a los nacidos en esas pocas tempestuo-sas en que el espritu humano se renueva y florece a cos-ta de la vida del hombre. Lucano naci en Crdoba3.Aunque la Historia callara su nacimiento, lo dira la na-turaleza de su genio. La savia meridional de su imagina-cin, tan rica en flores como los patrios campos; laclaridad de su mente, hermosa y serena como noche deesto de la Btica, que muestra el cielo rociado de estre-llas y el campo cubierto de lucirnagas; la majestad y en-tonacin de sus versos; el atrevimiento de susmetforas; el alto vuelo de su alma, que se cierne con elpoder del guila en lo infinito; el lujo de su diccin, nos 2 Practer vitam Lucani, quae ad Suetonium auctorem refertur,aliam ineditam laudat Scaliger ad culicem Virgilii, illam for-tassis quze effitioni Sebrevelianae praemittitur, edita a joaneBritarnnico. Adire praeterea iuvabit Martinum Hanckium deRom. Vet. scriptoribus C. XI, Nic. Antonium, lib. I, Bibl.Vet. Hispanae, cap. X, et Gaudium de scriptoribus non Ec-clesiast, tomo I, pg. 264. Ab Fabricii. Biblioteca Latina. L. II,cap. X.3 M. Annaeus Lucanus, Cordubensis, prima ingenii experi-menta in Neronis laudibus dedit quinquennaii certamine. -Suet. vit. Luc.

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    ensean que Lucano es predecesor de Gngora, y quesu cuna se meci en esa hermossima tierra de Andalu-ca, adornada con todas las maravillas de la creacin porDios, como si la destinase desde la eternidad a servir detemplo al genio de Oriente.

    Lucano, a diferencia de Virgilio, no naci entre losapriscos, a la sombra de los olmos y de los sauces, ni sualma en la niez vol como la mariposa de flor en florpor los campos, ni aprendi a cantar en los murmullosdel arroyo y en los arpados trinos del ruiseor; porquesus padres4 en edad temprana le llevaron a Roma; y sinembargo, la tradicin cuenta que las abejas de la Bticavolaban a su cuna a recoger la miel que destilaban suslabios, entreabiertos por la sonrisa de la inocencia5.

    4 Le pre de Lucain se nommait Maceus Anneus Mla, et taitle plus jeune des fils de Snque le rhteur. Marcus AnneusLucanus naquit Cordoue en l'an 39 de notre ere. Des l'agede huit ans il fut amen a Rome par son pere et mis sous ladirection de son oncle, qui tait dja prcepteur de Neron . -Hst. de la Lit. Rom. Alexis Pierron.5 Le meme commentateur ajoute qu'il arriva, ainsi que pourHsiode enfant, que des abeilles voltigret autour de son ber-ceau et se poserent mme sur ses lvres.... pour prsager sesdestines futures. (Nisard: Etud. sur les poet. lat. de la dca-den) He aqu las palabras del antiguo comentario a que Ni-sard se refiere: Ac ne dispar eventus in eo narraretur ejus,qui Hesiodo refertur, qutum opinio.tunc non dissimilis ma-neret, cunas infantis, quibus ferebatur, apes circumvolarunt,osque insidere complures, aut dulcem jam spiritum ejus

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    Tomle bajo su proteccin Sneca, y fueron susmaestros, Cornuco, estoico; Remmio Palemn, gramti-co6, y Virgilio Flacco, retrico, los cuales le amaestraronen las artes de la elocuencia, en los principios de la mo-ral estoica, alimento de todas las almas generosas enRoma, y con tal fortuna7, que, nio an, recitaba Luca-no admirablemente versos griegos en los salones y aca-demias, siendo pasmo y maravilla de la alta sociedad ycosechando en flor prematuros triunfos8.

    Al lado de Lucano, creca un joven, su amigo, cuyocarcter, comentado por tan profundos historiadores, es

    inhaurientes, aut facundum, et qualem nunc existimamus, fu-turum significantes."-Vit. Luc. ex ant. com.6 Rheminus Palaemon et Flavius Virginus furentses maitresde grammaire et d'eloquence. Les principes de la philosophesticienne lui furent donns par Anaeus Cornutus, philosophegrec qui professa a Rome jusqu'a ce que Nron, indign de safranchise, le relega dans une ile. -Hist. Abr. De la Lit. Rom.Schoell.7 A praeceptoribus tunc eminentissimis est eruditus; eosqueintra breve temporis spatium ingenio adequavit; una verostudentes superavit profectibus. -M. A. Lucani vita ex com-ment. ant.8 Hablando de los certmenes poticos, dice el anterior co-mentario: Declamavit et graece, et latine cum magna admira-tione audientium. Ob quob puerili mutato in senatoriumcultum, et in notitiam Caesaris Neronis facile pervenit, et ho-nore vixdum aetati debito dignus judicatus est."

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    aun hoy obscuro jeroglfico: hablo de Nern9. Deten-gmonos un instante a contemplar este desgraciado queha de apagar con su soplo la vida de Lucano. Elevado altrono; viendo a sus plantas rendido al mundo; es-timando en poco la Humanidad, su esclava; rodeado deriquezas, de placeres; lleno el abismo de sus deseos,ociosa su voluntad, Nern se enamor un imposible:ardi en ansia de ser el ms grande artista de su tiem-po10, anhel ceir a su diadema imperial coronas de lau-rel, vivir la vida del poeta, extasiarse en escuchar losaplausos de todas las gentes, conmovidas por sus cnti-cos, encadenar a las musas como tena encadenados alos reyes del mundo, arrancar su lira al divino Apolo;mas cuando su conciencia le deca en secreto que lucha-ba con un imposible, acostumbrado a verse siempreobedecido, como Jpiter, con slo fruncir las cejas, nopudiendo sufrir el martirio de su deseo, desahogaba en

    9 Neron le tratait en ami: il le nomma questeur, il lui conferamme la dignit d'augure; mais cette amiti ne dura pas. -Hist. de la Lit. Rom., par A. Pierron.10 Hi dies, ac notes plausibus personare, formam principis,vocemque deum vocabulis apellantes, quasi per Virtutemclari, honoratique agere. Ne tamen ludicrae tantum imperato-ris artes notescerent, carminum quoque studium affectavit,contractis, quibus aliqua pangendi facultas. Necdum insignisaetatis nati, considere simul, et allatos vel ibidem repertusversus connectere, atque ipsius verba quoque modo prolatasupplere: quod species ipsa carminum docet, non impetu, etinstinctu nec ore uno fluens. -Tac. Annal., lib. XIV.

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    crmenes el dolor de su oprobiosa impotencia. Nernes, antes que todo, artista, y para convenceros, conver-tid los ojos a su vida. Nern esculpe su propio busto enlos edificios pblicos ornado con la corona de laurel ylos atributos de Apolo; mata a Trhaseas porque no gus-taba de orle cantar, y a Britnico porque la voz de esteprncipe era ms dulce que su celeste voz; recibe a Tiri-dates, rey de Armenia, en el teatro, que dora y orna paratal solemnidad, extendiendo ricas telas de prpura queles resguardaran del sol, y bordando en el centro supropia imagen en actitud de conducir un carro olmpico,circundada de estrellas la ltiva espaciosa frente; cantaen los espectculos acompaado de un arpa de oro quesostienen de rodillas los patricios romanos; representafrecuentemente el papel de Oreste asesino de su madre,y acaso por este artstico recuerdo manda ahogar a ladesgraciada Agripina en las claras aguas del Tirreno, enaquella serena estrellada noche en que pareca que losastros velaban para testificar al cielo tan horroroso cri-men; reduce a cenizas la antigua Roma por gozarse encontemplar un sublime cuadro; va de teatro en teatro,de circo en circo recogiendo premios; manda derribarun lienzo de muralla para que le reciba dignamente Ro-ma cuando vuelve de los juegos griegos triunfador, en-vuelto en rozagante prpura de Tiro, con la corona deoliva en la frente y el laurel pthico en las manos; se in-digna de la rebelin de Vindex, no porque el pretor de

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    las Galias desconociera su autoridad, sino porque semofaba de su divino genio; y en la hora suprema demorir no siente que se quiebre su cetro y se extinga supoder, sino que se quiebre su lira y se apague su melifluavoz; no llora en su muerte al emperador, sino al artis-ta11.

    Juntos Nern, que deseaba ser poeta, y Lucano,quien lo era, poda aqul consentir que un rival afortu-nado le disputara el laurel de la gloria y el premio en lospoticos certmenes?12 Un da se reunieron ambos enun certamen a disputar un premio. Nern ley una poe-sa consagrada a las transformaciones de Niobe; Lquca-no otra consagrada al descendimiento a los infiernos deOrfeo13. Los aplausos de la multitud cubrieron la voz deNern. Pero en aquellas muestras de forzado entusias-mo faltaba el acento de la espontaneidad que nace del

    11 Tac. Annal., lib. XIII, prr. 4; d. d., prr. 8; dem, lib. XIV,prr. 2; d. lib. XV, prrs. 6, 7 y 8; lib. XVI, prr. 5, etc., etc.Vase tambin L'Histoire de Rome a Rome, par M. Amper.12 Neron, qui, dans les premiers momens o il prludait a sescrimes par toutes par toutes les fantaisies du pouvoir absolu,tait acteur, musicien et pote, accueillit les talens de Lucain.II le fit questeur, augure, le combla de faveurs, et voulutmeme l'honorer de sa rivalit. -Villemain: Biographie univer-selle.13 Y dans des jeux littraires, que l'empereur avait tablis, Lu-cain chanta la descente d'Orphe aux enferts, et Nron lemetamorphose de Niob. - Ibd.

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    corazn14. Presentse despus Lucano y recit sus ver-sos: el respeto, el temor contena a los oyentes; mas poruno de esos triunfos del Arte que parecen milagrosos, elpoeta suspende los nimos, los arrebata y consigue que,olvidados de s y del emperador, le decreten unnimes elcodiciado premio15.

    Cmo era posible que Nern dios, Nern empera-dor, Nern poeta, consintiera un genio superior a sugenio? Salise despechado del certamen, y prohibi aLucano que volviese a leer en pblico sus versos16. Elpoeta, que viva en la atmsfera de la gloria y del entu-siasmo, desde aquel punto comenz a ver de romperlos hierros de su crcel; y como el Imperio era el eternomartirio de los patricios, y stos no perdonaban mediopara sacudir su inmensa pesadumbre, Lucano se asocia la conspiracin de Pisn. Un esclavo, delat la conju-

    14 Quinquennali poetarum certamine ab Nerone instituto,recitante quoque Nerone, in Pompeii theatro laureis corona-tur ac ingeii foetum extemporali opera edit Orphea, aliaquecarmina, quae Caesarem praestantia sua offendunt, ambitiosius sibi principatum non modo hominum, sed et artiumvindicantem.-Nic Func. De Imm. LL. senaectute tractatusXXXIII.15 Quare inimicum sibi fecit imperatorem. Quo ambitioseimitate, non hominum tantum, sed et artium sibi principatumvindicante, interdictum est etiam causarum actionibus.-Lucani vit. ex Coment. antig16 Ei, stolida invidia, foro, theatro, omnique poetica interdi-xit. - Clercquius van. Jever. not. ad titul.Phars.

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    racin, y en premio de su crimen recibi largos honoresy el ttulo de conservador del Imperio17. Por esta causamurieron patricios, damas, guerreros, muchos hombresilustres, y entre ellos, nuestro gran poeta. Cuntase quevacil algunos instantes en la hora de morir, preten-diendo salvar su vida por malos y deshonrosos mediosque le rebajan a los ojos de la posteridad18.

    Sin que nosotros pretendamos abonar nunca malasacciones, consideraremos que deba ser muy triste paraLucano morir a los veintisiete aos, designado cnsul;ceida de coronas la frente, de ilusiones el corazn; sin-tiendo la savia de la vida latir con fuerza poderosa ensus venas y el fuego de la imaginacin arder con abra-sadora llama en su mente; vislumbrando los horizontesinmensos de risueo porvenir; amado, tiernamente deuna joven en la cual competa la hermosura del almacon la hermosura del rostro; ah!, era muy triste dar elltimo adis a la vida cuando la doraban el encanto detantas venturas y tan deliciosas esperanzas. Mas si Lu-cano falt en un momento de extravo, arrepintisepronto, rehizo su nimo, present serena frente a lamuerte, extendi ambas manos con tranquilidad paraque le abriesen las venas; su sangre joven corri pura,llevndose tras s la vida, y el poeta, nublados ya losojos, falto de aliento, espir recitando unos versos de

    17 Tac. Ann., lib. XIV, prr. 8.18 Tac., d. d.

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    La Farsalia, versos que describan la muerte de un jovenpicado por una vbora en un bosque de las Galias, y queal espirar destilaba sangre por todos los poros de su ro-busto cuerpo19. Sobre su cadver fro se inclinaba lloro-sa una mujer que haba recogido l postrer suspiro delos labios del poeta para guardarlo en su amante pecho,y las cenizas de sus glorias para ofrecerlas a las venide-ras generaciones. Esta mujer era Pola Argentaria, esposade Lucano, a cuyo cuidado debemos su magnfico poe-ma20.

    Examinar el genio de Lucano es empresa difcil, sidesestimando el propio criterio apelamos a la autoridadde los doctos. Unos le han estimado orador21, otros his-toriador22, no pocos le han credo gran poeta23, otros

    19 Tacit. Ann., XV, prr. 70.20 Uxor Lucani Polla Argentaria, post excessum mariti Phar-saliam ejus emendavit: imo et viventem in carmini dicituradjutase. -G. J. Voss. de veter. poet. tempor., lib. II21 Lucanus ardens et concitatus, et sententiis clarisimus, et, utdicam quod sentio, magis oratoribus quam poetis adnume-randus. M. Fab. Quint. Institut. orat. X.

    22 Officium autem poetae in eo est, ut ea, quae vere gestasunt, in alias species obliquis figurationibus cum decorre ali-quo conversa transducat. Unde et Lucanus ideo in numeropoetarum non ponitur, quia videtur historiam composuisse,non poema -S. Isid Etym., lib. VIII, cap. VII. - Vossius, en suTratado De historicis latinis, lib. I, cap. XXVI: "Inter histori-cos etiam locum damus M. Annaeo Lucano, Cordubensi.

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    Quippe qui poema suum de bello civili Caesaris et Pompeiifide historica scripserit.Sulspitius Verulanus, en su epstola a Antonio Palavicino,dice: "Lucanus, quum puram historiae fidem sequa.tur, etiamhistorici sustinere personan videtur."23 Entre otros de los que alaban por gran poeta a Lucano, secuenta Alfonso Garcia Matamoros, honor y gloria de la Uni-versidad Complutense, que tanto contribuy al renacimientoy difusin de las letras clsicas.

    At junius Gallio ex arte oratoria gloriam sibi petendamexistimavit: quemadmodum ex poesi nepos Lucanus, qui siimmaturu interceptus non fuisse obitu, non est quidem du-bitandum, quin claros Virgili manes ad invidiam tanti deco-ris, quantum in ejus illuxit Pharsalia esset permoturus. Nan etipse Nero Claudius carminibus tantae sublimatatis commo-tus, ubique se dilatantem Lucani poesis famarri invidiosepremere voluit, prohibueratque ostentare vanus adsimulatio-ne. Quod ita graviter et iniquo tulit animo divinus poeta, utpropter hanc unam caussam in ejus exitium cum multis prin-cipibus viris conspirare non dubitaverit.-Alphons. Car. Ma-tam. De adseren. Hisp. erudit.

    Mi ilustre maestro, el Sr. Amador de los Ros, dice:"Acaso no existi en la repblica de las letras otro ingenio

    que, en su primera juventud, haya recogido tantos y tan des-lumbradores laureles: ninguno le ha aventajado despus ensus grandes cualidades poticas. Dotado de una imaginacinprodigiosa, llena su alma de luz y de armona, todo cuantomiran sus ojos cambia de forma y de naturaleza, tomando

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    gigantescas dimensiones; todo recibe ms brillante colorido,desapareciendo instantneamente las medias tintas y dbilesmatices. Bajo las huellas de su arrebatado pincel se convier-ten los arroyos en caudalosos ros, crecen las mansas colinashasta erigirse en levantadas montaas, y aparecen los hom-bres animados de titnicas fuerzas." -Cap. III, tomo I, Hist.crt. de la Literat. esp. (ind.).

    Papinio Stacio le alaba y pone hasta sobre Virgilio en suGenethliacon Lucani:

    "Lucanum canimus: favete linguis.Vestra est ista dies; favete, musae,Dum qui vos geminas tulet per artesEt vinctae pede vocis, et solutae,Romani colitur chori sacerdos..."

    Sulpicio Verulano, en su carta en otro lugar citada, com-parndolo con Virgilio, dice: "Magnus prefecto est Maro,magnus Lucanus; adeoque prope par, ut qui sit major, possisambigere Summis enim uterque est laudibus eloquentiae cu-mulatus Dives est et magnificus Maro; hic sumptuosus etsplendibus. Ille maturus, sublimis, abundans: hic vehemens,canorus, effusus. Ille venerabilis pontificio modo quadamcum religione videtur incidere: hic cum terrore concitatiusimperatorio. Ille cura et diligentia cultus: hic natura et studioperpolitus. Ille suavitate et dulcedine animos rapit: hic ardoreet spiritu complet. Virgilius nitidus beatus, compositus: Lu-canus varius, floridus, aptus."

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    han despreciado su genio, tachndole de obscuro en lasideas, de ampuloso en las frases, de falto de inspiraciny sobrado de palabras24; pero todos han convenido en

    Marmontell, en sus Poesies fugitives, le ha consagrado los

    siguientes versos:

    "Le seul Lucain cherchant une autregloire

    Sans le secour des enfers, ni des cieux,D'un feu divin sait animer l'histoire,Et son gnie en fait le merveilleux."

    El clebre Montaigne dice:"J'aime auss Lucain, et le pratique volontier, non tant

    pout son style que par sa valeur propre et la verit de sesoppinions et juguemens." Essais, libro XI, cap. X.

    Voltaire le ensalza en estos trminos:"Lucain, gnie original, a ouvert une route nouvelle. Il n'a

    rien imit; il ne doit personne, ni ses beauts, ni ses de-fauts..." - Ess. sur la poes. epique, cap. IV.

    -Morhofio nos dice lo siguiente respecto a la estima enque algunos hombres eminentes tenan a Lucano:"Hugo Grotius tanti eum fecit, ut, referente patino in Epis-tolis, illum perpetuo in sinu gestaret, et nunquam sine Luca-no ambularet." -Polyhist. Liter. Philosof. et Pract., I. IV, g.XII.24 Lucain avait et elve dan les exercices oratoires; il avaitretenu de cette ducation l'habitude de composer un dis-

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    que posea grandes y eminentes cualidades. Tal confu-sin se ha movido en el mundo literario al juzgar a Lu-cano, que apenas con los ojos puestos en el poeta y ensu siglo se atreve la mente a dar un juicio decisivo y fir-me.

    Puede dudarse que Lucano es poeta? La poesa es lafuerza creadora que reside en el hombre, la manifesta-cin de su ntima naturaleza, la esencia misma del almaencarnada en la forma ingnita de la idea en la palabra.La poesa es el resumen de todas las artes; como la m-sica, combina el tiempo y produce admirables cadencias;como la escultura, graba y esculpe grandes ideas en losespacios; como la pintura, refleja la naturaleza; y as ins-pirada recorre las esferas de la vida, las escalas de lacreacin, los crculos de la inteligencia, la serie posiblede las ideas, el tiempo, la eternidad, y es respecto alhombre lo que respecto a Dios es la maravillosa crea-cin. La fuerza creadora: he aqu la primer cualidad delpoeta; esa fuerza que puebla de seres ideales los espa-cios. Y admitido esto, es posible negar a Lucano lostimbres de poeta? Lase La Farsalia, examnense los ca-

    cours, de chercher des trats, de viser Peffet oratoire; de l,en effet, dans les harangues qu'il fait tenir a ses personnajes,un certain arrangemen qui n'est pas sans habilit, des traits,des effets, une chaleur de plaidoyer: mais de la aussi, ledclamation, l'emphase, le lieu comun, la multiplicit desmonologues et des discours. -Nisard: Etud. sur les poet. lat.de la dcad.

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    racteres que anima, las ideas elevadas que derrama comobrillantes centellas, los sentimientos que mueve y levan-ta en el corazn, la magnificencia de sus descripciones,en que se ve circular la vida de la creacin en su prstinapureza; lase La Farsalia, y se advertir escondida all,como la perla en su concha, el alma de un poeta.

    Muchos crticos han por extremo encarecido sus de-fectos, y han olvidado cules eran los defectos de susiglo. La libertad romana haba muerto: el sagrado cam-po de Cncinato se haba convertido en praderas y jar-dines de Nern; el genio no poda volar libre por losespacios infinitos, y ocultaba en pobre larva sus matiza-das alas el antiguo ideal del arte romano; Grecia habaperdido con su independencia su genio, como si la tris-teza de la esclavitud hubiera ahogado su voz; Alejandra,maestra en aquella sazn del mundo, al recibir el geniodel Oriente haba desconcertado las armonas clsicas; laluz del Olimpo se apagaba; los dioses griegos y romanosse moran; la severidad del estoicismo infunda miedo alas artes; todos los sistemas filosficos eran protestasvivas contra la religin, esa musa del ciclo; el mundoantiguo estaba tocado del presentimiento y del temor desu prxima ruina, y buscaba en la orga del Imperio unsudario de prpura y un brillante sepulcro; hasta el fon-do del Mediterrneo, ese mar tranquilo como la eternaalegra de los antiguos dioses, exhalaba quejidos demuerte; y la duda corroa todas las inteligencias, y la de-

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    sesperacin secaba los manantiales del sentimiento entodos los corazones.

    Esta edad era infeliz para el genio. As, aunque Lu-cano fuera poeta, la inmensa pesadumbre de aquella at-msfera deba ahogarle. l posea en grado eminente lafuerza creadora. Si su siglo era estril en creencias, si sehaban agotado los manantiales de la inspiracin, si elaire sofocante de los salones y certmenes acadmicossecaba la mente, si la esclavitud tornaba obscuros y su-tiles a los ms claros y grandiosos genios, clpese, no aLucano, clpese a su siglo. Es dado al hombre modifi-car con su aliento la atmsfera en que respira? juzgar alpoeta aisladamente es achaque de una crtica falta deelevacin y de grandeza.

    Y dado que Lucano sea poeta, es un poema La Far-salia? Nadie ignora su argumento. Su nombre lo dice.Pinta aquella gran ocasin en que muri a las plantas deCsar, defendida por Pompeyo en los campos de The-salia, la repblica romana. Como se ve, sin que yo loindique, su argumento es eminentemente histrico. Yvolvemos a preguntar: es un poema La Farsalia?

    Para responder a esta pregunta convirtamos los ojosa las leyes fundamentales de la Historia, y consideremosla naturaleza del poema pico25. As como la poesa lri-

    25 No puedo continuar sin declarar aqu que me sirven deprincipal gua en estos estudios las ideas que he recogido enlas ctedras de esta Universidad, de los labios de mis dign-

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    ca es eminentemente subjetiva, la poesa pica es emi-nentemente objetiva: la primera es la voz de un hombre;la segunda es la voz de un siglo. El poeta lrico puedetransformar en su mente y en su corazn todas las ideasrecibidas de su siglo: el poeta pico no debe aparecer ensu obra, a manera de esos sublimes arquitectos de laEdad Media, que ideaban y construan una maravillosacatedral y no se curaban de escribir sus nombres ni enuna sola piedra.

    La poesa pica tiene, como la historia antigua, tresmomentos: es divina, es heroica ms tarde, y por ltimoes humana. La poesa pica divina la componen los can-tos cclicos, la historia primitiva de los pueblos antiguos,cuyos actores son los dioses que llenan los espacios dela tierra. Esta poesa precedi a Homero, y es la base delos primitivos mitos de Grecia. La poesa pico-heroicaes el segundo desarrollo de este gnero literario. El pro-tagonista ya no es un dios, sino un hombre; el sacerdotees reemplazado por la monarqua; y aunque los hroesson hijos de los dioses, como la edad heroica es hija dela edad divina, una idea humana centellea en todos suscnticos. Esta edad se halla representada por el divino

    simos maestros los Sres. Nez Arenas, Camus, Amador delos Ros y Sanz del Ro, a cuyas elocuentes lecciones debomis conocimientos en literatura general, en literatura latina,en literatura espaola y en filosofa. Tengo un placer singularen tributarles mi admiracin, mi respeto y mi eterno agradeci-miento.

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    Homero. La edad heroica procede de la edad divina,como la flor procede de la semilla; y la edad humanaprocede de la edad heroica, como el fruto procede de laflor. Esta ltima edad se halla representada por La Far-salia del inmortal Lucano. En el perodo que La Farsaliacomprende, la poesa pica es muy difcil; existe ya unasociedad asentada sobre slidas bases, y los aconteci-mientos dependen, ms bien que de la voluntad delhombre, de la direccin que toman las fuerzas sociales;la historia severa quita al hroe humano el brillo de queest cubierto el hroe divino; y los preparativos, los me-dios de que se ha de valer el hombre para grabar la puraidea de su mente en la realidad siempre impura, siendo,como son, clculos ms bien que inspiraciones, no pue-den compararse con los medios maravillosos empleadospor un dios que todo lo saca de su poder, o por un h-roe que tiene misteriosas relaciones con el cielo y vesiempre flotar en los aires un genio superior que le re-mueve los obstculos, y le auxilia en sus empresas, y lemuestra el camino de la vida. Lucano, pues, no pudoexentarse de las condiciones de su siglo. Examnese LaFarsalia. La Historia es su musa, sus hroes hombrescercanos al siglo del poeta; lo maravilloso apenas apare-ce en el poema; las pasiones humanas son su objeto, lalgica de los hechos su procedimiento, la poltica sumaestra; la Naturaleza no toma parte alguna en la accinsino como un gran teatro, y los pensamientos principa-

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    les nacen del fondo de la sociedad de aquel tiempo msbien que de la arrebatada mente del poeta26.

    Deja por eso Lucano de representar de una maneraobjetiva su siglo? No; ningn poeta hay ms fiel queLucano al espritu de su tiempo. l nos presenta la ideareligiosa, la idea poltica, la idea filosfica de su siglo.Muchos crticos le han afeado que no presentara losdioses griegos, ni por regla general casi ninguna divini-dad como elementos de accin en su poema27.

    26 As el eminente crtico Bhr ve en La Farsalia un poemahistrico. "Durch die Behandlung des Stoffs in chronologis-cher Folge und durch die getreue historische Erzhlung dercinzelnen Ereiguisse, welche alle Fiction ausscheliesst, die derhistorisch beglaubigten Erzhlung widerstreinten wrde, en-tferent sich frelic dieses Gedicht von der eigentlichen epis-chen Darstellung und nhert sich mehr der art vonhistorichen Gedichten, wie sie in Alexandria aufgekommenwaren und spter in Rom grossen Beifall gefunden hatten. -Geschichte der romschen literatur.

    27 Esta ausencia de las divinidades griegas, que yo consi-dero corno uno de los principales mritos de La Farsalia, hasido variamente juzgada por los crticos. Vase cmo se ex-presa Nisard, que en esta ocasin comprende mejor el esp-ritu del poeta, si bien siempre con notoria superficialidad:"Lucain a exclu les dieux de la Grce: il faut lui en savoir grVirgile et Ovide les avaient pris Homre; c'tait dj beau-coup. Ces dieux taient uss, tout le monde en avait assez, sice n'est Stace qui en eut toujours besoin pour donner desorigines divines aux chevaux des eunuques de Domitien ouaux platanes de ses amis. Mais qu'est-ce que Lucain a mis a

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    Pero entonces, preciso es confesarlo, Lucano no hu-biera representado tan admirablemente como representasu siglo. Al ahuyentar los dioses de su poema, nosmuestra que se ahuyentaban del mundo. Y en efecto,los dioses griegos haban muerto; ya no resonaba entrelos laureles y mirtos de Thesalia la lira de Apolo; de lossagrados bosques del Lyceo huan los resplandores de lacorona de Jpiter; la copa de Ganimedes, que encerrabael nctar de la vida divina, se haba quebrado; las prade-ras de la Arcadia no repetan los ecos de la flauta deldios Pan, ni las orillas del Alpheo resonaban con loscantares de las ninfas; el mar de Corinto, al unir sus olascon el mar de la Jonia y besar las siempre floridas ribe-ras, se quejaba de la ausencia de las Nereidas, que ha-ban desaparecido como blancas espumas deshechaspor el soplo de las brisas; Grecia, la citerea de las nacio-nes, la musa del mundo antiguo, su sacerdotisa, aban-donada de sus poetas, de sus filsofos, de sus guerreros,agotada aquella imaginacin que haba producido eleterno ideal del Arte, apagado su pensamiento, extin-guida su inextinguible risa, caa entre ruinas, desapare-ciendo del mundo de la Historia, desgarrada de dolor,herida como la divina Niobe por invisibles pero acera-das flechas.

    leur place? -La Fortune. -Belle decouverte!" -Eludes sur lespoet. lat. de la dcad.

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    Y si la religin griega haba muerto, poda inspirarseLucano en la religin romana? No; la religin romana esel culto de lo desconocido28. Los ms grandes repbli-cos de Roma ignoran el nombre de sus dioses29. El nu-men de la Ciudad Eterna yace oculto en su seno como,un secreto inefable30. Roma no tiene fe en sus dogmasreligiosos31. En el Panten estn reunidos todos los cul-tos, presos todos los dioses, y todos, al dejarse esclavi-zar, muestran su incurable impotencia32. Las armas deRoma son el gran martillo que tritura y pulveriza el pa-ganismo. Los brbaros acabaron con los marmreoscuerpos de los dioses, pero fue cuando Roma habaacabado ya con sus almas. La religin romana, posedade eterna duda, derrama en el nimo tristeza y pavor33. 28 Ipsi Romani el Deum, in cujus tutel urbi Roma est, utipsius urbis nomen ignotum esse voluerum-Macro Saturn,CXI, 9. -Nihil loquor de pontificio jure, nihil de religione,caeremoniis. Non dissimulo me nescire ea.- Cic. pro domo,46. -Non sum in exquirendo jure augurum curiosus. -Ib., 15.29 Verum nomen numinis quod urbi Romae praest, sciri sa-crorum lege prohibetur; quod ausus quidam tribunus plebisenunciare, in crucem est sublaius. -Servius ad Aeneid., I, 447;II, 198.30 Nune vix nomen notum paucis. -Varr. L. L. V. P.50.31 Vase Le Gnie des religions, por Quinet, lib. VIII.32 Peregrinos deos trastulimus Romam, et instituimus novos.-Tit. Liv., V. -In Capitolio enim Deorum omnium simulacracolebantur. - Serv. ad Aen., XI33 Religio, id est, metus. Ab eo quod mentem religet, dictareligio. - Serv. ad Aen., VIII.

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    Lucrecio, al ver que cada partido de Roma tiene sus dio-ses, duda de todos, porque no han abismado en lo pro-fundo a la prostituida reina de la tierra. Al llegar elImperio, los Csares slo quieren a los dioses para es-clavos34. Qu deba hacer Lucano delante de este uni-versal escepticismo? Deba, por ventura, resucitaraquella religin muerta en la conciencia del mundo,aquella aniquilada teogona? No. Cuando en las llanurasde Thesalia cie lauro vencedor Csar, el poeta busca enel cielo el rayo de Jpiter, pidindole que destruya aldestructor de la patria libertad, y al ver que Jpiter no leatiende, le maldice y le desprecia, mostrndole en sonde burla el espectculo ofrecido por el Imperio, en queUn hombre recibe, sin duda para castigar al cielo, el in-cienso y los honores guardados antes a los dioses35.No pinta as Lucano la conciencia de Roma? Hubierahecho algo ms el Dante para pintar la conciencia delmundo en la Edad Media?

    Examinado ya cmo presenta Lucano la idea religio-sa de su siglo, veamos cmo nos presenta al par su idea

    34 Deos enim accepimus; Caeseres dedimus -Ad Tiberi Prol.35 "...Cladis tamen hujus habemus

    Vindictam, quantam terris dare numina fas est,Bella paris superis facient civilia divos;Fulminibus manes, radiisque ornabit, et astris,Inque Deum templis jurabit Roma per umbras."

    (Lib. VII.)

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    filosfica. La escuela estoica dominaba con gran pre-ponderancia en Roma. Esta escuela, nacida en Grecia,una Dios al mundo como el espritu al cuerpo, lo ra-cional a lo sensible, la vida fugaz del individuo a la vidauniversal de la especie, y tena las acciones particularespor elementos de la ley total del mundo, y la actividadpor el ejercicio ms digno del alma; y enseando que larazn regula el instinto, fuente de todas nuestras obras,y dividiendo la virtud en conciencia que nos avisa delbien y del mal, templanza que modera nuestros mpetus,fuerza de voluntad que nos lleva a nuestro fin, y justiciaque armoniza nuestra vida con la del mundo y con la detoda la Humanidad, inclinaba al hombre a ser conse-cuente consigo mismo, le desligaba de las malas pasio-nes, le converta a vivir vida feliz y le preparaba paramorir bienhadada muerte36. Esta filosofa estaba desti-nada a ser la madre de ese gran ro de ideas que recogelos caudales de toda la antigedad y que se llama Dere-cho romano. La filosofa estoica, de desarrollo en desa-rrollo, llega a Sneca, que es su gran mantenedor enRoma. Sneca subornina la lgica y la fsica a la moral,ensalza la razn, condena la demasiada ciencia, cree fcilla virtud, difcil el vicio, truena contra los dioses paga-nos, traza el ideal del hombre virtuoso y excita a la vo-

    36 Stob ecl., II, y Dig. Laer., VIII.

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    luntad a tener por norte de sus acciones el bien, por finla justicia, que da paz al corazn, luz a la mente37.

    Lucano personifica la idea estoica en Catn38, su msgrande y sublime emblema. Catn lleva en su mente lastradiciones romanas, y en su pecho el fuego del amor ala libertad; vive antes que para s para la patria; su raznsigue la virtud con pie incansable; su voluntad de hierrodomea la naturaleza de su cuerpo; el dolor se estrella asus plantas; las alegras del mundo no tienen eco en sucorazn; fiel siempre a su pensamiento, lo acaricia conms fe cuando le vuelve las espaldas la fortuna; nica-mente su genio se atreve en el mundo antiguo a desafiaral destino; sus acciones, ms que de un hombre, son deuna clase social; ms que la obra de un momento, laconsecuencia de un sistema; y as, cuando la antigua li-bertad aristocrtica ha muerto, cuando el gran demago-go, el compaero de Catilina, el sucesor de Mario seapercibe a subir Cnsul, tribuno, dictador y sacerdote alCapitolio, Catn, despus de haber dormido dulce- 37 Ep. 64, 6, 53.38 "Le personnage le plus importan de La Pharsale, aprs C-sar et Pompe, c'est Caton. II tait facile de faire un portraitvrai de Caton. Le stoicisme lui donnait je ne sai quoi deguind qui convenait a l'enflure de Lucain. Aussi est-ce lemeilleur de ses portraits. J'aime mieux le Caton de Lucain queson Pompe et son Csar; il du moins une certaine unit, ets'il est exagre quelquetois, il n'est jamais faux. Il prononce

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    mente, como si cobrara fuerzas para largo viaje y aldespertar contemplara el cielo azul y el mar tranquilo,lee La Repblica de Platn, en la cual haba siempre vi-vido en espritu, invoca el genio de la patria, mira conmirar sereno el abismo de la eternidad, se rasga las en-traas, y al morir se lleva al mundo de las sombras en sultimo suspiro el alma de la antigua Roma. El cielo es-taba vaco de dioses, el mundo de dogmas religiosos, yLucano llena el mundo con la sombra de Catn, y pue-bla el cielo con las ideas estoicas.

    Pero revelada ya la idea religiosa y la idea filosficaen el poema, qu deba hacer para coronar su obra?Revelar la idea poltica. Y bajo el yugo del Imperio, vi-vos an los recuerdos de la Repblica, despertar la me-moria del ltimo da de la libertad era una gran empresa.La lucha entre Csar y Pompeyo es ms grande an quela lucha de Pramo y de Agamenn: es el combate delgenio exclusivo de Roma, personificado en Pompeyo,con el genio expansivo de la Humanidad, personificadoen Csar. Contemplemos este acontecimiento, y veamoscmo lo presenta Lucano.

    Examinad, Excmo. Sr., el mundo, y lo encontrarisdominado por la ley de contradiccin, examinad la con-ciencia humana, y la veris por la ley de contradiccinregida; examinad la historia, y la encontraris basada en

    quelques belles paroles qui lui font honneur commesto cien, sinon comme homme d'Etat." - Nisard: Etud., etc.

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    esa misma ley. Querer acabar con la lucha de los princi-pios y de las ideas es querer acabar con la sociedad ycon el hombre. Slo as se desarrolla el espritu humanoen el tiempo, y slo as es posible el progreso. Esta leyde contradiccin, eterna, invariable en la concienciahumana, se manifiesta en Roma por la lucha de patri-cios y plebeyos, que, como ha dicho Vico, es el ideal dela historia de la Humanidad. Yo, no dir si los patricioseran pueblo conquistador, y pueblo conquistado losplebeyos; pero s que los primeros eran la concentracinde todos los derechos, y los segundos la concentracinde todos los deberes. La esclavitud deba pesar al pue-blo con inmensa e incontrastable pesadumbre, hastaque un da el anhelo del derecho se posesion de su co-razn. Entonces pidi intervencin en el gobierno, y laobtuvo: sentle a las puertas del Senado, e interpuso suveto; penetr como rey en los comicios; ley el secretode las leyes y su interpretacin; logr el jus connubium;cise la tnica de los augures; puso sus manos en lasaras de los dioses, y forj para sus sienes, con sus lentas,pero continuas victorias, la corona del Derecho.

    Mas esta revolucin no haba llegado sino a la polti-ca, y tenda por una fuerza ciega a descender al profun-do seno de la sociedad. Esta ltima consecuencia de larevolucin romana era combatida tenaz y duramentepor la aristocracia. La oposicin entre los dos principiosse manifest de una manera terrible. El tribuno era el

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    representante de la revolucin, el senador el represen-tante de la resistencia, y esta lucha, que en la esfera pol-tica haba sido fecunda en derechos y progresos, alllegar a las entraas de la sociedad se planteaba de unamanera triste, pavorosa: no haba remedio, estaba pr-xima la muerte de la Repblica. La libertad poda haberconcedido dignidad al pueblo, pero no haba matado suhambre. El pueblo romano haba de adorar al hombreque, aun a costa de la libertad poltica, resolviese elgrande, el pavoroso, el inmenso problema social. Losplebeyos pedan participacin en las herencias por losreyes legadas a Roma, y que los territorios conquistadosno se acumularan sobre familias privilegiadas, y despusde muchas leyes, de infinitas proposiciones de los tribu-nos, se haba visto que la Repblica no poda llenar es-tas tenaces aspiraciones del pueblo; y su alma,desbordada, iba rompiendo, como una gran inundacin,los valladares y diques fortsimos que la contenan yaprisionaban. Sila quiso exterminar a los plebeyos, peromataba a los individuos, y de sus restos renaca con msfuerza la idea social alimentada por torrentes de sangre.Mario persegua a los patricios, y su espada destrua consus golpes todas las columnas de la antigua Repblica.En estas luchas creca en influencia la clase de los caba-lleros, trmino medio entre patricios y plebeyos, y queora volva los ojos al pueblo, ora al patriciado, segn lasvarias oscilaciones de la fortuna. Esta clase estaba repre-

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    sentada por Cicern, que al mismo tiempo que pide enla oracin contra Verres que el derecho de juzgar no seaexclusivo del Senado, pide, oponindose a las proposi-ciones de Rulo, que la ley agraria sea condenada como elms gran mal que puede sobrevenir a la Repblica39.

    Esta clase media era en aquella sazn para los patri-cios nico amparo. Ella y slo ella pudo ahogar en susbrazos a Catilina, imagen fiel de la idea social que hervaen el seno de Roma y desgarraba las entraas de la Re-pblica. Conservar la Repblica: he aqu el grito de lospatricios y de los caballeros. Lograr la revolucin social:he aqu el instinto de los plebeyos. La primer idea, laidea de la conservacin de la Repblica, engendr aPompeyo; la segunda idea, la idea social, engendr a C-sar. Pompeyo, y Csar, Excmo. Sr., son los dos hroesde La Farsalia. Poda darse un principio ms grande,una idea ms potica, una lucha ms titnica? No. LaFarsalia, pues, haba escogido el ms bello y ms grandede los argumentos posibles.

    Pompeyo es para Lucano el representante de la anti-gua libertad y el hroe principal del poema. Por eso lepresenta grande. La Historia no conviene con el sentirdel poeta. Mas qu mucho que le presentara grande, siPompeyo personificaba la libertad, que prdida lloraba.Lucano? Pompeyo haba conseguido por fciles victo-rias difciles premios. Tena desmedida ambicin, pero

    39 In Verr. I, de Leg. Agraria, I.

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    ignoraba el camino por donde llega el repblico al tr-mino de sus deseos. Sus guerras extranjeras podan con-sistir en grandes batallas; mas sus luchas polticas ysociales consistan en pobres aunque sangrientas escara-muzas. Quera que la ciudad le conquistara a l, como sifuese Pompeyo ms gran conquista que Roma. Ms gus-taba de or los aplausos de las gentes que de preparar eljuicio de la Historia. En momentos en que toda Romale aclamaba, por no chocar abiertamente con ningunaclase, las mova a todas a la guerra, y acababa por enaje-narse todas las voluntades. Pompeyo se contentaba an-tes con el brillo que con la realidad del poder; por unalisonja abandonaba una victoria; por una fiesta popular,una conquista; por sus clientes y aduladores, la salud delpueblo, y se encerraba en frmulas oraculares; y as eraimposible adivinar el secreto de su pensamiento ni co-nocer el vuelo de su voluntad. El Destino, indignado deque la encarnacin de la libertad romana fuese tan po-bre, le prepar una muerte gloriosa. Pompeyo deba be-sar la mano que le hera, como dispensadora de lainmortalidad, porque al fin le hizo mrtir. Reconocien-do nosotros, como reconocemos, el carcter de Pompe-yo, debemos concluir de ah una acusacin contra Lu-cano porque le coronara hroe principal de su obra?No. Lucano no poda inventar un hroe. Quera cantarla antigua libertad romana, y se encontr con que la re-presentaba Pompeyo. Y le exalt como se exalta siem-

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    pre una gran personificacin. Y hay evidentemente res-plandores poticos en esa figura que corona como unaestatua, la Repblica. De esos resplandores se aprove-ch Lucano, y transfigur en su alma el alma del hroe.

    Frente a frente de Pompeyo se levantaba Csar.Confieso, Excmo. Sr., que Csar cautiva la mente, comotodos los recuerdos clsicos. Era grande por sus virtu-des, y grande por sus vicios. Llevaba la abnegacin has-ta el sacrificio, y la venganza hasta la barbarie. Nadie leaventajaba ni en lo magnnimo ni en lo cruel. Con losojos puestos en su fortuna, fue matemtico, porque ne-cesitaba las matemticas para la guerra, y la guerra paralograr el Imperio; astrnomo, porque conocer los astrosera dominar a los superticiosos seores de la tierra, quese asustaban del canto de una cigarra, del vuelo de uncuervo, del brillo de una exhalacin; historiador de smismo, porque, como todas las grandes almas, vivacon el pensamiento, ms que en lo presente, en lo por-venir; orador, porque la palabra era en los comicios y enel Senado lo que la espada en los campos; poeta, y dadoal amor, y en el vestir galano, porque con todas estascualidades se ganaba el corazn de las mujeres, y con elcorazn de las mujeres la mitad de Roma; esplndido,disipado, vicioso, cargado de deudas, porque as dabapan y gladiadores al pueblo, cuyos vicios y virtudes per-sonificaba; y a pesar de su proverbial afeminacin y desu natural delicado, en las marchas andaba a pie cin-

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    cuenta millas por da; en los sitios era el primero quellegaba a la brecha, y en los combates pareca feroz lende la Numidia. Este es el hombre; y el guerrero? Comoguerrero, no tiene rival en el mundo antiguo. Pasea susgloriosas enseas por Grecia, destroza con sus hachaslos bosques drudicos de las Galias, penetra en la nebu-losa Bretaa, pasma a los reyes de Egipto, se coronavencedor en Alejandra como si quisiera eclipsar con lalumbre de su gloria la gloria de Alejandro, arrastra sucarro triunfal por el Asia; y su genio inquieto le lleva adisparar el rayo de la guerra en las orillas del Rhin, en lasselvas de la Germana, como si presintiera que en su se-no ocultaba el destino a los ejecutores de las grandessentencias divinas, a los futuros verdugos de su patria.Y como poltico? Antes de su Imperio, Roma pesabasobre la tierra y l preparaba la Ciudad Eterna a todaslas gentes y a todos los pueblos. El Senado gobernaba almundo como el seor al esclavo, y l seala asiento enaquel asilo de las tradiciones sagradas a senadores ex-tranjeros, que van apoderndose del espritu de Romapara convertirlo en espritu del mundo. La aristocraciaromana, orgullosa con sus tradiciones, se encierra en susantiguas frmulas y derechos, y l la modifica profun-damente, creando nuevos patricios nacidos en humildecuna, y rompiendo as la valla de los antiguos privile-gios. El pueblo-rey se mora de hambre, la mayora desus hijos no tena una piedra donde reclinar la frente

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    agobiada de laureles, y l resuelve la gran cuestin socialrepartiendo entre el pueblo las tierras de la Campania,regin dulce y frtil de Italia. La aristocracia no podaconsentir tal poltica, e hiri a Csar; pero al caer des-pus de haberse defendido heroica- mente, desarmadoms que por el valor de sus asesinos por la ingratitud desu hijo, cae artsticamente, como apuesto gladiador tra-cio en el circo.

    El alma de Csar no huye de Roma, porque eterna-mente permanece en el Imperio. Mas para Lucano quera Csar? La personificacin del despotismo. Y vistode cerca el gran dictador, ignorada del poeta la ideaprovidencial por l cumplida, no es maravilla que acha-que a su ambicin el nacimiento del Imperio, y no veani sus virtudes ni sus glorias. Lucano, en La Farsalia,protesta contra el despotismo, y al protestar contra eldespotismo no puede presentar en toda su magnitud lafigura de Csar. Para l, Csar es el iniciador del Impe-rio, el que ha inaugurado las delaciones, el que ha puestola primer piedra de esa gran crcel donde yace cautivosu genio. En algunos instantes siente su grandeza, lamanifiesta sinceramente, y en tal grado, que algunos cr-ticos han credo ver en La Farsalia la exaltacin de C-sar. Pero comprndase que Lucano y la aristocraciaromana, diezmada, herida en sus derechos, expropiada,sujeta al carro de los emperadores, rodeada de zozo-bras, y esperando en cruel y perdurable agona que a ca-

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    da instante la mano del dspota les arrebatase sus muje-res, sus hijos, hasta su misma existencia, deban mirar alinaugurador del Imperio con fro miedo en el corazn yeterno llanto en los ojos.

    Y sin embargo, el mismo Imperio, qu idea tangrande, tan maravillosa cumple en la Historia! El Impe-rio dspota de Roma es salvador de la Humanidad. ElImperio, para realizar la idea de igualdad en el mundo,martiriza a la martirizadora de las naciones. El Imperioabre su trono a todas las gentes. As todas las razas de latierra, los espaoles, los galos, los italianos, los griegos,los orientales, los mismos godos, suben al trono delmundo a coronarse con la aureola del derecho romano.La ciudad no se queda aislada en sus siete colinas, la li-bertad no se cierne slo en sus horizontes, el derechode ciudadana no vive en aquel su pequeo espacio, sinoque se extiende a toda la tierra, a todos los hombres, ycrea a la Humanidad, haciendo de ella un solo cuerpo,para que el soplo del cristianismo le infunda un solo es-pritu. Y qu presentimientos tan grandes agitan almundo! Cmo parece que la idea cristiana se respira enlos aires! Examinad, Excmo. Sr., de qu manera prepa-ran aquellos emperadores, deshonra del mundo, el ad-venimiento de la buena nueva, y os quedaris ofuscadopor la luz que derrama en la Historia la Providencia. Losemperadores, que no conocen freno a sus pasiones, san-tifican la familia, endulzan la suerte del esclavo, levantan

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    de su abatimiento a la mujer, protegen al gran tribunode la libertad civil, al pretor; y as Tiberio establece elcrdito territorial sin inters40; Nern distribuye gratui-tamente la justicia, ese pan del alma41; Domiciano igualacon los caballeros a los plebeyos; el imbcil Claudio ha-ce inviolable la vida del esclavo como la del hombre li-bre42, y protege a la madre privada de sus hijos; Co-modo, Alejandro, procuran libertar a la esclava de laprostitucin y guarecerla en la ley contra las injurias desus seores; Caracalla, ms innovador que Mario, msjusto que Catn, da el derecho de ciudadana a todos loshombres43, y todos esos emperadores, deshonra del li-naje humano, eterna afrenta de la Historia, unen susmaldecidos nombres a la obra ms gloriosa del pue-blo-rey, a la obra del derecho, ejemplo fiel de que la ideade un siglo es como el oxgeno de la atmsfera en querespira el alma.

    El presentimiento de la verdad cristiana en filosofapor el estoicismo, es la sociedad por el derecho; he aqula ley de este siglo. Y este presentimiento general que elmundo tiene de la verdad cristiana, no resuena en elcorazn del poeta? Oh, s! Parece que las auras de la

    40 Factaque mutuandi copia sin usuris.-Tac. Ann., 6, 17.41 Mercedem pro subseliis nullam omnino dareht, prae aera-rio gratuita. -Suet.Nero, 17.42 Quod si quis necare quem mallet, quam exponere, coediscrimine teneri. -Suet. Claud., 25.43 In urbe romano, qui sunt. -Ulpa.Dig.tit.V, t. 2.

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    buena nueva circulan por sus versos. El destino no pesaya sobre los hroes de La Farsalia. La fortuna, genioms grato, ms humano que el ceudo destino, es unatransformacin de la idea tirnica que gravitaba sobre elarte griego. El hombre es dueo de sus acciones, y desus acciones responsable. Slo ese presentimiento de lanueva idea explica que nos ofrezca el poeta a Catnvencido por el destino, y revolvindose contra sus de-cretos en esta sentencia: Victrix causa diis placuit: sedvicta Catoni44; revelacin de un nuevo pensamiento enla Historia. La idea del destino se transformaba progre-sivamente hasta llegar a la idea de la Providencia, queensea la nueva religin.

    La mujer, que ha sido doblemente redimida por lareligin cristiana, se muestra ya rodeada de todo su es-plendor en La Farsalia. Cornelia, errante por las riberasde Lesbos, dando sus lamentos a las brisas del mar, paraque los lleven a odos de su esposo; sin ms placer quemirar al horizonte para descubrir las velas de sus naves;profeta que presiente las desgracias del que ama; ngelde bendicin que vierte el blsamo de sus lgrimas entodas las heridas; pobre vctima que no anhela reinar enel mundo, sino en un solo corazn; resignada mrtirque busca en la tierra una pequea gruta donde guare-cerse como la paloma con su amado; Cornelia es el bo-ceto de la nueva idea que va a levantarse en el mundo,

    44 Phar., c. I.

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    de la mujer cristiana, fuente de virtud en el hogar do-mstico, de dulce inspiracin en el arte45.

    Pero donde veo la intuicin divina del poeta es en elmomento en que presiente la suerte que va a caber a lalibertad despus de la batalla de Farsalia. No en vanolos pueblos antiguos confiaron a los poetas el sacerdo-cio, descubriendo en ellos el don de la profeca. Esasalmas que penetran en las profundidades ms ocultasdel pensamiento, deben, transfiguradas por la ins-piracin, penetrar en los secretos de lo porvenir. AsLucano, entristecido el corazn por la derrota de Farsa-lia, nublada la mente por el vapor de la sangre, se acuer-da dolorosamente de Italia, y contemplndola entregadaa perdurable esclavitud, vuelve por doquier los ojos enpos de la libertad herida, sin duda porque no puede cre-

    45 Vase cun tiernos y dulces son los siguientes versos:

    "...Sic est tibi cognita Magne,Nostra fides? credisne aliquid mihi tutius esse,Quam tibi? nonne olim casu pendemus ab uno?Fulminibus me, saeve, jubes, tantaeque ruinae,Absentem praestare caput? secura videturSors tibi, qumm facias etiam nunc vota, perisse!Ut nolim ser ire malis, sed morte parata,Te sequar ad manes; feriae dum moesta remotasFama procul terras, vivam tibi nempe superstes."

    (Phar., lib. V.)

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    er en su muerte, y la ve alejarse de la civilizacin, atrave-sar el Rhin, perderse en los bosques de la ignoradaGermana, y reanimar con su soplo vivificador nuevaspueblos46. Lucano, genio levantado entre dos mundos,llora la muerte de la libertad en Roma, hecho que perte-nece a la Historia, y canta la renovacin de la libertad enGermana, hecho que pertenece al presentimiento divi-no del poeta.

    Pero donde ms se conoce la revolucin que iba mi-nando el mundo antiguo es en la manera con que Luca-no pinta la Naturaleza. Hasta su tiempo el paganismohaba puesto en cada ser un aliento del alma del hom-bre. Lucano considera ya la Naturaleza como un ser ens, independiente del espritu humano. Donde se pre-senta ms plsticamente esta revolucin es en la sublimepintura del drudico bosque de Marsella. La Naturalezaofrece todos sus tributos a esta selva: el rayo del sol noha penetrado sus espesas ramas; dulce crepsculo, se-mejante al resplandor de la luna, le ilumina de da, y lassombras se espesan en su seno por la noche; sus ramas,entrelazndose, forman una bveda que no deja ver los

    46 "...Redituraque nunquam

    Libertas, ultra Trigrim, Rhennumque recessit. Ac, toties nobis jugulo quaesita, negatur, Germanum Scythiumque bonum; nec respicit ultra Ausoniam."

    (Lib. VII.)

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    resplandores de la bveda celeste; no es mansin de sil-veas ninfas, sino de brbaros dioses, cuyas aras cubrenrestos de hombres sacrificados, y cuyos pedestales gi-gantescos destilan humana sangre. Csar, que lleva en sel espritu de renovacin universal, penetra en el bos-que, hiere los aosos rboles con su hacha; los dioses sequejan, mas huyen de aquel nido como manadas decuervos, y los rayos de oro del sol rasgan las sombras ypenetran en el antes hmedo y sombro suelo derra-mando calor, vida y alegra47. Esta es, al par de una des-cripcin en que luce el genio de Lucano, una alegoramagnfica en que se ve al espritu del hombre huyendode la Naturaleza que comienza a vivir de su propia vida.Por estos ejemplos se ve, no slo el genio superior delpoeta, sitio tambin la fidelidad con que guarda las ideasde su siglo.

    47 "Lucus erat, longo numquam violatus ad aevo,

    Obscurum cingens connexis aera ramis,Et gelidas alti submotis solibus umbrasHunc non ruricolae Panes, nemorumque potentesSilvani Nymphaeque tenent sed barbara rituSacra Deum, structae diris altaribus arae:Omnis et humanis lustrata cruoribus arbor."

    (Lib. III.)

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    Contar los bellos rasgos que encierra La Farsalia, esempresa superior a mis fuerzas48. El juicio de los crticos

    48 Es sublime el rasgo del primer canto que hemos citado:"Victrix causa diis placuit, sed victa Catoni", que pinta admi-rablemente la fuerza de voluntad de un estoico.

    Hablando de lo dispuesta que estaba Roma a conceder aCsar cuanto el gran conquistador hubiera pedido, expresaadmirablemente el atrevido pensamiento que sigue:

    "...Melius, quod plura jubereErubuit quam Roma pati."

    (Lib. III, v. III.)

    Tambin, hablando del oficio de la espada, dice, con unsentido profundamente liberal:

    "Ignorantque datos, ne quisquam serviat, enses."(Lib. IV, v. 57.)

    Este pensamiento mereci que la revolucin francesa, tanamiga de los recuerdos clsicos, lo grabara en 1789 en lossables de la Milicia Nacional.

    Pintando las alternativas que sufre un hombre superiorcuando ya ha traspuesto la mitad de la vida, expresa el si-guiente feliz y profundo pensamiento:

    "...Sic longius aevum Destruit ingentes

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    podr haber diferido en considerar el mrito del estilo,pero todos a porfa han ensalzado la grandeza de su ge-nio. Su nombre va unido a los nombres ms bellos de lahistoria del Arte. El Dante, al pisar en el sublime des-cendimiento a los infiernos la regin donde habitan lospoetas, cuenta entre los cuatro ms grandes del mundoantiguo a Lucano49, uniendo as su espritu al genio de laEdad Media.

    He concluido, Excmo. Sr. Destinado en esta ilustreUniversidad a guardar el glorioso depsito de nuestrasveneradas tradiciones, he credo solemnizar este acto

    Animos et vita superstes Imperio."(Lib. VIII, v. 25.)

    Queriendo poner de relieve el desinters de Catn alabrazar el partido de Pompeyo, exclama:

    "Nec regnum cupiens gessit civillia bella,Nec servire timens."

    (Lib. IX, v. 26.)

    Bastan estos rasgos para comprender toda la trascendenciadel alto genio de Lucano.49 Lo buon maestro cominciommi a dire:

    Mira colu con quella spade in mano,Che vien dinanzi a' tre si come sireQuegli e Omero poeta sovrano,L'altro e Orazio satiro che viene,

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    evocando la memoria de un genio que es eminentemen-te nacional. En su riqusima savia, en su esplendor, en ellujo de sus versos, en las flores de que siembra sus na-rraciones, se ve que nuestra patria ha necesitado del ge-nio del Oriente para ser en sus obras poticas grande yfastuosa. Alejandro Humboldt dice en los Cosmos50 quelas descripciones de la Naturaleza por Lucano tienenalgo del esplendor de la naturaleza en el Nuevo Mundo.Basten estas consideraciones para probar la grandezadel poeta que en su obra nos presenta la idea religiosa,la idea filosfica y la idea poltica de su siglo con todoslos colores de una imaginacin que ha bebido en el cielosu divina esencia51.

    Ovidio e'l terzo, e l'ultimo e Lucano.50 Tomo II, canto I.51 Las obras de Lucano,adems de La Pharsalia, son: Or-pheus, Iliacon, Hectoris, Lytra, Saturnalia, Catascomon, Silva-rum X, tragedia Medea, Salticae Fabulce XVI, Hippamata:todos estos escritos son en verso, y los siguientes en prosa:Pro Octavio Sagitta, et contra eum, de incendio Urbis, Epis-tolae excampania. (Castro, Bibliot. Esp., tomo II.) En cuantoa ediciones, Lemaire cuenta en su magnfica edicin deMDCCCXXX hasta ciento catorce preciosas ediciones. Detraducciones cuenta nueve francesas, diez inglesas, siete ale-manas, cinco italianas y dos espaolas.

    En cuanto a traducciones espaolas, segn mis noticias,poseemos la de Juan de Juregui Hispalense, Madrid, 1683, y

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    Cuando en el largo y escabroso camino de la Histo-ria encontramos un genio superior que levanta un plie-gue del velo que oculta la Naturaleza, o desvanece unade las sombras que empaan el espritu, nos detenemosextasiados, saludndole con gozo, de otra suerte que elnavegante perdido en tempestuosa noche saluda elamanecer, cuando aplaca y serena la tempestad y le

    otra segunda edicin de 1790. Es la mejor de las traduccio-nes.

    Pellicer, en su Ensayo de una Biblioteca de traductoresespaoles, da la siguiente noticia: "Lucano, traducido de ver-so latino en prosa castellana por Mateo Lasso de Oropesa,secretario del ilustrsimo cardenal D. Francisco de Mendoza,obispo de Burgos. Dirigido al nuestro seor Antonio Prez,secretario de la Majestad Catlica del rey D. Felipe II en Bur-gos. En casa de Felipe de Frente, MDLXXXVIII."

    Castro, en su Biblioteca Espaola, tomo III dice:"De La Farsalia en latn hay un precioso manuscrito en foliomenor en la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzodel Escorial, escrito primorosamente en pergamino avitelado,de letra del siglo XV, escrito en papel sin foliacin con lasiniciales en blanco y los ttulos de encarnado, que contieneuna traduccin castellana de La Farsalia. Esta traduccin esten prosa y es bastante literal, sin embargo de que su autor,que es un annimo, suele introducir algunas parfrasis paraaclarar ciertas transiciones o para explicar la mente de Lucanoen los lugares en que no queda bien perceptible, por ser latraduccin en prosa. Empieza el cdice con el ndice del li-bro I, y a este ndice sigue el prlogo del traductor."

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    muestra la orilla cubierta de flores esmaltadas con lasgotas de lluvia, que descomponen los matices de la na-ciente luz; y como el navegante une su voz a la voz de laCreacin en loor del Ser que le ha salvado, unimosnuestra dbil voz al cntico de todos los siglos, de todaslas generaciones, para alabar a Dios, que nunca apartasu espritu ni del mundo ni de la Historia. -He dicho.

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    LA FARSALIA

    LIBRO PRIMERO

    Pompeyo, Craso y Csar tenan entre s partidoel gobierno del mundo.

    Canto la guerra insigne de TesaliaMs que civil, y de mayor despecho,Cuando al rigor y fuerza entreg ItaliaSu dominio y repblico derecho;Cuando el invicto se venci en Farsalia,Y con adverso, aunque fraterno pecho,Viciaron armas, fueron homicidasBrazos romanos de romanas vidas.

    De tres varones mal constituidoFue, y roto el pacto de regir la tierra,Cedi el imperio de vencer vencido,Vio contrapuesto un mundo en una guerra:

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    Vio intil el poder por desunido,Y el valor ciego, que en hazaas yerra,No diversas las lanzas y adversarias,Y las conformes guilas contrarias.

    Por ti, grande Filipo, hoy que en mi acentoAlma inspiras, aplausos adelanta,Este en las armas sin igual portento(Que del remoto siglo al nuestro espanta),Ya en voz latina trgico instrumentoDescubri numeroso faccin tanta,Y en alta queja por el pueblo libreFue honor del Betis, suspensin del Tibre.

    Su antigua musa, que a vencer lo eternoConspira, y tiempos sucesivos doma,Pide al arte espaol triunfo moderno,Hoy que se ilustra con heroico idiomaOirs, Seor, el militar gobiernoQue absoluto monarca impuso a Roma;Vers discorde el mundo, que ya fundaSu paz nclita unido a tu coyunda.

    Y no slo en distintos hemisferiosLas gentes riges, que imper el romanoLiberal providencia inventa imperios,Y se dispensa en ti mayor lo humano:

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    Posesin corta a prncipes iberiosEra el crculo ya del orbe anciano;As en ocultos climas y fecundosA tu corona el mar produce mundos.

    En tanta majestad mi afecto espera,Que te permitas invocado Apolo,Pues como cuarto rey en cuarta esferaEres el universo, el sol, y el solo,Y planeta del austro te veneraEl austral uniforme y nuestro polo;Si bien temo que a luces de tus cielosSublimes alas debiliten vuelos.

    Y ms temiera, si al elogio tuyoDiera la voz y a empresas espaolas,Cuando observo el capaz trmino suyoAun mayor que las tierras y las olasCelebridades por ofensas huyo,Que tus mritos son tus glorias solas;Y la esparcida aclamacin supremaConstruye de tu nombre tu poema.

    Con valor propio y de tu reino hispanoExcedida confundes la alabanza,Y con objeto, que se niega a humano,Slo el sentir y el adorarte alcanza;

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    Careces de posible al plectro y mano,Basta, oh Seor!, que anhele mi esperanzaAl favor tuyo, y te merezca en tanto,No por asunto, por deidad del canto.

    Tuyo es el rapto que emprend, t escribes,En ti es presidio el que pligro fuera;Y aunque tu misma ddiva recibes,Slo en tus aras mi inters prosperaAs a mi verso eternidad prescribes,Nombre mayor Farsalia recupera;Oye a la musa, y el silencio rompaHoy con ms genio en la espaola trompa.

    Qu furor, qu licencia del aceroTe incita, oh vencedor pueblo romano!,Que en lisonja del brbaro extranjeroSangre sola civil vierte tu mano?Cundo debieras, oriental guerrero(Pues celebra tu afrenta el as ano),Del propio agravio y las ajenas gloriasTentar venganza o emular victorias?

    Debido es, antes que tu guerra inquieras,Que tus despojos de Babel rescates;Y pues triunfa de Craso y sus banderas,Que all emprendas legtimos combates:

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    Aun vemos hoy que inunda las riberasCon sangre tuya purpurado Eufrates:Desagravios adlteros emprendes,Si ofendido del Asia a Italia ofendes.

    Yerra vagante el alma aun no vengadaDe Craso, sin honor de monumento,Y con guerra domstica tu espadaVence sin triunfo, porque err el intento.Oh cunto mar y tierra conquistadaConseguir pudo y blasonar tu aliento,Si la sangre que hoy pierdes la impusierasA inters de conquistas extranjeras!

    Donde el sol reina, donde el mismo escondeltima luz, y donde el abrasadoSigno a desiertos lbicos responde,Fuera constante imperio tu Senado,Y habitacin lo inhabitable, dondeNiega abriles el rtico erizado,Y en pilags de escarcha tu coronaFundara reinos y en la hirviente zona.

    Fueran los climas ntimos de Oriente,Roma, obediencias a tu yugo, y fueraSbdito el Nilo en la impedida fuente,Si es poblacin su original ribera;

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    Ya que el ltimo lauro de tu frenteAlcanzar quieras de ti misma, esperaA que la guerra universal concluyas,Y te disculpe al conspirar las tuyas.

    Advierte cuntos de regin externaSe excluyen hoy de tu dominio audaces;No abreviis, no, la disensin fraterna,Plazos rompiendo a las civiles paces;Pero el decreto, que fatal gobierna,Te informa abusos, que insipiente abraces,Pues cuando en Asia despojar te miras,Conviertes a ti misma aquellas iras.

    Por tu crueldad los talos contemplo,Que en propio estrago el escarmientoaprendieron triunfando formidable ejemplo, [den,Mseros ya, compadeciendo ofendenDel alto alczar del excelso templo,Techos blandientes y caducos penden,Tiembla el lienzo mural de su ruina,Que fue peasco, y polvo se adivina.

    Slo el silencio en fbricas amenasAlberga, es su valor yermo vacante;Rstica Italia distribuye apenasEn la mayor ciudad raro habitante:

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    Broncas zarzas, estriles avenasLos campos borran, que dor abundanteCeres, y piden con piedad los pradosA julio espigas, a diciembre arados.

    Vertieron, Roma, de tu sangre lagosLos invencibles Pirros y Anibales;Gimi tu Hesperia confusin de estragosLamentables, diversos, no totales;Sola excediendo a Epiros y Cartagos,Te aplicas guerras a tu esfuerzo iguales;Que Roma apenas, si las armas toma,Sola ser puede destruccin de Roma.

    Observar causas del error presumo,(Error, monstruo en absurdos militares)Y pierde sondas el estudio sumo,Si explora centros de tan fondos mares;No las que el sueo desvanece en humo,Sombras son comparadas ejemplaresAl que sus mismos hechos atropella,Y examina su fuerza en deshacella.

    Gobierna a s la distraccin del hado,Que favorable es ddiva inclemente,Impere, triunfe el prspero encumbrado,Preeminente ser, no permanente:

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    Cuando todo lo grande ha superado,Se contrasta a s mismo lo eminente,Hall Roma, ignorando el beneficio,Sublimidad cambiante en precipicio.

    A ejemplo igual, cuando desate el mundoLa entereza, que ostente vividora,Y en olvidos vacantes del profundoMil y mil siglos desvanezca un hora;Al caos primero volver el segundo,Que el agua y fuego con unin traidoraMezcle, y esferas rompa, y lloren ellasCon el difunto sol muerte de estrellas.

    El mar sin ley sepultar la frenteDel mayor monte, cuyo pie morda,Pretender la luna en falso orienteFundar la aurora y arrogarse el da;Ser lo austral helado, el norte ardiente,Claro el abismo, la eminencia umbra,Perder forma y ser, nombre y gobiernoLo universal de aniquilado eterno.

    Dio el cielo a la ms alta precedenciaPor hijas la inconstancia y la cada;Fue en Roma ejecutada igual sentencia,Pero no a sus contrarios cometida:

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    De impulso propio, no exterior violenciaSe entreg a obedecer la obedecida;Pues a instancia del noble y del plebeyoCsar y Craso la rindi, y Pompeyo.

    Oh parto infiel, y en ambicin profanaSlo concorde y en discordia unido!Qu importar que con industria vanaSirva a los tres el orbe posedo,Si en cuanto Febo y la nocturna hermanaGire veloz, y el orden prometidoGuarden los elementos y hemisferios,No habr lealtad en particin de imperios?

    No permite consorte el soberanoTrono y dominio en practicados fueros,Dirlo en su mayor causa el romano,Sin que ejemplos militen extranjeros;Pues con su sangre el transgresor hermanoBa tus muros, Rmulo, primeros;Y no fue un mundo el inters del hecho,Fuelo el distrito de un asilo estrecho.

    Pompeyo y Csar con lealtad fingidaCelaron lides en silencio ardiente,Terciando Craso, cuya frgil vidaFue de tanta aversin tregua aparente;

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    La tierra as del istmo introducidaEntre el golfo Corintio y mar de OrienteNiega, aunque alteren el oculto centro,Que rompan lucha en derramado encuentro.

    Pero si el istmo se rompiera acaso,Mezclaran sus borrascas los dos mares:As cuando caus tu muerte, oh Craso!,Glorias al persa y al ausonio azares,Libert a los caudillos, abri pasoA pilagos de incendios militares,De ambicin, de furor, los dos romanosDerramaron profundos oceanos.

    Tal blasn, Persia, no de ti intentado,Ganaste, pues la unida paz destierrasDe Italia, cuyo reino veneradoDividen con la espada internas guerras;Y su imperio capaz, no limitadoAn con los mares y universas tierras,A cuyas posesiones faltan nombres,Continente lugar niega a dos hombres.

    Perdi la vida en flor la generosaJulia (oh fatales iras!) Julia honesta,De Csar hija, de Pompeyo esposa,

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    Madre en su muerte de la lid funesta:Pudo al consorte y padre hoy amorosaReducir su discordia a unin compuesta,Confederando, sin rigor de espadas,Ambas diestras pacficas y armadas.

    Fuera su ejemplo igual a los primerosDe las cautas Sabinas, que a espantosos,Rumores, interpuestas, de guerrerosSupieron concordar padres y esposos:Fue su muerte licencia a los aceros,De stos jams en el intento ociosos,Porque en su esfuerzo invicto, y no diverso,Lo semejante provoc lo adverso.

    Teme Pompeyo que la antigua gloria,En cuyos hombros prevalece eterno,Se divierta o confunda en la memoriaDe nuevas armas y varn moderno.Medir no quiere su menor victoriaCon las de Csar en concurso alterno;Venci en mil triunfos tanto mundo opuesto,Qu no le igualar quien venza el resto.

    T, a quien permite coronadas sienesEl quinto cerco en su altivez extrema,Csar, y a honores ltimos previenes

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    Frente indiciada de imperial diadema:Aborreces en mulos desdenesCeder al Magno dignidad suprema,Aun glorias huyes, si al blasn redundaDe tu celebridad suerte segunda.

    Csar independiente y sublimado,Por superior apenas juzga al cielo:Pompeyo a mayor orbe colocadoNo en su esfera consiente paralelo:Es misterio inquirido, no alcanzado,En cul se infiera ms decente el celo,Mundos, imperios yacen hoy sujetos,Y aun esconden la causa sus efetos.

    Tentaron, pues, la oposicin no iguales,Que en sus aos Pompeyo adormecidoDivinidades cuenta, y las triunfalesArmas y timbre le deslustra olvido:En, paz dulce, en dispendios liberalesRinde al aplauso no ligero odo,Descaeciendo lo heroico y soberanoPor diversin humana acento humano.

    Le adulan espectculos y honoresDe su teatro y circos populares,No le indignan trocados los clamores

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    Hoy plebeyos, y un tiempo militares;Reclinado en hazaas anteriores,Cimientos huella, dbiles vulgares,Y ocioso entre los nimos estrechos,Magno reserva el nombre, no los hechos.

    As el roble, esplendor de la campaa,De blicos despojos opulento,Que el aire adorna y de reflejos baa,Desdeando terrestre su elemento;Bien que es pompa decrpita y engaa,Porque en frgil raz funda el cimiento,Sin perder nada de la cumbre altiva,Recto en s mismo y nivelado estriba.

    De follajes desnudo sombra ofrece,Armas tremola; y aunque el tronco huecoAl herir de los vientos se estremece,Resonando en sus cncavos el eco,Y en bosques del distrito reverdecePerpetuo mayo sin agosto seco,Es mayor planta, y en lo anciano y sacronico de las selvas simulacro.

    No insiste Csar en el ocio y calmaDe urbano aprecio y pblicos solaces,Slo descansa y pacifica el alma

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    Cuanto ms lejos del descanso y paces;Vive en acto el valor; y a honrosa palmaSiempre anhelan espritus audaces,Que no permiten al fervor del pechoIntermisiones del intento al hecho

    Dl guerrero metal perpetuo agenteEs su diestra, y se indigna separada,Que de sus dichas inventor valienteForja y labra fortunas con la espada:Repugnancias difciles consiente,Su guerra engrandecida de estorbadaEs feliz, si el destrozo la acompaa,Y si aqul falta, es trgica la hazaa.

    As el rayo a la nube el hondo senoImpide, rompe sbito y flamante,Que a la etrea regin confunde el trueno,Clera sacra de dedad tonante:Huye el pastor al nfimo terreno,No hay planta o pea que a su pies no espante,Que al cielo, al centro atemoriza, inflamaLa voz y rasgo del estruendo y llama.

    Precipita el rigor de las estrellas,Hiere el gran templo, y si eficaz despideContra los bronces lquidas centellas,

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    No existe el bronce, ni al incendio impide:Esculpe en lo rebelde ardientes huellas,Prfidos tronca, impedimentos pide;Y al fin el vuelo, que en el aire sumoFue terror y furor, ya es polvo y humo.

    Tales causas violaron el decoroContra la paz humana, bien que arguyeRazn ms firme ser la causa el oro,Que cuanto l mismo construy, destruye:Slo es pobre el que abunda de tesoro,Ser cautiverio su inters concluyeRoma, que abandonada a sus pasionesFabric de riquezas las prisiones.

    Agreg el orbe despojado, y cuantoFue preciosa en lucientes pesadumbres,Tanto vacaron las virtudes, tantoRelajaron licencias las costumbres;Humill el templo su edificio santo,Creci el plebeyo a competir las cumbres,Sobriedades hollando precedentes,Rein la gula en mesas abstinentes.

    Fue visin torpe la pobreza honesta,De tolerancias madre varoniles,Y admiti en ley de urbanidad modesta

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    Viril sujeto adornos femeniles:La riqueza no insigne era molesta,La no excesiva renta y censos viles;Vileza el campo, donde el corvo filoDel arado ilustr Curio y Camilo.

    Se abomina el acierto, y satisfaceEl error, tanto, que aun, la paz ofende;La humildad respetable nfima yace,La ofensible soberbia emprea asciende;Lo oculto odioso manifiesto aplace,La culpa estilos de ostentarse aprende,La patria, que el poder libre obtena,Interpreta favor la esclavona.

    Toda equidad con desafuero injustoVio obscurecidos sus candores tersos,Y de las leyes al decoro augustoLos que votaron su defensa adversos:El grado consular, que es premio justoDe la virtud, con ttulos diversos,Vendiendo a precio el pretensor remoto,Dor la dignidad, consigui el voto.

    Arbitro el vicio en preferida altura,De honor o infamia regulaba acciones,Crimen supone la intencin ms pura,

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    Solemniza ignominias por blasones,Excedi al hurto la insolente usura,Percibi todo mal bienes y dones;La guerra civil, a quien su error fomenta,Fue ms preciosa cuanto ms sangrienta.

    Ya Csar a los Alpes se adelantaContrario a Italia; ya en su pecho ocultoEs tempestad y golfo empresa tanta,Y el alma inunda en militar tumulto:Tocando al Rubicn su altiva planta,Con ejrcito fiel vio en sitio inculto,Y en sombras mudas, que la frente asoma,Hrrida imagen!, la funesta Roma.

    Adornos viste lgubres sencillos,Cndida la melena y desgreada,Que coronan murallas y castillos;Luego exclama terrible y perturbada:"Adnde, oh vos de la impiedad caudillos!Volvis mi insignia, mi rigor, mi espada?Pueblo romano, os reconozco en estaRibera que pisis, y no en la opuesta.

    "Al que armado me busca, el cristal puroLe excluye de estos mrgenes estrechos,Pues nadie aqu adelanta el pie seguro,

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    Sin romper leyes y ultrajar derechos:Ya cuanto ms te acercas a mi muroAtento, Csar, a ensanchar tus hechos,Me pierdes ms, y encuentras en mis brazosLanzas por cetros, por coronas lazos."

    El estupendo asalto inopinadoTurb al guerrero, congel su ardienteSangre en heladas fibras, y erizadoSurti el cabello en la cesrea frente:Sin profanar el margen venerado,En sus afectos vacil abstinente,Hasta que ya, cual ciudadano o hijo,A Roma vuelto y a sus dioses, dijo:

    "Oh t, que en el altar capitolinoEres, Jove, presidio a los romanos!Oh vos, Penates del que a Italia vino,Donde a los julios suced troyanos!Oh nuestro numen, Rmulo Quirino!Oh t, que en los alczares albanosDuplicas templo! Oh venerable Vesta,Por quien la llama se eterniza honesta!

    "Oh Roma, por deidad ya graduada!Tu honor buscan pacficas mis greyes;Soy tu lealtad, y lo ser mi espada;

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    A ilustrar vengo, no a ultrajar tus leyes:Rindo a tus pies mi frente coronadaCon las diademas de sujetos reyes;El que agraviare enemistad conmigo,Este slo es tu agravio, es tu enemigo."

    Dijo, y ciendo al corazn lo ardiente,Mal contenido en lmites de humano,Rompi la guerra a un tiempo y la corrientePor ilcitos rumbos soberano:En desiertos as del Asia ausenteDivertido len, si armada manoContraria advierte, incierto se retira,Recogiendo feroz toda la ira.

    Mas cuando ya de estmulos heridoCon propio azote y erizadas greas,Fuego exhalando en ntimo bramidoEncendi el aire, estremeci las peas;Aunque a su frente asalte el prevenidoEscuadrn mauro, que aloj en las breas,Y aunque mil astas le acometan juntas,Se precipita a devorar las puntas.

    De alpestre monte su licor derivaPurpreo el Rubicn, ya estrecha fuenteDebe el caudal, si la sazn estiva

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    Ondas no exhala, que el abril consiente;Ya despeado de la cumbre altivaEs linde oblicua, es orla floreciente,Que precisos distingue de la GaliaLos respetados trminos de Italia.

    Entonces al Acuario usurpa y bebeDel centro el curso, que veloz dilata;Interviene de Cintia el candor breve,Que en su tercera luz lluvias desata;Y de los Alpes la disuelta nieve,Que en arroyos desprende riza plata,Hinche el valle, y resulta el cristal fro,En caudalosa furia al vulgar ro.

    Csar, que la corriente aceleradaQuebrantar de las ondas presuma,Contra el rpido curso atravesadaComparti la marcial caballera,Que como firme y densa empalizada,Los espumosos mpetus desvaCuyo fondo y raudal debilitadoDi a los pedestres no difcil vado.

    Ya cuando el Csar ocup y sus gentesReinos aun del respeto defendidos,Aqu, dice, modestias obedientes

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    Hoy renuncio, y derechos pervertidos:Tus fueros en lo incierto providentes,Fortuna, me sern firmes partidos;Rueden tus giros, arbitrario vueleTu no entendido rapto, y seguirle.

    "Lugar no alcanzo, aunque me vino estreTodo el Norte y los golfos de Bretaa; [cho,De tanta accin no adquiere satisfechoEl afn premio, o gratitud la hazaa;Falta la consular prpura a un pechoQue de su sangre la visti en campaa;Mas en lid propia Italia se condenaAl galardn que merec en la ajena.

    "Jzguenos Marte, y formen la contiendaEsfuerzo vengador y fuerza ingrata."Dice, y a Roma vuelto a toda rienda,Por las sombras su ejrcito arrebata:No ms veloz al aire se encomiendaLa piedra, que rodante se desataDe baleares hondas; no diversasLas flechas huyen de los arcos persas.

    En luz mayor la dbil se escondaDe los astros, que al sol teme vecino,Cuando abreviada la nocturna va,

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    Csar los muros entra de Arimino;Di llanto al alba precedente al da,Que el primer edemn se vi latinoDe civil crimen, y anunciando ultrajes,Mancho su oriente en lbregos celajes.

    O fue de Olimpo autntica amenaza,O efecto casual de hmedo viento:En tanto de Arimino la ancha plazaDi a la cesrea turba alojamiento:Al mudo pueblo atnito embarazaDe la soberbia trompa el ronco acento,Y aquella voz que el sueo juzga incierta,Crdito es ya de la atencin despierta.

    Los de mayor aliento aun mal vestidosSe aperciben de espritus vivaces;Dardos alcanzan del orn teidos,Y espadas en sus vainas ya tenaces,Rodelas y paveses carcomidos,Que el tiempo ociosos con antiguas pacesSuspensos tuvo, y olvid su estiloEn el arns y lanza el lustre y filo.

    Mas cuando a escasa luz los escuadronesReconocen, y al Csar, que eminente

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    Las guilas tremola en los pendones,Que al viento libra en el cendal pendiente,Retrocede el fervor sus corazones,Hielo conciben, y con mustia frente,Reducido a silencios su tumulto,Tal se lamentan en murmurio oculto:

    "Infeliz muro, mal fundado en estaLinde francesa, pues Mavorte adversoHoy con rebatos blicos te infesta,Hoy que en paces abunda el universo;Siempre padeces, Arimino, expuesta,Y fronteriza al mpetu diversoDe extranjeras venganzas y motines,Siendo a Italia muralla en sus confines.

    "Pudiera el alto Jove ms clementeDarnos lugar acepto en las regionesDonde no humano habitador consienteAdusto el Cancro, helados los Triones:Aqu impelidos del agravio urgenteDieron primer asalto los Senones,Emprendi el cimbro y el teutn germanoGuerra, y ms ardua el pnico africano.

    "Hoy cuando falta ya de regin variaPara inclemencia igual brbara diestra,

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    Nos busca la de Csar ms contraria,Y ms horrible por notoria y nuestra:Aqu la resistencia es temeraria,Y el vencer mismo desaciertos muestra;No es compatible, aun eligiendo suerte,El que da exordio a lo civil que acierte."

    As aquel vulgo sin formar gemidoQuejas reprime del contrario cielo,Que el temor descubierto era temido,Y recelado el pblico recelo;No dan ms voz que el yermo enmudecidoCuando a las aves entorpece el hielo,O que las playas ltimas y solasDonde los vientos duermen y las olas.

    El sol se daba todo a los vivientes,Cuando al favor de los cesreos vinoCasio y Antonio, estmulos movientesDel civil fuego por furor divino;stos al gran caudillo confidentesHoy le buscan huyendo en Arimino;Que su fidelidad por grave yerroJuzga Roma, y castiga con destierro.

    yelos Csar con suspensa atentaInquietud y silencio de recelo;

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    Pero excitada al fin su llama lenta,Ya exhala guerras con ferviente anhelo:El discurrir solcito argumenta,justificando del asunto el celo,Inaccesibles esperanzas cra,Ambicin las crey, valor las fa.

    Sigue, a los dos partcipe en su agravioAquel tribuno Curio, que elocuenteConformar supo lo eficaz del labioCon lo feroz del corazn valiente;En palabras guerrero, en armas sabio,Dio al pecho y lengua esfuerzo indiferente:Hoy viene a Csar, y con voz y acciones,Ms aliento le infunde que razones.

    "El tiempo, dice, que mi labio activo.Escuchado ejerci libre elocuenciaContra la curia y plebe persuasivo,Rend su envidia, a venerar tu ausencia;Pero despus que sbdito y cautivoCalla el derecho y clama la violencia,Mal vencer puede, aunque locuaz guerrero,El filo de la lengua al del acero.

    "Armas, tropel y furia impetuosaHunden la voz que a tu favor se alienta,

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    Y de su apremio la maldad furiosaCon mi destierro mi razn ausenta:Bien que el expulso en causa generosaHonras de ecuestre y ciudadano aumenta;Pues hars vencedor que restituyaA los tuyos ms nombre Roma tuya.

    "No cuando el enemigo inadvertidoPide al vario favor tarda alianza,Pierdas la accin, que al bien apercibidoPrdida es grande la menor tardanza;T conspiras a un mundo posedo,Y lo asegura en lo veloz tu lanza,Que un breve instante de sazn resultaFcil lo ms que el tiempo dificulta.

    "Diez aos te usurp la Francia a vistaDel peligro, a quien ya victorias debes;Pero fue el tiempo exceso por conquista(Si bien gloriosa) de regiones breves:Menos (oh cunto!) que tu guerra asistaA contienda civil con riesgos 1eves,Te dar con ms lcita ganancia,Imperios Roma, que provincias Francia.

    "La virtud no enflaquece despreciada,Ni el tolerar su afrenta es fortaleza;

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    Refuercese la tuya por fundadaEn agravios que impugnan su grandeza:Sobre columna recta y niveladaSi el peso carga, ay