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    EL IMPOSIBLE VENCIDO

    GONZALO SANTONJADirector de la Fundacin Instituto

    castellano y leones de la lengua

    Dejemos las cosas en su sitio;no como estaban

    A. SASTRE,M.S.V. (o La sangre y la ceniza)

    El imposible vencido. En efecto, nada menos que todo eso vino a signifi-car a mi juicio el xito comercial de La taberna fantstica, lo que sostengoaprovechando el ttulo que un jesuita venerable, Manuel Larramendi, maestrode Teologa del salmantino Real Colegio de la Orden, asign al fruto de susmuchos desvelos en 1729 al lanzar al mundo asombrado de las bibliotecas y laslibreras la primera gramtica o Arte de la lengua Bascongada1. Lo hago,claro est, mutatis mutandis y cambiando de tercio, porque el contradis saltaa la vista entre la teologa del vasco y la taberna estupenda de Alfonso Sastre.Ahora bien, en ambos casos mediaba un reto, ciertamente de muy distintandole, que las obras en cuestin se encargaron de demostrar artificial o, si seprefiere, mantenido en vigor por exclusivas sinrazones interesadas: ni el vascoera una jerga de ordenacin y estudio imposible, ni el teatro de nuestro autorcareca de posibilidades de xito, sino al contrario. nicamente era necesario

    1 Permtaseme sealar que manejo esta obra, fundamental en la historia del estudio del vasco,por la edicin de los Hijos de I. Ramn Baroja, impresa en San Sebastin en 1886. Saco acolacin la referencia por tratarse, precisamente, de una empresa de los Baroja, cuando nosencontramos en plena conmemoracin del cincuentenario de la muerte de don Po, a veces tandiscutido, a mi entender injustamente, en nombre de esa causa.

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    llevarlo a las tablas con medios y sostenerlo en ellas con algn entusiasmo, sinescatimar su promocin hasta los cntimos o, al menos, dando tiempo a losefectos del boca a boca, factor que a la postre result decisivo.

    El mgico prodigio, como dira Caldern de la Barca, conoci su princi-pio la noche, ciertamente fantstica, del 23 de septiembre de 1985 en la SalaFernando de Rojas del Crculo de Bellas Artes (Madrid), lo cual supona, paraempezar, un retraso de nada menos que cuatro lustros respecto al momento de suescritura, a dieciocho aos largos de su anterior estreno comercial: el de Ofi-cio de tinieblas2, ttulo que marca el punto de inflexin en la ruptura de Sastrepor la liberacin del lenguaje y apunta las bases de lo que l mismo ha dado enllamar la tragedia compleja.

    Entre los estrenos de Oficio de tinieblas y La taberna fantstica aduras penas mediaron en Espaa cuatro montajes, tan slo cuatro, a cargo deotros tantos grupos independientes: Juan Margallo sac adelante los de M.S.V.(o La sangre y la ceniza)3 y Ahola no es de lel4, el primero con El Bho enel Teatro de la Comedia de Madrid (8 de febrero de 1967) y el segundo con ElGayo Vallecano (1970), preparada esta escenificacin con Fermn Cabal; mien-tras que Csar Oliva y la compaa Julin Romea pusieron sobre las tablas(1981) Terrores nocturnos, discutible acomodo de tres piezas cortas (El vam-piro de Upsala, El doctor Frankenstein en Hortaleza5 y Las cintas mag-

    2 Curiosa historia, en verdad curiosa, la de esta obra, estrenada en Madrid al amparo de tal ttulopero publicada en Pars bajo el de Por la noche (Tres dramas espaoles, 1965), escogido porSastre, tras haber barajado los de La resaca y Alcohol, al caer en la cuenta de que el de Oficio detinieblas ya haba sido utilizado por la novelista Rosario Castellanos (lo mismo, por cierto,suceda con Resaca y Alcohol, empleado el primero por Juan Goytisolo). Y en esas estabaSastre, procediendo al cambi, cuando recibi la noticia, para l sorprendente, de que la censuraautorizaba el estreno. As las cosas, cualquier alteracin, por mnima que fuese, determinaba larepeticin de esos trmites desde el principio. En consecuencia, tuvo que mantenerlo, a sabiendasde que ya exista.3 Cf. la completa edicin de Magda Ruggeri Marchetti: M.S.V. (o La sangre y la ceniza).Crnicas romanas. Madrid, Ctedra, 1984 (Letras Hispnicas, 88) .4 Escrita en 1975, y con el prlogo fechado a 4 de abril desde la crcel de Carabanchel, la estrenuna compaa francesa, Thtre de la Source, el 29 de mayo de 1979 en Burdeos, anticipndosepor poco a Juan Margallo. Cf. Ahola no es de leil (Una tragedia sin importancia). Bilbao, Hiru,1990.5 Segunda parte de Ejercicios de terror, escritos entre noviembre de 1969 y septiembre de 1970,cuya accin a su vez desemboca, teatro dentro del teatro, en El vampiro de Upsala. Cf.Ejercicios de terror. Obra teatral en dos partes sobre manifestaciones ultraterrenas, vampirismo,licantropa, fabricacin de monstruos y otras malas costumbres. Bilbao, Hiru, 1991.

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    nticas6); y Enrique Flores escenific, en ese mismo ao particularmente ven-turoso de 1985, la Tragedia fantstica de la gitana Celestina, pieza escritaa instancias de Mara Luisa Aguirre dAmico para el Teatro Argentina deRoma, donde fue estrenada, el 26 de abril de 1979, traducida por Aguirre ybajo la direccin de Luigi Squarzina, con numerosas variantes, no siemprefelices, respecto al texto definitivo, cuya edicin depurada corri a cargo deMariano de Paco, al lado de la de La taberna fantstica7, siendo muchos ymuy notables los puntos de afinidad entre ambas obras.

    Muchas las afinidades y tambin, por descontado, notables las divergen-cias, o mejor dicho, los grados en el desarrollo de esa concepcin, a mi enten-der apasionante, de la tragedia compleja, una de las grandes aportaciones,tericas y prcticas, de Alfonso Sastre, cuyo haber intelectual incluye un cor-pus notable de reflexiones sobre las frmulas del realismo y profundas indaga-ciones a propsito de los registros plurales de la tragedia, planteada desdeuna conciencia correcta de la degradacin social que no trate de mantener elelemento trgico en un estado ideal de pureza, pero lo proteja contra la disolu-cin, complejizndolo, de modo que la tragedia ser as el ncleo real de unahistoria aparentemente no trgica al verse sometida esa temtica al tamiz delo irrisorio8.

    As pues, escrita La taberna fantstica en 1967, como seal ms arri-ba, veinte aos de silenciamiento, apenas interrumpidos por una minoritaria

    6 Por cierto, la nica obra que yo haya escrito ex profeso para la radio, confiesa el autor en lanota para esta edicin, que es la de Hiru (Hondarribia, 1995), donde forma volumen conTeatro, radio, fantasa, ensayo sobre teatro radiofnico, y Teora de las catstrofes, espect-culo concebido para La Fura del Baus. Las cintas magnticas respondi a un encargo de laSociedad Espaola de Radiodifusin, gracias al empeo de Basilio Gassent, que haba decidi-do presentar una grabacin al Premio Italia, el cual al parecer hubiera obtenido si el juradonorteamericano no [la] hubiese vetado a causa de que supona una denuncia, directa y convin-cente, de los horrores de la guerra de Vietnam.7 Alfonso Sastre, La taberna fantstica. Tragedia fantstica de la gitana Celestina. Edicin deMariano de Paco. Madrid, Ctedra, 1998 (Letras Hispnicas, 327).8 Alfonso Sastre, La revolucin y la crtica de la cultura. Barcelona-Mxico, Grijalbo, 1970.Captulo 9, pg. 104. Resulta especialmente recomendable la reedicin de Hiru (1995). Encuanto al estudio del drama, Sastre dio a conocer en 2000 un ensayo de muy considerableentidad, todava sin digerir por la crtica especializada: El drama y sus lenguajes, dividido endos volmenes, Drama y poesa (I) y Gramaturgia y textamento (II).

    INTRODUCCIN

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    edicin de la Universidad de Murcia9, dieron paso a la sorpresa de una acepta-cin generalizada, representada la obra durante varios aos con xito crecien-te, as en Espaa como ms all de nuestras fronteras, y enseguida refrendadotal xito, con rara unanimidad, por la crtica, las ediciones [publicada por Pri-mer Acto en 1985, casi de inmediato fue traducida al italiano10; pronto salieronal menos otras dos ediciones espaolas y en 1998 apareci en la coleccinLetras Hispnicas de Ctedra, etc.] y los premios, desde el del Espectadory la Crtica en diversas modalidades [al texto, a la mejor interpretacin y aldirector de escena] al Nacional de Teatro, distincin recibida en algunos secto-res con rechinar de dientes indisimulado.

    El xito y las conclusiones que del mismo se derivaban eran tan obvios,que algunos programadores con mando, y no tan slo algunos programadores,prefirieron ejercer el dontancredismo, resueltos a que esa experiencia no vol-viera a repetirse nunca, quizs porque dejaba sin argumentos a quienes desdela Transicin venan sosteniendo y en ello siguen que el teatro espaol sebifurcaba en dos grandes categoras: las piezas de arte y ensayo, condenadasde antemano a los circuitos minoritarios y a los festivales; y las grandes pro-ducciones para consumo masivo, con un territorio intermedio de configuracintan incierta como movible ms el subgnero, bastante infumable, de los dife-rentes teatros nacionalistas opparamente subvencionados. Excluido de to-das esas categoras, Alfonso Sastre habitaba, en lo que al teatro representa-do se refiere, en el corazn del reino del ninguneo. A dicho tenor, la acepta-cin masiva de La taberna fantstica apuntaba la posibilidad de una trans-formacin.

    Otro teatro era posible. Comercialmente hablando, un teatro distinto serevel viable. Sucedi as? Evidentemente, y por desgracia, no. La excepcinde La taberna fantstica, una radical novedad porque no he tenido nuncaningn xito muy grande11, careci al respecto de consecuencias. Insisto en

    9 Alfonso Sastre, La taberna fantstica. Edicin de Mariano de Paco. Murcia, Universidad deMurcia, 1983 (Cuadernos de la Ctedra de Teatro, 12). Cuando se trata de las obras de AlfonsoSastre, siempre se revelan de especial utilidad las ediciones de Hiru, con textos cuidados por elautor y valiosos documentos complementarios: introducciones, notas, reflexiones, artculos,apuntes y cuadernos de trabajo. As sucede con esta obra (1995).10 Alfonso Sastre, La taverna fantastica. Traduccin de Tiziana Tosolini. Miln, Tranchida, 1985.11 Francisco Caudet, Crnica de una marginacin. Conversaciones con Alfonso Sastre. Ma-drid, De la Torre, 1984, pg. 65.

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    ello: por desgracia. Y entiendo que esto es as porque esta obra supone unaalternativa lograda en dos puntos bsicos de la propuesta teatral renovadorade Alfonso Sastre: liberado el lenguaje de gangas retricas y encorsetamientos,captado con honda verdad y radical verosimilitud el modo de hablar de losambientes marginales, el hampa de Madrid y los quinquilleros12, bien eludidaal tiempo la tentacin del sainete y asimismo superada la esttica naturalistapor la conquista plena del derecho a la fantasa, original modo de afirmarse enlas enseanzas de Bertold Brecht reivindicando a Aristteles, parcialmentenegado por aqul.

    En resumidas cuentas: Sastre recupera la tragedia, pero una tragedia so-metida al tamiz dialctico de la negacin, tan equidistante del nihilismo sin car-ga histrica como de un realismo de lmites reductores, lo que implica la asimi-lacin nada simplista de la aportacin, entre otros elementos, del esperpentovalleinclanesco y el magisterio del Beckett de Esperando a Godot. Todo esoest aqu, lector amigo, en las pginas estupendas de esta gozosa tabernafantstica a cuya entrada te dejo, una vez puestas, creo yo, las cosas en susitio, siquiera como oportunidad que por un instante tuvo visos de certidumbre.Descartada esta propuesta por el teatro dominante, el futuro, en consecuencia,sigue representando un reto. En esa perspectiva, su obra presenta, como diraLucien Goldmannn, un potencial de sumo relieve.

    12 A este tenor, resulta muy provechosa la lectura de Lumpen, marginacin y jerigona, ins-lito viaje por las regiones de las jergas y el submundo del talego, original, apasionante, diver-tido y fecundo, muy rico en la recoleccin de materiales y modos lingsticos marginales(Madrid, Legasa, 1980).

    INTRODUCCIN

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    Personajes

    EL AUTORLUISEL BADILAEL CACOROGELIO EL ESTAADORPACO EL DE LA SANGRELA PAREJA DE LA GUARDIA CIVILEL CARBUROCIRIACO EL HOJALATEROEL MACHUNALA VICENTA y SU CROEL TIRITERALOREN, EL CIEGO DE LAS VENTASEL CHULIMSCARAS

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    Un cartel que dice:

    El autor de esta obra frecuenta algunas tabernitascercanas a Las Ventas del Espritu Santo.

    El cartel es retirado para que comience el:

    PRLOGO

    (Luz sobre el AUTOR.)

    AUTOR. (Al pblico.)Represento al autor de la comedia.En su nombre les digo:les agradezco muy de butenque hoy bacilen conmigo

    Por m podran fumar y beber tragos(si les gusta la priba),pero nos lo prohbela autoridad gubernativa!

    Contribuiran al ambientecon el humo y el vino, pues la escenaes una tasca suburbanatriste y acetilena.

    La taberna es tranquila y cuasi fnebrecuando el currante vaca.Pero los sbados... En fin, sta es la historiade una sangrienta pajarraca.

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    Una tarde de sbado (y agosto)bajo un sol de justicia me aburra.Entr a charlar con Luis el tabernero.Y nada presagiaba lo que sucedera!

    (Luz en la taberna. La muestra dice: El Gato Negro.Encima del dintel, un gato de escayola, erizado. Es unataberna vieja. Detrs del mostrador tres pellejos devino. Radio. Telfono. El decorado es complejo: com-prende el interior de la taberna, la explanada exteriorno urbanizada y el arranque de un vertedero de basu-ra. Fondo de rascacielos y chabolas. Cae un sol dejusticia. LUIS, el tabernero, se dirige al pblico.)

    LUIS. Las broncas es una cosa mala! Se hartan de vino, aqu la clientela, yluego a ver quin carga con las consecuencias; yo.

    AUTOR. (Tambin al pblico.) Cualquiera dira.LUIS. (Tambin al pblico.) Hombre, usted porque no viene los sbados

    por la noche. Se pone esto de miedo.AUTOR. (Tambin al pblico.) Esto?LUIS. (Asiente.) De miedo. Yo, en cuanto llega la noche, loco por cerrar. Es

    un compromiso, ya le digo.AUTOR. No ser para tanto, hombre.LUIS. Que no? Un compromiso, lo que yo le diga.AUTOR. Claro. Cualquier cosa que ocurra..., no?LUIS. Exacto. As que en cuanto veo un clarito echo el cierre y a sobar, que

    adems acaba uno muerto, de todo el da de pie. Que me pierdo unapeseta? Bueno, pero me la gano en tranquilidad; es decir, que la disfrutami cuerpo.

    AUTOR. Con la buena gente que viene por aqu... Al menos, los que yo co-nozco as de alternar..., parece mentira.

    LUIS. No, si buena gente s, pero algunos, unos cabrones cuando llega elmomento.

    AUTOR. (Re.) Qu cosas tiene usted.LUIS. Si no es que tenga queja; y ni de los quinquilleros en ese sentido, a ver

    si me entiende... Pero es la cosa del vino, ms que nada; y la mala sangrede algunos, que tambin; porque, a ver, dgame usted a m si hay derecho

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    a que por abusar de aqu (Con el pulgar, ademn de beber.) te falten alrespeto y que, por menos de nada, te la len.

    AUTOR. (Benvolo.) El vino, ya se sabe.LUIS. S; pero si no sabe uno beber, o sea, que tiene mal vino, como se dice,

    es lo que yo digo, pues que no beba. A ver si no llevo yo razn. Claro quea usted, si se arma, a lo mejor le interesa para sus sainetes, pero a m mejoden, con perdn.

    AUTOR. (Comprensivo, risueo.) Es natural, Luis. Es natural. (Se quedamirando fijamente hacia el pblico. Pausa.) Quin se ha muerto?

    LUIS. No s.AUTOR. Es que ha pasado una carroza. Parece que baja hacia las chabolas

    del Tejar.LUIS. Ah s! Ha sido sa, la seora Cosmosplita.AUTOR. Quin?LUIS. S, hombre, la Cosmosplita, la quinquillera, no sabe?, la mujer del

    Ciriaco, el de las hojalatas, s, hombre, que es el hermano del Machuna,o sea, que ella era cuada del Machuna, el compadre de Ramn el de lasPoesas, no cae? La Cosmosplita! Pero si la ha visto usted mil veces;la madre del Rogelio, del Rojo, que le llaman, que anda huido por ahdesde que mataron a ese guardia civil en Hortaleza, porque dicen que leechan las culpas, no de la muerte, entindame!, pero que dicen que si escmplice o que si no... En fin, un rollo.

    AUTOR. Ah, s, ya s! Slo que yo conozco ms a la familia de ella; a eseque llaman el Tiritera, que trabaja hacindose el enfermo ah, a la puertadel Mercado de Torrijos.

    LUIS. (Asiente y complementa.) ... Que es su hermano.AUTOR. Y a ese que va de ciego, con su lazarillo.LUIS. ... Que le llaman el Ciego de Las Ventas. S, hombre. El Loren.AUTOR. Que lleva gafas negras, se.LUIS. Que lleva gafas cuando sale a trabajar, porque luego se las quita y

    diquela ms que usted y yo juntos el muy cabrito.AUTOR. ... Que creo que fue el primer marido de esta seora que ha muer-

    to, no? (LUIS hace un gesto.) O, vamos, que vivi con ella antes. (LUIShace un gesto de eso s.) Y que tienen un hijo.

    LUIS. Usted lo ha dicho: el Chuli.AUTOR. Pues pobre mujer. Y qu tena?

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    LUIS. Eso s que no s. Por aqu lo han dicho, pero no he prestado atencin.Pero creo que tena el vientre cosa mala. (Gesto de hinchado.)

    AUTOR. Estoy por acercarme al entierro; no s qu hacer.LUIS. Hombre, para usted, a lo mejor es curioso.AUTOR. Vendrn todos los parientes, seguro, no?LUIS. (Asiente.) Los quinquilleros, ya se sabe, todos son familia... Pero el

    Rojo, no creo que se atreva. La que vendr, seguro, es la Guardia Civil,por si las moscas. Toque usted hierro.

    AUTOR. Por qu?LUIS. Ojala que no caigan por aqu.AUTOR. Los guardias?LUIS. Digo los quinquis. Se la juega uno con estos hijos de su madre. (Aho-

    ra vemos, porque se levanta, que junto al vertedero estaba dur-miendo alguien. Es un tipo simiesco, de largos brazos, encorvado ychato, que anda torpemente hacia El Gato Negro y entra. El saludode LUIS es spero.)

    LUIS. Ya la has dormido?BADILA. Cllate la boca.LUIS. La castaa, digo.BADILA. Cllate.LUIS. La tenas como un piano.BADILA. Dame de beber.LUIS. Eso no te lo crees ni t.BADILA. Qu malo eres.LUIS. Encima que te aguanto.BADILA. Dame de beber.LUIS. No queda.BADILA. Me cago en mi padre.LUIS. Eso all t.BADILA. Qu tienes t que decir de mi padre?LUIS. Anda ste.BADILA. Te oigo y no te oigo.LUIS. No me extraa.BADILA. Maana te lo pago.LUIS. No te escucho.BADILA. Que me des, te digo.LUIS. Date el zuri, Badila. Que me cabreo.

    ALFONSO SASTRE

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    BADILA. T me echas?LUIS. Ests ms guapo fuera, anda.BADILA. Yo soy un parroquiano. S o no?LUIS. Lo eras.BADILA. A ver si voy a cagarme en algo malo.LUIS. (Lo coge por el cuello, amenazador.) Por ejemplo?BADILA. (Se achanta.) En mi padre.LUIS. (Lo suelta.) Cmo lo ests poniendo al hombre! Ya van dos veces

    que lo empapuzas, asqueroso.BADILA. T, a callarte, que est bajo tierra y era un santo.LUIS. Qu he dicho yo sino afearte?BADILA. Ni afearme ni pollas. A mi familia ni mentarla, ya lo sabes, y menos

    a mi bato, que ya no se defiende. Ms respeto.LUIS. He dicho yo algo de tu padre? No te amuela!BADILA. Lo ves cmo lo mientas? Lo has mentado.LUIS. Yo a tu padre? De qu?BADILA. A ver si estoy borracho! Que lo diga el seor! (Al AUTOR.) Ver-

    dad que lo ha mentado, jefe? A ver si es que estoy borracho o qu.LUIS. No lo he hecho, Badila, pero a ver, supongamos. Y qu pasa? (Vuel-

    ve a cogerlo por el cuello.) Qu pasa, te digo yo puestos a eso?BADILA. Eh, Luis, que te la juegas; que a m no me mienta nadie a la fami-

    lia! (Nervioso, plido.) Que saco el churi y te doy una mojada que teavo. No me busques las vueltas, que te avo.

    LUIS. Lstima me das. Lstima y asco! (Lo lleva hasta la puerta y loecha afuera sin ninguna consideracin. El BADILA, all, protesta sinatreverse a entrar de nuevo.)

    BADILA. Abusas porque puedes, cara de catre! Por no fiarme medio litrocmo te pones! Algn da me la pagas, chusquero, sinvergenza! La-drn de los pobres, que vendes por Valdepeas el Canalillo, ladronazo!Que ests secando el Manzanares, so canalla! Que vendes la pa asiete el litro, caradura! (Segn insultaba, ha ido retirndose pruden-temente, de espaldas, y nada ms salir de escena, se oye que grita.)Ay! Ay!

    AUTOR. Qu le ha pasado?LUIS. (Desde la puerta, re.) Se ha cado en la zanja esa de lo de la obra, el

    mamonazo. (Se retuerce de risa.) Ay, qu to! Se ha cado en la zanjay no puede salir, el tuercebotas ese!

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    BADILA. (Grita, dentro.) Socorro, hijos de puta! Sacadme de aqu, cabro-nes!

    AUTOR. Voy a ayudarle, a ver...LUIS. No, hombre. Djelo que la duerma ah dentro. Lo ms que puede

    haber ah es algn zurullo, pero l ni se entera. Ya ver como se quedadormido tan a gusto.

    AUTOR. Con tal de que no se haya roto una pierna.LUIS. Qu va, hombre. Chillara de otro modo, no me comprende?BADILA. (Sigue gritando.) Auxilio, cabronazos! Rojos de mierda, cuando

    salga os fusilo! A m, la Legin! (El AUTOR desiste de salir).AUTOR. Qu ha sido el Badila? Legionario?LUIS. Por lo visto, pero cualquiera sabe. Pues anda ste. (Por alguien que

    viene.)AUTOR. (Sin mirar hacia fuera.) Quin es?LUIS. El Caco.AUTOR. (Ahora se asoma.) Qu borrachera llevaba ayer.LUIS. Ahora viene directo del curro, y va sereno. A ver a la noche.AUTOR. Dnde trabaja?LUIS. En la trapera de ah a la vuelta.AUTOR. No era albail en lo de Bans?LUIS. Pero lo pusieron a jornal y se mosque el muchacho. (Entra el CACO.

    Es delgadito, de pronunciados pmulos y ojos saltones.)CACO. (Correcto.) Buenas.AUTOR. Muy buenas.LUIS. (A guisa de saludo.) Lo de siempre, Caco?CACO. Vale. Pero dmelo en seguida, por favor, que voy a merendar. (Se

    sienta y saca un tomate del bolsillo. Lo parte con una navajita. LUISle sirve un litro de vino. La botella tiene un tapn horadado con unacaita. El CACO le quita el tapn y se bebe media botella de un trago,voluptuosamente. Se seca la barbilla con la mano. Se explica.) Venaseco; pero seco. (LUIS pone la radio. El AUTOR se ha levantado.)

    LUIS. Se va ya?AUTOR. S. Volver a salir luego, al final de la obra. Que ustedes lo pasen

    bien... El prlogo ha terminado. Oscuro y msica, Ramrez, por favor.(En lugar de Ramrez, se dir el nombre real del regidor. La msi-ca de la radio sube y se va haciendo el oscuro. Cuando ya es total,se hace luz sobre una gran pizarra en la que se lee:)

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    PARTE PRIMERA

    En la que Rogelio, el estaador, vuelvea su barrio para asistir al entierro de su madre

    Es el mismo decorado y lo ser para el resto de la obra.

    (El CACO est bebiendo, ahora con la caa puesta enla botella. LUIS lee el Ya. Suena, en la radio, una mar-cha militar alemana. Llega, dando bandazos por laexplanada, ROGELIO el estaador. Es rubiajo, delga-do, fuerte. Apunta hacia la puerta de la taberna y,despus de varios intentos, consigue entrar.)

    ROGELIO. (Se agarra a una jamba y trata de enfocar a LUIS entornandolos ojos.) Dnde vas, eh? Quieta, quieta, taberna. T, Luis, qu esesto? Una taberna o una fortaleza volante?

    LUIS. Cmo vienes, muchacho! Qu tajada!ROGELIO. Silencio, que estamos volando a gran altura.LUIS. (Se lamenta amargamente.) Qu suerte la ma. (Apaga la radio.)ROGELIO. Ya aterrizamos.LUIS. (Fastidiado.) No te digo?ROGELIO. Coge la pista bien, Luis! Sin desviarte.LUIS. No te jode, lo que hay que aguantar! Ay, madre.ROGELIO. As... Brbaro, Luis... Frena, frena, que nos la pegamos si no

    contra la tapia. Frenando, que nos damos la hostia. As... Ya vale... Eresun piloto de miedo. Espera que ahora voy. (Se suelta de la jamba y daun bandazo sobre la mesa del CACO, que se asusta.)

    CACO. Eh, t! Que casi me tiras el vino, no te jode!

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    ROGELIO. Usted perdone la molestia. (De un embite consigue acodarseen el mostrador.) Luisito, chato, qu me cuentas? Yo, ya ves. Por aqu.

    LUIS. Si ests loco, a mi qu.ROGELIO. Hombre, que vengo un poco mareado.LUIS. Ests de aqu, muchacho. (Por la cabeza.)ROGELIO. Majara yo? Por qu lo dices?LUIS. No ests para entenderme ahora. Djalo.ROGELIO. Ah va, tu mea..., dame una copa de suave, anda.LUIS. Te la pongo si quieres, pero no me hago responsable.ROGELIO. Achanta la muy y trabaja. (Re.) No te enfades. (LUIS le sirve ans.)

    Vengo de coac, pero me pega de miedosa bebida. A ver ese suave.LUIS. Ten cabeza, Rogelio, ten cabeza.ROGELIO. T djame a m, que yo me s muy bien mi rollo. Mtete en tus

    cositas.LUIS. Qu burro eres. La culpa la tengo yo por darte conversacin. (Muy

    serio.)ROGELIO. Anda mi madre! Ya te has enfadado?LUIS. Yo? (Se encoge de hombros.)ROGELIO. A ver si no quin. Ser tu ta.LUIS. Yo, desde luego, no.ROGELIO. Entonces ser yo, no te fastidia.LUIS. Claro que has sido t.ROGELIO. Anda mi madre. Ahora resulta que he sido yo el que empieza. No,

    si cuando yo digo que el mundo est como una cabra...LUIS. Quin has dicho que est como una cabra?ROGELIO. El mundo he dicho, y a ti no te miraba.LUIS. Ah, por eso, por eso.ROGELIO. Pues no te mosqueas poco t, muchacho.LUIS. Oye, Rojo, te quieres quedar conmigo o qu?ROGELIO. Yo? A m que me registren.LUIS. Entonces! Tengamos la fiesta en paz, Rogelio.ROGELIO. Anda, mi madre; la fiesta o no la fiesta. Qu te pasa?LUIS. Ya sabes que conmigo, no. Que no, vamos, que no.ROGELIO. No lo saba! (Provocativo.) Sal de ah a contrmelo, anda, si es

    que te atreves.

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    LUIS. (Lo mira furioso, pero desiste.) Bueno! El idiota soy yo, que tehago caso. Ests como una cuba; y no tienes vergenza.

    ROGELIO. Malagueo yo? Qu yo estoy malagueo? Por qu lo dices?LUIS. A ver si no, la muestra.ROGELIO. (Pacfico otra vez, da con la copa vaca en el mostrador.)

    Anda, dame otro golpe y djate de rollos, que parece hasta mentira,hombre. Hasta mentira me parece!

    LUIS. (Apaciguado.) Qu quieres ahora?, di.ROGELIO. De lo mismo, si me haces el favor.LUIS. A ver adnde acabas con el suave. (Sirvindole la copa.)ROGELIO. Y ponle al Caco lo que quiera, que es un amigo, a fin de cuentas.

    (El CACO, al orlo, apura rpidamente lo que le queda en la botellay se levanta para dejarla en el mostrador.)

    LUIS. Qu quieres t?, que te convidan.CACO. Pues me pones un chato de lo mo.ROGELIO. Ponle un cuartillo, anda.CACO. No, hombre, un chato, un chato, que me basta.ROGELIO. Ponle un cuartillo, Luis; no se hable ms de eso.CACO. Gracias, Rojo. Se te agradece. Y se te acompaa en el sentimiento,

    hombre. (Un silencio. LUIS mira a ROGELIO, esperando una reaccin.)ROGELIO. (Al fin.) Gracias, chaval. (Silencio.)LUIS. Lo mismo digo, Rojo.ROGELIO. Gracias, gracias. (Pausa.)LUIS. As que vienes al entierro.ROGELIO. Claro. A ver si no a qu voy a venir. (Silencio.)LUIS. Yo no saba si lo sabas t como que estabas fuera..., y adems,

    como has entrado as, no me atreva ni a decirte nada.ROGELIO. Me llam mi to Machuna por telfono anoche, que eran las tantas.LUIS. Vives en Madrid ahora? Bueno, no es que a m me importe; entin-

    deme.ROGELIO. En Madrid yo? A ver si te crees que me falta algo de aqu. (Por

    la cabeza.) En Madrid voy a estar! Qu listo eres.LUIS. O sea, que te siguen buscando.ROGELIO. Hombre, yo supongo.LUIS. Y no es una imprudencia?ROGELIO. El qu?LUIS. El venir.

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 534

    ROGELIO. Es mi madre, Luisito. A ver qu haces.LUIS. La has visto ya a tu pobre madre?ROGELIO. Todava no. Me he entretenido.LUIS. A ver si no llegas.ROGELIO. Es a las cinco.LUIS. Pues ya ha bajado el coche.ROGELIO. No creo.LUIS. (Se reafirma.) Adems hace un rato; lo que yo te diga. A ver si es

    que el entierro se celebra a las cuatro y media.ROGELIO. Mi to Machuna me lo dijo bien claro, que a las cinco.LUIS. Pues ya ha bajado el coche, vamos, la carroza. Seguro que es a las

    cuatro y media, Rojo; entrate.ROGELIO. Que no es posible, hombre, que no es posible.LUIS. Por qu no va a ser posible?ROGELIO. Me lo hubiera dicho mi to el Machuna; no s qu inters iba a

    tener en decirme una cosa por otra. No te parece?LUIS. A lo mejor se equivoc, qu quieres.ROGELIO. No creo, ya te digo.LUIS. (Tozudo.) Lo ms fcil, eso, que se equivocara.ROGELIO. (De pronto, harto.) Bueno, y a ti qu te importa? Es lo que me

    digo yo.LUIS. Que qu me importa? Anda y murete, no te fastidia? Que qu me

    importa! Pues a m nada.ROGELIO. Entonces! Me hace gracia a mi la gente metindose en lo que no

    le importa; qu mana.LUIS. Te debera dar vergenza; pero vergenza. Eso es lo que debera darte,

    digo yo.ROGELIO. T eres tabernero, no? Pues tabernero. (Trata de encender un

    cigarrillo, pero le tiembla el pulso.) Ponme otra copa, anda, y no mi-res tanto, que se te va a cansar la vista.

    LUIS. Te debera de dar vergenza; por lo menos a m me daba en un casocomo el que t.

    ROGELIO. Vergenza el qu?LUIS. Cmo que el qu? Emborracharte as, con tu madre de cuerpo pre-

    sente. Eso! (Desafiante.) Qu pasa? S, qu pasa?ROGELIO. (Como si le hubieran dado un latigazo.) Eh? Qu dices?

    Pero qu dices? Por qu te metes t?

    ALFONSO SASTRE

  • 535

    LUIS. Lo que has odo. Con tu madre de cuerpo presente, a m se me caa lacara; y vale. (ROGELIO da un alarido, como una fiera, y se echa allorar. Se tira al suelo, se revuelca, llorando, chilla: Ay! Ay!.LUIS trata de sujetarlo.) Venga, Caco, aydame, que le est dando unataque. Mi madre, la que est armando el gilipollas este. (El CACO, altratar de ayudar, se cae l tambin.) Venga, Caco, no hagas el payasoahora y aydame a sentarlo en esa silla.

    ROGELIO. Ay! Ay!CACO. Payaso encima, y me ha pegado un rodillazo aqu en mis partes.LUIS. Ayudas o no ayudas?CACO. (Trata de levantarse y no lo consigue.) Es que se me va la cabeza.

    (Entra PACO EL DE LA SANGRE.)PACO. Ah va! Pero qu pasa aqu?LUIS. Al Rogelio, mira, que le ha dado un patats. (ROGELIO est ahora

    como muerto.) Aydame a sacarlo ah a la calle.PACO. Pero a ste no lo andaban buscando? Si decan que estaba en Por-

    tugal.LUIS. (No le contesta.) Aydame a sacarlo a la calle, anda.PACO. Qu dices! Se va a abrasar ah fuera con lo que est cayendo. Mejor

    aqu a la sombra. (El CACO ya se ha levantado.)CACO. Me cago en la mar.LUIS. Qu pasa ahora?CACO. (Mirando a la calle.) Queo, los jundunares.LUIS. Adis! La hemos hecho buena.PACO. Por dnde vienen?CACO. Por all. (Seala al patio. En efecto, en la puerta del pasillo cen-

    tral ha aparecido LA PAREJA DE LA GUARDIA CIVIL.)LUIS. Si lo detienen aqu, se me ha cado el pelo. Me cierran el estableci-

    miento. Maldita sea!PACO. Hombre, eso tampoco. T no tienes la culpa.LUIS. Por no denunciarlo. Qu dices t! Por no denunciarlo, gilipollas.PACO. Eso tambin es verdad, mecachis.LUIS. Seguro que vienen a buscarlo por si apareca en el entierro de su

    madre.PACO. Seguro, ahora que lo dices. Adems, eso sala en una pelcula que vi

    el jueves.LUIS. Se han parado all, no?

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 536

    PACO. (Asiente.) Estn hablando con el conserje del Grupo Escolar y conJuanito el de las Sepulturas.

    LUIS. Paco, t eres mi amigo.PACO. No lo dudes.LUIS. Cgelo de los pies, anda, hazme el favor, majo.PACO. (Lo hace.) Qu ms?LUIS. (Lo ha cogido de las axilas.) Vamos a meterlo en el retrete.PACO. Y si a un guardia le da por mear, qu?LUIS. Que est ocupado.PACO. Pero no se puede cerrar por fuera.LUIS. Se lo digo en cuanto haga ademn.PACO. Tambin poda meterse el Caco con l y cerrarse por dentro.CACO. Yo? Amos anda.LUIS. Con un cuartillo, y te lo bebes ah tranquilamente. Eh, t?CACO. A ver el cuartillo, que luego mucho hablar.PACO. Deprisa, que parece que se despiden.LUIS. Lo primero, meterlo. (Lo hacen. La puertecilla con la indicacin

    WC puede estar al fondo. Salen y LUIS va al mostrador a servirmedio litro en una botella.)

    PACO. Venga, date prisa.LUIS. Ya voy. Te encierras, eh, Caquito?CACO. Bueno, pero a base de que se vayan pronto. No me voy a estar ah

    toda la tarde con los olores que salen. Lo que tarde en bebrmelo, y mesalgo.

    LUIS. Se marchan en seguida. No ves que van de servicio?CACO. (Insiste.) Lo que tarde en bebrmelo.LUIS. Ya s lo que t quieres. (Le llena la botella.) Vale?CACO. Vale. (En ese momento entra LA PAREJA.)GUARDIA 1. Buenas.TODOS. Buenas.GUARDIA 2. Buenas.LUIS. (Que est muy nervioso.) Buenas tardes. Qu calor, eh seores?

    Se asan los pjaros en las ramas, como dicen.GUARDIA 1. (Parco, sudando). Es el tiempo.GUARDIA 2. Pero aqu se respira un poco.LUIS. En seguida les pongo unos botellines. Vale?

    ALFONSO SASTRE

  • 537

    GUARDIA 1. Vale. (LUIS golpea el mostrador con la botella de vino, lla-mando la atencin del CACO, que acude.)

    CACO. (Tiene que pasar al lado de un GUARDIA.) Muy buenas.GUARDIA 1. (Mal encarado.) Eh?CACO. (Correctsimo y nervioso.) Nada, que buenas tardes.GUARDIA 2. Vienen esos botellines?LUIS. Eso ya est hecho. (Los abre.) Servidos los seores; creo que est

    fresca.CACO. (A LUIS.) Puedo pasar al vter?LUIS. Pasa, hombre, pasa. (El CACO, disimulando, ha cogido la botella, y

    entra en el retrete.)GUARDIA 1. Has visto?GUARDIA 2. Qu?GUARDIA 1. Que el to se va al retrete con la bebida.GUARDIA 2. Le gustar jarrearse mientras. (Bebe.) Quin es?GUARDIA 1. El Caco le llaman. Hace ya que vive en el barrio.GUARDIA 2. Chorizo?GUARDIA 1. Qu va! Le gusta el alpiste, pero sin perturbar el orden. Vive

    ah donde las chabolas, en la parte de abajo, por el Abroigal.GUARDIA 2. Ese nombre de Caco es de chorizo.GUARDIA 1. Pues no; es de una vez segn tengo escuchado que lo acusa-

    ron en la obra de llevarse un paletn o no se qu de otro, y luego se vioque no; pero se qued con el mote.

    GUARDIA 2. Ves cmo hay algo?GUARDIA 1. Hombre! Si a eso le llamas algo... (Se oye ruido en el WC.)GUARDIA 2. Qu pasa ah?GUARDIA 1. Yo no he odo nada.LUIS. (Asustado.) Te pasa algo, Caco?CACO. (Dentro.) No, nada, que...LUIS. (Le interrumpe.) Bueno, bueno. Perdona (Sonre a los GUARDIAS.)

    Qu buen chico que es! No tiene ms defecto que el vino, pero esverdad que no se mete con nadie. (Silencio.)

    PACO. (Por hacer conversacin.) Ustedes siempre de servicio, no? (ElGUARDIA 1 da un bufido, que quiere ser corts. Ambos beben sus bo-tellines.)

    GUARDIA 2. No est muy fra.GUARDIA 1. No.

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 538

    PACO. Y con ese uniforme, eh?, que debe de pesar lo suyo. Y luego elcorreaje. Claro, el servicio antes que todo; es lo que yo me digo cuandolos veo; pero hay que tener vocacin, no es verdad, t? (A LUIS.)

    LUIS. (Adulador.) Hombre! Figrate si no; y con la cantidad de mangantesque hay sueltos por ah. (A los GUARDIAS.) Verdad? Porque adems espeligroso, con tanto asesino y tanto loco.

    GUARDIA 1. Pch.LUIS. Pero el servicio es el servicio, o sea, que lo primero es el servicio.GUARDIA 2. (Impermeable a la adulacin.) Ms fros no los tienes?LUIS. Estaban mal sos? (Compungido.)GUARDIA 2. As, as. (Condescendiente.)LUIS. (Con enfado justificado.) El to del hielo, que me falla en cuanto

    vienen estos das, pero yo procuro lo ms que puedo. A ver si stos estnmejor.

    GUARDIA 1. (Desaprobador.) Del Mahou?LUIS. (Ante la evidencia.) S.GUARDIA 1. Aguila no tienes?LUIS. (Desolado.) No.GUARDIA 1. (Ofreciendo una salida.) O Export.LUIS. (Culpable, perdido.) Tampoco.GUARDIA 2. (Solucionador, benigno.) Bueno, venga del Mahou. (LUIS se

    los sirve. Ellos los beben con voluptuosidad.)PACO. Ponme a m una botella, Luis, que me estn dando envidia aqu los

    seores. Adems que estoy seco; entre lo que se suda y que me hesacado la sangre esta maana, se deshidrata uno.

    LUIS. Pero no te la sacaste el jueves pasado, que fuiste al Hospital Gene-ral? Te vas a desangrar, Paco, si sigues con tantas extracciones.

    PACO. Qu va. Pues no produzco yo poca! Mucha ms de la necesaria!Desangrarme yo? Pues no es difcil!

    LUIS. Qu te vienes a sacar t al mes de sangre?PACO. Hombre, unos con otros, echando mano de todas las tarjetas que

    tengo de donante, los mil doscientos centmetros cbicos, o as.LUIS. Qu brbaro.PACO. Y Macaria, mi mujer, otro tanto, no creas, y que la suya es de primera

    o universal, que se llama: grupo cero, o sea, que no tiene RH.LUIS. As est de amarilla, con perdn.PACO. (Un poco ofendido.) Hombre, no s.

    ALFONSO SASTRE

  • 539

    LUIS. Dicho sea sin nimo de ofender.PACO. No, si yo tambin se lo digo, que se aguante un poco; que con lo que

    yo me saco y cuatrocientos centmetros de vez en cuando que se saqueella, para tapar agujeros, ms lo que se saca mi hijo el ciego...

    LUIS. Tambin de sangre?PACO. (Re.) No, hombre! Con la venta de los cupones... Pues que pode-

    mos ir tirando a gusto; pero es que a ella, si no se la sacan, le da lo queella dice angustia y se pone que no hay quien la aguante; claro, se cono-ce que tiene mucha produccin, y es como las sangras que se hacanantiguamente; que sale la sangre y disminuye la molestia; pero ademstambin hay un poco de avaricia, en el buen sentido, porque es que se lapagan muy bien; que es lo que ella dice: chico me dice a m, yo no slo que tendrn mis sangres que todos las quieren; me figuro yo que de-ben de ser dulces... (Re.) Cosa de la Macaria! El problema mo, desdehace algn tiempo, es la coagulacin, que me falla.

    LUIS. Cmo la coagulacin?PACO. Que no coagula.LUIS. Ah.PACO. Vamos, que tengo hemorragia, se conoce que de la fuerza misma de

    la sangre, y mira, por ejemplo, ahora, ya ves, desde esta maana que mela han sacado, todava me sale una gotita aqu, lo ves?, aqu en la vena.(Se descubre una venda manchada de sangre.) Es que hoy me la hanextrado de esta vena tan gorda que parece que va a reventar, no ves?

    GUARDIA 2. (Con muy poca voz, a su compaero.) Oye.GUARDIA 1. Qu.GUARDIA 2. Nos vamos?GUARDIA 1. Qu te pasa?GUARDIA 2. Nada. El calor.GUARDIA 1. Ests blanco como la pared. Te sientes mal?GUARDIA 2. Es el calor. Nos vamos? (Tratando de levantarse.)GUARDIA 1. Me tomo el botelln.GUARDIA 2. Nos vamos? Hale, Ruperto, vmonos. (Con prisa.)GUARDIA 1. Est bien. Pero disimula, que vas de uniforme. (Bebe y se le-

    vanta. Sin hacer ademn alguno de pagar.) Qu te debemos?LUIS. Nada, seores. Es invitacin de la casa.GUARDIA 1. (Al compaero.) Hala, vamos. (El GUARDIA 2 se levanta, por

    fin, marcial.)

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 540

    GUARDIA 2. Buenas tardes, seores.LUIS. Ustedes lo pasen bien.PACO. Adis, muy buenas. (Los GUARDIAS CIVILES salen. Pueden hacerlo

    por el patio de butacas. Pausa de alivio.) A ver el Caco, que abra. Escapaz de caerse dentro del retrete.

    LUIS. Espera un momento; no sea que vuelvan.PACO. Lo peor sera lo que yo me s.LUIS. No me asustes.PACO. Imagnate si se te muere Rogelio en el establecimiento.LUIS. No seas cenizo.PACO. Hombre, lo digo porque cuando lo hemos metido ah estaba inani-

    mado.LUIS. Inanimado! Quin lo ha dicho?PACO. Yo, que lo he visto.LUIS. Tena un mareillo de nada, hombre, de la impresin. Se conoce que se

    vena aguantando el hombre y le ha dado eso.PACO. Hombre, en estado comatoso yo tampoco digo; pero no s. (Empie-

    zan a orse fuertes golpes en la puerta.) se es el Caco, que se havuelto loco... Qu ocurre, Caco? Ya podis salir, venga! (Pero es lavoz de ROGELIO lo que se oye.)

    ROGELIO. (Dentro.) Abrid o mato al Caco, maricones!CACO. (Dentro.) Que es por tu bien, Rogelio! Cllate!ROGELIO. Te mato!CACO. Luego te explico!ROGELIO. Djame salir! Luis! Qu haces que no acudes? Que el to este

    se est aprovechando de mi debilidad! Ay! Resptame, canalla, bu-jarrn! Qu oscuro est esto! Dnde estoy? Eres el Caco en personao el Demonio? Estoy en el barrio de San Pascual o en el infierno?

    LUIS. (Golpe.) brele, Caco, que ya ha pasado todo! brele, Caco, queno est en condiciones! (Grita.) Que le abras, Caco! Que le abras!

    PACO. No te oye. Ya sabes que es un poco tardo del odo.CACO. (Dentro.) Qu?PACO. Aprovecha ahora, que est a la escucha.LUIS. Que ya podis salir! Que abras! (Se abre la puerta y el CACO sale

    despedido a la habitacin de un empelln que le da ROGELIO, el cualsale hecho una furia, gritando.)

    ROGELIO. Qu hora es? Qu hora es?

    ALFONSO SASTRE

  • 541

    LUIS. Escucha, Rojo, ha estado la pareja y se han ido para esa parte. Nobajes, que te trincan. Escndete lo antes posible, y cuanto ms lejos,mejor. Para empezar, aligurate de aqu ahora mismo, rpido.

    ROGELIO. A Guadalajara? A Guadalajara yo? (Como si lo hubieran ofen-dido gravemente.) T ests soando.

    LUIS. A m all penas cuidados, Guadalajara o donde sea; el caso es que tedes el lique cuanto antes.

    ROGELIO. (Da unos pasos y derrota hacia el mostrador; se da un golpa-zo mortal. Se agarra al mostrador y se pregunta por su esencia.)Qu es esto?

    CACO. (Que acaba de beberse la botella.) Joln, qu golpe. Por poco rom-pes el mostrador con la cadera. (ROGELIO queda acodado en l y aho-ra llora silenciosamente. Silencio.)

    ROGELIO. (Al fin.) Estoy borracho. (Pausa. Los tres lo miran compungidos,respetuosos.)

    PACO. (Al fin se atreve a decir algo.) Hombre, Rogelio, no te pongas as.ROGELIO. (Triste.) Si es que lo estoy.PACO. A cualquiera le pasa.ROGELIO. Qu mierda tengo, madre ma. Y en un da tan sealado. Precisa-

    mente hoy, qu pena, en este da.PACO. (Comprensivo.) Hombre, claro, hoy es distinto, claro!ROGELIO. Toda la noche haciendo el burro, y lo que pasa... Pues...PACO. (Termina la frase, cortsmente.)... y ya se sabe, s.ROGELIO. En Guadalajara, que es cuando me dieron la noticia (que me llam

    mi to el Machuna), ya me haba tomado varios botellines, en la ignoran-cia, y estaba a medios pelos.

    PACO. (Incongruente.) Es natural. Un viernes...ROGELIO. (Incomprensivo.) Qu viernes ni qu porras. El caso es que me

    haba tomado unos botellines, porque me apeteca. No te fastidia con elviernes...

    PACO. (Impvido.) Hombre, claro, perdona! Cada uno es dueo de su cuer-po, el viernes como el martes, y quien dice el martes dice cualquier dade la semana.

    ROGELIO. (No traga.) Pero aparte de eso.PACO. (Conciliador a toda costa.) Claro! Aparte de eso, dices t lo

    tuyo! No? Es eso lo que quieres decir?

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 542

    ROGELIO. (Vencido, pacfico a la fuerza.) Exactamente. (A LUIS.) Dameotro golpe, Luis. Qu iba diciendo?

    PACO. Que te habas tomado varios botellines. (A LUIS.) No deca eso, t?LUIS. No s.ROGELIO. Qu groseras tienes, tambin t.LUIS. Groseras de qu?ROGELIO. Hombre, a ver si no! Que te estoy hablando y no me escuchas.LUIS. S que te escucho, hombre.ROGELIO. Pero no te recuerdas.LUIS. Ni t tampoco.ROGELIO. Pero yo estoy con la trompa. Es una diferencia.PACO. El caso es que te habas tomado unas cervezas.ROGELIO. (Ofendido por la incomprensin.)Cerveza de qu?PACO. O de vino, o de lo que fuera: botellines; y que te telefonea el Machuna

    con la noticia de la defuncin de tu santa madre.ROGELIO. Mal rayo le parta al Machuna de las pelotas. Ojala que se hubiera

    quedado mudo.PACO. Y qu iba a hacer el hombre? Si saba tu paradero, pues llamarte, a

    ver. Una mala noticia o se da o no se da.ROGELIO. El caso es que yo, al saber la desgracia, me quedo como tonto y

    no reacciono.PACO. Es natural. Madre no hay ms que una.ROGELIO. (Como aclarando definitivamente la cuestin.) Todo esto en

    Brihuega.PACO. Ah, yo crea en Guadalajara capital.ROGELIO. Pues no. En Brihuega.PACO. (Como si eso cambiara mucho la cosa.) Joder. Y entonces?ROGELIO. Entonces, cuelgo.PACO. Hombre, claro.ROGELIO. No, claro no. Cuelgo correctamente!PACO. S, hombre, cuelgas como es debido. Se supone. Cmo ests! Luis,

    danos de beber.LUIS. Para ti lo que quieras.ROGELIO. Y yo qu? Yo soy de paloluz?LUIS. Por tres razones.ROGELIO. Hombre! A ver por qu tres razones soy yo de paloluz.

    ALFONSO SASTRE

  • 543

    LUIS. De paloluz, nada. Digo que tengo tres razones para no servirte, a versi me entiendes.

    ROGELIO. Un momento.LUIS. Qu.ROGELIO. Que te escucho con una de suave en esta mano, o no te escucho.LUIS. Pero la ltima; delante de hombres. (Por CACO y PACO.)ROGELIO. La penltima.LUIS. Vale. (Le sirve.)ROGELIO. Ahora dime ese rollo.LUIS. Porque una de dos...ROGELIO. No decas que tres? A ver si te aclaras.LUIS. (Confuso.) Las que sean!ROGELIO. (Paciente.) A ver, explcate; que yo te escucho.LUIS. O sea, que aqu no tienes por qu estar, y no es que yo lo diga; es

    decir, que o te vas al entierro, y si te trincan, all t, pero cumples con tudeber de hijo y quedas como un hombre, o te najas a Arganda o dondehayas dicho, que a m no me importa, y te evitas mientras puedas eltrago de Carabanchel. Y adems que quedndote aqu me complicas am la vida..., (Triunfal.) que es la tercera.

    ROGELIO. (A PACO, como dicindole: ste es tonto.) Eso: a Arganda.PACO. (A LUIS.) Brihuega, hombre, Brihuega. (Con dulzura.) Claro que lo

    que yo quera era un botelln. Te acuerdas que dije: danos de beber?LUIS. Perdona, Paco, hijo, pero es que este hombre me est volviendo

    tarumba. Qu has dicho? Un botelln?PACO. No s, creo; vamos, creo que s. Dale tambin al Caco.LUIS. Una caa de vino, Caco?CACO. (Sentado, inmvil.) Bueno.LUIS. (A PACO, sirviendo la caa.) Acrcasela t, hombre. (PACO, gentil,

    la sirve a la mesa.)PACO. Ah tienes, Caco, a domicilio.CACO. No haberte molestado, hombre. Me hubiera levantado.ROGELIO. (De pronto.) Bueno, me voy. (LUIS se agarra, rpido, a la deci-

    sin de ROGELIO.)LUIS. Si te puedes coger un taxi, mejor; lo que yo te diga.ROGELIO. Taxi para mi madre? Si est aqu al lado. Ay, madre ma! Soy

    un mal hijo, pero all voy! Ay, madre ma!

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 544

    PACO. Entonces, tmate un caf doble solo, ah en el Tulipn y te refrescasun poco en la fuente, anda.

    CACO. (Escueto, interviene.) Y te peinas, y quedas como nuevo.ROGELIO. No estoy en condiciones. Se me va la cabeza.PACO. O entra ah (Por el WC.) y te metes los dedos, a ver si arrojas y te

    alivias.CACO. Yo que t me meta un doble de cazalla para animarme.LUIS. Cllate, burro.CACO. O se alivia o se muere.LUIS. Qu animal.ROGELIO. No me atrevo a ir, con mi padre all y todos los parientes. Adems

    que no llevo ni una mala tela negra en el traje, como si no fuera mimadre, y me da no s qu.

    PACO. Es un trago; tambin es verdad: un trago.ROGELIO. Oler a cera? Yo me supongo que oler, y ms con la calor.PACO. Seguro que s huele. (A ROGELIO le da una nusea.)ROGELIO. Me da angustia el olor a cera, y ms si hay flores, y ms con toda

    esta calor. Mira que si devuelvo sobre mi santa madre; no quiero nipensarlo.

    PACO. Hombre, eso ya sera un sacrilegio, a ms de una cabronada.ROGELIO. (Con remordimiento.) Por qu me pasara a la cazalla, me cago

    en la mar? Por qu me pasara?PACO. Cundo? Porque desde luego no hay nada peor que la bebida blanca.ROGELIO. Cmo que cundo? Anoche, despus de hablar con el Machuna

    que es lo que yo os contaba, y que no os enteris. Colgar y pedir unacazalla todo fue uno; y luego otra.

    PACO. ... En vez de venirte embalado a casa de tu madre, vamos, en plan dehijo, que es lo que debe ser... Quieres decir eso, a que s, Rogelio? Noes que yo lo diga!

    ROGELIO. (Ignora a PACO.) El caso es que me li y todava no s ni cmo hepodido llegar hasta aqu; algo de un camionero y no s qu de un acci-dente, eso es! Que debe ser por lo que me duele aqu. (Por el cuello;se lo descubre.) Que no s lo que es, pero me duele.

    PACO. Te has pegado un buen corte. No habr sido una navajada, t?Porque es un corte limpio. A ver...

    ROGELIO. No creo. El caso es que aqu estoy, como el primero!

    ALFONSO SASTRE

  • 545

    PACO. T quieres que yo te lleve?ROGELIO. Adnde?PACO. A casa de tu madre, que en paz descanse.ROGELIO. El Rogelio va solo a casa de su madre! No te amuela!PACO. A ver si puedes! Por m, mejor, figrate. A ver si te crees t que es

    un plato de gusto.ROGELIO. No s por qu no voy a poder, so listo. (Trata de ir hacia la puer-

    ta, pero se desva y se pega un golpe contra la pared. Trata de reha-cerse y se tambalea, resbala, cae. Paco va a ayudarle pero Luis,autoritario, le dice desde detrs del mostrador:)

    LUIS. Djalo. No te metas t.PACO. Es por echarle una mano.LUIS. A ver si as aprende. Djalo. (ROGELIO sigue dndose golpes, cayen-

    do y levantndose. Es una borrachera csmica. LUIS est mirandopor la ventana.) Ah va, mira.

    PACO. El qu.LUIS. La carroza, el entierro.PACO. se es el coche de respeto. Mira al Ciriaco, que parece que va llo-

    rando. Qu hacemos?LUIS. Dselo a ste. (PACO, decidido a cumplir su misin, se pone a gri-

    tar como una furia.)PACO. Rogelio, que se la llevan! Rogelio, que se llevan a tu pobre madre!

    Rogelio, prtate, aunque sea en el ltimo momento! Que se marcha elcortejo fnebre! Que se marcha la manifestacin de duelo! Rogelio,hazte contigo! Sal a la calle y nete al cortejo! Cgete un taxi y a lomejor te espabilas! Dios mo, qu trompa tiene! Qu trompa, madrema! Rogelio, haz por sacar fuerzas de flaqueza! Haz de tripas cora-zn y anda derecho, que se va para siempre lo que ms se quiere en elmundo, que es la madre! Quin te limpiaba la cara, de chaval? Quinte pegaba azotes en el culo? A qu teta te agarrabas siendo t unmamoncillo? Ay, Rogelio, nunca se sabe lo que se pierde! Dile el lti-mo adis, aunque sea desde aqu, ya que no puedes ir ms lejos por tumala cabeza! (ROGELIO, de pronto, se dispara como una tromba haciala puerta.) Ay, que se mata! (Pero no. Acierta y sale. Ya en la ex-planada, grita como un loco:)

    ROGELIO. Taxi! Taxi! Taxi! Taxi! (Y desaparece gritando. LUIS, alivia-do, silba.)

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 546

    PACO. Lo va a atropellar un coche.LUIS. (Re.) Pobre coche. Como le d con la cabeza, lo ava.PACO. (Un poco fastidiado.) Jos, t te res de todo.LUIS. Y qu vas a hacer, hombre, si es la vida?PACO. La vida o no la vida a m me impresiona, es decir, que hay cosas que,

    si me apuras, casi te dan miedo. Joder, a m que me echen vampiros ofantasmas, pero hay cosas de la vida que no lo puedo remediar: measustan. Es como un respeto o algo as.

    LUIS. Hombre, para ti un vampiro debe de ser como un chiste, con lo que ati te gusta mover la sangre y todo ese comercio.

    PACO. T rete.LUIS. Si no me ro.PACO. Pero el otro da la Macaria casi se me muere.LUIS. De qu?PACO. Del susto.LUIS. Y eso?PACO. (Se re recordndolo.) Pues que cac un murcilago al anochecer

    cuando iba para la chabola, y voy y se lo meto en la cama sin que ella sediera cuenta, claro. Imagnate t la que se arm; ya sabes lo que son lasmujeres.

    LUIS. (Interesado.) Y cundo lo descubri? Al acostarse?PACO. Claro, al levantar la sbana.LUIS. Y seguro que estara en camisn, dicho sea con tu permiso. Me ima-

    gino la escena... En el buen sentido; a ver si me entiendes.PACO. Ni camisn ni nada hombre, estamos hablando entre amigos, no?,

    pues nada, ni camisn ni nada, con la calor que hace. As que imagnatea la Macaria estamos entre amigos, no? en esa forma y dando vocesde Es un vampiro Es un vampiro!, y tapndose con la sbana, quela fantasma pareca ella, y yo rindome y dicindole: qutate eso, chica,que pareces la hija de Drcula, ms inhumana y cruel que su padre.(Re.)

    LUIS. (Re.) Y cmo acab la cosa?PACO. (Complacido de la pregunta, hace una transicin.) Hombre, eso

    ya son palabras mayores.LUIS. (Cmplice.) Ah! Hubo dale que te pego?PACO. La vampiric a modo.

    ALFONSO SASTRE

  • 547

    LUIS. (Pdico, pregunta por otra cosa.) Y el murcilago?PACO. Yo qu s, macho! Se ira. Venga, dame otro botelln.LUIS. Es que yo no bebo?PACO. Anda que no tienes cara!LUIS. Es por hacerte gasto.PACO. Tengo menos dinero que Tarzn bandose.LUIS. Ya ests llorando?PACO. Est subiendo todo que no veas, y la sangre, a precio fijo, ochocien-

    tas cincuenta; y aunque compenses algo sacndote un poco ms, no essolucin porque, quieras o no quieras, tienes un desgaste, y si te quitasun ao de vida, pues es un ao.

    LUIS. (Ha servido a PACO y se ha servido l, sin hacer caso. Ahorabebe.) Estoy bebiendo a tu salud, te enteras?

    PACO. A m, all penas cuidaos. Me lo apuntas en la barra del hielo. Daletambin a se... (Por el CACO.) de mis partes.

    LUIS. Puesto. (Lo pone. Ruido de una motocicleta que entra en escena.La conduce JUANITO EL CARBURO, que se baja y deja la moto junto ala puerta. Lleva un gran casco rojo y negro, enormes gafas, guan-tes muy aparatosos con manoplas y un transistor funcionando agran volumen. Parece un cosmonauta. Entra en la taberna sin qui-tarse nada. En el transistor, msica yey.)

    CARBURO. Buenas. (Nadie lo ha reconocido.)LUIS. (Fro.) Buenas. Qu desea el seor?CARBURO. Qu seor ni qu pollas! A ver si es que no me conoces t, Luis.LUIS. As de pronto, no me hago idea.CARBURO. Qu tal t, Paco?PACO. (Cayendo.) Hombre, pero si es el Carburo. Qu tal, majo?CARBURO. Ya ves. (Se quita las gafas.) Anda, danos de beber.LUIS. Claro, con esa escafandra cualquiera te conoce. Pareces un buzo.CACO. (Desde su mesa se re.) Si es el Carburo.CARBURO. T tambin?CACO. Qu he dicho yo?CARBURO. Me pareca! Y menos cachondeo, eh, Caco? T en tu puesto y

    yo en el mo. No confundamos.LUIS. (Corta, jovial.) Y qu? Cmo t por aqu? Cunto tiempo que no

    se te ve el pelo!

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 548

    CARBURO. Es que, a ver, desde el barrio de la UVA aqu, hay un trecho, nocreas, y da pereza. All tenemos de todo, bares a todo plan, comercios, yluego adems el tiempo que he estado en Alemania.

    LUIS. Te has equipado bien, por lo que veo.CARBURO. En plan cosmonauta, dice mi chico. (Re.) Hay algo de beber?LUIS. Todava queda.CARBURO. Ponme una de coac.LUIS. Marca?CARBURO. Carlos Garrafa; a m me gusta fuerte. Ser por dinero? No se

    me acaban los billetes ni quemndolos.LUIS. Aqu tienes tu copa. (Le sirve. El CARBURO la bebe.)CARBURO. Pues he venido a buscar a uno que no s si vendr hoy por aqu,

    pero me creo que a lo mejor viene.LUIS. Te deben algo?CARBURO. Una explicacin. (Pausa.)PACO. (Incmodo.) No lo dirs por m.CARBURO. Qu va, muchacho. T tranquilo.PACO. Es que ahora me parece recordar que yo te debo algn dinero, s,

    hombre, de aquel da en el bar del Guarro, que estuvimos de chusma yyo perd tres rondas a los chinos. No es eso?

    CARBURO. Me debes cinco bars, pero no corren tanta prisa.PACO. (Digno.) Se te pagan y ya est.CARBURO. Ser por dinero? Mira, Paco, te pagas una convidada y ya no se

    hable ms. A ver si por un cangrejo, yo... Sera lo ltimo. Hombre, sientoque te hayas credo que lo que he dicho iba por ti. Yo sin acordarme.Que se mueran mis hijos.

    PACO. Yo s me acuerdo, ahora que me lo dices. Perdona, chico.CARBURO. Vale. (A LUIS, confidencial.) A quien busco es a Rogelio, sa-

    bes?, a mi compadre, el Rojo.LUIS. Ah!CARBURO. Como hoy entierran a su madre, a lo mejor se acerca. (LUIS se

    hace el distrado fregando el mostrador.) Dnde la entierran? En elEste?

    LUIS. En el de Canillas, creo. Ya ha pasado el entierro.CARBURO. Hace mucho?LUIS. Un rato.

    ALFONSO SASTRE

  • 549

    CARBURO. Y ha venido el Rogelio? (LUIS no responde.) Eh t?LUIS. (Evasivo.) Aqu s que ha estado. (Silencio.) Qu te pasa con l?CARBURO. Pasarme, nada. Es a l al que le va a pasar. Ha dicho algo de

    volver?LUIS. No, no ha dicho nada.CARBURO. A lo mejor vuelve, no, t?LUIS. No creo, porque anda por ah la Guardia Civil.CARBURO. Sigue en busca y captura, claro.LUIS. Creo que s.CARBURO. Pero si l estaba en El Espinar cuando lo del guardia! Qu

    cosas hay que ver!LUIS. Ah!, yo no s nada de eso. Ni ganas; yo estoy en lo mo.CARBURO. Por m que lo maten, imagina. Si no lo matan ellos, voy a ser yo!

    Pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.LUIS. Yo ni entro ni salgo.CARBURO. Es que ya parece que decir quinquillero es como decir hijo de

    puta; y eso tampoco! En ese oficio, que t lo sabes, los hay tan honra-dos como el que ms. Y tan trabajadores como el ms currante. Y ade-ms, qu palabra es sa de quinquilleros? Ni que fueran gitanos.

    LUIS. Ni que fueran?CARBURO. Est mal lo que he dicho?LUIS. Qu pasa, que t no te consideras del oficio? Como dices ni que

    fueran....CARBURO. Pues no hace poco que yo dej la caja!LUIS. Eso ya lo s, pero lo llevas en la sangre, o no?, y a ver toda tu familia

    lo que es.CARBURO. Y a mucha honra.LUIS. Pues por eso.CARBURO. Anda ste!LUIS. Qu pasa con ste?CARBURO. Se cree que yo me voy a avergonzar por haberme ganado la

    vida con la caja! Y con la quincalla. Y con el carro por esos pueblos. Y amucho honra, ya te digo. Y mi madre, sillera de toda la vida, y vendedora.

    LUIS. Pues ya est.CARBURO. Pero que ya est!LUIS. Y yo qu digo?

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 550

    CARBURO. Que no lo dudes; es lo que digo yo.LUIS. (Lo echa a broma.) Como te aplique el cdigo, vers.CARBURO. A m ni cdigo ni San Cdigo. (LUIS saca una enorme estaca de

    detrs del mostrador.)LUIS. (Sonre.) Decas algo?CARBURO. (Con buen humor.) Joder, qu porra.LUIS. Es un mataquinquis.CARBURO. T siempre con tus cosas.LUIS. A ver qu vida.CARBURO. Si no fuera por estos y por otros ratitos, verdad?LUIS. Se morira uno.PACO. A m lo que me gusta es la armona.CARBURO. Y a m, y a ste, y a cualquiera. (Se acuerda de pronto.) Pero

    cuando hay un venao como el Rogelio, mi compadre, qu vas a hacer?PACO. Te ha hecho alguna pirula?CARBURO. T me perdonas, verdad, Paco?PACO. El qu?CARBURO. Lo que te voy a decir de eso que t me has preguntado. T me

    perdonas?PACO. T di lo que sea, y ya veremos.CARBURO. Como dices que si mi compadre me ha hecho o no me ha he-

    cho...! (Alza la voz.) A ti qu leche te importa? Es lo que yo me digo!(Saca una navaja.) T ves a esta chaira? (La abre.)

    PACO. (Tranquilo; sabe que no va con l la cosa.) Es de Albacete, no?CARBURO. Legtima.LUIS. Oye, cierra eso.CARBURO. (Sin hacer caso.) Pues ste es el churi que se va a tragar mi

    compadre el da que lo vea, que a lo mejor va a ser esta tarde misma;porque es lo que yo digo, o se es hombre o no se es hombre, y lo que l hadicho no lo dice un hombre; es decir, lo que se dice un hombre. No teasustes, Luisito, que me lo guardo. (Se la guarda. Por el WC.) Puedopasar?

    LUIS. Pasa. (El CARBURO pasa al WC. LUIS, rpido, sale del mostrador yle dice al CACO.) Oye, sal a ver si encuentras al Rojo en cualquier taber-na, La nica, El Guarro, El Tulipn o el Gurug... Tiene que andar porah. (Todo este dilogo muy rpido y en voz baja.)

    ALFONSO SASTRE

  • 551

    PACO. Y si ha encontrado taxi?LUIS. Qu va a encontrar!CACO. Y qu le digo?LUIS. Que no venga por aqu, que han vuelto los picos. (El CACO se levanta,

    prueba sus fuerzas.) Ests en condiciones?CACO. S.LUIS. Pues hale.CACO. El caso es si tengo que tomar un vaso o cualquier compromiso.LUIS. No llevas nada?CACO. Lo justo para pagarte la semana, que son 27,50 segn creo.LUIS. 28,50 si no te importa. Mralo en la pizarra.CACO. Me guindas una cala, Luis? Mira que yo llevo las cuentas de lo que

    me tomo.LUIS. De eso nada. Ah lo tienes, con detalle de los botellines que son.CACO. Bueno, vale. Por no discutir. Pero yo s lo que me tomo, ya te digo.LUIS. Qu me das aqu, oye?CACO. 18,50.LUIS. Faltan dos duros.CACO. Que te los quedo a deber con tu permiso, y as no voy sin nada. No te

    enfades.LUIS. Te lo apunto. (Borra y apunta diez pesetas en la pizarra.)CACO. Adnde tena que ir, que no me acuerdo?LUIS. A lo del Rojo. No te digo? A lo del Rojo, que no aparezca!CACO. Ah, s. Perdona. (En ese momento sale el CARBURO, abrochndose

    el pantaln. El CACO hace ademn de marcharse.)CARBURO. Ya te vas, Caco?CACO. Vuelvo ahora.CARBURO. Hazme un favor, hombre.CACO. (Servil.) Lo que t digas.CARBURO. Te traes un paquete de Chester de ah, del Tuerto.CACO. El cerillero ese? (El CARBURO asiente y le da un billete.) Qu me

    das?CARBURO. Veinte chuls.CACO. Y cunto vale?CARBURO. No lo s exacto. Te traes la vuelta.CACO. Y me tomo una copa a tu salud.

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 552

    CARBURO. Pero pitando. (El CACO sale. Silencio.)LUIS. (Profesional; por hacer conversacin.) Y qu, currando mucho?CARBURO. No falta curro, no.LUIS. Qu ests? En la construccin?CARBURO. (Asiente.) Ah con el yeso. Como siempre.LUIS. Cunto te has tirado en Alemania?CARBURO. Un ao y medio.LUIS. Traeras perras.CARBURO. No me puedo quejar.LUIS. Te llevaste a la Carmen?CARBURO. (Mosca.) T sabes que no; son ganas de decir tonteras, que no

    s a qu viene.LUIS. Si supiera que te la llevaste o que no, no te preguntara. No com-

    prendes?CARBURO. Despus de todo lo que se ha dicho en el barrio, no me vengas

    ahora con que si sabas o no sabas.LUIS. (Maligno.) Lo que se ha dicho de quin?CARBURO. Vete a hacer puetas.LUIS. (Respirando, se encoge de hombros.) Bueno!PACO. (Por cortar la situacin.) Y qu, ests con el Julio?CARBURO. Y con el Legumbre.PACO. Ah, con el Lenteja, dices.CARBURO. Ahora le llamamos Legumbre.PACO. Siempre estis con el cachondeo.CARBURO. Y qu vas a hacer?PACO. Y Antonio el Caballo?CARBURO. Pues por all anda.PACO. Ya no trabaja el yeso?CARBURO. Creo que s.PACO. Se gana pasta buena con el yeso, no?CARBURO. Eso depende.PACO. A cmo pagan ahora el negro?CARBURO. A nosotros mejor que a nadie.PACO. Vaya contestacin.CARBURO. Es la verdad.PACO. Ya s que se gana.

    ALFONSO SASTRE

  • 553

    CARBURO. Pch.PACO. Trabajis con tarlocha?CARBURO. Ni tarlocha ni leche.PACO. (Impertrrito.) No cunde menos la llana que la tabla?CARBURO. Pero oye: es que t te vas a meter al yeso ahora?PACO. No, hombre.CARBURO. Tanto preguntar!PACO. Que soy curioso.CARBURO. Pues pregntale a un guardia, no te jode.PACO. En seguida te enfadas.CARBURO. Si no es enfadarse ni no enfadarse, hombre! Es que cuando est

    uno descansando, o descansa o no descansa. Djame de yeso y de noyeso hasta el lunes! Quieres? No comprendes, majo?

    LUIS. O hasta el martes.CARBURO. Y qu?LUIS. Pues que como siempre hacis lunes zapatero...; pues eso, que hasta

    el martes. (Re, estpidamente.)CARBURO. Y quin nos lo paga? T?PACO. (A LUIS.) Bueno, ponnos la ma. (A CARBURO.) Y en paz, no es eso?CARBURO. Vale. (LUIS les sirve.) Me voy a ir.LUIS. (Que le iba a servir.)Te pongo o no te pongo? (El CARBURO apaga

    el transistor.)CARBURO. Eso se le pregunta a los muertos, no te giba!LUIS. Como dices que te vas!CARBURO. Pero ser cuando a m me salga de mis partecitas, no?LUIS. (Le hace gracia; re.) Qu Carburo ste!CARBURO. Me voy a buscar a mi compadre. No sea que est en otro esta-

    blecimiento.LUIS. (Loco por que se vaya.) A lo mejor.CARBURO. T, loco por que me vaya, no?LUIS. A m, all penas.CARBURO. Hoy corre la sangre en este barrio; y si no al tiempo.LUIS. (Incrdulo.) No me mates.CARBURO. Ya lo vers. A que te empapuzo de arate el establecimiento!

    (Apostando.) Qu te va?LUIS. T dnde entierras?CARBURO. Tengo una sacramental propia; anda ste.

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 554

    LUIS. Te van a llamar la gripe asitica.CARBURO. Cllate, baciln, que eres un baciln.LUIS. El que ests bacilando eres t; vamos: que quieres bacilar! Pero con-

    migo es ms difcil.CARBURO. Contigo? Yo contigo? Amos, anda. Tienes t muy poca cate-

    gora.LUIS. Primera especial.CARBURO. Quin te ha dado el carnet?LUIS. Tu to el guardia.CARBURO. A veitendio, cario.LUIS. Mira, que salgo.CARBURO. Avsame.LUIS. Yo doy sin avisar.CARBURO. (Con voz aflautada.) Traidor! (PACO re. LUIS no sabe qu res-

    ponder.) Lo ves, macho? Si no hay color... Hala, nos pones otras copasy me das la vuelta de una libra.

    LUIS. De qu libra?CARBURO. De los veinte duros que te voy a dar otro da que venga.LUIS. Eso no te lo crees ni t. (Afuera se oyen gritos del BADILA, que se

    despierta: Sacadme de aqu, cabrones! Auxilio! Socorro!.)CARBURO. Qu es eso?PACO. El Badila, que est en la zanja esa. (Sin moverse un dedo.) Lo

    sacamos?CARBURO. Yo desde luego no.PACO. Pues yo tampoco. Con el calor que hace, cualquiera sale fuera. (Pau-

    sa. El CARBURO taconea un poco y da palmas.) Eso, cntate una.CARBURO. Cmo la quieres?PACO. Un cante bueno.CARBURO. Por Valderrama?PACO. Vale. O por Fosforito.LUIS. Oye, por qu no cantas por Pepe el Mudo?CARBURO. Cllate, to listo.LUIS. A ver qu dice ah. (Por un cartel.)CARBURO. (Guia los ojos.) Soy corto de vista y adems analfabeto; as

    que imagina.LUIS. Se prohbe cantar en este establecimiento.

    ALFONSO SASTRE

  • 555

    CARBURO. (Se pone una mano en la oreja a modo de trompetilla.) Qu?Estoy un poco sordo.

    PACO. Djale, Luis; por lo bajini.CARBURO. (Se arranca.) Ay, ay.LUIS. Te duele algo?CARBURO. Ay.PACO. (Impaciente.) Venga ya. (CARBURO le echa una mano por los hom-

    bros y le canta en la oreja.)CARBURO. (Contina con la entrada.) Ay. (PACO cierra los ojos espe-

    rando el cante. Por fin:)

    Ay! Mralo por dnde viene...aquel que mat a tu padre.

    PACO. (Decepcionado.) No, hombre. Sin cachondeo.CARBURO. (De nuevo.) Ay.PACO. (Escuchando, con aire de entendido.) Vale.CARBURO. A mi puerta has de llamar

    y no te he de abrir la puertay me has de sentir llorar.

    PACO. (Aprobador.) Vale, macho.CARBURO. La bala que a m me hiri

    tambin roz al comandante.A l lo hicieron coronely yo sigo como antes.La baja que a m me hiri!

    (En ese momento llega, muy borracho, ROGELIO. Provo-cador, se planta en el centro de la taberna. Tambin hallegado el CACO, que se disculpa ante LUIS.)

    CACO. No he podido hacer nada! Me ha pegado una torta, el muy animal,que por poco me tira al suelo.

    LUIS. Idiota. La culpa la tengo yo. (Quiere decir: por mandarte a ti.)ROGELIO. (En voz muy alta.) Quin es el hijo de catorce padres que se pone

    a cantar el da de la defuncin de mi santa madre, que en gloria est?

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 556

    PACO. (Asustado.) Que est muy borracho, Carburo. Djalo.CARBURO. T tranquilo. (Se levanta, en la expectacin general, y se pone

    a manejar el transistor sobre el mostrador, mientras dice sin mirar-lo:) Ponle una copa a se.

    LUIS. Aceptas, Rojo?ROGELIO. Yo bebo de lo mo. (Pone un duro en el mostrador. LUIS, nervio-

    so, le sirve una copa. ROGELIO se enjuaga con ella la boca y dice envoz muy alta mirando hacia el CARBURO.) Quin es el malnacido queme iba a hacer un butrn a m en la tripa? A ver quin era el guapo. (ElCARBURO ha encontrado una msica de su agrado y la pone a granvolumen. Se aparta del transistor y saca su navaja. Se dirige a laconcurrencia.)

    CARBURO. Esta msica se la dedico a la seora Cosmosplita, que en pazdescanse, la cual era una santa, si bien su hijo lo es de la gran puta.(Todos, estupefactos, guardan silencio ante tamaa provocacin.El CARBURO aade algunos detalles:) El maricn que me toque el tran-sistor me toca al mismo tiempo a m los cataplines. (Pausa. El ROGELIOse acerca al mostrador, tranquilo, como si se le hubiera pasado laborrachera, y apaga la radio. Despus se abre la camisa y se acer-ca al CARBURO; le ofrece el pecho desnudo.)

    ROGELIO. Si tiene lo que dice, pncheme, cabronazo. (El CARBURO tiene lanavaja abierta en la mano.)

    CARBURO. Esa palabra la retira usted, pero que ahora mismo.ROGELIO. Cula?CARBURO. Esa de cabronazo.ROGELIO. Y si se la dijera en el buen sentido?CARBURO. (Duda un poco.) Entonces vale.ROGELIO. (Se crece ante la debilidad del otro. Insiste.) Vale o no vale?CARBURO. Vale.ROGELIO. Pero es que yo se la deca en el sentido propio de cabrn, Carbu-

    ro, avei se entera.CARBURO. (Plido.) Repita eso, que yo lo escuche.ROGELIO. (Impvido.) En el sentido propio del que lleva unos cuernos, a ver

    si me entiende. Cmo ha podido entrar por esa puerta mi compadre?CARBURO. (Dbil, casi tembloroso, como a punto de llorar.) Con la cabe-

    za muy alta, Rojo. Con la cabeza muy alta!

    ALFONSO SASTRE

  • 557

    ROGELIO. Cmo es eso? Es que no le pesan? A ver si son de plstico.CARBURO. Eso me lo va a decir en la calle, mamonazo.ROGELIO. Pero que ahora mismo, despus de tomarnos una copa. (A LUIS.)

    Pon de beber para todos, Luis, que le voy a dar a mi compadre unaleccin que no la olvida.

    LUIS. De eso nada.ROGELIO. Cmo que nada! He pedido de beber para todos!LUIS. Te voy a dar un consejo, Rojo: que te des el queo; que aqu te huele la

    cabeza a plvora.ROGELIO. Ms vale a plvora que a hueso como al compadre. Je, Carburo!

    (Citndolo como para un natural.) Je! (El CARBURO le tira un viajecon la navaja. ROGELIO lo esquiva.)

    PACO. Estaros quietos, coo! (Apartndose.) Que vamos a tener un dis-gusto!

    ROGELIO. Je, Carburo!CARBURO. A usted lo mato yo! A usted lo mato yo! (ROGELIO tropieza en

    la mesa donde est el CACO.)CACO. (Da un grito agudo.) Socorro! (ROGELIO se ha situado junto a un

    pellejo de vino. Al esquivar otro viaje del CARBURO, ste pincha el pe-llejo y empieza a salir vino. LUIS pone el grito en el cielo.)

    LUIS. Me jio mil veces en la leche que os han dado a los dos, canallas!Maldita sea la hora en que la perra de vuestra madre se ajunt con elvenado de vuestro padre, hijos de la grandsisma! Me arruinis el nego-cio! Os bebis mi sangre y mi sudor! Me derramis el vino! (Ha tapa-do el agujero con un dedo.) Quinquilleros de mierda, que sois peorque los gitanos! (Ante estas imprecaciones, dichas con voz tonante,los bronquistas se han parado y estn como pasmados.)

    ROGELIO. Hombre, Luis, no te pongas as.CARBURO. (Compungido.) Ha sido sin querer, te lo juro. Yo lo que quera es

    aviarle a ste.LUIS. (Sin hacerles caso.) Caco, anda, acrcate a la farmacia y te traes

    una tirita.CARBURO. Por cierto, caco. Mi tabaco y las vueltas.CACO. Perdona, hombre. Con eso de la bronca... (Se lo da.)CARBURO. Qudate una peseta, por el viaje.CACO. Gracias.

    LA TABERNA FANTSTICA

  • 558

    CARBURO. Y cinco duros para la botica: los gastos corren por mi cuenta, porser yo el autor del estropicio.

    CACO. Entonces qu? Me traigo una tirita?PACO. Hombre, Luis, con una tirita no vas a tener bastante. O es cosa de

    poco? (LUIS quita el dedo y cae un chorro. PACO, servicial, pone unvaso vaco y se lo llena.) Que no se desperdicie. (Bebe.)

    LUIS. Que sea un esparadrapo, Caco. Una cajita.PACO. (Al CACO, acabando las instrucciones de LUIS.) Esparadrapo de

    ese ancho, que es as.CACO. Vuelvo en seguida. (Sale. Un silencio.)ROGELIO. Por poco me deja usted seco, eh? Me ha tirado un viaje a la tripa;

    me he dado cuenta.CARBURO. (Ceudo.) A ver si es que usted se cree que uno se puede ca-

    chondear de uno.ROGELIO. (Con lgica aplastante.) Ni otro de otro.CARBURO. (Ante lo obvio.) Hombre, claro.ROGELIO. (Incongruente.) Entonces?CARBURO. (Despistado, pero terminante.) Entonces nada.ROGELIO. Porque, vamos, yo creo que la muy la tenemos para hablar.CARBURO. (No tiene nada que objetar.) Endendeluego.ROGELIO. Pues si est para hablar se habla. Vamos, digo yo. Y ms entre

    compadres.CARBURO. (Cerril, sin seguir el hilo, pero tratando de reprochar algo y

    de seguir siendo terminante.) Pues claro que se habla.ROGELIO. Pues a ver.CARBURO. A ver el qu?ROGELIO. (Retador, ponindose a la escucha.) A ver su frase.CARBURO. Qu frase?ROGELIO. La que me tena que decir: el porqu de su cabreo, aqu entre

    hombres. (Por los asistentes, como nombrndolos testigos.)CARBURO. Claro que tengo una frase!, y de las que no admiten rplica

    ninguna.ROGELIO. Pues dgala, vamos a ver.CARBURO. Que ms vale hablar poco y actuar legal, que irse de la muy, que

    es lo que usted ha hecho no digo yo que con mala intencin!, pero seha ido de la muy, compadre: que se ha ido de la muy..., que s, que se lodigo yo... (Lo ltimo suave, casi comprensivo.)

    ALFONSO SASTRE

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    ROGELIO. Hombre, de eso de irse de la muy, eso depende, porque a lo mejorlo que resulta es que el que se ha ido de la muy es el que le ha dicho austed que el que se ha ido de la muy he sido yo. No s si me explico. Ypara eso est la muy, chalado, que es usted un chalado, se lo digo yo!(Esto se lo dice finolis y casi cariosamente.)

    CARBURO. (Que no lo estima as.) Sin faltar, compadre, sin faltar.ROGELIO. Aqu, en ese caso, el que est, ms que faltando, sobrando, es

    usted, y perdone la expresin. Porque si yo he hecho algn comentario esun decir acerca de la Carmen mientras que usted trabajaba es undecir en Alemania...

    CARBURO. (Herido.) No, que trabajara usted por m, qu listo!ROGELIO. A lo que voy es a cosa distinta, y es decir que si yo he hecho algn

    comentario de la Carmen, siempre habr sido en plan familiar y desdeluego menos en comparacin con la realidad de la vida, porque, ay!, am se me ha cado la cara de lacha, como padrino que yo soy del Carburito,de ver lo que se ha visto en este barrio, y luego en el de la UVA, durantesu ausencia de usted; de lo que se ha visto, digo, con la Carmen y Pacoel Legionario, que adems l la sacaba los cuartos para luego gastrse-los con el sinvergenza ese del Mao, que es marica..., porque sa es otra.

    CARBURO. Y qu voy a hacer yo, vamos a ver? Matarla? A ver! Qu lavoy a hacer yo? Ms que la hice, a ver! Pues eso: la tunda que la di nose la quita nadie; como que se la tuvieron que llevar a la casa de socorroy estuvo en el hospital catorce das; que si no llega a ser porque el cha-val, al ver a su madre echando sangre por la boca y que chillaba de esasmaneras, se puso a llorar, el pobrecillo; y, claro, me dio no s qu seguircon ella; que si no...

    ROGELIO. Pero poda haber matado al Paco, es decir, hacer alguna buena, loque se dice un escarmiento.

    CARBURO. Pero cmo lo iba a matar, pueta, si cuando yo volv de Alema-nia ya se haba muerto el to? Que tiene usted cada cosa...

    ROGELIO. Pues haberse cogido al cro y pirarse por ah, no s, donde ningunole conozca a uno y dejarla tirada, que es lo suyo, por ser una rabiza, quees lo que es y de lo ms tirado.

    CARBURO. Y con eso, qu se consigue? Ser la risin, Rogelio... Porque aver, ya puestos a eso, a usted quin le certifica que la criaturita es suya,quiere decirse ma, tratndose de una puta como es la Carmen, que esoyo lo reconozco.

    LA TABERNA FANTSTICA

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    ROGELIO. Hombre, eso de ser gum lo reconocen todos los del barrio que lahan conocido cuando haca la carrera por ah, por Manuel Becerra; peroeso es aparte.

    CARBURO. Bueno, usted no disimule ahora; y aqu a lo que vamos, ya quehabla del cro y de la zorra de su madre y de varios asuntos que, porcierto, a estos seores no les interesan. (Los dos estaban escuchandomuy atentos y ahora disimulan. PACO silba. LUIS limpia el mostra-dor.) Es decir, que a ver si usted me da la siguiente explicacin de porqu el sbado pasado en el Gurug usted dijo a los que quisieran orlecierta cosa.

    ROGELIO. Eso es mentira!CARBURO. Quin lo ha dicho?ROGELIO. (Cierra un ojo.) Este tuerto.CARBURO. (Paciente.) El qu es mentira, vamos a ver? Porque yo entodava

    no he dicho una palabra.ROGELIO. Lo que sea! Eso es mentira! Se lo digo yo!CARBURO. Que usted no dijo a la concurrencia que usted, maldita sea!,

    me cago en mi padre!, que el chico, quiero decir, que la criaturita no esma y que usted es su verdadero padre? A ver si lo ha dicho o no lo hadicho, que es lo que yo quiero saber. (A LUIS.) Estoy hablando correcta-mente, creo yo. No, Luis? Luego no digas. Anda, danos de beber.

    LUIS. Lo mismo?CARBURO. S. No s, mi compadre.ROGELIO. (Piensa reconcentrado.) Djame ahora, que quiero recordarme

    de una cosa, y despus... (Al CARBURO.) le dir mi frase. (LUIS sirve.Vuelve ahora el CACO, con el esparadrapo.)

    PACO. Trae, trae aqu. (Se ocupa de la reparacin y empieza a ponerleal pellejo una cruz de esparadrapo.)

    CACO. Y me sobran 16,50, que son tuyas, Carburo. (Se las da.) Cuenta eldinero y luego no me digas que si tal.

    CARBURO. Ya me habrs guindado algo. O no?CACO. (Niega.) Que me muera. No tengo ni lata. Y, adems, ah vendr el

    precio.LUIS. (Consulta al CARBURO.) Le pongo al Caco?CARBURO. Ponle, pero caray con el to. Se gasta menos que un ruso en

    catecismos. (LUIS le sirve. El CACO, con el vaso, se vuelve humilde-

    ALFONSO SASTRE

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    mente a su mesita. CARBURO se dirige a ROGELIO, que sigue reflexivo.)Qu, carburas o no carburas?

    ROGELIO. Estoy pensando en quin habr sido el mala foll que le ha ido conese cuento, porque all el sbado, que yo recuerde, no estaba ms que elPerruna, el Caca y Pepe el de la Rosa; el Piloto y Zambombo, a ms delCano y Julio el Hojalata, el Stur, el Canillas y Paco el de la Rubia,Cabila, el Madruga, Mondjar, Huete, el Nene, el Grillo, Veneno, el Co-lorn, el Patabote y Chancaichepa; vamos, que yo recuerde. (Ha idoreconstruyendo visualmente las tertulias que l recuerda.)

    PACO. Mecagen, qu memoria!LUIS. Perdonis una interrupcin?CARBURO. Ests en tu casa, majo.LUIS. Era preguntarle aqu al Rogelio una cosita.ROGELIO. Djame ahora. No ves que estoy barrenando? No se me nota?LUIS. (Le reconviene, severamente.) Ms vala que estuvieras pensando

    en lo que tenas que estar pensando, y de eso es de lo que te querahablar precisamente.

    ROGELIO. Estas asas (Por las orejas.) son dos soplillos, Luisito. Sigue.LUIS. Que si encontraste taxi.ROGELIO. (Estupefacto.) Taxi, de qu?LUIS. Ah, no s. Cre que lo buscabas antes.ROGELIO. (Como si le dijeran una mentira enorme.) Yo?LUIS. (Fastidiado.) No, tu ta.ROGELIO. Entonces, qu dices t de taxis?LUIS. (Paciente de pronto.) Me refiero a cuando has salido de aqu pidien-

    do un taxi a voces; s, hombre, hace una media hora. (ROGELIO haceesfuerzos, pero no recuerda. LUIS le da ms detalles.) Que estaba elPaco aqu, s, hombre, y el Caco ah tomndose su botelln, tranquilo.Que t nos contaste que habas venido de Guadalajara y no s qu de unaccidente que a lo mejor te haba ocurrido no s dnde, ni t tampoco losabas, pero que tenas ese corte en el cuello.

    ROGELIO. (Grita de pronto como loco.) Guadalajara! Guadalajara!LUIS. Tampoco es para ponerse as.ROGELIO. (Grita.) Mi to el Machuna!LUIS. Eso! Que tu to el Machuna te haba llamado, y eso.ROGELIO. (Grita.) El entierro de mi madre!PACO. Que en paz descanse, Rojo.

    LA TABERNA FANTSTICA

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    ROGELIO. (Hace un descubrimiento y lo proclama a voces.) Soy un ca-nalla! Soy un canalla de lo peor, seores! No me merezco la vida queme dieron! Soy un canalla de lo peor que hay!

    PACO. (Siempre con su buen plan.) No, hombre, Rogelio. Eso tampoco.ROGELIO. Qu hora es?LUIS. (Mira el reloj.) Ya la habrn enterrado.ROGELIO. (Arreglando un poco su conciencia en medio del alcohol.)

    Claro, como que no haba taxi y me he entretenido ah en el bar de losPollos...! Maldita sea! Qu hago yo ahora? Qu rollo, madre ma!

    LUIS. Te encuentras bien ahora?ROGELIO. (Vacilante.) Me parece que s. Slo que las paredes me dan un

    poco de vueltas, pero creo que puedo andar.LUIS. Pues djalo ya, eso del entierro, por mucho que te pese; que a tu

    madre no la resucitas ya t porque te quedes en el barrio, y mrchate atu bujo, anda; all donde t te encuentres seguro, no sea que con unadesgracia te venga otra, que dicen que las desgracias nunca vienen so-las; pero hay que hacer lo posible por evitarlo.

    ROGELIO. Tienes razn t, Luis.CARBURO. (Comprensivo.) Lo primero es lo primero, tambin es verdad.

    Lo nuestro ya se resolver entre hombres cuando usted salga de lo suyo;y si hay que partirse la cara, se la parte uno, y si un da le tengo quepegar una hostia, pues se la pego, y si le tengo que chinar el bul, pues selo rajo.

    ROGELIO. Usted no pega ni las cartas; eso es aparte.LUIS. No os enrollis de nuevo y lrgate, Rogelio!ROGELIO. Vale.LUIS. Muy bien, Rogelio. As me gusta. (Pausa. ROGELIO se acoda en el

    mostrador.)ROGELIO. Pero antes danos de beber. (LUIS desolado, opta por servirles.

    ROGELIO piensa LUIS no se marchar ya nunca... La luz se va oscu-reciendo sobre El Gato Negro y slo queda iluminada la mesita delCACO, que duerme. Suena la msica yey de antes en el transistor yse apaga la luz sobre el CACO para hacerse sobre un cartel que dice:)

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    INTERMEDIO

    Que es un sueo del Caco

    (De pronto, luz muy brillante, blanca, de tubos de nen.La taberna aparece horriblemente maquillada decafetera de barrio, con paneles rojos y verdes, chi-llones, y molduras blancas de escayola. En el mostra-dor, LUIS, con una cofia de camarera, y una mscarao los labios y los ojos pintados. ROGELIO est durmien-do en una mesa en la del CACO y el CARBURO bebe enla barra sentado en una altsima banqueta (ms altaque el mostrador). Hay otra, ms alta todava, a laque hay que subir por una escalerita. Entra el CACOcon sombrero y fumando un puro enorme.)

    LUIS. Muy buenas tardes, don Tiburcio.CACO. Llmame Caco, hombre. Estamos o no estamos entre amigos? Tr-

    tame en confianza, que yo no me como crudo a nadie.LUIS. Dnde quiere sentarse?CACO. Me encalomo aqu mismo. No te preocupes. (Por la banqueta alt-

    sima, a la que se encarama. Ya en lo alto, pide displicente.) Ponmeun gisqui, anda, t.

    LUIS. Blanco o tinto?CACO. Tinto mismo. (LUIS le sirve vino tinto de una frasquilla adornada

    con un lazo de los colores de la bandera roja y gualda. Saluda alCARBURO.) Hola, Carburn, que no me haba dado cuenta.

    CARBURO. Qu dice, seor Caco?

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    CACO. Pues ya ves. Anda, toma t lo que quieras.CARBURO. (Modesto.) Me tomar un vasito.CACO. De eso ni hablar..., vasito... Una cerveza! Y nada de un botelln;

    una botella grande! (A LUIS.) La tienes especial?LUIS. (Desolado.) No queda.CACO. (Disgustado.) Hombre, eso se dice.LUIS. No me han servido hoy los repartidores. Lo siento de verdad. Les voy

    a echar una bronca, que no s.CACO. (Magnnimo.) Qu se le va a hacer, muchacho! No te preocupes.

    (Al CARBURO.) Tmate entonces una de pipermn o cosa anloga.CARBURO. (Que no quiere abusar; con un gesto de que eso cuesta horro-

    res.) No, gracias, gracias.CACO. Pues Calisay, que es as dulce.CARBURO. Que no, seor Caco, que muchas gracias, digo.CACO. Un sol y sombra entonces. O un carajillo, con perdn.CARBURO. (Modoso, pero terco.) Que no, que no! Se lo agradezco como

    si lo tomara; de verdad, seor Caco.CACO. Ser por dinero! (Saca un billete de mil pesetas, lo enciende con

    una cerilla y con l se enciende el puro. Fuma.) Quieres fumar, eh, t?CARBURO. Yo fumo negro, seor Caco.CACO. Fmate un rubio, anda. (Llama a ROGELIO, que duerme.) Eh, t

    Rogelio, ven aqu, hombre!ROGELIO. (Se despierta.) Mande usted, jefe.CACO. (Le echa veinte duros.) Te traes un celtasfiel. Qudate con la vuel-

    ta. (ROGELIO se arrastra por los suelos ante el billete, hasta cogerlo.)ROGELIO. Gracias, seorito. (Sale galopando.)CACO. (Re.) De nada, chaval, de nada. (Del WC sale PACO, que le saluda

    con alegra y deferencia.)PACO. T por aqu, muchacho?CACO. Qu hay, golfo?PACO. (Cordial.) Ms golfaray eres t, golferas.CACO. (Re.) Pero como t no hay nadie.PACO. Pues anda que t!CACO. (Jovial.) Pero menos que t, no creas! Ya no soy ni sombra!PACO. No me digas! (Le pincha con un dedo en la tripa.) Que te veo,

    Timoteo!

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    CACO. Lo que oyes! Ya no soy nadie!PACO. Pero si no pasan los aos por ti! Qu to!CACO. Pues t ests igual, carape.PACO. Ya estoy hecho un purili; pero t... Qu brbaro. Y con todo tu pelo.

    Y de chavalas, qu?CACO. Pch. No se da mal, pero ya sabes que yo a lo mo.PACO. Hombre, claro. T siempre a lo tuyo. (En seguida.) Oye, por cierto,

    t me podras prestar una cantidad para un apuro?CACO. Hombre, si no es una gran cosa...PACO. Me arreglo con un verde, si no te hace extorsin.CACO. Que son exactamente...PACO. Mil pas, si te hace, que es doscientos bars exacto.CACO. (Tranquilo.) Hombre, eso, claro, desde ya. Lo quieres ahora mismo?PACO. No hace falta, pero si puede ser antes de un cuarto de hora, pues

    mejor, sabes?CACO. Te firmo un cheque o en metlico?PACO. Como t quieras. Vale. (El CACO saca un talonario y firma un

    taln mojando el dedo pulgar en vino y estampillndolo.) Chico,qu firma tan bonita. Es el sello de la casa, a que s?

    CACO. (Como diciendo que s.) Cmo lo sabes? (Se lo da.)PACO. Se te agradece. Cundo te hace que te devuelva las mil legaas, t?CACO. A tu comodidad, chato.PACO. (A LUIS.) Pues danos de beber.LUIS. (Al CACO.) Otro gisqui, seor?CACO. Cmo lo sabes? (Ren. Oscuro y luz sobre un cartel que dice:

    Los sueos duran poco, y el Caco pronto se despert a la realidadde la vida. Al anochecer la animacin no era grande en la taberna,pero....)

    LA TABERNA FANTSTICA

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    PARTE SEGUNDA

    Escena: es ya de noche. Luz elctrica, amarilla. Oscuro exterior,debido al deficientsimo alumbrado pblico. El CACO est en su mesitade siempre, inmvil y en silencio. Tiene una botella de vino delante yparece un ausente. ROGELIO est muy borracho, contando su vida a LUIS,PACO y el CARBURO.

    ROGELIO. Lo mo es una novela.PACO. Vale. (Como diciendo: Sigue.)ROGELIO. Mi vida es una novela, digo yo, y se lo demuestro a quien se ponga.PACO. (Poco imaginativo.) Vale, vale.ROGELIO. Empezando porque no s ni hacer la O con un canuto y que, sin

    embargo, s ms que muchos; y que si no s juntar las letras (porque niDios me ha enseado a ello ni he pisado una escuela en toda mi putavida), en su lugar me conozco el rollo de la vida como nadie; y acabandoporque ahora ando de najas por la muerte de un jundo, el cual por mipadre que no tengo ni idea sino que creo que se habrn confundido o siser por esta maldicin nuestra de lo que dicen de que somos quinquilleros,lo cual quiere decir quincalleros, o sea, de los que vendan la quincallapor esos pueblos, slo que ahora nos dedicamos ms que nada a arreglode cacharros y a parageros y a las sillas, que es lo que suele hacer elmujero... Dnde estoy?

    PACO. (Solcito y despistado.) En El Gato Negro, casa Luis.ROGELIO. Qu burro! Hombre, Paco, una cosa es que est uno con la copa,

    que no lo niego, y otra muy distinta que estuviramos majaras y que

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    perdiera uno, vamos al decir, las nociones de la vida. Digo que dndeestoy del cuento: que por dnde iba!

    PACO. (Que tambin est bastante bebido.) Ah! Eso s que no s.LUIS. (Harto.) Que tu vida es una novela, hombre.ROGELIO. (Cogiendo bruscamente el hilo, exclama:) Pero que una nove-

    la! No es decir que si tal o que si cual! No! Una novela! O sea, unapelcula. Pero una pelcula con su acto y su entreacto y su sainete, ytodo! A ver, mis padres iban con su carro valenciano precioso de aqupara all por Segovia y por El Escorial y yo, a ver, una criatura, pues yo,sin despreciar a nadie, yo... el rey del mundo! Tiempos pasados que yano volvern! (Llora silenciosamente.)

    PACO. Pero, hombre, Rojo. Ten entereza.ROGELIO. Si es que me acuerdo! Qu quieres! Si es que me acuerdo de

    cosas que..., que, vamos, que son cosas de la vida!PACO. Tranquilzate, hombre.ROGELIO. Hasta que de pronto vino, claro, la decadencia; que fue cuando lo

    de mi padre, que por cierto que le pegaron delante ma y de mi mama(Sic: sin acento.) porque si haban matado o no haban matado a unaestanquera no s si en Colmenar de Oreja; as, que se lo llevaron alestaribel porque el hombre acab diciendo que haba matado, no s, a laestanquera y a su propio padre; slo que luego se descubri que habasido una cuada la que le peg el hachazo a la muerta y fueron y solta-ron a mi padre, pero eso cuando ya se haba chupado siete aos en elPuerto de Santa Mara. En fin, cosas de la vida! En el entretanto mimama (Sic: sin acento.) me haba prestado a una ta ma de vila queme dedic, no se me caen los anillos por decrvoslo ahora, a mndigo(Sic: con acento.), y que me las hizo pasar canutas de hambre y demiseria; que todava la recuerdo a la ta, as, dentona como era! (Mues-tra los dientes superiores.) Que tena ms dientes que una banda deconejos, la ta cabrona! (Vengativo.)

    PACO. (Re.) T siempre con tus cosas!ROGELIO. Adems era bruja; lo era y no es que yo lo diga!, porque tambin

    haca yerbas y remedios, adems de poner el cazo en la cuestin de rome-ras y as; y lo peor, que yo recuerde, es lo que haca con el nio de unasoltera, que se lo haban entregado: una criaturita como aquel que sedice recin nacida, pobre.

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    PACO. Y qu haca, t?ROGELIO. Pues nada, que le pona as como un ciempis que es un bicho en

    un ojo y se lo tapaba con media cscara de nuez, y luego la ta le venda-ba el ojo, y el nio berreaba, claro!, y ella diciendo que la criatura tenalos sacais malitos y que necesitaba pastora. (Gesto de dinero con losdedos.) para la medicina; y as en las ferias, pues claro!, venga derecaudar!; que luego por cierto a nosotros ni nos daba de comer aun-que claro est que nosotros comamos del guinde, y ella se gastaba lamayora de la pasta en sus buenas copas de cazalla y botellines. Menosmal que muri de mala forma (que la ahorcaron), pero se es otro cuen-to; el caso es que yo me escap. Total, una pelcula.

    PACO. Pero de las buenas, no te creas.ROGELIO. Lo que yo te diga. (Siguiendo en lo suyo: en su vida.) Que es

    cuando entr de lazarillo con mi padrastro el Ciego de las Ventas (con mito, que yo le llamo al hombre), el cual volvi a juntarse con mi madremientras mi papa (Sic: sin acento.) estuvo fuera. (Explicando la si-tuacin y justificando.) Hombre, l que estaba solo porque su hijo, elChuli, que es medio plas mo, por parte de madre, se haba marchado alTercio, y adems sin mujer ninguna para su avo, y mi madre que estabasola por la desgracia que ya he dicho; pues no tiene nada de particular,creo yo, que se ajuntaran otra vez hasta ver en qu paraba lo de mi bato!Es cierto o no es cierto? Que yo no s lo que haran ni lo que no haran,pero es el caso.

    PACO. (Que no lo ve muy claro.) Segn lo dices, se comprende... Y cuan-do sali tu padre, qu pas?

    ROGELIO