Lectio divina del Salmo dominical 2Cro 36,14-16.19-23: La ira y la misericordia del Señor se...

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Lectio divina del Salmo dominical 2Cro 36,14-16.19-23: La ira y la misericordia del Señor se manifiestan en la deportación y en la liberación del pueblo. Sal 136,1-2.3.4.5.6: Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti. Ef 2,4-10: Estando muertos por los pecados, nos has hecho vivir con Cristo. Jn 3,14-21: Dios mandó su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él. Domingo IV de Cuaresma Dominica Laetare

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Lectio divina del Salmo dominical

2Cro 36,14-16.19-23: La ira y la misericordia del Señor se manifiestan en la deportación y en la liberación del pueblo.Sal 136,1-2.3.4.5.6: Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.Ef 2,4-10: Estando muertos por los pecados, nos has hecho vivir con Cristo.Jn 3,14-21: Dios mandó su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él.

Domingo IV de CuaresmaDominica Laetare

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Que se me

pegue la lengua

al paladar si no me acuerdo

de ti.

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Junto a los canales de Babilonianos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;

en los sauces de sus orillascolgábamos nuestras cítaras.

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Que se me

pegue la lengua

al paladar si no me acuerdo

de ti.

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Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar;

nuestros opresores, a divertirlos:«Cantadnos un cantar de Sión.»

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Que se me

pegue la lengua

al paladar si no me acuerdo

de ti.

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¡Cómo cantar un

cántico del Señor

en tierra extranjera!

Si me olvido de ti,

Jerusalén,que se me paralice la

mano derecha.

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Que se me

pegue la lengua

al paladar si no me acuerdo

de ti.

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Que se me pegue la lengua al paladar

si no me acuerdo de ti,si no pongo a Jerusalén

en la cumbre de mis alegrías.

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Que se me

pegue la lengua

al paladar si no me acuerdo

de ti.

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Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio…

SALMO 136 (137)1 Junto a los canales de Babilonianos sentamos a llorarcon nostalgia de Sión;2 en los sauces de sus orillascolgábamos nuestras cítaras.3 Allí los que nos deportaronnos invitaban a cantar;nuestros opresores, a divertirlos:«Cantadnos un cantar de Sión.»4 ¡Cómo cantar un cántico del Señoren tierra extranjera!5 Si me olvido de ti, Jerusalén,que se me paralice la mano derecha;6 que se me pegue la lengua al paladarsi no me acuerdo de ti,si no pongo a Jerusalénen la cumbre de mis alegrías.

[7 Toma cuentas, Señor, a los idumeosdel día de Jerusalén,cuando incitaban: ¡Desnudadla,desnudadla hasta los cimientos!8 ¡Capital de Babilonia, destructora!¡Dichoso el que pueda pagarteel mal que nos has hecho!9 ¡Dichoso el que agarre y estrelletus hijos contra la peña!]

Los versículos entre [ ] no se leen en la liturgia

Si quieres escuchar el original hebreo pincha aquí.

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Lectio¿Qué lugar ocupa este salmo en el

salterio?

Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

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Nuestro salmo se encuentra en la segunda parte del salterio, dedicado a las alabanzas a Dios, formada por los libros:

4º: salmos 89-105y 5º: salmos 106-150

Lectio¿Qué lugar ocupa este salmo en el

salterio?

Salmo 136:Canto de los desterrados en Babilonia.

Dentro del quinto libro, este salmo pertenece a la conclusión del “Gran Hallel” (salmos 134-135) con la promesa de no olvidar jamás a Jerusalén.

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El salmo 136 es una bellísima elegía o lamentación, una de las cumbres líricas del salterio. En ella se entrelazan los acentos más intensos de nostalgia respecto de la ciudad amada: Jerusalén, con una maldición atroz dirigida a quien causó su ruina.

El salmo lo podemos estructurar de la siguiente manera:

a) vv. 1-6: sufrimiento en Babilonia de los deportados que recuerdan con pesar y duelo (de ahí su negación a tocar la cítara y a cantar) la devastación de Jerusalén; y sarcasmo de sus verdugos que les piden que canten un “Cántico de Sión”.

b) vv. 7-9: estos versículos, excluidos de la Liturgia, expresan la rabia, el deseo de venganza y el dolor de los deportados: contra los idumeos que se aliaron a Babilonia el día de la desgracia para Jerusalén (V.7) Y contra los babilonios a quienes en los vv. 8-9 les responden con el “Cántico” pedido en el v. 3, y que inician, sarcásticamente, con una bienaventuranza que se transforma en la más terrible maldición.

Pero, ¿cómo puede un cristiano rezar este salmo? Siguiendo a Schökel podemos extraer dos elementos válidos: la nostalgia del peregrino, “desterrado hijo de Eva”, y la fidelidad a Jerusalén, ciudad santa, madre en la tierra y esperanza celeste. Además, es necesaria una transposición simbólica: Babilonia –siguiendo al Apocalipsis- es ahora símbolo de la ciudad humana rebelde y hostil a Dios, es la presencia y acción del Maligno en el mundo. Por tanto, esta ciudad del mal, capital del crimen, no es una realidad geográfica sino que puede estar en medio de nosotros y aun dentro de nosotros. Contra esta Babel simbólica, madre de hijos, puede el cristiano rezar este salmo.

Lectio: ¿Qué dice el texto?

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MeditatioLo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación

relacionamos el salmo con las lecturas del domingo.

Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.

Con esta expresión apasionada por la ciudad amada –la lengua es necesaria para cantar, la diestra para tañer la cítara- expresan los desterrados su fidelidad por Jerusalén. Su canto y gozo sólo tienen sentido en Jerusalén, si no pueden hacerlo allí, mejor que se callen.

Además, es la respuesta más apropiada tras escuchar la 1ª lectura de hoy porque en ella se refleja el sufrimiento de los deportados y la alegría de los que pueden subir de nuevo a Sión. “¡Sea su Dios con él y suba!” Así, con este final abierto, concluye la Biblia hebrea.

¿De veras mi amor por el Señor, que me ha salvado por pura gracia, es capaz de expresarse de forma tan vehemente? ¿Es el Señor la cumbre de mis alegrías?

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Cantadnos un cantar de Sión.

También a nosotros nos pueden pedir que demos razón de nuestra esperanza en el Hijo único de Dios. Y la hemos de dar con mansedumbre. Pero, ¡qué doloroso resulta cuando se pide para descalificar y herir…! Entonces, quizá sea mejor obrar simplemente la verdad…

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También Jesús, enviado por el Padre al mundo para que el mundo se salve por Él, ha vivido como un desterrado.

Pero Él lo ha aprovechado para introducir “en este exilio terrestre aquel himno que se canta perpetuamente en las moradas celestiales” (SC, 83). Si en la patria celeste tomaremos nuestras cítaras para cantar el cántico nuevo al Señor porque Él habrá enjugado ya toda lágrima y dolor, eso no quita para que los cristianos ensayemos ya en la Liturgia y en la vida ese canto que nos mueva siempre a acoger al Señor y a obrar la verdad.

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Ciertamente, son duros los últimos versículos. Pero también sirven para abrirnos los ojos ante tanto dolor inocente, tantos desterrados de este mundo, perseguidos por su etnia, confesión religiosa o reivindicaciones políticas de justicia y libertad.

Todos estamos llamados a superar el espíritu de venganza con la mansedumbre.

Mientras no seamos capaces haremos un poco como el salmista que grita ante el Señor su dolor… pero con el deseo de ir convirtiendo nuestro corazón al amor y al perdón. Como Cristo que en su pasión no profería amenazas al contrario se puso en manos del Padre y perdonó a quienes lo crucificaban.

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Oratio¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo?

Haz, Señor, que nunca te olvidemos y que nuestra nostalgia de Ti, cumbre de nuestra alegría, nos haga vencer nuestros pequeños rencores y deseos de venganza.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

 

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ContemplatioMiro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…

“Si deseamos habitar en el tabernáculo de este reino, hemos de saber que nunca podremos llegar allá a no ser que vayamos corriendo con las buenas obras. […]

Aquel que, cuando el malo, que es el diablo, le sugiere alguna cosa, inmediatamente le rechaza a él y a su sugerencia lejos de su corazón, «los reduce a la nada», y, agarrando sus pensamientos, los estrella contra Cristo.

Los que así proceden son los temerosos del Señor.”

(SAN BENITO, Santa Regla Prólogo 22. 28-29)

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Que Dios sea la cumbre de mi alegría comprometida

a favor de los demás.

Actio¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra?

Es el momento de la “obediencia de la Fe”…