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    3  Pluralismo, raza y clase

    en

     la sociedad caribe

    por

     Stuart

     Hall

    I.

      El

     presente

     trabajo

     se refiere exclusivamente al Caribe no hispá

    nico.

      H e resumido

     en él una argumentación

      m á s

     pormenorizada y

    extensa.

     Su

     finalidad

     básica

     consiste

     en

     complementar

     los

     trabajos

    m á s

      exhaustivos

     y

     detallados

     de Henriques y

      M a n y o n i

      (1972) y

    de

    A

    Kuper  (1974) con una

     visión

      m á s

     directa

     y  m á s

      tipológi-

    ca de la función que desempeñan la  raza y su símbolo, el co

    lor de la

     piel

    ( M .

      G

    Smith,

      1965)

     en la

     estructuración

     de las re

    laciones entre

     grupos en la sociedad

      caribe.  C o m o

      se observa ya

    de  m o d o  universal, estas

     sociedades nos

     ofrecen

      una

     perspectiva

    de

      complejas (y cambiantes)

     estructuras  sociales,

      con diversos

    grados de

     pluralismo cultural

     y de

     diversidad étnica.

    E n  una subdivisión general con arreglo a pautas de estrati-

    ficación,

     Lowenthal

     (1972) ha propuesto el

     siguiente

     somero  es

    q u e m a

     descriptivo

     

    1.

      Sociedades homogéneas  sin

     distinciones

     de

     clase/color

     de la

    piel

     

    por ejemplo, Cariaco, Barbuda, Caicos.

    2 .  Sociedades que se

     diferencian

      por el

      color

      de la

      piel,

     pero

    n o por la

     clase:

     por ejemplo, Saba, Anguila, Deseada.

    3.

      Sociedades

     estratificadas

      por la

     clase/el

     color de la

      piel:

     se

    trata

     de la mayoría de los

     territorios,

     de  m u y  diverso tamaño

    (Jamaica, Trinidad,

     Barbados, S a n

     Vicente, Granada,

      S a n

     Cris

    tóbal,

     Martinica,

     etc.).

    4 .  Sociedades en las que no hay minorías criollas: por ejemplo,

    Granada, Santa Lucía,

     Dominica.

    5.

      Sociedades

     estratificadas

     que

     tienen

     agrupaciones étnicas

     adi

    cionales

     de cierta importancia:

      Trinidad,  G u y a n a ,  Surinam,

    Honduras.

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    Relaciones

      interétnicas en el  Caribe

    L a s islas

     de los

      grupos

      1 y 2 son

      m u y  pequeñas

      de

      t a m a ñ o ,

    y

     su

     composición

     étnica y de clase es prácticamente

      h o m o g é n e a .

    L a s

      del  grupo  4 se diferencia de las del  gr u p o  3 por el  h ec h o

    de

     no tener una

     m inor ía

      criolla

      blanca;

      sin

      e m b a r g o ,

      al igual

    q ue

     las del grupo  3 están estratificadas  por la clase/el color de la

    piel.  S i n g h a m  (1968) observa

      q u e

      N o

      hace

      falta

      q u e

      h a y a

      un a

    minoría blanca para

      q ue exista

     esta  pauta ;

      c o m o

      ocurre en  G ra

    n a d a ,  la clase  m e d i a  m u l a t a  m a n t i e n e  sus vínculos con la po

    tencia  metropolitana  al igual que sa  propia

      sociedad  criolla.

    A h o r a

      bien,

      a la

      m a s a

      negra

      le resulta difícil,

      c u a n d o

      no im

    posible, cruzar

     la

      barrera

     de clase/color de la

      piel... .

     Los

      terri

    torios del

      grupo

      5 son singulares en el sentido de que hay en

    ellos

     sectores étnicos importantes y

     diferenciados, distintos

     de los

    q ue

      existen

      t a m b i é n

      en otros

      lugares,

      en los sistemas

      d o m i

    nantes

     de clase/color de la  piel.

     Trinidad

      y

      G u y a n a ,

      en

      d o n d e

    h a y

      grandes  grupos

      de indios orientales, están

      t a m b i é n

      plena

    m e n t e

      estratificadas

      con

     arreglo a la clase/el color de la piel.

    P r e s u p o n e m o s ,

      pues ,

      q u e

      se trata de un

     sistema

      de estrati

    ficación

      c o m p u e s t o

      de

      m o d o  complejo

      por elementos  de clase

    y

     color de la piel, que es

      m o d a l m e n t e

      apropiado a todas  las

    sociedades

     insulares, salvo las

      m á s

      pequeñas .  E n  lo

      q ue

     se

     refiere

    al color de la piel,

     este m o d o

      está integrado por

      u n a

     diferenciación

    g ra d ua d a

     en clases,  s u m a d a  a

      un a

      diferenciación

      graduada

     entre

    blancos

     y

      africanos

    en

      u n a cierta c o m b i n a c ió n .  T o d a s

      las socie

    d a d e s

     del Ca ribe ,

     con

     la

     excepción d e

     las

      m u y  pequeñas , pertenecen

    a este

      tipo

     m o d a l .  L a s sociedades

     del

     grupo

     4

     correspon den fun

    d a m e n t a l m e n t e

     a él,

      a u n q u e  representen

     versiones

     truncadas

     del

    m i s m o :

      el

      elemento  blanco,

      en el

      ex tremo  superior

     de la

      g a m a ,

    n o

      existe literalmente, si

      bien,

      en

     cierto

      sentido, sigue

      estando

    simbólicamente

      presente ,  es decir, por extrapolación y

      pro

    yección.  L a s sociedades

     del

     quinto

     tipo pertenecen

     t a m b i én

     a

     este

    tipo,

      pero

      tienen

      un a  considerable

      variación de sectores étnicos

    de

      t a m a ñ o  estimable.

      C a b e  señalar, sin

      e m b a r g o ,  q ue sociedades

    c o m o

      J am aica ,

     q ue  corresponden claramente

     al tipo

      m o d a l,

     tienen

    t a m b i é n

      pequeño s  enclaves étnicos que no son los clasificados

    en

     la

      g a m a  blanco-negro:

     de

      m o d o

      tal que quizá sean  esencial

    m e n t e

      el

      t a m a ñ o

      y el  c o m e t i d o  histórico de los sectores étnicos

    d e  Trinidad,

      S u r i n a m ,

      G u y a n a  y

      H o n d u r a s

      los  q u e constituyen

    su

      singularidad.

     F un d a m e n t a lm e n t e ,

      el contraste pivotai se da,

    pues ,

     entre

     las

      sociedades

     estratificadas

      según

     el color de la

     piel/

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    Pluralismo,

     raza y clase en la sociedad

     caribe

    la clase y las sociedades que, aun estando estratificadas por el

    color de la

     piel/la

     clase ,

     tienen

      también  grupos

     étnicos,

     con lo

    que

      quizá

      quepa

      describir  c o m o  una  relación  sectorial con

    respecto

     al  m o d o  de

     estratificación

      dominante

     en función de la

    clase/el color de la

     piel.

    L as

      preguntas que cabe formular son las siguientes: ¿qué es

    lo que distribuye esencialmente a la población de esas sociedades

    en  ese

     tipo

     de la

     relación entre

     grupos?; ¿cuál es especialmente

    la función de la

      raza/el  color

     de la

      piel

     en la

      distribución

      de

    los grupos y en el mantenimiento del orden social?;

      ¿ c ó m o

     han

    evolucionado

     estas

     estructuras

     y qué papel ha desempeñado en

    esa transformación el elemento

     raza-color

     de la

     piel?

     Por último,

    ¿ c ó m o h e m o s de entender la

     relación

     que tienen con esos

     facto

    res las sociedades en las que hay grandes sectores

      étnicos?

     En

    definitiva,  se trata de intentar  determinar cuál es el  cometido

    específico

      del elemento

     raza/color

      de la  piel  en

      relación

     con

    la

      clase

      en la matriz de

      estratificación.

      Y  también,  ¿de qué

    m o d o  repercute

      en esa matriz lo que podríamos  llamar, para

    nuestra

     presente finalidad, el

     elemento  étnico ,

     en contraposición

    al de la

     raza/el

     color

     de la

     piel?

    II. En el contexto  inglés, este debate ha estado  dominado  en

    los últimos  años  por el concepto de sociedad

      plural .

      Este

    concepto, derivado de la obra de Furnivall  (1948),  ha  quedado

    considerablemente  ampliado  y

      desarrollado,

      en

     particular

      por

    G .

     Smith (1955 y  1965), con una amplia referencia al Caribe,

    y  más recientemente, una

     cierta

     extrapolación

      a las sociedades

    africanas

     (1969). Por consiguiente, es indispensable exponer bre

    vemente

     el concepto de sociedad plural . ¿En qué

     medida

      cabe

    decir que el tipo  m o d a l  de

     estratificación

      del Caribe engendra

    unas  sociedades

     plurales ?

    Entre

      otros

      autores, L .  K u p e r  ha señalado recientemente

    que  desde el primer  m o m e n t o ,  el concepto de sociedad

     plural

    ha

      padecido las consecuencias de su confusión con las teorías de

    la escuela

     pluralista

     norteamericana (L.

      K u p e r ,

      1972).

     El

     con

    cepto de pluralismo supone  un amplio  consenso y cohesión

    social,

     adaptación y

     reajuste entre

     los distintos grupos, y la apari

    ción de un sistema

     central

     de

     valores integrador;

     en

     cambio,

      el

    concepto de sociedad plural hace hincapié en la diferenciación

    151

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    Relaciones  interétnicas

     en el

      Caribe

    y  el carácter  separado  y en el

      m a n t e n i m i e n t o

      de instituciones

    paralelas

      pero

      que no se

      entrecruzan,

      presupone  la función de

    los  conflictos entre los sectores, y señala que el  orden

      social

      es

    m a n t e n i d o

      m e d i a n t e

     el

      m o n o p o l io

     del

      poder

     político

     ejercido por

    u n o  de los sectores y su imposición a todos los  d e m á s  m e d i a n t e

    el ejercicio de actividades de control y de coacción. Y sin  e m b a r

    go,  el sentido de

      unidad

      en la diferenciación sigue gravitando

    sobre

      la idea de sociedad plural , incluso en sus  fo rma s  m á s

    tardías.

    E n su exposición clásica,  M . G .  S m i t h

     (1965)

     alude a la  c o m

    plejidad racial, ecológica y en función del color de la

     piel,

     de la

    sociedad

      j a m a i c a n a .

      Señala

      que las cuartas quintas partes de la

    m i s m a  son  negros ,

      n ue ve

      d é c im o s del resto,  m u l a t o s  con una

    ascendencia  mix ta , y que hay

     pe que ña s

      minor ías  blancas,  chi

    na , de la Indias Orientales,

     siria,

     judía y portuguesa .

     Esto entraña

    un a  considerable

      com plejidad

      racial.  Pero  al

      afirmar

      que los

    conceptos  de  raza  son  h e c h o s  culturales, y su  significación

    varía

      según

     las condiciones

     sociales ,

      S m it h

      opta

     por un

     análisis

    de  las

     instituciones

      c o m o  p u n t o central y básico de su análisis:

    Las

      instituciones

     básicas de  un a  población

     d a d a

      son el núcleo

    de  la cultura  popular .  Por

     esta  razón ,

      se

      o c u p a

      tras

      ello

     de

    la estructura institucional,  m u y  variada  en el

      p lano

     cultural, de

    la sociedad

     j a m a ic a n a .

      Su  ra z o n a m i en t o  es  que,  con respecto a

    c a d a  subsistema institucional de la sociedad

     ja m a i ca n a

      — p a r e n

    tela,  familia, sistemas mágico-religiosos,  educación  y  em p l eo ,

    etcétera— hay diversas variantes , y que las

      tres

      secciones

    culturales principales

      — b l a n c a ,

      negra y  m u l a t a —  tienen

      pautas

    de

      c o m p o r t a m i e n t o

      m u y

     distintas.

     S e prefiere la

     base

     institucional-

    cultural a un análisis de sociedad de clases

      ja m a ic a n a ,

     sin una

    a r g u m e n t a c i ó n   m u y

     am plia .

      A u n q u e suele describirse  c o m o clase

    social,

      el  m ej or

      m o d o

      de describir una población que practica

    un a  serie singular de instituciones consiste en

     calificarla

     de sec

    ción cultural o

     social.

    L a  gran  virtud del

      concepto

      de sociedad plural consiste

    en que  centra la atención en la extraordinaria com plejidad y di

    ferenciación de la sociedad  Caribe .  N o obstante, tiene  ciertos

    p u n t o s

     débiles  m u y  importantes .

      P a r a

     nuestra presente finalidad,

    resultan pertinentes las tres

     críticas

      siguientes:

    1. Las

      pautas

     d e estratificación

     según

     la

     raza

     o el color de la

    piel,

     de estratificación cultural y de estratificación laboral y de clase

    152

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    Pluralismo, raza y  clase  en la sociedad caribe

    se  entrecruzan. Esta  es la

      característica

      a b s o l u t a m e n t e  singular

    de

      la sociedad

      Caribe.

      Sus sistemas de estratificación y las

      rela

    ciones entre los

      grupos

      sociales  están  m a s i v a m e n t e superdeter-

    m i n a d o s .

     Esta

     complejidad

     super

      de t er m inada

     es la que  constituye

    la originalidad del  p r o b l e m a  y que requiere el  análisis corres

    pondiente.

     A este respecto, no sirve de n a d a  rebajar ciertos facto

    res de dicha  matriz

      — p o r

      ejemplo ,  la raza/el color de la  piel,

    la

     clase—

     en favor de otros

      — p o r

      ejemplo ,  la cultura— y

     tras

    ello,

     analíticamente, s u b s u m ir

     aquéllos en

     éstos,

     ya

     que

      es precisa

    m e n t e  la

      especificidad

     generativa de

      c a d a

     uno de

     ellos,  m á s

      la

    complejidad  superdeterminada

      del

      conjunto,

      lo que

     suscita

      el

    p r o b l e m a .

      T o d a s

      las sociedades de

      clase

      tienen una

      e n o r m e

    complejidad  cultural entre las fracciones y sectores de

     clase:

     es

    posible que no  h a y a  una distinción tan radical  c o m o  la que se

    observa  en la sociedad  Caribe ,  pero

      i n d u d a b l e m e n t e

      no existe

    un a

      unidimensionalidad cultural entre, por

     ejem plo,

      la

     clase

     tra

    bajadora,

      la

      clase

      m e d i a  y los sectores

    aristocráticos

      en la

    sociedad

      inglesa. Así

      pues ,

      el  ejemplo  del

      Caribe

      es

      distinto,

    n o  p orq u e

      h a y a

      un a

      diferenciación cultural de

     clase,

     sino  p orq u e :

    a

    dicha

     diferenciación es

     especialmente

      a g u da ,

     y

     b)

     p orq u e

      coinci

    de  en alto gr ado  con  la estratificación

     según

     la raza/el color de la

    piel.

    2 . E n s e g u n d o

     lugar,

     el m o d e l o d e

      sociedad

     plural

    difumina

    la  distinción  entre la  s e g m e n t a c i ó n  paralela u horizontal y la

    vertical

      o jerárquica. Las sociedades en las que hay una

      gran

    diferenciación cultural,

     quizás en

     función

     de

     criterios étnicos, entre

    u n o s

      sectores que son paralelos (pero en los cuales el

      poder

    político

     está

      m o n o p o l i z a d o

      por

     u n o s

      de

     ellos)

     son

      radicalmente

    distintas d e las

     sociedades

     cultural y

     racialmente

     diferenciadas, pero

    en  las cuales los sectores están organizados jerárquicamente, con

    arreglo a  u n a

      p irámide

      única  de

      d o m i n a c i ó n ,

      c o m o  quien  dice.

    E n

      el

      primer

      caso,  podría

      h a b e r

      dos

      fo rma s

      de

      m a t r i m o n i o

    institucional,

     por  ejemplo , c a d a una de ellas con

      la

      m i s m a

      categoría

    en

      la estructura global de valores y que tuvieran un

     verdad ero

    paralelismo.  E n el caso de que existan,

      podría

      decirse que las

    sociedades

      de

     este

      último

     tipo

      se ajustan al

      tipo

      plural.

      P er o

    n o  son plurales en

     este

      sentido. Es cierto  que las  tres clases

    o

      grupos  — p o r

      ejemplo ,  blancos,  negros  y  m u l a t o s —  p u e d e n

    sentir

      un a

      preferencia cultural por

     tres

     variantes de la situación

    marital. Pe ro ,

     del

     m i s m o  m o d o  que

      los

      grupos  q u e d a n  clasificados

    153

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    6/33

    Relaciones  interétnicas  en

      el

      Caribe

    jerárquicamente,  e n  lo  q u e  se

     refiere

     a su categoría social y a su

    poder económico

      y

     político, así también las instituciones maritales

    estarán ordenadas jerárquicamente

      c on

      arreglo a la estructura de

    legitimación.

      Esta

      consideración

     nos

     obliga

      a prestar

      atención

    a

      la característica pivotal de las sociedades caribes

      q u e ,

      por lo

    d e m á s ,

     queda

     reprimida y rebajada  por  el m o d e l o  plural , a saber 

    ¿qué es lo  q u e  mantiene la estructura dominante de legitimación

    a  través de esta complejidad aparente,  q u é  es lo  q u e  produce las

    estructuras d e estas sociedades c o m o  estructuras e n dominación ?

    (Althusser,

      1969

      y  1970.)

    D a d a esa estructura de dominación y legitimación,  u n a

      pre

    gunta  estrechamente

     relacionada

      c on  la anterior es la siguiente:

    ¿ c ó m o

     surgieron las pautas culturalmente divergentes?  E n efecto,

    el

      m o d e lo

      de la

     «sociedad

     plural

    también

     tiende a desplazar la

    historicidad de la estructura  (aunque en sus detalles, esté

      m u y

    atento a las variaciones históricas).

    P o d e m o s

     exponer esto d e  la siguiente

     forma.

      E l  matrimonio

    hindú ,

      que persiste en

     ciertas  comunidades

      étnicas de indios

    orientales

      d e Trinidad  y  G u y a n a ,  es una

      forma cultural heredada.

    L o s

      trabajadores de las Indias Orientales importados se trajeron

    esta

      forma

      marital de su patria, en donde  está

      m u y

      difundida,

    tiene carácter autóctono y es la preferida: y en cierta  m e d i d a , se

    ha  mantenido  tal  pauta  (si  bien  dejando  de ser la

      forma

      del

    matrimonio  exclusiva de este grupo  étnico) en la  época  de los

    contratos

     de trabajo y después de ella. Así pues, el matrimonio

    hindú

     existe  e n  virtud  d e  sus formas y antecedentes, su importa

    ción y preservación, y

      c o m o  característica

     de una continuidad

    cultural

     propia,

     junto y

     paralelamente

     al

      matrimonio dominante

    del

      tipo occidental y a otras variantes (es decir,

     independiente

    mente

      d e q u e

      estén sancionadas o

      n o

      por la observancia religiosa

    o por  el

     código

     civil). A condición  d e q u e e n los sistemas populares

    d e  una sociedad, se considere que ese matrimonio  hindú  tiene

    tanta categoría —si bien diferente—c o m o  el matrimonio de tipo

    occidental

     podríamos

     calificar

     esta

     forma

      de matrimonio

      hindú

    d e

      forma  cultural plural .

    D e

      hecho,  la

      mayoría

     de los  autores  que se han

     ocupado

    d e

      este  tema  parecen  reconocer  que únicamente  en el  caso de

    los indios orientales  cabe decir que existan instituciones cultu

    rales plurales , en este sentido estricto, en el Caribe, es decir:

    á allí

     donde

     la minoría étnica es numerosa, diferenciada y étni-

    154

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    7/33

    Pluralismo,  raza y clase en la sociedad caribe

    c a m e n t e identificable, b)

     procede

     de un a  tradición cultural sólida

    y  bien articulada, que c) no ha q u e d a d o  rota

     o

     destruida,  c o m o

    q u edaron  destruidas las tradiciones culturales africanas en

     el

     sis-

    t e m a

      de

     la

     esclavitud,

      y d la

      m inoría

      étnica

      se

     incorpora

      tar

    d í a m e n t e al

     sistema  socioeconómico,  una vez

      f or m a d a s

      sus

     es-

    tructuras

     básicas, y e) no se ha visto obligada por

     la

     ley

     o

     por

     la

    coacción a adaptarse o a aculturarse a las

      fo r m a s

     d o m in a n t e s, sino

    que

      f)  vive

     y

     trabaja en  u n a s  condiciones tales que

     la

     continui

    da d

      cultural y la

      h o m o g e n e id a d

      étnica

      permiten  m a n t e n e r ,

     trans

    mitir, honrar y practicar activamente las

     pautas

     culturales

      hereda

    das.  (Crowley ,  1 9 6 0 ;  Klass ,  1 9 6 0 ;  Despres ,  1 9 6 7 ; M . G .  S m i t h ,

    1 9 6 2 y

      1 9 6 6 . )

     Allí d o n d e

     los indios

     orientales

     son

     p o c o

      n u m e r o s o s

    (por

      ejemplo ,  en  Jamaica) ,

     las

     instituciones

     y

     pautas  del

      plura

    lismo

     cultural están  m á s diferenciadas  que  en

     n ingú n

      otro

     sitio.

    P or  otra parte,  m u ch o s  podrían  argüir (por

      ejemplo ,

      Crowley) ,

    que  un n ú m e r o  considerable de indios

      orientales

      han asimilado

    las  pautas criollas;

     y

     que,

      allí

      d o n d e

      existen  instituciones

      indias

    por

      separado , no son ya  hindúes  puras sino versiones criolliza-

    das  de

     la institución india-hindú y

     que,

      desde el  p u n t o

      de

     vista

    del sistema principal de valores

     (es

     decir,

     el

     que define

     la

     inte

    racción de los

      grupos

      blanco ,

      negro y  m u l a t o

    en

     la

      g a m a

    criolla)

     se

     estima que una  gran

      proporción

      de las

      diferencias

    reales son inexistentes o están

     desapareciendo

      pese a la resisten

    cia que o p o n e n

     los

     indios

      orientales a la

      criollización (Klass).

    Se  ejercen fuertes presiones  para asimilar

     la

      pauta cultural  plu

    ral en

     el

     sistema global de valores criollo

     y

     asignarle

      un a

      cate

    goría  en su  seno .

      Y ,

      por supuesto,  incluso  allí

      d o n d e

      es fuerte

    e intenso

     el

     pluralismo cultural

     y

     ha

     e n c o n t r a d o

      una expresión

    activa hasta

     en el

      c a m p o  político  (por

      ejemplo ,  en

      G u y a n a ) ,

    m u c h a s  relaciones  sociales  entre

     los

     distintos  sectores étnicos

    están articuladas por

      instituciones

      intermediarias  ( c o m o ,  por

    ejemplo , los m e d io s  de  c o m u n i c a c i ó n  social, los sindicatos, las

    organizaciones

      laborales,

     los

      o r ga n i s m o s  de  servicios  públicos,

    las asociaciones religiosas y étnicas

     y

     los partidos políticos)

      ( D e s

    pres,  1 967 ) .

    E n

      las

     sociedades que son culturalmente plurales

    en el

    sentido  m á s  débil de esta expresión —es decir,  c u a n d o

     las

     rela

    ciones sociales entre los  blancos,

     los

     m u la t o s

     y los

     negros  están

    diferenciadas y estratificadas

     pero

     pertenecen a

     un m i s m o

      sistema

    político

     y

     socioeconómico—

     se

     ha

      o b s e r v a d o  a m p l i a m e n t e

     que

    155

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    8/33

    Relaciones  interétnicas  en el Caribe

    hay

      m u y  grandes  diferencias sectoriales de organización de la

    familia  y... de pauta

     marital .

    L a  pequeña  sección  d o m i n a n t e  [blanca]  observa  las  n o r m a s  de  matr imonio

    vigentes

      actualmente

      en

      E u r o p a

      occidental... La sección  intermedia

      [mulata]

    practica

      un a  versión criollizada del

      m a t r i m o n i o  Victoriano...

      La tercera sección

    [negra] se

     em pareja

     típicamente fuera de  un contexto  m atrim onia l.  M .  G .  S mi t h ,

    1965 . )

    A h o r a

     bien, la

     variante

     marital de la sección intermedia [mulata],

    por ejemplo,

     no es una

     forma

     diferente, conservada y

     diferenciada

    ( c o m o  ocurre en las  comunidades de indios orientales)

     sino

     una

    versión modificada de la pauta  dominante,  c o m o  lo reconoce

    el propio

      Smith:

     una versión  criollizada del matrimonio Victo

    riano

    es

     diferente

     de la pauta  dominante ,  pero

     constituye

     al

    m i s m o  tiempo

     una transformación de

     ésta;

     mientras que, en las

    sociedades que tienen grandes sectores étnicos , la forma  matri

    monial

      hindú

      sería  a la vez diferente  y original  en sus  raíces

    y  en su origen, en

     relación

     con

     cualquiera

     de las  variantes  del

    tipo

     dominante, la

      forma

     típica marital y de emparejamiento en

    la

     tercera

     sección [negra] es, por supuesto, radicalmente

     distinta.

    Esta última es predominante y típicamente la  preferida  por el

    m u y  numeroso  grupo  negro africano.  A h o r a  bien, pocos

     histo

    riadores

      pretenderán que se trata de una

      forma

      de empareja

    miento conservada y

     transmitida,

     con

     unas

     modificaciones nulas

    o  insignificantes,  desde el  pasado  tribal  africano.  Es evidente

    mente  el producto y la herencia del período de la  esclavitud

    y  la

      subsiguiente

      historia  de  este  grupo  en una sociedad de

    plantación.

     Así pues,

     aunque

     la

     variante

     negra

     está

      m u y  diferen

    ciada, ha

     sido formada

      y configurada en

     relación

     con las institu-

    ciones dominantes

     [blancas] 

    no cabe

     explicar

     su persistencia al

    m a r g e n  de la unidad compleja y diferenciada  de la sociedad en

    su  conjunto,  c o m o  formación histórica. N o es una institución

    plural ,

      en el

      sentido

      en que  h e m o s

      calificado

      así

      antes

      al

    matrimonio hindú ;

     si bien, por supuesto, el

     hecho

     de que existan

    tres formas  maritales  y de emparejamiento  m u y  diferentes  en

    una

      m i s m a

      llamada sociedad, y el hecho  de que se distribuyan

    al  igual que la

      mayoría

      de las  d e m á s  formas  culturales, en la

    sociedad con

     arreglo

     a una pauta que se

     ajusta casi

     exactamente

    a  las

      tres

     grandes categorías  de

     clasificación

      en función de la

    1 56

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    9/33

    Pluralismo,

     raza

     y

     clase

     en  la

     sociedad

     caribe

    clase y de la raza/el color de la piel, reviste el  m á x i m o  interés

    y requiere

     ulteriores

     aclaraciones.

    A sí  pues, de un  m o d o

      curioso,

     hay un

     cierto

      rastro del

    m o d e l o

     pluralista

      q ue

      ha persistido

      después

     de

     todo

     —siquiera

    sea

      negativamente,

     por su

     ausencia—

      en el

      m o d e l o

      plural .

    E n  efecto,

      parece

      ya aceptarse  c o m o  una premisa  tácita del

    m o d e l o

      plural q u e ,  de hecho,  las

      sociedades

     son o

     bien

      m u y

    h o m o g é n e a s

     y unificadas en sus

     sistemas

     de creencias, actitudes,

    costumbres

      y

     formas

      culturales e institucionales, o  bien están

    culturalmente fraccionadas

      y son plurales . E n realidad,

      m u y

    pocas sociedades

     — o

      incluso ninguna—

    son  culturalmente  h o m o -

    géneas

     de este

      m o d o .

      L a

     mayoría

      de las

     sociedades

     que tienen

    estructuras sociales  complejas  logran  su unidad  por  m e d i o de

    unas relaciones de dominación/subordinación entre estratos cul

    turalmente diferentes y diferenciados en punto a la clase. En lo

    q u e  h e m o s  de pensar  es en el carácter de la diferencia que

    constituye  la

      complejidad

      y la  unidad  específicas de toda  for

    mación social.  L a  unidad de u na  formación  social no es nunca

    u na  unidad  simple e indiferenciada.  U n a v e z q ue  aprehendemos

    los

     d os

      extremos,

      c o m o

     quien

     dice,

     d e

     esta

     cadena

     —especificidad

    diferenciada/unidad

      compleja—,

      advertimos  que tenemos que

    explicar

      n o  solamente la existencia de pautas e instituciones

     cul

    turalmente

     distintas, sino también  lo que garantiza la  unidad,

    cohesión  y estabilidad de este

      orden

      social en sus diferencias

    y  a través (pero no a pesar) de ellas. El hecho  de  ocuparnos

    sobre

     todo de las diferenciaciones plurales nos obliga a

     concen

    trarnos  en  unas instituciones plurales; en cambio, la complejidad

    y

     unidad

     nos

     obliga

     a centrarnos en los

     mecanismos

      de

     poder,

    legitimización y

     dominio,

     es decir,

     d e

      hegemonía (Gramsci,  1972).

    3.  Así pues, nuestro tercer  argumento  está estrechamente

    relacionado con el  segundo:  se

     trata

     de que la  concepción en

    el  m o d e l o  de

      sociedad

      plural , que sugiere que la  cohesión

    global de la

      sociedad

      se logra

     mediante

      la

      dominación

      de un

    sector, coactivamente,  e n  el

     orden institucional

     político,  au n  reco

    nociendo  con  razón el carácter central de los

     aspectos

     de

     poder

    y

      de conflicto,

      concibe

      estos

      asuntos

     de un

      m o d o

      demasiado

    limitado y

     sectorial.

     En tales

     sociedades,

     no se logra exclusiva

    mente la

     coordinación imperativa

     empleando  exclusivamente los

    medios

      de institucionalización

      política.

     Se logra por  m e d i o de

    la dominación

     hegemónica

     de un sector sobre todos  los  d e m á s ,

    157

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    10/33

    Relaciones

     interétnicas

      en el Caribe

    en

     todas las

     características

     de la vida

     social organizada.

     El  m o d e l o

    plural centra nuestra atención en los valores  culturales plu

    rales,

     pero no en la estructura de legitimación.  C u a n d o los  grupos

    de

     colonos blancos

     p r e d om in a b a n

     en la

     esfera

     política,

     sus valores,

    cos tumbres ,

      lenguaje, pautas sociales, etc.,  m o n o p o l i z a b a n  t a m

    bién la

     esfera

     de la legitimación: un  orden de d o m in a c i ón  actual

    e  histórica...  el revés exacto de su fuerza  nu m ér i ca  relativa

    M .  G .

     S m it h ,

      1 9 6 5 ) .  D e

     h e c h o ,

      c o m o  en

     ciertos

     aspectos

      estos

    grupos

      siguen ejerciendo un  profund o poder econ óm ico  m u c h o

    después de h aber  q u e d a d o políticamente

     desplazados,

     c a b e  du dar

    que

     incluso a h o r a ,

     después de la descolonización y de la  indepen

    dencia

     se

      p u eda

     decir

     que las

      instituciones

     políticas,

      c o m o  sector

    propio, ejerzan algo parecido al papel rector que se le reserva en

    el  m o d e l o de la sociedad plural . A

     este

     respecto, nuestra crítica

    concreta es que toda la concepción del  poder cultural, la legiti-

    m a c i ó n ,  la

      d o m i n a c i ó n

      y la

      h e g e m o n í a ,

      en su sentido

      ampl io ,

    q u eda

      g ravemen te  m e n g u a d a  por el  m o d o  en que se  teoriza  el

    m o d e l o de la sociedad plural .

    N o  deb e

      pensarse que  n a d a  de lo que  h e m o s  dicho hasta

    ah o ra

     implique

     q u e

     el

      grado

      a m p l i a m e n t e

     diferente

     de pluralismo

    social  y

      cultural

      que caracteriza  a las sociedades caribes del

    tipo  m o d a l no  s u p o n g a u n a s

      características

     significativas  de

    tales

     sociedades.  A h o r a  bien, un  m o d e l o  que explica  y tiene en

    cuenta

     esa diversidad,  pero que no

     p u e d e

     explicar su estructura

    en   d o m i n a c i ó n ha errado el

     tiro,

     en cierto sentido

      fundamental .

    C o m o  observa

     L o w e n t h a l

     (1972),

    la

      forma

     y la estructura de las sociedades de las Indias Occidentales

      d e p e n d e n

    de  tres  e lementos  básicos: jerarquía de

      clases,

      pluralismo

     social  y

     pluralismo

    cultural. La rigidez de la

      estratificación

      varía de un  p u n t o  a otro,  pero  la

    pirámide

      social

      es  casi  siempre  idéntica: una pequeña  clase  superior controla

    el acceso al

      poder

      y a las

      r ec om p en s a s ; u n a s

      clases

      m e d i a

      e  inferior  sucesiva

    m e n t e

      má s n u m e r os a s  tienen una categoría, una riqueza y una estima de sí

    m i s m a s  cada vez

      m á s

      m e n g u a d a s .

    P a s a r e m o s  ahora  a  o c uparn o s  de la  intersección  de la  clase,

    la raza, el  color  de la

      piel

      y la  etnicidad  en  relación  con la

    creación, el

      m a n t e n i m i e n t o

      y la modificación de esa

      pirámide .

    III. La historia  ha

     sido

      absolutamente decisiva  en lo que se

    refiere a la construcción del

      tipo

     m o d a l de la estructura social

    158

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    11/33

    Pluralismo, raza y

      clase

     en la sociedad

     caribe

    caribe en su f orm a  m á s

     rigida,

     simplificada y dicotómica.  A u n q u e

    todas  estas  sociedades  tienen  una larga  historia  anterior a la

    conquista, en

     gran

      parte sin descubrir todavía, la sociedad ante

    rior

     a la conquista había desaparecido prácticamente en todas

    partes al

      c a b o

      de un

     siglo

     de colonización  europea.  E n ciertas

    islas,  h u b o  un m o m e n t o en el cual la producción  e c o n ó m i c a de

    pendió

     en

     gran

     parte de trabajadores contratados i m p o r ta d o s , pe

    ro

      la necesidad de

      m a n o

     de  obra  en las plantaciones de  a l g o d ó n

    y

      azúcar

      suscitó casi  i n m e d i a t a m e n t e

      la  trata  de esclavos. En

    las sociedades esclavistas o, m á s  exac tamente ,  en las sociedades

    de  plantación  b a s a d a s en la

     esclavitud

    es en  d o n d e  se estableció

    por

      primera

     vez el

      p a r a d i g m a

     de las estructuras

      sociales

     caribes.

    T o d a  fase

     o evolución subsiguiente constituye, a nuestro juicio,

    un a

      modificación y transformación

     pero

     no una

     ruptura

      estruc

    tural, en

     relación

     con ese

      m o d e l o

     generativo.  N o

      h a c e

     falta

     repetir

    ah o ra  cuáles son las estructuras de las sociedades  esclavistas

    del  Caribe.  F u n d a m e n t a l m e n t e , distribuyen a la población en dos

    grandes  grupos

      dicotómicos con arreglo a  principios

      basados

    rígidamente  en

      factores

      de raza,

      color

      de la  piel  y categoría:

    propietarios y administradores blancos, y

      m a n o

      de

      o bra

      negra

    esclava  no

      libre .

      C o m o  la línea de d e m a r c a c ió n entre los escla

    vos

      y los

      a m o s

    q u e d a b a  de terminada por el

      derecho,

     la separa

    ción y la coacción

     física

     y

     social,

     había una movilidad

     social

     nula

    entre

      esos

      grupos ,  semejantes a castas. Ya

     h e m o s

      dicho que el

    contexto formativo de dicha estructura  social  es la sociedad

    de  plantación  b a s a d a en la

      esclavitud ,

      d a d o

      que  sus

     caracterís

    ticas

     m á s

     tipicas han de considerarse en los

      m u n d o s

     separados

    de

      las plantaciones, que

     establecieron

      a la vez la

      pauta

      predo

    m i n a n t e

      de las  relaciones

     sociales  para

      el  resto  de la sociedad

    y sirvieron para  mantener la y conservarla —y, en

     definitiva,

      para

    modificarla—.

    F u n d a m e n t a l m e n t e , la  producción  e c o n ó m i c a es lo que

     po n e

    a estos dos grupos sociales en un a

      relación

     de  d o m in a c i ó n /s u b o r

    dinación, la conquista y las  instituciones de la  esclavitud lo que

    define las  relaciones  y la composición extrínseca de los dos

    grupos

     (ninguno de los cuales pertenece étnicamente a la región)

    y  la eliminación de la población y la sociedad anteriores a la

    conquista lo que da a esa estructura

      u n o s

      orígenes tan clara

    m e n t e

      delimitados.  N i n g u n a  sociedad se ajusta  p l e n a m e n t e , du

    rante

      m u c h o  t i e m p o ,

     a

     este

      e s q u e m a

     tipológico , pero

      práctica-

    159

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    12/33

    Relaciones  interétnicas

      en el

      Caribe

    m e n t e

     todas las sociedades, cualesquiera que sean su  t a m a ñ o  y

    su  complejidad  social,

      se acercan  m u c h o  a él. En vez de una

    descripción detallada de la estructura

      social

      d o m i n a d a  por la

    plantación

     b a s a d a

     en la

     esclavitud

     (Patterson,

      1 9 6 7 ;

     G o v eia ,

      1 9 6 5 ;

    Hall,  1962 y 1964; Braithwaite, 1967 y 1971;  Curtin,  1969;

    Beckford,  1 972 ) ,

      c o m p e n d i e m o s

      un

     cierto

      n ú m e r o  de considera

    ciones

      q ue  gu ar dan

      u n a relación directa con nuestro  t em a  actual.

    1.  E n

      esa fase de

     crisol

     fue

      c u a n d o

      se

     estableció

     la

     identi

    ficación absoluta entre la

     raza,

     el color de la

     piel

     y la categoría

    d e

     casta . Es

     m u y  importan te observar  q u e esto

     se

     aplica t a m b i én

    a  la estructura de legitimación.

      D e s d e

      el  p u n t o  de  vista  de la

    sociedad

      de plantación

      d o m i n a d a

      por los blancos, la casta de

    los esclavos es no

     libre ,

      está  integrada por  mercancía ,  y no

    por  personas, negras ,

      africanas e impotentes.

      T o d o

      el

      m a r c o

    idiomático de las degradaciones  normat iva s

      q u e d a

     forjado en la

    síntesis

     de la sociedad

     esclavista.

      U n a  vez dicho todo lo  imagi

    nable

      sobre el  prejuicio  relativo  a los blancos (de los negros

    con respecto a la sociedad  europea-blanca) ,

      h a b r e m o s

     de señalar

    las manifestaciones

      m u y

      generalizadas de prejuicio relativo a los

    negros

      (negativo, de los blancos

      para

      con la sociedad de los

    esclavos). E n la

      m e d i d a

      en que no se

      e m p l e ó

      una coacción

    directa  para  m a n t e n e r  este

      sistema interno de castas

    (Smith ,

    1 9 6 7 ) , la estructura de autoridad

      q u e d ó

      m a s i v a m e n t e configurada

    por  las legitimaciones derivadas de esa  superdeterminación  de

    la

      secundariedad d e

     la población esclava  a

     juicio

     de los blancos.

    2 .

      L a  sociedad de plantación

      b a s a d a

     en la

     esclavitud

     trans

    fo rma

     y

     quiebra

     las

      formas

     culturales

     africanas

      heredadas .

      L o

      que

    se

     conserva

     de la

      pauta  heredada sólo

     persiste  m e d ia n t e su  a d a p

    tación a las condiciones de una sociedad esclava. Se discute

    todavía en qué

     grado

      se logró esa conservación africana,  pero

    la  may o r ía  de los autores discrepan sobre el  grado  en que se

    conservaron

     los africanismos en

     u n a s

      formas

      socioculturales  n u e

    vas

     de sociedad esclavista, y no sobre su conservación absoluta.

    A sí  pues,

      la cultura y las  instituciones  de la población esclava

    q u e d a n

     rígidamente

     diferenciadas

      de

     las de la

     clase

     de los

      a m o s ;

    y

      hay rastros africanos que se

      incorporan

      a la estructura de

    esas

     instituciones.

     Sin e m b a r g o,  no

     c a b e

     calificarlas de plurales

    en

      el sentido  m á s

      a m p l i o

      de

      esta  palabra,

      ya que su contexto

    formativo

     es la

     adaptación

     y aparición en el contexto de la socie

    d a d

      esclava. Se

     trata

     de las  instituciones  y de las pautas cultu-

    160

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    13/33

    Pluralismo,  raza y

     clase

      en  la sociedad

     caribe

    raímente diferenciadas de los desposeídos, de los

     sometidos

     a la

    esclavitud,

     no de las instituciones de un sector

     racial

      y cultu-

    ralmente diferenciado. Podríamos  decir que, si  bien  tanto los

    propietarios

      y

     contramaestres

     europeos

     blancos

      c o m o

     la

      m a n o

     de

    obra

      agrícola africana  negra  proceden  de culturas  heredadas

    distintas,

     la diferenciación entre las instituciones culturales que

    surgen  en la  sociedad  esclavista es una diferenciación de ella

    m i s m a .

      La adaptación  y  criollización de las culturas tanto

    europea

      c o m o  africana es una característica destacada y persis

    tente de estas sociedades

     desde

     la esclavitud.

    P o r

      supuesto ,

     en

     las Indias Occidentales los

     negros

     y

     los

     b l a ncos

     eran

     inicialmente

    distintos  étnica

      y  culturalmente  a la vez

     q ue

      socialmente,  pero  los

      esclavos

    africanos

      fueron

      despojados

      de su identidad  étnica, y

     sólo

      les

      q u eda r on

      restos

    dispersos  de  su

      pa t r im oni o

      cultural

     y se les i m p u s o

      por

     la fuerza la

     criollización.

    L a

      cultura  esclavista

      pasó

      a ser en

      gran

      parte

      un a  fo r m a  criollizada

      de la

    cultura

     europea . (Lowenth a l ,

      1972 . )

    S o m e r a m e n t e , cabe

     afirmar  que el

      m u n d o

      del

     pueblo

     y la

     casa

    de los esclavos y el  m u n d o de la casa

     grande

     de la plantación son

    dos  m u n d o s

    socioculturales que constituyen partes diferen

    ciadas de un

      m i s m o  sistema

      socioeconómico:  no son sectores

    plurales

     de unas

     culturas paralelas pero diferentes.

     Dicho

     de otro

    m o d o ,  la  unidad  de la  sociedad  de plantación basada  en la

    esclavitud exigía la diferenciación entre el

      m u n d o

     del

     esclavo

     y el

    del  a m o .  L o  que  cuenta no es simplemente la pluralidad de sus

    estructuras internas sino la relación articulada entre sus diferen

    cias. En el

     sistema  socioeconómico

      de la esclavitud caribe, el

    esclavo

     es

      una

     persona no

     libre porque

      los  a m o s  son  libres

    (y también

      con objeto de que los

      a m o s  puedan

      ser libres): lo

    u n o

      es la

     condición

     para que pueda

     realizarse

     lo otro. Las dos

    vertientes

     de

      u n

     sistema socioeconómico basado en

     la

     explotación

    del

      trabajo no depende,

      c o m o

      lo

      demostró  convincentemente

    M a r x ,

      de la identidad inmediata entre los

     términos

     sino de la

    articulación de las diferencias

     que

      los convierte en una

      unidad

    diferenciada :  en una

     formación

      social estructurada

      compleja

    mente, y no en una totalidad

      simple, unitaria

     y expresiva

     (Hall,

    1974).

      E n la

     sociedad basada en

     la esclavitud,

     c o m o  en

     la

     sociedad

    colonial que la sucedió, y en cierto

     grado

     en la actual sociedad

    descolonizadora, la relación entre los

     términos

     de este par se

    articula

     siempre

     en la forma dominación/subordinación.

    161

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    14/33

    Relaciones interétnicas  en el Caribe

    P o d e m o s

      ver

     esto

     claramente y

      v o l v e m o s

     a recordar nuestro

    ejemplo de las pautas familiares y de  em pare jam ien to .

    E n t r e

     ellos,

     los

      esclavos

     carecían de un

      m o d o

      aceptable en general de

     establecer

    relaciones  permanen t e s  de  emparejamiento . . .  E n sus regiones de origen, había

    u n a s relaciones

     perm anen t e s de em parejami en t o  marital en función de su ascen

    dencia o

      vínculos

      de parentela, que variaban, por su  tipo  y

      constitución,

      de

    un a  tribu

      a otra... Es evidente que semejantes agrupaciones heterogéneas de

    individuos, transportados

      c o m o  esclavos

      a las Indias Occidentales, no podían

    crear

     u n o s

     procedimientos

     c o m u n e s

      para

     establecer

     el

     m a t r im o n io ,

     ya

     que

      carecían

    de

      agrupaciones de ascendencia y

     familia...

    ...

      C o m o  institución legal,

     el

      m a t r i m o n i o

      no  tenía  cabida en una sociedad

    de

      esclavos...,

     d a d o

      que se prohibía a

     éstos

     que forjaran

      u n a s

      relaciones

     legales

    de

      m a t r i m o n i o que pudieran ir en detrimento o  restringir los derechos de

      pro

    piedad de sus

      a m o s . . .

    D e

      ahí que

    el  emparejami en t o  de los

      esclavos

      fuera típicamente  inestable...  Se practicaban

    a m p l i a m e n t e asociaciones de em parejami en t o poligámico... La inexistencia de un

    procedimiento

     formal para

     establecer

     las uniones...

     corría

     parejas con el carácter

    n o

      formal con el que se

      disolvían éstas...

      P r e d o m i n a b a n

      los

      hermanastros. . .

    L a

      mujer

     actuaba n o r m a l m e n t e

      c o m o

     el único elemento

     p e rm a n e n te

     de la familia

    esclava,  independientemente

     de que su

      c o m p a ñ e ro

     fuera o no  polígamo. . . (Smith,

    1965 . )

    P o d e m o s

      entender ya de qué

     m o d o

      cabe

     definir esta

     pauta

      c o m o

    culturalmente

      pluralista

    en el

      sentido

      de que contenía  sec

    ciones que practicaban  f o rmas  distintas  de una  m i s m a  institu

    ción . En

     c a m b i o,

     resulta

      m u c h o m á s

      d u d o s o

      que

      ( co m o

      lo

      dice

    S m i t h

     en la frase siguiente)  p u e d a  extenderse

      esto

      en el  sentido

    de

      decir  que se trataba de una sociedad

      plural ,  esto

      es, una

    sociedad

     dividida

     en

     sectores, c a d a

     uno de los

      cuales

     practicaba

    culturas diferentes ; en efecto,

      esta

      formulación encubre la co

    nexión

     existente

     entre las  distintas f orm as

     institucionales,

     y  t a m

    bién el papel determinante que  d e s e m p e ñ ó  la sociedad de los

    a m o s

    en el  desarrollo  de las

      variantes esclavas ,

      e  identifica

    un a s fo rm as

     institucionales

     diferentes

     con

      u n a s

     culturas

     distintas.

    3 . H a y una cierta diferenciación por el tipo de trabajo y la

    categoría

     social en la sociedad

      de

     los

      a m o s

    blancos, por ejem plo,

    entre

      propietarios

     de plantaciones, contramaestres blancos,

      a b o

    g a d o s

     y trabajadores especializados: durante la

      esclavitud,

     la so

    ciedad blanca  pro duc e una estratificación que se  ajusta a princi-

    162

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    15/33

    Pluralismo,

      raza y clase en la sociedad caribe

    píos de

     clase.

      H a y

      distinciones

      paralelas en la sociedad  escla

    va ,  por  ejemplo,  entre los esclavos

      domés t i cos ,

      los braceros

    agrícolas, los carpinteros, los albañiles, los caldereros, los esclavos

    errantes,

      etc. (entre otros, Patterson,

      1 9 6 7 ) ;

      pero ,

      en relación

    con  la sociedad  blanca ,  los esclavos,  c o m o

      grupo ,

      se

      parecen

    m á s  a una casta que a una clase.  Estas  distinciones  de cate

    goría y de posición destacan el

      m a r c o

     jerárquico en el cual  enca

    j a b a n las relaciones sociales y culturales entre los distintos grupos

    d e

      las sociedades de plantación

      b a s a d a

      en la esclavitud, y por

    consiguiente, las conexiones

      q u e

      en lazaban esas

      f o rmas culturales

    y de categoría  social diferenciadas, en lo que cabría calificar de

    sistema

      e c o n ó m i c o

      y sociocultural

      único.

     Los dos principales

    factores que

      modifican

      la

      estricta

      delimitación interna de las

    castas en esta sociedad

      rígidamente

     estratificada y unificada son:

    a)

     la supresión de la

      esclavitud

     y el

      paso

      del trabajo no libre

    al trabajo  libre , b) el crecimiento de un

     grupo  social  m u l a t o

    intermedio

      integrado por los esclavos liberados o bien por la

    progenitura

     de

     acop lam ien tos m ixtos

     de

     a m o s

      blancos y esclavas

    negras.  Es

     característico

      que

     este  grupo

      intermediario

      esté

      a

    m e d i o c a m i n o

    por su categoría

      social,

      puesto que es

      típica

    m e n t e  un

     grupo

      a

      m e d io c a m i n o

    por su  compos i c ión  racial

    y

      el color de su

      piel

      (que, en  ciertas

      islas,

      están uno y otro

    c u i d a d o s a m e n t e  caracterizados y

      clasificados);

      y,  deb ido  a sus

    m e c a n i s m o s

      de

      adaptac ión ,

      modificación y aculturación a las

    formas

      y valores blancos

      d o m i n a n t e s ,

      resulta  ciertamente

    m u y

    d u d o s o

      que que pa  definirlo  en  n ingún  sentido  c o m o  un sector

    cultural diferenciado que practica su

      propia

      cultura, ni siquiera

    en

     las

     fases

     iniciales

     de su

      form ación .

    4 .

      La

     alternativa

     cultural  m á s

      profunda

      a la  d o m i n a c i ó n

    cultural, que

     em pieza

      al surgir la sociedad de plantación  b a s a

    d a  en la  esclavitud y que prosigue en la  época  de la sociedad

    colonial,

     es la

      criollización .

     En la  m e d i d a en que surgen  un o s

    vínculos

      culturales

     que en cierto  grado

      q u e d a n

      entreverados en

    la disposición jerárquica de los  grupos  y las  pautas

      institucio

    nales, su

      forma

      m á s  auténtica es la cultura

     criolla.

     Resulta

     difícil

    definir

      esta  palabra ,

      ya que su

      m i s m a  a m b i g ü e d a d

      indica su

    compleja articulación con la  forma  estructurada de las culturas

    y

      ciertos

      grupos

      con los cuales se entrecruza. Se

     trata

      de una

    palabra

     española, que

      des ignaba

     inicialmente a los esclavos

      afri

    c a n o s nacidos en el  N u e v o  M u n d o  y que se extendió a

    163

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    16/33

    Relaciones interétnicas

      en el Caribe

    todo aquel, blanco o negro, que ha nacido en las   Indias  Occidentales.

      Ulterior

    m e n t e  se  aplicó  también a las

      cosas,

      las costumbres y las  ideas,  las

      plantas

    cultivadas,  los productos  fabricados  o las  opiniones  expresadas . Úl t imamente ,

    e l término ha

      vuelto

      a su primera acepción y, en

      ciertas

      zonas ,

      criollo

    es

    ahora  un eu fem ism o para designar a los negros o a los m ulatos. Sin

      e m b a r g o ,

    su

      sentido

      varía  según los  lugares.  E n J a m a ic a, créole  designa a todas las per

    sonas de origen ja m a i ca n o , salvo  los chinos, los cimarrones y los  indios orientales...

    E n   Trinidad y

      G u ya n a ,  q u eda n  excluidos

      los amerindios y los  indios

     orientales;

    en   S u r i n a m ,

      designa a la población mulata

      civilizada ,

      para

      distinguirla

      de

    las  tribus  q u e tienen  su  origen  en los  esclavos

     fugitivos...

      E n las  Antillas  fran

    cesas,

     créole  se  refiere  m á s a los blan cos nacidos en las propias  islas  que a las

    personas mulatas o negras; en   c a m b i o ,  en la  G u a y a n a  Francesa se emplea úni

    c a m e n t e  para designar a los blancos . . . (L owen th al , 1 9 7 2 ; y tam bién Braithwaite,

    1 9 7 1 , y N e g r e ,

      1 9 6 6 . )

    E n  todas  partes,

      el hecho de

      restringir

      la palabra  criollo

    a u n a c o m b i n a c i ó n u

      otra

      de la

      g a m a

      blanco-negro , m á s el

    carácter  nativo,  y la

      exclusión

      de los grupos

      anteriores

      a la

    conquista  o de los grandes grupos de

      trabajadores

      importados

    en su

      g a m a

      d e significados,  es una razón  adicional  para suponer

    que

      la  escala  blanco-negro,  europeo-africano,

      constituye

      una es

    cala cultural

      d o m i n a n t e , y n o s i m p l e m e n t e u n o s

      sectores

     cultu

    rales

     distintos.

    IV .  E l c a m b i o  tipológico

      principal

      surge  con la

      supresión

      d e

    la  esclavitud  y la  aparición  de la

      sociedad

      colonial,  basada a

    m e n u d o ,  pero no s iempre , en una economía de  plantación,  y

    casi  d e  m o d o  universal,  en el  caso  de las  Indias

      Occidentales

    británicas en u n a cierta fo r m a d e

     administración

      c o m o  colonia

    d e  la  C o r o n a .  E l final  de la  esclavitud  es también el de las

    barreras  d e

      castas,

      impuestas por la ley,  entre  la  sociedad  d e

    los  esclavos  y la de los  a m o s .

      Indica

      el  final  de la

      m a n o

      de

    obra no  libre y e l comienzo de una

      sociedad

      d e  m e r c a d o

    rudimentaria y de una  clase  campesina en las zonas

      rurales

    (especialmente

     allí

     d on d e los ex esclavos crearon  pueblos libres

    en gran   n ú m e r o ;  cf.

      Hall,

      1959) , y de la  explotación  d e u n a

    m a n o  de obra

      libre.

      Así pues,  p o d e m o s  considerarlo

      c o m o

      el

    p u n t o d e

      transición

      de la

      sociedad

      de  castas  a u n a

      sociedad

    d e  clases  en el Caribe.  A h o r a

      bien,

      la  existencia  d e u n a

      m a n o

    d e

      obra importada de las

      Indias

      Orientales

      constituye

      u n a fase

    intermedia

      diferenciada entre

      la  esclavitud  y la

      m a n o

      de obra

    164

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    17/33

    Pluralismo, raza y

      clase

     en la sociedad

     caribe

    libre

     y,

      c u a n d o

      el

      desarrollo

     de la  e c o n o m í a  de las plantaciones

    de  azúcar es relativamente tardía, y no son los

      esclavos

     negros

    sino m á s bien los indios orientales quienes f or m a n  un a proporción

    considerable de su  m a n o  de

      ob r a

      ( c o m o

      ocurre en Trinidad,

    G u y a n a  y  Su r i n a m) ,  este sistema  constituye  una línea divisoria

    entre la

      casta

      y la  clase,  que ha configurado  pro fun d a me n t e

    desde entonces las estructuras  sociales.

    Procede señalar

     ciertas

     variantes  importantes

     ;

     en los

     territo

    rios

     de las Indias Occidentales, los propietarios de

     esclavos libres

    toleraban y reclutaban junto a

      ellos

      a personas

     libres

      mula ta s

    m u c h o  m á s fácilmente  que  en la sociedad  norteamericana  b a s a d a

    en

      la

     esclavitud.

     Esto

     o b e d e ce

     sin

      d u d a

      alguna al

      gran

     desequili

    brio existente en el  Caribe entre el  p e q u e ñ o  n ú m e r o  de blancos

    y  la  gran  ma y o r í a  de

     esclavos

      negros, y a la ausencia  relativa

    de  mujeres blancas.  E n todas las sociedades del  Caribe,  la apari

    ción  durante  la  esclavitud,  y después de  ella,  de  estratos  de

    m u l a t o s  libres tiene una importancia

     crítica.

      A h o r a  bien,  c o m o

    el color, la raza y la categoría  social siguen teniendo un carácter

    de  pivote con respecto a la

      estabilidad

      de la sociedad

      colonial

    posterior

      a la

      esclavitud,

      y

      a u n q u e

      abre

      la

      posibilidad

      de

     rela

    ciones sexuales entre los

      grupos

     blancos y negros, la

      mediac ión

    del  g rupo de

     m u la t o s libres institucionaliza

      t a m b i é n , de un  m o d o

    consuetudinario,  c u a n d o

      no

     oficial,

     el simbolismo de la raza, el

    color de la

     piel

     y la categoría  social

      c o m o

      indicador de movili

    da d

      y de estratificación

     social.

     Al

     irse

     desarrollando la sociedad

    colonial, hay un

      m o v i m i e n t o

      a todo lo largo de su estructura

    laboral

      m á s

      diversificada,  y lo que Braithwaite ha calificado de

    sacudida

    de la composición

     étnica

     de los

      grupos

      sociales

     y de

    las  clases.  Aparecen

     ciertas

     personas m u la t a s  en puestos de

     tra

    bajo  domésticos o en las zonas rurales; algunos negros  p a s a n

    a  ocupar  puestos de categoría  m e d ia .  Estos son los signos de

    u n  grado  de movilidad social  a través de las fronteras de raza

    y color de la piel. Sin e m b a r g o, sigue siendo cierto que el  n ú m e r o

    total  en  cada  una de  esas categorías  no es muy

     grande ,

      en

    c o m p a r a c i ó n  con los que se  q u e d a n  rezagados. D e un

      m o d o

    típico

      y

      a b r u m a d o r ,

      los blancos (europeos) y quienes

      p u e d e n

    asemejarse  m á s  a la plantocracia blanca por su aspecto, el  color

    de  su  piel,  sus

      m o d a l e s ,

      el lenguaje, el

      m o d o

      de  vestirse,  la

    instrucción

     y el sistema de valores

      o c u p a n

      los puestos

      m á s  altos

    en

      todas las dimensiones sociales,  culturales  y  e c o n ó m i c a s  y

    165

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    18/33

    Relaciones interétnicas en el  Caribe

    q u e d a n

     legitimados

      c o m o

     tales; los

      mula to s , t ambién

     de un  m o d o

    típico

     y

      a b r u m a d o r ,

      o c upa n  puestos de trabajo y

     sociales inter

    m e d i o s

      y

      q u e d a n

      clasificados

      en el sistema de legitimación en

    función de  su cercanía al

      g r u p o d o m i n a n t e ;

     de un m o d o

      a s i m i s m o

    típico

      y

      a b r u m a d o r ,

      las

      clases  pobres

      (africanas),  o c u p a n  los

    puestos de trabajo

      inferiores

      y subalternos de la ciudad y del

    c a m p o ,  y

     las posiciones ínfimas

     correspond en a

     los

      negros,

      a u n q u e

    su

      herencia

     étnica

      h a y a

      dejado

      de ser

      pura.

      La

     persistencia

     de

    esta

      pauta

      a través de los tumultuosos c a m b i os  históricos que

    convierten la sociedad de  esclavitud  en una sociedad  colonial

    y  a los  esclavos no libres en  m a n o  de  o b r a libre, es  m u y  nota

    ble y da fe de la

      profunda

      estabilidad

     de un sistema de

     estrati

    ficación,  en el cual la raza, el color de la

      piel,

      la categoría

    social, el

      tipo

     de trabajo, el  po der  y la riqueza se entrecruzan

    y  se refuerzan

      m u t ua m e n t e

     en el plano ideológico.

    C o n

      esto

     no se quiere

      negar

     la

      e n o r m e

     diversidad

     territorial

    que  permite esa sociedad paradigmática básica. E n las  islas en

    las que p r ed o m i n a el sistema de plantación, hay una importante

    plantocracia minoritaria blanca, con un

      gran

      po der  político,

    e c o n ó m i c o

     y

     cultural

     local,

     y el sistema es especialmente

     inflexible,

    y  si bien las personas libres de color

      f o r m a n

      un  grupo distinto

    intermedio, las barreras entre

     ellos

     y la sociedad de los colonos

    blancos siguen siendo  m u y  altas.  U n a  consecuencia de

     esto

     es

    que  dicho

     estrato

     intermedio se esfuerza todavía  m á s  por asimi

    larse

      y por diferenciarse  de los  pobres  blancos que están por

    debajo

     de

     ellos

     (Barbad os).  E n otras islas, en las que

     d o m i n a

      la

    e c o n o m í a  de plantación

      pero

      hay

      t a m b i é n

      un c a m p e sin a d o , un

    sector

      agrícola

      independiente y un

      f e n ó m e n o

      de urbanización

    y  en

     d o n d e

     la plantocracia blanca es

      poderosa pero

      p o c o  n u m e

    rosa, la categoría de los

      m u l a t o s

     libres se conquistan un

     com et ido

    independiente

     por sí  m i s m o s y son m á s  fácilmente asimilados por

    la sociedad

      selectista,

      si bien

      n u n c a  identificados

      con

      ella.

     La

    diversidad laboral es

      m a y o r

      y, por

     ello,

      es

      t a m b i é n  m a y o r

      la

    progresión

     ascendente de los

      m u l a t o s

     hacia enclaves

      sociales

      do

    m i n a d o s  antes por los blancos, y de los negros hacia la cate

    goría

      social

      de los

      m u l a t o s

      de la

      clase

      m e d i a

      (Jamaica) .

      En

    otras islas, en las que el

      grupo

      de colonos blancos es  pe que ño

    o

      inexistente

     y la  e c o n o m í a  no

     está  p l e n a m e n t e  d o m i n a d a

      por

    las plantaciones, los

      m u l a t o s

      están

      m u y

      evolucionados cultural-

    m e n t e

      y adquieren un papel destacado en la sociedad política,

    166

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    19/33

    Pluralismo, raza y

      clase

      en la  sociedad caribe

    ya  que,

      c o m o  decía

      Colin M a c Innés hablando de Trinidad,

    L os

      plantadores no cuentan, los marineros y los soldados no

    duran  m u c h o ,

      la

      canalla

      blanca es  d e m a s i a d o

      estúpida

      y los

    esclavos

      negros

      están

      encadenados. Así que solamente estamos

    nosotros ( M a c  Innes,  1969) .

    L a

      descripción clásica

     de la  estratificación  en una sociedad

    de clases colonial  es el  estudio de Trinidad efectuado por Brai-

    thwaite, y algunas de sus

      características

      más

     interesantes

     para

    nuestra presente  finalidad  se  r e s u m e n  probablemente de  m o d o

    ó p t i m o

      a d o p t a n d o

     algunos de sus  diagramas .

    P or supuesto, el sistema de estratificación que describe Brai-

    thwaite es una

     variante

      tardía

      de lo que

      h e m o s

      calificado

     aquí

    de  sociedad  colonial.  Sus  fases

      sucesivas

      se

      caracterizan

      sobre

    todo por la  evolución de la  categoría política de las  sociedades

    del Caribe en  relación  con la  potencia  metropolitana: en una

    primera fase,

     una gran parte del poder

     político

     pasa, localmente,

    a  las asambleas, en las

      cuales

      la

      plantocracia

      blanca y (en

    ciertas islas) los plantadores mulatos

     libres

    están  fuertemente

    representados; hay un período de

      colonia

     de la  C o r o n a durante

    el cual Whitehall y

      L o n d r e s

     gobiernan en un

     sentido

      m á s

     directo,

    pero  con  u n o s  consejos  legislativos locales,  de  atribuciones

    limitadas,  y

      u n o s  intereses

     poderosos de los plantadores y de la

    minoría

      (blanca y  mul a t a ) ;  en el período hacia la indepen

    dencia , se ensanchan las  atribuciones  y se entrega una gran

    parte del poder a las minorías políticas locales.  E n esta tercera

    fase  de sociedad  colonial es

      c u a n d o

      se

      f o r m a n

      y surgen las

    instituciones clásicas de la sociedad de clases en el  c a m p o político

     

    los

      sindicatos,

      los

      partidos

      políticos,

      un sistema parlamentario

    c o m p l e t o ,  la administración  civil  y un aparato  administrativo

    de  gobierno.

      T a m b i é n

      hay variantes de esta  pauta

      básica

      según

    las

      islas

     y territorios: allí  d o n d e  la  colonización

     inglesa

     fue más

    t e m p r a n a ,

      y poderosa la  clase  de los plantadores blancos, las

    a s a m b l e a s  locales  tuvieron  muy pronto grandes poderes, y la

    plantocracia conserva una gran influencia política en los

      consejos

    legislativos (Barbados ) ;

      c u a n d o

      ha

     q u e d a d o

      asimilado a la  m i n o

    ría

      selecta

      local

      un gran

      n ú m e r o

      de mulatos, la composición

    étnica de las asambleas

     legislativas

     es  m á s  mixta (Jam aica) .  A h o r a

    bien, en

     a m b o s

     casos, los

     representantes políticos

     son

      m á s

     mixtos,

    étnicamente y por el color de su

     piel,

     que la  clase de los planta

    dores: los

      m i e m b r o s

      de la minoría mulata prevalecen sobre los

    167

  • 8/18/2019 (Livro) Hall 1977

    20/33

    Relaciones

     interétnicas en el

      Caribe

    plantadores blancos en el  c a m p o político, aunque

     estos

     últimos

    conserven

     poder

     económico y social.

    A l  igual que en todas las sociedades de clase, el  carácter,

    la

      composición

      y la

      trayectoria

      de las

      clases

      más poderosas

    n o  pueden  deducirse directamente del

      carácter

      y composición

    d e  la minoría política que gobierna. Es éste un aspecto decisivo,

    q u e  ha sido a  m e n u d o

      pasado

      por

     alto,

     y que debería

      preve

    nirnos contra la tentación de

      leer demasiadas

     cosas en el co

    metido del  sector político, en lo que se refiere  a la estructura

    global del poder, la autoridad y la

     hegemonía

     en las sociedades

    e n  general. Los modelos de Braithwaite se aplican a las últimas

    fases

     de la sociedad colonial ,

      esto

     es, a

      unas

      sociedades que

    v an  camino de la  independencia.  U n a  vez  m á s , es  m u y notable

    q u e ,  aunque  se

     refiere

      a Trinidad y, por consiguiente,

      presta

    gran  atención a la posición del  grupo  indio en el sistema de

    estratificación, supone (a nuestro juicio, con razón)  que

     existe

    u n  sistema de estratificación  nacional

      dominante,

      y que en él

    se  entrecruzan

      poderosamente

      la raza, el color de la

     piel

     y la

    clase.  E n su diagrama, por ejemplo, considerando la  g a m a

     blanco-

    mulato-negro,

     se

     observa

      q u e

      los

     cauces

     de

     movilidad

     étnica

     son

    u n a  representación exacta de la movilidad social.

    Y a

      h e m o s  dicho  que, en ese período, las sociedades del

    Caribe dejan de ser sociedades de

     casta

     y se convierten en socie

    dades de clase. Tiene  m á s interés examinar este tema en

     relación

    c o n  la

     tercera

     fase (la actual), a saber: la

     posterior

     a la

      indepen

    dencia

      o lo que llamamos  sociedad de descolonización . El

    aspecto  m á s  importante que procede destacar con respecto a la

    sociedad

     colonial se

     refiere,

     sin

      e m b a r g o ,

     al

      m e d i o

     con

     arreglo

    al cual queda registrada la estratificación y se lleva a la

     práctica

    públicamente.

     E n esa fase, la raza, el color de la piel y la cate

    goría social

     forman

      una matriz básica de estratificación. En este

    sentido hay que considerar

     conjuntamente

      la raza y el color de

    la

     piel.

      C o m o  no existen límites

     legales

     que

     impiden

     a los negros

    progresar en la

     jerarquía social,

     y la población es ya étnicamente

    mixta,

      los  mecanismos  de movilidad

      social

      son en  gran

      parte

    d e

      carácter

     no

     formal.

      La raza no es una categoría

      pura

      c o m o

    lo es, por ejemplo, en Sudáfrica, en donde está definida jurídica-

    mente

      de un

      m o d o

      más genético que  social.  En el  Caribe,

    incluso  cuando  existe una fuerte  minoría  local blanca, la raza

    se  define socialmente. Por ello, intervienen los  mecanismos de

    168

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    Relaciones  interétnicas en el  Caribe

    movi l idad

     social y estratificación a través de sus aspectos visibles:

    características físicas, p igmentac ión  y, en  cierto  m o d o  indeter

    m i n a d o ,

      cultura. El color de la  piel es, de todos

      ellos,

      el

    m á s

      visible

     y manifiesto y, por consiguiente, el más

     m anejable

    para  identificar  los  distintos  grupos  sociales.  P er o

      t a m b i é n

      él

    q u e d a definido socialmente, y es  t a m b i én un término  c o mpue s t o .

    L os

      negros

      que  tengan  facciones o pelo

      bue n o s

    (es decir, pelo

    liso  y...

      europeo)

      o c u p a r á n  un puesto má s alto  en la escala

    étnica  que  los

      m u l a t o s

     de rasgos c laram ente negroides. Así

      pues,

    el color de la

     piel

    c o m p r e n d e  otras características físicas

     rela

    c ionadas  con la  raza,  que no consisten  ú n i c a m e n t e  en la pig

    m e n t a c i ó n

     de la

     piel.

     A h o ra

      bien, en el

      in tercambio

     de

      insignias

    —en  el  s i m b o l i s m o de la  movi l idad  social—  se tienen en  cuenta

    otros factores,  a d e m á s de la

      raza

     y el color de la

     piel,

     cualquiera

    que  sea la

      definición

      que se dé de

     ellos.

     Así, por  ejemplo,  los

    negros  de pelo y facciones  c laramente  negroides que son ricos

    o  instruidos o que tienen puestos de trabajo propios de la clase

    m e d i a

      o c u p a n  un lugar superior en la escala de  estratificación

    que  los  mula to s pobre s  o

      p o c o

      instruidos. Así

      pues ,

      el  e l emento

    de

      raza

      y color de la

      piel

      se

      c o m b i n a

      con los

      e l ementos

      hab i

    tuales

      de los sistemas de

     estratificación

      no

     étnicos

      (instrucción,

    riqueza,

     profesión, ingresos,

     estilo

     de vida y valores) para  c o m p o

    ner  la  matriz de estratificación.

    Cabría argüir

      que

      no

     tiene

     interés considerar esto

      c o m o

      un

    sistema  social  étnico  o

      b a s a d o

      en la  raza,  o incluso en la

      raza

    y  el color de la  piel,  sino  c o m o  un sistema de  estratificación

    social  en el cual los  e l ementos  de  raza  y color de la  piel de la

    matriz

     de

     estratificación

     constituyen el índice

     visible

      de una

      estruc

    tura  m á s  compleja .  Por supuesto, c u a n d o  coinciden tan fuerte

    m e n t e  la clase, la categoría  social, la  raza  y el color de la piel,

    el sistema de

     estratificación  q u e d a

      superdeterminado

     

    su signifi

    cación pública es

     m á s explícita  que en

      las sociedades (por

     ejem plo,

    las sociedades

      europeas

      de

      clase)

      en las que no  existe  n ingún

    índice étnico ; se

     trata

     de un sistema  m á s  rígido, ya que todo

    m i e m b r o  de la sociedad que

      mejora

      de categoría  social  tiene

    que

      negociar

     m á s

      de un sistema de

     s im b o l is m o

     social.

     El cálculo

    de  la  movi l idad  social

      resulta

      m u c h o m á s  complejo .  El  paso

    de una  categoría a otra  s u p o n e  negociar la  significación pública

    de  la estructura social con arreglo a varias  d imens iones

     

    la

     socie

    dad

      en su

      conjunto

      —a la vez quienes  pasan y quienes

      per

    no

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    Pluralismo,

      raza y clase en la

     sociedad

     caribe

    m a n e c e n  estáticos en ella— se dedica a esta  actividad de signi

    ficación  social.

     Lo que

      h a c e

      de la sociedad caribe uno de los

    sistemas

      sociales

      más complejos de la

      tierra

      es la  articulación

    doble

      o

      triple

      de los sistemas de simbolización

      social.

      A h o r a

    bien,

     esta

     complejidad —y especialmente, la función en

     este  c o m

    plejo del significante  étnico , o de raza y color de la piel— no

    d e b e

      autorizarnos a  reinterpretarlo  c o m o  un sistema de plura

    lismo

     cultural.

     E n

     efecto,

     las posiciones situadas entre lo blanco

    y

     lo  negro

      f orm an

      una

     sola  g a m a :

      las complejas connotaciones

    culturales

     de africano y

      europeo

      y

     criollo

     son elementos ocultos

    d e

     este

     sistema de notación

     social.  U n a

      vez  m á s ,  c a b e  decir que

    esos

     elementos

     culturales

     ocultos

      n o

     son

     puros .

      Africano

    no quie

    re decir africano, sino las instituciones, relaciones y pautas cultura

    les,  m u y modificadas, a d a p t a d a s y transform adas de los negros del

    N u e v o  M u n d o .

    H e m o s

      sugerido ya que el contexto formativo de esas

     insti

    tuciones no es África  sino  la  esclavitud

     (incluso  c u a n d o

      siguen

    siendo

      profundas

      las  influencias  y la supervivencia africanas).

    L o s elementos africanos

      h a n  q u e d a d o  transformados

     y reelabora-

    d os

     —nativizados y naturalizados—

      c o m o

      for m as

     culturales

     cari

    bes

     esencialmente negras y populares. Se p u e d e observar la índole

    y

     la complejidad de

      este

      sincretismo

      cultural

      no solamente en

    instituciones  c o m o

      la parentela y las estructuras

      familiares

      y

    maritales,  sino  t a m b i é n  en la práctica de la

      religión

      y en la

    m ú s ica .  A n á l o g a m e n t e

      — a u n q u e

      esto se  h a y a  o b s e r v a d o  m e n o s

    frecuentemente—, el

      elemento

      europeo  ha dejado  de ser

      puro .