Nietzsche y La Critica a La Cultura Occidental 1

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Tema 10. NIETZSCHE Y LA CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL. I. Contexto. 1. El texto dentro de la obra a la que pertenece, otras obras y el pensamiento del autor. Nuestro texto de la P. A. U corresponde al capítulo “La razón en la filosofía” de la obra de Friedrich W. Nietzsche El crepúsculo de los ídolos. Esta obra es un ejemplo privilegiado del intento de renovación cultural, centrado en la afirmación de la vida como principio básico, que llevará a cabo la filosofía en la segunda mitad del siglo XIX. En esta empresa la crítica a la tradición cultural y filosófica es esencial, y con esa intencionalidad se despliega el conjunto de análisis demoledores de la cultura occidental que constituyen El crepúsculo de los ídolos (1889), a partir de la consideración de que esta cultura está viciada desde sus orígenes. Lo que dota de unidad y de sentido a la obra compleja y multiforme de Nietzsche es esta intencionalidad crítica de la Tradición occidental, en sus vertientes metafísica, moral, religiosa y cultural. Una crítica feroz, asentada en un conocimiento profundo del origen y de los mecanismos psicológicos de esta tradición. No hay “una filosofía” de Nietzsche, sino el desarrollo de un pensamiento plural, convulso y atormentado, en el que se distinguen varias etapas y una serie de influencias que lo determinan, aunque luego reniegue de todas ellas, desde el principio. Podemos enmarcar el desarrollo del pensamiento de Nietzsche en las siguientes etapas: Período de juventud . La obra fundamental es El nacimiento de la tragedia (1871), en el que Nietzsche estudia la cultura griega y es influido por la música de Wagner y por el pesimismo de Schopenhauer. La investigación del mundo griego le permite descubrir las raíces de nuestra cultura que luego continuará con el análisis del cristianismo. Estudia la tragedia y a los presocráticos, fundamentalmente a Heráclito. Período de transición . Nietzsche se apoya en las ciencias experimentales para renegar de los valores

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Tema 10. NIETZSCHE Y LA CRTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL.I. Contexto.

1. El texto dentro de la obra a la que pertenece, otras obras y el pensamiento del autor.Nuestro texto de la P. A. U corresponde al captulo La razn en la filosofa de la obra de Friedrich W. Nietzsche El crepsculo de los dolos. Esta obra es un ejemplo privilegiado del intento de renovacin cultural, centrado en la afirmacin de la vida como principio bsico, que llevar a cabo la filosofa en la segunda mitad del siglo XIX.

En esta empresa la crtica a la tradicin cultural y filosfica es esencial, y con esa intencionalidad se despliega el conjunto de anlisis demoledores de la cultura occidental que constituyen El crepsculo de los dolos (1889), a partir de la consideracin de que esta cultura est viciada desde sus orgenes. Lo que dota de unidad y de sentido a la obra compleja y multiforme de Nietzsche es esta intencionalidad crtica de la Tradicin occidental, en sus vertientes metafsica, moral, religiosa y cultural. Una crtica feroz, asentada en un conocimiento profundo del origen y de los mecanismos psicolgicos de esta tradicin. No hay una filosofa de Nietzsche, sino el desarrollo de un pensamiento plural, convulso y atormentado, en el que se distinguen varias etapas y una serie de influencias que lo determinan, aunque luego reniegue de todas ellas, desde el principio.

Podemos enmarcar el desarrollo del pensamiento de Nietzsche en las siguientes etapas:

Perodo de juventud. La obra fundamental es El nacimiento de la tragedia (1871), en el que Nietzsche estudia la cultura griega y es influido por la msica de Wagner y por el pesimismo de Schopenhauer. La investigacin del mundo griego le permite descubrir las races de nuestra cultura que luego continuar con el anlisis del cristianismo. Estudia la tragedia y a los presocrticos, fundamentalmente a Herclito.

Perodo de transicin. Nietzsche se apoya en las ciencias experimentales para renegar de los valores romnticos, convirtindose en un espritu libre frente a sus antiguos maestros. La culminacin de este perodo crtico es Humano demasiado humano (1878), donde se investiga la gnesis del cristianismo y, con este, de toda nuestra cultura occidental y de sus valoraciones.

Perodo de madurez. Combina la formulacin de los grandes temas de su filosofa (muerte de Dios, superhombre, eterno retorno, transmutacin de los valores), expuestos en As habl Zaratustra (1883), con la crtica feroz de la cultura occidental. A esta poca pertenecen tambin Mas all del bien y del mal (1886), Genealoga de la moral (1887) y nuestro texto El crepsculo de los dolos (1889). 2. El pensamiento del autor en la Historia de la filosofa y en la poca que le toc vivir.

La poca de Nietzsche (1844-1900), la segunda mitad del siglo XIX, se caracteriza socialmente por un conjunto de grandes cambios que van a transformar, desde entonces, a la civilizacin occidental, sumindola en una crisis que culminar en el siglo siguiente. La sociedad occidental busca nuevas bases desde las que conciliar los ideales de progreso con las nuevas necesidades y aspiraciones planteadas en el seno de la cultura. El sistema poltico imperante es el democrtico liberal, fundado en la separacin de poderes y en la idea de que cada nacin debe dotarse de una Constitucin que garantice la alternancia poltica. Sus deficiencias y, sobre todo, su incapacidad para aportar una solucin a los problemas del proletariado emergente, le enfrentarn de forma frontal con las reivindicaciones comunistas, socialistas y anarquistas. Es tambin esta la poca del auge del nacionalismo, del discurso de la diferencia o de la unificacin nacional, de la aspiracin tanto de pueblos regidos por los grandes imperios (Austria, Prusia, Rusia), como de los propios Estados-nacin (Francia).

En este contexto se producir un intento de renovacin cultural centrado en la afirmacin de la vida como principio bsico. Afirmar la vida quiere ser una superacin de la crisis planteada, subordinando lo racional a lo vital. El positivismo y el materialismo, como evolucin o superacin del idealismo, se asentaban en la creencia de que el hombre solo podra ser feliz y libre en una sociedad justa y ordenada. As, por ejemplo, el marxismo justificaba las circunstancias del hombre a partir de la llegada de una sociedad nueva surgida de una justa superacin de los antagonismos de clase. O el utilitarismo de Stuart Mill, que apelaba a un equilibrio entre la sociedad y el hombre. Pero, frente a estas consideraciones, que parten de un origen y destino comn para el hombre y la sociedad, a lo largo del siglo XIX se va desarrollando la idea de la afirmacin del destino individual del hombre. El individuo debe ser analizado por medio de un valor absoluto, la vida plena, que no procede de la sociedad ni de otros hombres. Kierkegaard, Schopenhauer o Nietzsche, filsofos vitalistas, se sitan al margen de las principales corrientes de su poca: sus puntos de vista son discrepantes con toda la filosofa anterior, antigua o moderna, ya que entienden el ncleo de su pensamiento, el concepto de vida, como algo dinmico, contrario a la razn lgica y a cmo esta ha sido tratada desde Grecia.

Con respecto a las influencias de Nietzsche, podemos citar su temprano encuentro con la obra de David Friedrich Strauss, Vida de Jess, la cual sentar las bases de su atesmo desde una desmitologizacin de Jess. Y, tras su traslado a Leipzig, el descubrimiento decisivo de la filosofa de Schopenhauer y, sobre todo, de su obra El mundo como voluntad y como representacin. Nietzsche afirma en Ecce Homo (1889) que el atesmo fue lo que le llev a Schopenhauer. Este es un proceso comn al de otros intelectuales, cientficos y artistas de la poca que no optan por el socialismo y son influenciados por Feuerbach, el materialismo cientfico y el evolucionismo darwinista. Schopenhauer ocupa el vaco dejado por la fe y despierta la pasin por la filosofa en alguien como Nietzsche que se ha formado como fillogo clsico. La gran estima por la filosofa de Schopenhauer se ve corroborada por el descubrimiento de la obra del compositor Richard Wagner, que pone en sus peras msica a la idea del dolor y de la salvacin mediante la inmersin en lo universal.

De qu forma proporciona Schopenhauer a Nietzsche una respuesta filosfica a la pregunta sobre cmo sobreponerse a las contradicciones de la vida? Dice Schopenhauer que el mundo es mi representacin. Pero el hombre necesita en este mundo de apariencia algo ms. El hombre siente en su esencia la voluntad de vivir que configura todo su ser, que aglutina todas sus representaciones. Esta voluntad no tiene descanso ni tiene meta, es una incesante lucha marcada por el miedo a la muerte, por una vida que es sufrimiento. Hay liberacin del dolor, redencin? Slo mediante la autoliberacin. El arte es el comienzo, es un consuelo momentneo. La plena liberacin va ms all: es la voluntad de vivir captada por el entendimiento y negada por la voluntad, por nuestro impulso ms profundo, es decir, la liberacin es autoconocimiento y autonegacin. Qu queda? La nada. La comprensin crtica y la superacin de este pensamiento tremendo sern la condicin y el estmulo del desarrollo intelectual de Nietzsche.II. Temas:

Crtica al uso de la razn en la filosofa. La crtica a los filsofos.1. La acusacin.

Nietzsche acusa a la tradicin filosfica occidental de haber falsificado la realidad, de mentir desde sus orgenes sobre el ser de las cosas. Esta acusacin podemos entenderla en un doble sentido:

a. Para Nietzsche, la realidad, el ser, tal como sostiene Herclito (Pongo a un lado, con gran reverencia, el nombre de Herclito, afirma en El crepsculo de los dolos), es multiplicidad y cambio, diversidad y movimiento, es decir VIDA. La tradicin filosfica, sin embargo, ha defendido que el mundo del ser, lo real y verdadero, es el mundo de la unidad y de la permanencia inmutable de las cosas, frente a eso aparente e ilusorio que es el devenir, el cambio y la multiplicidad. Esta es la idiosincrasia de los filsofos, el rasgo distintivo de la tradicin occidental: negar la vida. Por ello, Nietzsche, al comienzo del anlisis de La razn en la filosofa, en El crepsculo de los dolos, afirma: Qu cosas son idiosincrasia en los filsofos?...su falta de sentido histrico, su odio a la nocin de devenir, su egipticismo. Falta de sentido histrico, porque presentan la realidad desde la dimensin de eternidad, sin aterrizar ni tener en cuenta que lo real est vivo, en transformacin y que no se olvida de la muerte. Odio al devenir, es decir, odio a la muerte, al cambio, a la vejez, a la procreacin, a lo sensible, a todo aquello que capta y conforma nuestra sensibilidad. Egipticismo, o lo que es igual, culto funerario, una filosofa que parece manejar momias conceptuales, conceptos vacos y sin vida, en vez de trabajar con los autnticos materiales de la realidad.b. Segn Nietzsche (apartado 4 del texto), en la realidad siempre lo superior es un producto de lo inferior, y as debe explicarse (Por ejemplo, el hombre evoluciona desde los primates y no es una creacin de Dios; Dios es una invencin del hombre y no al revs). La filosofa occidental, por el contrario, ha establecido una contraposicin falsa segn la cual superior = anterior / inferior = posterior. As, han confundido lo primero con lo ltimo, han explicado los conceptos supremos como causa de s mismos (Dios, Bien, Verdad) y no como producto de una invencin humana, que es lo real (Afirma Nietzsche, Ponen al comienzo, como comienzo, lo que viene al final -por desgracia!- pues no debera ni siquiera venir). Por qu han realizado esta mistificacin los filsofos? Qu motivos ha tenido la filosofa para semejante inversin y falsificacin de la realidad? Por miedo y por odio, por resentimiento frente a la vida. Vamos a verlo.

El ser, la realidad, es mltiple y en movimiento. Esto es algo atractivo y atrayente, en principio. Pero, adems, esa multiplicidad y ese movimiento, tomados en serio, pensados hasta sus ltimas consecuencias, muestran la realidad como algo problemtico y terrible, ya que se relativiza el carcter absoluto de todos nuestros valores y creencias, de nuestro mundo y nuestro estilo de vida, se rompe con la unidad y la estabilidad de aquello que creemos necesario para vivir (unos valores estables, un destino duradero, etc.). El cambio y el movimiento nos presentan lo inestable y caduco de todas las cosas, ya sean culturales o naturales. Y adems, si lo superior es producto de lo inferior, ya no podemos fundamentar ni nuestro propio origen ni todo aquello de lo que nos hemos dotado para hacer ms soportable la vida desde los inicios de la cultura.

El mundo verdadero es una especie de abismo que produce vrtigo y angustia al ser humano. As es la realidad, dura, convulsa, despiadada, frgil como la vida, terrible como la muerte, ante la cual retrocede el filsofo desde el inicio del pensamiento en Grecia, lleno de cobarda, refugindose en la ficcin consoladora de un mundo dotado de unidad, reposo y eternidad. Pero el problema, afirma Nietzsche, no es solo que el filsofo huya de la realidad, sino que mediante un mecanismo psicolgico de defensa transforma el miedo en odio contra la vida, en rechazo de cualquier vinculacin fsica, sensible, de la realidad. Todo este proceso -cmo el mundo real se convirti en una fbula- que venimos describiendo, es formulado por Nietzsche en cuatro tesis en el apartado 6 de nuestro texto La razn en la filosofa, de El crepsculo de los dolos. Tras indicarnos irnicamente que le estaremos agradecidos si nos condensa un conocimiento tan esencial en forma de tesis, pasa a plantearlas:Primera tesis: Todas las razones que los filsofos han esgrimido para calificar el mundo sensible y fsico como aparente, lo que hacen es fundamentar su autntica realidad.

Segunda tesis: Todo lo que se ha considerado como caracterstico del ser verdadero de la realidad, no es ms que aquello distintivo del no-ser, de la nada, una ilusin ptico-moral.

Tercera tesis: Crear fbulas sobre un mundo distinto de este sensible y vital en el que estamos inmersos y encima llamarlo real es algo insensato. Tan solo puede justificarse por un instinto de recelo y venganza frente a la vida, que hace postular el fantasma de otra vida distinta de esta, mejor que esta.Cuarta tesis: Dividir el mundo en un mundo verdadero y un mundo aparente, ya lo haga el cristianismo, Platn o Kant, es un smbolo de decadencia, una sugestin. Tan solo el arte y los artistas -veremos por qu- pueden permitirse tal dualidad.2. Decadencia.

Por el uso y la necesidad que tiene de todas estas mentiras, la tradicin filosfica y toda la cultura occidental es, para Nietzsche, decadente, pesimista y nihilista. Decadente es todo aquel que no puede soportar la experiencia de la vida, del ser autntico, mltiple y en movimiento. La decadencia, aparece primero como pesimismo, una actitud caracterstica de los dbiles, aquellos que se quejan de la vida, que lamentan su cambio permanente y su caos. Pero, posteriormente, el pesimismo termina desembocando en nihilismo (afirmar la nada frente al ser), ya que los filsofos niegan como real el mundo fsico y sus atributos (multiplicidad y cambio), asignndole caractersticas que no tiene (unidad y permanencia).Por esto todos los filsofos, salvo excepciones como la de Herclito, al odiar la vida y darle culto a lo eterno, estn mentalmente, como hemos visto, ms cerca de Egipto y de su cultura funeraria que del autntico sentido de lo griego simbolizado en la tragedia. Se da en todo esto una paradoja, apuntada al final de la cuarta tesis: los artistas, al revs que los filsofos, con todas sus ficciones y mentiras, son fieles a la realidad y consiguen expresarla de manera mucho ms honesta que los filsofos, en especial los artistas trgicos: en medio del sufrimiento y del patetismo, la tragedia ofrece un mensaje positivo de la vida, una afirmacin de la misma; personajes trgicos modernos, como el Max Estrella de Valle-Incln, ofrecen en el esperpento, una visin deformada y deformante de la realidad, el verdadero correlato de lo real (Qu es lo real? Los grandes personajes ilustres de la sociedad o su imagen deformada por los espejos cncavos del Callejn del Gato?)Pero, hay algo an ms importante en la justificacin de la decadencia de la tradicin filosfica y cultural de Occidente: su racionalismo. La razn niega el ser y mata la vida, es la causante de la inversin que venimos comentando (transformacin artificial de lo mltiple-cambiante en unitario-permanente). Por ello, vida y razn son trminos antitticos, radicalmente enfrentados y todo vitalismo deber ser irracionalista.

Este modo de pensar de Nietzsche se justifica en una certeza histrica: la filosofa no ha considerado la razn como una facultad ms, sino como lo genuino y especficamente humano. La racionalidad se ha considerado como la esencia del hombre y apoyndose en esto la filosofa se ha desarrollado en todos sus mbitos: teora del conocimiento, como la eterna superioridad de la razn sobre los sentidos; metafsica, que explica desde la razn la unidad y permanencia del ser; lgica, que muestra las leyes necesarias del pensamiento racional; tica, que antepone la voluntad racional a los deseos y pasiones. Por eso, Nietzsche realiza una crtica del concepto de razn a diferentes niveles, una crtica que, a su vez, manifiesta su propia concepcin y que podemos sintetizar as:

- Gnoseolgicamente, adopta un punto de vista empirista que establece la superioridad de la experiencia sensorial sobre la razn. Los sentidos muestran lo real mientras que la razn falsifica y crea un mundo engaoso.

-Hay una raz moral en esta falsificacin: el filsofo ha negado los sentidos histricamente porque los sentidos no son rganos de conocimiento sino de placer. Rechazar la sensibilidad es rechazar el cuerpo y la sensualidad.-La metafsica no es ms que una celebracin del fetichismo del lenguaje: es vctima de la capacidad inventiva del lenguaje y sus conceptos no son ms que invenciones gramaticales sin substancia, transforma simples palabras en falsos entes dotados de falsa unidad y permanencia (Dios, yo, alma, bien). Sin embargo, ninguna palabra puede demostrar y garantizar aquello que nombra.

-La lgica, que parece el producto ms seguro de la razn, viene a resultar un convencionalismo de signos: expresa meras reglas del lenguaje y no supuestas leyes del pensamiento. Por ello, hay que desmitificar la lgica.

Conclusin: Nietzsche, que en el fondo es un romntico, da valor, frente al racionalismo, a la dimensin emotiva, sentimental, pasional e irracional del hombre. Esta dimensin supone ensalzar todas aquellas actitudes vitales que chocan con la razn y con el comportamiento racional: la risa, la embriaguez, la danza, el vuelo, la locura, estados en los que se experimenta la vida de manera eufrica y expansiva.3. La historia de un error.

Por todo lo que venimos comentando, no es extrao que Nietzsche considere el desarrollo histrico de la filosofa occidental como la historia de un error. Este error fundamental es el platonismo, al que podemos entender, en trminos generales, como la contraposicin filosfica entre mundo aparente y mundo real. En un sentido estricto, platonismo es la filosofa de Platn y de su escuela, una postura filosfica ms entre otras, sin embargo, en sentido amplio, Nietzsche lo considera como la postura filosfica bsica: toda la historia de la filosofa, en el fondo, es platonismo, porque todos los filsofos de una forma u otra participan del platonismo (mantener valores e ideales frente a realidades y hechos).

Para Nietzsche, hay una afinidad esencial entre el idealismo metafsico (Platn), el idealismo religioso (Cristianismo) y el idealismo moral (Kant). Todos estn relacionados e implicados entre s, si bien el punto de partida est claro: todo comienza en Grecia. La distincin platnica entre mundo inteligible y sensible, realidad y apariencia, en el fondo, es una doctrina sobre el hombre y el filsofo que conoce y vive ese mundo mal llamado real. Nietzsche le atribuye a Platn esta irona: haber hablado de s mismo tomando como pretexto las Ideas; haber justificado la funcin social y poltica del filsofo desde un discurso sobre la esencia de las cosas (Ideas).4. Cristianismo o Platonismo para el pueblo.

La distincin platnica mundo sensible-mundo inteligible se va a transformar en el dualismo cristiano este mundo-el otro mundo. Aqu, el mundo verdadero (la otra vida, el ms all), no es ya asequible al hombre de forma directa, es una promesa y una esperanza. Nietzsche considera la contraposicin cristiana cielo-tierra totalmente dominada por la distincin platnica Idea-cosa sensible. Esta dependencia es, para Nietzsche, una vulgarizacin cristiana de Platn: el cristianismo no es ms que un platonismo vulgar un platonismo para el pueblo.El rechazo cristiano de lo fsico es el sntoma de una debilidad y enfermedad, es el desprecio de la fuerza y la glorificacin de los sentimientos ms serviles. La represin cristiana de los verdaderos valores se constata en su divisin del mundo entre un ms all eterno, glorioso e inmaterial y un ms ac triste, sucio y material (un valle de lgrimas). De esta forma, el cristianismo institucionaliza y difunde un pensamiento moral que desvaloriza la vida, creando un antdoto para la debilidad frente a la vida, una moral de esclavos. Nietzsche considera que el cristianismo ha intentado con su moral reconciliar hombre y mundo, con el odioso resultado de haber llevado al hombre al empequeecimiento, al empobrecimiento. El sucedneo de vida que ofrece el cristianismo, tal como Nietzsche presenta en la Genealoga de la moral, encuentra su concrecin en la especie de hombre ms mediocre, los hombres del rebao: esclavos, fracasados y atormentados por ser como son y que, sin embargo, han impuesto al resto su moral y sus juicios, aquellos que son ms favorables a su mediocridad y debilidad.El cristiano, animal enfermo, domesticado y moribundo, es la anttesis radical del verdadero hombre nietzscheano: el nio, un ser erguido sobre la tierra con un gran s en los labios. El cristiano ha declarado la guerra a este ser verdadero, censurando sus instintos y pasiones, su vida, y de esta censura ha destilado lo que el califica como malvado, perverso e inmoral, ha inventado la nocin de malo como expresin de su incapacidad para la vida.

El vitalismo de Nietzsche.1. Zaratustra: ms all del bien y del mal.

En As habl Zaratustra, encontramos una fbula mediante la cual Nietzsche simboliza el sentido de su filosofa y el devenir de la filosofa en general, tanto en su evolucin histrica como en su significacin terica, el discurso de las tres metamorfosis del espritu: el espritu en camello; el camello en len; y finalmente el len en nio. El espritu, en el deseo de probar su fuerza con las tareas ms duras y difciles se transforma en camello. Es un animal resignado, que se encamina hacia el desierto llevando sobre s las cargas ms pesadas (los valores de la tradicin) y que dice yo debo. En el desierto se transforma en len, un animal feroz que arroja por tierra todas estas cargas, mientras ruge yo quiero (crtica de Nietzsche a la tradicin). En cualquier caso, para crear valores nuevos, para filosofar desde la autenticidad, no sirve de nada la fuerza negadora del len; este ha de transformarse en un nio que diga con sencillez yo soy. Es la inocencia, el verdadero principio, la afirmacin de las cosas (filosofa positiva de Nietzsche). De este modo, con arreglo a esta imagen, la filosofa de Nietzsche tiene una triple significacin:

-Crtica radical a la cultura occidental, ya sea antigua o moderna, una crtica que va dirigida a sus valores filosficos, religiosos, tico-polticos, estticos o cientficos.

-Una crtica radical porque parte de un profundo conocimiento de aquello que critica, un conocimiento desde dentro.

-Una alternativa a la tradicin occidental, en la forma de un irracionalismo vitalista, una nueva filosofa de la vida que quiere ser fundamento a lo que deben ser los valores verdaderos del hombre. Esta filosofa positiva se resume en un s a la vida, entendiendo Nietzsche vida no tanto como un concepto biolgico, sino como una categora ontolgica, vida como esencia mltiple y en movimiento de las cosas.

El verdadero espritu libre tiene la misin de suprimir, por intil y falsificadoras, las distinciones platnicas y cristianas. El espritu libre desconoce todo vnculo y atadura, es una conciencia crtica al servicio de la verdadera afirmacin de la vida. Sin embargo, no se trata de sustituir lo que el platonismo llama verdadero por aquello que llama aparente, se trata de eliminarlo todo y de empezar de nuevo, de una nueva aurora para la humanidad. Es este el instante en el que desaparecen las sombras y termina el error ms largo, el platonismo, comenzando la predicacin del profeta Zaratustra (metfora potica de la exposicin nietzscheana de su filosofa de la vida).

Nietzsche quiere superar el dualismo de Platn y no limitarse, simplemente, a invertir y cambiarlos valores que este asigna a un mundo u otro, porque eso sera, en el fondo, reproducir el mismo planteamiento. De todos modos, hemos de advertir que, a la hora de la verdad, Nietzsche no conseguir culminar su propsito y su proyectada superacin del platonismo quedar en crtica fascinante, radical y demoledora y en un planteamiento de lo que podra y debera hacerse. Por qu Zaratustra como vehculo para exponer su filosofa? El legendario fundador de la religin persa concibi la realidad como una lucha entre el bien y el mal, mezclando metafsica y moral. A juicio de Nietzsche, tal concepcin es errnea. Pero, por eso mismo, porque Zaratustra fue el primero en cometer el error, l debe ser el primero (simblicamente) que lo rectifique, de ah que se convierta en el portavoz de la filosofa de Nietzsche. Adems, con la personalidad y el mensaje de este profeta que viv hace ms de tres mil aos, Nietzsche intenta crear una figura ms grande que la de Jess de Nazaret.

2. La muerte de Dios.

La crtica de Nietzsche a la cultura occidental es incomprensible si no se sita dentro de la situacin de crisis en la que esta se encuentra. Esta crisis ha sido desencadenada por un acontecimiento trascendental: la muerte de Dios, es decir, el atesmo. Este no es un acontecimiento localizable de manera simple en la historia, no ha sido una muerte fsica, no hemos visto a Dios morir dirigindonos sus ltimas palabras. La muerte de Dios y no el nacimiento de Cristo es el suceso ms importante de la historia: divide a la historia en dos e inaugura un nuevo tiempo superior. El problema es que el hombre no es consciente de este acontecimiento. Si lo fuera, l mismo y su mundo quedaran transformados para siempre.

La expresin muerte de Dios no se refiere meramente a que Dios exista o no. Esta expresin nombra un suceso histrico y cultural: frente a la Antigedad y a la Edad Media, en la que Dios viva en la conciencia y en el corazn del hombre, en el Mundo Moderno, con la autonoma de la ciencia y el desarrollo de la tecnologa, con el materialismo cada vez ms fuerte y la superacin de la necesidad de cualquier norma religiosa para la vida, Dios ha dejado de vivir, ha muerto.

La muerte de Dios, no es un simple hecho natural que se comprueba o descubre, sino una accin realizada por el hombre, un acontecimiento ocurrido en el despliegue activo de la cultura humana en la historia. Este acontecimiento, es presentado por Nietzsche como una muerte violenta, un verdadero asesinato intelectual llevado a cabo por el hombre. Los hombres no tienen conciencia plena del asesinato de Dios, porque si la tomaran, esto les exigira un acto heroico: convertirse en dioses, en hombres plenos y dignos que afirman sin reservas la vida frente a cualquier restriccin. No se trata de divinizar al hombre, como hacen los ateos humanistas de la Ilustracin, sino de que cada uno de nosotros nos convirtamos en individuos que hemos adquirido conciencia de la muerte-no existencia de Dios y lo que esto implica como posibilidad de vida plena, sin falsificaciones de ninguna clase. El atesmo de Nietzsche no es un atesmo humanista, ese falso atesmo que sustituye a Dios por otro ideal, el hombre, y a la religin por un nuevo tipo de culto, el humanismo. Todo lo que defiende esa falsificacin no es ms que un residuo del platonismo, aquello que debe superarse de una vez por todas. El atesmo de Nietzsche es nihilista: piensa que la negacin de Dios solo puede asumirse como el compromiso de una afirmacin superior. Pero, para comprender esto, es necesario aclarar las implicaciones del concepto de nihilismo.

3. Nihilismo, voluntad de poder: comienzo y eterno retorno.

Nietzsche es nihilista, se declara nihilista. Pero no debemos confundir el nihilismo de Nietzsche con el nihilismo que Nietzsche critica y combate. El platonismo y el cristianismo, la cultura occidental, es nihilista porque es pasiva y decadente, porque esta al servicio de la falsificacin, porque engaa sobre la realidad, conduciendo a la NADA (nihil = nada). El nihilismo de Nietzsche es activo y ascendente; en l la negacin est al servicio de una afirmacin superior. Se rechazan los valores de la tradicin para, a continuacin, afirmar toda una serie de nuevos valores e ideales: aquellos que se derivan de concebir el ser como vida, como multiplicidad y movimiento. Lo que ha muerto es la idea monotesta de Dios, lo que ha muerto es la transformacin del platonismo y de su falso culto a la unidad en la religin cristiana, lo apolneo, el culto mortuorio a la razn y su sublimacin moral cristiana. Pero puede y debe haber otra religin, una religin mltiple y plural, dionisiaca, convulsa y en devenir como la vida misma, una religin y una metafsica pagana, politesta, que ample las perspectivas y posibilidades del hombre. Por eso, el lugar de Dios lo ocupar el superhombre y la vida: el hombre capaz de crear nuevos valores, la autntica sustitucin de Dios por lo nico que es vida en realidad, el hombre verdadero y nuevo. El superhombre que anuncia Zaratustra es el hombre nuevo. El medio para lograr esta transformacin (el espritu en nio) es la voluntad de poder.

La voluntad de poder, al igual que la vida, tiende a la expansin, al dominio, a la apropiacin de todo lo ajeno, ms all de cualquier concepto de bien o mal. Es una realidad creadora, por eso no est sujeta a valoracin, no puede decirse de ella es buena o es mala, sino que es una realidad. Es, tambin, una fuente de estmulo y de desarrollo de las pasiones humanas, una forma de interpretar el universo y un punto de vista para descubrirlo, creando todos los valores que son necesarios para ello. Tanto el hombre como el universo estn formados por un conjunto de fuerzas que tienden a su propio desarrollo, que quieren su propio poder y que se manifiestan en una lucha sin fin donde se demuestran fuerzas siempre crecientes.

La voluntad de poder como exaltacin de la fuerza y la creatividad desde la afirmacin de la vida es eterna. Se plasma de forma absoluta en el eterno retorno: la vida tiene que ser amada puesto que, gracias a su repeticin eterna, tiene que volver a ser vivida. Esta concepcin est tomada de la mitologa y de Herclito, y en Nietzsche sirve para refutar la idea de una concepcin lineal y teleolgica de la naturaleza: si el universo tuviera una finalidad y un destino, si hubiera un estado final (la otra vida, el fin de los tiempos, la eternidad inmutable de Platn) debera haberse alcanzado ya. Pero no existe, no hay ms mundo que este y el eterno retorno significa que todo puede volver a comenzar, puede y debe haber un nuevo comienzo. Esta es la frmula suprema que afirma la vida, la fidelidad a la tierra y al mundo que se pronuncian desde la voluntad de poder, desde la afirmacin de la vida tal como es. III. Nociones.

Sentidos y cuerpo. Dentro del pensamiento filosfico, el cuerpo humano y los sentidos han sido objeto de debate filosfico. Pinsese, por ejemplo, en el concepto negativo que del cuerpo tuvieron el pitagorismo y el platonismo (bajo influencia de aquel) y, posteriormente, el cristianismo. Dgase lo mismo de la concepcin del cuerpo como res extensa en Descartes.Sin embargo, entre los autores que se ocuparon de ellos desde una perspectiva de conjunto, alternativa y radicalmente favorable a los mismos, destaca la figura de F. Nietzsche, ya que quizs sea uno de los pocos que devuelven al cuerpo su condicin de ser el centro de gravedad del hombre, valorando a su vez a los sentidos como clave de bveda de toda epistemologa, moral y antropologa posibles.Nietzsche es el gran crtico de la moral antinatural, que l identifica, a grandes rasgos, con la moral tradicional. Su moral va por caminos muy diferentes a los del cristianismo y el pensamiento tradicional filosfico: la exaltacin de la vida en su completo desarrollo, en su creatividad y destruccin naturales, valorando como bueno y verdadero todo lo vinculado a la dimensin corporal y sensitiva del ser humano.

La metafsica tradicional se asienta en un error bsico: la creencia en la anttesis de los valores. La ontologa tradicional es esttica, porque considera el ser como algo fijo, inmutable; por otra parte, ese ser no se deja ver tal como es en realidad en este mundo, donde todo es apariencia y falsedad de los sentidos. Esta separacin entre ser real y aparente es un juicio valorativo sobre la vida. Un juicio negativo porque da ms importancia al mundo de las ideas que al mundo de los sentidos (irreal y aparente). Pero en verdad, dice Nietzsche, no hay un mundo aparente y otro verdadero, sino el devenir constante del ser creando y destruyendo, la pluriforme realidad solo aprehensible desde el conocimiento sensorial, la experiencia de una vida sensitiva que es cambio y transformacin. Herclito y todos los sensualistas de la historia tienen la razn.

Qu es el cuerpo? Para Nietzsche, un campo de fuerzas, un medio nutritivo y sensorial disputado por una pluralidad de fuerzas. Lo que define a un cuerpo es esta relacin entre fuerzas dominantes y fuerzas dominadas, activas y reactivas. Cualquier relacin de fuerzas constituye un cuerpo: qumico, biolgico, social, poltico. Dos fuerzas cualesquiera, desiguales, constituyen un cuerpo a partir del momento en que entran en relacin: por eso el cuerpo es siempre fruto del azar, en el sentido nietzscheano, y aparece siempre como la cosa ms sorprendente, mucho ms sorprendente realmente que la inmviles conciencia y espritu de la tradicin. No nos cansamos de maravillarnos ante la idea de que el cuerpo humano se ha hecho posible, como producto arbitrario de las fuerzas que lo componen. El cuerpo es un fenmeno mltiple, al estar compuesto por una pluralidad de fuerzas irreductibles; su unidad es la de un fenmeno mltiple, no la del yo o alma clsicas.Conceptos supremos y el concepto Dios.Entendemos con la expresin conceptos supremos el conjunto de categoras racionales que los filsofos han utilizado a lo largo de la historia para referirse a la verdadera realidad del mundo. Estos conceptos pretenden designar las caractersticas del mundo verdadero creado por Platn y anticipado por Parmnides, es decir, el mundo del ser, de las ideas, de la sustancia, de la unidad, de la causa, etc.La necesidad de racionalizar lo imposible, de racionalizar el ser como devenir, es lo que nos obliga a inventar ficciones, modelos de conocimiento que nos permitan la estabilidad frente a lo que en s es caos. Las categoras o conceptos con los que tratamos de aprehender el ser son, dice Nietzsche, ficciones convencionales con fines de designacin, mas nunca de aclaracin. Por eso los filsofos se han dedicado hasta ahora a momificar el devenir del ser a travs de conceptos, que slo sirven para etiquetar. Esta necesidad nos obliga a buscar el mecanismo adecuado para conseguir la afirmacin humana frente al mundo, mecanismo que consideramos nico y Verdadero.

Toda palabra se convierte en concepto superior desde el momento en el que deja de servir justamente para la vivenvia original a la que debe su sentido. Se pretende que bien, verdad, vida, sirvan para expresar y significar una multiplicidad de cosaqs o realidades que nunca son idnticas. Pero adems, como consecuencia de una lgica perversa e inmoral, la propia ontologa tradicional que niega el devenir del ser ha puesto los medios adecuados para que el espritu acaricie la idea de una moral sobrenatural: de esta forma se quita el carcter primitivo de inocencia vital que posea el devenir, haciendo al hombre dependiente de una razn superior a l mismo, bien sea Dios, (primera manifestacin dogmtica del espritu), bien sea la razn (segunda manifestacin), bien la ciencia o la historia (tercera y cuarta respectivamente).

Cuando Nietzsche se refiere a Dios como concepto se refiere al Dios de la religin, particularmente del cristianismo, pero tambin a todo aquello que puede sustituirle, porque en realidadDios no es una entidad sino un lugar, una figura posible del pensamiento, representa lo Absoluto. Dios es la metfora para expresar la realidad absoluta, la realidad que se presenta como la Verdad y el Bien, como el supuesto mbito objetivo que puede servir de fundamento a la existencia por encontrarse ms all de sta y darle un sentido. Todo aquello que sirve a los hombres para dar un sentido a la vida, pero que sin embargo se pone fuera de la vida, es semejante a Dios. Cuando Nietzsche declara que Dios ha muerto quiere indicar que los hombres viven desorientados, que ya no sirve el horizonte ltimo en el que siempre se ha vivido, que no existe una luz que nos pueda guiar de modo pleno. Esta experiencia de la finitud, del sentirse sin remedio desorientado es necesaria para empezar un nuevo modo de vida, la aurora del hombre nuevo que propiciar la transmutacin de todos los valores, de todos los antiguos conceptos supremos.Arte trgico y dionisiaco.En su obra juvenil "El nacimiento de la tragedia", Nietzsche cuestion la valoracin tradicional del mundo griego que situaba en la Grecia clsica (el siglo de Pericles) el momento de esplendor de la cultura griega, considerando a Scrates y Platn como los iniciadores de lo mejor de la tradicin occidental: la racionalidad. Frente a esta interpretacin, Nietzsche da ms importancia a la Grecia arcaica, la del tiempo de Homero, y sita en el siglo V a. C. el inicio de la crisis vital del espritu griego. El pueblo griego antiguo supo captar las dos dimensiones fundamentales de la realidad sin ocultar ninguna de ellas, y las expres de forma mtica con el culto a Apolo y a Dionisos. Apolo, dios de la juventud, la belleza y las artes, era tambin, segn Nietzsche, el dios de la luz, la claridad y la armona, y representaba la individuacin, el equilibrio, la medida y la forma, el mundo como una totalidad ordenada y racional. Para la interpretacin tradicional toda la cultura griega era apolnea, concibiendo al pueblo griego como el primero en ofrecer una visin luminosa, bella y racional de la realidad. Nietzsche consider que esta interpretacin es correcta para el mundo griego a partir de Scrates, pero no para el mundo griego anterior. Frente a lo apolneo, los griegos opusieron lo dionisaco: Dionisos, dios del vino y las cosechas, de las fiestas presididas por el exceso, la embriaguez, la msica y la pasin, y segn Nietzsche, el dios de la confusin, la deformidad, el caos, la noche, los instintos, la disolucin de la individualidad; los griegos representaban en Dionisos una dimensin fundamental de la existencia, que expresaron en la tragedia y que fue relegada en la cultura occidental: la vida en sus aspectos oscuros, instintivos, irracionales, biolgicos. La grandeza del mundo griego arcaico estribaba en no ocultar esta dimensin de la realidad, en armonizar ambos principios, considerando incluso que lo dionisaco era la autntica verdad. Slo con el inicio de la decadencia occidental, con Scrates y Platn, los griegos intentan ocultar esta faceta inventndose un mundo de legalidad y racionalidad (un mundo puramente apolneo, como el que fomenta el platonismo). Scrates inaugura el desprecio al mundo de lo corporal y la fe en la razn, identificando lo dionisaco con el no ser, con la irrealidad. En sus obras posteriores, Nietzsche desarrolla esta idea del inicio de la decadencia occidental en la Grecia clsica: Platn instaur el error dogmtico ms duradero y peligroso: "el espritu puro", el "bien en s", el platonismo o creencia en la escisin de la realidad en dos mundos ("Mundo Sensible" y "Mundo Inteligible o Racional"). Este dogmatismo es sntoma de decadencia pues se opone a los valores del existir instintivo y biolgico del hombre. La degeneracin de la cultura en virtud de la filosofa griega triunf en la cultura occidental con el ascenso de la moral judeocristiana y del monotesmo, pervirtiendo desde la raz el mundo occidental. As, la crtica de Nietzsche a la cultura occidental se refiere a todos los mbitos: la filosofa por inventar un mundo racional, la religin un mundo religioso y la moral un mundo moral; en definitiva, la decadencia del espritu griego antiguo supuso el triunfo de lo apolneo sobre lo nico real, segn Nietzsche, lo dionisaco, el espritu de la tierra. Dionisos supone, para Nietzsche, la perfecta identificacin con la vida, la absoluta afirmacin de la vida, a pesar de lo enigmtica y penosa que pueda ser; supone experimentar la vida de manera eufrica y febril, en un sentimiento expansivo u ocenico, en un entusiasmo y delirio csmicos. Por eso lo dionisiaco es "el placer de crear y destruir en el seno del devenir", "el placer de arrojar piedras al abismo, de danzar al borde del precipicio, de perderse en el laberinto"...

Texto de selectividad: F. NIETZSCHE, El crepsculo de los dolos, captulo La razn en la filosofa. 1. Me pregunta usted qu cosas son idiosincrasia en los filsofos?... Por ejemplo, su falta de sentido histrico, su odio a la nocin misma de devenir, su egipticismo. Ellos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni [desde la perspectiva de lo eterno], -cuando hacen de ella una momia. Todo lo que los filsofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no sali vivo nada real. Matan, rellenan de paja, esos seores idlatras de los conceptos, cuando adoran, se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran. La muerte, el cambio, la vejez, as como la procreacin y el crecimiento son para ellos objeciones, incluso refutaciones. Lo que es no deviene; lo que deviene no es... Ahora bien, todos ellos creen, incluso con desesperacin, en lo que es. Mas como no pueden apoderarse de ello, buscan razones de por qu se les retiene. "Tiene que haber una ilusin, un engao en el hecho de que no percibamos lo que es: dnde se esconde el engaador? "Lo tenemos, gritan dichosos, es la sensibilidad! Estos sentidos, que tambin en otros aspectos son tan inmorales, nos engaan acerca del mundo verdadero. Moraleja: deshacerse del engao de los sentidos, del devenir, de la historia [Historie], de la mentira, la historia no es ms que fe en los sentidos, fe en la mentira. Moraleja: decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos, a todo el resto de la humanidad: todo l es "pueblo". Ser filsofo, ser momia, representar el montono-tesmo con una mmica de sepulturero! Y sobre todo, fuera el cuerpo, esa lamentable "ide fixe" [idea fija] de los sentidos!, sujeto a todos los errores de la lgica que existen, refutado, incluso imposible, aun cuando es lo bastante insolente para comportarse como si fuera real!..." () 4. La otra idiosincrasia de los filsofos no es menos peligrosa: consiste en confundir lo ltimo y lo primero. Ponen al comienzo, como comienzo, lo que viene al final por desgracia! , pues no debera siquiera venir!- los "conceptos supremos", es decir, los conceptos ms generales, los ms vacos, el ltimo humo de la realidad que se evapora. Esto es, una vez ms, slo expresin de su modo de venerar: a lo superior no le es lcito provenir de lo inferior, no le es lcito provenir de nada... Moraleja: todo lo que es de primer rango tiene que ser causa sui [causa de s mismo]. El proceder de algo distinto es considerado como una objecin, como algo que pone en entredicho el valor. Todos los valores supremos son de primer rango, ninguno de los conceptos supremos, lo existente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto -ninguno de ellos puede haber devenido, por consiguiente tiene que ser causa sui. Mas ninguna de esas cosas puede ser tampoco desigual una de otra, no puede estar en contradiccin consigo misma... Con esto tienen los filsofos su estupendo concepto "Dios"... Lo ltimo, lo ms tenue, lo ms vaco es puesto como lo primero, como causa en s, como ens realissimum [ente realsimo] ... Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales de unos enfermos tejedores de telaraas! -Y lo ha pagado caro!... ()

6. Se me estar agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro tesis: as facilito la comprensin, as provoco la contradiccin.

Primera tesis. Las razones por las que "este" mundo ha sido calificado de aparente fundamentan, antes bien, su realidad, otra especie distinta de realidad es absolutamente indemostrable.

Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al "ser verdadero" de las cosas son los signos distintivos del noser, de la nada, a base de ponerlo en contradiccin con el mundo real es como se ha construido el "mundo verdadero": un mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusin ptico-moral.

Tercera tesis. Inventar fbulas acerca de "otro" mundo distinto de ste no tiene sentido, presuponiendo que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeecimiento, de recelo frente a la vida: en este ltimo caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagora de "otra" vida distinta de esta, "mejor" que sta.

Cuarta tesis. Dividir el mundo en un mundo "verdadero" y en un mundo aparente", ya sea al modo del cristianismo, ya sea al modo de Kant (en ltima instancia, un cristiano alevoso), es nicamente una sugestin de la decadence, -un sntoma de la vida descendente... El hecho de que el artista estime ms a la apariencia que la realidad no constituye una objecin contra esta tesis. Pues a la "apariencia" significa aqu la realidad una vez ms, slo que seleccionada, reforzada, corregida... El artista trgico no es un pesimista, dice precisamente s incluso a todo lo problemtico y terrible, es dionisaco....