Para la hora del té

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El Gobierno del Estado de Michoacán a través de la Secretaría de Cultura, presentan: "Para la hora del té", de José Antonio Alvarado

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Para la hora del té

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GoBIerNo del eStado de MIChoaCÁN de oCaMPo

Fausto Vallejo FigueroaGobernador Constitucional

Marco antonio aguilar CortésSecretario de Cultura

Juan García tapiaSecretario Técnico

Fernando lópez alanísDirector de Formación y Educación

Jaime Bravo déctorDirector de Producción Artística y Desarrollo Cultural

raúl olmos torresDirector de Promoción y Fomento Cultural

Paula Cristina Silva torresDirectora de Vinculación e Integración Cultural

héctor García MorenoDirector de Patrimonio, Protección y Conservaciónde Monumentos y Sitios Históricos

Miguel Salmón del realDirector Artístico de la Orquesta Sinfónica de Michoacán

María Catalina Patricia díaz VegaDelegada Administrativa

héctor Borges PalaciosJefe del Departamento de Literatura y Fomento a la Lectura

CoNSeJo NaCIoNal Para la CUltUra Y laS arteS

rafael tovar y de teresaPresidente

Saúl Juárez VegaSecretario Cultural y Artístico

guillermo Núñez HerreraSecretario Ejecutivo

Ricardo Cayuela GallyDirector General de Publicaciones

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José antonio alvarado

Para la hora del té

Gobierno del estado de MichoacánSecretaría de Cultura

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Para la hora del té3era. edición, 2013

© José antonio alvarado© Secretaría de Cultura de Michoacán

diseño y formación editorial:Paulina Velasco Figueroa

Ilustración en portada:José Miguel García Castro, Deanpi

Secretaría de Cultura de MichoacánIsidro huarte 545, Col. Cuauhtémoc,C.P. 58020, Morelia, Michoacántels. (443) 322-89-00, 322-89-03, 322-89-42 www.cultura.michoacan.gob.mx

ISBN: 978–607–8201–37–2

Impreso y hecho en México

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PreSeNtaCIÓN

José antonio alvarado (Zacapu, 1943) realizó estudios de filosofía en la Facultad de altos estudios “Melchor ocampo” de la Universidad Michoacana y en la Facultad de Filosofía y letras de la UNaM. ha publicado en suplementos, periódicos literarios y revistas de nuestro país. tiene varios volúmenes publicados: Habitación sin muros (1969); Para la hora del té (1973); Algo ha quedado roto desde entonces (1982); Ejercicios del sueño (1982); Interrogatorio de barandillas y otros textículos (1984); La pequeña Frankestein (1985); El cangrejo y el mar (1998); La muerte del Quijote (1999); Las palabras cansadas de volar solamente nombran (2000); El dragón en el espejo (2001); y las antologías Junio de lluvia vestido y Nosotros somos yo de Concha Urquiza y ramón Martínez ocaranza, respectivamente. estos títulos constituyen –como acertadamente escribió Gaspar aguilera díaz– el itinerario poético que confirma un oficio sólido que en su sentido del ritmo y la capacidad de evocar con sordidez, ironía o nostalgia, encuentra su mejor expresión. en 1982, Ángel José Fernández, hoy día uno de los poetas más destacados de la poesía veracruzana, escribió que en la poesía de alvarado se encuentra no sólo un acto por conseguir lo inalcanzable; remite a los engranajes del sueño, donde cobran figura e imagen los hechos del hombre que se preocupa por vivir y dejar huella, y deja sentir así la presencia de un poeta que marca distancia con sus primeros poemas pero perduran los temas de antes con la inclusión de nuevas imágenes capaces de incendiar el erotismo y las cosas de la naturaleza, con un coloquialismo basado en el verso libre, siempre con el ritmo de las palabras y con el ejemplo de quien se sabe ante todo poeta.

Para entonces ya había publicado Habitación sin muros y hacia una década de la primera edición de los poemas que reunió bajo el título Para la hora del té, pero anunciando ese año de 1982 que se trataba de una versión revisada y definitiva de sus poemas agrupados en la antología personal Algo ha quedado roto desde entonces. Con el tiempo, aquellas fechas son una huella emblemática en su poesía. en 1973, a los 30 años ha publicado por primera vez este puñado de poemas, cuatro décadas después estamos hablando que han transcurrido 40 años y, ahora, con motivo de sus 70 años de vida se vuelve a publicar una edición para celebrar siete décadas de vida y recordar que, por lo menos medio siglo de éstos los ha dedicado a escribir poesía.

Morelia, Mich., a 4 de abril de 2013.rafael Calderón.

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adVerteNCIa

Con los niñosY el marNunca se sabeViven con los bolsillosllenos de coraleshumedeciendola raíz del mundo.

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INtroSPeCCIÓN

Voy a mi antojoa convertirme en faroobligándote a fecundar el marCon proyectiles de semen luminoso

aprenderás a guardartu mano de mendigoY hacer de élla un puño

Y cuando preguntendónde la tristezadónde un rostro de niñadónde la lenguadónde un muslo para labrar una cariciaMe verán fundido en otra pielQue habita en tu cintura.

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BaGatelaS de lUZ

Porque cada quien al nacerlleva su muerte bajo el brazoSoy distanciaSoy manotodas esas angustiasabandonadas en el mundoa nuestra propia suerte

Y es necesario reíren el lugar precisoQue la etiqueta exigeadministrarse a solasBagatelas de luzo la sonrisa de un niñoCuando en la salSe reúnen las buenas costumbres

Soy distanciatodos esos muros destruidosde catedral antiguaSoy el debatede nuestra vieja conciencia

Soy manoabandonada sobre tu desnudezelemental caricia giratoria.

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CIrCUNVolUCIÓN

I despertarUno dentro del otroNuestros cuerposNunca llegan a vernos

IItu imagentaladra memoriael festín de brujaslas estatuas de piedralas serpientes de arenaPasan por mi espejoel alcantarilladorecibe los despojosde una frente desnudaaños sin tiempoPara ser recordadoslluevehoy puede ser pensadotu ser parida niñaa hurtadillasen las habitaciones de solteroCon el adiósColgando en las arrugasel regresoUn paisaje en los ojosYa olvidado.

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PoeMaS eN SerVIlletaS

Una vez para AlmaDos veces para Ariadna

1escriboPor el derecho que me da tu cuerpoPor ese brazo roto que la estrellaMe cedió en tu vientrePor arrancarle al polvo la oscurecida imagenhabloPor descubrirte en mi silencio como un eco

2escribo ariadnaPara tus 18 meses de sonrisasCon los incisivos clavados en los dedos de el pecasel oso Barney tamborilea en la salaY busca complicidad para tu asombroes tan sencilloPasar la mano sobre el pelucherosado y perezoso del conejoY claro estádespués de algunos añosrecorrerás estas callesel mundollevando en vilo una pancartaCuando te haya nacido la tristeza

3Y por demás bien muertaSea la ciudadSu infinita procesión de silencios

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Un ir tallando hueso contra huesoCon un monótono tac-tac de limpiabrisas

Ya hacen muchos hombres ariadnaY hoy para tus 18 mesesIntento rescatar de la hoguerala palabraY tomar entre mis manos tu sonrisademiurgo del poemaPero dimedónde tu mano cóncavaPara llevarme al mar.

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oraCIÓN Por tU INFaNCIa

tiendo de la porción adultadel brazo de una muñeca extrañamente preferidaocupas hoy el sitio exacto en mi tristeza

recién nacido el mundoreconoce en tus manos la palabraQue salta del bautisterioY se queda cintilante en las cosasY cuando encendemos las primeras lucesYa no sabemos si era viento o deseoY las palabras sonlo que ha cavado la nocheY las ha vuelto tan antiguasCon ese colorCon el que los muertos sonríen a las estrellas

Y nos asombraVer sombras vespertinas en nuestra calaveraPero el grito y el ríoSe nos han ido secandoentre el mínimo recuento de nuestras culpasY los atardeceres

Nosotrosoficiamos tu ingresoen una mañana de la que no habrás de escaparte

Y rodará tu infanciaCon la cabeza del cabrito sacrificadoentre el descanso eterno de los dioses.

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VolVÍaMoS

Volvíamos de la nocheCon el jazmín morado entre las manosUn jadeo de pecesdevorando los instantes rojizosUna tea redondeadadeslizándose en la superficie de la sábanaY la insinuada sombraQue de soslayo al espejo se sabía penetrada

la espuma se miraba en el mardesde los cerrosaromas denunciaban la presencia de los pájaroséramos dos fuegos temerosos del incendioNos interrogábamosa cerca de quién arrojóla chispa a la pradera

Nadie recuerdaCómo nos iniciamosen la persecución de la cariciaNacida en el océano de las murmuracionesCómo fuimos llegando a ser amamantadosPor una misma estrellaY desde entonces la elegimosdepositaria de las horasen el patio de un castillo de arena

Volvíamos de la nochelos astros en desbandadadaban a la montaña su última cariciaY en el follaje de los ecostraídos por el viento

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hasta la piel oscura del jardín del mardonde el azul va tejiendo sus trenzasCerrando el abanico

la noche se pierde pisciformeBella aúnMoviéndose entre algas de luzhundida pero bella en la memoriaCon una voz concéntricade ánades cercanos a la orillao de rumor de tiempoMás allá del grito y el silencioCon devaneos huidizos que levantanlos gravísimos senosPor donde yo contemplodormir a las estrellas.

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UN dÍa la llUVIa

la noche es una dádivaViene a bruñir su rostro en el espejoYa no dirás que ríoPara dejar un hueco en mi silencioY ahora mismoSi ocuparas tu sitio en la ventanaafirmarías conmigoPor la manera de caer la lluviaestá cierta de llegar al marComo el viento ser luzY sorprender a aquellos que empezarona labrar en la piedra sus estatuas.

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CUaNdo eNtrala CIUdad Por la VeNtaNa

Illegas amor con esa lágrimaY no sé cómo limpiarnos de cenizaNi dónde he ido dejando nuestros muertos(SabesNunca entendí del todoen qué consiste el amor a mi patria)

IIllegamos a la nocheCon tanta sed amorQue terminamos fundidos a los muroso a la fisura del espejoQue contemplamos todas las mañanasCuando entra la ciudad por la ventanaY se queda en tu lágrima.

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eVaSIoNeSPor UNa ola Y UN CaleIdoSCoPIo

1Cuánto tiempo y cómo decir la nocheeco que desconoce su rostro de encinos y madroñosCómo decir la imagen conocida en el espejoPájaro que con un vuelo de pecesespera todavíaQue cada nueva ola se eternice

Persigo la cariciaQue duerme en algún puñoGritos que se han tejidoCuelgan de los murosdonde te invento un rostro cada nochePara ser gastado bajo el solPico de halcón nos va dejando ciegosY al internarme en el caminode unas huellasQue no recuerdo míasMe duelo Como vientre que se pare a sí mismoPues nada de lo que encierra mi apellidoMe concierneMenos aúnese puerto flotante del cual hablas

2Sabes que la soledad posee un enorme ombligodime la forma de elevarmehasta escupirle el rostrotal vez deba volver hasta tu peloo abandonarme al sauce migratorio

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en ese río presurosoNutriéndose en la saviaQue han puesto los giralunas en tu seno

3Puedo caminar a distanciao dormir en un hueco de luzY despertaral primer canto del búhoSobre la mano izquierdaPara seguir a esa luciérnagaextraviada de la mano de diógenesa la orilla del marY reconocerteen tu manera de contar estrellasde repetirte blanquísima estatua de salen cada huella Y retener en cada parpadeola hidrografía en que se abismaMi existencia de oruga estacionaria

4Cómo decir del pezQue en su escama soporta el peso de la lunaSi mi memoria es ríoY tu imagen sobrenada en los escombrosde una ciudad desierta hace mil años

tal vez germine en mi pecho una planta marinaY cese la oración ante el montículodonde yacen los restos de la fe

5dimeQué es lo que extraviamos al principio

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hoy no guardo siquiera el vestigio de algún rostrode la caricia que se ahogó en mi sueñoabriendo grandes espirales de frío

Y tu manoCon una estúpida vocación de polvoSepulta mariposas en la almohada

6llevo un viento lejano a mis espaldasQue me impide el regreso

Voy hacia el marlas frutas trocadas por los labiosSe quiebran en tu vientrelograr en que la intensa luz se vierte

7las sombras encuentran su fragilidad de gaviotaY tu sexo es un acantiladoQue registra pulsaciones marinas

alguien dijo mujerY se ruborizaron los labios de los muertosNos acercamos a beber el rocío de los tulipanesY el silencio ciñó nuestras cabezas

Y tú habías dicho amoren el silenciola lluvia que desciende de tus ramas

Y tú habías dicho ahoraY en ese vuelco de serpienteConocí la vocación del musgo por la rocael propósito del pez en tu cintura

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en las fauces del loboUn astro nacido sin sus brazoste recuerda calidoscopioabandonado en algún sitio del jardín.

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Para el Mar

Funesto spiritoChe accedi e turbi moreAffine io torni senza requie all´alto

UNGarettI

Prefiero para la muerte el mardonde los huesos puedanBordear inútilmenteocéanos como bocasdonde un centenar de pájarosSe jueguen el todo por el todoY asistan al rescate de los ojos.

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aQUello QUe eSCUChaS

aquello que escuchas en las noches expuestas a las horasNo logra trasponer los muros de obsidiana tallada por los siglosSobre los huesos de los muertos cercanosen el parque abandonado a la permanencia callejera de los perros del barrioPara ofrecer al vientoNuestro manojo de pasos negados a la redondez del senode la tierraComo un haz solar donde navegan infinitas estrellas

Irrumpo en tu soledad con mi silencioPerforaciones de sombrasY nos reímos inmutables de nadaComo las hojas como el marMostramos nuestro impermeable con ira a la tormentaNo sé de qué tallo pisoteado nace una caricia que recorre tu cuerpoY el tiempo nos llega terriblemente envejecidodesnudos buscamos un lugar en el éxodo de peces a la (caída de la rocaY bajo una mancha de gaviotasQue acarician la arena desde lejoslavamos las sombras que ha dejado la luz en nuestros cuerposY descubrimos que el cielo es un espejoQue es agua

Y se rompeY aprendemos a mirarnosY nos fundimos en la incursión intemporal del besolatir de labios de una boca que no sabemosen qué espejoen qué sueño ignoradotal vez

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Fue posible el gritoanunciación de un vástago de luzQue retrocede pulverizado en cada esquinaY nos recorre dentro como una caricia invertebradaComo una lágrima de ojos que miran sin mirar

Sólo la imagen que germina en la transparencia del rocíoPequeño diamante devorador de estrellasSobre una hoja de palmeraSólo donde la noche se contemplaCon una complicidad de adolescenteahí amor principia el regresoY nos reconocemos infinitos.

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Para traertea eSte lado de la lUZ

1Y sin embargo nadie tiene memoriade aquel aleteo de pájaroY en tu senode aquel camino de ríoSobre una misma huella

2Nadie recuerda cómo fuiste naciendoen un correr de plumaY nos amamosComo aman los árboles la lúdica sombraQue los recorre por los cuatro costados

Y duermesal despertar me hablasdiscutimos de dios de ideologíasY en cada pliegue del cobertoren cada poroY en ese balbucir de las estrellasSe dice la cariciaQue encontró desde su nacimientola caja de cristal

3hoyte sorprendí bajando la escaleraSuspendida en el extraño nacimiento de una frasede dimensiones que se te escapan por los poroslas mismas que escribiste una mañanaSobre las calcomanías de Walt disney

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después reconociste milímetro a milímetrotu piel frente al espejoluz que al pasar sobre el estanqueSiente temor de versellevando la certidumbrede atravesar desnudade desaparecer entre los muebles de la salaY eres noche recogida en sí mismaen la contemplación del infinito

Frente a la chimeneate resuelves claridad y tinieblaslos cuadros saltan de sus murosMis labios se internan por paredes blanquísimastus muslosVerdes que se extienden oblicuas por mi manoNo cesan Se agigantanMe oprimen contra la graderíaImpidiendollevarme la mano hasta el ombligo

4Sin embargo nadie tiene memoriade aquel río extraviadode la sangre de octubredel viejo diálogo del buitre y la lechuzalas estrellas descendieron al marY los peces perforaron la lunaY la luzMás desnuda que siempreNos sorprendió imaginandoUna línea recta en la ventana

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5Nadie tiene memoriade aquellas falsas puertasQue se yerguen montañasal llamado enloquecidode nudillos de barro

6recuerdas las manosla nao que se sintió faisánUna tarde un fantasmala atrapó por el cuello con tenazas–enguantado saludo que teme a la cariciaY la arrojó con vuelo de golondrinaQue desciendedando fin al extravío del viento

Mano enloquecidaSin razón o con ellate reclamoPara ascender el sauce que navegaen la calle que huye de algún ríoY busca desembocarCon su cargamento de peces rotos en tus senos.

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oFICIo de herrero

IGestada de tanto olvido tu manodoble carrera del suicidaes una triste evocaciónSu reflejo una danzaY tú también conoces esas cosasY sabes que no es oficio de herreroel de llevar bajo la lengua una piedra ardiendo¡Qué no son vegetarianos!los que nos han dejado sin raícesSabes también que reconozcola herencia residual de la cariciaPor su cercanía al vértigo y al fuego

IIahoraNos ha dado por sentirnos árbolesY albergados en nuestra propia sombraencendemos la fraguaY nos damos cuentaQue nos mantienen a distancia los metalesY tantas cadenas y una piedra ardiendo.

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Para el SePtIMo dÍa

Pero los jefes de los sacerdotesy los ancianos persuadieron al puebloque pidiese a Barrabás y a Jesús matasen

eVaNGelIo según SaN Mateo 27-20

IhoyNo es octubreY sentimos una extraña vocación por la muerteUn deseo de ser cariciao espada a la altura de las sienesde ser mármolo amorMano estrechada un instanteo bien una sonrisa

IINos hemos vestido de domingola ciudad deja su caricia a nuestra pieltú esperas en mis rodillasel perfil de un edificiodonde no hay un espacio dispuesto a la tristeza

IIISomos una oquedaden esta sala de espectáculosdonde la propia soledades una orgía a nuestros cuerposdicen: “antes del suicidio de dios era otra cosa el mundo”

IVPeroNo es octubre

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Y espero la sonrisa destacada del polvolabioIncapaz de transponer el ríodonde los mismos saucesencuentran su respiración imposibleY los gorriones no hallan otro sitioQue el espacio horadado de tus manos

V a un costado de tu silencioengullo la tristezarecuerdolos pasos de lázaro en contra de su voluntada Magdalena ocultándose a la redenciónen las esquinasY pienso que nada cambiaríaCon la llegada de otro año bisiesto

VI Ya es tardetoso los caminos encuentran su nacimiento en tu cinturaY hasta la misma muerte no habla de su ubicuidadCon ese dueloQue sobrepasa nuestro entendimiento

VIIen este sitioQue nada sabe de tus pasoste aseguro que no es fácilrumiar nuestro silencio

No es octubrees el séptimo díaY nos dolemos por los fieles difuntos.

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a PUerta Cerrada

a José Carlos Becerra

1te hablaré del bosque que viene a sentarse tristemente (a la orilla del pueblo a contemplar tu muertede la ciudad y de tu afición juguetona por los torosde ese río de pájaros agolpándose para que puedas morder el infinitode la serpiente que deseaba esperar el nacimiento de la hierbaentre los senos de una doncella adolescentede la barba que le ha crecido a la tarde cubriendo todos (los tejados y que nos impide mirar por la ventanatambién si lo prefieres hablaré un poco (–sólo un poco para no entristecerme– ( de la mañana en que sentí lástima por el destino de los pecesCuando leí en el diario la noticia de tu pacto irrevocable con el vientode tu reciente capacidad de recorrer habitaciones a puerta cerradaY de substraerte al paisaje que sin embargo aún te compromete

2¿Dónde están aquellos que condujeron la palabra y fueron llevados por ella al sitiode la oración y a la materia del silencio?J.C.B.

hay que saber mirartePrendido por el pico de un pájaro entre la realidad y el mundoSaber que tu voz es el aire que sostiene las habitaciones (dispuestas al amor después de la catástrofeY que esta ciudad que tú inventaste te condena a ser (frase en los laberintos en la incomprensión y el tedio

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Y a esta hora en que el sol parte con los barcos que regresanhay una muchacha que asegura haberte visto al pie del (almendro en brazos de tu retratoo caminando por las cornisas distraídamenteCuando la ciudad entera expía sus culpas y en las alacenas duerme el hombreY ahora sétodas estas calles estos pasadizos secretos antes de que (bebieran en tu mano ya estaban destinados al desierto

Y las cabezas negras que de tan antiguas han aprendido a ocultar el tiempoUngen tu calavera como a un padre muertode quien han sido rescatados los sueños entre las hendiduras de tu cráneoCuando el día se alza en el ponienteY un pájaro se hunde en las arenas movedizas de los alercesel mar no arranca a los atardeceres su viejo rostro de enfermoY las serpientes se anidan en las rocas donde la voz no (llega a reengendrar a los antiguos diosesSólo la selvaNo hay lugar para el ruido de los helicópteros que vigilan la ciudadQue una vez recibido el beso en la mejilla después de cenar en familiaYa nadie se salve de morir en casaNo hay lugar para el hombrehas llegado hasta aquí alimentándote de tus verdades bebiendo de tu sedIgual que si existierasMostrando a los habitantes la ciudad como un guía proscrito

3Cuando escribo hay un tren pasando por la cabecera de la camaestá próximo el amanecerSoy un náufrago saliendo del océano de las resurreccionesSobre la almohada el esqueleto de las palabras.

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VerSoS de UN dÍa de SerPIeNte

a Xavier

IMe duele tardíamente la soledad de los espejosComo niño muestro miedoY he vuelto hermano por el esqueleto de las luciérnagasComo quien resalta a sus muertosel sol tendido en nuestra pielMira aparecer su lecho antiguoen estas calles con ojos de madrastraacallando viejos cuentos de hadasestos murosMudándose los años como una mascarilla nocturnaY quién si no mi mano recobrando su condición de hastíote reconocería aunque se ausente el mar

IIZacapu 1972desde lo más serpiente del díadanzan los loros –marsupiales del tedio–Crisóstomo Ceballos–Junan te llamas–la empresa se dejará explotar 99 años–Junan te llamas–Crisóstomo Ceballos

IIIritual de la espiga nuestro panSe me quedó la tarde donde lo más raíz de la infanciaNos extirparon sin dolor aparente

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IVPerezosamenteY con la pata izquierdarasca el grillo su abdomenalma

dame tus brazos calamarPara pinchar el mundoPor el roboarroja tu arpa al fuego chapulín–así podrás votar y ser votado

Vtengo la tranquilidad que a este tiempo le sobraPara saber de las columnas que no soportan tus alas mariposallego al espacio cedido por el cáncera donde no alcanza cuchillo de ternuraY alguien dirá:“a esos pinches versos les anduvo Cambidio por el rostro”dirás mis versos

Mis cariciasel amoniaco de su axila.

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ÍNdICe GeNeral

PreSeNtaCIÓN, raFael CalderÓNPara la hora del té . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7advertencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9Introspección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10Bagatelas de luz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11Circunvolución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 I Despertar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 II Tu imagen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12Poemas en servilletas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 1 Escribo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 2 Escribo Ariadna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 3 Y por demás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13oración por tu infancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15Volvíamos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16Un día la lluvia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18Cuando entra la ciudad por la ventana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 I Llegas amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 II Llegamos a la noche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19evasiones para una ola y un caleidoscopio . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 1 Cuánto tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 2 Sabes que la soledad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 3 Puedo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 4 Cómo decir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 5 Dime . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 6 Llevo un viento lejano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 7 Las sombras encuentran . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23Para el mar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24aquello que escuchas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

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Para traerte a este lado de la luz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 1 Y sin embargo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 2 Nadie recuerda cómo fuiste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 3 Hoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 4 Sin embargo nadie tiene . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 5 Nadie tiene memoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 6 Recuerdas la mano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29oficio de herrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30Para el séptimo día . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 I Hoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 II Nos hemos vestido de domingo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 III Somos una oquedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 IV Pero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 V A un costado de tu silencio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 VI Ya es tarde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 VII En este sitio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32a puerta cerrada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 I Te hablaré del bosque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 II Hay que saber mirarte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33Versos de un día serpiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 I Me duele tardíamente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 II Zacapu 1972 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 III Ritual de la espiga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 IV Dame tus brazos calamar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 V Tengo la tranquilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36

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Para la hora del té de José Antonio Alvarado

se terminó de imprimir en abril de 2013 en en los talleres gráficos de Impresora Gospa

ubicados en Jesús romero Flores no. 1063,Colonia oviedo Mota, C.P.58060en Morelia, Michoacán, México.

Para su formación se utilizó la familia tipográfica Caslon. la impresión de páginas se realizó en papel cultural.

la edición consta de 1, 000 ejemplares y estuvo al cuidado del departamento de literatura y Fomento a la lectura

y rafael Calderón.

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