Petróleo [MINO SAEDARRIAGA GARCIA SINTESIS...

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SINTESIS BIOGRAFICA [MINO SAEDARRIAGA GARCIA Poeta representativo de la poesía vanguardis- ta en el fértil departamento de Piura, nació como un gran signo de esperanza, sobre las cálidas are- nas de Talara. Desde temprana edad demostró su vocación poética, cribando entre las hojas blancas de sus cuadernos de colegial sus primeras poesías, que iban más tarde, a constituir la razón esencial de su vida. Emilio Saldarriaga García es un genuino auto- didacta, vida intensa, entregada al nobilísimo ofi- cio literario; sin ninguna interposición ideológica, ganado más bien por el auténtico mensaje huma- no, ha demostrado siempre una sensibilidad pronta a conmoverse ante los más fugitivos matices de la realidad moderna. Podría decirse de él, recogien- do el pensamiento luminoso del escritor anti-nazi Enrique Mann, que "¡lucha por la humanidad en el barro de la vida!" Desde el punto de vista axiológico, no es sólo la belleza literaria su preocupación permanente en homenaje a Caliope, sino más bien la razón de ser de nuestra hora: la justicia social. Y, es que, Emilio Saldarriaga García ha sentido la férula del amo yanqui, bajo el sol talareño, trabajando como "oil back" (obrero petrolero), en épocas duras para el obrerismo del norte peruano, cuando el "cholo" petrolero o el "yanacona" de los fundos piuranos soportaban el oprobio y la explotación. Las condiciones de vida han cambiado en la rica zona del "black gold", pero en la conciencia de muchos petroleros queda estrangulada la expre- sión rebelde de: "Yanquis, go home!..." Las primeras producciones literarias de Emi- lio Saldarriaga García fueron acogidas por el dia- rio La Industria en el año 1950. Después en los diarios de Piura El Tiempo, Hechos, El Pueblo; El Norte de Sullana; Verdades de Lima. Es colabo- rador incansable en numerosas revistas literarias, tanto nacionales como extranjeras, tales como: Alfa, Pegaso, Creación, Tierra, Alborada, Dehis- cente, Lírica Hispana, El Sol, El Reporter, The Post, Tierra y Libertad, Pan, Helvecia, Zenith, Cuadernos del Hombre Libre, Por Alquimia, etc. Ha sido incluido en prestigiosas antologías, co- mo: Prólogo, del Alba (Grupo Intelectual Primero de Mayo de Lima, en el año 1957) ; Cuatro poetas peruanos (Revista Euterpe N" 36 de Buenos Ai- res, Argentina en el año 1959); Profils poetiques des pays latins (Selección del poeta francés Hen- ri de Lescoét de Nice-Francia en el año 1960). Asimismo, está considerado en el Anuario Cul- tural del Perú, que publica el prestigioso editor Juan Mejía Baca, en la sección Quién es quien en nuestra cultura. Le han sido conferidos por sus méritos litera- rios honrosos diplomas de honor. Es director del grupo literario "Liberación", con sede en Talara, que reúne a poetas nacionales y extranjeros, des- de el año 1956. De su producción poética sobresalen las siguien- tes obras: Versos sencillas (1952) ; Poemas selec- tos (1955) ; Dimensión del amor (1958) ; Poetas petroleros (1960); Ombre (1964), galardonado con el primer premio de poesía en los Juegos Flo- rales Nacionales de "Unión Latinoamericana de Escritores" de Lima en el año 1963; su reciente entrega Poema de un adolescente con prólogo del poeta francés Henry de Lescoét; y el presente trabajo Petróleo que estoy seguro, despertará un inusitado interés, por su calidad literaria y pro- yección social. Emilio Saldarriaga García ha visto la presen- cia de los derricks (castillos de perforación) des- vaneciéndose en el horizonte de oro, semejantes a nuevos incas, subyugados por escualos blancos que venían con la sed del "oro negro" ... Su rebeldía no ha llegado a la acritud, ni a la maldición. Se ha dado cuenta de que está pres- tando un gran servicio, cuando contribuye a liber- tar al ser espiritual de la tiranía de la materia. Ha comprendido mejor que nadie, en tierra irre- denta, que tenemos el deber de mostrar a aquellos que están sobre nosotros, que poseemos la fuerza moral suficiente para padecer por la Verdad, que nuestros ideales sociales crean el mundo humano. Cabe insertar aquí, el pensamiento clarividen- te del famoso poeta hindú: Rabindranath Tagore, cuando nos habla de El nacionalismo en la India: "En los llamados países libres, la mayoría de la gente no es libre; la conduce la minoría hacia una meta que ni siquiera conoce. Esto sucede así por- que la gente no reconoce como designio suyo la libertad moral y espiritual. Pero la perdición que les espera es tan cierta como la Muerte, porque la verdad del hombre es una verdad moral, y su emancipación está en la vida del espíritu. No de- bemos olvidar nunca, y menos en los actuales mo- mentos, que los pueblos que disfrutan de libertad no son por ello necesariamente libres, sino que simplemente son poderosos..." A Emilio Saldarriaga García le ha tocado asis- tir a un período en que el hombre moral, el hom- bre completo, va desapareciendo cada día más, ca- si sin advertirlo, para ser sustituido por el hombre político y comercial, el hombre de las finalidades limitadas. Así hemos visto su injusta postergación, mini- mizado en su propia tierra, castigado por la in- comprensión de algunas gentes que circunstancial- mente ocuparon cargos públicos; y que, sin em- bargo, le negaron al poeta la opción a ocupar el cargo bibliotecario -que por antonomasia le co- rrespondía en Talara- durante el período muni- cipal 1964-1966. Esta circunstancia deplorable, por cierto, debe ser superada por el actual burgo- maestre talareño, para beneficio y prosperidad de la cultura, que debe estar al servicio del pueblo, en nuestra joven provincia. ¿Será posible que las autoridades peruanas le nieguen su apoyo moral y crematístico, a un verdadero hijo del pueblo ta- lareño, que con su obra intelectual nos enorgu- llece hoy y siempre ... ? Hagamos justicia a Emilio Saldarriaga García, incorporado definitivamente, como poeta, a nues- tra propia sensibilidad y patriotismo, porque la dignidad o el destino del hombre están por enci- ma de los conflictos ocasionales, ya que resultaría absurdo tratar de anteponer el ideal del poder al ideal de perfección. Lima, 29 de enero de 1967. por Eduardo FARRO CASTILLO F 54/NORTE

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SINTESIS BIOGRAFICA

[MINO SAEDARRIAGA GARCIAPoeta representativo de la poesía vanguardis-

ta en el fértil departamento de Piura, nació comoun gran signo de esperanza, sobre las cálidas are-nas de Talara.

Desde temprana edad demostró su vocaciónpoética, cribando entre las hojas blancas de suscuadernos de colegial sus primeras poesías, queiban más tarde, a constituir la razón esencial desu vida.

Emilio Saldarriaga García es un genuino auto-didacta, vida intensa, entregada al nobilísimo ofi-cio literario; sin ninguna interposición ideológica,ganado más bien por el auténtico mensaje huma-no, ha demostrado siempre una sensibilidad prontaa conmoverse ante los más fugitivos matices de larealidad moderna. Podría decirse de él, recogien-do el pensamiento luminoso del escritor anti-naziEnrique Mann, que "¡lucha por la humanidad enel barro de la vida!"

Desde el punto de vista axiológico, no es sólola belleza literaria su preocupación permanente enhomenaje a Caliope, sino más bien la razón deser de nuestra hora: la justicia social. Y, es que,Emilio Saldarriaga García ha sentido la férula delamo yanqui, bajo el sol talareño, trabajando como"oil back" (obrero petrolero), en épocas duraspara el obrerismo del norte peruano, cuando el"cholo" petrolero o el "yanacona" de los fundospiuranos soportaban el oprobio y la explotación.Las condiciones de vida han cambiado en la ricazona del "black gold", pero en la conciencia demuchos petroleros queda estrangulada la expre-sión rebelde de: "Yanquis, go home!..."

Las primeras producciones literarias de Emi-lio Saldarriaga García fueron acogidas por el dia-rio La Industria en el año 1950. Después en losdiarios de Piura El Tiempo, Hechos, El Pueblo; ElNorte de Sullana; Verdades de Lima. Es colabo-rador incansable en numerosas revistas literarias,tanto nacionales como extranjeras, tales como:Alfa, Pegaso, Creación, Tierra, Alborada, Dehis-cente, Lírica Hispana, El Sol, El Reporter, ThePost, Tierra y Libertad, Pan, Helvecia, Zenith,Cuadernos del Hombre Libre, Por Alquimia, etc.

Ha sido incluido en prestigiosas antologías, co-mo: Prólogo, del Alba (Grupo Intelectual Primerode Mayo de Lima, en el año 1957) ; Cuatro poetas

peruanos (Revista Euterpe N" 36 de Buenos Ai-res, Argentina en el año 1959); Profils poetiquesdes pays latins (Selección del poeta francés Hen-ri de Lescoét de Nice-Francia en el año 1960).

Asimismo, está considerado en el Anuario Cul-tural del Perú, que publica el prestigioso editorJuan Mejía Baca, en la sección Quién es quien ennuestra cultura.

Le han sido conferidos por sus méritos litera-rios honrosos diplomas de honor. Es director delgrupo literario "Liberación", con sede en Talara,que reúne a poetas nacionales y extranjeros, des-de el año 1956.

De su producción poética sobresalen las siguien-tes obras: Versos sencillas (1952) ; Poemas selec-tos (1955) ; Dimensión del amor (1958) ; Poetaspetroleros (1960); Ombre (1964), galardonadocon el primer premio de poesía en los Juegos Flo-

rales Nacionales de "Unión Latinoamericana deEscritores" de Lima en el año 1963; su recienteentrega Poema de un adolescente con prólogo delpoeta francés Henry de Lescoét; y el presentetrabajo Petróleo que estoy seguro, despertará uninusitado interés, por su calidad literaria y pro-yección social.

Emilio Saldarriaga García ha visto la presen-cia de los derricks (castillos de perforación) des-vaneciéndose en el horizonte de oro, semejantesa nuevos incas, subyugados por escualos blancosque venían con la sed del "oro negro" ...

Su rebeldía no ha llegado a la acritud, ni a lamaldición. Se ha dado cuenta de que está pres-tando un gran servicio, cuando contribuye a liber-tar al ser espiritual de la tiranía de la materia.Ha comprendido mejor que nadie, en tierra irre-denta, que tenemos el deber de mostrar a aquellosque están sobre nosotros, que poseemos la fuerzamoral suficiente para padecer por la Verdad, quenuestros ideales sociales crean el mundo humano.

Cabe insertar aquí, el pensamiento clarividen-te del famoso poeta hindú: Rabindranath Tagore,cuando nos habla de El nacionalismo en la India:"En los llamados países libres, la mayoría de lagente no es libre; la conduce la minoría hacia unameta que ni siquiera conoce. Esto sucede así por-que la gente no reconoce como designio suyo lalibertad moral y espiritual. Pero la perdición queles espera es tan cierta como la Muerte, porque laverdad del hombre es una verdad moral, y suemancipación está en la vida del espíritu. No de-bemos olvidar nunca, y menos en los actuales mo-mentos, que los pueblos que disfrutan de libertadno son por ello necesariamente libres, sino quesimplemente son poderosos..."

A Emilio Saldarriaga García le ha tocado asis-tir a un período en que el hombre moral, el hom-bre completo, va desapareciendo cada día más, ca-si sin advertirlo, para ser sustituido por el hombrepolítico y comercial, el hombre de las finalidadeslimitadas.

Así hemos visto su injusta postergación, mini-mizado en su propia tierra, castigado por la in-comprensión de algunas gentes que circunstancial-mente ocuparon cargos públicos; y que, sin em-bargo, le negaron al poeta la opción a ocupar elcargo bibliotecario -que por antonomasia le co-rrespondía en Talara- durante el período muni-cipal 1964-1966. Esta circunstancia deplorable, porcierto, debe ser superada por el actual burgo-maestre talareño, para beneficio y prosperidad dela cultura, que debe estar al servicio del pueblo, ennuestra joven provincia. ¿Será posible que lasautoridades peruanas le nieguen su apoyo moraly crematístico, a un verdadero hijo del pueblo ta-lareño, que con su obra intelectual nos enorgu-llece hoy y siempre ... ?

Hagamos justicia a Emilio Saldarriaga García,incorporado definitivamente, como poeta, a nues-tra propia sensibilidad y patriotismo, porque ladignidad o el destino del hombre están por enci-ma de los conflictos ocasionales, ya que resultaríaabsurdo tratar de anteponer el ideal del poder alideal de perfección.

Lima, 29 de enero de 1967.

por Eduardo FARRO CASTILLO

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Decíamos ya hace tiempo,que no sabíamos si eran muer-tas a intención o por ley natu-ral, que no es lo mismo ni mu-cho menos, las costumbres deAsturias, pero nos dolíamos delactual discurrir de las cosas enlas que, por mucho que se diga,no es, ni por asomo, lo que de-biera ser la idiosincracia de unaregión, como la nuestra, tan lle-na de historia y seculares heren-cias. Herencias que se mueren.Como se muere la gaita, y noporque hoy haya mejores o peo-res hombres que la toquen, sinoporque son menos, ya que soncasi inexistentes los que se cuen-tan. Se muere la tonada de cum-bre a cumbre, de llano a llano,de noche a noche. La que hoyexiste es tonada de salón, en elque los sonidos son logrados porla preparada acústica del local;es un sofismo si se compara-¿es odioso parangonar las ra-zones?. . . - a la canción lanza-da de collado a collado, en no-ches de cortejo, de ronda, de lunallena, o sin luna, pero lanzadasbajo la inimitable bóveda dondela única acústica ha de ser elpecho a pleno fuero de voz y es-tilo, y no de cuerpo precisamen-te... . Se muere lo puramenteancestral; lo que queda son lo-gros de botica o prefabricaciónconvenida. Se muere en fin, laesfoyaza, el filandón, el llar, latertulia junto al fuego en nochesde invierno; la verdad de las ro-merías de siempre, que no sonlas de hoy ... sí se muere laAsturias de siempre.

¿Palacio Valdés no lloraríahoy las aldeas muertas. . . ? Laslloraría, claro que sí sobre todoaquellas que fueron muertasprematuramente. No valen care-tas o representaciones, en los es-cenarios públicos de toda actua-lidad, que nos muestren un an-truejo en vez de una verdad de

por Albino SUAREZ

todo tipo, ya folklórica, ya his-tórica o, simplemente, de puracostumbre secular. Las lloraríaPalacio Valdés, las llora Camín,Eladio Verde, todo buen astu-riano, nosotros... No lloramos,porque no, el progreso, ni nosduele, pero nos daña la ausenciade una Asturias que se va encada vez más lejanos horizontes,hasta tal punto que, hoy porhoy, las mejores representacio-nes de nuestra región se hallano fuera de nuestro principado ofuera de nuestra patria. Eso almenos nos demuestran los queprosiguen con las mismas raíces,que es la mejor fuente de ori-gen, y en las que no caben in-jertos, ni adulteraciones de ra-zones prefabricadas.

No nos duele la Asturias ac-tual, la de toda pujanza y pro-greso; la de la mejora en pro detodos; la de mejores caminos;teléfonos, televisión... No, peronos duele la que se pierde, laque se olvida, la que se va a losmares llevando una canción...la que no representa fielmentea la raza, la que ocupa un pues-to y no lo merece tal como al-gunas agrupaciones de laborato-rio; la que se debate en buscade toda salida que no ve; la queha apagado sus ecos de quintanaa quintana; la que no le bastacon llamarle "guapina" y tenercantores de cazuela y olla quemás que cantar lo que hacen esinmolarse y no inmolarla; nosduele la falta de reitanes y jil-gueros en las ramas de los ce-rezos lanzando sus tonadas alaire, nos duele porque son ex-terminados y no se pone coto nise castiga esta indolencia de tan-

tos escopeteros necios ; nos due-le, sí, la Asturias que va mu-riendo de negligencia , de maneraespecial en quienes mantienenesa desfasada razón negligente.;Ay! Nos duele tanto que no sa-bemos qué y cómo señalarlo...

Porque si hay dos Asturias,como dice el gran poeta AlfonsoCamín , que una no sea la quese olvida de sí misma: que seanla del progreso y la del folklore,la de la tonada al aire; la quecamina por todas las rutas y to-dos los derroteros de gloria. Unaque sea, la que cree fábricas ytrabajo, progreso ; la otra, la queconserve su espíritu pelayista, laque luche contra el invasor y,echados de su suelo, devuelva asus propietarios lo que a cadacual correspondiese ; la que sien-ta su mejor orgullo en ser can-tora de sí misma ; pero en el máspuro simbolismo , en la acepciónmás perfecta.

Decimos "nos duele".. . Lodecimos porque somos muchosmiles de asturianos los que que-remos conservar nuestra mejorhistoria , nuestros monumentosarrancados al pasado y arran-cados a aquellos que un día, sin-tieron el sueño de la grandilo-cuencia invasora, pero que hu-bieron de admitir nuestros dere-chos. Nos duele, si ... Porque, ala vez que se camina por uncampo de prácticos resultados,también es posible hacerlo porotro de amor a lo que dio vida,fe y esperanza , nombre y ape-llido a una raza , a un folklore, auna historia ... Historia por loque pedimos , ahora , no nos cam-bien la trayectoria más pura yvirgen de nuestra idiosincracia,que debe ser cada día más res-petada y cada día, si cabe, másencumbrada que debe ser, noque lo es , que si ya lo fuera, nonos dolería lo que tanto nosduele.

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¿Qué es lo que somos? Losquímicos nos dicen que existensesenta y cuatro elementos pri-marios en la materia; primariosporque son substancias que nose pueden descomponer, al me-nos hasta hoy no ha sido posiblehacerlo.

De todas las substancias ele-mentales primarias conocidaspor la química, no hay una quede alguna forma u otra no existaen el organismo que constituyeal hombre. No existe fuerza, for-ma o inclusive idea que no en-cuentre su representación en lanaturaleza del hombre.

Elaborada perfección del hombre

El gran arte de la mecáni-ca está ahí en su más elaboradaperfección. Cada articulación,cada hueso, es una ilustraciónmagnífica de este arte. En cadauno de los órganos en movimien-to se combinan la ligereza, lafuerza y la belleza. La mano delhombre representa a todas laspotencias del ser, ya que es elinstrumento mediante el cual elhombre obtiene y cumple contodas las exigencias de la vidamaterial. Mediante la mano, elhombre a través de la mecánicaejerce control sobre los elemen-tos. Puede escalar las altísimasmontañas. Volar libremente enel espacio o sumergirse en lasprofundidades del océano. Puedetaladrar las entrañas de la Tie-rra y gobernar el fuego y hacer-lo su esclavo. Puede atar losrelámpagos y lanzar su pensa-

miento a través del viento indo-mable y del espacio infinito.

En una palabra, ha escaladolas cumbres del poder desde don-de impera sobre los elementoshaciendo de la naturaleza susierva. La clave de esos mara-villosos instrumentos que per-miten al hombre ejercer su po-derío está en esa herramientamecánica admirable que es lamano humana, capaz de adap-tarse a todos los usos que lasformas materiales exigen, y po-seedora en su sutil mecanismodel más perfecto de los princi-pios del arte de la mecánica des-conocido aún por la ciencia.

Consideremos la ciencia dela hidrostática en el maravillo-so juego de los fluidos que vita-lizan cada porción del sistemahumano, pasando como pasan através de la aorta, la cual se ra-mifica en miles de tubos conduc-tores que transportan la vidahasta la última fibra del siste-ma. Seguramente que este sis-tema natural hidrostático delhombre, ha sido el gran modelodel cual han salido todas lasimitaciones.

La neumática tiene su mo-delo en los pulmones del hom-bre; la acústica en la fina y de-licada estructura del oído y laóptica en el ojo humano que apesar de su pequeñez es la ven-tana del alma.

Tales son algunos de los po-deres manifiestos en la natura-leza del hombre. Tales son lossublimes resultados que parecenbrotar de su glorioso mecanis-

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por Providencia Kardek

mo. ¿Pero en qué se conviertenestos sublimes poderes si los se-paramos de su naturaleza espi-ritual? En un cuerpo, en unaforma sin vida.

Quizá esa forma fuera unavez un monarca del continenteeuropeo, el hombre que conmo-viera al mundo y que extendierasu vasto imperio por todo elorbe. Ahora que su naturalezaestá separada de su espíritu de-cimos que "está muerto". El"pequeño caporal" está muerto.Ya no es un hombre.

Cuando se separa el espíritu

¿Dónde está ese cerebro ge-nial de general? ¿Dónde está elcapitán invisible, aquella almapoderosa que con su sola mira-da dirigía los ejércitos? ¿Quéfue del poderoso ejército disci-plinado por su palabra?

Fue la unión de la vida espi-ritual con la natural lo que hizoque Napoleón se convirtiera enamo de Europa. Quítenle esa es-piritualidad, apaguen su luz yvean que reino le queda. El ejér-

cito puede esperar, pero él novendrá. Podrá sonar la trompetay el clarín rasgar los aires yél no responderá. No se mueveni se excita ni responde. Ni loshijos ni la esposa; las multitu-des y las legiones expectantespodrán moverlo jamás. El espí-ritu se fue y sólo permanece lanaturaleza. En pocos meses oquizás años, no quedará siquierapolvo para atestiguar lo que élfue.

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Cuando contemplamos losmaravillosos atributos de lamente, la cual no está obstacu-lizada por el tiempo y el espa-cio; mente que devela la cor-tina del pasado y traspasa conel ojo de la ciencia el futuro in-cierto. Cuando consideramos có-mo el imperio del alma penetra,por el conocimiento los miste-rios del espacio vastísimo y locomparamos con la forma ena-na que se encoge bajo el azotedel invierno y se desmaya bajoel castigo abrasador del sol enverano.

Cuando nos acordamos queel poder maravilloso , que hacede esta forma su instrumento,está ligado a su cárcel naturalpor un hilo fragilísimo que pue-de ser quebrantado por la puntade una daga o por el relámpagode los cielos y que éstas y tan-tas cosas más pueden apagar de-finitivamente su luz convirtien-do a este semi -dios en un pedazode tierra frío, inerte e impotente.

No nos queda más que de-ducir que la chispa vital es al-go más que pura química, quela gloriosa forma, no importa lobella que sea , es un hombrecuando está vitalizada por el es-píritu y que una vez que ésteha partido no es más que la cár-cel, la vestidura del hombre.Perdonemos a los materialistaspor pensar que esta vestiduramaterial , adaptada admirable-mente para llevar a cabo lospropósitos del espíritu , es el al-ma. en vez de ser su imagen so-I;mnwnte.

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por Emilio MARIN PEREZ

Estamos en la parda Extre-madura y en Montemolín, en lacornisa meridional de la mesetacastellana.

Montemolín es un pueblo conhistoria, pero que está grave-mente amenazado, como otrosmuchos de la región y de Espa-ña entera, por el absentismo.

Casi no haría falta puntuali-zar, el caso se repite indefini-damente. La gente huye del cam-po, quiere buscar el vellocino deoro de la industria.

Así este pueblo, de escasasposibilidades de industrializa-ción, se está "desintegrando" pa-ra incrementar el censo de algu-na magápolis de la propia nación,como Barcelona, o para integraralguna concentración fabril dearriba de los Pirineos; de Ale-mania, de Francia o de Suiza.

Ya no hay América; los con-quistadores se han hecho objeti-vos y prácticos, cien por cien. Y,traerán dinero aunque no "ha-yan gloria".

La clara e ilustre ejecutoriade este "pueblín" no es óbice,como es natural, para contenerla sangría, el "desmigajamien-to". No se consideran sus mora-dores solidarios con la idea delmantenimiento de las aparien-cias. Eso de las apariencias escosa pasada, historia vieja. La"fuerza centrífuga" ha roto losviejos moldes, el criterio de losabuelos. Ahora hay que vivirmejor donde sea; ahora las "go-teras" de las familias, que noprecisamente de los caserones,aunque a veces coincidan, debenser tapadas con el dinero de laemigración. Y se salvan las fron-teras con la facilidad con queantes se salvaban las lindes delos predios rústicos, flanqueadosen la lejanía, por una monótonateoría de olivos y de encinas, ár-boles grises de Extremadura.

No sabemos lo que de buenoo de malo pueda, en definitiva,resultar de este humano trasie-go; el caso está ahí como un fe-nómeno incoercible de los tiem-

pos modernos, acuciando con suprogresión el interés de sociólo-gos, políticos y moralistas.

Montemolín, núcleo urbanomondo y lirondo, sin aldeas nicortijadas, tenía hace treintaaños unos tres mil habitantes. Elúltimo censo no le da ni los dosmil.

Pero, eso sí, fue en sus bue-nos tiempos -quien diría queaquellos tiempos iban a ser me-jores- capital del poderoso Con-cejo de la Mesta, que agrupabaa los ganaderos de ovejas; ca-beza de las "cinco villas"; feudode D. Pelayo Pérez Correa, Maes-tro de la orden de Santiago y ca-pitán ilustre de Fernando III, yuna porción de cosas más.

Extremadura es un horno enel verano, pero también van enel verano los forasteros a Extre-madura. Veranear es,. o puedeser, algo así como "hincharse"de verano, y ninguna forma másdirecta de hacerlo que irse allídonde el sol no tiene tasa.

En último extremo la albercade alguna huerta puede hacerlecreer a uno, cerrados los ojos,que se solaza en alguna playa re-coleta, de las que van quedandopocas.

Y surgió el tema sin buscarlo,como esa hermosa liebre inespe-rada que se aparece tras un ma-torral al leñador inocente. Dan-do por bueno que todavía hayaliebres hermosas después de esaepizootía artificial de la mixo-matosis, que atravesó los Piri-neos y que no deja lepórido vivoen estos campos.

Los pueblos pequeños cue-cen en el "casino" la problemáti-ca entera de la comunidad. Secomentan los acontecimientos dedentro y fuera con esa subjetivi-dad y calor de que sabemos ha-cer gala los españoles cuando nosponemos a pontificar.

Ahora los acontecimientostienen órbita continental. A me-dida que el pueblo se achica el"temario" se agranda. Empiezana significar en el interés de las

conversaciones las "colonias" deMadrid, de Barcelona , de Han-nover, de Burdeos o de Zurich.Y con la consideración de losmás arduos problemas cuentasiempre un remanso de anécdo-tas. Vamos con el ejemplo.

José Martín Rosario , alias el"Cano" es un mozo rubiales deunos 25 años , que trabaja enFrancfort , la patria de Goethey de las salchichas.

Eran en casa siete hermanos,y será muy difícil que se sientenjuntos a la misma mesa en ade-lante. Dos trabajan en Barcelo-na, otro en Andalucía , una -mu-jer por cierto- también en Ale-mania occidental y. .. así suce-sivamente . Quedan dos benjami-nes en la casa en espera de loque sea, si los tiempos cambianpara atender a la gleba y si nopara levantar el vuelo también.

Me han puesto en la pista del"Cano" y de su gente en el "ca-sino' y me procuro una entre-vista con su padre.

El "Cano" tuvo que venirhace tres meses de Alemania porun motivo grave . La vida de sumadre se estaba eclipsando. Lepusieron un telegrama a últimahora , cuando la ciencia conside-ró que se habían agotado lasesperanzas . Se murió de "cual-quier" cosa , de una enfermedadno muy bien definida, con lacomplicidad de los virus de lapena, del agotamiento y de la ve-jez.

El cabeza de familia, ManuelMartín Núñez , es un campesinode rostro atezado por los soles ylos fríos inclementes de esta tie-rra dura. Tiene 64 años. Es elúnico que puede proporcionarnosinformación de primera mano so-bre el emigrante de Francfort.

A Manuel le llaman " Cirue-lo"; es obligado decirlo. En elpueblo no hay Manuel Martínsino "Ciruelo", "Ciruelo" nadamás. Le hemos preguntado sinos autorizaba a usar el mote yno mostró inconveniente. Su ori-gen no era vergonzante. Alude,por lo que nos dice a un "heroi-co" atracón de fruta de sus tiem-pos juveniles . Por regla generallos sobrenombres pueblerinos noson tan blancos como éste.

Manuel Martín , nuestro "Ci-ruelo", contesta así a nuestro in-terrogatorio.

-¿Cuándo ocurieron los he-chos, amigo?

-Hace un par de meses.Cuando mi mujer estaba en las

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últimas le puse un telegrama acada uno de los hijos que estánfuera. El que quisiera ver viva asu madre por última vez queacudiera si podía ...

-¿Dónde trabaja su hijo Jo-sé?

-No sé con certeza. En Alemania, desde luego, pero comoaquellos pueblos tienen los nom-bres tan "enrevesáos"...

En realidad es que Manuel nose compromete a decirlo correc-tamente, pero alguien le ayuda.Es en Francfort, nosotros ya losabíamos y no buscábamos sinouna formularia confirmación.

-¿En qué trabaja?-En una fundición de hierro

o algo por el estilo.-,,Gana bastante?-Sí, eso parece. El podía

desde luego hacer el viaje mejorque los demás.

-Y lo hizo en avión especial,¿no es eso?

-Sí y no. Las cosas en susjustos términos. Cuando recibiómi telegrama se fue al aeropuer-to más próximo para tomar elavión de España y se encontrócon que ya había salido. Pero vi-no la suerte a depararle unaoportunidad. Y no se podía des-aprovechar. En la sala de espe-ra oyó a unos señores que habla-ban su idioma y que parecíandispuestos a emprender el viajeya que su aparato estuviera apunto...

-Y, según nos han contado,cogió la ocasión por los pelos,¿no es eso?

-Pues, sí señor, justamente.Yo no sé exactamente cómo su-cedieron las cosas, pero el casofue que "mi" José se acercó a

aquellos señores y les contó atro-pelladamente lo que le pasaba.Eran cuatro o cinco y entre elloshabía una señora muy elegante.¡Qué bien trató aquella señora ami hijo! Que Dios se lo premie.

-Naturalmente "mi" Joséles dijo a aquellos hombres queél estaba dispuesto a pagar suparte. ¡De "gañoteo", "na"!

-¿Y aceptaron?-No se hizo trato. Tenía que

venir porque la cosa era urgen-te y no había nada que hablar.

Y sigue contándonos Manuelun tanto escamado por nuestracuriosidad. Casi no comprendeque la cosa pueda interesar a losperiodistas.

-¿No mediaron palabras du-rante el vuelo?

-Pocas. Aquellos señores ha-blaban entre sí de sus cosas. Esosí, José ofreció a todos unoscigarrillos y el que parecía diri-gir el grupo le preguntó algunascosas, sobre su trabajo, su fami-lia y su pueblo.

-Al llegar al aeropuerto deBarajas, en Madrid, fue cuandorealmente vino a conocer a suscompañeros de viaje.

-Era la hora de la liquida-ción de cuentas, y la de las des-pedidas y los ofrecimientos amis-tosos -adelanto a mi interlocu-tor, que sigue en el uso de la pa-labra.

-A Barajas había acudidomucha gente principal. Mi hijose quedó algo encogido. Aque-llos emigrantes eran de mayorcategoría que la suya. ¡Pero siestaba allí una compañía de avia-ción con música y todo al pie dela escalerilla! Mi "Cano", el po-bre, no sabía qué hacer.

MADERERIA

LAS SELVAS, S. A.

MADERAS

TRIPLAY, C;ELOTEXFIBRACEL, MASOITEDUELA PARA PISOS,CAOBA , .CEDRO ROJO:,OCOTE Y PRIMAVERA.

TELS.22-23-22, 22 - 10-22 y 22-29.06

EMILIANO ZAPATA 124MEXICO 1, D. F.

-Era, nada menos, aquel se-.ñor que llevaba la voz cantante,un señor alto, de bigote y contraje oscuro; D. Antonio Maríade Oriol y Urquijo, Ministro deJusticia. Había hecho el viajecon él, con su esposa, con su se-cretario particular y con no séquién más ...

No sé si mi hijo tuvo tiempode hacer ademán de querer pa-gar su parte quizá no le hubie-ran llegado los cuartos -lo quesé es que el Ministro dispuso co-rriendo que le facilitaran el me-dio más rápido de llegar a Mon-temolín, y a su costa precisa-mente. Aquel muchacho teníaprisa ...

Luego mi José se encontró, apesar de los pesares, con lo in-evitable, con su madre muerta.

-Y aquí terminó el caso, ¿noes eso?

-No todavía. Un día o dosdespués, se interesó el Señor Mi-nistro por medio de un secreta-rio por la vida de mi mujer ycuando 'supo que la cosa no ha-bía tenido solución le escribió ami José el propio señor Oriol unacarta dándole el pésame.

Aquí remata mi reportaje.Que nos perdone el señor Oriolsi le parece indiscreta nuestradeterminación de airear estaanécdota, de la que él, ganadopor la ingenuidad, la llaneza yla decisión de un muchacho ex-tremeño vino a ser protagonista.

Si tiene, claro es, oportunidadde leerla.

Que sí tendrá, porque nosprometemos que sea él el pri-mero que lo lea.

En Montemolín saben la anéc-dota hasta las ratas

NORTE/61

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FLORENCIA PINAR.-(Siglo xv). Fue damaprincipalísima de Isabel I de Castilla, a más deser la primera mujer que figura como poetisa enel parnaso castellano. Tomó parte en varios e im-portantes juegos poéticos de la época con envi-diable éxito, glosando canciones populares queestilizó con encomiable finura. Algunos de suspoemas, donde siempre se asoma el encanto desu femenino espíritu, figuran con todo honor enel "Cancionero General de 1511" y sus cancionescompletas, o las que de ella se conocen, en el"Cancioneri castellano del siglo xv", que editóFouché-Delbose, en la Nueva Biblioteca de Auto-res Castellanos. He aquí una de sus preciosascanciones:

CANCION

Es la voz de mi canciónde un dolor que al alma toca,que el tenor que lleva la boca,las contras , el corazón.

Las palabras son doloresque andan en el pensamiento.penados del sufrimiento,que las hace- ser mayores.

Van notadas de tal son,que su voz al alma toca,y el tenor lleva la bota,las contras del corazón.

DIEGO LOPEZ DE HARO.-(Siglo xv). Di-cen, y con razón, que fue uno de los líricos másimportantes de cuantos florecieron en la corte delos Reyes Católicos. Tomó parte, como capitán, enla conquista de Granada. Fue diplomático en Ita-lia. Escribió un curiosísmo diálogo filosófico titu-lado: "Entre la Razón y el Pensamiento". Tuvofama de amador fidelísimo. En la Real Academiade Historia (España), se conserva un manuscritosuyo titulado "Aviso para cuerdos", poema doc-trinal compuesto de unos mil versos pareados yen el' que intervienen hasta setenta personajes. Lamayor parte de sus poesías están en el "Cancio-nero General".

CANCION

¡Oh desdichado deseo!Agora que os conocí,ni me alegra lo que veo,ni me pena lo que vi.

Pues la vida en su maneraa la voz es comparada,que se muestra en lo de fueragrande ser, no siendo nada;por do bien ninguno creopues de todo lo de aquíha de ser de lo que veocomo fue de lo que vi.

LOSCLÁSICOS

NORTE/65

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LOSCO NTEM-PORA-NEOS

HABRA OTRO CUARTO

Para descubrir filonesy cofres de sollozosen las entrañas de la nievehabrá otro cuarto.

Fabulosos tesoros de carneigual que piedras preciosassi jamás penetra un hombre vivohabrá otro cuarto.

Al aire libre, bajo el azurcribado de telas de arañacribado de estrellas mientras gozohabrá otro cuarto.

Estáis prestos a penetraren el interior del Amor?Lo mismo da durante tiempoeste agujero de culebras.

1

Muy santa y muy fatalbeatitud de los sueñosun mar de espejos mágicosoh maravilla absurda.

Mi amado lupanarmi basura de carnemelena, flores , órganosamo la oscura dicha.

1

Carlos Edmundo de Ory nació en Cádiz, el 27de abril de 1923. Se traslada a Madrid en 1942.

Funda el Postismo (movimiento artístico-lite-rario de vanguardia) en Madrid, año 1945-enero.Codirige sucesivamente las revistas Postimo yLa Cerbatana con Eduardo Chicharro y SilvanoSernesi.

Ejerce la crítica de arte y colabora con Ma-thias Goeritz a la fundación de "Los nuevos pre-históricos".

En 1950 es llamado como redactor de la revis-ta "Correo Literario" que funda Leopoldo Panero.

En 1951, publica en compañía del pintor domi-nicano Darío Suro el manifiesto de "poesía-pintu-ra" denominado Introrrealismo.

Colabora en la revista "Cuadernos Hispano-americanos".

En 1953 se traslada por primera vez a París.En 1957 viaja a Lima (Perú). Profesor de

Literatura y Lengua Española en la Escuela Nor-mal Superior (Chosica, Perú).En 1958-septiembre, retorna a París.

1963: Corresponsal de la revista Indice deMadrid en París.

Ejerce periodismo. Miembro del Comité deLectura de la Editorial Buchet,,Chastel de París.

Giras anuales de conferencias en España.En 1967 se traslada a Amiens: bibliotecario

y animador de la Maison de la Cultura de Amiens(Francia).

Ha viajado por Africa del Norte, Europa yAmérica del Sur.

Antes de echarte el dientetu desnudo es vergüenzay mi crimen de niñorindió posible lo íntimo.

Por ese dulce abismode carne nebulosami poder oh qué torpese convirtió en ternura.

Ningún pudor grotescoambos nos comportamoscon acuerdo y rupturapor el mal disfrazado.

Nacida con la marcade desnudez crecientela dicha altisonantesaborea la angustia.

La mujer está desnudadespojada de retóricaqué drama de esculturamomento de deliriovértigo consumadovida o muerte tú erescatedral de cenizastumba de la inocencianada de idea purasino armario ideal.

66/NORTE

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YA NO DESCANSE

MANUEL PINILLOS

Nació en 1914 en Zaragoza, España. Su obrapoética es muy extensa. Ha publicado hasta elpresente 17 libros y tiene otros muchos aún iné-ditos.

En 1951 fundó y dirigió la revista "Ambito"y próximamente dirigirá "Despacho Literario".Ha sido traducido a varios idiomas e incluido envarias antologías, nacionales y extranjeras (enéstas, no sólo de poetas españoles sino tambiénde europeos).

Próximamente se le dedicará un capítulo enunos estudios sobre poetas de todo el continenteeuropeo, editado por los Penguin Books (edicio-nes de bolsillo "Pingüino") de Londres.

Además de muy diversos ensayos sobre mate-ria poética o sociológica, ha dado innumerablesconferencias y recitales en distintas capitales es-pañolas: Madrid, Barcelona, Santander, Zarago-za, Alicante, Soria, Huesca, Teruel, Valencia, etc.

Ha obtenido diferentes premios literarios y so-bre su obra se han ocupado diferentes escritoresy lectores de español en universidades extranje-ras, catedráticos de literatura, etc.

Reside en su ciudad natal.

Vieja es la muerte . Muerte veo y toco.Sobre los mares, sobre enormes muros,sobre el cansancio donde el tiempo brota.Siento en noticias que me llena un ruidomuy semejante al del disparo secoque apelotona ristras de cadáveres.Soy un lector de esa tristeza. Añoroaquel gran sol que iluminó mi caracuando en los años de la infancia, tibiahallé la almohada del candor , tan bosque.

Se muere a chorros, por la vieja Asia,y en la Europa archirrota -como España-y por la nueva y tan convulsa América,y en esa selva donde la terribleAfrica suena , cae lo mismo : el rayo.

Y yo no puedo ya dormir . La nocheme coge el rostro y me lo va cubriendode una humedad de lágrimas tendidasque, sin embargo , no se ven; se sufren.Se sufren y se anudan al adentro,que tiene un eco de catástrofes.

Lloramos muchos con la entraña . Muchos,desde la vida de a diario, vamoscon un sollozo bajo el cuerpo. Es agria,..es atrozmente dura esta contienda ... ....Hombres que son como nosotros, caen:son inocentes pero caen segadospor un violento cataclismo. ¡Hidra,forma del mundo , cesa de aplastarnos,cesa de darnos el veneno ! ¡ Cierratu grifo intenso de destrozo ! Ahora,en el momento más tortuoso, acabacon ese vasto derrumbarnos,mientras cínica , hermosa , en los atardeceres,presentas tu sonrisa o te cubres de estrellas.

Leo, oigo, que están acuchillandoa humanos compañeros,a retundidos armazones de alguienque como yo está yendo adentro, adentrode ese llamear que es cada vida. Y subemi resollar como abrasado . Nunca,nunca ya más descanse mientras talesdevastaciones se renueven. Pasemi corazón como una tea ardiendo.A golpes ande contra el cementerioinsomne y agrandándose hasta el vértigoque es ya el planeta que nos dieron antes,cuando se abrió la luz y el hombre , joven,tan joven como un dios , comenzó a anchearsey los largos caminosle abrazaron los ojos y fue voz el silencio.

NORTE/ó7

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QUE NADIE ESPERE QUE VAYA

Que nadie espere que vayaa ser festín de las hienaso nave rota en la playa.¡Yo sé vivir sin cadenas,yo sé morir en la raya!

GALERAS DEL TURCO

Contra los odios levantomi valor de tal manera,que hundo galera y galeracomo Don Juan en Lepanto.Voy de quebranto en quebrantoy no dejo de sangrar;pero querer esperara que en mis luchas abdique,es ponerles como un diquerejas al viento y al mar.

ALFONSO CAMIN

TU HOMBRO

TRABAJO

Se tensa el músculo potenteante el audaz barreno que perforala tierra, escudriñando sus tesoros.La espiral, receptáculo de fuerza,que moverá complejos mecanismos,se somete al empu je de tu mano.Recios yunques donde el acero se doblegaen sumisión a ti.Bielas , taladros , rápidas garlopas.Bronca armonía de motores raudos.Ruedas dentadas que, al girar , transmitenel aliento fecundo de tu impulso ...Potentes máquinas que luchanen el surco amoroso de la tierrapara enterrar la mágica simiente,flor y pan de mañana ...Todo lo mueves tú,con tu vibrante pulso vigoroso,operario que ignoras la fatigay la espina cruel del desaliento,junto al técnico hábilcon su claro bagaje de experienciay el audaz empresario ...Tu mano creadora,removiendo triunfante mar y tierra,magnífica el trabajo,beso de paz en todos los espíritus,sol radiante de amorque ilumina los ámbitos del mundo.

José MAQUEIDA ALCAIDE.

Tu hombro para mis sueños , es verano;para mi soledad , prado viviente;para mi frío es un camino ardientedonde descansa de su afán mi mano.

Ahí se prolonga en infinito planola sangre de mi piel, luz reviviente;ahí se verdea , manantial caliente,el largo sueño de tu seno en vano.

Ahí por el tacto de mi piel yo tomoese calor humano que tú envías,esa ternura del estar contigo ...

Por el tacto de tu hombro yo me asomohechas de soledad mis cinco ríasy es tu piel ardorosa mi testigo...

LEVANTATE

Levántate de tu prestada cama.Recoge tus papeles bajo el brazo.Tapa la fría Luna en tu regazoque es hora ya, que el pueblo te reclama.

No debes demorarte , el toro brama,la yerba en la pradera es un pedazode vida que se incendia , cruel retazode sed , que como lluvia te reclama.

Te exige el pueblo porque alba fuistey no puedes negarle tu palabraque ya en misión de líder te pusiste.

La tierra te reclama, amargo quisteque tendrás que dejar que el pueblo te abraporque tú al pueblo la esperanza abriste.

Juan Antonio SANCHEZ ANES.

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TRIPTICO DE SONETOS AMOROSOS

I

INCIPIENTE AMOR

VIVIENDO CADA DIA

¿Qué día es hoy? Viernes.Viernes, un día cualquiera comienzo a hacer

[historia.Un vulgar ciudadano . Yo un pobre niño.Un pobre hombre si queréis.Uno que quiere hablar con las estrellasa pesar de los años y los guiñosde tanta propaganda que no lograsalvar la escasa sangre que mantiene la vida.

Mis papeles los tengo en la oficinajunto a la sumadora y los decretosque guardo en los archivos,Mis sueños van colina arriba,regresan a la mary retornan de nuevoal calor de sus nidos.

"Hay que vivir". Lo dijo el profesorlo dijo el empresarioy algún otro testigo.Y seguimos viviendo . ¿Para mañana? ¿Para hoy?El porvenir puede ser nuestroy hasta podemos ser un hombre con provecho.Dios sabe lo que digo.

Hasta podemos presentarnosa algún concurso floreal , a uno de ésos ...Pero mis hijos lloran y es inútil mi encuentrocon la rima sobona.

Hoy llega a mis oídosesa opaca noticia de otro Kennedy muertoa través de la radio que gime como un niño.

En fin , amigos míos, mi paciencia reducetoda la historia cierta de un día cualquiera.Olvido que pienso hacer historia donde sóloclavan sus múltiples antenaslos hombres y los grillos.

Juguemos y juguemos . Seamos hombres,pero primero los amigos.

Aprendamos a aparcar la esperanzade sentirnos más niños.

Hoy un poeta se salta las barrerasde la ciencia y los arcos en triunfoy canta lo que siente y lo que viveun viernes amarillo.

Leonardo ROSA HITA

¿Quién puso en ti, serena y rica rosa,tanto tranquilo amor y tanta espiga?Qué puedo yo decir , que no te digael mar abierto que en tu frente posa.

Libélula sutil , que no reposabuscando por los aires quien consigacontemplar tus primores , quien bendigatu divina escultura, tan grandiosa.

Amarte a ti debiera ser forzoso.¡Oh qué dulce asignatura del quereren la amarga carrera de la vida!

Desnúdate de ti lo tenebroso,que un sol de fuego buscará en tu sersabrosa gloria , que amarás rendida.

H

VIVIENDO EN PLENITUD

Igual que la gozosa primavera,en su edén palpitante se embriaga;así mi vida íntima se halagacon esa flor que de tu ser me espera.

¿Estoy soñando loco? ¿Es quimeraesta dulce canción que va a la zagade toda plenitud? No se deshagapor los siglos de siempre nuestra entera,

perfecta comunión de amor saciado.Por tus labios de ayer hoy he sabidoque no son las estrellas tan extrañas.

¡Qué pequeño es el mundo así mirado!Entrégame tu yo , toma mi olvidoy compartamos juntos las montañas.

ARRIBADA

La antigua madrugada ¿qué sentidoignorado me trajo hasta tu aliento?Nadie puede decir lo que yo siento,ni el vasto mar que de tu nombre anido.Con la mies que en tus campos he cogido,hallo mi ser y en ella me alimento.Rogándote en tu lluvia fui sedientoy estoy con gozo en tu redal prendido.

¡Qué serena quietud tengo en la frentebajo el dulce clamor de tu miradaque día a día el alma me acrecienta!

Saturada la pena huyó inclemente.Hoy es mi corazón una ensenadadonde el barco del tiempo se aposenta.

Diego NAVARRO MOTA.

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CUATROAL

DESDE MI LE.JANIA

Desde mi lejanía , tus rumoresbeso al secreto de unas caracolasmarinas, y el reflejo de las olasvence al aroma de mis propias flores.

Así finjo arrumbar a tus albores,ceñido el viento de mi ser a solas,con voz de ¡Vida! por las serviolasen los altos recuerdos avizores;

cuando es la realidad , que te me has idohueco en la flor de mi perfil varado,tú, mar , al que no paro de quererte;

y al huir, todo azul , has presentido,cómo , naufragio en ti, desarbolado,yo seré todo tú, cuando mi muerte.

Eduardo GENER CUADRADO

BARQUITO DE BLANCA VELA

Barquito de blanca vela:risueña proa de salesy seducción de sirena.

Se rompe el viento en tu lonacomo una caricia blandade algas corales y conchas.

Barquito de vela blanca:los peces alborozadoste saludan y agasajan.

¡Corta la cálida brisacon tu bauprés luminosoencendido de sonrisas!

¡Sea tu foque guitarrade coplillas marinerasimpregnadas de nostalgia!

Al atardecer violeta,tu perfil cobra un prestigiode sosegada belleza.

Barquito de blanca, vela:tienes sal de buleríay embrujo de petenera.

José MAQUEDA ALCAIDE

POEMASMAR

EL MAR ESTABA ALLI

El mar estaba allí,recogiendo la brisa a grandes sorbosque del roqueño monte descendía.

El mar estaba allí,devorando la roca suavemente, a dentelladascultas y precisas.

El mar estaba allí desde el principio.Uno a uno,nos traía mil siglos a los labios;y, tibiamente a sal, sabían las palabras.

Bajo el ascua latina del olivo,la soledad y la muerte anochecían.Bajo el ascua latina del olivo,navegaba a lo lejos la esperanza.

El marera tal vez un verbo aquella tarde.

Pedro ESPINOSA BRAVO

M A R

Suave quietud del agua;mansas olas;salada transparencia;verdiazul terciopelo desmayadosobre un ancho camino de sorpresas.Dilatada llanura siempre verde,sin árboles,sin casas;pradera sin ganados que la crucen,ni vaqueros audaces que maltratentu verde y ondulante superficie.

Tu mundo,el mundo misterioso que en ti vive,palpita en tus entrañasbajo el cristal sereno de tu imagenoculto a las miradas.

Tu presencia inocente,aunque de dimensiones infinitas,es una sucesión de gotas de agua.

José CABELLO Y CABELLO

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CUENTO

AMHI( Jpor José MAQUEDA ALCAIDE

¿Por qué le llamaban en to-da la barriada "El Camello"? Aprimera vista, hubiera podidoparecer que aquel apodo obede-cería a la circunstancia de quetuviera algún parecido más omenos remoto con el pacífico ru-miante regocijo de los pequeñue-los en las cabalgatas de ReyesMagos. Pero, a decir verdad, Ja-cinto González no tenía ningúnrasgo ni actitud que le hicierasemejante al citado animal.

Era un hombre bajo y regor-dete, de unos treinta y cincoaños, de cara redonda un pocopálida. Sus ojos pardos estabanprotegidos por unas cejas pobla-

dísimas. Estos des trazos de pe-lo rabiosamente negro consti-tuían sin duda la nota más sa-liente de su fisonomía. Su boca,de labios carnosos, al entreabrir-se en el juego de la charla, de-jaba ver un colmillo de oro a laizquierda del maxilar superior.

¿ A qué se debía, pues, el re-moquete que le daban? Muy sen-cillo. Los cabezas de familia deaquella barriada habían fundadoun círculo recreativo denomina-do "La Concordia" en el que sereunían para jugar a las cartas oal dominó y degustar, entre otrasbebidas, una rica cerveza de ba-rril que adquirían a precio demayoristas y que, por este mo-tivo, les resultaba más económi-ca que en cualquier bar o ta-berna del barrio.

Jacinto González fue invita-do a formar parte de la socie-dad y a los requerimientos quele hicieron, contestó:

-Lo siento mucho, señores.Carezco de tiempo para diver-tirme. No conozco ningún juego.Además, no bebo absolutamentenada. Por todas estas razones,no me interesa, de momento, aso-

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ciarme. Si más adelante variarade opinión , con mucho gustovendré a buscarles.

Desde aquel día, y aludiendoa que no bebía absolutamentenada , los socios del Círculo Re-creativo "La Concordia" le die-ron humorísticamente el sobre-nombre de Camello, animal que,como es sabido , se pasa muchosdías sin beber gracias a que,cuando lo hace , almacena aguapara mitigar su sed en el mo-mento oportuno.

La vida de Jacinto Gonzálezera en extremo misteriosa. Vi-vía solo . No alternaba con na-die. Salía todas las tardes, al-rededor de las seis , portador deunos paquetes algo voluminososque llevaba a no se sabe dóndey regresaba , ya de noche, conuna bolsa conteniendo las provi-siones que habían de servir parasu sustento.

A todos los habitantes de labarriada , singularmente a lasmujeres, les intrigaba grande-mente el misterio de la vida deJacinto . Y se hacían múltiplessuposiciones, más o menos vero-símiles , para explicar quién era,de qué vivía , si era pobre, si erarico , qué llevaba en aquellos pa-quetes y qué destino les daba.

Pero todos estos interrogan-tes seguían sin contestación ysin descifrarse el enigma de lavida de aquel hombre.

En más de una ocasión, al-gunas jovencitas con una indis-creción que sólo podía excusarla irreflexión de los pocos años,se habían acercado a la puertade la casa o a las ventanas quedaban a la calle para ver si lo-graban ver algo de lo que ocu-rría en el interior . Pero las ven-tanas , aun en el caso de encon-trarse abiertas , lo que ocurría,muy rara vez, estaban pro-vistas de recias cortinas de ter-ciopelo y por el ojo de la cerra-dura de la puerta tampoco con-siguieron ver nada, ya que esta-ba dotado de una chapa metálicaque impedía los fisgoneos.

Así las cosas, un día que noolvidarían nunca las mujeres dela barriada, recibió "El Came-llo" una visita inesperada. Fue aeso de las diez y media de lanoche. La visitante era una mu-jer rubia, bellísima, que podríatener unos treinta años.

Hizo sonar brevemente eltimbre instalado a la entrada dela vivienda y le abrió Jacinto alos pocos momentos, cerrándose

la puerta tan pronto como huboentrado la desconocida , dejandoasí defraudada la curiosidad delas que presenciaban la escena.

La visita no fue muy larga.Pasados unos quince minutos,salió la mujer rubia , encaminán-dose rápidamente a la esquinade la calle para coger el auto-bús.

Durante muchos días se hi-cieron los más sabrosos comen-tarios. ¿ Quién era aquella mu-jer? ¿Se trataba de algunaaventura amorosa? ¿ Era familiade Jacinto ? ¿ Para qué había idoa visitarle?

Al mes de ocurrir este acon-tecimiento , se volvió a repetir lavisita, aproximadamente a lamisma hora que la vez primera.Su duración fue poco más o me-nos la misma . Con igual sigilocon que había llegado , salió lavisitante poco después , dirigién-dose con paso apresurado, lomismo que el mes anterior, a to-mar el autobús.

Se repitió la visita tres ve-ces más, siempre en los prime-ros días de cada mes . Todo elsexo débil de la barriada esta-ba picado de una curiosidad quecasi le quitaba el sueño . Desea-ba saber a todo trance quién eray a qué venía aquella mujer ala casa del misterio , denomina-ción que ya se daba al domiciliode Jacinto.

La quinta y última visita queaquella inquietante rubia hizo anuestro héroe llenó de descon-cierto a todas las mujeres delbarrio . Observaron , como siem-pre, su sigilosa llegada ; pero pu-dieron comprobar que su salidase retrasaba más de lo ordina-rio. Habían transcurrido ya doshoras y la mujer no salía...;.Qué había sucedido? ... Al darla una de la madrugada en el re-loj de la iglesia, se retiraron de-cepcionadas . El obsesionante es-tado de inquietud que les produ-jo esta última visita duró variosdías. Corrió el rumor, pues aldía siguiente tampoco la vieronsalir , de que aquel hombre de-bía ser un Barba Azul y que talvez en una habitación dé la casahabría emparedado el cadáver desu víctima.

Se hacían comentarios a to-das horas y en todas partes...En el Círculo "La Concordia",en las peluquerías , en las tien-das de comestibles , en los baresy tabernas, en el autobús.

Algunas vecinas estaban ya

dispuestas a llegarse a la comi-saría del distrito para denunciarel caso , cuando Pedro Villa, elsereno de la barriada , dijo quela noche de la quinta visita dela enigmática mujer , vio a éstasalir acompañada de Jacinto porla puerta trasera de la casa quedaba a un pequeño terreno mi-tad huerto y mitad jardín per-teneciente a la vivienda . Despuésde que se hubo instalado la vi-sitante en el autobús , regresóaquél a su casa, entrando porla misma puerta . Esta circuns-tancia había chasqueado a lasmujeres que habían estado alacecho de los acontecimientosdelante del edificio.

Quedaba , por lo tanto, des-cartada la suposición de queaquel hombre fuese un BarbaAzul.

Transcurrió algún tiempo, sinque ocurriera ningún suceso dig-no de mencionarse.

Cierto día, la señora Ambro-sia, madre política de uno de lospeluqueros de la barriada, lanzóla especie de que "El Camello"debía de tener un monedero fal-so. Apoyaba su hipótesis en quele había visto pagar casi siem-pre en todos los establecimientoscon billetes impecablemente nue-vos. El hecho de vestir con al-guna elegancia, llevar sortijasde precio y traer siempre en sucesta , como habían observado enmuchas ocasiones, provisionescaras, tales como ternera, mer-luza, champiñón y frutas de bue-na calidad , ponía de manifiestoque aquel hombre daba muy po-ca importancia al dinero, todavez que debía fabricarlo con re-lativa facilidad. . . No cabía du-da. El misterio que rodeaba lavida de Jacinto era debido a queen el interior de aquel hotelitose confeccionaban los flamantesbilletes que permitían a su ocu-pante llevar una vida fácil. Co-rroborando esta hipótesis de laseñora Ambrosia , no faltó quienasegurara que había oído unosextraños ruidos a horas algoavanzadas de la noche que muybien podrían ser producidos poruna máquina o ingenioso arte-facto que fabricaría en serie losbilletes falsos.

La atrevida suposición de laseñora Ambrosia fue rechazadapor la mayoría del vecindario.El haber cambiado billetes nue-vos en distintas ocasiones habíasido casual . Algunas mujeresaseguraron también que le ha-

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bían visto sacar no pocas veces,para pagar sus adquisiciones, bi-lletes bastante deteriorados porel uso... Por otra parte, no po-dían ser billetes de banco lo quetransportaba en aquellos abulta-dos paquetes... Estos debían decontener forzosamente otra co-sa. Por consiguiente, había quedespejar la incógnita por otroscaminos.

Inesperadamente, una campa-ña terrorista se desató violenta-mente por toda la ciudad. Esta-llaron numerosas bombas en di-ferentes lugares: cerca del Go-bierno Civil, en el Palacio deComunicaciones, en las estacio-nes del ferrocarril, en distintosconsulados extranjeros.

En la barriada de nuestro re-lato explotaron también una ma-drugada tres potentes bombasque llenaron de alarma a todo elvecindario.

Al día siguiente, se hicieroncomentarios para todos los gus-tos. La voz popular acusaba aJacinto González como posibleencartado en aquella campañade terror. Aquel individuo debíaser un terrible anarquista. Elsecreto que rodeaba su vida erafácil que pudiera ser debido arazones políticas o a que perte-neciera a no se sabe qué sectastenebrosas.

Estos rumores llegaron insis-tentemente a la Policía. Y Ja-cinto fue llamado a la Comisaría.

El Comisario, al que acom-pañaba un agente en calidad desecretario, le sometió a un inte-rrogatorio en el que destacabancuatro preguntas-clave: ¿De quévivía? ¿Quién era aquella mujerrubia que le había hecho cincovisitas? ¿Qué era lo que trans-portaba en aquellos paquetes?¿Dónde se encontraba la nocheque estallaron en el barrio lastres bombas?

Jacinto González, con la ex-presión un poco sorprendida fren-te a aquel cuestionario que ofre-cía a su consideración el repre-sentante de la autoridad, perocon voz firme y serena, fue con-testando de esta forma:

-Señor Comisario: Tengoinstalado en mi domicilio un pe-queño taller de carpintería...Estuve colocado en un estable-cimiento de ebanistería que, porreveses comerciales, se vio pre-cisado a cerrar... Quedé sintrabajo... Así permanecí un parde meses, pasados los cuales conunos ahorrillos que tenía comprédiferentes herramientas e insta-

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lé un pequeño taller en mi ca-sa ... Me dediqué a fabricar unossencillos juguetes de madera in-ventados por mí: tractores, au-tomóviles, caballitos, motocicle-tas, payasos ... Tuvieron bastan-te aceptación en el mercado ...Todas las tardes llevaba la laborhecha durante la jornada a casade un compañero que se encar-gaba de pintar los juguetes con-venientemente ... El secreto conque desarrollaba mis trabajos eradebido a que no declaré al Mi-nisterio de Hacienda, a efectos depago de contribución, mi peque-ña industria. . . No sé si me co-rresponderá pagar algún tributo.Por fortuna, ya puedo respirartranquilo: Ayer hice la declara-ción pertinente a fin de situar-me dentro de la ley.

El Comisario le escuchabaatentamente. Después de encen-der un pitillo, le objetó:

-Le falta ahora comunicar-me quién es la misteriosa mujerrubia que le visitaba y dónde sehallaba la noche de las explo-siones... Ya sabe que ocurrie-ron éstas poco antes de medianoche.

-Pues verá usted, señor Co-misario, a esa hora me encon-traba precisamente trabajandocon el mayor interés para servirun pedido de juguetes que mehabían hecho justamente aquelmismo día y que tenía carácterde urgente... Creo que llevoaquí la nota...

Sacó del bolsillo la cartera yextrajo de ésta una hoja de pa-pel que ofreció al Comisario.

Este, después de leer deteni-damente la nota, la devolvió aJacinto, diciéndole:

-En efecto, coincide la fe-cha del pedido con lo que ha de-clarado.

Jacinto no pudo reprimir ungesto de satisfacción y prosiguiósu declaración de esta forma:

-La mujer rubia que me vi-sitaba es mi prima Eugenia Rol-dán González. Hace cosa de sietemeses, tuvo a su madre bastanteenferma y me pidió que le pres-tase cierta cantidad de dineroque convino en irme devolviendoen cinco plazos mensuales. Poreste motivo vino a visitarme cin-co veces a primeros de cada mes,a fin de cancelar su deuda... Mefiguro que estas visitas desper-tarían grandemente la curiosidadde mis vecinos... Pero no pudeevitarlas, pues se empeñaba envenir a traerme el dinero enlugar de que fuese yo el que la

buscara para cobrarle, basárido-se en que no sabía el día exactoen que podía hacer el pago., Suquinta y última visita fue la quedespertó mayor expectación, yaque el hecho de que saliéramospor la puerta posterior de la ca-sa, pues quise coger en mi pe-queño jardín un ramo de clave-les para que lo llevase a su ma-dre, originó, no viéndola salir porla puerta delantera, los comenta-rios más inesperados, circulan-do el rumor, que ya conoceráusted, de que yo debía de haber-la asesinado.

El Comisario sonrió afable-mente. Ofreció, después, un ci-garrillo a Jacinto, y le dijo:

-Ha sido usted, en esta ba-rriada, durante varios meses, unpersonaje de novela policíaca .. .la imaginación popular, desbor-dada por los cauces más insos-pechados, le ha hecho pasar, su-cesivamente, por Barba Azul, devía más o menos estrecha, fal-sificador de moneda y terroris-ta, siendo usted un ciudadanoejemplar que no se mete con na-die.

En este momento, después depedir el oportuno permiso, pe-netró en el despacho un cama-rero portador de una bandejacon varios botellines de cervezay vasos. Venía todos los días ala misma hora. Después de de-jar el servicio en la mesa y abrirlas botellas, se retiró.

El Comisario invitó cortés-mente al declarante:

-¿Quiere un vasito de cer-veza?

-Muchas gracias, señor Co-misario. Yo no bebo absoluta-mente nada ... No en vano mellaman el Camello...

El Comisario llenó un vaso,ofreciéndolo a su secretario, ydespués, llenando el suyo, bebióávidamente el refrescante líqui-do.

Momentos después, JacintoGonzález abandonaba la Comisa-ría y se encaminaba a su vivien-da entre la expectante curiosi-dad de numerosos vecinos, queesperaban ansiosamente el resul-tado de sus declaraciones. Elpacífico Camello pudo contem-plar una multitud de ojos cla-vados en su humilde personacomo si desearan penetrarle has-ta lo más hondo del alma. Sintióunos segundos de indignaciónante aquellas indiscretas mira-das y luego, reaccionando, sacóburlonamente la lengua a losmirones y prosiguió su caminocomo si nada hubiera ocurrido.