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DE LA FAMILIA OBLIGADA A LA FAMILIA ESCOGIDA Fundació ÀMBIT: Ecología Emocional, 2011-2012 www.ecologiaemocional.org Rocafort, 242 bis. 08029-Barcelona [email protected] MAYO 2012 Autores: Soler & Conangla Ecología emocional: Por una vida emocionalmente sostenible La familia es un sistema que regula relaciones y un seguro de superviven- cia. La organización en comunidades familiares solidarias es una ventaja evolutiva que es importante cuidar y mejorar. No obstante, la experiencia real de muchas personas respecto a la familia no es la de un paraíso de descanso, protección, consuelo y cariño, sino algo parecido a un territorio de guerrillas minado de problemas. ¿Queremos una casa o queremos un hogar?¿Por qué no apostar por la construcción de familias más sanas y equilibradas donde sea posible cre- cer y ser con los demás, partiendo del respeto y el afecto? Hay una mejor forma de vivir en familia y, para conseguirlo, será preciso activar nuestra inteligencia creadora, gestionar de forma emocionalmente más ecológica nuestras emociones y actuar de forma coherente. El reto es conseguir ser nosotros mismos entre los demás; asumir nuestra diferencia como una oportunidad y la de los demás como una riqueza. Estamos a la intemperie. Es una sensación de angustia perder el techo que nos cobijaba y protegía. Pero este mismo techo nos impedía ver las estrellas. Ser libre es asumir la incertidumbre de la intemperie”. Con estas palabras de Mar- tin Buber queremos trasladar una esperanza a aquellas personas que en determinado momento de su vida deciden tomar la decisión arriesgada de dejar la seguridad de lo malo conocido – entornos familiares hostiles, desajustados, patológicos o tóxicos – o la comodidad, la rutina y otras ventajas que a veces concede una familia, para buscar su propia familia afectiva. ¿Acaso nos ayuda a crecer una familia que proporciona cobijo y un seguro de supervivencia pero que no da amor, ni solidaridad, ni respeto, ni generosidad, ni diálogo? Hemos nacido en una familia más o menos amorosa, estructurada, acogedora, equilibrada, creativa, y sana. Este es nuestro punto de partida que podemos conservar, mejorar, cambiar o dejar. La familia no debería ser un peso ni una obligación sino una elección vital hecha con amor, conciencia y responsabilidad. Podemos elegir nuestras relaciones y somos responsables de las consecuencias que de ellas se deriven. La familia no es por si misma un valor absoluto. No todos los entornos son igual de buenos para crecer. Unos esclavizan, otros liberan, otros coartan; otros potencian, otros penalizan, otros acogen; otros presionan, otros refuerzan positivamente y otros son agresivos. La realidad de cada familia actúa sobre el proceso de construcción de cada uno de sus miembros y lo rmodela. No existe un modelo de familia único y, por lo tanto, no se debería generalizar ni su defensa ni su detracción. Una de las tareas que tene- mos como adultos es replantearnos el significado de «familia», redefinirlo desde nuestro momento actual y valorar lo que nos conviene. La biología, por sí sola, es un mal criterio para elegir a las personas que compartirán nuestro terri- torio íntimo porque no siempre el azar genético agrupa personas compatibles y, en ocasiones, las combinaciones pueden ser totalmente desequilibrantes. La familia emocionalmente ecológica proporciona apoyo, amor, compañía y es una excelente vía de crecimiento personal y de convivencia sana y armónica. Es una familia elegida con el corazón y con la razón, y puede coincidir o no con la familia biológica o de origen. Juntos pero no revueltos. Jaume Soler i Mercè Conangla. RBA bolsillo

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DE LA FAMILIA OBLIGADA A LA FAMILIA ESCOGIDA

Fundació ÀMBIT: Ecología Emocional, 2011-2012 www.ecologiaemocional.org

Rocafort, 242 bis. 08029-Barcelona [email protected]

MAYO 2012 Autores: Soler & Conangla

Ecología emocional: Por una vida emocionalmente sostenible

La familia es un sistema que regula relaciones y un seguro de superviven-cia. La organización en comunidades familiares solidarias es una ventaja evolutiva que es importante cuidar y mejorar. No obstante, la experiencia real de muchas personas respecto a la familia no es la de un paraíso de descanso, protección, consuelo y cariño, sino algo parecido a un territorio

de guerrillas minado de problemas.

¿Queremos una casa o queremos un hogar?¿Por qué no apostar por la construcción de familias más sanas y equilibradas donde sea posible cre-cer y ser con los demás, partiendo del respeto y el afecto? Hay una mejor forma de vivir en familia y, para conseguirlo, será preciso activar nuestra inteligencia creadora, gestionar de forma emocionalmente más ecológica nuestras emociones y actuar de forma coherente. El reto es conseguir ser nosotros mismos entre los demás; asumir nuestra diferencia como una

oportunidad y la de los demás como una riqueza.

Estamos a la intemperie. Es una sensación de angustia perder el techo que nos cobijaba y protegía. Pero este mismo techo nos impedía ver las estrellas. Ser libre es asumir la incertidumbre de la intemperie”. Con estas palabras de Mar-tin Buber queremos trasladar una esperanza a aquellas personas que en determinado momento de su vida deciden tomar la decisión arriesgada de dejar la seguridad de lo malo conocido – entornos familiares hostiles, desajustados, patológicos o tóxicos – o la comodidad, la rutina y otras ventajas que a veces concede una familia, para buscar su propia familia afectiva. ¿Acaso nos ayuda a crecer una familia que proporciona cobijo y un seguro de supervivencia

pero que no da amor, ni solidaridad, ni respeto, ni generosidad, ni diálogo?

Hemos nacido en una familia más o menos amorosa, estructurada, acogedora, equilibrada, creativa, y sana. Este es nuestro punto de partida que podemos conservar, mejorar, cambiar o dejar. La familia no debería ser un peso ni una obligación sino una elección vital hecha con amor, conciencia y responsabilidad. Podemos elegir nuestras relaciones y somos responsables de las consecuencias que de ellas se deriven. La familia no es por si misma un valor absoluto. No todos los entornos son igual de buenos para crecer. Unos esclavizan, otros liberan, otros coartan; otros potencian, otros penalizan, otros acogen; otros presionan, otros refuerzan positivamente y otros son agresivos. La realidad de cada familia actúa sobre el proceso de construcción de cada uno de sus miembros y lo rmodela. No existe un modelo de familia único y, por lo tanto, no se debería generalizar ni su defensa ni su detracción. Una de las tareas que tene-mos como adultos es replantearnos el significado de «familia», redefinirlo desde nuestro momento actual y valorar lo que nos conviene. La biología, por sí sola, es un mal criterio para elegir a las personas que compartirán nuestro terri-torio íntimo porque no siempre el azar genético agrupa personas compatibles y, en ocasiones, las combinaciones

pueden ser totalmente desequilibrantes.

La familia emocionalmente ecológica proporciona apoyo, amor, compañía y es una excelente vía de crecimiento personal y de convivencia sana y armónica. Es una familia elegida con el corazón y

con la razón, y puede coincidir o no con la familia biológica o de origen.

Juntos pero no revueltos. Jaume Soler i Mercè Conangla. RBA bolsillo

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A veces hay que viajar muy lejos para volver a casa. Como dijo Nietzsche: «Hay que aprender a callar y aprender a marcharse. De cualquier lugar donde una determinada contradicción toque a la vida y deje sin aire a nuestro ser, hay que marcharse.» .

Cuando la vida emocional está amenazada, el hecho de trazar en serio una línea de contención es, no sólo acceptable, sino también preceptivo.

CLARISSA PINKOLA ESTÉS

INSTITUT ECOLOGÍA EMOCIONAL. Fundació Àmbit,. Rocafort, 242 bis. 08029INSTITUT ECOLOGÍA EMOCIONAL. Fundació Àmbit,. Rocafort, 242 bis. 08029INSTITUT ECOLOGÍA EMOCIONAL. Fundació Àmbit,. Rocafort, 242 bis. 08029INSTITUT ECOLOGÍA EMOCIONAL. Fundació Àmbit,. Rocafort, 242 bis. 08029----BarcelonaBarcelonaBarcelonaBarcelona

FAMILIA EMOCIONALMENTE ECOLÓGICA

♦ Es una opción, no una obligación.

♦ Un espacio de crecimiento individual y grupal.

♦ Para elegir bien nuestra familia afectiva debemos partir de la madurez personal, la autonomía y la

libertad responsable.

♦ La calidad de la familia depende de la calidad de las personas que la componen.

♦ Un proyecto vital abierto y flexible con posibilidad de evolucionar creativamente.

• Se basa en el principio de la no-exclusividad en el amor y la no-posesión.

• Es un espacio-emocional y de relación de ayuda y crecimiento personal.

• Hace compatibles el proyecto familiar y los proyectos individuales de vida de sus miembros.

• Es un espacio especialmente protegido, libre de contaminación emocional.

• Fomenta el compromiso con uno mismo, con los demás y con el mundo.

Preguntas para reflexionar sobre el propio proyecto familiar

¿Cuál es el objetivo fundamental de mi familia?

¿Cuáles son mis principales objetivos en la vida? ¿con

qué cuento para conseguirlos? ¿Qué me falta o necesito?

¿Cuáles son mis objetivos dentro de mi familia?

¿Mi propio proyecto personal es compatible con el proyec-

to familiar común? ¿Ambos proyectos se potencian o se oponen?

¿A qué aspectos del proyecto familiar estoy dispuesto a dar mi tiempo y energía

y a cuáles no?

¿Dónde debo situar mis límites? ¿Cómo notaré que los he traspasado?

¿Deseo tener algún tipo de proyecto compartido con el resto de mi familia bioló-

gica y demás parientes? ¿Con qué personas concretamente? ¿Para hacer qué?

¿Con quien no comparto nada ni me interesa dedicar mis energías a intentarlo?

¿Qué puedo mejorar en mi persona para mejorar mi familia?

¿Con qué personas me siento unido afectivamente en este momento de mi vida?

EL PATITO FEO

(...) Los demás hacían todo lo posible por hostigar de mil maneras al patito feo. Se le echaban encima volando, lo mordían, lo picoteaban, le silbaban

y le gritaban. Conforme pasaba á tiempo, á tormento era cada vez peor. El patito se escondía, procuraba esquivarlos, zigzagueaba de derecha a izquierda, pero no podía escapar. Era la criatura más des-dichada que jamás hubiera existido en este mundo.54