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Revista Virtual REDESMAOctubre 2011

Vol. 5(2)

Desastres Naturales

responsables

José BlanesDiego De la Quintana

editora

Marthadina Mendizábal

consejo editorial

Carlos ArzeJosé Blanes

Marianela CuriEduardo Forno

Nicolo GligoJosé Leal

Pablo PachecoRafael Navarro

diseño

Hugo QuentaManuel F. Rebollo

foto de portada

Inundación de la ciudad deTrinidad (2007)

cortesía: Gobierno AutónomoDepartamental del Beni

Bolivia

PresentaciónEn los últimos años se han suscitado una serie de eventos adversos a nivelinternacional, con terremotos, tsunamis y volcanes entre otros. En Boliviase ha registrado la presencia de los fenómenos Niña y Niño, y en los nive-les locales, el mega-deslizamiento en la ciudad de La Paz y las inundacionesocurridas en el Municipio de Quillacollo, sequías e inundaciones, entreotros desastres. Por ello, nuestra preocupación no solo a nivel de autorida-des nacionales, sino también en las diferentes instancias sectoriales, terri-toriales, sectores técnico-científicos y en general la sociedad civil, preocu-pación que ha conducido a ejecutar acciones contundentes en materia dereducción del riesgo de desastres, preparación y respuesta a desastres.

Recientemente se ha monitoreado la situación de las heladas en la regióndel sur y nor Lipez en el departamento de Potosí, y pudimos advertir la altavulnerabilidad de comunidades expuestas a las condiciones adversas delclima, además de la importante afectación a la actividad camélida de lazona. En estos meses la situación se ha tornado crítica con la presencia delos focos de calor e incendios en municipios pobres particularmente rura-les, donde la práctica del “chaqueo” aún se constituye en una permanenteamenaza. Situaciones como éstas se constituyen en amenazas ambientalesque exponen a diferentes poblaciones del territorio boliviano a riesgos dedesastres naturales, revelando así la fragilidad de ecosistemas naturales yhumanos a catástrofes, y la vulnerabilidad social de poblaciones.

Hoy el SENAMI (Servicio Nacional de Meteorología) nos anuncia que a finde año estará presente nuevamente el fenómeno de la Niña, lo cual nosexige una rápida preparación y mejora de la capacidad de respuesta paraatender las necesidades humanitarias de la población afectada.

Bolivia está comprometida con los objetivos planteados en el Marco deAcción de Hyogo, un acuerdo mundial para la reducción del riesgo dedesastres promovido por Naciones Unidas desde el año 2005. Y si bien enel pasado nuestro país ha tenido que dar respuestas ante la adversidad conacciones de tipo reactivo, hoy se canalizan esfuerzos a promover la gestiónintegral de riesgo de desastres en el contexto de la Ley 2140 y la Ley 031(Art. 100).

Las actividades de gestión del riesgo de desastres, aquellas ligadas al análi-sis y evaluación de las amenazas y vulnerabilidades, son un instrumentoimportante, lo mismo que la aplicación de metodologías que permiten unaadecuada estimación y cuantificación del potencial de pérdidas en un tiem-po de exposición determinado. No obstante, aunque en el nivel internacio-nal se dispone de diversas metodologías para la evaluación detallada delriesgo para diferentes tipos de amenazas naturales, son pocas las metodo-logías que permiten realizar un análisis en Bolivia. Esto, debido a dos razo-nes principales: (i) por falta de información detallada que impide la confor-mación de bases de datos robustas para describir la exposición y (ii) porfalta de metodologías que permitan modelar de manera integrada las ame-nazas y la vulnerabilidad de los elementos expuestos.

Por ello destacamos las tareas que viene desarrollando REDESMA a travésde la Revista virtual, y en particular el presente número dedicado al temade Desastres Naturales, que divulga material, experiencias, investigación einformación que coadyuva al esfuerzo de países que aún no han formula-do políticas, planes y estrategias de adaptación a los impactos de los fenó-menos naturales adversos.

Franklin P. Condori ChallcoExperto en Gestión del Riesgo de Desastres,Adaptación al cambio climático y Desarrollo

Dirección de Prevención y ReconstrucciónDefensa Civil - Bolivia

Prólogo:Desastres Naturales ........................................................................................... 5

Elementos conceptuales para la prevención y reducciónde daños originados por amenazas socionaturales:Análisis de 4 experiencias en América Latina y el Caribe ........................... 9

Ochenta y cinco años de la historia dedesastres en Bolivia (1920-2005) .................................................................. 15

Reducción de riesgos climáticos en laproducción agrícola a través de una construcción deconocimientos compartida en Bolivia .......................................................... 32

Género y desastres naturales ......................................................................... 39

Desastres y salud mental ................................................................................. 45

Construcción del riesgo, desastre ygestión ambiental urbana:Perspectivas en debate .................................................................................... 51

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Índice

Revista Virtual REDESMAOctubre 2011

Vol. 5(2)

Desastres Naturales

responsables

José BlanesDiego De la Quintana

editora

Marthadina Mendizábal

consejo editorial

Carlos ArzeJosé Blanes

Marianela CuriEduardo Forno

Nicolo GligoJosé Leal

Pablo PachecoRafael Navarro

diseño

Hugo QuentaManuel F. Rebollo

foto de portada

Inundación de la ciudad deTrinidad (2007)

cortesía: Gobierno AutónomoDepartamental del Beni

Bolivia

PresentaciónEn los últimos años se han suscitado una serie de eventos adversos a nivelinternacional, con terremotos, tsunamis y volcanes entre otros. En Boliviase ha registrado la presencia de los fenómenos Niña y Niño, y en los nive-les locales, el mega-deslizamiento en la ciudad de La Paz y las inundacionesocurridas en el Municipio de Quillacollo, sequías e inundaciones, entreotros desastres. Por ello, nuestra preocupación no solo a nivel de autorida-des nacionales, sino también en las diferentes instancias sectoriales, terri-toriales, sectores técnico-científicos y en general la sociedad civil, preocu-pación que ha conducido a ejecutar acciones contundentes en materia dereducción del riesgo de desastres, preparación y respuesta a desastres.

Recientemente se ha monitoreado la situación de las heladas en la regióndel sur y nor Lipez en el departamento de Potosí, y pudimos advertir la altavulnerabilidad de comunidades expuestas a las condiciones adversas delclima, además de la importante afectación a la actividad camélida de lazona. En estos meses la situación se ha tornado crítica con la presencia delos focos de calor e incendios en municipios pobres particularmente rura-les, donde la práctica del “chaqueo” aún se constituye en una permanenteamenaza. Situaciones como éstas se constituyen en amenazas ambientalesque exponen a diferentes poblaciones del territorio boliviano a riesgos dedesastres naturales, revelando así la fragilidad de ecosistemas naturales yhumanos a catástrofes, y la vulnerabilidad social de poblaciones.

Hoy el SENAMI (Servicio Nacional de Meteorología) nos anuncia que a finde año estará presente nuevamente el fenómeno de la Niña, lo cual nosexige una rápida preparación y mejora de la capacidad de respuesta paraatender las necesidades humanitarias de la población afectada.

Bolivia está comprometida con los objetivos planteados en el Marco deAcción de Hyogo, un acuerdo mundial para la reducción del riesgo dedesastres promovido por Naciones Unidas desde el año 2005. Y si bien enel pasado nuestro país ha tenido que dar respuestas ante la adversidad conacciones de tipo reactivo, hoy se canalizan esfuerzos a promover la gestiónintegral de riesgo de desastres en el contexto de la Ley 2140 y la Ley 031(Art. 100).

Las actividades de gestión del riesgo de desastres, aquellas ligadas al análi-sis y evaluación de las amenazas y vulnerabilidades, son un instrumentoimportante, lo mismo que la aplicación de metodologías que permiten unaadecuada estimación y cuantificación del potencial de pérdidas en un tiem-po de exposición determinado. No obstante, aunque en el nivel internacio-nal se dispone de diversas metodologías para la evaluación detallada delriesgo para diferentes tipos de amenazas naturales, son pocas las metodo-logías que permiten realizar un análisis en Bolivia. Esto, debido a dos razo-nes principales: (i) por falta de información detallada que impide la confor-mación de bases de datos robustas para describir la exposición y (ii) porfalta de metodologías que permitan modelar de manera integrada las ame-nazas y la vulnerabilidad de los elementos expuestos.

Por ello destacamos las tareas que viene desarrollando REDESMA a travésde la Revista virtual, y en particular el presente número dedicado al temade Desastres Naturales, que divulga material, experiencias, investigación einformación que coadyuva al esfuerzo de países que aún no han formula-do políticas, planes y estrategias de adaptación a los impactos de los fenó-menos naturales adversos.

Franklin P. Condori ChallcoExperto en Gestión del Riesgo de Desastres,Adaptación al cambio climático y Desarrollo

Dirección de Prevención y ReconstrucciónDefensa Civil - Bolivia

Prólogo:Desastres Naturales ............................................................................................ 5

Elementos conceptuales para la prevención y reducciónde daños originados por amenazas socionaturales:Análisis de 4 experiencias en América Latina y el Caribe ............................ 9

Ochenta y cinco años de la historia dedesastres en Bolivia (1920-2005) .................................................................. 15

Reducción de riesgos climáticos en laproducción agrícola a través de una construcción deconocimientos compartida en Bolivia .......................................................... 32

Género y desastres naturales ......................................................................... 39

Desastres y salud mental ................................................................................ 45

Construcción del riesgo, desastre ygestión ambiental urbana:Perspectivas en debate ................................................................................... 51

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Prólogo:Desastres Naturales

por Marthadina Mendizabal1

1 Marthadina Mendizábal, Economista ambiental, tiene Maestrías de las Universidades La Sorbona y Católica de Chile. Esautora de diversos libros sobre temas ambientales.

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Revista Virtual REDESMAOctubre 2011Vol. 5(2)

Prólogo:Desastres Naturales

por Marthadina Mendizabal1

1 Marthadina Mendizábal, Economista ambiental, tiene Maestrías de las Universidades La Sorbona y Católica de Chile. Esautora de diversos libros sobre temas ambientales.

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 66 esta es una publicación de Cebem

Prólogo: Desastres Naturales [Marthadina Mendizábal Rivera]

E l presente número de la Revista está dedicado altema de Desastres Naturales relacionados con movi-mientos sísmicos (temblores, terremotos), el agua(tsunamis, tormentas e inundaciones), el aire(huracanes, tormentas de viento) con el suelo(deslizamientos de tierra, sequías); el fuego(incendios) y con plagas de toda índole. El medioambiente físico natural contra el medio ambientehumano: fuerzas de la naturaleza creada que contra-rrestan todo esfuerzo para avanzar en el desarrollohumano.

En general, todo aquello que toma por sorpresa a unapoblación, quiebra el orden establecido, desorganizael hábitat humano y el resto de vida, y trae cuantiosaspérdidas humanas y materiales.

Los seres humanos habitamos en un medio ambienteen el que enfrentamos todo tipo de amenazas natura-les… unos más que otros, dependiendo de la posibili-dad de ocurrencia, el grado de vulnerabilidad y lasmedidas de prevención adoptadas, sufrirán el impac-to. Pero estamos viendo cada vez mayor cantidad dedesastres que escapan al control de la humanidad;sólo podemos entender lo que sucede a partir de losimpactos ocurridos y minimizar los daños a partir deexperiencias pasadas.

Si empezamos por la raíz misma del problema, lainterpretación dependerá de la cosmovisión del mun-do que cada individuo y que cada sociedad tenga, ypor ende, de cómo se prepara para prevenir y minimi-zar el daño. Podemos ver los desastres como calami-dades tal como realmente ocurren en el lugar de loshechos a partir de lo que nos informan los medios decomunicación; o los científicos de las ciencias natu-rales y sociales en el marco del cambio climático;podemos discernir la responsabilidad diferenciada delos países cuando se trata de eventos supuestamenteocasionados por los mismos seres humanos… o in-

cluso interpretarlos a la luz del conocimiento de cul-turas ancestrales. Vivencia, conocimiento e informa-ción suficiente para comprender la manifestaciónfísica de los fenómenos, lamentar las pérdidas y to-mar las mejores medidas al alcance para minimizarlos daños de nuevos sucesos. Pero insuficiente paradesentrañar la verdadera dimensión de los fenómenosque tienen lugar en el escenario donde se desarrollala vida humana.

Ciertamente, descartando de plano lo místico y lomágico, podríamos interpretar los desastres a partirde una cosmovisión diferente, que capta estrictamen-te lo que necesita captar de la dimensión del proble-ma, desde una perspectiva que trasciende a todos lossistemas naturales -sin excepción- contenidos en labiosfera. En efecto, tenemos que reconocer conhumildad que la mente humana limitada, aún en eldespliegue de todo su potencial de capacidades físi-cas, mentales y espirituales comprende en el mejor delos casos, tan sólo la parte que le es permitido com-prender: insuficiente para hacerle frente con medioshumanos de que disponemos los seres humanos, perosuficiente para comprender que no hay nada en eluniverso que esté fuera del control del Dios Creador,y suficiente para albergar esperanzas para continuarla vida con identidad, pertenencia, esperanza y signi-ficado.

Tal cosmovisión tiene más que ver con una realidadsobrenatural dentro de la cual la humanidad existe ensu dimensión natural. No obstante, aunque ningunaobra o medida de mitigación humana será suficientepara brindar seguridad, los gobiernos, políticas, pla-nes y estrategias debieran privilegiar la prevención.Admitamos que las consecuencias de los desastresnaturales afectan el estado biopsíquico, social, cultu-ral y espiritual de las personas; y afectan también lainstitucionalidad, la estabilidad económica, las políti-cas que el país afectado está implementando… todaslas esferas de la vida en fin.

Entonces, una primera evidencia es que, dependiendode la magnitud de las calamidades naturales que sa-cuden los cimientos de nuestro planeta o modificanlas condiciones físicas del hábitat humano, aquellaspueden afectar a todos… a ricos y pobres, países in-dustrializados, en desarrollo, sociedades estancadas,poblaciones étnicas a las que ningún desarrollo habeneficiado, el medio ambiente construido y ecosiste-mas naturales en general.

Una segunda evidencia es que el impacto depende dela vulnerabilidad, la exposición de las poblaciones yde cuán preparada están las sociedades humanas parahacerles frente… Los ejemplos de impacto de terre-motos ocurridos en Chile y en Haití ponen bien claraesta diferencia. Muchas medidas de gestión de riesgode desastres se han adoptado en el mundo industriali-zado, pero paradójicamente, ni siquiera Japón contodos los recursos a disposición de una sociedad des-arrollada ha podido evitar el lamentable impactoacaecido meses atrás. Lo cierto es, que es mejor to-mar las previsiones al alcance de las posibilidades decada sociedad, que improvisar la atención cuando elhecho se ha consumado… con costos impensablespara todos. Los pronósticos no son alentadores, ytampoco lo son las capacidades de los países en me-nor nivel de desarrollo para hacerles frente, dado queno disponen de los recursos humanos, técnicos y fi-nancieros necesarios para prevenir, y menos paraatender los daños ocasionados.

La tercera evidencia es, que las ciudades son alta-mente vulnerables a los sismos y otros desastres natu-rales, y dentro de estas, las poblaciones socialmentemás desfavorecidas, -en particular, aquellas que estánubicadas en cercanía de fallas sísmicas, en el caso deterremotos, tsunamis-. Son vulnerables porque lasciudades siguen siendo más pobladas que el mediorural; pero en particular por las tendencias de la urba-nización y la desigualdad en la distribución del ingre-so en los países en desarrollo. En estos escenarios es

donde se revela la segregación social y espacial delas poblaciones urbanas, y en consecuencia, donde esmayor la vulnerabilidad de las poblaciones más po-bres que habitan en zonas no aptas para la urbaniza-ción y que no tienen acceso a servicios de infraes-tructura básica. Es claro que cualquier tipo de sismoy/o desastre natural en general, atrapa desprevenida alas poblaciones que, en las ciudades más grandeshabitan en zonas hacinadas, y por ende, el impacto entérminos de personas afectadas es mayor. El proble-ma se hace más agudo por la falta de planificaciónurbana, y por el cambio de planes acordes con visio-nes propias de los gobiernos.

Pero además de los sismos que también afectan apoblaciones rurales, las sequías empobrecen aún mása estos pobladores por la pérdida de cosechas, o, masallá del continente latinoamericano, las sequías extre-mas en el África; los incendios provocados o porcalor extremo en bosques… El rescate de culturas deotrora que ahora se conocen como agroecológicas,permite prevenir muchos daños en tierras destinadasa la agricultura.

En fin, aunque los desastres son impredecibles, nohay duda de que el nivel apropiado para la gestióndel riesgo es el nivel local. Es en éste donde existencapacidades que pueden aprovecharse para diseñarlas medidas de prevención y atención más apropiadasa la realidad específica y el contexto social; en estenivel se hallan los recursos humanos, capacidades,destrezas e ingenio para promover la resilienciahumana ante los desastres. En fin, en este nivel esdonde la participación informada se concreta, y don-de se desarrollan redes de solidaridad con un granefecto multiplicador en la reducción de la vulnerabili-dad.

La tarea obligada de prevención exige retomar lastareas de planificación en el marco de la gestión deriesgo. No obstante, no puede ser una tarea eventual

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 77 esta es una publicación de Cebem

Prólogo: Desastres Naturales [Marthadina Mendizábal Rivera]

E l presente número de la Revista está dedicado altema de Desastres Naturales relacionados con movi-mientos sísmicos (temblores, terremotos), el agua(tsunamis, tormentas e inundaciones), el aire(huracanes, tormentas de viento) con el suelo(deslizamientos de tierra, sequías); el fuego(incendios) y con plagas de toda índole. El medioambiente físico natural contra el medio ambientehumano: fuerzas de la naturaleza creada que contra-rrestan todo esfuerzo para avanzar en el desarrollohumano.

En general, todo aquello que toma por sorpresa a unapoblación, quiebra el orden establecido, desorganizael hábitat humano y el resto de vida, y trae cuantiosaspérdidas humanas y materiales.

Los seres humanos habitamos en un medio ambienteen el que enfrentamos todo tipo de amenazas natura-les… unos más que otros, dependiendo de la posibili-dad de ocurrencia, el grado de vulnerabilidad y lasmedidas de prevención adoptadas, sufrirán el impac-to. Pero estamos viendo cada vez mayor cantidad dedesastres que escapan al control de la humanidad;sólo podemos entender lo que sucede a partir de losimpactos ocurridos y minimizar los daños a partir deexperiencias pasadas.

Si empezamos por la raíz misma del problema, lainterpretación dependerá de la cosmovisión del mun-do que cada individuo y que cada sociedad tenga, ypor ende, de cómo se prepara para prevenir y minimi-zar el daño. Podemos ver los desastres como calami-dades tal como realmente ocurren en el lugar de loshechos a partir de lo que nos informan los medios decomunicación; o los científicos de las ciencias natu-rales y sociales en el marco del cambio climático;podemos discernir la responsabilidad diferenciada delos países cuando se trata de eventos supuestamenteocasionados por los mismos seres humanos… o in-

cluso interpretarlos a la luz del conocimiento de cul-turas ancestrales. Vivencia, conocimiento e informa-ción suficiente para comprender la manifestaciónfísica de los fenómenos, lamentar las pérdidas y to-mar las mejores medidas al alcance para minimizarlos daños de nuevos sucesos. Pero insuficiente paradesentrañar la verdadera dimensión de los fenómenosque tienen lugar en el escenario donde se desarrollala vida humana.

Ciertamente, descartando de plano lo místico y lomágico, podríamos interpretar los desastres a partirde una cosmovisión diferente, que capta estrictamen-te lo que necesita captar de la dimensión del proble-ma, desde una perspectiva que trasciende a todos lossistemas naturales -sin excepción- contenidos en labiosfera. En efecto, tenemos que reconocer conhumildad que la mente humana limitada, aún en eldespliegue de todo su potencial de capacidades físi-cas, mentales y espirituales comprende en el mejor delos casos, tan sólo la parte que le es permitido com-prender: insuficiente para hacerle frente con medioshumanos de que disponemos los seres humanos, perosuficiente para comprender que no hay nada en eluniverso que esté fuera del control del Dios Creador,y suficiente para albergar esperanzas para continuarla vida con identidad, pertenencia, esperanza y signi-ficado.

Tal cosmovisión tiene más que ver con una realidadsobrenatural dentro de la cual la humanidad existe ensu dimensión natural. No obstante, aunque ningunaobra o medida de mitigación humana será suficientepara brindar seguridad, los gobiernos, políticas, pla-nes y estrategias debieran privilegiar la prevención.Admitamos que las consecuencias de los desastresnaturales afectan el estado biopsíquico, social, cultu-ral y espiritual de las personas; y afectan también lainstitucionalidad, la estabilidad económica, las políti-cas que el país afectado está implementando… todaslas esferas de la vida en fin.

Entonces, una primera evidencia es que, dependiendode la magnitud de las calamidades naturales que sa-cuden los cimientos de nuestro planeta o modificanlas condiciones físicas del hábitat humano, aquellaspueden afectar a todos… a ricos y pobres, países in-dustrializados, en desarrollo, sociedades estancadas,poblaciones étnicas a las que ningún desarrollo habeneficiado, el medio ambiente construido y ecosiste-mas naturales en general.

Una segunda evidencia es que el impacto depende dela vulnerabilidad, la exposición de las poblaciones yde cuán preparada están las sociedades humanas parahacerles frente… Los ejemplos de impacto de terre-motos ocurridos en Chile y en Haití ponen bien claraesta diferencia. Muchas medidas de gestión de riesgode desastres se han adoptado en el mundo industriali-zado, pero paradójicamente, ni siquiera Japón contodos los recursos a disposición de una sociedad des-arrollada ha podido evitar el lamentable impactoacaecido meses atrás. Lo cierto es, que es mejor to-mar las previsiones al alcance de las posibilidades decada sociedad, que improvisar la atención cuando elhecho se ha consumado… con costos impensablespara todos. Los pronósticos no son alentadores, ytampoco lo son las capacidades de los países en me-nor nivel de desarrollo para hacerles frente, dado queno disponen de los recursos humanos, técnicos y fi-nancieros necesarios para prevenir, y menos paraatender los daños ocasionados.

La tercera evidencia es, que las ciudades son alta-mente vulnerables a los sismos y otros desastres natu-rales, y dentro de estas, las poblaciones socialmentemás desfavorecidas, -en particular, aquellas que estánubicadas en cercanía de fallas sísmicas, en el caso deterremotos, tsunamis-. Son vulnerables porque lasciudades siguen siendo más pobladas que el mediorural; pero en particular por las tendencias de la urba-nización y la desigualdad en la distribución del ingre-so en los países en desarrollo. En estos escenarios es

donde se revela la segregación social y espacial delas poblaciones urbanas, y en consecuencia, donde esmayor la vulnerabilidad de las poblaciones más po-bres que habitan en zonas no aptas para la urbaniza-ción y que no tienen acceso a servicios de infraes-tructura básica. Es claro que cualquier tipo de sismoy/o desastre natural en general, atrapa desprevenida alas poblaciones que, en las ciudades más grandeshabitan en zonas hacinadas, y por ende, el impacto entérminos de personas afectadas es mayor. El proble-ma se hace más agudo por la falta de planificaciónurbana, y por el cambio de planes acordes con visio-nes propias de los gobiernos.

Pero además de los sismos que también afectan apoblaciones rurales, las sequías empobrecen aún mása estos pobladores por la pérdida de cosechas, o, masallá del continente latinoamericano, las sequías extre-mas en el África; los incendios provocados o porcalor extremo en bosques… El rescate de culturas deotrora que ahora se conocen como agroecológicas,permite prevenir muchos daños en tierras destinadasa la agricultura.

En fin, aunque los desastres son impredecibles, nohay duda de que el nivel apropiado para la gestióndel riesgo es el nivel local. Es en éste donde existencapacidades que pueden aprovecharse para diseñarlas medidas de prevención y atención más apropiadasa la realidad específica y el contexto social; en estenivel se hallan los recursos humanos, capacidades,destrezas e ingenio para promover la resilienciahumana ante los desastres. En fin, en este nivel esdonde la participación informada se concreta, y don-de se desarrollan redes de solidaridad con un granefecto multiplicador en la reducción de la vulnerabili-dad.

La tarea obligada de prevención exige retomar lastareas de planificación en el marco de la gestión deriesgo. No obstante, no puede ser una tarea eventual

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 88 esta es una publicación de Cebem

Elementos conceptuales para laprevención y reducción dedaños originados por amenazassocionaturales:Análisis de 4 experiencias enAmérica Latina y el Caribe1

Eduardo Chaparro A.2 y Matías Renard R.3

1 Publicado en la Carta Circular No. 23 de 2005, de la Red de Cooperación en la Gestión Integral de Recursos Hídricos para elDesarrollo Sustentable de América Latina y El Caribe. Documento completo disponible en Cuadernos de la Cepal, No 91:http://www.eclac.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/publicaciones/xml/1/23711/P23711.xml&xsl=/drni/tpl/p9f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xslt

2 Geólogo, Consultor; Colombia, Santiago de Chile

3 Consultor de Eduardo Chaparro, Cepal

de tipo reactivo, ni figurar en el estrado de candidatospolíticos o un gobierno en particular, sino que debeser una política de Estado, una política de desarrollosostenible que trasciende a los gobiernos. La gestiónde riesgo parte de la evidencia que, aunque no seaposible evitar totalmente las amenazas naturales, esposible reducir los desastres; y en esta tarea el rol delas mujeres es tremendamente importante.

Estas y otras ideas son desarrolladas por los artículosseleccionados para el presente número sobre Desas-tres Naturales. Nuestro objetivo es como siempre,poner a disposición de gobiernos, profesionales, téc-nicos y comunidades, material suficiente para funda-mentar la formulación de políticas y facilitar la adap-tación a condiciones ambientales que amenazan todaslas dimensiones del desarrollo, la vida humana y losecosistemas en general. En este caso, buscamos queel material oriente a adoptar medidas concretas parareducir la vulnerabilidad de poblaciones que por sufragilidad social, económica, técnica y de localiza-ción del asentamiento, reciben la mayor severidad delos desastres naturales.

Al respecto, es oportuno destacar la labor de COSU-DE /Bolivia, dirigida a impulsar la Red Humanitariaen Bolivia y fortalecer las capacidades en 4 compo-nentes: (i) gobernabilidad local del riesgo a los desas-tres; (ii) adaptación al cambio climático en el sectorpúblico descentralizado; (iii) reducción de riesgosclimáticos en la producción agrícola e integración deltema de riesgos y adaptación al cambio climático enlos programas de COSUDE en Bolivia, y (iv) asisten-cia en preparación, respuesta y recuperación de de-sastres naturales.

Queremos agradecer en particular a nuestros colabo-radores, Eduardo Chaparro (Chile), Luis Salamanca yMaría Quispe (Bolivia), Lucio Muñoz (Canadá),entre otros muchos amigos asiduos de la Revista deREDESMA, pues el material que han preparado para

el presente número agrega enorme valor a este servi-cio que prestamos conjuntamente, sin otro interés queel de aprovechar la facilidad de los medios electróni-cos para contribuir a administrar bien el planeta yproteger a los grupos más vulnerables de nuestroplaneta. Y agradecer en fin, a nuestros auspiciadorespor el apoyo recibido para avanzar juntos en ese pro-pósito.

Prólogo: Desastres Naturales [Marthadina Mendizábal Rivera]

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Revista Virtual REDESMAOctubre 2011Vol. 5(2)

Elementos conceptuales para laprevención y reducción dedaños originados por amenazassocionaturales:Análisis de 4 experiencias enAmérica Latina y el Caribe1

Eduardo Chaparro A.2 y Matías Renard R.3

1 Publicado en la Carta Circular No. 23 de 2005, de la Red de Cooperación en la Gestión Integral de Recursos Hídricos para elDesarrollo Sustentable de América Latina y El Caribe. Documento completo disponible en Cuadernos de la Cepal, No 91:http://www.eclac.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/publicaciones/xml/1/23711/P23711.xml&xsl=/drni/tpl/p9f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xslt

2 Geólogo, Consultor; Colombia, Santiago de Chile

3 Consultor de Eduardo Chaparro, Cepal

de tipo reactivo, ni figurar en el estrado de candidatospolíticos o un gobierno en particular, sino que debeser una política de Estado, una política de desarrollosostenible que trasciende a los gobiernos. La gestiónde riesgo parte de la evidencia que, aunque no seaposible evitar totalmente las amenazas naturales, esposible reducir los desastres; y en esta tarea el rol delas mujeres es tremendamente importante.

Estas y otras ideas son desarrolladas por los artículosseleccionados para el presente número sobre Desas-tres Naturales. Nuestro objetivo es como siempre,poner a disposición de gobiernos, profesionales, téc-nicos y comunidades, material suficiente para funda-mentar la formulación de políticas y facilitar la adap-tación a condiciones ambientales que amenazan todaslas dimensiones del desarrollo, la vida humana y losecosistemas en general. En este caso, buscamos queel material oriente a adoptar medidas concretas parareducir la vulnerabilidad de poblaciones que por sufragilidad social, económica, técnica y de localiza-ción del asentamiento, reciben la mayor severidad delos desastres naturales.

Al respecto, es oportuno destacar la labor de COSU-DE /Bolivia, dirigida a impulsar la Red Humanitariaen Bolivia y fortalecer las capacidades en 4 compo-nentes: (i) gobernabilidad local del riesgo a los desas-tres; (ii) adaptación al cambio climático en el sectorpúblico descentralizado; (iii) reducción de riesgosclimáticos en la producción agrícola e integración deltema de riesgos y adaptación al cambio climático enlos programas de COSUDE en Bolivia, y (iv) asisten-cia en preparación, respuesta y recuperación de de-sastres naturales.

Queremos agradecer en particular a nuestros colabo-radores, Eduardo Chaparro (Chile), Luis Salamanca yMaría Quispe (Bolivia), Lucio Muñoz (Canadá),entre otros muchos amigos asiduos de la Revista deREDESMA, pues el material que han preparado para

el presente número agrega enorme valor a este servi-cio que prestamos conjuntamente, sin otro interés queel de aprovechar la facilidad de los medios electróni-cos para contribuir a administrar bien el planeta yproteger a los grupos más vulnerables de nuestroplaneta. Y agradecer en fin, a nuestros auspiciadorespor el apoyo recibido para avanzar juntos en ese pro-pósito.

Prólogo: Desastres Naturales [Marthadina Mendizábal Rivera]

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 1010 esta es una publicación de Cebem

Introducción

Las autoridades municipales latinoamericanas y cari-beñas afectadas por fenómenos socionaturales, re-quieren guías que orienten su gestión local del riesgoy así disminuir las pérdidas humanas y los dañosmateriales.

Cuando se habla en este texto de fenómenos sociona-turales se descarta de plano la existencia del conceptode desastres naturales, porque estos como entidadfísica no existen. Una tormenta un terremoto es unevento físico, el desastre es no estar preparado paramanejar sus efecto, permitir construcciones en áreasvulnerables o bajo amenaza.

La capacitación necesaria de esas autoridades debeestar dirigida a enfrentar las amenazas socio naturalescon un enfoque preventivo más que reactivo, reducirla vulnerabilidad, principal determinante de los dañoscausados por los desastres y fortalecer las estrategiasde desarrollo sostenible. El texto insiste en la necesi-dad de fortalecer, mediante la participación ciudada-na, las actividades orientadas a una gestión integraldel riesgo, como una contribución a la urgente nece-sidad de fortalecer las políticas y programas locales ynacionales de gestión integral del riesgo. Se ratificanuna serie de conceptos entre lazados tales como: De-sastre es la destrucción, parcial o total, transitoria opermanente, actual o futura, de un ecosistema y, por

Resumen

Se presenta un resumen del documento que ha sido concebido como una guía dirigida a las autoridades de municipioslatinoamericanos afectados por fenómenos socionaturales, con el objeto de que estos puedan desarrollar una efectivagestión local del riesgo y así disminuir las pérdidas humanas y los daños materiales. El texto busca colaborar con lacapacitación de todos los actores de la sociedad, con miras a enfrentar las amenazas socionaturales con un enfoquepreventivo más que reactivo, reducir la vulnerabilidad, principal determinante de los daños causados por los desas-tres, y fortalecer las estrategias de desarrollo sostenible.

Abstract

A summary of the document has been prepared as a guide intended for the authorities of Latin American municipalitieswhich are affected by socio-natural phenomena, to develop effective local risk management strategies and thus reducehuman losses and material damage. The document seeks to collaborate to the training of all society actors, in order toaddress socio-natural hazards with a preventive approach rather than a reactive one, reducing vulnerability, the maindeterminant of the damage caused by disasters, and strengthen sustainable development strategies.

Palabras clave.– Gestión de riesgo, sostenibilidad, vulnerabilidad, prospectiva, holística, rehabilitación y reconstruc-ción, alerta temprana, gestión correctiva.

Keywords.– Risk management, sustainability, vulnerability, prospective, holistic, rehabilitation and reconstruction,early warning, corrective management.

tanto, de vidas humanas, del medio y de las condicio-nes de subsistencia.). La vulnerabilidad que determi-na la intensidad del desastre, es decir, el grado dedestrucción de la vida. La amenaza que depende de laenergía o fuerza potencialmente peligrosa, de su pre-disposición a desencadenarse y del detonador que laactiva. La vulnerabilidad es función del grado deexposición, la protección preestablecida, la reaccióninmediata, la recuperación básica y la reconstrucción.

La prevención de los desastres se realiza actuandosobre la amenaza (cuando es posible) y sobre cadauno de los elementos que determinan la vulnerabili-dad. La mayoría de los desastres puede evitarse me-diante actividades de prevención y mitigación.

Existe una relación sistémica entre la amenaza, vistacomo la probabilidad de que un evento de determina-da magnitud y tipo ocurra en un período determinadoy la vulnerabilidad, referida a elementos construidosen el ecosistema que agravan el fenómeno o exponena la población. En ese marco, el riesgo se puede en-tender como una función compleja de la amenaza y lavulnerabilidad; como la vulnerabilidad relativa a unaamenaza preexistente.

La gestión prospectiva para riesgos futuros

Los esfuerzos para reducir los efectos de los desas-tres en el largo plazo deben seguir dos criterios: (i) laasignación de recursos debe ser parte de una estrate-gia de desarrollo económico y social, y la gestión deriesgo debe entenderse como inversión de alto retor-no, indispensable para la sostenibilidad a largo plazo,y (ii) los proyectos e inversión para la reconstrucciónposteriores a un desastre deben estar orientados a lareducción de la vulnerabilidad que lo originaron, demodo de garantizar un ciclo progresivo y no regresi-vo del desarrollo.

Los objetivos concretos de una gestión de riesgo dedesastre son, la previsión la reducción y el control delos factores de generación del riesgo. Se trata de unproceso continuo, orgánico y cíclico en el que es pre-ciso diferenciar las medidas correctivas para riesgosexistentes, de las prospectivas, de riesgos que puedansurgir de decisiones de inversión y desarrollo de unsector cualquiera. Resulta extremadamente importan-te entender esta diferencia en relación con las conse-

cuencias sociales, políticas y económicas de la apli-cación de ciertos paradigmas para el desarrollo pre-sente y futuro en la región; sobre todo, si se consideraque los daños causados por desastres han registradoun aumento significativo en términos estadísticos, yque se prevé una duplicación de la infraestructura yla población en los próximos 30 años.

La gestión como proceso

De manera análoga a lo que sucede con la perspecti-va ambiental, que es cada vez más transversal yholística, y se espera que influya en todas las decisio-nes de inversión y desarrollo; las consideraciones deriesgo debieran incorporarse a cada actividad humanade forma consciente y práctica, dado que el riesgoestá presente con mayor frecuencia y magnitud encada sociedad como factor inherente al estilo de de-sarrollo imperante.

Este proceso abarca: (i) la determinación del riesgoaceptable y su valoración en el contexto cultural ysocial del territorio analizado; (ii) el estudio de losfactores que contribuyen al riesgo presente y futuro ysu relación con los procesos de transformación pro-ductiva; (iii) el diseño participativo de estrategias ypolíticas acordes a un espacio y tiempo dados, asícomo el contexto social, económico y político; (iv) labúsqueda de apoyos organizacionales, institucionalesy políticos de los actores interesados en el mediolocal y fuera de él, y (v) la ejecución de actividadescon determinación de responsabilidades. Una gestióndel riesgo adecuada requiere que los actores involu-crados estén informados y concierten una suerte depacto o acuerdo social; de otro modo las actividadesque se realicen serán aisladas y poco efectivas.

El proceso es específico para cada contexto en que elriesgo existe o puede existir. Debe considerarse comoun ciclo que se reinicia con la aparición de nuevosriesgos y desastres o en el momento en que la socie-dad considere haber alcanzado un nivel de riesgoaceptable y controlado, entendiendo que el riesgocero no existe. También es importante analizar elorigen del riesgo, ya que en muchas ocasiones éste secrea en la esfera privada, pero se padece colectiva-mente. El enfoque de gestión del riesgo como proce-so no excluye las tareas de preparación y respuesta auna emergencia, ni las de rehabilitación y reconstruc-

Prevención y reducción de daños originados por amenazas socionaturales: 4 experiencias [E. Chaparro, M. Renard]

Page 11: Presentación - Ribei Digital Librarybiblioteca.ribei.org/301/1/redesma12.pdf · Presentación En los œltimos aæos se han suscitado una serie de eventos adversos a nivel internacional,

Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 1111 esta es una publicación de Cebem

Introducción

Las autoridades municipales latinoamericanas y cari-beñas afectadas por fenómenos socionaturales, re-quieren guías que orienten su gestión local del riesgoy así disminuir las pérdidas humanas y los dañosmateriales.

Cuando se habla en este texto de fenómenos sociona-turales se descarta de plano la existencia del conceptode desastres naturales, porque estos como entidadfísica no existen. Una tormenta un terremoto es unevento físico, el desastre es no estar preparado paramanejar sus efecto, permitir construcciones en áreasvulnerables o bajo amenaza.

La capacitación necesaria de esas autoridades debeestar dirigida a enfrentar las amenazas socio naturalescon un enfoque preventivo más que reactivo, reducirla vulnerabilidad, principal determinante de los dañoscausados por los desastres y fortalecer las estrategiasde desarrollo sostenible. El texto insiste en la necesi-dad de fortalecer, mediante la participación ciudada-na, las actividades orientadas a una gestión integraldel riesgo, como una contribución a la urgente nece-sidad de fortalecer las políticas y programas locales ynacionales de gestión integral del riesgo. Se ratificanuna serie de conceptos entre lazados tales como: De-sastre es la destrucción, parcial o total, transitoria opermanente, actual o futura, de un ecosistema y, por

Resumen

Se presenta un resumen del documento que ha sido concebido como una guía dirigida a las autoridades de municipioslatinoamericanos afectados por fenómenos socionaturales, con el objeto de que estos puedan desarrollar una efectivagestión local del riesgo y así disminuir las pérdidas humanas y los daños materiales. El texto busca colaborar con lacapacitación de todos los actores de la sociedad, con miras a enfrentar las amenazas socionaturales con un enfoquepreventivo más que reactivo, reducir la vulnerabilidad, principal determinante de los daños causados por los desas-tres, y fortalecer las estrategias de desarrollo sostenible.

Abstract

A summary of the document has been prepared as a guide intended for the authorities of Latin American municipalitieswhich are affected by socio-natural phenomena, to develop effective local risk management strategies and thus reducehuman losses and material damage. The document seeks to collaborate to the training of all society actors, in order toaddress socio-natural hazards with a preventive approach rather than a reactive one, reducing vulnerability, the maindeterminant of the damage caused by disasters, and strengthen sustainable development strategies.

Palabras clave.– Gestión de riesgo, sostenibilidad, vulnerabilidad, prospectiva, holística, rehabilitación y reconstruc-ción, alerta temprana, gestión correctiva.

Keywords.– Risk management, sustainability, vulnerability, prospective, holistic, rehabilitation and reconstruction,early warning, corrective management.

tanto, de vidas humanas, del medio y de las condicio-nes de subsistencia.). La vulnerabilidad que determi-na la intensidad del desastre, es decir, el grado dedestrucción de la vida. La amenaza que depende de laenergía o fuerza potencialmente peligrosa, de su pre-disposición a desencadenarse y del detonador que laactiva. La vulnerabilidad es función del grado deexposición, la protección preestablecida, la reaccióninmediata, la recuperación básica y la reconstrucción.

La prevención de los desastres se realiza actuandosobre la amenaza (cuando es posible) y sobre cadauno de los elementos que determinan la vulnerabili-dad. La mayoría de los desastres puede evitarse me-diante actividades de prevención y mitigación.

Existe una relación sistémica entre la amenaza, vistacomo la probabilidad de que un evento de determina-da magnitud y tipo ocurra en un período determinadoy la vulnerabilidad, referida a elementos construidosen el ecosistema que agravan el fenómeno o exponena la población. En ese marco, el riesgo se puede en-tender como una función compleja de la amenaza y lavulnerabilidad; como la vulnerabilidad relativa a unaamenaza preexistente.

La gestión prospectiva para riesgos futuros

Los esfuerzos para reducir los efectos de los desas-tres en el largo plazo deben seguir dos criterios: (i) laasignación de recursos debe ser parte de una estrate-gia de desarrollo económico y social, y la gestión deriesgo debe entenderse como inversión de alto retor-no, indispensable para la sostenibilidad a largo plazo,y (ii) los proyectos e inversión para la reconstrucciónposteriores a un desastre deben estar orientados a lareducción de la vulnerabilidad que lo originaron, demodo de garantizar un ciclo progresivo y no regresi-vo del desarrollo.

Los objetivos concretos de una gestión de riesgo dedesastre son, la previsión la reducción y el control delos factores de generación del riesgo. Se trata de unproceso continuo, orgánico y cíclico en el que es pre-ciso diferenciar las medidas correctivas para riesgosexistentes, de las prospectivas, de riesgos que puedansurgir de decisiones de inversión y desarrollo de unsector cualquiera. Resulta extremadamente importan-te entender esta diferencia en relación con las conse-

cuencias sociales, políticas y económicas de la apli-cación de ciertos paradigmas para el desarrollo pre-sente y futuro en la región; sobre todo, si se consideraque los daños causados por desastres han registradoun aumento significativo en términos estadísticos, yque se prevé una duplicación de la infraestructura yla población en los próximos 30 años.

La gestión como proceso

De manera análoga a lo que sucede con la perspecti-va ambiental, que es cada vez más transversal yholística, y se espera que influya en todas las decisio-nes de inversión y desarrollo; las consideraciones deriesgo debieran incorporarse a cada actividad humanade forma consciente y práctica, dado que el riesgoestá presente con mayor frecuencia y magnitud encada sociedad como factor inherente al estilo de de-sarrollo imperante.

Este proceso abarca: (i) la determinación del riesgoaceptable y su valoración en el contexto cultural ysocial del territorio analizado; (ii) el estudio de losfactores que contribuyen al riesgo presente y futuro ysu relación con los procesos de transformación pro-ductiva; (iii) el diseño participativo de estrategias ypolíticas acordes a un espacio y tiempo dados, asícomo el contexto social, económico y político; (iv) labúsqueda de apoyos organizacionales, institucionalesy políticos de los actores interesados en el mediolocal y fuera de él, y (v) la ejecución de actividadescon determinación de responsabilidades. Una gestióndel riesgo adecuada requiere que los actores involu-crados estén informados y concierten una suerte depacto o acuerdo social; de otro modo las actividadesque se realicen serán aisladas y poco efectivas.

El proceso es específico para cada contexto en que elriesgo existe o puede existir. Debe considerarse comoun ciclo que se reinicia con la aparición de nuevosriesgos y desastres o en el momento en que la socie-dad considere haber alcanzado un nivel de riesgoaceptable y controlado, entendiendo que el riesgocero no existe. También es importante analizar elorigen del riesgo, ya que en muchas ocasiones éste secrea en la esfera privada, pero se padece colectiva-mente. El enfoque de gestión del riesgo como proce-so no excluye las tareas de preparación y respuesta auna emergencia, ni las de rehabilitación y reconstruc-

Prevención y reducción de daños originados por amenazas socionaturales: 4 experiencias [E. Chaparro, M. Renard]

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 1212 esta es una publicación de Cebem

multas por la generación de riesgos, la regulación dela explotación de los recursos naturales y de los pro-cesos productivos para asegurar sus sostenibilidadambiental, la exigencia de seguros para actividadesproductivas peligrosas, las medidas de descentraliza-ción y desconcentración que favorezcan a los gobier-nos locales y organizaciones de base.

El ámbito educativo corresponde a actividades quefomenten una cultura de prevención y gestión perma-nente de riesgo. Estas incluyen la investigación apli-cada de materiales, y tecnologías constructivas, lascampañas de información y de sensibilización sobrelos orígenes y el control del riesgo, una capacitaciónadaptada a cada territorio y orientada a los educado-res, la prensa y los pobladores y currículos que incor-poren el análisis y respuesta al riesgo en la sociedad.

El manejo adecuado del aspecto económico y finan-ciero para incentivar y desincentivar actividades pue-de cambiar el destino de un territorio. Asimismo, unagestión política correcta e informada puede ser elmejor determinante en la minimización de riesgosfuturos y presentes.

Conclusiones

Una de las principales conclusiones que se derivan delos estudios de caso realizados en el marco del pro-yecto, que corresponden a diferentes contextos cultu-rales, geográficos y socioeconómicos de la región, esla importancia del reconocimiento por parte de lasautoridades de que la gestión del riesgo de desastre esun tema que debe integrarse en forma permanente ysistemática a una política de desarrollo sostenible.Los avances más importantes en materia de preven-ción y reducción de los efectos negativos que provo-can los fenómenos de la naturaleza sean de origennatural o inducidos por la actividad humana, se hanlogrado a partir de la decisión política de las autori-dades de incorporar en la institucionalidad del Esta-do, el concepto de gestión del riesgo, así como tam-bién instrumentos y actividades que permitan cono-cer y manejar los riesgos que cada comunidad en-frenta.

Los riesgos de desastre son propios de cada comuni-dad y territorio y dependen de su grado de vulnerabi-lidad y exposición a fenómenos naturales. Por ende,

su gestión debe ser autónoma y descentralizada, estara cargo de la autoridad local del territorio en riesgo ycontar con la participación informada y activa de susactores principales. Del grado de gobernabilidad yorganización de la comunidad depende la efectividadde la gestión, Sin la concurrencia de medidas no es-tructurales o intensivas en gestión y planificación, lasmedidas estructurales u obras civiles orientadas amitigar o prevenir los efectos dañinos de los fenóme-nos de la naturaleza no tendrán los efectos esperados.Sin explorar la raíz de los problemas que originan losdesastres, ninguna obra o medida de mitigación serásuficiente para brindar seguridad a la comunidadafectada.

Las diferentes etapas en la gestión y tratamiento delos desastres que se han analizado en el marco delproyecto ilustran la recurrencia histórica de eventosque, aunque considerados como extraordinarios porlas autoridades y la comunidad, han demostrado tenerefectos devastadores a largo plazo, en términos depérdidas de vidas humanas y daños a la infraestructu-ra y, por ende, en materia de posibilidades de desa-rrollo y de mejoramiento de la calidad de vida de lacomunidad afectada. El rescate de la memoria histó-rica de los desastres, la creación o el reforzamientode la institucionalidad, el compromiso de la autoridadpolítica y el conocimiento de los riesgos existentes,son los pasos previos necesarios para una adecuadagestión del riesgo de carácter permanente que permi-ta a la sociedad local mejorar sus condiciones de vi-da. Estos factores están vinculados al grado de desa-rrollo o subdesarrollo y la vulnerabilidad de la comu-nidad.

La falta de perspectiva, el rédito político electoralvinculado a los desastres, una gobernabilidad defi-ciente y la falta de continuidad de determinadas polí-ticas debida al cambio de autoridades, frenan el avan-ce en materia de tratamiento de los riesgos de desas-tre en la región. Por otra parte, la gobernabilidad, lainstitucionalidad y la estabilidad económica de unaregión o país pueden verse afectadas en extremo porun desastre, dependiendo de la magnitud de este y deltamaño del territorio.

ción tras el desastre, sino que contribuye a que estasactividades sean cada vez menos frecuentes y necesa-rias. Es más, contribuye a establecer un puente entredesastres, la respuesta humana y el desarrollo.

La gestión colectiva de riesgos existente

En la mayor parte de los casos se ha tendido a abatirlos riesgos mediante una respuesta puntual a una si-tuación específica, esto es, construir obras para evitarlas inundaciones, canales de riego en zonas de se-quía, muros de contención en laderas, entre otrasintervenciones. Se trata de medidas estructurales, lamayoría, productos aislados que no forman parte desoluciones más integrales.

En algunos países y zonas específicas se ha adoptadoun enfoque más amplio, que incorpora medidas noestructurales. Es el caso del manejo integral de cuen-cas y el diseño de planes de ordenamiento territorialque incluyen programas de reforestación, prácticasagrícolas y de gestión de suelos adaptadas al medioambiente, programas de capacitación y educación engestión de riesgos, sistemas de alerta temprana y eva-cuación. Los incentivos tributarios e impuestos terri-toriales son un instrumento muy útil con que cuentala autoridad para favorecer o desincentivar activida-des productivas y los asentamientos en zonas aptas opeligrosas para dichos usos.

El costo de medidas correctivas puede resultar in-abordable en un único periodo de gobierno. Asimis-mo estas medidas tienen poca visibilidad política sino sucede otro desastre que demuestre su utilidad; sinembargo, existen actividades que con la participaciónde grupos más vulnerables, y la coordinación y elapoyo de la autoridad local, se pueden implantar abajo costo para mitigar los riesgos del desastre, entreotras, la limpieza de canales y cunetas, la eliminaciónde residuos líquidos y sólidos y la reforestación deladeras. Son actividades descentralizadas que favore-cen la autonomía de los grupos involucrados y creanmecanismos comunitarios de asistencia que favore-cen la gestión del riesgo. El conocimiento del riesgoexistente en una comunidad permite orientar mejor laasistencia en caso de desastre –al contribuir a deter-minar las necesidades que debe cubrir, las personasque la requieren y su localización– y puede transfor-marse en una oportunidad de desarrollo, siempre y

cuando se haya puesto en marcha un sistema adecua-do de gestión.

La gestión prospectiva para riesgos futuros

A diferencia de la correctiva, la gestión prospectivadel riesgo está directa y permanentemente ligada a lagestión del desarrollo y la ambiental, de las que es uncomponente integral. Como en todo proceso de plani-ficación, se requiere de la concertación y coordina-ción de objetivos e intereses entre los actores queintervienen en un espacio territorial, se encuentren ono en el área de estudio y análisis. Con tal fin, esfundamental que exista y se fortalezca una autoridadlocal con un conocimiento cabal de la gestión delriesgo, capaz de convocar, orientar y coordinar alresto de los actores.

Sin una apropiación e internalización de la problemá-tica de los riesgos de desastre por parte de la comuni-dad afectada y en ausencia de soluciones concerta-das, cualquier proceso tenderá a descontinuarse, aperder eficacia o a transformarse en una anécdota.Las actividades que se planifiquen deben ser parte dela agenda permanente y cotidiana de los actores quehabitan un territorio. De manera análoga, toda inicia-tiva local se verá debilitada si no cuenta con un mar-co institucional y normativo de nivel superior que laampare y promueva y, si procede, financie. Importan-tes normativas nacionales han surgido del ámbitolocal pero por desgracia, la mayoría lo ha hecho des-pués de catástrofes de proporciones gigantescas.

La reducción, previsión y control de los factores ge-neradores de riesgo futuro se relaciona con aspectosnormativos, educativos y financieros. Una norma esel resultado de una necesidad compartida por la so-ciedad, se respeta en la medida en que se cuenta conuna conciencia colectiva en la materia, educación ycapacitación, y se pone en práctica gracias a un fi-nanciamiento adecuado, previsto en la propia norma.

En el ámbito normativo se incluyen entre otros, losplanes de ordenamiento territorial, los reglamentos ylas metodologías de evaluación de riesgos en proyec-tos de inversión, las consideraciones ambientales yde género, las disposiciones sobre el uso de materia-les y métodos constructivos, los incentivos tributariospara la localización de actividades, la aplicación de

Prevención y reducción de daños originados por amenazas socionaturales: 4 experiencias [E. Chaparro, M. Renard]

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 1313 esta es una publicación de Cebem

multas por la generación de riesgos, la regulación dela explotación de los recursos naturales y de los pro-cesos productivos para asegurar sus sostenibilidadambiental, la exigencia de seguros para actividadesproductivas peligrosas, las medidas de descentraliza-ción y desconcentración que favorezcan a los gobier-nos locales y organizaciones de base.

El ámbito educativo corresponde a actividades quefomenten una cultura de prevención y gestión perma-nente de riesgo. Estas incluyen la investigación apli-cada de materiales, y tecnologías constructivas, lascampañas de información y de sensibilización sobrelos orígenes y el control del riesgo, una capacitaciónadaptada a cada territorio y orientada a los educado-res, la prensa y los pobladores y currículos que incor-poren el análisis y respuesta al riesgo en la sociedad.

El manejo adecuado del aspecto económico y finan-ciero para incentivar y desincentivar actividades pue-de cambiar el destino de un territorio. Asimismo, unagestión política correcta e informada puede ser elmejor determinante en la minimización de riesgosfuturos y presentes.

Conclusiones

Una de las principales conclusiones que se derivan delos estudios de caso realizados en el marco del pro-yecto, que corresponden a diferentes contextos cultu-rales, geográficos y socioeconómicos de la región, esla importancia del reconocimiento por parte de lasautoridades de que la gestión del riesgo de desastre esun tema que debe integrarse en forma permanente ysistemática a una política de desarrollo sostenible.Los avances más importantes en materia de preven-ción y reducción de los efectos negativos que provo-can los fenómenos de la naturaleza sean de origennatural o inducidos por la actividad humana, se hanlogrado a partir de la decisión política de las autori-dades de incorporar en la institucionalidad del Esta-do, el concepto de gestión del riesgo, así como tam-bién instrumentos y actividades que permitan cono-cer y manejar los riesgos que cada comunidad en-frenta.

Los riesgos de desastre son propios de cada comuni-dad y territorio y dependen de su grado de vulnerabi-lidad y exposición a fenómenos naturales. Por ende,

su gestión debe ser autónoma y descentralizada, estara cargo de la autoridad local del territorio en riesgo ycontar con la participación informada y activa de susactores principales. Del grado de gobernabilidad yorganización de la comunidad depende la efectividadde la gestión, Sin la concurrencia de medidas no es-tructurales o intensivas en gestión y planificación, lasmedidas estructurales u obras civiles orientadas amitigar o prevenir los efectos dañinos de los fenóme-nos de la naturaleza no tendrán los efectos esperados.Sin explorar la raíz de los problemas que originan losdesastres, ninguna obra o medida de mitigación serásuficiente para brindar seguridad a la comunidadafectada.

Las diferentes etapas en la gestión y tratamiento delos desastres que se han analizado en el marco delproyecto ilustran la recurrencia histórica de eventosque, aunque considerados como extraordinarios porlas autoridades y la comunidad, han demostrado tenerefectos devastadores a largo plazo, en términos depérdidas de vidas humanas y daños a la infraestructu-ra y, por ende, en materia de posibilidades de desa-rrollo y de mejoramiento de la calidad de vida de lacomunidad afectada. El rescate de la memoria histó-rica de los desastres, la creación o el reforzamientode la institucionalidad, el compromiso de la autoridadpolítica y el conocimiento de los riesgos existentes,son los pasos previos necesarios para una adecuadagestión del riesgo de carácter permanente que permi-ta a la sociedad local mejorar sus condiciones de vi-da. Estos factores están vinculados al grado de desa-rrollo o subdesarrollo y la vulnerabilidad de la comu-nidad.

La falta de perspectiva, el rédito político electoralvinculado a los desastres, una gobernabilidad defi-ciente y la falta de continuidad de determinadas polí-ticas debida al cambio de autoridades, frenan el avan-ce en materia de tratamiento de los riesgos de desas-tre en la región. Por otra parte, la gobernabilidad, lainstitucionalidad y la estabilidad económica de unaregión o país pueden verse afectadas en extremo porun desastre, dependiendo de la magnitud de este y deltamaño del territorio.

ción tras el desastre, sino que contribuye a que estasactividades sean cada vez menos frecuentes y necesa-rias. Es más, contribuye a establecer un puente entredesastres, la respuesta humana y el desarrollo.

La gestión colectiva de riesgos existente

En la mayor parte de los casos se ha tendido a abatirlos riesgos mediante una respuesta puntual a una si-tuación específica, esto es, construir obras para evitarlas inundaciones, canales de riego en zonas de se-quía, muros de contención en laderas, entre otrasintervenciones. Se trata de medidas estructurales, lamayoría, productos aislados que no forman parte desoluciones más integrales.

En algunos países y zonas específicas se ha adoptadoun enfoque más amplio, que incorpora medidas noestructurales. Es el caso del manejo integral de cuen-cas y el diseño de planes de ordenamiento territorialque incluyen programas de reforestación, prácticasagrícolas y de gestión de suelos adaptadas al medioambiente, programas de capacitación y educación engestión de riesgos, sistemas de alerta temprana y eva-cuación. Los incentivos tributarios e impuestos terri-toriales son un instrumento muy útil con que cuentala autoridad para favorecer o desincentivar activida-des productivas y los asentamientos en zonas aptas opeligrosas para dichos usos.

El costo de medidas correctivas puede resultar in-abordable en un único periodo de gobierno. Asimis-mo estas medidas tienen poca visibilidad política sino sucede otro desastre que demuestre su utilidad; sinembargo, existen actividades que con la participaciónde grupos más vulnerables, y la coordinación y elapoyo de la autoridad local, se pueden implantar abajo costo para mitigar los riesgos del desastre, entreotras, la limpieza de canales y cunetas, la eliminaciónde residuos líquidos y sólidos y la reforestación deladeras. Son actividades descentralizadas que favore-cen la autonomía de los grupos involucrados y creanmecanismos comunitarios de asistencia que favore-cen la gestión del riesgo. El conocimiento del riesgoexistente en una comunidad permite orientar mejor laasistencia en caso de desastre –al contribuir a deter-minar las necesidades que debe cubrir, las personasque la requieren y su localización– y puede transfor-marse en una oportunidad de desarrollo, siempre y

cuando se haya puesto en marcha un sistema adecua-do de gestión.

La gestión prospectiva para riesgos futuros

A diferencia de la correctiva, la gestión prospectivadel riesgo está directa y permanentemente ligada a lagestión del desarrollo y la ambiental, de las que es uncomponente integral. Como en todo proceso de plani-ficación, se requiere de la concertación y coordina-ción de objetivos e intereses entre los actores queintervienen en un espacio territorial, se encuentren ono en el área de estudio y análisis. Con tal fin, esfundamental que exista y se fortalezca una autoridadlocal con un conocimiento cabal de la gestión delriesgo, capaz de convocar, orientar y coordinar alresto de los actores.

Sin una apropiación e internalización de la problemá-tica de los riesgos de desastre por parte de la comuni-dad afectada y en ausencia de soluciones concerta-das, cualquier proceso tenderá a descontinuarse, aperder eficacia o a transformarse en una anécdota.Las actividades que se planifiquen deben ser parte dela agenda permanente y cotidiana de los actores quehabitan un territorio. De manera análoga, toda inicia-tiva local se verá debilitada si no cuenta con un mar-co institucional y normativo de nivel superior que laampare y promueva y, si procede, financie. Importan-tes normativas nacionales han surgido del ámbitolocal pero por desgracia, la mayoría lo ha hecho des-pués de catástrofes de proporciones gigantescas.

La reducción, previsión y control de los factores ge-neradores de riesgo futuro se relaciona con aspectosnormativos, educativos y financieros. Una norma esel resultado de una necesidad compartida por la so-ciedad, se respeta en la medida en que se cuenta conuna conciencia colectiva en la materia, educación ycapacitación, y se pone en práctica gracias a un fi-nanciamiento adecuado, previsto en la propia norma.

En el ámbito normativo se incluyen entre otros, losplanes de ordenamiento territorial, los reglamentos ylas metodologías de evaluación de riesgos en proyec-tos de inversión, las consideraciones ambientales yde género, las disposiciones sobre el uso de materia-les y métodos constructivos, los incentivos tributariospara la localización de actividades, la aplicación de

Prevención y reducción de daños originados por amenazas socionaturales: 4 experiencias [E. Chaparro, M. Renard]

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 1414 esta es una publicación de Cebem

Ochenta y cinco años de lahistoria de desastres1 en Bolivia(1920-2005)2

Luis Salamanca Mazuelo PhD.3

Roger Quiroga Becerra de la Roca Lic.4

Bárbara Zamora Auza Lic. 5

1 Un desastre denominado “natural” es la correlación entre fenómenos naturales peligrosos y determinadas condiciones so-cioeconómicas y físicas vulnerables (como situación económica precaria, viviendas mal construidas, tipo de suelo inestable,mala ubicación de la vivienda). En otras palabras se puede decir que hay un alto riesgo de desastre si uno o más fenómenosnaturales peligrosos ocurrieran en situaciones vulnerables. (Maskrey, 1993:7-8)

2 Se realiza un avance muy preliminar de la investigación sobre desastres en Bolivia.3 Consultor del EIRD, Especialista en Gestión del Riesgo y resiliencia ante desastres naturales; [email protected] Disaster Risk Reduction and Adaptation Coordinator, Oxfam - Bolivia; [email protected] Asistente Programa de Riesgo y Adaptación de Oxfam - Bolivia, [email protected], [email protected]

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http://www.worldbank.org/dmf/files/conference-papers/andersen.pdf[] Annan, Kofi (1999), Introducción al informe anual del Secretario General sobre el Trabajo de la Organización de Naciones Unidas

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América Latina y en particular en Colombia”, inédito.[] CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2003), Notas de la CEPAL, Nº 29, Santiago de Chile, julio. (1999),

América Latina y el Caribe: El impacto de los desastres naturales en el desarrollo, 1972-1999 (LC/MEX/L.402), México, D.F., sept.[] CEPAL/BID (Comisión Económica para América Latina y el Caribe/Banco Interamericano de Desarrollo) (2000), Un tema del desa-

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rrollo sostenible: considerando los vínculos entre el desarrollo, el medio ambiente y los desastres naturales”, documento base, Nº 5http://www.eird.org/publicaciones/publicacionesesp.htm

[] Concepto de trabajo, http://www.gtz.de/themen/crosssectoral/download/kv-papier-english.pdf[] Herzer, Hilda y Nora Clichevsky (1999), “Política Urbana y vulnerabilidad progresiva”, documento de trabajo, Buenos Aires, Universidad

de Buenos Aires, inédito.[] Herzer, Hilda, María Graciela Caputo y Alejandra Celis (2003), “Estudio de caso en Argentina: prevención y reducción de los impactos

causados por inundaciones. El caso de la ciudad de Pergamino, Provincia de Buenos Aires”, inédito.[] Herzer, Hilda y Raquel Gurevich (1996), “Degradación y desastres: parecidos y diferentes”, Ciudades en riesgo, M.A. Fernández, Lima,

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Catastrophes. The Current Position”http://www.munichre.com/pdf/topics_SH2000_e.pdf

[] Sánchez-Albavera, F. (2003), “El patrimonio y los recursos naturales en las estrategias de transformación productiva”, Santiago de Chile,Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), inédito.

[] Squeo, F.A. y otros (1999), “Grupos funcionales en arbustos desérticos definidos en base a las fuentes de agua utilizadas”, GayanaBotánica, Nº 56.

[] Vargas, Jorge Enrique (2002), “Políticas públicas para la reducción de la vulnerabilidad frente a los desastres naturales y socionatura-les”, serie Medio ambiente y desarrollo, Nº 50 (LC/L.1723-P/E), Santiago de Chile, Comisión Económica para América Latina y ElCaribe (CEPAL). Publicación de las Naciones Unidas, Nº de venta: S.02.II.G.34.

Prevención y reducción de daños originados por amenazas socionaturales: 4 experiencias [E. Chaparro, M. Renard]

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Revista Virtual REDESMAOctubre 2011Vol. 5(2)

Ochenta y cinco años de lahistoria de desastres1 en Bolivia(1920-2005)2

Luis Salamanca Mazuelo PhD.3

Roger Quiroga Becerra de la Roca Lic.4

Bárbara Zamora Auza Lic. 5

1 Un desastre denominado “natural” es la correlación entre fenómenos naturales peligrosos y determinadas condiciones so-cioeconómicas y físicas vulnerables (como situación económica precaria, viviendas mal construidas, tipo de suelo inestable,mala ubicación de la vivienda). En otras palabras se puede decir que hay un alto riesgo de desastre si uno o más fenómenosnaturales peligrosos ocurrieran en situaciones vulnerables. (Maskrey, 1993:7-8)

2 Se realiza un avance muy preliminar de la investigación sobre desastres en Bolivia.3 Consultor del EIRD, Especialista en Gestión del Riesgo y resiliencia ante desastres naturales; [email protected] Disaster Risk Reduction and Adaptation Coordinator, Oxfam - Bolivia; [email protected] Asistente Programa de Riesgo y Adaptación de Oxfam - Bolivia, [email protected], [email protected]

Referencias bibliográficas[] Andersen, Torben Juul (2002), “Globalization and natural disasters: an integrative risk management perspective

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de Buenos Aires, inédito.[] Herzer, Hilda, María Graciela Caputo y Alejandra Celis (2003), “Estudio de caso en Argentina: prevención y reducción de los impactos

causados por inundaciones. El caso de la ciudad de Pergamino, Provincia de Buenos Aires”, inédito.[] Herzer, Hilda y Raquel Gurevich (1996), “Degradación y desastres: parecidos y diferentes”, Ciudades en riesgo, M.A. Fernández, Lima,

LA RED/Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).[] IFRC (International Federation of Red Cross and Red Crecscent Societes) (2003), World Disasters Report 2003, Ginebra

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Proyecto Gestión de Riesgo de Desastres Naturales. (2003b), Glosario de términos y nociones relevantes para gestión del riesgo.[] Arequipa, COPASA-GTZ /Proyecto Gestión de Riesgo de Desastres Naturales. MunichRe Group (2000), “Topics 2000: Natural

Catastrophes. The Current Position”http://www.munichre.com/pdf/topics_SH2000_e.pdf

[] Sánchez-Albavera, F. (2003), “El patrimonio y los recursos naturales en las estrategias de transformación productiva”, Santiago de Chile,Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), inédito.

[] Squeo, F.A. y otros (1999), “Grupos funcionales en arbustos desérticos definidos en base a las fuentes de agua utilizadas”, GayanaBotánica, Nº 56.

[] Vargas, Jorge Enrique (2002), “Políticas públicas para la reducción de la vulnerabilidad frente a los desastres naturales y socionatura-les”, serie Medio ambiente y desarrollo, Nº 50 (LC/L.1723-P/E), Santiago de Chile, Comisión Económica para América Latina y ElCaribe (CEPAL). Publicación de las Naciones Unidas, Nº de venta: S.02.II.G.34.

Prevención y reducción de daños originados por amenazas socionaturales: 4 experiencias [E. Chaparro, M. Renard]

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 1616 esta es una publicación de Cebem

Introducción

Los tomadores de decisión requieren informaciónpara tomar medidas oportunas, eficientes y eficaces,

además de trabajar en una lógica más bien preventivay no reactiva. Recuperar la historia permite proyectarel futuro en mejores condiciones.

Resumen

El propósito de este ensayo es el de establecer áreas en las cuales el Estado y la sociedad civil deberían tener unamayor atención, debido a la presencia y recurrencia de desastres. No prestar la debida atención por muy pequeñosque sean estos desastres, en el tiempo pueden volverse de difícil solución. Por eso se debe tomar en cuenta en los pro-cesos de planificación y ordenamiento territorial definiendo medidas correctivas como prospectivas a fin de buscar undesarrollo armonioso con la naturaleza. Los fenómenos naturales adversos estudiados son: inundaciones, sequías,epidemias, deslizamientos, derrumbes, granizadas y por último los antrópicos como los conflictos sociales y guerra.

Abstract

The purpose of this essay is to establish areas in which the state and civil society should pay more attention, such asthe presence and recurrence of disasters. If these small disasters are not considered, it may be difficult to solve them intime. Therefore, they should be taken into account in planning and defining land and prospective remedies to seek aharmonious development with nature. Adverse natural phenomena studied are: floods, droughts, epidemics, landslides,mudslides, hail and at the end the anthropic and social conflict and war.

Palabras clave.– Desastre natural y antrópico, fenómeno natural, inundaciones, sequías, deslizamientos, derrumbes,granizadas y conflictos sociales y guerras.

Keywords.– Natural and anthropic disasters, natural phenomena, floods, droughts, landslides, mudslides, hail andsocial conflicts and wars.

También es evidente que las poblaciones deben reco-nocer los territorios donde se asientan como espacioscon historia, con dinámicas naturales, sociales, cultu-rales. Esto solo es posible si construimos informaciónque permita realizar estas reconstrucciones, de igualmanera les permitirá tomar decisiones más asertivas,Serán medidas preventivas y con las cuales no perde-rán todos sus medios de vida, incluso sus vidas.

Para esta toma de decisiones, hay qué saber el tipo defenómenos naturales7 adversos que se presentan y decarácter antrópico8, pero también es fundamental quela sociedad entienda el grado de exposición al que sesometen quienes se están asentando y los desastresque históricamente han ido sufriendo esos lugares.Así los registros ayudan tanto a tomadores de deci-sión, como a la población que se asienta en los dife-

rentes territorios, es quizás un instrumento importan-te para los procesos de urbanización.

Es por eso que este estudio de 85 años(1920-2005) 9de recopilación de desastres en Boliviacumple ese rol de establecer mediante un procesa-miento sistemático de fichas donde y en qué lugareshistóricamente se han ido produciendo desastres a lolargo del país.

El proceso de recurrencia y de afectación a las dife-rentes poblaciones ha provocado una serie de efectos,que agudizan el problema de impactos negativos yano solo en las poblaciones afectadas, sino en pobla-ciones indirectas. Veamos que sucede con los efectosdirectos:

a. Aquellas poblaciones rurales que son afecta-das por desastres como, inundaciones, sequías,riadas u otros, para “salvar” sus pérdidas eco-nómicas y medios de vida sostenibles, inicianprocesos de sobre-explotación, provocandoerosión del suelo por el uso de las tierras sinsometerlas a descanso o por el uso de quími-cos o ambos procesos.

Ochenta y cinco años de la historia de desastres en Bolivia (1920-2005) [Salamanca, Quiroga, Zamora]

Dedicado a los defensores de la Loma Santa, que hoy están peleando por preservar nuestros recursos naturales y porque no se impon-ga un desarrollismo extractivista por encima de la cosmovisión de los indígenas de tierras bajas.

“La evidencia histórica muestra que efectivamente los desastres, enmarcados en un espacio y un tiempo específicos, constituyen deto-nadores, o más precisamente reveladores, de situaciones críticas preexistentes, pues justamente en esos momentos surge toda unadocumentación tanto oficial como privada, que permite no sólo describir el evento y sus efectos, sino también conocer y detectar lascondiciones preexistentes en esa sociedad y en ese momento. Al presentarse un desastre originado por un sismo, una erupción volcáni-ca, por falta prolongada de lluvias que amenazaba o de hecho provocaba una sequía, por una helada que destruía las cosechas, losdiversos actores sociales manifiestan más que en otros momentos sus condiciones de vida cotidianas, sus relaciones cercanas y lejanasal referir pérdidas y sufrimientos, o bien nuevas opciones y beneficios. Alianzas, controles, grupos de poder, riquezas y miserias semanifiestan a través de la documentación existente. De esa manera el desastre constituye una especie de hilo conductor a lo largo delcual es posible ir tejiendo diversas que, de una u otra manera, se relacionan con él”. (Acosta, 1996:20).

“Desastres ocurridos a lo largo de la historia de un determinado grupo o sociedad, enmarcados en una localidad, una región, un país, unespacio jurisdiccional, geográfico o político específicos significa reconstruir historias en las cuales el desastre, como resultado de proce-sos sociales y económicos constituye el hilo conductor […] a lo largo del cual es posible ir tejiendo diversas historias que, de una u otramanera, se relacionan con él”. (Acosta, 2008:12).

—————

6 “Es toda manifestación de la naturaleza. Se refiere a cualquier expresión que adopta la naturaleza como resultado de su funcionamiento interno. Los hay de cierta regularidado de aparición extraordinaria y sorprendente. Entre los primeros tenemos las lluvias en los meses de verano, etc. Ejemplos del segundo caso serían un terremoto, un"tsunami" o maremoto, una lluvia torrencial en la costa peruana, etc. Los fenómenos naturales de extraordinaria ocurrencia pueden ser previsibles o imprevisibles dependien-do del grado de conocimiento que los hombres tengan acerca del funcionamiento de la naturaleza. La ocurrencia de un "fenómeno natural" sea ordinario o incluso extraordina-rio (mucho más en el primer caso) no necesariamente provoca un "desastre natural". Entendiendo que la tierra está en actividad, puesto que no ha terminado su proceso deformación y que su funcionamiento da lugar a cambios en su faz exterior, los fenómenos deben ser considerados siempre como elementos activos de la geomorfología terres-tre. Todo lo anterior nos indica que los efectos de ciertos fenómenos naturales no son necesariamente desastrosos. Lo son únicamente cuando los cambios producidosafectan una fuente de vida con la cual el hombre contaba o un modo de vida realizado en función de una determinada geografía. Inclusive, a pesar de ello, no se podríaasociar "fenómeno natural" con "desastre natural". Los fenómenos naturales no se caracterizan por ser insólitos, más bien forman conjuntos que presentan regularidades yestán asociados unos con otros”. (Maskrey, 1993:7).

—————

7 “No todo fenómeno natural es peligroso para el hombre. Por lo general convivi-mos con ellos y forman parte de nuestro medio ambiente natural. Por ejemplo,lluvias de temporada, pequeños temblores, crecida de ríos, vientos, etc.Algunos fenómenos, por su tipo y magnitud así como por lo sorpresivo de suocurrencia, constituyen un peligro. Un sismo de considerable magnitud, lluviastorrenciales continuas en zonas ordinariamente secas, un huracán, rayos, etc.sí pueden ser considerados peligrosos. La amenaza que representa un fenó-meno natural puede ser permanente o pasajero. En todos los casos se ledenomina así porque es potencialmente dañino. Constituyen peligro, pues, unmovimiento intenso de la tierra, del agua o del aire. Este es mayor o menorsegún la probabilidad de ocurrencia y la extensión de su impacto”. (Maskrey,1993: 8).

8 Son acciones que realizan los hombres y pueden llegar a causar tambiéndesastres.

—————

9 Estudio que se está realizando, que abarca el periodo 1900 - 2010.

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 1717 esta es una publicación de Cebem

Introducción

Los tomadores de decisión requieren informaciónpara tomar medidas oportunas, eficientes y eficaces,

además de trabajar en una lógica más bien preventivay no reactiva. Recuperar la historia permite proyectarel futuro en mejores condiciones.

Resumen

El propósito de este ensayo es el de establecer áreas en las cuales el Estado y la sociedad civil deberían tener unamayor atención, debido a la presencia y recurrencia de desastres. No prestar la debida atención por muy pequeñosque sean estos desastres, en el tiempo pueden volverse de difícil solución. Por eso se debe tomar en cuenta en los pro-cesos de planificación y ordenamiento territorial definiendo medidas correctivas como prospectivas a fin de buscar undesarrollo armonioso con la naturaleza. Los fenómenos naturales adversos estudiados son: inundaciones, sequías,epidemias, deslizamientos, derrumbes, granizadas y por último los antrópicos como los conflictos sociales y guerra.

Abstract

The purpose of this essay is to establish areas in which the state and civil society should pay more attention, such asthe presence and recurrence of disasters. If these small disasters are not considered, it may be difficult to solve them intime. Therefore, they should be taken into account in planning and defining land and prospective remedies to seek aharmonious development with nature. Adverse natural phenomena studied are: floods, droughts, epidemics, landslides,mudslides, hail and at the end the anthropic and social conflict and war.

Palabras clave.– Desastre natural y antrópico, fenómeno natural, inundaciones, sequías, deslizamientos, derrumbes,granizadas y conflictos sociales y guerras.

Keywords.– Natural and anthropic disasters, natural phenomena, floods, droughts, landslides, mudslides, hail andsocial conflicts and wars.

También es evidente que las poblaciones deben reco-nocer los territorios donde se asientan como espacioscon historia, con dinámicas naturales, sociales, cultu-rales. Esto solo es posible si construimos informaciónque permita realizar estas reconstrucciones, de igualmanera les permitirá tomar decisiones más asertivas,Serán medidas preventivas y con las cuales no perde-rán todos sus medios de vida, incluso sus vidas.

Para esta toma de decisiones, hay qué saber el tipo defenómenos naturales7 adversos que se presentan y decarácter antrópico8, pero también es fundamental quela sociedad entienda el grado de exposición al que sesometen quienes se están asentando y los desastresque históricamente han ido sufriendo esos lugares.Así los registros ayudan tanto a tomadores de deci-sión, como a la población que se asienta en los dife-

rentes territorios, es quizás un instrumento importan-te para los procesos de urbanización.

Es por eso que este estudio de 85 años(1920-2005) 9de recopilación de desastres en Boliviacumple ese rol de establecer mediante un procesa-miento sistemático de fichas donde y en qué lugareshistóricamente se han ido produciendo desastres a lolargo del país.

El proceso de recurrencia y de afectación a las dife-rentes poblaciones ha provocado una serie de efectos,que agudizan el problema de impactos negativos yano solo en las poblaciones afectadas, sino en pobla-ciones indirectas. Veamos que sucede con los efectosdirectos:

a. Aquellas poblaciones rurales que son afecta-das por desastres como, inundaciones, sequías,riadas u otros, para “salvar” sus pérdidas eco-nómicas y medios de vida sostenibles, inicianprocesos de sobre-explotación, provocandoerosión del suelo por el uso de las tierras sinsometerlas a descanso o por el uso de quími-cos o ambos procesos.

Ochenta y cinco años de la historia de desastres en Bolivia (1920-2005) [Salamanca, Quiroga, Zamora]

Dedicado a los defensores de la Loma Santa, que hoy están peleando por preservar nuestros recursos naturales y porque no se impon-ga un desarrollismo extractivista por encima de la cosmovisión de los indígenas de tierras bajas.

“La evidencia histórica muestra que efectivamente los desastres, enmarcados en un espacio y un tiempo específicos, constituyen deto-nadores, o más precisamente reveladores, de situaciones críticas preexistentes, pues justamente en esos momentos surge toda unadocumentación tanto oficial como privada, que permite no sólo describir el evento y sus efectos, sino también conocer y detectar lascondiciones preexistentes en esa sociedad y en ese momento. Al presentarse un desastre originado por un sismo, una erupción volcáni-ca, por falta prolongada de lluvias que amenazaba o de hecho provocaba una sequía, por una helada que destruía las cosechas, losdiversos actores sociales manifiestan más que en otros momentos sus condiciones de vida cotidianas, sus relaciones cercanas y lejanasal referir pérdidas y sufrimientos, o bien nuevas opciones y beneficios. Alianzas, controles, grupos de poder, riquezas y miserias semanifiestan a través de la documentación existente. De esa manera el desastre constituye una especie de hilo conductor a lo largo delcual es posible ir tejiendo diversas que, de una u otra manera, se relacionan con él”. (Acosta, 1996:20).

“Desastres ocurridos a lo largo de la historia de un determinado grupo o sociedad, enmarcados en una localidad, una región, un país, unespacio jurisdiccional, geográfico o político específicos significa reconstruir historias en las cuales el desastre, como resultado de proce-sos sociales y económicos constituye el hilo conductor […] a lo largo del cual es posible ir tejiendo diversas historias que, de una u otramanera, se relacionan con él”. (Acosta, 2008:12).

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6 “Es toda manifestación de la naturaleza. Se refiere a cualquier expresión que adopta la naturaleza como resultado de su funcionamiento interno. Los hay de cierta regularidado de aparición extraordinaria y sorprendente. Entre los primeros tenemos las lluvias en los meses de verano, etc. Ejemplos del segundo caso serían un terremoto, un"tsunami" o maremoto, una lluvia torrencial en la costa peruana, etc. Los fenómenos naturales de extraordinaria ocurrencia pueden ser previsibles o imprevisibles dependien-do del grado de conocimiento que los hombres tengan acerca del funcionamiento de la naturaleza. La ocurrencia de un "fenómeno natural" sea ordinario o incluso extraordina-rio (mucho más en el primer caso) no necesariamente provoca un "desastre natural". Entendiendo que la tierra está en actividad, puesto que no ha terminado su proceso deformación y que su funcionamiento da lugar a cambios en su faz exterior, los fenómenos deben ser considerados siempre como elementos activos de la geomorfología terres-tre. Todo lo anterior nos indica que los efectos de ciertos fenómenos naturales no son necesariamente desastrosos. Lo son únicamente cuando los cambios producidosafectan una fuente de vida con la cual el hombre contaba o un modo de vida realizado en función de una determinada geografía. Inclusive, a pesar de ello, no se podríaasociar "fenómeno natural" con "desastre natural". Los fenómenos naturales no se caracterizan por ser insólitos, más bien forman conjuntos que presentan regularidades yestán asociados unos con otros”. (Maskrey, 1993:7).

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7 “No todo fenómeno natural es peligroso para el hombre. Por lo general convivi-mos con ellos y forman parte de nuestro medio ambiente natural. Por ejemplo,lluvias de temporada, pequeños temblores, crecida de ríos, vientos, etc.Algunos fenómenos, por su tipo y magnitud así como por lo sorpresivo de suocurrencia, constituyen un peligro. Un sismo de considerable magnitud, lluviastorrenciales continuas en zonas ordinariamente secas, un huracán, rayos, etc.sí pueden ser considerados peligrosos. La amenaza que representa un fenó-meno natural puede ser permanente o pasajero. En todos los casos se ledenomina así porque es potencialmente dañino. Constituyen peligro, pues, unmovimiento intenso de la tierra, del agua o del aire. Este es mayor o menorsegún la probabilidad de ocurrencia y la extensión de su impacto”. (Maskrey,1993: 8).

8 Son acciones que realizan los hombres y pueden llegar a causar tambiéndesastres.

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9 Estudio que se está realizando, que abarca el periodo 1900 - 2010.

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 1818 esta es una publicación de Cebem

b. A partir de desastres se han provocado migra-ciones campo-campo, bajo la modalidad de lacolonización. Tales procesos han generadodeforestación, “arrinconamiento” de poblacio-nes indígenas y han creado choques culturalesimportantes; por ejemplo, por el tipo de pro-piedad sobre la tierra, los colonos han seguidouna lógica individual contrapuesta a la lógicacomunitaria. Segundo, los colonos actúan ins-pirados en lógicas comerciales y depredado-ras. Las poblaciones indígenas tienen lógicasdel manejo del bosque y de su medio ambien-te, más bien de preservación y reproducciónde su medio ambiente, que equilibra el consu-mo y la restitución.

c. Para el caso de las migraciones campo-ciudad,o ciudad-ciudad, y la pérdida consiguiente demedios de vida de las poblaciones afectadas,llegan a las ciudades a ocupar las áreas margi-nales de la ciudad; ahí no cuentan con servi-cios básicos, no tienen accesibilidad adecuada;no están sujetos a una planificación territorialy urbana, que les abra posibilidades para recu-perar los bienes perdidos; se convierten en fin,en poblaciones conflicto para la ciudad.

De manera indirecta,

a. Las poblaciones asentadas se ven afectadas enla organización de su urbanización o asenta-miento, se ven afectados los mercados de tie-rras, el manejo del medio ambiente, etc.

b. Por la falta de atención estatal (en cualquierade sus niveles), estas poblaciones recurren a lapresión, lo cual genera inseguridad y convul-sión en otros sectores de la población.

Es por demás sabido que nuestro país ha estado fun-cionando con una lógica absolutamente centralista;todas las decisiones se concentraban en los alrededo-res del Palacio de Gobierno. Y si bien es necesarioreconocer que en los últimos 17 años se han produci-do cambios normativos y orgánicos importantes, quebuscan funcionar bajo una lógica descentralizada yautonómica, aún no se ha logrado instalar plenamentelos mecanismos necesarios para este cambio. Esto

deja en desventaja a departamentos y municipios queestán fuera del radio central de la ciudad de La Paz(sede de Gobierno). Por ejemplo, las directrices depolítica de vivienda no logran llegar a los municipiosy regiones, debido a que no existe el mecanismo nor-mativo para ejecutar dicha competencia, la mismaque se encuentra limitada al nivel nacional; lo mismorespecto a la propuesta de ordenamiento territorialque es enunciativa, o la de gestión del riesgo en laLey Marco de Autonomías Andrés Ibáñez Ley 031de 2010.

La búsqueda de información se realizó a través deuna revisión minuciosa de documentación y archivospúblicos. Al respecto hay que señalar que no encon-tró estudios realizados sobre eventos específicos, ymenos aún sobre la construcción social de los mis-mos; no obstante, es posible encontrar algunos regis-tros más bien nominativos. Así, se logró identificarhechos muy puntuales en textos históricos, sobreeventos que se produjeron; por ejemplo, en documen-tos históricos encontramos eventos sísmicos, desliza-mientos, entre otros, que contribuyen a la explicacióndel contexto. De esta manera, no contamos con estu-dios que permitan observar, lugares recurrentes, de-sastres, magnitud, impactos, pérdidas, acciones esta-tales y acciones ciudadanas, información que habríaposibilitado mejorar la planificación territorial y fi-nanciera.

En la recuperación que se ha realizado, precisamentede documentos históricos, se encuentran eventosasombrosos que permiten encontrar razones explica-tivas de procesos históricos, veamos algunos de ellos:

i. Por ejemplo, la caída de un imperio tan impor-tante como el Tiawanakota, encuentra explica-ción de su desestructuración, por la sequía quese produce durante más de 30 años. Autorestales como Carlos Ponce Sanjinés, Jose deMesa, Teresa Gisbert y Carlos D, Mesa (2007:25) recuperan este evento como gravitante.

ii. El deslizamiento que se produjo en Janko Jan-ko el 3 de abril de 1582 que produjo la muertede aproximadamente 2000 habitantes y que,

de acuerdo a la crónica respectiva se habríasalvado sólo el cura del lugar.

iii. La sequía que se produjo desde 1877 e iniciosde 1878, que durante los meses de verano ycuya característica son meses lluviosos (comoes la característica climatológica que en Boli-via entre octubre y abril son meses de lluvia),se produjo una fuerte sequía que además trajoconsigo la peste y luego una gran hambrunaque produjo muerte Querejazú (1979: 253-258). Pero no se ha realizado un estudio decuáles fueron las causas y las consecuencias.

iv. Un cuarto episodio, es el sismo de 9 de mayode 1877 que se produjo en Antofagasta y partede la costa del litoral, tal como la crónica rela-ta:

“A las 8:30 de la noche todos los edificios demadera comenzaron a crujir. Las gentes selanzaron a las calles. Hubo toque de campa-nas. Comenzaron algunos incendios. Se oye-ron gritos: “El mar se sale, el mar se sale”.La multitud escapó a los cerros. Surgió unruido formidable. El mar volvía con una enor-me ola del lado norte. El cerro Moreno lesirvió de valla parcial. Los temblores siguie-ron toda la noche. La gente pernoctó al airelibre. Los habitantes carecían de agua, techoy víveres. Se recolectaron auxilios de Antofa-gasta. Cuando llegó el vapor comercial delnorte se supo de los desastres en Mejillones,Cobija, Pabellón de Pica, Iquique, Arica. EnCobija la mayor parte de los edificios se de-rrumbaron. El mar lo arrasó todo. La familiaArricruz, de 14 personas desapareció inte-gra”(Querejazú, 1979: 181).

En este caso, la Ley del 10 de febrero de 1878se promulgó para reconstruir la infraestructuradestrozada. La Ley estableció un impuesto de10 centavos en quintal de salitre “exportado”,lo que nos llevó a la Guerra del Pacifico don-de perdimos todo el Litoral.

v. En el siglo XX se registraron las más grandesinundaciones. La inundación de 1947 en Tri-

nidad inundó la plaza y los cuatro manzanosque rodean a la plaza que son los lugares másaltos de la ciudad y que mediante apoyo aéreoy barcos tuvieron que evacuar a la gente hastaCochabamba y lugares posibles.

vi. El terremoto en 27 de marzo de 1948 en Sucreque afectó a más de la mitad de la ciudad.

vii. Inundaciones como las que se produjeron co-mo consecuencia del fenómeno del Niño(1982-1983), el más fuerte producido en esesiglo, que destrozó barrios enteros en SantaCruz. Como respuesta, se construyeron nue-vos barrios para los damnificados, aproxima-damente 3000 familias y que hoy constituyenel Plan 3000 que pugna por ser un municipio.

viii.Las sequías que se produjeron en el altiplanoen especial en el norte de Potosí y donde laparticipación del Estado destrozó las estructu-ras internas que tenían las comunidades, alobligarles a destruir la organización de losayllus y volverse sindicatos; de lo contrario norecibirían alimentos por parte de la DefensaCivil (Rivera, 1992: 146).

Esta reconstrucción histórica nos permite estudiar yexplicar los factores subyacentes que ahora tenemossobre el riesgo, conocer cuáles son los medios devida rural vulnerables, las deficiencias en la goberna-bilidad urbana y local, y el declive de los ecosistemasque están siendo exacerbados por el cambio climáti-co.

Este estudio en proceso permitirá a las generacionesde investigadores iniciar un proceso de selección deeventos adversos y precisar y determinar las causas ylos efectos que produjeron eventos muy significati-vos; también permitirá establecer cómo se fueronconstruyendo históricamente los mismos e interpretarcorrectamente su origen, además de entender el rol delas construcciones sociales que fueron exacerbando ala naturaleza hasta producir los “desastres”.

A partir de investigaciones específicas se podrá de-mostrar porque construimos un estado desigual, ex-cluyente y cómo los desastres pueden explicar que no

Ochenta y cinco años de la historia de desastres en Bolivia (1920-2005) [Salamanca, Quiroga, Zamora]

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 1919 esta es una publicación de Cebem

b. A partir de desastres se han provocado migra-ciones campo-campo, bajo la modalidad de lacolonización. Tales procesos han generadodeforestación, “arrinconamiento” de poblacio-nes indígenas y han creado choques culturalesimportantes; por ejemplo, por el tipo de pro-piedad sobre la tierra, los colonos han seguidouna lógica individual contrapuesta a la lógicacomunitaria. Segundo, los colonos actúan ins-pirados en lógicas comerciales y depredado-ras. Las poblaciones indígenas tienen lógicasdel manejo del bosque y de su medio ambien-te, más bien de preservación y reproducciónde su medio ambiente, que equilibra el consu-mo y la restitución.

c. Para el caso de las migraciones campo-ciudad,o ciudad-ciudad, y la pérdida consiguiente demedios de vida de las poblaciones afectadas,llegan a las ciudades a ocupar las áreas margi-nales de la ciudad; ahí no cuentan con servi-cios básicos, no tienen accesibilidad adecuada;no están sujetos a una planificación territorialy urbana, que les abra posibilidades para recu-perar los bienes perdidos; se convierten en fin,en poblaciones conflicto para la ciudad.

De manera indirecta,

a. Las poblaciones asentadas se ven afectadas enla organización de su urbanización o asenta-miento, se ven afectados los mercados de tie-rras, el manejo del medio ambiente, etc.

b. Por la falta de atención estatal (en cualquierade sus niveles), estas poblaciones recurren a lapresión, lo cual genera inseguridad y convul-sión en otros sectores de la población.

Es por demás sabido que nuestro país ha estado fun-cionando con una lógica absolutamente centralista;todas las decisiones se concentraban en los alrededo-res del Palacio de Gobierno. Y si bien es necesarioreconocer que en los últimos 17 años se han produci-do cambios normativos y orgánicos importantes, quebuscan funcionar bajo una lógica descentralizada yautonómica, aún no se ha logrado instalar plenamentelos mecanismos necesarios para este cambio. Esto

deja en desventaja a departamentos y municipios queestán fuera del radio central de la ciudad de La Paz(sede de Gobierno). Por ejemplo, las directrices depolítica de vivienda no logran llegar a los municipiosy regiones, debido a que no existe el mecanismo nor-mativo para ejecutar dicha competencia, la mismaque se encuentra limitada al nivel nacional; lo mismorespecto a la propuesta de ordenamiento territorialque es enunciativa, o la de gestión del riesgo en laLey Marco de Autonomías Andrés Ibáñez Ley 031de 2010.

La búsqueda de información se realizó a través deuna revisión minuciosa de documentación y archivospúblicos. Al respecto hay que señalar que no encon-tró estudios realizados sobre eventos específicos, ymenos aún sobre la construcción social de los mis-mos; no obstante, es posible encontrar algunos regis-tros más bien nominativos. Así, se logró identificarhechos muy puntuales en textos históricos, sobreeventos que se produjeron; por ejemplo, en documen-tos históricos encontramos eventos sísmicos, desliza-mientos, entre otros, que contribuyen a la explicacióndel contexto. De esta manera, no contamos con estu-dios que permitan observar, lugares recurrentes, de-sastres, magnitud, impactos, pérdidas, acciones esta-tales y acciones ciudadanas, información que habríaposibilitado mejorar la planificación territorial y fi-nanciera.

En la recuperación que se ha realizado, precisamentede documentos históricos, se encuentran eventosasombrosos que permiten encontrar razones explica-tivas de procesos históricos, veamos algunos de ellos:

i. Por ejemplo, la caída de un imperio tan impor-tante como el Tiawanakota, encuentra explica-ción de su desestructuración, por la sequía quese produce durante más de 30 años. Autorestales como Carlos Ponce Sanjinés, Jose deMesa, Teresa Gisbert y Carlos D, Mesa (2007:25) recuperan este evento como gravitante.

ii. El deslizamiento que se produjo en Janko Jan-ko el 3 de abril de 1582 que produjo la muertede aproximadamente 2000 habitantes y que,

de acuerdo a la crónica respectiva se habríasalvado sólo el cura del lugar.

iii. La sequía que se produjo desde 1877 e iniciosde 1878, que durante los meses de verano ycuya característica son meses lluviosos (comoes la característica climatológica que en Boli-via entre octubre y abril son meses de lluvia),se produjo una fuerte sequía que además trajoconsigo la peste y luego una gran hambrunaque produjo muerte Querejazú (1979: 253-258). Pero no se ha realizado un estudio decuáles fueron las causas y las consecuencias.

iv. Un cuarto episodio, es el sismo de 9 de mayode 1877 que se produjo en Antofagasta y partede la costa del litoral, tal como la crónica rela-ta:

“A las 8:30 de la noche todos los edificios demadera comenzaron a crujir. Las gentes selanzaron a las calles. Hubo toque de campa-nas. Comenzaron algunos incendios. Se oye-ron gritos: “El mar se sale, el mar se sale”.La multitud escapó a los cerros. Surgió unruido formidable. El mar volvía con una enor-me ola del lado norte. El cerro Moreno lesirvió de valla parcial. Los temblores siguie-ron toda la noche. La gente pernoctó al airelibre. Los habitantes carecían de agua, techoy víveres. Se recolectaron auxilios de Antofa-gasta. Cuando llegó el vapor comercial delnorte se supo de los desastres en Mejillones,Cobija, Pabellón de Pica, Iquique, Arica. EnCobija la mayor parte de los edificios se de-rrumbaron. El mar lo arrasó todo. La familiaArricruz, de 14 personas desapareció inte-gra”(Querejazú, 1979: 181).

En este caso, la Ley del 10 de febrero de 1878se promulgó para reconstruir la infraestructuradestrozada. La Ley estableció un impuesto de10 centavos en quintal de salitre “exportado”,lo que nos llevó a la Guerra del Pacifico don-de perdimos todo el Litoral.

v. En el siglo XX se registraron las más grandesinundaciones. La inundación de 1947 en Tri-

nidad inundó la plaza y los cuatro manzanosque rodean a la plaza que son los lugares másaltos de la ciudad y que mediante apoyo aéreoy barcos tuvieron que evacuar a la gente hastaCochabamba y lugares posibles.

vi. El terremoto en 27 de marzo de 1948 en Sucreque afectó a más de la mitad de la ciudad.

vii. Inundaciones como las que se produjeron co-mo consecuencia del fenómeno del Niño(1982-1983), el más fuerte producido en esesiglo, que destrozó barrios enteros en SantaCruz. Como respuesta, se construyeron nue-vos barrios para los damnificados, aproxima-damente 3000 familias y que hoy constituyenel Plan 3000 que pugna por ser un municipio.

viii.Las sequías que se produjeron en el altiplanoen especial en el norte de Potosí y donde laparticipación del Estado destrozó las estructu-ras internas que tenían las comunidades, alobligarles a destruir la organización de losayllus y volverse sindicatos; de lo contrario norecibirían alimentos por parte de la DefensaCivil (Rivera, 1992: 146).

Esta reconstrucción histórica nos permite estudiar yexplicar los factores subyacentes que ahora tenemossobre el riesgo, conocer cuáles son los medios devida rural vulnerables, las deficiencias en la goberna-bilidad urbana y local, y el declive de los ecosistemasque están siendo exacerbados por el cambio climáti-co.

Este estudio en proceso permitirá a las generacionesde investigadores iniciar un proceso de selección deeventos adversos y precisar y determinar las causas ylos efectos que produjeron eventos muy significati-vos; también permitirá establecer cómo se fueronconstruyendo históricamente los mismos e interpretarcorrectamente su origen, además de entender el rol delas construcciones sociales que fueron exacerbando ala naturaleza hasta producir los “desastres”.

A partir de investigaciones específicas se podrá de-mostrar porque construimos un estado desigual, ex-cluyente y cómo los desastres pueden explicar que no

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 2020 esta es una publicación de Cebem

son nada más que el resultado de modelos de desarro-llo que privilegiaron el excedente económico paragrupos reducidos y no incluyentes que lograron a lafecha construir un Estado muy vulnerable y sin res-peto a la naturaleza. El conocer dónde se han produ-cido los eventos extremos, nos permitirá al mismotiempo tratar de no cometer los mismos errores, noreconstruir las vulnerabilidades, tomar mejores deci-siones de planificación y de ordenamiento territorialy sobre todo tener a la población informada de loslugares donde se han producido desastres.

1 Las bases de datos de los desastresocurridos en Bolivia (1920 - 2005) y suslimitaciones

1.1 Las fuentes de información

Para realizar investigaciones se cuentan en el paíscon cinco tipos de fuentes de información, que utili-zan criterios diferentes para definir escalas, clasifica-ción de los eventos e incorporación de los datos enlas bases de datos.

1.1.1 Las bases de datos internacionales

Una de las más utilizadas en el ámbito mundial es laque proporciona EM-DAT10 que cuenta con una basede datos desde principios del siglo XX. Las fuentesde información que utilizan son diversas como ser,fuentes gubernamentales, agencias de las NacionesUnidas, ONG, compañías de seguros, institutos deinvestigación, los medios de comunicación. Los cri-terios utilizados para incorporar los eventos adversosde origen natural o antrópico en sus bases de datosson: que hayan ocurrido durante el evento 10 o másmuertos o hayan más de 100 damnificados, que hayasido declarado como desastre nacional o que hayademanda de asistencia humanitaria a la comunidadinternacional.

Para Bolivia se tiene un recuento de 53 eventos en ellapso de 28 años. Si sumáramos todas las personas

afectadas en este tiempo podríamos decir que la mi-tad de nuestra población ha sido afectada, que unas200 mil personas/año son afectadas, y que perdemosaproximadamente 100 millones de dólares por año(Ver Cuadro No. 1), eso tiene algunas repercusiones:las inversiones que han hecho desde 1992 al 2011 porparte de las agencias de financiamiento que en los 20años es de 96 millones de dólares no cubre ni un añode pérdidas, o lo que el Estado en los últimos 5 añosha invertido 35 millones de dólares a razón de 7 mi-llones por año, eso significa que ni un tercio ha logra-do invertir por año. Estas cifras estremecen al revi-sarlas puesto que la diferencia, más del 80% ha sidopagada por la misma población.

1.1.2 Las bases de datos regionales

Una segunda fuente de información y que está cons-truida principalmente a escala latinoamericana es elDESINVENTAR (Sistema de Inventario de efecto deDesastres), que se armó a partir de la década de199011. Esta base de datos no tiene umbrales comolos que aplica CRED para determinar lo que es desas-

tre y lo que no es. DesInventar tiene una concepciónque permite ver los desastres desde una escala espa-cial local (municipios o equivalente).12

Para Bolivia, la base de datos de DesInventar estable-ce que “la distribución anual de los reportes no per-mite evidenciar tendencias ni el incremento ni lareducción de la ocurrencia de desastres, aunque des-tacan los picos de 1979 y 2004. Los reportes se dis-tribuyen principalmente en el centro y sur-oriente delpaís, pero en el caso de los deslizamientos se concen-tran en el nor-occidente en provincias de los depar-tamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Losefectos asociados a deslizamiento están registradosprincipalmente en el departamento de La Paz”.13

El resumen de sus reportes establece que el 60% deltotal de muertes se debe a las epidemias, mientrasque las inundaciones, deslizamientos y avenidas to-rrenciales no representan ni el 10% cada uno. Loseventos como los sismos y los deslizamientos son losmayores causantes de pérdidas de viviendas son lossismos (47%) y los deslizamientos (23%).

1.1.3 Las bases de datos nacionales

Actualmente el Viceministerio de Defensa Civilcuenta con una base de datos no oficial denominada“Quipus” que tiene un registro que data desde 1900 ala fecha. Los problemas técnicos con esta base dedatos consisten en que no cuentan con la fuente dedicha información. Los datos de los últimos 10 añosson muy ricos en datos porque se han sido trabajadossobre la base de los reportes recibidos; pero lamenta-blemente no están registrados adecuadamente (notienen fuente), solo son datos incorporados a plani-llas.14

1.1.4 Bases de datos a nivel local

El Gobierno Autónomo Municipal de La Paz cuentacon una base de datos de todos los eventos que han

atendido y que se tiene registrado desde el año 2000aproximadamente, si bien existen más datos a serregistrados, esta información no ha sido aún sistema-tizad y procesada.

1.1.5 Bases de datos por eventos

El observatorio de San Calixto tiene los registros másactualizados y totalmente datados. Desde su inicio yhasta la fecha es una de las bases de datos mas com-pleta respecto a movimientos sísmicos.

1.1.6 Bases de datos sectoriales

El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras está co-menzando a armar una base de datos de los últimos 5años. Cuentan con registros de todos los lugares afec-tados y de pérdidas de cultivos y de animales.

1.1.7 Bases de datos del clima

El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología(SENAMHI) tiene el registro histórico de clima(temperaturas, precipitaciones) elaborado en base asu red metereológica e hidrometereológica, que sibien tiene cobertura nacional, no cubre todo el terri-torio nacional de acuerdo a los estándares internacio-nales exigidos para tener datos precisos.

2 Primera aproximación de los eventos

2.1 Una visión de conjunto

Para el presente artículo se han trabajado con 6.324registros que se han sido sistematizados a partir de lainformación publicada en la prensa15. Se ha conside-rado siete tipos de eventos: Inundación, Sequía, Des-lizamiento, Derrumbes, Granizo, Epidemia y Con-flictos Sociales y de Guerra. A partir de estos regis-tros se puede apreciar que las inundaciones son lasque predominan 2.448 (38,71%), seguido por epide-mias 1.636 (25,86%).

—————

10 EM-DAT (ver ref. bibliográficas)

Número de eventos 53

Número de personas muertas 1.554

Promedio de personas muertas por año 54

Número de personas afectadas 5.779.866

Promedio de personas afectadas por año 199.306

Daños económicos (US$ X 1,000) 2.981.000

Daños económicos por año (US$ X 1,000) 102.793

Cuadro 1. Desastres Naturales de 1980 - 2008Fuente: "EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Databa-

se, Université catholique de Louvain, Brussels, Belgium"Data version: v11.08

—————

11 Hasta 1990 no se disponía de información sistemática de América Latinasobre la ocurrencia de desastres cotidianos de pequeño y mediano impacto.Es así que parte de un grupo de investigadores, académicos y actores institu-cionales, agrupados en la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desas-tres en América Latina (LA RED) en 1994, concibieron un sistema de adquisi-ción, consulta y despliegue de información sobre desastres pequeños, media-nos y grandes impactos de fuentes hemerográficas y metodología y herra-mienta de software desarrolladas y que se denomina Sistema de Inventario deDesastres (DesInventar).

—————12 La construcción de la base de datos para Bolivia se realizó a través del Pro-

yecto PREDECAN-CAPRADE llevado a cabo por el Observatorio San Calixto yutilizó como fuente el periódico El Diario, en el período de 1970 a 2007.

13 Página web de DesInventar.14 Excel sin fuente de origen.

—————

15 El Diario, Presencia, La Razón.

Ochenta y cinco años de la historia de desastres en Bolivia (1920-2005) [Salamanca, Quiroga, Zamora]

Page 21: Presentación - Ribei Digital Librarybiblioteca.ribei.org/301/1/redesma12.pdf · Presentación En los œltimos aæos se han suscitado una serie de eventos adversos a nivel internacional,

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 2121 esta es una publicación de Cebem

son nada más que el resultado de modelos de desarro-llo que privilegiaron el excedente económico paragrupos reducidos y no incluyentes que lograron a lafecha construir un Estado muy vulnerable y sin res-peto a la naturaleza. El conocer dónde se han produ-cido los eventos extremos, nos permitirá al mismotiempo tratar de no cometer los mismos errores, noreconstruir las vulnerabilidades, tomar mejores deci-siones de planificación y de ordenamiento territorialy sobre todo tener a la población informada de loslugares donde se han producido desastres.

1 Las bases de datos de los desastresocurridos en Bolivia (1920 - 2005) y suslimitaciones

1.1 Las fuentes de información

Para realizar investigaciones se cuentan en el paíscon cinco tipos de fuentes de información, que utili-zan criterios diferentes para definir escalas, clasifica-ción de los eventos e incorporación de los datos enlas bases de datos.

1.1.1 Las bases de datos internacionales

Una de las más utilizadas en el ámbito mundial es laque proporciona EM-DAT10 que cuenta con una basede datos desde principios del siglo XX. Las fuentesde información que utilizan son diversas como ser,fuentes gubernamentales, agencias de las NacionesUnidas, ONG, compañías de seguros, institutos deinvestigación, los medios de comunicación. Los cri-terios utilizados para incorporar los eventos adversosde origen natural o antrópico en sus bases de datosson: que hayan ocurrido durante el evento 10 o másmuertos o hayan más de 100 damnificados, que hayasido declarado como desastre nacional o que hayademanda de asistencia humanitaria a la comunidadinternacional.

Para Bolivia se tiene un recuento de 53 eventos en ellapso de 28 años. Si sumáramos todas las personas

afectadas en este tiempo podríamos decir que la mi-tad de nuestra población ha sido afectada, que unas200 mil personas/año son afectadas, y que perdemosaproximadamente 100 millones de dólares por año(Ver Cuadro No. 1), eso tiene algunas repercusiones:las inversiones que han hecho desde 1992 al 2011 porparte de las agencias de financiamiento que en los 20años es de 96 millones de dólares no cubre ni un añode pérdidas, o lo que el Estado en los últimos 5 añosha invertido 35 millones de dólares a razón de 7 mi-llones por año, eso significa que ni un tercio ha logra-do invertir por año. Estas cifras estremecen al revi-sarlas puesto que la diferencia, más del 80% ha sidopagada por la misma población.

1.1.2 Las bases de datos regionales

Una segunda fuente de información y que está cons-truida principalmente a escala latinoamericana es elDESINVENTAR (Sistema de Inventario de efecto deDesastres), que se armó a partir de la década de199011. Esta base de datos no tiene umbrales comolos que aplica CRED para determinar lo que es desas-

tre y lo que no es. DesInventar tiene una concepciónque permite ver los desastres desde una escala espa-cial local (municipios o equivalente).12

Para Bolivia, la base de datos de DesInventar estable-ce que “la distribución anual de los reportes no per-mite evidenciar tendencias ni el incremento ni lareducción de la ocurrencia de desastres, aunque des-tacan los picos de 1979 y 2004. Los reportes se dis-tribuyen principalmente en el centro y sur-oriente delpaís, pero en el caso de los deslizamientos se concen-tran en el nor-occidente en provincias de los depar-tamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Losefectos asociados a deslizamiento están registradosprincipalmente en el departamento de La Paz”.13

El resumen de sus reportes establece que el 60% deltotal de muertes se debe a las epidemias, mientrasque las inundaciones, deslizamientos y avenidas to-rrenciales no representan ni el 10% cada uno. Loseventos como los sismos y los deslizamientos son losmayores causantes de pérdidas de viviendas son lossismos (47%) y los deslizamientos (23%).

1.1.3 Las bases de datos nacionales

Actualmente el Viceministerio de Defensa Civilcuenta con una base de datos no oficial denominada“Quipus” que tiene un registro que data desde 1900 ala fecha. Los problemas técnicos con esta base dedatos consisten en que no cuentan con la fuente dedicha información. Los datos de los últimos 10 añosson muy ricos en datos porque se han sido trabajadossobre la base de los reportes recibidos; pero lamenta-blemente no están registrados adecuadamente (notienen fuente), solo son datos incorporados a plani-llas.14

1.1.4 Bases de datos a nivel local

El Gobierno Autónomo Municipal de La Paz cuentacon una base de datos de todos los eventos que han

atendido y que se tiene registrado desde el año 2000aproximadamente, si bien existen más datos a serregistrados, esta información no ha sido aún sistema-tizad y procesada.

1.1.5 Bases de datos por eventos

El observatorio de San Calixto tiene los registros másactualizados y totalmente datados. Desde su inicio yhasta la fecha es una de las bases de datos mas com-pleta respecto a movimientos sísmicos.

1.1.6 Bases de datos sectoriales

El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras está co-menzando a armar una base de datos de los últimos 5años. Cuentan con registros de todos los lugares afec-tados y de pérdidas de cultivos y de animales.

1.1.7 Bases de datos del clima

El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología(SENAMHI) tiene el registro histórico de clima(temperaturas, precipitaciones) elaborado en base asu red metereológica e hidrometereológica, que sibien tiene cobertura nacional, no cubre todo el terri-torio nacional de acuerdo a los estándares internacio-nales exigidos para tener datos precisos.

2 Primera aproximación de los eventos

2.1 Una visión de conjunto

Para el presente artículo se han trabajado con 6.324registros que se han sido sistematizados a partir de lainformación publicada en la prensa15. Se ha conside-rado siete tipos de eventos: Inundación, Sequía, Des-lizamiento, Derrumbes, Granizo, Epidemia y Con-flictos Sociales y de Guerra. A partir de estos regis-tros se puede apreciar que las inundaciones son lasque predominan 2.448 (38,71%), seguido por epide-mias 1.636 (25,86%).

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10 EM-DAT (ver ref. bibliográficas)

Número de eventos 53

Número de personas muertas 1.554

Promedio de personas muertas por año 54

Número de personas afectadas 5.779.866

Promedio de personas afectadas por año 199.306

Daños económicos (US$ X 1,000) 2.981.000

Daños económicos por año (US$ X 1,000) 102.793

Cuadro 1. Desastres Naturales de 1980 - 2008Fuente: "EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Databa-

se, Université catholique de Louvain, Brussels, Belgium"Data version: v11.08

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11 Hasta 1990 no se disponía de información sistemática de América Latinasobre la ocurrencia de desastres cotidianos de pequeño y mediano impacto.Es así que parte de un grupo de investigadores, académicos y actores institu-cionales, agrupados en la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desas-tres en América Latina (LA RED) en 1994, concibieron un sistema de adquisi-ción, consulta y despliegue de información sobre desastres pequeños, media-nos y grandes impactos de fuentes hemerográficas y metodología y herra-mienta de software desarrolladas y que se denomina Sistema de Inventario deDesastres (DesInventar).

—————12 La construcción de la base de datos para Bolivia se realizó a través del Pro-

yecto PREDECAN-CAPRADE llevado a cabo por el Observatorio San Calixto yutilizó como fuente el periódico El Diario, en el período de 1970 a 2007.

13 Página web de DesInventar.14 Excel sin fuente de origen.

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15 El Diario, Presencia, La Razón.

Ochenta y cinco años de la historia de desastres en Bolivia (1920-2005) [Salamanca, Quiroga, Zamora]

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 2222 esta es una publicación de Cebem

La distribución entre eventos meteorológicos(inundación, deslizamiento, derrumbes y granizos)evidencia que un 58% aproximadamente del total deeventos adversos, mientras el resto (48%) están refe-ridos al resto de eventos (sequía, conflictos sociales,epidemias).

En esta presentación no se incluye eventos adversos16

naturales como sismos como los que se registraron enSucre (1948), el Cono Sur de Cochabamba (mayo de1998); ni tampoco eventos adversos socionaturales

tales como los incendios ocasionados todos los añospor los chaqueos. La base de datos elaborada incluye50 tipos de eventos y más de 10.000 casos. Los even-tos que se tienen registrados de acuerdo a la cataloga-ción que la prensa los ha tipificado se exponen en elCuadro 3.

2.2 Tipos de eventos

En esta sección se hace un detalle por tipo de eventosregistrado geográficamente a nivel departamental.

2.2.1 Inundaciones

El número de eventos producidos por inundacionesse ha calculado en base a eventos grandes a nivelrural y las riadas e inundaciones urbanas provocadaspor sistemas de alcantarillados inadecuados entreotros, esto en especial en la ciudad de La Paz.

La Figura No.2 indica la presencia del número deeventos de inundación por departamento. La exposi-ción humana a las inundaciones se concentra princi-palmente en los departamentos de La Paz (las cifraselevadas se explican porque el registro incluye a laciudad capital y a otras poblaciones del departamen-to), Santa Cruz, Cochabamba y el Beni. Las zonasrecurrentes de inundaciones en La Paz muestran a lazona de Rio Abajo y Luribay principalmente. EnCochabamba, la zona del Chapare donde se registrainundaciones cada año; en este caso, el gobierno y lasautoridades municipales contribuyen a las vulnerabi-lidades al permitir que la gente siga viviendo en esoslugares.

En Santa Cruz, la zona de Pailón es la más propensaa inundaciones, lo mismo que la cuenca baja del RíoGrande, donde se han producido grandes áreas dedeforestación por parte de los menonitas17 especial-mente. En la región del Beni los problemas se con-centran en la cuenca baja del río Mamoré, donde seproducen regularmente desbordes e inundaciones.Durante los últimos 5 años se han presentado inunda-ciones en el Beni; las acciones allí han sido principal-

mente reactivas, de tal manera que la resiliencia de lapoblación se ha deteriorado, pues ahora las poblacio-nes afectadas esperan sólo la ayuda humanitaria. Po-cos proyectos se han ocupado de crear medios devida sostenibles como el que ha hecho Oxfam con larecuperación de los camellones.18

En estos últimos años se han producido inundacionesen las ciudades, en particular Cochabamba (la zonaSud), Quillacollo, Tarata, etc., lo que muestra queestos eventos están pasando de ser problemas ruralesa urbanos, con costos crecientes en el tiempo.

—————

16 Esta información está en proceso y pendiente de análisis de consistencia.

Tipo de evento Total

Conflictos civiles, guerra 369

Derrumbes 535

Deslizamientos 421

Epidemias 1636

Granizo 255

Inundaciones 2448

Sequía 660

Total General 6324

Cuadro 2. Bolivia: Total de eventosFuente: Base de Datos de Registros Históricos de Eventos de

Salamanca 2011

Figura 1. Bolivia: Porcentaje por eventoFuente: Base de Datos de Registros Históricos de Eventos de

Salamanca 2011

Accidente aéreo Erupción de volcanes Por productos altamente inflamables

Actividad Minera Gases Tóxicos Por productos biológicos

Aluvión Granizo Por productos corrosivos

Avalanchas Heladas Por productos radioactivos

Ciclón Hongo Por productos tóxicos

Conflictos civiles, guerra Huracanes Rayos

Deforestación Hundimiento Riada

Derrumbes Incendio Salud ambiental

Descarrilamiento Incendio Forestal Sequía

Desechos industriales Inundaciones Siniestros

Desechos sólidos-líquidos Movimientos de Masa Terremoto

Desechos tóxicos plásticos Nevada Tormenta

Desertificación Ola de calor Tormenta Eléctrica

Deshielo Plaga de Café Tornado

Enfermedades de las plantas Plaga Vegetal Vendaval

Epidemias Plagas de insectos Vientos huracanados

Erosión Por hidrocarburos

Cuadro 3. Bolivia: Clasificación de los eventos sistematizados para el período 1900-2010Fuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

—————17 Poblaciones de colonizadores en Santa Cruz.

—————12 Camellones, son la construcción de plataformas elevadas de tierra de hasta 2

metros, cada una rodeada por canales, por lo que es posible proteger semillasy cultivos de ser arrastrados, puesto que se encuentran por encima del nivelde las inundaciones. Por otro lado, el agua que rodea los camellones sirvepara el riego y la provisión de nutrientes durante época seca. Los camellonesofrecen una solución sostenible a las inundaciones y sequías mediante laadministración del agua proveniente de las inundaciones y la preserva oraépocas secas, provienen de culturas precolombinas en especial en tierrasbajas como las llanuras de Moxos.

Cruzando los datos de la base de Datos EM-DAT, seestablece que las inundaciones son el segundo factorque ha producido la mayor cantidad de muertos y depersonas afectadas (independientemente del númerode eventos). Los hechos más representativos se expli-can en Cuadro 4. En síntesis podemos afirmar que lasinundaciones están trayendo la mayor cantidad depérdidas humanas y por otra parte tenemos grandespérdidas económicas y números muy elevados degente afectada.

2.2.2 Sequía

Tal como establece el informe GRID 2009, “las se-quías difieren de otros tipos de amenazas por variosmotivos:

“En primer lugar, a diferencia de los terremotos, lasinundaciones o los tsunamis -que suelen ocurrir si-guiendo fallas sísmicas, zonas costeras o cursos de

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La distribución entre eventos meteorológicos(inundación, deslizamiento, derrumbes y granizos)evidencia que un 58% aproximadamente del total deeventos adversos, mientras el resto (48%) están refe-ridos al resto de eventos (sequía, conflictos sociales,epidemias).

En esta presentación no se incluye eventos adversos16

naturales como sismos como los que se registraron enSucre (1948), el Cono Sur de Cochabamba (mayo de1998); ni tampoco eventos adversos socionaturales

tales como los incendios ocasionados todos los añospor los chaqueos. La base de datos elaborada incluye50 tipos de eventos y más de 10.000 casos. Los even-tos que se tienen registrados de acuerdo a la cataloga-ción que la prensa los ha tipificado se exponen en elCuadro 3.

2.2 Tipos de eventos

En esta sección se hace un detalle por tipo de eventosregistrado geográficamente a nivel departamental.

2.2.1 Inundaciones

El número de eventos producidos por inundacionesse ha calculado en base a eventos grandes a nivelrural y las riadas e inundaciones urbanas provocadaspor sistemas de alcantarillados inadecuados entreotros, esto en especial en la ciudad de La Paz.

La Figura No.2 indica la presencia del número deeventos de inundación por departamento. La exposi-ción humana a las inundaciones se concentra princi-palmente en los departamentos de La Paz (las cifraselevadas se explican porque el registro incluye a laciudad capital y a otras poblaciones del departamen-to), Santa Cruz, Cochabamba y el Beni. Las zonasrecurrentes de inundaciones en La Paz muestran a lazona de Rio Abajo y Luribay principalmente. EnCochabamba, la zona del Chapare donde se registrainundaciones cada año; en este caso, el gobierno y lasautoridades municipales contribuyen a las vulnerabi-lidades al permitir que la gente siga viviendo en esoslugares.

En Santa Cruz, la zona de Pailón es la más propensaa inundaciones, lo mismo que la cuenca baja del RíoGrande, donde se han producido grandes áreas dedeforestación por parte de los menonitas17 especial-mente. En la región del Beni los problemas se con-centran en la cuenca baja del río Mamoré, donde seproducen regularmente desbordes e inundaciones.Durante los últimos 5 años se han presentado inunda-ciones en el Beni; las acciones allí han sido principal-

mente reactivas, de tal manera que la resiliencia de lapoblación se ha deteriorado, pues ahora las poblacio-nes afectadas esperan sólo la ayuda humanitaria. Po-cos proyectos se han ocupado de crear medios devida sostenibles como el que ha hecho Oxfam con larecuperación de los camellones.18

En estos últimos años se han producido inundacionesen las ciudades, en particular Cochabamba (la zonaSud), Quillacollo, Tarata, etc., lo que muestra queestos eventos están pasando de ser problemas ruralesa urbanos, con costos crecientes en el tiempo.

—————

16 Esta información está en proceso y pendiente de análisis de consistencia.

Tipo de evento Total

Conflictos civiles, guerra 369

Derrumbes 535

Deslizamientos 421

Epidemias 1636

Granizo 255

Inundaciones 2448

Sequía 660

Total General 6324

Cuadro 2. Bolivia: Total de eventosFuente: Base de Datos de Registros Históricos de Eventos de

Salamanca 2011

Figura 1. Bolivia: Porcentaje por eventoFuente: Base de Datos de Registros Históricos de Eventos de

Salamanca 2011

Accidente aéreo Erupción de volcanes Por productos altamente inflamables

Actividad Minera Gases Tóxicos Por productos biológicos

Aluvión Granizo Por productos corrosivos

Avalanchas Heladas Por productos radioactivos

Ciclón Hongo Por productos tóxicos

Conflictos civiles, guerra Huracanes Rayos

Deforestación Hundimiento Riada

Derrumbes Incendio Salud ambiental

Descarrilamiento Incendio Forestal Sequía

Desechos industriales Inundaciones Siniestros

Desechos sólidos-líquidos Movimientos de Masa Terremoto

Desechos tóxicos plásticos Nevada Tormenta

Desertificación Ola de calor Tormenta Eléctrica

Deshielo Plaga de Café Tornado

Enfermedades de las plantas Plaga Vegetal Vendaval

Epidemias Plagas de insectos Vientos huracanados

Erosión Por hidrocarburos

Cuadro 3. Bolivia: Clasificación de los eventos sistematizados para el período 1900-2010Fuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

—————17 Poblaciones de colonizadores en Santa Cruz.

—————12 Camellones, son la construcción de plataformas elevadas de tierra de hasta 2

metros, cada una rodeada por canales, por lo que es posible proteger semillasy cultivos de ser arrastrados, puesto que se encuentran por encima del nivelde las inundaciones. Por otro lado, el agua que rodea los camellones sirvepara el riego y la provisión de nutrientes durante época seca. Los camellonesofrecen una solución sostenible a las inundaciones y sequías mediante laadministración del agua proveniente de las inundaciones y la preserva oraépocas secas, provienen de culturas precolombinas en especial en tierrasbajas como las llanuras de Moxos.

Cruzando los datos de la base de Datos EM-DAT, seestablece que las inundaciones son el segundo factorque ha producido la mayor cantidad de muertos y depersonas afectadas (independientemente del númerode eventos). Los hechos más representativos se expli-can en Cuadro 4. En síntesis podemos afirmar que lasinundaciones están trayendo la mayor cantidad depérdidas humanas y por otra parte tenemos grandespérdidas económicas y números muy elevados degente afectada.

2.2.2 Sequía

Tal como establece el informe GRID 2009, “las se-quías difieren de otros tipos de amenazas por variosmotivos:

“En primer lugar, a diferencia de los terremotos, lasinundaciones o los tsunamis -que suelen ocurrir si-guiendo fallas sísmicas, zonas costeras o cursos de

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ríos por lo general claramente delimitados-, las sequí-as pueden darse en cualquier lugar, a excepción deregiones desérticas en las que no tiene sentido hablarde sequías. Segundo, la sequías se desarrollan paula-tinamente, ya que son consecuencia de un largo pe-ríodo (entre meses y años) de precipitaciones pordebajo de su valor medio o esperado en un lugar con-creto. En última instancia, una sequía representa unestado de insuficiente disponibilidad de agua en rela-ción con la demanda: y ambos son aspectos muy es-pecíficos de cada ubicación. Por ejemplo, unas preci-pitaciones deficientes que duren unos meses puedentener un efecto negativo en la agricultura de secano,pero no en pantanos con gran capacidad, de almace-naje. La definición de qué es lo que constituye unasprecipitaciones “deficientes” depende del clima local.Los científicos, por lo tanto, distinguen tres categorí-as generales de sequías: meteorológicas, agrícolas ehidrológicas. En las meteorológicas se trata de unprolongado período de lluvias deficientes, mientrasque en las agrícolas la sequía se presenta cuando seagota la humedad del suelo hasta el punto en que seven afectadas las cosechas, los terrenos de pasto o lospastizales. La sequía hidrológica se refiere a un largoperíodo prolongado durante el cual el nivel del aguaen ríos y arroyos, lagos y pantanos, o en el subsuelo,está por debajo de la media” (EIRD, 2009: 47).

La Figura 3 indica la distribución geográfica de even-tos que se han producido por sequía. La exposiciónhumana a la sequía se concentra principalmente en

los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba prin-cipalmente.

Las sequías en Bolivia en especial en el área del Cha-co se están volviendo un problema estructural, ya quetodos los años tenemos los mismos problemas. En losmismos municipios y con todas las acciones que serealizan, se está provocando vulnerabilidades sinsoluciones estructurales colaterales. En este recuentode eventos, el más fuerte fue el que produjo el Niñode 1982-1983 que afectó aproximadamente a 1.5millones de personas y originó la diáspora hacia elChapare (incluida la familia del presidente de Boli-via), o el ingreso a ciudades en las áreas marginales.La magnitud de la sequía no está muy bien dimensio-nada ni las acciones de respuesta estructural parapreservar los medios de vida y la seguridad alimenta-ria; sólo se actúa reactivamente y sólo en la tercerafase de la sequía, que es cuando ya se ha producido lapérdida de la producción agrícola.

Cruzando los datos de la base de Datos EM-DAT, seestablece que las sequías no han producido reportesde muertes.

2.2.3 Deslizamientos

El número de eventos producidos por deslizamientosse ha calculado en base a los eventos que se han pro-ducido en especial en la ciudad de La Paz.

La Figura 4 indica la distribución geográfica de lapresencia del número de eventos de deslizamiento,por departamento. La exposición humana a los desli-zamientos se concentra principalmente en los depar-tamentos de La Paz y Cochabamba. Los principalesdeslizamientos se han producido en: ciudad de La

Paz en la década de los 90´s: Cotahuma, GermánJordán, IV Centenario, en la década del principio delsiglo XXI tenemos: Retamani I, Retamani II, HuanuHuanuni, y el último megadeslizamiento que afectó a6.000 personas, se registró 140 hectáreas perdidas y100 millones de pérdidas económicas (Salamanca yQuiroga, 2011). También ocurrieron deslizamientosen una zona minera en Cangallini; aquí se ha registra-do eventos tales como el de Chima en 1949; otro en1952 produjo más de 400 muertos; en 1971 con 20muertos, y en 1991 con 20 muertos. El deslizamiento

Muertos

1983 250 muertos

2002 76 muertos

2003 69 muertos

Gente afectada

1 de enero de 2001 357.250 afectados

6 de enero de 1986 310.000 afectados

1 de enero de 1997 190.000 afectados

Pérdidas económicas

marzo de 1983 400 millones de dólares

1 de enero de 2001 121 millones de dólares

10 de marzo de 1992 100 millones de dólares

19 de febrero de 2002 100 millones de dólares

Cuadro 4. Bolivia: Impactos de las inundacionesFuente: EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Database

Figura 3. Registro de eventos de sequía por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Gente afectada

a abril de 1983 1.583.049

diciembre de 1983 1.500.000

1990 283.160

Pérdidas económicasdiciembre de 1983 500 millones de $us

abril de 1983 417 millones de $us

Cuadro 5. Bolivia: Impactos de la sequíaFuente: EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Database

Figura 2. Registro de eventos de inundaciones por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

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ríos por lo general claramente delimitados-, las sequí-as pueden darse en cualquier lugar, a excepción deregiones desérticas en las que no tiene sentido hablarde sequías. Segundo, la sequías se desarrollan paula-tinamente, ya que son consecuencia de un largo pe-ríodo (entre meses y años) de precipitaciones pordebajo de su valor medio o esperado en un lugar con-creto. En última instancia, una sequía representa unestado de insuficiente disponibilidad de agua en rela-ción con la demanda: y ambos son aspectos muy es-pecíficos de cada ubicación. Por ejemplo, unas preci-pitaciones deficientes que duren unos meses puedentener un efecto negativo en la agricultura de secano,pero no en pantanos con gran capacidad, de almace-naje. La definición de qué es lo que constituye unasprecipitaciones “deficientes” depende del clima local.Los científicos, por lo tanto, distinguen tres categorí-as generales de sequías: meteorológicas, agrícolas ehidrológicas. En las meteorológicas se trata de unprolongado período de lluvias deficientes, mientrasque en las agrícolas la sequía se presenta cuando seagota la humedad del suelo hasta el punto en que seven afectadas las cosechas, los terrenos de pasto o lospastizales. La sequía hidrológica se refiere a un largoperíodo prolongado durante el cual el nivel del aguaen ríos y arroyos, lagos y pantanos, o en el subsuelo,está por debajo de la media” (EIRD, 2009: 47).

La Figura 3 indica la distribución geográfica de even-tos que se han producido por sequía. La exposiciónhumana a la sequía se concentra principalmente en

los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba prin-cipalmente.

Las sequías en Bolivia en especial en el área del Cha-co se están volviendo un problema estructural, ya quetodos los años tenemos los mismos problemas. En losmismos municipios y con todas las acciones que serealizan, se está provocando vulnerabilidades sinsoluciones estructurales colaterales. En este recuentode eventos, el más fuerte fue el que produjo el Niñode 1982-1983 que afectó aproximadamente a 1.5millones de personas y originó la diáspora hacia elChapare (incluida la familia del presidente de Boli-via), o el ingreso a ciudades en las áreas marginales.La magnitud de la sequía no está muy bien dimensio-nada ni las acciones de respuesta estructural parapreservar los medios de vida y la seguridad alimenta-ria; sólo se actúa reactivamente y sólo en la tercerafase de la sequía, que es cuando ya se ha producido lapérdida de la producción agrícola.

Cruzando los datos de la base de Datos EM-DAT, seestablece que las sequías no han producido reportesde muertes.

2.2.3 Deslizamientos

El número de eventos producidos por deslizamientosse ha calculado en base a los eventos que se han pro-ducido en especial en la ciudad de La Paz.

La Figura 4 indica la distribución geográfica de lapresencia del número de eventos de deslizamiento,por departamento. La exposición humana a los desli-zamientos se concentra principalmente en los depar-tamentos de La Paz y Cochabamba. Los principalesdeslizamientos se han producido en: ciudad de La

Paz en la década de los 90´s: Cotahuma, GermánJordán, IV Centenario, en la década del principio delsiglo XXI tenemos: Retamani I, Retamani II, HuanuHuanuni, y el último megadeslizamiento que afectó a6.000 personas, se registró 140 hectáreas perdidas y100 millones de pérdidas económicas (Salamanca yQuiroga, 2011). También ocurrieron deslizamientosen una zona minera en Cangallini; aquí se ha registra-do eventos tales como el de Chima en 1949; otro en1952 produjo más de 400 muertos; en 1971 con 20muertos, y en 1991 con 20 muertos. El deslizamiento

Muertos

1983 250 muertos

2002 76 muertos

2003 69 muertos

Gente afectada

1 de enero de 2001 357.250 afectados

6 de enero de 1986 310.000 afectados

1 de enero de 1997 190.000 afectados

Pérdidas económicas

marzo de 1983 400 millones de dólares

1 de enero de 2001 121 millones de dólares

10 de marzo de 1992 100 millones de dólares

19 de febrero de 2002 100 millones de dólares

Cuadro 4. Bolivia: Impactos de las inundacionesFuente: EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Database

Figura 3. Registro de eventos de sequía por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Gente afectada

a abril de 1983 1.583.049

diciembre de 1983 1.500.000

1990 283.160

Pérdidas económicasdiciembre de 1983 500 millones de $us

abril de 1983 417 millones de $us

Cuadro 5. Bolivia: Impactos de la sequíaFuente: EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Database

Figura 2. Registro de eventos de inundaciones por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

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de Chima el 31 de marzo de 2003 que produjo másde 69 muertos (Orche, 2003: 205).

Cruzando los datos de la base de Datos EM-DAT, seestablece que como consecuencia de los deslizamien-tos se tiene el resumen del Cuadro 6.

2.2.4 Granizo

El número de eventos producidos por deslizamientosse ha calculado en base a los eventos que se han pro-ducido en el área rural.

La Figura 5 indica la distribución geográfica de lapresencia del número de eventos de granizo por de-partamento. La exposición humana a las granizadasse concentra principalmente en los departamentos deLa Paz, Oruro, Potosí, Tarija y Chuquisaca. Uno delos eventos que trajo importantes consecuencias fueel que sufrió la ciudad de La Paz el 19 de febrero de2002 que tuvo aproximadamente 60 muertos y pérdi-das de más de 100 millones de dólares. Este eventomarcó substancialmente a la ciudadanía y a las auto-ridades del Gobierno Autónomo Municipal de LaPaz, hecho que permitió organizar el Centro Operati-vo de Emergencias Municipal, la implementación deun programa de Gestión del Riesgo y de un Sistemade Monitoreo y Seguimiento (SAT Municipal), ade-más de la conformación del Grupo de voluntariosGAEM y que ahora es parte del Gobierno Autónomo.

2.2.5 Epidemias

El número de eventos producidos por epidemias seha calculado en base a los registros periodísticos. LaFigura 6 indica la distribución geográfica de la pre-sencia del número de eventos de epidemias por de-

partamento. La exposición humana a las epidemias seconcentra principalmente en los departamentos de LaPaz, Santa Cruz, Beni y Pando en sus zonas amazóni-cas y en las regiones del Chaco y en Cochabamba enespecial el Chapare. Inicialmente se registraron epi-demias de paludismo, chagas, lepra blanca, cólera,ahora dengue y la gripe A (H1N1).

Cruzando los datos de la base de Datos EM-DAT, seestablece que como consecuencia de epidemias setiene: 329 muertos en 1991, 67 muertos en 1989.

2.2.6 Derrumbes

El número de eventos producidos por derrumbes seha calculado en base a los registros periodísticos. LaFigura 7 indica la distribución geográfica por depar-tamento de la presencia del número de eventos dederrumbes. Se tiene a la ciudad de La Paz con la ma-yor ocurrencia de casos, seguida por Cochabamba ySanta Cruz, en estos últimos casos, por derrumbesacaecidos tanto en el camino antiguo como en el nue-vo.

2.2.7 Conflictos sociales y guerras

El número de eventos producidos por conflictos ar-mados y guerras se ha calculado en base a los regis-tros periodísticos. La Figura 8 indica la distribucióngeográfica de la presencia del número de eventos deconflictos armados y guerras a nivel de departamen-tos. Se tiene a La Paz como el que concentra la ma-yor cantidad de conflictos sociales por ser la capitalpolítica de Bolivia y donde se realizan las mayores

Muertos

2003 69 muertos

1998 60 muertos

1992 49 muertos

Gente afectada 1994 165.000 afectados

Pérdidas económicas 8 de diciembre de 1992 400 millones de $us

Cuadro 6. Bolivia: Impactos de los deslizamientosFuente: EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Database

Figura 4. Registro de eventos de deslizamiento por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Figura 5. Registro de eventos de granizo por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Figura 6. Registro de eventos de epidemias por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Figura 7. Registro de eventos de derrumbes por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Ochenta y cinco años de la historia de desastres en Bolivia (1920-2005) [Salamanca, Quiroga, Zamora]

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 2727 esta es una publicación de Cebem

de Chima el 31 de marzo de 2003 que produjo másde 69 muertos (Orche, 2003: 205).

Cruzando los datos de la base de Datos EM-DAT, seestablece que como consecuencia de los deslizamien-tos se tiene el resumen del Cuadro 6.

2.2.4 Granizo

El número de eventos producidos por deslizamientosse ha calculado en base a los eventos que se han pro-ducido en el área rural.

La Figura 5 indica la distribución geográfica de lapresencia del número de eventos de granizo por de-partamento. La exposición humana a las granizadasse concentra principalmente en los departamentos deLa Paz, Oruro, Potosí, Tarija y Chuquisaca. Uno delos eventos que trajo importantes consecuencias fueel que sufrió la ciudad de La Paz el 19 de febrero de2002 que tuvo aproximadamente 60 muertos y pérdi-das de más de 100 millones de dólares. Este eventomarcó substancialmente a la ciudadanía y a las auto-ridades del Gobierno Autónomo Municipal de LaPaz, hecho que permitió organizar el Centro Operati-vo de Emergencias Municipal, la implementación deun programa de Gestión del Riesgo y de un Sistemade Monitoreo y Seguimiento (SAT Municipal), ade-más de la conformación del Grupo de voluntariosGAEM y que ahora es parte del Gobierno Autónomo.

2.2.5 Epidemias

El número de eventos producidos por epidemias seha calculado en base a los registros periodísticos. LaFigura 6 indica la distribución geográfica de la pre-sencia del número de eventos de epidemias por de-

partamento. La exposición humana a las epidemias seconcentra principalmente en los departamentos de LaPaz, Santa Cruz, Beni y Pando en sus zonas amazóni-cas y en las regiones del Chaco y en Cochabamba enespecial el Chapare. Inicialmente se registraron epi-demias de paludismo, chagas, lepra blanca, cólera,ahora dengue y la gripe A (H1N1).

Cruzando los datos de la base de Datos EM-DAT, seestablece que como consecuencia de epidemias setiene: 329 muertos en 1991, 67 muertos en 1989.

2.2.6 Derrumbes

El número de eventos producidos por derrumbes seha calculado en base a los registros periodísticos. LaFigura 7 indica la distribución geográfica por depar-tamento de la presencia del número de eventos dederrumbes. Se tiene a la ciudad de La Paz con la ma-yor ocurrencia de casos, seguida por Cochabamba ySanta Cruz, en estos últimos casos, por derrumbesacaecidos tanto en el camino antiguo como en el nue-vo.

2.2.7 Conflictos sociales y guerras

El número de eventos producidos por conflictos ar-mados y guerras se ha calculado en base a los regis-tros periodísticos. La Figura 8 indica la distribucióngeográfica de la presencia del número de eventos deconflictos armados y guerras a nivel de departamen-tos. Se tiene a La Paz como el que concentra la ma-yor cantidad de conflictos sociales por ser la capitalpolítica de Bolivia y donde se realizan las mayores

Muertos

2003 69 muertos

1998 60 muertos

1992 49 muertos

Gente afectada 1994 165.000 afectados

Pérdidas económicas 8 de diciembre de 1992 400 millones de $us

Cuadro 6. Bolivia: Impactos de los deslizamientosFuente: EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Database

Figura 4. Registro de eventos de deslizamiento por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Figura 5. Registro de eventos de granizo por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Figura 6. Registro de eventos de epidemias por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Figura 7. Registro de eventos de derrumbes por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

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manifestaciones del sentir y reclamo social. Se tienecomo puntos o hitos muy importantes la movilizaciónsocial que se produjo en febrero (mas de 30 muertosentre policías, militares y civiles), septiembre(enfrentamientos en Achacachi y Warisata (mas de 3muertos) y octubre de 2003 cuando se produjo lacaída del gobierno constitucional de Gonzalo Sán-chez de Lozada con mas de 50 muertos. Cochabambaque se ha caracterizado por los movimientos campe-sinos y luego de los cocaleros. También se estableceque el departamento de Oruro tiene importancia encuanto a este tipo de eventos, porque ahí es donde seencuentran los sectores mineros que hasta 1985 era elmayor grupo de interpelación a los diferentes gobier-nos. Y por último Tarija que por los datos que setiene es donde se concentra la mayor cantidad denoticias de la Guerra del Chaco que duró de 1932 a1935.

2.3 Evolución en el tiempo

De la recopilación de las fichas de los eventos adver-sos procesados, se tienen dos grandes tendencias:

Que en el tiempo, existe un notorio aumentode los desastres en los últimos 10 años. Lasuma de todos los desastres desde 1920 hasta1989 no guardan relación con la misma canti-dad de desastres en los últimos 15 años (1990a 2005) (Ver Cuadro 7).

Los eventos adversos han ido creciendo a me-dida que va pasando el tiempo. La más impor-tante hasta la fecha son las inundaciones, yclaramente ya es posible advertir dónde estánlos picos, tal como pasamos a desarrollar: unprimer pico relevante en 1946 con la presenciade las mayores inundaciones como la de Trini-dad en 1946. Luego tenemos un segundo picocon la presencia del Niño 1982-1983 y porúltimo la del fenómeno del Niño entre 1997-1998. En materia de conflictos armados y gue-rras tenemos como picos: (i) la guerra delChaco (1932-1935), (ii) la Guerra del Agua(2000); (iii) el conflicto de octubre de 2003.Finalmente las epidemias cuyos picos son en1950, 1970, 1997-1998. (Ver Figura 9).

Conclusiones

Los “desastres” han ido aumentando en la últimadécada tanto en su recurrencia como en su magnitud,afectando a poblaciones, ocasionado saldos trágicos:muertes, pérdidas de medios de vida, ruptura de lacohesión social, pérdida de infraestructura pública yprivada.

La presencia de los desastres ha ocasionado que elEstado destine mayores recursos a la atención de laemergencia (35 millones de dólares en los últimos 5años), rezagando en consecuencia, procesos de desa-rrollo, y reiniciando procesos muy débiles de rehabi-litación y reconstrucción que no llegan a todos losdamnificados ya que la selección de los beneficiadosno se hace en función a los más necesitados, sino máspor afiliaciones políticas.

Las poblaciones altamente vulnerables, expuestas yafectadas por eventos adversos, no son capaces deresistir y reaccionar ante los desastres, los mismosque contribuyen a profundizar los círculos de pobrezade estas poblaciones.

Se constata un crecimiento de desastres en las áreasurbanas; es decir, que los desastres no se limitan alárea rural sino que ahora están avanzando en las ciu-dades, en particular las más grandes (La Paz, SantaCruz, Cochabamba, Trinidad), así como en las ciuda-des intermedias (Quillacollo, Tarata entre otras me-nores).

Figura 4. Registro de eventos de deslizamiento por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Años/Número de eventos No. de eventos %

de 1920 a 1949 872 13,8

de 1950 a 1969 914 14,5

de 1970 a 1985 1357 21,5

de 1990 a 2005 3181 50,3

Total 6324 100.0

Cuadro 7. Número de eventos por períodosFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Figura 9. Bolivia: Frecuencia histórica de eventos registrados de 1920 a 2005Fuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Ochenta y cinco años de la historia de desastres en Bolivia (1920-2005) [Salamanca, Quiroga, Zamora]

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 2929 esta es una publicación de Cebem

manifestaciones del sentir y reclamo social. Se tienecomo puntos o hitos muy importantes la movilizaciónsocial que se produjo en febrero (mas de 30 muertosentre policías, militares y civiles), septiembre(enfrentamientos en Achacachi y Warisata (mas de 3muertos) y octubre de 2003 cuando se produjo lacaída del gobierno constitucional de Gonzalo Sán-chez de Lozada con mas de 50 muertos. Cochabambaque se ha caracterizado por los movimientos campe-sinos y luego de los cocaleros. También se estableceque el departamento de Oruro tiene importancia encuanto a este tipo de eventos, porque ahí es donde seencuentran los sectores mineros que hasta 1985 era elmayor grupo de interpelación a los diferentes gobier-nos. Y por último Tarija que por los datos que setiene es donde se concentra la mayor cantidad denoticias de la Guerra del Chaco que duró de 1932 a1935.

2.3 Evolución en el tiempo

De la recopilación de las fichas de los eventos adver-sos procesados, se tienen dos grandes tendencias:

Que en el tiempo, existe un notorio aumentode los desastres en los últimos 10 años. Lasuma de todos los desastres desde 1920 hasta1989 no guardan relación con la misma canti-dad de desastres en los últimos 15 años (1990a 2005) (Ver Cuadro 7).

Los eventos adversos han ido creciendo a me-dida que va pasando el tiempo. La más impor-tante hasta la fecha son las inundaciones, yclaramente ya es posible advertir dónde estánlos picos, tal como pasamos a desarrollar: unprimer pico relevante en 1946 con la presenciade las mayores inundaciones como la de Trini-dad en 1946. Luego tenemos un segundo picocon la presencia del Niño 1982-1983 y porúltimo la del fenómeno del Niño entre 1997-1998. En materia de conflictos armados y gue-rras tenemos como picos: (i) la guerra delChaco (1932-1935), (ii) la Guerra del Agua(2000); (iii) el conflicto de octubre de 2003.Finalmente las epidemias cuyos picos son en1950, 1970, 1997-1998. (Ver Figura 9).

Conclusiones

Los “desastres” han ido aumentando en la últimadécada tanto en su recurrencia como en su magnitud,afectando a poblaciones, ocasionado saldos trágicos:muertes, pérdidas de medios de vida, ruptura de lacohesión social, pérdida de infraestructura pública yprivada.

La presencia de los desastres ha ocasionado que elEstado destine mayores recursos a la atención de laemergencia (35 millones de dólares en los últimos 5años), rezagando en consecuencia, procesos de desa-rrollo, y reiniciando procesos muy débiles de rehabi-litación y reconstrucción que no llegan a todos losdamnificados ya que la selección de los beneficiadosno se hace en función a los más necesitados, sino máspor afiliaciones políticas.

Las poblaciones altamente vulnerables, expuestas yafectadas por eventos adversos, no son capaces deresistir y reaccionar ante los desastres, los mismosque contribuyen a profundizar los círculos de pobrezade estas poblaciones.

Se constata un crecimiento de desastres en las áreasurbanas; es decir, que los desastres no se limitan alárea rural sino que ahora están avanzando en las ciu-dades, en particular las más grandes (La Paz, SantaCruz, Cochabamba, Trinidad), así como en las ciuda-des intermedias (Quillacollo, Tarata entre otras me-nores).

Figura 4. Registro de eventos de deslizamiento por DepartamentoFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Años/Número de eventos No. de eventos %

de 1920 a 1949 872 13,8

de 1950 a 1969 914 14,5

de 1970 a 1985 1357 21,5

de 1990 a 2005 3181 50,3

Total 6324 100.0

Cuadro 7. Número de eventos por períodosFuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Figura 9. Bolivia: Frecuencia histórica de eventos registrados de 1920 a 2005Fuente: Registro de eventos históricos Data Base Salamanca 2011

Ochenta y cinco años de la historia de desastres en Bolivia (1920-2005) [Salamanca, Quiroga, Zamora]

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Reducción de riesgos climáticosen la producción agrícolaa través de una construcción deconocimientos compartida enBolivia

María Quispe*

* Experta en Gestión de Riesgos, PROSUCO, Bolivia

Referencias bibliográficas[] Acosta Virginia, (1996), Historia y Desastres en América Latina, Volumen I, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropo-

logía Social/Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (La Red), México.

[] Acosta Virginia, (2008), Historia y Desastres en América Latina Volumen III, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antro-pología Social/Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (La Red), México.

[] CRED International Disaster Database, OFDA, EM-DAT, Université Catholique de Louvain – Brussels – Belgium.http://www.em-dat.net

[] Maskrey, (1993), Los Desastres no son naturales, LA RED, Lima.

[] Mesa José de, Teresa Gisbert y Carlos Mesa (2007), Historia de Bolivia, Sexta edición actualizada, Editorial Gisbert, La Paz.

[] Orche, Enrique, (2003), El deslizamiento de Chima (Bolivia) del 31 de marzo de 2003, en: Pequeña minería y minería artesanal en Ibe-roamérica, CYTED, Rio de Janeiro

[] Querejazú Calvo, Roberto, (1979), Guano, Salitre, Sangre Historia de la Guerra del Pacífico, La Paz, Los Amigos del Libro

[] Rivera Silvia, (1992), Ayllus y Proyectos de Desarrollo en el norte de Potosí, Edit Aruwiyiri, La Paz.

[] Salamanca Luis, Roger Quiroga, (2011), El megadeslizamiento del 26 de febrero de 2011: Una construcción social del riesgo en laciudad de La Paz – Bolivia, inédito.

Ochenta y cinco años de la historia de desastres en Bolivia (1920-2005) [Salamanca, Quiroga, Zamora]

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Reducción de riesgos climáticosen la producción agrícolaa través de una construcción deconocimientos compartida enBolivia

María Quispe*

* Experta en Gestión de Riesgos, PROSUCO, Bolivia

Referencias bibliográficas[] Acosta Virginia, (1996), Historia y Desastres en América Latina, Volumen I, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropo-

logía Social/Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (La Red), México.

[] Acosta Virginia, (2008), Historia y Desastres en América Latina Volumen III, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antro-pología Social/Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (La Red), México.

[] CRED International Disaster Database, OFDA, EM-DAT, Université Catholique de Louvain – Brussels – Belgium.http://www.em-dat.net

[] Maskrey, (1993), Los Desastres no son naturales, LA RED, Lima.

[] Mesa José de, Teresa Gisbert y Carlos Mesa (2007), Historia de Bolivia, Sexta edición actualizada, Editorial Gisbert, La Paz.

[] Orche, Enrique, (2003), El deslizamiento de Chima (Bolivia) del 31 de marzo de 2003, en: Pequeña minería y minería artesanal en Ibe-roamérica, CYTED, Rio de Janeiro

[] Querejazú Calvo, Roberto, (1979), Guano, Salitre, Sangre Historia de la Guerra del Pacífico, La Paz, Los Amigos del Libro

[] Rivera Silvia, (1992), Ayllus y Proyectos de Desarrollo en el norte de Potosí, Edit Aruwiyiri, La Paz.

[] Salamanca Luis, Roger Quiroga, (2011), El megadeslizamiento del 26 de febrero de 2011: Una construcción social del riesgo en laciudad de La Paz – Bolivia, inédito.

Ochenta y cinco años de la historia de desastres en Bolivia (1920-2005) [Salamanca, Quiroga, Zamora]

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Introducción

El cambio climático, es una preocupación tanto paradecisores como para la gente común, ya que afectalos medios de vida de los más vulnerables, en estecaso, de los pequeños productores. La temática, estratada en seminarios, talleres y conferencias, sobretodo analizando cómo se originó, los inminentesefectos e impactos y cuáles deberían ser las estrate-gias de mitigación a adoptarse. Mientras a nivel delos pequeños productores, está el requerimiento demedidas de adaptación de carácter pragmático antelos eventos climáticos extremos con los cuales em-piezan a lidiar.

Este requerimiento se puede resumir en la necesidadde un proceso de gestión del riesgo agropecuario, yaque estas dos actividades, la agrícola y la pecuariason la base de la seguridad alimentaria y de los ingre-sos de los pequeños productores que viven en condi-ciones de riesgo cotidiano, porque cada año enfrentanlas amenazas climáticas y otras, sin embargo, cadaaño se ven más vulnerables ante estos fenómenosclimáticos.

Desde un punto de vista técnico de seguridad y sobe-ranía alimentaria frente a las condiciones actuales devariabilidad climática y cambio climático, existe la

Resumen

Se define la reducción del riesgo como el conjunto de actividades que despliega una sociedad con el fin de fortalecerla capacidad de las comunidades y de los ecosistemas que conforman su territorio, para convivir sin traumatismosdestructores con las dinámicas provenientes del exterior o de su propio interior. Desde un punto de vista técnico deseguridad y soberanía alimentaria frente a las condiciones actuales de variabilidad climática y cambio climático,existe la necesidad primaria de “reducir los riesgos climáticos en la producción agrícola. Las prácticas de prevencióny mitigación y otras prácticas productivas (sukakollus) acompañados de asistencia técnica y organización social hansido una respuesta efectiva a esta necesidad. La experiencia descrita en el presente documento fue finalista en el con-curso andino “Prácticas y políticas de desarrollo local frente a los riesgos de desastres: Experiencias significativas enlos países de la subregión andina” liderado por el PREDECAN en el año 2008.

Abstract

Risk reduction is defined as the set of activities carried out by society in order to strengthen the capacity of communi-ties and ecosystems that make up their territory, living together, without destructive traumas, with dynamics fromabroad or within. From the technical point of view of food security and sovereignty against the current conditions ofclimate variability and climate change, there is a primary need "to reduce climate risks in agricultural production. Theprevention and mitigation and other production practices (sukakollus) accompanied by technical and social organiza-tion have been an effective response to this need. The experience described in this paper was finalist in the Andes Con-test "Practices and Local Development Policies against the Risks of Disasters: Significant Experiences in the Andeancountries" led by PREDECAN in 2008.

Palabras clave.– Vulnerabilidad productiva, “Sukakollus”, líderes productivos, innovación local, agroecología, regio-nes semilleras, productor shumpeteriano, empoderamiento, mitigación.

Keywords.– Vulnerability productive, "Sukakollus" productive leaders, local innovation, agro-ecology, seed produc-tion regions, Schumpeterian producer, empowerment, mitigation.

necesidad primaria de “reducir los riesgos climáticosen la producción agrícola”, no obstante en la visiónde los agricultores significa lograr una “producciónsostenible y estable”. Para cumplir con este objetivo,históricamente han desarrollado condiciones produc-tivas y organizacionales para atender este desafío.

Las condiciones productivas están referidas al mane-jo de recursos genéticos para diferentes contextos yescenarios de variabilidad climática (heladas, grani-zadas, sequias), al manejo de la fertilidad de los sue-los a través de principios de conservación y restitu-ción de nutrientes, al manejo y control de plagas yenfermedades y finalmente, al manejo del recursoagua; mientras que las condiciones organizacionalestienen que ver con el respaldo de la estructura orga-nizacional comunal para la satisfacción de las necesi-dades de producción de alimentos, donde el conoci-miento productivo de las familias son apoyadas porun responsable agrícola (Yapu kamani1), a través dela planificación productiva incluyendo la gestión deriesgos climáticos a través de rituales.

Vulnerabilidad productiva

Hoy en día, tanto las prácticas productivas como laorganización comunal han ido perdiendo su“efectividad” por procesos complejos resultantes dela globalización, el mercado, la revolución verde, elsimple crecimiento demográfico y la desintegraciónsocial2. Como resultado se tiene un incremento en lavulnerabilidad productiva de las familias campesinaspor la pérdida de la biodiversidad, el manejo inade-cuado de los recursos suelo y agua y el deterioro dela organización productiva, que sumada a los efectosde la variabilidad climática y el cambio climático,estos se traducen en desastres donde las familias

campesinas pierden sus cosechas, y por ende, su se-guridad alimentaria y generación de ingresos.

En este contexto, entidades privadas y públicas deldesarrollo rural han centrado la forma de resolverestas necesidades desde una mirada y accionar:

a) Asistencialista, donde el técnico tiene los co-nocimientos e insumos para resolver proble-mas productivos, y cuando concluyen los pro-yectos se observan retrocesos, escuchándoseestas frases “el proyecto ha hecho”, “el pro-yecto ya terminó”, “ya no hay quien nos orga-nice”. Al analizar, se comprende que los pro-yectos no trabajaron en necesidades legítimas,o fue una planificación vertical donde no seconsideró la opinión del grupo meta y final-mente se crearon lazos de dependencia en tér-minos materiales y de conocimientos, desvalo-rizándose la gestión del conocimiento local.

b) La inversión en ciencia y tecnología agrícolacontinúa siendo limitada para una agriculturasostenible y estable ante los riesgos climáti-cos. Si bien existen avances, estos no son per-tinentes ni accesibles al agricultor porque sudiseño no es acorde a las necesidades localesy/o no se han establecido mecanismos eficien-tes de extensión agrícola. Generalmente, elagricultor no participa de los procesos de in-vestigación-innovación y desarrollo, a menosque asuma el rol de informante, generándoseun círculo vicioso de dependencia a conoci-mientos y tecnologías foráneas a su contexto.

c) Reactiva frente a la ocurrencia de desastres, alpriorizar acciones de emergencia. Las accio-nes que se implementan se basan en el princi-pio de reconstrucción y rehabilitación produc-tiva, que es importante pero muchas veces segenera un círculo vicioso de acceso a insumosde parte de agricultores en mejores condicio-nes que de aquellos realmente en situación dedesastre, descuidándose en el ciclo del riesgo,las acciones de prevención y mitigación pararealmente reducir los riesgos en la producción.

Reducción de riesgos climáticos en la producción agrícola [María Quispe]

—————1 Asesor o sabio local para la agricultura.2 La desintegración social, puede entenderse como los cambios de

visión que han venido enfrentando las nuevas generaciones alconfrontarse con los desafíos y las oportunidades de generación deingresos.

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Introducción

El cambio climático, es una preocupación tanto paradecisores como para la gente común, ya que afectalos medios de vida de los más vulnerables, en estecaso, de los pequeños productores. La temática, estratada en seminarios, talleres y conferencias, sobretodo analizando cómo se originó, los inminentesefectos e impactos y cuáles deberían ser las estrate-gias de mitigación a adoptarse. Mientras a nivel delos pequeños productores, está el requerimiento demedidas de adaptación de carácter pragmático antelos eventos climáticos extremos con los cuales em-piezan a lidiar.

Este requerimiento se puede resumir en la necesidadde un proceso de gestión del riesgo agropecuario, yaque estas dos actividades, la agrícola y la pecuariason la base de la seguridad alimentaria y de los ingre-sos de los pequeños productores que viven en condi-ciones de riesgo cotidiano, porque cada año enfrentanlas amenazas climáticas y otras, sin embargo, cadaaño se ven más vulnerables ante estos fenómenosclimáticos.

Desde un punto de vista técnico de seguridad y sobe-ranía alimentaria frente a las condiciones actuales devariabilidad climática y cambio climático, existe la

Resumen

Se define la reducción del riesgo como el conjunto de actividades que despliega una sociedad con el fin de fortalecerla capacidad de las comunidades y de los ecosistemas que conforman su territorio, para convivir sin traumatismosdestructores con las dinámicas provenientes del exterior o de su propio interior. Desde un punto de vista técnico deseguridad y soberanía alimentaria frente a las condiciones actuales de variabilidad climática y cambio climático,existe la necesidad primaria de “reducir los riesgos climáticos en la producción agrícola. Las prácticas de prevencióny mitigación y otras prácticas productivas (sukakollus) acompañados de asistencia técnica y organización social hansido una respuesta efectiva a esta necesidad. La experiencia descrita en el presente documento fue finalista en el con-curso andino “Prácticas y políticas de desarrollo local frente a los riesgos de desastres: Experiencias significativas enlos países de la subregión andina” liderado por el PREDECAN en el año 2008.

Abstract

Risk reduction is defined as the set of activities carried out by society in order to strengthen the capacity of communi-ties and ecosystems that make up their territory, living together, without destructive traumas, with dynamics fromabroad or within. From the technical point of view of food security and sovereignty against the current conditions ofclimate variability and climate change, there is a primary need "to reduce climate risks in agricultural production. Theprevention and mitigation and other production practices (sukakollus) accompanied by technical and social organiza-tion have been an effective response to this need. The experience described in this paper was finalist in the Andes Con-test "Practices and Local Development Policies against the Risks of Disasters: Significant Experiences in the Andeancountries" led by PREDECAN in 2008.

Palabras clave.– Vulnerabilidad productiva, “Sukakollus”, líderes productivos, innovación local, agroecología, regio-nes semilleras, productor shumpeteriano, empoderamiento, mitigación.

Keywords.– Vulnerability productive, "Sukakollus" productive leaders, local innovation, agro-ecology, seed produc-tion regions, Schumpeterian producer, empowerment, mitigation.

necesidad primaria de “reducir los riesgos climáticosen la producción agrícola”, no obstante en la visiónde los agricultores significa lograr una “producciónsostenible y estable”. Para cumplir con este objetivo,históricamente han desarrollado condiciones produc-tivas y organizacionales para atender este desafío.

Las condiciones productivas están referidas al mane-jo de recursos genéticos para diferentes contextos yescenarios de variabilidad climática (heladas, grani-zadas, sequias), al manejo de la fertilidad de los sue-los a través de principios de conservación y restitu-ción de nutrientes, al manejo y control de plagas yenfermedades y finalmente, al manejo del recursoagua; mientras que las condiciones organizacionalestienen que ver con el respaldo de la estructura orga-nizacional comunal para la satisfacción de las necesi-dades de producción de alimentos, donde el conoci-miento productivo de las familias son apoyadas porun responsable agrícola (Yapu kamani1), a través dela planificación productiva incluyendo la gestión deriesgos climáticos a través de rituales.

Vulnerabilidad productiva

Hoy en día, tanto las prácticas productivas como laorganización comunal han ido perdiendo su“efectividad” por procesos complejos resultantes dela globalización, el mercado, la revolución verde, elsimple crecimiento demográfico y la desintegraciónsocial2. Como resultado se tiene un incremento en lavulnerabilidad productiva de las familias campesinaspor la pérdida de la biodiversidad, el manejo inade-cuado de los recursos suelo y agua y el deterioro dela organización productiva, que sumada a los efectosde la variabilidad climática y el cambio climático,estos se traducen en desastres donde las familias

campesinas pierden sus cosechas, y por ende, su se-guridad alimentaria y generación de ingresos.

En este contexto, entidades privadas y públicas deldesarrollo rural han centrado la forma de resolverestas necesidades desde una mirada y accionar:

a) Asistencialista, donde el técnico tiene los co-nocimientos e insumos para resolver proble-mas productivos, y cuando concluyen los pro-yectos se observan retrocesos, escuchándoseestas frases “el proyecto ha hecho”, “el pro-yecto ya terminó”, “ya no hay quien nos orga-nice”. Al analizar, se comprende que los pro-yectos no trabajaron en necesidades legítimas,o fue una planificación vertical donde no seconsideró la opinión del grupo meta y final-mente se crearon lazos de dependencia en tér-minos materiales y de conocimientos, desvalo-rizándose la gestión del conocimiento local.

b) La inversión en ciencia y tecnología agrícolacontinúa siendo limitada para una agriculturasostenible y estable ante los riesgos climáti-cos. Si bien existen avances, estos no son per-tinentes ni accesibles al agricultor porque sudiseño no es acorde a las necesidades localesy/o no se han establecido mecanismos eficien-tes de extensión agrícola. Generalmente, elagricultor no participa de los procesos de in-vestigación-innovación y desarrollo, a menosque asuma el rol de informante, generándoseun círculo vicioso de dependencia a conoci-mientos y tecnologías foráneas a su contexto.

c) Reactiva frente a la ocurrencia de desastres, alpriorizar acciones de emergencia. Las accio-nes que se implementan se basan en el princi-pio de reconstrucción y rehabilitación produc-tiva, que es importante pero muchas veces segenera un círculo vicioso de acceso a insumosde parte de agricultores en mejores condicio-nes que de aquellos realmente en situación dedesastre, descuidándose en el ciclo del riesgo,las acciones de prevención y mitigación pararealmente reducir los riesgos en la producción.

Reducción de riesgos climáticos en la producción agrícola [María Quispe]

—————1 Asesor o sabio local para la agricultura.2 La desintegración social, puede entenderse como los cambios de

visión que han venido enfrentando las nuevas generaciones alconfrontarse con los desafíos y las oportunidades de generación deingresos.

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las comunidades y de los ecosistemas que conformansu territorio, para convivir sin traumatismos destruc-tores con las dinámicas provenientes del exterior o desu propio interior; al igual que para evitar o controlarla generación de procesos que puedan afectar la cali-dad de vida de esos mismos o de otros ecosistemas ycomunidades…”

Respecto de la transformación productiva, en el mar-co de un diálogo de saberes, la UNAPA y PROSU-KO reflexionaron y analizaron sobre a) estrategiasproductivas para garantizar la seguridad alimentaria yla generación de excedentes destinados al mercado.Este logro era el producir bien; bien para que cubralas necesidades prácticas de alimentación y las nece-sidades estratégicas como la educación de sus hijos através de la generación de ingresos por la venta deexcedentes. ¿Cómo se llegaría a esto? El punto departida fue evaluar la “ineficiencia” del sistema pro-ductivo, a través de las siguientes preguntas: ¿Porqué no se puede garantizar la producción agrícola?¿Qué factores limitan la producción agrícola? Frentea estas interrogantes surgieron las siguientes respues-tas: “no puedo garantizar mi cosecha, porque no sécómo será al año, no sé, si será seco o lluvioso”, “missemillas están cansadas”, “mi suelo ya no rinde cómoantes”. Esta reflexión mostró que existían riesgos quelimitaban la producción agrícola a una cuestión in-cierta. Entre los problemas se identificó que los ma-yores problemas de la producción agrícola eran: lafertilidad de los suelos, la disponibilidad de agua, eldesgaste de las semillas, el ataque de plagas y enfer-medades y por sobre todo las amenazas climatológi-cas dadas por heladas, sequías, granizadas e inunda-ciones. Todo este conjunto de factores combinadocon la baja capacidad de respuesta, la producciónagrícola era riesgosa, pese a las buenas experienciasdesarrolladas hasta el momento con el control deplagas y la tecnología de los sukakollus.

Ante este panorama pesimista, surgieron otras cues-tionantes como: ¿Se puede gestionar estos riesgos?¿Existe conocimiento local o convencional que puedasuperar estas limitantes? ¿Se puede hacer un planpara enfrentar los riesgos climáticos? Las respuestasfueron surgiendo de manera gradual entre técnicos yproductores, por ejemplo, para el recurso suelo, la

fertilidad podía ser trabajada a través de prácticasmejoradas en la elaboración de abonos orgánicossólidos y líquidos, para diferentes tipos de suelos ycultivos, cuya preparación fuera la utilización de in-sumos locales y accesibles en cuanto a costos, si-guiendo los principios agroecológicos de Altieri(2000). El problema de disponibilidad de agua podíaser resuelto a través de la gestión de medidas de cortoplazo y mediano plazo. La primera a través de prácti-cas efectivas como coberturas, cosechas de agua delluvias o segundo a través de gestiones ante su go-bierno local para captar agua y distribuirla. El temadel desgaste de semilla podía solucionarse a través dela reposición de semillas cansadas por otras de zonassemilleras o técnicas de limpieza viral y refresca-miento a través del cultivo de brotes (en el caso depapa). Las plagas y enfermedades podían ser comba-tidas con medidas integrales. Estos factores descritospodían ser manejados o controlados por el agricultor,sin embargo las amenazas climatológicas, al parecereran incontrolables.

La reflexión siguió y se llegó a la siguiente conclu-sión: Sí. Se podía gestionar el riesgo climático! através de a) estrategias y medidas de prevención ymitigación. Para la prevención se requería informa-ción sobre la tendencia del comportamiento climáticopara una campaña agrícola, información que el siste-ma formal aún no podía proporcionar, decidiéndosetrabajar entonces el conocimiento local de“pronóstico agrometeorológicos en base a indicado-res naturales”5, cuya información orienta la toma dedecisiones para la planificación de la gestión produc-tiva, respondiendo a preguntas básicas de ¿Cuándosembrar? ¿Dónde sembrar? ¿Qué sembrar? ¿Cuántosembrar? Para la mitigación se aplicaría el uso debuenas prácticas de fortalecimiento y recuperación decultivos con la aplicación de abonos foliares, bajo laidea de que un cultivo afectado por heladas, graniza-das o sequía, necesita de nutrientes para recuperarsey continuar con su proceso fisiológico.

Experiencia PROSUKO: cambiando de enfo-que para construir procesos compartidos

Frente a la vulnerabilidad productiva descrita ante-riormente, el Programa Suka Kollus-PROSUKO3 dela COSUDE, decide en el proceso de implementaciónde su última fase, cambiar el enfoque de trabajo te-mático y tecnológico (suka kollus) y asistencialista, aun enfoque de desarrollo de capacidades locales através de un proceso de construcción social participa-tiva y co-responsable con los productores beneficia-rios, donde el programa actúe como facilitador deprocesos y los agricultores asuman un rol protagóni-co para transformar su realidad productiva a una sos-tenible y estable.

La presente experiencia corresponde a la que se havenido desarrollando con la organización económicacampesina UNAPA4 del altiplano norte en el departa-mento La Paz, Bolivia. La misma es descrita en tressegmentos: la primera referida a la historia y antece-dentes de la experiencia y de las lecciones aprendidasentre el PROSUKO y los productores de la UNAPA,la segunda parte, se refiere a los factores detonantesdel proceso de construcción social en base al desarro-llo de capacidades para generar servicios de investi-gación, innovación y asistencia técnica campesina ylas perspectivas de la organización, finalmente latercera parte representa un análisis breve de los cam-bios producidos.

A) La UNAPA, sueños y retos

En primer lugar, PROSUKO, como programa tenía elmandato de mejorar la producción agrícola de comu-nidades circunlacustres del departamento de La Paz,a través de la reconstrucción de la tecnología de lossukakollus, tecnologías de postcosecha y comerciali-zación de excedentes en diferentes comunidades delas provincias Los Andes e Ingavi. Después de proce-sos de capacitación y asistencia técnica, los agriculto-

res mejoran su producción de papa y deciden organi-zarse al interior de sus comunidades en asociacionescomunales, provinciales hasta llegar a una de natura-leza interprovincial: la UNAPA, conformada poragricultores de las provincias Los Andes, Ingavi,Aroma, Manco Kápac y Omasuyos.

En este proceso la organización identifica como vi-sión “lograr un mejoramiento sustancial en la econo-mía de los socios a través de los procesos productivosagroecológicos y de la comercialización de productosde calidad”, como objetivo el “insertar los productosde los socios al mercado de acuerdo a la demanda ylograr alianzas estratégicas”.

Las estrategias para lograr su objetivo se enmarcanen a) fortalecimiento organizacional, b) desarrollo decapacidades locales para generar investigación, inno-vación y servicios de asistencia técnica a partir de susmejores productores, c) manejo y aplicación de bue-nas prácticas sostenibles y que les permita manejar yreducir pérdidas en sus cosechas (enfoque de gestióndel riesgo agrícola). Lo interesante de esta conforma-ción es que los socios de la UNAPA se identificaroncomo la organización de “sukakolleros” -utilizandoesta identidad hasta el día de hoy- y el reconocimien-to de trabajar a partir de sus capacidades locales. Laorganización decide trabajar junto al proyecto comosocio y aliado en la construcción de estrategias ymetodologías de trabajo que beneficie a los pequeñosagricultores.

B) Detonantes del proceso de construcción socialpara mejorar la capacidad productiva de la organi-zación local

En segundo lugar, para explicar los factores detonan-tes de la experiencia encarada por la UNAPA, haréuso de los criterios identificados por Shejman y Ber-degué, 2004: “Transformación productiva y desarro-llo institucional”, y el concepto aplicado por WilchesChaux, 2008, respecto de la reducción del riesgo“como el conjunto de saberes, voluntades, capacida-des y recursos físicos, económicos, tecnológicos,éticos[…] y de todo tipo, con que cuenta la Cultura -al igual que el conjunto de actividades que despliegauna sociedad- con el fin de fortalecer la capacidad de

—————3 Actualmente PROSUCO.4 Unión de Asociaciones Productivas del Altiplano, actualmente una

Federación.

—————5 Este conocimiento sigue vigente en varias comunidades del altiplano

porque es el único instrumento para orientar la planificación agrícola.

Reducción de riesgos climáticos en la producción agrícola [María Quispe]

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 3535 esta es una publicación de Cebem

las comunidades y de los ecosistemas que conformansu territorio, para convivir sin traumatismos destruc-tores con las dinámicas provenientes del exterior o desu propio interior; al igual que para evitar o controlarla generación de procesos que puedan afectar la cali-dad de vida de esos mismos o de otros ecosistemas ycomunidades…”

Respecto de la transformación productiva, en el mar-co de un diálogo de saberes, la UNAPA y PROSU-KO reflexionaron y analizaron sobre a) estrategiasproductivas para garantizar la seguridad alimentaria yla generación de excedentes destinados al mercado.Este logro era el producir bien; bien para que cubralas necesidades prácticas de alimentación y las nece-sidades estratégicas como la educación de sus hijos através de la generación de ingresos por la venta deexcedentes. ¿Cómo se llegaría a esto? El punto departida fue evaluar la “ineficiencia” del sistema pro-ductivo, a través de las siguientes preguntas: ¿Porqué no se puede garantizar la producción agrícola?¿Qué factores limitan la producción agrícola? Frentea estas interrogantes surgieron las siguientes respues-tas: “no puedo garantizar mi cosecha, porque no sécómo será al año, no sé, si será seco o lluvioso”, “missemillas están cansadas”, “mi suelo ya no rinde cómoantes”. Esta reflexión mostró que existían riesgos quelimitaban la producción agrícola a una cuestión in-cierta. Entre los problemas se identificó que los ma-yores problemas de la producción agrícola eran: lafertilidad de los suelos, la disponibilidad de agua, eldesgaste de las semillas, el ataque de plagas y enfer-medades y por sobre todo las amenazas climatológi-cas dadas por heladas, sequías, granizadas e inunda-ciones. Todo este conjunto de factores combinadocon la baja capacidad de respuesta, la producciónagrícola era riesgosa, pese a las buenas experienciasdesarrolladas hasta el momento con el control deplagas y la tecnología de los sukakollus.

Ante este panorama pesimista, surgieron otras cues-tionantes como: ¿Se puede gestionar estos riesgos?¿Existe conocimiento local o convencional que puedasuperar estas limitantes? ¿Se puede hacer un planpara enfrentar los riesgos climáticos? Las respuestasfueron surgiendo de manera gradual entre técnicos yproductores, por ejemplo, para el recurso suelo, la

fertilidad podía ser trabajada a través de prácticasmejoradas en la elaboración de abonos orgánicossólidos y líquidos, para diferentes tipos de suelos ycultivos, cuya preparación fuera la utilización de in-sumos locales y accesibles en cuanto a costos, si-guiendo los principios agroecológicos de Altieri(2000). El problema de disponibilidad de agua podíaser resuelto a través de la gestión de medidas de cortoplazo y mediano plazo. La primera a través de prácti-cas efectivas como coberturas, cosechas de agua delluvias o segundo a través de gestiones ante su go-bierno local para captar agua y distribuirla. El temadel desgaste de semilla podía solucionarse a través dela reposición de semillas cansadas por otras de zonassemilleras o técnicas de limpieza viral y refresca-miento a través del cultivo de brotes (en el caso depapa). Las plagas y enfermedades podían ser comba-tidas con medidas integrales. Estos factores descritospodían ser manejados o controlados por el agricultor,sin embargo las amenazas climatológicas, al parecereran incontrolables.

La reflexión siguió y se llegó a la siguiente conclu-sión: Sí. Se podía gestionar el riesgo climático! através de a) estrategias y medidas de prevención ymitigación. Para la prevención se requería informa-ción sobre la tendencia del comportamiento climáticopara una campaña agrícola, información que el siste-ma formal aún no podía proporcionar, decidiéndosetrabajar entonces el conocimiento local de“pronóstico agrometeorológicos en base a indicado-res naturales”5, cuya información orienta la toma dedecisiones para la planificación de la gestión produc-tiva, respondiendo a preguntas básicas de ¿Cuándosembrar? ¿Dónde sembrar? ¿Qué sembrar? ¿Cuántosembrar? Para la mitigación se aplicaría el uso debuenas prácticas de fortalecimiento y recuperación decultivos con la aplicación de abonos foliares, bajo laidea de que un cultivo afectado por heladas, graniza-das o sequía, necesita de nutrientes para recuperarsey continuar con su proceso fisiológico.

Experiencia PROSUKO: cambiando de enfo-que para construir procesos compartidos

Frente a la vulnerabilidad productiva descrita ante-riormente, el Programa Suka Kollus-PROSUKO3 dela COSUDE, decide en el proceso de implementaciónde su última fase, cambiar el enfoque de trabajo te-mático y tecnológico (suka kollus) y asistencialista, aun enfoque de desarrollo de capacidades locales através de un proceso de construcción social participa-tiva y co-responsable con los productores beneficia-rios, donde el programa actúe como facilitador deprocesos y los agricultores asuman un rol protagóni-co para transformar su realidad productiva a una sos-tenible y estable.

La presente experiencia corresponde a la que se havenido desarrollando con la organización económicacampesina UNAPA4 del altiplano norte en el departa-mento La Paz, Bolivia. La misma es descrita en tressegmentos: la primera referida a la historia y antece-dentes de la experiencia y de las lecciones aprendidasentre el PROSUKO y los productores de la UNAPA,la segunda parte, se refiere a los factores detonantesdel proceso de construcción social en base al desarro-llo de capacidades para generar servicios de investi-gación, innovación y asistencia técnica campesina ylas perspectivas de la organización, finalmente latercera parte representa un análisis breve de los cam-bios producidos.

A) La UNAPA, sueños y retos

En primer lugar, PROSUKO, como programa tenía elmandato de mejorar la producción agrícola de comu-nidades circunlacustres del departamento de La Paz,a través de la reconstrucción de la tecnología de lossukakollus, tecnologías de postcosecha y comerciali-zación de excedentes en diferentes comunidades delas provincias Los Andes e Ingavi. Después de proce-sos de capacitación y asistencia técnica, los agriculto-

res mejoran su producción de papa y deciden organi-zarse al interior de sus comunidades en asociacionescomunales, provinciales hasta llegar a una de natura-leza interprovincial: la UNAPA, conformada poragricultores de las provincias Los Andes, Ingavi,Aroma, Manco Kápac y Omasuyos.

En este proceso la organización identifica como vi-sión “lograr un mejoramiento sustancial en la econo-mía de los socios a través de los procesos productivosagroecológicos y de la comercialización de productosde calidad”, como objetivo el “insertar los productosde los socios al mercado de acuerdo a la demanda ylograr alianzas estratégicas”.

Las estrategias para lograr su objetivo se enmarcanen a) fortalecimiento organizacional, b) desarrollo decapacidades locales para generar investigación, inno-vación y servicios de asistencia técnica a partir de susmejores productores, c) manejo y aplicación de bue-nas prácticas sostenibles y que les permita manejar yreducir pérdidas en sus cosechas (enfoque de gestióndel riesgo agrícola). Lo interesante de esta conforma-ción es que los socios de la UNAPA se identificaroncomo la organización de “sukakolleros” -utilizandoesta identidad hasta el día de hoy- y el reconocimien-to de trabajar a partir de sus capacidades locales. Laorganización decide trabajar junto al proyecto comosocio y aliado en la construcción de estrategias ymetodologías de trabajo que beneficie a los pequeñosagricultores.

B) Detonantes del proceso de construcción socialpara mejorar la capacidad productiva de la organi-zación local

En segundo lugar, para explicar los factores detonan-tes de la experiencia encarada por la UNAPA, haréuso de los criterios identificados por Shejman y Ber-degué, 2004: “Transformación productiva y desarro-llo institucional”, y el concepto aplicado por WilchesChaux, 2008, respecto de la reducción del riesgo“como el conjunto de saberes, voluntades, capacida-des y recursos físicos, económicos, tecnológicos,éticos[…] y de todo tipo, con que cuenta la Cultura -al igual que el conjunto de actividades que despliegauna sociedad- con el fin de fortalecer la capacidad de

—————3 Actualmente PROSUCO.4 Unión de Asociaciones Productivas del Altiplano, actualmente una

Federación.

—————5 Este conocimiento sigue vigente en varias comunidades del altiplano

porque es el único instrumento para orientar la planificación agrícola.

Reducción de riesgos climáticos en la producción agrícola [María Quispe]

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 3636 esta es una publicación de Cebem

Esta descripción técnica, puede parecer algo rutina-rio, pero no todos los agricultores disponen de tiempoy habilidad para investigar, innovar y desarrollar lasmedidas de mitigación, surgiendo entonces el plan-teamiento de b) generar, fortalecer y formar capaci-dades locales para investigar, innovar y brindar servi-cios de asistencia técnica local, en contraposición a laconvencional provista por técnicos, generalmentesupeditados a la vida útil de los proyectos e inaccesi-bles por los altos costos de los profesionales.

En este sentido se identificó en el seno de la UNAPAa agricultores con vocación para investigar, innovar,validar variedades, métodos de trabajo, herramientas,etc., -podría ser un productor shumpeteriano por esacualidad emprendedora e innovadora-, además deproveer servicios e insumos -esto representaría paraAdam Smith la empiria de su tesis de la división detrabajo, sin la necesidad de desarraigarse de su finca -a diferencia de un promotor-, ya que sus innovacio-nes y servicios pueden ser puntuales al interior de sucomunidad, garantizándose la provisión de mano deobra por ejemplo a través de la institución de la reci-procidad u otro mecanismo consensuado. Los insu-mos y servicios que se puedan brindar al interior dela comunidad o asociación pueden representar costosde oportunidad al resto de los productores porquedisminuiría costos de transacción para el procesoproductivo y también para el proceso de comerciali-zación. Esta forma de extensión refuerza el enfoquede “campesino a campesino” pasando a un nivel deestrategia efectiva para el empoderamiento y autono-mía de las actores locales respecto a sus actividadesproductivas y la atención a sus necesidades. En aque-llas situaciones técnicas que no pudiera superarse conla asistencia técnica local, la organización buscaríaacercamientos y alianzas con institutos de investiga-ción, universidades y otros para un apoyo efectivo.Bajo estas consideraciones, la UNAPA identificó asu mejores productores, denominándoles“yapuchiris” (Quispe, 2008), mismos que a la fechacumplen la función de “brazo técnico” para sus aso-ciados donde la remuneración es asumida por lossocios. A un inicio, los socios de la organización,sintieron desconfianza de los servicios de los Yapu-chiris, pero conforme fueron verificando los resulta-

dos positivos apoyaron esta iniciativa porque existíauna practicidad eficiente para resolver los problemasproductivos.

En lo que se refiere a desarrollo institucional, la or-ganización se ha posicionado como un referente deorientación productiva, interactuando con los diferen-tes actores presentes como los sindicatos agrarios, laCentral y Subcentral agraria, el gobierno municipal yentidades del desarrollo privado. A través de inter-cambios de experiencia con otras zonas han podidoaprender y aportar con experiencia prácticas. Losgobiernos locales los toma en cuenta en sus activida-des de promoción productiva y últimamente en laplanificación del Plan Operativo Anual Municipal,como referente productivo y ofertante de servicios deasistencia técnica vía Yapuchiris.

Respecto de la reducción de riesgos climáticos, losYapuchiris en alianza con el proyecto han desarrolla-do instrumentos de planificación comunal como ma-pas de riesgo para aplicar estrategias y medidas dife-renciadas de prevención y mitigación en función delgrado de vulnerabilidad productiva. La informaciónagroclimática por indicadores naturales (astros, plan-tas, animales y rituales) es fundamental para su plani-ficación productiva, la elaboración de abonos sólidos(bocashi), abonos foliares a través de biodigestores,caldos minerales y extractos naturales para controlaraplagas, representan el menú de buenas prácticas paraasumir y resistir el impacto de los siniestros climáti-cos. Asimismo, si los cultivos son impactados, losyapuchiris han aprendido a recuperar los mismosmediante técnicas de biofertilización, cuya dosis ymomentos de aplicación son resultado de la investi-gación emprendida por los mismos yapuchiris. Estasbuenas prácticas han sido transferidas a los socios,cuyos resultados positivos han permitido una rápidaadopción de las técnicas o buenas prácticas.

Cuando las probabilidades de pérdida de las cosechasson altas, se requiere de otra estrategia de reducciónde riesgos y esta es la de transferir el riesgo a un ter-cero. Esta necesidad fue planteada por los agriculto-res y en este marco es que PROSUKO implementacon la UNAPA y la Fundación PROFIN, un “Fondode Mitigación del Riesgo Agrícola-FMRA” para el

rubro papa con una cobertura multiriesgo utilizandoel método de parcela testigo y un índice de rendi-miento promedio (IRP) como indicador para indem-nizar un porcentaje de los costos de producción. Elactor fundamental para dinamizar el mecanismo es elYapuchiri bajo dos figuras técnicas: una de YapuchiriTestigo, cuyo rol es transmitir buenas prácticas y serel referente para manejar la parcela testigo y el Yapu-chiri Perito (de otra comunidad) que actúa como eva-luador de daños.

Como resultado de estas acciones de prevención,preparación, mitigación y de transferencia de riesgos(FMRA) los socios de UNAPA han logrado reducirpérdidas agrícolas ocasionadas por siniestros climáti-cos e ingresar a un proceso de resiliencia ante la va-riabilidad climática y cambio climático aplicando latransversalización de la reducción de riesgos en laplanificación productiva, haciendo uso de instrumen-tos (mapas, pronósticos) para tomar decisiones, elcomplementar conocimientos locales con los técnicospara contar con prácticas agrícolas más eficientes, eldecidir y participar de mecanismos de protecciónfinanciera y trabajar en factores de riesgos (caso sue-los) y principalmente en generar capacidades locales,logrando realizarse una “agricultura climáticamenteinteligente”6 (FAO, 2010).

C) Cambios

En tercer lugar, entre los cambios visualizados, endesarrollo institucional, está el cambio de actitud delos socios, en el sentido, de que han revalorizado suscapacidades locales y reconocido el aporte de losyapuchiris como puentes de acceso a conocimientosy buenas prácticas para una agricultura sostenible yresiliente. Otro cambio es la asunción del conceptode que para “vivir bien” es necesario el “hacer bien”,refiriéndose a las buenas prácticas. La organizacióncomo tal, actualmente está buscando, expandir su

forma de trabajo hacia las comunidades que se en-cuentran en su territorio a través de la construcciónde sinergias con los gobiernos locales para lograr unaintegración de actores.

En el tema de la transformación productiva, la orga-nización bajo el concepto agroecológico de produc-ción, está en pleno proceso de transición de un siste-ma tradicional de producción hacia un sistema deproducción natural, aunque reflexionando se handado cuenta, que para poder producir naturalmente,sin el uso de químicos, necesitan que, por ejemplo,toda la comunidad establezca una norma de controldel gusano blanco, ya que un control parcial, de partede los socios, no es suficiente, ya que el vecino queno es socio no hace ningún control, entonces los so-cios se ven limitados. Por esta razón, es que la orga-nización a través de sus líderes está presentando pro-puestas de control integrado a nivel comunal a sugobierno municipal correspondiente, con el fin de ircontrolando eficientemente esta plaga.

Actualmente el rubro principal de la organización, esla papa. El cambio más notorio es el aumento de ren-dimiento de 6 tn/ha a 15 Tn/ha. Los socios manifies-tan que el rango de producción por cuarta hectárea esentre 60 a 80 quintales, en algunos casos hasta 100quintales. Referente a la superficie de producción hanpasado de 1250 m2 a 2500 m2 como promedio, te-niéndose máximos de hasta 3 has. En tema de pérdi-das de producción por el gusano blanco este ha dis-minuido de 50% a 10%. Frente al impacto de lossiniestros climáticos (heladas, granizadas, sequías)han reducido pérdidas entre un 30 a 50%, haciendomás estable su producción. La comercialización deexcedentes, antes era en ferias, ahora van las mayo-ristas a buscarlos en sus comunidades por el volumeny la calidad del producto. Estos son los cambios másimportantes percibidos por los socios de la organiza-ción.

A manera de conclusión, se puede indicar que la or-ganización está aún en proceso de fortalecimiento, yaque tiene 7 años de vida. Sin embargo ha desarrolla-do expectativa en su territorio, por la forma de traba-jo, principalmente la de los Yapuchiris, ya que lasprácticas de prevención y mitigación y otras prácticas

—————6 Definición de agricultura climáticamente inteligente: es aquella agri-

cultura que incrementa de manera sostenible la productividad, laresiliencia (adaptación), reduce/elimina GEI (mitigación) y fortalecelos logros de metas nacionales de desarrollo y de seguridad alimen-taria.

Reducción de riesgos climáticos en la producción agrícola [María Quispe]

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Esta descripción técnica, puede parecer algo rutina-rio, pero no todos los agricultores disponen de tiempoy habilidad para investigar, innovar y desarrollar lasmedidas de mitigación, surgiendo entonces el plan-teamiento de b) generar, fortalecer y formar capaci-dades locales para investigar, innovar y brindar servi-cios de asistencia técnica local, en contraposición a laconvencional provista por técnicos, generalmentesupeditados a la vida útil de los proyectos e inaccesi-bles por los altos costos de los profesionales.

En este sentido se identificó en el seno de la UNAPAa agricultores con vocación para investigar, innovar,validar variedades, métodos de trabajo, herramientas,etc., -podría ser un productor shumpeteriano por esacualidad emprendedora e innovadora-, además deproveer servicios e insumos -esto representaría paraAdam Smith la empiria de su tesis de la división detrabajo, sin la necesidad de desarraigarse de su finca -a diferencia de un promotor-, ya que sus innovacio-nes y servicios pueden ser puntuales al interior de sucomunidad, garantizándose la provisión de mano deobra por ejemplo a través de la institución de la reci-procidad u otro mecanismo consensuado. Los insu-mos y servicios que se puedan brindar al interior dela comunidad o asociación pueden representar costosde oportunidad al resto de los productores porquedisminuiría costos de transacción para el procesoproductivo y también para el proceso de comerciali-zación. Esta forma de extensión refuerza el enfoquede “campesino a campesino” pasando a un nivel deestrategia efectiva para el empoderamiento y autono-mía de las actores locales respecto a sus actividadesproductivas y la atención a sus necesidades. En aque-llas situaciones técnicas que no pudiera superarse conla asistencia técnica local, la organización buscaríaacercamientos y alianzas con institutos de investiga-ción, universidades y otros para un apoyo efectivo.Bajo estas consideraciones, la UNAPA identificó asu mejores productores, denominándoles“yapuchiris” (Quispe, 2008), mismos que a la fechacumplen la función de “brazo técnico” para sus aso-ciados donde la remuneración es asumida por lossocios. A un inicio, los socios de la organización,sintieron desconfianza de los servicios de los Yapu-chiris, pero conforme fueron verificando los resulta-

dos positivos apoyaron esta iniciativa porque existíauna practicidad eficiente para resolver los problemasproductivos.

En lo que se refiere a desarrollo institucional, la or-ganización se ha posicionado como un referente deorientación productiva, interactuando con los diferen-tes actores presentes como los sindicatos agrarios, laCentral y Subcentral agraria, el gobierno municipal yentidades del desarrollo privado. A través de inter-cambios de experiencia con otras zonas han podidoaprender y aportar con experiencia prácticas. Losgobiernos locales los toma en cuenta en sus activida-des de promoción productiva y últimamente en laplanificación del Plan Operativo Anual Municipal,como referente productivo y ofertante de servicios deasistencia técnica vía Yapuchiris.

Respecto de la reducción de riesgos climáticos, losYapuchiris en alianza con el proyecto han desarrolla-do instrumentos de planificación comunal como ma-pas de riesgo para aplicar estrategias y medidas dife-renciadas de prevención y mitigación en función delgrado de vulnerabilidad productiva. La informaciónagroclimática por indicadores naturales (astros, plan-tas, animales y rituales) es fundamental para su plani-ficación productiva, la elaboración de abonos sólidos(bocashi), abonos foliares a través de biodigestores,caldos minerales y extractos naturales para controlaraplagas, representan el menú de buenas prácticas paraasumir y resistir el impacto de los siniestros climáti-cos. Asimismo, si los cultivos son impactados, losyapuchiris han aprendido a recuperar los mismosmediante técnicas de biofertilización, cuya dosis ymomentos de aplicación son resultado de la investi-gación emprendida por los mismos yapuchiris. Estasbuenas prácticas han sido transferidas a los socios,cuyos resultados positivos han permitido una rápidaadopción de las técnicas o buenas prácticas.

Cuando las probabilidades de pérdida de las cosechasson altas, se requiere de otra estrategia de reducciónde riesgos y esta es la de transferir el riesgo a un ter-cero. Esta necesidad fue planteada por los agriculto-res y en este marco es que PROSUKO implementacon la UNAPA y la Fundación PROFIN, un “Fondode Mitigación del Riesgo Agrícola-FMRA” para el

rubro papa con una cobertura multiriesgo utilizandoel método de parcela testigo y un índice de rendi-miento promedio (IRP) como indicador para indem-nizar un porcentaje de los costos de producción. Elactor fundamental para dinamizar el mecanismo es elYapuchiri bajo dos figuras técnicas: una de YapuchiriTestigo, cuyo rol es transmitir buenas prácticas y serel referente para manejar la parcela testigo y el Yapu-chiri Perito (de otra comunidad) que actúa como eva-luador de daños.

Como resultado de estas acciones de prevención,preparación, mitigación y de transferencia de riesgos(FMRA) los socios de UNAPA han logrado reducirpérdidas agrícolas ocasionadas por siniestros climáti-cos e ingresar a un proceso de resiliencia ante la va-riabilidad climática y cambio climático aplicando latransversalización de la reducción de riesgos en laplanificación productiva, haciendo uso de instrumen-tos (mapas, pronósticos) para tomar decisiones, elcomplementar conocimientos locales con los técnicospara contar con prácticas agrícolas más eficientes, eldecidir y participar de mecanismos de protecciónfinanciera y trabajar en factores de riesgos (caso sue-los) y principalmente en generar capacidades locales,logrando realizarse una “agricultura climáticamenteinteligente”6 (FAO, 2010).

C) Cambios

En tercer lugar, entre los cambios visualizados, endesarrollo institucional, está el cambio de actitud delos socios, en el sentido, de que han revalorizado suscapacidades locales y reconocido el aporte de losyapuchiris como puentes de acceso a conocimientosy buenas prácticas para una agricultura sostenible yresiliente. Otro cambio es la asunción del conceptode que para “vivir bien” es necesario el “hacer bien”,refiriéndose a las buenas prácticas. La organizacióncomo tal, actualmente está buscando, expandir su

forma de trabajo hacia las comunidades que se en-cuentran en su territorio a través de la construcciónde sinergias con los gobiernos locales para lograr unaintegración de actores.

En el tema de la transformación productiva, la orga-nización bajo el concepto agroecológico de produc-ción, está en pleno proceso de transición de un siste-ma tradicional de producción hacia un sistema deproducción natural, aunque reflexionando se handado cuenta, que para poder producir naturalmente,sin el uso de químicos, necesitan que, por ejemplo,toda la comunidad establezca una norma de controldel gusano blanco, ya que un control parcial, de partede los socios, no es suficiente, ya que el vecino queno es socio no hace ningún control, entonces los so-cios se ven limitados. Por esta razón, es que la orga-nización a través de sus líderes está presentando pro-puestas de control integrado a nivel comunal a sugobierno municipal correspondiente, con el fin de ircontrolando eficientemente esta plaga.

Actualmente el rubro principal de la organización, esla papa. El cambio más notorio es el aumento de ren-dimiento de 6 tn/ha a 15 Tn/ha. Los socios manifies-tan que el rango de producción por cuarta hectárea esentre 60 a 80 quintales, en algunos casos hasta 100quintales. Referente a la superficie de producción hanpasado de 1250 m2 a 2500 m2 como promedio, te-niéndose máximos de hasta 3 has. En tema de pérdi-das de producción por el gusano blanco este ha dis-minuido de 50% a 10%. Frente al impacto de lossiniestros climáticos (heladas, granizadas, sequías)han reducido pérdidas entre un 30 a 50%, haciendomás estable su producción. La comercialización deexcedentes, antes era en ferias, ahora van las mayo-ristas a buscarlos en sus comunidades por el volumeny la calidad del producto. Estos son los cambios másimportantes percibidos por los socios de la organiza-ción.

A manera de conclusión, se puede indicar que la or-ganización está aún en proceso de fortalecimiento, yaque tiene 7 años de vida. Sin embargo ha desarrolla-do expectativa en su territorio, por la forma de traba-jo, principalmente la de los Yapuchiris, ya que lasprácticas de prevención y mitigación y otras prácticas

—————6 Definición de agricultura climáticamente inteligente: es aquella agri-

cultura que incrementa de manera sostenible la productividad, laresiliencia (adaptación), reduce/elimina GEI (mitigación) y fortalecelos logros de metas nacionales de desarrollo y de seguridad alimen-taria.

Reducción de riesgos climáticos en la producción agrícola [María Quispe]

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 3838 esta es una publicación de Cebem

Género y desastres naturales*Programa Mujer, Salud y Desarrollo, OMS

* Documento disponible en SciELOhttp://www.scielo.cl

productivas han llamado la atención y solicitud desus servicios por sus vecinos y por comunidades.Finalmente, es posible construir una forma de desa-rrollo territorial rural a través de una organizacióneconómica campesina, mediante el enfoque y la for-ma de trabajo. Esta experiencia fue una de las finalis-tas en el concurso andino “Prácticas y políticas dedesarrollo local frente a los riesgos de desastres: Ex-periencias significativas en los países de la subregiónandina” liderado por el PREDECAN en el año 2008.

Esta experiencia fue gracias al financiamiento delPrograma de Reducción del Riesgo de Desastres-PRRD de la COSUDE Bolivia en su primera y se-gunda fase. Actualmente se viene emprendiendo latercera fase del programa para escalar esta experien-cia de forma integral a otros niveles como el supra-municipal (asociación de municipios) para incidir y

contribuir en políticas públicas al nivel subnacional ynacional a través de PROSUCO y PROFIN.

Referencias bibliográficas[1] Adam Smith. (1776). La riqueza de las naciones. http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=69

[2] Altieri M.y Clara I. Nicholls. Agroecología. Teoría y práctica para una agricultura sustentable. Serie Textos Básicos para la FormaciónAmbiental. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Red de Formación Ambiental, edición 2000.

[3] Baldiviezo, E. y Quispe, M. (2008).Metodología de pequeños productores para mejorar la producción agrícola. Capacidades y estrate-gias locales para la gestión del riesgo agrícola. 2da. Edición. La Paz Bolivia.

[4] CAPRADE (2009). Revista del Comité Andino para la Prevención y Atención de Desastres. Edit. Comunidad Andina, Lima Perú.

[5] COSUDE (Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación), (2006). Carpeta de materiales instrumentos para la gestión de ries-gos, Edit. COSUDE, La Paz.

[6] COSUDE (Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación), (2010). Carpeta de materiales instrumentos para la para la reduccióndel riesgo de desastres de la fase II, Edit. COSUDE, La Paz.

[7] INFORESOURCES. (2008). La papa y el cambio climático. Nº 01/08. Intercooperation/cde/COSUDE.

[8] Joseph Alois Schumpeter. (1942). Capitalismo, socialismo y democracia.http://callerealfm.wordpress.com/2009/07/17/joseph-alois-schumpeter-innovacion-entrepreneurship-y-destruccion-creativa/

[9] PNUD. (2010). Tras las huellas del cambio climático en Bolivia. Estado del arte del conocimiento sobre adaptación al cambio climático,agua y seguridad alimentaria. Documento de Reporte Técnico

[10] Quispe, M. (2008). Yapuchiris, ofertantes locales de servicios de asistencia técnica. La Paz, Bolivia. 2da. Edición. PROSUCO.

[11] SCHEJTMAN, A. y BERDEGUÉ, J. Desarrollo Territorial Rural. Rimisp - Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, Chile, 2004.

[12] WILCHES-CHAUX, Gustavo, (2007). ¿Qué NOS PASA? Guía de la red para la gestión radical de riesgos asociados con el fenómenoENOS. Basado en los resultados del proyecto IAI. LA RED sobre el tema. Bogotá, Colombia.

Reducción de riesgos climáticos en la producción agrícola [María Quispe]

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Revista Virtual REDESMAOctubre 2011Vol. 5(2)

Género y desastres naturales*Programa Mujer, Salud y Desarrollo, OMS

* Documento disponible en SciELOhttp://www.scielo.cl

productivas han llamado la atención y solicitud desus servicios por sus vecinos y por comunidades.Finalmente, es posible construir una forma de desa-rrollo territorial rural a través de una organizacióneconómica campesina, mediante el enfoque y la for-ma de trabajo. Esta experiencia fue una de las finalis-tas en el concurso andino “Prácticas y políticas dedesarrollo local frente a los riesgos de desastres: Ex-periencias significativas en los países de la subregiónandina” liderado por el PREDECAN en el año 2008.

Esta experiencia fue gracias al financiamiento delPrograma de Reducción del Riesgo de Desastres-PRRD de la COSUDE Bolivia en su primera y se-gunda fase. Actualmente se viene emprendiendo latercera fase del programa para escalar esta experien-cia de forma integral a otros niveles como el supra-municipal (asociación de municipios) para incidir y

contribuir en políticas públicas al nivel subnacional ynacional a través de PROSUCO y PROFIN.

Referencias bibliográficas[1] Adam Smith. (1776). La riqueza de las naciones. http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=69

[2] Altieri M.y Clara I. Nicholls. Agroecología. Teoría y práctica para una agricultura sustentable. Serie Textos Básicos para la FormaciónAmbiental. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Red de Formación Ambiental, edición 2000.

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[5] COSUDE (Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación), (2006). Carpeta de materiales instrumentos para la gestión de ries-gos, Edit. COSUDE, La Paz.

[6] COSUDE (Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación), (2010). Carpeta de materiales instrumentos para la para la reduccióndel riesgo de desastres de la fase II, Edit. COSUDE, La Paz.

[7] INFORESOURCES. (2008). La papa y el cambio climático. Nº 01/08. Intercooperation/cde/COSUDE.

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[12] WILCHES-CHAUX, Gustavo, (2007). ¿Qué NOS PASA? Guía de la red para la gestión radical de riesgos asociados con el fenómenoENOS. Basado en los resultados del proyecto IAI. LA RED sobre el tema. Bogotá, Colombia.

Reducción de riesgos climáticos en la producción agrícola [María Quispe]

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 4040 esta es una publicación de Cebem

La vulnerabilidad de la mujer

Las mujeres son más vulnerables a los desastres debi-do al papel que les ha asignado la sociedad. SegúnElaine Enarson “...el género le de forma a los mun-dos sociales dentro de los cuales ocurren los desas-tres naturales”.[4]

Las mujeres tienen menos acceso a los recursos –redes sociales e influencia, transporte, información,habilidades (incluido el alfabetismo), control de latierra y otros recursos económicos, movilidad perso-nal, vivienda y empleos seguros, a la no violencia ycontrol de la toma de decisiones – que son esenciales

en la preparación, mitigación y rehabilitación de de-sastres naturales.

Las mujeres son víctimas de la división del trabajopor género. Están sobrerepresentadas en la industriaagrícola, el trabajo por cuenta propia, la economíainformal, en el trabajo de menor remuneración conpoca seguridad o beneficios como atención de saludo derecho a la representación sindical. Los sectoresinformales y agropecuarios son generalmente los másafectados por los desastres naturales; como resultadoquedan más mujeres que hombres desempleados des-pués de un desastre.

Resumen

Los seres humanos han estado a merced de los desastres naturales desde el comienzo del tiempo. Las inundaciones,los incendios, los terremotos y los temblores, los ríos de fango, las erupciones volcánicas, los huracanes, los tornados,el tsunami, las tormentas tropicales, las tormentas de hielo, los deslizamientos de tierra, las sequías y la hambruna nosrecuerdan sistemáticamente nuestra vulnerabilidad. Recientemente ha habido un aumento de la atención a los efectosde los desastres naturales generando una plétora de perspectivas sobre el tema. Varios autores han traído un enfoquede género al análisis de la mitigación y respuesta a los desastres, con resultados interesantes (ver Enarson, Delaney yShrader, Byrne y Baden). La imagen del sufrimiento de las mujeres y niños durante un desastre es popular en los me-dios de comunicación. Las mujeres son las más afectadas por los desastres naturales, generalmente como resultado dela posición inferior que ocupan en la sociedad. Lo que los medios no muestran, sin embargo, es que las mujeres for-man una parte vital de los esfuerzos de mitigación y respuesta a los desastres, actuando dentro de sus papeles tradi-cionales o trascendiéndolos.

Abstract

Human beings have been at the mercy of natural disasters since the beginning of time. Floods, fires, earthquakes andtremors, mudslides, volcanic eruptions, hurricanes, tornadoes, tsunami, tropical storms, ice storms, landslides,droughts and famine consistently remind us of how vulnerable we are. The recent increase in attention to the effects ofnatural disasters has resulted in a plethora of different perspectives on the issue. In particular, several authors havebrought a gender focus to the analysis of disaster mitigation and response, with some very interesting results (SeeEnarson, Delaney and Shrader, Byrne and Baden). The image of the suffering woman and child during a disaster is apopular one in the media. Women are disproportionately affected by natural disasters, usually as a result of their gen-dered status in society. What the media does not show, however is that women are a vital part of disaster mitigationand response efforts, whether acting within their traditional gender roles, or transcending them.

Palabras clave.– Vulnerabilidad física, social, psicológica y económica; marginalizada, enfoque de género

Keywords.– Physical, social, psychological and economic vulnerability, marginalized, gender focus.

Dado que las mujeres se encargan principalmente delas responsabilidades domésticas como el cuidado delos niños, ancianos o discapacitados, quedan sin li-bertad de migrar para buscar trabajo después de undesastre. Los hombres migran con mayor frecuencia,dejando a grandes cantidades de mujeres como jefesde familia. El desconocer esta realidad y la doblecarga del trabajo productivo y reproductivo de lasmujeres, significa que las mujeres siguen siendo invi-sibles en la sociedad y la atención a sus necesidadessigue siendo deplorablemente inadecuada.

Dado que frecuentemente la vivienda queda destruidapor el desastre, muchas familias se ven obligadas areubicarse en albergues. Estos albergues no son ade-cuados para tareas diarias como cocinar, aumentandola carga doméstica y económica de la mujer y dismi-nuyendo su libertad de movimiento para buscar fuen-tes alternativas de ingreso.

Cuando las mujeres pierden sus recursos económicos,su posición de negociación en el hogar se ve perjudi-cada.

Los desastres aumentan la vulnerabilidad de la mujer.Además del aumento de los hogares encabezados pormujeres y el hecho que la mayoría de los residentesen los albergues son mujeres, varios estudios hanrevelado un aumento en los niveles de violencia do-méstica y sexual después de los desastres [8, 9].

La salud reproductiva y sexual de la mujer comienzaa ser reconocida como un componente clave de losesfuerzos de ayuda en los desastres; sin embargo laatención a la misma sigue siendo inadecuada y comoresultado la salud de la mujer sufre desproporciona-damente.

Respuesta de las mujeres ante el desastre

Como hemos visto las mujeres son afectadas grave-mente por los desastres naturales, pero esto es sólouna parte de la historia. Los desastres naturales amenudo proporcionan a las mujeres una oportunidadúnica de cuestionar y cambiar su posición de géneroen la sociedad [3, 4, 6].

Las mujeres han demostrado ser indispensables cuan-do se trata de responder a los desastres. Después delhuracán Mitch en 1998, las mujeres guatemaltecas yhondureñas construyeron casas, cavaron pozos y ca-nales, remolcaron agua y construyeron albergues. Amenudo, aun en contra de los deseos de los hombres,las mujeres han estado dispuestas y han demostradoser capaces de asumir un papel activo en tareas tradi-cionalmente consideradas “masculinas”. Esto puedeayudar a cambiar la percepción social de la capacidadde las mujeres.

Las mujeres son más eficaces en la movilización dela comunidad para responder a los desastres. Formangrupos y redes de actores sociales que trabajan parasatisfacer las necesidades más urgentes de la comuni-dad. Esta clase de comunidad organizada ha resulta-do esencial en preparativos para casos de desastre ymitigación [5].

En respuesta a mayores niveles de violencia basadaen género en Nicaragua después del huracán Mitch,la ONG Puntos de Encuentro organizó una campañade información que usó diversos medios para trans-mitir un mensaje sencillo: “La violencia contra lamujer – es un desastre que los hombres sí puedenprevenir”. La campaña demostró ser eficaz en elcambio de las actitudes de los hombres hacia la vio-lencia contra la mujer [8].

Después del terremoto de 1985 en la Ciudad deMéxico, un grupo de maquiladoras se organizaronpara formar el Sindicato de Trabajadores Textiles 19de septiembre, que fue reconocido por el gobiernomexicano y probó ser instrumental en el cabildeopara la recuperación del empleo de mujeres [4].

Después del Huracán Joan, mujeres en Mulukutú,Nicaragua se organizaron para elaborar planes prepa-rativos para casos de desastre que incluían a todos losmiembros del hogar. En consecuencia, Mulukutúestaba mejor preparado para el Huracán Mitch y elpueblo se recuperó más rápidamente que otras comu-nidades igualmente afectadas [3].

Como resultado de sus esfuerzos de respuesta a losdesastres, las mujeres están desarrollando nuevas

Género y desastres naturales [Programa Mujer, Salud y Desarrollo, OMS]

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La vulnerabilidad de la mujer

Las mujeres son más vulnerables a los desastres debi-do al papel que les ha asignado la sociedad. SegúnElaine Enarson “...el género le de forma a los mun-dos sociales dentro de los cuales ocurren los desas-tres naturales”.[4]

Las mujeres tienen menos acceso a los recursos –redes sociales e influencia, transporte, información,habilidades (incluido el alfabetismo), control de latierra y otros recursos económicos, movilidad perso-nal, vivienda y empleos seguros, a la no violencia ycontrol de la toma de decisiones – que son esenciales

en la preparación, mitigación y rehabilitación de de-sastres naturales.

Las mujeres son víctimas de la división del trabajopor género. Están sobrerepresentadas en la industriaagrícola, el trabajo por cuenta propia, la economíainformal, en el trabajo de menor remuneración conpoca seguridad o beneficios como atención de saludo derecho a la representación sindical. Los sectoresinformales y agropecuarios son generalmente los másafectados por los desastres naturales; como resultadoquedan más mujeres que hombres desempleados des-pués de un desastre.

Resumen

Los seres humanos han estado a merced de los desastres naturales desde el comienzo del tiempo. Las inundaciones,los incendios, los terremotos y los temblores, los ríos de fango, las erupciones volcánicas, los huracanes, los tornados,el tsunami, las tormentas tropicales, las tormentas de hielo, los deslizamientos de tierra, las sequías y la hambruna nosrecuerdan sistemáticamente nuestra vulnerabilidad. Recientemente ha habido un aumento de la atención a los efectosde los desastres naturales generando una plétora de perspectivas sobre el tema. Varios autores han traído un enfoquede género al análisis de la mitigación y respuesta a los desastres, con resultados interesantes (ver Enarson, Delaney yShrader, Byrne y Baden). La imagen del sufrimiento de las mujeres y niños durante un desastre es popular en los me-dios de comunicación. Las mujeres son las más afectadas por los desastres naturales, generalmente como resultado dela posición inferior que ocupan en la sociedad. Lo que los medios no muestran, sin embargo, es que las mujeres for-man una parte vital de los esfuerzos de mitigación y respuesta a los desastres, actuando dentro de sus papeles tradi-cionales o trascendiéndolos.

Abstract

Human beings have been at the mercy of natural disasters since the beginning of time. Floods, fires, earthquakes andtremors, mudslides, volcanic eruptions, hurricanes, tornadoes, tsunami, tropical storms, ice storms, landslides,droughts and famine consistently remind us of how vulnerable we are. The recent increase in attention to the effects ofnatural disasters has resulted in a plethora of different perspectives on the issue. In particular, several authors havebrought a gender focus to the analysis of disaster mitigation and response, with some very interesting results (SeeEnarson, Delaney and Shrader, Byrne and Baden). The image of the suffering woman and child during a disaster is apopular one in the media. Women are disproportionately affected by natural disasters, usually as a result of their gen-dered status in society. What the media does not show, however is that women are a vital part of disaster mitigationand response efforts, whether acting within their traditional gender roles, or transcending them.

Palabras clave.– Vulnerabilidad física, social, psicológica y económica; marginalizada, enfoque de género

Keywords.– Physical, social, psychological and economic vulnerability, marginalized, gender focus.

Dado que las mujeres se encargan principalmente delas responsabilidades domésticas como el cuidado delos niños, ancianos o discapacitados, quedan sin li-bertad de migrar para buscar trabajo después de undesastre. Los hombres migran con mayor frecuencia,dejando a grandes cantidades de mujeres como jefesde familia. El desconocer esta realidad y la doblecarga del trabajo productivo y reproductivo de lasmujeres, significa que las mujeres siguen siendo invi-sibles en la sociedad y la atención a sus necesidadessigue siendo deplorablemente inadecuada.

Dado que frecuentemente la vivienda queda destruidapor el desastre, muchas familias se ven obligadas areubicarse en albergues. Estos albergues no son ade-cuados para tareas diarias como cocinar, aumentandola carga doméstica y económica de la mujer y dismi-nuyendo su libertad de movimiento para buscar fuen-tes alternativas de ingreso.

Cuando las mujeres pierden sus recursos económicos,su posición de negociación en el hogar se ve perjudi-cada.

Los desastres aumentan la vulnerabilidad de la mujer.Además del aumento de los hogares encabezados pormujeres y el hecho que la mayoría de los residentesen los albergues son mujeres, varios estudios hanrevelado un aumento en los niveles de violencia do-méstica y sexual después de los desastres [8, 9].

La salud reproductiva y sexual de la mujer comienzaa ser reconocida como un componente clave de losesfuerzos de ayuda en los desastres; sin embargo laatención a la misma sigue siendo inadecuada y comoresultado la salud de la mujer sufre desproporciona-damente.

Respuesta de las mujeres ante el desastre

Como hemos visto las mujeres son afectadas grave-mente por los desastres naturales, pero esto es sólouna parte de la historia. Los desastres naturales amenudo proporcionan a las mujeres una oportunidadúnica de cuestionar y cambiar su posición de géneroen la sociedad [3, 4, 6].

Las mujeres han demostrado ser indispensables cuan-do se trata de responder a los desastres. Después delhuracán Mitch en 1998, las mujeres guatemaltecas yhondureñas construyeron casas, cavaron pozos y ca-nales, remolcaron agua y construyeron albergues. Amenudo, aun en contra de los deseos de los hombres,las mujeres han estado dispuestas y han demostradoser capaces de asumir un papel activo en tareas tradi-cionalmente consideradas “masculinas”. Esto puedeayudar a cambiar la percepción social de la capacidadde las mujeres.

Las mujeres son más eficaces en la movilización dela comunidad para responder a los desastres. Formangrupos y redes de actores sociales que trabajan parasatisfacer las necesidades más urgentes de la comuni-dad. Esta clase de comunidad organizada ha resulta-do esencial en preparativos para casos de desastre ymitigación [5].

En respuesta a mayores niveles de violencia basadaen género en Nicaragua después del huracán Mitch,la ONG Puntos de Encuentro organizó una campañade información que usó diversos medios para trans-mitir un mensaje sencillo: “La violencia contra lamujer – es un desastre que los hombres sí puedenprevenir”. La campaña demostró ser eficaz en elcambio de las actitudes de los hombres hacia la vio-lencia contra la mujer [8].

Después del terremoto de 1985 en la Ciudad deMéxico, un grupo de maquiladoras se organizaronpara formar el Sindicato de Trabajadores Textiles 19de septiembre, que fue reconocido por el gobiernomexicano y probó ser instrumental en el cabildeopara la recuperación del empleo de mujeres [4].

Después del Huracán Joan, mujeres en Mulukutú,Nicaragua se organizaron para elaborar planes prepa-rativos para casos de desastre que incluían a todos losmiembros del hogar. En consecuencia, Mulukutúestaba mejor preparado para el Huracán Mitch y elpueblo se recuperó más rápidamente que otras comu-nidades igualmente afectadas [3].

Como resultado de sus esfuerzos de respuesta a losdesastres, las mujeres están desarrollando nuevas

Género y desastres naturales [Programa Mujer, Salud y Desarrollo, OMS]

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 4242 esta es una publicación de Cebem

habilidades como el manejo agrícola y de recursosnaturales que, en un entorno adecuado, podrían trans-ferirse al mercado del trabajo.

Los desastres naturales desde la perspectivade género

Inmediatamente después de un desastre, prevalece la“tiranía de lo urgente” y las inquietudes de género seignoran o se desechan como irrelevantes. La oportu-nidad única que otorga una situación de desastre paracambiar los roles tradicionales de género se desperdi-cia si las mujeres no se aprovechan de ella, o si lostomadores de decisiones la pasan por alto. La organi-zación de las mujeres en la comunidad y a los nivelesnacionales es esencial si se quiere que las medidas derecuperación respondan a las necesidades y las in-quietudes de las mujeres [3, 4].

Una visión cerrada a las consecuencias de un desastreconduce a un foco netamente físico; las realidadessociales son pasadas por alto y, nuevamente, las in-quietudes de género son marginalizadas. Las mujeresseguirán siendo afectadas desproporcionadamentepor los desastres naturales a menos que los trabajado-res y funcionarios reconozcan su estado vulnerable ydirijan sus esfuerzos para cambiarlo.

La mayoría de los esfuerzos de ayuda son concebidospara toda la población de un área afectada por undesastre, sin embargo, cuando dependen de las es-tructuras existentes de la distribución de recursos,que reflejan la estructura patriarcal de la sociedad, lasmujeres son marginalizadas en su acceso a los recur-sos de ayuda.

La falta de armonía entre la respuesta inmediata a losdesastres y el desarrollo a largo plazo hace que losmedios asignados a la preparación para desastressean sacrificados a favor de los esfuerzos de respues-ta. Los grupos de mujeres en las Américas se handado cuenta que la mejor manera de mitigar las con-secuencias negativas de un desastre es estar prepara-das. Las mujeres han sido fuertes defensoras de me-didas de preparación al nivel de la comunidad porque

ellas saben muy bien las consecuencias del desastreen su diario vivir.

Los partidarios del enfoque de género han recalcadoque para estudiar los desastres naturales desde unaperspectiva de género, es necesario desagregar losdatos por sexo, los proyectos piloto durante la fase dereconstrucción, un diálogo abierto dentro de las co-munidades y entre las comunidades y el gobierno, yla formación de capacidad para las mujeres antes,durante y después de los desastres.

Finalmente, una ausencia de la capacidad institucio-nal en el análisis de género se refleja en los esfuerzosde ayuda, que no incluyen esa perspectiva en susnormas y procedimientos.

Además esto significa que las necesidades e inquietu-des particulares de las mujeres y su potencial paracontribuir no se toman en cuenta durante los prepara-tivos, respuesta y reconstrucción para los desastres.Esto también sirve para destacar la necesidad de unenfoque de género organizado para el estudio de losdesastres naturales y sus consecuencias [3].

Un proceso de desarrollo eficaz debe incluir tanto lasnecesidades como las contribuciones potenciales demujeres y hombres. El plan comunitario de prepara-ción y de respuesta para desastres que toma en cuentala vulnerabilidad física, psicológica, social y econó-mica de las mujeres ayudará a reducir esta vulnerabi-lidad. Un plan que va aún más allá y reconoce lascapacidades de las mujeres y las incluye en los es-fuerzos de ayuda servirá para cambiar las creenciasrelacionadas con el género acerca de las mujeres. Unenfoque de género en el estudio y análisis de los de-sastres naturales es esencial para alcanzar esta meta.

Referencias bibliográficas[1] Byrne, B. y S. Baden, (2003) “Gender, Emergencies and Humanitarian Assistance”. Bridge Report 33

http://www.ids.ac.uk/bridge/reports/re33c.pdf

[2] “Integrating Gender into Emergency Responses”, Bridge Briefings 4http://www.ids.ac.uk/bridge//dgb4.html

[3] Shrader, E. y P Delaney, (2006) “Gender and Post-Disaster Reconstruction: The Case of Hurricane Mitch in Honduras and Nicaragua”.Banco Mundial Informe Preliminarhttp://www.anglia.ac.uk/geography/gdn/resources/reviewdraft.doc

[4] Enarson, E. (2004) “Gender and Natural Disasters”. IPCRR Working Paper No.1. Organización Internacional del Trabajohttp://www.ilo.org/public/english/employment/recon/crisis/publ/index.htm

[5] “The Role of Women in Disasters”. Disaster Preparedness in the Americas 34 . Organización Panamericana de la Salud.Disponible en la Biblioteca Virtual sobre Desastres en: http://www.vdl-bvd.desastres.net

[6] Wiest, R. J. Mocellín y D. Thandiwe Motsisi (2006) “El papel de la mujer en la etapa de reconstrucción y desarrollo”. Desastres y So-ciedad 4http://osso.univalle.edu/co/tmp/lared/public/revistas/r4/art4.htm

[7] Inventario de desastres en Centro América – 1960-1999. CEPREDENAC (1999)http://www.cepredenac.org/doc/inventar.htm

[8] McCarrher, D.R. y P.E. Bailey, (2000). “Evaluation of a Domestic Violence Mass Media Campaign Targeted at Men – Campaña Desas-tre, Nicaragua”. Family Health International

[9] Enarson, E. (2007) “Surviving Domestic Violence and Disasters”. Freda Centre for Research on Violence against Women and Childrenhttp://www.harbour.sfu.ca/freda/reports/dviol.htm

Género y desastres naturales [Programa Mujer, Salud y Desarrollo, OMS]

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habilidades como el manejo agrícola y de recursosnaturales que, en un entorno adecuado, podrían trans-ferirse al mercado del trabajo.

Los desastres naturales desde la perspectivade género

Inmediatamente después de un desastre, prevalece la“tiranía de lo urgente” y las inquietudes de género seignoran o se desechan como irrelevantes. La oportu-nidad única que otorga una situación de desastre paracambiar los roles tradicionales de género se desperdi-cia si las mujeres no se aprovechan de ella, o si lostomadores de decisiones la pasan por alto. La organi-zación de las mujeres en la comunidad y a los nivelesnacionales es esencial si se quiere que las medidas derecuperación respondan a las necesidades y las in-quietudes de las mujeres [3, 4].

Una visión cerrada a las consecuencias de un desastreconduce a un foco netamente físico; las realidadessociales son pasadas por alto y, nuevamente, las in-quietudes de género son marginalizadas. Las mujeresseguirán siendo afectadas desproporcionadamentepor los desastres naturales a menos que los trabajado-res y funcionarios reconozcan su estado vulnerable ydirijan sus esfuerzos para cambiarlo.

La mayoría de los esfuerzos de ayuda son concebidospara toda la población de un área afectada por undesastre, sin embargo, cuando dependen de las es-tructuras existentes de la distribución de recursos,que reflejan la estructura patriarcal de la sociedad, lasmujeres son marginalizadas en su acceso a los recur-sos de ayuda.

La falta de armonía entre la respuesta inmediata a losdesastres y el desarrollo a largo plazo hace que losmedios asignados a la preparación para desastressean sacrificados a favor de los esfuerzos de respues-ta. Los grupos de mujeres en las Américas se handado cuenta que la mejor manera de mitigar las con-secuencias negativas de un desastre es estar prepara-das. Las mujeres han sido fuertes defensoras de me-didas de preparación al nivel de la comunidad porque

ellas saben muy bien las consecuencias del desastreen su diario vivir.

Los partidarios del enfoque de género han recalcadoque para estudiar los desastres naturales desde unaperspectiva de género, es necesario desagregar losdatos por sexo, los proyectos piloto durante la fase dereconstrucción, un diálogo abierto dentro de las co-munidades y entre las comunidades y el gobierno, yla formación de capacidad para las mujeres antes,durante y después de los desastres.

Finalmente, una ausencia de la capacidad institucio-nal en el análisis de género se refleja en los esfuerzosde ayuda, que no incluyen esa perspectiva en susnormas y procedimientos.

Además esto significa que las necesidades e inquietu-des particulares de las mujeres y su potencial paracontribuir no se toman en cuenta durante los prepara-tivos, respuesta y reconstrucción para los desastres.Esto también sirve para destacar la necesidad de unenfoque de género organizado para el estudio de losdesastres naturales y sus consecuencias [3].

Un proceso de desarrollo eficaz debe incluir tanto lasnecesidades como las contribuciones potenciales demujeres y hombres. El plan comunitario de prepara-ción y de respuesta para desastres que toma en cuentala vulnerabilidad física, psicológica, social y econó-mica de las mujeres ayudará a reducir esta vulnerabi-lidad. Un plan que va aún más allá y reconoce lascapacidades de las mujeres y las incluye en los es-fuerzos de ayuda servirá para cambiar las creenciasrelacionadas con el género acerca de las mujeres. Unenfoque de género en el estudio y análisis de los de-sastres naturales es esencial para alcanzar esta meta.

Referencias bibliográficas[1] Byrne, B. y S. Baden, (2003) “Gender, Emergencies and Humanitarian Assistance”. Bridge Report 33

http://www.ids.ac.uk/bridge/reports/re33c.pdf

[2] “Integrating Gender into Emergency Responses”, Bridge Briefings 4http://www.ids.ac.uk/bridge//dgb4.html

[3] Shrader, E. y P Delaney, (2006) “Gender and Post-Disaster Reconstruction: The Case of Hurricane Mitch in Honduras and Nicaragua”.Banco Mundial Informe Preliminarhttp://www.anglia.ac.uk/geography/gdn/resources/reviewdraft.doc

[4] Enarson, E. (2004) “Gender and Natural Disasters”. IPCRR Working Paper No.1. Organización Internacional del Trabajohttp://www.ilo.org/public/english/employment/recon/crisis/publ/index.htm

[5] “The Role of Women in Disasters”. Disaster Preparedness in the Americas 34 . Organización Panamericana de la Salud.Disponible en la Biblioteca Virtual sobre Desastres en: http://www.vdl-bvd.desastres.net

[6] Wiest, R. J. Mocellín y D. Thandiwe Motsisi (2006) “El papel de la mujer en la etapa de reconstrucción y desarrollo”. Desastres y So-ciedad 4http://osso.univalle.edu/co/tmp/lared/public/revistas/r4/art4.htm

[7] Inventario de desastres en Centro América – 1960-1999. CEPREDENAC (1999)http://www.cepredenac.org/doc/inventar.htm

[8] McCarrher, D.R. y P.E. Bailey, (2000). “Evaluation of a Domestic Violence Mass Media Campaign Targeted at Men – Campaña Desas-tre, Nicaragua”. Family Health International

[9] Enarson, E. (2007) “Surviving Domestic Violence and Disasters”. Freda Centre for Research on Violence against Women and Childrenhttp://www.harbour.sfu.ca/freda/reports/dviol.htm

Género y desastres naturales [Programa Mujer, Salud y Desarrollo, OMS]

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Desastres y salud mentalFlora de la Barra, Hernán Silva*

* Fuente: Desastres y salud mental. Revista Chilena de Neuro-psiquiatría, Jul 2010. Documento bajado de SciELOhttp://www.scielo.cl

Page 45: Presentación - Ribei Digital Librarybiblioteca.ribei.org/301/1/redesma12.pdf · Presentación En los œltimos aæos se han suscitado una serie de eventos adversos a nivel internacional,

Revista Virtual REDESMAOctubre 2011Vol. 5(2)

Desastres y salud mentalFlora de la Barra, Hernán Silva*

* Fuente: Desastres y salud mental. Revista Chilena de Neuro-psiquiatría, Jul 2010. Documento bajado de SciELOhttp://www.scielo.cl

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 4646 esta es una publicación de Cebem

Los desastres naturales, siempre producen un impac-to en la salud mental de la población comprometida,que es particularmente intenso con los terremotos.Las perturbaciones psicológicas que generan estascircunstancias se expresan ya sea a corto, mediano olargo plazo. Sin embargo, las reacciones naturalesinmediatas a la catástrofe tienen un patrón que estádeterminado por la evolución biológica y han sidodiseñadas para maximizar la supervivencia individualy colectiva. Así, las reacciones de temor o pánicosólo representan la activación de conductas fisiológi-cas que tienden a proteger al individuo de la muerte.Existen variadas respuestas automáticas que van de

estados de paralización absoluta, hasta conductas dehuida. La mantención, exacerbación, o la resoluciónde estas conductas agudas, están determinadas porfactores hereditarios, pre-exposiciones traumáticas, yla condición psiquiátrica de la persona, también de-penden del género, o del contexto socio-cultural delafectado. Se ha observado que las personas de menordesarrollo social constituyen la población más vulne-rable y en particular las mujeres y los niños.

Durante los primeros momentos o en los días quesiguen al desastre, predomina el temor y la angustia.Se altera el ritmo vigilia-sueño, también el apetito y

Resumen

Las catástrofes naturales tienen un impacto en la salud mental de la comunidad a mediano y a largo plazo. En estascircunstancias el apoyo familiar y la solidaridad social son significativos; de igual manera la atención primaria paraefectuar las intervenciones de urgencia necesarias. Los equipos de salud también están expuestos a una gran sobre-carga emocional y física. La población infantil es particularmente vulnerable a las catástrofes; entre los factores queinfluyen en la respuesta de los niños ante los desastres está la forma como perciben y comprenden las conductas desus padres. Por todo ello, la atención de salud mental debiera estar inserta en la red de atención primaria.

Abstract

Natural disasters have an impact on the mental health of the population involved. There are various responses rangingfrom an absolute paralysis state to a flight response. Among the factors that influence children's response to disastersis the way they perceive and understand the behavior of their parents. The maintenance of physical symptoms, persis-tent sleep disturbances, intrusive thoughts or concerns, a recurring fear of dying, anxiety when separated from parentsor going to school, are sufficient indicators of the need to consult a mental health professional.

Palabras clave.- Evolución biológica, pre-exposición traumática, estrés, trastornos ansiosos, benzodiazepinas, sínto-mas somáticos y autonómicos, hiperexitabilidad y agitación psicomotora, estrés postraumático.

Keywords.– Biological evolution, pre-exposure traumatic stress, anxiety disorders, benzodiazepines, somatic and auto-nomic symptoms, and psychomotor agitation hyperexcitability, post-traumatic stress disorder.

hay clara disminución de la energía. Durante los me-ses siguientes tanto los sobrevivientes como el perso-nal de rescate experimentan sensación de tristeza,también irritabilidad y frustración. Se desarrollanprocesos de duelo que perturban el desempeño de losafectados. En el largo plazo, —meses o años despuésdel desastre—, la mayor parte de la población retornaa su nivel funcional previo. Sin embargo, algunaspersonas mantienen síntomas persistentes de estrés.

Si se analizan los estados patológicos de los distintosmomentos de esta "enfermedad" se puede establecerque en el período inmediato al desastre predominanlos trastornos ansiosos. Reaparecen estados de pánicoindividual y/o colectivo con un alto nivel de tensión yangustia que pueden tornarse incontrolables. Tam-bién surgen reacciones de violencia y agresividad, asícomo actitudes temerarias. Los individuos en pánicomuestran inquietud extrema, angustia, miedo a morir-se y sensación de irrealidad, que se asocian a sínto-mas somáticos y autonómicos. Las crisis de pánicoson inesperadas y se inician bruscamente para alcan-zar su máxima intensidad en segundos y duran minu-tos u horas. Para estos estados agudos es útil el em-pleo de benzodiazepinas de absorción rápida, sublin-gual o inyectable. Sin embargo, para la mayoría laintervención psicológica debe orientarse a tranquili-zar a las personas, permitiéndoles que expresen libre-mente su sentir, buscando transmitirles nuestro apo-yo, brindándoles confianza y seguridad. Siempre sedebe evaluar el riesgo de suicidio y la posible in-fluencia de su estado en enfermedades físicas pre-existentes o concomitantes.

Los trastornos por estrés agudo tienen una intensidady duración que varía en cada persona. Angustia eintranquilidad persistente, irritabilidad, y a vecestendencia al aislamiento asociados a distintas mani-festaciones físicas, son las condiciones que definenestos estados, que en algunos sujetos se puedenacompañar de desorientación o estrechamiento de laconciencia y asociarse a trastornos disociativos o deconversión, que se manifiestan por síntomas corpora-les sin causas biológicas identificables, como crisisde apariencia epiléptica, hiperexitabilidad y agitaciónpsicomotora, estados de amnesia absoluta, pseudo-parálisis y confusiones de identidad, entre otras. En

esta condición se ha detectado como factores agra-vantes la ideación suicida, la mantención de un altogrado de exposición al suceso traumático, las pérdi-das de gran magnitud y la falta de apoyo social ofamiliar. Esta condición clínica requiere intervenciónpsicoterapéutica y suele ser necesario el empleo deantidepresivos y ansiolíticos. Es recomendable ani-mar al paciente a retomar sus actividades habitualeslo antes posible. En estas circunstancias el apoyofamiliar y la solidaridad social son muy significativospara reconfortar a las personas afectadas, favorecien-do la pronta recuperación. Ocasionalmente se puedenpresentar trastornos sicóticos agudos de corta dura-ción, o la descompensación de cuadros psicóticospreexistentes. En estos casos, debe atenderse prima-riamente la enfermedad de base y puede ser necesarioel empleo de antipsicóticos o el aumento de dosis enlos pacientes bajo tratamiento.

Los síndromes de estrés postraumático que hacen suaparición meses después del evento, generalmente seasocian al recuerdo continuo de los acontecimientosy a la re-experimentación de la situación vivida, sue-ños recurrentes y también a la prevención casi obse-siva de situaciones similares o relacionadas con elacontecimiento. También se observa pacientes conamnesia total o parcial del suceso, en los que persisteuna sobre excitación psicológica, irritabilidad, des-concentración, miedo inmotivado, inseguridad, in-somnio y pesadillas. Todos requieren tratamientoespecializado por personal de salud mental. Por otraparte el manejo del duelo tiene especial importanciaen situaciones de desastres y emergencias, en lascuales frecuentemente se experimentan grandes pér-didas. Es necesario procurar la ayuda psicológicapara estas persona en su proceso de duelo, procesoque en general dura entre tres y doce meses, exceptoen los casos complicados en que la duración puedeser mayor.

En las situaciones de catástrofe, las intervenciones desalud mental deben efectuarse lo antes posible ymantenerse todo el tiempo necesario. Es deseable enestos casos que el personal médico de atención pri-maria esté preparado para efectuar las intervencionesde urgencia necesarias. Debe tenerse presente que enestas situaciones, los equipos de salud están expues-

Desastres y salud mental [Flora de la Barra, Hernán Silva]

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 4747 esta es una publicación de Cebem

Los desastres naturales, siempre producen un impac-to en la salud mental de la población comprometida,que es particularmente intenso con los terremotos.Las perturbaciones psicológicas que generan estascircunstancias se expresan ya sea a corto, mediano olargo plazo. Sin embargo, las reacciones naturalesinmediatas a la catástrofe tienen un patrón que estádeterminado por la evolución biológica y han sidodiseñadas para maximizar la supervivencia individualy colectiva. Así, las reacciones de temor o pánicosólo representan la activación de conductas fisiológi-cas que tienden a proteger al individuo de la muerte.Existen variadas respuestas automáticas que van de

estados de paralización absoluta, hasta conductas dehuida. La mantención, exacerbación, o la resoluciónde estas conductas agudas, están determinadas porfactores hereditarios, pre-exposiciones traumáticas, yla condición psiquiátrica de la persona, también de-penden del género, o del contexto socio-cultural delafectado. Se ha observado que las personas de menordesarrollo social constituyen la población más vulne-rable y en particular las mujeres y los niños.

Durante los primeros momentos o en los días quesiguen al desastre, predomina el temor y la angustia.Se altera el ritmo vigilia-sueño, también el apetito y

Resumen

Las catástrofes naturales tienen un impacto en la salud mental de la comunidad a mediano y a largo plazo. En estascircunstancias el apoyo familiar y la solidaridad social son significativos; de igual manera la atención primaria paraefectuar las intervenciones de urgencia necesarias. Los equipos de salud también están expuestos a una gran sobre-carga emocional y física. La población infantil es particularmente vulnerable a las catástrofes; entre los factores queinfluyen en la respuesta de los niños ante los desastres está la forma como perciben y comprenden las conductas desus padres. Por todo ello, la atención de salud mental debiera estar inserta en la red de atención primaria.

Abstract

Natural disasters have an impact on the mental health of the population involved. There are various responses rangingfrom an absolute paralysis state to a flight response. Among the factors that influence children's response to disastersis the way they perceive and understand the behavior of their parents. The maintenance of physical symptoms, persis-tent sleep disturbances, intrusive thoughts or concerns, a recurring fear of dying, anxiety when separated from parentsor going to school, are sufficient indicators of the need to consult a mental health professional.

Palabras clave.- Evolución biológica, pre-exposición traumática, estrés, trastornos ansiosos, benzodiazepinas, sínto-mas somáticos y autonómicos, hiperexitabilidad y agitación psicomotora, estrés postraumático.

Keywords.– Biological evolution, pre-exposure traumatic stress, anxiety disorders, benzodiazepines, somatic and auto-nomic symptoms, and psychomotor agitation hyperexcitability, post-traumatic stress disorder.

hay clara disminución de la energía. Durante los me-ses siguientes tanto los sobrevivientes como el perso-nal de rescate experimentan sensación de tristeza,también irritabilidad y frustración. Se desarrollanprocesos de duelo que perturban el desempeño de losafectados. En el largo plazo, —meses o años despuésdel desastre—, la mayor parte de la población retornaa su nivel funcional previo. Sin embargo, algunaspersonas mantienen síntomas persistentes de estrés.

Si se analizan los estados patológicos de los distintosmomentos de esta "enfermedad" se puede establecerque en el período inmediato al desastre predominanlos trastornos ansiosos. Reaparecen estados de pánicoindividual y/o colectivo con un alto nivel de tensión yangustia que pueden tornarse incontrolables. Tam-bién surgen reacciones de violencia y agresividad, asícomo actitudes temerarias. Los individuos en pánicomuestran inquietud extrema, angustia, miedo a morir-se y sensación de irrealidad, que se asocian a sínto-mas somáticos y autonómicos. Las crisis de pánicoson inesperadas y se inician bruscamente para alcan-zar su máxima intensidad en segundos y duran minu-tos u horas. Para estos estados agudos es útil el em-pleo de benzodiazepinas de absorción rápida, sublin-gual o inyectable. Sin embargo, para la mayoría laintervención psicológica debe orientarse a tranquili-zar a las personas, permitiéndoles que expresen libre-mente su sentir, buscando transmitirles nuestro apo-yo, brindándoles confianza y seguridad. Siempre sedebe evaluar el riesgo de suicidio y la posible in-fluencia de su estado en enfermedades físicas pre-existentes o concomitantes.

Los trastornos por estrés agudo tienen una intensidady duración que varía en cada persona. Angustia eintranquilidad persistente, irritabilidad, y a vecestendencia al aislamiento asociados a distintas mani-festaciones físicas, son las condiciones que definenestos estados, que en algunos sujetos se puedenacompañar de desorientación o estrechamiento de laconciencia y asociarse a trastornos disociativos o deconversión, que se manifiestan por síntomas corpora-les sin causas biológicas identificables, como crisisde apariencia epiléptica, hiperexitabilidad y agitaciónpsicomotora, estados de amnesia absoluta, pseudo-parálisis y confusiones de identidad, entre otras. En

esta condición se ha detectado como factores agra-vantes la ideación suicida, la mantención de un altogrado de exposición al suceso traumático, las pérdi-das de gran magnitud y la falta de apoyo social ofamiliar. Esta condición clínica requiere intervenciónpsicoterapéutica y suele ser necesario el empleo deantidepresivos y ansiolíticos. Es recomendable ani-mar al paciente a retomar sus actividades habitualeslo antes posible. En estas circunstancias el apoyofamiliar y la solidaridad social son muy significativospara reconfortar a las personas afectadas, favorecien-do la pronta recuperación. Ocasionalmente se puedenpresentar trastornos sicóticos agudos de corta dura-ción, o la descompensación de cuadros psicóticospreexistentes. En estos casos, debe atenderse prima-riamente la enfermedad de base y puede ser necesarioel empleo de antipsicóticos o el aumento de dosis enlos pacientes bajo tratamiento.

Los síndromes de estrés postraumático que hacen suaparición meses después del evento, generalmente seasocian al recuerdo continuo de los acontecimientosy a la re-experimentación de la situación vivida, sue-ños recurrentes y también a la prevención casi obse-siva de situaciones similares o relacionadas con elacontecimiento. También se observa pacientes conamnesia total o parcial del suceso, en los que persisteuna sobre excitación psicológica, irritabilidad, des-concentración, miedo inmotivado, inseguridad, in-somnio y pesadillas. Todos requieren tratamientoespecializado por personal de salud mental. Por otraparte el manejo del duelo tiene especial importanciaen situaciones de desastres y emergencias, en lascuales frecuentemente se experimentan grandes pér-didas. Es necesario procurar la ayuda psicológicapara estas persona en su proceso de duelo, procesoque en general dura entre tres y doce meses, exceptoen los casos complicados en que la duración puedeser mayor.

En las situaciones de catástrofe, las intervenciones desalud mental deben efectuarse lo antes posible ymantenerse todo el tiempo necesario. Es deseable enestos casos que el personal médico de atención pri-maria esté preparado para efectuar las intervencionesde urgencia necesarias. Debe tenerse presente que enestas situaciones, los equipos de salud están expues-

Desastres y salud mental [Flora de la Barra, Hernán Silva]

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 4848 esta es una publicación de Cebem

Es relevante que los niños participen en labores desolidaridad hacia las personas afectadas, de acuerdo asu edad y nivel de desarrollo, exaltando la capacidadde ayudar y el grado de organización que muestra lacomunidad. Es la oportunidad para que se enterenque frente a grandes problemas, muchas personasdeben ayudar y ellos también.

Los niños que han experimentado traumas o pérdidasanteriores son más vulnerables para experimentarreacciones más intensas y prolongadas ante noticias oimágenes de desastres naturales. Estos niños puedennecesitar apoyo y atención especial.

Muchos niños canalizan su angustia mediante sínto-mas físicos, como cefaleas o dolor abdominal. Elaumento de estos síntomas físicos, sin causa médicaaparente, puede ser un signo de que ese niño se sienteangustiado o agobiado. La mantención de síntomasfísicos, las alteraciones persistente del sueño, pensa-mientos o preocupaciones intrusivas, un miedo recu-rrente de morir, angustia al separarse de los padres o

al ir al colegio, son indicadores suficientes de la ne-cesidad de consultar a un profesional de salud men-tal.

tos a una gran sobrecarga emocional y física. En con-secuencia, también deben considerarse medidas deapoyo y protección psicológica a sus integrantes.

Por último, es necesario tener presentes algunos prin-cipios orientadores. En situaciones de desastre au-menta la frecuencia de trastornos psiquiátricos, perotambién de manifestaciones emocionales que puedenconsiderarse como normales ante situaciones anor-males. Sin embargo, siempre existe un grupo de per-sonas que necesita apoyo específico y tratamientoespecializado, que es necesario identificar temprana-mente. Las atenciones de salud mental debieran estarinsertas en la red de atención primaria, con un enfo-que amplio y no centrado exclusivamente en el trau-ma. La principal prioridad en salud mental es reinte-grar a su vida normal a las personas.

Como hemos visto las grandes catástrofes siempretienen un impacto en la salud mental de la comunidada mediano y a largo plazo, por lo que debe preverseun trabajo de recuperación después de la fase crítica.Existen modalidades de intervenciones sociales ypsicológicas que han sido consensuados por la expe-riencia y que cuentan con el acuerdo de expertos. Unplan de acción de salud mental en situaciones de de-sastre debiera fundamentarse en esos principios prag-máticos, flexibles y de amplia aceptación.

Como les afecta a los niños

Un terremoto afecta a adultos y niños por igual. Esmuy importante explicarles lo ocurrido con palabrasque los niños puedan entender, sin eludir los aspectosde los terremotos que provocan miedo.

Entre los factores que influyen la respuesta de losniños ante los desastres está la forma como percibeny comprenden las conductas de sus padres. La formanatural del aprendizaje es la observación y la imita-ción y ellos como todos, aprenden mirando la reac-ción de sus padres y escuchando lo que se dice. Lamayor parte del tiempo, los niños detectan las apren-siones o preocupaciones de sus padres, pero son es-pecialmente sensibles a ellas, durante las crisis. Los

padres deben extremar sus habilidades para enfrentarel suceso, evitando descontrolarse, dando indicacio-nes firmes pero tranquilas acerca de lo que los miem-bros de la familia deben hacer, sin gritar ni llorar.Deben cuidar las palabras que usan durante o poste-riormente al sismo.

Después del sismo, se requiere crear un ambientepositivo y de apoyo, en el que los niños se atrevan aplantear sus preguntas, sin forzarlos a hablar si noquieren. Es necesario entregarles respuestas e infor-maciones reales, ya que ellos detectan si sus parientestergiversan la realidad y eso les hace perder confian-za. Los grandes terremotos mantienen réplicas pormuchos días, es recomendable entregarles una expli-cación científica sencilla de la causa de los sismos,acompañada de frases tranquilizadoras respecto a suprobable magnitud y a la forma de protegerse de po-sibles daños.

Los padres deben prepararse para tener que repetirlas explicaciones muchas veces, ya que algunas in-formaciones son difíciles de aceptar. Los niños nece-sitan sentir que los padres validan sus miedos y quesus preguntas e inquietudes son escuchadas. Ellostienden a personalizar sus miedos en otros, preocu-pándose excesivamente de sus padres, de su familia,o de parientes que viven lejos, etc. Es indispensabletener una actitud tranquilizadora, y hacerlos sentirseseguros tanto en su casa como en el colegio, pero nose deben hacerse promesas irreales, como prometerque no volverá a temblar.

Por otra parte, resulta conveniente ayudarlos a queencuentren vías de expresión de lo que sienten. Pue-den no querer hablar, pero se los puede estimular adibujar o escribir sus experiencias, o a través de jue-gos desahogar sus miedos.

Es recomendable que los niños pequeños no vean lasnoticias, y que los niños en edad de comprender loscontenidos, las vean por un tiempo acotado y acom-pañados de sus padres, quienes deben comentar conellos los aspectos generales y contextúales de lo quemuestran los medios de comunicación. La repeticiónde escenas desgarradoras puede perturbarlos y con-fundirlos.

Referencias bibliográficas[1] Silove D, Steel Z. Understanding community psychosocial needs after disasters: implications for mental health services. J Postgrad Med

2006; 52 (2): 121-5.

[2] Somasundaram D J, van de Put W A. Management of trauma in special populations after a disaster. J Clin Psychiatry 2006; 67 Suppl2: 64-73

[3] Davidson J R, McFarlane A C. The extent and impact of mental health problems after disaster. J Clin Psychiatry 2006; 67 Suppl 2: 9-14.

[4] Fassler D. Médico psiquiatra de niños y adolescentes de la Universidad de Vermont. Talking to children about earthquakes and naturaldisasters. Academia Americana de psiquiatría de Niños y Adolescenteshttp://www.aacap.org

[5] Academia Americana de psiquiatría de Niños y Adolescenteshttp://www.aacap.org/cs/DisasterTrauma.ResourceCenter

[6] PAHO. (2006) Guía práctica de salud mental en situaciones de desastreshttp://www.pahoorg/desastres

[7] Colegio de Psicólogos de Chile A.G. Recomendaciones para la recuperación emocional a la población en general

[8] Colegio de Psicólogos de Chile A.G. Las niñas y los desastres guía de autoayuda para familiares

[9] Chile crece Contigo. Recomendaciones generales después del terremoto para padres, madres y cuidadores de niños(as)

Desastres y salud mental [Flora de la Barra, Hernán Silva]

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 4949 esta es una publicación de Cebem

Es relevante que los niños participen en labores desolidaridad hacia las personas afectadas, de acuerdo asu edad y nivel de desarrollo, exaltando la capacidadde ayudar y el grado de organización que muestra lacomunidad. Es la oportunidad para que se enterenque frente a grandes problemas, muchas personasdeben ayudar y ellos también.

Los niños que han experimentado traumas o pérdidasanteriores son más vulnerables para experimentarreacciones más intensas y prolongadas ante noticias oimágenes de desastres naturales. Estos niños puedennecesitar apoyo y atención especial.

Muchos niños canalizan su angustia mediante sínto-mas físicos, como cefaleas o dolor abdominal. Elaumento de estos síntomas físicos, sin causa médicaaparente, puede ser un signo de que ese niño se sienteangustiado o agobiado. La mantención de síntomasfísicos, las alteraciones persistente del sueño, pensa-mientos o preocupaciones intrusivas, un miedo recu-rrente de morir, angustia al separarse de los padres o

al ir al colegio, son indicadores suficientes de la ne-cesidad de consultar a un profesional de salud men-tal.

tos a una gran sobrecarga emocional y física. En con-secuencia, también deben considerarse medidas deapoyo y protección psicológica a sus integrantes.

Por último, es necesario tener presentes algunos prin-cipios orientadores. En situaciones de desastre au-menta la frecuencia de trastornos psiquiátricos, perotambién de manifestaciones emocionales que puedenconsiderarse como normales ante situaciones anor-males. Sin embargo, siempre existe un grupo de per-sonas que necesita apoyo específico y tratamientoespecializado, que es necesario identificar temprana-mente. Las atenciones de salud mental debieran estarinsertas en la red de atención primaria, con un enfo-que amplio y no centrado exclusivamente en el trau-ma. La principal prioridad en salud mental es reinte-grar a su vida normal a las personas.

Como hemos visto las grandes catástrofes siempretienen un impacto en la salud mental de la comunidada mediano y a largo plazo, por lo que debe preverseun trabajo de recuperación después de la fase crítica.Existen modalidades de intervenciones sociales ypsicológicas que han sido consensuados por la expe-riencia y que cuentan con el acuerdo de expertos. Unplan de acción de salud mental en situaciones de de-sastre debiera fundamentarse en esos principios prag-máticos, flexibles y de amplia aceptación.

Como les afecta a los niños

Un terremoto afecta a adultos y niños por igual. Esmuy importante explicarles lo ocurrido con palabrasque los niños puedan entender, sin eludir los aspectosde los terremotos que provocan miedo.

Entre los factores que influyen la respuesta de losniños ante los desastres está la forma como percibeny comprenden las conductas de sus padres. La formanatural del aprendizaje es la observación y la imita-ción y ellos como todos, aprenden mirando la reac-ción de sus padres y escuchando lo que se dice. Lamayor parte del tiempo, los niños detectan las apren-siones o preocupaciones de sus padres, pero son es-pecialmente sensibles a ellas, durante las crisis. Los

padres deben extremar sus habilidades para enfrentarel suceso, evitando descontrolarse, dando indicacio-nes firmes pero tranquilas acerca de lo que los miem-bros de la familia deben hacer, sin gritar ni llorar.Deben cuidar las palabras que usan durante o poste-riormente al sismo.

Después del sismo, se requiere crear un ambientepositivo y de apoyo, en el que los niños se atrevan aplantear sus preguntas, sin forzarlos a hablar si noquieren. Es necesario entregarles respuestas e infor-maciones reales, ya que ellos detectan si sus parientestergiversan la realidad y eso les hace perder confian-za. Los grandes terremotos mantienen réplicas pormuchos días, es recomendable entregarles una expli-cación científica sencilla de la causa de los sismos,acompañada de frases tranquilizadoras respecto a suprobable magnitud y a la forma de protegerse de po-sibles daños.

Los padres deben prepararse para tener que repetirlas explicaciones muchas veces, ya que algunas in-formaciones son difíciles de aceptar. Los niños nece-sitan sentir que los padres validan sus miedos y quesus preguntas e inquietudes son escuchadas. Ellostienden a personalizar sus miedos en otros, preocu-pándose excesivamente de sus padres, de su familia,o de parientes que viven lejos, etc. Es indispensabletener una actitud tranquilizadora, y hacerlos sentirseseguros tanto en su casa como en el colegio, pero nose deben hacerse promesas irreales, como prometerque no volverá a temblar.

Por otra parte, resulta conveniente ayudarlos a queencuentren vías de expresión de lo que sienten. Pue-den no querer hablar, pero se los puede estimular adibujar o escribir sus experiencias, o a través de jue-gos desahogar sus miedos.

Es recomendable que los niños pequeños no vean lasnoticias, y que los niños en edad de comprender loscontenidos, las vean por un tiempo acotado y acom-pañados de sus padres, quienes deben comentar conellos los aspectos generales y contextúales de lo quemuestran los medios de comunicación. La repeticiónde escenas desgarradoras puede perturbarlos y con-fundirlos.

Referencias bibliográficas[1] Silove D, Steel Z. Understanding community psychosocial needs after disasters: implications for mental health services. J Postgrad Med

2006; 52 (2): 121-5.

[2] Somasundaram D J, van de Put W A. Management of trauma in special populations after a disaster. J Clin Psychiatry 2006; 67 Suppl2: 64-73

[3] Davidson J R, McFarlane A C. The extent and impact of mental health problems after disaster. J Clin Psychiatry 2006; 67 Suppl 2: 9-14.

[4] Fassler D. Médico psiquiatra de niños y adolescentes de la Universidad de Vermont. Talking to children about earthquakes and naturaldisasters. Academia Americana de psiquiatría de Niños y Adolescenteshttp://www.aacap.org

[5] Academia Americana de psiquiatría de Niños y Adolescenteshttp://www.aacap.org/cs/DisasterTrauma.ResourceCenter

[6] PAHO. (2006) Guía práctica de salud mental en situaciones de desastreshttp://www.pahoorg/desastres

[7] Colegio de Psicólogos de Chile A.G. Recomendaciones para la recuperación emocional a la población en general

[8] Colegio de Psicólogos de Chile A.G. Las niñas y los desastres guía de autoayuda para familiares

[9] Chile crece Contigo. Recomendaciones generales después del terremoto para padres, madres y cuidadores de niños(as)

Desastres y salud mental [Flora de la Barra, Hernán Silva]

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Construcción del riesgo,desastre ygestión ambiental urbana:Perspectivas en debate

Hilda María Herzer*

* Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires (Argentina)

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Revista Virtual REDESMAOctubre 2011Vol. 5(2)

Construcción del riesgo,desastre ygestión ambiental urbana:Perspectivas en debate

Hilda María Herzer*

* Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires (Argentina)

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 5252 esta es una publicación de Cebem

multiplicidad de variables intervinientes, tanto en laconstrucción del riesgo y del posterior desastre, comoen la gestión de los mismos.

1 El riesgo y las Políticas Urbanas

La investigación de los fenómenos del ambiente ur-bano como su gestión requieren un enfoque amplio.La conformación de estos fenómenos es compleja yen ella participa un conjunto de actores sociales pri-vados y públicos, individuales y organizacionales queson protagonistas de la constitución del riesgo y delos desastres. Se deben sopesar y establecer posibili-dades, lógicas, transformaciones, tendencias, conflic-

Resumen

El presente trabajo aborda las relaciones entre medio ambiente, construcción social del riesgo, desastre y gestiónambiental urbana, planteando perspectivas que continúan en debate y sobre las cuales se debe seguir trabajando yprofundizando. Los ejemplos que ilustran los procesos que se describen se refieren básicamente a la Argentina. Por logeneral, los estudios que se refieren a este tema focalizándolo desde una dimensión particular, sea ecológica, econó-mica, u otras. El trabajo adopta el concepto de gestión ambiental urbana desde una perspectiva compleja que debeatender a la multiplicidad de variables intervinientes, tanto en la construcción del riesgo y del posterior desastre, co-mo en la gestión de los mismos.

Abstract

This paper addresses the relationship between the environment, the social construction of risk, disaster and urbanenvironmental management, raising prospects that are still in debate and on which work should continue to deepen.The examples illustrated, describe the processes that apply primarily to Argentina. In general, studies that relate tothis topic focus on them from a particular dimension, whether ecological, economic, or otherwise. The paper uses theconcept of urban environmental management from a complex perspective for addressing the multiplicity of variablesinvolved, both in the construction of risk and the subsequent disaster, as well of their management.

Palabras clave.– Medio ambiente, construcción social del riesgo, desastre, gestión ambiental urbana.

Keywords.– Environment, social construction of risk, disaster, urban environmental management.

tos y consensos y se deben establecer las coordena-das en que se desarrolla el riesgo. Por una parte, laespacialidad de los problemas y los impactos ambien-tales, su localización y articulación. Por otra, su tem-poralidad que da cuenta de la generación y procesosde historicidad del riesgo urbano ambiental.

Si lo urbano es producido como un bien público1, conbase en necesidades colectivas, se plantea el proble-ma clave de cómo conciliar los intereses públicos,que se expresan en las políticas urbanas, tendientes asatisfacer el bien común con los intereses de los acto-res privados. Una política o gestión exitosa de lo ur-bano que atenúe los riesgos debe, necesariamentecoordinar y compatibilizar esos intereses con otrosinter sectoriales y niveles inter jurisdiccionales.

Desde el punto de vista de la gestión, es necesarioprivilegiar un área que articule gestión pública urba-na y riesgo. Que incluya, por ejemplo, el uso y lastransformaciones del suelo urbano, la densificación yexpansión del ámbito de la ciudad, así como la exis-tencia y mantenimiento de su infraestructura.

1.1 Una mirada compleja

Una visión amplia sobre el medio ambiente urbanodebería partir del reconocimiento de la fragmentaciónsocial de la ciudad, identificando tres puntos funda-mentales:

1. Las relaciones entre la sociedad y su medio2;2. Las relaciones entre diversos actores sociales;3. Las articulaciones entre distintos niveles juris-

diccionales y sectoriales.

De los contenidos de este último punto se deriva lacuestión de la escala de análisis a aplicar en el estu-

dio de la construcción del riesgo urbano. Se haceevidente que no alcanza utilizar únicamente el territo-rio urbano como unidad de análisis, sino que es pre-ciso incorporar a la región circundante.

Interesa fundamentalmente la vida cotidiana de lapoblación urbana, porque en ella se manifiesta laconstrucción del riesgo ambiental urbano. Por ejem-plo, en la vivienda, la infraestructura, los servicios dered, el aire, el espacio público, el paisaje, etc., es de-cir todos los consumos - individuales o colectivos -aquellos que tienen precio y se compran en el merca-do y los que no lo tienen (los denominados bienescomunes).

Esta forma de comprender la ciudad cobrará múlti-ples interpretaciones y perspectivas, de acuerdo aquién sea el sujeto social, económico o político invo-lucrado. Así, habrá interpretaciones diferentes acercade la existencia y de la magnitud de las acciones, delposible deterioro ambiental y de la construcción delriesgo.

Por ejemplo, frente a un caso de competencia por eluso del suelo urbano (instalaciones comerciales- me-ga proyectos- y espacios verdes), los propietarios detierra urbana, los empresarios, los científicos, losniveles estatales implicados y los representantes delpoder político tienen visiones diferentes acerca de loque tales emprendimientos pueden producir. Estosugiere que la definición del uso del espacio conllevaaspectos ecológicos, políticos, sociales, económicos,culturales y técnicos que merecen ser analizados cui-dadosamente.

2 La construcción social del riesgo

Se quiere enfatizar la naturaleza social del problemay resaltar que la construcción del riesgo es un proce-so social e histórico. El desastre es un proceso y unproducto que manifiesta el nivel de riesgo que existeen una sociedad. Es la expresión más evidente de unaconvivencia vulnerable3 entre diversos grupos socia-les y su medio.

Construcción del riesgo, desastre y gestión ambiental urbana [Hilda María Herzer]

Introducción

Este trabajo aborda las relaciones entre medio am-biente, construcción social del riesgo, desastre y ges-tión ambiental urbana, planteando perspectivas quecontinúan en debate y sobre las cuales se debe seguirtrabajando y profundizando. Es preciso aclarar quelos ejemplos que ilustran los procesos que se descri-ben se refieren básicamente a la Argentina.

Por lo general, los estudios que se refieren a esostemas focalizan el análisis en un solo aspecto, po-niendo énfasis en una dimensión particular, sea eco-lógica, económica, u otras. Frente a esto, se entiendeque debe analizarse la gestión ambiental urbana des-de una perspectiva compleja que debe atender a la

—————1 La ciudad es una totalidad de productos diferenciados destinados a

satisfacer necesidades colectivas e individuales y, en este sentido,es un objeto público. Herzer y Gurevich, 1996.

2 Se entiende al medio ambiente urbano como el conjunto de lasdiferentes relaciones establecidas entre la sociedad y el medio físico,construido o artificializado, que tiene lugar en un espacio territorialacotado, la ciudad. Esto implica simultáneamente considerar usos dela tierra yuxtapuestos entre sí, multiplicidad de procesos y actoresproductores y reproductores de ese medio, variedad de significadosy símbolos culturales. La ciudad es entonces el producto de unambiente que combina lo social con lo natural bajo patrones decentralidad y densidad; se trata de unidades físico espaciales, so-cioeconómicas, políticas y eco-demográficas.

—————3 La ciudad es una totalidad de productos diferenciados destinados a

satisfacer necesidades colectivas e individuales y, en este sentido,es un objeto público. Herzer y Gurevich, 1996.

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 5353 esta es una publicación de Cebem

multiplicidad de variables intervinientes, tanto en laconstrucción del riesgo y del posterior desastre, comoen la gestión de los mismos.

1 El riesgo y las Políticas Urbanas

La investigación de los fenómenos del ambiente ur-bano como su gestión requieren un enfoque amplio.La conformación de estos fenómenos es compleja yen ella participa un conjunto de actores sociales pri-vados y públicos, individuales y organizacionales queson protagonistas de la constitución del riesgo y delos desastres. Se deben sopesar y establecer posibili-dades, lógicas, transformaciones, tendencias, conflic-

Resumen

El presente trabajo aborda las relaciones entre medio ambiente, construcción social del riesgo, desastre y gestiónambiental urbana, planteando perspectivas que continúan en debate y sobre las cuales se debe seguir trabajando yprofundizando. Los ejemplos que ilustran los procesos que se describen se refieren básicamente a la Argentina. Por logeneral, los estudios que se refieren a este tema focalizándolo desde una dimensión particular, sea ecológica, econó-mica, u otras. El trabajo adopta el concepto de gestión ambiental urbana desde una perspectiva compleja que debeatender a la multiplicidad de variables intervinientes, tanto en la construcción del riesgo y del posterior desastre, co-mo en la gestión de los mismos.

Abstract

This paper addresses the relationship between the environment, the social construction of risk, disaster and urbanenvironmental management, raising prospects that are still in debate and on which work should continue to deepen.The examples illustrated, describe the processes that apply primarily to Argentina. In general, studies that relate tothis topic focus on them from a particular dimension, whether ecological, economic, or otherwise. The paper uses theconcept of urban environmental management from a complex perspective for addressing the multiplicity of variablesinvolved, both in the construction of risk and the subsequent disaster, as well of their management.

Palabras clave.– Medio ambiente, construcción social del riesgo, desastre, gestión ambiental urbana.

Keywords.– Environment, social construction of risk, disaster, urban environmental management.

tos y consensos y se deben establecer las coordena-das en que se desarrolla el riesgo. Por una parte, laespacialidad de los problemas y los impactos ambien-tales, su localización y articulación. Por otra, su tem-poralidad que da cuenta de la generación y procesosde historicidad del riesgo urbano ambiental.

Si lo urbano es producido como un bien público1, conbase en necesidades colectivas, se plantea el proble-ma clave de cómo conciliar los intereses públicos,que se expresan en las políticas urbanas, tendientes asatisfacer el bien común con los intereses de los acto-res privados. Una política o gestión exitosa de lo ur-bano que atenúe los riesgos debe, necesariamentecoordinar y compatibilizar esos intereses con otrosinter sectoriales y niveles inter jurisdiccionales.

Desde el punto de vista de la gestión, es necesarioprivilegiar un área que articule gestión pública urba-na y riesgo. Que incluya, por ejemplo, el uso y lastransformaciones del suelo urbano, la densificación yexpansión del ámbito de la ciudad, así como la exis-tencia y mantenimiento de su infraestructura.

1.1 Una mirada compleja

Una visión amplia sobre el medio ambiente urbanodebería partir del reconocimiento de la fragmentaciónsocial de la ciudad, identificando tres puntos funda-mentales:

1. Las relaciones entre la sociedad y su medio2;2. Las relaciones entre diversos actores sociales;3. Las articulaciones entre distintos niveles juris-

diccionales y sectoriales.

De los contenidos de este último punto se deriva lacuestión de la escala de análisis a aplicar en el estu-

dio de la construcción del riesgo urbano. Se haceevidente que no alcanza utilizar únicamente el territo-rio urbano como unidad de análisis, sino que es pre-ciso incorporar a la región circundante.

Interesa fundamentalmente la vida cotidiana de lapoblación urbana, porque en ella se manifiesta laconstrucción del riesgo ambiental urbano. Por ejem-plo, en la vivienda, la infraestructura, los servicios dered, el aire, el espacio público, el paisaje, etc., es de-cir todos los consumos - individuales o colectivos -aquellos que tienen precio y se compran en el merca-do y los que no lo tienen (los denominados bienescomunes).

Esta forma de comprender la ciudad cobrará múlti-ples interpretaciones y perspectivas, de acuerdo aquién sea el sujeto social, económico o político invo-lucrado. Así, habrá interpretaciones diferentes acercade la existencia y de la magnitud de las acciones, delposible deterioro ambiental y de la construcción delriesgo.

Por ejemplo, frente a un caso de competencia por eluso del suelo urbano (instalaciones comerciales- me-ga proyectos- y espacios verdes), los propietarios detierra urbana, los empresarios, los científicos, losniveles estatales implicados y los representantes delpoder político tienen visiones diferentes acerca de loque tales emprendimientos pueden producir. Estosugiere que la definición del uso del espacio conllevaaspectos ecológicos, políticos, sociales, económicos,culturales y técnicos que merecen ser analizados cui-dadosamente.

2 La construcción social del riesgo

Se quiere enfatizar la naturaleza social del problemay resaltar que la construcción del riesgo es un proce-so social e histórico. El desastre es un proceso y unproducto que manifiesta el nivel de riesgo que existeen una sociedad. Es la expresión más evidente de unaconvivencia vulnerable3 entre diversos grupos socia-les y su medio.

Construcción del riesgo, desastre y gestión ambiental urbana [Hilda María Herzer]

Introducción

Este trabajo aborda las relaciones entre medio am-biente, construcción social del riesgo, desastre y ges-tión ambiental urbana, planteando perspectivas quecontinúan en debate y sobre las cuales se debe seguirtrabajando y profundizando. Es preciso aclarar quelos ejemplos que ilustran los procesos que se descri-ben se refieren básicamente a la Argentina.

Por lo general, los estudios que se refieren a esostemas focalizan el análisis en un solo aspecto, po-niendo énfasis en una dimensión particular, sea eco-lógica, económica, u otras. Frente a esto, se entiendeque debe analizarse la gestión ambiental urbana des-de una perspectiva compleja que debe atender a la

—————1 La ciudad es una totalidad de productos diferenciados destinados a

satisfacer necesidades colectivas e individuales y, en este sentido,es un objeto público. Herzer y Gurevich, 1996.

2 Se entiende al medio ambiente urbano como el conjunto de lasdiferentes relaciones establecidas entre la sociedad y el medio físico,construido o artificializado, que tiene lugar en un espacio territorialacotado, la ciudad. Esto implica simultáneamente considerar usos dela tierra yuxtapuestos entre sí, multiplicidad de procesos y actoresproductores y reproductores de ese medio, variedad de significadosy símbolos culturales. La ciudad es entonces el producto de unambiente que combina lo social con lo natural bajo patrones decentralidad y densidad; se trata de unidades físico espaciales, so-cioeconómicas, políticas y eco-demográficas.

—————3 La ciudad es una totalidad de productos diferenciados destinados a

satisfacer necesidades colectivas e individuales y, en este sentido,es un objeto público. Herzer y Gurevich, 1996.

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 5454 esta es una publicación de Cebem

3 La gestión ambiental urbana

Entre los temas que se han abordado poco tanto con-ceptual como empíricamente, está el de la relaciónentre la degradación del medio ambiente urbano yurbanoregional y la construcción social de las condi-ciones de riesgo y el eventual desastre que, en térmi-nos generales, corresponde al campo de acción de lallamada gestión ambiental urbana.

Si bien es cierto que el problema ambiental recibe ungran impulso a partir de la Conferencia Mundial so-bre el Medio Ambiente en l972, con las publicacio-nes del informe de la Comisión Mundial sobre Am-biente y Desarrollo de 1987, con la Conferencia deRío en l992 y recientemente la Conferencia sobreAsentamientos Humanos de 1996 - Habitat II - tam-bién es cierto que el concepto de gestión ambientalsustentable en el ámbito urbano ha quedado algo re-legado o poco claro en ciertos sentidos.7

El incremento de riesgos urbanos a través de la cons-tatación del aumento de desastres en diferentes socie-dades es un indicador de la baja sustentabilidad am-biental actual.

La concepción de la gestión ambiental urbana y de lainvestigación que la respalda debiera atender a lacomplejidad de la ciudad y su dinámica. Por ejemplo,es imposible separar los problemas del agua del delos desechos o de los desastres, o separar los temasde extensión de los servicios de saneamiento a toda lapoblación del de mantenimiento de la infraestructuraexistente, o de la provisión de agua potable y de laconstrucción del riesgo.

La falta de una construcción de totalidad y la deriva-ción de aspectos parciales resultan a veces tan erra-dos como las soluciones tecnocráticas. Por ejemplo,esto se advierte en el caso de un asentamiento locali-zado en un sitio bajo, anegable, al cual la empresa oel gobierno local le provee una red de agua potablede cañería plástica a la cual el movimiento del suelole produce filtraciones y la resquebraja. Esta solu-

ción, que no atiende al contexto del problema, no esla más adecuada para un sitio de este tipo.

En otro ejemplo, la legislación vigente establece cier-tas condiciones para que un área sea consideradacomo apta para uso urbano. La regularización domi-nial llevada a cabo en ciertas áreas, en ocasiones con-tradice la normativa. Esto ocurre con los terrenosubicados bajo cota de inundación. Si esta situación,de por sí los hace anegables, la edificación, por pre-caria que ésta sea, interfiere aún más en el escurri-miento de las aguas y como, por lo general, no existeinfraestructura de desagües para compensar el nivelde escorrentía perdido por la edificación, el impactose amplifica. Existen programas de regularizacióndominial de asentamientos, ocupados por sectores debajos recursos en donde el gobierno interviene legiti-mando las condiciones de riesgo y agravando lascondiciones de vulnerabilidad de esta población.

Desde la perspectiva de la gestión ambiental, sea enmateria de provisión de nuevos servicios habitaciona-les o de saneamiento, por ejemplo, como de manteni-miento de los existentes o de mecanismos de preven-ción de riesgos se debe establecer una dinámica deconcertación de intereses de los diferentes sectoresimplicados, de coordinación intra e inter jurisdiccio-nal e institucional y de conocimientos para que losdiferentes niveles de aceptabilidad del riesgo seancompartidos y asumidos por todos.

Se observarán aquí algunos otros ejemplos de proble-mas de la gestión ambiental urbana. En éstos, se arti-culan aspectos socioeconómicos con aspectos am-bientales. Sus relaciones muestran el modo en que lainexistencia de una concertación de intereses entresector público, empresas privadas y sectores de lacomunidad, potencian los problemas e inciden en laconstrucción social del riesgo urbano, afectando alconjunto de la sociedad.

I Ejemplo referido al caso de la provisión de agua yeliminación de aguas servidas y pluviales

En una ciudad como Buenos Aires, que posee altosingresos per capita, existen problemas de infraestruc-tura que coadyuvan al proceso de construcción de

El desastre interrumpe esa cotidianeidad, al alterar laconvivencia4 con el medio circundante. Comprenderel desastre obliga a analizar cómo se fueron confor-mando las condiciones del riesgo, histórica y pros-pectívamente. El riesgo es un producto de conflictosde intereses, bienes y accesos diferenciales, público yprivado, público y público. El desastre pone en evi-dencia la falta de sostenibilidad ambiental.

La ciudad ha sido escenario de riesgo y desastre a lolargo de todo el mundo.5 Sin embargo, en los análisisse ha puesto el énfasis en los fenómenos físicos deto-nadores y en los impactos y respuestas a estos even-tos, en particular los referidos a la vulnerabilidadestructural de las edificaciones. La explicación deldesastre se ha vinculado más con los niveles de in-versión realizados en un espacio determinado- con-centración y centralismo- que con los procesos parti-culares de urbanización y de conformación del espa-cio interno de las ciudades. Sin embargo, en paísesdesarrollados como los Estados Unidos, por ejemplo,los desastres de Los Ángeles y el impacto del hura-cán Andrew en Florida del Sur sirvieron para poneral descubierto que el desastre se construye social-mente, condicionado por la segregación social y es-pacial existente.6

Todos estas situaciones hacen recordar que un núme-ro importante de ciudades se ubican en zonas propen-

sas a un rango amplio de amenazas físico- naturales,cuyos impactos son más notorios por los niveles depoblación e infraestructura allí concentrados y losniveles de vulnerabilidad social existentes. Además,el mismo proceso de urbanización y los cambios quegenera en las regiones que circundan a las ciudades,modifican y transforman los elementos físico -naturales existentes, creando nuevas amenazas o am-plificando en intensidad y recurrencia las ya existen-tes.

Las amenazas de origen físico-natural constituyensólo un componente de los factores de riesgo urbano.La concentración espacial de la población y de lainfraestructura económica, la complejidad e interco-nexión de los elementos de la estructura urbana, losefectos sinérgicos que la ciudad produce y la ampliafalta de controles y a veces de aplicación de la nor-matividad existente hacen aparecer más y novedososfactores de riesgo. Los casos de explosiones, de acci-dentes tecnológicos, de derrames de materiales tóxi-cos, de acumulación o mala disposición de desechossólidos y de residuos peligrosos, el colapso de edifi-caciones así como la contaminación del aire, agua ysuelos, de sequía y de epidemias urbanas, por citaralgunos, ya están bastante bien documentados.

Sin embargo, la dinámica de la sociedad urbana poneconstantemente retos, y crea nuevas o modificadasamenazas y vulnerabilidades y nuevos escenariosposibles de desastre urbano que desafían las premi-sas, el estado del conocimiento y las medidas de ges-tión ya existentes.

Entre los factores de cambio identificados figuran : laexpansión territorial y la densificación, el rápido cre-cimiento de las ciudades, los cambios en sus funcio-nes, en sus estructuras internas y en su composiciónpoblacional, nuevos tipos de amenazas debidos acambios ambientales globales y la potencialidad degeneración de nuevos riesgos debido a la penetraciónde nuevas tecnologías industriales. Es así como sevuelve cada vez más difícil separar los riesgos produ-cidos por causas humanas y ambientales. Esta siner-gía produce nuevos riesgos y nuevos impactos poten-ciales. Las respuestas que se dan necesitan volverseheterogéneas y requieren un profundo conocimientode lugar y contexto.

—————4 Se debe señalar que esa convivencia es conflictiva, no armónica,

etc.5 Los devastadores impactos económicos producidos durante los

últimos 10 años a raíz de terremotos, por ejemplo, en California, enKobe, Japón (donde se perdieron más 100mil millones de dólares) oen Assis ,Italia, o los impactos del huracán Andrew en Florida delSur, las grandes inundaciones del Río Mississipi y las tormentas queasolaron el Norte de Europa ocurrieron en economías avanzadas ylos montos perdidos estremecieron las bases de las aseguradoras.En el ámbito latinoamericano, los desastres producidos por lossismos en Perú l970, en las ciudades de Managua l972, Guatemalal976, Popayán l983, México l985, El Salvador (l986) el aluvión quesepultó Armero l985, las grandes inundaciones de Buenos Aires(1985, 1992) y las ciudades del Nordeste y Litoral argentino (l998) ylos deslizamientos de Río de Janeiro inflingieron altos costos entérminos económicos, sociales y humanos.

6 Hewitt K., l997.—————7 Ver Satterthwaite D., 1997.

Construcción del riesgo, desastre y gestión ambiental urbana [Hilda María Herzer]

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3 La gestión ambiental urbana

Entre los temas que se han abordado poco tanto con-ceptual como empíricamente, está el de la relaciónentre la degradación del medio ambiente urbano yurbanoregional y la construcción social de las condi-ciones de riesgo y el eventual desastre que, en térmi-nos generales, corresponde al campo de acción de lallamada gestión ambiental urbana.

Si bien es cierto que el problema ambiental recibe ungran impulso a partir de la Conferencia Mundial so-bre el Medio Ambiente en l972, con las publicacio-nes del informe de la Comisión Mundial sobre Am-biente y Desarrollo de 1987, con la Conferencia deRío en l992 y recientemente la Conferencia sobreAsentamientos Humanos de 1996 - Habitat II - tam-bién es cierto que el concepto de gestión ambientalsustentable en el ámbito urbano ha quedado algo re-legado o poco claro en ciertos sentidos.7

El incremento de riesgos urbanos a través de la cons-tatación del aumento de desastres en diferentes socie-dades es un indicador de la baja sustentabilidad am-biental actual.

La concepción de la gestión ambiental urbana y de lainvestigación que la respalda debiera atender a lacomplejidad de la ciudad y su dinámica. Por ejemplo,es imposible separar los problemas del agua del delos desechos o de los desastres, o separar los temasde extensión de los servicios de saneamiento a toda lapoblación del de mantenimiento de la infraestructuraexistente, o de la provisión de agua potable y de laconstrucción del riesgo.

La falta de una construcción de totalidad y la deriva-ción de aspectos parciales resultan a veces tan erra-dos como las soluciones tecnocráticas. Por ejemplo,esto se advierte en el caso de un asentamiento locali-zado en un sitio bajo, anegable, al cual la empresa oel gobierno local le provee una red de agua potablede cañería plástica a la cual el movimiento del suelole produce filtraciones y la resquebraja. Esta solu-

ción, que no atiende al contexto del problema, no esla más adecuada para un sitio de este tipo.

En otro ejemplo, la legislación vigente establece cier-tas condiciones para que un área sea consideradacomo apta para uso urbano. La regularización domi-nial llevada a cabo en ciertas áreas, en ocasiones con-tradice la normativa. Esto ocurre con los terrenosubicados bajo cota de inundación. Si esta situación,de por sí los hace anegables, la edificación, por pre-caria que ésta sea, interfiere aún más en el escurri-miento de las aguas y como, por lo general, no existeinfraestructura de desagües para compensar el nivelde escorrentía perdido por la edificación, el impactose amplifica. Existen programas de regularizacióndominial de asentamientos, ocupados por sectores debajos recursos en donde el gobierno interviene legiti-mando las condiciones de riesgo y agravando lascondiciones de vulnerabilidad de esta población.

Desde la perspectiva de la gestión ambiental, sea enmateria de provisión de nuevos servicios habitaciona-les o de saneamiento, por ejemplo, como de manteni-miento de los existentes o de mecanismos de preven-ción de riesgos se debe establecer una dinámica deconcertación de intereses de los diferentes sectoresimplicados, de coordinación intra e inter jurisdiccio-nal e institucional y de conocimientos para que losdiferentes niveles de aceptabilidad del riesgo seancompartidos y asumidos por todos.

Se observarán aquí algunos otros ejemplos de proble-mas de la gestión ambiental urbana. En éstos, se arti-culan aspectos socioeconómicos con aspectos am-bientales. Sus relaciones muestran el modo en que lainexistencia de una concertación de intereses entresector público, empresas privadas y sectores de lacomunidad, potencian los problemas e inciden en laconstrucción social del riesgo urbano, afectando alconjunto de la sociedad.

I Ejemplo referido al caso de la provisión de agua yeliminación de aguas servidas y pluviales

En una ciudad como Buenos Aires, que posee altosingresos per capita, existen problemas de infraestruc-tura que coadyuvan al proceso de construcción de

El desastre interrumpe esa cotidianeidad, al alterar laconvivencia4 con el medio circundante. Comprenderel desastre obliga a analizar cómo se fueron confor-mando las condiciones del riesgo, histórica y pros-pectívamente. El riesgo es un producto de conflictosde intereses, bienes y accesos diferenciales, público yprivado, público y público. El desastre pone en evi-dencia la falta de sostenibilidad ambiental.

La ciudad ha sido escenario de riesgo y desastre a lolargo de todo el mundo.5 Sin embargo, en los análisisse ha puesto el énfasis en los fenómenos físicos deto-nadores y en los impactos y respuestas a estos even-tos, en particular los referidos a la vulnerabilidadestructural de las edificaciones. La explicación deldesastre se ha vinculado más con los niveles de in-versión realizados en un espacio determinado- con-centración y centralismo- que con los procesos parti-culares de urbanización y de conformación del espa-cio interno de las ciudades. Sin embargo, en paísesdesarrollados como los Estados Unidos, por ejemplo,los desastres de Los Ángeles y el impacto del hura-cán Andrew en Florida del Sur sirvieron para poneral descubierto que el desastre se construye social-mente, condicionado por la segregación social y es-pacial existente.6

Todos estas situaciones hacen recordar que un núme-ro importante de ciudades se ubican en zonas propen-

sas a un rango amplio de amenazas físico- naturales,cuyos impactos son más notorios por los niveles depoblación e infraestructura allí concentrados y losniveles de vulnerabilidad social existentes. Además,el mismo proceso de urbanización y los cambios quegenera en las regiones que circundan a las ciudades,modifican y transforman los elementos físico -naturales existentes, creando nuevas amenazas o am-plificando en intensidad y recurrencia las ya existen-tes.

Las amenazas de origen físico-natural constituyensólo un componente de los factores de riesgo urbano.La concentración espacial de la población y de lainfraestructura económica, la complejidad e interco-nexión de los elementos de la estructura urbana, losefectos sinérgicos que la ciudad produce y la ampliafalta de controles y a veces de aplicación de la nor-matividad existente hacen aparecer más y novedososfactores de riesgo. Los casos de explosiones, de acci-dentes tecnológicos, de derrames de materiales tóxi-cos, de acumulación o mala disposición de desechossólidos y de residuos peligrosos, el colapso de edifi-caciones así como la contaminación del aire, agua ysuelos, de sequía y de epidemias urbanas, por citaralgunos, ya están bastante bien documentados.

Sin embargo, la dinámica de la sociedad urbana poneconstantemente retos, y crea nuevas o modificadasamenazas y vulnerabilidades y nuevos escenariosposibles de desastre urbano que desafían las premi-sas, el estado del conocimiento y las medidas de ges-tión ya existentes.

Entre los factores de cambio identificados figuran : laexpansión territorial y la densificación, el rápido cre-cimiento de las ciudades, los cambios en sus funcio-nes, en sus estructuras internas y en su composiciónpoblacional, nuevos tipos de amenazas debidos acambios ambientales globales y la potencialidad degeneración de nuevos riesgos debido a la penetraciónde nuevas tecnologías industriales. Es así como sevuelve cada vez más difícil separar los riesgos produ-cidos por causas humanas y ambientales. Esta siner-gía produce nuevos riesgos y nuevos impactos poten-ciales. Las respuestas que se dan necesitan volverseheterogéneas y requieren un profundo conocimientode lugar y contexto.

—————4 Se debe señalar que esa convivencia es conflictiva, no armónica,

etc.5 Los devastadores impactos económicos producidos durante los

últimos 10 años a raíz de terremotos, por ejemplo, en California, enKobe, Japón (donde se perdieron más 100mil millones de dólares) oen Assis ,Italia, o los impactos del huracán Andrew en Florida delSur, las grandes inundaciones del Río Mississipi y las tormentas queasolaron el Norte de Europa ocurrieron en economías avanzadas ylos montos perdidos estremecieron las bases de las aseguradoras.En el ámbito latinoamericano, los desastres producidos por lossismos en Perú l970, en las ciudades de Managua l972, Guatemalal976, Popayán l983, México l985, El Salvador (l986) el aluvión quesepultó Armero l985, las grandes inundaciones de Buenos Aires(1985, 1992) y las ciudades del Nordeste y Litoral argentino (l998) ylos deslizamientos de Río de Janeiro inflingieron altos costos entérminos económicos, sociales y humanos.

6 Hewitt K., l997.—————7 Ver Satterthwaite D., 1997.

Construcción del riesgo, desastre y gestión ambiental urbana [Hilda María Herzer]

Page 56: Presentación - Ribei Digital Librarybiblioteca.ribei.org/301/1/redesma12.pdf · Presentación En los œltimos aæos se han suscitado una serie de eventos adversos a nivel internacional,

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estima que un 30% de incorporados a la red no estápagando la factura)9.

En numerosas ciudades pequeñas y medianas no esposible aún encontrar mecanismos de financiamientode mejoras de infraestructura, a través de la privatiza-ción de servicios y, por su parte, los gobiernos loca-les no poseen capacidad financiera para subsidiarestos emprendimientos.

Esto implicaría una dinámica de procesos de concer-tación persistente entre el sector público y los secto-res de bajos ingresos. Luego de la privatización delos servicios que se ha dado en un conjunto de ciuda-des, permanece aún un interrogante no resuelto: quéva a suceder con los ciudadanos que, a pesar de suvoluntad de pago, no pueden pagar los costos de laconstrucción y mantenimiento de infraestructura.Este problema se ve agudizado en un contexto comoel actual de pobreza, alto desempleo y precarizacióndel trabajo.

A pesar de los procesos en marcha actualmente, decambios en la provisión de servicios por parte delmercado, subsisten un conjunto de problemas. Estosse refieren a accesos y responsabilidades diferencia-les. Este acceso diferencial a los servicios, y la distin-ta calidad de los mismos según sectores, también vaconformando una producción diferencial del riesgoambiental urbano, al cual algunos sectores se hallanmás expuestos que otros. En suma, no se resuelve lacuestión de la gestión de la ciudad como colectivo ototalidad.

3.2 Hacia una participación sustentable10

La propuesta de implementar mecanismos de partici-pación conlleva, entre otras, algunas dificultades.

riesgo urbano. En esta ciudad los residuos líquidos sedesaguan al Río de la Plata prácticamente sin trata-miento (el 2% es tratado). Lluvias intensas recurren-tes generan periódicamente un proceso de riesgo deinundación a lo que se suma la creciente del río y lafalta de capacidad de la infraestructura de desagüespluviales. Por otra parte, las áreas de la ciudad dondeesto ocurre se han densificado a lo largo del tiemposin que haya existido un proceso correctivo. No exis-te un plan urbano ambiental que compatibilice, porejemplo, las normas de edificación con el nivel deinfraestructura existente, generando riesgos para elconjunto de la sociedad. (En los últimos diez años sehan producido veinte procesos severos de inundaciónque desencadenaron desastres, algunos con costossuperiores a los 250 millones de dólares).

Puede verse, a partir de otros casos -con respecto alservicio del agua- el aumento de la vulnerabilidadproducido a partir de la particular relación entre lainfraestructura de servicios con aspectos políticos,económicos y sociales de la población.

II Ejemplo referido a la capacidad de gestión delsector público, frente a la voluntad de priorizar nue-vas inversiones en infraestructura.

Es importante esta referencia porque aún existe, enAmérica Latina, una baja conciencia sobre la rele-vancia de profundizar el mantenimiento de la infraes-tructura existente.

En este sentido, aparece como clave el hecho de con-formar consorcios con organizaciones comunitariaspara concertar políticas de gestión. Un desafío actuales encontrar la forma para que sectores comunitariosse involucren en el mantenimiento de los servicios.Han habido casos desarrollados con éxito, a través dela participación activa de las familias con una estrate-gia comunitaria. A la inversa, en algunos asentamien-tos bajos e inundables que requieren bombas de des-agote en casos de lluvia, la falta de una estrategiacomunitaria para operar y mantener estas bombas haresultado en un incremento del riesgo de desastre.Frente a estos casos suele depositarse la responsabili-dad en el organismo público. Ante la amenaza súbita,se comprueba que la dotación de servicios o infraes-

tructura no funciona, amplificándose el nivel de ries-go.

3.1 Contextos sociales y políticos que coadyuvan ala generación de riesgo

La privatización de los servicios de agua ocurre, porlo general, a nivel local: cada ciudad privatiza sinarticular políticas a veces dentro de la propia ciudadni con otros niveles jurisdiccionales, otras ciudades oregiones8. (En el área metropolitana de Buenos Aires,la privatización incluyó la Capital y 13 municipios delos 25 que conforman el área. Posee un sistema des-articulado en el que el sector público y privado no secoordinan para una gestión sanitaria lo que dificultala gestión de las fuentes de agua y de los efluentesque impactan a la misma unidad urbanoterritorial).

A esta fragmentación se le suma otra, en el interiorde la ciudad. Allí existen sectores diversos, con acce-sos diferenciales a los servicios. En una ciudad exis-ten bolsones de pobreza. Los standards de provisiónde servicios están espacial y socioeconómicamentediferenciados dado que buena parte de las familiasallí asentadas no pueden pagar los servicios sin laexistencia de subsidios adecuados. (Los costos actua-les del servicio de agua y cloaca privatizado dejan delado a la población de bajos recursos; en el área me-tropolitana una familia debe pagar entre 900 y 1.200dólares para incorporarse al servicio de red, ademásde abonar luego el precio del servicio).

Diversos estudios muestran la existencia de una cier-ta voluntad de pago por parte de población de escasosrecursos. Sin embargo, a la hora de tener que efectuarsu pago la población no puede hacerlo porque debehacer frente a diferentes necesidades económicascomo parte de sus condiciones de existencia.(Porejemplo en el área metropolitana de Buenos Aires, se

Unas están implícitas en la necesidad, por parte delos ciudadanos, de disponer del tiempo y los recursosnecesarios para realizar una efectiva participación.Otra, es que por lo general, se concibe a un serviciourbano como un problema técnico y no como un pro-blema con dimensiones sociales y políticas. Tomardecisiones junto con técnicos con base en criteriosprincipalmente técnicos no es fácil, a veces, por eltipo de lenguajes -lógicas de expertos- que suelenutilizar.11 El sistema de decisión tiende en estos casosa cerrarse, a volverse auto-suficiente y a no requerirde la intervención de actores diferentes a los especia-listas. Así el alcance de los procesos participativos seve limitado a una eficacia instrumental que se aco-moda a los dictámenes de la racionalidad tecnocráti-ca.

Asimismo, se encuentra la situación de los sectoresde más bajos ingresos frente a la retracción del estadoen materia de provisión de servicios sociales y urba-nos. Las prestaciones de servicios por parte de lasempresas privadas se hallan, en buena medida, vincu-ladas a las oportunidades y fortalecimiento de proce-sos de participación social, en el sentido de negocia-ción, que se abren. Sin embargo, los sectores de bajosingresos se enfrentan a la situación de que debenatender a numerosos contextos y espacios de gestiónsimultáneamente. Numerosos líderes comunitarios seencuentran en la contradictoria disyuntiva de atendersu propia reproducción económica y la de sus fami-lias, a la vez que deben dedicar gran parte de su tiem-po a los mecanismos de negociación y concertaciónpolítica, social y económica que la nueva etapa lesexige.

La descentralización de los sistemas de gestión y elfortalecimiento de los sistemas de participación anivel local dependen también de la resolución de esadisyuntiva, así como de la posibilidad de coordinaren un proyecto la acción de los diferentes gruposcívicos de la ciudad.

—————8 Esto no significa que la gestión pública anterior a la privatización

fuera coordinada; existían diferentes subsistemas institucionales concentros de gestión, con normas y operaciones distintas para unamisma ciudad metropolitana.

9 Diario Ambito Financiero. 28-02-96

—————10 La existencia de una gestión pública democrática es un requisito

fundamental para que puedan darse prácticas que incorporan laparticipación ciudadana como componente del proceso de gestión;esto supone un fortalecimiento de la idea de lo público a nivel local,que implica un mutuo compromiso de colocar el interés común porencima de los apetitos particulares, de introducir normas y mecanis-mos que permitan al estado prestar servicios o regular la interven-ción de otros actores en esa prestación a la luz del interés colectivo,de responder por las consecuencias de la actuación y de abrir loscanales para la participación ciudadana.

—————11 Cf. Rodriguez A. y Velazquez F., 1994

Construcción del riesgo, desastre y gestión ambiental urbana [Hilda María Herzer]

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Revista Virtual REDESMA - Octubre 2011 - Vol. 5(2)

Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 5757 esta es una publicación de Cebem

estima que un 30% de incorporados a la red no estápagando la factura)9.

En numerosas ciudades pequeñas y medianas no esposible aún encontrar mecanismos de financiamientode mejoras de infraestructura, a través de la privatiza-ción de servicios y, por su parte, los gobiernos loca-les no poseen capacidad financiera para subsidiarestos emprendimientos.

Esto implicaría una dinámica de procesos de concer-tación persistente entre el sector público y los secto-res de bajos ingresos. Luego de la privatización delos servicios que se ha dado en un conjunto de ciuda-des, permanece aún un interrogante no resuelto: quéva a suceder con los ciudadanos que, a pesar de suvoluntad de pago, no pueden pagar los costos de laconstrucción y mantenimiento de infraestructura.Este problema se ve agudizado en un contexto comoel actual de pobreza, alto desempleo y precarizacióndel trabajo.

A pesar de los procesos en marcha actualmente, decambios en la provisión de servicios por parte delmercado, subsisten un conjunto de problemas. Estosse refieren a accesos y responsabilidades diferencia-les. Este acceso diferencial a los servicios, y la distin-ta calidad de los mismos según sectores, también vaconformando una producción diferencial del riesgoambiental urbano, al cual algunos sectores se hallanmás expuestos que otros. En suma, no se resuelve lacuestión de la gestión de la ciudad como colectivo ototalidad.

3.2 Hacia una participación sustentable10

La propuesta de implementar mecanismos de partici-pación conlleva, entre otras, algunas dificultades.

riesgo urbano. En esta ciudad los residuos líquidos sedesaguan al Río de la Plata prácticamente sin trata-miento (el 2% es tratado). Lluvias intensas recurren-tes generan periódicamente un proceso de riesgo deinundación a lo que se suma la creciente del río y lafalta de capacidad de la infraestructura de desagüespluviales. Por otra parte, las áreas de la ciudad dondeesto ocurre se han densificado a lo largo del tiemposin que haya existido un proceso correctivo. No exis-te un plan urbano ambiental que compatibilice, porejemplo, las normas de edificación con el nivel deinfraestructura existente, generando riesgos para elconjunto de la sociedad. (En los últimos diez años sehan producido veinte procesos severos de inundaciónque desencadenaron desastres, algunos con costossuperiores a los 250 millones de dólares).

Puede verse, a partir de otros casos -con respecto alservicio del agua- el aumento de la vulnerabilidadproducido a partir de la particular relación entre lainfraestructura de servicios con aspectos políticos,económicos y sociales de la población.

II Ejemplo referido a la capacidad de gestión delsector público, frente a la voluntad de priorizar nue-vas inversiones en infraestructura.

Es importante esta referencia porque aún existe, enAmérica Latina, una baja conciencia sobre la rele-vancia de profundizar el mantenimiento de la infraes-tructura existente.

En este sentido, aparece como clave el hecho de con-formar consorcios con organizaciones comunitariaspara concertar políticas de gestión. Un desafío actuales encontrar la forma para que sectores comunitariosse involucren en el mantenimiento de los servicios.Han habido casos desarrollados con éxito, a través dela participación activa de las familias con una estrate-gia comunitaria. A la inversa, en algunos asentamien-tos bajos e inundables que requieren bombas de des-agote en casos de lluvia, la falta de una estrategiacomunitaria para operar y mantener estas bombas haresultado en un incremento del riesgo de desastre.Frente a estos casos suele depositarse la responsabili-dad en el organismo público. Ante la amenaza súbita,se comprueba que la dotación de servicios o infraes-

tructura no funciona, amplificándose el nivel de ries-go.

3.1 Contextos sociales y políticos que coadyuvan ala generación de riesgo

La privatización de los servicios de agua ocurre, porlo general, a nivel local: cada ciudad privatiza sinarticular políticas a veces dentro de la propia ciudadni con otros niveles jurisdiccionales, otras ciudades oregiones8. (En el área metropolitana de Buenos Aires,la privatización incluyó la Capital y 13 municipios delos 25 que conforman el área. Posee un sistema des-articulado en el que el sector público y privado no secoordinan para una gestión sanitaria lo que dificultala gestión de las fuentes de agua y de los efluentesque impactan a la misma unidad urbanoterritorial).

A esta fragmentación se le suma otra, en el interiorde la ciudad. Allí existen sectores diversos, con acce-sos diferenciales a los servicios. En una ciudad exis-ten bolsones de pobreza. Los standards de provisiónde servicios están espacial y socioeconómicamentediferenciados dado que buena parte de las familiasallí asentadas no pueden pagar los servicios sin laexistencia de subsidios adecuados. (Los costos actua-les del servicio de agua y cloaca privatizado dejan delado a la población de bajos recursos; en el área me-tropolitana una familia debe pagar entre 900 y 1.200dólares para incorporarse al servicio de red, ademásde abonar luego el precio del servicio).

Diversos estudios muestran la existencia de una cier-ta voluntad de pago por parte de población de escasosrecursos. Sin embargo, a la hora de tener que efectuarsu pago la población no puede hacerlo porque debehacer frente a diferentes necesidades económicascomo parte de sus condiciones de existencia.(Porejemplo en el área metropolitana de Buenos Aires, se

Unas están implícitas en la necesidad, por parte delos ciudadanos, de disponer del tiempo y los recursosnecesarios para realizar una efectiva participación.Otra, es que por lo general, se concibe a un serviciourbano como un problema técnico y no como un pro-blema con dimensiones sociales y políticas. Tomardecisiones junto con técnicos con base en criteriosprincipalmente técnicos no es fácil, a veces, por eltipo de lenguajes -lógicas de expertos- que suelenutilizar.11 El sistema de decisión tiende en estos casosa cerrarse, a volverse auto-suficiente y a no requerirde la intervención de actores diferentes a los especia-listas. Así el alcance de los procesos participativos seve limitado a una eficacia instrumental que se aco-moda a los dictámenes de la racionalidad tecnocráti-ca.

Asimismo, se encuentra la situación de los sectoresde más bajos ingresos frente a la retracción del estadoen materia de provisión de servicios sociales y urba-nos. Las prestaciones de servicios por parte de lasempresas privadas se hallan, en buena medida, vincu-ladas a las oportunidades y fortalecimiento de proce-sos de participación social, en el sentido de negocia-ción, que se abren. Sin embargo, los sectores de bajosingresos se enfrentan a la situación de que debenatender a numerosos contextos y espacios de gestiónsimultáneamente. Numerosos líderes comunitarios seencuentran en la contradictoria disyuntiva de atendersu propia reproducción económica y la de sus fami-lias, a la vez que deben dedicar gran parte de su tiem-po a los mecanismos de negociación y concertaciónpolítica, social y económica que la nueva etapa lesexige.

La descentralización de los sistemas de gestión y elfortalecimiento de los sistemas de participación anivel local dependen también de la resolución de esadisyuntiva, así como de la posibilidad de coordinaren un proyecto la acción de los diferentes gruposcívicos de la ciudad.

—————8 Esto no significa que la gestión pública anterior a la privatización

fuera coordinada; existían diferentes subsistemas institucionales concentros de gestión, con normas y operaciones distintas para unamisma ciudad metropolitana.

9 Diario Ambito Financiero. 28-02-96

—————10 La existencia de una gestión pública democrática es un requisito

fundamental para que puedan darse prácticas que incorporan laparticipación ciudadana como componente del proceso de gestión;esto supone un fortalecimiento de la idea de lo público a nivel local,que implica un mutuo compromiso de colocar el interés común porencima de los apetitos particulares, de introducir normas y mecanis-mos que permitan al estado prestar servicios o regular la interven-ción de otros actores en esa prestación a la luz del interés colectivo,de responder por las consecuencias de la actuación y de abrir loscanales para la participación ciudadana.

—————11 Cf. Rodriguez A. y Velazquez F., 1994

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riesgo y en la responsabilidad y afectaciónfrente a los desastres.En los ejes del conflicto, pueden identificarsedos aspectos. Por una parte, que los intereseseconómicos sean compatibles con los inter-eses sociales. Por otra parte, que haya unarelación entre decisiones y acciones entre elcorto, el mediano y largo plazo.En términos de escalas y actores, puede cons-truirse una tipología que enlace a agentes so-ciales y escalas, a lo largo de las variables deriesgo y desastre.a) Agentes que actúan en la ciudad e incidenen la construcción del riesgo ambiental en lamisma área urbana y que son distintos a losimpactados por el desastre. (Por ej. fábricascontaminantes de arroyos, cuyas aguas conta-minadas afectan la salud de un asentamiento).b) Agentes que actúan en el ámbito urbano yparticipan en la construcción de riesgo cuyoimpacto es percibido en la región circundante(Por ej. uso de aguas contaminadas en la agri-cultura).c) Agentes que actúan en el ámbito regional ycuyas acciones contribuyen a generar el riesgoen el ámbito urbano (Por ej. uso de riego, pes-ticidas o fertilizantes que contaminan el aguaque beben sectores de un barrio de la ciudad).Esta tipología podría abrirse aún más.

5. Al igual que en el concepto de participación ,en el de desarrollo sostenible, se utiliza unmarco demasiado amplio y no se tiene encuenta las diferentes experiencias y apropia-ciones de muy diversos actores con diferentespotencialidades políticas y socio-económicas.Estas incluyen a las diferencias entre norte ysur , entre empresas privadas nacionales einternacionales, entre ciudadanos/ gobiernos/empresas. Es decir, ver las diferencias al inter-ior de realidades estudiadas bajo conceptos degran amplitud, por ejemplo, el concepto de lo“privado”, incluye tanto a una gran empresacomo un hogar de bajos ingresos, siendo que,obviamente, existen numerosas diferencias deacceso a bienes, responsabilidades, capacidadde demanda y negociación, etc.

Estos cinco núcleos de investigación-acción puedenser extendidos y constituir una base conceptual yempírica para abordar problemas de gestión ambien-tal urbana y construcción social del riesgo.

4 Hacia una agenda de investigación y ac-ción

El análisis de algunas de las cuestiones planteadasdescubre objetos/sujetos significativos para la inves-tigación. Cinco de estos núcleos temáticos son:

1. El tema de la diversidad de actores sociales(privados y públicos; individuales y organiza-cionales) que son los protagonistas de los pro-cesos socioambientales y de la construccióndel riesgo.La investigación debe dilucidar las responsa-bilidades, las lógicas, los conflictos y los con-sensos. Basándose en experiencias concretas,se debe continuar documentando las prácticasde los actores, las relaciones con sectores delgobierno y las formas de aplicar, cumplimen-tar o evadir las normas legales.

2. El conjunto de actores y de políticas que giranen torno al problema que constituye el hechode que la ciudad sea un bien público. Unacaracterística de la gestión del riesgo es queatraviesa numerosas áreas de acción institu-cional. El dilema es cómo coordinar, concer-tar, integrar a los distintos sectores, lo cualinvolucra factores ambientales, económicos,sociopolíticos y culturales.

3. Con respecto a bienes colectivos -las infraes-tructuras urbanas- su producción correspondeal estado, aunque en el presente se encuentredelegada en actores privados mediante losprocesos de privatización. Sin embargo, elestado aún mantiene su responsabilidad, lacual debe ejercer por medio de normas deregulación y políticas de control. De no ejer-cerse tal responsabilidad del sector público,surgen las condiciones para el desarrollo de unconjunto de riesgos para la seguridad y la sa-lud.La tendencia a privatizar y, en consecuencia, aimplementar soluciones parciales, que nomuestran una visión integrada orientada albien público, puede dar lugar a un incrementode las condiciones de riesgo. Potencialmente,estas situaciones pueden conducir a poner en

cuestión aspectos de la gobernabilidad.Las relaciones institucionales e inter-jurisdiccionales, que atraviesan temáticas co-rrespondientes al medio ambiente deben forta-lecerse para contribuir a un desarrollo exitosode la gestión urbana sustentable. Los recursosplantean diversos dilemas. Por ejemplo, elcaso de los cursos de agua, que no reconocenfronteras. Casos como este muestran que sedeben mejorar los mecanismos de acuerdo ycoordinación entre diferentes niveles concu-rrentes. Estos incluyen: niveles de gobierno,espacio local/espacio global, público/privado,sectores técnicos/ sectores administrativos,sociedad implicada/organismos de decisión.

4. Más allá de los problemas hasta ahora plantea-dos, existe una cuestión de escalas espaciales/territoriales de análisis, presente en el momen-to de abordar el problema del uso de bienescomunes en el contexto urbano. Como se ob-serva, estos diversos niveles se vinculan tam-bién con distintos actores sociales implicados,que no sólo difieren por sus capacidades polí-ticas, económicas y sociales sino también porlas diferentes escalas en donde realizan susacciones. En los procesos de construcción deriesgo, hay actores sociales involucrados queno concuerdan necesariamente con aquellosque padecen los desastres.Su forma de percibir los procesos, así como laconciencia crítica que desarrollan tambiénvarían y se hallan sesgadas por sus diversosposicionamientos sociales. Así, por ejemplo,signos de deterioro urbano, muchas vecespotencian la aparición de desastres, que a suvez, contribuyen, de no haber acciones pre-ventivas a una profundización del deteriorodel medio ambiente urbano. En este punto,hay que tener en cuenta que las formas espa-ciales urbanas son socialmente producidas poragentes sociales concretos, que pueden o nocoincidir con los implicados por los desastres.Por ejemplo, los propietarios del suelo urbano,los promotores inmobiliarios, el gobierno ylos diversos grupos sociales participan de mo-do diferencial en la construcción social del

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riesgo y en la responsabilidad y afectaciónfrente a los desastres.En los ejes del conflicto, pueden identificarsedos aspectos. Por una parte, que los intereseseconómicos sean compatibles con los inter-eses sociales. Por otra parte, que haya unarelación entre decisiones y acciones entre elcorto, el mediano y largo plazo.En términos de escalas y actores, puede cons-truirse una tipología que enlace a agentes so-ciales y escalas, a lo largo de las variables deriesgo y desastre.a) Agentes que actúan en la ciudad e incidenen la construcción del riesgo ambiental en lamisma área urbana y que son distintos a losimpactados por el desastre. (Por ej. fábricascontaminantes de arroyos, cuyas aguas conta-minadas afectan la salud de un asentamiento).b) Agentes que actúan en el ámbito urbano yparticipan en la construcción de riesgo cuyoimpacto es percibido en la región circundante(Por ej. uso de aguas contaminadas en la agri-cultura).c) Agentes que actúan en el ámbito regional ycuyas acciones contribuyen a generar el riesgoen el ámbito urbano (Por ej. uso de riego, pes-ticidas o fertilizantes que contaminan el aguaque beben sectores de un barrio de la ciudad).Esta tipología podría abrirse aún más.

5. Al igual que en el concepto de participación ,en el de desarrollo sostenible, se utiliza unmarco demasiado amplio y no se tiene encuenta las diferentes experiencias y apropia-ciones de muy diversos actores con diferentespotencialidades políticas y socio-económicas.Estas incluyen a las diferencias entre norte ysur , entre empresas privadas nacionales einternacionales, entre ciudadanos/ gobiernos/empresas. Es decir, ver las diferencias al inter-ior de realidades estudiadas bajo conceptos degran amplitud, por ejemplo, el concepto de lo“privado”, incluye tanto a una gran empresacomo un hogar de bajos ingresos, siendo que,obviamente, existen numerosas diferencias deacceso a bienes, responsabilidades, capacidadde demanda y negociación, etc.

Estos cinco núcleos de investigación-acción puedenser extendidos y constituir una base conceptual yempírica para abordar problemas de gestión ambien-tal urbana y construcción social del riesgo.

4 Hacia una agenda de investigación y ac-ción

El análisis de algunas de las cuestiones planteadasdescubre objetos/sujetos significativos para la inves-tigación. Cinco de estos núcleos temáticos son:

1. El tema de la diversidad de actores sociales(privados y públicos; individuales y organiza-cionales) que son los protagonistas de los pro-cesos socioambientales y de la construccióndel riesgo.La investigación debe dilucidar las responsa-bilidades, las lógicas, los conflictos y los con-sensos. Basándose en experiencias concretas,se debe continuar documentando las prácticasde los actores, las relaciones con sectores delgobierno y las formas de aplicar, cumplimen-tar o evadir las normas legales.

2. El conjunto de actores y de políticas que giranen torno al problema que constituye el hechode que la ciudad sea un bien público. Unacaracterística de la gestión del riesgo es queatraviesa numerosas áreas de acción institu-cional. El dilema es cómo coordinar, concer-tar, integrar a los distintos sectores, lo cualinvolucra factores ambientales, económicos,sociopolíticos y culturales.

3. Con respecto a bienes colectivos -las infraes-tructuras urbanas- su producción correspondeal estado, aunque en el presente se encuentredelegada en actores privados mediante losprocesos de privatización. Sin embargo, elestado aún mantiene su responsabilidad, lacual debe ejercer por medio de normas deregulación y políticas de control. De no ejer-cerse tal responsabilidad del sector público,surgen las condiciones para el desarrollo de unconjunto de riesgos para la seguridad y la sa-lud.La tendencia a privatizar y, en consecuencia, aimplementar soluciones parciales, que nomuestran una visión integrada orientada albien público, puede dar lugar a un incrementode las condiciones de riesgo. Potencialmente,estas situaciones pueden conducir a poner en

cuestión aspectos de la gobernabilidad.Las relaciones institucionales e inter-jurisdiccionales, que atraviesan temáticas co-rrespondientes al medio ambiente deben forta-lecerse para contribuir a un desarrollo exitosode la gestión urbana sustentable. Los recursosplantean diversos dilemas. Por ejemplo, elcaso de los cursos de agua, que no reconocenfronteras. Casos como este muestran que sedeben mejorar los mecanismos de acuerdo ycoordinación entre diferentes niveles concu-rrentes. Estos incluyen: niveles de gobierno,espacio local/espacio global, público/privado,sectores técnicos/ sectores administrativos,sociedad implicada/organismos de decisión.

4. Más allá de los problemas hasta ahora plantea-dos, existe una cuestión de escalas espaciales/territoriales de análisis, presente en el momen-to de abordar el problema del uso de bienescomunes en el contexto urbano. Como se ob-serva, estos diversos niveles se vinculan tam-bién con distintos actores sociales implicados,que no sólo difieren por sus capacidades polí-ticas, económicas y sociales sino también porlas diferentes escalas en donde realizan susacciones. En los procesos de construcción deriesgo, hay actores sociales involucrados queno concuerdan necesariamente con aquellosque padecen los desastres.Su forma de percibir los procesos, así como laconciencia crítica que desarrollan tambiénvarían y se hallan sesgadas por sus diversosposicionamientos sociales. Así, por ejemplo,signos de deterioro urbano, muchas vecespotencian la aparición de desastres, que a suvez, contribuyen, de no haber acciones pre-ventivas a una profundización del deteriorodel medio ambiente urbano. En este punto,hay que tener en cuenta que las formas espa-ciales urbanas son socialmente producidas poragentes sociales concretos, que pueden o nocoincidir con los implicados por los desastres.Por ejemplo, los propietarios del suelo urbano,los promotores inmobiliarios, el gobierno ylos diversos grupos sociales participan de mo-do diferencial en la construcción social del

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Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios 6060 esta es una publicación de Cebem

esta revista se edita con el auspicio de:Referencias bibliográficas[] Banco Mundial. Argentina, Managing Environmental Pollution: Issues and Options. Volumen II (1995), Report no. 14070-AR.

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