PROPRIET. LETTERARIA RISERVATA%20Glotodi… · Los niveles de tono. 3.8. 3.7. Contornos inales ....

167

Transcript of PROPRIET. LETTERARIA RISERVATA%20Glotodi… · Los niveles de tono. 3.8. 3.7. Contornos inales ....

  • PROPRIETA. LETTERARIA RISERVATA

    © Copyright 1978 by Liviana Editricc - Padova

    Stampato in Italia - Priuted in Italy

    TIPOGRAFIA «LA GARANGOLA» - PADOVA

  • 23

    41

    65 73

    í N D I C E

    Presentazione di Luigi Heilmann IX

    I. LINGüíSTICA Y GLOTODIDACTICA

    1.1 . y textos tradicionales . 11 .2.

    MétodosMétodos científicos internacionales 5

    1.3. Las direcciones lingüísticas y la glotodidáctica 7

    II. DOS LENGUAS EN CONTRASTE

    2.1. Español e italiano. Afinidad e interferencias . 15

    III. FONOLOGíA, FONÉTICA Y PROSODIA

    3.1. Un punto de partida: la fonología .3.2. Fonética

    Proceso de percepción y emisión de los sonidos .Interferencias de base

    3.3.3.4.

    Los rasgos prosódicosExtensión de las unidades melódicas

    27283137

    (lengua escrita).3.5.

    3.6. AcentoLas unidades melódicas en la expresión oral

    ritmo. Los niveles de tono

    3.8.3.7. Contornos finales .

    Carácter exposición de los enunciados-base

    y

    y

    VI I

    44

    73

  • 8681

    90

    IV. LA PRIMERA ARTICULACióN

    4.1. Ftmción de la gramática en el aprendizaje de las segundas lenguas .

    4.2. Morfemática (sobre el género) .

    4.3. La forma « lo » .4.4. Demostrativos;

  • P R E S E N T AZI O N E

    La pratica didattica delle lingue straniere e venuta assumendo, in questi ultimi decenni, una importanza ed una dignita del tutto particolari, attraverso un aggancio, sempre piü stretto e decisivo, con l'indagine sul fenomeno linguistica ( nelle sue diverse manifestazioní) in generale. AlZa base dell'insegnamento linguistica, non sta dunque piü l' assunzione e l' applicazione del! a grammatica tradizionale attraverso un processo di ripetizione e memorizzazione, puramente empírico, di modelli essenzialmente letterari. Al contrario la didattica delle lingue ha ormai una sua dignita scientifica che si traduce in applicazioni diverse a seconda dei diversi punti teorici di partenza, ma che in sostanza trova la sua un ita nel principio dell' es ame contrastivo delle lingue poste a confronto.

    La grammatica contrastiva fa dunque ormai parte della linguistica senza aggettivo; ne rappresenta una specializzazione che ha gia segnato i suoi progressi anche se il ciclo evolutivo di essa non puó dirsi ancora c01npiuto. La grammatica contrastiva infatti si e fino ad oggi caratterizzata sul piano tipologico incentrando il proprio lavara sul confronto di strutture identificate e definite dall'analisi linguistica strutturale di ciascuna delle lingue poi messe a confronto. Questo caratterizza la grammatica contrastiva, ma al tempo stesso ne segna il limite. L'ulteriore passo che eleve essere com.piuto, perseguendo un attento lavara di ricerca, e rappresentato dalla definizione di un « tertium comparationis »,

    IX

  • in altre parole di una macro-struttura di riferimento che altro non puo essere se non una traduzione in uno schema logicostrutturale degli universali linguistici. E chiaro che ogni analisi e proposta che venga offerta in questo campo cli stucli, quanclo sia fonclata su una seria analisi clei fatti e si tracluca in m.eclitate proposte applicative, rappresenti un contributo al progresso clegli stucli.

    Questo e, a mio avviso, il caso di questa Glotodidáctica del español di J. M. Saussol che affronta i diversi problemi muovendo dall' assunzione cli ipotesi di fondo, frutto di nzeditata riflessione e di lunga esperienza diclattica.

    Necessariamente l'impostazione generale del libro si incentra su un piano fondamentalmente tipologico; tuttavia la consiclerazione piu generale e fontana di quello che piit sopra ho chiamato « tertium cmnparationis ,, costituisce in realta la base profonda che regge tutto l' edificio. L' autor e puo cos'i Ílnpostare il suo discorso con una organicita intrínseca che va malta al cli la di quelle che sano di norma le notazioni contrastive finalizzate alZa clidattica. Il suo dire, in tal modo, assume i caratteri cli una progressione nella quale le singole unita e i diversi livelli si concatenano gerarchicamente e offrono un quaclro, al tempo stesso teorico e applicativo, la cuí congruenza con le esigenze della didattica, risalta con particolare evidenza.

    Il libro di J. M. Saussol assume cos't il carat tere di una necessaria introduzione alZa didattica clello spagnolo per gli italofoni. Cio e malta importante perché volgannente si ritiene che la notevole somiglianza, piu di struttura superficiale che non di struttura profonda, tra le due lingue possa esimere dal parle in rigoroso rapporto contrastivo e consentire una pratica didattica empírica piit facilmente che non per altre lingue. lo ritengo invece che i docenti di lingua spagnola in Italia dovranno meditare attentamente queste pagine, prima di organizzare sistematica1nente il loro piano didattico. Essi veclranno che malta parte della loro pratica quotidiana dovra esse mutata e constateranno che

    X

  • i risultati del loro insegnamento miglioreranno quantitativamente e qualitativamente se esso sara impostato secando le linee che qui vengono proposte.

    Ma non e solo ai docenti di spagnolo che il testo del Saussol si indirizza. Anche lo studioso, per quanto informato esso sia, di lingue moderne dal punto di vista dell' analisi della loro struttura trovera qui abbondanti ragioni di meditazione e di ripensamenti. E quindi con piacere che accolgo nella nostra callana e presento al pubblico dei lettori e degli utentí questo libro meditato, in un certo senso sofferto, informatissimo, per molti aspetti innovatore e comunque degno di una attenta lettura critica.

    LUIGI HEILMANN

    Bologna, Universita, rnaggio 1978.

    XI

  • I. LINGÜíSTICA Y GLOTODIDÁCTICA *

    1 . 1 . Métodos y textos tradicionales

    Ante el hecho no sólo repetido hoy a nivel de enseñanza media, sino incluso en las universidades, de la utilización de métodos para el aprendizaje de una segunda lengua, sometidos aún a la didáctica de la gramática tradicional, cabe preguntarse si las nuevas directrices de la lingüística contemporánea no ofrecen recursos válidos que subsanen la manifiesta ineficacia de esos métodos. En efecto, no deja de producir un cierto estupor que estudiantes dedicados por algunos años al estudio del inglés, del alemán, del francés, del castellano, abandonen los centros de enseñanza con la incapacidad de construir estructuras elementales en esas lenguas, que sean aceptables bajo el aspecto de la primera articulación, por no hablar de la segunda 1 ; sin embargo, tal vez recordarán de memoria la conjugación del

    '' Manifiesto mi agradecimiento a los profesores Luigi H eilmann y Rinaldo Froldi por la lectura de estas páginas en su prilnera redacción y por sus inestimables sugerencias durante la composición de este trabajo.

    1 Sobre la dicotomía primera articulación, de capital y segundaimportancia para la elaboración de todo método glotodidáctico, véase A. Martinet, Eléments de linguistique générale, Paris, 1960. Con el fin de hacer más accesible el texto a los lectores de habla española, me referiré aquí a la traducción castellana del mismo por J. Calonge, Elementos de lingüística general, Madrid, 1968. Información sobre esta cita se halla en las págs. 25-27. Por el mismo motivo señalado, seguiré el criterio de citar traducciones españolas, siempre que las mismas ofrezcan todas las garantías científicas necesarias.

    1

  • irregular caber, probablemente sin haber realizado enunciado alguno con este verbo, la lista del vocabulario de la página x, titulado La casa o las reglas del buen uso del artículo determinado, con sus correspondientes excepciones, cómo no, nociones mnemónicas que, por tener relativa utilidad práctica, están destinadas a corta vida o a ser empleadas mal si se diera el caso de una « utilización real en situaciones concretas » . Me refiero explícitamente a las nociones chomskianas de competencia y actuación (Chomsky, 1964, 1970), generalmente desatendidas en los textos normativo-prescriptivos. Pero, una vez demostrado que los nuevos estudios lingüísticos sí ofrecen abundante material para una formulación diversa de la glotodidáctica, y que este material sirve de hecho para la elaboración de métodos cuya eficacia se ha evidenciado ampliamente, sólo nos queda co|atar, no sin una cierta pesadumbre, que la supervivencia dañosa de métodos y textos basados en la concepción taxonómica del lenguaje, en el sentido tradicional de la palabra, se debe exclusivamente a la carencia de estructuras adecuadas en las instituciones educativas vigentes, que permitan a los profesores de lenguas un encauzamiento, con el justo enfoque, de su labor. Y es que la enseñanza lingüística, no sólo en Italia, deja mucho que desear tanto a nivel escolar como universitario, constituyéndose así un círculo vicioso, situación de la que son víctimas los escosares de hoy, y, esperemos que no, los de mañana. Toca por tanto al profesor la tarea de ponerse al día en la materia que enseña, procurarse por su cuenta lo que no le ha sido dado, y, de esta forma, preparar un futuro mejor al desarrollo científicopráctico de la enseñanza de las lenguas, sobre cuya vital importancia no es preciso poner énfasis.

    Nada sería más fácil que demostrar prácticamente el carácter acientífico de los métodos a que aludo, así como la inexactitud de las descripciones de la cadena hablada, ya desde un punto de vista fonológico, ya morfemático, ya sintáctico. Por otra parte, embarcarse en semejante tarea comportaría un esfuerzo inútil, con resultados dudosamente prácticos, e, inevitablemente, daría a mi trabajo un cariz polémico que prefiero eludir. Es de señalar globlamente en estas grmnáticas españolas

    2

  • para italianos un defecto de enfoque general, que reside en su estancamiento, en ese permanecer en la concepción taxonómica del lenguaje, i. e. , en la primera etapa de investigación que, necesariamente, ha debido basarse, come sucede en todas las ciencias, en observar y clasificar hechos (Nique, 1974, 1975), para, a través de ellos, alcanzar la norma y - reside aquí el error de base -, formular la prescripción, sin contemplar los principios saussurianos diacronía-sincronía, {Ue confluyen en la concepción de la lengua como un ser vivo, en continua transformación. A este propósito transcribo las palabras de Martinet:

  • enfoque adecuado de cualquier meto

    la parte dedicada a la

    de la lengua en

    un método para la

    con esa primera

    de la « Associazione Ispanistide noviembre 1976, los pro

    de nuestras escuelas y unide

    comedido enfoque de la situación,

    después de señalar las impro« Isi rifanno a

    indubbio, in tal senso, che seproblema di dimostrare quali siano i

    il suo cospicuo

    addirittura indispensabili contributi ».

    habla (Martinet, 1960, 1968: 12-37; Malmberg, 1967, 1969: 13-23), trascendentales para un dología, sino, sobre todo, en la adopción de una didáctica a cuyos resultados nos hemos referido arriba, que sigue el camino inverso de la que propondremos aquí. Así, en fonología y a la fonética, no siempre delimitada, la descripción de los sonidos precede a su realización oral, el grafema al fonema, la norma a la estructura.. . ; procedimientos todos que traicionan la identidad misma del lenguaje y, por ende, crean interferencias, confusionismo y no ciertamente neohablantes cuestión, finalidad ésta última que debe ser la primera a considerar ante la elaboboración o elección de enseñanza de las segundas lenguas 3•

    A pesar de todo lo expuesto, somos conscientes de la deuda immensa contraída por la lingüística de hoy ciencia que es la grmnática normativa tradicional, ante la cual es preciso observar una actitud reverentemente científica, y, por lo tanto, crítica.

    En el reciente « Convegno di Studio »3Italiani », celebrado en Pisa los días 3 y 6fesores de español allí reunidos han hecho amplio eco

    dede la dificultad

    en que se hallan para desarrollar su labor docente, precisamente por lacarencia de un método apropiado en que basar su labor. Pero más queproponer soluciones, se pusieron en tela de juicio las diversas gramáticas normativas que circulan at:m en la mayoríaversidades. El Profesor Edoardo Vineis, del

  • 1 .2. Métodos científicos internacionales

    Ante la carencia de una metodología didáctica del español para italófonos, el profesor, en muchos casos, se decide por improvisar o experimentar un método propio con diversos criterios pedagógicos, no siempre acertados o exentos de riesgos considerables, como el de tomar como punto de partida lo que estima que sean coincidencias entre ambas lenguas, para ir introduciendo anárquicamente las divergencias lingüísticas, todo ello, en el peor de los casos, a través de la grafía como primer recurso para afrontar la lengua a percibir, cuya característica básica es la de ser, más que nada, expresión oral (Adelstein, 1973 : 14 ). Sólo si el profesor posee una satisfactoria formación lingüística, puede aventurarse a hacer suyo el conocido refrán castellano « cada maestrillo tiene su librillo », pues, en caso contrario, segura y fatalmente, los resultados de su entusiasmo se quedarán a la altura de los dos diminutivos de la proposición.

    Pero no es cierto que el profesor de español esté totalmente desproveído de material válido. Me refiero a los numerosos cursos de español para extranjeros elaborados con un criterio audiovisual, y más concretamente al experimentado en el

  • A la dificultad soslayable de la adaptación del método - que exige un conocimiento notable del italiano, así como una cierta familiaridad con la lingüística contrastiva 4 -, se une la exigencia para su uso de contar con un número reducido de estudiantes, cuya asistencia a la exposición de todas las tmidades didácticas es imprescindible, circunstancia que obstaculiza su uso en las facultades, tal y como está concebida la universidad italiana hoy. Además, la aplicación del método presupone una atenta preparación del docente, práctica sobre todo, dado que las explicaciones incluidas en el Libro del profesor, a pesar de su claridad, son insuficientes sin una previa asistencia a los cursos de iniciación, organizados por los autores o por centros donde el método haya sido experimentado. A los escollos anotados, hay que añadir que el enfoque estructural-global del método, confía casi enteramente al profesor el proceso didáctico, delicadísimo, de la creación, a través de la fase explotación pedagógica de las estructuras, ya asimiladas bajo sus aspectos de la segtmda y la primera articulación, forma y contenido, correctamente expuestos. Esta fase incluye los imprescindibles ejercicios dramatización, conversación sobre las imágenes..., realizables exclusivamente por hablantes de lengua madre española o por los que han conseguido en ella un raro grado de perfección, que les capacite a la corrección idónea de conmutaciones y creaciones. Dado que en la enseñanza media la didáctica de las lenguas se confía a italianos, el uso: del material en cuestión no creo que sea aconsejable en todos los casos.

    A pesar de la validez científica y práctica del método aquí considerado como modelo, de cuyos méritos indudables dan

    4 Señalo al respecto la exposición, de gran interés, de E. Lorenzo, Lingüística de contrastes y estilística multilateral, en

  • continuamente fe numerosos centros de enseñanza, a causa de las dificultades, aplicables a otros métodos afines, que entraña su adopción cuando las circunstancias no son favorables, y dada la ausencia de una Lengua española para italófonos con los requisitos indispensables a los que aludíamos en § estimamos que se impone la elaboración de una nueva glotodidáctica de este idioma, dirigida a los estudiantes italianos y basada en los principios que estimamos pertinentes, de los que nos ocupamos adelante.

    1 .3 . Las actuales direcciones lingüísticas y la glotodidáctica

    La consideración del lenguaje desde puntos de vista y metodologías diversas origina las distintas corrientes lingüísticas actuales, cuya común finalidad es el análisis científico del hecho de la comunicación humana. A pesar de que la finalidad última de estas corrientes no sea ocuparse de la didáctica de las segundas lenguas, como se refieren al lenguaje en general, ofrecen material idóneo para la elaboración del nuevo método. Pasemos ahora a observar brevemente las fundamentales a través de una consideración que, por la economía de este trabajo, ha de ser global, para después de un inevitable contraste, centrarnos en la que estimamos que ofrezca las garantías de realismo, eficiencia y simplicidad, en base a la cual, por obvios motivos de coherencia, establecer el criterio a seguir en la tarea que nos proponemos realizar. La alusión a conceptos harto conocidos resultará inevitable, y, así lo esperamos, fmctífera.

    * * ·k

    La dirección estmcturalista, - entroncada como las demás en el común denominador saussuriano, quien con su Cours de Linguistique Général (Saussure, 1914-1959) abre el camino a la lingüística moderna -, considera el lenguaje como estructurado, i. e., constituido por elementos discretos «delimitados entre sí con precisión, y sin ningún paso gradual del uno al otro » (Malm

    7

  • berg, 1967, 1969: 20-23), susceptible, por tanto, de ser analizado en unidades independientes mínimas, con una determinación funcional en base a las relaciones que observan con otras unidades, con las que se combinan en el sistema de posibilidades de comunicación, esto es, las relaciones sintagmáticas o contrastes; o en relaciones paradigmáticas u oposiciones, « que se conciben entre unidades que pueden figurar en un mismo contexto y que, en este contexto por lo menos, se excluyen mutuamente>> (Martinet, 1960, 1968: 37), como es el caso de buen, excelente, mal, en la secuencia Es un buen vino. Esto equivale a decir: una lengua es un sistema de elementos, y su forma peculiar no sólo lo caracteriza, sino que lo opone a los que tienen otras formas. La aplicación de estos principios a la glotodidáctica resulta decisiva. Considérese, sólo por dar un ejemplo, que la fonología estructural, de acuerdo con este planteamiento, se ocupa primero de las :relaciones de los elementos fonéticos y del análisis formal de los sistemas con ellos construidos, relegando a un segundo momento la consideración del factor físico, puramente fonético, procedimiento que presupone una gran economía de esfuerzos en el momento de presentar la segunda lengua, por no hablar de resultados, pues si primero digo que 1 s 1 fonéticamente es apicoalveolar, cóncavo, con matiz palatal, fricativo, sordo. . . introduzco conceptos que no hallan aplicación inmediata a hechos ya conocidos, a anteriores experiencias de recepción auditiva e intentos, controlados por el profesor, de reproducción oral de estructuras tipo Las casas y los refugios están lejos, que presenta ya buena parte de las posibilidades contrastivas de realización de [ s ] . Sólo después de la práctica oral, una vez asimiladas las posibilidades contrastivas y oposicionales de 1 s 1 en un número determinado de enunciados simples, la explicación fonética, no siempre necesaria, adquirirá una justificación, un sentido, y contribuirá a integrar el proceso de aprendizaje del elemento fonético dado. No se puede calibrar hasta qué punto sea trascendental la ordenación del material lingüístico, siguiendo una precisa jerarquía en consonancia con el hecho a presentar - « une hiérarchie des faits adéquate a l'objet » (Martinet, 1955: 13) .

    8

  • Notamos hasta aquí, en líneas generales, una adecuación entre estructuralismo y funcionalismo que, como ya se ha apuntado arriba, derivan de la doctrina saussuriana y pueden considerarse como aspectos de una misma tendencia: interpretación del lenguaje, con todos sus elementos, como un sistema funcional de carácter oposicional y diferencial (Llorente, 1967: 410); en efecto, estructura y función constituyen el centro de ambos criterios 5, pero mientras el formalismo estructural tiende a simplificar la naturaleza de los hechos lingüísticos, el realismo funcionalista los observa en su complejidad, aceptándolos como son y describiéndolos en todos sus aspectos. Ambos planteamientos científicos cuentan con un enfoque funcional, pero si el estructuralismo relega la función a un segundo plano, el funcionalismo la destaca, consciente de que ésta, y sólo ésta, determina el valor lingüístico de la forma misma (Lamíquiz, 1973 : 147). Es oportuno apelar aquí a la razón, en nuestra opinión justa, que Martinet aduce al respecto: « La objeción que ocurre más espontánea contra el estructuralismo es, ciertamente, que al reconcentrarse en la estructura, cualquiera que ésta sea, ilnpedirá necesariamente a los investigadores escudriñar exactamente los hechos observables y hará que desatiendan cuanto obste a sus esfuerzos por erigir construcciones teoréticas » (Martinet, 1 962, 1971 : 16). De todo cuanto expongo se deduce que la estructura del lenguaje no es sino un aspecto de su funcionamiento, que la función está en la misma base de la realidad del lenguaje, con una relación entre ellos semejante a la que hay entre cimiento y casa, y, puesto que la finalidad de la glotodidáctica

    5 Para un examen pormenorizado y profundo de la cuestión, ver L. Heilmann, Linguistica filosofia, en « Quaderni dell'Istituto di Glottoelogia », II, 1957, págs. 3-19. El autor, después de fererirse a las direcciones estructuralistas americanas y de Copenhague, las contrasta con las de Praga, escuela que " ... pone al centro del proprio studio la sostanza organizzata linguisticamente. La sostanza in sé priva di validita linguistica, acquista significato linguistica quando assuma valore funzionale ai finicomunicativi e le unita che esercitano lo stesso tipo di funzione, classificate secondo i loro caratteri di sostanza, linguisticamente validi, e definite oppositivamente, si strutturano nei sistemi costituiti dalle varie combinazioni di questi caratteri » (págs. 15-16). La consideración de que la sustancia funcional,adquiere significado lingüístico cuando asume valornos sitúa ya en el umbral del funcionalismo.

    9 2

  • es la de encauzar en su justa dimensión el aprendizaje de segundas lenguas, de acuerdo con esa realidad, nos parece que la lingüística funcionalista, en contraste con la estructural, ofrezca las garantías más válidas para el enfoque general del nuevo método que nos ocupa.

    Por último, el generativismo-transfo:rmacionalismo se nos presenta a modo de una epistemología; una teoría de la teoría lingüística, en la que la adecuación componente creativo- componente sintáctico puede darnos la pauta de su plasmación doctrinal, de indudable interés incluso en terreno pedagógico, ya que al sistema de considerar como base de la enseñanza de las segundas lenguas el error y su corrección, opone una educación mentalista del aprendiz, a quien se debe poner en condiciones de elegir « formas lingüísticas funcionales a comunicar en determinadas situaciones>> (De Mauro, 1971 : 24-25 ) . Nadie duda del interés de las decisivas aportaciones de Chomsky en el terreno de la ciencia del lenguaje contemporánea, pues al situar en el centro de su teoría el proceso de creación lingüística, ilumina no pocos sectores, antes oscuros, en el ámbito de la didáctica de la comunicación (Chomsky, 1966; Nivette, 1970, 1973 : IX-XIII y 88-89). Baste recordar que muchas normas de transformación de enunciados, llevadas a cabo en los laboratorios lingüísticos, no son sino derivación de las reglas expuestas con anterioridad en la primera gramática de Chomsky, aunque muchas veces hayan sido realizadas « en base a una correcta intuición de la lengua>> (Chomsky, 1957, 1975 : 1 15-124).

    Estimamos, sin embargo, que una orientación didáctica exclusivamente generativista, comportaría dificultades, a veces no salvables, en el terreno práctico de la enseñanza, sobre todo en lo referente a la preliminar educación mental de los estudiantes, al afrontar la necesidad de una correcta formulación de estructuras profundas y superficiales y a causa del riesgo que supone el peligroso contacto, no siempre claramente delimitado, entre la sintaxis y el léxico. Por otra parte, el mismo Chomsky, a propósito de la adopción como método de enseñanza de lenguas extranjeras el que lleva a la adquisición de sus sistemas crea

    10

  • tivos, consciente de las dificultades señaladas, declara: «Debo manifestar francamente mi escepticismo, por lo que a la enseñanza de las lenguas se refiere, ante el significado de las intuiciones y los conocimientos a los que se ha llegado en lingüística y en sicología [ . . . ] Una vez más, quisiera subrayar que las implicaciones de estas ideas para la enseñanza de las lenguas no me resultan en absoluto claras » (Chomsky, 1966; Nivette, 1970, 1973: 91-92).

    No cabe duda, pues, que la economía y efectividad de medios que el funcionalismo ofrece son, a todas luces, más prácticos e inmediatos para el fin que nos hemos propuesto. Así, la aceptación del semantema tal cual es, evita el resbaladizo contacto entre la sintaxis y el léxico al cual aludíamos arriba 6, yal partir de datos manifiestos, i. e. , de la estructura superficial, dando por supuesta la profunda, el funcionalismo no sólo ofrece más posibilidades, sino que presupone la notable ventaja, en el momento de presentar la segunda lengua, de ponernos inmediatamente en contacto con la concreta realidad de su plasmación oral.

    Con el fin de ilustrar las observaciones generales expuestas y avalar su resultado, propongo como ejemplo concreto los distintos puntos de vista y enfoque de un mismo fenómeno lingüístico: la pasiva en español, diversamente observada desde los tres criterios arriba anotados:

    a) Para algunos lingüistas de orientación estructural, el enunciado La casa es destruida, por identificarse formalmente con La casa es vieja, no debe ser registrado en la gramática como exponente de la pasiva, pues se identifica con la atribución

    6 Véase al respecto A. Martinet, Elementos, cit. Dice el autor: « Tradicionalmente se distingue entre com y diciendo que el uno es un -osemantema y el otro un morfema. Esta terminología tiene el inconvenientede sugerir que sólo el semantema estaría dotado de sentido, mientras que el morfema estaría privado de él, lo que es inexacto. ( ... ) sería mejor designar como lexemas simples a los monemas cuyo valor está en el léxicoy no en la gramática, y conservar morfema para designar los que como -o aparecen en las gramáticas'' (pág. 23). Es igualmente útil a este fin la distinción del mismo autor entre monemas ylexicales monemas gramaticales, en El lenguaje desde un punto de vista funcional, cit., págs. 74-75.

    1 1

  • - la diferencia entre ambos es de contenido; no hay entre una oposición de elementos gramaticales, sino léxicos. Esta identificación presupone así mismo el paralelismo adjetivo-participio como catagorías; la consideración del agente en La noticia es divulgada por los periódicos se reduce forzosamente a una mitación del atributo divulgada (Alarcos, 1972: 124-132).

    b) El resultado de la gramática generativa en este sector es paralelo a la interpretación de Alarcos, pues consciente aquélla de las dificultades que presupone la explicación de la pasiva a través de un constituyente pasivo en el indicador a

  • nominal, en los enunciados pasivos se manifiesta como adjetivo verbal: el participio que, en su junción con ser, acciona los cone tactos de los signos nominales en contraste, y que las correspondencias sistemáticas entre activa y pasiva se delimitan por la dirección del signo verbal y por la relación diversa de las expansiones determinantes - los agentes -, con el núcleo verbal (Saussol, 1977 : cap. VI, en especial § 40, 46 y 57).

    El enfoque realista-funcional en este sector, como en tantos otros, ofrece una ordenación jerárquica y una clara distinción científica de los hechos lingüísticos, en base al análisis de las unidades bajo la bipolaridad significante-significado (Martinet, 1960, 1968: 22-24), demarcándolas inequívocamente, en secciones diversas, de acuerdo con la función que desarrollan en la cadena; circunstancias que garantizan las características ideales de realismo, eficiencia y simplicidad, y que señalan al funcionalismo como análisis lingüístico idóneo para formular una glotodidáctica en consonancia con su finalidad primordial: el aprendizaje satisfactorio, oral y escrito, de las segundas lenguas.

    1 3

  • II. DOS LENGUAS EN CONTRASTE

    2 . 1 . Español e italiano. Afinidad e interferencias

    Antes de exponer nuestros puntos de vista sobre la glotodidáctica funcional del castellano, es preciso que nos detengamos a considerar el factor interferencias, objeto primero de una seria meditación ante la enseñanza de las segundas lenguas, dirigida a un determinado sector de hablantes, sobre cuya lengua vernácula intentamos radicar los nuevos hábitos de la segunda. La dicotomía presentada aquí, por referirse a dos códigos semejantes, ofrece la ventaja de constituir el ejemplo más expresivo y útil a nuestro propósito.

    El profesor de español para italófonos, o viceversa, se encuentra inicialmente a su favor con el privilegio de poder presentar la segunda lengua desde la lengua misma a enseñar, sin apelar a la vernácula de los estudiantes para la exposición de los nuevos hechos lingüísticos, pues tratándose de dos sistemas afines, la comprensión, sobre todo a nivel elemental, no se obstacularizará como normalmente ocurre en la enseñanza de otras lenguas, p. e., el chino para franceses, caso en que el profesor, aunque base los enunciados a transmitir en imágenes o situaciones concretas, de ordinario hallará dificultades superables sólo con una buena dosis de imaginación y habilidad. Pero es precisamente ahí, en la afinidad de los dos sistemas, útil en este caso

    1 5

  • para la didáctica en su exacta dimensión, donde reside la mayor dificultad para aprenderlas bien, pues aprenderlas mal es bastante fácil.

    La afinidad italiano-español es, a mi entender, un factor superficial, basado más que nada en semejanzas externas, y, s i se me permite e l símil, una máscara con la que frecuentemente se ocultan falsas correspondencias, incluso en ocasiones en que la identidad parece total desde un punto de vista morfológico y léxico. Tomemos como ejemplo el vocablo casa en el enunciado castellano Aquella casa tiene doce pisos, realizable en italiano Quel palazzo ha dodici piani, en el cual se muestra cómo [ 'kasE] en español se plasma de modo diverso a [ 'ka.fa] en italiano, y que palazzo, en esta última lengua, tiene más amplias direcciones semánticas que en español, pues palacio se refiere exclusivamente a vivienda noble y nunca a casa de pisos, por lo que traducción morfológica Aquel palacio tiene doce pisos no se adecúa a la sustancia del enunciado italiano. Los ejemplos podrían formularse hasta el infinito, poniéndose así en evidencia, una vez más, que las lenguas no son nomenclaturas (Martinet, 1960, 1968: 16-17), como ingenuamente tienden a considerar los viejos métodos y los diccionarios tradicionales, y que en el caso concreto que nos ocupa, la afinidad morfológica puede ser una ventaja si se presenta bajo el doble cariz de coincidencias y divergencias, con producción, en cada caso, de un número de enunciados razonable que culmine en la fijación de todas las posibilidades estructurales, funcionales y semánticas del signo dado, pero, al mismo tiempo, viene a ser arma de dos filos, fuente de interferencias capaces de provocar la emisión de enunciados de contenido opuesto a la intención real de quien los realiza; tal es el caso del común Vengo da te, a primera vista Vengo de tu casa en lugar de Voy a tu casa, y Vuoi salire?, en que el parelismo formal salire-salir mueve a engaño al producir ¿Quieres salir? en vez de ¿Quieres subir?, por no mencionar la lista de vocablos inocentes, castos en español, que a oídos de los italófonos resultan de contenido no precisamente cándido, y viceversa, cuyas interferencias mutuas pueden provocar situa

    16

  • ciones divertidas o embarazosas según la oportunidad del momento 1.

    Estimamos que el problema de las interferencias originadas por las coincidencias morfológicas, en relación con el contenido real y plasmación funcional-estructural de una forma dada, debe ser considerado minuciosamente antes del planteamiento del nuevo método, con el fin de reducirlas al mínimo, o, mejor aún, eliminarlas a través de una serie de ejercicios que tiendan a fijar, en el nuevo corpus que adquiere el neohablante del español, la función o funciones de los elementos del dictum, así como la posibilidad de sus diversas virtualidades semánticas, en dependencia con los otros elementos de la cadena con que se relaciona, no dando jamás para su estudio las tristemente clásicas listas de vocabulario, que acentuarían las dificultades, sino estructuras adecuadas en que un determinado signo adquiera dimensión real en contraste con los demás, con producción de un mensaje coherente, fácilmente aprehendible por su calidad de ser vivo y, de aquí, aplicable a una situación concreta, sin olvidar sus posibilidades de conmutación (Lado, 1964), y expuestas, siempre que sea posible, bajo forma dialogada, para ser fieles a esta básica característica del lenguaje (Arcaini, 1968: 127- 131 ).

    Otras interferencias, no menos peligrosas, operan en el ámbito de la fonología, la fonética, la prosodia, la morfemática yla sintaxis, de las que sucesivamente nos ocuparemos, y a nivel de la forma interior de la lengua, en idea humboldtiana. Con el fin de evidenciar el contraste de las dos lenguas en este último, trascendental sector, ilustro la anotación con un único ejemplo, escogido, entre muchos otros por su inmediata expresividad: la frase idiomática Tomar el pelo o por el pelo, que obedece a circunstancias sociales e históricas bien precisas (como se recordará, para los visigodos el cabello y la barba eran símbolo de fuerza viril y de respetabilidad, hasta el punto de que no se podía reinar sin ellos - baste citar la decalvación de Wamba

    1 Arealidad

    propósito de las coincidencias morfológicas, en contraste con la funcional y léxica de los signos lingüísticos de ambos sistemas,

    y las perturbaciones que tales semejanzas originan, propongo el estudio de Meregalli ( 1955), así como las útiles consideraciones de Arce (1976: 40-43).

    17

  • y sus consecuencias), se plasma como reflejo de esta tradición, viva en el Cantar de Mio Cid, en cuyos versos aparece con cuencia. Véase, p. e.:

    Essora el Campeador prísos a la barba;

    « Grado a Dios que

  • 1el

    Se impone, por lo tanto, aclarar a los estudiosos español, desde el primer momento, que la extendida voz de que español se parece tanto al italiano que no merece la pena perder tiempo con su estudio, no deja de ser un tópico funesto, al que, en cierta medida, se debe la escasez de estudiantes de esta lengua en Italia, motivada también por la actitud de los organismos competentes que parecen desestimar la importancia del estudio del castellano 2, quizá porque caen también ellos en el mismo engaño: dos pueblos consanguíneos como lo son Italia y España, son consanguíneos en todo. Desde luego no aprecian que su cultura en general, su producción literaria y, sobre todo, su vida social son profundamente diversas, circunstancias que repercuten necesariamente en los vehículos de expresión de dos naciones, parientes sí, pero marcadas por improntas geográficas e históricas, a menudo opuestas . Quizá sea éste el móvil que justifique la actitud de las mencionadas instituciones, quizá no. Es posible que se muevan ellas también al compás que marca la moda, que hasta a las lenguas atañe; compás proveniente de determinaciones misteriosas por las que, inesperadamente, se decide que hoy debemos hablar inglés, ruso o francés, sin más, porque sí, porque las modas femeninas, caprichosas son y hay que seguirlas. ¿O porque hasta las lenguas mismas cambian color de vestido según el viento político de la estación, moda al fin, y pasajera como las demás? Si es por una u otra de las razones señaladas, no lo sé. Lo cierto es que, sobreponiendo motivos reales a los baladíes presupuestos anotados, declaramos otra vez que el castellano, además de contar con una tradición literaria de primer orden, viva en el presente, resulta ser la segunda lengua occidental por el número de hablantes 3, y si esta esti

    2 Véase la Presentación de M. Sito Alba al 1 Seminario sobre Problemas del Español en Italia, en

  • rnable realidad socio:cultural pudiera ser menospreciada por quienes buscan razones más contundentes para dedicarse al estudio de una lengua (las económicas), hasta en este sector hay más de un motivo que aconsejaría una prudente reconsideración y valuación del castellano, que aspira, en justicia, a ocupar puesto que le corresponde en las escuelas y en las universidades de Italia, reconocido desde hace mucho en los centros de estudio de tantas otras naciones civilizadas.

    Las diferencias entre ambas lenguas son patentes a nivel expresión oral; más acentuadas en la expresión escrita, en que, corno es notorio, el italiano tiende, a nivel de alta prosa, a un retoricismo que el castellano actual rechaza, y de ahí la dificultad de verter sus textos a la lengua llana y más austera riojano San Millán de la Cogolla. Son oportunas aquí las palabras de Cado Tagliavini ( 1 947: 261 ): « E convinzione cornune negli Italiani, colti e incolti, che lo Spagnolo sia, per un italiano, una lingua facile, anzi la lingua straniera piu facile ( . . . ) Che cos1 non sia, sanno invece per esperienza tutti gli Italiani che, con serieta di intenti, hanno studiato la lingua di Cervantes ( . . . ) Si arriva cosl. al paradosso che un Italiano di bu o na volanta che cominci in parí tempo lo studio dello spagnolo e del tedesco e coltivi ambedue le lingue con ugual diligenza, dopo un auno conoscera rneglio lo spagnolo del tedesco, circa in rapporto di 10: 1 , dopo due, di 8 : 3 poi di 7 : 5, ma dopo quattro anni il grado di conoscenza sara circa uguale, e dopo cinque tradurra piú correttarnente dall'italiano in tedesco che dall'italiano in spagnolo ». Abundo en la apreciación de Tagliavini, recogida también por Arce ( 1976: 27), y, aparte la reprobación que merece el hecho de estudiar dos lenguas contemporánearnente a nivel elemental, señalo la facilidad de los italófonos en alcanzar la estructura primaria del castellano en los ocho meses del primer

    1977, págs. 12-15. Los autores se refieren a los paises y zonas del mundo de habla hispana, al número actual de hispanófonos (unos 260. millones y, según estadísticas, 400 millones para el año 2.000) y a los centros de enseñanza, escuelas y universidades extendidas por todo el mundo, en las que se concede la importancia, que de hecho tiene, la quinta lengua de la tierra, el castellano, después del chino, el inglés, el ruso y el hindú.

    20

  • año académico; facilidad que sucesivamente se convierte en un lento, pesado caminar hacia estructuras sintácticas más complejas.

    He querido apelar a estas consideraciones, por demás conocidas en los sectores de la enseñanza del castellano en Italia, porque estimo que una glotodidáctica del español para italófonos, como ya he apuntado arriba, debe dedicar una especial atención al problema de las afinidades entre ambas lenguas, que, en resumidas cuentas, aportan más daños que beneficios en el momento y después de su aprendizaje; para favorecerlo y obtener resultados óptimos, será preciso localizar los puntos clave, a los que nos referiremos aquí en la medida de lo posible, donde las interferencias, el influjo de la lengua vernácula actúa negativamente y, como consecuencia, tenerlos bien presentes en el momento de la elaboración de los ejercicios (Martinet, 1960, 1968: 210-213).

    2 1

  • pues sin la percepción de nuevos hábitos

    me decido a adoptarlo por

    « Alfabé'i:O Fonético Inter

    planteamiento de todo método los lectores que deseen profundizar

    ( 1969, 1975), dedicado

    de los hablantes cultos de la

    . .. un corpus amplio

    y completa Pattem of English"

    el planoel acertado

    975: 225-227). Marginalmente,

    23

    el de la Revista

    III. FONOLOGíA, FONÉTICA Y PROSODIA

    3 . 1 . Un punto de partida: la fonología *

    El aprendizaje de una segunda lengua se basa en la adquisición de nuevos hábitos auditivos, los sonidos es imposible su reproducción oral;

    Navarro* Las transcripciones castellanas de este trabajo son las usadas por

    Tomás ( 1971 : 32), alfabeto fonético que refleja de Filología Española, II, 1915, págs. 374-376;su utilidad y porque parte de este estudio se basa en la obra del ilustre fonetista, a cuyas publicaciones me refiero con frecuencia. Para la transcripción de lenguas no castellanas. utilizo elnacional ».

    Nuestra intención en este breve apartado no es otra que la de subrayar la importancia de la fonología ante elglotodidáctico científicamente válido. Aen este sector, además de las otras obras señaladas en la bibliografía anexa, recomiendo el estudio de James W. Harris a examinar el componente fonológico de una gramática generativa transformacional de un dialecto del español: elCiudad de México. La intención del autor se manifiesta en las siguientes premisas : a) « ... esclarecer hechos muy estudiados de la pronunciación española mediante la presentación de una teoría de estos hechos bajo la forma de una gramática generativa » y b ), ofrecer «y detallado de datos en forma apropiada para comprobar ciertas partes de la teoría fonológica universal, cuya exposición más reciente se halla en Chomsky y Halle ( 1968), The Sound( 1975: 17).

    Sin duda, los estudiosos del español hallarán en el libro de Harris una rica fuente de consulta y valiosas indicaciones no sólo en estrictamente fonológico, sino también fonético, como, p. e., enfoque de los valores de [S, Z, s, z, X, x] ( 1

  • de los órganos de fonación, que deben adquirir, a través de verdaderos ejercicios gimnásticos, la precisa elasticidad requerida para la correcta pronunciación de sonidos antes no familiares; nuevos hábitos de realización rítmico-melódica de la cadena; nuevos hábitos de estructuración morfo-sintáctica de los signos lingüísticos y, finalmente, el hábito de ordenación mental diversa en base a la captación de una nueva lógica de estructurar la plasmación oral del pensamiento, en annonía con la fonna interior de la nueva lengua. Pese a . parecer reiterativo, la repetición de la palabra hábito es intencional, pues el vocablo presupone el contenido insiste11cia en algo; en este caso, insistencia se refiere a la primera virtud pedagógica que el profesor de lenguas debe tener y que, curiosamente, rima con paciencia.

    Considérese que desarraigar costumbres ya fijadas para sobreponer otras nuevas no es tarea fácil, y si esas querencias actúan negativamente en relación con las que intentamos radicar, como es el caso extremo del castellano para italófonos, más que nunca la palabra hábito se realiza en su concreta dimensión.

    Puesto que el lengγaje es un fenómeno eminentemente oral y se presenta bajo forma dialogada, la enseñanza de las lenguas se debe cimentar en esta dicotomía: sonido-diálogo. La introducción de la grafía en un primer encuentro con el nuevo sistema, obedece a una ordenación jerárquica de los hechos a la inversa, pues el grafema no es sino un sustentáculo convencional del fonema; su función, consecuentemente, adquirirá sentido una

    llamo la atención sobre las frecuentes referencias de este autor a las obras de T. Navarro Tomás, « pionero » de los actuales estudios fonológicos yfonéticos del castellano.

    El hecho de que, según nuestro criterio, el funcionalismo sea la corriente lingüística que más garantías ofrece para la elaboración del nuevo método, no implica que las demás corrientes, entre las que señalamos el generativismo-transformacionalismo por su innegable contribución al desarrollo de la ciencia del lenguaje, no aporten un precioso auxilio a la glotodidáctica (cf. § 1 .3 ).

    24

  • 33; 1δr:caini1

    vez que se obtenga la retención del mensaje oral, ya asimilado bajo sus aspectos formales : los fónicos con prioridad absoluta. Sólo entonces la grafía hallará su cauce lógico y el proverbio V erba volant, scripta manent adquirirá su sentido real (Martinet, 1960, 1968: 12-13) . No se puede calibrar la pérdida de tiempo y esfuerzos que supone introducir una lengua desde dos aspectos tan dispares como son el grafema y el sonido, método que, además de ir a contrapelo de la pedagogía elemental (se aprende a hablar antes que a escribir), no hace sino crear confusionismo, sensación de impotencia en los escolares y consecuente aversión ante un sistema de signos que se les antoja inaccesible sin serlo, precisamente por el modo e"rróneo, anómalo de mostrarlo.

    *

    * *

    Ante todo, el fonema (Alarcos, 1 96 1 : 23-35). ¿Desde qué perspectiva? ¿ El fonema corno realización del sonido en sí, i . e. , [8e're8u] con minuciosa explicación fonética de [8] ? Ya en § 1 .3, al referirnos a la fonología estructural, rechazarnos esta posibilidad por sus dudosos resultados pedagógicos. El hecho de la emisión del sonido debe considerarse primero no bajo el aspecto fonético, sino el fonernático, claro señalador de su función lingüística primaria, y de ahí su pertinencia, su carácter de unidad discreta, indispensable para el funcionamiento de la lengua (Martinet, 1960, 1968: 1968:. 6εζ70z, como se observa en l a confron tación 1 me g(l$tlm los pátos 1 ! me-gy$ tBn l oz gátos 1 en que la oposición fonemát ica /p/ , jg/ muestra de qué manera el sentido está . supeditado a la forma del mensaje fónico. La objeción aplicable a homonimias no es oportuna, dado que en 1 és únu Cíku rnónu 1 y en 1 és únu rnónu 1 la virtualidad de [ 'rnonu] , así como su función adjetiva o nominal, depende de la estructuración contextua!. En efecto, las posibilidades de realizaciones semánticas de un signo dado dependen del contexto de tal forma, que fuera de él se reduce a mera abstracción. En otras palabras : al contexto se debe la señalación de ciertas virtualidades y la anulación de otras, p. e . , Carlos tiene un perro (perro, virtualidad: animal) y Carlos es un perro

    25

  • (perro, virtualidad: una cualidad del animal, la pereza 1, como he tenido ocasión de señalar en otro lugar, con motivo del análisis de las funciones atributivas y predicativas de ser y estar (Martinet, 1960, 1968 : 46-48; Saussol, 1977: III y IV).

    De esto se obtiene que un fonema es pertinente cuando su presencia determina el sentido (Jakobson, 1963 : 103) : 1 káso 1 1 káOo 1 , 1 mómη 1 - 1 OónB 1 ; las oposiciones 1 S 1 - 1 e 1 y 1 m 1 1 e 1-tienen la función de señalar así mismo la naturaleza semántica diversa de los signos, a pesar de coincidir en los restantes fonemas; no es pertinente, sino irrelevante, la bipolaridad de realización meramente fonética de un mismo fonema, fricativo u oclusivo por motivos físicos de contactos nexuales, como, p . e., se observa en [ben] y [ 'ambos 'ils-en 'aOj-e aoaxo] (distinción [b] - [15]) ; [ 'graOj-es aJ] 'gustj es por l-e gitaf-e] (distinción [g] [g] ), cuyo análisis fonético con fines glotodidácticos realizaremos en el apartado siguiente. En todos estos casos, la falta de distinción entre sonidos oclusivos o fricativos no afecta a la sustancia de los enunciados. Lo mismo se aplica al sistema vocálico: las cinco vocales del español pueden ser abiertas o cerradas, con distinción fonética, nunca fonológica. Recordemos que el toscano, frente a la lengua de Castilla, cuenta con siete fonemas vocálicos en sílaba tónica (Arce, 1962: 48-52). Cabe, no obstante, hacer notar el fenómeno, insistir sobre él si se desea obtener 1.1y resultado discreto en la enseñanza del español, como más por extenso se observará en § 3.2.

    *

    * *

    A modo de conclusión, estimamos que la prioridad del fonema es trascendental para la glotodidáctica; que éste debe ser presentado a través de su función de unidad de la segunda articulación, integrante del signo lingüístico, bajo la bipolaridad forma-contenido, y por esto, en oposición fonemática con los

    1 Nótese que en la proposición italianá Giovanni e un cane, la virtualidad bellaco es diversa a la española en su estructura parale1a; un ejemplo más de las profundas divergencias de las dos lenguas a nivel de forma interior.

    26

  • demás; que el signo lingüístico en sí, el monema, es una vaga entidad no realizable sino dentro de un enunciado, en contraste con los demás elementos de la proposición 2, por lo que se concfuye que la presentación glotmlidácticamente aceptable de una lengua se debe sustentar en la formulación correcta de enunciados orales, pedagógicamente válidos, en que se muestre la función pertinente de los fonemas en el dictum, señalada por medio de los ejercicios de comnutación, que deben tender a la adquisición progresiva y global del código lingüístico, en base al cual asegurar la correcta producción de enunciados en la fase creativa del aprendizaje, en la que se pondrán de relieve las funciones de las diversas unidades que forman la estructura, de cuya plasmación formal en contrastes y oposiciones, depende la direccióFz sémanW tica, el contenido del dictum.

    3.2. Fonética

    Mientras la fonología establece el número de oposiciOnes y sus contactos recíprocos, la fonética se ocupa de la naturaleza física y fisiológica de las distinciones constatadas (Arcaini, 1968: 75); ambas constituyen, por tanto, las dos caras de una misma moneda. La distinción puede considerarse bajo el aspecto metodológico, ya tratado en § 1 . 1 , § 1 .3 y § 3.1 . en que tuvimos ocasión de constatar que la exposición fonemática se debe anteponer a la consideración fonética, por motivos no sólo lingüísticos, sino también didácticos. Pero no se puede dar la una sin la otra, pues la emisión de cualquier enunciado implica su realización forzosamente física, y de ahí fonética. A nivel de glotodidáctica, se trata, pues, de seguir el orden natural de jerarquías, al que repetidamente debemos aludir (Martinet, 1965 : 105).

    2 Ociosa es la aclaración: los enunciados constituidos por un único signo en la estructura superficial ¡Bonito!, tienen sentido completo; pero por estructura profunda presentan contraste con los otros elementos a que me refiero.

    27

  • Proceso de percepción y emisión de los sonidos

    La práctica cotidiana demuestra cómo los sonidos más ciles y nuevos para los extranjeros, les pueden llegar a ser familiares auditiva y oralmente, mediante el intento de su producción, sin apelar a explicaciones fonéticas de ningún tipo. En definitiva, resulta ser éste el mismo proceso que se observa en los niños, durante la fase del aprendizaje de la lengua materna 3, o de paterna también, como es el caso de cónyuges de nacionalidades distintas, los cuales, con buen criterio, se dirigen a ellos en sus respectivas vernáculas, obteniendo bien pronto resultados sorprendentes de bilingüismo, de identificación de códigos diversos en la persona del padre y la madre, ya desde la edad de dos años y medio. Es natural que los niños tiendan a expresarse en la lengua del medio ambiente en que crecen, pero al dirigirse al padre, quien desde el momento de su nacimiento se dirigió a ellos en español, producirán con toda probabilidad mensajes estructurados así: Andiamo a ved ere la ratita, Non ci sono bichos allí, etc., según tengo ocasión de observar directamente. Con tal proceder la comprensión queda asegurada y en el momento en que el niño se traslade al país de su otra lengua, se adaptará con facilidad a la producción espontánea de mensajes unilaterales en ella. Se habrá producido entonces la « separación en compartimientos separados » a que me referiré adelante (§ 4 . 1 ). De este modo, por medio de la constatación de que el habla particular, diferente del padre obedece a motivaciones prácticas tangibles (« ¡ Todos en España hablan como papá! » ) ,

    3 Konrad Lorenz, en su ensayo Die Riickseite des Spiegels. Versuch einer Naturgeschichte menschlichen Erkennens, München, 1973, trad. it., L'altra faccia dello specchio, Milano, 1974, refiriéndose al proceso de aprendizaje de la lengua materna en la infancia, dice: « L'apprendimento del linguaggio si fonda quindi su un programma filogenetico che rinnova in ogni bambino l'integrazione del pensiero concettuale innato e del lessico tramandato per via culturale. Questo miracolo della creazione riempie di rispetto e di commozione coloro che sano in grado di capirlo, ogni volta che hanno occasione di osservarlo in un bambino » (pág. 378). Añadiría que la satisfacción del profesor de lenguas ante el fruto de su obra, cumplida a conciencia en sus alumnos nií'ios, hablando en términos lingüísticos, es similar al respeto y a la conmoción a que se refiere Lorenz.

    28

  • se pondrá en marcha el mecanismo que les permitirá, si el proceso no se interrumpe, entrar en posesión de ambos sistemas, como fruto de la tenacidad y la constancia, cualidades indispensables para obtener resultados paralelos en las aulas de nuestros centros de enseñanza.

    Pero no es mi intención establecer un paralelismo total entre el mecanismo por el que un niño alcanza la posesión de su primer código lingüístico, y la posterior adquisición de otro, sino referirme a las afinidades que entre ambos procesos se advierten. En efecto, es preciso tener en cuenta dos factores, a los que también alude R. Lado ( 1964, 1974: 12), y que constituyen la base de la diferenciación:

    a) El niño se ve en la necesidad de aprender su primera lengua, pues no dispone de otro instrumento de comunicación. No ocurre así en el periodo de adquisición de la segunda, dado que el estudiante puede recurrir a la que conoce, al menos que el proceso tenga lugar en el país donde aquélla se habla y en condiciones óptimas, i. e . : siempre que el individuo se halle en un ambiente que le obligue a utilizarla, pues el sistema propio es incomprensible para la comunidad en que vive. Será labor del profesor reproducir esta valiosa circunstancia en clase, por medio de las motivaciones inmediatas, a las que me refiero adelante. Son múltiples los modos de crearlas en dependencia con los factores sicológicos de los diversos grupos de estudiantes, a menudo contrastados. En efecto, se observa que la suma de las características síquicas entre las personas que componen una clase, determinan la pec)J.liar personalidad de la misma, y de ahí la variedad, la riqueza de matices entre los grupos mismos; circunstancia que condiciona el comportamiento del profesor de lenguas, precisamente porque la recíproca comunicación constituye la raíz de todo quehacer didáctico, humano por excelencia, o a1 menos así debería ser. A causa de esto, los procedimientos válidos, en consonancia con un grupo determinado, no sirven para otro. Permítaseme un ejemplo concreto. Durante muchos años, siempre que la mayor parte de la clase esté de acuerdo, he recurrido al juego de la multa, i. e . : por cada palabra o expresión emitida en otra lengua que no sea

    29

  • la española, uno de los estudiantes anota, junto al nombre transgresor, la cantidad a satisfacer por el error (de 50 a 100 liras; depende de la cifra democráticamente establecida). A final de curso, con el dinero recogido, se hace una merienda campestre. La situación pudiera parecer un tanto pintoresca, por no decir pueril, pero, al mismo tiempo no cabe duda que funciona, sobre todo en clases a nivel elemental. Es curioso observar cómo los estudiantes ( de 1 8 a 35 años, o más) compiten, se divierten . . . y aprenden.

    b ) Mientras la mente del niño, en el momento de percibir e intentar la emisión de enunciados en su lengua, se encuentra tam quam tabula rasa, sin que ningún otro elemento anteriormente adquirido perturbe el curso del aprendizaje, el estudiante de una segunda lengua debe afrontar las interferencias que originan los esquemas estructurales, los hábitos de la vernácula, fijados ya. Como se habrá advertido, este factor constituye la temática central de mi trabajo .

    En definitiva, se trata del fenómeno de imitación de sonidos, común a los humanos y a algunos animales subcategorizados como irracionales. Es cierto que la edad del individuo condiciona la rapidez de asimilación, pero se debe valorar también, además de la juventud receptiva y mental de los sujetos (no siempre determinada por el número de años), hasta qué punto resulta perturbadora la acción de la primera lengua sobre la segunda a captar (cf. § 2 . 1 ) . En ese primer momento, tan delicado, de la nueva experiencia fónica, es oportuno apelar al recurso, ya mencionado, de las motivaciones inmediatas : así como, llegada la hora, el niño siente un impulso incontenible de hallar un nombre, una serie de sonidos articulados capaces de evocar y señalar las cosas, sus necesidades y sentimientos propios, y en esa especie de bautismo lingüístico, con honda satisfacción, a sí mismo se encuentra al materializar en sonido su pensamiento, de forma paralela el donador de una segunda lengua debe recrear esas motivaciones, por medio de la ficción de hacer olvidar lengua materna, generando con este procedimiento el incentivo que pone en marcha el aprendizaje de otra. Ocurre. así con los

    30

  • individuos transplantados en regiones lingüísticas diversas de la propia y se ven en la imperiosa necesidad de realizarse oralmente como cuando eran niños, sin apelar a estudios de fonética.

    Interferencias de base

    Sin embargo, con relación a la glotodidáctica, no se duda que en determinados casos la explicación fonética ayuda a concluir el ciclo de aprendizaje de un fonema dado. Recurrir a ella es conveniente, p. e . , en el caso al que aludíamos en § 3 . 1 de una bipolaridad irrelevante de realización de un mismo sonido; lo que no constituye rasgo pertinente en el campo de la lingüística, atañe a la correcta emisión fónica de la cadena. Centrémonos tm momento en el ejemplo arriba anotado: sabido es que las consonantes sordas intervocálicas latinas [p] , [t] , [k] sonorizan en romance a través de sus correspondientes [b] , [d] y [g] (Menéndez Pidal, 1962: 92, 97, 99, 1 10; Lapesa, 1959: 62-63, 1 14, 1 16 ; 30, 58, 1 14, 1 16 ; 29, 90), mientras que el italiano se conserva fiel, en la mayoría de los casos, al modelo latino (Rolhfs, 1966: I, 286289), p. e., amicus > amico, aprilis > aprile, amatus > aɂnato.

    Se explica así la tendencia de los italófonos a pronunciar [b] . como oclusiva en [a'1srir] , lo mismo que [g] en [ 'lugulsr8] , realización fonética lejana del uso castellano, en que se emiten como fricativas salvo en los casos bien localizables de inicio absoluto de segmento fónico, después de pausa, o en contacto con nasal anterior. Esta inclinación de los italófonos, en cuya lengua no se da la bipolaridad oclusión-fricación con respecto a estas consonantes, provoca resultados peores por lo que a la pronunciación correcta de [d] se refiere, tan abundante, p. e . , en los participios pasados [el)te'ra:do] , en que la tendencia de la lengua, vigorosa a nivel popular, no se detiene sólo en la suave fricación de [ d] hasta el punto de hacerla poco perceptible, sino que va más allá, hasta su completa eliminación: [el)te'ra :o] , corrientísima en español coloquial (Navarro Tomás, 197 1 : 101-103), sector en que se impone progresivamente uso vülgar en las formas nominales en [ d] final absoluta, tales como virtud [bir'tu] , juventud [xuTieJ)'tu] , libertad [ liber'ta] etc., normalmente realizadas sin [d] (sólo en el singular), incluso entre personas cultivadas, y

    31

  • tt:aril!mente fiestax.VersióΎ) a ----§

    que los italófonos tienden a marcar inoportunamente, por interferencia con sus correspondientes sordas en el caso de íntervocalismo, y por interferencia también, esta vez proveniente de la inclinación natural del italiano a marcar la última consonante de una palabra, precisamente porque le son extrañas, circunstancia que les mueve a emitirlas con un énfasis contrario a las tendencias fonéticas del castellano, más inclinado a evidenciar las vocales que las consonantes a nivel de lengua coloquial, porque su uniformidad fonética se debe a la « sencillez, claridad y firmeza » de su sistema vocálico (Navarro Tomás, 1 97 1 : 75).

    Lo mismo es aplicable al morfema -s del plural, j erárquicamente trascendental por su función de rasgo pertinente, que los italianos tienden a pronunciar con marcado arrastre sibilante y hasta con adición de vocales epitéticas, pues al realizarlo frecuentemente como sonoro, parece natural añadir una vocal, que viene a ser la de la última sílaba; por consiguiente, dicen [ 'niJJof:0] en lugar de [ 'niJJos] , [ 'flor;:JJ:a] en vez de [ 'flor;:Js] , etc., al comportamiento de la lengua, que mani

    subrayarlo, o l o absorve ante [f] ( [es'fere] ) y[ 8 ] ( [;:Jk58;:J'lel)t;:J] con tendencia a suprimir su timbre sibilante en contacto anterior con [f] produciéndose, en lugar del común [z] (posición final de sílaba ante consonante sonora: [ 'mΏzmo]), la fricación de [r] : [ lg.I'fΐy;:Js] (Navarro Tomás, 1971 : 105-109). Recuérdese además que esta tendencia congénita del castellano alcanza su máxima expresión en Andalucía y Extremadura, donde la s final, ante consonante o pausa, se realiza con una ligera aspiración.

    El estudio fonético-contrastivo de [s ] - [z] del español y [s ] - [J] del italiano, interesa en términos glotodidácticos, pues en este sector las interferencias fónicas mutuas se manifiestan más persistentes entre hispanófonos e italófonos, sobre todo por lo que se refiere a [s ] y [J] . En efecto, es preciso insistir mucho sobre el carácter no sonoro de [s ] en [ 'fosu] , que en español es apicoalveolar y no simplemente dental o alveolar (Muljacié,

    32

  • (La ciertas

    [

    1972: 15 , 20, 43-45, 73-77), con la finalidad de suprimir las extrañas, malsonantes y frecuentísimas realizaciones [ 'roJu] , o, peor aún [fos:u] por medio de la oportuna formulación de enunciados, útiles al caso, en los que se debe realizar posteriormente una verdadera disección fonética; así, en [ 'kasu] , mediante la prolongación forzada de [ 'ka: ] , seguida de la cesación de actividad de las cuerdas, a fin de señalar el componente sordo con larga emisión de [ s : ] apicoalveolar, y posterior actividad fónica para obtener [u] . Aunque pueda antojarse anómalo el procedimiento, confieso haber logrado óptimos resultados con él. Creo, además, que sea ésta la mejor forma para hacer comprender a los italófonos poco avezados en cuestiones de fonética elemental, que [s] intervocálica en castellano no debe ser interferida por su realización italiana [J] o [s : ] .

    Téngase presente también la menor duración en español de las consonantes laterales y palatales, p. e. en maravilla, [!] resulta más breve que en meraviglia; sucede lo mismo con [lJ] en puño y pugno (Tagliavini, 1947: 275) .

    Es menos problemático el caso de [x] en su doble realización gráfica etimológica (pasaje, gente) dado que se trata de un sonido no existente en italiano, y las interferencias actúan sólo en un primer momento y secundariamente. Por la cercanía del punto de articulación de [x] y [k] , los estudiantes tienden al inicio a pronunciar [xo'se] como [ko'Je ] , pero el obstáculo se salva con facilidad después de unas horas de práctica por cuanto se refiere a la velar africada sorda, para cuya explicación fonética, no imprescindible, se debe evitar el parangón peligroso con el inglés, ya que [x] en [xu'mas] es sólo comparable con [h] de [ 'h::end] por el punto de articulación, no por su emisión efec· tiva, en que [h] resulta una aspirada, en contraste evidente con la velar [x] adecuación [x] - [h] sería más oportuna si se refiriera :;t modalidades regionales o a la América , Española, donde la [x] de [ 'xafo] se acerca a la [h] del inglés. Es el mismo caso de [8] en [ 8e're8u] sonido similar al del inglés "�

    en [ 8::elJk] , a pesar de que [8 ] en español resulta más enérgico,

    33

  • más interdental (Navarro Tomás, 197 1 : 93), y de ahí a todas luces distinto. Sirvan estas apreciaciones para concluir que la glotodidáctica debe procurar, por todos los medios, ceñirse a la lengua que se enseña sin salir de ella; apelar a otras para la explicación de fenómenos fonéticos, y no sólo fonéticos, es proceder no siempre justificable científicamente y peligroso en grado sumo, ante la eventualidad de acrecentar el número de perturbaciones, de interferencias originadas por la superposición de hábitos nuevos a los ya adquiridos .

    Es de anotar también que [8] se manifiesta inicialmente perturbado por interferencias que causan los sonidos italianos [z] ( [ 'forza] ) y [3 ] ( [ '3ero] ), provocadas por la semejante posición de los órganos de fonación al producir los tres sonidos . S e debe entonces recalcar mucho e l carácter interdental d e [ 8 ] ( ¡ la punta de la lengua entre los incisivos!) , así como su cualidad de emisión sorda ( ¡ las cuerdas vocales no vibran! ) y recurrir al pintoresco, aunque útil, procedimiento de disección fonética, ya anotado en relación con [ s ] , oportuno igualmente aquí: [8 : : e're: : 8 : : : B ] .

    La distinción fonemática entre /r/ y /r/, que no se debe confundir con la bipolaridad de realización fonética de un mismo fonema, como observamos en

    [b] [g]? ?l b l o ¡ g ¡ o [b] [g]

    se pondrá de relieve por medio de oposiciones tipo

    aras / arras cero / cerro

    coral / corral pera / perra seré / serré

    que muestren claramente el carácter de unidad discreta de ambos fonemas. Por lo tanto. su correcta emisión fonética con

    34

  • cierne a la sustancia de los signos, como acabamos de ver, o a la diversa naturaleza funcional de los mismos, p. e . :

    caro (adjetivo) / carro (sustantivo) cura (sustantivo o verbo) / Curra (sobrenombre) mira (sustantivo o verbo) / mirra (sustantivo) para (preposición) / parra (sustantivo) pero (conjunción o sustantivo) / perro (sustantivo)

    Entre los italófonos, la correcta producción fónica y escrita, sobre todo de /r/, se halla disturbada por las diferencias que en este sector se observan en ambos sistemas: « / r/ e /r/ sano due fonemi abbastanza distinti dalla /r/ italiana. In spagnolo /r/ ha una sola vibrazione, /r/ da due a quattro, mentre la /r/ italiana ne ha almeno due, e quai:tro se lunga [r: ] (rr ortografica) . In spagnolo /r/ e /r/ si oppongono solo in posizione intervocalica (e distinguono paro le come cero « zero » [ '8ero] ,.., cerro « dorso » [ '8Ero] e solo in questa posizione son o distinte anche nell'ortografia, in cui [r] e notato r e [r] rr), nelle altre posizioni vi e neutralizzazione secando lo schema seguente:

    Iniziale Interno dopo FinaleIntervocalico

    /n/ /1/ /s/

    -- [r][r]/r/ 1 vibrazione1 vibrazione

    -[r][ r] [r]/r/ 4 vibrazioni2 vibrazioni3 vibrazioni

    (Mioni, 1973: 1 16-1 17). A la vista de lo expuesto, nos explicamos por qué en el momento de la realización de los dictados, los estudiantes suelen transcribir lo oído de esta forma: *El marimo come bellotas, Las gallinas están en el coral 2-3 vibraciones -por tratarse de /r/ en inicial de sílaba acentuada (Navarro Tomás, 1971 : 122) -, y otros errores frecuentes, debidos a las interferencias ocasionadas por el mayor número de vibraciones

    35

  • en torno a las alveolares italianas, en contraste con sus correspondientes españolas, aunque en un caso como el de /f:/ no pueda registrarse un número fijo de vibraciones ; su emisión no sólo se relaciona a los contactos silábicos y al acento, sino también a los hábitos del informador o a su intención de resaltar expresivamente un determinado segmento fónico: ¿Perro, Juan?.. . ¡Pero qué dices!. . . ¡Es perrrísimo! Lo mismo se aplique a la fricación de /b/, /d/ y /g/, que suele realizarse en los casos señalados, aunque tampoco en este sector, como en tantos otros, puedan formularse leyes absolutas.

    Las premisas anotadas nos llevan a la siguiente orientación metodológica: la práctica de las oposiciones fonemáticas y fonéticas entre /r/ y /f/, paralelas a las expuestas arriba, darán como resultado, con toda probabilidad, la anulación de las perturbaciones comunes.

    Parece obvio que las características de producción fonética con respecto a los sonidos del castellano, de interés desde un punto de vista glotodidáctico, no se agotan en los ejemplos expuestos. He anotado sólo los que estimamos más expresivos y útiles, de acuerdo con los fines de este trabajo, en que la alusión contrastiva con el italiano no es casual, porque del examen de casos extremos en que las afinidades, como se va demostrando, entorpecen más que ayudan a la labor del profesor, se pueden obtener notables resultados metodológicos, aplicables a otros códigos lingüísticos 4•

    4 En conexión con el aprendizaje idóneo del sistema fonológicoespañol, h prosodia, morfemática y sintaxis, es de utilidad el auxilio

    deldel

    laboratorio lingüístico, aunque no imprescindible. Pueden obtenerse modelos válidos y material abundante en Ejercicios ele espaí1.ol para clase y laboratorio ele idiomas (Kundert-Martín, 1976).

    36

    http:espa�1.ol

  • :]un-taΔŞΑtŞ Γonjúnio org?ú1ico

    3.3. Los rasgos prosódicos 5

    Nos hemos ocupado hasta ahora de la segmentacion vertical del mensaje en unidades discretas sucesivas, los fonemas; su cariz funcional de unidades pertinentes (§ 3 . 1 ) y su realización física (§ 3.2), como elementos constituyentes de la segunda articulación. Ahora nos centraremos en la observación contrastiva de los hechos cuya función es la de servir de cauce a los fonemas : la frase segmentada horizontalmente en base a sus rasgos prosódiΕü; -Β;-i} fos fonemas, for111an un

    ei1 fa emisión oral del mensaje lingüístico. Hacer hlncápie eh este séc:ior: generalmente ignorado, desatendido o mal expuesto en los métodos didácticos, resulta imprescindible a la enseñanza de las segundas lenguas, y puesto que hasta el momento carecemos de material válido, útil a la glotodidáctica del español para italófonos, este primer intento de confrontación, de carácter limitado y general, habrá de ocuparnos el espacio necesario para obtener indicaciones pedagógicas de provecho a nuestros fines. Al menos así lo esperamos.

    El término entonación se ha utilizado con impropiedad, incluso por un buen número de fonólogos de prestigio, para abarcar con él la mayor parte de los rasgos prosódicos que, de hecho, están fuera de su dominio. Se la confunde a menudo con la vibración de las cuerdas vocales a una determinada altura musical, fenómeno que origina lo que identificamos como melodía del discurso; se la identifica así mismo como la preponderancia (altura o depresión tonal) de una sílaba dentro de una palabra o unidad acentual (grupos de intensidad) , que pertenece al campo del acento o del tono ( Bolinger, 1958: 109 ) , cuya fun

    5 No me consta que, hasta el momento, haya aparecido trabajo alguno que se ocupe del estudio contrastivo de los rasgos prosódicos del italiano y el español. Algunas referencias útiles al respecto, aunque de carácter general, se hallan en Navarro Tomás ( 1966: 33, 49-50, 64, 68, 79) y G. Meo Zilio ( 1957: 9-1 1 ).necesario, con

    El tema será tratado aquí en la medida que nos es el fin de obtener orientaciones precisas para la enseñanza

    del castellano a italófonos y viceversa.

    37

  • f

    ción es señalar el valor real de los grupos de intensidad dentro de un dictum determinado; se la confunde, finalmente, con factor físico, ajeno al acento y a la entonación propiamente dicha, por el que la energía articulatoria alcanza un grado superior, y que señalamos con el término intensidad. Una vez mitados estos rasgos en el ámbito de su competencia, la entonación se nos presenta como

  • grafema ¿, tal vez, según deduzco, existente en español como arabismo, de función paralela al inicial de cadena 1 hal l , en ventaja de la claridad expositiva del dictum; su exclusión a nivel de escritura en otros códigos, provoca a menudo dificultades de comprensión si el periodo es largo, y cuando hallamos ?, en ocasiones es preciso tornar al inicio del mismo para comprender su verdadero sentido, con notable pérdida de tiempo si el pasaje es de gran extensión.

    Por su carácter de elemento suprasegmental de la cadena fónica, el análisis de la curva melódica se presenta bajo el aspecto de una complejidad ausente en el estudio de los fonemas, cuyo número, fijo en cada lengua, y sus características concretas, facilitan la catalogación y el estudio de sus funciones. En efecto, circunstancias cambiantes y no bien definidas, tales como el contexto y la situación, las diversas posibilidades de realización de elementos abstractos - la expresión del estado de ánimo, por ejemplo -, contribuyen a difuminar la distinción entre los elementos fonológicos y sus variantes de plasmación (Blecua, 1975 : 452-454), tan copiosas, que resulta ardua la empresa de registrar todas las posibilidades de realización melódica, incluso en los enunciados más simples.

    Para efectuar un análisis prácticq del curso melódico del dictum, recurrimos al grupo de i:riú�nsidad, constituido por un « conjunto de sonidos que se pronuncian subordinados a un mismo acento espiratorio principal » (Navarro Tomás, 197 1 : 29), comparable a la agrupación de notas que en música constituyen el compás, como se advierte en el ejemplo Carlos - se despierta con frecuencia - por las noches - a causa - de sus nervios, dividido en seis grupos de intensidad, elementos base de que se compone la medida fundamental del discurso así considerado: la unidad melódica; ejercen una función paralela a la de los fonemas con respecto al signo lingüístico. La definición que nos da Navarro Tomás de unidad melódica, apoya la apreciación: « . . . es la porción mínima de discurso con forma musical determinada, siendo al propio tiempo una parte por sí misma significativa dentro del sentido total de la oración » ( 1966: 38). Pero

    39

  • en contraste con el signo lingüístico, analizable en otras unidades claramente determinadas (Martinet, 1960, 1968 : 22-24), la división de los enunciados en unidades melódicas puede ser optativa, subordinada a la intención del hablante de realzar o no sus elementos semánticos ; intención determinada por factores de orden lógico y emocional, sin perder de vista el sentido de la estructura rítmica de cada lengua. Ateniéndonos a esto, el ejemplo anterior admitiría dos o más fraccionamientos melódicos : a) Carlos se despierta con frecuencia por la noches 1 a causa de sus nervios y b) Carlos se despierta con frecuencia 1 por las noches 1 a causa de sus nervios. Resulta evidente que al desgajar por las noches de la unidad anterior, se destaca en b ) , a causa del realce expresivo que supone la escisión, el propósito de subrayar la unidad temporal, quedando así determinada la intención del hablante, o de quien escribe, por medio de comas que destaquen el segmento durante la lectura. No obstante, la división de unidades melódicas en un texto, no depende tanto de la realización oral de quien lo lee como de las condiciones internas del texto mismo.

    En español, las unidades melódicas dominantes oscilan entre 2 y 10 sílabas; lo mismo ocurre en italiano, aunque se produzcan de forma menos homogénea, circunstancias que luego tendremos ocasión de observar prácticamente. Por otra parte, mientras en castellano se dan raramente unidades de más de 15 sílabas (no son muy frecuentes las que suman más de 9 en una conversación natural), en italiano no resultan forzadas las constituidas por veinte o más de veinte 6, motivo, entre otros, por el que se justifica la vivacidad, riqueza y ampulosidad de la realización melóclica del italiano, en contraste con la española, « la más grave,

    6 Sobre la extensión de las unidades melódicas en italiano, consúltese G. L. Beccaria ( 1959: 101-141 ; 1960: 40-72). Nota el autor que ha estudiado el hecho desde Fioretti di S. Francesco hasta los contemporáneos, cómo los italófonos, bajo este aspecto, permanecen fieles al modelo lingüístico del siglo XIII, fenómeno que se explica por la lenta evolución, sin desniveles considerables, del italiano, lengua literaria por excelencia.

    40

  • digna, marcial y varonil entre las lenguas romances », a decir de Storm ( 1 892 : 186), juicio que, como español, me halaga, pero que me mueve a declarar, no sólo por « nivelar la balanza » , que en el italiano culto la melodía y el ritmo se combinan tan armoniosamente en sus unidades melódicas, que su audición resulta exquisitamente musical, sin esos más o menos absolutos que obstaculizan el comedido juicio de la realidad.

    3 .4. Extensión de las unidades melódicas ( lengua escrita)

    Con el fin de considerar desde perspectivas diversas las diferencias entre ambas lenguas, en lo referente a la amplitud y modalidades de las respectivas unidades melódicas, propongo para la ejemplificación global un breve análisis de textos antiguos y contemporáneos, puramente literarios o de carácter más popular e inmediato. Aunque los elatos que se obtegan en este sector puedan asumir valores demostrativos aceptables, por ser conscientes ele la limitación que implica el análisis basado exclusivamente en mensajes escritos o recitados, consideraremos adelante la contemporánea realización oral de ambas lenguas, por medio de una experimentación de la que esperamos obtener resultados válidos, objetivos y útiles para la enseñanza. Comencemos por la observación de los textos literarios :

    Perció non lacrimai, 1 né rispuos'io tutto quel giorno né la notte appresso, 1 infin che l'altro sol nel mondo usdo. 1 Come un poco di raggio si fu messo 1 nel doloroso carcere, e io scorsi per quattro visi il mio aspetto stesso, / ambo le mani per dolor mi morsi / 7

    7 Dante Alighieri, La Divina Commedia, Inferno, XXXIII, 52-58. Para el estudio de las unidades melódicas del texto incluido, he seguido la recitación grabada de Vittorio Gassman, Interno, Canti XXVI e XXXIII,Cetra, Torino, 14-5-1958.

    41 3

  • nnotw aconsejar- en! §

    Estos siete endecasílabos se han dividido en seis melódicas, que por orden numérico constan de las siguientes sílabas : 1" : 6; za: 16 ; 3a: 1 1 ; 43: 1 1 ; sa: 22; 6a: 1 1 .

    He aquí el texto español:

    Amo naturalmente a quien me ama 1 y no sé aborrecer quien me aborrece, 1 que a la naturaleza el odio infama. 1 Yo os amo justamente, 1 y tanto crece mi amor 1 cuanto en mi idea os imagino 1 con el valor que vuestro honor merece 1 8

    Los seis endecasílabos de Lope se componen de siete unidades melódicas, con el número de sílabas siguiente : P: 1 1 ; za: 1 1 ; 3a: 1 1 ; 4a: 7 ; sa: 7 ; 63: 9 ; 7a : 1 1 .

    Aunque se pudiera advertir una posible arbitrariedad en la división de las unidades melódicas, conviene hacer notar su consonancia con la estructura sintáctica de ambos textos, los cuales,

    8 Cf. J. F. Montesinos, Lope de Vega. Poesías líricas, I y U, Madrid,1960. El ejemplo es II, vrs. 3-8, pág. 95. Podría causarLa Filomena,perplejidad el hecho

    dede haber elegido como modelos autores tan lejanos 7

    como son Dante y Lope, ambos, a su vez distantes ya de la actualidad )sincrónica del italiano y el español. La elección de Dante nace del enjuicia-/miento de que su endecasílabo, metro característico de la poesía italiana,alcanza con él un alto grado de perfección y, en cierto sentido, de naturalidad. Dado que este metro es de importación en España, donde el arte menor (eptasílabos y octosílabos), halla su dimensión exacta en laestructura prosódica de la lengua, sus primeros pasos son titubeantes- hablen los Sonetos modo, del Marqués de Santillanafechas al itálico( 1398-1458), firmes más tarde en Garcilaso de la Vega ( 1503-1536), hastaalcanzar la natural espontaneidad y frescura en la lírica de Lope de Vega( 1562-1635). La elección de textos literarios, y más aún, en verso, es intencional también, pues es en NJeste secto1· donde la lengua refleja sus posibilid

  • el .Ζngulv ConsidéreΗe- Θl

    a pesar de pertenecer ya al pasado lingüístico deLitaJiano y del español, se muestran todavía vigentes desde del contraste de la dimensión de sus unidades. respecto:

    « Con l'ambasciatore della Erzegovina, 1 Pilic, 1 si recarono tutti a cena, 1 al ristorante piu elegante di Portofino. 1 A tavola 1 si intrecciavano le conversazioni mondane. 1 Fracchia chiese: 1 « Contessa, 1 lei e una Serbelloni da parte di padre? » 1 « No, 1 da parte di madre. 1 Mía madre, 1 la bellissima Isa 1 era una: Serbelloni Vi en dal Mare. » 1 « Ma lei e anche una Mazzanti? » 1 « Si, 1 morta la bellissima Isa, 1 appunto la Serbelloni, 1 mio padre era passato a seconde nozze 1 con un certo ragioniere Ugo Mazzanti. >> 1

  • Si dejamos aparte la quinta unidad del texto de Dante (22 sílabas), pues el rapsoda pudo haberla dividido en carcere, fraccionando así la larga unidad en dos, dado que en este caso la coma corresponde a una factible división prosódica, no imprescindible desde el punto de vista de la sustancia (su coincidencia no con la pausa, optativa aquí, acarrea consecuencias de índole secundaria: ampulosidad o efectismo sonoro, puesto que la presencia de la coma no requiere necesariamente división de las unidades melódicas), el paralelismo entre textos tan dispares resulta idéntico:

    Texto de Dante (né rispuos'io . . . ):

    unidad melódica máxima: 16 sílabas.

    Texto de Lope (Amo naturalmente . . . ) :

    unidad melódica máxima: 1 1 sílabas.

    Texto de Villaggio (al ristorante piil . . . ):

    unidad melódica máxima: 15 sílabas.

    Texto de Delibes ( ¿Es que estamos . . . ) :

    unidad melódica máxima: 10 sílabas.

    Esto es : a nivel de\�t� expresión literaria (textos antiguos), 5 sílabas más de extensión en las unidades melódicas del italiano; a nivel de lengua escrita coloquial, popular y actual, la misma proporción. Es obvio que la perfección de estos resultados es puramente casual; una de esas coincidencias en que los ejemplos, elegidos al azar, hablan con una rara concisión matemática, no buscada en absoluto.

    3.5. Las unidades melódicas en la expresión oral

    Una vez obtenidos estos resultados a nivel de lengua escrita, situada aquí en un primer plano por motivos metodológicos de ordenación jerárquica, impuesta por nuestro interés de observar diacrónicamente las manifestaciones lingüísticas, siempre que la dicronía aporte datos ilustrativos a los hechos que obser

    44

  • vamos en la sincronía, proseguirnos nuestra investigación contrastiva centrándonos ahora en la manifestación oral de ambas lenguas, ceñida a lo que consideramos constituya el nivel medio de su realidad contemporánea: el diálogo improvisado, y por ende natural, de grupos de estudiantes universitarios italianos y españoles, cuya edad oscila entre los 20 y los 40 años. El sector lingüístico de ambos grupos coincide relativamente en su localización geográfica respectiva; el italiano representa parcialmente la plasmación melódica del norte de la península (Rímini, Bolonía, Parma, Mantua y Milán), mientras el español parte del centro para proyectarse hacia el norte (Madrid, Salamanca, Oviedo y Bilbao, además de las voces de un nativo de Murcia y otro de la provincia de Badajoz, cuyos acentos no presentan características dialectales o marcadamente regionales, adecuándose a los módulos castellanos medios).

    Somos conscientes de la arbitrariedad que pudiera emanar de la consideración de grupos en que el factor regional es ingrediente inseparable de la realización oral de la lengua; pero el hecho de efectuar los diálogos con individuos sin acento alguno, representantes del código lingüístico en grado cero de influencias regionales, fonéticas y prosódicas, en nombre de una pureza harto discutible y, a mi modo de ver, utópica, nos hubiera ofrecido una visión no menos parcial.

    A pesar de admitir que en algunos casos la entonación aquí tenida en cuenta ofrece obvias particularidades locales, estimo que la consideración global de ambos diálogos, realizados por representantes instruidos de ambas lenguas, refleja una perspectiva no deformada de las características prosódicas más sobresalientes del italiano y el español contemporáneos, observadas en su generalidad y sin agotar sus posibilidades, de acuerdo con nuestros fines 9•

    Se grabaron los diálogos los días 24 y 25 de febrero de 1977. La 9cinta magnetofónica matriz se encuentra archivada en el Centro Interfacolta di Linguistica Teorica ed Applicata de la Universidad de Bolonia.

    45

  • u·dlm¦rr•

    Lectura de los signos convencionales usados para la

    prosódica de los diálogos

    a) Unidades melódicas. El fin de las unidades melódicas se señala por [ 1 ] (pausa breve) y [ 1 1 ] (pausa mayor). El fin de unidad melódica sin pausa perceptible, va indicado [ : ] , signo que propongo para anotar la depresión de la intensidad, retraso de la articulación, o cambio más o menos brusco de la altura musical, sin interrupción de las vibraciones vocálicas (Navarro Tomás, 1966: 4 1 ). Anoto la pausa virtual dentro de una unidad melódica, eventualmente fraccionada por motivos inherentes a este tipo de diálogo no preparado, en que los titubeos, los lapsus, las pausas debidas a factores emotivos o simplemente fisiológicos, son frecuentes, con L T

    b ) Los grupos de intensidad serán destacados sólo cuando interesen a las finalidades contrastivas que nos hemos propuesto, con minúsculas negritas .

    e) Los niveles de tono ( frecuencia de las ondas) , se refieren a la altura tonal dentro de las unidades melódicas; se simbolizan con los exponentes [ 1 ] , [2] , [3] y [4] 10; así, [ 1 ] = depresión

    10 Nos resistimos a aceptar el término " fonema >>comúnmente usado para indicar lo que denominamos

    (plwnemes of pitch), niveles de tono, por

    estimar que el uso de fonema puede inducir a confusión con respecto altérmino opositivo en el sistema. M. Crisari y W. D'Addio ( 1967: 3-23),reconocen sólo tres niveles para el italiano, pues " non sembra opportuno- dicen - distinguere livelli superiori ad esso ( il [3] ) in quanto nonrappresentano una rilevante distinzione significativa e quindi non sono daconsiderare fonemi >> (pág. 12). A pesar de esto, señalan la presencia de

    S 1;'[5] en el ejemplo que dan: e vera. Por nuestra parte, aceptamos sinreservas el nivel [4] (como hubiéramos aceptado el [5] si de hecho sehubiese realizado