Revista Chirlo: Edición 4 [Rio Negro]

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· Rio Negro · Una visita sumergente a diferentes artistas rionegrinos PARQUEE NADIA GUTHMANN CHELO CANDIA FEDERICO BECHIS PÁRAMO CARADANAM CICLO CONVERSACIONES DE OTOÑO REVISTA SINESTESIA SEBASTIÁN CASU LILIANA CAMPAZZO SILVIA CASTRO VIVIANA PORTNOY JAM SESSION Y PERFORMANCE ARTISTAS RIONEGRINOS EN CAPITAL PARQUEE a © REVISTA CHIRLO #00000004

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Una visita sumergente a diferentes artistas rionegrinos.

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· Rio Negro ·Una visita sumergente a diferentes

artistas rionegrinosPARQUEE NADIA GUTHMANN CHELO CANDIA FEDERICO BECHIS PÁRAMO CARADANAM CICLO CONVERSACIONES DE OTOÑO REVISTA SINESTESIA SEBASTIÁN CASU LILIANA CAMPAZZO SILVIA CASTRO VIVIANA PORTNOY JAM SESSION Y

PERFORMANCE ARTISTAS RIONEGRINOS EN CAPITAL PARQUEE

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© REVISTA CHIRLO#00000004

h EQUIPOTatiana Gallardo.

Lucas Tolaba.

Julieta Heredia

Victoria Mora.

Guido Amorós Aloisio.

Camila Graziano.

Priscila Vallone.

Fabio Zapata.

CHIRLO CHIRLO es una revista digital con carácter Federal. Mes a mes recorre la escena activa de cada Provincia por medio de entrevistas, desde el sur al norte de nuestro país. CHIRLO es una cachetada amable, un llamado de atención, una palmada que tiene el objetivo de poner en alerta a la comunidad respecto de sus artistas y de lo que se está gestando, es una forma de reconocer la producción local y de valorar el “lugar del artista” en la sociedad: CHIRLO lleva adelante la tarea de mostrar y difundir proyectos, opiniones y distintas miradas de los que día a día hacen al arte en Argentina.

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¿Cuál es la historia de Parquee?Parquee surge en la ciudad de La Plata, la idea era ha-cer un grupo de arte que explorara aspectos de nuestra identidad patagónica. Eso ya quedó viejo porque ahora estamos transitando otros caminos. En los principios éramos mi hermano Antu y yo en una casita chiquita flas-heándola a más no poder, nos acabábamos de ir de Bari-loche, todo era nuevo y divino. Habíamos generado una especie de simbiosis entre nosotros, estábamos todo el día juntos y cualquier cosa que hiciéramos cobraba un sentido, se convertía en una forma estética. Siempre tu-vimos a la psicodelia como un eje para descontracturar, para nosotros es una herramienta revolucionaria, nues-tro caballito de Troya. A través de la psicodelia se pue-de hablar de cosas que los tiempos no permiten y hacer que queden registros sociales en mensajes secretos, para que en un futuro cercano sean descubiertos y digan “aaah, no era todo tan así en esos años”.

¿Cuántos son?Ahora la cosa la cosa cambió. Se fueron sumando her-manos y hermanas del alma, algunos compañeros de la facu, otros amigos de la vida. Somos alrededor de siete, pero es un número que varía constantemente. Desde un principio quisimos que Parquee tuviera vida propia, así que hay muchos cambios que EL decide por su propia cuenta y según sus necesidades.

¿Qué dificultades presentó filmar en la Patagonia?Todas las dificultades que se te puedan ocurrir. Movili-dad, equipamiento, logística. Río Negro nunca tuvo nin-guna política para fomentar el desarrollo audiovisual, las únicas políticas que existen en la Patagonia vienen de nación. Ahora surgió el FAB, el festival de cine de Ba-riloche, eso está tremendo. La curaduría la hace Diego

Carriqueo, una persona que la tiene muy clara, está muy atento a las necesidades de los tiempos que corren.

¿Pensás que hoy en día hay más producción audiovisual que antes en Río Negro?Sí, obvio que sí. El lenguaje audiovisual tiene un poquito más de cien años de vida, es todo nuevo para todos, esta curva ascendente va a durar un largo rato.

¿Hacia dónde proyecta Parquee? ¿Cuáles son los próxi-mos pasos? Parquee en este momento está terminando de producir su primer largometraje, está distribuyendo dos cortos, estrenando tres videoclips, comienza a producir otros tres videoclips, estamos explorando la videoinstalación con una obra terminada y otra en vías de desarrollo, pre-parando fanzines de fotografía, collages de escaneos, produciendo música para nuestros videos, diseñando nuestra página web y realizando un sinfín de spots pu-blicitarios para el grupo de arte Tormenta y el taller de fotografía Creadores de imágenes. La mayoría de los proyectos están relacionados con el aquí y ahora, como si Parquee fuese un grupo que recopila nuestra propia historia visual y sonora. Es una idea muy simple y súper trillada pero nos sirve para darle un marco a lo que hace-mos, el resto lo van a descubrir si se animan a sumergirse en las profundidades de la Isla Lamento Calavera.

Los próximos pasos son lograr que todo el mambo que nos comimos con la autogestión y la auto sustentabilidad empiece a dar frutos; por suerte a pequeña escala está funcionando, ya que tanto PARQUEE como Nunca fui a un parque de diversiones, la banda de música que tene-mos con algunos de los pibes, se sostiene con una lógica de cooperativa. El mismo monstruo nos dirá cuando sea

tiempo de cambiar de paradigma, por ahora todo marcha lento y tranquilo.

¿Qué proceso creativo hay antes de llegar a una produc-ción? El proceso creativo depende del proyecto, en algunos ha-cemos tormenta de ideas y los laburamos en conjunto y otros son extremadamente personales y a lo sumo hay alguna visión externa que opina, pero no puede definir nada sobre el trabajo del otro. Igual está todo muy verde, esto recién empieza, la verdad que no podría decir mu-cho más de los procesos creativos. Eso se lo dejo a los maestros que llevan décadas haciéndolo. A nosotros en este momento nos cabe pasarla bien entre amigos, esa es la única regla establecida.

Desde tu punto de vista, ¿en qué momento se encuentra la escena del arte en la provincia o en tu ciudad? En Bariloche surgió el colectivo de arte Safari, es un grupo de gente muy manija que activó la escena local con una estampida de eventos que comparten música en vivo con muestras de arte, una cosa increíble para una ciudad que siempre tuvo sus ojos en el circuito comercial del turis-mo. Eso es a nivel más institucional porque después está lleno de loquitos delirantes con ganas de hacer explotar

el caballo de Roca que está en el centro cívico, lo cual me encanta y me hace sentir acompañado.

¿Qué mensaje le darías a quien está comenzando a em-barcar en lo audiovisual?Esa es otra pregunta que no podría tomarla muy en serio porque me siento recién empezando en esto. Lo único que puedo decir es que no hay nada más placentero que hacer lo que tu fuego interno dice que hagas. Cuando quema por dentro es porque estás haciendo algo que no está tan bien, y de lo prohibido, de lo imperfecto surge la mística, y la mística lo es todo.

ono hay nada más placentero que

hacer lo que tu fuego interno dice que hagas.

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¿Cuándo llegó el amor por el film?Por el cine como espectador llegó desde pequeño a tra-vés de mi padre, un inmigrante de la Italia pobre del sur. Un hombre con una vida humilde y esforzada digna de los personajes retratados por el Neorrealismo Italiano. Él era un aficionado a la fotografía y yo heredé (luego de su partida) su pasión.

Desde muy pequeño… cuatro, cinco años, sin ser cons-ciente de ello, realizaba ejercicios de “montaje en directo” con las viejas videograbadoras de VHS grabando y regra-bando series, películas, video clips, transmisiones de la televisión por cable. Atesoro pilas y pilas de video casse-ttes que son como una suerte de collages audiovisuales de los noventa.

Formalmente, en la universidad, la pasión tomó una for-ma más definida. Se enriqueció con mucha práctica y es-tudio. Descubrí mucha información que no me hubiese llegado de otra manera si me quedaba con las posibilida-des que me ofrecía mi ciudad natal.

Aunque es obvio que uno no necesita ir a una casa de es-tudios para hacer cine, ni mucho menos necesita un título para llevarlo a la práctica. Pero para mi experiencia pro-pia y personal tengo bien en claro que a mí en la carrera de Artes Audiovisuales de la UNLP se me abrió un mundo nuevo, pude conocer compañeros, amigos, mentores con los que concretamos hermosas experiencias.

Nunca hice una diferencia entre la facultad y mi carrera personal como cineasta. Las aulas eran un lugar ideal para buscar un estilo, un discurso, pulirlo, descubrir fa-lencias y virtudes. El debate que acompaña al cine en las aulas y en las salas en fundamental para conocerse a uno mismo como realizador.

¿Qué sensación provoca a un artista el retorno a la ciu-dad natal?En mi caso vine porque tenía muchas ganas de descolgar de Buenos Aires. Tengo algo muy en claro: Mucha gente del ámbito audiovisual habla de la federalización del cine y las producciones, y eso hay que cumplirlo con acciones concretas. En mi caso yo siento que aquí en el Alto Valle hay un campo fértil que necita ser sembrado. Y quién me-

SEBASTIÁN CASU

jor que yo que soy de acá para empezar a contribuir con un lenguaje propio del cine patagónico.

Irme de Buenos Aires fue un gesto acorde a mis ideales, sueños y deseos. En Capital Federal y alrededores se con-centra la mayor producción audiovisual del país, además de que los gremios poderosos del cine operan allá. En-tonces salirse de eso implica en cierta manera tomar una distancia geográfica también.

Mi gran deseo es la construcción de una narrativa, de un lenguaje audiovisual que dé cuenta de la cultura patagó-nica. Es un trabajo que llevará toda una vida.

Claro que no reniego del circuito que se genera en Bue-nos Aires, pero si el tiempo me llama allá iré yo o irán mis producciones. El salto lo quiero dar desde acá. Desde el lugar más incómodo a priori.

“Ciertos Peregrinos” se encuentra en la etapa de edición, ¿de qué se trata?Es un trabajo que empezó hace un año mientras vivía en La Plata. Es un documental sobre Skay Beilinson, que se articula a través de entrevistas y material exclusivo gra-bado en vivo durante sus recitales. Las entrevistas son tanto a sus músicos como a sus seguidores: los Eternos Peregrinos.

Sebastián Casu

Tuvo una buena repercusión en las redes sociales y en las páginas que cubren la actualidad de Skay (La Web De Skay, La Banda del Flaco Skay, Redondos y Subtitulados, Militancia Ricotera). El trabajo iba presentándose en bre-ves entregas durante el devenir de sus recitales y fue ge-nerando una linda expectativa entre todos sus seguido-res, así que el cronograma de filmaciones se extendió y la idea es presentarlo completo entre primavera y verano de este año.

En total registramos material de sus shows en Quilmes, Pergamino, La Plata, Mar Del Plata, Sunchales y Punta Ballena (Uruguay), además de conseguir entrevistas con tres de sus copilotos de viaje musical: Javier Lecumberry, Oscar Reyna y Topo Espíndola.

Es un trabajo hecho totalmente a pulmón con la ayuda de muchísimos compañeros y amigos de mi carrera que me acompañaban a filmar y tomar audio. Además la exce-lente predisposición de los mismos músicos de Skay nos abrió varias puertas para concretar acreditaciones y per-misos a la hora de ir a cubrir los recitales.

Es un trabajo que básicamente reúne tres grandes pa-siones para mí: la música, el cine y los viajes. Con mi com-pañera encaramos la producción y la realización de este documental. Más allá de todos los que participaron dan-do miles de manos en muchísimos momentos, ella y yo somos las cabezas de este proyecto, apoyándonos en los pilares que significaron las páginas que comparten toda la data de Skay.

Como casi todo proyecto que he encarado hasta ahora, trato de desenvolverme en una temática de la que tengo conocimiento. Así es que la experiencia que cabe dentro del mundo que genera Beilinson ya era parte de mí ser y con el documental intenté dar un reflejo de ese mundo que tanto me cautiva.

¿Cómo se te presentó la oportunidad e idea de reali-zarlo? Como te decía, la pasión por su música es parte de mi vida. Mi compañera lo va a ver prácticamente desde que él empezó su carrera solista hace 13 años ya. Yo no voy desde hace tanto tiempo sin embargo, y la primera vez que fui me impactó tanto su presencia, la magia y lucidez que despliega en el escenario, que me sentí atraído por su luz y nunca más pude dejar de ir a sus kermeses. Aho-ra desde Río Negro las distancias son mucho más largas

pero cada vez que podemos estamos ahí para verlo.

La idea en un principio era hacer un breve documental que dé cuenta del entorno que nuclea a los recitales de rock. Habíamos decidido encarar a una serie de perso-najes cuyas vidas giran alrededor de la cultura del rock: vendedores de remeras que viven siguiendo las giras de las bandas, familias que sacan micros para los recitales y viven de eso, artesanos, seguidores que organizan sus vidas de acuerdo a las fechas de sus ídolos y viajan a dedo a todos los recitales… Pero esa idea se fue expandien-do cada vez más y decidimos contextualizarla en torno a Skay.

Fue así que empezamos a pedir permisos y acreditacio-nes para sus shows, y continuamos entrevistando a es-tos personajes pero ya con un marco bien definido: los recitales de Skay y todo el movimiento energético que se genera allí. Luego encaramos a los músicos de la banda y obtuvimos respuestas positivas para seguir engordando el material en contenido y calidad.

Grabamos seis shows en total, a dos y tres cámaras y con audio en directo. Es una producción independiente, rea-lizada a mucho pulmón. Todos los gastos los costeamos con mi compañera, que es la productora del documental, además de la ayuda que me dio gente amiga sabiendo que no van a recibir un solo peso de retribución. Fue muy importante la ayuda de Oscar Reyna y Topo Espíndola (guitarrista y baterista de Skay) porque ellos muchas ve-ces nos consiguieron entradas a los recitales, permitién-dome hacer ingresar a la gente del equipo técnico para filmar y grabar audio. A lo largo de los recitales que graba-mos me fueron acompañando muchos amigos y compa-ñeros de la facultad que de manera totalmente ad-hono-rem me dieron manos inmensas para llevar adelante este proyecto. Sin ellos nada hubiese acontecido.

Fueron muchos factores que el destino fue acomodando a favor del proyecto, lo nombrado anteriormente más la ayuda que dieron en la difusión las páginas que cubren a Skay Y Los Fakires, y todo eso hizo que crezca como una bola de nieve en un año y se haya generado un expecta-tiva que espera ser saciada con el estreno de la película y en su posterior subida a internet.

Además de los adelantos que hay de “Ciertos Peregrinos” en internet ya hubo una proyección del trabajo en progre-so en el Mvseo Rock de Liniers (C.A.B.A.) y es justamente

en ese lugar donde se realizará el estreno de la película. Cuando esté finalizado el trabajo de postproducción se invitará a salas de cine independientes, centros culturales y bares de todo el país que quieran proyectar el trabajo y luego se subirá de manera libre y gratuita el filme com-pleto a internet.

Como no disponemos de los derechos de las canciones de Skay nosotros no podemos obtener ningún rédito económico por este trabajo audiovisual. Lo hacemos con mucho amor, con mucha pasión y respeto, y lo hacemos también con la disposición de nuestros tiempos sin que nadie nos esté corriendo.

SURrealista está en marcha. ¿Qué propuesta trae la pro-ductora?“Ciertos Peregrinos” es el primer trabajo formal de la pro-ductora que hemos montado junto a mi compañera. Por ahora estamos totalmente abocados hace un año a la realización y concreción de éste proyecto.

Lo que venimos trabajando por fuera del documental, y aprovechando el entrenamiento que obtuvimos después de estar casi seis meses filmando shows en vivo de seme-jante músico como es Skay, es la realización de video clips en vivo de diferentes bandas en La Plata, Buenos Aires y Neuquén.

En La Plata y Buenos Aires estuvimos trabajando al co-mienzo en el debut de Cenote, la banda de Topo Espín-dola, cubriendo algunos recitales. También hicimos lo propio con Atlanticus (la banda de Oscar Reyna) y con La Doblada ( Javier Lecumberry).

Además hemos cubierto en vivo a bandas como El Mató a Un Policía Motorizado, La Patrulla Espacial, Orquesta An-tropofónica, Telepatina, Ice Cream Ü, entre otras. Así que este último año y medio ha venido bastante rockeado. Sin embargo es una etapa que dentro de poco quedará atrás. Mi fuerte es la realización documental aunque también he escrito y dirigido ficciones.

La idea concreta es empezar a producir un contenido propio en la región patagónica, principalmente en la zona del Alto Valle de Río Negro y Neuquén; empezar a darle vida a algunos guiones de ficción que están parados hace tiempo y comenzar a establecer lazos con gente que tiene las mismas inquietudes que uno. Volver implica formar un nuevo grupo humano de trabajo, actores, técnicos, bus-car lugares donde mostrar lo que uno hace también.

Como te dije más atrás, mi deseo es generar un cine que deje una huella de parte de la cultura patagónica, un Cine del Alto Valle. Generar un circuito propio aquí sin tener que estar todo el tiempo validando los trabajos fuera de esta región como pasa con tantos artistas que son pues-tos en foco una vez que se los reconoce en Buenos Aires o en el exterior del país.

Soy consciente de que es una tarea dificilísima pero el deseo está latente. Las ideas están; lo que falta a veces es guita pero mi experiencia de vida me dice que si uno pulsa en positivo, los resultados esperados llegan en ma-yor o menor medida tarde o temprano. Me pasó con un trabajo documental que hice en 2012, que se llamó “El Oficio de la Memoria”: a 10 años de la Masacre de Avella-neda, un grupo de herreros autogestionados se dio cita en el lugar de los crímenes y realizó una tarea de visibili-zación y recuerdo del hecho con una acción sumamente simbólica: quitar un cartel gigante de McDonald’s y poner una estructura de hierro con la imagen de los piquete-ros asesinados. Con ese trabajo terminamos ganando en el Festival de Cine del Conurbano el premio como Mejor Documental y además viajé a Chile para presentarlo en el Festival de Cine Social y Anti Social (FeCiSo) de Santiago. Nunca pensé que ese documental podría darme tantas satisfacciones.

¿La idea siempre fue formarse en otra ciudad para luego volver?Creo que no había un camino claro o un plan concreto. Imaginate que me fui con 18 años a estudiar a La Plata. Y uno a esa edad no sabe lo que puede pasar ni en el futuro más cercano. No se planea tanto a esa edad… o yo por lo menos no lo hice. Ni siquiera sabía si iba a finalizar la carrera.

La idea era formarse y siempre me picó en la cabecita las ganas de hacer algo por el lugar donde me crié y que es al fin y al cabo el lugar donde yo formé mi cosmovisión, más allá de toda la experiencia que me dio el irme a una ciudad tan grande y llena de cultura como lo es La Plata.Mis raíces están acá. El último año en Buenos Aires sentía que debía cambiar el aire y por eso volví, incluso teniendo la invitación a proyectos para realizar allá. Ahora para mí no es como empezar de cero, uno trae un bagaje, una ex-periencia que va a seguir creciendo proyecto a proyecto.Yo creo que uno no se forma solamente cuando estudia. Si uno tiene la mente abierta, aprende cosas hasta el últi-mo día de vida. Ahora estar acá en el Alto Valle es seguir

formándome como realizador y seguir templando mi ma-nera de crear y producir.

¿Qué etapa de una producción disfrutas más?Como realizador integral estoy involucrado siempre en casi todo. Según el proyecto he encarado el guion, la di-rección o el montaje e incluso a veces las tres cosas. Cada una de las etapas tiene su atractivo, se disfruta y se pade-ce a cada una con sus particularidades.

El proceso de escritura es algo que se realiza más en so-litario y no necesitás muchos medios materiales. Es el momento de mayor introspección y creación. La mente es libre y en el guion todo se puede pensar; el momento del financiamiento es el que le corta las alas al sueño y ponés los pies sobre la tierra. Por eso es necesario crear historias desde el guion acordes a las posibilidades finan-cieras con las que cada uno cuenta. Si no los proyectos se estancan muchísimo y lo importante es no dejar de producir.

El momento del rodaje es el que más disfruto. No hay una adrenalina que se compare a eso. Es el momento donde se tiene que dejar todo en la cancha. El momento decisi-vo es el rodaje y a ese momento hay que llegar muy bien preparado, con las ideas claras y todo el circo resuelto para que en el set se despliegue la acción. Todo lo que se prevea y se sepa cómo resolver durante el rodaje te va a alivianar lo que viene más adelante, que es la etapa de post-producción. Hay un mal vicio que es dejar las cosas para que sean solucionadas en post y de esa forma se termina gastando más tiempo, más dinero y recursos.

El momento que va entre la finalización del guion o la con-clusión de la idea de lo que se quiere rodar y el encuentro humano entre los actores participantes (elenco si lo hay, equipo técnico, productores y demás seres involucrados) es el momento más importante porque ahí debe consoli-darse el grupo de trabajo. Esa etapa no está descripta en ningún manual y ahí nace el lazo humano que determina-rá el devenir de la obra.

El momento de la edición es otro cantar. Involucra mu-chísimas horas sentado frente a la computadora, pero es algo que se puede volver muy ameno y disfrutable cuan-do uno ve que las cosas van fluyendo. El armado de todo eso que uno pensó se va materializando, así que el mon-taje tiene cosas muy placenteras. La criatura va tomando forma, es un alumbramiento.

Sebastián Casu

Cada una de las partes que constituyen a una produc-ción audiovisual, si uno las lleva adelante con amor, con respeto y responsabilidad, se vuelven experiencias muy satisfactorias y enriquecedoras.

¿Qué ventajas y desafíos conlleva ser realizador audiovi-sual en Río Negro?Creo que algo de esto vislumbré más atrás… No lo veo en términos de ventajas, porque creo que de hecho son más las desventajas estando acá. Sí hay muchos desafíos. El desafío principal es con uno mismo, siempre. Estando acá o en la China lo importante es tener ideas claras y perseverancia. Ideas a la hora de crear y a la hora de ban-car un proyecto.

Acá en Río Negro hay una movida incipiente que dentro de unos años veremos si se consolida o si fue un suspiro nada más. Todo está muy verde. Lo que no se puede ne-gar es que por lo menos ahora se pueden ver algunas pro-ducciones realizadas en la zona con subsidios del Estado. También hay numerosas producciones que no cuentan con ningún apoyo. Los realizadores independientes siem-pre estamos en las mismas condiciones de siempre. Pero ahora es innegable que la tecnología está más al alcance de uno y que hoy con pocos recursos podés hacer una película en tu casa o montar una isla de edición, por ejem-plo. Cosa que hace 10 años era imposible. Hoy armándote una buena PC podés aspirar a obtener muy buenos resul-tados de edición.

¿Hoy en día se le da otra importancia a las producciones independientes en comparación con lo que era antes?Hoy a un click de distancia podés participar en concur-sos cinematográficos en cualquier lugar del mundo. Hay que saber buscar y estar atento. Una vez concluida una película es cuestión de buscarle un lugar para mostrarla (si es que eso no está arreglado de antemano) y hoy hay vidrieras en muchísimos lugares. Hay que laburar, nada más. Hay que producir, porque el resto llega solo tarde o temprano. Hay que estar dispuesto a tener mucha pa-ciencia en esta disciplina también. Acá nada es inmediato y menos para un realizador independiente.

Hoy en día hay más espacios, hay más lugares donde mostrar lo que uno hace. Estamos en la era de la imagen en movimiento. Hoy todo discurso se acompaña de un relato audiovisual. En la televisión hay cada vez más espa-cio para producciones de todo el país. Si tenés un gancho del estado será más fácil llegar, siempre. No tengo nada en contra de eso. Debe ser hermoso poder hacer lo que a uno le gusta y encima que te paguen por ello.

¿Cuál es el próximo proyecto a encarar?Ahora la idea es concluir la edición de “Ciertos Peregri-nos” para poder salir a mostrarlo por distintos lugares del país. El estreno ya está pautado en el Mvseo Rock de Bue-nos Aires. No hay una fecha de estreno porque no hay nada que nos apure y estamos trabajando de acuerdo a nuestros tiempos con mucha paciencia. Con eso vamos a estar ocupados hasta fin de año. Una vez estrenada la peli la subiremos a internet completa y ahí se cerrará el ciclo de “Ciertos Peregrinos”.

Cuando bajemos de ese carrusel nos vamos a subir a otro. Tengo muchas ganas de encarar una ficción sobre un guion que está en el cajón y no quiero que se oxide. Pero por ahora mucho sobre eso no puedo adelantar porque no hay nada concreto. Además, seguiremos cu-briendo recitales cuando vengan bandas que nos intere-sen a la región, seguramente.

Tengo un proyecto que va por la mitad y que es mi tesis para finalizar la Licenciatura en Artes Audiovisuales. Es un documental sobre un artista plástico chileno, Cami-lo Ortega. Un grabador, escultor y dibujante muy original que se hace llamar Zarvo (y del cual invito a que vean su obra, incluso hay parte de mi tesis subida a internet en mi canal).

Este trabajo está parado porque yo me vine al sur y él está en su tierra natal también, Iquique. Ya filmamos la mitad de la película en La Plata y resta la otra mitad que será rodada en el norte de Chile. Ese tendría que ser el siguiente paso a dar: concluir el documental de ZARVO.

FilmografíaCortos de Ficción:

“Interno” (2008) Rol: Cámara y Edición.

“Una historia de mierda” (2010- Filmada en película de 16mm)Rol: Guion y Dirección.

“Espectro” (2011)Rol: Guion, Dirección y Edición.

“Después del Amor” (2012) Rol: Guion, Co-Dirección y Edición.

“El Sabor de la Tierra” o “Amor y Guerra” (2013)Rol: Guion y Dirección.

Documentales:“Equilibrio” (2011)

Rol: Cámara y Edición.

“El Oficio de la Memoria” (2012) Rol: Guion, Dirección y Edición

“Cine ensayo sobre la Matanza en la Escuela Santa María de Iquique” (2014 – Video Minuto)

Rol: Dirección y Edición

“Zarvo” (2014-en proceso)Rol: Guion conjunto con Camilo Ortega, Dirección y Edición.

“Ciertos Peregrinos” (2015) -En Proceso-Rol: Guion, Dirección, Edición.

Premios y Reconocimientos:

“El Oficio de la Memoria” ganó como Mejor Documental en el año 2013, en la edición del Festival de Cine del Conurbano (FeCiCo) que se realiza en la

ciudad de Banfield.

Por el mismo trabajo fui invitado a Chile a presentar la obra en el marco del Festival de Cine Social y Antisocial (FeCiSo) que se lleva a cabo en la ciudad

de Santiago.

PÁRAMOPÁRAMO

A ningún páramo se llega por casualidad: uno elige llegar. Algo pareciera terminar en el páramo pero estando ahí, llega la noticia: algo empieza. Así es con Páramo: llegamos desprovistos, audaces, listos para sumergirnos en la vorágine. Páramo son Federico Falcón (voz), Carli Arístide (guitarra), Leila Cherro (chelo) y Leticia Carelli (bajo).

Federico, nuestro entrevistado, es oriundo de Comodoro Rivadavia, pero está radicado en Choele Choel (Río Negro). Los demás integrantes de la banda viven en Buenos Aires. Tanto Carli como Leila son parte de la banda estable de Lisandro Aristimuño, oriundo de la misma provincia.

¿Cómo nace Páramo?A Carli lo conocí cuando teníamos 17 años. En un momen-to empecé a hacer canciones, y empezamos a maquetar sin ninguna pretensión. Arrancamos como dúo, después se sumó una pianista que nos presentó a Leila así que grabamos ese primer disco en formato trío; Lisandro (Aristimuño) grabó los bajos y teníamos algunos músicos invitados. Después se sumó Gaspar Tytelman en percu-sión que estuvo muchos años en la banda, pero el fuerte creo que es el trío. Más adelante se sumó Leti.

¿Cómo es componer de a tres?(Piensa) Fue una experiencia re linda. Con los chicos hace diez años que tocamos juntos, nos conocemos mucho. Carli y Leila vienen tocando juntos hace mucho también. Me parece que nos complementamos bien, se potencian las ideas de todos. Yo soy baterista de formación, y venía componiendo en guitarra. Llegó un momento en que sen-tí que me repetía y estaba medio cansado de componer. Al principio yo componía y Carli después arreglaba y lo que pasó fue interesante porque acá salieron para otros lados las canciones, son todas propuestas diferentes: las canciones son casi todas en afinaciones abiertas, así que me dediqué más a las melodías a partir de las armonías que me proponían.

Es inevitable no hablar de una sin-cronicidad paisajístico-sonora con Lisandro Aristimuño. Veo muchas cosas en común… Quizás en cada provincia hay diferentes sonorida-des, como Chubut –y particularmen-te Comodoro–, por ejemplo, que tie-ne una impronta muy rockera.En Comodoro hay un guitarrista que se llama Martín Damián. Él se metió mucho en la cuestión de pueblos originarios e hizo una traducción al rock, con ritmos que son todos irre-gulares. Respecto de la sonoridad, sí, quizás tenga que ver con que la mitad de la banda es la misma. A su vez Carli tiene un peso muy grande en la música de Lisandro porque em-pezaron siendo un dúo. Y después también, inevitablemente nuestras historias están cruzadas: mi viejo y el viejo de Lisandro tenían una ban-da acá en Choele Choel y bueno, sí, evidentemente hay algo ahí que uno después trasmite. Y quizás hay una cuestión rionegrina en la música que se ve. Pero no es apropósito… está ahí porque está.

¿Creés que existe una identidad mu-sical patagónica?A mí me re interesa el tema de la música patagónica, yo me crié en Co-

modoro, en mi familia son casi todos músicos. Lo que me pasa es que yo siento que hay una identidad patagó-nica muy fuerte, pero lo que siento también es que no está visibilizada, digamos, o cómo decirlo: yo la sien-to cuando voy a una guitarreada en Comodoro y yo siento la música pa-tagónica, la escucho, la veo, la siento y todo, pero después posiblemen-te nadie lo plasmó en un producto, ¿no? Supongo que también tiene que tener que ver con que tenemos una historia muy corta y la identidad pa-tagónica es complicada porque es una mezcla como no asentada to-davía, me parece. Sí me parece que hay una búsqueda de un montón de gente, de encontrar esa identidad, de reafirmarla y a nosotros nos in-teresa eso. A mí particularmente y a los chicos también, y me parece que se ve reflejado en un punto. Me pa-rece que también es algo un poco inconsciente. Carli también conoce mucho la Patagonia porque la familia es de Viedma y viaja mucho para acá y todo, y me parece que se escucha mucho eso.

Tienen 2 discos editados: el primero es PÁRAMO (2006), y el segundo LE-JANÍA (2011) y un tercero en proceso

de grabación. Tuvieron bellísimos invitados para el primero y segundo disco, ¿cómo preparan el que viene?En éste no tenemos ninguno (risas). Los procesos son lagos, tuvimos va-rias etapas. Quisimos grabar en un lugar alejado donde no había luz, las cosas no salieron como pensá-bamos… y después hicimos unos encuentros donde nos juntábamos tres o cuatro y nos poníamos a tocar, componer, maquetar... y llegamos a un lugar que es muy lindo. Estuvimos grabando la semana pasada, nos fal-tan algunas cosas. Estamos graban-do en Mendoza y queremos tener al-gunos invitados como Tomi Lebrero en bandoneón.

Música

bUn páramo en estado

de suspensión.

JpáramoI

CARADANAMCARADANAM¿Qué quiere decir CaraDaNam?Es un juego de palabras inventado por nosotros. Surgió del título de un libro, “Anam Cara”, una expresión que re-fiere al concepto del “amigo del alma”. Pero la verdad es que lo decidimos sin tomar mucha consciencia sobre el significado (si es que lo hay). Necesitábamos un nombre para el proyecto, algo original, de una sola palabra... Salió y quedó así.

¿Ambos son de Bariloche?Pedro (violinista) nació y se crió acá, en Bariloche. Pablo (guitarrista) nació en Los Toldos, un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, aunque vive en Bariloche desde los 6 años.

Pedro vivió en General Roca unos años, mientras estudia-ba violín en el IUPA. Y Pablo hizo algunas breves estadías en diferentes lugares dentro del país, pero siempre por poco tiempo y regresó a Bariloche.

¿Cómo funciona el circuito musical rionegrino?No sé si pasará en otros lugares, pero en Río Negro es-tamos bastante desconectados. De a poco se están ac-tivando las conexiones, no solo dentro de la provincia sino, más bien, por zonas. Por ejemplo, nosotros hemos tocado en San Martin de los Andes, Villa La Angostura, Neuquén capital y también más al sur en El Bolsón y Lago Puelo.

Quizás con mejorar un poco más el diálogo entre los mú-sicos y productores rionegrinos y patagónicos, lograría-mos ese “circuito” al que te referís en la pregunta. Cree-mos que es “lo que viene”, y a eso vamos.

¿Qué hay de la patagonia en CaraDaNam?Hay olor a tierra mojada, hay estepa, hay el bosque que

CaraDaNam es un proyecto musical de San Carlos de Bariloche iniciado a fines de 2009 por Pablo Ríos (guitarra) y Pedro Zanca (violín). Sin encasillarse en un estilo en particular, su música instrumental intenta representar los paisajes patagónicos. En el año 2012 hicieron una grabación casera y editaron un primer demo. Poco tiempo después, CaraDaNam fue la banda sonora de la serie documental “Piratas, Pastores, Inversores” del director Federico Palma.

En el 2013 dicho trabajo fue reconocido en el marco del concurso “Nuevas Miradas sobre la Televisión Argentina” de la Universidad de Quilmes como “mejor música original”. Motivados por este reconocimiento y buscando difundir su música, durante la segunda mitad de 2013, CaraDaNam produjo “En Casa”, una serie de seis videos grabados en vivo. Actualmente la banda se encuentra produciendo su próximo material y además trabajando como banda sonora de proyectos audiovisuales.

bAnam Cara, una

expresión que refiere al concepto del

amigo del alma. ... Salió y quedó así.

JCaradanamI

se quemó ayer y también los brotes de hoy. Hay silencio de nieve, hay montaña, hay días de verano, hay ce-niza del volcán, hay frío de invierno, hay viento, hay lago, hay caminos.

Nos inspira eso, lo que sentimos y vi-vimos acá. Ojalá también eso sea lo que se expresa a través de nuestra música, pero eso ya no lo sabemos.

¿Creen que existe una identidad mu-sical patagónica?Hay tantas expresiones musicales di-ferentes en la Patagonia como ríos y lagos. Todas válidas y a la vez comple-tamente distintas.

No podemos responder a esa pre-gunta porque no sabemos ni cono-cemos lo suficiente, pero sí nos gus-ta imaginar que no habitamos en la Patagonia sino que ella nos habita a nosotros. Todo aquel que refleja ese vivir en la Patagonia contribuye a la identidad artística.

¿Alguna banda o músico de Río Ne-gro que todo el mundo debería es-cuchar?Páramo, Tres Dedos de Formento, Frío, Pelusa en el Pupo. Bandas de ca-lidad y músicos comprometidos con su trabajo que vienen desarrollando su música hace años, y marcando la huella de la escena patagónica.

Música

NADIA GUTHMANNNADIA GUTHMANN

¿Cómo fueron tus inicios en la escultu-ra?

De chica estaba siempre dibujando y dando forma a cualquier material que cayera en mis manos: arcilla, alambre, plastilina, papel, nieve, comida, etc. Hasta los 11 años, que viví en Buenos Aires, iba al taller de la pintora Eva Gar-cía, quien me dejó una fuerte impron-ta como maestra. Cuando estaba en el secundario en Bariloche, a los 16 años, empecé escultura en cerámica en el ta-ller de Ruth Viegener, la primera perso-na que me dijo “vos sos escultora” y me alentó a presentar obra a salones.

A los 18 fui también al taller de un lu-thier, Raúl Pérez, para aprender a tallar madera mientras estudiaba biología en la universidad. Aproveché otros cursos cortos que se dictaron en Bariloche: modelado en cera con Antonio Pujía, quien me señaló el talento que yo de-mostraba; moldes y encofrados de yeso y cemento con Rafael Roca, quien tam-bién me enseñó los rudimentos de la talla en piedra y más tarde me invitó a

participar de encuentros de escultores en Gral Roca.

A los 24 viajé varias veces a Buenos Ai-res becada por mi provincia, perfeccio-né la talla en madera con Jorge Gama-rra y tomé clases de dibujo con Aurelio Macchi. Pero el material que más me atrapó, el metal desplegado, lo encon-tré fortuitamente y desarrollé por mi cuenta la forma de trabajarlo. Luego in-corporé otras mallas de metal: tela me-tálica, alambre de gallinero y desplega-do de diferentes grosores. Cuando gané la beca Trabucco 2005, asistí al taller de Nicola Constantino en Buenos Aires y, entre otras cosas, aprendí a trabajar con resina poliéster y a soldar.

¿Cómo podrías definir a la escultura en tu vida?

El arte es un aspecto de mi vida que no puedo ignorar, ya que si descuido mi actividad me desequilibro. La escultura y el dibujo, creo que son una forma de procesar lo que voy viviendo. Una forma de mirar, de descubrir los patrones, los

detalles y las generalidades, de adquirir conocimiento, de elaborar mis emocio-nes, mis pensamientos, expresarlos y a la vez modificarlos. Hace que la percep-ción visual y los procesos mentales se materialicen, se traduzcan al movimien-to de las manos, de los ojos, del cuerpo que se extiende a las herramientas, que interactúe con los materiales; y a la in-versa, hace que lo corporal y emocional se vuelvan objetos fuera de mí.

Ante la imposibilidad de ciertas explica-ciones, me permite un “es esto”, sin que sea definitivo. Es un ámbito liberador donde está permitido lo singular, lo que no necesita rédito ni cuenta, lo que no tiene importancia por su producto, por su finalidad, sino por su acción, por la actividad en sí misma.

Mientras trabajo suelo hacer preguntas y dejar que aparezcan respuestas, una suerte de pensamiento pasivo, y gene-ralmente aparece más de una respues-ta para la misma pregunta y nuevas pre-guntas. Me permite descargar la ira y la

Plástica

mNadia Guthmann nació en Buenos Aires en 1964 y reside en Bariloche desde 1977. Estudió Biología en la Universidad Nacional del Comahue y completó su doctorado en 1998. Simultáneamente se formó y dedicó a la Escultura en forma no académica. Obtuvo una Beca de Fundación Trabucco para perfeccionamiento en 2005 y participó en muestras y simposios de escultura nacionales e internacionales. Entre las distinciones recibidas en escultura se destacan: Primer Premio Adquisición en el Salón de Río Negro en 2003 y en 2009; Mención en el Salón Manuel Belgrano, Museo Sívori de Buenos Aires en 2005; Segundo Premio Adquisición en el Salón Nacional de Artes Visuales de Cipolletti en 2008 y el Gran Premio Adquisición en el 101° Salón Nacional de Artes Visuales, Palais de Glace, Buenos Aires, en 2012.

violencia sin producir sufrimiento a otros sino transformación de la materia. Dejar expuesta la fragilidad, la debilidad y el miedo, sin que me destruyan. Escapar de la linealidad de la lógica y el tiempo. Abor-dar los temas esenciales que no pueden ser abarcados racionalmente ni resolver-se con soluciones prácticas. Ser parte de la comunidad, donde mi trabajo tiene un lugar más allá de mis intenciones. Los co-mentarios del público a veces me hacen ver cosas en mi obra que no había pensa-do. Por más control de la obra que quiera hacer siempre hay algo que escapa a lo que era consciente. Es unificador ya que contiene lo que soy y lo que no soy, lo que quiero y lo que aborrezco, a mí misma y a los otros.

¿Cómo se va desarrollando tu proce-so creativo a la hora de comenzar una obra? ¿Se genera una relación entre la inspiración y la investigación?

En general, existe un tema que me preo-cupa y surge alguna imagen relacionada, elementos que tienen una relación en-tre sí que funcionan como metáfora. La

idea inicial a veces se transforma al ir elaborándola. Tiene algo de investiga-ción ya que voy dibujando, haciendo estudios de detalles, posturas, movi-mientos; leo sobre los elementos que voy a utilizar, que son mayormente animales, y sobre los temas de fondo. Escribo las asociaciones de ideas que se me ocurren. Así tomo algunas deci-siones, pero mientras estoy haciendo la escultura sigo pensando y sintiendo por dónde ir. Incluso una vez termina-da la obra descubro otros significa-dos y componentes de los que no era consciente, a veces contradictorios.

En tus esculturas se encuentra muy marcado el concepto de lo natural, de la biología, los seres naturales conec-tados mediante un mismo espacio. Como artista, ¿cuál es tu relación con la naturaleza y cuál es la razón de la elección de animales y no objetos u otros seres naturales (árboles, mon-tañas, personas)?

Siempre me interesaron los seres vi-vos, especialmente los animales, no-

sotros mismos incluidos. De hecho estudié biología y me doctoré con una tesis en ecología de poblaciones animales, siempre dibujando y haciendo esculturas en forma paralela. La ecología, el comportamiento, la evo-lución, me fascinaron sobre todo por estudiar los patro-nes y procesos que involucra nuestra vida, las similitu-des y diferencias que hacen que todo sea un entorno con el que nos desenvolvemos y evolucionamos.

Encuentro en las relaciones entre especies muchas pis-tas sobre las problemáticas humanas. Muchas veces hablo de varias cosas a la vez con una sola escultura, según se interprete dentro de lo biológico, lo social o lo psicológico, pero que mantienen un patrón, un esque-ma en común. Presto atención a lo que nos despierta en cuanto a emociones y pensamientos cada animal, y las relaciones que se establecen entre los animales se-gún el lugar, la expresión y la materialidad que les doy. Es decir que juego con las relaciones de tamaños, de fortaleza del material, de lo que queda por dentro o por fuera. Por ejemplo, no es lo mismo un puma con un cordero dentro que un cordero con un puma dentro. Uno puede sentirse puma o sentirse cordero, o las dos cosas.

Juego también con el animal salvaje vs el doméstico, el que vuela vs el que repta o camina, el lento o veloz, au-tóctono o exótico, etc. Algunas veces incluí plantas en las esculturas pero me resultan más cercanos los ani-males. Si bien tenemos un origen común y posiblemen-te provengamos de algas flageladas, los vertebrados te-nemos mucho en común en cuanto a comportamiento, lo cual me resulta más rico para jugar con la identifica-ción, la empatía que nos provocan.

En cuanto a los humanos, como todo el tiempo hablo de nosotros, evito representarlos en las esculturas para no entrar en las particularidades de sexos, razas, estado físico, actitudes corporales, tipos de vestimenta o des-nudez, que referirían a clases sociales, profesiones, etc., ya que tratándose de congéneres tendrían siempre una lectura focalizada. Al utilizar animales como símbolo, la primera impresión es de un tema impersonal, inocuo, una forma bella y natural, y solo aparece otra lectura posteriormente, con las defensas bajas. Algo así como un caballo de Troya. Una vez que la persona se acerca atraída por lo “lindo” encuentra que hay algo que no cie-rra con lo esperado y surgen otras lecturas.

¿Cómo fue el origen de estas esculturas y la razón de la superposición de animales?

La Ecología fue una gran inspiradora, ya que con ella aprendí a ver a cada organismo como parte de un sis-

tema de relaciones. Cada uno influye y es influido por el entorno. Los otros organismos y el medio ambiente con-dicionan la existencia. Cada uno es con el otro. No pue-de entenderse aisladamente. La coexistencia es un gran determinante de las formas de vida. Sin darme cuenta empecé a llevar a la escultura esa noción y a representar no un animal como foco sino la relación entre dos o más seres. Mi unidad pasó a ser ese pequeño sistema que se-ñalaba en cada ocasión.

Mi primer sistema fue predador-presa, un zorro con una liebre dentro. En ecología de poblaciones se llama así a la regulación del sistema que se produce cuando un preda-dor reduce mucho a su presa y entonces pasa hambre, se reproduce menos, tiene más enfermedades aumentan-do la mortalidad, disminuye su población, por lo que su presa puede sobrevivir más y volver a aumentar y así cí-clicamente tendiendo a un equilibrio en cuanto a la abun-dancia de las poblaciones.

La ciencia de la Evolución es otro de mis maestros, ya que me enseña que cada ser vivo es como es porque existe el otro. El ejemplo del zorro y la liebre ilustran muy bien esto, ya que sus características anatómicas y de compor-tamiento están directamente relacionadas con la habili-dad de cazar y escapar respectivamente, desarrolladas coevolutivamente. Las habilidades siempre son relativas a un entorno, a un otro.

Por otra parte, me impactaron mucho algunas teorías so-bre el origen de nuestras células por simbiosis y las rela-ciones ecológicas de beneficio mutuo entre organismos, contrariamente a lo que se toma por “ley de la selva”. Creo que por eso reúno diferentes animales uno dentro de otro, no necesariamente relacionados en la naturaleza, estableciendo vínculos diferentes: gestación, protección, nutrición, transporte, encierro, ocultamiento, invasión, parasitismo, infección, ingestión, dominación, control, re-presión y otros.

Estas relaciones existen también en la sociedad y la psi-cología, de modo que los animales funcionan como ana-logías: un animal autóctono puede representar un pueblo originario, especies introducidas pueden hablar de con-quistadores o inmigrantes, animales domésticos simbo-lizar el condicionamiento cultural, un puma mostrando los dientes puede ser la agresividad, un ave en vuelo la imaginación o la libertad, y así las asociaciones que se te ocurran.

A la hora de definir qué materiales forman parte y cons-truyen tus obras, ¿cuáles son y por qué? ¿Trabajás con ellos en base al concepto?

Con las mallas de metal me ocurrió algo especial, por-que me encontré combinando conceptos biológicos y escultóricos de una forma que no me había pasado con otros materiales. En un coloquio de análisis de obra, Justo Pastor Mellado me dijo “tus esculturas son tegumento-sas, ¿leíste Yo Piel, de Didier Anzieu?”. Así que busqué el texto y me di cuenta cuánta razón tenía, ya que el tejido metálico remitía a los tejidos biológicos, ¡la piel de los ani-males! Anzieu relaciona el tejido biológico con las envol-turas psíquicas. La piel separa al organismo del entorno, protegiéndolo y a la vez comunicándolo, definiendo un Yo separado del resto.

Normalmente utilizamos la palabra superficial despecti-vamente, sin embargo el sistema nervioso tiene su mayor actividad en la superficie, desde la transmisión del impul-so nervioso, la corteza cerebral a la percepción mediante los sentidos. El tacto, particularmente, es una interfaz bi-direccional, una doble faz por la cual uno toca y se siente tocado por lo que toca. Me encanta porque es la esencia de mi propuesta de uno con el otro. Es la forma más in-mediata de “sentir” el permanente contacto bifaz con lo otro.

La porosidad del material es significativa ya que habla de un límite que no es absoluto, que permite el intercambio y la percepción. Como la luz atraviesa los cuerpos puedo proyectar sombras que muestran detalles internos, no solo una silueta, como una radiografía que revela la es-tructura interna.

Hace poco, cuando cayó ceniza volcánica y al otro día la escultura que estaba haciendo afuera amaneció oxidada de un color rojizo intenso, me di cuenta que el hierro cap-ta oxígeno, como la sangre. De modo que utilizar el oxida-do como terminación va mas allá de lo estético, ejemplo de cómo siguen apareciendo afinidades del material con la vida.

¿Nos contarías un poco sobre tu experiencia en la expo-sición individual “Coexistencia, Diferencia y Repetición” en la galería de arte Farrarons Fenoglio en Bariloche? Sabemos que tuvo gran repercusión… ¿Cómo fue la se-lección de obras?

Allí mostré algunas obras inéditas como Endangered, Atrapasueños y Sapito que no convida de 2014, junto con otras de años anteriores como Pegaso (2013), Patagonia, lof&lodge (2012), Mantis religiosa; parece que reza/deca-pita su presa (2004), Amantes de la Naturaleza (2005), Gota de Agua (2012) y Cauquén (2009). La galerista, Emi-lia, quería obras que no hubiera mostrado en Bariloche, pero acordamos incluir algunas obras ya mostradas que tenía en ese momento en la ciudad ya que no produzco

muchas obras en un año, porque cada una puede llevar-me varios meses de trabajo y por supuesto no puedo es-perar tanto para mostrarlas.

De todas formas, gran parte del público, turistas y locales, vieron mi trabajo por primera vez. Hubo visitas guiadas para instituciones educativas, di un par de charlas y me gustó escuchar que mi muestra había aportado algo a la gente, había generado preguntas y comentarios.

Tenemos el conocimiento de tu participación en varias exposiciones a lo largo de tu gran carrera. Además de la mencionada anteriormente, ¿cuáles otras fueron de mayor distinción en tu carrera?

La mayor distinción que obtuve fue el Gran Premio del Salón Nacional que se realiza en el Palais de Glace, Bue-nos Aires, en 2012. Antes de eso había obtenido primeros premios provinciales y regionales. Entre las muestras, fue un honor que me invitaran a la II Muestra Internacional de Escultura de Fundación Villacero en México DF (2014), después de haber expuesto en otra muestra organizada por la misma fundación, toda de escultura en acero, que se llamó Acerados del Acero, en el CC Recoleta (2010).

A México ya había ido dos veces: mostrando tres escultu-ras dentro de “Argentina en Yucatán” en el Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán MACAY, en Mérida, México (2013) y haciendo la escultura Indómita para el “Festival de Mayo” de Guadalajara con motivo del bicentenario de la Revolución de Mayo (2010).

Presenté proyecto y me seleccionaron para hacer una muestra individual llamada “Ecosistemas en la Sombra” en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario MACRO (2010), y otras individuales por invitación en Buenos Ai-res fueron “Anima” en galería Luz, de Fundación Hampa-tu (2013), “Amantes de la Naturaleza” en Laguanacazul (2011) y dentro del ciclo 2artistas2ciudades2miradas en Salas Federales del CFI (Consejo Federal de Inversiones) donde expuse varias esculturas de gran tamaño junto al pintor correntino César Schantz. Siempre me gusta mos-trar en mi región: ahora estoy con una obra en Adaptare: Condiciones del Entorno en el Complejo Cultural Santa Cruz, en Río Gallegos, y he expuesto en Sala Saraco de Neuquén, en Poética Móvil en Puerto Madryn y Casa de la Cultura de Gral. Roca, entre otros.

Sabemos que pasaste varios años en la docencia. ¿Cómo repercute esta profesión como docente en tu vida?

La docencia ha sido mayormente en mi taller, con pocas personas a la vez, si bien también trabajé durante corto tiempo en una tecnicatura en artes visuales y alguna otra

institución. Me siento más cómoda viendo con cada uno en qué puedo orientar, que siguiendo la estructura de un curso. Me gusta poder ayudar, como a mí me ayudaron, a encontrar el propio camino, pero trato de no dedicarle mucho tiempo ni depender económicamente de la do-cencia. Tengo también otros trabajos que aportan a mis ingresos, porque lo que sostiene todo es trabajar en mi obra.

¿Qué consejo le daría a un artista emergente en la es-cultura?

No sé cómo podría aconsejar a alguien; yo metí varias ve-ces la pata, di vueltas, me desorienté, por momentos qui-se no ser artista, fracasé, me dijeron cosas horribles, me deprimí y todavía no sé cómo podría haberlo evitado. Lo que sé es que si lo tenés muy metido adentro, ese impul-so, esa “vocación” siempre pugna por manifestarse, como un brote que se abre camino en un terreno pedregoso. No podés evitarlo y tarde o temprano vas a aprender a distinguir entre los mandatos y lo que realmente tenés que hacer, vas a investigar y hacer cosas aparentemente sin sentido y en eso vas a encontrar el camino, vas a co-nectarte con gente que está en lo tuyo, van a aparecer los comentarios y los hechos que te señalan: es por acá.

Todos somos diferentes, no creo que haya un modo. Qui-zás para algunos sea un camino recto pero a mí me costó mucho darle un valor al espacio y al tiempo para la escul-tura. Creo que antes de ser consciente del valor real que tenía para mí, me puse a defender esos espacios por des-esperación. Por sobre todas las cosas, lo más importante es vivir tu vida, de eso nadie sabe más que vos.

¿Cómo ves al arte escultórico en Rio Negro?

En Río Negro se hicieron algunos encuentros de escul-tores, en Gral. Roca y Cipolletti, proyectos muy lindos pero que duraron unos pocos años por el desgaste de los organizadores. Conozco varios escultores y esculto-ras, muchos de los cuales trabajan en formatos pequeños y obras para interior, sobre todo en Bariloche. Supongo que está relacionado con el clima sureño, la dificultad de contar con espacios amplios calefaccionados para traba-jar y el costo del transporte si se quiere llevar la obra para mostrar en otra ciudad, debido a las largas distancias.

Los escultores de Río Negro, como no somos muchos, solemos estar conectados con artistas visuales de otras disciplinas en nuestras localidades –en mi caso integro la Asociación de Artistas Plásticos de Bariloche– y con es-cultores de provincias cercanas y de todo el país.

CHELO CANDIA

¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del dibujo? ¿Y como artista? Comencé a dibujar naturalmente como empezamos to-dos, haciendo de la raya una forma de expresión. Cuan-do esa raya se transformó en algo reconocible y esta-bleció cierta comunicación con alguien (mamá, papá, hermanos), nunca lo abandoné. Ellos incentivaron eso. Desde ahí nunca me faltó un lápiz, ni papel, ni público. Y cuando aprendí a leer (fue gracias a la revista Patoruzi-to, unos meses antes de escolarizarme), la historieta se me presentó como el mejor medio de comunicación. Un dibujito podía hablar. Eso cambió mi vida para siempre. A los siete años mi mamá me cosía con la Singer unas hojitas de cuaderno en blanco (emulando una abrocha-dora que no teníamos) y yo dibujaba allí una historieta que luego papá me compraba y leía. Esas monedas se transformaban en caramelos y a veces en helados. De aquella vez, tuvieron que pasar 15 años para que alguien me vuelva a pagar por una historieta.

Justamente, a los 18 años, comencé a editar una revista por fotocopias que se llamó El Sistema. Allí desplegué todos los oficios que me gustaban. Escribía, dibujaba, hacía historietas y también desarrollaba ciertas facetas periodísticas. Era una revista política. Gracias a esa re-vistita que podríamos llamar fanzine, me di cuenta de que podía vivir de lo que me gustaba hacer. Comunicar. Por eso no fui a estudiar Bellas Artes –qué feo suena eso de “Bellas Artes”–. Estudié Comunicación Social. Yo que-

ría poner todo mi arte en función de la comunicación. Y en eso ando hoy…

Sabemos que tenés un camino transitado bastante am-plio en el campo del arte visual. No solo dibujás sino que también sos historietista y muralista. En varias de sus obras se pueden observar mensajes o representa-ciones de situaciones tanto culturales como sociales. ¿Qué te lleva a expresar temas de carácter social? (Ya sean policiales, de estilo documental o como aporte para manifestaciones como lo fue Ni una menos).Justamente. El dibujo es para mí (como lo fue al principio) un medio de expresión, un lenguaje, que apunta a comu-nicar. Si esa comunicación no se entabla, no me sirve. Y como a veces no alcanza, ya que también escribo, arribé a la historieta (como ya dije) de temprana edad. Alrede-dor de los 20 años de edad comencé a hacer historietas para exponerlas en pasillos de universidades, plazas, bares, ferias.

Era muy difícil la publicación en los ’90, así que al no po-der acceder al soporte natural de la historieta (revista o libro), comencé a trabajarla para exponer (historietas de una sola página, sintéticas, cuatro o cinco viñetas, dibu-jos y mensajes contundentes). La militancia artística ter-

Plástica

Chelo Candia nació el 8 de septiembre de 1967 en Allen y actualmente reside en General Roca (Fisque Menuco). Es dibujante, historietista, muralista, escritor, gestor cultural y comunicador. Trabaja como tallerista para la Municipalidad de General Roca (Fisque Menuco) y para Casa de la Cultura de la misma ciudad, además de colaborar como artista plástico con la Municipalidad de Allen.

Chelo realiza murales y caricaturas a pedido, dibujo publicitario, diseño, pintura en vivo en espectáculos y eventos junto a otros artistas. Suele dedicarse también a la realización de talleres de historietas, de dibujo o de comunicación –especialmente orientados a la creación de murales colectivos– en distintos festivales, ferias, eventos juveniles, barriales o comunitarios, y para instituciones públicas y privadas.

minó de definirse allí. Esos lugares eran de por sí lugares contraculturales. Exponer en la calle me hizo hablar de los temas sociales y políticos que nos preocupaban en aquellos momentos. Yo quería cambiar el mundo. Y la verdad es que todavía ando en esa empresa.

¿Cómo definirías tu estilo?No sé. No lo definiría.

A la hora de comenzar una obra, ¿cuáles son las mate-riales con los que generalmente trabajás y con los que te sentís más cómodo? ¿Y qué pasa con la elección de los soportes? Históricamente, mis materiales son: lápiz, goma de bo-rrar, tinta china y plumín sobre papel satinado. Hoy, esos materiales luchan contra la tableta Wacom y Photoshop. Depende de lo que quiero decir y cómo. A veces, el tra-bajo digital sirve mejor para echar a rodar rápidamente mensajes en la web. Y a veces tengo más tiempo para enchastrarme de tinta. Depende.

¿Querés contarnos un poco sobre tu libro de historie-tas “El Bondi”? ¿En que se inspiró y cómo viviste esta experiencia?El Bondi es mi segundo libro de historietas. Es un policial que publiqué página por página todos los lunes de 2011 en un blog. Siguiendo los comentarios de los lectores, y llevando la historia para los lados que ellos sugerían. O en realidad, no. Todo lo contrario. Trataba de ir para el lado menos esperado. Ellos decían una cosa y yo zás, cambiaba todo en la semana posterior.

Fue muy divertido construir una historia así, sin saber cómo iba a terminar. Al final del año me quedó un ma-terial que reuní en un libro publicado por editorial La Duendes. Y anduvo muy bien. Página/12 lo catalogó den-tro de los 10 mejores libros de historietas del 2012. La historia trata de un robo en un colectivo que sale mal, y mueren todos. Bah, casi todos.

¿Qué diferencias encontrás y qué sensaciones te genera el dibujar con un grafito y un papel y luego pasar a di-bujar con un mouse y una pantalla? Dibujo digitalmente desde hace como 10 años. Lo que echo a correr por la web es casi todo digital. Pero no se dibuja con mouse. Se dibuja con un lápiz óptico y tableta. Es bastante parecido al trabajo tradicional. Más limpio, nomás.

Estuve observando que también escribís, ¿nos podes contar un poco como es tu relación con la escritura?

Escribo desde siempre. Todos mis guiones de historieta son realizados por mí. También he escrito cuentos, obras de teatro, de títeres, radioteatros, poesía, artículos perio-dísticos, etc. Tengo una novela inédita que se llama “De día volvemos a ser humanos”.

¿Como ves al arte visual en Rio Negro? ¿Hay mucho mo-vimiento artístico?No sé si hay mucho porque no sé con qué compararlo. Yo creo que hay varios artistas increíbles haciendo cosas en Río Negro. Aunque no puedo visualizarlo como un mo-vimiento grande, quizás sea porque se hacen cosas en islas y no nos juntamos demasiado. Siento que a veces los artistas se quedan bajo el techo de talleres, escuelas de arte, galerías y museos, y no salen mucho a la intemperie social. El pueblo necesita que sus artistas estén a nivel de piso.

Hay cúpulas llenas de artistas increíbles que se pierden en el cielo, y no dan cuenta de lo que nos pasa como so-ciedad. A veces veo a artistas demasiado preocupados por transmitir su estado de ánimo, su experiencia intra-personal, si se levantaron amarillos o verdes, y uno va a ver su muestra y ve las pinturas amarillas y verdes, y re-sulta que salís de a la calle y nuestro pueblo está rojo. Y de eso no dicen nada. Yo creo que la gente no debe interpretar al artista. Es más bien el artista el que debe interpretar a la gente.

¿Qué consejo le darías a un artista que se está iniciando en el arte visual?No. No sé. Yo creo que si un artista está iniciándose en el arte visual ya sabe todo lo que tiene que saber.

¿Te encontrás en pleno proceso de algún trabajo que quieras compartir? ¿Y qué proyectos tenés a futuro? Estoy preparando un libro para una editorial de Buenos Aires que reunirá mi trabajo social y político en el campo de la historieta de los últimos 20 años. Una especie de antología personal. Se llamará POW! Mientras tanto, continúo desarrollando la tira Viajeros para el diario Río Negro y la serie El bar de la mesa 3 para la revista porteña Maten Al Mensajero.

FEDERICO BECHISNació en Buenos Aires el 14 de agosto de 1952. Padre de cinco hijos, vive en la casa que construyó en las afueras de Bariloche, rodeado de árboles y en compañía de su mujer, sus hijos y su perra Quillén.

Su actividad profesional se desarrolla dentro del campo de la fotografía publicitaria, paisajista y de naturaleza. Realizó también los ensayos fotográficos Los mapuche en Neuquén y La Delgada Línea Sur, Comallo en Río Negro; organizó safaris fotográficos por la Patagonia argentina y el sur de Chile y se desempeña como profesor de fotografía desde 1993. En la actualidad realiza talleres de fotografía en su atelier y en la cátedra de Comunicación Social de la Universidad Fasta.

Sus trabajos fotográficos le han valido distinciones y premios nacionales e Internacionales, entre los que se destacan: Medalla dorada en The 49th International Photographic of Japan y Mención Honorable en Nikon Photo Contest. En 1991 fue distinguido como Artista Argentino Fotógrafo (AAF) por la Federaclón Argentina de Fotografía y en 1992 formó parte de un intercambio cultural como “Artista en Residencia” en Montana, Estados Unidos, donde fue invitado a participar como instructor y a presentar su audiovisual Bariloche, reflejos de un sentimiento en el workshop “Nature Photography in Wyoming”.

¿Cómo fueron sus inicios en la fotografía?Mi padre, Juan. E. Bechis, fue uno de los primeros fo-tógrafos publicitarios de Argentina. Acompañaba a mi padre cuando tenía que hacer fotografías publicitarias en exteriores o en el estudio. Me metía en el labora-torio para ver cómo se revelaban las fotografías en color y blanco y negro y me encargaba de lavarlas y abrillantarlas.

Sin darme cuenta iba aprendiendo y desarrollando un lenguaje visual sin hacer fotografías, simplemen-te prestando atención, observando detenidamente lo que hacía. Hasta que un día le pido al asistente de mi padre que me enseñe a usar una cámara que había en el estudio. Y empecé a salir con él a fotografiar en blanco y negro y a la vuelta revelar el rollo y hacer mis primeros contactos y ampliaciones 12 x 18 cm.

Motivado por una íntima y personal convicción de vi-vir en contacto directo con la Naturaleza, decido ra-dicarme en 1978 en Bariloche. Mi padre me regala mi primera cámara, una Nikon F con tres lentes (35, 55 macro y un 135 mm).

En mis caminatas por los bosques, ríos y lagos pata-gónicos, empiezo a reencontrarme con la Naturaleza y a percibirla en todo su esplendor. Comienzo a pro-fundizar en la observación –en un estado de armonía entre hombre y Naturaleza– que me lleva a captar la esencia de lo que estoy sintiendo, a observar los pe-queños detalles, su textura, sus colores, su forma más allá de sus formas, sus aromas, sus sutiles tonalidades de verdes, y así poder captarla en todo su esplendor.Me detengo a observar el comportamiento de los pá-jaros en primavera, cuando empiezan con la construc-ción de sus nidos, y en invierno, cuando en bandadas bajan a la tierra en busca de alimento, presagiando la venida de una tormenta de nieve. Un día equivale a un curso intensivo de meditación zen.

De esta convivencia surge el audiovisual “Bariloche, reflejos de un sentimiento”… Y desde entonces no he dejado de fotografiar la Naturaleza.

“Un ser humano que por única vez se haya sentido to-talmente fundido con cuanto le rodea, de pies a cabeza, desde cada una de sus células, ya no puede destruir más el entorno. Se siente formando parte de él, protegido por él”. A. Hoffmann

¿Qué es la fotografía para usted y de qué manera se

integra o se complementa con su vida?Hacer fotografías es mi pasión. Tengo pasión por mirar. Es mi momento de meditación. Cuando hago fotografías “me pierdo en el tiempo”.

La fotografía es mi manera de relacionarme con el mundo. Es un pretexto para descubrir la vida y la cultura de los lugares a donde voy. Lo que más disfruto de hacer fotografías es el proceso que uno tiene que hacer para tomarlas, el camino que uno tiene que recorrer para poder llegar a hacerlas. Con una cámara en mano, es mucho más fácil para mí poder acercarme a la gente para hablar, conocer sus costumbres, sus sueños, sus preocupaciones, su fe-licidad. Gente a la que difícilmente me hubiera acer-cado si no fuera por mi profesión. Y es así como uno aprende de diferentes culturas otras formas de ver la vida. Y eso es muy enriquecedor para el espíritu.Ser fotógrafo me hizo ser un mejor observador de todo lo que me rodea. Aprendí a mirar el mundo con “nuevos” ojos, a valorar la luz y apreciar como incide sobre los objetos y las personas.

La fotografía es mi medio de comunicación donde puedo expresarme a través de mis imágenes y de-jar mi mensaje. Caminando con mi cámara voy muy atento, buscando las señales que el Universo tiene para mí.

“Si permanecemos alerta, con la mente y los ojos abier-tos, comprenderemos el sentido de las cosas simples, nos daremos cuenta del significado real de aquellas situaciones que, de otra forma, encogiéndose de hom-bros, quizás habríamos llamado ‘casualidad’”. Roland Bach

¿Nos podría contar un poco sobre su serie fotográ-fica Línea Sur?El ensayo fotográfico sobre el pueblo de Comallo en la Línea Sur surgió cuando con mis alumnos buscá-bamos lugares diferentes para fotografiar. Además, el padre de una de mis alumnas vivía en un campo cercano a Comallo y nos había hablado del lugar.

El pueblo de Comallo está ubicado a 120 km de Ba-riloche por la ruta 23, camino a los pueblos que for-man lo que se denomina “Línea Sur”, en la meseta patagónica de la provincia de Río Negro. Es un lugar árido, con pocos árboles, coirones y otros pastos achaparrados. Un lugar muy especial, rodeado de algunas montañas con forma de pirámides truncas.

FotograFía

Comallo está dividido en dos por las vías del ferroca-rril que lo atraviesa de Norte a Sur. Muchos de sus habitantes son gente de campo, que conviven con sus familias, sus caballos y sus ovejas en el medio de la inhóspita soledad de la estepa patagónica.

Al principio iba con mis alumnos y después empecé a ir solo. Tenía material como para hacer algo inte-resante y por ello es que seguí yendo los fines de semana para completar la primera parte del proyec-to. Ya me había hecho de amigos y me quedaba a dormir en sus casas.

Estuve como seis años viajando esporádicamente los fines de semana. En un momento dije, bueno, ya tengo suficiente material como para hacer una ex-posición. Y es cuando le muestro el proyecto a una legisladora de Bariloche; le gustó la idea y lo presen-tó en la Legislatura de Río Negro, donde fue declara-do de “Interés Cultural, Social y Educativo”.

La exposición, que titulé “La Delgada Línea Sur, Co-mallo”, estaba compuesta por un conjunto de 80 fotografías color y blanco y negro. Fue expuesta en Bariloche, Viedma y en Comallo.

Luego seguí yendo un par de años más, pensando en la idea de hacer un libro sobre el pueblo. Con una selección de esas fotografías hice el audiovisual “La Delgada Línea Sur, Comallo”.

“Yo nací y crecí bajo las estrellas de la Cruz del Sur. Vaya donde vaya, ellas me persiguen. Bajo la Cruz del Sur, cruz de fulgores, yo voy viviendo las estaciones de mi suerte”. Eduardo Galeano

¿Hoy en día, de qué manera trabaja? ¿Mediante sis-temas digitales o analógicos?Cuando empecé a ir a Comallo, todavía no había en-trado en el mundo digital. Por lo tanto iba con mis dos cámaras Canon F1 New, cargadas una con rollo color y la otra con blanco y negro. Luego compré mi primera cámara digital, una Sony F 828, con un len-te Carl-Zeiss “T”. Aquí es donde cambio al formato digital.

Siempre soñé con mirar en forma instantánea las fo-tografías que estaba haciendo y poder revelarlas a

plena luz del día (como estar fotografiando con una cámara Polaroid). Como revelaba mis rollos y copia-ba las fotografías, tanto color como blanco y negro, pasando muchas horas en el cuarto oscuro, en so-ledad, respirando químicos, es que ahora disfruto enormemente de la nueva era digital. En el laborato-rio digital uno puede poner “Pausa” y seguir en otro momento. En el cuarto oscuro no.

Mi sueño era poder trabajar así, como estoy hacien-do ahora: poder mirar instantáneamente en la pan-talla LCD de mi cámara la foto que acabo de hacer, revelarla en mi computadora e imprimirla en una impresora a plena luz del día. ¡Una opción que para mí no tiene retorno!

¿Qué relación tiene con la Federación Argentina de Fotografía (FAF)? ¿Cómo es su experiencia en esta organización? En mis comienzos fotográficos, viviendo tan alejado de un centro importante en donde poder intercam-biar conocimiento con otros fotógrafos, es que me asocio al FotoClub Banco Provincia de Río Negro, y empiezo a enviar fotografías a importantes salones nacionales e internacionales auspiciados por la FAF, representando al Fotoclub. Me premiaron algunas fotos y entre todos los miembros del Fotoclub hici-mos conocer que existíamos.

Para esa etapa de mi carrera fotográfica estuvo muy bueno tener cierto reconocimiento por mis fotogra-fías. Saber que estaba por buen camino. En 1991 fui distinguido como artista argentino fotógrafo (AAF) por la Federación.

Con el tiempo te das cuenta de que si uno quiere llegar a desarrollar su propia mirada, no tiene que estar sujeto a reglas compositivas estrictas, ni a las “modas” de procesos fotográficos, como cuando uno tiene que presentar sus fotos a consideración de los jurados.

Para poder desarrollar nuestra propia mirada debe-mos tener en cuenta que cada uno tiene su forma de mirar y que tiene que ver con nuestra propia his-toria personal. Y saber, que aunque parezca que la cámara capta el mundo con objetividad, siempre es el fotógrafo quien, de forma subjetiva, decide hacia dónde mirará la cámara.

Dedicarme a la fotografía me enseñó a vivir la vida de una forma más personal, sin prestar demasia-da atención a lo que otros decían de mis fotogra-fías. Caminando más pausado, escuchando mi voz interior, que es la única forma de “ser uno mismo”, dejándome llevar por mi intuición y sintiendo cada momento. Solo de esta manera uno puede llegar a tener un estilo personal y ser reconocido por sus fo-tografías.

Con mis fotografías trato de transmitir un senti-miento. Sentimiento que tuve en un determinado lugar y momento de mi vida y que me hizo detener-me a evocar un pensamiento.

¿Cómo se relaciona la docencia con su carrera fo-tográfica?El contacto con los alumnos es muy gratificante, no solo ellos aprenden de mí, sino que yo también aprendo de ellos.

Fui profesor de fotografía de la Escuela Municipal de Arte “La Llave” y en la carrera de Comunicación So-cial de la Universidad Fasta de Bariloche.

Actualmente recibo alumnos en mi atelier. El leitmo-tiv del Taller “El Despertar de la Mirada” es enseñar a los alumnos cuál es la sutil diferencia entre mirar y ver. Ver es observar sin prestar demasiada aten-ción. Mirar es dedicar un pensamiento a lo que nos rodea. Vemos con los ojos, pero miramos con el co-razón y el alma. Es enfocar la atención con nuestros sentidos, mirando más allá del objeto mismo, descu-briendo la esencia de las cosas.

Los viajesLos viajes te abren la mente y las oportunidades para hacer buenas fotografías. En 1992 me otorga-ron una beca como “artista en residencia” de Part-ners of America, que consistía en una estadía de un mes en Montana, en Estados Unidos.

En esa época ya había hecho el audiovisual “Barilo-che, reflejos de un sentimiento”, y la gente de Part-ners consideraba que era una buena oportunidad para mostrar nuestro lugar en el estado de Monta-na, en Boseman, ciudad hermana con San Carlos de Bariloche.

Allí presenté el audiovisual en distintos lugares. Tam-bién me invitaron a participar como instructor y a proyectar el audiovisual dentro del workshop “Natu-re Photography in Wyoming”, organizado por la Na-tional Audubon Society en el pueblo de Dubois. Allí tuve la suerte de conocer a los fotógrafos Paul Dix, Perry Conway y Bill Ractcliffe, que publicaban sus fo-tos en revistas muy importantes como en National Geographic. Con ellos fui a hacer fotografías en el Parque Nacional de Yellowstone. Una experiencia inolvidable.

Y en 1994, una empresa española me contrata para formar parte de un equipo internacional de fotó-grafos para trabajar en el libro oficial de la Secre-taría Nacional de Turismo de Argentina. Dividieron la Argentina en seis zonas y a mí me tocó la zona de la cordillera de los Andes desde La Quiaca hasta la Antártida. De este viaje, surge el audiovisual “De la Quiaca a la Antártida”, a dos proyectores (eran dia-positivas) y con músicos en el escenario tocando en vivo.

Luego vinieron los viajes a Cusco y a Cuba, de los que hice dos audiovisuales: “Incas, el Imperio del Sol” y “Cuba, Diario de un Fotógrafo”.

“Sólo me interesa la fotografía que surge de la vida. El goce de mirar, la sensibilidad, la sensualidad, la imagi-nación, todo lo que llega al corazón, se junta en el visor de mi cámara. El goce existirá siempre para mí”. Henri Cartier-Bresson

Elegí la fotografía como estilo de vida y un medio de expresión artística. Gracias a la fotografía viajé a lu-gares que nunca pensé que iba a conocer. Mis imá-genes también pudieron viajar y alegrar el espíritu de quienes las incorporaron a su diario vivir.

A lo largo de su carrera ha participado de varias exposiciones colectivas e individuales. Cada una de ellas es una experiencia única, pero ¿cuáles puede destacar? ¿Puede contarnos un poco sobre las mis-mas?Tengo un grato recuerdo de la exposición de “La Delgada Línea Sur”, cuando la colgué en Comallo. En esa época no era habitual hacer exposiciones en ese pueblo. Para colgar la muestra elegí un edificio abandonado, que había sido la sede de un club de fútbol y en donde cada tanto se organizaban peñas folclóricas. Tenía las paredes de adobe de un metro de espesor. Colocamos un caño central en el medio de un gran salón donde colgamos las luces.

El salón tenía un pequeño escenario. Sobre él co-locamos una gran pantalla. Para la inauguración, se invitó a la “Banda Atómica”, del Centro Atómico Bariloche. Eran 30 músicos tocando en vivo música de películas, mientras en la pantalla se proyectaban escenas de James Bond, entre otras.

Fue un espectáculo surrealista… y la misma gente de Comallo fue la más sorprendida cuando con la exposición redescubrió su pueblo. Porque nunca lo habían visto desde la perspectiva de un fotógrafo. Y al redescubrirlo empezaron a valorarlo más. Por medio de esta exposición, que también se colgó en Bariloche y en Viedma, el pueblo rionegrino descu-brió que existía un pueblo llamado Comallo en me-dio de la meseta patagónica.

¿Qué consejos podría darle a un artista emergente de la fotografía? La palabra emergente, si bien está de moda, no me gusta. Parece que las personas salieran de un gran pozo. Prefiero llamarlo persona que le gusta mucho la fotografía y que algún día puede llegar a ser un gran fotógrafo.

En el mundo actual donde la fotografía se ha hecho muy popular (todo el mundo tiene acceso a una pe-queña cámara digital o a un teléfono celular), para poder sobresalir como fotógrafo sobre las “perso-nas con cámaras” hay que trabajar mucho, ser muy creativo, ir a exposiciones y mirar muchos libros de arte y de fotografía.

Una vez le preguntaron al gran fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo: Maestro, ¿qué se necesita para ser un buen fotógrafo? Contestó: “Para ser un buen fotógrafo hay que leer mucha literatura, leer mucha poesía, escuchar mucha música y mirar, mi-rar y mirar. Todo el tiempo mirar”.

Con respecto a la palabra “artista”, la mejor respues-ta la dio el fotógrafo francés Jean Loup Sieff cuando le preguntaron: ¿Es la fotografía un arte? “¡Pues no! La fotografía no es un arte, pero Kertesz es un ar-tista; la pintura no es un arte, pero Bonnard fue un artista; la música no es un arte, pero Erik Satie será siempre un artista. Porque, para mí, ‘artista’ tiene un valor cualitativo y no clasificatorio, y un individuo movido por una pasión que además sabe expresar con un talento único es más importante, a mi modo de ver, que el vehículo liberador que haya elegido para hacerlo, poco importa que este sea la fotogra-fía, la escultura o la escritura”.

¿Cuáles son sus proyectos a futuro?Mi proyecto inmediato es seguir viajando por Lati-noamérica para conocer y fotografiar otras culturas. Y editar algunos de mis ensayos fotográficos.

VIVIANA PORTNOY

Con más de 20 años en la docencia, ¿qué parte de ense-ñar cree que es la más gratificante?Encontré en la docencia una actividad muy gratifican-te. Enseñar y aprender siempre fueron de la mano. La docencia me mantiene en permanente estado de ca-pacitación, práctica y lectura. El intercambio con gente de distintas edades, intereses y modos de ver es muy enriquecedor. Nos involucramos juntos en un proceso creativo personal y grupal y ver los logros con el paso del tiempo es siempre un bello descubrimiento.

¿Qué cambio cree que hubo en la fotografía a partir de la democratización al acceso de la cámara?Los avances tecnológicos han facilitado la producción de imágenes. Cualquier persona hoy es portadora de una cámara… desde las más sencillas a las más sofisticadas permiten la producción de millones de imágenes diarias. Las posibilidades son infinitas. Tomar fotos se ha conver-tido en algo común y cotidiano.

Yo no soy de las personas que viven fotografiándolo todo…. Elijo solo lo que me emociona, lo que me es signi-ficativo… Hay que aprender a seleccionar el material que fotografiamos, editar, saber qué mostrar y qué no.

Una fotografía, ¿se busca primero con la mirada, lue-go con la cámara? ¿O se busca con la cámara siempre frente a la cara? Al respecto de lo último, ¿cree que es importante hacer fotografía, aún sin cámara?Uno observa el mundo cotidianamente. A veces vemos algo que nos conmueve y no tenemos la cámara con no-sotros… entonces debemos contentarnos con haberlo observado y disfrutado.

Dotothea Lange decía: “La cámara fotográfica es un ins-trumento que enseña a la gente cómo ver sin cámara”.Creo que es así… Muchas veces mis alumnos me dicen que aprendieron a ver de un modo distinto. Luego con la práctica, en tus imágenes comienza a verse parte de tu mundo interior, y uno mismo va descubriéndose.Uno fotografía con su cultura, su historia y sus vivencias.

¿Cuál es el mensaje más importante que trata de im-partir en sus clases?Enseño cuestiones técnicas para que conozcan las po-sibilidades de sus cámaras, les muestro el trabajo de Grandes Maestros de la Fotografía, trato de que los con-ceptos se vean de manera teórico práctica, trato de no enseñar reglas estrictas y de que cada alumno encuen-tre su modo de expresión.

FotograFía

Estoy convencida de que la mejor cámara no hace la mejor fotografía y que lo más importante es educar la visión, desarrollar la creatividad y brindar un abanico amplio de posibles caminos.

Trato de salir de la enseñanza puramente técnica. Hay que enseñar a producir e interpretar imágenes. Ver buen cine, buena pintura, recorrer muestras… todo aporta a un conocimiento más amplio.

¿Qué opinión puede darnos acerca de la escena foto-gráfica a nivel provincial? ¿Hay encuentros? En su ciu-dad, ¿existen lugares que abran las puertas a artistas emergentes para que expongan sus obras?En Gral. Roca se ha ampliado mucho la cantidad de ta-lleres que enseñan fotografía, gente profesional y aficio-nada que desarrolla distintas ramas del arte fotográfico.Contamos con un Fotoespacio en Casa de la Cultura (desde 1994) donde mensualmente podemos compartir la obra de autores regionales.

El MMBA donde algunas de las muestras que proponen anualmente incorporan obra fotográfica de autores re-gionales o de otras zonas del país y en algunos espacios alternativos como bares también podemos encontrar más esporádicamente alguna muestra.

Son pocos los encuentros a nivel provincial. Hemos invi-tado a fotógrafos de trayectoria a dar seminarios y capa-citaciones, así como brindarles el Fotoespacio en Casa de la Cultura desde la Secretaría de Foto y Cine, y esto nos ha permitido capacitarnos sin tener que viajar para eso. Pero siempre es una actividad que se impulsa y de-sarrolla a pulmón y sin apoyo de entidades Provinciales o Nacionales. Casa de la Cultura es una ONG y los que allí trabajamos lo hacemos por amor al arte.

¿Cuál es el aspecto que más disfruta de hacer fotogra-fías? ¿Digital o analógica?Mi formación ha sido en tiempos de la fotografía analógi-ca y ahora trabajo con imágenes digitales, salvo cuando realizo los encuentros de fotografía estenopeica (usa-mos película o papel fotosensible y volvemos a la magia del laboratorio).

Disfruto más el momento de la toma que el de la edi-ción. A veces comienzo un proyecto a partir de imágenes que encuentro y otras con alguna idea previa que dejo fluir e interactuar con lo que voy encontrando mientras lo hago, y tal vez en el desarrollo va variando desde la primera idea que tenía al comienzo.

Finalmente, ¿qué hace a un buen fotógrafo?Un buen fotógrafo es quien estudia, practica, observa. Es alguien sensible al mundo que lo rodea… es quien puede expresarse sin palabras a través de imágenes y nos muestra su visión particular, su mundo, y desarrolla un estilo propio con el tiempo. Es quien sabe mirar y nos brinda imágenes que cuestionan, deleitan, emocionan y nos enriquecen el alma.

SILVIA CASTRO

lCUANDO UNO HABLA DEL CUERPO, ESTÁ HABLANDO DE UNO, COMO SI PUDIERA

IRSE, PERO NO.

JSILVIAI

a pocas cuadras de la casa de Gardel y trabajo en una biblioteca que está ahí nomás de donde vivía Luca Prodan.

¿Qué llegó primero, la fotografía o la poesía? ¿Cómo llegó cada una? ¿Qué similitudes encontrás entre el quehacer fotográfico y el poético? Se trata de un modo de ver y sus lenguajes. La mirada se educa desde los primeros años, soy de una familia de contemplativos. Desde chica me he quedado mirando cosas. Y si no las veía, tenía cerca quien me las hiciera ver. Para mí las cámaras no son lo fundamental de la fotografía; en poesía tampoco es determinante el dispositivo. En las dos es necesario, siempre que el espesor de la mirada esté debidamente alimentado.

¿Cómo sucedió el primer libro? La Selva Fría fue un modo de hacerse cargo del origen. Hacía años que estaba en Buenos Aires, intentando cierto arraigo, pero viajando mucho al sur. Mi viejo había cumplido sesenta años, y justo ese año la caña colihue había florecido. La floración de la quila sucede cada sesenta años, y cuando florece, muere. Me puse a escribir sobre esa y otras curiosidades de la región, muy naturales para el nativo, pero desconocidas para otras geografías. Así, en el libro aparece el castor fueguino, las cigüeñas petroleras, el pehuén, desde la mirada del naturalista errante y lejano de todo positivismo, pero también desde una voz que le habla a una segunda persona que bien puede ser ella misma.

¿Hay proyecto de un futuro libro? Hay dos inéditos, los dos de poesía. Uno es El lado manco, un libro sobre la falta como motor. Como René Lavand, el prestidigitador que era muy hábil con la única mano que tenía, presumo que quienes creamos lo hacemos desde ese miembro fantasma. Hacemos como qué.

El otro libro sucede en dos pueblos: Puelches y Lago Epecuén. Los dos con casi nada o nada de población, los dos con un problema hídrico. En uno dejó de llegar un río, al otro se lo tragó una laguna. Este libro puede que tenga fotos y un diario de viajes como anexos.

¿Se escribe a merced del momento, o se busca cada poema laboriosamente? Hace poco escribí “Blur”, un poema que llegó cuando estaba lavando los platos y pensando en el gato de Schrödinger. Lo escribí con los guantes mojados y sin lentes, para que no se escapara. No veía lo que estaba escribiendo, y cuando lo pude ver, la tinta estaba corrida por el agua. En la radio pasaban temas de Drexler. Algunos fragmentos de lo que sonaba quedaron en el poema: “A todo digo que sí con tal de verte” y “Juraría que te vi”. Algunos poemas nacen así, otros son parte de un plan de libro, y se buscan y trabajan más.

¿Cuál es la importancia de llevar la poesía a todos los lugares posibles? Muchos autores se quejan de la falta de lectores, o de que sus libros no se compran. No es de extrañar que eso suceda, porque cada vez menos gente crece poéticamente (sobre todo en los grandes centros urbanos), y el Estado no se ocupa de eso, o lo hace aún muy fragmentariamente. Unos cuantos trabajamos con niños para compensar esa falta. Hay muchas formas de difundir poesía, y todas suman. Yo lo hago diariamente en mi biblioteca, y también en el Centro Cultural de la Cooperación, donde coordino un ciclo mensual. También integro ahí la organización de un Festival Latinoamericano de Poesía que se hace anualmente.

¿Dentro de qué marco se dio tu reciente visita a Cuba? ¿Qué reflexión te dejó el viaje? Por invitación de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba) viajamos seis patagónicos (Liliana Campazzo, Bruno Di Benedetto, Sergio Sarachu, Gerardo Burton, Raúl Mansilla y yo). Visitamos una escuela primaria y otra secundaria, dimos talleres y lecturas. Aprendimos mucho en ese intercambio. Del viaje volvimos todos distintos, como quien deja atrás otra dimensión. Recomiendo el abandono de un sistema político y

¿De qué manera se entrecruza la poesía con tu vida? Uno habla del cuerpo como si ese cuerpo no fuera uno. Uno habla de poesía desde ese extraño estar y no estar. Poner en palabras lo que se vive es una práctica, pero también es una forma de vida. Hay quienes arrancaron con un taller. Yo arranqué conmigo. Es como menstruar, pero la poesía me vino antes. Me sigue viniendo.

¿Qué te llevó a decidir dejar la docencia en las zonas rurales para trasladarte a Buenos Aires? Me enamoré de un contrabajista. Huímos juntos a la casa de su madre, en Buenos Aires. Éramos muy jóvenes, buscábamos un cambio de escala. Dejé las chacras por las villas: Soldati, Lugano, Mataderos, Barracas, La Boca, Avellaneda. Cambié un sur por otro. Ahora vivo en Abasto,

económico hacia otro diferente. Los poetas no nos llevamos bien con el turismo.

¿Puede uno despegarse de la Patagonia? No. Como te decía más arriba, cuando uno habla del cuerpo, está hablando de uno, como si pudiera irse, pero no.

¿Cómo fotógrafa y poeta, qué podes comentar del panorama artístico de Río Negro? Hay mucha juventud creando, en todas las artes. Todos nacidos en democracia, con su infancia atravesando el menemismo, y ahora estos nuevos tiempos. Tengo mucha fe en lo que pueda producir esa nueva camada de artistas, en una región que ya va construyendo cierta tradición. Pero es una tradición que no pesa, aún está en un diálogo muy dinámico con las nuevas generaciones, y eso es bueno.

¿Qué consejo le darías a un artista en sus primeros pasos?Es muy feo dar consejos; como siempre que se da lo que no se pide, hay algo de derroche ahí. A mí siendo joven me sirvió tener un maestro de poética, Alberto Muñoz. No fui a talleres ni seguí una carrera académica para escribir. También fue fundamental la vida vivida y la intemperie de elegir, cada vez, el camino más libre, que es siempre el más difícil. Si uno busca pasar unos cuantos años de la vida cerca de los que menos tienen, entiende mejor unas cuantas cosas y crea desde otro lugar. No es imprescindible, pero hace bien.

Laica

yo tengo una perra con un solo ojocomo la de Cartier Bresson

ella no captura el instantesino la mitad

por ejemplotus manos en alto

se vuelven una solaque muestra la palma

yo te apunto con mi Laica.

ella le ladra al futuro que pasa por tu mano

es un viaje del azar que no se detiene con Dios

tu mano se ha vuelto inmortaly yo vivo en la mitad de tu vida

estás detenido en el espacio

Laica te mira a través de la burbuja de vidrio

vamos a casate dice

no todos los perros van al cielo

la burbuja brilla como la aureola de un santopero es sólo casualidad

no se puede rezar con una mano sola

a

Muralla

cuando los chinosinventaron la fotografíaaún no existía el papel

tomaron en sus manos la Murallala pulieron

e hicieron de ella un espejo del mundo

lo que vieron fue la muertesu faena uniforme y puesta en abismo

los fragmentos de la vidaperpetuada en portarretratos

sus soldados en filala arcilla de la amalgamael espacio entre viñetas

su propio dibujopor primera vezempequeñecido

la cámara oscura de cada torrelos caídos

en pleno ejercicio de la apariencia

el universo había dejado de ser infinitosu fotografía

no

a

LILIANA CAMPAZZO¿Hay formas en las que puedan mezclarse internamente la pintura y la poesía?Muchas veces la pintura y la poesía van juntas, comparten una misma poética; otras no. Creo que las dos conforman o comparten una génesis común, o similar, pero no siempre explícita.

¿En qué circunstancias llegó la poesía?La poesía llega como los sueños, con la lluvia, con la noche, entrelazada a una evocación, como redención, o como camino.

Al articular un poema, ¿primero llega la idea pura y luego se moldea? ¿O se sabe antes de escribirlo?No sé si articulo un poema, sé que está por ahí y a veces, sólo a veces puedo aprehenderlo. No creo que exista ninguna idea pura, existe la necesidad de escribirlo. Luego dejar reposar. Algunos levan, como el pan, otros se evaporan.

¿Hay momentos para escribir o se da cuando debe darse?En mi caso escribo todo el tiempo, a veces dura y se convierte en poema. Llevo notas, papelitos, los desparramo en mi mesa de escribir y van conformando un universo pequeño, donde algunas palabras son manantial y otras se convierten en ciénagas.

¿Pensás que el entorno geográfico deja impreso algo en lo que uno crea?Creo en los tempos, en las organizaciones espaciales, en la calidad de los horizontes, y sobre todo en lo que recorta la mirada. A veces hay un entorno geográfico no dicho, pero sí condicionante.

No sería yo y mi poesía si mi ventana diera a otro lugar que mi patio, ese pequeño mundo, o si mi escritura fuera una foto, una

triste enumeración de las cosas, un catálogo de especies vegetales. Creo que el medio condiciona, acompasa cierta forma de decir, atempera la voz, y nos permite elegir cierta periferia desde contar-nos.Como tallerista, docente y bibliotecaria, ¿qué opinás de la poesía hoy en la Patagonia?La poesía en la Patagonia se encuentra en un momento sólido, fuerte. Desde los ‘80 hasta ahora se han ido construyendo voces, estilos y un principio de crítica que va constituyendo un corpus con presencia y trascendencia.

Existen muchas voces, una gran diversidad de tonos, temas, formas de identificarse desde lo regional como lugar de resistencia, como definición de sujetos autores políticos; esto nos sitúa en una posición muy interesante pero también hay que tener algunas reservas en cuanto a no caer en ser clasificados como objetos exóticos, amanerados, conservar esta posibilidad de identidad a partir de las señales que cada poeta construye desde su lugar de pertenencia.

¿Existen festivales a nivel regional donde los poetas puedan nuclearse?En Río Negro existen algunos encuentros. Para mí el más significativo, aglutinante y representativo es el que organiza Chelo Candia en Fiske Menuco, Gral. Roca, que se llama Conversaciones de Otoño y se realiza cada dos años.

¿Qué momento está transcurriendo la poesía rionegrina?En mi provincia hay grandes poetas, Ramón Minieri, Graciela Cros, Luisa Peluffo, Marcela Saracho, Alberto Fritz, Raúl Artola, Carina Nocenzo... ufffff, muchos, diversos, pero también hay gente que escribe, que sé yo, algunos escritores de domingo, de efemérides, que no trabajan y leen poco,

a

y sobre todo no leen poesía; se nuclean en grupitos cerrados y se pasan la mano por la espalda... esos no son poetas. Los poetas leen, leen poesía, corrigen, descifran mundos, desarman la palabra para llegar a su hueso.

Escriben en la soledad de su mesa de escribir y no esperan palmaditas en la espalda. También hay jóvenes, por suerte, que son un desafío, y que son los que vienen y a los que hay que preservar de los aplausos fáciles. Hay que lograr que los pibes mantengan la acción subversiva de la poesía, que exploren, rompan el lenguaje y lo hagan nuevo.Todo lo demás ya está escrito.Y mejor.

¿Hay algún proyecto futuro de libro? ¿Cómo es tu proceso para armarlo?Siempre hay proyecto, siempre estoy armando, tramando un libro nuevo. Mi proceso de trabajo es lento, releo y corrijo mucho, los dejo reposar. Si resiste bien, si no, no importa, amaso de nuevo.

Dirigiéndote a la poesía y a quienes la escriben, ¿algún mensaje?El único mensaje que puedo dar es Sentarse y Leer. Leer hasta descifrar las notas para escribir la nueva sinfonía que cambie este mundo, como decía o parafraseando al gran poeta Cardoza y Aragón.

JAM SESSION Y PERFORMANCE

El proyecto del evento de Jam Session y Performan-ce surge desde mi trabajo de modelo vivo (sujeto de arte) y mis años de estudiante de teatro. Este traba-jo influenció mi manera de ver el arte, el cuerpo, y lo que quiero decir como artista, más que como actriz. Fue así que me planteé proponer el desnudo en la escena teatral, entonces comencé mi investigación en un taller de teatro en el que cada uno llevaba una escena o alguna imagen para trabajar. Llevé una imagen, un par de acciones con un poema de Ale-jandra Pizarnik, con desnudo. Lo trabajé ahí y ade-más con un profesor de teatro afuera de ese taller, le puse mucha energía y empeño a esa escena, tan-to que realmente la quería mostrar. Entonces surgió la pregunta: ¿dónde se muestra esto? Esto que no es del todo teatro y encima contiene desnudo.

La realidad es que no hay antecedentes en la región, de Jam Session de desnudo artístico, por eso mismo es un desafío. Si bien en mi ciudad se encuentra el IUPA, un instituto terciario de arte, y en la carrera de Artes Plásticas el trabajo con modelo vivo es funda-mental. Hay tres especialidades: pintura, escultura y grabado; en cada una de éstas el dibujo es una materia troncal y desde segundo año trabajan con modelo vivo, además de escultura y pintura. Tam-

bién está la necesidad de producción propia cuando egresan, y por otro lado en los talleres de fotografía siempre ven la temática de desnudo artístico. Bien, entonces de ahí surgen los talleres y quienes quie-ren trabajar con modelo lo arman en sus casas.

Hay una necesidad de trabajo con figura humana. ¿De dónde surge? Viene desde los egipcios, des-de Grecia, la búsqueda de las proporciones, de los cánones, el equilibrio en la figura. Todas las obser-vaciones de un cuerpo que luego se plasman en la obra, con o sin modelo.

Un día pasé por Casa de la cultura y charlé con Ka-rina Acosta, la organizadora del lugar; charlamos y casi de casualidad le conté sobre este proyecto y sobre lo difícil que era hablar de desnudo en los ám-bitos artísticos, y enseguida me mostró las próximas fechas posibles. Ese día se abrió una gran puerta. Ese día todavía no sabía qué estructura darle, solo sabía que quería mostrar mi trabajo “performático”.Poco a poco, en pleno trabajo y con una fecha para mostrar, fue surgiendo la estructura. Primero mos-traría la performance, luego un trabajo de movi-miento improvisando con un músico invitado (un pianista) y luego poses de diez y quince minutos en

quietud. Con esta estructura invité a mis amigos, mis conocidos, artistas plásticos, músicos, bailarines, fo-tógrafos, compañeros de teatro y a quien quisiera ver el trabajo del desnudo artístico; un cuerpo en escena no sexualizado ni cosificado. Y fue un éxito.

Días después uno de mis contactos, al ver las fotos, me felicita y me dice: “Qué bien que alguien se ani-me a ponerle el cuerpo al arte erótico”. Y yo pensaba que este evento no contenía arte erótico, quizás al ver las fotos, no sé. Después pensaba, ¿quiénes se animan al erotismo en el arte? Los dibujantes, los pintores, los intelectuales. ¿Y los bailares y actores? Pero si trabajamos con un cuerpo en escena, al que le pasan cosas y por el que corre sangre, el sexo es una de esas cosas que nos pasan y es una fuerza increíblemente potente. No hablar de sexo es tra-tar de esquivar un bulto demasiado grande, es muy obvio desde dónde viene, es puro prejuicio intelec-tualizado...

A medida que me voy acercando a esta investiga-ción pareciera alejarme del teatro o de las reglas que lo componen. También me alejo del rol de mo-delo vivo en quietud, solo pareciera (en un cuerpo se pueden encontrar muchas expresiones, también trabajo con títeres). Voy encontrando un lenguaje, el cual me encantaría ver más en los escenarios, des-pojado, minimalista, simbólico, transgresor.

Veo la función valiosísima del espectador. Sin él todo lo que hago sería una locura, con él por lo menos es-tamos acompañados. Por otro lado no hay ninguna obra de teatro ni pintura, canción o película que no se complete con quien la mira.

SINESTESIA, POESÍA AL TACTO

SINESTESIA, POESÍA AL TACTO

¿Por qué solo leer o escribir poesía si también la pode-mos saborear, palpar, oler, ver, escuchar? ¿Por qué solo leer o escribir poesía si podemos sentirla y vivenciarla desde múltiples sensaciones? Eso nos preguntamos y a eso invitamos desde Sinestesia, poesía al tacto, una publicación mensual que rueda las calles de Fisque Me-nuco (General Roca) desde mayo de este año.

La apuesta consiste en lograr que confluyan en este espacio las voces que sabemos existen, las de to-dos los que están ahora mismo escribiendo y guar-dando palabras en cuadernos, libretas, papelitos, celulares, netbooks, nubes… porque está bueno escribir pero también está bueno poder echarlo a andar, poner en contacto nuestras voces con las de otros y ver qué pasa.

En ese afán de encontrarnos es que ideamos pre-sentar no solo el primer número de la revista sino cada nuevo número que publicamos. Así es que el tercer domingo de cada mes, abrimos las puertas de la Biblioteca de Arte y Cultura Popular (espacio que nos cobija), armamos rueda de sillas, prepara-mos mate y recibimos a todos los que van llegando con ganas de compartir. La presentación de la revis-

ta es, así, una doble excusa. Por un lado nos permite conocernos, ya que a quienes publican en la revista los vamos contactando fundamentalmente través de las redes sociales, y por otro lado, propiciamos el escuchar las voces, la lectura pública, el momento compartido, como otra instancia artística de la que pueden participar quienes escriben, cantan, dibu-jan, pintan o hacen fotografía.

El proyecto surgió hacia fines de marzo, en una de las actividades organizadas por la Biblioteca de Arte y Cultura Popular (espacio cultural autogestionado del cual participamos), allí nos cruzamos Ana Laura Bermúdez y Silvia Butvilofsky, conversamos un rato y coincidimos en las ganas de hacer algo en la bi-blioteca vinculado a la literatura. Ese algo terminó siendo la revista. Nos contactamos con Lua Hernán-dez, secretaria de Prensa, Comunicación y Cultura de Unter (sindicato de los docentes de Río Negro), quien también sumó sus ganas, y aquí estamos dia-gramando ya el cuarto número que presentaremos el tercer domingo de agosto.

Sinestesia tiene formato de fanzine, en el que bus-camos que confluyan dos intereses, un armado

semi artesanal y un costo de impresión sumamente accesible. A las hojas impresas en blanco y negro su-mamos siempre algo distinto, una mancha realizada con témperas, una hoja seca, una foto, un stencil, la-nas, telas, sobres de café o chupetines. Disfrutamos mucho de esa parte del trabajo.

Con tres números circulando, el balance que hace-mos es más que positivo, las revistas vuelan y ya han participado cerca de 30 colaboradores, aquí van los nombres de quienes nos acompañaron en los tres primeros números: Luciana Ortiz, Rocío Cardoso, Lucía Giselle Ríos, Ezequiel Cona, Francisco Casa-nova, Vre Pridebailo, Lucho Fernández, Julián Serru-to, Andrés Alberto, Melina López de Ipiña, Agustín Torossi, Roxi Hernández, Ornella Scarponi, Bryan Acuña, Pris Fulanita, Gaby Miró, Luz María, Daniela González, Milagros Fourquera Aun, Agusto de An-gelis, Ernesto Gutiérrez, Marco Casalini, Mar Ama-pola, Joel Villegas, M. Ailín, Camila Saavedra y Carlos Di Prato.

A quienes estén leyendo esta nota, quién sabe des-de qué lugares, les dejamos nuestra dirección en Facebook. Sepan que serán bienvenidos, las puer-tas y las ventanas ya están abiertas, el viento acercó algunas hojas de otoño, crujen, se rompen, se hacen polvo entre los dedos.

ARTISTAS RIONEGRINOS EN CAPITAL

“Artistas Rionegrinos en Capital” salió de un cúmu-lo de proyectos que nadaban y se mareaban en mi cabeza. Había cine, series y unitarios de ficción y do-cumental, animaciones cortas y demás.

En el año 2013 encaré la mayoría de los proyectos personales que siguen hasta el día de hoy. Algunos ya terminados, como video clips, y otros que queda-ron en el tintero, por ejemplo un guion de serie do-cumental que presenté al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Ese proyecto fue uno de los desafíos más grandes que tuve, no solo por lo que implica armar una carpeta para que salga el subsidio de un concurso federal, sino también por-que hablaba de una parte de la historia de mi familia en la línea sur de la provincia de Rio Negro. Una gran motivación.

El proyecto nunca salió, es más, nunca pude lograr obtener un mínimo de información por parte de aquellos que estaban encargados específicamente del concurso.

Si hay algo que sí sabía en ese momento es que para formarme como realizador no me quedaba otra que

encarar mis propios proyectos sin esperar aproba-ciones, subsidios, ayuda económica, etc. Tenía que pensar una idea, escribirla, producirla, realizarla y presentarla lo más que pueda; cosa que hasta el día de hoy es lo que más me inquieta, que la gente lo vea, que lo disfrute o no, y que eso me sirva para co-menzar un vínculo con el público, que surja de cada proyecto.

Nací y me crie en Cipolletti y viví ahí hasta los 18. Actualmente vivo en Capital Federal, luego de haber estudiado algunos años Artes Audiovisuales en la Universidad Nacional de La Plata. Hoy trabajo en TV y cine como post productor y montajista.

La ciudad de Buenos Aires lleva el cine en la sangre y la cantidad de estímulo por producción y proyec-ción que hay me llamó poderosamente la atención. Como mi caso hay muchos otros, y entre ellos el de muchos artistas rionegrinos que hoy continúan produciendo en Capital con una gran influencia de su lugar de origen. Esa es mi mayor motivación, además de tener el impulso constante de producir contenido audiovisual. Pensé en la idea básica de reunir aquellos artistas que no cuentan con la difu-

sión desde Río Negro y que están en la gran ciudad. Desde ahí lo combiné con los formatos web, el docu-mental que siempre está dentro de mis inquietudes y todo eso dio como resultado Artistas Rionegrinos en Capital, unitario web documental.

Lo primero que hice fue contactarme con un amigo músico que hacía un tiempo tenía ganas de meterse en el mundo audiovisual, su nombre es Juma Fra-casso Moreno y es el director de sonido del proyec-to. Juma es de Villa Regina y nos conocemos desde hace muchos años.

Escribí la idea general, la idea por capítulos y luego seguí con todo el proceso de guion hasta su realiza-ción integral.

Hasta el día de hoy llevamos publicados dos episo-dios: “Soy dumbo”, con el productor de imágenes Gonzalo Zarba, y “Hombre al sur”, con el músico Lautaro Gatti, ambos de Cipolletti. También esta-mos en producción del tercer capitulo “Kaiser” con Nerina Landi, ilustradora y animadora de Dina Hua-pi. Ellos son rionegrinos que siguen su actividad en Capital con una clara influencia de Río Negro, tanto en sus vivencias como en lo espacial, temporal y cli-mático. Eso que de alguna manera nos define como rionegrinos.

El hecho de darle forma a una idea, llevarla a cabo desde la escritura hasta la exportación de video fi-nal significa uno de los logros más importantes que tuve. Las piezas funcionan como unitario, intentan mantener atentos a los espectadores y que de al-guna manera se queden con las gana de ver más. Sobre todo, es la culminación de eso que estaba flo-tando en mi cabeza, ya que ahora lo puedo ver y lo puedo compartir; eso debe ser lo que motive a cual-quier director para generar un contenido artístico.Compartir lo que hago, en este caso, significó la pri-mera decisión dentro de la difusión. Que Río Negro conozca los artistas “perdidos” que están en Capital. Más adelante le pondremos firmeza para difundirlo en Capital, aprovechando los espacios con los que cuenta la gran ciudad.

La cultura audiovisual de Río Negro está en pleno crecimiento como ocurre en la mayoría de las pro-vincias. Quizá los intentos de federalizar contenidos y producciones audiovisuales tengan que ver con esto. Por mi parte, pienso que el puntapié para que

una provincia tenga contenido está principalmente en que los que producimos, produzcamos. Que en-trenemos las formas de hacer audiovisual, que las proyectemos y difundamos lo más que se pueda. Hoy contamos con la difusión en la web y eso facilita no tener que depender exclusivamente de institu-ciones u organismos, que claro son necesarios, pero no son centrales a la hora de escribir, producir, rea-lizar y proyectar.

En el caso de las producciones regionales de la pro-vincia, crecieron mucho y se juegan más por gene-rar contenidos más jugados o modernos, y con esto me refiero a que no sean contenidos estrictamente periodísticos tradicionales sino que incluyen series, cine, micros y demás producciones que hoy en día son explotadas y experimentadas. Ni hablar de su-marle géneros a esos contenidos, como por ejemplo humor, terror, ficción o documental.

Muchos de los que encararon para Buenos Aires están volviendo a Río Negro y eso suma mucho. Es una oportunidad para aprovechar la experiencia de todos los jóvenes, no solo para que lleguen con data y noticias sino también para combinar y armar re-des de trabajo, como ocurre en los festivales de cine que están en enorme crecimiento allá, como el FAB (Festival de Audiovisual de Bariloche).

En mi caso opté por seguir la carrera en otra ciudad. Cuando me fui no había carreras afines como suce-de ahora con la Universidad Nacional de Rio Negro que abrió una carrera en El Bolsón. La realidad es que en Capital Federal hay mayor oferta laboral y en Rio Negro hay pocas productoras, y se sigue centra-lizando en algunos canales.

No obstante, la provincia tiene la oportunidad de ge-nerar su propio contenido y de tener identificación por vía de sus producciones, y que esos contenidos se muestren al resto del país. Esto va a estar siem-pre sujeto al impulso de los realizadores y produc-tores regionales y al sostén económico que generen las productoras locales.

CONVERSACIONES DE OTOÑO, LA POESÍA DEL ENCUENTRO

CONVERSACIONES DE OTOÑO, LA POESÍA DEL ENCUENTRO

Conversaciones de otoño es un encuentro binacional de poesía que reúne a poetas de la Patagonia argentina y del sur de Chile. Se realiza en Fisque Menuco / Roca ininterrumpidamente desde el año 2004 y es organizado por Chelo Candia, Silvia Butvilofsky y una bandada de amigos.

En el programa de las primeras Conversaciones de Otoño que organizamos en 2004 escribíamos “he-mos encarado este proyecto con una única certeza: la poesía es la que nos traduce al mundo, y desde esa idea pretendemos hacer de este encuentro un espacio de conversación literaria abierto para to-dos. Ojalá así sea y así lo sientan… y ojalá vengan más otoños”.

Desde aquella aventura pasaron once años. La pru-dencia nos indicó reincidir bianualmente. Así es que cada año par, cuando va llegando el otoño en el norte de la Patagonia, más precisamente en Fisque Menuco/Roca, nos preparamos para encontrarnos, intercambiar y celebrar la poesía. El convite toma en cada edición un tono especial, pero la esencia es la misma; lo que queremos es vernos, compartir y acercar la poesía a la comunidad. En la primera edición (2004 - La poesía nos traduce al mundo) conversamos sobre lo que significa ser, hacerse, creerse, pretenderse poeta en este sur del mundo. En el segundo encuentro (2006 - Poesía a la calle) nos propusimos juntos llevar la poesía a la calle: leímos poesía en el hospital, en escuelas, en colectivos, en plazas. Para las terceras conversacio-nes (2008 - Poesía para compartir) planteamos pen-sar la poesía como forma de interpretar e interpelar la vida. Poesía para usar, para usarse; poesía más que para compartir, para compartirse. En el cuar-to encuentro (2010 - Poesía, barrio y fiesta) dijimos:

muchachos, la poesía se arremanga, se embarra, se divierte y festeja, y convocamos a los invitados a pensar su participación desde dos líneas concretas: “Barrio y Poesía” y “Fiesta y Poesía”. Entre las acti-vidades de ese año, recorrimos las calles del barrio Villa Obrera regalando libros y poemas, allí compar-timos lecturas y charlas con los vecinos de una toma que se encontraban en pleno conflicto con el muni-cipio que quería desalojarlos.

Las quintas conversaciones (2012 - Poesía a la ca-nasta) estuvieron a punto de suspenderse, ya que el apoyo financiero mínimo e indispensable para solventar los gastos logísticos no llegaba. Pero no nos amedrentamos, entre todos armamos “Poesía a la canasta”. Como en los encuentros con la familia y los amigos, en los que cada uno lleva algo y todo se pone a la mesa, ese año el encuentro se constru-yó con el paisaje y la mochila poética y cultural que cada uno de los asistentes brindó. Reflexionamos acerca de nuestra relación cotidiana con la poesía, y cómo ella atraviesa nuestras luchas, deseos, pro-ducciones y desvelos.

El año pasado (2014 - Los caminos de la poesía), el número redondo de la década nos llevó a mirar el camino recorrido, pensamos y escribimos la convo-catoria proponiendo conversar acerca de los cami-nos de la poesía y del camino de las Conversaciones. Un camino, como tantos de nuestra querida Patago-nia, que intenta unirnos y salvarnos. Invitamos a los

poetas a conversar acerca de los senderos que se bifurcan, así se lo planteábamos: “Los distintos ca-minos que recorre la poesía, tanto a nivel de la obra propia como de la colectiva, nos van comunicando, nos van construyendo, nos van uniendo y salvando. Caminos, cruces, atajos, atascos, paradores, vue-los… ¿Cómo los recorremos, dónde nos paramos, qué destinos vislumbramos, que nuevas rutas tra-zamos?”.

No sabíamos aún que los poetas de Comodoro Ri-vadavia, Trelew y Madryn no podrían llegar porque el único puente carretero que une las provincias de Chubut y Río Negro por la costa atlántica se desmo-ronaría literalmente dos días antes del encuentro. Y que un día antes un paro de transportes dejaría a otros tantos compañeros con sus valijas preparadas pero sin posibilidad de llegar… Un poco tristes, pero nunca vencidos, cada uno de ellos le buscó la vuel-ta para estar: grabaron videos, escribieron cartas y seleccionaron textos que leímos en una mesa espe-cial. Y es que, como dice Yenny Paredes, la poesía es un puente invencible.

Entre las notas características de las Sextas Con-versaciones sucedieron dos momentos interesan-tes para compartir: una lectura en un colectivo de línea local y las lecturas en la Feria de Productores Hortícolas, donde también nos acompañaron Las Susurradoras de la Biblioteca Popular de Villa Obre-ra. También compartimos mesas de lectura, pre-sentaciones de libros, una edición especial del Ciclo “Poesía y Picadita”, un taller coordinado por Liliana Campazzo, los tallarines a la poesía que cocinaron Santiago Iturbe y Leticia Tarifa, una velada literaria con presentación de libro a la medianoche, la fiesta de la poesía del sábado a la noche en la que bai-lamos con la musiquita de los amigos y las amigas, un asado para las conclusiones de sobremesa y mu-chos brindis. Decir y hacer o como quieran llamarle. La cuestión es que en las Conversaciones de Otoño, las poetas y los poetas no se quedan sentados leyendo atrás de una mesa. Ponen el cuerpo, pelan la voz, ya sea con o sin altoparlante, en pasillos de hospitales, calles céntricas y de barrio, en el patio de una vecina que vive en una toma, en una biblioteca popular com-partiendo tortas fritas con grandes y chicos, en la parada del colectivo y arriba del colectivo, en la pla-za y en la feria de productores, en el supermercado,

en la escuela, hasta en la caja de una camioneta…

Puede parecer azarosa la enumeración, pero no lo es. Describe las distintas lecturas que realizamos cada vez que nos encontramos para que la poesía que se escribe por acá llegue a la oreja y al corazón de todos, o de los más que podamos. Cosas que quedan Después, cuando termina el encuentro y cada cual se vuelve a su casa, quedan cosas, muchas, de to-das clases y colores, camperas, bufandas, anteojos, libros… (en casa tenemos como para iniciar la co-lección del museo del poeta patagónico del siglo XXI). Quedan también las charlas, los abrazos, los vinos compartidos, la certeza de que nos hacía fal-ta encontrarnos y mirarnos a los ojos, porque nos necesitamos. Para los que vivimos en la Patagonia, el encontrarnos significa mucho, vivimos a miles de kilómetros unos de otros y darnos ese abrazo cada dos años no es mera sensiblería, es vital para nues-tra poesía.

Y queda más todavía. Queda la impresión de haber-te sentado junto a ese señor que después del traba-jo se volvía en colectivo a su casa y que escuchó a Jorge Spíndola, o a Martín o a Silvina, decirle un poe-ma con todo y su corazón en la mano; el saludo de la cajera del supermercado que recuerda a Bruno Di Benedetto leyendo poemas de Country y que cada tanto te pregunta cuándo hacen eso de la poesía de nuevo; el volver el sábado a la feria por las verduras y las frutas para la semana y adivinar que la poesía de los amigos está ahí, la de Rafael Urretabizkaya, la de Roxana Miranda Rupilaf, la de Jorge Velásquez, la de Mochi Leite, la de Liliana Ancalao, la de Aldo Novelli, la de César Uribe, la de Majó Abeijón, la de Miguel Oyarzábal, la de Silvia Castro, la de Lucho Ca-rranza, la de Tani Mellado, la de todos, allí, entre las papas y las remolachas.