Salesians of Don Bosco · Web viewEl pontificado de San Dionisio. Apéndice sobre San Gregorio...

745
SAN JUAN Bosco OBRAS FUNDAMENTALES EDICIÓN DIRIGIDA POR JUAN CANALS PUJOL Y ANTONIO MARTINEZ AZCONA ESTUDIO INTRODUCTORIO DE PEDRO BRAIDO SEGUNDA EDICION BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID • MCMLXXIX BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS Declarada de interés nacional 402 ESTA COLECCIÓN SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA DIRECCIÓN DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA LA COMISIÓN DE DICHA PONTIFICIA UNIVERSIDAD ENCARGADA DE LA INMEDIATA RELACIÓN CON LA BAC ESTÁ INTEGRADA EN EL AÑO 1979 POR LOS SEÑORES SIGUIENTES: PRESIDENTE: Emmo. y Rvdmo. Sr. Dr. VICENTE ENRIQUE Y TARANCÓN, Cardenal Arzobispo de Madrid-Alcalá y Gran Canciller de la Universidad Pontificia VICEPRESIDENTE: Ilmo. Sr. Dr. JUAN LUIS ACEBAL LUJÁN, Rector Magnífico. VOCALES: DI. ALFONSO ORTEGA CARMONA, Vicerrector Académico; Dr. RICARDO BLÁZQUEZ, Decano de la Facultad de Teología; Dr. JUAN SÁNCHEZ Y SÁNCHEZ, Decano de la Facultad de Derecho Canónico; Dr. MANUEL CAPELO MARTÍNEZ, Decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología; Dr. SATURNINO ALVAREZ TURIENZO, Decano de la Facultad de Filosofía; Dr. JOSÉ OROZ RETA, Decano de la Facultad de Filología Bíblica Trilingüe; Dr. JUAN ANTONIO CABEZAS SANDOVAL, Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación; DT. GERARDO PASTOR RAMOS, Decano de la Facultad de Psicología; Dr. ROMÁN SÁNCHEZ CHAMOSO, Secretario General de la Universidad Pontificia. SECRETARIO: Director del Departamento de Publicaciones. LA EDITORIAL CATOLICA, S. A. — APARTADO 466 MADRID • MCMLXXIX EQUIPO DE REDACCION Selección e introducciones: JUAN CANAL S PUJOL Traducción y compulsación crítica: ANTONIO MARTÍNEZ AZCONA, del Seminario de Salesianidad Martí-Codolar (Barcelona) Resumen de las memorias biográficas de San Juan Bosco: JUAN

Transcript of Salesians of Don Bosco · Web viewEl pontificado de San Dionisio. Apéndice sobre San Gregorio...

SAN JUAN Bosco

OBRAS FUNDAMENTALES

EDICIÓN DIRIGIDA POR

JUAN CANALS PUJOL

Y

ANTONIO MARTINEZ AZCONA

ESTUDIO INTRODUCTORIO DE

PEDRO BRAIDO

SEGUNDA EDICION

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS

MADRID • MCMLXXIX

BIBLIOTECA

DE AUTORES CRISTIANOS

Declarada de interés nacional

402

ESTA COLECCIÓN SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTADIRECCIÓN DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA

LA COMISIÓN DE DICHA PONTIFICIA UNIVERSIDAD ENCARGADA DE LA INMEDIATA RELACIÓN CON LA BAC ESTÁ INTEGRADA EN EL AÑO 1979 POR LOS SEÑORES SIGUIENTES:

PRESIDENTE:

Emmo. y Rvdmo. Sr. Dr. VICENTE ENRIQUE Y TARANCÓN,

Cardenal Arzobispo de Madrid-Alcalá y Gran Canciller de la Universidad Pontificia

VICEPRESIDENTE: Ilmo. Sr. Dr. JUAN LUIS ACEBAL

LUJÁN, Rector Magnífico.

VOCALES: DI. ALFONSO ORTEGA CARMONA, Vicerrector Académico; Dr. RICARDO BLÁZQUEZ, Decano de la Facultad de Teología; Dr. JUAN SÁNCHEZ Y SÁNCHEZ, Decano de la Facultad de Derecho Canónico; Dr. MANUEL CAPELO MARTÍNEZ, Decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología; Dr. SATURNINO ALVAREZ TURIENZO, Decano de la Facultad de Filosofía; Dr. JOSÉ OROZ RETA, Decano de la Facultad de Filología Bíblica Trilingüe; Dr. JUAN ANTONIO CABEZAS SANDOVAL, Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación; DT. GERARDO PASTOR RAMOS, Decano de la Facultad de Psicología; Dr. ROMÁN SÁNCHEZ CHAMOSO, Secretario General de la Universidad Pontificia.

SECRETARIO: Director del Departamento de Publicaciones.

LA EDITORIAL CATOLICA, S. A. — APARTADO 466 MADRID • MCMLXXIX

EQUIPO DE REDACCION

Selección e introducciones: JUAN CANAL S PUJOL

Traducción y compulsación crítica: ANTONIO MARTÍNEZ AZCONA,del Seminario de Salesianidad Martí-Codolar (Barcelona)

Resumen de las memorias biográficas de San Juan Bosco: JUANSANTARULARIA GUITART

Introducciones a los documentos pedagógicos: PEDRO CASTELL‑vf MASJUÁN, doctor en Pedagogía

Estudio introductorio: PEDRO BRAIDO, ex rector magníficoy catedrático de la Universidad Pontificia Salesiana de Rorna

Con el asesoramiento del CENTRO DE ESTUDIOS DON Bosco,de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma

© Biblioteca de Autores Cristianos, de La Editorial Católica, S. A. Madrid 1978 Mateo Inurria, 15. Madrid

Depósito legal M. 38356-1979 ISBN 84-220-0878-5

A los devotos del

gran Apóstol de la juventud y estudiosos de su obra.

INDICE GENERAL

Págs.

XI

3 11 17 19

PRIMERA PARTE: Biografías ....69

1. 71

2. 120

3. 223

4. 267

Memorias del Oratorio (obra autobiográfica) ......341

SEGUNDA PARTE: Producción pedagógica .......497

1. 503

Introducción al plan de reglamento ......545

Recuerdos a los directores ......548

El sistema preventivo en la educación de la juventud ... ...557

Reglamento para las casas ......567

Carta-circular sobre los castigos ......595

Carta al Oratorio sobre el espíritu de familia ...609

Sobre los jóvenes artesanos .........621

TERCERA PARTE: Fundador ....629

Sociedad de San Francisco de Sales ...631

Hijas de María Auxiliadora ...684

Cooperadores Salesianos726

739

Devotos de María Auxiliadora ...749

Primeros misioneros salesianos776

Actividad editorial ...788

ESTUDIO INTRODUCTORIO

LOS ESCRITOS

EN LA EXPERIENCIA PEDAGOGICA DE DON BOSCO

DON PIETRO BRAIDO

«... PARA LA CRISTIANA EDUCACION E INSTRUCCION, ESPECIALMENTE, DE LA JUVENTUD POBRE Y ABANDONADA» *

El volumen de las Deliberaciones del Capítulo General de la Pía Sociedad Salesiana (la primera asamblea representativa oficial, otoño 1877) inicia la lista de participantes («nombre de cada uno, con los respectivos títulos») de esta manera:

«1. Sacerdote JUAN Bosco, fundador y Rector Mayor de la Congregación; autor de numerosos libros, publicados en bien, especialmente, de la juventud»'.

Consciente o inconscientemente, este «carnet de identidad» de San Juan Bosco hace referencia a una realidad claramente unificadora: a los jóvenes, especialmente; a la que se subordina y en la que se contiene implícitamente su otra gran pasión: la «clase popular», como entonces se decía.

Ante estos dos grupos, juventud y pueblo, don Bosco se presenta con varios títulos: 1) fundador, no sólo de una institución de educadores, sino, más aún, de diversos movimientos y estructuras; todo ello concreción de lo que fue el más antiguo de sus proyectos: la «salvación» espiritual y física, individual y social, de quienes consideró siempre más necesitados de ayuda por ser los más débiles y desprovistos, no ya desde el punto de vista económico y social, cultural y profesional, sino también desde el punto de vista moral y religioso;

2) rector, o sea, no sólo dirigente, sino hombre entregado del todo al cuidado de almas y cuerpos, maestro, educador, padre y amigo;

3) y, además, no de ocasión precisamente, escritor. Autor de libros edificantes, amenos, biográficos, catequísticos, históricos, amén de legislador y maestro de educadores; «ideólogo» de alguna manera. Porque la actividad literaria de don Bosco, verdaderamente ingente si se tienen en cuenta otras variadí‑

simas formas de actividad que constituyeron su ocupación principal 2, debe considerarse parte integrante de un todo homogéneo, no ya con respecto a los objetivos y a las orientaciones, sino también en la inspiración y en los métodos.

* El texto está tomado de una carta de don Bosco al arzobispo de Quito (Ecuador) del 6 de diciembre de 1887 (E. CERIA, Epistolario di S. Giovanni Bosco, vol. IV [TorMo 1959] p387). Con toda probabilidad es la última vez que don Bosco expresaba la esencia de su misión con esta fórmula característica; por aquellas fechas ya estaba acabado, y pocos días después se metía en cama para no levantarse más.

G. Bosco, Opere edite XXIX (1877-1878) (Roma 1977) p.388.

xivEstudio introductorio

En realidad, la actividad global de don Bosco —y su «estilo» peculiar: el «sistema preventivo»— no puede reducirse a un determinado aspecto particular, sólo filantrópico, cultural, moral, pastoral o disciplinar. Todo lo contrario: se proyecta en todas direcciones de un modo unitario y respetando, a la vez, todas las «dimensiones» fundamentales.

En el vértice se encuentra, sin ninguna duda, la intencionalidad religiosa, la solicitud por el reino de Dios, el gozo de la gracia, la «salvación del alma». Pero no es menos sólido y patente el interés por la base material: a los jóvenes que conduce al paraíso (léanse las Memorias del Oratorio y mírese más allá del moralismo y pietismo de las biografías), don Bosco ha ofrecido, ante todo, alojamiento, comida y vestido: «pan y trabajo». Y entre estos dos extremos tiene cabida todo lo demás, no por cierto menos destacado ni apreciado, a saber: el estudio, la formación profesional, el tiempo libre en provecho de la salud y de la alegría, el camino hacia la madurez y la libertad responsable; añádanse la sensibilidad espiritual y cl llamamiento sin rodeos a una generosa entrega vocacional, y, por último, los centros y las obras, con grupos estables de formadores, que garantizan la continuidad y expansión en proporciones cada vez más vastas. Por esto se ha dicho con toda verdad que el método preventivo «es propiamente el método del amor de Dios, un amor de padre, maestro, amigo y sacerdote a la vez, que, vigilando, instruyendo, divirtiendo y santificando, previene el mal y prepara y hace el bien» 3.

Parece ser que en los últimos años del santo llegó a predominar, y no sin razón, la fórmula espíritu salesiano; quizá porque se la consideraba más apta para expresar la complejidad de la acción de don Bosco y de sus continuadores, su peculiaridad de estilo, la variedad de sus expresiones, esto es: el modo de ser y de comportarse, cierto tipo de vida religiosa, una determinada praxis educativa, un acento particular en el anuncio evangélico, una singular atención también a los valores humanos; todo a la vez: una espiritualidad, una pastoral, una pedagogía y una técnica de vida disciplinada y gozosa.

2 Un minucioso y completo elenco de los escritos de don Bosco, excluyendo sólo los inéditos, se puede hallar en el volumen de P. STELI.A (Gli scritti e stampa di San Giovanni Bosco [Roma 19771, 176 págs.). Están distribuidos cronológicamente en tres series: I: Libros y opúsculos.Cartas circulares, programaS,

llamamientos, certificados, cédulas, cartelones.Boletín Salesiano.

M. BARRERA, San Giovanni Bosco, il grande edacatore dei tempi moderni: La Civiltá Cattolica, 'Qisad. 2013 (5 maggio 1934) 236.

Lo encontramos descrito en fórmulas sencillas, pero profundamente significativas, en dos cartas de 1885. «Estoy preparando una carta para don Costamagna —escribe a don Juan Cagliero el 6 de agosto—, y para tu norma te comunico que tratará en particular sobre el Espíritu Salesiano (sic) que queremos introducir en las casas de América: caridad, paciencia, dulzura, nunca reproches humillantes, nunca castigos, hacer bien a cuantos más se pueda, a nadie mal. Y esto vale para los salesianos, para los alumnos o cualesquiera otros, y para la gente de casa o de fuera» 4.

Puntualmente, cuatro días después, el 10 de agosto, sale la carta para el querido y siempre amado don Costamagna: «Quisiera dar a todos personalmente una conferencia sobre el espíritu Salesiano (sic) que debe animar nuestras acciones y todas nuestras palabras. El sistema preventivo sea siempre nuestra característica: nunca castigos penales, nunca palabras humillantes, evitar reproches severos en presencia de otros. En las aulas resuenen palabras de dulzura, de caridad y de paciencia. Nunca expresiones mordaces ni bofetones fuertes o ligeros. Usense castigos negativos y siempre de manera que los reprendidos queden más amigos que antes, sin que en ningún caso tengan que alejarse humillados de nuestro lado... Cada Salesiano arréglese para ser amigo de todos, no busque venganzas, sea fácil en perdonar y no vuelva sobre cosas ya perdonadas... La dulzura al hablar, al actuar y al avisar lo gana todo y gana a todos... Dad a todos mucha libertad y mucha confianza» 5.

Puede verse aquí, programada a escala casi mundial, aquella síntesis de lo humano y lo divino, de lo profano y lo sagrado, de lo razonable y lo afectivo, que C. Danna, profesor de literatura italiana en la Universidad, ya en 1849, había captado con feliz intuición en la primitiva obra de don Bosco, en el Oratorio de Valdocco de Turín.

«El reúne —escribe— en los días festivos allí, en aquel recinto de las afueras, unos 400 ó 500 jovencitos mayores de ocho años, para alejarles de los peligros y del vagabundeo, e instruirles en las máximas de la moral cristiana. Lo hace entreteniéndoles con agradables y sanas diversiones, después de haber asistido a los ejercicios de cristiana piedad realizados en forma edificantísima, siendo él, a la vez, pontífice y diácono, maestro y predicador, padre y hermano. Les enseña, además, la Historia Sagrada y la eclesiástica, el Catecismo, los principios de la aritmética; los ejercita en el sistema métrico decimal y, a los que no- saben, les enseña a leer y escribir. Todo esto de cara a la educación moral e intelectual. Pero no descuida la educación física, dejando que en el patio cercano al Oratorio, vallado debidamente, se desarrollen y aumenten su vigor corporal con ejercicios gimnásticos o con el uso de los zancos y columpios. El cebo con que atrae a aquella numerosa muchachada, más que el premio de alguna estampa, o un número de rifa y, alguna que otra vez, cualquier bocadillo, lo constituye su rostro siempre sereno y siempre ,atento a hacer llegar a aquellas almas jóvenes la luz de la verdad y del mutuo aprecio» 6.

4 E. CERIA, Epistolario... IV p328.

5 E. CERIA, Epistolario... IV p.332-333.

Es algo complejo y singular, que no fluye solamente de la persona de don Bosco y de sus instituciones, sino que, partiendo de una experiencia vital, por fuerza, se convierte en reflexión, proposición o fórmula, que él constantemente trasvasa a sus escritos, cualquiera que sea la finalidad inmediata que se proponga, la ocasión o el modo que adopte.

Esto es lo que intentaré aclarar a continuación con la mayor brevedad'.

1. POR ENCIMA DE LOS ESCRITOS, LA EXPERIENCIA VITAL

Desde el punto de vista cronológico, los escritos acompañan, sin solución de continuidad prácticamente, toda la vida de don Bosco. El catálogo que nos ofrece P. Stella va de 1844 a 1888, sin interrupción. Con todo, sería totalmente erróneo pensar que los escritos del santo pueden ser considerados como una representación apropiada y, por lo mismo, como la exhaustiva interpretación y teorización de su vida.

Y esto por efecto, como mínimo, de dos factores: de la misma estructura personal o mentalidad de don Bosco y de la peculiaridad de su experiencia.

C. DANNA, Cronichetta: Giornale della Societá d'istruzione e d'educazione I' (1849) pA59.

' Sobre aspectos análogos del mismo tema, cf. P. BRAIDO, Significato e limiti della presenza del sistema educativo di Don Bosco nei suoi scritti, en el volumen: S. G. Bosco, Scritti sul sistema preventivo nell'educazione della gioventii (Brescia 1965) p.XI-LVII; y R. FARINA, Leggere Don Bosco oggi: La formazione permanente interpella gli Istituti religiosi, a cura di Pietro Brocardo (Torino 1976) p.349-404.

En orden al primer aspecto, no hace falta perfilar una tipología. De hecho, históricamente, don Bosco ha sido un formidable hombre de acción, con alergia a las especulaciones teóricas, asediado por concretos- problemas culturales, morales, religiosos y de tipo asistencial, que le planteaban en su mundo los jóvenes y el pueblo, y constantemente orientado en la dirección y búsqueda de las soluciones más funcionales, más rápidas y eficaces. No le quitan el sueño los problemas del pensamiento, las construcciones conceptuales, la verdad científica y la coherencia lógica. Le preocupan y movilizan las situaciones, las realidades, las personas; y su solicitud por personas y situaciones toma una dirección muy precisa, la de las soluciones operativas. Es lo que se exige a sí mismo y exige a los demás. Podría aplicársele a casi todo su modo de ser lo que él mismo, humilde y humorísticamente, se atribuyó respecta a la vida espiritual en contraste con el fervor religioso de .n sacerdote amigo: «... Es al revés que yo, que camino como los topos, siempre hundido en la tierra» 8. «Dentro de ocho o diez días escribidme y explicadme las dificultades que encontráis —escribe a un director—; pero decidme al mismo tiempo vuestro parecer sobre el modo de superarlas» 9 Sería muy oportuno leerse los diecinueve volúmenes de las Memorias biográficas compiladas por G. B. Lemoyne, A. Amadei y E. Ceria, y recorrer el Epistolario entero; pero ya 'encontramos un testimonio elocuente en las Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales, la's cuales describen, entre otras cosas, el origen y desarrollo de sus primeras iniciativas e instituciones, pastorales y educativas; no son fruto de una previa programación teórica, sino respuesta rápida de una mente vivaz y un corazón ardiente ante las exigencias de la vida, ante la llamada de los hechos ".

Don Bosco, por consiguiente, no es precisamente el redactor de un «Manifiesto», el autor de una ideología, sino más bien el iniciador de un movimiento. Su acción incluirá, naturalmente, instituciones concretas con sus respectivas normas, pero la experiencia humana y religiosa vívida, y comunicada a los demás, va mucho más allá de los cuadros teóricos, jurídicos y descriptivos, Cuenta, por encima de todo, su personalidad inconfundible, de tal riqueza humana y espiritual, que suscita doquiera admiración, entusiasmo y amor (en ocasión de graves enfermedades se dieron casos de jóvenes y de adultos que ofrecieron su vida por la del padre); y que es a la vez tan sencilla, humilde y bondadosa, que no causaba temor ni alejaba a ninguno. Resultan así comprensibles las exageraciones, a veces retóricas, de que le hicieron objeto, y cierto «fenómeno de amplificación y universalización», en vida y post mortem, de que nos habla P. Stella ".

Carta a la condesa Gabriela Corsi, 12 de agosto de 1871 (E. CERIA, Epistolario... II [Turín 1956)] p.173).

9 Carta a don Juan B. Lemoyne, director del colegio de Lanzo turinés, 19 octubre 1874 (E. CERIA, Epistolario,— II p.413).

1° Desde esta perspectiva—aplicable a toda su actividad—parece que debe interpretarse la espontánea reacción de don Bosco a la petición de información sobre su sistema educativo y espiritual que le hizo el rector del seminario mayor de Montpellier (2 julio 1886): «Quieren que exponga mi método... Pero... ¡si ni yo mismo lo sé! Siempre he ido adelante como el Señor me inspiraba y exigían las circunstancias» (E. CERIA, Memorie biografiche di San Giovanní Bosco XVIII [Turín 1937] p.126-128; la carta del rector Dupuy, p.655-657).

De su personalidad queda como contagiado el ambiente y empapado todo su «sistema» o «método», cosa nada fácil de hacer ver por escrito. Apunta con toda propiedad E. Valentini: «Imaginemos que un sacerdote que vivió totalmente apartado y ajeno a las obras fundadas por don Bosco, llega a conocer sus escritos y los estudia a fondo; si decidiera llevarlos a la práctica en una institución parecida, creemos que muy difícilmente lograría infundir en ella la forma de vida espiritual realizada por el santo» 12.

«Aunque su pensamiento haya entrado ya en la historia de la pedagogía —añade otro estudioso, refiriéndose particularmente al 'sistema preventivo'—, fatalmente resultará estéril cualquier intento d'e reconstruir su apostolado educativo tomando como punto exclusivo de referencia sus escritos, aun los pedagógicos...; al revés, quien quiera captar todo alcance profundo e histórico de esos mismos escritos pedagógicos, necesitará tomar como punto de referencia la actividad global, teórica y práctica, incluso la ordinariamente no considerada como educativa, del santo piamontés» 13.

Y una vez leídos y meditados todos los escritos de don Bosco, habría que seguir consultando la abundante documentación existente que nos permite establecer un contacto casi físico con la experiencia que se vivió día a día: Crónicas, Cuadernos de memorias, recuerdos, testimonios, redactados por sus colaboradores, alumnos, amigos y admiradores. Contemplaríamos en ellos a don Bosco en medio de sus sacerdotes y coadjutores y, sobre todo, rodeado de sus muchachos en el patio, en las excursiones (podrían llamarse épicas las de cada año por las vacaciones de octubre), en la iglesia, en la clase, en el taller; a un don Bosco que desafía a sus chicos a correr, que conversa con ellos y les dice «unas palabras al oído»; que cierra la jornada del trabajo escolar o del taller con las típicas e imprescindibles «buenas noches», hechas de notas de la realidad, de nanaciones, ejemplos, sueños, profecías, exhortaciones morales, noticias y hasta de alguna breve amenaza, seguido todo a continuacisín de una gran calma; contemplaríamos a don Bosco que reza, predica, catequiza, confiesa y recibe a individuos o a pequeños grupos en su humilde despacho, que aconseja y anima; a un don Bosco embarcado en viajes frecuentemente largos y extenuantes para buscar, pedir y agradecer, pero que no se olvida de sus chicos, que les escribe cartas, no raramente terminadas con largas listas de saludos nominales.

11 P. STELLA, Don Bosco nella storia della religiositá cattolica. I: Vita e opere (Zürich 1968) p.229.

12 E. VALENTINI, Nuovi studi su Don Bosco: Rivista di pedagogia e scienze religiose 6 (1968) 247.

13 G. CALANDRA, La pedagogia italiana dell'Ottocento, en Enciclopedia La Pedagogia VIII (Milán 1972) p.805.

Naturalmente, de todo no se desprenderá una teoría absolut.nuente diáfana y convincente. Don Bosco es, en numerosos aspectos, hijo de su tiempo, nacido y formado en plena restauración católica (1815-1844), con una determinada raigambre cultural, sobre todo en lo ético; sólo un realismo sín desmayes y una voluntad excepcional, en orden a adaptarse a los tiempos, le hacen superar, sin vacilaciones paralizadoras ni indiscriminados bloqueos nostálgicos, los momentos fuertes de la evolución política (y en parte religiosa) de Italia, especialmente sobre todo entre los años 1848 a 1870. Un estudio más profundo y detallado probablemente ayudaría a localizar mejor sus progresos y anticipaciones; pero tanto en el aspecto pcsitivo como en el negativo, su experiencia global (y seguramente, en forma más marcada, la experiencia reflejada en los escritos) arrastraría consigo hasta la muerte (1888) herencias y rasgos que no sería difícil relacionar con fuertes condicionamientos ambientales y de los tiempos que le tocó vivir.

2. LA EXPERIENCIA VIVIDA, RECOGIDA EN LOS ESCRITOS

Pero de esta experiencia nos queda, ciertamente, un buen testimonio en los escritos, no precisamente casuales ni intemporales, del propio don Bosco. Todos, sin excepción, cuentan para el caso. Porque, a su entera actividad —pastoral, didáctica, catequística, civilizadora, organizadora—, parece que puede aplicarse sin forzar nada cuanto A. Caviglia afirma de su acción propiamente educativa:

«La pedagogía y la intención pedagógica están presentes en todas las obras de don Bosco sin excepción... El es, por encima de todo y siempre, educador. Ante sus ojos, escriba lo que sea y a quien sea, siempre se presenta la imagen de la muchedumbre de jóvenes del pueblo, y a ellos se dirige el escrito, cualquiera que sea la forma literaria que adopte» 14.

Se les clasifique a esos escritos de un modo u otro ", por su intención o inspiración, directa o indirectamente están «todos marcados de celo apostólico, y dirigidos a la promoción cultural de la juventud» 16. Es más, aun aquellos no del todo elaborados por el propio don Bosco, hasta el punto de que P. Stella quiere que se entresaquen de los otros los escritos más personales 17, corresponden a convicciones conscientes del santo y expresan adecuadamente sus concepciones religiosas, ascéticas, pedagógicas y pastorales; así lo explica el mismo Stella al referirse a obras menos originales literariamente: «Son quizá más límpidas algunas páginas que don Bosco incorpora a sus escritos tomados a la letra de otros autores, son quizá más fluidas las que hace redactar, por ejemplo, a don Bonetti que las elaboradas por su propia mano; pero en general todas ellas están en sintonía perfecta con él: es decir, van de acuerdo con sus convicciones y su forma de expresarse, especialmente con la forma que adopta cuando no se siente oprimido por el pensamiento de escribir para publicar» ".

Es evidente, a todas luces, la utilidad de tener a mano aquellos escritos que, por su excepcional riqueza de contenido, expresan con mayor amplitud, profundidad e inmediatez la experiencia de don Bosco; experiencia que él confió a sus continuadores con el expreso encargo de prolongarla fiel y fecundamente en el tiempo y en el espacio. Pertenecen, sin ningún género de dudas, a esta categoría los Recuerdos confidenciales a los directores, el opúsculo sobre el sistema preventivo y la carta de Roma de 1884. Y ocupan un puesto de privilegio las Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales, encaminadas, podría decirse, a infundir alma, es decir, un tono de garantía sobrenatural y de clima familiar, a una institución a la que otros escritos, fundamentales también, han de conferir más adelante consistencia estructural y jurídica, como son las Constituciones, seguidas, a los tres años de la aprobación definitiva, de los esquemas preparatorios del I Capítulo General de la Congregación Salesiana (1877) y de las Deliberaciones emanadas del mismo Capítulo, publicadas al año siguiente (pero sólo las que se refieren a la vida común, a la moralidad, a la economía y a las inspectorías) 19

" A. CAVIGLIA, Nota introduttiva al volumen I p.la: Storia Sacra: Opere e scritti editi e inediti di «Don Bosco» (Turín 1929)

" P. STELLA, en un capítulo sobre Don Bosco escritor y editor, trata en diversos párrafos de las siguientes categorías de escritos: 1. Obras escolares. 2. Escritos amenos y representaciones escénicas. 3. Escritos hagiográficos. 4. Escritos biográficos y narraciones con fondo histórico. 5. Opúsculos de instrucción religiosa y de oración. 6. Escritos referentes al Oratorio y a la Obra Salesiana (en el I vol.: Vita e opere, de Don Bosco nella storia della religiositá callonca p .230-237 ).

16 Formula este juicio el recensor de La Storia d'Italia: La Civiltá Cattolica (1857) serie III vol.5 p.482.

" P. STELLA, Don Bosco nella storia... I p.244-245.

18 P. STELLA, Don Bosco nella storia... I p.241-242.

Pero, si bien es cierto que los escritos surgen al socaire de una experiencia verdaderamente amplia, en desarrollo al menos parcialmente y vinculada al devenir de hechos culturales situados en la historia, no habría que renunciar a una clasificación, siquiera aproximada, basada en la pura sucesión cronológica. Porque reflejaría la intención dominante en los intereses de don Bosco, hombre empeñado con todas sus fuerzas en dar una respuesta efectiva a las necesidades del ambiente y de las instituciones.

Pueden proponerse como mínimo, a modo de hipótesis, las etapas fundamentales siguientes: a) el breve período anterior a 1848, caracterizado por los escritos histórico-didácticos y de devoción (p.ej., la Historia eclesiástica, la Historia sagrada, El joven cristiano); b) el que empieza en 1848 con el aumento de las libertades civiles y la vivacidad de la prensa y del proselitismo anticatólico, que supuso un concienzudo trabajo en libros, opúsculos y periódicos, de tonos polémicos y apologéticos verdaderamente valientes (Avisos a los católicos, La Iglesia católica-apostólica-romana, El católico instruido, las Lecturas Católicas y la misma Historia de Italia, ya que en el prólogo de ésta declara que «exponer la verdad histórica, insinuar el amor a la virtud, la fuga del vicio y el respeto a la religión, fue el objetivo final de cada página»); c) la época de las biografías juveniles, sobre todo de Domingo Savio a Francisco Besucco (1859-1864), modelos de un despertar vocacional y colegial; d) por último, la fase más larga e intensa, la de 1863 a 1888, de fundación (hasta 1875), y de estabilización y consolidación (a partir de 1875) de las principales estructuras pastorales y educativas en las dos direcciones más destacadas: en la de organización y reglamentación jurídicas (Constituciones, Reglamentos, Deliberaciones de los cuatro primeros Capítulos Generales), y en la de animación religiosa y pedagógica (Recuerdos confidenciales, diversos escritos sobre el sistema preventivo y el espíritu salesíano, circulares, escritos marianos, evocaciones históricas de los orígenes y desarrollo del Oratorio y de la Sociedad Salesiana).

19 Capitolo Generale della Congregazione Salesiana da convocarsi in Lanzo nel prossimo setiembre 1877 (Torino 1877) p.24; Deliberazioni del Capitolo Generale- della Pia Societá Salesiana tenuto in Lanzo-Torinese nel setiembre 1877 (Torino 1878) p.96: G. Bosco, Opere edite (Roma 1977) XXVIII (1876-1877) p. 313-336 y XXIX (1877-1878) p.377-472. Como apéndice a la «Distinción» III (Moralidad) de las Deliberaciones, algunas páginas se dedican al teatro; de entrada se dice: «El teatro puede reportar grandes ventajas a la juventud cuando no tienda más que a alegrar, educar e instruir a los jóvenes cuanto se pueda en lo moral» (p.56 = 432).

3. UN CRITERIO DE LECTURA

Si se aceptan las dos series de consideraciones que acabamos de exponer, será fácil reconocer que todos los escritos de don Bosco (y sobre don Bosco) pueden constituir una preciosa e indispensable fuente. de información; información preciosa sobre su actividad compleja y típica, pastoral y pedagógica en favor de los jóvenes y del pueblo. Pero con una condición: que sean leídos e interpretados con la intención con que fueron escritos, es decir, corno parte inseparable de una experiencia; una experiencia unitaria y orgánica, no sólo por una coherencia lógica y sistemática, sino incluso en sentido vital e histórico. En pocas palabras; los escritos de don Bosco exigen un continuo confrontamiento: entre ellos y, sobre todo y antes que nada, con la vida de su autor ". Entre las componentes vitales habría que tener en cuenta, naturalmente, el ambiente, el clima y el «estilo», que es de una forma diáfana y gozosa, amistosa y familiar.

Más que por una larga disertación hermenéutica, vamos a ilustrar la idea con el recurso a lo concreto. Se trata de un breve escrito, una carta, que desde algún punto de vista pudiera parecer ingenua, formal y hasta convencional, peto que, si se la «sitúa» correctamente, viene a ser como el núcleo de un entero «sistema» de pedagogía y pastoral. Su contexto lo constituye, propiamente, una vida totalmente entregada humana y religiosamente a los demás con sencillez radical, con una amplísima y previsora inteligencia y una simpática apertura de corazón. Quien la escribe no es un niño ni un sentimental decadente, sino un hombre de sesenta años, en la cumbre de su madurez, saturado de problemas de administración, de organización y de gobierno, y .situado en el centro de complicadas relaciones sociales. Esta carta, del 3 de enero de 1876, no pretende ser programática, es una sencilla respuesta a ,las felicitaciones de Navidad y Año Nuevo, si bien en parte tiene el tono de un aguinaldo o consigna espiritual para el nuevo año.

2° Una buena biografía de don Bosco parece indispensable al principio de cualquier estudio sobre el mismo.

«Mis buenos amigos Director, Maestros, Profesores y Alum, nos: Dejadme decir, y que nadie se ofenda, que todos sois unos ladrones; no me cansaré de repetirlo: me lo habéis robado todo. Cuando estuve en Lanzo, resulté alucinado por vuestra benevolencia y amabilidad, e hicisteis prisionero mi entendimiento con vuestra piedad; sólo me quedaba este pobre corazón, de cuyos afectos también os apoderasteis entonces enteramente. Y ahora, con vuestra carta firmada por 200 manos amigas y queridísimas, os habéis hecho del todo con el corazón mismo, al que ya, en consecuencia, nada le queda suyo como no sea un vivo deseo de amaros en el Señor, de haceros bien, de salvaros a todos el alma. Este generoso rasgo de afecto me invita a haceros cuanto antes otra visita, que espero no haya que retrasar. Quiero que en tal ocasión todos estemos de veras alegres de alma y cuerpo, sin ofender al Señor, para que vea el mundo que se puede estar corporal y espiritualmente muy contentos sin ofender a Dios. Por lo tanto, os agradezco cordialísimamente cuanto habéis hecho por mí y no dejaré de recordaros cada día en la santa misa; rogaré a la divina bondad que os conceda salud para estudiar, fortaleza para combatir las tentaciones y, lo que más cuenta, la gracia de vivir y morir en la paz del Señor...» 21.

No es nada difícil encontrar referencias, explícitas e implícitas, a toda la praxis e ideología de don Bosco, a sus fines y contenidos, medios y métodos, modos y técnicas; sobre todo al estilo del corazón, del amor que busca sin rodeos el bien total del joven, al estilo de la «presencia». Don Bosco vive lo que había soñado desde la infancia, como él mismo escribe en las Memorias del Oratorio (que fueron redactadas en los años 1873-1876). Dice:

«Mientras tanto, yo pensaba siempre en adelantar en los estudios. Veía a varios buenos sacerdotes que trabajaban en el sagrado ministerio; pero no podía acomodarme a un trato familiar con ellos. Me ocurrió a menudo encontrarme por la calle con mi párroco y su vicario. Los saludaba de lejos y, cuando estaba más cerca, les hacía una reverencia. Pero ellos me devolvían el saludo de un modo seco y cortés, y seguían su camino. Muchas veces, llorando, decía para mí, y también a los otros: —Si yo fuera cura, me comportaría de otro modo: disfrutaría acercándome a los niños, conversando con ellos, dándoles buenos consejos. ¡Qué feliz sería si pudiera charlar un poco con mi párroco! » 22.

21 E. CERIA, Epistolario... III (Turín 1958) p5.

Viene espontánea la comparación con ,otra carta dirigida a un muchacho que, a juzgar por edad y estudios, se estaría preparando a la primera comunión:

«... Pero yo desearía —y esto constituye el núcleo de la breve carta— que ya desde ahora comenzases a prepararte y, por lo tanto, a ser especialmente ejemplar en practicar: 1.° Obediencia a tus padres y a los demás superiores, sin presentar di-facultades a ningún mandato suyo. 2.° Puntualidad en el cumplimiento de tus deberes, especialmente de estudio, sin que tengan que insistir para que los cumplas. 3.' Gran aprecio a todo lo que se refiere a la vida de piedad. En consecuencia, has de hacer bien la señal de la cruz, rezar de rodillas en actitud devota y asistir con ejemplaridad a los actos de iglesia» 23.

No es, salta a la vista, un lenguaje de circunstancias, y, mucho menos, excepcional en el ámbito del sistema espiritual y educativo de don Bosco. Y en cuanto a lis contenidos morales y religiosos, los tocantes al propio comportamiento y a la piedad, los escritos, sobre todo, no dejan en modo alguno defraudado al lector; es más, hasta podrían causar, por razón de estos temas, sorpresa y provocar un cierto rechazo; pero deben comprenderse y colocarse con naturalidad en el conjunto de la experiencia global y, sobre todo, han de ser contemplados en sus íntimas conexiones con otros sólidos elementos de método y estilo, repensados y vividos. Todo ello, por supuesto, ha de ser interpretado con referencia al propio don Bosco, a su 'mentalidad, a su ambiente y a su tiempo.

En ningún escrito ha pretendido don Bosco proporcionar una construcción sistemática, lógicamente indiscutible y perfectamente equilibrada; y mucho menos acabada definitivamente y plenamente satisfactoria. Ha buscado, simplemente, ofrecer elementos válidos de una experiencia más amplia; enriquecida día a día incluso bajo la presión de las circunstancias e indefinidamente perfectible, si bien con una cierta homogeneidad y de rasgos característicos permanentes.

22 S. G. Bosco, Memorie dell'Oratorio di S. Francesco di Sales dal 1815 al 1855 (Turín 1946) p.44.

23 Carta al joven Mantiel Fassati, 3 de septiembre de 1861 (E. CERIA, Epistolario... I [Turín 1955] p209).

4. ALGUNAS ORIENTACIONES

El criterio general que acabamos de enunciar puede ser eventualmente concretado, en especial con relación a algunos puntos clave y, quizás, problemáticos del entero «sistema» pedagógico-pastoral del santo. No se quiere con ello «dirigir» la lectura de los escritos, como condicionándola; pero sí, en lo posible, facilitarla o al menos no falsearla, mucho más por ser necesariamente incompleta (por fuerza, pues muchos textos inéditos esperan aún la publicación) y realizada, por supuesto, a modo de simple selección.

En primer lugar, no debe extrañar que a los escritos de don Bosco se les note atravesados, del principio al fin, de una clara preocupación llamémosla, justamente, Preventiva.. Pero es que los mismos escritos responden a esta preocupación fundamental, pues se proponen proteger a los jóvenes y al pueblo, defender su fe contra la incredulidad y la herejía, adelantarse a sus dudas y dificultades, preservar de la ignorancia, proporcionar instrucción y capacidad de reaccionar, suscitar en ellos firmes convicciones y comportamientos valerosos; y prepararles para la vida y para sus exigencias, a plazo fijo, en todos los aspectos: en el religioso y en el moral, en el profesional y social.

Impresionarán ciertamente al lector los aspectos negativos de este afán de prevenir; son una realidad robusta en la praxis y en la reflexión del gran pedagogo, vinculada a su formación, al temperamento, al ambiente, al tiempo, amén de a sus enraizadas convicciones. Bastará aludir a dos documentos muy representativos, preparatorios o derivados del I Capítulo General, que vino a ser «la asamblea constituyente» de la Congregación:

«Estudio (alumnos).—Téngase el máximo cuidado de que los alumnos no pasen el tiempo en ocio, aunque no se les ha de hacer estudiar más de lo que cada uno pueda... La exactitud en el horario, la observancia de la disciplina, los oportunos paseos sin paradas y no demasiado largos, las vacaciones más bien reducidas, y aun éstas combinadas con estudios de afición, son cosas que deben tenerse bien presentes».

«Libros de texto.—Por regla general, los libros de texto sean escritos o corregidos por salesianos, o personas de reconocida seguridad moral y criterio religioso. Cuando la autoridad escolar imponga algún libro, adópteselo sin más en nuestras escuelas; pero, si este libro contuviera máximas contrarias a la religión o a las costumbres, no sea puesto nunca en manos de los aumnos. En tal situación se resuelva el caso dictando en clase, transformando el libro en manuscrito, omitiendo o rectificando aquellas partes, períodos o 'expresiones que se consideren peligrosos o simplemente inoportunos para los jóvenes... Vigílense igualmente los libros-premio. Es preferible dar un libro menos vistoso, pero bueno, que otro codiciado y llamativo, pero que contenga máximas o principios perjudiciales a quien va a recibirlo» ".

«Moralidad entre los alumnos.—Cunde la moralidad entre los alumnos en la misma proporción en que resplandece en los salesianos... La puntualidad en el horario, la solvencia de cada uno en su propio cargo son semilla de buenas costumbres entre los alumnos... En el recreo, prefiéranse los juegos en que predomina la destreza de la persona; suprímanse, en cambio, aquellos que suponen tocarse o besos, o caricias u otros gestos que se los pueda señalar como contrarios a la buena educación; todos vayan de acuerdo en impedir que los alumnos se pongan las manos encima» ".

Pero el significado de la palabra «preventivo», en don Bosco, no puede reducirse a estos aspectos ni en la teoría ni en la práctica. Pues no sólo los fines y contenidos san, en él, en definitiva, positivos y constructivos, sino también los medios y los métodos. «Las formas afables, la razón, la amabilidad y una vigilancia atenta a todo, son los únicos medios usados para conseguir la disciplina y lá moralidad entre los alumnos» 26. Hay que iluminar, enriquecer, desarrollar «virtudes» para un itinerario de vida comprometido y valiente, como emblemáticamente dice al católico lector al inicio de un opúsculo

as Carta al príncipe Gabrielli, presidente del «Ospizio di S. Michele a Ripa», de Roma, verano de 1879 (E. CERIA, Epistolario... III p.481-482). La «vigilancia muy característica» debería ser, precisamente, la del sistema «preventivo», es decir, no represivo ni policial, como entonces se pensaba que debía emplearse en un correccional: «motivo por el cual--precisa don Bosco—en nuestras casas se usa un sistema de disciplina muy especial, que nosotros llamamos sistema preventivo, en el cual nunca se usan ni castigos ni amenazas» (ibíd.).

sobre los Fundamentos de la religión católica, de 1850. «Pueblos católicos, abrid los ojos; se os tienden gravísimas asechanzas cuando intentan alejaras de la única santa religión que es la Iglesia de Jesucristo... Por lo pronto leed atentamente los siguientes avisos; bien impresos en vuestro corazón, serán suficientes para preservaron del error. Cuanto se expone aquí con brevedad, os será explicado con mayor amplitud en un libro a propósito» ".

24 Capitolo Generale... da convocarsi...; ibíd., p.317-318. Las propuestas contenidas en los esquemas preparados por don Bosco fueron aprobadas casi a la letra en el Capítulo, con notables añadiduras y ampliaciones: cf. Deliberazioni..... ibíd., 1).391-393 y 394-396. Significativas parecen algunas disposiciones sobre los Libros de texto y premios: «8. Téngase gran diligencia en tener lejos de los alumnos cualquier clase de diarios y de libros malos .y peligrosos, o simplemente sospechosos al respecto. 9, No se aconseje nunca la lectura de novelas de cualquier clase, ni se facilite el tenerlas a mano. En caso de necesidad, procúrese proporcionar ediciones expurgadas... 11. Vigílese atentamente sobre los libros de premio, y dése la preferencia a los publicados por nosotros; hágase así con el fin de tener mayor seguridad de que no contienen frases contrarias a las buenas costumbres o a la religión...» (Deliberazioni...: ibíd., p.395-396).

25 Capitolo Generale... da convocarsi...: ibíd., p.320-321. El esquema terminaba con la siguiente pregunta: «En la práctica, ¿qué se podría añadir?» (p.321). El texto fue íntegramente aprobado por el Capítulo, que añadió disposiciones numerosas y detalladas (cf. Deliberazioni...: ibíd.. p.50-53).

Reflexiones parecidas debieran hacerse sobre la tensión entre lo humano y lo divino, entre el tiempo y la eternidad, y sobre los bienes celestiales y valores terrenos; tanto en lo tocante a los _escritos como en la vida y actividad de don Bosco. Sería, por otra, parte, del todo superfluo ponerse a documentar la aspiración al cielo, al paraíso, que impregna toda la producción escrita del santo educador, desde El joven cristiano a las biografías y los mismos documentos constitucionales. Pero sería también lamentable fallo olvidar las largas páginas sobre el estudio, sobre el trabajo, sobre la alegría y la amistad. Bastarán aquí dos párrafos epistolares que, con trazo rápido, confirman lo que escribe con precisión E, Valentini: «Al observar el espíritu de don Bosco en concreto, encontramos que es a la vez una pedagogía, un humanismo y una espiritualidad» ".

«A nuestros jóvenes del Oratorio.—Darás las 'buenas noches' a nuestros queridos y amados jóvenes. Les dirás que estén contentos y sean buenos chicos. Desde aquí los encomiendo a todos al Señor y pido para cada uno tres S, todas ellas con mayúscula [ Santidad, Salud, Sabiduría]. El domingo celebraré por todos vosotros, queridos jóvenes, la santa misa en este santuario; vosotros, si me queréis, haced también por mí la santa comunión. También ruego por los que están de exámenes» 29. «Los que vengan a entregarme dinero o a tratar de lo que interesa al bien de las almas, que vengan a cualquier hora, pues serán siempre bien recibidos. El que venga para cumplimientos, que él mismo se dé las gracias y se dispense» 30.

Por otra parte, hay pruebas para afirmar que el conjunto en sí de los escritos de don Bosco, por su extensión,- finalidad y por los «géneros» que adopta, 'reflejan de alguna manera la completa gama .de urgencias de un «humanismo cristiano» cabal, aunque fuertemente «situado». No es éste el momento de insistir en ello. Pero conviene recordar que en el elenco bibliográfico no parecen solamente biografías edificantes, libros de devoción, constituciones y reglamentos dé asociaciones religiosas, sino también un probable Enólogo italiano (1846), // sistema metrico decimale ridotto a semplicitá (1849), un Regolamento di Societá di mutuo soccorso (1850), el almanaque anual Il Galantuomo o .11 Galantuomo e le sue avventure (desde 1853), una Raccolta di curiosi avvenimenti contemporanei (1854), Novella amena d'un vecchio soldato di Napoleone (1862), 11 cercatore della fortuna (1864), La casa della fortuna (Rappresentazione drammatica.) (1865), Regole pel teatrino (1871)...

as G. Bosco, Opere edite IV (1849-1853) (Roma 1976) p.3-6.

28 E. VALENTIN1, Spiritualitá e umanesimo nella pedagogia di don Bosco: Salesianum 20 (1958) 417.

29 Carta a don Rúa, agosto de 1873 (E. CERCA, Epistolario... II p.295). Las tres S indican un conocido trinomio, familiar a los colaboradores y a los jóvenes: Salud, Sabiduría, Santidad.

30 Carta a la condesa Gabriela Corsi, 18 de agosto de 1871, de quien será huésped durante unas breves vacaciones (aparentemente, porque le esperan problemas sobre las relaciones entre la Santa Sede y el Gobierno italiano para el nombramiento de los obispos) (E. CERIA, Epistolario... II p.175). «Este va a ser mi veraneo más largo desde tiempo inmemorial», había escrito anteriormente a la misma condesa en carta del 12 de agosto (E. CERIA, Epistolario... II p.172).

Por último, quizás se encuentre el criterio de lectura más equilibrado y equilibrante —no por el aspecto formal, sino por su contenido—, en lo que es el concepto central de la total experiencia espiritual, educativa y pastoral de don Bosco: el amor en todas sus ricas vibraciones. «Este sistema se apoya por entero en la razón, la religión y la amabilidad» 31; porque «en todo joven, aun el más desgraciado —permítasenos esta alusión a un texto no escrito, pero conservado por el biógrafo—, se da un punto accesible al bien: el primer deber del educador es hallar este punto, esta fibra sensible del corazón, y aprovecharla para su bien» ". Es lo que él mismo ha sugerido siempre: «Di a todos que los amo de corazón en el Señor, que cada día ruego por ellos en la santa misa pidiendo para que tengan siempre buena salud, progresen en los estudios y alcancen la verdadera riqueza: el santo temor de Dios» ".

31 Il sistema preventivo nella educazione della gioventú (G. Bosco, Opere edite XXIX p.4).

32 G. B. LEMOYNE, Memorie biografiche di Don Giovanni Bosco V (San Benigno Canavese 1905) p.367. Pero esta misma convicción es expresada en otra parte con relación a todos los hombres; más aún, lo empuja a potenciar sus iniciativas de escritor popular: «Pienso, decía en mi interior—escribe en el prólogo de la Vita di San Pietro (1856)—que en el hombre razonable no existe una maldad tal que le indisponga contra hombres que han hecho a los pueblos enorme bien espiritual y temporal; que han llevado una vida santa y laboriosa al máximo; que siempre fueron venerados por todos los buenos y en todo tiempo, y que, a menudo, para promover la gloria de Dios y el provecho del prójimo, defendieron la religión y la propia autoridad con su sangre» (G. Bosco, Opere edite VIII [1856] [Roma 1976] p.295-296). Tampoco se excluye un intento de «captatio benevolentiae».

33 Carta a don Francesia, director del colegio de Varazze (Liguria), 10 de enero de 1876 (E. CERIA, Epistolario... III p.6).

Y ese amor se convierte necesariamente, en la vida y en los escritos, en anhelo de acercarse, de adaptarse, de comprender y hacerse comprender. Porque éstos son documentos de la pedagogía del amor, no sólo en sus contenidos, sino, ante todo y sobre todo, en la forma. «Don Bosco tuvo, como pocos, al escribir y al hablar, la voluntad de lo fácil... Esta voluntad de lo fácil no se reduce únicamente a la sencillez y llaneza popular de la expresión; marca también el mismo contenido, llevándole al escritor a escoger solamente aquello que pueden captar los jóvenes y el pueblo menudo, o encontrar interesante, y a excluir toda idea o noticia que resulte superior a su capacidad o aptitud mental» ". «La voluntad de lo fácil y el esfuerzo por una comunicación familiar son dotes especiales de todo escrito suyo; a estos rasgos sacrifica toda lícita ambición de escritor» ".

Fue éste su propósito varias veces declarado explícitamente. «Debo adelantarme a decir —advierte en el citado prólogo a la Vita di San Pietro, Principe degli Apostoli— que yo escribo para el pueblo, y que, por ello, apartándome de rebuscamientos de estilo y de toda discusión dudosa e inútil, me esforzaré en reducir la forma y la materia a toda la simplicidad que permita la exactitud de la historia, sin perder, desde luego, de vista la teología y las reglas de nuestro idioma italiano» 36, «Para ser más fácilmente entendido —había escrito, a propósito de matemáticas, presentando «al público» (jóvenes y adultos del pueblo) «un compendio sencillo y claro, y adaptado a la capacidad de todo lector»— algunas veces me he separado de la precisión del lenguaje de la aritmética, preocupándome por encima de todo ser comprendido y de nada más» ". No es una actitud puramente didáctica; es una voluntad claramente educativa, en los contenidos y en los métodos. Se les puede aplicar legítimamente a todas sus fatigas de compilador de libros y autor de escritos de todo género, cuanto confiesa, en el correspondiente prólogo, haber hecho y haberse propuesto al escríbír la Historia Sagrada (1847): «Traté, pues, de compilar, un curso de Historia Sagrada que, mientras, de una parte, contenga todas las noticias más importantes de los libros sagrados sin peligro de despertar ideas inoportunas, se lo pueda, de otra, presentar a un joven cualquiera diciéndole simplemente: toma y lee. A fin de conseguirlo, conté a varios jóvenes de todo nivel, uno a uno, todos los hechos de la Sagrada Biblia, tomando nota detallada de la impresión que les bacía la narración y del efecto que producía después... En cada página observé siempre este principio: iluminar la mente para mejorar el corazón y, como se expresa un prestigioso maestro, popularizar al máximo la ciencia de la Sagrada Biblia»

34 A. CAVIGLIA, Nota introductiva al volumen IStoria sacra, en Opere

e scritti... p.XIII.

35 A. CAVIGLIA, Discorso introduttivo al volumen III: Storia d'Italia, en Opere e scritti... (Turín 1935) p.XIX.

36 G. Bosco, Opere edite VIII p.299.

37 G. Bosco, Il sistema metrico decimale ridotto a semplicitá preceduto dalle quattro operazioni dell'aritmetica ad uso degli artigiani e della gente di campagna (Turín 1849), en Opere edite IV (Roma 1976) p.3-4.

5. INVITACIÓN A LA INNOVACIÓN CREATIVA

El análisis se podría continuar casi indefinidamente. En esta dirección, y en otras parecidas, la creciente disponibilidad de escritos de don Bosco y sobre don Bosco podría favorecer interesantes investigaciones, de gran provecho incluso para la historia religiosa y civil de su tiempo, y no sólo con una finalidad evocadora, sino en función decididamente previsora y programadora del futuro.

Y también este intento vendría a ser parte esencial de una investigación más profunda sobre don Bosco, sacerdote, educador, fundador, escritor; más aún, probablemente revelaría el aspecto más significativo de su experiencia preventiva, que implica en definitiva tensión hacia adelante, proyección hacia el futuro. «El, con su mirada, abraza el futuro como si estuviese presente», observa el primer gran biógrafo ". «En estas cosas —en el plano de las empresas técnicas y educativas— don Bosco quiere estar siempre a la vanguardia del progreso»: es su confesión en otoño de 1883 a Aquiles Ratti, el futuro papa Pío XI, que le visita en Valdocco 40.

Esta actitud se la encuentra tan en la base de su modo de hacer, que constituye un universal principio metodológico, por el que se descubre el «sentido» histórico de todo su mensaje.

Don Bosco no se propuso, ciertamente, estar a la vanguardia en el campo de la ideología, de la teología o de la filosofía: los atisbas e innovaciones en estas materias son totalmente ajenos a su mentalidad. En los escritos, por lo tanto, no será difícil encontrar abundantes testimonios a favor de la fidelidad a la tradición eclesial, del magisterio pontificio y de la obediencia a las autoridades constituidas. Pero en cuanto a los fines educativos y pastorales, él se reconoce exacta y permanentemente en la fórmula sintética y precisa que expresó un cronista de los primeros tiempos: «Se nombró a otra persona benemérita, el sacerdote don Bosco, quien acoge en el Oratorio de San Francisco de Sales unos 300 jóvenes; allí los catequiza, los instruye y los ejercita en juegos gimnásticos» 41. «Fin principal de las Casas de la Congregación --estampará como en forma constitucional en el Reglamento, publicado en otoño de 1877— es socorrer y ayudar al prójimo, especialmente con la educación de la juventud, formándola en los años más peligrosos, instruyéndola en las ciencias y las artes, y encaminándola a la práctica de la religión y de la virtud» 42.

38 G. Bosco, Storia Sacra per uso delle scuole utile ad ogni stato di persone arricchita di analoghe incisioni (Turín 1847), en Opere edite III (1847-1848) (Roma 1976) p.6-7.

39 G. B. LEMOYNE, Memorie biografiche del Venerabile Don Giovanni Bosco VII (Turín 1909) p.584.

40 E. CERIA, Memorie biograliche di S. G. Bosco XVI (Turín 1935) p.321.

En otro orden de cosas, pero con no menor continuidad y firmeza, don Bosco es un incurable realista que practica el primero lo que aconseja a los demás: «hay que emplear toda la sencillez de la paloma, peto, no olvidar la prudencia de la serpiente» " y, por ejemplo, en cuanto a tomar posición en la vida civil y política, recomienda a los suyos «conocer y adaptarse a nuestros tiempos» ", dando una de las numerosas muestras sobre ello en esta carta al presidente del Consejo de Ministros italiano Giovanni Lanza: «Le escribo con confianza y le aseguro que, mientras me profeso sacerdote católico y unido al que es Cabeza de la Religión católica, siempre me he mostrado muy unido al gobierno, a cuyos súbditos he dedicado constantemente mis pobres posibilidades, mis fuerzas y la vida entera» ".

En todo lo demás —medios, instituciones, proyectos concretos, fórmulas prácticas de toda clase y en todos los campos—, como en una sorprendente eoincidfntza oppositorum, se atiene al principio de atreverse a todo, sin vacilaciones ni marcha atrás. Es un hábito personal, propiamente; pero se convierte explícitamente en regla inspiradora de todo el «sistema». «Donde la habilidad y la voluntad -decidida pueden conseguir algo en orden a la gloria de Dios, yo me lanzo con todas mis fuerzas» 46. «La empresa es ardua y gigantesca; pero, si se pueden conseguir colaboradores y darse a conocer como se merece, por mí parte me entregaré a ello totis viribus»". Se entregará con todas sus fuerzas de inteligencia, de voluntad, de imaginación, sostenidas por una fe sin límites. En verdad podía escribir a uno de los colaboradores de más confianza: «Tú eres músico, yo soy poeta de profesión» ". «En las cosas que pueden ser para bien de la juventud en peligro o sirven para ganar almas para Dios, yo me lanzo adelante y llego a la temeridad» ".

41 Atti della Societá. Breve rendiconto delle tornate del Comitato Centrale: Giornale della Societá d'istruzione e d'educazione I (1849) 240.

42 Regolamento per le case della Societá di S. Francesco di Sales, 13.2.' c.1 a.1, en G. Bosco, Opere edite XXIX p.155.

43 Carta al rosminiano P. Gilardi, 15 de abril de 1850 (E. CERIA, Epistolario... 1 p.32).

44 Crónica manuscrita del III Capítulo General de la Sociedad Salesiana (1883) (en el Archivo Central Salesiano).

45 Carta de 11 de febrero de 1872 (E. CERIA, Epistolario... II p.195). La acompañaba un memorial con este título: «Pensamientos de un sacerdote piamontés sobre la cuestión pendiente entre el Ministerio de Cultos y los nuevos obispos nombrados por Su Santidad en 1871»,

Su preocupación por prevenir acaba por asumir el aspecto de una perfecta disponibilidad hacia la auténtica utopía. Va más allá del método. Es una «mentalidad» abarcadora, de carácter operativo, que se emplea a fondo en el continuo esfuerzo de adaptar y readaptar su previsión. En el horizonte de la fe, significa esperar contra toda esperanza; creer, si es el caso, hasta en el milagro. Todo esto implicará no pocas operaciones: comprender los tiempos (pero no de un modo puramente estático y conformista), adaptarse dinámicamente a ellos y, en cuanto es posible, anticiparse incluso a ellos. Es un modo original de «estar en el mundo», todo un estilo de «existencia cristiana».

El esfuerzo de interpretación de los escritos de don Bosco deberá tener muy en cuenta esta peculiaridad radical de su personalidad y, lo que le es inseparable, de su mensaje. No todo está en ellos, en sus escritos; pero el conjunto presentaría lagunas sin ellos; ellos, a su vez, deben ser leídos y comprendidos en el todo.

Roma, 25 de octubre de 1977.

» Carta al caballero M. Gonella, 26 de mayo de 1867 (E. (,ERIA, Epistolario... I p.463).

Carta a monseñor Ghilardi, obispo de Mondoví, marzo de 1869 (E. CERIA, Epistolario... II p.15).

" Carta a don Juan Cagliero, 13 de julio de 1876 (E. CERIA, Epistolario... III p.72). Lo repetirá al obispo de Fréjus y Tolón, al año siguiente, después de haber expuesto varios proyectos: «Su Excelencia dirá que yo tengo una cabeza poética» (carta de 3 de agosto de 1877: E. CERIA, Epistolario... III p.204).

" Carta a Carlos Vespignani, 11 de abril de 1877 (E. CERIA, Epistolario... III p.166).

NOTAS PREVIAS, BIBLIOGRAFIA GENERAL Y CRONOLOGIA

NOTAS PREVIAS

Al agotarse la segunda edición de Biografías y escritos de San Juan Bosco, de la BAC, se pensó en una obra nueva que incluyese los escritos principales del santo.

Se impuso la necesidad de escoger obras que fueran claramente fundamentales, de cuidar una fiel y ágil traducción de las mismas y de acompañar cada ima con una introducción breve y apropiada.

SELECCIÓN DE LAS OBRAS

Elegir fue una operación arriesgada. El criterio que se siguió no fue estadístico, es decir, una obra-muestra por cada género literario que el santo adoptó, sino la búsqueda de las obras originales de mayor significado que recogieran la vida del mismo autor, su reflexión pedagógica y la ,estructura y espíritu de sus instituciones. Aunque todo vaya muy entremezclado a causa del temperamento práctico de don Bosco, las tres secciones de este volumen corresponden a los tres niveles que acabamos de apuntar.

Las cinco biografías nos parecen un conjunto que se impone como algo bien trabado, ya que incluye, sucesivamente, una obra de juventud, una trilogía, muy característica de su madurez, sobre tres adolescentes, trilogía que nos da al vivo el ambiente de la «Casa del Oratorio» en el decenio 1854-64, y, finalmente, las Memorias del Oratorio, que vienen a ser una verdadera autobiografía, por más que sólo alcancen hasta los cuarenta años de don Bosco. Estas Memorias, por otra parte, presentan, además, un interés particular, pues vienen a ser como una mirada del santo desde la experiencia de sus sesenta años sobre su misión carismática.

Es patente la desigualdad de los elementos que componen la tercera parte de esta selección. Por un lado, los densos códigos en que don Bosco define los tres grupos de su gran familia, además de un compendio sobre la devoción a María Auxiliadora; por otro lado, algunos documentos de pocas páginas (pláticas o breves escritos) que parecen menos consistentes, pero que son de lo más válido que se conserva para representar campos de actividad apostólica en que don Bosco trabajó intensamente.

N. previas, bibliografía y cronología

En cuanto a los escritos pedagógicos, nos remitimos a la presentación global de la segunda parte.

LIMITACIONES DE ESTA SELECCIÓN

Somos conscientes de que, al intentar ofrecer una imagen de don Bosco a través de sus mejores escritos, se realiza una

inevitable reducción, o varias a la vez, con el riesgo de deformar su figura. No es pasar solamente de la persona viva (con todo lo que fue, abarcó y sigue viviendo en sus instituciones) a su obra escrita; es tener que limitarnos, además, en principio, a sólo obras publicadas, y de éstas, que suman unas veinte mil páginas, a menos de una vigésima parte. Advertimos, con todo, que se ha hecho excepción con las interesantes Memorias del santo y algunas cartas y discursos que él no publicó.

Quien compare, por otra parte, las obras incluidas con las excluidas podrá constatar que se ha dado cierta preferencia a lo que supone vida, acción directa y organización por encima de obras que son tratados, textos, compendios o compilaciones... Creemos que así se esquiva, en lo posible, lo que hubiera sido otra deformación del santo: porque el apóstol que fue don Bosco, activo y dialogante con toda clase de personas, educador y organizador, no puede quedar reducido por una mala selección de sus escritos a un autor de libros de texto, de vidas de santos o de opúsculos apologéticos.

De paso, quede constancia de que, si don Bosco se puso a escribir libros populares, fue únicamente para ampliar su hablar sencillo con los jóvenes y el pueblo, sobre todo sirviéndose: del modesto recurso mensual de las Lecturas Católicas.

La novedad de este volumen, de Obras fundamentales de San Juan Bosco, está en que reúne en breve espacio doce obras muy diversas que salieron en humildes volúmenes separados. Entre ellas destacamos la presencia de los tres códigos que el santo fundador dio a los tres grupos de su familia. Puede comprobarse que sus sencillas normas, por exigencias canónicas, no son muy distintas de las que rigen otros institutos religiosos. Pero hay que reconocer que han sido la norma espiritual de congregaciones que en un siglo alcanzaron un gran desarrollo. Cosa semejante habría que decir, en cuanto a asociación seglar, de la Unión de los Cooperadores.

Quizás se eche de menos alguna muestra de las obras apo-- logéticas a que aludíamos poco ha, frente a los errores de valdenses y protestantes, obras que nos dan una vivaz faceta apostólica. Pero ya se expresó que no parecen ser de lo más significativo, y, por otra parte, no tienen cabida en un volumen reducido como éste. En rigor se trata, en su mayoría, de obras ocasionales, a veces menos espontáneas, o de divulgación de la doctrina de la Iglesia, insistiendo en algún punto controvertido de su apostolicidad, su estructura jerárquica o su praxis sacramental.

Punto y aparte reclama la ausencia casi total de los tres millares largos de cartas que se conservan del santo. Reflejan un complejo impresionante de relaciones y de verdaderas amistades de toda categoría, con las que trata variadísimas cuestiones. Son escritos en que brilla la intuición y la sobriedad con que soluciona los más impensados asuntos. Llama la atención la gran reserva que el santo mantiene sobre su interioridad y las breves y certeras exhortaciones a la virtud y a la confianza en Dios.

Una muestra adecuada de este ingente material, que no encajaría demasiado entre las Obras fundamentales, culminada por el Testamento espiritual del santo, todavía sin publicar íntegramente, requeriría un volumen distinto, que podría ser complemento del presente, pues nos ofrecería el don Bosco de cada día, envuelto, sin perder la calma y el buen humor, en un alud de deudas y otras mil preocupaciones.

OBRAS ENTERAS

Desde un principio excluimos el plan de hacer una antología o colección de breves textos extraídos de diversas obras y ordenados cronológica o sistemáticamente. Combinando diversos fragmentos, podría llegarse a una síntesis que el autor ni siquiera soñó.

Optamos por recoger obras enteras: en cada una se encuentran todas las luces y sombras que dejó el santo autor. Y así, constatando sus aciertos, incluso literarios, en las biografías y algún otro escrito, podemos notar que don Bosco, como escritor, se siente un poco incómodo aun en sus mejores obras. El se halla en su elemento cuando habla con espontaneidad a sus jóvenes y a quienes se interesan por ellos.

Se mueve a gusto en medio de la vida y sólo acude al escrito, y con más dificultad aún a redactar un libro, por verdadera necesidad. Es consciente de que no puede dedicar a este menester el tiempo que convendría.

ORDENACIÓN CRONOLÓGICA DE LOS ESCRITOSDE ESTA SELECCIÓN

Hemos distribuido el material en tres bloques, ordenados según el tiempo de redacción, salvo el tercero, en que se ha seguido un orden más bien lógico.

Damos a continuación, con todo, una lista de todos los escritos, ordenada según la fecha de la primera edición (o redacción en caso de no haber sido editados en vida del santo). Irán en cursiva los títulos que formaron un libro aparte, y entre paréntesis el año de alguna edición posterior que ha sido utilizada por nosotros, como se dirá en las respectivas introducciones.

1. 1844 (1884): Vida de Luis Comollo.

2. 1847 (1891): El joven cristiano.

3. 1854: Introducción al plan de Reglamento para el Oratorio.

4. 1859 (1878): Vida de Domingo Savio.

5. 1861 (1880): Vida de Miguel Magone.

6. 1864 (1886): Vida de Francisco Besucco.

7. 1869 (1881): Asociación de devotos de María Auxilia-dora.

8. 1871 (1886): Recuerdos confidenciales a los directores.

9. 1873-1878: Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales (ed. 1946).

10. 1874 (1877): Constituciones de los Salesianos.

11. 1875: Sermón de despedida y recuerdos a los misioneros.

12. 1876 (1877): Cooperadores Salesianos.

13. 1877: El sistema preventivo en la educación de la juventud.

14. 1877: Reglamento para las casas.

15. 1878: Constituciones de las Hijas de María Auxiliadora.

16. 1880-1884: Dos parlamentos a los antiguos alumnos salesianos.

17. 1883: Carta-circular sobre los castigos.

18. 1884: Carta al Oratorio, del 10 de mayo de 1884, desde Roma.

19. 1885-1886: Sobre la difusión de los buenos libros.

20. 1887: Deliberaciones sobre los jóvenes artesanos.

GÉNEROS LITERARIOS

Consideraremos primero los libros, y después los escritos menores.

La lista de todos los libros se halla distribuida en la Cronología, al final de las noticias de cada año. Así quedan ambientados y situados en el contexto de la vida del autor. Puede verse la clasificación del conjunto de las obras cuando al final del presente volumen se habla de la actividad editorial de don Bosco.

Se observará que en la presente selección no hay representación alguna ni de los cinco libros escolares, ni de los seis amenos, ni de las veintisiete vidas de santos, porque entendemos que son obras extractadas de otros autores.

De las trece biografías y narraciones de fondo histórico, reproducimos las cuatro de la primera parte.

Los cuarenta y un libros de instrucción religiosa y oración quedan aquí representados por dos: El joven cristiano y Asociación de devotos de María Auxiliadora.

De las treinta y una publicaciones referentes a la Obra Salesiana, recogemos cinco: Constituciones de los Salesianos, Constituciones de las Hijas de María Auxiliadora, Reglamento de los Cooperadores, Reglamento para las casas y Sistema preventivo.

De las obras más personales (no publicadas en la vida del s.into) incluimos las Memorias del Oratorio y algunas cartas referentes a las HMA (Hijas de María Auxiliadora).

En cuanto a escritos menores, podríamos inventariar: Cartas: al Oratorio desde Roma, al Comité de la Exposición Nacional y las referentes a HMA.

1. Discursos: a las HMA, a los misioneros y a los antiguos alumnos.

2. Circulares: sobre los castigos y sobre la difusión de los buenos libros.

3. Recuerdos: a los directores y a los misioneros.

4. Reglamentos: para las casas, una introducción de 1854, para los artesanos (cf. también: Domingo Savio c.17).

5. Sueños: Carta al Oratorio (Roma, 10 de mayo de 1884) y varios en Memorias del Oratorio (números 6, 12, 13 nota 25, 43, y notas de los números 43, 51 y 53).

Por su amenidad ordenaríamos las biografías según esta preferencia: Memorias del Oratorio, Magone, Savio, Comollo y Besucco.

Literariamente destacan estos escritos: Carta al Oratorio, Carta-circular sobre los castigos, Difusión de los buenos libros, Introducción al plan de reglamento, El sistema preventivo, Recuerdos confidenciales a los directores.

En cuanto a la vivacidad de expresión, señalamos los Dos parlamentos a los antiguos alumnos, la Despedida de los misioneros, la Reclamación al Comité de la Exposición Nacional de 1884.

TRADUCCIÓN: DIFICULTADES Y CRITE,RIOS

Traducir a don Bosco no es tan fácil como podría parecer a primera vista. Por su escribir rápido. Por su costumbre de atender más al fondo que a la forma. Por sus resabios clásicos, que le hacen montar a veces, sin pretenderlo, largos y complicados períodos de sentido zigzagueante. Por sus construcciones al sentido, donde la idea está clara, pero la fórmula es imperfecta.

Sabemos que don Bosco, cuando pudo, limó mucho sus escritos, pero de ordinario fue principalmente en beneficio de la diafanidad de su pensamiento.

Al presentar nuestras propias traducciones y al revisar las que incluimos de otros autores, nos hemos permitido, y creemos que es de agradecer por estar más acorde con los gustes literarios del día, romper los grandes períodos y desmontar las frases excesivamente complicadas, conservando, eso sí, intacto, hasta en sus matices, el pensamiento del escritor. Hemos dado al lenguaje dialogal una presentación moderna de aparte y guión. Y, lógicamente, en cuanto nos ha sido posible, hemos unificado criterios ortográficos (puntuación, mayúsculas, etc.) en toda la obra.

Las traducciones ajenas han sido revisadas y compulsadas línea a línea, teniendo a la vista los textos italianos más seguros. En consecuencia, hemos subsanado algunas omisiones y hemos introducido alguna que otra modificación exigida, a nuestro juicio, por la exactitud y la fidelidad al texto original.

Ha sido un trabajo largo e ilusionado, por medio del cual esperamos haber ofrecido al lector buena parte de la sencillez y vivacidad que don Bosco supo poner en sus escritos, sobre todo en los dedicados a los jóvenes.

Notas previas

INTRODUCCIONES Y NOTAS

Las introducciones que preceden a cada obra, más que un análisis de contenidos, fuentes o relaciones con autores contemporáneos, son una sencilla ambientación de cada escrito en la vida y actividad del santo, con una fugaz alusión a la situación actual del tema.

No son fruto de investigación original, sino divulgación seria fundada en la breve bibliografía que cierra cada introducción. Por ello se ha prescindido en general de acompañar las introducciones con notas a pie de página.

Destacar en letra cursiva los párrafos que consideramos más importantes en el texto del santo nos ha parecido de utilidad para el lector que dispone de poco tiempo y, a la vez, una forma de ponderar determinados pasos sin recargar el texto con notas.

Las notas que acompañan el texto son del propio don Bosco, salvo contadísimas, que advertiremos caso por caso con la sigla NdE.

En dos libros especialmente importantes hemos hecho excepción, añadiendo a casi todos los capítulos un complemento histórico. Se trata de la Vida de Domingo Savio y de las Memorias del Oratorio, como se explicará en las respectivas introducciones.

En resumen, tanto las introducciones como las notas se han reducido al mínimo indispensable, para dar el máximo espacio a la palabra del santo.

Para terminar, expresamos nuestra gratitud a don Pedro Braido, ex rector magnífico de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma y profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación, que añadió a sus importantes responsabilidades la de preparar la introducción general de este volumen.

Agradecemos a don Pedro Stella y a don Rafael Farina, del Centro de Estudios Don Bosco, de la misma Universidad, sus numerosas sugerencias y facilidades para el trabajo. Recordamos también a don Gregorio Aranda, bibliotecario de la Casa Generalicia, y a don Vandelino Fenyb, archivero general de la Congregación, por su disponibilidad en toda circunstancia.

Agradecemos la contribución de D. E. Valentini y de D. Angel García; de las Hnas. Giselda Capetti y María Ester Posada, en cuanto se refiere a su Instituto de Hijas de María Auxiliadora.

No olvidamos las valiosas sugerencias que, por escrito, nos hicieron los PP. J. Aubry, J. Borrego, A. Calero de los Ríos, P. Ciccarelli, F. Desramant, M. Echamendi y G. Favini, SDB, ni la aportación al aspecto gráfico de los salesianos Euniciano Martín• y Jordi Clot.

En fin, damos las gracias a las comunidades salesianas de Plaza Fernando Reyes, Martí-Codolar y Horta (Barcelona) y a la del PAS (Roma) por el cariño con que han alentado los diversos pasos de este volumen.

JUAN CANALS-ANTONIO MARTÍNEZ

BIBLIOGRAFIA GENERAL ESCOGIDA

1. BIBLIOGRAFÍAS

Damos por orden cronológico las principales, sobre todo porque ofrecen, cada vez con mayor precisión, el 'elenco de las obras impresas de don Bosco, elenco que se halla en los números 1, 3, 4, 6, 7 y 8.

1. P. RICALDONE, Don Bosco educador II (Buenos Aires 1954). Los escritos publicados por don Bosco son reseñados en p.419-429, y los escritos sobre don Bosco, clasificados por lenguas, en p.431-459. Original italiano: Colle Don Bosco 1951.

2. F. DESRAMAUT, Les Mémories de G. B. Lemoyne. _liude d'un ouvrage fondamental sur la jeunesse de Saint Jean Bosco (Lyón 1962). Bibliografía en p.9-23: la época, el santo y su obra, con una valoración de las biografías más importantes y de las Memorias biográficas con sus fuentes.

3. P. BRAIDO, San Giovanni Bosco. Scritti sul Sistema Preventivo (Brescia 1965). Elenco de las obras de don Bosco editadas, p.XV-XXV.

4. F. DESRAMAUT, Don Bosco et la vie spirituelle (París 1967). Elenco de todas las obras editadas por don Bosco y de una selección de escritos sobre él en p.335-358. Trad. italiana (Turín 1970).

5. E. VALENTINI-A. RODINO, Dizionario biografico dei Salesiani (Turín 1969). Contiene una brevísima bibliografía general, pero señala la referente a cada uno de los salesianos fallecidos antes de 1869. Interesante, sobre todo respecto a los que trataron con don Bosco.

6. G. Bosco, Opere edite. Ristampa anastatica (Roma 1975). Fascículo-prospecto que da, en 7 páginas, la lista de obras, ordenadas cronológicamente, contenidas en los 37 volúmenes de la primera serie.

7. R. FARINA, Leggere don Bosco oggi: La formazione permanente interpella gli istituti religiosi. A cura di P. Brocardo (Turín 1976) p.349404. En las p.35&-360 se da la lista de las obras de don Bosco contenidas en la edición anastática, clasificadas en seis secciones temáticas.

8. P. STELLA, Gli scritti a stampa di san Giovanni Bosco: Centro Studi Don Bosco. Studi storici 2 (Roma 1977). Elenco completo de los escritos de don. Bosco editados por él en el curso de su vida, con noticias de todas sus publicaciones (series 1, 2, 3 de la edición anastática. Véase más adelante: apartado 3), comprendidas las anónimas, dudosas, atribuidas o atribuibles, con informes detallados de toda edición, transformación, traducción, ete.

2. FUENTES Y OBRAS BÁSICAS

1. Archivo General Salesiano. Via della Pisana, 1111, Roma.

2. Centro Studi Don Bosco. Piazza dell'Ateneo Salesíano, 1, Roma.

3. El Bollettino Salesiano, iniciado en 1877, aunque precedido en dos años por el repertorio Bibliofilo cattolico, es fundamental como primer vehículo de la palabra y actividad de don Bosco en sus últimos años, escrito bajo su próxima dirección. La edición castellana empezó en 1886, aunque desde 1881 hubo una efímera edición argentina. Ya en 1879 empezó también la edición francesa: las tres se hacían en Turín.

4. De importancia capital para el conocimiento de la personalidad del santo es la documentación de los procesos diocesanos y apostólicos de su causa de beatificación. Por la relación que tuvieron con él interesa también la documentación de los procesos de don Cafasso, madre Mazzarello, Domingo Savio y don Miguel Rúa.

5. G. B. LEMOYNE-E. CERIA-A. AMADEI, Memorie biografiche di san Giovanni Bosco (S. Benigno Canavese 1898; Turín 1939), 19 vols. con más de 16.000 págs.; E. Focuo, Indice analitico dalle Memoria biografiche (Turín 1948), 620 págs.

Es la biografía más amplia y fundamental del santo. Su redacción fue iniciada por don G. B. Lemoyne y recogida en principio en 44 blocs de pruebas de imprenta. G. B. Lemoyne, nacido en 1839, se hizo salesiano en 1864,, siendo ya sacerdote, y fue secretario de don Bosco y del Consejo Generalicio desde 1883 hasta su muerte, en 1916. Preparó la edición de las MB desde el vol. 1 (1898) hasta el 9 (1917).

Los volúmenes 11-19 fueron publicados por E. CERIA (1870-1957), desde 1930 a 1939, año en que A. AMADEI publicó, al. final de todos, el décimo, de unas 1.400 págs., en parte ya preparado por G. B. Lemoyne.

Es una obra que ensambla testimonios recogidos desde 1859 por diversos salesianos que crecieron junto al santo. Como hemos dicho, ha sido publicada por tres autores a lo largo de cuarenta y un años. Es un rico arsenal de noticias y documentos al. que han acudido directa o indirectamente los biógrafos de don Bosco posteriores a 1898.

Desramaut (Bibliografías 2) ha hecho el análisis de la redacción del volumen 1, que abarca la vida del santo, desde su nacimiento hasta el sacerdocio (1815-1841), y ha comprobado la meticulosidad del biógrafo en recoger todos los testimonios, elaborando una historia no crítica, sino edificante y fiel. Son de interés también las páginas de G. FAVINI, Don G. B. Lemoyne, primo grande biografo di Don Bosco (Turín 1974). El trabajo crítico de las MB seguirá haciéndose con los demás volúmenes, confrontándolos con las agendas de los salesianos testigos y cronistas que fueron su base.

En resumen: las MB son un arsenal de diversa calidad crítica. Sus abundantes elementos son fuente imprescindible para conocer a fondo al santo.

6. Para el conocimiento crítico de don Bosco es importante la obra que reseñamos a continuación y que deberíamos citar en casi todas las introducciones:

P. STELLA, Don Bosco nella storia della religiositá cattoiica. I: Vida y obras. II: Mentalidad y espiritualidad. III (en preparación): Influjos y resonancias (Zürich 1968-1969).

El primer volumen estudia sintéticamente los pasos-clave de su vida y acción, con una lograda penetración del ambiente histórico y de la psicología del santo.

El segundo presenta su mentalidad religiosa y su espiritualidad, analizándola respecto a los temas principales de la vida cristiana. Hacia el fin presenta un largo capítulo sobre los salesianos, otro sobre las bases religiosas de su sistema educativo y un apéndice sobre los sueños de don Bosco.

3. EDICIONES. DE LAS OBRAS DEL SANTO

G. Bosco, Opere edite. Ristampa anastatica a cura del Centro Studi Don Bosco (Roma 1976-1977), 37 vols. Esta reimpresión fotomecání,a de cuanto el santo escribió y editó constituye un paso importante en orden a facilitar el estudio de su producción impresa, hoy difícil de encontrar. La primera serie, de 37 vols., abarca todos los libros y opúsculos (algunos en diversas ediciones cuando han variado notablemente), con un total de más de 19.000 páginas. La segunda serie (circulares, programas, avisos) y la tercera serie (artículos en el Boletín Salesiano) ocuparán 4 volúmenes más.

R. FARINA (Bibliografías 7) relata los pasos dados para publicar las obras de don Bosco. Con anterioridad a la edición anastática sólo se había logrado editar una pequeña parte:

A. CAVIGLIA (1868-1943), Opere e scritti editi e inediti di Don Bosco nuovamente pubblicati e riveduti secondo le edizioni originali e manoscritti superstiti (Turín 1929-1965). He aquí el contenido de los 6 volúmenes editados, los dos primeros divididos en dos partes:

1/1: Storia sacra (1929). 1/2: Storia ecclesiastica (1929).

II/1-2: Le vita dei Papi (1932).

III: La storia d'Italia (1932).

IV: La Vita di Domenico Savio, e lo studio Savio Domenico e Don Bosco (1943).

V: Il primo libro di don Bosco «Cenni sulla vita di Luigi Comollo» e «Il Magone Michele» una classica esperienza educativa (1965).

VI: La vita di Besucco Francesco. Testo e studio (1965).

Se han publicado, además, estos manuscritos:

E. CERIA, San Giovanni Bosco. Memoria dell'Oratorio di San Francesco di Sales. 1815-1855 (Turín 1946).

E.CERIA, Epistolario di San Giovanni Bosco (Turín 1956-1959), 4 vols.

C. ROMERO, I sogni di don Bosco. Ed. Critica. Presentazione di P. Sten (Turín 1978). Contiene diez sueños escritos o corregidos personalmente por DB.

Señalamos estas antologías importantes:

J. AUBRY, Giovanni Bosco. Scritti spirituali. Introd., scelta di testi e note a cura di... (Roma 1976), 2 vols.

P. BRAIDO, San Giovanni Bosco. Scritti sal sistema preventivo nell'educazione della gioventñ. Introd., present. e indici a cura di... (Brescia 1965).

E. DESRAMAUT, Saint Jean Bosco. Textes pédagogiques traduits e présentés par... (Namur 1958). R. FIERRO, Biografía y escritos de San Juan Bosco (Madrid 21967).

4. BIOGRAFÍAS PRINCIPALES

Véase una valoración general, especialmente de las escritas en italiano y francés, de F. DESRAMAUT (Bibliografías 2). Nombramos por orden alfabético las más difundidas y las de mayor interés para hispanoparlantes:

A. AMADEI, Don Bosco e il suo apostolato (Turín 1940), 2 vols. A. AUFFRAY, Un grande educador, San Juan Bosco (Buenos Aíres 1949). 'E. BIANCO-C. DE AMBROGIO, Don Bosco, un amigo (Madrid 1966). I. BONETTI, Cinque lustri dell'Oratorio Salesiano fondato dal sac. D. Giovanni Bosco (Turín 1892). Español (Buenos Aires 21965).

H. Bosco, San Juan Bosco (Barcelona 1961).

E. CERIA, San G. Bosco nella vita e nelle opere (Turín 21949).

E. EGAÑA, Vida de San Juan Bosco (Sevilla 71953).

J. B. FRANCESIA, Don Bosco, amigo de las almas (Buenos Aires 1944).

G. JOERGENSEN, Don Bosco. Trad. A. Cojazzi (Turín 1929).

G. B. LEMOYNE, Vida del beato Juan Bosco (Barcelona 1930).

G. B. LEMOYNE, Vita di san G. Bosco. A cura di A. Amadei (Turín 1935), 2 vols.

G. B. LEMOYNE-R. FIERRO, Vida de San Juan Bosco (Madrid 1957).

C. ORTUZAR, Don Bosco. Amenos y preciosos documentos sobre su santa vida y admirables obras (Barcelaa 1890).

C. SALOTTI, Il Santo Giovanni Bosco (Turín 51950).

L. C. SHEPPARD, Don Bosco (Barcelona 1959).

L. VON MATT, Don Bosco. Ilustraciones de... Texto H. Bosco (Madrid 1965).

H. WA S T, Las aventuras de don Bosco (Burgos 1952), 2 vols.

5. ESTUDIOS (cf. también introd. de la segunda parte: Pedagogía)

R. ALBERDI, Una ciudad para un Santo. Los orígenes de la obra salesiana en BarCelona (Barcelona 1966).

P. BARGELLINI, El Santo del trabajo (Madrid 1961).

M. BARGONI, La madre de don Bosco (Madrid 1956).

G. B. I3oRiNo, Don Bosco. Sei scritti e un modo di vederlo (Turín 1938).

S. CA SELLE, Cascinali e contadini in Monferrato. I Bosco di Chieri nel secolo XVIII. Introd. P. Stella (Roma 1974).

A. CAVIGLIA, Don Bosco. Profilo storico (Turín 1934).

E. CRETA, Don Bosco con Dios (Barcelona 21956).

F. CRIS POLTE Don Bosco (Turín 1911).

Don Bosco nell'augusta parola dei Papi (Turín 1966).

L. DEAMBROGIO, Le passeggiate autunnali di don Bosco per i colli monferrini (Castelnuovo Don Bosco 1975).

G. FAVINE Viril; e glorie di san Giovanni Bosco esaltato da Pio XI, car‑

dinali, vescovi e vari oratori (Turín 1934). JOERGENSEN-HUYSMANS-COPPEE, Don Bosco. Trittico (Turín 1929).

G. B. LEMOYNE, Historia amena y edificante de la vida de Margarita

Bosco (Barcelona 1889).

M. MIDALI, Spiritualitd dell'azione. Contributo per un approfondimento. A cura di... (Roma 1977).

C. PERA, 1 doni dello Spirito Santo nell'anima del Beato Giovanni Bosco (Turín 1930).

M. SPINOLA, obispo de Milo, Don Bosco y su obra (Barcelona 1884). En apéndice, tres artículos de Félix Sardá y Salvany.

E. VALENTINI, La spiritualitá salesiana di Don Bosco: Estado actual de los estudios de teología espiritual (Barcelona 1957) p.531-571.

F. VILLANUEVA-R. FIERRO, Los sueños de Don Bosco (Madrid 1958).

6. LA OBRA DE DON BOSCO

Don Bosco en el mundo (Turín 1965). Anuario estadístico con varios estudios divulgativos.

L. CA STANO, Santitá salesiana. Profili dei santi e servi di Dio della Famiglia di San Giovanni Bosco (Turín 1966).

Bibliografía general escogida15

M. WIRTH, Don Bosco y los salesianos. Ciento cincuenta años de historia (Barcelona 1971). Síntesis breve y concienzuda, acompañada de buena bibliografía, en solas 418 págs.

E. CERIA, Annali della Societa Salesiana (Turín 1941-1951), 4 vols. Amplia historia de la Congregación, de cerca de 3.000 págs., que alcanza hasta 1921. El primer volumen es una excelente aproximación a cada una de las actividades de don Bosco hasta su muerte.

Colloqui sulla vita salesiana. En los volúmenes de esta colección se recogen estudios científicos de un grupo de expertos que suelen reunirse anualmente para profundizar sobre un tema determinado:

1. La vita di preghiera del religioso salesiano (Turín 1969).

2. La missione salesiana nella Chiesa (Turín 1970).

3. II servizio salesiano al giovani (Turín 1971).

4. La comunitá salesiana (Turín 1973).

5. La Famiglia Salesiana (Turín 1974).

6. Il Cooperatore nella societá contemporanea (Turín 1975).

7. L'impegno della Famiglia Salesiana per la giustizia (Turín 1976).

8. La comunicazione e la Famiglia Salesiana (Turín 1977).

ABREVIATURAS

DB= don Bosco.

MB= Memorie Biografiche (Bibliografía 2.5).

Orat.= Oratorio.

SFSales= San Francisco de Sales.

PSSalesiana = Pía Sociedad Salesiana.

Soc.= Sociedad.

Bol.Sales= Boletín Salesiano (Bibliografía 2.3).

Cap.Gral= Capítulo General.

Congr= Congregación.

HMA= Hijas de María Auxiliadora (Salesianas).

Coops= Cooperadores Salesianos.

A.Alumnos = Antiguos Alumnos o Ex alumnos.

María Aux= María Auxiliadora.

SJEvang= San Juan Evangelista (iglesia edificada por DB en Turín).

Card= cardenal.

Arzob= arzobispo.

Mons= monseñor.

apco= apostólico.

sdo, sda= sagrado, sagrada.

E.Espir= Ejercicios espirituales.

NdA= Nota del autor.

NdE= Nota del editor.

vol. c. p. n. s. = volumen, capítulo, página, número, siguiente.

1.c.= lugar citado.

MO= Memorias del Oratorio.

Epistolario= E. CERCA, Epistolario di San Giovanni Bosco (Turín

1956-1959), 4 vols.

Annali= E. CERIA, Annali della Societá Salesiana (Turín 1941‑1951), 4 vols.

Const= Constituciones (o Reglas de un instituto religioso).

Lect.Cat= Lecturas Católicas (cf. p.818).

Stella 1,987 = P. STELLA, Don Bosco nella storia della religiositá cattolica (Bibliografía 2.6) voll p.987.

Caviglia= A. CAVIGLIA, Studio «Savio Domenico e Don Bosco»(cf. Bibliografía 3).

SP= Sumario del proceso... sobre... Domingo Savio.

Savio 15= Biografía de Domingo Savio capítulo 15, según la edición

que publicamos. De igual manera abreviaremos las citas de los capítulos de las biografías de Comollo, Magone y Besucco.

CRONOLOGIA DE SAN JUAN BOSCO

Consideramos este trabajo nuevo e interesante.

Nuevo, porque la cronología más extensa que conocemos es un apéndice de nueve páginas, extraído de la biografía redactada por don Lemoyne en dos volúmenes, que se halla al final de la obra de G. FAVINI, Virtú r glorie di San Giovanni Bosco (Turín 1934). Otras que conocemos, incluido el índice de las Memorias biográficas, no pasan de cuatro páginas. En la obra Con Don Bosco ogni giorno. Calendario Salesiano (Turín 1961) se sitúan los hechos de don Bosco y su gran familia, de cualquier año que sean, sobre una agenda de conmemoraciones anuales.

Aquí hemos intentado colocar en la línea histórica, año por año, mes por mes, día a día, una lista apretada de hechos y publicaciones del santo, en cuanto se podían fechar exacta o aproximadamente. Cada noticia queda ambientada por las que le caen cercanas. Resultado final: el lector tiene a mano aquí una verdadera y útil biografía telegráfica del santo.

Entre los años 1846 y 1860, al final de cada uno, se indica el número de internos de la Casa del Oratorio. No se consigna ya posteriormente porque se estabilizan en unos 650