Secretos Del Estante

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  • LLaa pprreesseennttee oobbrraa eesstt bbaajjoo uunnaa lliicceenncciiaa ddee::

    http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/de d.es_MXhttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/deeed.es_MX

    Esto es un resumen fcilmente legible del: texto legal (de la licencia completa)

    En los casos que sea usada la presente obra, deben respetarse los trminos especificados en esta licencia.

  • Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica del libro antiguo

  • COLECCIN

    SISTEMAS BIBLIOTECARIOS DE INFORMACIN Y SOCIEDADCentro Universitario de Investigaciones Bibliotecolgicas

  • Idalia Garca Aguilar

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico2011

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica del libro antiguo

  • Diseo de portada: Mario Ocampo ChvezImagen de portada: Marn Plubio Virgilio. Opera Vergiliana docte & familiariter exposita: docte quidem Bucolica: & Georgica a Seruio Donato Mancinello: & Probo nuper addito: cum adnotationibus Beroaldinis. Aeneis vero ab ijsdem praeter Mancinellum & Probum & ab Augustino Datho in eius principio: opusculorum praeterea quaedam ab Domitio Calderino. Familiariter vero omnia tam opera quam opuscula ab Iodoco Badio Ascensio... Lugduni: ab Jacobo Sachon 1517. Grabado en h.2r. Biblbioteca Eusebio Francisco Kino 17134.

    Primera Edicin 2011DR UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICOCiudad Universitaria, 04510, Mxico D.F.Impreso y hecho en MxicoISBN: 978-607-02-2147-7

    Z695.3G37S4

    Garca Aguilar, IdaliaSecretos del estante : elementos para la descripcin bi-bliogrfica del libro antiguo /Idalia Garca Aguilar.- Mxi-co : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bi-bliotecolgicas, 2011.

    ix, 473 p. (Sistemas Bibliotecarios de Informacin y Sociedad) ISBN: 978-607-02-2147-7

    Incluye figuras e ilustraciones1. Libros Antiguos Descripcin Bibliogrfica 2. Libros Antiguos ISBD (A) 3. Libros Antiguos -- CatalogacinSi-glos XVII-XVIII I. T. II. ser.

  • ndice

    LIMINARPedro ngeles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ix

    1. ADVERTENCIA AL LECTOR. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

    2. INTRODUCCIN A LA PROBLEMTICA DEL REGISTRO BIBLIOGRFICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 2.1 Las aportaciones de la Bibliografa Material . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

    3. LA IMPORTANCIA DE LA DESCRIPCIN BIBLIOGRFICA DEL LIBRO ANTIGUO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 3.1 Valor patrimonial del bien bibliogrfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45

    4. REPRESENTACIN BIBLIOGRFICA DEL LIBRO ANTIGUO EN MXICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 4.1 La tradicin bibliogrfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 4.2 Anlisis de modelos bibliogrficos y catalogrficos . . . . . . . . . . . . . 77

    5. LA MANUFACTURA DE UN LIBRO ANTIGUO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173 5.1 Un aspecto previo a considerar: edicin, emisin y estado . . . . . . 204

    6. CONOCER PARA DESCRIBIR: LA ESTRUCTURA MATERIAL DEL LIBRO ANTIGUO . . . . . . . . . . . . . . 211 6.1 La descripcin bibliogrfica: el valor textual . . . . . . . . . . . . . . . . 214

    a) La identificacin previa: descripcin breve de un material . . . 217b) Portada y pie de imprenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222c) Marcas tipogrficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241d) Tamao y formatos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245e) Signaturas, paginacin y foliacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250f) Tipo de letra y reclamos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256g) Los elementos decorativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261h) Relacin del contenido de la obra: los preliminares y el texto . 271

    6.2 La descripcin bibliogrfica del ejemplar: el valor patrimonial . . . 291i) Marcas de fuego, ex libris, y sellos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294j) Anotaciones manuscritas y testigos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 308k) La encuadernacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 312

  • l) El estado de conservacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 319m) Otros datos relevantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 322n) La ubicacin fsica del material . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325o) Referencias bibliogrficas y otros ejemplares . . . . . . . . . . . . . 328

    7. PROPUESTA PARA LA DESCRIPCIN BIBLIOGRFICA DEL LIBRO ANTIGUO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331 7.1 Modelos de descripcin: Siglo XVII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337 7.2 Modelos de descripcin: Siglo XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355

    8. INTERPRETACIONES DE LA NORMA ISBD(A) Cristina Herrero Pascual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375 8.1 Ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415 8.2 Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 424

    9. BIBLIOGRAFA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 427

    10. FIGURAS E ILUSTRACIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 473

  • Dedicatoria

    Para el Guisante, porque tu prdida represent el ms duro gol-pe que he recibido en la vida, pero me mostr el universo de posibilidades que comparto con Toni; especialmente porque sin tu prdida hoy no disfrutaramos juntos de la sonrisa de la Acei-tunica. Ella es lo mejor que hemos hecho juntos. Este libro es especialmente para ti, mi pequea Andrea.

    Para todos esos viejos amigos que me han enseado que a pesar del polvo y el olvido, entre sus pginas existe todava una bata-lla pendiente por librar.

    Para el Padre Pancho Lpez, S.I., y para Leticia Ruiz, por haber-me dado la oportunidad de vivir y aprender en el laberinto de la Biblioteca Kino. Gracias tambin a todos los miembros de la Compaa de Jess en Mxico, por haber mostrado otro univer-so de conocimiento. Gracias a lo que me ensearon puedo decir sin empacho que nunca se sabe lo suficiente.

    Para Manuel de Santiago; sin tus ideas, nuestra cruzada per-dera completamente el sentido. Ojal pudisemos contagiar de tu entusiasmo a todos.

    Para Pedro ngeles, Ramn Aureliano y Genaro Lamarca, sin vuestra lectura no hubiese sido fcil volver sobre mis pasos y no perderme.

    Para Maricruz, Gina, Nacho, Ana Rita, Jos, Thala, Alberto, Die-go, Clive, Pedro, Teresita y Bolfy; porque sin ustedes es difcil se-guir creyendo en un mundo mejor.

    Para Dulce, no habra sido posible realizar este librito sin tu apoyo incondicional y tu permanente paciencia con el desastre de mi cabeza. Un caos reflejado siempre en el cubculo, al que ms de una vez pusiste orden y concierto.

    Para la Pulga, porque sigue ronroneando en mi barriga.

    Gracias a todos por dejarme compartir este secreto.

  • ix

    Entre las pinturas que se conservan en lo que fuera el Antiguo Convento de San Francisco de Cuernavaca existe una obra sin-gular que seguramente se integr a su patrimonio en poca relativamente reciente, pues ninguna relacin directa guarda con la orden de los frailes menores, quienes fundaron dicho establecimien-to entre los aos 1525-1529: se trata de un lienzo con la efigie de Fray Juan de Grijalvai (1580-1638), cronista novohispano, a quin se re-cuerda principalmente por su clebre Crnica de la orden de N.P.S. Agustn en las provincias de la Nueva Espaa en cuatro edades, desde el ao de 1533 hasta el de 1592,ii obra que viera la imprenta por primera ocasin el ao de 1624 y que resulta indispensable com-pendio del acontecer de la provincia del Santsimo Nombre de Jess durante el siglo de la primera evangelizacin.

    i Retrato de fray Juan de Grijalva, siglo XVII, leo sobre tela, 184 x 107 cm. Pi-nacoteca de la Catedral de Nuestra Seora de la Asuncin, Cuernavaca

    ii Fray Juan de Grijalva, Crnica de la orden de N. P. S. Agustn en las provin-cias de la Nueva Espaa en cuatro edades, desde el ao de 1533 hasta el de 1592, Mxico, Porra, 1985. Biblioteca Porra, 85.

    Liminar

  • xEl retrato del padre Grijalva llama la atencin en ms de un sen-tido: su factura construye una magnfica representacin del clebre cronista agustino, impecable en su plstica, aunque recurre en su ela-boracin a muchas de las convenciones novohispanas del gnero del retrato.

    La austera figura de Grijalva aparece de pie, portando el hbito negro tradicional a su Orden. Mira al espectador en posicin de tres cuartos mientras frente a una mesa entinta su pluma disponindose a escribir los folios de lo que podra ser alguna de sus obras. Entre los objetos dispuestos sobre esa mesa descansan otros implementos de escritura y unos libros sobre los que halla un birrete que sin duda complementa el carcter de hombre letrado que caracteriz a quien se representa, completndose el mobiliario pintado en el lienzo con un atril y un librero cuyos estantes exhiben los becerros que encua-dernan ejemplares de la Biblia y obras de los padres de la Iglesia.

    Destaca al extremo inferior izquierdo una cartela, fiel testimonio que permite a lo escrito completar los efectos visuales de la represen-tacin, en donde se lee:

    es decir, el Colegio Mximo de San Pedro y San Pablo, lo que per-mite considerar la hiptesis de que ese pudo ser el sitio al que origi-nalmente perteneci el retrato, y donde sera exempla para la comu-nidad agustiniana al ser la efigie de Grijalva una frmula simblica del fraile letrado que se entrega a la sagrada sabidura. Para ello, el anni-mo pintor pudo plantear como campo natural de su representacin una celda conventual, pero sugiri ms bien un entorno de libros, que antes, como ahora, seran smbolos de saber y conocimiento.

    Fue con ese prestigio que la sociedad novohispana, ya a ttulo in-dividual y sobre todo entre sus corporaciones religiosas, procur con deliberado esmero la formacin de bibliotecas que en ms de una oca-sin constituyeron fondos de alcances sorprendentes. Y esos libros eran lo mismo fruto del intenso trfico comercial con ultramar, como

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

  • xi

    se mira desde la perspectiva de algunos documentos entre los citados por Francisco Fernndez del Castillo en su clsica obra,iii o bien de la intensa actividad de las imprentas novohispanas que desde el siglo XVI iniciaron una tradicin bibliogrfica cuya labor sum esfuerzos en la construccin de la riqueza patrimonial que constituyen las bibliotecas y el libro antiguo, formada en Mxico desde tiempos novohispanos.

    Ms all de las ciencias de la informacin, desde las otras discipli-nas que conforman a las humanidades y las ciencias sociales, cmo miramos la manera en que a lo largo de la historia de nuestro pas esa riqueza ha sufrido de expolios, maltrato y olvido?, qu tan cons-cientes somos de que los fondos bibliogrficos antiguos constituyen un extraordinario patrimonio?, cmo imaginamos un registro biblio-grfico que sea mecanismo de control patrimonial y al mismo tiempo permita representar todo el valor cultural que subyace en cada volu-men del fondo antiguo?

    Pareciera que tras una tradicin de abolengo, donde brillan nom-bres como los de Juan Jos de Eguiara y Eguren, Joaqun Garca Icaz-balceta o Toribio Medina, Agustn Millares Carlo o Yhmoff Cabrera, o bien de instituciones como la Biblioteca Palafoxiana, que ya es mu-seo y disfruta un nombramiento dentro del proyecto Memoria del Mundo,iv tales preguntas no tendran sentido, pero a la hora de leer el libro que el amable lector tiene entre las manos, sin duda se dar cuenta de que el esfuerzo realizado por Idalia Garca no slo cobra sentido, sino que entraa inestimable valor.

    As lo creo porque quien ha estado cerca de procesos de cataloga-cin de otro tipo de fondos patrimoniales, apreciar con claridad el valor derivado de esa encomiosa y aparentemente sencilla tarea, que entraa en su justa medida la manera como apreciamos el legado de nuestra herencia cultural.

    En un mundo donde la catalogacin mira al mbito de las redes mun-diales, cmo deben ser nuestras aportaciones a la sociedad del cono-cimiento y qu problemticas multidimensionales e interdisciplinarias

    iii Francisco Fernndez del Castillo, Libros y libreros del siglo XVI, Mxico, Archi-vo General de la Nacin, 1914.

    iv Vase: http:/www.bpm.gob.mx. Consultada en febrero de 2007.

    Liminar

  • xii

    encara esta inercia? Al adentrarse en este libro, tambin el lector apreciar una carta abierta y un llamado, no slo a revisar las valiosas tradiciones formadas a partir de nuestra experiencia e historias insti-tucionales, sino tambin a enfrentar las metodologas que, particular-mente en el terreno del libro antiguo, pero que se pueden expandir al registro de toda obra con valor patrimonial, se desarrollan en el cami-no de modelos normalizados. Despus de todo, nunca hay que olvidar que patrimonio es aquello que podemos responsablemente cuidar, procurar, organizar, describir, catalogar y estudiar, responsabilidad abierta para quienes tenemos parte, y habremos de esforzarnos en cumplir lo mejor posible esa compleja tarea.

    En el prlogo a su Libra Astronmica y Filosfica, el sabio don Carlos de Sigenza y Gngora escriba con tino sobre la fortuna de formar y escribir un libro:

    Con este libro que habla de libros, tenemos la oportunidad de re-flexionar ampliamente desde la trinchera personal, y esperemos, des-de la que forjan nuestras instituciones, ya no slo sobre la importan-cia atribuible a nuestros libros antiguos y las bibliotecas depositarias de ellos, sino sobre todo, atendiendo ms all de descripciones casi facsimilares, construir un registro que reconozca en estos objetos to-do su valor patrimonial. La puerta est abierta, bienvenidos.

    Pedro ngeles Jimnez

    No s si es ms veloz en idear y formar un libro que en olvidarlo. Enco-mindalo como mucho a la gaveta de un escritorio, y ste le parece bas-tante premio de su trabajo. Dichoso puede llamarse el papel suyo que esto consigue, porque otros, despus de perfectos, o de sobre la mesa se los llevaron curiosos o murieron rotos en las manos a que deban el ser.v

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

    v Carlos de Sigenza y Gngora, Libra astronmica y filosfica, Mxico, prlo-go.

  • 1Benvolo lector, ponemos ante ti esta humilde obrita que no pretende ser exhaustiva ni mucho menos absoluta. Tampoco creemos que represente un crculo cerrado en el tema de la descripcin del libro antiguo. Estas lneas representan nuestra opi-nin sobre un tema que estimamos importante en la salvaguarda de bienes culturales, y que refiere a la inevitable tarea del registro e in-ventario de la riqueza cultural de un pas. Sin duda, existen mltiples modelos de registro para estos objetos, que se han desarrollado en di-versos momentos de la historia y proceden de distintas disciplinas. Sin embargo, consideramos que para aquellos que son singulares o ms representativos por alguna caracterstica, se requiere de la ela-boracin de un registro que contenga prcticamente toda la informa-cin necesaria para distinguir a un objeto de otro similar.

    Esta circunstancia se presentar siempre que se trate del registro de un libro antiguo. Sabemos con certeza que varias bibliotecas pueden tener la edicin de alguno de ellos, pero el ejemplar de cada cual siem-pre es distinto por la historia que ha recorrido y la cual testimonia. Nuestra intencin primordial es mostrar cmo un registro bibliogr-fico es un instrumento viable para representar correctamente el valor cultural de un libro antiguo y, por tanto, puede tambin ser empleado como mecanismo de control patrimonial. Una tarea que se favorecera

    1. Advertencia al lector

  • 2si eliminamos el empeoso afn de querer registrar un libro antiguo como uno moderno para comprender a ambos en su justa medida e historicidad.

    Ciertamente este trabajo requiere del conocimiento de la naturale-za material del libro antiguo, derivada necesariamente del proceso de produccin empleado en el periodo comprendido entre los siglos XVI y XVIII. Nuestra valoracin y preocupacin por estos libros ha evolu-cionado gradualmente a lo largo de los aos, pero siempre ha estado presente la realidad de su custodia institucional y la falta de conoci-miento sobre el objeto, que resulta evidente constituyen el principal problema para garantizar a las generaciones venideras el conocimien-to de esta parte de su legado cultural.

    Cada libro me ha mostrado un universo de posibilidades de estu-dio y ha dejado la sensacin de falta de un gua ms aventajado en este territorio de conocimiento, que estuviese ah siempre que se le necesitara. A falta de esta direccin, los propios libros antiguos y las lecturas de otros que nos precedieron han sido la brjula que orienta estas lneas. Es aqu cuando debo ofrecer mi gratitud a los miembros de la Compaa de Jess en Mxico, quienes me permitieron trabajar libremente con los libros antiguos bajo su custodia en la Biblioteca Eusebio Francisco Kino. Sin esta oportunidad no hubiese sido posible concretar este texto en el que volcamos una reflexin que nos pre-ocupa.

    Los avatares y vicisitudes que estos libros han sufrido a lo largo del tiempo en Mxico, nos conducen a una terrible constatacin: si los que hoy conservamos son el resultado de una historia truculenta de trnsitos y saqueos, entonces solamente podemos imaginar el tesoro que hubo en nuestras bibliotecas. Por eso nos sumamos al objetivo de Julin Martn Abad, queremos

    mostrar los aspectos sobre los que conviene que tenga alguna noticia quien tome en las manos un ejemplar de una edicin antigua y sienta la necesidad de conocerlo. De su conocimiento derivar el disfrute de ese objeto manufacturado, ciertamente singular. Conocindolo podr sentir en las mejores condiciones de ese testimonio (que ocupa una situacin precisa en la historia de la transmisin de un determinado texto) o de ese

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

  • 3documento (que igualmente puede ser ms o menos esencial para una investigacin de carcter bibliogrfico o histrico).1

    Al igual que muchas otras peticiones existentes en los libros anti-guos, apelamos a tu benevolencia en la lectura de las lneas que com-ponen este texto. Con ello queremos motivar tu sensibilidad hacia los pequeos detalles que hacen de cada uno de estos libros un testigo irre-petible del pasado y, por tanto, una herencia cultural que debemos pre-servar para el futuro. La salvaguarda de bienes culturales es una tarea permanentemente inconclusa y con estas palabras queremos recuperar una tradicin bibliogrfica que nuestro pas ha dejado en el camino.

    La revisin de estos libros antiguos nunca han sido suficientes ha mostrado la dificultad de construir generalidades en su represen-tacin. La diversidad de los modelos bibliogrficos utilizados obliga a construir una propuesta metodolgica para la representacin del valor cultural de un libro antiguo. Confiamos en que su lectura logre recuperar esa tradicin y vuelva a poner en la esfera de nuestras pre-ocupaciones sociales la conservacin de los libros antiguos.

    Por ello, slo esperamos que sea un trabajo digno de la investiga-cin universitaria, y de una profunda conviccin de que en cuanto ms sepamos de estos materiales del pasado, ms elementos tendre-mos para otorgarles su justo valor. De ello depende que podamos transmitir esta apreciacin a otros, presentes y futuros. Los libros anti-guos que hoy conservamos nos demandan esta atencin y esta es nues-tra manera de reconocerlos. Para cerrar, este texto se ha realizado con la localizacin y obtencin de todos los que nos anteceden, para su lec-tura y anlisis. Por eso tambin debe ser considerado un homenaje a todas aquellas personas, antiguas y modernas, que describieron, docu-mentaron y analizaron el proceso de impresin de un libro antiguo.

    Idalia GarcaCiudad de Mxico (2010), Zaragoza y Sevilla (2006)

    1 Julin Martn Abad. Los libros impresos antiguos. Valladolid: Universidad, 2004. p. 13.

    Advertencia al lector

  • 5Actualmente, para la mayora de los pases, el mayor problema de la salvaguarda del patrimonio cultural se encuentra en el registro e inventario de los bienes conservados en numerosas instituciones, tanto pblicas como privadas. Efectivamente, preservar para transmitir cualquier elemento del patrimonio cultural requie-re como condicin primordial el registro de sus caractersticas ms esenciales. Sin embargo, el registro de un objeto cultural requiere tambin el conocimiento de la naturaleza de ese objeto. Esto es exac-tamente igual para cualquier objeto material al que se le reconozca un valor cultural especfico, sea una escultura, un cuadro, un documen-to o un libro.

    Todos estos objetos, que componen el universo del patrimonio cultural de cualquier sociedad, son registrados para protegerse jur-dica e institucionalmente a largo plazo, pero tambin para poder ser transmitidos entre generaciones. No hay que olvidar que toda socie-dad realiza en diferentes momentos de su historia procesos distintos

    Los libros deben tener dos cosas: una que fuesen ciertos y otra que fuesen

    polidos y muy bien hechos, y que el estudioso se precie de tenellos tales. Pues de ser ciertos le es gran provecho y ser polidos e muy bien

    hechos da contento

    Pedro de Medina, Regimiento de la navegacin, fol. LVII v., Sevilla, 1563 2

    2. Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

    2 Citado por Manuel Rico y Sinobas. El arte del libro en Espaa. Madrid: Editori-al Escelicer, 1941. p. 262

  • 6de valoracin sobre su pasado. La premisa anterior significa que lo que nuestra generacin considera valioso o relevante, podra no re-presentar lo mismo para la generacin siguiente.

    Esta condicin de la transmisin no elude en lo absoluto a la ins-titucin de custodia de la responsabilidad del registro de objetos de naturaleza cultural. Esta responsabilidad tambin conlleva formas de representacin del objeto en instrumentos de control y de consulta, como lo son los catlogos bibliogrficos. Para el caso concreto de los libros antiguos, sirve contextualizar esas formas de registro en los catlogos disponibles de las bibliotecas nacionales porque son estas instituciones, en la mayora de los casos, las que deben marcar linea-mientos de catalogacin para las bibliotecas de un pas.

    De ah que sea pertinente observar cmo se registran y por tan-to representan los libros antiguos en las bibliotecas nacionales de la regin latinoamericana. Para una revisin que nos permita definir las formas de representacin, hemos seleccionado y buscado la obra de Nicols Antonio, la Bibliotheca Hispana Vetus en cualquiera de sus ediciones y tomos. De esta obra encontramos registros de la edicin de 1788 en Argentina,3 Colombia4 y Per,5 y en Chile6 encontramos re-gistrada la de 1696. En Brasil,7 Panam8 y Repblica Dominicana,9 no hemos encontrado esta obra en concreto, pero s otros libros antiguos que sirven para esta reflexin. En la de Bolivia10 no hemos encontrado informacin de este tipo, pero indican que cuentan con una Seccin

    3 Informacin disponible en http://www.bibnal.edu.ar/ [Consulta: marzo de 2006]

    4 Informacin disponible en http://www.bibliotecanacional.gov.co/ [Consulta: marzo de 2006]

    5 Informacin disponible en http://www.bnp.gob.pe/portalbnp/ [Consulta: mar-zo de 2006]

    6 Informacin disponible en http://www.dibam.cl/biblioteca_nacional/home.asp Consulta: marzo de 2006]

    7 Informacin disponible en http://www.bn.br/Script/index.asp [Consulta: mar-zo de 2006]

    8 Informacin disponible en http://www.binal.ac.pa/ [Consulta: marzo de 2006]9 Informacin disponible en http://www.bnrd.gov.do/ [Consulta: marzo de 2006]10 Informacin disponible en http://www.archivoybibliotecanacionales.org.bo/

    bibliotecanacional/ [Consulta: febrero de 2009]

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  • 7Boliviana de Libros y Folletos. La condicin de la bsqueda han sido los catlogos en lnea disponibles en los portales institucionales.

    En las otras bibliotecas nacionales de esta regin que no cuentan en su sitio con un catlogo bibliogrfico formal,11 hemos lanzado la bsqueda simple por la palabra Bibliotheca de forma semejante a la que realizaramos en cualquier buscador de la red. La bsqueda no ha reportado registros en Cuba12 y en El Salvador.13 Las bibliotecas na-cionales de Uruguay,14 Costa Rica,15 Paraguay,16 Nicaragua,17 tienen portal pero no acceso a un catlogo. No hemos encontrado un portal propio para la Biblioteca Nacional de Ecuador,18 mientras que los por-tales de las bibliotecas de Guatemala,19 Honduras20 a la fecha de nues-tra revisin, se encontraban en desarrollo. El portal de la biblioteca de Venezuela no ha permitido realizar la consulta en lnea.

    Efectivamente hay que considerar la diferencia que existe entre la representacin catalogrfica y bibliogrfica de un libro antiguo. Para

    11 Es decir, que permita una bsqueda de la informacin por campos y reas de la descripcin, e incluso por operadores booleanos.

    12 Informacin disponible en http://www.bnjm.cu/bnjm/espanol/index_e.asp [Consulta: marzo de 2006]. Hemos encontrado registros de libros antiguos rela-cionadas con el homenaje a Cervantes.

    13 Informacin disponible en http://www.binaes.gob.sv/ [Consulta: marzo de 2006]

    14 Informacin disponible en http://www.bibna.gub.uy/ [Consulta: marzo de 2006]

    15 Informacin disponible en http://www.abinia.org/costarica/ [Consulta: marzo de 2006]

    16 Informacin disponible en http://www.bibliotecanacional.org/Bienvenida.ht-ml [Consulta: febrero de 2009]

    17 Informacin disponible en http://www.abinia.org/nicaragua/ [Consulta: febre-ro de 2009]

    18 Informacin disponible en http://cce.org.ec/index.php?action=seccion [Con-sulta: marzo de 2006]. La pgina se encuentra relacionada con la Casa de la Cul-tura Ecuatoriana Benjamn Carrin

    19 Informacin disponible en http://www.biblionet.edu.gt/ [Consulta: marzo de 2006]. Este portal se encuentra relacionado con el del Ministerio de Cultura y Deportes.

    20 Informacin disponible en http://www.binah.gob.hn/ [Consulta: febrero de 2009]

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

  • 8la primera bastara con identificar una edicin antigua como parte de la coleccin de una biblioteca, mientras que para la segunda es importante identificar de cul edicin, emisin o estado se trata; as como qu valo-res textuales e histricos caracterizan a esa edicin. Sobre estas consi-deraciones podemos identificar la representacin catalogrfica del libro antiguo en los registros recuperados.

    Dado que nuestro inters no es analizar las particularidades del registro catalogrfico ni la normativa sobre la que se soporta, nuestra mirada se enfocar sobre tres elementos concretos que con-sideramos son los de mayor inters para el trabajo bibliogrfico con este tipo de impresos. Nos referimos al ttulo y pie de imprenta (datos puntuales de las portadas), la forma de la descripcin fsica (reflejo de la estructura del libro antiguo), y la consideracin de los elementos histricos (aspectos que otorgan unicidad a cada objeto).

    En los registros recuperados sobre libros antiguos primeramente observamos que la informacin se organiza como lo indican las mo-dernas normas bibliotecarias. Por esa normativa (descripcin interna-cional normalizada para libros antiguos: ISBD A), parte de los ttulos se omitir pero se mantendr en el idioma del material catalogado, aun cuando no se indique siempre que parte del ttulo ha sido omitido.21 Los pies de imprenta tambin se registran como suelen aparecer en las portadas de libros antiguos, en su forma e idioma original. De lo que corresponde a la descripcin fsica solamente encontraremos un ejemplo de registro de signaturas en su forma abreviada para la obra de Nicols Antonio en concreto,22 y en los dems registros se realiza esa descripcin en la forma catalogrfica que conocemos: por pgi-nas.

    21 Dos condiciones que son recomendadas por la norma internacional que per-mite el uso de los corchetes para este efecto. Cfr. International Federation of Library Association. ISBD (A). Descripcin bibliogrfica internacional norma-lizada para publicaciones monogrficas antiguas. Madrid: ANABAD: Arco Li-bros, 1993. pp. 13-15, 23 y 36.

    22 Hemos confirmado en esos mismos catlogos que hay registros de libros anti-guos que si tienen indicadas las signaturas y otros que no lo tienen. Lo cual es indicativo de la ausencia de una poltica de catalogacin en la biblioteca, ya que las normas internacionales han considerado la inclusin de este dato como op-cional en la descripcin catalogrfica.

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

  • 9El caso concreto de los resultados recuperados en la Biblioteca Nacional de Panam nos conduce a pensar que en la catalogacin al-gunos facsmiles podran pasar por libros antiguos para un lector no muy avispado. Por ejemplo, encontramos la obra Cigarrales de Tole-do de Tirso de Molina como una edicin impresa en 1621, cuando co-rresponde a una edicin transcrita del siglo XX.23 Si consultamos el mismo ttulo, por ejemplo en un catlogo especializado,24 podremos ver estas diferencias de representacin.

    Es precisamente por esta relevancia relacionada con la valoracin patrimonial del libro antiguo que se hace todava ms importante considerar en el registro a los elementos histricos que caracterizan a cada libro antiguo conservado. En la informacin recuperada de las bibliotecas latinoamericanas, cuatro de los siete registros catalogr-ficos de libros antiguos incluyen algn dato de carcter patrimonial como la encuadernacin, el estado de conservacin, ex libris o anota-ciones manuscritas.

    De esta consideracin patrimonial tambin se desprende la diver-sidad en la comprensin de los objetos custodiados como un con-junto y la denominacin que la biblioteca hace de los mismos. En Guatemala, Colombia, Panam y Repblica Dominicana, la coleccin es designada como fondo antiguo; en Argentina, fondo bibliogrfi-co del Tesoro; en Brasil, obras raras; en Cuba, Fondos raros y valio-sos; en Venezuela, Libros raros y manuscritos; en Chile son fondos histricos25 y en Per Colecciones especiales; en Bolivia se denomi-na Libros antiguos, raros y curiosos;26 en Ecuador, Museo del Libro.

    23 Los datos de la misma biblioteca de Panam as lo confirman.24 Hemos realizado la confrontacin de los datos en el Catlogo Colectivo del Pa-

    trimonio Bibliogrfico Espaol, disponible en http://www.mcu.es/ccpb/ccpb-esp.html [Consulta: marzo de 2006]

    25 As son definidos en el catlogo mientras que en el portal son denominados Tesoros bibliogrficos. Cfr. http://www.dibam.cl/biblioteca_nacional/Teso-ros_bibliograficos.htm [Consulta: marzo de 2006]

    26 Joaqun Loayza Valda. La Biblioteca Nacional de Bolivia: su misin y objeti-vos en la realidad nacional y en informacin. Proceedings 2o. Congreso In-ternacional de Bibliotecologa, Documentacin y Archivstica (CIBDA), La Paz (Bolivia, 2003). p. 3. Texto disponible en http://eprints.rclis.org/archi-ve/00001104/01/lapaz25.pdf [Consulta: noviembre de 2007]

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    Por su parte El Salvador define a la coleccin como libro antiguo aunque declaran no poseer todava un criterio definido para este con-cepto.27 En los portales de la biblioteca de Costa Rica y de Guatemala no se hace mencin a este tipo de colecciones, y como habamos indi-cado, Honduras y Paraguay no tienen portales. Apuntemos aqu que en la Biblioteca Digital Andina28 se encuentran denominados como incunables29 dos ediciones del siglo XIX.

    Estas formas de registro para los libros antiguos reflejan una com-prensin del problema patrimonial y en consecuencia la construccin de un valor cultural especfico. Las bsquedas en los portales de las bibliotecas nacionales nos proporcionan una idea cercana del cono-cimiento que se tiene en la regin sobre un tema tan especfico como el libro antiguo. En esa realidad regional podemos distinguir como ex-cepcin a las bibliotecas nacionales de Argentina,30 Chile,31 y Brasil,32 las que adems de poseer una comprensin patrimonial ms definida, permiten acceder a algunos libros antiguos que han sido digitalizados.

    Sin embargo esa misma comprensin del problema, como se dedu-ce, es completamente diversa en aspectos puntuales como el empleo de conceptos, que se vern directamente reflejados en la descripcin

    27 Poseen la Coleccin Lambruschini, integrada por 6,000 obras impresas entre 1417 y 1800. Informacin extrada de la pgina http://www.binaes.gob.sv/ori-gines.html [Consulta: marzo de 2006]

    28 Puede consultarse en http://www.comunidadandina.org/bda/incunables.asp [Consulta: marzo de 2006] La comunidad Andina est conformada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Per y Venezuela

    29 Nota curiosa, porque una de las participantes en este proyecto es precisamente la Biblioteca Nacional de Venezuela, la que por su informacin tiene idea de qu es un incunable. Cfr. http://www.bnv.bib.ve/boton12.htm [Consulta: mar-zo 2006]

    30 Biblioteca Nacional de la Repblica de Argentina. Informacin disponible en http://www.cervantesvirtual.com/portal/BNA/index.shtml [Consulta: Febrero de 2009]

    31 Memoria Chilena. Informacin disponible en http://www.memoriachilena.cl/index.asp [Consulta: febrero de 2009]

    32 Biblioteca Nacional sin Fronteras. Informacin disponible en http://www.bn.br/site/pages/bibliotecaDigital/bibsemfronteiras/index.html [Consulta: Fe-brero de 2009]

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    catalogrfica y en consecuencia en los valores reconocidos para es-tos libros, situacin que resulta muy peculiar porque desde 1991,33 se inici el proyecto de catalogacin colectiva iberoamericana para las obras antiguas de los siglos XVI al XIX, conocido como Novum Regestrum,34 impulsado por ABINIA (Asociacin de Estados Ibero-americanos para el Desarrollo de las Bibliotecas Nacionales de los Pa-ses de Iberoamrica).

    Esta condicin de trabajo compartido debera corresponderse, por un lado, con un nmero mayor de libros antiguos registrados, y por otro, con una catalogacin basada en lineamientos internacionales que lograse proporcionar una idea comn de representacin del obje-to bibliogrfico que se trata. Por lo que hemos podido observar, esto no es as. Por el contrario, cada biblioteca latinoamericana parece en-tender una cosa distinta de las otras.

    Tal diversidad de representacin resulta todava ms llamativa por-que para realizar ese catlogo colectivo se realizaron cursos de capa-citacin especficos, cuyos resultados deberan mostrar una idea com-partida sobre las ediciones que se describen y los ejemplares de las mismas. Una tarea necesaria como basamento que finalmente se refle-jara en una adecuada descripcin directamente en la red (el acceso se desarroll en 2002).35

    El resultado ms lgico de tal proyecto compartido sera que todas las bibliotecas participantes en este catlogo ofrecieran la misma infor-macin bajo los mismos instrumentos, o cuando menos que las descrip-ciones catalogrficas se asemejaran a las realizadas en Espaa. No hay que olvidar que este pas, como parte de la comunidad iberoamericana,

    33 Mara Cristina Guilln Bermejo. Novum Regestrum, Catlogo Colectivo de im-presos de los siglos XVI-XIX en las bibliotecas de Iberoamrica, Espaa y Portu-gal. World Library and Information Congress: 70th IFLA General Conference and Council (22-27 de agosto de 2004, Buenos Aires, Argentina). Texto dis-ponible en http://www.ifla.org/IV/ifla70/papers/074s-Bermejo.pdf [Consulta: marzo de 2006]

    34 Catlogo Colectivo de Fondo Antiguo, siglos XV-XIX de la Asociacin de Bi-bliotecas Nacionales de Iberoamrica [CD-ROM]. Madrid: Biblioteca Nacional de Espaa: ABINIA, 1995.

    35 Mara Cristina Guilln Bermejo. Op. cit. p. 7.

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    es el que ms ha invertido y apostado por la obtencin de los resulta-dos. Lo que observamos es precisamente lo contrario.

    Esta misma tendencia de colaboracin e intercambio manifiesta ms resultados visibles en Europa y en Estados Unidos. En las institu-ciones bibliotecarias de esos pases, nacionales o universitarias, nota-remos otra comprensin del libro antiguo, que no necesariamente se ver reflejada en los trabajos de catalogacin.36 Lo que difiere notable-mente de la realidad latinoamericana es que la mayor parte de estos libros pueden recuperarse en catlogos colectivos o especficos37 y que el discurso de valoracin patrimonial se ve mayormente repre-sentado en proyectos de digitalizacin38 o en exposiciones bibliogr-ficas.

    Tambin la realidad de conocimiento es diferente porque en estas regiones, para el tema del libro antiguo, existen grupos de trabajo, formacin profesional, investigaciones, publicaciones especializadas donde el trabajo bibliogrfico con esos materiales ha desarrollado su propio camino y sus aportaciones, si bien esta realidad cognitiva se asemeja al anhelo de Octavio Paz sobre la democracia: no es perfecta pero cuando menos es incluyente. Sobre estos aportes y tendencias europeas y norteamericanas volveremos ms adelante, porque desde nuestra perspectiva, las reflexiones de carcter bibliogrfico son las que ms contribuyen a la comprensin patrimonial de la problemtica del registro de los libros antiguos.

    Desde esta perspectiva es que analizaremos la realidad mexicana, que se enorgullece de la riqueza y variedad de su patrimonio cultural. Por lo mismo, la conservacin de ese patrimonio ha sido una preocupa-cin constante a lo largo de todo el siglo XX y de la cual se han derivado

    36 Lo cierto es que a pesar de los esfuerzos que se derivan de la normalizacin in-ternacional para el libro antiguo, esta descripcin no presenta diferencias muy notables con la catalogacin tradicional para monografas.

    37 Cfr. Jean-Daniel Candaux. Un problme europen: la localisation des livres anciens. La bibliographie materille, Gilles Barber [ et. al]; table ronde or-ganise por le CNRS pars Jacques Petit. Paris: ditions du Centre National de la Recherche Sientifique, 1983. p. 75-86

    38 Por ejemplo Octavo Digital (http://www.octavo.com/) o Gallica (http://gallica.bnf.fr/), slo sta ltima de acceso gratuito.

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    leyes de proteccin tanto federales como estatales, e institucio-nes especiales dedicadas a la conservacin, estudio y difusin de los diversos elementos que componen esta riqueza cultural. Sin duda, es-tas acciones nacionales han recorrido mucho terreno y han posibilita-do la salvaguarda de numerosos bienes culturales.

    Este es el caso de los innumerables libros antiguos existentes en las bibliotecas mexicanas, tanto pblicas como privadas, pero tam-bin conservados en otro tipo de colecciones, como las de archivos y museos. No hay que olvidar que

    el patrimonio manuscrito, bibliogrfico y documental de Mxico alcanz cifras insospechadas al cerrarse el ciclo de la dominacin espaola. Ocu-rre al instante preguntar por el paradero de toda esa riqueza histrica acumulada en el transcurso de los tres siglos virreinales, en los reposito-rios oficiales, en las bibliotecas y archivos de los monasterios, catedrales, de las parroquias, de los colegios y de los seminarios diocesanos. A esto hay que responder que la dilapidamos de la manera ms bochornosa co-mo resultado de nuestras convulsiones poltico-sociales, de nuestra igno-rancia, de nuestra imprevisin y falta de patriotismo.39

    En efecto, la responsabilidad institucional de la custodia de bie-

    nes culturales no puede realizarse cabalmente si la institucin no tie-ne noticia puntual de los bienes que se encuentran bajo su tutela. El registro de un bien cultural es el principio de toda poltica de pro-teccin patrimonial, sin el cual todo esfuerzo se vuelve inutil con el tiempo, tanto para la institucin de custodia como para el beneficia-rio ms directo de ese esfuerzo: la sociedad que hereda una riqueza cultural determinada. Esto es as de simple porque es imposible deter-minar acciones sin conocer con precisin la problemtica patrimonial que se pretende abordar.

    La problemtica del registro de bienes culturales no es nueva y por lo tanto es una cuestin en la que se ha avanzado mucho, tanto na-cional como internacionalmente. En la actualidad existen modelos de

    39 Joaqun Fernndez de Crdoba. Tesoros bibliogrficos de Mxico en los Esta-dos Unidos. Mxico: Editorial Cultura, 1959. p. 3

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    registro en prcticamente todas las especialidades que trabajan con bienes de naturaleza cultural. Dichos modelos han ido evolucionando en funcin de necesidades de control patrimonial, pero tambin en funcin del desarrollo del conocimiento de las disciplinas que tienen por objeto de estudio a esos bienes culturales.

    La bibliotecologa no est exenta de esta particularidad. Sin embar-go y a diferencia de lo que ocurre en otras latitudes, en nuestro pas el pensamiento bibliotecolgico ha ido relegando poco a poco el proble-ma del registro de bienes bibliogrficos de naturaleza cultural hasta dejar prcticamente desierta la reflexin sobre el registro de impresos antiguos. Definimos as de forma exclusiva a los libros que han sido producidos desde mediados del siglo XV hasta el siglo XIX. Es decir, una vez que ha terminado el periodo de los manuscritos y hasta que los procesos de produccin industrial pueden ser caracterizados co-mo modernos.

    Esta condicin es as porque no debemos olvidar que la compren-sin terico-prctica del libro antiguo deja fuera de su esfera a los im-presos decimonnicos. Como explica Pedraza Gracia,40 la discusin sobre conceptos tan complejos que definen a los impresos produci-dos antes del siglo XIX no est del todo cerrada y puede generar to-dava ms de una controversia, especialmente considerando que esos conceptos son fundamentales para definir a los mismos objetos como categoras jurdicas en la proteccin patrimonial.

    En dicha proteccin debemos promover el reconocimiento de va-lores culturales en los impresos, ms que la comprensin cronolgica del problema patrimonial que necesariamente ser una problemtica permanente en el tiempo. La historia contina y por tanto las leyes de proteccin por necesidad debern ampliar sus condiciones para estar en posibilidad de proteger de manera adecuada lo que una so-ciedad valora culturalmente. Recordemos que cada sociedad valorar de forma distinta su pasado y los objetos que de ste hereda. De esa apreciacin la norma jurdica definir sus alcances, pero tambin sus limitantes.

    40 Manuel Pedraza Gracia, Yolanda Clemente y Fermn de los Reyes. El Libro Anti-guo. Madrid: Sntesis, 2003. p. 12

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    Ciertamente, los lmites cronolgicos pueden ayudar a caracte-rizar formas materiales relacionadas con procesos histricos. Como un buen ejemplo de lo anterior podemos mencionar a los incunables. Empero, los especialistas en este terreno reconocen tambin que si bien pueden ser identificados como libros producidos en el siglo XV, las caractersticas por las que se identifica esta produccin pueden encontrarse en otros materiales que no corresponden estrictamente al mismo periodo, sino a otro inmediatamente posterior, asunto cuya explicacin se encuentra en la evolucin de la tcnica de impresin.41

    Lo anterior nos conduce a establecer principios prioritarios para el tratamiento de impresos antiguos. El primero es su condicin de im-preso, lo que deja a los libros manuscritos para otro tipo de anlisis correspondiente, pues su naturaleza los hace siempre nicos e irre-petibles y, por tanto, con otro tipo de problemtica en su registro. El segundo es la estructura material que caracteriza a ese impreso y que no necesariamente se corresponde con un periodo cronolgico limitado,42 aunque por esas mismas caractersticas estructurales poda-mos ubicarlo como una produccin libresca que abarca poco ms de tres siglos.

    Efectivamente, el impreso producido de forma manual difiere en su estructura de los impresos producidos de forma industrial. Esta es-tructura que poseen los impresos antiguos forma parte de un proceso de produccin que tiene caractersticas propias y en las cuales se pue-den observar pocas modificaciones. Dicha estructura tambin carac-teriza y diferencia a un impreso de otro, y como cualquier otra cosa, cumple con ciertas cualidades genricas que no deben ser obviadas en el registro de las colecciones. Por ejemplo, pese a que las leyes de imprenta de su tiempo establecan la necesaria inclusin de ciertos documentos legales en la impresin de un libro, lo cierto es que no todos cumplan con estos requisitos.

    41 Cfr. Julin Martn Abad. Incunables, post-incunables y libros antiguos. Expo-sicin virtual Civitas Librorum. La ciudad de los libros. Alcal de Henares: Centro Virtual Cisneros de la Universidad, 2002. Texto disponible en http://www.centrocisneros.uah.es/civitas/texto4.htm [Consulta: Abril de 2005]

    42 Giuseppina Zappella. Il libro antico: struttura, tecniche, tipologie, evoluzio-ne. Parte prima. Milano: Editrice Bibliografica, 2001. p. 11

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    Sin embargo, la elaboracin de todo registro bibliogrfico debe re-conocer dos finalidades distintas para distinguir los valores cultura-les de los objetos bibliogrficos en cuestin. La primera finalidad es la elaboracin de un catlogo bibliogrfico como responsabilidad de una biblioteca que custodia impresos antiguos. Dicha responsabilidad no es prioritaria de una biblioteca nacional, aunque es deseable que este tipo de biblioteca proponga o instrumente un modelo bibliogrfi-co normalizado que permita a otras intercambiar informacin valiosa en la proteccin de patrimonio librario. Por tanto, este modelo forma parte sustancial de una poltica cultural en la materia y como mues-tra podemos observar ejemplos interesantes en bibliotecas nacionales del continente europeo.43

    En este sentido, el caso espaol es ms que idneo en tanto que relaciona directamente el modelo bibliogrfico con la proteccin del patrimonio cultural del Estado, ya que ste reconoce por ley la obli-gatoriedad de la elaboracin de un catlogo colectivo del patrimonio bibliogrfico.44 Este modelo se basa en los criterios emanados por las normas internacionales, pero se aplica intentando incluir otro tipo de datos que para las instituciones espaolas son relevantes, como cier-tos elementos histricos v. gr. encuadernacin o marcas de propie-dad y tipogrficos v. gr. signaturas o errores. Dicha inclusin estara considerando, la responsabilidad legal de las bibliotecas en la custodia del patrimonio bibliogrfico. El caso espaol tambin nos ayuda a ejemplificar la otra finalidad a la que nos referimos: el cono-cimiento bibliogrfico de ejemplares conservados de impresos anti-guos.

    La bibliografa espaola que se ha desarrollado especialmente du-rante el siglo XX (de acuerdo con los principios de la bibliografa mate-rial de origen anglosajn y la propia hispanoamericana) nos muestra la posibilidad de elaborar un modelo bibliogrfico que permite conocer

    43 Por citar ejemplos Espaa (http://www.mcu.es/ccpb/ccpb-esp.html), Francia (http://www.bnf.fr/) e Italia (http://www.internetculturale.it/moduli/opac/opac.jsp). [Fecha de consulta: marzo de 2006]

    44 Artculo 51. 1 de la Ley 16/1985 del Patrimonio Histrico Espaol. Texto dis-ponible en http://www.mcu.es/legislacion/patri/pdf/ley16-1985.pdf [Consulta: marzo de 2006]

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    a detalle las caractersticas por las que un impreso antiguo puede ser valorado culturalmente de forma especial. Pero, la aplicacin de di-cho modelo requiere de mayor conocimiento histrico y cultural del que normalmente se ofrece en los programas de formacin bibliote-caria, especialmente en lo que se refiere al territorio latinoamerica-no.45

    Este conocimiento tambin debera contribuir a la construccin de nuestra apreciacin jurdica en la proteccin del patrimonio libres-co. En este sentido, debemos considerar las leyes vigentes de protec-cin del patrimonio cultural que depositan la responsabilidad de es-te registro al Instituto Nacional de Antropologa e Historia (INAH) y al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Dicho registro depende del tipo de bien patrimonial que se establece para cada uno de estos institutos; a saber, el INAH se responsabiliza de lo que corresponde a los bienes paleontolgicos, arqueolgicos e histricos, mientras que el INBA se encarga de lo que corresponde a los bienes artsticos.46 Con esta condicin podramos suponer que el registro de los bienes del patrimonio cultural de los mexicanos se realiza puntualmente confor-me a modelos diseados reconociendo la naturaleza cultural de cada uno de los objetos sealados en el propio texto de la ley.

    Desde esta perspectiva y siguiendo la indicacin de la ley, el uni-verso de los bienes conservados en bibliotecas y archivos son consi-derados monumentos histricos y, por tanto, su registro es responsa-bilidad institucional del INAH. Esta condicin resulta interesante, ya que en otras latitudes dicha responsabilidad se ha depositado en el Archivo y Biblioteca Nacionales. En nuestro pas no se estableci as por las condiciones especiales de adscripcin que poseen nuestras instituciones nacionales. El Archivo General de la Nacin forma parte

    45 Cfr. Stella Maris Fernndez y Graciela Maria Giunti. Planes de estudio de las escuelas de bibliotecologa, archivonomia y museologa de Iberoamerica. Buenos Aires: Sociedad de Investigaciones Bibliotecolgicas, 1999.

    46 Artculo 21 de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueolgicos, Arts-ticos e Histricos. Publicada en Diario Oficial de la Federacin de 6 de mayo de 1972. Diario Oficial de la Federacin, 6 de mayo de 1972. Texto disponi-ble en http://www.diputados.gob.mx/leyinfo/pdf/131.pdf [Consulta: Enero de 2006]

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    de la estructura organizacional de la Secretara de Gobernacin, y la Biblioteca Nacional a la correspondiente de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico.

    A pesar de esta condicin institucional, nada debera imposibilitar al Archivo y la Biblioteca para que establecieran modelos de descrip-cin normalizados, de acuerdo con los desarrollos en esta materia en el terreno internacional y que fuesen aplicados por los institutos fede-rales u otras instituciones interesadas. Sin embargo, esto solamente lo ha implementado el AGN mediante la creacin de los

    Lineamientos generales para la organizacin y la conservacin de los ar-chivos de las dependencias y entidades de la Administracin Pblica Fe-deral47

    que se utilizan en varios archivos. Por su parte, la Biblioteca Nacio-nal recientemente ha comenzado un proyecto de Catlogo Colectivo de los Fondos Antiguos en el que se pretende integrar a las bibliote-cas que posean este tipo de colecciones.48 En nuestra opinin, para que esto sea una realidad viable por tanto, posible y debido a su condicin institucional, es necesario que previamente se establezcan acuerdos de participacin donde se definan las responsabilidades y obligaciones de las instituciones participantes.

    Adems no habra que olvidar que el proyecto de catalogacin de fondos conventuales del INAH de 1994 es el primer registro de bienes bibliogrficos antiguos a gran escala, en el cual se incluyeron nume-rosos impresos antiguos. Por supuesto, dicho registro solamente se realiz sobre las colecciones bibliogrficas que se encuentran bajo la custodia del mismo instituto. Es decir a pesar del carcter de esta ac-cin institucional no gener, desde el espacio de accin de la misma

    47 La informacin se encuentra disponible en la pgina Web del Archivo. http://www.agn.gob.mx [Consulta enero de 2005]

    48 Cfr. Rosa Mara Fernndez de Zamora. Hacia el catlogo colectivo nacional de fondos antiguos: patrimonio bibliogrfico mexicano. Actas de XXXIV Jorna-das Mexicanas de Biblioteconoma (2003): pp. 151-156. Texto disponible en http://eprints.rclis.org/archive/00003458/01/ROSAMARIAFERNANDEZ.pdf [Con-sulta: agosto de 2005]

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    institucin, un programa nacional de registro del patrimonio libresco. Tambin habra que agregar que este modelo de registro utilizado por el INAH no respet ni consider por desconocimiento o falta de in-ters los lineamientos establecidos por normas internacionales ni especficas del campo bibliotecolgico. Por el contrario, el anlisis del modelo citado nos muestra una mezcla, por dems interesante, que no deja definida la relacin metodolgica existente entre el registro de manuscritos, incunables, impresos antiguos y decimonnicos.

    Esta condicin tambin estara determinada por la ausencia de re-flexin en la materia desde el campo bibliotecolgico, lo que ha propicia-do la falta de formacin, y por ende, de investigacin en la materia. Pro-bablemente, si el pensamiento bibliotecolgico mexicano y la formacin profesional que se deriva del mismo, tuvieran entre sus puntos de inters a este tipo de registro bibliogrfico, no se hubiese posibilitado que el INAH desarrollara tan importante tarea patrimonial desconociendo los criterios ms elementales en el registro bibliogrfico de impresos antiguos.

    Con todo, este esfuerzo es loable y constituye un interesante an-tecedente tanto de lo que no se debe hacer en la aplicacin de me-todologas bibliogrficas, como de las posibilidades que existen para elaborar los registros de impresos antiguos en el terreno institucional. Por fortuna la situacin ha comenzado a cambiar, y con ello algunas bibliotecas interesadas en el registro de sus colecciones patrimoniales han comenzado a implementar los criterios internacionales catalogr-ficos y bibliogrficos que se han desarrollado para estos materiales. Lamentablemente la mayora se deja seducir por la idea de una catalo-gacin fcil y rpida, y no econmica, que les permita proclamar que sus materiales han sido ya registrados.

    Por esta condicin asptica del problema patrimonial es que la situacin no ha dejado de ser preocupante en tanto que no hemos re-suelto lo correspondiente a la responsabilidad del catlogo y la tarea necesaria de la bibliografa de los impresos antiguos, como factor re-levante en la valoracin cultural y por tanto en la proteccin patrimo-nial. Debemos entender que

    un catlogo de este tipo de materiales es un conjunto de registros que repre-sentan e individualizan bibliogrfica y bibliotecariamente unos ejemplares

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    concretos (con sus personales lujos o deficiencias, y su particular historia de posesin y uso) dentro de un determinado depsito bibliotecario, per-mitiendo su localizacin, consulta y conservacin.49

    La bibliografa, por el contrario, debe ayudarnos a conocer minu-ciosamente los objetos conservados y as coadyuvar en ambas tareas.

    Ahora bien, este tipo de catlogo no puede cubrir lo que corres-ponde a la bibliografa puesto que su finalidad es otra. La bibliogra-fa del impreso antiguo, tipobibliografa como la denomina la escuela espaola,50 analiza minuciosa y rigurosamente el material que descri-be con objeto de identificar a cabalidad los detalles de la edicin a la que corresponde un ejemplar.51 Este es el punto de mayor inters en trminos patrimoniales: los ejemplares y sus historias particulares. De ah que el bibligrafo de un libro antiguo no se conforme, como lo hace el catalogador, con la informacin bsica del ejemplar a descri-bir.

    Es tambin por esto que dicho registro bibliogrfico tambin se de-nomina descriptivo, dado que no escatima en los datos que debe re-gistrar, ya sean textuales o histricos. De esta manera se construye un instrumento de investigacin valioso para diferentes disciplinas, pero tambin se compone un registro de bien cultural capaz de proporcio-nar toda la informacin relevante para la institucin de custodia.

    2.1 Las aportaciones de la Bibliografa Material

    Nuestro registro bibliogrfico de un impreso antiguo como una meto-dologa particular tiene honorables antecedentes como los repertorios

    49 Julin Martn Abad. Incunables e impresos antiguos. Los materiales especia-les en las bibliotecas, coord.. Carmen Dez Carrera. Gijn: Trea, 1998. p. 64

    50 Cfr. Julin Martn Abad. La imprenta en Alcal de Henares, 1502-1600. Ma-drid: Arco Libros, 1991.

    51 Aunque se define como Bibliografa dispuesta por orden de impresores o de imprentas, y stas, por aos, recogiendo su respectiva produccin bibliogr-fica. Como se observa no se hace referencia al problema metodolgico. Luis Garca Ejarque. Diccionario del Archivero Bibliotecario. Gijn: Trea, 2000. p. 424

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    bibliogrficos de Garca Icazbalceta o Toribio Medina52, entre otros. Pero por diversas razones que todava no estn del todo claras, esa tra-dicin bibliogrfica que nos enorgullece se perdi en el tiempo, dan-do por resultado el deterioro actual del trabajo bibliogrfico en esta materia tan puntual y til para la proteccin del patrimonio cultural, situacin que es todava ms lamentable si consideramos la invaluable aportacin que representa el trabajo y la presencia de Agustn Milla-res Carlo en nuestro territorio. No hay que olvidar que

    son destacables sus descripciones de ejemplares contenidos en diversas bibliotecas, como los de la primera formada en el continente americano, la del obispo Fr. Juan de Zumrraga (1544) y en especial, por la mayor profundidad y pluralidad de estudios los referidos a los atesorados en la Biblioteca Nacional de Mxico.53

    Por supuesto, mencin ms importante requiere su edicin anota-da, corregida y aumentada en 1954 al trabajo bibliogrfico de Garca Icazbalceta que enriqueci notablemente un valioso instrumento de investigacin, pero tambin de identificacin patrimonial.

    De esta rica herencia bibliogrfica podemos suponer que se alimen-t Jess Yhmoff Cabrera, quien representa uno de los mejores ejemplos contemporneos en la prctica del trabajo bibliogrfico mexicano y al cual debemos reconocer un profundo conocimiento de los impresos antiguos. Sus catlogos bibliogrficos54 y el recientemente publicado

    52 Hay que aclarar que Toribio Medina fue chileno, pero su notable trabajo sobre la imprenta en Mxico lo ha colocado siempre como un referente de nuestra historia cultural.

    53 Jos Antonio Moreiro Gonzlez. Agustn Millares Carlo: el hombre y el sabio. Gobierno de Canarias: Viceconsejera de Cultura y Deportes, 1989. p. 215

    54 Sin duda estos trabajos estn en correspondencia metodolgica con los mode-los de otros pases y al igual que otros repertorios parece poco lo que puede agregarse. Nos referimos al Catlogo de Incunables de la Biblioteca Nacional de Mxico. 2 ed. Mxico: UNAM, 1987; Impresos mexicanos del Siglo XVI en la Biblioteca Nacional de Mxico Mxico: UNAM, 1990 y Catalogo de los im-presos europeos del siglo XVI que custodia la Biblioteca Nacional de Mxico Mxico: UNAM, 1996.

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    de Cid Carmona,55 representan unos casos aislados en el uso de una metodologa bibliogrfica de tradicin hispanoamericana. El que di-cha metodologa bibliogrfica para el impreso antiguo tenga inters prctico en otras latitudes, nos anima a recuperar nuestras tradicio-nes ms acertadas en este campo del conocimiento.

    Ciertamente, en esta recuperacin debemos integrar las posturas contemporneas ms notables, que estn posibilitando una plena identificacin de los impresos antiguos con objeto de contribuir a su justa valoracin cultural como objetos producidos por una sociedad especfica con caractersticas culturales y sociales propias y defini-das. Este es el caso de la inmensa produccin libresca de la Nueva Espaa, de la que bibliogrficamente se conoce poco, lo que nos con-duce a una compleja realidad de conocimiento patrimonial, pese al saqueo y deterioro al que ha estado expuesta y que afecta a una canti-dad importante de impresos bajo la custodia de nuestras ricas biblio-tecas.

    Desde finales del siglo XIX, los trabajos desarrollados por A.W. Pollard, W.W. Greg y R.B. McKerrow van a comenzar a delinear una metodologa de trabajo con impresos antiguos, que hoy conocemos como Bibliografa Material, y que se propagaron desde la Bibliogra-phical Society en Inglaterra,56 si bien la intencin de estas tres per-sonalidades no era realizar aportaciones a la disciplina bibliogrfica, sino al conocimiento de la literatura antigua. Pero no habra que olvi-dar que su preocupacin estaba determinada por las formas de trans-misin de los autores antiguos; es decir, cmo se transmite a lo largo

    55 Empero, a pesar de que el modelo bibliogrfico utilizado no se encuentra defi-nida su procedencia metodolgica, me parece que cumplira en trminos gene-rales con los principios de la bibliografa material y las normas internacionales. Pero considerando la tradicin bibliogrfica no aporta ninguna novedad a este campo; es ms sera deseable que se hubiese agregado algunos datos para iden-tificar correctamente el objeto material considerando sus valores textuales he histricos y lo que corresponde a la identificacin plena de los ejemplares con-servados. Cfr. Victor Julin Cid Carmona. Repertorio de impresos mexicanos en la Biblioteca Nacional de Espaa, siglos XVI-XVII. Mxico: COLMEX, 2004.

    56 David McKitterick. Introduccin. Roland B. McKerrow. Introduccin a la bi-bliografa material. Madrid: Arco Libros, 1998. p. 12

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    del tiempo el texto original de un autor literario, por lo que resulta importante estudiar detalladamente los impresos conservados para analizar las formas de dicha transmisin y de ah deriv parte de la metodologa bibliogrfica a la que nos referimos.

    Sin importar este detalle tan particular, lo cierto es que los princi-pios y caractersticas que definen a esta metodologa siguen actuales y se corresponden directamente con los trabajos bibliogrficos desa-rrollados con anterioridad. Lo que ha permitido esta metodologa es principalmente comprender que la bibliografa es ante todo el estu-dio de los libros como objetos materiales.57 Como tales, en su estudio e interpretacin es necesario comprender las formas de produccin que transformarn un texto manuscrito en un impreso, y de ah, en un objeto que se relacionar socialmente con sus lectores.

    Efectivamente,

    los autores no escriben libros: escriben textos que luego se convierten en objetos impresos. La diferencia, que es justamente el espacio en el cual se construye el sentido, fue olvidada no slo por la historia literaria clsi-ca que piensa la obra en s misma, como un texto abstracto cuyas formas tipogrficas no importan.58

    Pero estas formas tipogrficas son relevantes, y nos ayudan a com-prender al impreso en su contexto cultural y social tal y como fue producido. Son estas formas las que ms interesan para la Bibliogra-fa Material, pero tambin para el pensamiento patrimonialista que requiere comprender a ese objeto material con caractersticas pro-pias que pueden hacerlo diferente de otros similares, al paralelo de su comprensin como objeto de posesin particular e institucional.

    El desarrollo de esta metodologa bibliogrfica, con una larga tradi-cin, fue determinante para hacer comprender a los bibliotecarios la necesidad de una norma de descripcin especfica, ms acorde con la

    57 Phillip Gaskell. Nueva introduccin a la bibliografa material. Gijn: Trea, 1999. p. 1

    58 Roger Chartier. El mundo como representacin. Estudios sobre historia cul-tural. 2 ed. Barcelona: Gedisa, 1995. p. 111.

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    naturaleza del impreso antiguo. Ciertamente, tambin contribuy de modo notable el trabajo de los bibliotecarios en la catalogacin de im-presos antiguos y en particular las problemticas que enfrentaron en el desarrollo de bases de datos cooperativas para dicha catalogacin, de ah que la norma ISBD (A) recupere a su manera ciertos postulados de la Bibliografa Material.59 Por ejemplo, el registro de las signaturas para cualquier bibligrafo es la forma en que se ordena la estructura inter-na de un libro y no debera ser obviada. El mismo dato para la norma internacional es un asunto que debe ser registrado a discrecin del ca-talogador. De ah que podamos observar, en los catlogos colectivos que utilizan esta norma internacional, variaciones considerables en el registro de los elementos textuales, como lo es la signatura de un im-preso antiguo.

    Pero como ya habamos mencionado, la funcin de un catlogo se cumple cabalmente si es capaz de informar de manera puntual sobre los libros que se custodian en una determinada biblioteca. Empero, considerando el valor cultural que estos objetos han adquirido y por ende su apreciacin patrimonial, es deseable que el catalogador co-nozca y registre cuando menos aquellos datos que particularizan e identifican sin equivocacin a un ejemplar conservado, especialmen-te si se trata de aquellos elementos que le otorgan un sentido histrico al libro y por el cual adquiere valor patrimonial, que tambin determi-na la responsabilidad de la custodia del objeto.

    Ahora bien, es la metodologa de la Bibliografa Material y sus principios la que nos permite elaborar un registro ms conciso de un ejemplar conservado y as aportar elementos para la valoracin cul-tural de ese objeto. En dicha valoracin, tanto el bibligrafo como el catalogador

    deben identificar correctamente la pieza que tienen a la vista. Esta inevita-ble tarea es siempre previa a la construccin de cualquier tipo de registro

    59 Beth M. Rusell. Description and Access in Rare Books Cataloging: A Historical Survey. Cataloging and Classification Quarterly. Vol. 35, nos. 3/4 (2003), p. 504-506.

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    bibliogrfico de un catlogo o de un repertorio bibliogrfico retrospecti-vo.60

    Esta es quizs la mayor cercana que existe entre el trabajo de un catalogador y de un bibligrafo en lo que se refiere a un impreso anti-guo. Para ambos, en ningn caso se puede elaborar el registro biblio-grfico sin tener el objeto material a la vista.

    Ver los libros con los propios ojos es un deber sagrado del bibli-grafo. No puede jams fiarse, sin decirlo, de la descripcin hecha por otro.61 Pero describir a este objeto sin conocer lo que se est anali-zando es tanto ms grave porque no se sabe lo que se est haciendo, y se puede incurrir en errores considerables62 en la identificacin de un impreso. De ah que la bsqueda de informacin y la comparacin en-tre ejemplares conservados de una edicin sea una tarea primordial en el registro de los impresos antiguos, especialmente para el trabajo bibliogrfico.

    Sin duda, la Bibliografa Material ha evolucionado e incorporado as-pectos relevantes en la tarea de registro de impresos antiguos, pero los trabajos de McKerrow, Gaskell, Bowers, Esdaile, Tanselle, Martn Abad, Montaner,63 entre otros igualmente importantes, nos muestran que la seriedad en el trabajo de este tipo de bibliografa posibilita la trans-misin de la informacin registrada, de tal forma que no es necesario

    60 Julin Martn Abad. La valoracin del libro: el punto de vista del biblioteca-rio de fondo antiguo. Ciclo de Conferencias sobre Bibliofilia y Mercado del Libro. Biblioteca Histrica Marques de Valdecilla, 2004. Texto disponible en: http://www.ucm.es/BUCM/foa/Conferencias/conferencia2.pdf [Consulta: no-viembre de 2004] p. 6

    61 Fernando Huarte Morton. La descripcin de los libros raros. Primeras Jor-nadas de Bibliografa. Madrid: Fundacin Universitaria Espaola, 1977. p. 69. Citado por Julin Martn Abad (1991). Op. Cit. p. 38, nota 76

    62 Una relacin de los casos ms relevantes de esta problemtica se encuentra en el trabajo de Julin Martn Abad. La tipobibliografa complutense del Siglo XVI: tareas y posibilidades. El Libro Antiguo Espaol: Actas del Segundo Coloquio Internacional (Madrid). Salamanca: Ediciones de la Universidad de Salaman-ca: Biblioteca Nacional de Madrid: Sociedad Espaola de Historia del Libro, 1993. T. 1, pp. 273-293

    63 Todos se encuentran en la bibliografa de este trabajo.

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    volver a hacer el mismo trabajo sino enriquecerlo. Tambin, que el conocimiento del impreso antiguo se acerca al trabajo de la erudicin histrica, entendiendo a sta como un acto de investigacin rigurosa del pasado. Desde esta apreciacin metodolgica, es factible utilizar la informacin compilada para la elaboracin de registros bibliogrfi-cos, tambin como instrumentos de control patrimonial.

    Pero no por esta razn olvidemos que

    los bibligrafos, al igual que otros estudiosos, tienen que ser capaces de pensar con lgica, de juzgar crticamente y de perseverar en montonas tareas, pero adems deben conocer la historia del libro. El estudio de los libros impresos como objetos materiales y la correcta interpretacin de los documentos impresos del pasado se ha de fundamentar principal-mente en el conocimiento de cmo se compusieron con caracteres tipo-grficos, se imprimieron, se distribuyeron y se vendieron los manuscri-tos de los autores.64

    Ciertamente, un modelo bibliogrfico basado en los principios de la Bibliografa Material, permite hacer una correcta identificacin de un ejemplar conservado en cierta biblioteca. Con esta informacin y la que pueda recuperarse en la documentacin histrica, se han he-cho excelentes trabajos histricos que nos dan a conocer un aspecto del pasado como los libros y sus lectores. Del inters por este bino-mio, el objeto bibliogrfico y la persona que lo posee, se han produci-do interesantes textos especialmente en Espaa, Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Todos ellos actualmente constituyen enfoques disci-plinarios donde se dibuja un territorio comn para la investigacin y se construye un mismo objeto: el impreso antiguo como objeto mate-rial65 dentro de la orientacin de la historia cultural y de las mentali-dades.

    Empero, la tendencia de estas investigaciones ha defendido que la mejor fuente de informacin es el inventario post mortem para rea-lizar el anlisis de la relacin directa entre el lector y su libro. Pero

    64 Philip Gaskell. Op. Cit. p. 265 Roger Chartier. Op. Cit. p. 120

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    tambin es sabido que este tipo de documento histrico ofrece una pobre informacin bibliogrfica sobre los objetos de estudio, lo que complica, mas no imposibilita su adecuada identificacin.66 En este sentido, podemos recuperar la importancia del objeto original para estos estudios, que tambin nos ofrece informacin relacionada con el poseedor, ya sea institucional o privado, a travs de las ricas anota-ciones manuscritas, sellos y marcas que han quedado como testimo-nio en el propio libro. Efectivamente, lo deseable siempre sera que la investigacin pudiera relacionar la documentacin histrica con los libros antiguos conservados actualmente en las bibliotecas.

    En este campo de conocimiento, fecundo y prometedor, el trabajo bibliogrfico adquiere mayor relevancia en tanto que posibilita una adecuada transmisin de los objetos de estudio, necesarios para defi-nir una actividad investigadora y tambin la comprensin de nuestro pasado en sus complejas formas culturales. Dicha comprensin tam-bin es determinante para construir la valoracin del impreso antiguo en el territorio del pensamiento patrimonial.

    Por otra parte, el conocimiento histrico de los libros y sus rela-ciones con el mundo se enfrenta siempre a la abundancia o carencia de fuentes originales; pero sin duda, se requiere de instrumentos que compilen esas fuentes para realizar ms completamente posible el tra-bajo emprendido. Cualquier historiador siempre agradecer que una biblioteca o un archivo cuenten con instrumentos que describan las colecciones documentales y bibliogrficas que custodian. Entre ms y mejor sea la informacin proporcionada, ms fcilmente el investi-gador identificar aquellas fuentes originales que se acercan a su tema de estudio. Pero este mismo tipo de informacin permite a la institu-cin proporcionar algo concreto frente a las restricciones de acceso a las colecciones.

    En efecto, no olvidemos que un registro bibliogrfico es la repre-sentacin de un objeto material y por esta condicin estara en posi-bilidad de informar detalladamente sobre su contenido textual y va-lor testimonial. De ah que con este tipo de informacin la institucin

    66 Manuel Jos Pedraza Gracia. Lectores y lecturas en Zaragoza, 1501-1521. Zara-goza: Prensas Universitarias, 1998. p. 14.

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    puede restringir el acceso al original siempre que lo considere con-veniente por razones de preservacin. La persona que consulta la in-formacin obtendra prcticamente todos los detalles necesarios para saber si ese objeto es el de su inters, con lo que se reduce la consulta innecesaria de un original, que siempre podr en riesgo su integridad material.

    La descripcin anterior constituye un ideal. Es decir, es posible y viable que la informacin recuperada y descrita con los principios de la Bibliografa Material pueda servir perfectamente para el control pa-trimonial que toda institucin tiene por responsabilidad cuando cus-todia objetos culturales, aun cuando es necesario que un registro con esta finalidad explcita requiera otro tipo de datos como los legales de la institucin de custodia o los relacionados con la tasacin. Infor-macin de este tipo no es de conocimiento general, sino particular para aquellos responsables de la custodia. Por supuesto, lo anterior no implica que no debamos fomentar el uso de cuando menos ciertos cri-terios fundamentados en la Bibliografa Material, tanto para los regis-tros de control patrimonial como para los instrumentos de consulta. Al menos, los mismos que deben implementarse como lineamientos en la catalogacin de impresos antiguos.

    Estos criterios que podran convertirse en lineamientos ayudan a comprender uno de los principios culturales ms relevantes del impre-so antiguo. Nos referimos al que establece y permite la identificacin del texto con un escrito fijado, estabilizado, manipulable gracias a su permanencia.67 Este es el contexto de la apreciacin patrimonial del objeto librario, que identifica en ste un valor textual (todo aquello que fue impreso) y un valor histrico (todo aquello que un ejemplar posee para demostrar su paso por el tiempo).68 Ambos valores pueden perfectamente representarse en un registro bibliogrfico descriptivo de un impreso antiguo, con lo cual se favorece el conocimiento de qu tipo de materiales tenemos bajo custodia en nuestras instituciones, y

    67 Roger Chartier. Entre poder y placer: cultura escrita y literatura en la Edad Moderna. Madrid: Ctedra, 2000. p. 111.

    68 Cfr. Lorenzo Baldacchini. Il libro antico. Roma: La Nuova Italia Scientifica, 1982. pp. 13-14.

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    as disear polticas culturales ms acordes a la realidad patrimonial. En suma, este tipo de metodologa permite aportar datos relevantes para la valoracin cultural de un impreso antiguo.

    Pero a pesar de las ventajas que podamos ver en la relacin entre la custodia de un objeto cultural y las metodologas que nos permiten representarlo, existe una idea previa que nos ayuda a comenzar:

    Si es un axioma en bibliografa que no se puede tener la pretensin de haber agotado totalmente la materia con una sola obra, en lo que respec-ta a la tipobibliografa esta certeza se multiplica indefinidamente, puesto que el objeto de la misma son los impresos antiguos, que han sufrido los avatares del paso del tiempo que han determinado que una gran cantidad de los mismos hayan desaparecido sin dejar el ms mnimo rastro de su existencia. El uso al que dichos impresos son destinados, los materiales en que se imprimen, sus propios usuarios, la accin del tiempo y muy en especial las mltiples y nunca acabadas inquisiciones, todas estas ac-ciones juntas dan como resultado el que nunca lleguemos a conocer con precisin cuntos y cules han sido los impresos producidos en un lugar y un periodo de tiempo determinados.69

    Estas consideraciones nos colocan frente a una realidad ineludible: A pesar del valor cultural que los trabajos histricos y bibliogrficos han permitido otorgar al impreso antiguo, en reconocimiento de una parte del patrimonio escrito, lamentablemente la proteccin definiti-va como bien patrimonial no siempre est asegurada por completo. Contribuir a la construccin de argumentos que consoliden esta con-sideracin patrimonial y por tanto la garanta de proteccin, es en parte la intencin que pretenden ofrecer estas lneas, aun sabiendo que todo lo que se escriba sobre impresos antiguos siempre ser un asunto controversial.

    Asumir la responsabilidad que implica una reflexin como la que emprendemos significa tambin reconocer la obligacin permanente que queda para el futuro, ya que

    69 Lorenzo Ruiz Fidalgo. La Imprenta en Salamanca, 1501-1600. Madrid: Arco Libros, 1994. p. 7

    Introduccin a la problemtica del registro bibliogrfico

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    un trabajo de investigacin histrica, es siempre el punto de partida que otros han de continuar, y la aparicin de nuevas ediciones o documentos, exigir la revisin de las conclusiones.70

    Esta es la tarea y la responsabilidad que comprendemos y asumi-mos en la defensa de un territorio patrimonial que nos demanda ac-ciones concretas: el del libro antiguo.

    70 Mara Mars. La imprenta en la Rioja, siglos XVI-XVII. Madrid: Arco Libros, 2002. p. 10

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    Para comenzar esta parte de la reflexin es necesario puntua-lizar sobre nuestra comprensin del objeto de estudio, es de-cir, cmo podemos definir al libro antiguo para acercarnos a la problemtica de su descripcin. Como ya hemos anotado en lneas anteriores, la definicin de este objeto presenta varias complejidades determinadas por su naturaleza cultural, pero tambin por la forma de la comprensin disciplinaria de una tradicin especfica. Aqu sola-mente distinguiremos dos complicaciones que constituyen el soporte de nuestra propuesta metodolgica para la descripcin de un libro an-tiguo.

    La primera de estas es estrictamente bibliogrfica y busca com-prender al objeto que ser representado mediante un registro que se elabora para una finalidad especfica. Lo que significa que debemos acercarnos al objeto de la descripcin desde las caractersticas mate-riales que lo distinguen y que representamos segn una metodologa bibliogrfica. La segunda complicacin se refiere al conjunto de valo-res que distinguimos en ese objeto material y por el cual lo reconoce-mos como un elemento patrimonial.

    Para comprender al objeto libro antiguo, se han propuesto dife-rentes definiciones que podemos ubicar en dos tendencias: una en la

    Adentrarse en la historia del libro es, sin duda, una aventura apasionante

    y, a un tiempo, gratificante, entre otras razones, por la multiplicidad de aspectos

    a considerar

    Mara Carmen lvarez Mrquez

    3. La importancia de la descripcin bibliogrfica del libro antiguo

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    que predomina el elemento de la datacin, y otra, que distingue las caractersticas materiales71 de esos libros. En la primera tendencia en-contramos la definicin de la propia norma internacional ISBD (A),72 as como algunas de las categoras jurdicas de proteccin elaboradas por los Estados nacionales durante el siglo XX.

    Por eso podemos encontrar a autores como Martnez de Sousa quien comprende que la definicin del libro antiguo tambin estara determinada por estipulacin de una ley, es decir, reconoce por libro antiguo a todo impreso producido desde la invencin de la imprenta hasta una fecha que el uso o la ley determinan.73 De esta manera la determinacin de la antigedad se estipula por ley y en consecuencia se establecen limitaciones para su venta, circulacin, pero tambin para su uso.

    En la segunda tendencia encontramos bsicamente las aportacio-nes de la Bibliografa Material, que distingue las particularidades de los objetos librarios derivadas del proceso mismo de produccin y que tambin nos permite representar los valores histricos del objeto que se describe. Esta comprensin del concepto, de la que somos partida-rios, se acerca ms a la problemtica de los valores culturales que se reconocen en los libros antiguos y por los cuales se les estima como elementos patrimoniales, pues comprende y define al libro antiguo en relacin directa con la materialidad del objeto y con el proceso cultu-ral del que es resultado, incluso considerando su propia historicidad.

    Es decir, estamos refirindonos a un objeto manufacturado por la imprenta tipogrfica hasta el advenimiento de la produccin indus-trial. Desde este punto de vista cronolgico, encontramos dos grupos de objetos definidos claramente por sus caractersticas y por su tiem-po histrico. El primer grupo est conformado por los incunables, es decir, aquellos impresos producidos desde la invencin de la impren-ta de tipos mviles hasta el ao de 1501.

    71 Giuseppina Zappella. Op cit. p. 11.72 Las fechas comprendidas en esta definicin cronolgica comprenden la segun-

    da mitad del siglo XV hasta el ao de 1820. Cfr. ISBD (A). Op. cit. p. X73 Jos Martnez de Sousa. Diccionario de Bibliologa y ciencias afines. 3 ed.

    Madrid: Ediciones Trea, 2004. p. 583

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    Se justifica esta particular denominacin por el hecho de que estos pri-mitivos impresos difieren notablemente en su presentacin de los apare-cidos en siglos posteriores y adems porque su descripcin bibliogrfica plantea problemas especficos.74

    As, por sus caractersticas propias, los incunables se han separa-do como objeto de estudio de la incunabulstica, que tiene a su me-jor representante en Konrad Haebler.75 Estos impresos representan el primer periodo histrico de los libros antiguos y el primer momento de evolucin de la impresin tipogrfica. Por esta razn, es difcil es-tablecer generalidades en lo que respecta a las caractersticas materia-les del incunable, aunque suele encontrarse esta tendencia en cierta literatura producida en Mxico.

    Lo anterior significa que no se puede establecer categricamente que todos los incunables carecen de portada o que todos poseen co-lofn. Lo pertinente es indicar que las caractersticas de los mismos deben comprenderse segn el lugar y la tcnica tipogrfica de la que son resultado. Debemos apuntar que precisamente son los incunables los impresos que mejor muestran la complejidad material y estructu-ral en la composicin de un registro bibliogrfico para el material an-tiguo.

    El segundo grupo, al que dedicamos este texto, est conformado por el conjunto de impresos que se conoce genricamente como li-bros antiguos, y que conceptualmente resulta ms favorable que el de libros raros.76 Esta condicin es as porque la rareza de un material estara determinada por la conjuncin, tanto de aspectos textuales como histricos, que podra poseer un solo objeto, por ejemplo, el proceso que ha determinado que solamente tengamos noticia de un ejemplar correspondiente a una edicin, o que dentro de sta se en-cuentren particularidades que hacen a un ejemplar ser considerado

    74 Julin Martn Abad (1998). Op. cit. p. 6575 Especialmente lo que corresponde a su trabajo Introduccin al estudio de los

    incunables. Madrid: Ollero & Ramos, 1995.76 Julin Martn Abad (1998). Op. cit. p. 66

    La importancia de la descripcin bibliogrfica del libro antiguo

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    raro.77 Recurdese tambin que por libro raro, debe entenderse a aquel que es difcil de obtener de cualquier forma, y que esta denomi-nacin tambin se refiere a una estimacin de belleza o de valor mo-netario que ha creado una confusin en el uso del trmino.78

    Nuestro inters est bsicamente determinado porque estos libros, producidos durante los siglos XVI al XVIII, son los ms numerosos en las colecciones y representan un acervo patrimonial que en Mxico resulta prcticamente desconocido para la sociedad, condicin que no aplica para grupos de especialistas muy definidos como los histo-riadores, los literatos o los bibligrafos, por mencionar tan slo algu-nos, que tienen en este objeto un soporte de sus investigaciones. Por el contrario, son pocos los bibliotecarios mexicanos entendidos en es-tos materiales, debido a que durante mucho tiempo hemos carecido de formacin especfica para el tratamiento catalogrfico y bibliogr-fico del libro antiguo.

    Afortunadamente, hoy en da contamos con algunos espacios de formacin especialmente dedicados al libro antiguo, pese a que po-dramos decir sin temor a equivocarnos que no tenemos todava una comprensin compartida del problema que el libro antiguo represen-ta, tanto bibliogrfica como patrimonialmente. Esta situacin conlle-va una falta de acuerdo en lo que entendemos por libro antiguo, y en consecuencia, de las metodologas bibliogrficas y catalogrficas ms idneas para su representacin y tratamiento.

    Como tambin ya habamos aclarado, la definicin estricta del libro antiguo basada en un criterio meramente cronolgico no es capaz de abarcar todo el problema bibliogrfico y patrimonial que representan estos objetos. Empero, ese mismo criterio nos permite ubicar la pro-duccin libresca en un tiempo especfico, y en este, determinar las formas de la estructura material del objeto que buscamos representar

    77 A pesar de esta apreciacin es necesario apuntar que en la literatura anglosajo-na as definen al conjunto de libros antiguos (Rare Books). La condicin de rare-za en esta literatura, es analizada con detalle en el libro de Roderick Cave. Rare book Librarianship. 2n revised edition. London: Clive Bingley, 1982. p. 21

    78 Des livres rares depuis de linvention de limprimerie, sous la direction d Antoine Coron. Paris: Bibliothque Nationale de France, 1998. p. 14

    Secretos del estante: elementos para la descripcin bibliogrfica...

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    adecuadamente mediante un registro bibliogrfico. Esta misma com-prensin cronolgica es la que tambin ha determinado su acotacin legal en algunos pases para la proteccin que el Estado debe promo-ver, por lo que no debemos olvidarla.

    Desde cierta perspectiva disciplinaria,

    tal vez el criterio que ms peso especfico tiene en la distincin del libro antiguo es el de su elaboracin material, propiciada por la corriente te-rica de la Bibliografa Material, del mbito anglosajn, que se ha dedicado al estudio de la tcnica de la produccin de los libros impresos en los primeros siglos con objeto de ayudar a aclarar el cambio que sufre un ori-ginal tras su paso por la imprenta.79

    De ah que la estructura material y la composicin de la misma nos ayuden a identificar las caractersticas de las ediciones y de los ejem-plares que se corresponden con stas. Informacin con la que sera posible establecer y definir los valores culturales que reconocemos en los libros antiguos y construir una proteccin jurdica para su protec-cin ms adecuada de la que actualmente existe. 80

    De esta manera nuestro problema de conocimiento quedara limi-tado desde el trmino del periodo de produccin del incunable, que corresponde al siglo XVI, sin que ello cierre totalmente la posibilidad en encontrar en este mismo periodo histrico libros que por su es-tructura son ms cercanos a l y que han sido denominados como post incunables.81 Este es el lmite, debido a que la introduccin de la imprenta de tipos mviles no se realiz al mismo tiempo y de la mis-ma forma en todos los territorios, dado por resultado ediciones con trabajo tipogrfico de distinta evolucin.

    Este es el caso de los impresos mexicanos del siglo XVI que en una parte importante de la literatura son denominados como incunables

    79 Manuel Gracia Pedraza, Yolanda Clemente y Fermn de los Reyes. Op. cit. p. 1480 Cfr. Idalia Garca. Legislacin sobre bienes culturales muebles: proteccin del

    libro antiguo. Mxico: UNAM. CUIB: BUAP, 20