Técnica de Psicoterapia Breve-Wolberg

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    VILA TCNICA DE LA -PSICOTERAPIA BREVE

    LEWIS R WOLBERG M

    Nota del editor: En este captulo se concretan ciertas .lneas directrices para laorganizacin de una metodologa de la psicoterapia breve, que el psiquiatra puedecoordinar con su entrenamiento y su sistema especial de trabajo.)

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    En el ltimo de sus ensayos clnicos -que algunos consideran comoel principal-, Sigmund Freud, 1937,hizo unas reflexiones sobrias sobrela futilidad de acortar el psicoanlisis. Admiti que esos intentos no ne-cesitaban justificarse, ya que obedecan a consideraciones de razn y ex-pedicin. Pero al comentar los intentos de Otto Rank -que se proponasuperar en unos pocos meses lo que el mismo Rank consideraba comoel nervio de la neurosis, el trauma natal=-, Freud compar sus esfuerzosa los de un bombero que, al acudir a conjurar el incendio de una casaprovocado por una lmpara de aceite .que.se haba volcado, se limit aretirar la lmpara de la habitacin sin atacar el fuego general.En ese mismo ensayo cuenta Freud cmo remiti a uno de sus pacien-tes a su discpulo el doctor Ruth Mack Brunswick: ello prueba evidente-mente que Freud no tomaba sus censuras contra la psicoterapia breve tanen serio como sonaban. Afirma all que una grave neurosis recurrentese resolvi satisfactoriamente con un tratamiento abreviado. ErnestJones refiere un episodio clnico del mismo Freud: el padre delpsicoan-lisis trat al famoso compositor Gustav Mahler durante un perodo totalde cuatro horas, en el que analiz e interpret las races de la impotenciade su paciente, que dieron por resultado la total solucin del conflicto(Jones, 1955).La mayora de los psiquiatras experimentados pueden ates-tiguar lo eficaces que pueden.cesultar.;a ..;v,eces.unas ..pocas...sesiones.condeterminados pacientes; 'Yhay quienes creen que algn da negaremos a

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    2 8 Psicoterapia breveaquilatar nuestra metodologa lo bastante para convertir la psicoterapia,breve, en el tratamiento preferido en la mayor parte de los problemasemocionales.

    Sin embargo, la psicoterapia breve, tal como la practicamos hoy da,tiene sus limitaciones claras. Hay ciertos :problemas que no caben en ella.Pero en conjunto no se han apreciado plenamente .Ios mritos del trata-miento corto, aun en su actual estado de desarrollo. Los estudios publi-cados reflejan la creencia general de que cuanto ms se prolongue el tra-tamiento, tanto mayor ser la mejora potencial. Esto 'no es cierto paratoda clase de, pacientes. Hay muchos en los que, pasado cierto lmite,disminuye, la mejora, pues se produce una relacin de dependencia pa-ralizadora, la cual engendra desaliento, resentimiento interior y mina laautoconfianza..-Mientras esas personas siguen en, tratamiento andan co-jeando, apoyadas en .las muletas de la dependencia, esperando a que elpsiquiatra haga-el milagro, y abandonndose a la impotencia para provo-car. en l derroches de mimosidad y aliento. La investigacin no revelalacatstrofe de esos enfermos que pasan' aos .y aos buscando en vanola salud emocional, mientras que sta se debilita con la prolongacin delas mismas relaciones teraputicas. Tampoco nos informan los estudiosde investigacin de que un tratamiento corto bien: llevado puede encen-der, incluso en pocas sesiones, unas chispas que con el correr de los aosalumbran el cambio interior, y hasta incuban alteraciones sustancialesde personalidad que les abren el camino para una autorrealizacin msplena.El problema ms urgente con que se enfrenta hoy da la psicoter.apiaa corto plazo es 'lue an no poseemos una' metodologa adecuada. Apli-camos las mismas tcticas que vemos nos dan resultado en el tratamientolargo a saber: escuchar en estado de relajacin, dejar que surja la, re-lacin hasta transformarse en transferencia, aguardando en actitud ex-pectante a, que el paciente adquiera motivaciones para autodirigirse, y le-vantando capas y capas de resistencia hasta' penetrar en el tesoro del in-consciente. Es dudoso que estas operaciones realizadas en un corto espacioteraputico produzcan el efecto deseado. De hecho, la aplicacin de losmtodos tradicionales del tratamiento largo generalmente dejar al pa-ciente colgado. Al valorar al fin lo que se ha hecho por l, aparecerntodos los desengaos y frustraciones inherentes a una obra interrumpida.

    Es un error frecuente pensar que la psicoterapia breve es cuestin deciertas manipulaciones hechas al tuntn por cualquier principiante o psi-quiatra ms o menos inhbil. No hay cosa ms ajena a la verdad: el tra-tamiento breve requiere una finura aquilatada-por una' sabia experiencia.S610 un psiquiatra formado en toda la gama de la tcnica y curtido conla experiencia teraputica de todo el 'espectro de los problemas emocio-,nales puede conducir al paciente, ms all del mimo y del apoyo, a las

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    f ~ f~~ Tcnica de la psicoterapia 2 9zonas en que germinan los cambios de-personalidad. El .ndce de tole-rancia en la psicoterapia breve es muy reducido, y. el .rnargen de error,mnimo.

    Casi todos los psiquiatras han tratado alguna vez a algn paciente congraves sntomas, el cual al cabo de unas pocas sesiones se calmaba y seorientaba hacia una readaptacin total ms satisfactoria. El final del tra-tamiento no tiene por qu detener el proceso de transformacin del pa-ciente, el cual puede continuar durante el resto de su vida. Esta circuns-tancia no es fortuita: es un acierto del psiquiatra que con su. interven-cin logr liberar las fuerzas constructivas latentes en la persona delenfermo; y esas fuerzas resolvieron la tensin crtica...del ..momento .yes-tmularon la transformacin a fondo de la personalidad. Es difcil definirlo ocurrido retrospectivamente. Y todava ms difcil deducir de esa ex-periencia reglas precisas aplicables a otros casos. De todos modos, quedael hecho de que con un tratamiento acertado el 'psiquiatra puede realizarcambios importantes incluso en pocas sesiones.La cuestin candente es: En qu' consiste ese tratamiento acertado? 'Antes de discutir su tcnica conviene considerar aqu los compromisos

    Iesenciales que habr que hacer para actuar con la mxima eficiencia enla psicoterapia breve ..

    COMPROMISOS ESENCIALES EN LA PSICOTERAPIA BREVE

    1. Conformarse con objetos reducidos.-Los problemas profundos depersonalidad quedan registrados indeleblemente en la sustancia del indi-viduo, y se manifiestan iterativamente sin preocuparse mucho por lo realo razonable. Arraigados en situaciones de la infancia, dominan 'la personaen su totalidad, y pueden perdurar aun despus de comprender el pacienteque son intiles y perjudiciales. Se necesita muchotiempo paradesarrai-gar unos rasgos de la personalidad tan arraigados, y puede ser que tenga-mos que contentamos con el objetivo inmediato de calmar los sntomas.Lo interesante aqu es que en cuanto se produce una modificacinbsica, por insignificante que sea, se desequilibra la-ecuacin adaptacionaly puede dar lugar a transformaciones ms sustanciales. Hasta los cortosintervalos en el tratamiento pueden hacer' que el individuo se permitadudar de ciertas suposiciones, y sa puede ser la se~illa de' otros reajus-tes an ms profundos que abarquen todas ras facetasde la 'adaptaciny todos los elementos que influyen en el ambiente, en las relaciones in-terpersonales y hasta en la misma estructura ntrapsquica. Ni siquieraser necesario que el paciente contine en tratamiento durante ese procesode evolucin. Hay personas que, en cuanto se les .muesrra una nueva ma-nera de mirarse a s mismos y reconocen que sus trastornos presentesPSICOTERAPIA BREVE.-9

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    3 Psicoterapia. brevearrancan de su historia ,pasada, revisan desafiadoramente las' ideas fun-damentales que rrgieron su existencia. Una vez recibido el primer impulsode esta nueva lgica durante unas pocas sesiones psicoteraputicas, lamejora contina por s misma. A veces se produce una reaccin en ca-dena sin, que intervenga, al parecer, ninguna deliberacin consciente, yen virtud de fuerzas que escapan a nuestro conocimiento. La observacinpostclnica puede revelar amplios cambios que apenas se adivinaban alterminarse .el tratamiento y que justifican las ms optimistas esperanzasde xitos equivalentes a los que cabra esperar de haber continuadotratndose al paciente durante un perodo de aos.He aqu los resultados que cabe esperar razonablemente se logren enel.pacente ....rdnaro mediante la psicoterapia breve: a calmar los sn-tomas; b restablecer el nivel ms alto en que se desarrollaba el pacienteantes, de. la. presente enfermedad; e conocer algun-as de las fuerzas queiDiciaron .el trastorno actual; d reconoc:er la existencia de problemasprofundos de personalidad que impiden una mejor adaptacin vital; ereconocer, al menos en parte, que tuvieron origen en experiencias pasa-das y en condicionamientos de la infancia; f reconocer la relacin exis-rente entre los problemas dominantes de la personalidad y la enfermedad'presente; y g) localizar. algunos remedios contra las dificultades ambien-tales y acaso contra ciertos aspectos globales de las distorsiones de lapersonalidad.Es posible que al, terminarse el tratamiento no se advierta en el pa-ciente ms cambio que el restablecimiento a su estado anterior. Pero sise.ha .aplcado debidamente la psicoterapia -desarrollando algo ms quesimples~'tcticas de apoyo-, podemos prever mayores resultados a me-dida que pasa el tiempo y que,el paciente se entrega a las tareas esencia-les que aprendi experimentalmente durante su tratamiento.

    2. Aceptar la intervencin de otros factores curativos. En toda en-trevsta acta una cantidad de influencias adventicias que tienden a fa-cilitar la mejora, condicionada por la fe' del individuo en la agencia a laque recurri pidiendo ayuda. Los factores ms importantes son: la me-dicacin. placebo *, ,el impacto de las relaciones y el poder calmantede la catarsis emocional. Hay otros factores de carcter aparentementeespontneo que fomentan el reaprendizaje y la revisin de valores.Entre stos est el influjo de la sugestin.El. influjo de la medicacin. placebo radica en la fe del paciente de

    que la persona que le .trata posee el conocimiento, los medios y la magiapara remediar sus problemas: acta en toda relacin superor-sbdto Pldoras o medicaciones sin contenido farmacolgico, destinadas a ilusionar al pa-Gmte. (N. del T.)

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    Tcnica de la psicoterapia 3consejero-cliente, mdico-paciente. Las prescripciones particulares debengran parte' de su eficacia a la idea de que deben ayudar en la forma con-creta prescrita por el experto. La sugestin puede operar cambios 'asom-brosos. En la administracin de una droga, por ejemplo, pueden produ-cirse unos efectos sugeridos por el doctor que son diametralmente contra-rios a la reaccin qumica natural de sus elementos. En psicoterapia, lastcnicas concretas que se emplean llevan su dosis de sugestin. Esto eslo que garantiza en un nivel primitivo el xito de la hechicera,' al menosal empezar la cura y antes de reaccionar las resistencias. Con frecuenciainfluye' decididamente en el tratamiento. 'Como las sutiles emanaciones del placebo terminarn por invadirel campo de la teraputica al margen de la voluntad del psiquiatra,im-porta que ni lo exagere ni lo rechace' de plano, sino que lo acepte de buengrado como un aliado. Si el psiquiatra exhibe boyantemente los mritosde su sistema o garantiza la curacin, puede chocar con la resistencia, lacual, una vez que surge, puede decepcionar al paciente y anular' laca-pacidad teraputica del psiquiatra. En cambio, si ste minimiza' su ca-pacidad para curar al paciente, entonces el placebo 'puede' obrar ne-:gativamente, contrarrestando el efecto del tratamiento, La mejor tcticaconsiste en demostrar, sin ostentacin plena confianza en lo que unohace, y en expresar su conviccin de que, si el paciente desea resolver suproblema, puede recibir ayuda en el grado en que l coopere.A diferencia del charlatn y del hechicero, el psiquiatra no puede en-cender la esperanza con su varita ni con su caja mgica. Los hechicerosy curanderos comprenden la necesidad de impresionar a sus clientes de-mostrando ciertos poderes posiblemente supernormales, Tocan un trozo demadera, y florece una llama; pisan sobre pedazos de vidrio que cortaranunos pies ordinarios: as prueban sus credenciales .dvinas...Est.Jmplctala promesa de poner a disposicin del paciente la magia de la curacin.Una vez creada la impresin adecuada, se procede auna.serie de manipu-laciones misteriosas para diagnosticar las fuerzas malvolas culpables delmaleficio principal. Finalmente, despus de confirmar su diagnstico me-diante el orculo divino, el hechicero se pone a convencer a la vctimade su autenticidad. Si diagnostica que la depresin de' un miembro' de latribu primitiva se debe a posesin diablica causada por un espritu ofen-dido, el mago efecta ciertos ritos' expiatorios, pronuncia ciertas frmulasmgicas, y finalmente, como prueba de su eficacia, arranca una' plumaensangrentada de la frente del enfermo, extirpando as los restos 'diab-licos.del invasor. El psiquiatra no puede ganarse al paciente con encan-tamientos y supercheras; pero demostrando su confianza en lo que hace,intenta tambin inspirar fe en sus mtodos, creando as un clima favora-ble al proceso teraputico.

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    3 Psicoterapia breveLas relaciones interpersonales constituyen otra fuerza teraputica im-portante de sentido' auxiliar positivo .. Las personas que experimentan an-gustia o cualquiera de sus equivalentes somticos, o que se sienten presasen lared de defensas contra la angustia, que paralizan su capacidad

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    Tcnica de la psicoterapia 133menos a expresarlos. Si se les anima a desahogarse con una persona queles escucha con inters y condescendencia. y sin -ideaxle castigar, y queno responde a sus revelaciones con comentarios' ni. condenaciones con-vencionales, primero sentirn alivio, y luego empezarn -a revisar su apre--ciacin sobre lo que haban. estado guardando corno un secreto horrible.En clertornodo, es como una especie de confesin en la que ose;atenala culpabilidad al comprobar por la actitud del interlocutor, por sus co-:mentarios alentadores, y acaso por las interpretaciones que sugiere, queuno no es ni tan pecador ni tan .absurd o como se'imagina ser.' Por des-gracia, lleva el paciente dentro una especie de mquina de hacer conflic-tos que le fuerza a seguir vomitando'unay otra rvezrdespus de haberechado, al parecer, cuanto tena en ocasiones anteriores. Con todo, elpaciente puede tranquilizarse lo bastante, al menos temporalmente,paraabordar su tarea diaria sin sentirse abrumado. Poniendo en sus palabrassentimientos amorfos, 'puede ir cobrando el control de s mismo; las cosasque le espantaban van tomando un aspecto diferente. Puede darse .cuentade que sus transgresiones no violan ninguna leydivina y que no es undepravado moral ni un degenerado sin remedio. -Como el airear esos fon-dos kyuda particularmente cuando se hace en presencia de una autoridad.que cuenta con el respeto del paciente, el psiquiatra puede anrnarle ahablar sobre las cosas que le inquietan, acogiendo-sus revelaciones con unaire de simpata y comprensin.Estos tres factores, que intervienen en las entrevistas ordinarias ycontribuyen a incrementar el efecto terap.utico, vienen a reforzarse conotras fuerzas prodigiosas espontneas. As como el cuerpo tiene sus re-sortes de reparacin que funcionan constantemente para rehacer las ave-ras patolgicas, as posee la mente sistemas defensivosr-pesaay contra-pesas que impulsan. constantemente a la persona a adaptarse a los anti- .guos conflictos y a los nuevos problemas. La g,ente trabaja sin cesar-porcurarse psicolgicamente, y a veces 10 logra. An desconocemos lasfr-mulas de esas curaciones espontneas en las que se rectifican las defor-maciones de la personaIidad sin intervencin de la 'teraputica conven-cional. Indudablemente que esas curaciones no se producen en el vaco,sino que pueden atribuirse al reaprendizaje constructivo que ,tiene lugaren la clase al aire libre de la experiencia de la.vida.Nosotros tendemos a minimizar la importancia del reaprendzaje eso'pontneo porque observamos en nuestros pacientes la compulsin iterativaque les impele a manifestar sus conflictos neurticos por ms propicioque sea su ambiente. Mientras que el neurtico contorsiona constantemente la realidad para conformarla con los falsos esquemas-de su pasado, .Iasfuerzas sanas de readaptacin de su ..medioambiente.le .presionan .en .sen-tido contrario. Qu elemento prevalecer en este cuerpo a, cuerpo? De-pende de lo arraigado que estn sus.iconflictos.cde ..su a. conexin. con los

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    134 Psicoterapia breveimpulsos bsicos y de que las circunstancias de la vida renueven las ex-periencias paralizadoras o perjudiciales del pasado. Cuando las condicio-nes favorables superan el miedo que tiene el paciente a salir malparado,y cuando. en virtud de una afortunada relacin humana, cae en la cuentade que estuvo deformando la realidad, puede producirse una verdaderamaduracin de la personalidad. -Podemos aprovechar estos elementos espontneos en psicoterapaiEl psiquiatra puede ayudar al paciente a consolidar sus progresos tera- ,'puticos, ponindose en guardia contra- las distorsiones que el enfermotrata de imponer a su ambiente, animndole a ponerlas en tela de juicio;y apremindole a que aproveche todas las ocasiones que se le presentenen la vida de extirpar los viejos clichs y formar. otros nuevos.Otro.auxiliar del tratamiento es la sugestin. sta funciona en virtudde la propensin de la gentea aceptar las frmulas de las personas com-petentes que les merecen respeto. En el mundo de las comunicacioneses bien conocida la sugestibilidad de las masas y la facilidad con que sedejan llevar por los editoriales, por la opinin pblica y por las de.claraciones de los expertos en la prensa yen las ondas. El psiquiatraaprovecha este recursopresentando al paciente un cuadro de su dinmica.Esas intuicionesque le ofrece reflejan evidentemente las tendencias te-ricas de la escuela a que pertenece. Pero si el paciente las acepta, puedenabrirIe perspectivas diferentes y modos de verse a s mismo ms espe-.ranzadores y saludables. Aun aceptando el hecho de que existen grandesdiscrepancias en nuestras ideas contemporneas sobre la naturaleza hu-mana, conocemos lo bastante sobre el desarrollo de 1 < ; 1 personalidad y lapsicopatologa para aventurar hiptesis razonables sobre los problemas.que- aquejan a .nuestros pacientes. Aunque la comprensin o la intui-cin puede servir primordialmente como. una fuerza placebo o iluso-ria, el sealar las fuentes posibles de sus molestias puede capacitar alpaciente para ponerse a rectificar ciertos puntos de su vida que le causantrastornos y que tienen' remedio.De paso. y haciendo de mentor, inadvertida o deliberadamente, el psi-quiatra puede servirse, de la sugestin para modificar. algunas aprecia-ciones del paciente, readaptando su modo de ver la realidad. Una de lascosas esenciales en una- buena salud mental es una filosofa adecuada dela vida. Para que la psicoterapia d buenos resultados debe abarcar larefundicin de los juicios de valor del. paciente, que le permitan enfocarel pasado desde puntos de vista ms luminosos, el presente con ms

    realismo y el futuro sin complejos ni presentimientos ..Se supone, que en el- tratamiento largo 'los pacientes adquieren esasnuevas apreciaciones por s mismos. Es verdad que las interpretacionesdel psiquiatra 'Contienen determinadas categoras de valor, pero no seapremia al paciente a que las acepte. Esa suposicin es equivocada, pues, : -.

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    por ms pasivo y tolerante que pueda parecer el. psiquiatra, el pa,cienteasimilar muchas de sus apreciaciones por pura sugestin. En edu~acinutilizamos deliberadamente este recurso. Se espera que el alumno ingieralas ideas del profesor, cuyos conocimientos y experiencia le autorizan aensear y adoctrinar. En psicoterapia tenemos la tendencia a .rninimizareste mecanismo educativo, pero existe. Muchos terapeutas estn llegandoa la conclusin de que no slo es beneficioso. el presentar abiertamenteun sistema de buenos valores, sino que es esencial para educar al pacienteen una orientacin vital ms sana.3. Estimular la actividad del psiquiaira. El lanzar anatema contrala psicoterapia breve demuestra pasividad en el psiquiatra. Cuando eltiempo no entra en juego, el psiquiatra puede repantigarse cmodamente

    y dejar que el paciente se abra camino por la jungla lujuriantede supsi-que. Si empleamos la misma tctica en las pocas sesiones,que nos,permiteel .tratamiento corto, de ordinario obtendremos .resultados bien. pobres.Nuestros fallos teraputicos son, con frecuencia, fruto de nuestra faltade actividad adecuada. Por eso es desacertada esa actitud tradicional pa-siva y abstencionista, como tambin lo es la libre asociacin y la cama.Es casi un imperativo el no estar echado durante .las entrevistas ..Naturalmente, hay psiquiatras que preconizan con su autoridad laactitud pasiva. Pero tambin ellos pueden hacer un esfuerzo por entre-garse ms activamente, proponindose como objetivo' un rpido asalto alproblema central y a sus aspectos ms salientes. Si concentramos nuestrofuego, daremos en el blanco con ms seguridad. Al menos impediremosque el paciente desve el curso del tratamiento por cauces estriles.En el tratamiento corto no podemos permitimos el lujo de dejar queel paciente se atasque en la resistencia hasta que se las arregle para.salirpor las buenas. Evidentemente se presentar la resistencia, pero hay queatacarIa rpida, activa y frontalmente antes de que paralice el avance.Una de las cosas ms difciles de ensear a uno que aspira a practicarla psiquiatra breve es que esa actividad en las relaciones con el.paciente,compartindolas como una persona real, y expresando abiertamente suinters, simpata y aliento, es perfectamente lcita. No s .cmo se hacon-vertido la pasividad en sinnimo de la buena psicoterapia, con el resul-tado de que al cabo de 15 20 sesiones. el paciente .no ha avanzado unpaso hacia la solucin de sus' problemas. Con. frecuencia, el. psiquiatrano se da cuenta de su falta de participacin hasta que un supervisor loobserva a travs de un cristal de un solo sentido de transparencia y lellama la atencin sobre su pasividad. Otra cosa es ver si puede remediar-la, pero, segn m experiencia, si' se le estimula a exteriorizar ms su in-ters, a entrar ms apasionadamente en el dilogo, a dejar juego libre a suexpresin facial, a afrontar un consejo donde hace faltay-asugerir 'una

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    3 6 Psicoterapia breveinterpretacin cuando convenga, puede animarse el proceso teraputicolo suficiente para convencer al psiquiatra de que la actitud estoica, im-pasible e inexpresiva, flemtica e Inimaginativa no constituyen necesaria-mente el procedimiento cientfico del tratamiento psiquitrico. Esto nosignifica que el doctor deba' revolucionar su personalidad para practicarla psicoterapia breve. Cada individuo tiene su constitucin diferente. Al-gunos psiquiatras son, por naturaleza, tranquilos y reservados; el dina-mismo no encaja' en su forma de actuar: Peroaun stos pueden ejercerla actividad' esencial estableciendo una relacin de comunicacin y aliento.La actividad' consiste en interesarse por el paciente y por sus problemasvitales inmediatos, no en controlarlos. Tampoco se autoriza con ello alpsiquiatra a llevar ~n palmitas al paciente, a abrazarlo, a decidir por lni a despojarlo en cualquier forma de' su responsabilidad y de su obliga-'cin de actuar, por s.

    4., Aceptar, el. eclecticismo en el mtodo.-Los psicoanalistas tienenun miedo especial a la contaminacin teraputica. Recordando 'la largalucha sostenida por implantar el cdigo analtico, se resisten a autorizarlas tcnicas no analticas, pues las consideran un: retroceso. Con esa' acti-tud intentan eludir la profeca' de Freud de que con el tiempo pudiera sernecesario mezclar el oro del' psicoanlisis con el cobre de los otrostratamientos.La psicoterapia breve' exige una combinacin de elementos teraputi-cos de todos los campos: psiquitrico, psicoanaltico, psicolgico y sociol-gico. A menudo se aplican al mismo paciente tcnicas psicoanalticas, cl-nicas, drogas, hipnosis, teraputica de grupo, psicodramas y otros proce-dimientos para insensibilizar y reajustar: Esta fusin de mtodos, en la quese- aprovechan tcticas de probado mrito de las diferentes escuelas,promete los ms fecundos resultados. Para aplicar ese sistema eclcticonecesita el psiquiatra cierto grado de flexibilidad que le permita rebasarlos lmites de sus tendencias de escuela y experimentar mtodos de es-cuelas distintas de la suya. - ,Aqu chocamos de frente con un prejuicio: qu pasar con mi sistemafavorito si se introducen en' l elementos extraos? Pero puede' tranqui-lizarse pensando qu ninguno de los 'procedimientos psicoteraputcosde nuetros das es sagrado. Todos tienen sus aciertos y sus' fracasos. Dehecho, tenemos el deber con nuestros pacientes' y con nosotros mismosde probar todas las tcnicas que podamos para ver la eficacia o ineficacia'de cada una. ' ' , ,

    Ciertas actitudes rgidas del' psiquiatra pueden entorpecer la exper-mntacn apropiada de la hipnosis, por ejemplo. Yo he practicado lahipnoterapia por muchos aos y he visto que da magnficos resultadosen algunos pacientes. Y, sin embargo, no ha sido fcil convencer a algu-

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    Tcnica. de la psicoterapianos de mis colegas a que la utilicen. Son prejuicios muy arraigados, ali-mentados por el miedo a penetrar en zonas vedadas. Se tiene la ideaextraa de que la hipnosis puede abrir brechas psquicas por las quepuede entrar la tragedia en la psicoterapia. Cuando he logrado convencera algn prudente psiquiatra a. que emplee la hipnosis en determinadospacientes, generalmente termina por descubrir que la hipnosis no es unprocedimiento arbitrario, y que puede abrir la puerta a resultados favo-rables en casos, que parecan condenados al fracaso. Para mayor sorpresa,algunos de estos colegas tan supercautos se corren al extremo de un en-tusiasmo ilimitado por la hipnosis, debido a la sencilla razn de que lesdio resultado en un caso, llevndose as sus prejuicios al polo opuesto.El eclecticismo no autoriza una teraputica a la buena de Dios. Pre-supone una actitud emprica escrupulosa, que prueba el valor de cadamtodo para las variadsimas situaciones con que ha de enfrentarse. elpsiquiatra en su prctica. diaria.

    S. Superar los prejuicios, de profundidad.-Antes de que el psiquia-tra est en condiciones de aplicar con eficacia el tratamiento corto ne-cesita despojarse de ciertos juicios de valor sobre el antagonismo entreteraputica de superficie y de. profundidad. Los psiquiatras tiendena dar sentidos distintos a los niveles de profundidad alaplicarlos al con-tenido de las entrevistas teraputicas. Atribuyen especial virtud al mate-rial referente al pasado, extrado de los fondos del inconsciente y de lasinteracciones transferenciales.. Todo lo dems lo califican de superficial,y de muy poca utilidad para los cambios reales de personalidad. Estasideas son fruto de una aberracin de la sabidura psicoanaltica, segnla cual el nico camino que conduce a la curacin ha de pasar por el sub-terrneo del inconsciente. Yeso a pesar de que la experiencia clnica ha .demostrado que la revelacin del contenido inconsciente no garantiza lamejora del paciente.La psicoterapia no es una industria minera cuyo rendimiento dependaexclusivamente del mineral psquico extrado. 'Es una interaccin huma-na que abarca muchas dimensiones: psicolgica y social, verbal y no ver-bal. Algunos de sus elementos son. tan complejos que apenas pueden ex-presarse en palabras. Cmo describir, por ejemplo, vivencias como fe,esperanza, confianza, comprensin, sentido, recuperacin del do-minio, autorrealzacin y desarrollo de la capacidad de aman? stos

    son elementos psicoteraputicosque flotan en la matriz del cambio. Enla confeccin de la trama de la personalidad no hay ningn hilo ni tejidosuelto: todos van' entretejidos. La revelacin del inconsciente se integraen la gestalt teraputica total, pero no la constituye. .Aunque en la psicoterapia breve slo podemos abordar los elementosinmediatos y aparentes, en ltimo trmino podemos' -tambin influir en

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    138 Psicoterapia brevela profundidad, incluso inconsciente, de la personalidad total. El calory el sentimiento humanos que experimenta el paciente en una entrevistacon un psiquiatra empatizante pueden producir cambios ms profun-dos que veintenas de sesiones con un terapeuta analtico, impasible, ab-sorto en combatir la resistencia. Esto no significa que haya que descui-dar el inconsciente, pues aun dentro de un tratamiento corto cabe desen-terrar y manipular ciertas inhibiciones latentes.

    S EL ECCI N DE CASOSPodr alguno objetar: si unas pocas sesiones pueden inducir poten-cialmente cambios sustanciales, icunto ms eficazmente podr hacerla

    U tratamiento. largo, capacitando al individuo para aplicar a las condi-ciones de su vida ordinaria el tipo de disciplina que garantice un porvenirsano No hay duda de que un plazo largo permite al psiquiatra dominarla resistencia que movilizan algunos pacientes para proteger la retiradade sus neurosis. Tampoco hay duda de que algunos enfermos --como losque tienen tendencias masoquistas-e- perciben un placer deletreoconsus trastornos neurticos y se resisten a renunciar a l con demasiadafacilidad. Aqu el psiquiatra har las veces de centinela, poniendo en guar-dia al paciente contra la presencia y las manifestaciones concretas de suresistencia. Probablemente a estos enfermos les ira mejor el tratamientolargo si pudiramos evitar la trampa de la dependencia y manejar acer-tadamente los elementos transferenciales que una vez' desencadenadosenredan. al paciente en las mallas inextricables de su pasado.Por otra parte, hay peligro de 'exagerar la necesidad que tienen mu-chos pacientes de un tratamiento largo. Podemos dar por' supuesto quetoda persona posee en s misma ciertos resortes y elementos sanos, ea-pacesde-fIorecer y fructificar a poco que se los cultive. Un breve perodode tratamiento puede bastar a poner en marcha el proceso vital.As, pues, la cuestin de la superioridad de la psicoterapia larga sobrela breve pertenece a la retrica. La experiencia ensea que algunos pa-cientes no sacan nada del tratamiento prolongado y les va muy bien conel corto. Hay otros en los que el tratamiento breve no basta a calar lasuperficie de sus problemas y necesitan un perodo prolongado para poderpenetrar unos milmetros. El problema de seleccionar los casos es tanvidrioso como el de utilizar la tcnica apropiada. Es dudoso que podamosfijar la clase de sndromes que responden mejor a cada uno de estostratamientos. En los resultados curativos del paciente influyen otros fac-tores adems de la sintomatologa. Tampoco es posible trazar el plantctico preciso que puede acelerar el tratamiento en todos los casos. Loque da resultado con un psiquiatra y un paciente, puede no darlo con