TIPOS DE PORFIRIAS Y UTILIDAD DEL ANÁLISIS BIOQUÍMICO …
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CURSO DE FORMACIÓN CONTINUADA A DISTANCIA
TALLER DEL LABORATORIO CLÍNICO
TIPOS DE PORFIRIAS Y UTILIDAD DEL
ANÁLISIS BIOQUÍMICO PARA SU
DIAGNÓSTICO.
CURSO 2007 - 2008 Nº 3
I.S.S.N.- 1988-7469 Título: Taller del Laboratorio Clínico Editor: Asociación Española de Biopatología Médica Maquetación: AEBM Fecha de Distribución: Enero 2008
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TIPOS DE PORFIRIAS Y UTILIDAD DEL ANÁLISIS BIOQUÍMICO PARA SU
DIAGNÓSTICO.
María Francisca Calafell Mas, Residente de Análisis Clínicos. Guadalupe Ruiz Martín, Facultativo especialista de área. Servicio de
Análisis Clínicos y Bioquímica. Hospital Virgen de la Salud. Toledo.
1. Introducción:
Las Porfirias constituyen un grupo heterogéneo de desórdenes en la
biosíntesis del grupo hemo. Son deficiencias parciales, genéticas o
adquiridas, de la segunda a la octava enzima implicadas en la síntesis del
grupo hemo (1). Estas perturbaciones conllevan a una acumulación en los
tejidos y a una excreción en exceso de porfirinas y precursores de éstas,
provocando fotosensibilidad en las porfirias cutáneas y manifestaciones
neuroviscerales en las agudas. Cada porfiria tiene un patrón de acumulación
y excreción único. Una vez se instaura la sospecha de porfiria, los análisis
bioquímicos fácilmente detectan porfirinas y sus precursores en sangre, orina o
heces (2). Los genes que codifican a las enzimas han sido determinados y
mutaciones en dichos genes han sido identificadas en pacientes con porfiria.
Aunque las porfirias son trastornos poco comunes, deben tomarse en
consideración. Los ataques agudos están asociados a elevada morbilidad y
mortalidad (3). El diagnóstico debe ser rápido y apurado, sobre todo en las
porfirias neuropsiquiátricas, con el fin de instaurar tratamiento lo antes posible.
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No todos los portadores genéticos desarrollan la enfermedad. Los factores
ambientales juegan un papel importante.
2. Clasificación:
Existen varias maneras de catalogar las porfirias. Históricamente se dividían en
eritropoyéticas y hepáticas (Figura 2). Desde el punto de vista
dermatológico pueden clasificarse en porfirias cutáneas y no cutáneas.
Clínicamente, pueden dividirse en agudas y no agudas dependiendo de los
signos y síntomas. Hoy en día estos desórdenes se definen también a nivel
molecular, según las deficiencias enzimáticas.
2.1 PORFIRIAS NO AGUDAS:
Las porfirias no agudas son la Porfiria cutánea tarda (PCT), Protoporfiria
eritropoyética (EPP), Porfiria eritropoyética congénita (CEP), y la
Porfiria hepatoeritropoyética (HEP). Todas ellas manifiestan síntomas
cutáneos, como fragilidad, ampollas, hiperpigmentación e hipertricosis. La
fotosensibilidad comienza en la infancia, afecta a las áreas expuestas al sol y
es peor en primavera y en verano (2). Cuando las porfirinas absorben la
radiación UV (λ=400nm), se encuentran en estado excitado. La energía se
libera en forma de fluorescencia formando especies reactivas de oxígeno que
ocasionan daño celular.
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2.1.1 Porfiria Cutánea Tarda:
Es la más común de todas las porfirias, inclusive en nuestra área. Se manifiesta
tras la cuarta década con síntomas cutáneos y hepatopatía crónica. La
deficiencia, adquirida, (la mayoría de veces) en la 5ª enzima,
uroporfirinógeno descarboxilasa (URO-D), es la responsable de la
enfemedad (1). Distinguimos dos tipos, PCT tipo I o esporádica y PCT tipo
II o familiar.
Figura 1. Biosíntesis del grupo Hemo y porfirias. ALAD (ALA-dehydratase porphyria), PIA (acute intermittent porphyria), CEP (congenital erythropoietic porphyria), PCT (porphyria cutanea tarda), HEP (hepaerythropoietic porphyria), HCP (hereditary copropoirphyria), VP (variegata porphyria), EPP (erythropoietic protoporphyria). ALA (ác. 5-aminolevulínico), PBG (porfobilinógeno), HMB (hidroximetilbilano), Uro’gen (uroporfirinógeno), Copro’gen (coproporfirinógeno), Proto’gen (protoporfirinógeno).
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El 80-90% de los casos de PCT son de tipo I. La deficiencia enzimática se
expresa exclusivamente en el hígado. El alcohol, el hierro, los estrógenos, la
herencia de mutaciones específicas como (C282Y y H63D) en la
hemocromatosis, hemodiálisis en pacientes con insuficiencia renal crónica y
productos químicos (hexaclorobenceno) son factores precipitantes o
predisponentes de la PCT. Se asocia con hepatitis C (3). El resto de casos, del
10-20%, son porfiria tipo II o familiar. La deficiencia enzimática se expresa en
todos los tejidos. Eleva el riesgo de carcinoma hepatocelular en pacientes con
enfermedad hepática crónica.
La afectación del hígado en la PCT va desde elevaciones en las transaminasas a
cirrosis, que puede progresar a hepatoma. La siderosis hepática es típica en
estos pacientes, y la concentración de ferritina está incrementada.
Bioquímicamente, el análisis de la orina de 24 horas refleja un aumento de
uroporfirinas y 7-carboxilporfirinas. La presencia de isocoproporfirinas
en heces es diagnóstico tanto de PCT como de HEP (Figura 3) (1).
La actividad UROD en eritrocitos se reduce en un 25% en pacientes con PCT, y
ello sugiere PCT tipo II o familiar. En la tipo I, sólo la UROD del hígado está
disminuída.
2.1.2 Protoporfirira eritropoyética:
En pacientes con EPP la actividad de la ferroquelatasa, último enzima en la
ruta de síntesis del grupo hemo, está reducida de un 10-50%. Esta enzima
cataliza la reacción de incorporación del ión ferroso (Fe2+) a la protoporfirina
para la producción del grupo hemo (1). Desde el punto de vista clínico, la
fotosensibilidad aguda aparece desde la infancia (3). Los síntomas cutáneos
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(sensación de quemazón, eritema, edema..) aparecen tras pocos minutos de la
exposición solar. La severidad de la enfermedad se correlaciona con la cantidad
de protoporfirinas circulantes provenientes de los eritrocitos. En un 20-30%
de los casos se manifiesta hepatopatía y en menos del 5% de casos aparece
colelitiasis como consecuencia de la acumulación de protoporfirinas en
estructuras hepatobiliares (1).
Bioquímicamente se detcta un masivo incremento de protoporfirinas en los
eritrocitos. La excreción urinaria de porfirinas es normal, pero la excreción de
protoporfirinas en heces está aumentada en pacientes sintomáticos.
2.1.3 Porfiria eritropoyética congénita:
Es una enfermedad muy rara, sólo hay reconocidos 150 casos (1). Es
consecuencia de la disminución de la actividad de la uroporfirinógeno III
sintasa (UROS), cuarto en la cascada de biosíntesis del grupo hemo. Muchas
mutaciones han sido descritas en pacientes con este desorden. La CEP se
manifiesta tras el nacimiento, con fotosensibilidad cutánea severa, que en casos
extremos conlleva a deformaciones en las partes del cuerpo expuestas al sol,
como las manos, orejas y nariz.
Bioquímicamente, la acumulación de uroporfirina I en eritrocitos, plasma y
orina es diagnóstico. Las coproporfirinas fecales, principalmente la isoforma I,
también están elevadas, pero no está presente la isocoproporfirina. En el
eritrocito la actividad de UROS está disminuída y ello puede usarse también
como diagnóstico.
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2.1.4 Porfiria hepatoeritropoyética:
Variante autosómica recesiva de la PCT, causada por la deficiencia radical de la
UROD (1). Los síntomas cutáneos, que incluyen ampollas, prurito,
hiperpigmentación, e hipertricosis, se acompañan de anormalidades
hematológicas y hepáticas que pueden llegar a parecerse a la CEP.
El diagnóstico se basa en la excreción de urinaria elevada de uroporfirinas,
porfirinas heptacarboxiladas, coproporfirinas fecales e isocoproporfirinas. En
los eritrocitos encontramos aumento de zinc-protoporfirinas.
Porfirias agudas Gen y locus Herencia Aspectos importantes Porfiria aguda intermitente (PAI)
Porfobilinogeno desaminasa; 11q24.1-q24.2
Autosómica dominante
Porfiria más común en el mundo, no síntomas cutáneos.
Porfiria variegata (PV)
Protoporfirinogeno oxidasa; 1q22-23
Autosómica dominante
Mutaciones identificadas en Sur África y Chile. Pueden padecer síntomas cutáneos.
Coproporfiria hereditaria (HCP)
Coproporfirinogeno oxidasa; 3q12
Autosómica dominante
Rara, síntomas cutáneos pueden ocurrir.
Porfiria deficiente ALAD
ALA deshidratasa; 9q34
Autosómica recesiva
Muy rara, (<10 casos descritos en el mundo)
Porfirias no agudas Gen y locus Herencia Aspectos importantes Porfiria cutánea tarda (PCT)
Uroporfirinogeno descarboxilasa ; 1p34
Autosómica dominante
Porfiria más extendida en el mundo; existe la forma hereditaria y adquirida.
Protoporfiria eritropoyética (EPP)
Ferroquelatasa; 18q21.3
Autosómica dominante
Un 5% de los casos puede desarrollar enfermedad hepática severa. Se han dado casos de herencia autonómica recesiva.
Porfiria eritropoyética congénita (ECP)
Uroporfirinogeno III sintasa ; 10q25.3-q26.3
Autosómica recesiva
Curso clínico severo, mutilaciones, anemia hemolítica, deposiciones de porfirinas en huesos y dientes.
Porfiria hepatoeritropoyética (HEP)
Uroporfirinogeno descarboxilasa ; 1p34
Autosómica recesiva
Variante homocigota PCT; fotosensibilidad muy elevada
Figura 2. Clasificación porfirias: agudas y no agudas.
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3. PORFIRIAS AGUDAS:
Las porfirias agudas son cuatro, dos neuroporfirias (Porfiria aguda intermitente
y Porfiria deficiente de ALAD) y dos neurocutáneas (Porfiria Variegata y
Coproporfiria hereditaria). Los ataques agudos no distinguen clínicamente
una porfiria de otra, además pueden mimetizar otras patologías médicas o
psiquiátricas conduciendo a un error en el diagnóstico (5). Las manifestaciones
clínicas aparecen tras la pubertad y son más frecuentes en mujeres. El
diagnóstico debe ser confirmado rápidamente mediante la demostración de la
elevación en orina de los niveles de porfobilinógeno (PBG) y/o ácido 5-
aminolevulínico (ALA), y porfirinas totales (4). El PBG y ALA son neurotóxicos
y se excretan desde el hígado tras inducción de la síntesis del grupo hemo. La
instauración de tratamiento temprano mejora el pronóstico y puede prevenir el
desarrollo de alteraciones neurológicas severas. Se recomienda la identificación
de los riesgos relativos a través de estudios enzimáticos o genéticos. El 80%
de los portadores de la mutación en el gen para PAI, PV, y HCP permanecen
asintomáticos.
La prevalencia es de aproximadamente 5 casos por 100.000 personas (4). La
PV y, en menos proporción la HCP, presentan manifestaciones cutáneas
idénticas a las que aparecen en la PCT.
3.1 Manifestaciones clínicas:
La sintomatología durante el ataque agudo es muy variada. Las características
que nos deberían hacer sospechar son, el dolor abdominal, vómitos, náuseas,
estreñimiento, diarrea, síntomas neuropsiquiátricos (histeria, ansiedad,
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depresión, fobias, agitación, delirio, insomnio, hiporeflexia, debilidad muscular),
síntomas cardiovasculares (taquicardia, hipertensión arterial), hiponatremia
(neurotóxica o por secreción inadecuada de la hormona antidiurética), dolor
asociado a fase lútea o ciclo menstrual, o el reciente uso de fármacos que
pueden exacerbar la porfiria (4,6).
La tríada del ataque agudo es dolor abdominal, neuropatía periférica, y
cambios en el estado mental (6).
La patogénesis de estos síntomas no está muy clara. Los radicales libres, la
toxicidad directa del ALA y PBG, la deficiencia del grupo hemo en el tejido
nervioso podrían explicar los posibles mecanismos de acción (3).
Los ataques agudos a menudo suceden tras la exposición a factores
precipitantes exógenos que incrementan la demanda del grupo hemo
hepático y estimulan la ALA sintasa. Los más comunes son drogas ilícitas
(anfetaminas, cocaína), hormonas sexuales como la progesterona, estrés
metabólico por infección o ingreso, anticonvulsivos, alcohol, tabaco, y dieta
baja en calorías. Cerca del 1% de los ataques agudos son fatales. La
deficiencia enzimática, común en cada desorden, predispone a la afectación
de dichos factores.
3.2 Laboratorio y diagnóstico:
Los pacientes con dolor abdominal u otros hallazgos sugestivos e historia
familiar de porfiria aguda deben ser explorados. Los resultados del
laboratorio, que son la base del diagnóstico inicial, deben ser revisados. El
tratamiento si se confirma, conviene ser iniciado inmediatamente tras exclusión
de otras causas de los síntomas como apendicitis o pancreatitis. El algoritmo
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(Figura 3) de diagnóstico de porfirias se basa en comprender qué precursores
de porfirinas se espera encontrar, dependiendo de la hidrosolubilidad, en orina
o heces cuando se evalúa una porfiria aguda (6).
Las determinaciones en orina de 24 horas son el método de elección en la
fase sintomática. La orina suele ser de color oscuro. Las muestras deben
protegerse de la luz, si se exponen a ésta, la concentración de porfirina
disminuye un 50% en 24 horas (6). El diagnóstico debe ser confirmado
mediante repetidas mediciones de porfirias en orina mediante HPLC
(cromatografía líquida de alta resolución). Las determinaciones en suero se
reservan para los pacientes con disminución de la función renal (4). Además
puede medirse la actividad de la porfobilinógeno desaminasa (PBGD) en los
eritrocitos.
Como consecuencia de la disminución de la PBGD los ataques agudos van
asociados al incremento en orina de PBG y/o ALA (6). Entre ataques, sin
embargo, las concentraciones de PBG y ALA son normales. Los niveles de
PBG, ALA, y porfirinas totales en orina, heces y suero son, también, normales
en la mayoría de portadores asintomáticos de porfirias agudas. Durante la fase
sintomática el PBG urinario aumenta de 20 a 200 mg/día (valores de
referencia de 0-4 mg/día), y la excreción de ALA se eleva aproximadamente a
la mitad, 10-100 mg/día (0-7mg/día) (4). El método de Mauzerall-Granick y
otros parecidos son los más usados para la cuantificación de estos dos
precursores. Se basa en el uso de columnas con resinas aniónicas y catiónicas.
El PBG se queda retenido en la aniónica y el ALA en la catiónica. Luego se
forma un producto rojo intenso (ALA/PBG-reactivo de Ehrlich*) que es medido
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espectrofotométricamente a 553 nm. Se trata de un método rápido y que se
puede usar en rutina (4).
Para diferenciar entre sí las porfirias agudas sabemos que los niveles de ALA y
PBG disminuyen más rápido tras los ataques agudos en la PV y HCP que en la
PAI. Si sólo aumenta el ALA y los niveles de PBG son normales podría tratarse
de la porfiria deficiente en ALA (ALAD).
* reactivo de Ehrlich=4-dimetilaminobenceno diluído en ácido acético y ácido
perclórico.
3.2.1 Porfiria Aguda Intermitente:
Aunque todas las porfirias agudas son raras, la porfiria aguda intermitente (PAI)
es la más común (3,6). La deficiencia en la porfobilinógeno desaminasa
(3er enzima cascada síntesis hemo) es parcial, y ello predispone a padecer la
enfermedad. Se han descrito más de 200 mutaciones en el enzima pero a pesar
de ello, las manifestaciones clínicas entre los pacientes de PAI son uniformes
(7). La identificación de la mutación conocida a nivel de DNA es suficiente para
el diagnóstico en jóvenes asintomáticos. Los niveles de PBG en orina tienen un
valor predictivo. Sin embargo el valor del análisis de DNA está limitado si no
conocemos la mutación enzimática. Los pacientes con PAI no padecen
fotosensibilidad. Clínicamente la enfermedad se manifiesta tras la pubertad
con los signos típicos de porfiria aguda. Tras la recuperación de un ataque de
PAI los niveles de PBG y ALA permanecen elevados, excepto tras tratamiento
inmediato.
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3.2.2 Porfiria Variegata:
La porfiria variegata se caracteriza por una deficiencia en el séptimo enzima, la
protoporfirinógeno oxidasa (POX), y por una serie de manifestaciones
cutáneas (en un 40% de los pacientes) como fragilidad en la piel y
fotosensibilidad. Los síntomas en la piel clínicamente no pueden diferenciarse
de los observados en PCT. Asimismo los ataques agudos se parecen mucho a
los de la PAI. El diagnóstico se basa en la elevación de los niveles de ALA y PBG
y por un hallazgo constante en este tipo de pacientes, la elevación de las
protoporfirinas y coproporfirinas en heces, sobre todo las primeras.
3.2.3 Coproporfiria hereditaria:
Es muy rara, se define por la deficiencia en la coproporfirinógeno oxidasa
(sexto enzima en la cascada). Las manifestaciones clínicas y hallazgos de
laboratorio son parecidos a la PV. Sin embargo, bioquímicamente la
distinguimos por una elevación de las coproporfirinas en heces superior a la
observada en la PV. Las protoporfirinas también están incrementadas pero no
tanto.
3.2.4 Porfiria deficiente en la ácido δ-aminolevulínico deshidratasa:
Desorden extremadamente raro, sólo hay 7 casos descritos en el mundo.
También se la conoce con el nombre de plumboporfiria. Se caracteriza por la
deficiencia en la ALA-deshidratasa (4,5). Existen otros motivos de carencia
de este enzima como es el caso de toxicidad por plomo o tirosinemia, que
habrá que descartar. Bioquímicamente sólo se encuentran incrementados los
niveles de ALA en orina.
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Figura 3. Algoritmo de diagnóstico de porfirias basado en la bioquímica. ZnPP (Zinc protoporfirinas), PBGD (Porfobilinógeno desaminasa), UROI (uroporfirinasTipo I), RBC (góbulos rojos, “red blood cells”).
4. TRATAMIENTO:
El tratamiento depende del tipo de porfiria, en concreto si es aguda o crónica.
La terapéutica de las porfirias cutáneas es mayoritariamente preventiva. En
general, se debe evitar la exposición a luz UV, llevar ropa que proteja del sol y
la aplicación de protectores solares es crucial para prevenir y tratar (5).
En la PCT, repetidas flebotomías ,500ml 1-2 veces cada semana hasta
remisión. Ésta, se consigue tras la extracción de 4-10 litros de sangre. Con ello
se reducen los depósitos de hierro, disminuyen las concentraciones de ferritina
en suero y porfirinas en orina clínica (2). La cloroquina (antimalárico) también
se usa en pacientes con PCT, acelera la excreción de uroporfirina e inhibe la
síntesis de porfirinas, además reduce la fotosensibilidad. Resulta útil si las
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flebotomías están contraindicadas. En el caso de EPP, los β-carotenos
mejoran los síntomas y reducen la fotosensibilidad. Deben ser administrados de
febrero a octubre. Los pacientes con CEP deben someterse a frecuentes
transfusiones de sangre para suprimir la sobreproducción eritropoyética de
porfirinas. El transplante de médula ósea puedes ser útil en casos severos (1,2).
Un ataque de porfiria aguda, en cambio, requiere la hospitalización
inmediata del paciente para evaluar y tratar el dolor severo, las náuseas, la
administración de soluciones intravenosas con electrolitos, glucosa y hematina.
La medicación que toma el paciente debe ser revisada para identificar posibles
fármacos contraindicados. La mortalidad es significativa a pesar de los avances
terapéuticos, hoy en día alrededor del 2% (1).
El trasnsplante de hígado en caso de porfiria hepática severa (PAI, PV) puede
ser curativo, pero no se contempla como tratamiento (2,5).
La infusión de glucosa reduce la síntesis de porfirinas hepáticas. Es una medida
terapéutica útil en el caso de ataques suaves.
La terapia con hematina, es la más eficaz para ataques severos y largos.
Reprime la actividad de la ALA-sintasa y disminuye la superproducción de ALA
y PBG. Para la mayoría de los ataques agudos el inicio del tratamiento debe
ser muy temprano (1, 2, 3, 4, 5, 6). De esta forma la mejoría es rápida, en 1
o 2 días. Cuando el tratamiento se retrasa, los daños neurológicos pueden estar
muy avanzados y la recuperación es más lenta. El tratamiento de más de 4 días
debe ser considerado. Los síntomas crónicos, los que persisten entre los
ataques, raramente responden a hemina. Hoy en día hay varias preparaciones
vía intravenosa disponibles, Panhematin®, Abbott. En Europa tenemos
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Normosang®= “hemo arginato” compuesto de hemina humana y L-arginina.
Las ventajas con respecto de la hemina, es que la estabilidad y la solubilidad se
ven incrementadas. En contraste con otras preparaciones no produce flebitis
cuando es inyectada y los efectos adversos son menores. Se puede administrar
durante el embarazo. La perfusión es rápida, 15-20 minutos, y la dosis es de
3mg/kg de peso corporal/ día durante un período de 4 días. Excepcionalmente
se puede alargar hasta 7 días si el ataque agudo no cesa.
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
1.P. Poblete Gutiérrez, T. Wiederholt, H.F. Merk, J. Frank. The porphyrias:
clinical presentation, diagnosis and treatment. Eur J Dermatol 2006; 16 (3):
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2.Shigeru Sassa, MD, PhD. Understanding the porphyrias. www.uptodate.com
(marzo 2007).
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Claus A. Pierach, MD; Neville R. Pimstone, MD; and Robert J. Desnick, PhD, MD.
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Intern Med. 2005; 142: 439-450.
5.Raili Kauppinen. Porphyrias. Lancet 2005; 365: 241-252.
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6.Heydy L. González-Arriaza, M.D, J. Michael Bostwick, M.D. Acute Porphyrias:
A Case Report and Review. Am J Psychiatry 160:3, March 2003.
7.Raili Kaupinnen, Michael von und zu Fraunberg. Molecular and biochemical
studies of acute intermittent porphyria in 196 patients and their families. Clinical
Chemistry 48:11 1891-1900 (2002).
CON LA COLABORACIÓN DE: