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Revista Político-cultural 1 Extra

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  • FULGOR y MUERTE

    DE FRANCISCO FRANCO

    "El humor, en cuanto que triunfo paradjico del principio de placer sobre las condiciones reales en el momento en que se las considera ms desfavorables, est destinado de forma natural a adquirir un valor defensivo en la poca sobrecargada de amenazas en que vivimos." Andr Breton: Lmites no fronterizos del surrealismo.

    LA TENTACION DEL MANDO

    En cierto sentido, Franco nace el primero de octubre de 1936. Su infancia poco feliz, su adolescencia incmoda, la guerra de Marruecos, la ansiedad no explcita pero real por descifrar su vaguedad en un mundo de imgenes rotundas, la academia, el cuartel, A frica, le dejan un rastro de imposiciones personales, de riesgos aceptados y apuestas con lo nico que tiene; su propia vida contra su propia muerte. El continuo desafo al riesgo centra una imagen, difusa para los dems, de deslumbrante claridad para s mismo. El es lo importante. Ser es lo importante, igual que lo es para el hombre invisible de Welles recuperar su cuerpo. Para nacer, para nacer de verdad, Franco necesita una encarnacin satisfactoria. Y lo consigue. Franco nace con el poder. Tres aos de guerra. Franco espera, avanza despacio. En las tertulias de Sevilla, Cceres y Salamanca, evoca nostalgias africanas con los oficiales que le rodean y entre recuerdo y ancdota ordena ejecutar a su primo y gran amigo de la infancia, el comandante Puente Bahamonde, por ser fiel a la repblica. Todas las guerras son la guerra de Africa. Tanto, que un general alemn dir que Franco no es capaz de tener ms de una brigada t la vez en la cabeza. Un oficial colonial sabe cmo debe dejarse un territorio ocupado. "Despus de cada uno de mis xitos,

    Luis Ramrez disminuir el nmero de rojos que tengo ante m y tambin detrs de m", le ha dicho a Cartalupo, embajador de Mussolini, que no de Italia. Primera clave de su continuidad. Franco, entrenado en doblegar kabilas y reducir huelguistas (J 917, 1934), pacifica a medida que avanza. Mlaga queda pacificada; Badajoz, pacificado. A distancia, pacfica Gernika. La paz se asienta sobre la tierra muerta. Una tierra en la que durante muchos aos slo germinar la planta de su poder atroz. Es el ms hbil porque es el que mejor sabe esperar. La guerra no solamente le va dejando sin enemigos, sino tambin, feliz combinacin, le va dejando sin amigos: Sanjurjo, Mola, Jos Antonio Primo de Rivera ... Sus emisarios a Roma y Berln llegan antes que los de Mola. Gil Robles se exilia. Fal Conde es silenciado. El segundo jefe nacional de la Falange, Hedilla, es condenado a muerte y conmutado. La polti.:a es una somera administracin de las ciudades ocupadas y la ley marcial reglamenta detalladamente los derechos humanos. El levantamiento contra la anarqua republicana y para restablecer el orden, primer pretexto, es luego respuesta al comunismo internacional; el golpe rpido se prolonga en guerra civil; el reajuste poltico es la directa y brutal imposicin de clase. A una situacin prerrevolucionaria responde la trituracin del movimiento obrero y las organizaciones y aspiraciones populares; el 18 de julio se est trasladando de fecha a smbolo y Franco de compaero a jefe. La operacin de recubrir la descarnada violencia de la lucha de clases de cierta ideologa legalista, moralizadora, de salvacin de la patria, empuja a la transformacin del texto. La guerra de clase deviene Cruzada. Franco tiene paciencia y ambicin, dos condiciones fundamentales para triunfar en el debate armado. La paciencia le permite regular la ambicin y la ambicin

    encauzar provechosamente la paciencia. La Junta Militar no se inclina, en principio, por el mando nico y el general Cabanellas es particularmente reacio al mando nico y ejercido precisamente por Franco. La propuesta de Kindeln, que cree que a travs de Franco se restaurar la monarqua, se atasca. Nicols Franco organiza la calle y rodea las sesiones de trabajo de los generales con gritos de "Franco, Franco, Franco". Falange est con Franco y es la fuerza poltica con ms resortes en la retaguardia. Los gritos de "Franco generalsimo" matizan con aspereza la reunin de Salamanca. La Junta vacila. Kindeln presiona y Nicols dirige el dispositivo popular de apoyo. Los generales aceptan. Se propone: Franco, generalsimo de los ejrcitos. El texto es ms completo: Franco, jefe del gobierno del Estado espaol. Cuando el motorista que enva Nicols llega a la imprenta, el documento dice: Franco, jefe del Gobierno y del Estado espaol. Franco ha nacido. El pequeo general triunfa entre sus pares. Del conjunto de contradicciones surge el Bonaparte que proteger los bienes de la clase dominante a cambio de la instauracin de su poder. Franco, por primera vez, se encuentra con su vida y se har proteger del riesgo. Novio de la muerte desde 1920 --creacin de la Legin- no la dir el s definitivo hasta noviembre de 1975, en el ms largo "romance" de la historia. Franco es el novio de la muerte, recordemos su agona, que ms largas ha dado a las nupcias en lo que alcanza la memoria. La accin para restablecer el orden, luego respuesta al comunismo internacional, es ya la lucha inacabable por Espaa contra la Antiespaa, por Dios contra la barbarie, por el orden contra el abismo, por la serenidad contra las pasiones, por la jerarqua contra la anarqua. Para tan descomunal enfrentamiento no es suficiente un conglomerado de fuerzas, gene-

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  • rales, jefes polticos y jerarcas religiosos. Se necesita una cabeza nica que asuma un mando riguroso para ejercer un poder sin concesiones. La necesaria unidad de poder para encarnar la unidad de necesidades coincide con el personaje. Franco no tiene ataduras polticas, se ha comprometido poco, es ambicioso, no tiene criterios elaborados sobre casi nada, salvo su profesin y la concepcin cuartelera del universo, carece de ideas que determinen su actuacin, como lo prueba su historia en una poca de fuertes tensiones polticas incluso en el seno del ejrcito. Los conjurados dicen sobre este monrquico sin fe y republicano sin conviccin, que organizarn el levantamiento "con Franquito y sin Franquito". En su nacimiento no influye ms que el dato personal, al fin y al cabo como en el resto de los nacimientos del mundo. El hecho de que l naca ya general, con las implicaciones inevitables que supone tal estado, es lo que da carcter excepcional al personaje. Le caracteriza la frialdad con que ejecuta sus designios y las rdenes recibidas; la fidelidad a esos valores que son las transposiciones ideolgicas de los intereses de la clase dominante; la concepcin jerarquizada de la sociedad, la empresa y el mundo en general; la indiferencia por los seres humanos en tanto que tales, que no es solamente una presuncin deducida de su vida, sino incluso confirmada en textos como el "Diario de una Bandera". Franco, tan poco terminante, tan provisional fisica e intelectualmente que slo en el mando se realiza de alguna manera, es el instrumento ideal para responder a las necesidades polticas y ejecutivas -incluso en el sentido ms siniestro del trmino-- de la clase dominante; que, adems, puede ofrecerle todo el mando que quiera, todo el poder que sea capaz de suministrarse dentro del mbito determinado del vicariato poltico que ejerce, mbito extenso pues la salvacin se paga teniendo que tolerar los excesos del salvador. La respuesta de la clase dominante al poder creciente del proletariado en el Estado espaol tiene que ser contundente para ser eficaz, y tiene que ser eficaz para ser rentable. Slo una rgida utilizacin de la mano de obra, lo que se llam estricta disciplina laboral y poltica, puede permitir una brutal acumulacin de capital y poder a los ritmos y con la libertad de accin con que se desarroll en la Espaa de Franco. A su favor juega el inevitable aplastamiento de un gobierno republicano que malbarata el esfuerzo heroico de un pueblo mal armado. Actividad poltica y lucha en los frentes no pueden sumarse pues son cantidades heterogneas. El resultado est marcado en las barajas usadas. En la pugna entre la propuesta de democracia como soporte poltico de la dictadura de clase del capital y la tentacin de esa misma dictadura de clase directamente impuesta a travs del rgimen poltico-

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    militar, la victoria, en ese momento concreto, ofrece pocas dudas. Entre otras varias razones ponlue a la tercera opcin, la toma del poder revolucionario en el curso de la guerra civil, juegan pocas fuerzas del interior y ninguna potencia internacional. Ninguna. El nacimiento de Franco no es un azar, es una necesidad. El que sea Franco y no otro es consecuencia de sus condiciones personales. Aceptado el mando supremo, toma de posesin. Franco avanza una declaracin de principios a la que podr ser fiel durante cuarenta aos por qu no?: "El trabajador tendr una garanta absoluta, evitando su servidumbre al capitalismo (quienes han fmanciado la guerra civil, aplauden, "me imagino) o que organizado como clase avanzada, adopte los tintes combativos y amargos que, implicando una rebelda ineficaz, le inhabilitan para colaboraciones conscientes." "En el aspecto agrario, la creacin del patrimonio familiar ser realzada por la adecuacin del cultivador a la tierra, sin incorporaciones de siervos, ni por medio de ficticias manifestaciones que slo sirven en el plano de la hiptesis, sinerced a la ayuda directa y constante, que, a la par que independiza al campesino, produce un bienestar general ... " Queda inaugurada la era histrica de la retrica sombra. Sombra en su doble acepcin de oscura y de amenazadora. Porque tambin anuncia: "La implantacin del ms severo principio de autoridad que implica este movimiento no tiene excl usivo carcter militar ... "

    LA PASION DE LA FUERZA

    Franco se ha impuesto sobre s mismo y sobre los dems. Ha vencido. Amoldar el pais a sus medidas. No hay, por otra parte, contradicciones impotantes entre las necesidades de las clases vencedoras y la imposicin personal de su modo de ejercer el poder. No las habr, y an de manera parcial, hasta las proximidades de su muerte. Aceptar las modificaciones formales de su autoridad que sean estrictamente necesarias para mantener su poder. Surge a su alrededor, no de l, la ideologa del alzamiento; l aportar la prctica despiadada de la fuerza. Su poder personal se teir de la ideologa del alzamiento y la ideologa del alzamiento de su prctica personal del poder para dar forma al franquismo como ejercicio poltico especfico de la dominacin de clase. La ideologa del alzamiento recubre as la osamenta plural de los intereses que lo originaron, incluidas opciones contradictorias. El doctor Frankenstein ha aprendido la leccin. El rostro del poder no puede ser nicamente un manojo de cables de intereses conectados con la fuerza bruta del sistema, sino que debe dotarse de apariencia humana. En toda ideologa de la salvacin figura como pieza esencial la figura del salvador. Ni hay salvacin sin salvador, ni

    a nadie puede llamarse salvador si no se ha producido salvacin. A veces, el mecanismo se escapa al delirio de los idelogos desbocados. Pemn escribe en pleno xtasis: "Una nueva guerra de la Independencia, una nueva reconquista, una nueva expulsin de los moros!" en el mismo instante en que Franco es alzado al poder sobre un ejrcito de moros. Franco no tiene vida intelectual y sus recursos de ocio representan la lnea media de la mediocridad reflejada en los cuarenta aos de franquismo an no superados. Rodeado de un culto desorbitado, de una competicin en los halagos que suponen un salvoconducto para tareas ms rentables a la sombra de los adjetivos en flor, Franco acepta la posibilidad de una gasolina fabricada con hierbas porque es obsequio personal de un admirador que se la vende a buen precio, hace su apologa en "Raza" o dice de s mismo a travs de unas declaraciones sobre Ptain: "Le conoc en Marruecos cuando yo todava era un joven teniente coronel y l ya un veterano mariscal de Francia ... aunque nos distanciaban los aos y algunas veces las opiniones, por las distntas caracteristicas de nuestros ejrcitos que cada uno de nosotros pareca encarnar. .. " Representa la raza, el espiritu espaol, el imperio americano, a Dios mismo como la cuarta persona de una trinidad con estrambote. Nada mermar su poder ni sus planes, sea lo que sea lo que tenga que pagar por ello el pueblo, ese pueblo sobre el que se ha tallado un pedestal en carne viva. Le ronda, con el imperio, la dinasta? "Los csares son generales victoriosos" se escribe en las paredes, y despus, quiz nostalgia de Franciscos con un nmero romano, su primer nieto varn ser cambiado de apellido para que pueda llamarse tambin Francisco Franco. La imaginera no descansa: "En trance de comparaciones cabe acaso fijar la figura de Francisco Franco en tiempo, edad o poca feliz? .. Torpeza sera situarle a la altura de Alejandro Magno, de Julio Csar, del Condestable de Borbn, de Gonzalo de Crdoba o de Ambrosio de Spnola. Francisco Franco, el de la mejor espada, pertenece a las huestes de vanguardia del providencial destno. Es el hombre de Dios, el de siempre, el que aparece en el crtico instante y derrota a los enemigos, proclamndose campen de la milicia del cielo y de la tierra." Era 1949, s, pero en 1963: "La doctrina del poder tiene en el caso espaol un algo de mgico y de milagroso, un algo verdaderamente singular... El saba en 1940 cul sera la Europa de 1945, cual el mundo de 1963 . . . El asombroso Franco ser, no lo duden, el hombre capaz de entroncar con el linaje de Carlomagno en esa historia que se escribir seria y honradamente el da de maana." (Arriba). O no se entronc o no se ha escrito an seriamente o todava no es el da de

  • maana. Porqu ninguna afirmacin es cierta y ningn reconocimiento se ha producido, sino ms bien todo lo contrario. El hbito de la falsificacin para la sacralizacin alcanza cotas delirantes. El producto histrico de un profundo y crispado conflicto de clases, alzado al servicio vicario del poder real, tiene que ser abordado por sus seguidores desde la sistemtica falsificacin de los datos esenciales. En 1940 se hart de anunciar la victoria alemana, en 1945 pregona. la catstrofe del comunismo, en los aos'60 asegura que la democracia se hunde en el mundo y que empiezan a ser copiadas nuestras instituciones, tanto la organizacin sindical como la organicidad de la democracia. Pero la continuidad existe. Existe en el frreo poder de clase, existe en las necesidades del imperialismo mundial, existe en la violencia ideolgica que impone la mediocridad y la desilusin de la vida diaria, y existe en la represin. Desde la ley de Bandidaje y Terrorismo de 1960

    28 aos (28 aos de guerra civil en la prensa, cuya ley dice: "As, redimido el periodismo de la .servidumbre capitalista de las clientelas reaccionarias o marxistas, es hoy cuando autntica y solemnemente puede declararse la libertad de prensa ... Art. 1.0: Incumbe al Estado la organizacin, vigilancia y control de la institucin nacional de la prensa peridica"), hasta 1966. Nueva ley de prensa que tampoco es una ley de paz, entre otras razones porque en la paz no se necesita ley de prensa. Ms las limitaciones de la cultura, el odio proclamado a los intelectuales, la implantacin de una versin oficial de la cultura que no puede sobrepasar la del propio Franco, la muerte de la imaginacin, la dificultad para la creacin producida por la prolongada limitacin de sus funciones, la reduccin feroz de la capacidad reproductora de la cultura de las naciones del Estado, en algn caso -pienso en Euskadi- llevada hasta extremos de prctica colonial sobre un pas vencido. Todo eso es la continuidad, aunque hay matices.

    Franco se revel desde el nacimiento de la Junta Salmant ina como un militar sediento de poder.

    al decreto ley sobre prevencin del terrorismo, de 1975, al fmal de su vida, estn presentes el mismo espiritu y la misma prctica poltica que ya estaban en los bandos de guerra y desde la ley de 1943 hasta la de 1960. Es la continuidad perfecta, cerrada sobre s misma. La necesidad permanente de control del movimiento obrero se subraya obsesivamente en las disposiciones sucesivas, desde la huelga como rebelda (bando de guerra de 1936) o como delito de lesa patria (! 938, Fuero del Trabajo) hasta la huelga como sedicin (! 944) o la huelga como acto contrario al orden pblico (I959). Desde la equiparacin de toda actividad poltica de oposicin a rebelin militar, con consejo de guerra sumarsimo (I943), a la utilizacin del estado de excepcin como cacera organizada de opuestos y disidentes. Ningn resquicio; desde una cadena de medio centenar de publicaciones del Movimiento, propiedad de la televisin y control de la radio privada, hasta la ley de prensa de I 938, ley de guerra que dura

    En 1940 se fusila por millares, en 1945 se fusila a cientos, en 1955 se fusila por docenas, en 1963 se fusila a Grimau y se aplica el garrote vil a Granados y Delgado; las cantidades descienden pero la constante permanece hasta el mismo ao de su muerte en que son fusilados Otaegui, Paredes, Baena, Snchez Bravo y Garca Sanz. Naci histricamente para entroncarse con Carlomagno pero alguno de los dos no lleg a tiempo a la cita. Quiz Franco se distrajo frrmando ejecuciones. A los 83 aos rubric las cinco ltimas. El asombroso Franco, cierto. Su biografia personal, que arranca de la tentacin de mandar, se centra en mantener el poder conseguido. Franco es un profesional ocupado en tareas secundarias que inserto en un discurso histrico excepcional convierte la persona en personaje. La transformacin le permite vengarse, no s si conscientemente, de todos los mundos que le fueron hostiles, amargos o indiferentes. Terminada la guerra, prolongada la posguerra, el doble ejercicio

    de la continuidad de los poderes coincidentes, el de la clase vencedora cuyo caudal poltico administra, y su propio poder, le impone el largo deambular por los pragmatismos necesarios. Los cambios mnimos, las medidas econmicas que pasan de la autarqua, porque "Espaa es un pas privilegiado que se puede bastar a s mismo ... No tenemos necesidad de importar nada" (J 938), a la dependencia de los EE.UU., porque "(Espaa) ... aunque su marcha es firme, por la limitacin de sus recursos se hace necesariamente lenta" (1 951), encubren la misma cosa, el mismo fin. En ocasiones, el temor a que su poder pueda quebrarse para regresar a qu? Franco no puede regresar; los dioses no se jubilan, es una vieja norma laboral de los olimpos. Esa posibilidad, aun remota, ser suficiente motor para que la permanencia se asegure a cualquier precio. A cualquier precio a pagar por los dems. Si la poltica de pas arrasado que la guerra civil supuso es una de las claves de su continuidad hasta muy avanzado el desarrollo del franquismo, la reconstruccin del movimiento obrero, la reaparicin de los movimientos nacionales y la creacin de una conciencia' de libertad en otras capas sociales, es lo que se enfrente a esa continuidad. La respuesta al poder de Franco es inevitablemente lenta. Se parte del cero absoluto y se avanza contra la violencia institucionalizada. El recuento y la ampliacin de fuerzas en la clandestinidad es difcil. Muertos, exiliados, miles de ciudadanos pudrindose en las crceles ao tras ao; hay ms miedo que medios. Se estudia en ediciones sobadas de textos revolucionarios o meramente crticos y en publicaciones multicopiadas cuyas hojas se caen a pedazos, manoseadas, cargadas de huellas dactilares de clandestinos que dan as fe de su existencia; as, marcando sus huellas en las pocas hojas que circulan y en las almohadillas entintadas de los cuartelillos y comisaras. La ideologa dominante bombardea a travs de los medios de comunicacin, que prolongan la biografa de Franco mediante el desarme de las masas. El franquismo institucional se teoriza en la ambigedad de esas polmicas tan divertidas si no estuvieran construidas sobre un pueblo atnito y herido: Movimiento-comunin o Movimiento-organizacin? Jess Fueyo dictamina en el Consejo Nacional: "Ni partido nico ni un solo partido, una organizacin al servicio de los Principios Fundamentales." Sols, en enero de 1963: "el Movimiento base popular del rgimen" y n septiembre de 1968: "Con el pueblo, el Movimiento y el ejrcito estar siempre seguro el maana de nuestra querida patria." Y esto tambin es parte de la biografa de Franco. Las circunstancias externas evolucionan favorablemente para la continuidad del poder de Franco entre los aos 50 y los 60. A cierto plazo, Franco es un elemento estabilizador para el capital mundial, que

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