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Akal / Vía Láctea 3 WALTER BE N]AMIN

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Akal / Vía Láctea 3

WALTER

BE N]AMIN

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Di~liG

RAG

7ifld~ .",gillal

DdS Pa~agen .Welk

TraJltu iÓl'Luis ~rnán<kl Cesrafieda("lcm.ín y teXIOS en inglts ),

Isidro Herrera(francés IllC'I"IO<Ilos .<:1'1105J).N)

y Iemando Guerreroúenos en franen de los

fngJTml losJr N).

Suhrkarnp Vf ll~. Fr;m kfurt amM. in, 1982

O Ediciones Ah !, S. A., 2005para lengua española

Sector forula, I211760 lrc5 Cantos (Madrid)

Td. : 918 061 996Fax: 918 044 028

www.•llul.com

ISBN·U: 978·84460·1901·5ISBN-lO: 84·460-190 1-9

Depósito Jeg~ l: M. 129·2005Impreso en FCTIJ,\m1c7 Ciudad,S.L

(M;\driJ).

Rn~rv ,l<l", 1<"lm 1", drl" ],"', I le.. ...c" lo ,'011 1.. ,lj,I'''"'''' " 11 el. II!.2711 ,Irl Cód iK" 1\.",,1, 1""11 ,1" ,.,, ."I i ~"d ", ""'1"'''.' ' r 1111,11 ; y

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D ELI BR O

LOS PA S AJ E SEdi ci ó n de

Rol f Ti edemann

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"

ÍN D I C E

Libre de los Pasajes

IntroJuaiún Jd editar ...

Resúm enesParís, capital dd siglo XIX .Porls, copitol del siglo ~ IX

Apunt es y ma teriales ,.,IlIdice .. . .. .... .

Primeras anotacion es: Pasajes de París 1Proyectos iniciales

Pasajes . .Pasajes de París 11 . .FJ ani llo de Saturno, o sobre la construcción en hierro

Nolas dd eduorInjomu dtl ediJor .u uÍlmm;os sobrr /at/lJ tsisJe la obra .Parafip6mmos, tradición mal/usm"'iJ, fim1/(lción delI(X{Q .

L" ta de!dJfum!t$ ciladas paTl< {os Apu tll~' y materiales

Indicegel/erar.

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PARÍS, CAPITAL DEL SIG LO XIX

-Las aguas son azules y las plan tas l'05OI; es

dulce mirar la t¡¡n l.:-;

se va de p;i'>(."o, Las grandes damas van de paseo ;

tras ellas se pasean pequel'u.~ damas.-:\guyen-Trong- Hiq>. París a¡pi1aU> th· Id pra nce. secueu de

1't'l'3. W,ms, cap!ul1 dI! Fru nc ía. CoJa:cl{m de l er.wsl, Hanoi,

Ul9 7. Poesí" XXV.

l . Ponrier o los /XlSOj e:>

.De eses pa lodos los columnas mágicas

Muesllan 01cbo coodo por lodos parles.

Con k» objetos que exhiben !>os pórticos,

Q ue lo indus/lia 9 S rival de los a rtes.•

N ooveaux IOblea!Jx de fa ns (Nl,-e\oOS cuadros de Patis].

Porü, 1828. p. 27.

l a mayoría de los pasajes de París surge n e n el decenio y med io poste ­rior a 1822. La prime ra condición de su florecimiento es la coyun tura favora­ble del come rcio textil. Empieza n a verse los a lmacenes de novedades, los pri­meros e stab lecimiento s q ue almace nan una gran cantidad de mercancías. Sonlos prede cesores de los grandes almacen es. Era el tiempo en el que Balzacescribía: «El g ra n poema del esca pa ra te ca nta sus estrofas de colores desde laMa deleine hasta la puerta Sa int·DenisJ. Lo s pasajes son co mercio de mercancíasde lujo. En su decoración, el art e e ntra al servicio del comerc iante. Los co e­táne os no se cansan de admirarlos . Por m ás tiempo aún son un centro deatracción pa ra los ex tranjeros. Una Guía ilustrada de Parísafirma : "Estos pasa­jes, una nue va invención de l lujo industrial, son gale rías cubiertas de cristal yrevestidas de mármol que atraviesa n ed ificios e nteros, cuyos prop ietarios se

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han unido para tales especulacio nes. A ambo s lados de estas ga le rías, quereciben la luz desde ar riba , se a linean las tiendas más elegamea , de modo queseme jan te pa saje es una ciudad, e incluso un mundo e n pequeño-. Los pasa­les so n el esccnano de la primera iluminación de gas,

La sC'gun da co ndició n pa ra el nacimiento de los pasa jes es el comienzode la construcció n en h ierro. El Impe rio vio en esta técn ica u na contribuclóna la re novación del arte ediflcato no en el senrído clásico griego. El te órico

de la a rquitectu ra Boetncher expresa la conv icción general cuando afi rmaqu e -en cua nto a las fo rmas art ísticas del nuevo sistema, e l p rincip io helé­nico de las formas- tiene q ue e ntrar en vigor. El Imperio es el estilo del te rro­rismo revolucionario, para el qu e el Estado es un fin en sí nusmo. Napoleónconoció tan poco la na tu rale za funcional del Estad o com o inst rumento dedominio por pa rte de 1:1. clase burg uesa, co mo los arquitectos de su tiem pola na tura leza funcio nal del hk-rro, con el que el princip io construc tivo ejercesu dominio en la arquitectura. Estos arquitectos levanta n vigas como col um­na s po mpeyanas, fábricas como bloq 'l,es de viviendas, del mismo mudo q uemás adeLante las primera.o; estaciones ferrov iarias se basan e n chalets , -La

construcción adopta d papel del subconsciente.• xo me nos comienza aimponerse el concepto de ingen ie ro , que procede de las guerras revolucio­na rias. iniciándose las disputas e ntre el constructor y el decorador. ent re laEscuela Politécnico y la Escuela de BenosAstes.

Con d hierro aparece por p rimera vez en la h isto ria de la arquitectura unmate rial de construcción artífícía l se ve sometido a un desarro llo OJYo ritmose acelera en el curso del siglo. Recibe el impulso defini tivo cuando res ultaev ide nte que la locomotora. probada a fina les de los a ños veinte, sólo es út ilsobre raíles de h ie rro. El raíl viene a ser e l p rime r componente monrable dehierro, e l precursor de la viga. Se evita el hie rro en los edificios de viv ien­da s, y se lo ut üíz.. en los pasajes, e n los pabello nes de las ex posiciones, enlas estaciones de tren -co nsrruccrones qu e sirve n a fines tra nsitorios-o Almismo ncmpo, se amplía el ca mpo de apl icació n del cristal. Sin e mba rgo, lospresu puestos soclales pa ra su crecie nte e mpleo co mo ma te rial de construc­ció n se da n sólo den años más tarde . En la Arquitectura de cristal ( 1914) deScheerbart aparece aún e n el co nte xto ele la utopía .

•Cada época sueña la 5'guieMe.•

M icnelet, _Avenir! Avenirb- [- IPorvenirl ¡Porvenirl.j

A la for ma del n uevo modo de prod ucción, q ue al pri ncipio aún es tád omina da por la del an tiguo (Marx) , le corresponden en la co nciencia colee­tiva imágenes e n las que In nue vo se entrelaza con lo ant iguo. E.<;t:1S tmáge­ncs son imág t'l1t's desiderativas , y en e llas el colectivo busca tanto superar

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París, capital del siglo XIX

como transfigurar la Inmadure z del produ cto social y las carencias del ordensocial de p roducción . J un to a ello .se de staca e n estas imágenes desidera ti­vas el firme esfue rzo por st·para rse de 10 anuc ua clo -lo que en realidadq uiere de cir : del pasado más reciente-o Estas te ndencias rem ite n la fan tasíaíc óruca, qu e recib ió su impulso de lo nuevo , al pasado más re moto. En elsueño e n el qu e . e n imágenes, surge :1tI1{" cada época la sigu iente, estaúltima aparece ligad a a elemen tos de la pre hls to rla, esto es, de una sociedadsin clases. Sociedad cuy as experie ncias, q ue tie nen su depósito en el incons­cien te de l co lect ivo , p roducen, al entremezclarse co n lo nu evo , la utopía,que ha dej ado su h ue lla en miles uc configuraciones de la vida, desde lasconstruccio nes perma nentes hasta la moda fuga z.

Esta sítua cj ón se han: reco nocible e n la uto pía de Pouner; q ue recibe suimpulso más podero.so co n la apa rición de las máquinas. Pero es to no llegaa expresarse d irectamente en sus análisis, que pa rten de la inmo ralidad delcomercio y de la falsa moral q ue e ntra a su servício. El falansterío debe devol­ver a los hombres a aquellas situaciones en las q ue sobra lo ét ico. Su orga­nización. e normeme nte compleja, apart."(.·e como una máquina. Los engrana­tes de las pa siones, la complicada mtcracoón de las pasiones mecoesosos conla pasión cobcleso. son prmutivas analogías de la máquina en el terreno de lapsicología. Esta maquinaria humana prod uce el país de Jauja, la antiqu ísimaimage n desidera tiva que ha llenado de vida la utop ía de Fourier.

En los pasajes ha ViSIO Fou ric r el canon arquitectó nico del Ialansrerio. Sutransformación reaccio naria por Fourier es sign ific,uiva: mientras qu e o rígi­nal menre sirven a fines comerciales, pasan en él a ser vivien das. El falanste­rio viene a ser una ciudad de pasa jes. Fourter es tablece e n el estr icto mundoformal de! Imperio e! id ilio irisad o del Btede rmeier. Su b rillo perdura , a unpalidedendo , hasta Zo la. t 'ite retoma e n E/lrabajo las ideas de Po urier, igua lqu e se ha b ía despedido de los pasajes en Teresa Roquin. Marx defend ió aFourie r fre nte a Carl Orün, destacando su -colosat visión de los ho mbres-oTam bién d irigió la mirada al hu mo r de Po ur ter. y de hecho jea n Paul, e n sulevana, es tan afín al Fo uner pedagogo como lo es Scheerbart, e n su A rquí­tectura de crista l, al Fou rier utópico.

qS cl, ten ccídodol»A.). W iertl., a UVlfl51itlérulres [O bI01; literar ios], Pcrfs, 1870,

p,374

Igual q ue co n la construcción en hierro la arq uitec tura empieza a des­prenders e del arte , con los pa noramas lo hace la p intura. El pun to álgido de

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Libro ,ll· los I'a sa jl·s . Resúmenes

la expansión de los panoramas co incide co n la aparición de los pasajes. Noso ca nsaban de hacer de los pa no ramas, por me d io de operaciones técnicas,lug ares de una imitació n pe rfecta d e la naturaleza . Se buscaba imitar el cam­bio de la ho ra del día en el paisaje , la salida de la luna , el e struendo de lascascadas. David aconse ja ;1 SlIS discíp ulos d ibujar del na tura l e n los pa nera­mas. Al buscar producir r umb tos asomb rosamente parecidos en la na turalezarep resentada, lo s panoramas an ticipan e l ca mino de la fo togra fía, del cinemudo y del cinc sonoro.

Simult ánea a los panoramas es una litera tu ra panoramauca. E/libro de 10$ciento uno, los franceses pinlodO$ por ellos mismos, El dioblo en POr(s, la gran ciu­dad pe rtenecen a ella. F.n es tos libros se in icia el trabajo lite rario colectivopara el q ue e n [os años tre inta Gírardm creará u n lugar e n e l follet ín. Con­siste n e n bocetos suel tos cuyo cariz anecdó tico se correspo nde co n la pla...­nctdad de los pri me ros p lanos de los panoramas, y su contenido in forma­tivo, con el fo ndo pi ntado de los mismos. Esta hteratura también espanoramática soctalmenre Por última.,vez aparece el trabajador, al ma rge nde su cJ35e , como telón de fondo de un id ilio.

Los panor amas, q ue an unciaron una completa transfo nnació n de la rela­ción del arte con la t écnica . son a la vez exp resión de un nuevo sentimientovital. FJ hab itante de la ciudad, cu ya superiorida d política sobre el ca ll1[Xl seexpresa de múltip les manera s e n el transcurso del siglo , intent a trae r elC'a.mpo a la ciudad . La ciudad se e xtiende en los panorama s hasta ser pai­sa je , como de un modo más su til hará lue go para e í fláneur. Dagu erre es und isdpu lo del pimor de panoramas Prevo st, cuyo estableci miento se encuen­rra e n el pasa je du Panorama. Descripció n de los pa noramas de Prévost yDaguerre . En 1839 se q ue ma e l pano rama de Dag ue rre . En e l mismo año daa conocer e l invento de la daguerro tipia.

Arago presenta la fo tografía en un discurso parlame nta rio . Señala sulugar en 1:1 his toria de la técn ica . Pro fetiza sus aplicaciones científicas. Porcont ra , los artistas comienza n a d iscu tir su valo r a rtístico. La fotog rafía llevaa la d est rucción del gran gre mio de los min iaturistas de re tra to s. Esto no ocu­rre sólo po r causas económicas La primera fotog rafía e ra su pe rio r arrtsuca­~eJlle al retrato e n mini atura . La razón técn ica de ello rad ica e n el largonem po de exposición, que exige del retratad o la mayor co ncc ntractón. La

causa eco nómica r adic a en la ci rcun stancia de q ue los prime ros fotógrafospertenecían a la vangu ardia , y de ella provenía en gran parte su clientela. Eladelanto de Nadar fren te a sus colegas de p rofe sión se car ac te riza por suproyecto de ha ce r forograñas en el alcant arillado de París. Co n ello se p re­sume por primera vez qu e el objetivo puede ha cer descu brimientos. La foto­grafía adq u iere más importa ncia cu ant o menos se to lera n, a la vista de lan ueva realidad técn ica y social , las int rom isio nes su bjetivas en la in forma­ción pictóric a y grúflca.

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París, capital cid siglo XIX

12 exposición universa l de lHS5 inaugura por vez prime ra una sección de'fotografía". En ese mismo año pu blica Wil'rtl': ~ 1I gran articulo sob re la fotogra­fía, donde encomienda a ésta d e.">Cb rcd mienlo ñlosófico de la pintura . Esclan..-'"cimiento que , como muestran !iUS propias pinturas, entendía e n sen tido político .W'ieI1z puede considera rse el primero en haber, si no antidpado, sí exigido elmontaje com o unllza cí ón polltkamcnte revolucionaria de la fotografía. Con lacreciente extensión de los transportes, d isminuye el valor infonnativo de la pin­tura. 1b1a, reaccionando contra la fotog mfla, empieza a subrayar ante todo loscomponentes de color. Cuando el jmpresion ismo cede al cubismo, la pintura seha procu rado un ampliu dominio e n d q ue ];J fotografía, de momento, no puedeseguirla. Por su parte, la fotograña amplía dr.t...aícamenre desde med iados de sigloel ámbito de la economía de mercado, en la med ida en que pone en é l cantlda­des ilimitadas de figuras , pa tscjes y acontecimientos que antes o bien no sepodían valo rar, o bien sólo tenían valor en cuanto imagen par'.! un solo cliente.Para aumentar las ventas, renovó sus obetos con pequeñas transfo rmaciones enla técn ica de exposición, que determinan la historia posterior de la fotografía.

JI/. Grandoille o las exposiciones universales

.Si. ceodc el ml1Ado eoIefo, de Porh hrnJac~oo,

0tJ div;noSoriSimon. poiese lu oocrrrc,

Lo edad de 010 reooce<ó con 1Odo w esoleodor,

Le» res~n de té, de chocoIole;

los corderos escoce bllfICo r6n en lo llonuro,

y los luc;ios poco hechos rodarón en el Seno;

LO$ espinaco$ vendrón al mLndo guisodos.

Co n Jl'Qdlos de pon fr~o alrededor,

Los órbole s dorón manzanas e n compoto.y se ccsechorón carricoches y botos ;

Nevor ó vino, lloverén pol los.

y del cielo los pota s caerón ple porodo s eco nabos .

lc oqlé y voedebcrch, lou,s-Bronze el le SainlS monien

[louis-8ronze ye/sonsimon,onoj. [Tea tro del Polo.s Roya l, 27

de febrero de 1832.1

L"1!i exposiciones universales so n los lugares d e pe regrinación hacia el fetichellamado mercancía. -nuropa sc ha desplazado para ver me rcancfas-, dice Tainc en1855. A las exposiciones universales preceden las exposiciones nacionales de laindustria, celebrándose la primera en 1798, en el Campo de Marte. Surge ésta deldeseo de -entretcncr a las clases trabujadorus. y se co nvierte para ellas en unafiesta de ema ncipación-oLos trab;.l ~ ldore.~ , como clientes , están en primer plano .

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Lihm de lo s Pasajes. Resúmenes

El ma rco de la industria de recreo aún no se ha coosnru too. La fiesta popu lar loes tablece. El dlsc:'urso de Chapea ! a la industria abre esta exposición. los sansímo­I~~nos. qll~ proyectan inJu.....rtalízar todo el planeta , abraza n la ídea de las ex po­~mesuniversales. Chevalier; la pnmera autoridad en este nuevo campo, es dís­cípulo de Enfanlin y editor del periódico s aosírromaoo GIobe. Lossansimonianospll.."Vierrn.l ~l ~~m)lI() de la economía mundi al, pero no la lucha de clases . j unioa Sl~ pa~apaCJo~ en las empresas índre..tri:.Ie... y comerccícs a med iados de siglo,esta su rmpotencra ante las preguntas q ue afectan al p roletariado .

Las exposiciones universales ensalzan el valor de cambio de las me rcan­eh'>. Crean un marco en el que su valor de uso retrocede . Ina uguran una tan­ta...magoñn en la q ue pene tra el hom bre para hacerse distraer. La ind ustria derecreo s~ 10fa ~'i1 i t a aupánd ole a la cima de L1 me rcancía . Él se deja llevar po rsus malllpulaclon<::-i al go zar de su alie nación respecto de sí mismo y de losde más . La entroni7':lción d e la merca ncía y la bril la nte di ve rsión q ue la rod eaes, e l lem a secreto dd arte de Grandv ille. A este terna corresponde la dico to­ml~ entre sus componente.. utópico Y.cínico. Su mordacida d en la rep resen­raci ón de o bjetos menes corresponde a lo qu e Marx de nomina -m ant as leo­lógicas- de la mercancía. Afectan claramente a la ·espl.-cia lkbd~ -unadenominaci ón que aparece por e...te tiempo en la Indusma de lujo-. Ba jo labatuta de Grandvillc, la na tu raleZ:l l.'nre ra :se transfo rm a en esp<-"Cialid ades. La

prese nta con el mismo espfntu co n el que la p uhlicidad-tarnh icn ese ténninoapa rece ento nces; co mienza a p rese ntar sus artícu los. Acaba e n locura .

·Moda, [Do ña Mue rte ! ¡Oo ¡) a Muer tel­

Leopardt, Ota lrw z unschen der Mor/e 1/11d dem Tod

[D iá logo emn' la moda y la mu erid .

La ~ exposicio nes universaless ronslruyen el unive rso de las merca ncías . Lasfantasías de Gra ndv illc tras ladan al unive rso el carácter mercantil. Lo moder­niza n. El anillo de Saturno es un balcón de h ierro colado desde el que losha bita ntes de Satu rno lo man el fresco po r las ta rdes. La contrapartida literariade estas utop ías gráficas es ta en Jos lihros dd na rura lísra y founerísra 'rousse­nc l. La moda prescribe el ritual co n el que el fet ich e mercancía qu iere se r ado­rado. G.ra.ndville extiende las asp iracio nes de la moda tanto a los o bjetos deuso cotldtano como a l cos mos. Al perseguirla e n sus extrem os , descub re sun~ tura leza . La moda está en conflicto con lo orgá n ico . Ella conecta el cuerpoVI VO con el mund o inorgánico. En el vivie nte percibe su arte los de rechos del('~dáver. El fetichismo, que suc umbe -úsex-appeat de lo inorgán ico, es su ncr­VIO vital. El culto a la me rcancía pone a és te al serv icio de lo inorgánico.

~{ ~n motivo de la exposición universal de 1867, víctor lI ugo publica unm;ltllflesto A los p ueblo.•{k Europa. Ames y de modo más chico, lo s inleR'­ses de és los ha bían sido representados por las delegaciones france.'ias de lra-

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París, e..pual del siglo xrx

bajado-es, la p rimera enviada a la expo,..ició n un ive rsal de 18;1 e n Lo nd res;la segunda. formada po r 750 rep resentantes, a la de H162 . Ésta tuvo Imnrec­tame me su importancia en relaci ón co n la fundació n por ;\1:trx de la Asocia­ción Intern acional de Trabajadores. La fan tasmag orí a de la cultura capita listaalca nza e n la exposición universal de 1867 su mis deslumb rante despl iegue.El Impe rio está e n la cima de su poder. Pa rís se reafirma co mo capita l dellu jo y de las modas . Offen bach d icta el ritmo de la vida parisina . La o peretaes la iró n ica utopía de un do minio perenne del capital.

tv. Luis Fehj;e u el interior

.La cobez c ..Sobre la me~lIo, como un ronúnculo de cho rco,

Descansa.•

Boudelcire, .Une nIOrlyre. [.lJrv:J márlir.].

Co n Lu is Felipe, el sim ple hombre particular entra e n el escenario histó­rico. La ampliación del sistema democrático mediante una nu eva ley electo­ra l coincide co n I:f corrupción parlamentaria, organizada po r Guizot. Parama ntenerla, la clase dominante ha ce histor ia, ocu pánd ose de sus negocios.Promueve la construcción del ferrocarri l par.l aumentar su cu po de accio nes.Favo rece el poder de Luis Fe lipe e n cuanto part icu lar 4 ue d irige el negocio.Con la revo lució n de julio , la burg uesía alcanza las metas de 1789 (Marx).

Para el particular, el espacio de [¡.t vida aparece po r primera vez co moo pue sto al luga r de trabajo . El primero se co nstituye en el interior. La o ficinael; su co mple mento. El particu la r, q ue en la o ficina lleva las cuentas de larealidad , e xigt;' del interior q ue le ma nte nga e n sus ilusiones. Esta necesidades tanto má s urgente cuanto q ue no piensa exte nde r sus reflexio nes me roca ntile s al ca mpo de las reflex iones socfales. Al configura r su entorno pri­vado, rep rime a amba s. De ahí surgen las fanta smago rías del interior. Para elparncular. el interio r representa el universo. En é l reúne la d istancia y elpasado. Su sa lón es un palco e n e l teat ro del mund o .

Excu rso sobre el jllp,emistí!. La crisis del interior se produce en el cambtode siglo con el jugendstíl. De todos modos. el jugend.ttt parn't::'qu e tmpltca ,a juzga r por su ideo logía, la cu lminación del interior. El ensalzarnleruo delalma solitar ia aparece como su me ta. El ind ividua lismo es su teo ría . La casaaparcce en Van de verd e como ex presión de la perso nalidad . El o rname ntoes para esta casa lo que la firma en d cuad ro. El verdadero significado deljttgendstil no ap;ucce en esta ideología. El jugendsliI representa el úl timoIntento de fu¡;¡;a de un arte sitiad o por la téc nica en su lorre de marfil. Movi­liza lodas las fuer7~1s de la inle rio ri&ld . Ellas e ncuentran exp resió n e n el le n-

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Libro de los Pasajes. Resúmenes

g ua je de líneas con car áct er de médium , en la flor como símbolo de la natu­ra le za desnu da }' vegetativa, enfrentada a un ento rno pertrechado tc cn tca­men te . Los nu evos elementos de la construcci ón en h ie rro , las formas de lasvigas, ocupan alJugellli~ti¡. En el o rnamento , se esfu e rza po r volve r a ganare stas fo rmas para el art e . El hormigó n le abre n uevas po sib ilidades de mode­lad o arnsnco en el ca mpo de la arquitec tura. Por esta época. e l verdaderoce ntro del espacio de la vida se tras lada a la o ficina . FJ desnra ltzado se pro­CUr"J su lugar e n e l hogar. FJarquitecto SoIllefl ha ce ba lance del j llgelldstif.el inten to del individ uo por habérselas con la técnica basánd ose en su inte­rio ridad le lleva a la muerte .

.Yo creo... en m' olmo: lo Cese.•

Iéon Deobel aUl'fes IObros], POIis, 1929. p. 193.

El interior es el refugio del arte. El coleccionista es el ve rdadero habitant edel interior. Ha ce del ensa lzam iento de las cosas algo suyo . Sobre él recae latare a de Sisifo de poseer las COS;IS t ua qu itarles su car ácter mcrcanul. Peroles otorga sólo el va lo r de q uien las apreci a, no el valo r de uso. El colee­cio n ista no se sueña so lam ente en un mun do lejano D pasad o , sino tambiénen uno mejor, en el qu e ciertamente los hombres tampoco disponen de loq ue ne cesitan , como en el mundo cot id iano , pero en el que las cosas q ue­J an lib res de la servidu mb re de te ner q ue se r útil es ..

El mreuor no es sólo el unive rso , sino tamb ién el estuch e de l individuoparticula r. Hab itar sign ifica deja r hue llas. En el interior, éstas se s ub raya n.. Seinve ntan multitud de cubiertas, fundas, ca jas y es tuches e n los q ue se impri­men las hue llas de los objetos de uso más cot id iano . Las hu ellas del mora­do r ta mbién se impri men e n el inte rior. Surgen la s h lstortas de de tectives , quepersigu en estas huellas. La Fi/osoj"Ja deí mobilia rio de Poe, al iRua l q ue susrelatos detec tivescos, lo convienen e n el primer fisonomista del intefiof. Loscrimina les de las p rime ras novela s de de tectives no son ni gentlemen n i apa­ches, sino burgueses part icu lares.

V. Baudeíaire u las calles de París

-Poo mi todo se vuelve alegOría .•Bcudelche, .te cygne. ¡. EI Cisne.].

El inge n io de Baudela trc , q ue se nutre de la mcla n rolfn , es aleg ó rico .Por pri mera ve z París llega a ser, co n Baudelaire , objeto de la poesía lírica.Esta poesía no es ningún arte nacional, es más bien la mirada del a legó­rico q ue se enc ue ntra co n la dudad , la mirada de q uie n e s extraño . Es la

45

París, capital del siglo X¡X

mirada del jlá neu r, e n cuya forma de vida toda vía se asoma co n un res­plandor de reconciltac íón la futura y desco nsola da fo rma de vida del ho m­bre de la gra n ciudad El fl ánenr está aún e n el umbral. ta nto de la g ranciudad co mo de la clase burgue sa .. Ning un a de las dos ha podida co n é ltodavía . En n ing una de el las se sie nte en CAsa, Busca su as ilo en la multi­tud . Las p rime ras contr ibuciones a la ñsonomra de la multitud se encuen­tran e n Enge ls y e n PUl' .. La mul titud es el velo a trav és del cual la ciudadhab itual hace un gu iño al J1áueur, co mo si se tratase de una fantasmago­ría. Con la mu ltitud . la ciudad ta n p ronto es pa¡..aje co mo habitación. Co sasambas constru idas luego por el gran a lmacén, qu e a p ro vecha la mi sm aflá .nene para la ve nta de merca ncí as . El gran alma cén es el ú ltimo te rrito rio

del fíáneur:Con ei fláneur. la inte k-ctua lidad se d irige al me rcado. Cree e lla q ue para

o bservarlo , cuando e n rea lidad es para enco nt rar co mprador. En esta faseintermedia en la q ue la tntelectualldad aún tiene mece nas pe ra empieza ya afamiliarizarse can el mercado, aparece como hohcm¡a . A su imprecisa po si­ción económica corres ponde su imprecisa funci ón política . Se expresa éstadel modo más pa lmario en los consp irado res p rofes iona les, q ue pertenecensin excepción a la bohemi a. Su cam po de trabajo in icial es el e jército , mástarde la pequeña burguesía, en ocasiones el proletariado . Pero esta capasocial ve en los verdaderos guías del proletariado a sus enemigos. El Man i­fies to comunista acaba con su existencia polítíca . La poesía de Baudelaireobtiene su fuerza del pátbos rebeld e d e es ta ca pa socia l. Se inclina del ladode los asociales . Su (mica vida sexua l la realiza con la p rostituta.

-Facths descensus AtNTno...

Virgilio , Aeneis (Eneidt.l\

Es exclusivo de la poesía de Baudelair e q ue las imá genes de la muje r yde la muerte se mezclan co n una terce ra, la de Pa rís .. El París de sus poe­mas es una ciudad hund ida , y más bajo el ma r que bajo la tie rra. Los ele­mentos cto ntos de la ciudad -su génesis to pográfica , el antiguo y aband o­nad o le cho de piedra- han de jado s in d uda su impro nta en é l.. Sin e mbargo,lo decisivo e n Baudvlaire y e n su recre ac ión .ídüíco-fú ne bre- de la ciudades un substrato soci al mode rno . Lo moderno es ace nto se ñe ro de su poe­sía . Revienta el idea l haci énd olo spteen (Sp/een e ideal). Pero precisamente lamodern idad cita siempre ;1 la prehistori a. Aquí ocu rre esto me diant e laambigüedad carac terí stica de las rel aciones y productos so ciales de estaé po ca . La ambigüedad e s la pres ent ación p lástica de la d ialéct ica, la ley dela d ialéc tica en reposo . Re po so qu e es u topía , y la imagen dialéct ica, portanto , imagen oní rica. Se me jante imagen presenta la me rcancía en ú ltimainstancia: un fet iche , Semejante image n presentan los pasajes, q ue son tanto

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Libr ode los P'lsa jes. Resúmenes

ca sa corno e lije. semejan te imagen presen ta la prostituta, ve ndedo ra y meroca nela en lI Il O ,

•Va jo poro co nocer mi geog·oIia.,

N ote de un loco [Mo-csl Réjo, 1'011 chezles fous [Elorte en los locosJ. Por:s, lQ()7,

o. 131.1

EI lIltiJl10 poem a de las flores del mal . EI via je•.•¡Oh mvel re, viejo cc pncr o, es

la horol tlevemos el onda l•. El ú ltimo viaje dcljlál1eur. la mu erte. Melól de estevia je: lo nuevo .•¡Hosro el fondo de lo Desconocido poro encontrcr algo Ncevcl­

1.0 n ue vo es una cua lidad independiente del valor de uso de la me rca ncía.Es el o rigen de un brillo imposible de el iminar en las Imáge nes p roducidaspor el inco llsdenle cctccnvo. Es la qumraesencra de la falsa conciencia,cuyo agente incansable es la moda. Este brillo de lo nu evo se refle ja, comoun es pejo en otro, en el brillo de lo siempre ot ra vez igual. El producto dees ta reflexi ó n es la fa ntasmagoría ~e la -hts to rta cul rural-, en la que la bu r­g uesía degusta su falsa conciencia. El arte, q ue co mienza a dudar de suta rea y deja de ser .insepOfoblede lo utilidad. (Baudelatre), tiene que hace r delo n uevo su más alto valo r. El arínter llot'annn rerum pasa a se r para él eles nob. Es pa ra el arte lo q ue el dandi para la moda. Del mismo modo q ueen el sig lo XVII la alego ría pasa a ser el ca non de las imágenes d ia lécti­ca s, as í en el s ig lo XIX lo es la Xo vedad J unto a los almacenes d e no veda­des apa recen los periódicos. La prensa orga niza el me rcado de lo.... valoresespirituales, q ue al princip io cotiza n al alza . Los mconformisras se rebelanante el hecho de entregar el arte al mercado. Se agru pan en romo a l CSI;IIl ­

darte d e el orle PO' el orle. De este lema su rge 13 idea de la o bra de arte to tal.q ue inte nta impennealulízar al a rte frente al desarrollo de la técn ica. 1~'1

so lemnidad con la q ue se cond uce corre pa reja con las diversiones qu eacompa ña n a la apoteosis de la mercancía. Ambas son abstraccione s de laexiste ncia social del hombre . Baudelatre sucu mbe a la fascl nacíón de Wag­ner.

\!l. Haussmann o las barricadas

.Soy devoto de lo Bello, del Bien, de las grandes co~as,

De la bella naturaleza que msplro 01gran arte,

Ya embruje el oído o encon-e lo mirado;

Amo lo prjmavera en flor : mujeres y roscs.,

Barón Haussmann, Conlesstoe d 'un fion d-¡venu vi.mx ICor¡.

fej ión de un león I'egodo o vie;o).

47

París, capital del siglo XIX

.EI u niverso floral de las decoracíoncs,mencante del paisaje, de la arquitectura,I ~ n fin, el de Itlllo eft't-to escé-nico descansa

S olamente en la ley de la perspectiva pura.•Franz Bü hlc , Tbeuter-Katecbísmus (Catecismo tea­

tra~, Mún ich, p. 74.

El ideal u rban¡stico de Haussmann fue ron las perspectivas abi ertas a tra­vés de largas calles rec tas. Corresponde n la te nde ncia , una y ot ra vez obse r­va ble e n el siglo XIX, de e nnoblecer las neccsídacíes t écnicas mediante unaplanificació n artístic a . Los centros del dominio mun da no y espiritual de laburguesía e ncontrarían su apoteos is e n e l marco de las grandes vías públi­cas, q ue se cub ría n co n una gran lona antes de esta r terminadas, para luegodescubrirlas como si se tratara de un monume nto . La ac tlvklad de Hauss­ma nn se encuad ra e n el lmpertahsmo napoleónico . Éste favo rece el capita­lismo financiero . París vive el flo recimiento de (a especulaci ó n . El juego dela Bo lsa hace retroced er los jue gos de azar p rocedentes de la sociedad fe u­dal. Las fantasmago rías del espacio, a las que se e ntrega e1jlanellr. se corres­ponden con las fantaz..magorías del ríempo, de las q ue depende el [ugador.EJ juego transforma el tie mpo en una droga . Lafargue explica el juego comoun símil a peque ña escala de los misterios de la situació n bursátil Las expro­pia ciones de Haussman n avivan la especulaci ón más fraudul enta. La juris­prudencia del tribunal de casación, inspirada por la oposición burguesa y

orleanista , eleva e l riesgo financiero de 1;1 ha ussma nnización .Haussmann intenta afianzar su dictad ura poniend o París bajo un régl ­

rnen de excepción. Un d iscu rso parlame nta rio de 1864 expresa su o d iohac ia la població n d esarraigad a de la gran ciudad . És ta cre ce contin ua ­mente a ca usa de sus em pre sas. El alza de los a lqu ileres arroja al p roleta­riado a los suburbios. Los barrios de París p ie rden as í su fiso nomía p rop ia .Surge el cintu rón ro jo . Haussm a nn se d io a sí mis mo el nombre de -ornscdemoledor•. se sentía llamado a hacer su traba jo, y lo su braya e n sus mem o­rias . Entretanto , vuelve ex trañ a a los parisinos su ciud ad . Ya no se sientene n su cas a. Co mienzan a se r conscie nte s del car ácter inh umano de la granciu dad. La monumental o b ra de Máxime Du Camp. Pans. su rge gracia... aes ta co nciencia . Las )eremfoda5 de un haussmannizodo le dan la forma de unlamento bíblico.

El verdadero objetivo de los trabajos ce Hau ssmann era p roteger la ciudadde una gue rra civil. Quería acabar para siempre con la posibilidad de levantarbarricada s en París. Con tal inte nción, Luis Fe lipe ya había introducido los ado ­quines de ma de ra. Sin embargo, las barricadas tuv ieron su pa pel en la revo­lución de febrero. Engels se ocupa de la ráctlca de la lucha de barricada s.Haussmann quiere evita rlas de dos maneras, La anch ura de las calles ha de

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Libro de I()~ Pasajes. Resúmenes

ha cer imposihle su constru cció n, y otras nuevas han de conectar del mod omás expedito los cuarteles con los barrios de los trabaj adores. Los coetáne osbautizan la empresa con el no mbre de . EIembellecimiento esroépco-.

. De ja que vean, desba ra ra nda la artirra ~a,

O h república , esos pe rversos

Tu g ran faz de Medusa

En medio de rojos re lómpagos.•

Canción de obreros hacia 1850. IAdolfStohr, Zwe l M ona le in Pans [Dos meses en

Porís], 11 , O ldenburg, 185 1, p. 199.1

La barricada surge de nuevo con la Comu na. Es mejor y más sólida quen un ca . Se extiende po r los gra ndes bulevares, alca nza ndo a menud o laaltura de un primer p iso , y tra s ella se Cavan trincheras . Igua l que el1l1ani­fiesto comunista acaba con la época cL,e los co ns p iradores profesion ales , laComuna acaba co n la fant asmagor ía q ue domina los primeros tiempos delproletariado . Con ella se esfuma la aparie ncia de q ue la tarea de la revo­lució n p roletaria co nsis te en co mpletar, codo con co do con la burgu esía ,el trabajo de 1789 . Esta ilusión domina el per iodo e nt re 1831 y 1R71, desdeel levantamien to de Lyon ha sta la Comuna . La burguesía jamás participó dees te equívoco. Su luc ha contra los de rechos soci ales del proletariado ha bíaempezado ya en la gran Revo lución , y coi nc ide con el movimiento filan ­tró p ico que la d isi mula, q ue con Napo leó n III e x perimenta su desarrollomás sign ificativo. Bajo él surge la principal ohra de esta corriente: los obre.ros europeos, de Le Play, Junto a la tapadera filantrópi ca , la burg uesíaemprende abiertament e en to do mo me n to la luc ha de clases. Ya en 1R31la admite en el j ournal des D éíxas. -Todo fab ricante vive en su fábricacomo los due ño s de las plantaciones e ntre sus esclavos-, Si la des gracia delos vie jos levantam ient os obreros fue que no hab ía una teoría de la revo­lució n para mostrarle s el camino , é sa es también, por otra parte, la condi­ció n de la p ronta energía y d el entusia smo con que emprenden la creaciónde una nue va socieda d . Este entusiasmo , que a lcanza su clímax en laComuna , gana de ve z en cu ando para el proletariad o a los mejore s miem­bros de la bu rguesía , pero aca ba po r arrojarlo a los p ies de los peore s deellos. Rlmba ud y Cou rbet se declaran partidarios de la Comuna. El incen­d io de París es el digno fin de la labo r de structora de Hau ssman n.

-M¡ bu en padre estuvo en París.,Karl Gutzkow, I3rieje ausParís [Carlas de l'arúl. I ,

Lelpztg, lH4 2, p. 58.

49

París, capital de! siglo X1X

Balzac fue el pri mero en hablar de las ru ina s de la bu rguesía. Pe ro sóloel surrealismo las ha he cho visibles. El desarroll o de las fuerzas p rod uctivasarruinó los símbolos desiderativos del pa sado siglo antes incluso de que sederrumbaran los monume nto s q ue los representaban. Este desa rro llo eman­cipó en el siglo XIX la cre ación formal de la tutela del arte, al igual qu e enel siglo XVI las cícncía s se liberaron de la masona. El inicio lo ma rca la arqu i­tectu ra co mo una labor de ingeniería. Le sigue la rep roduc ción de la natu­ra leza como fot og rafía La imaginación creativa se prepara a ser prá cticacomo dibujo publicita rio . La creación literaria se somete, con el folletín, almontaje . Tod os es tos productos están a pu n to de entregarse al mercadocorno mer cancías. Pero vacil an aún en el um bral. De es ta é poca p rovienenlos pasajes y los interiores, lo s pabe llones de las exposicio nes y los panora­mas. Son posos de un mun do onír ico . El ap rovechamiento de los elementoso níricos en el despertar es el e jemplo clásico del pensamiento dialéctico . Deahí que el pensam iento dialéctico sea el órgano del despertar h istórico. Cadaé poca no sólo sueña la siguiente , sino qu e se encamina soña ndo hacia eldespertar. Llev a su fina l consigo y lo desp liega - co mo ya su po ver He gel­con astuci a. Con la conmoci ón de la economía de mercad o empezamos areconocer los monumentos de la bu rguesía co mo ruinas, antes incluso deque se hayan d errumbado.

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PARiS, CAPITAL DEL SIGLO XIX

Resumen

Introducción

-Lc hislo'io es como [ene, tiene dos coros: yo

mire al posado o 01 presenre. lo mismo ve.'

Moxime Du Coomp, Pati$ [París). VI,p. 315.

El objeto de este libro es uno ilu.si6n que fue expresada por Schopenhoueren le 161­mulo de que pero copiar la esencia de lo hlvono bosso eco coropo rcr a Heródoto con

la P,esse dv MaM. Es lo expresión de lo sensación de vé rtigo ca racterístico de lo con­

cepción que el siglo pasado se hacia de lo historio Corresponde a un pontode viskJ

que integro el cursodel mundo de una serie dimitodo de hechos coaguladas en formode cosas. El residJo coooenstcc de eso ~epci6ne s lo que se ha lomado -tc Hls­foriode lo Civ.izoción., qlJe hoce el ilWelllOlio de los farmo::. de vida y de los oeooo­nes de lohumooidod p.¡nlo poi' punlo. Las riquezas mi coecoooodos en el escnc de lo

civibación cpcrecen en odekne identificados pero sierrpe Ese ccocecczo hocepoco coso del hecho de que elm 00 solamente deben su eJl i.steocio , Sino incluso su

hon!>lJlisiófl , e un esíoerzo ccescrae de lo sociedad, un estoerzo por el que esos rique­

zas se eocoennce por crcddoc ex1roilomenle oherados. N uestro inves~godóo se pro­pone mosrcr cómo o consecuencia de esta represemoción cosísíc de la CÍVl1izoción, las

fonnm de vida llUevas y las nuevos creaciones d e base económica y lécnic o que ledebemos al siglo posado emcn en el universo de una fanlasmagoría. Esas creaciones

sufren esto ciluminación. no sólo de manera teóncc, medícme una transposición ideoló­

gico, sino en la emedsnez de lo presencio sensib le. Se manifiestan como fantasmog<>

ríos. Deese modo se presemon los -poscqes-,pri mero reckzccíón de lo construcción con

hierro; así se presen tan los exposiciones uníverscle s, cuyo acoplamiento con los Indus­

tria s de recreo es sigllifica~vo; en el mismo orden de fenó menos es'o lo experlencic del

flOneuf, que se abandono o los Icntosmoqonos d el merca do . Estas lcn tosmoqonos

d el mercod o, donde los hombres no aparecen sino bajo ospeoos rprccs, se corres­

ponden con las del interior, que se encuentren cons~ luidQ5 par lo imperio sa propensión

del hombre a dejar en las hab itaciones que habito la impron ta de su existencc ind ivi­

d ual pr ivada. En cuanto a la fantasmagoría de la p rop io civiliza ción , tiene su palad in en

Ha ussmann, y su expresión manifiesta en sus transformaciones d e París. Sin emba rgo,

este destello y este esplendor d el que se rodeo así lo sociedad producto ra de mercan­

c ías, y el sentimiento ilusorio de su seg uridad, no estón p roteg idos de los amenazas; el

d errumba miento del Segundo Imperio y la Comuna de París se lo recuerdan , En la

mismo época, el adversario mó s temido de esto socieda d, Blonq uf reveló en su último

escrito lo s rasgos aterrado res de aquella fantasmagoría. En ello lo humanída d hace e l

papel del co ndena do. Tod o lo que ella po dró esperar d e nuevo se revelo ro como uno

5 1

PUlIS. copitol del l igio XIX

real idad d esde siempre presente; y eso nuevo seré ton poc o capaz de propor ciona rle

una solución liberado ra como lo es uno nueva moda de renovar lo socied ad Lo espe­

culación cósmica de Blanqui lleva consigo lo eosenonzc de que la humanidad seré

presa de uno anguslia mñcc en tonto la fan tasmagoría ocupe un sitio en ello .

A FOIJliet o los poso¡es

.De esospo'ooos loscoc moos. mógicos

Mues/ron 01obcooodo por todos portes.

Con losOOjelos que exhiben :\liS p6Bc0s,

Que \o ..ooslrio ~ rM:JI de b s Ofle$.·

No..rveoox TobJeo;¡x eJe Pans 1Nue>o.lcuadr05 dePor(s1. !'orls, 1818. p. 17.

Lo lTlO)'Ofio de lospo~s de Pcns lue.on COnslfUidosen los quince ciios posreno­

le s a 1822. Lo primero condición pero su ooSOffollo es el opogeo del comercio 1extA.Hocen su aparición los olmoceoes de novedades, losprimefOs esjoblecrmeotos que líe­

nen ccosomerreme en depósito una gran conlidod de merccnccs. Sao los precursores

de los grandes almocene~ A eso época a1udío Bclzcc cvaodo esaDía: cEI gran

poema del esccporcte canla susesrolcs de colores desde lo Modeleine hoya la puerlo

Saini-Denis~. los pasajes san centros poro el comercio de merccncos de lujo. Con vis­

las a su decoración, el arte entre 01 servicio del comerciante. Los coeiónecs no se can­

san de admira rlos. Duroete mucho liempa seguirón siendo una cncccion palO los Mis­

tes, Uno Guía ¡lustrada de París o/irma: -Esros posees, reciente invención del lujo

industrial, son corredores cobtetos de cristal, con los entoblcmentosde mármol. que otra­

viesen bloques eote rc s de edificios, cuyos prcp iejcnos se han unido para esa clase de

especulcción. A ambos lodos del posale, que recibe lo luz desde ar ribo , se a linean los

tiende s mós elegantes, de manero que semejan te poscre es uno ciudad, e inclusa un

mundo en rníooturo -. En los pasajes tcvieron lugar los primeros ensayos de la ilumino·

eón o ga s

lo segund o condición requerido pa ra el desa rrollo de los pa sajes lo proporciona el

co mienzo de la construcción metóiíco . Bo¡o el Imperio se hab ía co nsiderado esto técnica

una contribución o la renovación d e la a rquitectura en el sentido d el clas icismo g riego. El

teór ico de lo arquitectura Bo etticher expreso la co nvicción ge nerol cuando afirmo: -en

cua nto o tes fo rmas artísticos del nuevo sistema, el estilo helénico. tiene que entra r envigor . El estilo Imperio es el estilo del terro rismo revolucionar io, poro el q ue el Estad o es

un fin en sí. De igual !arma q ue N apoleón no comprend ió lo naturaleza funcional de l

Estado co mo instrumento dApod er po ro lo burguesfo, así ta mpoc o los arq uitectos de su

época comprendieron la natura leza funciona l del hierro. con el que el principio co nstruc-

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Libro d e 105 Pasajc."S. Resúme nes

Iivo adquiere preponderancio en lo arquitectura.E~ orquileclos Cooslluyen p'1or~ o im~

toción de los cokmros pompeyano$, lóbficos o im~aci6n de los bloques de viviendas, del

mismo mod o que rrcs odelomo los primeros escccoes ferroviarios odoptorón el ospedO

de chclets. lo construcción desempeñe el popel del subconsciente. No obstante, el con­

ce pto de ing eniero, q ue proced e d e las g uerras revo lucio narios, comienza a impo nerse,

y se produce el inicio de 105 riva lidades entre el constructo r y el decc rc c'or, entre loEscuela Politécnico y lo Escuela de Bello s Artes. Por pr imero vez, d esde los romanos, apa­

rece un nuevo mo lerial de ccoseocoon orh/icia/: el hierro. tsle ve o sufrir uno evolución

cuyo r~mo va oceerórdose en elcurso delsiglo. tsfo rec ibe un impulso definílM) el dio en

q ...e se compruebo que lo locomotora -ob¡eIo de la s m6s deerscs tenloliYos d esde es

011<» 1828·192Q- sólo funciono con utilidad sobre ra~es de hierro. El ro~ se coweue en

lo pr imero pieza montcble de hierro , el precursor de la vigo, Se evito el emp leo del hierro

para los inmuebles y se reco miendo pe ra lo s poscjes, lo s pabellones de la s exposicionesy las estaciones d e tren, cc nsírucclcnes que apu nta n a fines transitorios

• 11

-Ncdo hoyde sorprendente en el hechode q..Je lodo inlerésdemasos. lo primero vez que cpcrece. scpere con mucho. en laideo o mp'eser1toción que uno se hace de ello, sus veldod ..ros

limites,.

Marx y Engels, l o Solnle-famille [la Sagrado Familio).

El m6s ínl imo Impulse dado o lo utapia Iourierisla se encuentro en lo aparición d e

los móqJinos. El ialonslerio d ebía devolver o los hombres o un !>istemo de relociones

donde lo morchdcd ya no tiene eos cabido, En él Nerón se hobrio cowerüdo en un

miembro m ós úlil poro la sociedod que Fenelón Poro ello Fouriel no piensa confiar en

lo vlncd, sino en un funcionam iento ehcoz de la socied ad, cuyo s fuerzas montees son los

pasi o nes. M edia nte lo s eng ranOI€Sde la s pa siones, med ia nte la complejo combinac ión

de lo s pas iones meccnlclsrcs con lo posión ca balista, Fou uer se represente lo psicología

colecli vo co mo SÍ luero un meca nismo de relojenc. l o ar monía fourierisla es el producto

necescnc de ese juego combi nado.

Fourier irlsinOa en elrn..OOo de los austeros formas del Imperio el id'iocoIorisb delestilo

de los años t.einto.Pone o ptno un Sistema dondese mezdon los plOOudos desuvisión colo­rista y de5U idiosincrasia delos ciIros. los cormonías. de Foutier no pe rtenecoo de ninguna

manero o uno mtsñcc de los números tomado de uno tradición cualquiera, Han nacido dehecho d irec!amente de sus prop io s decretos: elucubracbnes d e uno imaginac ión o rqonlzo­

doro que en él estaba extremada mente desarrollado De esa manera previó la sig nificación

de lo d to poro el habita nte de lo ciudad , Lo jornada de los bobnooies del folonsterio noseorganizo en sus cosos. Sino en enormes soloees semejantes o los veshbu los de lo Bolsa,donde las dos son coocertodos por coredores,

53

París, topilol del sigla XIX

En los paso¡es Foofief reconoció el conon O'Cuitedónco del lalonsleria. Es lo queacentúa el ccrcoer _imperio_ de 5U ulopio, que elpropio Fourier reconoce iogen\JOJnE!f'IIe:

.EI EsIodo socielcric seré desde el pnnopo ionto rnús brélcrae cuerno mes tiempo ha sido

dilerido, Grec ia en lo época de los Solóo y 105 Pencles podio yo haberlo empr end ido.,

los poscje s que o rig inalmente sirviero n o fines co merciales posa n en Fourier o ser vivien­

dos. El fa lansterio es una Ciuda d hecho de pasa jes, En esto ectudod en posales. la cons­succión del ingeniero presenlo un corocier de fantasma goría. lo «judod en pasajes' es

un sueño q ue ocaridarÓ lo mirado de los porislnos hose bien entrado lo segu nd o mitad

delsiglo Todo-.io en 1869los -eoles.golelia. de Focner toc~ton eleczodc de lo utop'ade Moi~1\- Poris en el oño 2(X}(). lo ciudod odopIo 011 uno eslioctvro q ue la convierte,

con sus almacenes y sus a partamentos, en el decorodo ideal pom el R(mevr.M arx se enfrentó o Corl Grün pa ro defe nder a Founer y valorar su -ccloscl visión del

hombre . , Consid eraba a Focner el único hombe, ¡unto con H eg el, q ue había co lado lo

med iocridad primord ial de l pe queño burgués A la superación sxie rnoñcc d e este tipo en

Hegel le corresponde en Pourier SI) on iquiloci ón humoríslico. Uno de los mes notables ros­

gos de lo utopía Iourierisla es que lo ideo delo explotación de lo noturolezo por el hombre,

Ion generalizado en la época posterior, le es cero. lo lécnóco se p eserso más bien paro

F~ier como lo chispo qJe prende luego a lo póMJro de lo ooturoIezo. Quizó ese dí \oclave de su extroila ideo según lo cual e1lolonslerio se propogolio .porexplosi6n•. lo con­cepoón posterior de lo explotación de lo nolt.Jra\ezo por el hombre es el refleja de lo expío­ladón elecüvc de los hombres por lo s propietorios de los medios de producción . Si lo ¡nt~

qrodón de lo técnico en la vida socia l ho fracasa do, 10 culpo es de esto explotación,

B. Grondville a 10$ eJ<PO$icione$ univerwle$

. S', cooodc el 'Tlunda entero, de Pcr ts ha~to China,

Oh div,oo SoinT-Simon, profese tu doctrina,

lo edod de oro renoceró eco lodo suesplp.ndor.

los rí~ serónde lé. de chocolate:

los corderos osados brincaron en la Uonuro.y losl.ocios poco hedoos 'lOdorón en el Stmo:

los e~nocos ...eOO'oo al fI"Il.ndo gui5odos.

Con nooíosde pon lrrtoalrededor;

Losórboles doron manzonos en compota,

y se co~echar6 n comcocbcs y boros:N evoró vino, lloverón pollos,

y del cielo los penos coerón pmporodos con nobos.slanglo\- y vanderboch, 10000Hlronze el fe Sainl-S¡~ (Ioois-Branze y el~L {Te<J1rO del PoIais Royal 27 de Febrelode 1832·1

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libro d e lo s Pasajes . Res úm enes

los expo siciones universales son los centros de peregrinación de lo rnerccncío-leü.

che. •Europo se ha desp lazado poro ver merconco ss. dic e Toine en 1855. Los expos¡oones universales tuvieron como precursoras los exposiciones nacionales de lo industrio,

lo pr imero de los cuales luvo luga r en 1798 en el Campo de Marte. Nadó ésto del

deseo de -e-rnetener o los clases traba jado ras, y se convierte pcrc ejes en uno fies!Q

de ernoncipocióo~. los trabo¡odores serón lo primero dienlekl . Elmorca de lo indJstria de

recreo no se ha constiluido aún Este morco lo p opocooo la fieslo populOl. El célebre

disculso de Cbcpo l o lo industriO obre esto exposscón. Los sansimonianos, que psovec­

tan lo ¡odllsllia~zadón de lodo el planeta, se odueñcn de lo ideade los exposiciones

universales. Chevo~el, lo móximo cutoddod en es-e nuevo campo, es disc;pulo de Enlon­tin y redcctor del periódico sansimoniano le G/obe_ Los sansimonianos previeron el

cescnollo de lo industrio mundia l; no csr lo lucho de clases. Por eso, pese o su pcrñc¡

poción en los empresas fn dcsmc'es y comerciales o mediados de siglo, hoy que reco­

nocer su impotend o ante los cuestionesque afectan al profeta/iodo.

Losexpo siciones unwerscles idealiza fl el vclor decam bio de las rnerccocos.C rean un

marco donde su vc lor de uso pasa a~undo pla no. La s expo siciones universales fueron

lo escuela donde la s masas oportodos po r 10 fuerzo del consumo se empopa n del valor

do cambio de las rnerccn cfos hasta el punto de identificarse con él: <prohibido tocar los

objetos expuestos». Los mercc ncos do n de ase mod o acceso o uno fantasmagor ía en la

que el hombre penetro pa ro dejo-se distraer. En el inte rior de los diversiones. a los que se

abandona el individuo en el marco de lo industrio de recreo, quedo siempre un elemento

compo nente de uno maso compacto. fslo maso se divie rle en los pa rques de ceocoonescon susmontañas rusos, sus dornillaz~~, sus .orugas~, can uno ocbtud muy recccicocno.

Se prepara por esto vía paro lo serviduml:He con la q ue lo propaganda tonto induslriol

comopolrñco deben poder ccr aor. lo eononízocón de la mercancía y el esplendor de losdisllocciones que lo rodean es el temo secreto del ene de Gondville. De ahiprocede lo

di5pOJidod eeee su e1emenfo utópico Y su e1emenlo orsco. Sus sutilesortifie~ en la repre­

senloción de obte'os inerles COf"responden o loque Mo,Xdenomino _aNotas teológicos>

de lo mercoooc. la el<pleSÍÓll coooeo se encuenlro doro:netlle en la -esceccldod- - uno

deoomirociOO de /Tl8fCondo que ccoece por eso época en kr indus!1iQ de !vIo- . los

exposiciones univefsa!es COIlStruyen un mundo hecho de .espedalidodes~ . los fantasías deGrandville hocen lo misma. M odemizon el universo. El anillo de Soturno se convierte pa ra

él en un balcón de hierro for¡odo donde los habitantes de Saturno loman el hesco o locaído de lo tarde. Del mismo modo, un balcón de berro forjado representaría en lo expo­

sición universal el anillo de Saturno, y los que se a soman o él se verían oocsnodos o uno

fanlosmogo ría dond e se sienten transformados en hcbec ntes de Saturno. Lo vertiente lite­

ra ria de esto ulop ía g rófico es lo ob ra de l erudito Iounereto I oussenel. Toussenel se OC\/­

pobo de la sección de ciencias naturales en un periódi co de modo. Su zaalog ia sitúo el

mundo animal bajo el cetro de la mod o. ~ I considera a la mujer como lo med iad ora entre

el hombre y los animales. De alg uno formo ella es la dec oradora del mundo animal, el cuol

o cambio deposita o sus pies su plumo¡e y sus pieles -El íeón no pidA nod o meto- que

dejarse limor los uñas, con tal de que seo uno bonito muchocha quien sostengo fas ~jeros. ~

ss

París. ecpnot del siglo xx

". Modo: IClof,a Muerlel IDoIlo M uerle!.

leccc-dí Dialogueenlla /o mode 61/0 /0011 [CJiái090 en/te

lo modo y /o1!'I\Ie<il'!j.

lo modo prescribe el 100 según el cual el fetiche en que consisle la ree-coocc pideser odcrodo. Gmndville eneede su oufolidod tanto sobIe 'os objetos de uso Corlieflle

como sable elcosmos . Llev6ndo1o hoslo susúlbmas coosecueodcs. revelo su natulOlezo.

Ello acopla el cuerpo VÍ'o'O al mundo inorgóníco. heme01 viviente, deheede los derechos

del co dóver. ElIeñcbísmo, que aparece así sujeto 01 sex"Üppealde lo inorgónico, es su

nervio vilal. Los fantasíos de Grondville se co rresponden con este espíritu de lo moda,

como lo imag en que de ello trozaría mós Jalde Apollinoire: •Todos los morenos de los

mcltples reinos de la rotorolezc pueden ahora entro! en lo composic ión de un tmle de

mujer. He visto un vestido encartodor hecho de lapones de co rcho ... lo porcelana, el

g res y la loza han aparecido repentinamente en el arte de lo vestimenta ... Se hacen

zcpcros de cristal de Venecia y sombreros de cristal de Bocccrot-.

e luis Felipe o el in/eriol

_Yo creo . en mi olmo. la COS<:l.'

Léan OevbeI, CEuvrff$ [Obras), París, 1929 , p. 193.

Boto eI leinado de Luis Felipe, el individuo parliculor hoce su enlroda en lo hislorio

Paa el individuo porliculor ellugorde ,esideoc io se eecue-eo poi pOmero vez en opa­sici6n 01Iugor de trabolO. Aquél veoe o conslituir el inlerior; lo of icina es su comple­

mento.IPoo" su pene. ésle se d¡s1~gue dmamenle delmcstcdoe, que por susg lobos, sus

cartulinas rtwrcles y sus balaustrados, se presenta como una supervivencia de lomos

barrocos anteriores al cucuo de viviendo .} El pa rticular, que en la oficina neva los cuen­

tos de lo reohdcd, exige del interior que le mantenga en sus ilusiones. Esto necesidad es

tanto rnós urgente cuanta que no piensa inser/or una cloro conciencio de su función

social en los intereses de sus negados. En lo conf iguración de su ento rno privado

reprime ambas precccpcctcoes. De ahf de rivan las fantosmagorfas del interior; éste,

pote el par ticula r, rep resenta el universo. En él reúne la s regiones lejanas y lo s recoerdos

del pa sad o. Su salón es un palco en el teatro del mundo.

El interíar es el asilo donde se refugio el arte. El coleccionista llego o ser el verdadero ocu­

pcníe del lnterior. Corwerte en coso suya la idealización de bs obeos. Sobre el recae esta

icrec deSísifode poseer los cosos pe ro quitarles su ccroctecde rrercorco. Pero él no ped-oconferirles sinoel volar que ellas tienen JXlraelaficionado, en lugar del valor de uso Elcolee-

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---------------_.l.jbro de lo s Pasajes. Resúmen es

ccotsc se cceccce en suscscr Uf) mundo que 00 es soIomellle lejano y d~unto. sino 01mismo

líempomep; un mundo en que elhombre e~'ó IeQllTIffile km desprOllislo de loque necesila

como en el mundoreal. pero donde los coros quedan libresdelo5efVidumbre deserUliIe5.

11

. lo ccbe zc ..

SoI:we lo me~. c::omo un tOnUnc~ de charco,De5COf1 s,o••

Baudeloire, «J re marlyre. [.Uno m6rfir. ].

El interior no es sólo el universo del potrtcolcr, sino tamb ién Su estuche. Desde Luis

Felipe e ncontra mos e n el burgués esta tendencia o re sorcüse d e lo cosencc de huello

de la vldc priva do en la 910 1'1 ciudad. Inlento encontra r esta compensación entre la scua­

tro pa redes de Su piso. Todo sucede como si hubiese convenido en una cuestión de•honor no de ja r q ue se pierd an la s hue llas de sus objetos de uso y de todo lo a ccesorio.

Incansablemente recog e la impronta de multitud de ob jetos; paro SU5 zapa tillas y sus

relojes. sus cubierto s y sus paraguas, ima gino fundo s y estuches. Tiene morcodo prefe­reflejo par el terciopelo v Jc lelpc, que conserven la impronta de cualquier co ntac to . En

el estilo del Segundo Imperio el apar tamento se conv ie rte en uno espacie de hcbüócolo.Losvestigios de su habitante se amoldan en el interior. De ohr nace lo novelo policiaco

que se pregunto por esas vesrigios y sigue estos pistos. Lo FilO$ofía del mobiliofÍo y los

.noeelos de d etectives. de Poe lo conv iel ten en el pri mer ~sanomisto del interior. Losen­mirlOles de los primeros novelos cclccccs no san ni gentlemen ni apaches, sino simples

por ticuloles burgueses IEl galO negro, El COfOZÓfl delator. WJl;om W"sonl.

111

-Busca r mi hoga r.. fue busca rme ahogolr... ,Dónde

es la -mt hogar? Por él pregun to y busco y busqué,y no 10encontré .•

1\it:"lzsche , Alm sprrn:b Zaratbustra [A~i haIH6 Zarn/twral

La liquidación del interior two lugar en los úl~mos lustro sdel siglo a monas del «n odern

sty1e., pe ro esrobc preparada desde mucho a ntes. El arte del interkx era un arte de género.

El .modem sty1e. cco bc con el gt'me ro . Se levanta connc lo infatuación del género en nomo

b e de un maldu siécle, de una ospiroclón de brozas siempre abiertos. El «n odem style. hace

que por primero vez se tomen en cuento ciertos formas tecónícos. Al mismo tiempo se

esfuerzo en desprenderlos de sus rekxjones hmooroles y en presentorlos como coosor aes

naturales: se esfuerzo en suma en es~lizorlas los nuevos e lementos de lo ccosmccon de hie-

56 57

París, copitol del siglo ~X

rro y en particular lo fama occcoe-reñeoen lo c iencón cel-modern sty1e•. Enel dominio de

lo oroomenloci6n, busco integrar esos formas en el orle . El hormigón pone o su disposición

nuevosvirtualidades en orqu~eduro. EnVan de Velde, la co so se peseno corno loexpresión

pl6slico de lo personclidod. El maliYo ornamental desempeño en eso coso el papel de lo~rma debojo de un cuadro. SecompIoce en habbr un lenguaje lineoI con un ccrooer propiO

de bs rnéOlm5 donde lo Ror, simboIo de k:l vida -..egelolMJ. se insroo en les propios Ineosde b c::onskucci6n. (Lo IneoOKYO del .modern sIyIe. hoce suopoic:i6n desde elbluIo de losb esdelmal. Uno especie de guimoldo maco el\'ina.rIo de los b esdelmo( poso-de porbs .oImos debs Rores. de O:b'l ~edon, con el-hocer corieyo. de $v.Qnn.j lol eemo Fcc­liarhabía previslo, elveocceromorco de lovida delct.Jdodono hoyque buscarlo coda vez

rrós en los obcoos y los centrosde negocios. Elmarco /ichcio de su veo se consMuyeen locoso pnvodo. ki es co mo El orquileCk) SoIness do evento del .modern style.; el inlenlo del

indl\lÍduo de medirse con lo técnica a~ndose en su impulso ínhmo lo conduce o su perdí­

eón: el arquitecto Soloess se moto 01 caer desde lo o~a de su torre.

D. BO(Jde/o ire o las cotes de Parfs

.Poro mi todo se vuelve olegorio.•

Boodeloire, de Cygne. [. EI ctsne-].

El genio d e Bcodelore, que se nutre de lo meloocolio, es un genio cleqónco. Por pri­

mero vez Pons, con Boudeloire, se convierle en objeto de la poesio lúsco Esta poesía

local se opone o cualquier poesía de terruño. lo mirado que el gen io alegórico lanz o

sobre la ceded teYelo m6s bien el senhmienta d e uno profundo alienación. Es la mirodode un fIónevf, en cuyo género de vida se d isimulo tras un espe¡ismo beoéfco 10 misario

de los fuluroshobitonresde eoeseos mellópolis. El fI6neut busco un refugio en lo multitvd.

lo mulhtud es el velo o novés del cuo l lo ciudad familiar poro el flóroeur- se convierle en

Ionlasmagorio. Es e Iantasmogoria, donde elle opcrece o veces como un paisaje, o

veces corno uro habitación, perece haber inspirado m6s iorde el decora do de los g ra n.

des almacenes, que ponen de ese modo lo misma Hónerie 01 servicio de su volumen de

negocios. Seo como fuere, los glOndes almacenes son el úlemo lerritorio de la f/dnerie.

En lo persono del R(¡neur lo inteligencia se familiariza con el mercado . Ello se vuelve

o él. creyendo rodearlo; cuando en realid ad es paro encontrar comprador En esta fase

intermedia en donde lo inteligencia oú n tiene mecena s, pero en donde co mienza ya o

plegarse a los exigencias d el mercado [en lo fo rma del fol letír'l l, concibe la boh emio. A

la indeterminación d e su pos ición económica co rresponde la a mbig üedad de su función

pol ítica. Ésto se mcnítíestc muy clara mente en la figuro del co nspirador profesional, que

se recluto en lo bohemio. Blonqui es el representa nte me s notable de esto categoría.

Nadie ha tenido en el siglo XIX uno autoridad revolooononc comparable o lo suya. lo

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imagen d e Bkmqoiatravieso como un relómpoqo los tetaoos de Salón. l o que no impide

que la rebelión de Boudeloea hoyo conservofo siempre el ccrocre. del hombre asoc ial

ella no tiene solida . lo úr acc comunidad sexuol en su vida la realiz ó con uno prosñxno.

11

.N'ng" n '0590 d'Sl'nguóo, del mismo irl.....oo legado,A ese gemelo cerseeo-o.•

Boo...deloil-.., .Le~ seplvieilOfl:b [.lm Soefe -¡os.¡

El Ra-neUl'odoplo la forme de explorador del mercado. En calidad de 101 es 01mismo

tiempo el explorodorde la moluod. Lo mul1i!l.ld hace na cer en el hombre que se abandona

o ello uno especie de embr iaguez ocompol'iado por ilusiones muy particula res, de mc nem

q ue, 01 ver clncnsejnte arrastrado por lo multitud, él se precio de haberlo dosificado, reco­

noc ido en lodos los rep liegues de su olmo, de acu erdo o su aporiencio eoeto- Los ksio­logias co ntemporáneas c bonco n en dac~mentos sobre esta siflgulo r co ncepc ió n. la ob ro

de Bolzoc los proporciono excelentes. los cara cteres t(pi cos reconocdos entre los tra nseún­

tes 5C muestran co n tanto evidencia q ue no po dnc mos sorprende rnos po r la curiosidad me¡

lod o a capta r más alió de ellas la singub ridod especial del suieto. Pero lo pesad illa que

corresponde o la perspícooc ilusorio dellecnomísíodel que hemos hcbkroo esíc en ver

có mo esos rasgos dislin~vos, porhcukrres del sujeio, revelan o su vez no ser más que loselementos constílctivos de un tipo nuevo; de manero que a [in de cuentas b individualidad

mejOf defin ido acabaría siendo 101 ejemplor de un tipo. Ah i es donde se monlfieslo, en el

corazón de la Ronerie, uno /anlo smagorio angustioso. Baudelaile la ha desonollodo con

vigoren dos siele viejos" Se troto en este poeroo de la aparición siete vece s reeerodc de

IKlViejo deaspecto repelenle. El¡ncfr...icLo así pleseflkJcb en su mU~pkodón como siendoSiefrp'e el mismo IeslilrlooKJ lo a ngustio del hobilorWe de lo ciudod püf 00 poder yo. o

peSOl de lo .eoIizoci6n de susreos escéoecos s.ngOOridodes,~ elcifculo rn6gico delspc. BoudeJo¡re cdfico de infernal elcscecc de esto procesión. Peo lo nuevo que él haacechado lodo SIl vida ro es1ó hecho de o se malerio dishnlo que ese Ianlasmagorío del

esernpe lo mismo•. (Lo pruebe que se puede ofrecer de que ese poesía transcribe los sue­ños de un consumidor de hochis no invalido en absoluto ese in1erpreloción.)

"'. ,AI fo~Jo de lo Desco~ocido pa ro enccnlror a lgo nuevol.

Baudela're, . le Voyage. [. EI via jo. )

l o cla ve de lo formo a legórico en Boude lo ire es solidario de lo espe cíf ico significo­

ció n que a dquiere lo merconcio debido a su precio. A l eovílecinuemo singula r de los

59

Purís, cnpuol de' :;;glo ' IX

co sos o causo de su significación, ccrccierrsucc de lo olegorio del .siglo XVII, le co rres­

ponde el envilecimiento singular de los cosos o causa de su precio como merca nd o .

Esie envlleclmientc que sufren los cosos debido o q ue pue den ser tasadas como mer­

cereros se conncpeso en Boudelaire con el valor ineslimable de lo novedad. Lo nove­dad represento aquel absoluto que ya no es accesible o ninguno in1erpreloción ni a nin­

guno comparación. Ela se coeve rte en el ultimo olfincheromiel'lto del une. El ukimo

poema de los bes delmol _El W:Jje •. -¡Oh muelle, vieJO COpilona, es lo ho 'a ! [leve­

mos el anclol. El ultimo vioje dell1tmeur. lo Muelle. Su mela: lo N uevo . Lo nueYQes uoo

cuolidad independi ente delvab de uso de lo mercooclo. Eselorigen de aquello ilu¡,i6n

de la cccllc modo es lo inlaligable proveedcec. Que lo úl1 irno líneo de resistencia del

orle co incidiefa con lo lineo de aloque mós odelcmcdc de lo mercoocrc es algo que

debió de permanecer ocullo poro Boudelcse.Spleen e ideo/. En el taulo de este primer ciclo de las Rores del molla palabra

extra njero mós viejc de lo lengua francesa fue emporejodc co n lo m ós recie nte. Poro

Boudeloire no hoy contrad icción entre los do s conceptos Reco noce en el soleen la

ultima de los tra nsformacio ne s del ideal, mientra s qu e el ideal le pa rece que es lo pri­

mero de los exp resio nes d el ,pleen. En este titulo , d onde 10 sorp rendentemente nuevo

se le p resento 01lecto r co mo algo <sorpre nde ntemente a ntig uo., Bo ud elo ire le d io lo

forma rnós vig orosa o su co ncepto de lo moderno . Todo su tcor ia d el ar te tiene co mo

eje lo «belleza mod ernos, y pienso q ue el crile rio de lo modernidad co nsiste en estor

marcado con el sello de la fatali dad de ser un d ía lo an tigüedad, y en revelar lo o

quien es tesligo de su nocimien lo. Éso es lo q uinta esencio de lo Imprevisto que Bcu­

delcue considero uno cualid ad ina liena ble de lo bello. El propio rostro d e lo modero

nid od nos fulmino con uno mirado inmemorial. Semeqcme o lo mundo de lo M ed usa

poro los gr iegos.

f H0fJ5SfflQfIrI o losborricadas

~ devolo de loBelo . d81Bien. de las9roodes cosos,

Delo bello ncturelezc que inspiro 01 9 '0'1arte,

Yo embruje ei oído o eoccnte lo mirado:

Amo lo primavera en flor: mujeres y rosos.'

Barón Haussmonn, Conle5-Sion d'un 'ion OO'l€rtUvieux

[Confesión de un león llegado a vieio]

Lo ac tividad do Ha ussmann se incorpo ra al imperia lismo napoleón ico, q ue favo rece

el copnollsmo financiero . En Paris la espec clc cló n estó en 5U apogeo. Los expropio cic­

nes de Houssrnonn suscnon lino especulació n que rozo lo estafo. l os semencíos de lo

C orte de Casación inspirados por lo oposició n burg uesa y o rlean ista ocmeruon los ríes-

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Libro de los Pasa]..s. Resúmenes

gas financieros de la hccssmcnoízooón. Houssmcnn intenta dar un apoyo sólida a su

d ictadura sitvando o Perú boja un rég imen de excepci ón , En 1864 da riendo suelta a

su odio contra lo población inestable de los grandes dudades en un d iscurso a lo

Cámara. Esto población aumenta de manero constante a causo de sus empresas. lo

subida de los alquileres echa 01 proletoriodo o los suburb ios. Así los ba rrios de Paríspier­

den su fisonomía propio. Se ccnsstwe el «cinturón rojo s. Houssmann se dio a si mismo

el título de 'a r ~sta demoledoo. Se sentio con vocación po ro la obro que hab ía empren­

dido; y subraya este hecho en sus memorias. los mercados centrales posan po r ser lo

co nsnucción más logrado de Hou ssmonn y esto es yo un síntoma ínteresc ote . Se decia

de la Cité, cuno de lo ciudad, que Iros el poso de Hcussmcnn sólo quedaban en ello

uno iglesia, un hospital, un edi~do públ iCO y un cuartel. H ugo y Merimée dan a enten­

der hosto qué punlo los hansformaciones de Haussmann les perecen a los parisinos un

monumento de l despousmo napoleónico. Los hobñoníes de la ciudad yo no se sentceen coso; comienzan o lomar ccoceoco delcor ócter inhumono de lo gran ciudad. lo

obre mol"lUmenlol de Moxime du Comp, Poris. le debe su exístencc o ero tomo de con­

oeeoo. los oguolvei-Ie$ de Meryon (hada 1850) loman la máscara ITlOftvorio del viejoPoris,

El verdodet-o Ob¡elillode Ic» trabajos de ttussmonn ero asegurarse ccosc lo even­

luoIidod de uno gueno civil. Oueno hacer imposibl e poro siempre la construcción debortkcdcs en las coles de Porls. Persiguiendo el mismo objelivo. Luis Felipe yo había

introducido los pov rnenlos de modero. $ln emba rgo, las ba rricadas habían desempe­

ñado un popel considerable en lo revolución de febrero. Engels se ocupó de los pro­

blemas de I6c1ico en los comba tes de barricadas. Haussmonn busca prevenirlos de dos

maneras. l a longitud de los canes hará impoSible su consnucoón, y nuevos vías enlaza­

rán en líneo recto los cuarteles con los barr ios obreros. los coe táneos bouñzcrcn suempresa: .EI embellecimiento estratégiCO"

"· 1:1un iverso floral de las decora ciones ,

El encanto del pa isa je , de la a rquitectura ,

En fin , el de tod o efecto esc énico desc ansa

Solamente en la ley de la perspect iva p ura.,

Franz Büh le, Tbeater-Katecbtsmus ¡C;'u le­

ctsmc teutmA, Múnich, p. 74.

El idea l urbanístico de Houssmonn eran los perspe ctivas sobre los que se ob ren lar­

gas hileros de ca lles. Este idea l corresponde o lo tendencia, habitua l en el siglo XIX, °ennobl ecer los necesidades técnicas med iante pseudo ttnes orusncos. los temp los del

pod er espiritua l y mundano de lo burguesía debían encontrar su apo teosis en el marco

de las hileros de ca lles. Estos perspectivos se d isimulaban antes de la inauguració n co n

61

POfís,capital del siglo X'X

uno lona que se levantaba como se descubre un monumento, y la vista se obuc enton­

ces sobre uno iglesia, uno estación, uno estatuo ecuestre o algún o tro slmbolo de cMli­

zc cón. En lo haussmannizoción de Pon's lo fantasmagoría se hizo piedra. Como está

desñnodo o una especie de perennidad, de jo entrever al mismo tiempo SlJ ccrc crer Erme .

Lo Avenido de l'Opéro. que, según lo expresión maliciosa de la época, ab re lo pers­

pectvc de lo portería del Hótel du LOUVIe. dejo ver con qué poco se contentaba lo

megalomanía del prefecto .

111

.Dejo aue vean. desboroordo lo orlimoi'lo,

()I, ~epúblico, esos perversos

Tu gran Ioz de Medusa

Enmedio de rojo~ rel6mpogos..Pie<Te Dupont, ChonI des ÚlMie<5 ICarrfo de 105

obre<osl

La Comuoo resueno lo bonc odo . Es más sólida y esló mejOf concebida que

nunco , Atranco los grandes bdeecre s, okonzondo a menudo la altu ra de un primer

piso y oc ultando las mncheros que ello resgllOfdo . Igoo! que el M on¡f¡esJa comunisJa

c ierra lo época de los conspiradores pro fesionales, lo Comuna pone término o lo 10ft.tosmagorÍQ que domino los p rimeros aspiraciones del proletariado. Con ello se

esfumo lo ilusión de que lo toree de lo revolución poleicro consiste en completor, en

estrecho colaborac ión con lo burgueslo, lo ob ro de 1789_ Este qu imera habío mar­

cado el penodo entre 1831 y 1871, desde los levantamientos de tyo n hasta lo

Comuna. la burgues io jamás part ic ipó de ene equivoca. Su lucho contra los derechos

sociales del proletariado es Ion viejo como lo gran revolución. Coincide con e l movi­

rmento filantróp ico que lo oc ulto y que con Napoleón lllfuvosu pleno expansión. Boja

su gobierno nació la obro monumenlol de ese coueme: el libro de le Play, Obreros

europeos:

Junto o la posición abierto de lo lllontropic, lo burguesfo ha asumido siempre lo pos¡ción encubierto de lo lucho de clases. Yo en 1831 reconoce en el Joumo! des Débals

•Todo fabricante vive en su lóbícc como los dueños de 105 pla ntacio nes entre sus escla­

vos>, Y si jue lo tal para los viejos levontornlemos obreros que ninguno teo uc de la revo­

lución les mostrase el comino, ésa es tamb ién, po r a ira parte, lo cond ición necesario de

la p ronto energía y del emusiosmo con que emprenden lo realización de una nueva

sociedad. Esre entusiasmo, que a lcanza su paroxismo en la Comuna, ganó en ocas io­

nes po ro la causo obrera a 105 mejores elementos de la burguesía, pero Ilevó linolmente

o 105 obreros o sucumbir ante los mes viles de ellos. Rimba ud y C ourbet se pusieron de

par te de la Com una, El incend io de Parfs es lo digna terminación de la ob ro de des­

trucción del ba rón Houssmonn.

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Page 17: WALTER BEN]AMIN - WordPress.com40 Li bro ,ll· los I'asajl·s. Resúmenes la expansión de los panoramas coincide con la aparición de los pasajes. No so cansaban de hacer de los panoramas,

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Lih ro de Jos Pasaje s . Rcsú<l1t::nes

Conclusión

-Hombres del sigkl XIX, lo hora de 1U8S'ro$ uporiciones estó

poro se-pre ~¡odo.

'1 siempre 110$ lomo a kls misrros.•

Au¡psle 8lorqui, l'tlemilé por le, Aslres [Ic ef~

dodpcxk>5 cseos], Pon!>, 1872. pp. 74·75.

Dcroote lo Comooo Blonqui e$lo.M) pl"isionero en e l f Ofr d u TO UfeoU. Ahi escribe SIl

lo elemidod por h ,S ostros. Este ~b.-o culmino lo ccostelooon de los fantasmagorías del

siglo mediante uno último fanlasmagoría. de co róctar có smico, q ue co ntiene tmphcuomente lo cnücc mós acerba de lodos. les inge nuos reflexiones de un cwcdídccic, que

co nstituye n lo porte principot de ese escrito, obren el c omino de uno espe cula ción que

inllige 01imp ulso revolucionario del au tor un cruel desnemdo Lo concepción del uni­

verso que Blonqui desarrollo en aquel libro , y cuyo s datos lomo de los ciencias na tura­

les mecónicos, resulto ser una visión infernal. Es cdernós el com plemento de esto soc ie­

dad cuyo triunlo sable él mismo Blonqui se vio ob ligad o a reco nocer 01 filial de su vida .

Lo iro nia de este sistema de ideo s, ira nio oc~ la sin dud a para e l propio o utcr, co nsiste

en q ue lo horrorosa req uisitorio q ue pro nuncia con tra la so ciedad adquiere la forma de

una sumisión sin reservas al rescltcd o . Es te escrno prese nto la ideo de l eterno retorno de

los cosos d iel oños entes que el Zora/us/ra; de una manera apenas menos pctético y

co n una fuerzo extreme de alucinación,

N o liene nodo de triunfal y dej o más bien uno eensocíón de o presión. Blonqu i se

preocu pa por trazar uno imagen del prog reso que -inmemo ria l onligiioood q ue se

povonea den tro de uno pompo de último roeedc d - se revelo como lo fantasmagoría

de lo hiskNia mismo. He aqui el po~e eseoccl:

. EI universo entero esló compueslo de sistemas esle lo res. Poro cre<lfIos.1o na turaleza

sólo tiene cien cuerpos~les o su disposición. Pese al pl"odigio so por!ido q ue ellosobesoco- de sus recursos y o lo cifro incalculable de cOfT'bioociones que pe.miten en

su fecundidad, el resultado es recesoocmeme un n úme ro hmto, como el de los propios

eleroerocs, y poro lIe nor la extensión. lo natvralezo debe repet ir hose el in',nilo cado

uno de suscom binaciones Ofiginol es o tipos . Todo ostro, seo coolfoee, exisre un número

infinilo de veces en elnempc y en el espacio. no solamente bo ja uno de sus e species.

sino tal co mo se encuer are en codo uno de los seqcndos de su duración, de sde el nocr.

miento hasta lo muerte ... lo Tierro es uno de esos ostros. Cualquier ser humano es, por

tonto, eterno en coda uno de los segundos de su existencia lo que escribo en este

momento en un calabozo del Fort d u Toureou lo he escrito y lo escrib iré d ljranle la ete r­

nidod, sob re una meso, co n uno pluma, co n estos ropas, en circunsta ncias co mpleta­

mente seme jantes. Y así poro to dos... El número d e nuestros so sia s es illf i n i ~o en el tiempo

y en el espacio , En co nciencia, no se p uede a penas exig ir rros. Estos sosias lo son en

ca rne y hueso, e incluso en pantalón y gabán, en miriña que y en moño, N o san fantas­

mas, sino lo octoo'ídod eiermzodo . Y éste es. no obstante, un gran defecto: no hoy pro-

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Pnrls. cop.tol del siglo XI~

greso... Lo que llamamos prog/eso eso encerrado entre cua tro paredes en coda tier ra y

se desvanece con ello. Siempre y en lados portes. en el ca mpo terewe. e l mismo

drama. lo mismo decoración, en el mismo cnqosio esceoono . uno humanidad ruidoso ,

engreída con su gra ndeza. creyéndose el universo y viviendo en su pri sión como en uno

inmensidad, poro hundi r!le e nseguida con el globo que ha llevado con el más profu ndo

desdén, el fa rdo de su 0I9ulo. l o mismo monalonía, el mismo inl'TlOYilismo en los o sees

e:.dronjeras, El urWe.SQ se repite sin fin y pi% sin moverse del sitio. Lo eternidad re pre-.

senlo impeclurboblemente en el inf inito los mismos funciones .

Essc resignaci60 sin escercozc es lo lJItimo palabro delgron revo!ucianOfio . El siglo

no supe responde. o los nuevo s virtuolidades técnicos con un ord en social nuevo. Y poreso lo último polobro se haquedado en los embaucadores rruchimone s de lo onligoo y

lo nuevo, que eslón en el corc zén de esos fantasmagorías. El mundo dominada por sus

fanlasmagorías es -poro servirnos de uno expresión de Boudelaire - lo modernidad. la

visión de Blonqui hoce entrar en lo modernidad - cuyos heraldos perecen los siete vie­

jos - el universo entero, finalmente lo novedad le aparece co mo el atributo de lo que

pe rtenece 01bando de lo condena ció n eterno Lo mismo sucede en un vodevil un poco

a nterio r, Cielo e Infierno: los cas tigos de l infierno tienen la tro l a de última novedad en

todo tiempo , de «penes eterno s y siempre nuevos>. Lo s ho mbres del sig lo x x o los q ue

Blonq ui se dirige co mo a apa ricio nes han salido de esto reg ión,

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