3) Francia frente al vaticano.pdf

7/23/2019 3) Francia frente al vaticano.pdf

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S O C I C i N D E P R O P G N D L I E R L

FOLLETO N o 33

FR N I

FRENTE L

V TI NOI

Notable discurso pronunciado en el Se-

nado francs por el presidente del

Consejo de Ministros M Justin Com-

bes

I IH.4. : 5.000 1l.JIlllPL IUlS

- L a V d e 8 t e f o l l e t o

d e p u 6 s .p r s t e s e l o

a l g n a m i g o -

MAYO DE 9 8

MONTEVIDEO


2/22

la A so c ia c in p ub lica u n fo lle to m e n su a l de l q u e e n v ia p o r co rreo

do s e je m pla res

ad em s e l B o le tn O fic ia l qu incena l

lo s libe -

ra le s q ua ha n . in g re sa d o en e lla y a bo n an la c an tid a d de veinte en-

tsimos

a l m es .

los s oc io s q ua no re c iba n d ich os fo lle to s

b ole tin es lo s q ue

ca m bie n d e d om ic ilio d eb en co m un ica rlo

la

secret n

0 31 1e d el C ua re im

lu m e r o 189.

i u d d n y c t l i c i s m

XXXX. Excomulgado sea el que diga:

d l Estado, s i endo el origen

la fuente

de todos los derechos, goza de un derecho

que no est circunscrito por ningn lmite.

EL SYLLABUS

(Cdigo Poltico de l Iglesia.)

La soberana, en toda Su plenitud, existe

radicalmente en la Nacin, la que compete

el derecho exclusivo de establecer sus le-

yes, e t c

C O N S T I T U C i N D E L A R E P B L I C A A r t . 4 .


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r a n c i a f r o l l t

a l

V a t i c a n o

-

Discurso pronunciado en el Senado francs

por el Presidente del Consejo de Minis-

tros Mr Justin Combes 1.

SEORES

Mi honorable colega y amigo M. Delpech se ha

preguntado, en el curso de su -dscusn cual

poda ser el principio que dirige nuestra poltica

. religiosa. He venido la tribuna para decrselo.

Pero me permitir que no lo siga en las con-

sideraciones .diversas, reconozco que muy in-

(1) Damos en este folleto un notable discurso pronunciado recin-

temeute en el Senado trances, por el

esidente del Consejo de Mi

nistros. M. Combes, para explicar los motivos determinantes de un

conflicto pendiente en la aoniatidad entre el gobiern o de la Repblica

Francesa

y

el Papado. El conflicto tiene como

caua

la resistencia

del Papa investir cannicamente unos obispos nombrados por el go-

bierno trances, de acuerdo con las facultades de que est investido

dicho gobierno, I1n virtud de las estipulaciones del Concordato que

celebro Prancia a

principios

del Siglo XIX con el entonces Papa

pio VII. .

Persistente en su sistema de querer aparecer el Papado como

\-

pero-

todas las soberauias, pretende violar un tratado y un pacto

que lo obligan como cualquier parte centratante. Pero harto ya el

g-obierno trances de los avanoes del clericalismo, que tan hondas

perturbaciones viene originando, ha resuelto salvaguardar los fueros

de la soberana francesa y obligar al Vaticano

definir su actitnd.

El Concordato acuerda al culto c< tlico ciertas ventajas; si quiere se-

guir gozando de ellas, que se someta por su -parte las obligaciones

que el pacto le ha impuesto, entre las cuales la principal es el res-

peto los fueros del gobierno francs.

El Presidente del Consejo de Ministros, Ministro del Interior

y

de

Cultos, M. Combes, ese ilustre

r ncs

que es hoy el blanco de las iras

del mundo ultramontano y-clerical, contest .M. Delpech, que

haba

heoho mocin por la denuncia inmediata del C .ncordato, con el si-

guiente discurso, pronunciado en la sesin del21 de MarZO.ltimo

que traducimos directamente del ourn l

orn te

de la Repblica

Francesa, discurso que el Senado, por gran mayoria, (157 1 0 1 > < 8 con-

tea 66) mand pu blicar, por carteles en todas las comunas de Francia.


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2

ASOCIACIN DE PROPAGANDA LIBERAL

teresantes, que ha presentado al Senado sobre

la uestin tan grave de la separacin de las

Iglesias y del Estado.

No tengo, como l, la libertad de mis mo-

vimientos. Ministro de Cultos, no debo olvidar

por un solo momento que las relaciones del

Estado

en

la Iglesia Catlica estn quedan

regidas por el. Concordato. Cualquiera sea el

juicio que en el fuero interno se tenga sobre

esa convencin. diplomtica, sus clusulas

obligan los dos gobiernos que la han firmado,

mientras no hayan sido modificadas dero-

gadas por otras disposiciones legales.

Denunciarla en este momento sin haber pre-

parado suficientemente los espritus

esa de-

nuncia, sin haber establecido de un modo aca-

bada

con pruebas repetidas que es el mis-

mo Glera catlico quien la provoca y la quiere,

hacindola inevitable, sera obra de mala po-

ltica, en razn de los resentimientos, - hasta

inmerecidos, que podran seguirse, en el pas,

contra el gobierno republicano.

No digo que la ruptura de los lazos que

existen entre el Estado y la Iglesia Catlica no

se produzca un da otro. No digo que ese

da no est muy cerca

(Muy bien en la

squ -

da);digo

sencillamente que no ha llegado.

Por eso es que, en las explicaciones que

tengo que presentar al enado estoy obliga-

do circunscribirme y conservarme dentro

del terreno del Concordato.

Por lo dems, que aquellos de mis amigos

polti os

que estn apurados por votar la se-

paracin de las Iglesias y del, Estado calmen

su impaciencia.

Al paso que van. las cosas, puede que

IW

ten-

gan mucho que esperar la realizacin de su

deseo.- Muy

bien aplausos n los bancos de

isquierd

M. CLEMENCEAU.-Es una esperanza,

EL PRESIDENTE DEL CONSEJo.-Para todo el

mundo, en efecto, es notorio que sobre todo

de algn tiempo esta parte, el clero catlico


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SOCICIN DE PROP GND LIBER L

EL PRESIDENTEDEL CONSEJO.- ... y que no le

importaban sino muy poco los textos. las

sanciones del Concordato, tan dbiles y tan

poco temibles, aada, con arreglo

su capri-

cho, sanciones de otro rigor mucho ms ex-

tremo, como el alejamiento de la dicesis de

la parroquia, la renuncia forzada, la crcel.

, Para castigar culpables colocados en alto y

quienes crea no poder llegar de otro modo,

no trepidaba en herir inocentes humildes.

Es as que, un

di

para castigar al obispo de

Gante, licenci todos los alumnos' de su se-

mn ro y los incorpor todos en no recuerdo

que escuadrn del tren de equipajes. Risas).

M. CLEMENCEAu.-Era un recurso para aumen-

tar nuestro ejrcito.

EL PRESlDENTEDEL CONSE:rO.-Si los dems

gobiernos monrquicos se han abstenido de

proceder con semejante desenfado, es porque,

sus principios de gobierno se amoldaban me-

jor las exigencias del poder eclesistico. Para

ellos, el Concordato no era nada ms que un

accesorio en el concepto general que presida

sus relaciones con la Iglesia. Ese concepto,

descansaba sobre el sistema de gobierno que

ha sido denominado alianza del trono y del

. altar. Muy bien en la isquierd i Los dos po-

deres encontraban sus ventajas en esa alianza

que les 'permita congratularse y recomendarse

mutuamenle al respeto y al cario de la na-

cin.

Nuevas seales de aprobacin en tos mis-

mos bancos.) .

Seores, completamente distinta tena que

ser y ha sido la poltica religiosa del gobierno

de la Repblica. Ella le estaba impuesta por

observancia de las leyes concordatarias. Es

la nica que la Repblica haya practicado,

y

hasta se ha mantenido en ell? con una per-

sistencia tal, que no ha tenido su igual sino

en la persistencia puesta por el clero catlico

en eludirla.

M. CLEMENCEAU.-Muy bien

EL PRESIDENTE DEL CONSEJo.-Bueno sera


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5

sin embargo,eritenderse. Debe

no el Con-

cordato regir las relaciones de la Iglesia y del

Estado? '

Es indudable que esa convencin toma

camente del consenso recproco de las dos

partes, su valor

y

su fuerza. Pues bien, seo-

res, parece que, desde hace algn tiempo, el

clero catlico se empena en .demostrar que

rehusa su consentimiento, si se atiende

sus esfuerzos reiterados por eludir las clu-

sulas d la convencin, las violaciones re- .

petidas que. hace de

e l l s v

la pretensin que

denota de recoger sus ventajas sin aceptar

sus obligaciones. (Muy bien Muy bien en la

izquierda).

Si, seores, parece que el clero francs se

ha aoogido definitivamente la teora ultra-

montana que ve en 'el Concordato, no un con-

trato sinalagmtico, sino una simple conce-

sin de fa potencia eclesistica.

No olvidamos que esa teora, desarrollada

har unos treinta aos, con franqueza brutal,

en un escrito especial, por un juez del tribu-

nal de Rodez. heredero del nombre de Bo-

nald, (1) edujo inmediatamente

cierto n-

mero de obispos

y

rzobspos

entre ellos el

arzobispo de Pars, que la refrendaron en

calor. Tampoco ignoramos que el Papa Po

IX la consagr con su ap.robacin, felicitando

al autor del escrito por haber hecho compren-

der

la gente que blasfema de lo que ignora,

que la Iglesia, en esas convenciones que con-

ciernen-a cosas que la interesan, lejos de in-

vadir derechos agenos, no hace, por lo. con-

trario, sino concesin de los suyos propios.

_Si tal es efectivamente la opinin del clero

francs, que lo diga con franqueza. El proble-

ma se plantea, para l como para nosotros,

entre dos trminos bien sencillos: subsisten-

1 Cardenal arzobispo francs, muerto en 1870,.

que se hizo clebre por su intransigencia ultramon-

tana N

del T. /


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cia denuncia del Concordato. (MflY bien

Muy bien en la izquierda).

Hemos dicho en le declaracin ministerial,

que nosotros ramos partidarios de la subsis-

tencia, porque la creemos mas conforme al

estado de la opinin pblica y

la costum-

bres actuales de la sociedad francesa. (Apro

bacin en

o rios

banos.) ,

Pero, seores entendmosnos bien: esta-

mos por el mantenimiento integral de las

. estipulaciones contenidas en el acto concor-

datario. Nos reslgnaramos la denuncia, de

acuerdo con todo el partido republicano que

no quiere que se, le mistifique (Muy bien

Muy bien y aplausos en la isquierdas, antes

que prestarnos la prolongacin indefinida

de un estado de cosas que no es la guerra,

, que, no es la paz, pero que ms se parece

la guerra que la paz. (Nueva aprobacin en

los mismos bancos). , \

Por consiguiente, seores, que el clero ran-

cs se explique de una vez por todas: espe

ramos, pedimos sobre esto aclaraciones. Tanto

ms autorizados estamos para esperaras, que

la cuestin de la separacin de las Iglesias y

del Estado, que hasta hoy no ha sido discutida

sino en la tribuna del Parlamento, en la pren-

sa y en publicaciones particulares, empieza

. ser. considerada por el episcopado, en cartas

dadas la publicidad, como una eventualidad

posible y hasta deseable. .

ospecli rn ustedes, seores, que el , epis-

copdo pone condiciones leoninas la .separa-

in

Est pronto, dice, aceptara, si el Esta-

do consiente en primer lugar, en: consolidar

defntvamente beneficio de la Iglesia Cat-

lica, el conjunto de las asignaciones inscriptas

en. el presupuesto de cultos. (Risas en la is-

quierd s

EL CONDEDE TREVENEC.-No es sino una res-

titucin.

EL PRESIDENTEDEL CONSEJO-Conocemos la

objecin.


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7

Tanto vale decir.. para quien sabe compren-

der ese lenguaje que el clero no quiere la se-

paracin. .

Luego si el clero hace ascos la separacin

que se abstenga de todo acto .su sceptible de

provocarla; que se mantenga dentro de las u -

_ sulas del contrato y puesto que ll\ experiencia

diaria prueba con exceso. que el Estado no est

lo bastante armado contra los ministros de los

cultos obispos sacerdotes que violan sus

disposiciones tu telares que no se sorprenda

si el gobierno propone cuando llegue la oca-

sin ciertas medidas propias para castigar esas

violaciones.

(Muy bien Muy bien en los mis-

mos bancos.)

No dejar de decirse lo supongo que mi

lenguaje es atentatorio contra la libertad del

clero. . . \

UN SENADORDE LA DERECI-J.-Es muy cierto.

-EL PRESIDENTEDEL CONSEJO.- ... que se pro

pone subyugar ese clero encadenarlo . la

poltica del gobierno.

Seores sabes como yo lo que valen por

lo general tales acusaciones en los labios de

nuestros adversarios.

UN SENADOR DE LA DERECHA.-Naturalmente.

EL PRESIDENTE DEL CONSEJO.-Aqu para re-

futadas le basta al gobierno con una palabra.

Lejos de querer someter el clero una poltica

determinada queremos desligarlo en absoluto

de toda poltica.

(Muy bien en ta

isquierdan

Queremos devolverlo su nica y verdadera

misin que nada. tiene de comn con los par-

tidos que se disputan el poder. No

queremos

clero republicano pero tampoco clero antrre-

publicano.

(Nueva y calurosa

aprobacion

en los

mismos bancos.) .

Van ya diez aos mis. queridos colegas de

la mayora que se trata de seduciros hacin-

oos creer que mediante algunas concesio-

nes algn repudio de nuestras leyes republi-

canas el clero catlico se plegara la Rep-.

blica. Rechazad como un obsequio funesto ese.


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SOP CIN DE PROP G ND LIBER L

aoercamiento si es ese precio. i.Aplausos en

isquierda.s

Un clero adherido en esas condiciones ...

EL CONDEDE TREVENEC-No tiene sino lo que

merece. .

EL PRESIDENTE -DEL CONSEJO.- .. : un clero

adherido en esas condiciones la Repblica

seor de Lamarzelle ...

M. DE LAMARZELLE.-No os he interrumpido

seor ministro.

EL PRESIDENTE DEL CONSEJO.- ... sera pron-

to y fatalmente un clero dueo de la Repbli-

ca. A la teocracia nose le da su porcin. Aplau-

sos repetidos en los mismos bancos.)

Quien co-

mete la imprudencia de llamarla en su ayuda

se condena

sufrir su direccin.

Por otra parte seores el clero no est he-

cho para

.la

poltica: est hecho para aspira-

oones Ynecesidades completamente extraas

las cosas del orden poltico. Que se

atrn

chere en la satisfaccin de esas necesidades

Y de esas aspiraciones; el gobierno no le pide

otra cosa. As como- no desea su ayuda tam-

poco est dispuesto tolerar su hostilidad.

Muy bien Muybien en la

isquierd i

Seores lo sabeis el sacerdote es por defi-

nicin un pastor de las almas. Deja de serIo

tan pronto toma parte en los conftictos .de los

partidos. Es como pastor de almas como mi-

nistro de un culto que tiene su asignac1n

en el presupuesto del Estado.

Al votarle su presupuesto tenemos el dere-

cho de exigirle que se mantenga fiel

su ca-

rcter as como tenemos el derecho de obli-

garlo ello por medio de estas aquellas dis-

posiciones que nos parecieran ms apropiadas

tal fin.

o

Seores he reivindicado en el principio de

este discurso el derecho del Estado en materia

de nombramiento de obispos. Permitidme in-

sistir un poco sobre este punto que constituye

mi juicio la parte .sencal la parte capital

del Concordato; porque la direccin de la Igle-


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SOCI CIN

PROP G ND L BE


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10 ASOCIACIN DE

PROP G N

LllBERAL

.exposicin de la doctrina concordataria hecha

de mano maestra, con una precisin de vistas

y una firmeza de lenguaje que cerraban la

puerta toda rplica. Citar de ellas uno

dos trozos:

A estar al texto del Concordato, escribe el

Ministro de Cltos su colega de Negocios

Extrangeros que tenia: la misin de transmitir

la respuesta la Santa Sede) estar al textodel Concordato ce1ebrado entre el gobierno

francs y la Santa Sede, el emperador nom-

bra para los obispados vacantes, y el Santo

Padre confiere la institucin cannica los

eclesisticos nombrados. Imp-orta no perder

de vista el verdadero carcter de ese acto

y

de las clusulas que contiene. No es, como al-

gunos escritores lo sostienen y

C ll1

parece

suponerlo S. Em. el cardenal Antonelli, una

pura concesin decisin que emana de la auto-

.ridad eclesistica, concesin

decisin que, en

, razn de su origen y de su naturaleza, pueda

interpretarse en su conjunto

y

en sus detalles

por los principios del derecho cannico; es una

convencin sinalamgtica, un tratado concludo

entre dos potencias independientes, que debe

ser aplicada interpretada, como toda otra

convencin internacional, en el sentido en que

cada una de las partes contratantes le atribua

legtimamen te.

Al reivindicar el derecho de nom rr los

obispos, el primer- Cnsul no tena, evidente-

mente, la idea de contentarse con un simple

derecho de

patronato

de

presentaci6n

regido

por las antiguas leyes beneficiales: atribua

seguramente, la voz nombrar su significacin

habitual, y al Teservarse para l y sus suceso-

res el derecho de nombramiento de los obis:

pos, entenda. por eso mismo reservarse el

.derecno de nombramiento de ccnterr

n -

diatamente, por el hecho slo del nombra-miento, todos los derechos y prerrogativas que

nuestras leyes civiles atribuyen reconocen

al titulo de obispo. Tal es, en efecto, el sen-


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ASOCIACIN' DE. PROPAGAN,DA

L1I ERAL 11

tido que la palabre nom r r tiene, s excep-

cin, en todos los actos del poder ejecutivo, y

las partes contratantes no habran podido dar-,

le otro significado sin antes convenirlo as.

En otro trozo, Rouland argumenta del modo

srgu nt

La corte de Roma expresa, es verdad, el de-

seo de un acuerdo previo sobre los candidatos

al episcopado. Pero esa'combinacin, aprecia-

da muy sensatamente por el

s r

Embajador

(de Francia) no hara sino cambiar la dificul-

tad sin producir efectos tiles. El acuerdo

previo supondra, en efecto, la exposicin sin-

cera de las objeciones opuestas los 'candi-

datos, una discusin leal y acabada de sus

titulos, la renuncia del derecho de pronun-

ciarse ex inform t onsienti sobre el mrito

de los eclesisticos presentados. Pues bien;

el Santo Padre no querra consentir jams en

abdicar lo que considera como una prerroga-

tiva esencial; se reservara siempre rechazar

por motivos de conciencia los candidatos pro-

puestos; el gobierno mantendra su lista de

presentacin pidiendo que se le hicieran co-

nocer los motivos de exclusin, y el conflicto

se planteara de nuevo sin que la solucin

fuera facilitada en' lomas mnimo. No pode

mas, pues, aceptar un combinacin que no

tendra ms resultados que amenguar el

recho del soberano, sustitur en realidad un

simple derecho de presentacin su derecho

de nombrar,

y

esto hasta sin ponerlo cu-

berto de la repeticin de los inconvenientes

que se quisieran obviar.

Seores, el Vaticano se obstih en su 'nega-tiva.

El gobierno imperial mantuvo su decreto,

que produca an todos sus efectos cuando

el Imperio se fu pique en la tormenta de

1870.

Cosa inesperada: fu un israelita, Crernieux, ,

miembro de la Defensa Nacional, delegado

los Cultos, quien puso trmino al conflicto,


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12 ASOCIACIN DE PROPAGANDA LIBERAL

haciendo deagraotadamente.vytalvez con un

poco de in conciencia, tabla rasa de, las pre-

rrogativas del, Estado_

Cremieux, muy ignorante y ms inexperto

aun en esa materia, estaba absorto, como sus

colegas de la Defensa Nacional, por el pensa-

miento de los desastres que se desplomaban

diariamente sobre Francia. El clero pudo fcil-

mehte contra esa inexperiencia.

Su sucesor inaugur el procedimiento tan vi-

vamente anhelado. por el Vaticano: el del acuer-

.ro previo. .,

Seores, esa expresin significa que no le es

permit do al poder civil fijar su eleccin en una

, persona

cu lquier

.sn haber antes indagado,

si el poder eclesistico est dispuesto- acep

, tarla.

En realidad, el procedimiento eona la elec-

cin al arbitrio del poder eclesistico, que que-

da siempre libre para aceptar rechazar; sin

creerse obijgado justificar.su rechazo con

otras razones que las que derivan de lo que el

latn llama conscientia inf ormata

Ha tenido como consecuencia, desde, hace

treinta aos, que se vean .exclu dos del episco-

pado los sacerdotes, no m.e atrevo decir re-

publicanos ...

M

DE LAMARZELLE.-Ustedes no los quie-

ren

EL PRESIDENTE DEL CONSEJO.-. _. digo sim-

plemente liberales, de reservar las sedes va-

cantes

los candidatos de la reaccin .

M

Combes da luego conocer al Senado una

larga nmina d candidatos propuestos.por los

gobiernos republicanos para los obispados,

y

que el Papado rechaz, aunque se trataba de

sacerdotes de gran virtud ilustracin. Dice

despus): .

En 1895, encargado, contra todo mi deseo,

del ministerio de Cultos, que entonces fu trans-

ferido del del

Interior

ql de

Instruccln

Pblica,

repudi categricamente el sistema del acuer-


15/22

ASOCIACIN DE PROPAGANDA LIBERAL 13

do previo; que se me figuraba la vez un tr-

fico indigno y un

engao

si lo prefers un.

abandono culpable de los derechos del Estado.

Muy bien en la izquierda.s .

Habl de ello muy claramente con el Nuncio

de entonces como he hablado de ello muy cla-

ramente con el Nuncio de ahora. -

Dije al Nuncio: Puesto que el Concordato es

an la ley de mi pas lo respetar pero en-

tiendo en ambio que usted lo respete

su

vez.

Muy bien en la izquierda.s

Tenemos que

proveer ocho sedes eniscopales vacantes. El

Concordato por sus artculos 4 y

5;

atribuye en

trminos expresos al poder civil el nombra-

rnien to y al poder eclesistico la institucin ca-

nnica. El Consejo de Ministros propuesta

ma ha elegido para ocupar las sedes vacan

tes los ocho nombres de la lista que le entre-

go. No creo tener .necestdad de decirle que

nuestra eleccin ha re cado en personas

rr

prochables en todo sentido y ya probadas en

las funciones importantes que desempean.

Es de la incumbencia de usted en virtud de

su derecho de investidura

cannica

y si

as

le

agrada ilustrarse su vez. Si usted descubre

que me he equivocado en cuan to la honor b

lidad

la moralidad

las doctrinas de los tu-

turos obispos estoy dispuesto reconocer mi .

error tan pronto me haya dado usted las prue-

has. Pero me niego discutir las personas en

todo terreno que no sea el de la indignidad

de la incapacidad. Muy bien MuV bien en

la

isquierd s

El derecho de usted no empieza sino donde

concluye el derecho del Estado.

Seores el Nuncio de entonces que dea-

pus ha subido cardenal era un espritu [u-

cioso un diplomtico previsor y un interlocutor

lleno de tacto.

efendi en un principio como era de espe-

rarse la causa del. acuerdo previo; y no lo-

grando convencer al ministro trat de sal

varia en

prncipio

poniendo objeciones

algu-


16/22

14 ASOCIA,CIN DE PROPAGANDA LIBERAL

nos nombres. Su oposicin se. dirigi paraempezar contra cuatro nombres; se redujo

despus y progresivamente tres, dos,

uno. El ministro se mantuvo firme para uno

como para cuatro, desde que en el debate iba

envuelto

principio. Pero, una maana, una

carta le trajo el desistimiento de la persona

interesada. El ministro sustituy en el acto

la persona que se haba echado atrs, por

otra de su eleccin, la que fu aceptada sin

mas reparo. .

Seores, sigo siendo en 1903, 10

que

era e

895

Muy bien Muy bien en la izquierda,

leal observador del Concordato, dgase 10 que

se quiera, y ese ttulo, respetuoso de los

derechos de la potencia eclesistica, pero de-

ensor incansab le de los derechos del poder

civil. .

La doctrina confesada por el Vaticano aspira

subordinar este ltimo. derecho al -otro. Mi

accin, como ministro de Cultos, no tiene mas

fin que impedir .esa subordinacin. Ah, seo-

res, ah nicamente est mis ojos la cuestin

fundamental, ya se trate del nombramiento

de obispos ya de la redaccin de bulas.

La controversia sobre el nobis nomin oit

que tanto ha dado que hablar los diarios, de

algn tiempo atrs, parece retrotraernos

las

sutilezas de la Edad Media. En realidad, lo que

est en juego es la independencia del poder

civil en la accin legtima y n

ecesaria

que el

Concordado le atribuye. Mutl bien en la is-

quierdt

(El ministro entra enseguida explicar el

conflicto actual y la resistencia del. Papado

conferir la investidura cannica los obispos

nombrados por el gobierno, obispos cuyos

nombres y merecimientos da

conocer al

Senado, y agrega):

arece pues, que ninguna razn seria po

da ser alegada contra esas dos designaciones,


17/22

y

la verdad que nada serio se ha opuesto. Pero

esas designaciones han sido hechas sin acuerdo

previo, por la decisin libre del gobierno. Es

lo bastante para que la Curia romana las re-

chace. Aceptarlas. equivaldra para ella re-

conocer la independencia del poder civil en

la eleccin de las personas. Es verdad que l

Concordato proclama esa independencia en

sus artculos 4

y

5. Pero la Curia romana, en

todo tiempo y ms .aun de treinta

s

atrs,

se ha ingeniado en eludir, sobre este punto,

el texto concordatario.

Comprendern ustedes ahora, seores, la

portancia relativa del pequeo pronombre per-

sonal nobis unido al verbo nomin oii y el ver-

dadero stgnioado de esa frmula. Es. toda

una teora la que se oculta detrs de e: a lo-

cucin. Pero, justo es decir en honor del

Vaticano, que la teora se oculta solamente pa-

ra los ojos de quien no quiere verla.

En ciertas bulas. el verbo nombrar es

acompaado por el verbo

presentar,

y ve-

ces hasta reemplazado por ste. Esa sustitu

cln del verbo

present

al verbo nombrar

ha sido

y

sigue siendo un sueno grato la

Curia romana. Ella era una pesadilla para la

imaginacin del Papa Po IX del cardenal An-

tonelli, como una -termlnacn natural y lgica

de sus desagrados con el gobierno imperial y

su mlnistrrr Houland. Basta con leer, para

convencerse de ello, un despacho del marqus

de Lavalette, embajador de Francia en .Roma,

de fecha 9 de Enero de

1862.

Relata .el embajador. que, en una ccpversa-

cin que tuvo con el secretario de Estado, el

cardenal Antonelli le confirm la resolucin

tomada por el Santo Padre, de rechazar la ins-

ttucn del obispo nombrado para la Marti-

nica

y

de abstenerse adems de hacer cono-

cer oficialmente a-1.gobierno francs los mo-

tivos de ese rechazo.

El embajador dice que, en todo el curso de

esa discusin, el cardenal afect constante-


15

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18/22

16 . ASOCIACIN DE PROPAGANIlA I.IRFRAL

mente servirse de la palabra presentar, en

vez de la palabra nombrar. Indica adems,

las razones que hizo valer para explicar que ese

sistema no poda ser aceptado por el gobierno.

termina emitiendo la opinin de que no

debe cederse ante las pretensiones de la Santa

. Sede , porque se trata de uno de los nte

reses ms respetables de nuestro clero, as

como de una de las prerrogativas ms mpor-

tantes de Ia corona. .

Quiero creer que el embajador de la Rep-

blica Francesa ante el Vaticano, es capaz, l

tambin, de mantener ese enrgico lenguaje.

,Muy bien en la izquierda).

CLEMENCEAU. No creo en ello; usted es

el nico en hacerla.

EL PRESIDENTEDEL Ooxsnro.v-Seores, care-

cera .de tiempo para haceros la historia de las

variantes que se encuentran en las bulas de in-

vestidura. Dejadme nicamente deciros que,

en las 60 70 bulas que siguieron

la celebra-

n del Concordato, es tan slo la palabra

no-

minaoit

que ha sido constantemente empleada

salvo una

dos excepciones

lo mas. Desde

entonces y hasta 1870, es la forma

nobis nomi-

naoit que se encuentra en la inmensa ma

yora de las bulas. Sin embargo, conocemos

unas cuarenta que tienen nicamente la expre-

sin concordataria

nominaoit,

En 1869 y 1870, se volvi al simple

nominaoit

en las seis

siete bulas de esos dos aos.

Quiso el Papa dar aJ Imperio una prueba de

deferencia cambio del, apoyo que de l reci-

ba para-su poder temporal? LQ ignoro.

Lo cierto es que la deferencia se desvaneci

junto con el Imperio. La teora ultramontana

se afirm de nuevo resueltamente despus de1870, no obstante la resistencia bastante tenaz

de la comisin provisoria que haca las veces

de Consejo de Estado, que no pudo obtener del

ministro de Cultos de entonces, nada ms que

la insercin de reservas expresas en las bulas


19/22


A contar de

1871

el silencio se hizo sobre

esa cuestin y dur cerca de treinta aos. La

controversia surgi de nuevo bruscamente el

13 de Junio de 1901. .

En esa fecha y con motivo de siete nombra-

mientos de obispos la seccin del interior del

Consejo de Estado crey deber dejar de lado la

discrecin que haba guardado hasta entonces

y

su pedido el Consejo de Estado aunque

registrando las siete bulas enviadas s l al

gobiern en una nota adjunta al proyecto de

decreto la inexactitud de la redaccin adopta-

da en las bulas la conveniencia de atenerse

unicamente la frmula legal que expresa el

derecho del Estado nomin cit y la oportun-

dad de presentar en tal sentido

ooeervacones

la Curia romana para evitar en el futuro n e-

gativas de registro de bulas que derogasen el

texto del Concordato.

El presidente del Consejo . M. Waldeck

ROll-

sseau puesto al corriente de los debates que

acababan de tener lugar en el Consejo de Esta-

do inform al ministro de Relaciones Exterio-

res que esa corporacin despus de haber

todo lo primero negado la aceptacin del texto

irregular de las bulas no haba ido adelante

sino mediante la expresa condicin de que se-

mejante irregulalidad no se renovara invit

su colega intervenir cerca del Vaticano pa-

ra prevenir un confiicto ultertor. .

Nad1ro.estaba hecho cuando menos ningn

resultado se haba obtenido an en el ao si-

guiente puesto que el 26 de Mayo de

1902

el

presidente del Consejo v1 Waldeck Rousseau

al notificar al ministro de Relaciones Exterio-

res los dos nombramientos de M. Beauvain de

Beausjour para el obispado de Carcassonne y

de M. Campistron para el Obispado de Annecy

insisti de nuevo sobre la necesidad de obrar

en Roma con relacin al nobis nomin oit La

nueva carta de M. Waldeck Bousseau reprodu-

ca las explicaciones dadas en la carta ante-

rior escrita el 19 de Junio de 1901 y declinaba


20/22

18

AS@OlACN DE ?ROPAGANI A LIBERAL

toda responsabilidad en las dificultades

pre-

ver para el caso en que las bulas expedirse,

contuvieran la redaccin criticada

pO

el Consejo

de Estado en la npt \ del mes de Junio del9G1.

Dos meses' des pues, cuando las bulas es-

peradas llegaron al ministerio de Cultos, cons-

tat queTtoma no haba hecho caso alguno

ni de las observaciones del Consejo de Esta-.

do,

.ni

de la insistencia reiterada de

M.

Wal-

deck Housseau. Era visible que bamos

un

conflicto. Tambin, no me caus sorpresa

cuando fui avisado de que la seccin del

inte-

rior del Consejo, d Estado haba redactado un

proyecto de decreto rechazando el registro.

Desde luego no me quedaba nada mas que

retirar las bulas y devolverlas al ministro de

Relaciones Exteriores, al que rogu las enviara

n uevamen te Roma, para que se borrara la

palabra nobis. .

Seores, he credo necesario exponer esta

cuestin en el Senado, con algunos detalles,

no obstante el tiempo que he hecho perder

para la discusin del presupuesto (Eso no

.Eso no iHabte .Habien porque es indispensa-

ble tambin que el pblico conozca la mar-

cha que el asunto ha tenido.

El conflicto no ha surgido de un movi-

miento de mal humor, ni con el fin premedi-

tado de agriarlo. Ha nacido en una Asamblea

cuyo carcter reposado y cuyas tendencjas

conservadoras no son un misterio para nadie,

y bajo un ministerio que nunca pas por te:

ner el hbito de crearse,

capricho, intiles

tropiezos. Y l lo recib como un legado que

no me era permitido dejar de lado, aunque

lo hubiese querido, y no tena motivo para

quererlo.

Los peridicos 'religiosos y ultramontanos

. de todos los matices

hacen mofa con ese m

-

tivo y con ms menos elegancia, del minis-

terio que tengo el honor de presidir, Es

un

pasatiempo inocente que se les puede perdo-

nar. (lVfuy bien risas en la izquierda).


21/22

ASOCIACIN DE PROPAGANDA LlBEHAL 19

Ellos predicen qu 'fui inipi'strio se gastar

en esta lucha,

u

Re

.ver

ol?ligado, con-,

forme una expresin ambccsamente -

tafrica, ir

Canossa.'

Corno razn de eSB

dicho dan la de que los ministerios. son ef-

meros y el Papado es eterno.

Seores, no se, en lo que me concierne, lo

que ser del Papado con el progreso siempre

creciente de la razn pbllca y la marcha

siempre ascendente de la libertad humana.

Aplausos en la izquierd i

Pero, seores, deseo no quedar en deuda

con los diarios que me ata cap. y con los par-

tidos que ellos renresentan. Tambin, cam-

bio de' sus predicciones, me interesa dirigirles

la ma desde esta tribuna.

Aunque desaparezca yomaflana, de aqu

tres meses

de aqu seis, desafd

mi su-

cesor, quien quiera que sea, ' que ceda las

pretensiones ultramontanas '

Fuertes aplausos

en la izquierda

ya sea en cuanto las desig-

naciones de obispos hechas por mi ministerio,

ya sea en cuanto la redaccin de las bulas,

sin que haga del mismo golpe indefendible el

Concordato ante las Cmaras y ante el pas,

sin que voltee con sus propias

ps

la l-

tima barrera que se opone la separacin de.

las Iglesias y del Estado.

Aplausos en la

is-

quierda . ,

Ya he declarado que el mantenimiento del

Concordato no era posible sino mediante la

condicin de ser deseado con igualdad por las

dos entidades, de las cuales determina y fija

las relaciones. Pero antes de bajar de la tri-

buna, siento la necesidad de. volver

decir

que, dada la manera que tiene el clero cat-

,lico de comportarse con. el Estado, las relaclo-

nes entre ellos no son lo que el Concordato

las ha hecho.

En vez de mantenerse exclusivamente en el

terreno religioso, el nico que las leyes con

cordataras le han fijado, el clero catlico se

lanza sin' tasa ni medida- as incursiones


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20

ASOCIACN 8 PROPAGANDA LIBERA L

ms temerarias en el terreno civil y poltico,

retando y amonestando las Cmaras en man-

damientos y pastcrales, lanzando rayos de lo

alto' del plpito contra las leyes y los actos

del gobierno, abrazando, en las elecciones, la

causa de los candidatos de su preferencia y,

por sus intemperancias de lenguaje, lo mismo

que por su ingerencia incesante en los hechos

rl-el

or err

poltico, -exasperando los republi-

canos ,

Muy bien y aplausos en la izquierda).

EL CONDEDE MAILL.---'::Nohay una palabra

de verdad en todo eso.

EL PRESIDENTE DEL CONSEJO.- .... y conde-

nando al silencio

los hombres de opiniones

moderadas que estaran dispuestos- defen-

der su causa.

Seores:. tiempo es ya de que esas incursio-

nes Irregulares -y antconcordatarias Por un

terreno vedado, dejen de producirse.

EL ALMIRANTEDE CUVERVILLE.-Son acusa

cienes sin fundamento.

M. HALGAN.-Es un

tegido

de exageraciones.

EL PRESIDENTE DEL CONSEJo.-La conserva-

cin del Copcordato. depende de eso. Muy

ciego es quien no lo vea

Muy bien Muy

, bien -Aplausos fuertes

repetidos en el centro

en la

isquierda El

presidente del Consejo re-

cibe las felicitaciones de sus colegas de nume-

rosos senadores).

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