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    Pensamiento y accin Revolucionaria delComandante en Jefe CAMILO TORRES RESTREPO.

    Febrero 1929-febrero1966

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    Mensaje a los Estudiantes.Mensaje a los Desempleados.Mensaje a los Presos Polticos.

    Mensaje al Frente Unido del Pueblo.Mensaje a la Oligarqua.Proclama a los colombianos.Camilo Torres. El Cura Guerrillero.Camilo a travs de su Palabra.Camilo, una Estrella Fugaz de Luz Universal.

    Poema, Al Compaero Comandante Camilo TorresRestrepo.Consignas.Pensamiento.

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    CAMILO VIVE!Una vida y un Camino

    PROLOGOEste prlogo sobre Camilo, no es accidental. En elcompendio que estamos presentando, se sintetizatoda una vida y obra revolucionaria. Apremiadospor la brevedad del espacio les estamos entregandoa todos nuestros amigos y amigas internacionalistasuna sntesis poltica sobre el pensamiento de nuestro

    Comandante en Jefe Camilo Torres Restrepo, a los41 aos de su cada en combate.

    Este esfuerzo, resalta la obra de Camilo TorresRestrepo, el ms original de los revolucionarioscolombianos en la dcada de los 60 y uno de losms vitales, polmicos y controvertidos dirigentespopulares de su poca. Camilo se enfrent a la men-tira y la doble moral de las clases dominantes y laiglesia colombiana, y con su verbo, su pluma y lide-razgo les desnud sus vilezas.

    Por eso fue excomulgado y reprimido. Sin embargo,

    sus verdades, sus mensajes, profecas y llamados,estn tan vivos hoy como hace cuarenta y un aos.Su obra revolucionaria cobra mayor vigencia en elacontecer poltico de nuestra Colombia. Fue y esCamilo Torres Restrepo un espritu revolucionario yunitario, al tiempo que am intensamente la vida delas clases populares por los que se comprometi

    hasta la muerte, porque un pueblo que se compro-

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    mete hasta la muerte siempre logra la victoria.

    Se han escrito sobre Camilo miles de pginas y an-

    lisis. En el slo buscador de Google se encuentran1.600.000 citas sobre su obra. Para quien se acerquedesprevenidamente, estas lecturas sern un descu-brimiento de sus facetas y talentos.

    El ideal camilista de unidad y lucha estn hoy msvivos que nunca. Colombia y su pueblo avanzan en

    diversos escenarios de combate poltico, social ymilitar, abrindose espacios unitarios a travs dediversas propuestas populares y democrticas queno se conocan en nuestro pas desde el FrenteUnido de Camilo en el ao 1965.

    Un da histrico, el 15 de febrero de 1966, nuestroComandante en Jefe se march fsicamente. Su testimo-nio histrico qued para siempre grabado en la memoriade nuestro pueblo como una autntica leccin de digni-dad, coraje y pasin en defensa de la clase popular y enla lucha por la liberacin nacional y el socialismo.

    Rendimos perenne homenaje en este mes deFebrero a nuestros Comandantes Domingo LanSenz, Manuel Prez Martnez y Oscar Santos.Domingo cay en combate el 20 de Febrero de1974, Manuel se nos fue el 14 de Febrero de 1998 yOscar el 11 de Febrero del 2006. Ellos al igual queCamilo se niegan a regresar a la madre tierra y yacen

    invencibles en nuestras montaas que nunca callan.

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    En nuestra Amrica es tradicin que los libertadoresde pueblos y los alzados insurrectos retornen a la

    vida. Galn, Bolvar, Morelos, San Martn, TupacAmar, Zapata, Guevara, Manuel Vsquez, JaimeBateman, Jacobo Arenas cabalgan victoriosos sobrenuestras montaas y llanuras.

    Honor y Gloria para ellos.

    FRENTE IINTERNACIONALELN COLOMBIA

    SEMBLANZA DE CAMILO TORRES R.

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    BIOGRAFA DE CAMILO TORRES RESTREPO.EL "CURA GUERRILLERO".

    Camilo Torres Restrepo naci el 3 de febrero de1929 en Bogot en el hogar formado por el Mdicoy Profesor Universitario Calixto Torres Umaa y labella Isabel Restrepo Gaviria (la inolvidableIsabelita, compaera fiel y perenne de las causas desu amado hijo). Se trasladaron a Ginebra en 1.931 y

    vivieron, junto con Camilo y su hermano Fernandoen el viejo Continente hasta 1.934. Desde su niezsinti especial inclinacin hacia los pobres y sus difi-cultades, a pesar de provenir de una familia de laaristocracia bogotana. "A la edad de dos aos lo lle-vamos a Europa, donde vivi por espacio de tres

    aos en Blgica y Espaa (Barcelona). All adquiriuna escarlatina, y su padre, preocupado por susalud, le prodig mltiples cuidados, razn por lacual le contrat una institutriz que le enseo a leer ya escribir.

    Cuando crey que la mejor manera de encontrar ali-vio a los sufrimientos del pueblo y por sus propiasconvicciones e inclinaciones, ingres al SeminarioMayor y busc en la caridad cristiana, en el evange-lio y en sus mensajes la realizacin y la respuesta asus propias inquietudes de justicia y libertad para supueblo. En el Seminario realiz sus estudios brillan-temente y se destac por su disciplina, a tal punto

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    que el cardenal Duque le adelant la ordenacinpara que fuera a la Universidad de Lovaina, enBlgica, a estudiar sociologa.

    Se ordena como sacerdote en 1954. En esta primerafase dos curas franceses que se encontraban enColombia influyen en su formacin y su pensamiento.

    En Lovaina estudi ciencias sociales. Vivi despus

    en un pueblo humilde, donde l mismo preparabasu comida y lavaba su ropa. Recorri Europa. EnPars trabaj con el Abb Pierre recogiendo basurascon indumentaria de obrero.

    Regres al pas en los momentos en que la dictadu-

    ra del general Gustavo Rojas Pinilla era sustituidapor una junta militar (1957), llamada de transicin, yque luego da paso al Frente Nacional en 1958.Regresa a Lovaina a recibir su grado de ciencias pol-ticas y sociales. En Pars comparte con revoluciona-rios argelinos que desarrollaban la guerra de libera-

    cin del pueblo argelino contra el colonialismo fran-cs y participan de las marchas solidarias.

    De nuevo en Colombia ingresa a la UniversidadNacional como capelln y comienza a desarrollar lainvestigacin "Desarrollo de la comunidad" desde elbarrio Tunjuelito, zona de invasin bogotana.

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    Influye de manera decisiva en la Construccin delECISE para la investigacin social. En la UniversidadNacional se desenvuelve como profesor de sociolo-

    ga y funda la facultad de sociologa con la colabo-racin del profesor Eduardo Umaa Luna en 1959.

    Ya Camilo expresa la necesidad y la posibilidad hist-rica del "dilogo y la colaboracin entre marxistas ycristianos", pensamiento que en su desarrollo prctico

    varias situaciones nuevas en el terreno de la Iglesia y elcristianismo en los mbitos nacional y mundial.

    Su compromiso poltico realza una obligada sntesisentre el investigador, el cientfico, el sacerdote, elrevolucionario, no como una dicotoma, sino como

    el resultado de una visin mltiple y plural de lasociedad colombiana y de su dimensin profunda-mente humana y social.

    Soy revolucionario como colombiano, como soci-logo, como cristiano y como sacerdote.

    Como colombiano, porque no puedo ser ajeno a lasluchas de mi pueblo.

    Como socilogo, porque gracias al conocimientocientfico que tengo de la realidad he llegado alconocimiento de que las soluciones tcnicas y efica-ces no se logran sin una revolucin.

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    Como cristiano, porque la esencia del cristianismoes el amor al prjimo y solamente con la revolucinpuede lograrse el bien de la mayora.

    Como sacerdote, porque la entrega al prjimo queexige la revolucin es un requisito de caridad frater-na, indispensable para realizar el sacrificio de lamisa, que no es una ofrenda individual, sino de todoel pueblo de Dios por intermedio de Cristo.

    Esta sntesis de hombre puro y generoso que recorrelos caminos del compromiso revolucionario desdeuna visin y una prctica integrales y universales,que une el humanismo a la ciencia, la razn a la tc-nica, la prctica a la teora, la verdad al amor, la his-

    toria al pueblo, es la que va desbordando los caucesdel poder omnipotente que hace desesperadosesfuerzos por diluirlo, obstruirlo, relegarlo al olvidoo tratar de mostrarlo como un "loquito sin causa". Elhumorista Klim (Lucas Caballero Caldern) llama aCamilo "su ex reverencia Camilo Torres".

    En su rebelin contra estos sepultureros a sueldoCamilo va dimensionando la historia social y polti-ca del pas para proponer alternativas ciertas derevolucin proponiendo la construccin de unaorganizacin revolucionaria que condujera a lasmasas, a la clase popular - como l en su plena sabi-dura las llam -, al triunfo revolucionario.

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    Nace en su ideario y su direccin el Frente Unido.

    Simultneamente con la aparicin de la declaracin

    programtica del ELN enero de 1965, Camilo TorresRestrepo hace pblica su Plataforma para unMovimiento de Unidad Popular", conocida luegocomo "Plataforma del Frente Unido."

    Su vida poltica y revolucionaria nace ligada al con-

    texto histrico y social en el que surge el ELN y estoexplica las profundas coincidencias "entre el ELN yCamilo, entre la declaracin programtica del ELN yla Plataforma del Frente Unido". No fue la casuali-dad ni el azar lo que ms adelante llev a Camilo alas filas elenas. En efecto, el 17 de marzo de 1965

    sale a luz pblica la "Plataforma para un Movimientode Unidad Popular"

    Camilo como socilogo, sacerdote, cristiano, colom-biano y revolucionario era inmenso. La oligarquatemblaba con su accin, sus discursos, sus profecas.

    Los militares avizoraron su identidad poltica con lasguerrillas del ELN y reclamaron, como siempre,mano dura y pulso firme contra el cura dscolo.

    Las jerarquas eclesiales lo excomulgaban e instabana abandonar el pas y renunciar al sacerdocio; lospartidos liberal y conservador, temerosos vean pasarlas masas hacia el Frente Unido y soaban con ree-

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    ditar para sus feudos tal caudal; los gremios econ-micos sintieron la revolucin de los pobres a laspuertas de sus "Camiloco". As las cosas, eran inmi-

    nentes los riesgos contra su vida que se sumaban alos ambientes tensos y divisionistas al interior delFrente Unido, a la falta de recursos econmicos, laspresiones desde arriba para que ninguna editorialpublicara los peridicos del Frente Unido, a las rde-nes militares de detener a todo aquel que lo distri-

    buyera. Camilo en su honda dimensin humana yrevolucionaria entendi que haba llegado la hora depasar de la accin legal, amplia y de masas a laaccin ilegal, clandestina y guerrillera. La simbiosispredicada en los meses de vida del Frente Unido noera elucubracin sociolgica, sino realidad presente

    en su compromiso libertario y popular.

    Estaba decidido. Asuma el compromiso revolucio-nario en las filas de las guerrillas del ELN y con suparticipacin directa no slo daba el primer paso enla larga incorporacin de sacerdotes a la lucha arma-

    da, especficamente dentro del ELN; sinon que mos-traba un camino cierto de dignidad, de altura, deconsecuencia, a los nuevos y viejos dirigentes demasas que parapetados en sus puestos y su impor-tancia, se niegan a reafirmar su compromiso, cuandolas condiciones as lo requieren y optan por accionesheroicas de ser punto de mira de las hordas sicaria-les y paramilitares del estado, en una clara posicin

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    de valenta, loable pero innecesaria. Ayer como hoy,esta decisin sigue generando controversias y pol-micas, y argumentos en pro y en contra seguirn lle-

    nando muchas cuartillas sobre el tema.

    Para muchos analistas la vinculacin de Camilo alELN obedeci a unas particularidades histricas con-cretas sin comparacin en otros tiempos; para otrosera el camino inexorable de la intelectualidad revo-

    lucionaria en Amrica Latina en aquellos das deefervescencia y calor insurreccional; para muchos,particularmente de vertientes ajenas a la lucha arma-da, aquella decisin era producto de la concepcinfoquista del ELN que alejaba a los dirigentes demasas de todo tipo de accin legal, para, a decir de

    ellos, rendirles culto al mesianismo y al guerrilleris-mo foquista; para no pocos, Camilo se vincul a lalucha armada por hechos casusticos como las cadasde cartas y caletas que lo comprometan ante losmilitares de manera directa con el ELN.

    Para nosotros, las viejas y nuevas generaciones ele-nas, esta polmica es clara y cerrada con contun-dencia por la historia:

    Camilo se hizo guerrillero como socilogo, porquecomo cientfico comprendi que no bastaba diag-nosticar sobre los males que aquejan a las socieda-des capitalistas en sus siempre presentes sntomas de

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    insalubridad, hambre, miserias, injusticias, exclu-sin; sino que era necesario formula soluciones radi-cales y violentas que extirparan de raz y para siem-

    pre todas estas ausencias juntas. Camilo concluyque sin un cambio profundo de estructuras, deEstado, resultara imposible la verdadera justiciasocial.

    Como sacerdote y cristiano, Camilo se hizo guerri-

    llero por ser fiel a sus convicciones y creencias encuanto a que "el deber de todo cristiano es hacer larevolucin". Se comprometi hasta las ltimas con-secuencias, renunciando a las posibilidades socialesy econmicas que su extraccin de clase le permita.Fue seguidor de Cristo y precursor de cientos de

    hombres y mujeres que al igual que l y en unin delevangelio se alzaron en armas contra los tiranos enla patria americana.

    Como colombiano porque en su dimensin humana,de pueblo, de patria, y por sus conocimientos de la

    historia nacional, ve atnito cmo la alternancia enel poder de las viejas y nuevas momias oligrquicas,se suceden en cadena como en los tronos imperialeso en las llamadas monarquas constitucionales, ytodo en nombre de la democracia, de la libertad, dela justicia, de la constitucin y de la ley ? Cmo vio-lentar este ciclo montono, infame e injusto?

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    Como hombre patritico, puro, generoso, acepta elreto de toparse con la realidad concreta en sus reco-rridos por los libros, la geografa nacional y el color

    de las pobrecas. Se decide por el mundo descono-cido pero enaltecedor de una guerrilla a la cual noera ajeno ni en sus convicciones ni en sus amores, nien sus bsquedas. Los mejores dan su testimonio decara a ese pedazo infinito de tierra, mares y solesque llamamos Colombia.

    Como dirigente de masas, porque en sus afanesrecorri todos los espacios posibles rescatando losvalores ptimos del pueblo; sud con l, pele conl se alz y se uni a aquellas masas llenas de des-amparo y de hambre fsica e intelectual. Luch de

    cara al pas, como suele decirse hoy, contra las oli-garquas, los altos mandos militares, las jerarquaseclesiales, los partidos petrificados que ya sabemosy esa izquierda catica y criticista que encerrada ensus propios altares, haca apologa a sus propias des-dichas. Cerrados todos los caminos para la accin

    urbana, cul era el camino para un hombre comoCamilo?, el exilio?, descartado para alguien de sutemple, La renuncia? No, porque ste es el caminode los cobardes, de los timoratos, de los amigos delas corbatas y las buenas chequeras; jams ser con-siderada siquiera como una opcin, para la gentedigna, y dignidad le sobraba a Camilo.

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    Su ejemplo era slo la lgica de su obra y la prolon-gacin de su vida sumindola y entendindola demanera integral, sin dicotomas ni falsos dilemas, y

    sin pretender separar de manera absurda al hombre,al poltico, al cientfico, al colombiano, al dirigentepopular y menos separarlo de los momentos histri-cos en que actu y desarroll su compromiso polti-co, revolucionario y militante. Su desenlace ni fuedramtico ni fue el final. Es el camino escogido para

    quienes deciden luchar con la pluma, con el verbo ycon el valor de su ejemplo.

    Camilo muri en combate el 15 de febrero de 1966en la Vereda Patio Cemento (Santander del Sur).

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    CAMILO TORRES RESTREPOCRONOLOGA DE SU VIDA

    1929: Nace el 3 de febrero en Bogot.

    1937: Estudios primarios en el Colegio Alemn deBogot.Estudios de secundaria en la Quinta Mutis deBogot.Edita "El Puma", peridico semanal.

    1944: Secundaria en el Liceo Cervantes.

    1946: Grado de bachiller en el Liceo Cervantes.

    1947: Ingresa a la Facultad de Derecho de laUniversidad Nacional de Colombia.

    1947: Se retira de la universidad e ingresa alSeminario Conciliar de Bogot.

    1954: Se ordena sacerdote. Viaja a Europa y estu-dia en la Universidad Catlica de Lovaina (Blgica),

    en la Escuela de Ciencias polticas y sociales.

    1955: Funda con un grupo de estudiantes colom-bianos de la universidad el ECISE (EquipoColombiano de InvestigacinSocioeconmica).Funda las secciones de Bogot,Pars y Londres del ECISE.

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    1959: Es nombrado capelln auxiliar de laUniversidad Nacional.Se vincula al Departamentode Sociologa de la Facultad de Ciencias Econmicas

    en calidad de profesor.Es miembro fundador y presi-dente del Movimiento Universitario de PromocinComunal (MUNIPROC).Realiza, junto con profeso-res y estudiantes, programas de accin comunal enbarrios populares de Bogot.

    1960: Participa junto con Orlando Fals Borda en lafundacin de la Facultad de Sociologa (hoyDepartamento) de la Universidad Nacional.

    1962: Es miembro del comit tcnico de laReforma Agraria fundado por el INCORA (instituto

    colombiano de la reforma agraria).Cumpliendoorden del cardenal Luis Concha Crdoba, renuncia atodas sus actividades en la Universidad Nacional.

    1963: Preside el primer Congreso Nacional deSociologa que se celebra en Bogot y presenta el

    estudio "La violencia y los cambios socio-culturalesen las reas rurales colombianas".

    1964: En la junta del INCORA desata una contro-versia sobre la aplicacin de la ley en cuanto a laextincin de dominio restringida a las tierras baldas.Los obispos conservadores piden por escrito al car-denal Concha su destitucin de la Junta.Es miembro

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    de la comisin de estudio de carcter socio-econ-mico para analizar y evaluar la situacin de la reginde Marquetalia (Tolima), con la que se busca impe-

    dir la "Operacin Marquetalia", proyectada por elejrcito con la asesora de tcnicos militares nortea-mericanos, para atacar a los campesinos organiza-dos, que posteriormente daran origen a las FARC,como producto de la agresin gubernamental. Lacomisin no es autorizada a visitar la regin.Publica

    "La desintegracin social en Colombia est gestan-do dos subculturas", que provoca nuevas presionesen su contra de parte del clero. Es relevado oficial-mente de su puesto de vicario-coadjutor de laVeracruz.Participa activamente en el VII CongresoLatinoamericano de Sociologa.Presenta el estudio

    "La asimilacin de la familia rural a la ciudad, unestudio de caso".En una sesin de la Junta del Incorase levanta en contra de una peticin hecha por elDirectorio Liberal de Bogot en el sentido de que losempleados del Instituto deben contribuir con partede su sueldo al sostenimiento de la campaa presi-

    dencial de Carlos Lleras Restrepo.Publica el artculo"Crtica y autocrtica" que analiza las razones de larechifla contra Carlos Lleras Restrepo por los estu-diantes de la Universidad Nacional.Se incorpora a laFacultad de Sociologa en calidad de profesor aso-ciado.Realiza las investigaciones "Las consecuen-cias sociales del desarrollo urbano en Bogot" y "Eldesarrollo socio-econmico y agropecuario de los

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    Llanos orientales". Promueve la creacin de laCooperativa de Desarrollo Comunal del Yopal.

    1965: Realiza el estudio "La estructura socio-eco-nmica y desarrollo en Colombia", junto con cua-renta y cuatro dirigentes de masas.El cardenal lonombra miembro de la Comisin Arquidiocesana deSociologa Religiosa para hacerle abandonar todassus actividades.Habla en Medelln de la unin y

    organizacin de la juventud y ofrece la discusin de"Plataforma para un movimiento de unidad popu-lar".Participa en el curso de promotores de desarro-llo comunal organizado por MUNIPROC enBogot.Acta como moderador del PrimerEncuentro Nacional Pro-desarrollo de la

    Comunidad, que sesiona en la Facultad deSociologa. Se difunde la plataforma.Entrega a ladireccin de la ESAP (Escuela Superior deAdministracin Pblica) el "Informe General de lasactividades del Instituto de AdministracinSocial".Dicta la conferencia "La Universidad

    Nacional ante los problemas del cambio socio-eco-nmico del pas".Lee en la universidad la"Plataforma del Frente Unido del pueblo colombia-no" y pide a los estudiantes organizarse para luchar"con armas iguales" contra las fuerzas delorden.Encabeza una marcha silenciosa hasta elCementerio Central en homenaje al estudiantecado.Se rene con los jefes de los grupos de oposi-

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    cin. Durante la reunin se acepta la plataformacomo base de accin y de unin.Dicta conferenciasen Manizales, Cartago, Pereira, Ibagu, Medelln y

    Bogot.Viaja a Lima para participar en el II CongresoBolivariano de desarrollo de la comunidad. A suregreso, las masas y el ejrcito (cada cual por moti-vos diferentes) lo esperan en el aeropuerto. Se des-arrolla una gran manifestacin en la UniversidadNacional.En julio viaja clandestinamente a

    Santander y se entrevista con Fabio VsquezCastao, mximo dirigente del Ejrcito deLiberacin Nacional (ELN), levantado en armas en1964.Toma los primeros contactos para la creacindel semanario "Frente Unido".Preside manifestacio-nes y reuniones pblicas en Ccuta, San Gil,

    Barrancabermeja, Cali, Palmira, Buga, Ocaa,Bucaramanga, Medelln, Ibagu, Barranquilla y otrasciudades ms.En septiembre realiza un recorrido porlas principales ciudades del pas dictando charlas yconferencias y presidiendo manifestaciones.En octu-bre, encabeza una fenomenal manifestacin contra

    el rgimen en la Plaza de Bolvar en Bogot. El ejr-cito y la polica cercan a los manifestantes. En vistade ello, Camilo y sus seguidores realizan mtines enlos que se plantean la toma revolucionaria del podercomo base para la solucin de los problemas.Elmiedo a la abstencin, (pregonada por Camilo en lasplazas de Colombia), lleva al propio gobierno a ofre-cerle la jefatura de la oposicin a cambio de que se

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    presente a elecciones y, al conocer su rechazo, leinforma que dos tribunales especiales tienen suexpediente listo para llamarlo a juicio por los delitos

    de "subversin", "atentado a la seguridad del pas",y "asociacin para delinquir".Rojas Pinilla, jefe de laAlianza Nacional Popular (ANAPO) le manda a ofre-cer el palacio cardenalicio o una embajada en cual-quier pas a cambio de que se pronuncie a favorsuyo en las elecciones.Preside manifestaciones y rea-

    liza charlas en Bogot, Cali, Popayn y otras ciuda-des.Al finalizar el ao, sale de Bogot rumbo a lasguerrillas del ELN.

    1966: El 15 de febrero muere en combate en Patiocemento, San Vicente de Chucur, Santander.

    SU EJEMPLO UN CAMINO

    En su momento, Camilo Torres Restrepo se convirtien el Che Guevara de los catlicos y no slo deColombia, sino del mundo entero. Es ms, Camilo

    fue el primer personaje de Colombia reconocido anivel mundial. (Despus de l, en efecto, slo exis-ten dos ms que han alcanzado una comparableresonancia universal: el escritor y el gangster). Laimagen de Camilo recorri el mundo, no por subreve protagonismo poltico en el escenario del pas(un chispazo que dur apenas unos meses del ao1965), sino por las circunstancias de su muerte. Al

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    ofrendar su vida por la revolucin socialista, al serbaleado por la tropa de lo que l llamara "el ejrci-to de la oligarqua" mientras luchaba en defensa de

    los humildes, Camilo se volvi un hroe para losjvenes revolucionarios del mundo. Iglesia contesta-taria Se viva una dcada inaugurada con la victorio-sa entrada a La Habana de los romnticos barbudosde la Sierra Maestra, y que tuvo su expresin popu-lar en las baladas de Bob Dylan.

    En Estados Unidos, los militantes de la oposicin a laguerra en Vietnam forzaron las puertas delPentgono, en compaa del poeta-jesuita DanielBerrigan, para quemar las tarjetas de conscriptos alejrcito norteamericano. En Camilo crucificado

    encontraron un aliciente, y un aliciente de caracte-rsticas netamente cristianas. Las iglesias cristianasen todas partes experimentaban una toma de con-ciencia social. Es evidente que Camilo no invent lanueva iglesia contestataria; en realidad, el Papa enRoma (Juan XXIII) tom sorpresivo liderazgo de esa

    iglesia durante los breves aos de su pontificado.Pero Camilo forma parte de ella, y termin converti-do en una de sus figuras estelares por no decir enuno de sus santos.

    Surgi una guerrilla urbana en Argentina que invo-caba a Camilo y la tica cristiana; Chile vio el naci-miento de Sacerdotes para el Socialismo, un movi-

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    miento que ayud a abrir camino para el gobiernode Allende; ms tarde, en Nicaragua, los hermanosCardenal y otros distinguidos clrigos iban a com-

    prometerse con la rebelin contra Somoza y con laconstruccin de un estado nuevo. Todos, de algnmodo, encontraron su inspiracin en Camilo.Camilo fue el precursor. Para comprobarlo, slo faltarecordar la fecha de su sacrificio. Camilo muri enlas montaas de Santander en febrero de 1966, ao

    y medio antes de la quijotesca aventura del Che enBolivia. Su temprana (algunos dirn precipitada)decisin de tomar las armas y colocarse al lado delos oprimidos parti en dos la historia de la IglesiaCatlica en Amrica Latina. Se trataba de una accinespontnea. Camilo no se puso a calcular el grado

    de novedad o de radicalismo que supona su postu-ra. En cierta forma, su opcin iba en contra de sucarcter; por temperamento (y por formacin)Camilo era un hombre pacfico y conciliador. Perose mostr implacablemente fiel a su ms profundaconviccin: que el cristianismo bien entendido

    supona la creacin de una sociedad justa e igualita-ria. Sin eso es decir, sin un cambio radical en lasestructuras del poder la eucarista careca de sentido.Antes, representaba un contrasentido. La misa pre-tende celebrar la fraternidad. Y Camilo sinti que erapreciso crear una situacin de fraternidad para quesu misa no fuera mentira. Lo tradujo como la obliga-cin de hacer la revolucin antes de volver a consa-

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    grar el pan y el vino y compartirlos con sus correli-gionarios alrededor de una mesa. As de sencillo.Vistas las cosas de este modo, Camilo no quiso des-

    perdiciar su considerable energa juvenil en unalucha estril contra sus superiores eclesisticos; sumeta no era la reforma de una iglesia al servicio delos poderosos, sino la superacin de un mundodominado por esos mismos poderosos.

    El Camilo que Colombia saluda como uno de sushijos ms clebres es, en realidad, un artculo impor-tado del exterior, y por lo tanto, de buen recibo.Camilo cay muerto del primer tiro de un sargentoen su nica accin militar. Y sus restos mortales fue-ron sepultados apresuradamente, por decreto del

    gobierno, en algn lugar clandestino. Si su nombrefigura entre los colombianos ms importantes delsiglo, tal vez los colombianos deberan exigir unatumba honrosa para sus huesos, pero s para darleuna presencia fsica en algn sitio apropiado, con elfin de recordar su grito contra las mil injusticias

    cometidas a diario en su patria.

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    CANCIN.

    Donde cay Camilo

    naci una cruz,pero no de maderasino de luz.

    Lo mataron cuando ibapor su fusil,

    Camilo Torres muerepara vivir.

    Cuentan que tras la balase oy una voz,

    era Dios que gritaba:? Revolucin!

    A revisar la sotanami general,

    que en la guerrilla cabeun sacristn.Lo clavaron con balas

    en una cruz,lo llamaron bandido

    como a Jess.

    Y cuando ellos bajaronpor su fusil,

    se encontraron que el pueblotiene cien mil.

    Cien mil Camilos prontosa combatir,

    Camilo Torres muere para vivir.

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    HOMENAJE NACIONAL.UNIVERSIDAD NACIONAL

    Bogot, Mayo 22 de 1.9651. IMPORTANCIA DE LA REVOLUCIN Y NO DELA PERSONACondiciones de Colombia (Clase dirigente, repre-sin, estado de sitio)VulnerabilidadFalibilidad (Jorge Enrique Useche)Transitoriedad

    II. LA UNIN REVOLUCIONARIANecesidad de la unin por encima de las ideologasNecesidad de la unin por encima de los gruposNecesidad de la unin por encima de las personasLiderazgo estudiantil y profesional

    III. CONDICIONES DE LA UNINObjetivos nacionalesEntrega total hasta las ltimas consecuenciasRompimiento con la limitacin de nuestro sistemade vida burgus

    CON LA ALEGRIA DE DAR

    Integracin con las masas: ellas nos exigirn, ellasnos ensearn.

    Organizacin de las masas: todos los medios son uti-lizables.Importancia de la conciencia, actividad y organizacin.

    Decreto de guerra a muerte revolucionario.

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    IV. FUTUROMotivos de mi partida (ms idiota, ms til - porqueeleg el sacerdocio, amor al prjimo, ms amor al

    prjimo)Ventajas y desventajas. Volver dentro de 6 mesesImportancia del movimiento de uninLa suerte la decidir la relacin de fuerzasHoy cmo sonTcticas inmediatasCompaeros

    Agradezco profundamente el homenaje que me ofre-ce hoy la Federacin Universitaria Nacional y deseoque la profunda emocin que me produce esta mani-festacin inmerecida a mi persona, digo inmerecidano por falsa humildad sino por un sincero reconoci-miento de mis limitaciones, que esta emocin no

    impida dar un alcance terico y cientfico a estehomenaje que se hace hoy extensivo, lamentable-mente, a Jorge Enrique Useche, nuestro compaerodesaparecido.

    Sera lastimoso que este homenaje se limitara a laspersonas. La muerte de Jorge Enrique Useche y mileve destierro son nicamente episodios en unalucha mayor del pueblo colombiano. En estosmomentos no podemos detenernos en episodios.

    Cuando la clase dirigente, a pesar de seguir detentan-do el poder con todos sus factores, se ha demostradoincapaz para manejar el pas. Cuando estamos aboca-dos a una grave crisis econmica. Cuando, ante su pro-

    pia incapacidad, esta misma clase tiene que recurrir a

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    la represin contra todo el que propicie un cambio.Cuando se ha tenido que llegar en esa va hasta decla-rar el estado de sitio Cuando ha cado, vctima de la

    violencia, uno de nuestros compaeros, no podemosdetenernos en las personas sino que debemos pensaren la necesidad, para Colombia, de la realizacin deuna autntica revolucin.

    La palabra "revolucin" ha sido desgraciadamenteprostituida por nosotros, los que pretendemos ser revo-lucionarios. Se ha utilizado con ligereza, como una afi-cin, sin un verdadero respeto y sin verdadera profun-didad. Si este homenaje sirviera ms que para hacerresaltar a hechos y a personas, para lograr que hoyplasmramos la unidad alrededor del ideal revolucio-nario, yo personalmente creo que todos nosotros nosconsideraramos profundamente satisfechos.

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    LA UNIN REVOLUCIONARIA

    Tenemos nos-otros quelograr la uninrevolucionariapor encima delas ideologasque nos sepa-

    ran. Loscolombianoshemos sidomuy dados alas discusionesfilosficas y a

    las divergencias especulativas. Nos perdemos en dis-cusiones que, aunque del punto de vista terico sonmuy valiosas, en las condiciones actuales del pas,resultan completamente bizantinas. Como recordarnalgunos de los amigos aqu presentes con quienes tra-bajamos en la accin comunal universitaria de

    Tunjuelito, cuando se nos tachaba de que colaborba-mos con comunistas, yo les contestaba a nuestros acu-sadores que era absurdo pensar que comunistas y cris-tianos no pudieran trabajar juntos por el bien de lahumanidad y que nosotros nos ponemos a discutirsobre si el alma es mortal o inmortal y dejamos sin

    resolver un punto en que si estamos todos de acuerdo

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    y es que la miseria s es mortal. Eso nos ha pasado ennuestra orientacin revolucionaria. Hay puntos ele-mentales indicados por la tcnica social y econmica

    que no tienen implicaciones filosficas sobre los cua-les, los que buscamos una autntica renovacin delpas, podemos ponemos de acuerdo, prescindiendo delas diferentes ideologas, no en nuestra vida personal,pero s en nuestra lucha revolucionaria inmediata. Losproblemas ideolgicos los resolveremos despus de

    que triunfe la revolucin.

    Necesitamos la unin por encima de los grupos. Eslastimoso el espectculo que da la izquierda colom-biana. Mientras la clase dirigente se unifica, mientrasla minora que tiene todos los poderes en su mano

    logra superar las diferencias filosficas y polticaspara defender sus intereses, la clase popular que nocuenta sino con la superioridad numrica es pulveri-zada por los dirigentes de los diferentes grupos pro-gresistas que, muchas veces, ponen ms nfasis enlas peleas que tienen entre s que en su lucha contra

    la clase dirigente. La lnea sovitica del partidocomunista ataca ms a la lnea china, la lnea blandadel MRL a la lnea dura, el MOEC al FUAR de lo quecada uno de esos grupos ataca a la oligarqua.

    Es necesario que asumamos una actitud rotunda-mente positiva ante todos los grupos revoluciona-rios. Es absurdo ser anticomunista, porque en el

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    comunismo nosotros encontramos elementos autn-ticamente revolucionarios, como es absurdo estarcontra el MRL, contra lo que tenga de revoluciona-

    rio la Democracia Cristiana, o contra Vanguardia delMRL, o contra el MOEC, o contra VanguardiaNacionalista Popular, Juventudes del MRL o cual-quier otro grupo que tenga algo de revolucionario.De la misma manera que el Libertador Simn Bolvarpromulg su decreto de guerra a muerte en la lucha

    emancipadora, nosotros debemos promulgar hoytambin un decreto de guerra a muerte, aceptandotodo lo que sea revolucionado, venga de dondeviniere y combatiendo todo lo que sea antirrevolu-cionario, venga tambin de donde viniere.

    La unin debe hacerse por encima de las ambicionespersonales. Es necesario que los jefes sepan que nopodrn llegar a servir lealmente a la revolucin si noes mediante un sacrificio personal, por ese ideal,hasta las ltimas consecuencias. Dentro de los uni-versitarios y los profesionales se encuentran casos de

    idealismo autntico, sin embargo, muchas veces, seutiliza la revolucin como un escaln para ascendersocialmente y no como un fin de servicio al pas y ala humanidad.

    En un pas subdesarrollado en donde menos del 2%de la poblacin. Como es el caso de Colombia, sonprofesionales y estudiantes universitarios, nosotros

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    constituimos un grupo privilegiado. Estos ltimos tie-nen asegurado su ascenso social durante los aos deestudio sin tener que pagar la cuota de conformismo

    que se impone al resto de los miembros de nuestrasociedad para ascender. Esto, por lo menos, en lasuniversidades en donde no se ha establecido el deli-to de opinin y en donde los inconformes no sonexpulsados por lo que piensan o por lo que defien-den. Como grupo privilegiado, nosotros debemos

    restituir al pueblo colombiano los esfuerzos que hahecho para que podamos ser una lite cultural. Losuniversitarios de los pases subdesarrollados tienenun papel poltico irremplazable y se encuentran dia-riamente ante el drama de lograr una formacin tc-nica indispensable para consolidar la revolucin y la

    necesidad de intervenir en el proceso de cambio,descuidando muchas veces sus tareas diarias de for-macin y aprendizaje. Somos un grupo insustituibledel cual esperan mucho las mayoras de nuestropas. Desgraciadamente hemos traicionado muchasveces los intereses de la revolucin colombiana al

    servicio de nuestros mezquinos intereses personales.Mientras no haya un grupo de estudiantes y profe-sionales resueltos a sufrir todas las consecuencias dela represin que les impondr un sistema que estorganizado contra los que quieren cambiar el estadode cosas en Colombia, no habr en nuestro pas unverdadero liderazgo revolucionario.

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    CONDICIONES DE LA UNINNecesitamos algunas condiciones indispensablespara realizar la unin. La revolucin es un ideal que

    debe fijarse de una manera muy determinada y pre-cisa. No podemos unimos a base de ilusiones vagas.Ante todo necesitamos objetivos nacionales queencaucen nuestras energas y las energas de todo elpueblo colombiano. Con grupos de jvenes, univer-sitarios de todo el pas, pertenecientes a movimien-

    tos revolucionarios o independientemente de estos,hemos venido elaborando y planteando una plata-forma que resume los objetivos a largo plazo de unaaccin revolucionaria...

    No basta la decisin ntima de entregarse hasta las

    ltimas consecuencias.

    La revolucin es una tarea demasiado ardua paraque las simples intenciones basten para realizarla.De lo contrario sera inconcebible que no se hubie-re llevado a efecto dado el descontento general que

    existe en el pas.

    El inconformismo de los universitarios es algo evi-dente. Sin embargo, despus de los primeros aosde estudio pasa la euforia revolucionaria. Al terminarla carrera se comienzan a buscar los vnculos con lasestructuras vigentes. Sera mal visto por los futurossocios, empleadores, patronos y palancas que el

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    nuevo profesional tuviera el mote de "comunista",adjetivo que emplea la clase dirigente para descalifi-car a los inconformes.

    Al terminar la carrera el inconformismo decae total-mente, salvo algunas pocas excepciones. Despus,los que fueron ms aguerridos revolucionariosdurante los estudios, en muchas ocasiones, comien-zan a hacerse perdonar de las oligarquas sus deva-

    neos juveniles. Por eso, frecuentemente los estu-diantes ms revoltosos se convierten en los profesio-nales que defienden con ms ahnco los privilegios,los smbolos de prestigio y aun las formas exterioresde vida de las clases dirigentes.

    En el apego a esos smbolos de prestigio creo yo queen gran parte est la trampa para caer en el abur-guesamiento. La sociedad nuestra es una sociedadburguesa. Los estudiantes participan subconsciente-mente de los valores de esta sociedad, aunque cons-cientemente los repudien. Una forma de repudio

    exterior de esos valores se manifiesta en los vestidospobres y raros, en la barba y en las costumbres anti-tradicionales de muchos universitarios. Sin embargo,la imagen de lo que debe ser un profesional siguesiendo una imagen burguesa. El profesional, el doc-tor debe estar bien vestido, vivir en una casa o undepartamento ms o menos bien amueblado, tenerautomvil, y vivir en un barrio residencial; tener ofi-

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    cina con mquinas, sala de espera y secretaria. Ycomo todo esto cuesta dinero, es necesaria unaremuneracin "adecuada" al nivel profesional.

    Desgraciadamente, las remuneraciones "adecuadas"las controla la oligarqua y entonces hay que ven-derse, hay que renunciar al inconformismo.

    Mientras no seamos capaces de abandonar nuestrosistema de vida burgus no podremos ser revolucio-

    narios. El inconformismo cuesta y cuesta caro.Cuesta descenso en el nivel de vida, cuesta destitu-ciones de los empleos, cambiar y descender de ocu-pacin, cambiar de barrio y de vestido. Puede serque implique el paso a una actividad puramentemanual. El paso de la ciudad al campo o al monte.

    El arquitecto inconformista debe estar dispuesto atrabajar como albail, si ese es el precio que le exigela estructura vigente para subsistir sin traicionarse.

    Desgraciadamente, a esto no estamos decididos ybuscamos en el subconsciente una especie de com-ponenda en la cual podamos decir que luchamoscontra el sistema y usufructuamos al mismo tiempode l. En el mejor de los casos nos convertimos enrevolucionarios de cafs, sitios en donde podemoshablar sin comprometernos. Creo yo que esta es lantima explicacin de que los universitarios y anms, los profesionales. Nunca logren una colabora-

    cin eficaz con la revolucin.

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    Convenzmonos que, como dice el Evangelio "hayms alegra en dar que en recibir". Al sacrificar todosesos impedimentos burgueses seremos mucho ms

    felices, ms libres, ms autnticos con nosotros mis-mos. Estaremos dispuestos a afrontarlo todo. Hastaahora no parece que el pueblo haya reconocido enlos jefes esa entrega. El pueblo tiene suficiente olfa-to como para descubrir quien lo busca para servirloo para utilizarlo...

    Sin embargo, para eso, es necesario que comence-mos ya. Que nos mezclemos con las masas, quevivamos, no solamente para los pobres, sino con lospobres y como pobres. La integracin con las masases un elemento esencial a la revolucin y a la unin.

    Estas no son patrimonio nuestro sino de los obrerosy campesinos de Colombia. Ellos sern los que nostraigan la pauta, los que nos exijan, los que impon-gan la unin por encima de grupos y de personalis-mos caudillistas. Para los que conocen ntimamentea nuestra gente la frase de Gaitn de que "en

    Colombia el pueblo es superior a sus dirigentes" noes una frase demaggica sino absolutamente real. Yocreo que solamente la dinmica de los hechosimpondr la unin y estos hechos los tendr que rea-lizar la masa.

    Nadie puede ser verdaderamente revolucionario sino confa en los valores del pueblo. Es lo nico que

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    nos puede librar del paternalismo prctico de queadolecen aun nuestros dirigentes de izquierda.

    Debemos saber que cuando vamos a la base denuestro pueblo es mucho ms para aprender quepara ensear. Puede ser que esa base tenga ms difi-cultad para comunicar sus valores. En esa comuni-cacin nosotros debemos esforzarnos para poderaprovechar lo que nos ensee el pueblo. En l exis-

    ten necesidades comunes, sufrimientos comunes,aspiraciones comunes. Por eso ser, en ltima ins-tancia, el pueblo el que nos ensear cmo debe-mos realizar la unin.

    Los universitarios e intelectuales tenemos sin embargo

    algo que aportar a esas masas. No como jefes, sinocomo colaboradores, debemos dar una conciencianacional que unifique el inconformismo de nuestrasclases populares. Adems de conciencia comn, nos-otros podemos estimular los valores que existen ennuestro pueblo siempre y cuando, como lo dije antes,

    confiemos en l. Nuestras gentes han vivido en condi-ciones de inferioridad, han sido frustradas muchasveces por las circunstancias, por los lderes y por el sis-tema. Son fatalistas y desconfan del resultado de suaccin individual o colectiva. Nosotros debemosreconstruir la confianza que el pueblo debe tener en smismo. Debemos ayudarlo a que encuentre seguridaden la accin, por pequeos triunfos de accin colecti-

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    va al principio que, poco a poco, se convertirn enacciones cada vez de mayor trascendencia. As, nues-tro pueblo adquirir una actitud activa ante sus propios

    problemas, condicin indispensable para poderlosresolver por s mismo.

    Con todo, la conciencia y la actividad no bastan pararealizar una revolucin. La actividad anrquicapuede resultar estril y, por lo tanto, fuente de nuevas

    frustraciones. Se necesita la organizacin, organiza-cin que supone planificacin, liderazgo, coordina-cin, control. La conciencia, actividad y organizacinque nosotros debemos promover en la clase popularnos exigen tener unidad de conciencia, unidad deactividad y unidad de organizacin entre nosotros

    mismos. Las rencillas de grupos y los personalismosdesconciertan a esa masa. Este desconcierto que este-riliza la lucha debe ser para nosotros el ms podero-so acicate para buscar la unin y no traicionar a nues-tro pueblo y a nuestra misin histrica.

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    EL PROGRAMA DEL CURA CAMILO.

    Semanario "Marcha" de Montevideo, 4 de junio de 1965

    Un verdadero cristiano debe colaborar con todosaquellos revolucionarios que se proponen cambiarlas actuales estructuras sociales injustas y opresoras.Es ese cambio lo que caracteriza al mundo de hoy.Lo que ocurre en Colombia es parte de eso. Y lo quedetermina es la presin de abajo, tanto aqu como enVietnam. Por eso la intervencin norteamericana enVietnam, que es un verdadero crimen, no va a poderimponerse por ms armas que utilicen y por msgente que maten. Van a ser derrotados.

    Y t dices que los cristianos deben tomar una posi-cin definida, como tales, en esa lucha?Claro, lo digo y lo repito. El cristiano, como tal, y siquiere serlo realmente y no slo de palabra, debeparticipar activamente en los cambios. La fe pasivano basta para acercarse a Dios: es imprescindible la

    caridad. Y la caridad significa, concretamente, vivirel sentimiento de la fraternidad humana. Ese senti-miento se manifiesta hoy en los movimientos revo-lucionarios de los pueblos, en la necesidad de unir alos pases dbiles y oprimidos para acabar con laexplotacin, y en todo eso, nuestra posicin est cla-

    ramente de este lado, y no del lado de los opresores.

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    Por eso a veces, un poco en broma pero tambinbastante en serio, me pongo intransigente y le digo ami gente: el catlico que no es revolucionario y no

    est con los revolucionarios, est en pecado mortal.

    Crees que ese proceso revolucionario lleva alsocialismo?Es indudable que marchamos hacia estructurassocialistas de la sociedad.

    Cosa diferente, para m, es la concepcin filosfica delsocialismo o del marxismo. Pero tambin es indudableque esos cambios slo dos fuerzas pueden dirigirlos,pues slo ellas dos poseen una concepcin global delmundo: el cristianismo y el marxismo.

    Y si la revolucin tiene una direccin marxista,cul es tu posicin?Quiere decir que no hemos sido capaces nosotros dedar la direccin adecuada. En ese caso, nuestra tareano es oponemos ciegamente, sino todo lo contrario,

    colaborar en los cambios revolucionarios y salvar enellos los valores cristianos permanentes.

    Cul es el rasgo ms importante de "la violencia",como la llama monseor Guzmn en su libro La vio-lencia en Colombia?Lo que se ha dado en llamar "la violencia", esa gue-rra civil difusa que ha reinado durante aos en nues-

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    tro pas, es en el fondo un cambio de estructuras noorganizado, emprico, no consciente. La estructuraexterna del pas sigue siendo la misma. Pero en

    todos estos aos, quienes han cambiado son loscampesinos, es decir, la gran mayora de la pobla-cin colombiana. Toma el ejemplo de las llamadas"repblicas independientes". De derecha y deizquierda, hay quienes niegan su existencia. La ver-dad es que no interesa el calificativo de "repblicas"

    o no. Pero s que en esas regiones ha surgido unnuevo poder, paralelo al poder central, encarnadoen los jefes guerrilleros apoyados por los campesi-nos, y todo esto ha generado una nueva actitud delos campesinos hacia todas las instituciones antesexistentes: la propiedad, el Estado, la Iglesia, a las

    que ya no ven como partes inconmovibles de la exis-tencia sino como sujetos de cambios posibles, en loscuales ellos sienten que tienen un papel crecienteque desempear.

    Y las guerrillas?

    Las guerrillas en Colombia son mucho ms que unproblema policial o un problema poltico. Son unproblema social que toca las races mismas del pas.Por eso no sirven las calificaciones morales paracondenar la lucha guerrillera. Es lo mismo que elejrcito: no podemos aprobarlo o condenarlo concalificaciones morales abstractas. Hay que ver a qufines sirven unos y otros, guerrillas y ejrcito.

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    Cuando todos los canales de ascenso social parecancerrados para el campesinado y la estructura opreso-ra de la sociedad colombiana inconmovible, las gue-

    rrillas vinieron a abrir. Bien o mal, nuevos canales deascenso, y a travs de su existencia decenas y cien-tos de miles de campesinos adquirieron concienciade seres humanos capaces de decidir en la historiade Colombia, por primera vez. Quienes en nombrede la conservacin social condenan el fenmeno,

    deben antes explicar por qu las viejas estructurasno pudieron satisfacer esa necesidad.

    Las guerrillas crearon un poder nuevo, paralelo alpoder estatal conservador-liberal, a travs del cual, pormtodos buenos o malos, pero impuestos por la nece-

    sidad y por la incapacidad de las clases dominantespara aceptar cambios ascendieron grandes masas cam-pesinas en su seguridad en s mismas, en sus propiasfuerzas, en su sentimiento de dignidad humana y en sucapacidad de decisin y de autogobierno. El campesi-nado ha ido desarrollando una conciencia de clase

    campesina, que lo ha unificado nacionalmente en unaforma antes desconocida, y que lo constituye en pode-roso grupo de presin para cambios de fondo. Por esohemos dicho en otra ocasin que lo que se llama la"violencia", constituye el cambio socio-poltico msimportante y profundo en la vida de Colombia desdela independencia hasta hoy.

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    Cmo se refleja en los partidos polticos?Todava lejanamente. La derecha se defiende. Noentiende ni quiere entender lo que ocurre en el pas.

    Marcha hacia el desastre. Se ha mostrado particular-mente incapaz -y por el camino que va, seguir sin-dolo- de cambiar a tiempo para evitar una revolu-cin violenta. La izquierda sigue dividida en partidosy organizaciones pequeos, ninguno de los cuales leofrece un liderazgo efectivo a las fuerzas de cambio

    que se mueven en el pas.

    Ves una situacin similar a la que favoreci a lademocracia cristiana en Chile?En Colombia es diferente. En Chile, la victoria deFrei se bas en parte en una estructura capitalista

    ms desarrollada del pas. An as, no va a poderseguir avanzando mucho sin tomar medidas que ata-quen esa misma estructura capitalista en favor de losgrandes sectores populares. Todo reformismo tibioser sobrepasado en corto plazo.

    Cul camino propones?La forma no est clara todava. Pero s, que es nece-sario el surgimiento de nuevos lderes del senomismo de las masas campesinas y urbanas, dispues-tos a llevar adelante los cambios. Una va, para m,es el Movimiento de Accin Comunal que, a pesarde haber sido iniciado por el gobierno con fines decontencin, hoy tiene ms de ocho mil comits en

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    todo el pas donde aparecen dirigentes naturales delas comunidades sensibles a sus exigencias, que pue-den ser la base para un movimiento nacional de

    envergadura. La otra es, precisamente, la formacinde un nuevo movimiento nacional, con un programade transformacin de todas las estructuras de estepas. Aunque an no estn maduras todas las condi-ciones, ya existen las bases, y para recogerlas y rea-gruparlas hemos lanzado ese programa. Encuentra

    eco creciente. Me dijiste que ya te lo han dado:publcalo. S, por ah lo llaman "el programa del curaCamilo". Bueno: no es de este cura ni de otro, sinolos cambios necesarios y urgentes para superar la cri-sis de la sociedad colombiana.

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    LA REBELIN DE LAS SOTANAS.

    Reportaje de Semana al da de Bogot, 18 de juniode1965

    Qu entiende usted por revolucin?-Yo entiendo por revolucin el cambio fundamentaly rpido de un sistema econmico, social y poltico.

    Los puntos de la plataforma socioeconmica que seha venido divulgando son un ejemplo de los cam-bios a los que me refiero. Los medios para llegar astos no son necesariamente pacficos ni violentos.Esta alternativa la decidir la relacin de fuerzasentre la clase que detenta actualmente el poder y la

    clase que pretende realizar la revolucin. Este con-cepto de revolucin es comn a muchos tratadistasde la ciencia poltica, de la sociologa y de las cien-cias sociales en general.

    Qu opinin tiene usted de los curas obreros de

    Francia?-Los sacerdotes obreros en Francia y en muchos pa-ses del mundo constituyen una experiencia de laIglesia para lograr un testimonio de solidaridad conla clase obrera. El testimonio tiene un carcter uni-versal (debe ser en todos sus aspectos autnticamen-

    te cristiano) y un carcter social (debe ser compren-

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    dido por los hombres a los cuales est destinado).Dentro de la situacin de la Iglesia en donde haysacerdotes obreros la solidaridad con la clase popu-

    lar difcilmente es comprendida sin un testimonio desolidaridad de vida de los sacerdotes mismos, ya quelos laicos, aunque son Iglesia, no son consideradoscomo representantes de la Iglesia por aquellos sec-tores populares ms alejados del cristianismo. Lasmodalidades de esta experiencia han sido evaluadas,

    corregidas y perfeccionadas. La prohibicin enFrancia y Blgica se debi a algunas fallas acciden-tales, reales o ficticias, pero actualmente haymuchos sacerdotes obreros en muchos pases delmundo aprobados por la jerarqua eclesistica.-El caso del sacerdote obrero es clsico dentro de la

    concepcin de que el sacerdote, por motivos de cari-dad, de amor, puede suplir al laico cuando ste, porcualquier circunstancia, no puede ejercer sus fun-ciones propias dentro de la Iglesia.

    Seria usted partidario de la reforma del

    Concordato?-No solamente yo soy partidario de la reforma deeste tratado internacional que tiene setenta y ochoaos de haber sido elaborado, sino que la Santa Sedeen 1942 se manifest tambin partidaria de la refor-ma. Hasta ahora ha constituido un tab porque enesa ocasin fue tomado como instrumento poltico ytrat de gestar un cisma. Creo que las declaraciones

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    del Concilio sobre las relaciones entre Iglesia yEstado producirn necesariamente la reforma delConcordato en donde se garantice una pobreza efec-

    tiva para la Iglesia y se suprima toda posibilidad deingerencia poltica de sta para que pueda dedicarsems libremente a su labor evangelizadora.

    Cul es en su concepto el partido colombiano querefleja sus ideas?

    -Ninguno. Creo que en muchos partidos progresistascolombianos se pueden encontrar muchas de mis ideas.

    -Se habla de la creacin de unos impuestos a losbienes productivos de la Iglesia.

    Es partidario de esta iniciativa?-S, soy partidario, pero cuando haya un gobiernorevolucionario.

    Es cierto que usted corre peligro de que la Iglesiacolombiana lo suspenda en el servicio general de su

    ministerio?-No es cierto, porque no he incurrido en ninguna delas causales cannicas de suspensin.

    Aceptara usted una candidatura a la Presidenciade la Repblica?-En primer lugar la Constitucin y el Concordato pro-hben a los sacerdotes aceptar esta clase de cargos

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    pblicos. En segundo lugar, creo que mi apostoladorevolucionario se vera totalmente obstaculizado siyo tuviera cualquier clase de ambicin poltica per-

    sonal. En tercer lugar me parece que en el actual sis-tema, ste es un empleo bastante desacreditado.

    Por qu considera usted que antes de cinco aos seva a efectuar una revolucin en Colombia?-No se trata de una profeca sino de un simple clculo.

    Porque me parece que las condiciones que produ-cen un cambio revolucionario estn en parte com-pletas y que las que faltan ya estn en gestacin,creo que se madurarn en un lapso aproximado decinco a siete aos.

    Las condiciones existentes podran sintetizarse en:

    a) Descontento, no solamente con el FrenteNacional, sino tambin con el sistema.

    b) Reaccin contra el Frente Nacional considern-

    dolo como partido de clase, y proceso de forma-cin de una clase popular.c) Solidaridad del movimiento estudiantil universita-

    rio.d) Solidaridad de los grupos campesinos a la escala

    local.

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    Estn en gestacin:

    1. La creacin de una conciencia nacional sobre

    objetivos revolucionarios concretos.2. La organizacin de los sectores populares a la

    escala regional y nacional.

    Estos dos requisitos son indispensables para la tomadel poder poltico, requisito indispensable para la

    realizacin de la revolucin.

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    "SLO MEDIANTE LA REVOLUCINPUEDE REALIZARSE EL AMOR AL

    PRJIMO..."Reportaje de Jean-Pierre Sergent, segunda mitadde 1965.

    Padre Camilo Torres, por qu abandon usted el

    ejercicio del sacerdocio?

    Abandon el sacerdocio por las mismas razones porlas cuales me compromet en l. Descubr el cristia-nismo como una vida centrada totalmente en elamor al prjimo; me di cuenta que vala la penacomprometerse en este amor, en esta vida, por loque escog el sacerdocio para convertirme en un ser-vidor de la humanidad. Fue despus de esto cuandocomprend que en Colombia no se poda realizareste amor simplemente por la beneficencia sino queurga un cambio de estructuras polticas, econmicasy sociales que exigan una revolucin a la cual dicho

    amor estaba ntimamente ligado.

    Pero desgraciadamente pese a que mi accin revolu-cionaria encontraba una respuesta bastante ampliadentro del pueblo, la jerarqua eclesistica en unmomento determinado quiso hacerme callar contra mi

    conciencia que, por amor a la humanidad, me llevaba

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    a abogar por dicha revolucin. Entonces, para evitartodo conflicto con la disciplina eclesistica solicit queme levantara la sujecin a sus leyes. No obstante, me

    considero sacerdote hasta la eternidad y entiendo quemi sacerdocio y su ejercicio se cumplen en la realiza-cin de la revolucin colombiana, en el amor al prji-mo y en la lucha por el bienestar de las mayoras.

    A qu llama usted revolucin?

    A un cambio fundamental de las estructuras econ-micas, sociales y polticas. Considero esencial latoma del poder por la clase popular ya que a partirde ella vienen las realizaciones revolucionarias quedeben ser preferencialmente sobre la propiedad dela tierra, la reforma urbana, la planificacin integral

    de la economa, el establecimiento de relacionesinternacionales con todos los pases del mundo, lanacionalizacin de todas las fuentes de produccin,de la banca, los transportes, los hospitales, los servi-cios de salud, as como otras reformas que sean indi-cadas por la tcnica para favorecer las mayoras y no

    las minoras, como acontece hoy en da.

    Por qu le parece indispensable la revolucin?La revolucin es indispensable porque ahora el poder seencuentra en manos de una minora de ms o menos cin-cuenta familias incapaces de afectar sus intereses por losde la mayora, lo que significa que esta minora poseetambin el control poltico, el de las elecciones, el de

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    todos los medios y de todos los factores del poder y queal derribarse, se ejecuta lo que considero una revolucin:el cambio de la estructura del poder de manos de la oli-

    garqua a manos de la clase popular.

    Camilo, usted habla de la toma del poder:de qu manera cree que puede lograrse?Estoy convencido que es necesario agotar todas las vaspacficas y que la ltima palabra sobre el camino que hay

    que escoger no pertenece a la clase popular, ya que elpueblo, que constituye la mayora, tiene derecho alpoder. Es necesario ms bien preguntarle a la oligarquacmo va a entregarlo; si lo hace de una manera pacfica,nosotros lo tomaremos igualmente de una manera pac-fica, pero si no piensa entregarlo o lo piensa hacer vio-

    lentamente nosotros lo tomaremos violentamente.

    Mi conviccin es la de que el pueblo tiene suficien-te justificacin para una va violenta.

    Usted dice que la toma del poder ser

    Violenta o pacfica, es decir, determinada por laposicin de la burguesa.

    No cree usted que habr problemas no solamentecon esta burguesa sino con otras burguesas for-neas?Indudablemente habr problemas sobre todo con losEstados Unidos, puesto que nuestra burguesa est

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    estrechamente ligada con sus intereses aqu y de lamisma manera como ellos han invadido laRepblica Dominicana invadirn no solamente pa-

    ses en donde haya gobiernos comunistas sino, comoellos lo han manifestado, en donde se establezcanregmenes que atenten contra sus intereses.

    En el caso de Colombia y de toda la Amrica Latina -porque yo creo que la lucha va a ser conjunta- los ene-

    migos de nuestros enemigos sern nuestros amigos.Pero cuando el pueblo se decida a luchar hasta el finno habr ninguna potencia que pueda ser superior a lapotencia de ese pueblo que quiere su libertad.

    Dice usted, Camilo Torres, que los enemigos de sus

    enemigos Sern Sus amigos.

    Quines son sus amigos?Nuestros amigos sern los enemigos de los EstadosUnidos porque en caso de una guerra contra nuestra oli-garqua y la influencia extranjera, la norteamericana que

    predomina ser nuestra enemiga por lo que nosotrosseremos amigos de los enemigos de los Estados Unidos.

    Cundo cree usted que la revolucin a escalanacional se produzca?Nuestra oligarqua es poderosa, lo que quiere decir

    que la lucha ser prolongada.

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    En Colombia se ha criticado mucho su actitud a pro-psito del problema de la toma del poder.

    No teme usted estar en contradiccin con la doc-trina de la Iglesia?La Iglesia muchas veces ha expresado su doctrinacon relacin a la guerra justa y a la guerra contra latirana y entiendo que hay condiciones en ella en lasque, primero, se permite agotar todas las vas pacifi-

    cas; segundo, prever un resultado satisfactorio y, ter-cero, poder prever asimismo que las consecuenciasde dicha revolucin violenta no sern peores que lasituacin actual. Y eso podra suceder en el casonuestro si se reconoce que ahora hay nios quemueren de hambre diariamente, pequeas nias de

    diez aos comprometidas en la prostitucin, queexiste una violencia en todo el pas en la que hanmuerto 300 mil colombianos y que hay criminalesque no son ms que el resultado de las estructurasvigentes. As pues estoy seguro que las consecuen-cias de la revolucin son justas y estn en regla con

    la doctrina de la Iglesia.

    Aceptara usted una lucha con junta con el PartidoComunista Colombiano?Yo podra verdaderamente colaborar con los comu-nistas en Colombia porque creo que entre ellos hayelementos autnticamente revolucionarios y porqueen cuanto son cientficos tienen puntos que coinci-

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    den con la labor que yo me propongo. Y como nos-otros lanzamos la consigna de que seramos amigosde todos los revolucionarios y enemigos de todos los

    contrarrevolucionarios, nosotros somos amigos delos comunistas e iremos con ellos hasta la toma delpoder, sin descartar la posibilidad de que despushabr discusiones sobre problemas filosficos. Perolo que importa por el momento son las cuestionesprcticas en las que ya estamos de acuerdo.

    Su programa revolucionario es bastante socialista.

    Es usted marxista?

    El hecho de ser marxista es algo complejo. Yo creo

    que ellos tienen algunas soluciones y algunos puntosde vista que estn exactamente en el dominio de latcnica econmica, sociolgica y poltica y enton-ces, si sus puntos de vista son cientficos -como sonlos mos con respecto a la realidad colombiana-habr coincidencia en estos dominios que, aunque

    yo no sea marxista, puedo conciliar. Soluciones queen una palabra no son ms que cientficas.

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    SINDICATO BAVARIA.

    Bogot, Julio 14 de 1965

    Quiero agradecer a todos los sindicatos aqu presentesy a quienes asisten a esta reunin la oportunidad queme dan de poder interpretar y exponer los deseos detantas personas, tratar de sistematizarlos con todosustedes y profundizar en las razones supremas que

    tiene el pueblo colombiano para buscar un cambiofundamental en nuestras instituciones y especialmenteen nuestra estructura poltica del poder.

    En primer lugar, es importante que nosotros precise-mos por qu es necesaria la revolucin; en segundo

    lugar, en qu debe consistir la revolucin, y en ter-cer lugar, cmo debe participar la clase obrera en larevolucin.

    La revolucin no es simplemente una palabra demoda, una palabra popular:

    Cuando nosotros nos damos cuenta de que en estemomento en Colombia, se han concentrado el poderpoltico, el poder cultural, el poder eclesistico, elpoder militar, en unas mismas manos y cuando nosdamos cuenta que esas manos no representan a las

    mayoras sino a las minoras y cuando nos damos

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    cuenta que aquellos que representan esas minoras -en las cuales las mayoras no se ven reflejadas- sonlos que tienen el poder poltico y el poder de deci-

    dir sobre las transformaciones fundamentales delpas, entonces tenemos que llegar a la conclusin deque esa minora no puede seguir decidiendo.

    Por qu? Porque esa minora siempre ir a decidirde acuerdo con los intereses de su propio grupo y no

    de acuerdo con los intereses de la mayora.

    Nosotros encontramos que muchas veces hay indivi-duos quienes por apostolado o por amargura o porcondiciones especiales podran tomar decisiones encontra de su propio grupo y por eso aspiramos a que

    personas de la clase burguesa, a que los intelectua-les, los sacerdotes, los militares, muchas veces adop-ten posiciones que no estn de acuerdo con los inte-reses tradicionales de su grupo. Sin embargo, estoque nosotros esperamos de las personas no lo espe-ramos de los grupos a que pertenecen esas personas.

    Y lo esperamos de las personas porque si no tendr-amos que excluir a cualquier persona de extraccinburguesa para que participara en la revolucin.

    A m mismo, pues soy por algunos aspectos, desgra-ciadamente, de extraccin burguesa y pertenezco tam-bin al grupo clerical, por algunos aspectos tambindesgraciadamente. Tendramos que excluir a cualquier

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    persona de buena voluntad, a cualquier militar debuena voluntad, a cualquier burgus; sin embargodentro de ellos podemos encontrar personas que pue-

    den colaborar en la revolucin. Nosotros les exigire-mos, naturalmente, que aquel que siendo de extrac-cin burguesa y por lo tanto sospechoso, al estarembarcado en un proceso semejante, tendr que dar-nos pruebas muy concretas de que no es por oportu-nismo, de que no es por ascender, de que no es por

    escalar posiciones que quiz dentro de su propiogrupo le han sido negadas; que es para servir a la clasepopular. Por eso le tenemos que exigir pruebas a loselementos de la clase burguesa, a los militares, a loseclesisticos, a los intelectuales, a gente de clasemedia, a los profesionales que entren a engrosar las

    filas; pero no simplemente con bonitas palabras, nosimplemente expresando sus buenas intenciones sinoexponiendo su pellejo, exponiendo algo personal: yasea el dinero, ya sea la tranquilidad, etc. Y por eso yoconsider indispensable para mi vocacin sacerdotal,para mi vocacin revolucionara el dar una prueba de

    que estoy dispuesto a servir a la causa del pueblo.Porque cuando se me plante el dilema de seguir en ladisciplina clerical o de continuar la lucha revoluciona-ria yo no poda dudar; porque de otra manera hubierasido traicionar la revolucin, traicionarlos a ustedes.

    Como muy bien me lo dijeron los obreros deMedelln: usted tiene que seguir adelante. Y enton-

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    ces no tuve ni un momento de titubeo para sacrificaralgo para m muy querido, muy profundo como erael ejercicio exterior de mi sacerdocio.

    Esto quisiera yo que valiera como prueba de mi sinceri-dad. Pero es necesario que ustedes me sigan exigiendo,como he de seguir exigindoles a todos los que estn enel mismo proceso y son de extraccin burguesa.

    Y hasta dnde van a exigir? Tienen que exigir hastalas ltimas consecuencias. Porque la lucha revolu-cionaria no es una lucha cualquiera: es una lucha enla cual no se comprometen horas; en la cual no secomprometen pesos. Es una lucha en la que hay quecomprometer la vida misma. Podemos aceptar que

    haya personas amigas de la revolucin, aficionadosa la revolucin; pero para aceptar a alguien comorevolucionario tenemos que exigirle que sea revolu-cionario de tiempo completo.

    Como decamos, debemos aceptar que haya miem-

    bros de grupos distintos a la clase popular y que vanen muchas ocasiones en contra de su grupo; pero algrupo mismo sera absurdo exigirle que fuera contralos intereses de su grupo.

    Nosotros podemos encontrar obreros traidores a laclase obrera pero sera difcil aceptar que todo ungrupo obrero est yendo contra los intereses de su

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    mismo grupo y lo mismo sucede con el grupo queforma la clase dirigente. Puede ocurrir que en oca-siones veamos a algunos individuos tomando deci-

    siones en contra de su grupo pero eh grupo mismonunca va a tomar decisiones en contra de l mismo.Y aqu encontramos por qu es necesario reempla-zar al grupo en el ejercicio del poder, al grupo mino-ritario, al grupo de las clases dirigentes. Porque ungrupo minoritario, en un pas como el nuestro, ten-

    dr una gran cantidad de intereses opuestos a los delas clases mayoritarias y si de l dependen las deci-siones nosotros veremos que las decisiones se adop-tan sistemticamente en favor del grupo minoritarioy en contra de las mayoras. Porque cuando hay unconflicto de intereses naturalmente el que -como

    dicen- "tiene la sartn por el mango", el que tiene elpoder en sus manos, decidir en favor de l mismo,en favor de su propio grupo.

    A veces se nos presenta el problema colombianocomo un problema tcnico: se hacen exposiciones

    muy eruditas, muy detalladas, mostrando las estadsti-cas, mostrando las soluciones; cmo podra arreglarseel problema de nuestras importaciones, cmo podraarreglarse el problema de nuestra moneda. Y se nospueden hacer disquisiciones muy exactas, muy doctas,muy llenas de sabidura, pero por qu se deja as alpueblo? Por qu se hacen programas de televisin, sehacen libros, y se hacen trabajos y se presentan en los

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    peridicos los problemas agrarios colombianos y susolucin y se nos muestra en una forma muy ntida,muy clara en dnde est la solucin de nuestro pro-

    blema agrario y en dnde est la solucin de nuestraindustrializacin, cmo podramos llegar a industriali-zamos; y se nos muestra cmo el problema de vivien-das puede ser solucionado y se nos muestra cmo sepuede estabilizar la moneda, y sin embargo los pro-blemas no se resuelven en la realidad? Todo esto se

    nos muestra, y por qu el pueblo sigue indiferente atodas esas soluciones tericas, sigue indiferente inclu-sive ante planteamientos tan cientficos, tan verdade-ros, tan exactos? Por qu el pueblo sigue indiferenteante la constitucin de una comisin de alto nivel, ode medio nivel o de altsimo nivel? Por qu sigue

    completamente indiferente?

    Porque sabe que el problema no es tener las solu-ciones sino que nosotros tenemos las solucionespero las soluciones no se quieren aplicar. No es faltade soluciones, no es falta de tcnica, no es falta de

    conocimiento de los problemas y de las soluciones.Y por eso nuestra clase dirigente, nuestra oligarqua,es tanto ms culpable cuanto que tiene las solucio-nes en sus manos y no quiere aplicarlas.

    Muchas veces en la gran prensa se me ha dicho queno estoy planteando nada nuevo y creen que eso esun ataque serio contra m. Esto es en realidad una de

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    las mayores ponderaciones tal vez la mejor manerade alabarme. Porque es cierto: no estoy planteandonada nuevo. Ustedes saben las cosas que yo voy a

    decir, el pas lo sabe. Pero ese ataque que se preten-de hacerme, de que yo no estoy diciendo nadanuevo, ese ataque se vuelve contra ellos; porqueesto lo saben los cientficos, lo saben los socilogos;y no estoy diciendo nada nuevo.

    Tal vez la novedad consista en que lo diga en pbli-co y me juegue la sotana para sostenerlo, eso spuede ser nuevo; pero lo que digo no tiene nada denuevo. Entonces qu es lo que pasar? Que al decir-me que no estoy diciendo nada nuevo y si lo viejoque estoy repitiendo ha suscitado tanto entusiasmo

    eso es una acusacin contra la clase dirigente.

    Si lo que digo es viejo, si el decir que el poder est con-centrado en pocas manos y que los que tienen el poderno lo estn utilizando para las mayoras, si eso es viejoentonces son tanto ms culpables los que conocen el

    problema y no son capaces de solucionarlo.

    Soluciones no nos faltan: hablemos con el hombrede la calle, con el chofer de taxi, inclusive con ellimpiabotas, hablemos con el campesino y, en tr-minos tal vez no muy cientficos pero s llenos desentido comn, nos dir en cinco o seis frases dndeestn las soluciones de nuestro pas. Esto lo puede

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    hacer cualquiera y por eso la clase dirigente est des-concertada: porque ya sabe que no convence anadie con plantear soluciones.

    Y por eso nos sentimos todos tan profundamente enga-ados cuando se cancel un movimiento popular comoel paro del 25 de enero para enterrarlo con entierro depobre, para hacer que se resolviera en una comisin dealto nivel para plantear soluciones. Como siempre en

    Colombia, y como siempre en cualquier situacin difcilcreemos que la solucin est en nombrar comisionespara que estudien las soluciones en nombrar comisionespara tratar de aplazar las soluciones de los problemasporque las soluciones ya se conocen; en nombrar comi-siones para pasarle la responsabilidad a unas personas

    que participaban del poder y que ya haban podidodesde antes poner las soluciones.

    Personas que haban intervenido, inclusive en laaprobacin del impuesto a las ventas entraban en lagran comisin, en la comisin de alto nivel, no me

    acuerdo cmo llamaron esta comisin, para hacer elponqu tributario y hacer una serie de cosas que alpueblo lo dejan fro e inclusive hostil porque el pue-blo sabe que las soluciones adoptadas por las mino-ras irn en contra de sus intereses.

    Y sabe que el ponqu tributario tan minuciosamenteestudiado era un ponqu para las oligarquas pero

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    un tributo para la clase popular. Ellos organizaronquin contribuira a hacer el ponqu pero la clasepopular saba quin se lo iba a comer.

    De manera que no es por falta de soluciones queandamos tan mal, sino porque los que tienen elpoder no quieren decidir; y quines son los que tie-nen el poder?

    Muchas veces nos ensaamos contra el Presidentede la Repblica, contra los ministros o contra los par-lamentos pero especialmente contra el Presidente.Claro que l tambin es culpable de que las solucio-nes no se apliquen pero el Presidente es un hombreindefenso dentro de una cantidad de grupos de pre-

    sin que hacen lo que quieren con l y por eso nues-tro movimiento no debe pensar en un Presidenteporque ese Presidente subira dentro del sistemaactual y aunque haya planteado temas revoluciona-rios, ese Presidente dentro del sistema actual tendrque someterse a las mismas presiones, a los mismos

    grupos, al mismo sistema que est a favor de lasminoras y en contra de las mayoras.

    Y por eso cuando se me ha preguntado si yo abandonel ejercicio de mi sacerdocio para ser candidato a la pre-sidencia de la Repblica en las prximas elecciones hecontestado enfticamente que no; eso sera una traicinal movimiento revolucionario y he contestado tambin

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    que nosotros no podemos ir a hacerle el juego a las oli-garquas metindonos en su sistema electoral, controla-do por ellas, no podemos participar en esa comedia de

    democracia en la cual desgraciadamente la clase popu-lar ha venido representando un papel que la desfavorecey que no favorece sino a las clases privilegiadas.

    Entonces no se trata de elecciones bajo ese sistema, nose trata de presidencia de la Repblica; se trata de

    transformar el sistema de la base hacia arriba en unaforma fundamental y sostener que la clase popular nose vuelva a dejar engaar con el mito de las eleccionesmientras no sea la clase popular la que controle el sis-tema electoral y mientras no sea la clase popular la queva a presentar un programa de cambio fundamental de

    las instituciones resquebrajando el sistema poltico delpoder actual y teniendo a las mayoras como grupos depresin principales, como grupos que determinen lapoltica y las decisiones gubernamentales.

    Creo que ya hemos hecho muchas veces la carrera

    de que la oligarqua cuando est miedosa comienzaa tendernos la mano y trata de que pisemos la cs-cara entrando por un sistema, entrando en sus garrasy acabarnos definitivamente.

    Ya tiene la oligarqua experiencias muy duras encuestiones electorales. A veces se nos olvida lo quesucedi con Jorge Elicer Gaitn, quien fue rechaza-

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    do por el partido liberal y por el directorio liberal ytoda la maquinaria electoral se puso contra l y sacmenos votos que Gabriel Turbay, como ustedes se

    acordarn, pero la presin popular fue tan grandeque se les sali de las manos a este sistema, al siste-ma controlado por las oligarquas, y en las siguienteselecciones obtuvo una mayora del liberalismo a sufavor y entonces se dio cuenta la clase dirigente quehaba ido demasiado lejos en ese juego, que haba

    llegado inclusive a perder el control del electorado yque la maquinaria haba fallado y por eso no lequed ms recurso que el homicidio para terminarcon el movimiento popular.

    Es posible que ahora la posicin de los revoluciona-

    rios, cuando vemos claro y no vamos a entrar en esejuego, sea peligrosa. Pero nosotros no podemos sercmplices en la comedia democrtica que estrepresentando nuestra oligarqua. No podemos sercmplices y por eso tenemos que ver cules son losmedios realmente revolucionarios.

    Porque actualmente la clase popular aporta unamayora en el ingreso nacional -ustedes saben que laclase obrera aporta ella sola el 35% del ingresonacional- por qu recibe tan poco de ese ingreso?por qu la clase obrera y campesina que tiene esavirtud que expresaba tan bien el mismo Jorge ElicerGaitn, de que ha sido superior a sus dirigentes: por

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    su conciencia, por su nimo de lucha, por su forta-leza? Por qu la clase popular no tiene el poder, notiene la fuerza?

    Porque nos han faltado dos cosas esenciales que nos-otros tenemos que lograr a marchas forzadas. Porquees importante que de estas conferencias no quede sola-mente el entusiasmo, no quede solamente una espe-ranza, sino debe quedar un derrotero de lucha, que

    puede ser dura, oscura, disciplinada. Cul va a ser lalabor indispensable para lograr que la clase popular setome verdaderamente el poder en Colombia?

    En primer lugar una de las primeras condiciones eslograr que la clase popular tenga una conciencia

    comn. Si nosotros no tenemos objetivos comunes,nos vamos a dividir. Acurdense ustedes de ese cua-drito que le muestran a uno en el cual hay dos burrostratando de comerse un montn de pasto cada uno ycada cual halando para su lado y ninguno de los dospuede comerse el montn hasta que no se pongan

    de acuerdo en el objetivo. Si nosotros no nos pone-mos de acuerdo en los objetivos vamos a marchardispersos, cada uno por nuestro lado; vamos a mar-char divididos los catlicos de los no catlicos, divi-didos los izquierdistas de los derechistas, el puebloliberal del pueblo conservador, los campesinos delos obreros; divididos los de una central sindical encontra de otra central sindical.

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    Por eso tenemos que poner una plataforma mnima,en la cual estemos de acuerdo y por la cual vayamosa luchar. Por esa razn hemos repartido esta plata-

    forma de unin popular que unifique en primer lugarpor encima de las ideologas y de las religiones. Escierto que nuestro pueblo es en su mayora catlico;yo dira que ms que catlico es un pueblo de bau-tizados, porque si la esencia del catolicismo como laesencia del cristianismo es el amor, tanto que San

    Pablo nos dice que el que ama a su prjimo cumplecon la Ley, no tendramos un pueblo despedazadopor la violencia, un pueblo en que se oprima a lasviudas, a los hurfanos, a los pobres, en que no estreinando el amor en las instituciones. Aunque nos-otros tenemos leyes para todo, porque en Colombia

    hay leyes para todo, la aplicacin de esas leyes no sehace en virtud del amor al prjimo sino en virtud delegosmo del grupo.

    Entonces podemos decir que es un pueblo de bauti-zados y que el 96% de catlicos que se inscriben en

    los censos es porque han recibido el bautismo; peroquizs muchos de los que estamos ah inscritos nohemos logrado realizar el amor al prjimo, esenciade nuestra religin.

    Entonces tenemos que pasar por encima de las dife-rencias religiosas; una vez ms repito que nosotrosno podemos seguir peleando por una cantidad de

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    cosas que nos dividen y dejando de ponemos deacuerdo en las cosas que nos unen. Como enmuchas ocasiones lo hemos dicho. Para qu nos

    ponemos a pelear nosotros los catlicos con loscomunistas, con quienes podemos decir que tene-mos ms antagonismos, sobre si el alma es mortal oes inmortal, en lugar de ponernos de acuerdo en queel hambre s es mortal?

    Para qu ponernos a pelear sobre si la Iglesia cat-lica es la verdadera o si debemos acabar con ellamientras lo que pasa es que los sectores reacciona-rios, tanto de esa Iglesia como fuera de ella, estnluchando contra nosotros? Mientras nosotros esta-mos discutiendo si hay que expropiar los bienes

    eclesisticos o si no hay que expropiarlos, estamospernil-tiendo que a la mayora de los colombianos seles expropien sus bienes. Porque seguramente losmismos catlicos que querernos tener una Iglesiapobre no vamos a pelear con los que estn contrauna Iglesia rica.

    Debemos ponemos de acuerdo en las cosas que nosunen por encima de las religiones, por encima de lafilosofa, por encima de las discusiones que no con-ducen a nada. Como lo decamos tambin en otrasocasiones, nos parecemos a los que mandaban en elimperio de Bizancio -por eso las discusiones que nosirven para nada se llaman discusiones bizantinas-

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    porque mientras los turcos estaban en las puertas deConstantinopla listos a tomarse la ciudad, los telo-gos estaban discutiendo sobre el sexo de los ngeles;

    y nosotros mientras tenemos los precios subiendo,mientras tenemos el Frente Nacional consolidado yhaciendo a su arbitrio lo que quiere en contra de laclase popular, mientras tenemos una clase dirigenteunificada que utiliza la prensa y todos los medios decomunicacin, que utiliza a la Iglesia y al ejrcito en

    contra de la clase popular, nosotros estamos discu-tiendo por una cantidad de diferencias, por cosasque no nos ataen directamente y que no son losobjetivos inmediatos de la revolucin.

    Por eso la plataforma de unin popular no debe entrar,

    y es lo que yo he pretendido, en terreno ideolgico, nien terreno filosfico, ni religioso y por eso ustedes hanVisto que la reaccin de la oligarqua ha sido presionara la jerarqua catlica para que inmediatamente digaque all hay cosas contra la doctrina pero nunca ha pre-cisado esos problemas doctrinales. Es natural que tra-

    ten de demostrar que esta plataforma puede ir contrala conciencia de los catlicos, pero creo que los cat-licos podemos seguir tranquilos porque, hasta ahora, la

    jerarqua no ha dicho en qu est fallando doctrinal-mente la plataforma. De manera que podemos seguiradelante, de esa plataforma podra decirse que es laplataforma de la democracia cristiana o que es la pla-taforma de la FUN (Federacin Universitaria Nacional)

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    o que es la plataforma de los sindicatos cristianos de laCLASC (Confederacin Latino-Americana deSindicatos Cristianos), o que es la plataforma del parti-

    do comunista, o que es la plataforma de los sindicatosde Coltejer, - porque todos ellos la han adoptado.

    Pero tiene tambin de caracterstico esta plataformaque no es de ningn grupo poltico en particular, yes que el que quiera puede adherirse a ella; a pesar

    de que eso ha escandalizado mucho yo he sostenidoy creo que los que estamos en este movimiento tene-mos que sostenerlo, que todo el que quiera, si escolombiano y es patriota, puede adherirse a ella ylucharemos junto a Cl. Si la Alianza Popular se quie-re adherir la recibimos con los brazos abiertos, si el

    partido comunista se quiere adherir lo recibimos conlos brazos abiertos, si se quieren adherir los del MRLo los liberales que quieren hacer algo nuevo, o losconservadores que quieren cambiar al pas, o lademocracia cristiana, a todos ellos los recibimos por-que la plataforma no es patrimonio de un solo grupo

    sino debe ser y eso es a lo que yo aspiro, patrimoniode toda la clase popular.

    Este movimiento alrededor de la plataforma no esnaturalmente un movimiento "anti", no est en con-tra de ningn partido revolucionario, ni en contra deningn individuo revolucionario; nosotros no somosanticomunistas, no pueden decir que somos comu-

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    nistas tampoco, somos revolucionarios y creemosque dentro de los revolucionarios caben los comu-nistas, caben los catlicos, cabe el pueblo liberal y

    cabe el pueblo conservador, la alianza nacionalpopular y la democracia cristiana. No pretendemosexclusivamente para nosotros el patrimonio de larevolucin porque as como la plataforma de uninpopular es patrimonio de la clase popular tenemosque admitir tambin que la revolucin no es patri-

    monio de ningn grupo, sino patrimonio de la clasepopular colombiana.

    Por lo tanto, podemos seguir esta plataforma ypodernos en nombre de ella reiterar nuestro decretode guerra a muerte como lo hizo el Libertador.

    Podemos decir que cualquiera que sea revoluciona-rio venga de donde viniere es amigo nuestro y cual-quiera que sea antirrevolucionario venga de dondeviniere es enemigo.

    Adems esta plataforma no debe estar ligada a un

    nombre; en la misma exposicin de motivos se pideque la revolucin no est ligada a un nombre sino auna serie de principios, y respecto a mi cargo parti-cular es importante que cada da vayamos desperso-nalizando porque la plataforma ha sido distribuidaen mi nombre y para m es un orgullo enorme habercontribuido en algo a la unificacin de la clase popu-lar, para que la clase popular llegue al poder; pero

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    adems de la conciencia que la plataforma va a creary de la conciencia que va a crear el peridico de laclase popular, es necesario que surjan lderes, nue-

    vos lderes, entregados. Capacitados, listo