Carta Filosófica Del Cosmopolita - Miguel de Sendivogius

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    CARTA FILOSOFICADE MIGUEL DE SENDIBUGIUS

    (EL COSMOPOLITA)

    INTRODUCCION

    Habindoos visto dudar de una ciencia de la cual deberais estar ms persuadido, me haparecido necesario trazaros sus fundamentos, de acuerdo con lo que la lectura de losverdaderos Filsofos y la experiencia me han enseado. A este efecto no uso de ningunaretrica, juzgando superfluo adornar la materia del mundo, que es la ms bella por smisma. La Santa Escritura, que est dictada por el Espritu Santo, y contiene la palabradel gran Dios, desprecia el adorno y gusta slo de las sentencias verdaderas y sencillas.

    La ignorancia, en cambio, y la mentira, de la que el padre de mentira arroj la simienteen las Escuelas modernas, quiere ser revestida de perifollos para ocultar sus defectos; elarte y el colorete, son para las bellezas imperfectas. Veris, en la continuacin de estaCarta, una Fsica que parecer extravagante e impertinente en el sentir de esas mismasEscuelas, y por adelantado os digo que el ms insignificante pedante la condenar contanta osada como si la comprendiera muy bien, y que mis sentimientos seran proscritos

    por su razn, tan libremente como pudiera hacerlo si nuestra santa Ciencia estuviesesometida a su jurisdiccin.Pero dejo a cada uno que juzgue libremente y no quiero castigar a los presuntuosos e

    ignorantes ms que con sus propias cualidades, que conservarn como penitencia. Desuerte que no pretendo escribir esta carta ms que a vos, que tenis la clave paradescifrar su contenido misterioso, a fin de que podis confirmar vuestro conocimiento yapoyarlo sobre un cimiento inconmovible para dar gloria a Dios y servir a vuestro

    prjimo. Hallaris la mayor parte de lo que os escribo, en los Filsofos, pero en ningunaparte lo veris reunido de este modo, en tan pocas palabras. Estas son sencillas, peroimportantes y verdaderas. Leed, volved a leer, y pensadlo bien, relacionando todo con la

    piedra de toque que es la naturaleza; ella os saldr como mi garante de la verdad. Hacedun paralelo de esas investigaciones con mis palabras y guardad para vos mismo lasobservaciones que sacaris. Por tanto, a fin de comprender de lo que se trata, sabed que

    la Fsica es una ciencia mediante la cual se explican las sustancias naturales, en sucarcter de naturales con su armona; es la ciencia de la naturaleza o una costumbremediante la cual conocemos la naturaleza y las cosas que le deben el ser.El autor de esta naturaleza es el mismo Dios, que subsiste naturalmente por s mismo,sin comienzo ni fin. Es soberana y nicamente Sabio, poderoso y Bueno. Como esinfinito, y nosotros somos finitos, no podemos decir nada de El que no se halledemasiado por debajo de su gloria y perfeccin; una parte no puede, en forma alguna,

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    comprender al todo: la excelencia de sus obras le magnifica mucho ms que la debilidadde nuestra expresin.

    DEL CAOS

    Cuando contemplamos sus obras en general, observamos, a partir de su comienzo, elCaos, los Elementos y las cosas elementadas. El Caos era un agitado compuesto del aguay del fuego vivificador, para que todas las cosas de este mundo fuesen producidas por elVerbo eterno de Dios. Era la materia conteniendo todas las formas en poder, que enseguida se manifestaron cuando su voluntad se redujo a acto. Aquel cuerpo informe eraacutico, y llamado por los griegos hul, indicando con la misma palabra al agua y lamateria. Esta materia ha sido diferenciada por Dios en tres clases: en regin Superior,Media y Baja. La superior es completamente iluminada, eminente y sutil. La bajaabsolutamente tenebrosa, crasa, impura y grosera. La media est formada por una

    mezcla de ambas cualidades.No obstante, la ltima clase o regin baja contiene todas las esencias y virtudes de lascriaturas de la superior, de modo que lo que las criaturas superiores son actualmente y enforma manifiesta, las criaturas inferiores lo son en poder y en esencia oculta. La clase oregin superior es recprocamente creada, de suerte que no hay nada en la inferior de locual ella no contenga la naturaleza y las virtudes; lo que las esencias superiores soninteriormente, las inferiores lo son interiormente. Sin embargo, ambas no pueden, obrarigualmente, porque las criaturas superiores intelectuales pueden actuar, si lo desean, delmismo modo que las inferiores; pero las inferiores se ven impedidas, por la crasa

    tenebrosidad de su cuerpo, de actuar como lo haran los ngeles, a menos de seriluminados de lo alto y dotados de virtudes divinas y ms que humanas. En todo lo queantecede, hay que observar que la regin inferior no se halla enteramente desprovista deluz, ni la superior de alguna mezcla (aunque delicada) de tinieblas, porque nicamente elCreador habita en una luz pura e inaccesible. La criatura, aunque opuesta la una a laotra, no carece jams de mezcla para procrear por esa potencia extensa y remisa, comoel brazo corto y largo en Geometra, y es por medio de esta operacin admirable que elmovimiento ha ordenado el Caos. La palabra eterna del Padre separ primeramente loselementos, y despus las cosas elementadas superiores e inferiores, tanto terrestres comocelestes y supracelestes. Porque la creacin del Cielo presupone la de los habitantes, que

    son los ngeles bienaventurados, a los cuales se hace semejante el alma del hombrecuando, separada de los sentidos materiales y depurada de las impurezas por el EsprituSanto, se eleva en firme fe a Dios, buscando y hallando, en el padre de las luces, esaclaridad sobrenatural desconocida para el hombre sensual. Por ese camino, la gracia delSeor manifest a su servidor Moiss esta reaccin maravillosa; por esa misma gracia,mortificando nuestra carne perversa y resucitando en una nueva vida, elevamos el vuelode nuestra alma por encima de todo lo que de material existe, penetrando las tinieblas

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    confusas del caos, para observar, tanto `por la palabra revelada de Dios, como por la luzde su claridad que eminentemente reluce en sus grandes obras y en el hombre creado asu semejanza, los pasos de est operacin maravillosa, hasta que esta chispa de luz, de laque somos capaces en esta mortalidad, llegue a crecer para iluminarnos plenamente en laEternidad.Hay que observar tres cosas en este caos: 1, el agua primera e informe; 2, el fuegovivificador, por medio del cual el agua ha sido agitada; y 3, la manera cmo se han

    producido los seres particulares en ese caso o ser general. Esta agua informe eimperfecta, era incapaz, sin el fuego vivificador, de producir nada. Primeramente era elagua elemental, y contena el cuerpo y el espritu, que conspiraban juntos a la

    procreacin de los cuerpos sutiles y groseros. Esta agua primera era fra, hmeda, crasa,impura y tenebrosa, haciendo en la creacin el papel de la hembra, as como el fuego,cuyas innumerables chispas como machos diferentes, contena otras tantas tinturas

    propias a la procreacin de las criaturas particulares. Este fuego que precedi a lo

    elementario, vivific todo lo que se produjo del caos; es el de la naturaleza, o, paradecirlo mejor, el espritu del Universo sutilmente difundido en esa agua primera einforme. Se puede llamar a ese fuego la forma, como al agua la materia, confundidos

    juntos en el caos. El no subsistira separadamente sin el agua, que es propiamente suhabitculo, materia o vehculo que le contiene. De todos modos, ese fuego no es ms queun instrumento subalterno, y que no puede obrar en ninguna forma por s slo, porqueno es ms que una herramienta material de la gran mano inmaterial de Dios, o de su

    palabra no creada que ha emanado de El, y de El procede continuamente, como vemosen el I y II captulos del Gnesis, haciendo, por medio de ese fuego, las impresiones dediferentes tinturas sobre diversas especies.Llam tinturas a las potencias astrales y puntales. Porque la tintura es como un puntoesencial, del cual, como del centro, salen los rayos que se multiplican en su operacin.Mas como dichos rayos no podran actuar por s mismos a causa de su proximidad y

    parecido, han necesitado un cuerpo acutico diferente a sus propiedades, para que sumasa, por ese fuego central y mediante la disposicin de la palabra de Dios, as como lasdems cosas, tomen forma. El fuego no es un cuerpo, pero lo toma de fuera de l y loutiliza para el fin que tiene destinado: habita de mejor grado en un cuerpo perfecto queen otro que no lo sea; contiene las definiciones de todas las cosas y recibe en s, segnlas virtudes de su imaginacin que el verbo eterno de Dios le ha impreso, las

    disposiciones de las diversas simientes; es clido, seco, puro y difano. Estas dos ltimascualidades son las fuentes de toda luz; su calor le hace actuar sobre el agua, por ser el

    principio de todo el calor de los elementos y de las cosas elementadas; su sequedad es elprincipio de constancia en las criaturas; su diafanidad denota su utilidad, que le hacepenetrable toda clase de cuerpos; su pureza excluye todas las imperfecciones, porque elfuego las rechaza lejos de s y aspira a la constancia de la Eternidad, como se ver con elfin del mundo y con la nueva creacin. Aristteles le llama bastante impropiamente el

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    principio del movimiento. Por tanto, el fuego es la naturaleza que no hace nada en vano,que no podra errar, y sin quien no se hace nada. Porque este espritu actuante, si bien esinherente en diferentes cuerpos de este mundo, es, no obstante, siempre el mismo; yaunque sirva para vivificar tinturas diversas, segn estn distinguidas en las criaturas porel Creador, l no hace ms que disponerlas de acuerdo con su capacidad.As creado este caos, Dios comenz a trabajar en ese cuerpo tenebroso, infundindolealgunos rayos de luz por medio del Espritu de Dios que se mova sobre las aguas,separando las tinieblas de la luz, y dando a las tinieblas la residencia inferior y media,as como a la luz la superior. Separ las aguas de las aguas, colocando la material ygrosera en el mar y en la tierra, y elevando la sutil y la espiritual debajo y encima delfirmamento, y en cuanto ella pudo servir de vehculo, de instrumento y de mediadora alEspritu universal, para llevar las rdenes y las ayudas activa a los espritus pasivos y

    particulares de los sublunares. No bastante esto, Dios concedi el tercer grado de luz,separando la tierra o lo seco, de las aguas y del mar, a fin de que la tierra no se viese

    impedida por la mezcla excesiva de las aguas, de producir las hierbas y los rboles quedan frutos. Separ tambin, por la extensin de los Cielos, las aguas inferiores de lassuperiores, y cre de la luz difusa antorchas para distinguir los tiempos y las estaciones,

    para operar por sus rayos o influencias mesuradas sobre las criaturas, a las que cre desus elementos distinguidos para vivir en ellos y habitar este edificio admirable del quedi el Seoro al hombre hecho a su imagen y segn su semejanza para servirle y

    bendecirle.

    DE LOS ELEMENTOS EN GENERALEl elemento es un cuerpo separado del caos a fin de que las cosas elementadas coexistan

    por l y en l; es el principio de una cosa, como la letra lo es de la slaba. La doctrina delos elementos es muy importante, porque es la lave de los sagrados misterios de lanaturaleza.Los elementos conspiran juntos y se convierten fcilmente los unos en los otros, yvemos a la tierra convertirse en agua, sta en aire y el aire en fuego. La tierra seconvierte en agua cuando el agua, por el movimiento del calor del centro de la tierra,

    penetra por sus conductos en forma de vapor y recibe de ella, por esta exhalacin, la

    esencia sutil, de suerte que no aparece ninguna diferencia entre el agua y la tierra. Estatierra reducida a agua por el calor del Sol, elevada en la regin media del aire, sufriendoall digestin durante algn tiempo, se convierte en fuego y forma los truenos y losrayos. Quien conoce el medio de cambiar un elemento en otro y hacer ligeras las cosas

    pesadas y pesadas las ligeras, se puede llamar verdadero Filsofo. Esto no se consiguesino mediante un cierto caos universal, cuyo centro contiene las virtudes de las cosassuperiores e inferiores reduciendo la tierra a agua, el agua a aire, el aire a fuego. Jams

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    existe un elemento sin otro, porque el fuego sin aire se apaga, el agua sin aire se pudre,la misma tierra no podra formar un globo sin el agua, la cual, sin los dems elementos,no produce nada.El fuego purga al aire, el aire al agua, el agua ala tierra, y por el movimiento del fuego,uno se perfecciona en el otro. El fuego es siempre el menor en cantidad, as como el

    primero en calidad; donde l domina; engendra cosas perfectas. Los elementos sonactivos cuando trabajan en un cuerpo para formar con l algo nuevo; pasivos cuando unosufre que el otro haga all algo, y mientras el uno obra el otro huelga. El agua actasobre el fuego, concentrndolo por la reclusin en su cuerpo; el fuego trabaja la tierra afin de elevarse a su propia dignidad, y esto durar hasta tanto que todos los elementos,

    por medio de una accin mutua, alcancen la soberana perfeccin. Los elementossuperiores obran mucho ms perfectamente que los inferiores, como resulta evidente porlos actos del Cielo o del fuego, a causa de su pureza y elevacin, en virtud de la cualexaltan a los elementos inferiores, en cambio, rebajan o atraen y humillan a los

    superiores. Y es por medio de esta atraccin y expulsin que el mundo respira y vive,comunicando el ser de las cosas superiores (como se ha dicho) a las inferiores, y asrecprocamente. Esta maravillosa operacin se hace mediante el espritu del Universoinvisible e impalpable en s, a no ser que se haga tal por razn de la situacin y de suvehculo. As es como ese Mercurio, ese mensajero del Cielo que lleva sus rdenes a latierra, toma ciertas alas propias para facilitar su vuelo. Este instrumento es visible y

    palpable; pero el espritu en s mismo no lo es, por ser de una naturaleza enteramenteespiritual y cuya esencia escapa a los sentidos.Para comprender mejor este misterio, que es muy grande y excelente, consideramos quela tierra y el agua ocupan el habitculo inferior, por ser menos excelentes que el Cielo,que es el fuego, y que est situado encima como el aire, que es un elemento medio entreel fuego sutil y la tierra; y el agua grosera se coloca entre los dos. Ahora bien, para quela tierra fuese exaltada por el fuego y elevada a la soberana perfeccin, era necesario queel fuego la volviese a purgar de su inmunda crasitud, y que a este objeto fuesedepositado en su vientre para actuar en l hasta tanto que habiendo separado toda laimpureza de la tierra, atrajese su esencia pura y sin heces. Pero esta tierra virgen no

    puede obrar sin los elementos medios, el fuego obra sobre el agua, que compone unmismo globo con la tierra, y mediante el aire, sutilizando esa agua por un calor,reducindola de ese modo a vapor, y uniendo al mismo tiempo la tierra a su naturaleza.

    De este modo la naturaleza, que procede siempre con orden, tiende desde las cosasbajas, pasando por las medianas al vrtice de perfeccin, y como la tierra es un cuerpocompacto, el agua no la puede transformar de golpe a su propia naturaleza; por eso seeleva con frecuencia mediante el calor del Sol, que la destila y la devuelve sobre latierra, a fin de que la lleve la virtud del fuego, para que por sus aspersiones reiteradas latierra se resuelva en sus simientes, porque las simientes de tierra inherentes tienen en sel fuego de la naturaleza, que participa del fuego celeste, el cual convierte, mediante

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    vapores muy sutiles, la tierra en agua, para poder penetrar y vivificar las entraas de lassemillas. Despus de esto, la convierte, mediante vapores muy sutiles, la tierra en agua,

    para poder penetrar y vivificar las entraas de las semillas. Despus de esto, la convierte,por una digestin continuada, en un aceite cristalino que representa al aire por suclaridad difana, y por fin la enciende, despus de haberla despojado de todas susimpurezas con su llama ardiente, hacindole expirar de da en da y subir a los lugaressuperiores a travs del aire y reducindola a la misma esencia del fuego. He ah cmo unelemento participa la naturaleza del otro; por tanto, el elemento es un cuerpo espiritualque contiene una materia grosera y visible; no pueden reposar, sino que estn en unmovimiento perpetuo, para colaborar en la procreacin de las cosas; los unos se inclinanms en sus desigualdades hacia la forma corporal, y los otros hacia la naturalezaespiritual.Cuando esos elementos se hallen un da (por la emocin nueva de la nueva creacin)desprovistos de toda impureza, entonces su cuerpo y su espritu se vern en justo

    equilibrio y ligados por el lazo sagrado de la eternidad; quitada la desigualdad, tambinlo ser el movimiento que compone al tiempo, y all donde ste no existe, aparece por smisma la eternidad.De todas las materias que conocemos, la ms igualmente compuesta es el oro, queteniendo elementos puros y desprovistos de desigualdad, se acerca a la eternidad msque ninguna otra materia y proporciona, hecho espiritual y aplicable al cuerpo humano,una Medicina que sobrepasa en mucho a todas las dems Medicinas. Y sin obstculo dela maldicin que el pecado atrae sobre nuestros propios elementos y sobre nuestrosalimentos, esta excelente Medicina hara adems, con seguridad, otro efecto aun.Hablando hace poco de la armona, tocar esta cuerda ms claramente, haciendo ver queno es imposible representar mecnicamente al Macrocosmos con los elementos de esteUniverso, bajo la forma de un movimiento perpetuo; sin embargo, confieso que no leconocemos ms que en parte, porque el pecado nos ech fuera del Paraso cuya entradanos est prohibida en esta vida caduca y miserable. No obstante, trataremos de atraparalguna rama que pase por encima de la pared de jardn del Edn, y no pudiendo entrar enl ni comer la fruta del rbol de la vida, trataremos de tener al menos alguna hoja suya,aunque (como se ha dicho) secada y corrompida por nuestra desdichada iniquidad.

    DE LOS ELEMENTOS EN PARTICULAR Y DEL FUEGO

    ELEMENTARIO O DEL CIELO

    El fuego y el aire son los elementos superiores. El fuego es el primero, en comparacincon todos los otros, a causa de su pureza, sutilidad y perfeccin, causada por lasimplicidad, que lo hace ms noble y ms poderoso; el espritu del Universo lo posee yfortifica maravillosamente. El aire, por ser menos puro, no le penetra jams a fondo, nise une totalmente a l, sino despus de haber sido purificado de sus heces. El fuego

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    elementario no obra ms que cuando est concentrado, entonces sus rayos toman fuerzasy arrojan poderosamente sus influencias. Despus que Dios hubo concentrado, entoncessus rayos toman fuerza y arrojan poderosamente sus influencias. Despus que Dios huboconcentrado (Gnesis, I, versculo 10) los elementos y (versculo 11) las cosaselementadas, concentrando el fuego o el punto astral dentro de las simientes particulares,concentr tambin (versculo 14) la luz difusa en ciertas luminarias para enviar(versculo 15) sus rayos a la tierra y all hacerles actuar. Cuando quiere actuar, arroja(siendo el ms fuerte en el cuerpo) a los vapores impuros y superfluos al aire, para queall sean digeridos, si l es el ms dbil, los vapores le oprimen y sofocan; porque elfuego trata de purificar todas las cosas y reducirlas a la soberana perfeccin, como sabenlos Filsofos. Y cuanto ms penetrante es un elemento, es tambin tanto ms activo. Es

    puro y no sufre impurezas. Los hay de dos clases; porque es interior o exterior; elexterior provee al interior, excitndolo para agitar las diferentes cualidades del cuerpoque penetra y dar trmino a la obra de la naturaleza; esos dos fuegos son tan familiares y

    colaterales, que al encontrarse con sus fuerzas en un mismo sujeto, el uno fortifica alotro para alcanzar la cumbre de la perfeccin. El fuego es un elemento que acta en elcentro de cada cosa, por el movimiento de la naturaleza, que causa la emocin, laemocin el aire; el aire el fuego, y el fuego separa, purga, digiere, colorea y madura cadasimiente en la matriz y en la situacin que el Creador le ha asignado desde el comienzo.Este elemento no puede soportar el agua cruda, sino que la rechaza y la reduce a vapormediante su calor. No es que sea imposible hacer compatible el agua con el fuego yhacerla durar en la llama ms grande hasta hacerlos inseparables, pero el camino esconocido por muy pocas personas y pertenece a la cbala de la Filosofa secreta. Elfuego elementario es el Cielo o el firmamento mismo donde residen los astros, cuyasinfluencias visibles convencen de error a aquellos que las niegan. Contieneabundantemente el Espritu del Universo, que es el fuego, se comunica por el vehculodel aire a las cosas sublunares y les da vida; porque la vida no es ms que un flujo defuego natural en el cuerpo vivo. Esto debe entenderse que es para la vida animal, porquela vida del alma razonable es un flujo de fuego mucho ms notable y ms puro, desubstancia supraceleste, que saca su fuego exterior directamente del Espritu de Dios,que la vivifica y purifica, comenzando por la atencin de los rayos de su fe, y por lacomunicacin o impresin de los rayos de su gracia y luz, a inspirarle los principios dela vida eterna, en espera de que, acompaada de un cuerpo despojado de toda impureza,.

    pueda comparecer glorificada ante el trono de Dios Los Cuerpos que subsisten en elCielo, atraen de l su alimento, y en seguida envan sus rayos o influencias sobre latierra; para impedir que por esta emisin disminuya su virtud, el Eterno orden por susabidura inefable que atrajesen de la tierra tantos elementos purificados como los que laenvan. Y as es como se hace la admirable circulacin de la naturaleza, de la cual estaoperacin de rayos es la gran rueda. El fuego supremo es el Cielo empreo, donderesiden Astros espirituales, que no tienen cuerpos de luz compacta; son de una esencia

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    ms sutil y eminente que los astros visibles, y tienen bastante ms poder; son Espritusque representan cada uno las Fuerzas y las Virtudes de este Universo, disfrutando, porrazn de su gran sencillez, pureza y perfeccin, de una beatitud permanente.Las tinieblas que velan nuestras almas en este mundo corruptible nos hacen invisibleslos Astros que asisten ante la Majestad Sagrada del Eterno; ellos ven (fuera de tiempo)al mismo tiempo y a la vez, lo que conocemos y lo que no conocemos. Las aguassupracelestes con su aire y su fuego soberanamente puros, componen el Cielo empreo.Se habla de dichas aguas supraceleste en el Gnesis I; Daniel, 3, 6; y en los Salmos, 104,3. Es una sustancia muy pura, luciente, sutil, inflamada, pero no consumida, queconstituye la morada de los ngeles (Schmaijm) y de los bienaventurados, el verdaderoParaso compuesto de elementos incorruptibles y perfectos, como eran aquellos de queAdn gozaba antes del pecado. El Macrocosmos superior contiene todo lo que tiene elinferior. Por la continua influencia de esa agua incorruptible, se animan y disponen todaslas cosas en este bajo mundo. Habindose comunicado con los Astros visibles, pasa de

    los Astros, al aire, del aire al agua, y por el agua a la tierra, de suerte que resultaclaramente que el mundo inferior es la imagen del mundo superior. Y como en estemundo el aire se mantiene sobre el agua y el fuego sobre el aire, as sucede en el mundoanglico; el aire supraceleste est por encima de las aguas supraceleste y en lugar mseminente se halla el fuego soberanamente puro que compone la luz inaccesible dondeDios ha constituido la morada de Su Majestad. Que nadie nos censure por acometer untema tan elevado, aparte de que no se dice nada que sea indigno de nuestro Dios, nicontrario a su santa Palabra. Hay una clave secreta que abre la puerta de esos secretos;esta oculta en un cuerpo muy comn y visible a los ojos del vulgo, pero muy preciosoante los de los verdaderos Filsofos.

    DEL AIRE

    El aire es un elemento sutil, difano, ligero e invisible, el lazo entre las cosas superiorese inferiores, el domicilio de los Meteoros. No hay nada en el mundo que pueda pasarsede ese elemento. Todas las criaturas sacan de l su vida y alimento; fortifica al hmedoradical y alimenta a los espritus vitales. Nada nacera si el aire no penetrase y atrajera elalimento multiplicador; el aire contiene un espritu congelado, mejor que toda la tierrahabitable; ese elemento es ms puro que el agua y menos puro que el Cielo; participa de

    la pureza del elemento superior y de la impureza de los inferiores, y est ricamentedotado del Espritu del Universo.

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    DEL AGUA

    Los elementos inferiores son el agua y la tierra; su exaltacin depende la eminencia delos superiores, y es necesario que para perfeccionarse, sean con frecuencia elevados y

    enriquecidos con las virtudes superiores; es preciso, digo, que la tierra se eleve amenudo por medio del agua, a fin de que el fuego que reside en las entraas de la tierraaparezca en sus operaciones; el agua no vuelve jams a la tierra sin ser corregida y sintraer alguna nueva virtud. La lluvia acta ms que el agua simple con que riega el

    jardinero. El agua no penetrara la tierra si no estuviese animada por el calor superior oinferior, como Esto, que el calor del Sol y el central sutilizan el agua y la hacen subir

    por las races de los vegetales, para terminar de ser digerida y convertirse en plantas,flores y frutas; el calor hace subir la humedad de la tierra en niebla, que una vezlevantada vuelve a caer en forma de lluvia por su peso, y devuelve a la tierra suhumedad para hacerla fructificar. Porque esta marea universal se acrecienta del Cielo y

    trae de l cada vez nuevas virtudes.El agua es un elemento hmedo y grosero, es la morada de los peces, el alimento de las

    plantas y los minerales, el refresco de los animales, la ayuda de la generacin y elvehculo por cuyo medio los cuerpos contienen los elementos inferiores, y reciben lasinfluencias del Cielo. Este elemento contiene a los otros tres, y sirve para producir,conservar y aumentar todos los cuerpos que vemos. Contiene una excelente Medicina,dotada de las virtudes superiores e inferiores. Dichoso aquel que la sabe fijar con suespritu. As como el fuego separa las cosas que estn juntas, el agua une las que sehallan separadas; la naturaleza, al reunir las cosas superiores con las inferiores por

    conducto de las intermedias, se sirve del agua para comunicar a la tierra lo que el fuegodestila en agua por medio del aire; porque al caer en el aire la esencia del fuego, la deambos se arroja en el agua, y sta en la tierra, que es el receptculo de todas lassimientes; si el agua no pasara y volviera a pasar incesantemente por los conductos de latierra, el fuego astral la consumira por la intemperie de su movimiento, y al pasar por latierra atrae su naturaleza, vistindose con su ms delicada esencia, y ayudando a la

    putrefaccin, que es la madre de la generacin; porque sin agua no se produceputrefaccin. Pasando por sitios bituminosos y azufrados, atrae este calor y virtud quevemos en los baos termales de Ballaruc y en otras partes. Al pasar por venasenriquecidas por metales o fuentes metlicas, atrae igualmente su virtud, y produce las

    aguas salutferas, cuyas fuentes se ven en Spa y otros lugares, porque el agua huelesiempre a aquello con que fue calentada, as como sucede en la composicin de loscaldos que los cocineros preparan todos lo das.El calor central hace (como se ha dicho) cada da lo mismo con el agua elementaria y losfrutos de las entraas de la tierra. He ah cmo Ecnomo y Seor absoluto del mundohace su destilacin en el Macrocosmo; algn da su bondad paterna exaltar Su Majestadgloriosa con su omnipotencia, avivando ese fuego muy puro que sirve de firmamento a

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    las aguas supracelestes, y reforzando el grado del calor central para reducir a aire todaslas aguas y calcinar la tierra, hasta que, consumidas por el fuego todas las impurezas,devuelva a la tierra purificada, para componer un nuevo mundo, consistente en un nuevoCielo y una nueva Tierra (Apocalipsis, 21, 7), en la cual, y en elementos soberanamente

    puros, inmutables y exaltados, vivirn los cuerpos glorificados de los Elegidos de Dios,despus de que sean cambiados (1Cor, 15, 51), para ser glorificados, es decir,

    purificados de la crasitud perecedera y pecaminosa que vela nuestras almas en esta vidamiserable, para hacerlas capaces de disfrutar inmediatamente de la claridad divina (Is,60, 19, y 20). Oh! Seor! Cundo veremos tu santa faz? Hasta cundo yaceremos enlas tinieblas de la ignorancia, donde el pecado nos encadena?En resumen: el agua, por una sal imperceptible para los sentidos, disuelve las simientesque la tierra contiene; esta disolucin separa los cuerpos, esta separacin los conduce ala putrefaccin, y esta putrefaccin a una nueva vida.

    DE LA TIERRA

    El ltimo elemento es la tierra, dura crasa, impura, rida, morada de los animales, lasplantas, los metales y los minerales, llena de simientes infinitas, menos simple que losotros elementos, de los que la tierra es, en realidad, el receptculo. Es un cuerpo fijo queretiene las impresiones de las influencias de lo alto con ms perfeccin que los demselementos. El agua y el aire no las retienen tan bien, porque penetran hasta el centro dela tierra, de donde regresa copiosamente a la superficie. La tierra y el agua constituyen

    un mismo globo, y obran conjuntamente unidas en la procreacin de los animales, de losvegetales y de los minerales; posee un espritu que alimenta a los cuerpos materiales;como es de la naturaleza de la sal, se disuelve con facilidad en el agua que penetra los

    poros de la tierra, para tomar la naturaleza de los vegetales. La tierra consolida a loscuerpos, atemperando la humedad del agua, para lo cual toman la forma a que estndestinados; el agua y el fuego trabajan sin cesar en este elemento mediante el aire; si elagua predomina, nacen cosas corruptibles; si es el fuego, salen cosas duraderas. La tierraretiene las cosas pesadas por s mismas y rechaza las ligeras; es la madre y matriz detodas las simientes y de todas las composiciones. Es, tanto como el agua, la matriz de laMedicina universal; porque el espritu del Universo se encuentra fijo en ella, pero no

    universalmente y en todas partes. Para ello, es menester convertir la tierra en agua, elagua en aire, y el aire en fuego.De la tierra que nos viene de los alto, se saca el movimiento perpetuo, si se disuelve ensu agua, mediante el fuego filosfico, despus de que haya tomado la forma del caos quetenan los elementos antes de la separacin de las cosas elementadas.

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    DE LAS COSAS ELEMENTADAS Y PRIMERAMENTE DELESPRITU

    Habiendo esbozado as el caos y los elementos, hagamos lo propio con las cosas

    elementadas. Son sustancias que proceden de los elementos y tienen afinidad con ellos,son: o espirituales o corporales. Las primeras son creadas de la esencia de los elementosms sutiles; cuanto ms sutiles son ellas, tanta ms fuerza y poder tienen; la excelenciade la operacin depende absolutamente de la sutilidad de la esencia. Los elementos ms

    puros tienen los espritus ms sutiles que sirven de instrumento a la palabra eterna deDios. Los Espritus son superiores o inferiores: los primeros habitan el Cielo y son de la

    primera o de la segunda clase. Los de la primera son muy puros y habitan el CieloEmpreo, y como estn por encima del firmamento y del movimiento acompasado de losAstros, no estn sujetos al tiempo; entienden y comprenden las cosas, no sucesivamente,sino a un tiempo; se distinguen en Ordenes y en Potencias (Cor, 1, 16), y habiendo

    Arcngeles (1 Thess, 4, 16), los ngeles se diferencian de las Pontencias (Rom, 8, 38).Los espritus de la segunda clase son aquellos que habitan en el firmamento de los astrosvisibles; como presiden las operaciones del fuego astral, se les ha llamado Salamandras;sirven de instrumento a las operaciones que los ngeles bienhechores ejercen en lascriaturas inferiores, la luz perfecta de lo alto no se comunica a lo bajo imperfecto sino

    por ese conducto o medio. Esos espritus son innumerables y tienen sus funcionesconcretas y determinadas como las criaturas que habitan el globo de la tierra. As comohay tantas Estrellas diferentes en el Firmamento, as existen tantos rdenes diversos deEspritus: los hay Solares, Lunares, Saturnianos, Mercuriales, etc., que dominan con sus

    influencias el globo de la tierra; ellos explotan hasta las funciones morales del hombre,impulsndole a los actos de prohidad civil, con la que hemos visto adornados a lospaganos; pero como esto no procede ms que el Ciclo subalterno, se precisan rayos deluz del Espritu supremo para crucificar nuestra propia carne y hasta sacrificar por lagloria divina, renunciando a todas nuestras felicidades corruptibles por los incorruptible,hasta amar a nuestros enemigos, y odiar nuestra propia naturaleza corrompida. Lasimpresiones que van ms all del orden de la naturaleza, proceden directamente de la luzno creada del Espritu de Dios. Los espritus que presiden dentro del aire consuman enellos y convierten en su propia naturaleza ese caos compuesto por todas las cosas, delque ninguna de las cosas creadas puede pasarse; conducen los Meteoros y con

    frecuencia poducen, por la voluntad del soberano Creador, los efectos prodigiosos delviento y del trueno; todos no son malos, ni sujetos al Prncipe de este mundo que reinaen el aire. No son universales, sino que estn distribuidos en ciertas disposiciones paradiferentes funciones. El remanente de los Espritus terrestres y acuticos tienenigualmente las suyas, de acuerdo con las rdenes del Eterno; son, tanto los unos comolos otros, menos poderosos que los areos. Lo bueno que hacen los Espritus en el cursode la naturaleza, procede de aquellos que son buenos y que Dios ha creado elementarios

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    para ese objeto; lo que sucede de malo y siniestro proviene de los Espritus malignosarrojados del Cielo empreo causa de su rebelin por la cual estn condenados a vivir,as como el hombre pecador, en lugar de los elementos puros e incorruptibles, entre losimpuros y perecederos. Los diablos, Espritus malignos, artificiosamente imitan a loselementos espirituales y corporales en las cosas elementadas, para arruinarlas, yespecialmente al hombre, en el que odian la imagen del Eterno, y al que tratan, con unaenvidia maliciosa, de corromper, aniquilar y sumergir en las tinieblas; mas como lastinieblas no sirven ms que para hacer resaltar la excelencia de la luz ms aparente yms bella, asimismo su negra malicia no sirve ms que para exaltar tanto ms la bondady la luz del Todopoderoso, que los hace cooperar, hasta en su condenacin, y a pesar deellos mismos, a glorificar la justicia y la Gloria de su poder infinito, por su vana einfructuosa resistencia.

    DE LOS TRES PRINCIPIOS DE LA NATURALEZA

    Habiendo tratado de todo lo que antecede, hay que descender para contemplar loscuerpos palpables y sujetos a nuestros sentimientos. Despus de los Elementosespirituales, consideremos los cuerpos sacados de los Elementos exteriormente de unanaturaleza corporal e interiormente de una naturaleza espiritual; porque los cuerpos noson sino las prisiones que encierran a los espritus interiores y activos para limitarlos;estn limitados de vida y de muerte; cuantos ms rganos tienen, son tanto mscorruptibles, slo la unidad es inmortal, porque la composicin presupone la separacin.

    La primera cosa que se debe contemplar en esto, son los principios hipostticos: sonsustancias activas sacadas de los elementos de conveniente temperamento, a fin decomponer las cosas elementales. A estos tres principios les llamamos la Sal, el Azufre yel Mercurio. Donde estn bien proporcionados, forman una sustancia duradera; donde nolo estn bien proporcionados, la cosa es impura y perecedera. La pureza consiste en laarmona y proporcin de los tres, la impureza en la desigualdad.

    DE LA SAL

    La Sal es la sustancia de las cosas y un principio fijo comparable al elemento de la tierra.Alimenta al Azufre y al Mercurio que obran sobre l hasta que lo hayan hecho voltilcomo ellos, elevando su perfeccin. La Sal los retiene en recompensa y los coagula,comunicndoles su naturaleza fija; y como se fija y seca, junta lo que es lquido; disueltaen un licor adecuado, ayuda a disolver los cuerpos slidos, as como su naturaleza fijalos consolida por otra parte. Su vigor naciente le da fuerzas cuando est disuelta por

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    medio del Mercurio y del Azufre. No es activa hasta que no es convertida en tal por elministerio de los otros dos principio; entonces su poder se reduce a reaccin. Porque afuerza de ser grande la armona entre los tres principios, uno de ellos no sabra obrar sinotro. La Sal y el Azufre preservan los cuerpos de la putrefaccin, rechazando lashumedades superfluas capaces de causar esa podredumbre. Ningn cuerpo slido estdesprovisto de Sal, que se dice el principio fijo seco y firme; es imposible que sin este

    principio pueda formarse un cuerpo.Cuando se quema madera, la humedad groseramente mercurial y superflua se evapora, lamateria groseramente sulfurada y butuminosa se consume por el fuego y se evaporaigualmente, tendiendo a la perfeccin por su elevacin; pero la Sal permanece en lascenizas con el hmedo radical fijo, que no puede consumirse ni ser destruido.

    DEL AZUFRE

    El Azufre es un principio graso y aceitoso que une a los otros dos principios enteramentediferentes por el exceso de su sequedad y humedad, de suerte que les sirve de medio yde ligamento para unirlos y hacerlos permanecer juntos; porque participa de una y otrasustancia teniendo parte de la solidez de la Sal y parte de la volatilidad del Mercurio; essusceptible del fuego obrando por desecacin, y consume lo superfluo; en virtud de esaoperacin coagula el Mercurio, pero no lo hace solo, porque la Sal que tienentimamente incorporada le asiste poderosamente.El Azufre produce los olores, pero si la sustancia entera de la Sal fija, sacada del interiordel Azufre, se halla igualmente difusa por todas las partes del cuerpo, habr coagulado a

    su Mercurio de tal modo que aquel cuerpo no dar ningn olor, como lo vemos en el oroy en la plata.

    DEL MERCURIO

    El Mercurio es un licor espiritual, areo, raro, engrosado con un poco de Azufre; es elinstrumento ms cercano del calor natural; da vida y vigor a las criaturas sublunares,fortificando a las que son dbiles; es de la naturaleza del aire y as se muestra por suevaporacin, en cuanto siente el menor calor, aunque sea comparable al agua por sufluidez, y no se contiene en sus propio trminos, sino en trminos extraos, es decir, en

    la humedad; domina en los cuerpos imperfectos y corruptibles, porque posee demasiadopoca sal y azufre; pero en donde est reducido a una misma naturaleza bienproporcionada con los otros dos principios, compone un cuerpo incorruptible, como lovemos en el oro, del que, a causa de esa admirable proporcin, se puede sacar unamedicina muy excelente y saludable.

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    DE LA GENERACIN

    Despus de la contemplacin de los tres principios de la naturaleza, hay que decir dospalabras de la simiente. Es un extracto sacado, exaltado y separado de un cuerpo por

    medio de un licor conveniente, madurado en los vasos propios para la propagacin de suespecie. El blsamo natural, que es una esencia espiritual de los tres principios, unespritu celeste, cristalino e invisible, habitante de un cuerpo visible, anima a la simiente.Esta simiente, como tal, no es un cuerpo sensible, sino ms bien su receptculo; se

    produce mediante el calor, y esto no por el arte sino por la naturaleza; no podra durar sies procreada por elementos corruptibles; es lo que deberan tener en cuenta los que

    buscan una Medicina incorruptible en cuerpos corruptibles e imperfectos de losanimales, vegetales y minerales. Ninguna simiente puede crecer ni multiplicarse si se la

    priva de su virtud activa por un calor extrao: el pollo asado ya no engendra. Cadasimiente no se mezcla nunca fuera de su reino; los metales no soportan ninguna mezcla

    de los vegetales; ni los vegetales de los animales, en su procreacin.Las simientes de todas clases estn espiritualmente instruidas por el Creador paraterminar mecnicamente el curso de su procreacin en el tiempo determinado, mediantesu tintura y su poder, que se manifiesta cuando se quitan los obstculos; porque hay queapartarlos si debe hacerse una generacin legtima, y no existe ninguna materia que no

    posea sus virtudes particulares y designadas para cooperar (si es pura) con la simiente ymarchar de acuerdo con ella hacia el fin destinado por el soberano Creador, siendoimposible que esa virtud interior y exterior permanezca infructuosa si est biendispuesta. La simiente se viste con un cuerpo elementario adecuado a ella, atrayendo por

    su virtud magntica el aliento que necesita. Todo esto que acaba de decirse obra sobrelos alimentos pasivos, que son la tierra, maciza y grosera, y el agua de igualescualidades, cuya concentracin con los principios activos en una misma materiainseparable, es la obra maestra de los filsofos, o ms bien de la gracia y omnipotenciadel Eterno, nuestro Dios.De los tres principios de la naturaleza as bosquejados, hay que considerar en lanaturaleza de las cosas elementarias tres accidentes, que son: la generacin de cadacuerpo es particular, se hace de su propia simiente, y esto en su propia matriz; porque sila simiente no es correcta, o la matriz pura y natural, no se puede hacer ningunageneracin. La simiente animal requiere una matriz animal; la simiente vegetal precisa

    una matriz vegetal, y la simiente mineral ha menester una matriz mineral, todo lo cualdebe tenerse bien en cuenta para evitar los errores vulgares, y es precisamente unamatriz buena y conveniente la que responde en un todo a la simiente de su reino. Ycmo habra de fracasar para producir su semejante una simiente natural y legtima,debidamente purificada de sus accidentes extraos y nocivos, colocada, ya sea por lanaturaleza sin artificio, o bien por el artificio de acuerdo con la naturaleza, en suverdadera matriz?

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    Diariamente vemos a los jardineros y labradores que operan injertando y sembrando enbuena tierra, producir lo que aquellos que errneamente se llaman a s mismos grandesfilsofos, ignoran cmo hacer en el reino mineral. Mas tambin es imposible, sin lanaturaleza, aumentar y hacer crecer por todos los artificios alguna generacin, que esteartificio se conforme totalmente a la naturaleza, que contiene el orden que el Creadoreterno ha prescrito a las criaturas desde el comienzo; ninguna de ellas, ni los mismosngeles bienaventurados, tienen el poder de cambiar nada en dicho orden.Por tanto, que quienes ignoran tal orden lo aprendan antes de aventurarse a tentar nadacontra el mencionado orden, y si no lo pueden comprender o aprender, harn biendejando a la naturaleza que obre la generacin sin ellos, ya que igualmente se efectuarsin ellos, y opinin suya aparte. Tengo lstima de esos miserables que quieren copiar unoriginal que les es desconocido y trabajar en una operacin de la que no sabran nihablar siquiera.Como conclusin, dir que aquellos que deseen trabajar imitando a la naturaleza, deben

    conocer primeramente las simientes y despus tambin las matrices, y entonces, siescogen la verdadera simiente, tal como la naturaleza la ha formado, y si ponen dichasimiente bien purgada y bien acondicionada en esa matriz, encargando la coccin a lanaturaleza del fuego inherente en ellos, entonces, digo, podrn alcanzar un xitofavorable. En esa materia no basta conocer la simiente particular de cada cuerpo de lostres reinos de la naturaleza que corrientemente lo tiene inherente en s mismo; menesteradems conocer la simiente del Espritu universal que l infunde admirablemente a losanimales, los vegetales y los minerales, sin el que nada subsiste ni se engendra; porqueese Espritu, ese quinto elemento, ese instrumento del Eterno, es absolutamenteimprescindible en la procreacin de las cosas. As como contiene la tintura universal delas simientes, tiene tambin el poder de obrar sobre lo universal, y debe razonablementeservir de base a la Medicina universal, la que nunca nadie sac, ni sacar, de un cuerpo

    particular de los animales, de los vegetales, ni de los minerales.Nada puede nacer de ninguna simiente, si no se pudre mediante un calor natural y suavecuando su sal, previamente disuelta en un licor conveniente, penetra por ese camino lasustancia de la simiente hasta que el espritu inclinado se forme con su materia unhabitculo apropiado a la multiplicacin de su especie. Los animales se multiplican porlos animales, los vegetales por los vegetales y los minerales por los minerales; esmenester que esto se haga por orden en cada especie, como se ve que el Eterno lo ha

    ordenado (Gnesis, 25); no se efecta putrefaccin sin solucin, ni solucin sin licor;pero este licor debe ser proporcionado a cada especie, ante todo, de acuerdo con suesencia o su calidad, despus, segn su cantidad...El segundo artculo necesario a esta generacin es el fuego, que debe ser lento y suave,

    para que el licor que contiene la sal natural de la materia no se separe de ella alevaporarse, lo que causara la muerte en lugar de la vida. La matriz que contenga lasimiente debe estar bien cerrada para concentrar la virtud del espritu actuante y la

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    materia no debe ser sacada para nada de su matriz, donde trabaja en su putrefaccin;porque si sacis el grano de trigo disuelto durante su putrefaccin en la tierra, perecer.La virtud de las simientes vara segn la de las matrices. Las simientes deben seriguales, tanto el macho como la hebra, sin mezcla, por temor a que la confusin de lasespecies engendre monstruos. La generacin es seguida de la regeneracin; es natural oartificial. La natural se efecta con la nica intervencin de la naturaleza cuando lassimientes en madurez caen a tierra y renacen multiplicndose; la artificial es cuando elobrero opera por medio de la naturaleza e imitndola, y preparando las matrices, comohace el labrador escardando, abonando, regando y preparando la tierra. As el Filsofodebe tratar su tierra filosfica, cuyos poros son cerrados y compactos; debehumedecerlos, penetrarlos, ablandarlos, hacerles sutiles; nutrirla y hacerla madurarmediante dicha nutricin, hacindola ms que simplemente perfecta capaz por medio deesta regeneracin, de multiplicarse a una segunda vida. Ese es el Fnix que renace de suscenizas; sa es la Salamandra que subsiste en el fuego; se es Camalen universal que

    tiene el poder de revestirse de todos los colores y propiedades que le opongan.Considerad la relacin admirable que tienen las cosas eternas y las temporales, lasespirituales y corporales las inmateriales, y ved segn las luces que Dios nos ha dado sino hallaris la imagen, aunque imperfecta, de las cosas superiores en las inferiores. Elhombre corrompido por el pecado y sujeto a perdicin, deba, mediante la regeneracin,remontarse a la gloria de la vida y claridad divinas, de las que se halla secuestrado; poreso, para conseguirlo, ha sido necesario que la palabra inmaterial de Dios descendiese(por decirlo as) del Cielo y se hiciese carne a fin de que ella tomase satisfaccin de estacarne perfecta y sagrada para los hombres imperfectos y condenados, los cuales siempreque por la fe se incorporen espiritualmente la perfeccin y el mrito de esa palabraencarnada, participan de su Eternidad y de su gloria, mientras que los que no participan

    permanecen en la perdicin.Ved, digo cmo sta maravilla inefable e incomprensible de la sabia Providencia deDios nos es esbozada y descrita en la criatura subalterna. Para dar (por ejemplo) a loscuerpos imperfectos y corruptibles la perfeccin y la constancia de que carecen, no esmenester que el Espritu universal y celeste tome su forma y les haga renacer parasubsistir, por medio de la regeneracin en la segunda vida, como vemos diariamente enlos reinos de los animales y de los vegetales? Y la cbala de la filosofa no hace ver alos enterados que este Espritu universal, incorporado, por una manipulacin tan

    admirable como oculta, a la tierra filosfica, la lleva por los grados que le dicta el cursoprescrito de la naturaleza a esa perfeccin que, hecha suya en seguida por los cuerposdefectuosos y perecederos, les hace renacer a una nueva vida, en la que se hallan fuerade la jurisdiccin de los elementos transitorios? Esta reflexin ha descrito la encarnacindel Hijo eterno de Dios antes de que fuese manisfestado en la carne, a los Filsofos

    paganos y oblig a los Magos de Oriente, cuando su aparicin, a distinguir y reconocersu estrella y a ir a adorarle a Bethleem.

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    Esta madura reflexin debe llevarnos tambin a reconocer la misteriosa armona de lapalabra revelada inmensamente y, en una palabra, de las obras espirituales y materialesdel Eterno, nuestro Dios, del que incesantemente debemos alabar la Majestad muyelevada que se ha manifestado a nosotros, pobres criaturas indignas, de un modosoberanamente excelente, a fin de prepararnos para magnificarlo algn da en su reinoespiritual, como ahora lo magnificamos imperfectamente en su reino material.

    DE LA CONSERVACIN

    Ahora viene la conservacin de las criaturas elementadas, que se hace por las mismascosas que la generacin. Pero como esta conservacin se efecta mediante la absorcinde las materias exteriores, hay siempre alguna materia de la cual se apropia y se laincorpora como conveniente a su naturaleza, y alguna materia que rechaza como

    inadecuada a su naturaleza. El alimento que efecta esta conservacin, es espiritual ocorporal; el ltimo es visible y palpable, el primero invisible e impalpable, pero de dosclases diferentes, una de ellas, inherente a la materia nutritiva, es menos depurada; lasegunda es bastante ms pura puesto que el Espritu universal, presente en todas lascosas, que es como el gobernador de este espritu particular y el lazo que une el materialvisible con el material invisible, es decir, el cuerpo junto con el Espritu.Cuanto ms puros son los elementos y alimentos que nutren algn cuerpo, ydesprovistos de impurezas, tanto ms perfecta es la nutricin. Lo ms capaz de

    perfeccionar este alimento es la simplicidad de su composicin cuando no est hecha de

    muchas especies diferentes. Cuando este alimento es excelente, puede causar unarenovacin total en el cuerpo que se apropie de l. La serpiente se renueva o rejuvenececambiando de piel; el hombre hace otro tanto cuando por la absorcin de una Medicinaexcelente y universal, su cabello blanco se cambia en negro y su piel arrugada en una tezfresca. Lo mismo reverdecen las plantas con la aplicacin de la Medicina universal, y eloro se rejuvenece cuando se transforma en licor de Mercurio por el beneficio del fuego.Podra decir muchas cosas acerca de esta conservacin, si no temiese hacer un libro enlugar de una carta.

    DE LA DESTRUCCIN

    Falta hablar de la destruccin de las cosas elementadas, que corrientemente se efectapor su contrario, cuando una de las cualidades se sobrepone a la otra. Se lleva a cabo, opor medio de la disolucin, o por la coagulacin; si esta disolucin es grosera, ladestruccin se hace por medio de heridas, cada, fraccin o desecacin; la disolucindelicada se produce por corrosin y por inflamacin. Sin embargo, existe una disolucin

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    suave que se efecta por el camino de la naturaleza y transplanta el cuerpo a unanaturaleza ms constante y perfecta. La coagulacin, en cambio, causa una destruccincuando el lquido se coagula en forma que esto provoca la destruccin comoconsecuencia, en tanto que los espritus y los vapores se desecan o se encierran porobstrucciones.

    DE LOS ASTROS

    Terminada esta consideracin, se dirigen los ojos, con justicia, hacia las operacionessuperiores de las Estrellas destinadas a infundir en los tres reinos sus propiedadesdistintas para la propagacin de sus diversas simientes. La luz inherente a esos cuerposno puede reposar, sino que continuamente trabaja para elevar la luz inherente a loscuerpos particulares, as como sta trabaja en atraer la superior. Esta influencia es un

    espritu dotado del poder de comunicarse por medio de los rayos de los cuerpossublunares. Cuando dichas influencias son sencillas, es decir, de una sola Estrella, noobran sino sencillamente. Pero la influencia combinada de los rayos de diferentesEstrellas que unen sus rayos, obran diversamente en los cuerpos inferiores, ya paraapresurar, ya para impedir las acciones. Las Estrellas fijas son aquellas cuyo movimientoes menos perceptible por razn de su tardanza, que representa intervalos y las figurassiempre resultan las mismas.Para abreviar, os remito a quienes de tratarlo ms ampliamente hacen profesin,deseando decir slo dos palabras de los Planetas, que son Estrellas cuyo movimiento es

    visible, su efecto notable, tanto para perjudicar como para beneficiar; su aspecto es muypoderoso, ya sea recto o colateral, ya que obre por conjuncin o por oposicin. Losprincipales son el Sol y la Luna, de los que el primero puede llamarse fuente abundantede luz y de calor. El alma del mundo, o Espritu universal, posee poderosamente a esteastro, que se lanza por sus rayos para dar vida y movimiento al universo. Las virtudes detodas las cosas son inherentes al Sol, y su movimiento regula el de las estaciones y delos cuerpos que estn bajo la clave de las estaciones. Y como Dios ha querido que lascosas superiores tuviesen su imagen en las inferiores, resulta que se ve una del Sol en eloro, que posee las dilatadas virtudes del Sol, encerradas en su cuerpo, las cuales,reducidas de potencia a acto, tienen poder suficiente para devolver con amplitud a los

    cuerpos imperfectos o enfermos la virtud solar y vivificadora que les falta. El Sol, por suvirtud magntica, atrae a los espritus ms puros y los perfecciona para enviarlos denuevo por sus rayos, para restaurar y hacer aumentar los cuerpos de las criaturas

    particulares.La Luna saca su luz y sus influencias del Sol, y los enva de noche a la tierra: asimismomarca con su movimiento acortado los meses. Esta Eva sacada de la costilla de Adn (oSol) desempea, en la operacin antes mencionada, el oficio de la hembra, y preside en

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    la materia hmeda, femenina y pasiva, tal como lo hace el Sol en la materia seca yactiva.Los planetas menores son, ante todo, los Heterodromos, que cumplen su carrera con unmovimiento diverso y desigual, son: Jpiter, Saturno y Marte. El primero termina surecorrido en doce aos, el segundo en treinta y el tercero en dos aos.Los Homodromos, que hacen su camino con una velocidad casi igual, son Venus yMercurio. El primero termina su circulo en un ao y el segundo lo mismo. Hablando delos metales, quiz diga unas palabras respecto a su afinidad y armona con los Planetas.Sin embargo, dejando aparte a los Meteoros, me contento con deciros en general que seengendran el aire como los minerales en la tierra, de los vapores, y se reducen por lavirtud de las Estrellas y de ciertas formas; son de cuatro clases, segn los Elementos: losCometas y Estrellas fugaces, que son rayos de la naturaleza del fuego; el viento de la delaire; la lluvia y el granizo del agua; las piedras, de los rayos y de la tierra.

    DE LOS TRES REINOS DE LA NATURALEZA Y EN PRIMERLUGAR, DEL REINO MINERAL

    Terminada esta contemplacin (en lo que dejo el campo libre a vuestras meditaciones),quedan por considerar las cosas elementales inferiores que componen los tres reinos dela Naturaleza, a saber: el animal, el vegetal y el mineral.Comencemos por el ltimo, y observemos que cada metal oculta espiritualmente en s atodos los dems porque proceden de una misma raz, a saber: del azufre, de la sal y del

    Mercurio. El Mercurio es un licor craso, que, si est bien preparado, no puede serconsumido por el fuego; est engendrado en las entraas de la tierra, y es espiritual,blanco en su apariencia, hmedo y fro, pero en efecto y en poder, clido, rojo y seco. ElMercurio recibe en s de buen grado las cosas que son de su naturaleza y se lasincorpora. Esta agua metlica traga vidamente a los metales perfectos para servirse desu perfeccin para su propia exaltacin; la naturaleza, como a todas las criaturas, le haimpreso el instinto de tender por la va legitima al mejoramiento y multiplicacin de suespecie. El azufre que engorda al Mercurio, es el fuego que le es inherente y natural, yque, mediante el movimiento exterior de la naturaleza, lo termina de digerir y madurar.

    No constituye un cuerpo separado, sino una facultad separada del Mercurio, y le es

    inherente e incorporado. La sal es una consistencia seca y espiritual, e igualmenteinherente al Mercurio y al azufre, dando a este ltimo el poder de digerir el primermetal.Ahora bien, como en el curso de la naturaleza ordinaria y antes de la coagulacin delmetal, la sal es muy dbil, Dios ha inspirado a los filsofos la idea de agregar alMercurio una sal pura, fija i perfecta, para operar en poco tiempo lo que la naturaleza nohace sino con un trabajo de varios aos. La generacin de los metales se efecta as: el

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    Espritu universal se mezcla al agua y a la tierra, y de ello extrae un espritu graso que ldestila en el centro de la tierra, para realzarlo de all y colocarlo en su matrizconveniente, en la que se digiere en Mercurio, acompaado de su sal o de su azufre, dela que a continuacin se forma el metal, lo cual sucede cuando la tintura encerrada en elMercurio se deja ver y nace, porque entonces el Mercurio se encuentra congelado yconvertido en metal. Con frecuencia el Mercurio se carga en esta matriz con un azufreimpuro que le impide perfeccionarse en oro puro o plata, a lo que contribuye lainfluencia de los Planetas menores y la constitucin de la matriz, y le hacen que seconvierta en plomo, hiero o cobre, que no sufren el examen del fuego. Esta decoccinrequiere un calor extremo continuo y atemperado, el que secundado por el espritumetlico interno, y cuando subsisten en un lugar que les es adecuado. La destruccin delos metales se produce por medio de las cosas que no tienen con ellos ninguna armona,como son las aguas y materias corrosivas, en lo cual los curiosos deben fijarse bien.El oro es un metal perfecto, cuyos elementos se encuentra tan generalmente equilibrados

    que no predominan el uno sobre el otro; por eso los antiguos Filsofos buscaron en estecuerpo perfecto una Medicina perfecta y que no se halla en ningn otro cuerpo sujeto aser destruido por cualquier desigualdad, porque una cosa sujeta a la propia destruccinno podra dar a otras una salud o un mejoramiento consiguientes. El asunto est en haceral oro viviente, espiritual y aplicable a la naturaleza humana, cualidades que no posee ensu naturaleza sencilla y compacta; para alcanzar dicha perfeccin, debe ser reducido ensu hembra a su primera naturaleza, y rehacer por retrogradacin, camino de laregeneracin, del que antes habl. El oro muerto, por s mismo, no sirve para nada y esestril; pero convertido en viviente, puede germinar y multiplicarse. El espritu metlicovivificante est oculto mientras reside en un cuerpo compacto y terrestre; pero reducidode su poder a accin, es capaz de efectuar no slo la propagacin de su especie, sinotambin que a causa de sus elementos igualmente proporcionados, restablecer la saludy el vigor en el cuerpo de los animales. As como el Sol celeste comunica su claridad alos planetas, as se pueden comunicar su perfeccin y su virtud a los metalesimperfectos. Por esa razn, los antiguos Cabalistas designaron los planetas y los metalescon los mismos caracteres, y no sin gran razn el oro y el sol han sido figurados por uncrculo entero y su centro, a causa de que el uno y el otro contienen en s las virtudes detodo el Universo: el centro significa la tierra y el crculo el cielo. El que sabe reducir asu circunferencia las virtudes centrales del oro, adquiere las virtudes de todo el Universo

    en una sola Medicina. El oro parece y es voltil; esta naturaleza espiritual y voltilpropiamente contiene su virtud medicinal y penetrante, porque sin disolucin no hacenada.El oro tiene una afinidad muy grande con el Mercurio, y basta juntarlos despus dehaberlos hecho puros y sin mancha, para unirlos ntimamente, por ser ambosincorruptibles y perfectos; uno de esos cuerpos es el inferior y el otro el superior, segndice Hermes; pero fijaos en que el oro, en su forma compacta, maciza y corporal, es

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    intil para toda Medicina o transplantacin. Por ese motivo hay que usarlo en su formavoltil y espiritual. La redondez designa la perfeccin del oro, que lanza sus rayosdiametralmente medidos del centro a la circunferencia, y las cuatro cualidadesequilibradas por igual en el oro se indican con las cuatro lneas iguales colocadas enrectngulo, que forma el cuadrado equilateral; la Cbala secreta encuentra en la materiade este metal la forma probable y perceptible de la cuadratura del crculo. Mas como

    pocas personas son capaces de comprender los misterios ocultos, no convieneexplayarlos a la vista de los indignos.La plata, si bien es ms perfecta que los dems metales, lo es menos que el oro, serelaciona con la luna celeste y posee su virtud, as como el carcter. Es muy til en suespecie a los Filsofos expertos. De igual manera que el oro tiene la naturaleza del Solen el Macrocosmos y del corazn del Microcosmos, as la plata tiene la naturaleza de laLuna en el Macrocosmos y del cerebro en el Microcosmos, para el que constituye unamedicina singular, si se la hace espiritual e impalpable.

    Los Metales menores son: dos blandos, el plomo y el estao, y dos duros, el hierro y elcobre; estn compuestos por un azufre impuro y un mercurio no maduro. Cada uno estdotado de un espritu limitado en cierto grado, no domina en las curas Filosficas msque sobre las enfermedades en las que preside un espritu subalterno el que es inherentea uno de esos metales.Las piedras preciosas son diferentes por razn de su digestin, y son difanas a causa deque han sido congeladas del agua pura con el Espritu del Universo, dotadas de ciertatinturas, no del todo diferentes a las de los metales, lo cual les da el color y la virtud. as

    piedras comunes y no transparentes han sido congeladas de tierra grasa e impura,mezclada con una humedad tenaz y glutinosa, lo que una vez deseada compone la piedradura, blando o arenosa, ms o menos segn la cantidad o calidad de la mencionadahumedad.Los minerales son las materias que no son ni piedra ni metal. El vitriolo, el mercuriocomn y el antimonio, participan en mayor grado de la materia metlica. El ltimo es lamatriz y la vena de oro y el seminario de su tintura; ambos contienen una Medicinaexcelente. La sal comn, el amonaco, la sal gema, el salitre y el alumbre les siguen y seengendran de las aguas saladas. En cambio, el azufre se congela de la sequedad puraterrestre. En cuanto a betn, se encuentra en varias clases; es un jugo de la tierra, tenaz ysusceptible del fuego; lo hay duro y lquido; el primero es el asfalto, el pisasfalto y el

    mbar amarillo; el segundo es oleaginoso como la nafta y el mbar arbigo. Losminerales de la tercera especie son el oropimente, la sandaraca, el yeso, la tiza, la tierrade Armenia y la tierra.

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    REINO DE LOS VEGETALES

    Despus de la contemplacin del reino mineral bosquejada superficialmente, con elvegetal, por temor a que esta carta se convierta insensiblemente en un libro en las manos

    de un hombre que no los hizo ni los har jams.Los vegetales son cuerpos que tienen raz en la tierra y echan su tallo, hojas, frutos, yflores en el aire. Su simiente interna, ayudada por un calor exterior, y sobre todoanimada por el Espritu universal, mediante la influencia de los Astros, se deja ver en la

    propagacin de su especie. Observad por vosotros mismos en las partes de un vegetal,slidas y lquidas, espirituales o corporales, su blsamo natural, que las agita con suhumedad o el Mercurio que las humedece y sostiene. Su anatoma os ensear con susolidez su carne, en sus ligamentos como las arterias y las venas que sirven para losactos que en ellos ejecuta el espritu universal. El total de sus miembros est formado

    por la raz, el tallo, la corteza, la mdula, la madera, las ramas, las hojas, las flores, los

    frutos, el musgo, el jugo y la goma; de ah que vuestra meditacin os dictar de acuerdocon lo que antes dije tanto con respecto al universo de las criaturas como a las criaturasen particular, lo que hay que observar concerniente a su generacin, conservacin ydestruccin.Estn sujetas a las estaciones que retardan o aceleran segn sus propiedades, suscualidades inherentes a cada planta por separado, para hacerla seguir su caminodestinado desde la fundacin del mundo. No se hubiera terminado de hablar nunca desus especies y virtudes diferentes, como tambin de su naturaleza y constelacin, o biende distribuirlas y arreglarlas bajo los Astros que dominan a cada planeta en particular, y

    demostrar a los sentidos que las naturalezas se relacionan con diversas enfermedades ycon la armona de los espritus subalternos que gobiernan las perfecciones de las plantasy las imperfecciones de las enfermedades; pero ese camino a pesar de sermaravillosamente hermoso y agradable es demasiado largo y no hace ms que darvueltas alrededor del centro cabalstico, al cual se llega por un sendero infinitamentems corto y cmodo, si se observa exactamente el comienzo el final de esta carta. Segnmi opinin, teniendo la clave de la ciencia general, se penetra con facilidad en las

    propiedades de las criaturas particulares, pero es muy difcil trepar de lo particular a logeneral, porque, claro est, se desciende con ms facilidad de la que se tiene para subir,y da siempre mucho ms trabajo hablar al mismo Prncipe que a sus criados.

    EL REINO ANIMAL

    El animal es un cuerpo mvil y se nutre de los vegetales y los minerales, porque estosdos ltimos participan los unos de los otros. Como enumerar al detalle las partes y lasespecies sera un trabajo amplio y grande, slo tocar al pasar. Los animales estn

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    compuestos del cuerpo y del alma; el primero es, en realidad, el habitculo del segundo.Los cuerpos son todos penetrables para las almas animales, y tienen partes ms o menoscondensadas y relativas a los elementos de Macrocosmos. Los huesos, que es lo msseco que tienen, son semejantes y cercanos a la tierra. Los cartlagos son partes menosduras que los huesos y flexibles, como tambin los ligamentos, membranas, nervios,arterias y venas; para lo cual me remito a los anatomistas, como para las otras partes enlas que hablaremos que se relacionan con los elementos: las secas con la tierra, lashmedas con el agua y las espirituales con el agua o el fuego. Los espritus animales sonvapores sutiles: los hay superiores e inferiores; stos son, o acuticos o terrestres, y

    presiden en las partes del cuerpo que ms les convienen, a semejanza de los espritus delMacrocosmos, que contribuyen sus funciones a los elementos de los que sacan suorigen. El espritu del fuego o celeste, reside en el corazn y anima a los dems por suactividad; acta exactamente en el Microcosmos como lo hace en el Macrocosmos, conla diferencia de que en el uno es particular y en el otro vegetal, donde tiene lazos con los

    espritus subalternos del gran mundo, porque cada animal puede calificarse como tal,aunque mucho ms imperfectamente que el hombre, el nico hecho a semejanza deDios. Con trabajo me privar de hablar ms de lo que deseaba hacerlo del alma sensitivay de su diversidad con la razonable.El alma sensitiva es una sustancia espiritual, y como tal reside en el cerebro, y domina alos espritus animales por ser instruida y capacitada por el Creador para el sentimiento,el apetito y la emocin. Para llamarla por su nombre, es una chispa del esprituuniversal, salvada por el Soberano de la esencia del cielo sidreo e impresa en lasimiente animal para regirla en la clase en que est colocada; los rayos de dicha alma noalumbran ms all de los lmites de sus espritus animales, porque hasta el mismohombre animal no comprende las cosas que son del espritu de Dios; porque como dichaalma animal no es ms que de la clase sidrea, no sabra elevar su vuelo por encima desu patria. Todo lo contrario, es menester que todas las facultades animales y terminadasestn como adormecidas y regeneradas cuando el alma razonable se eleve a Dios y se

    prosterne ante el Trono de su Majestad para obtener de l las luces espirituales. Desuerte que los rayos de esta alma sensitiva o animal sufren, para residir en los espritusanimales y elementarios, una mezcla muy grande de las tinieblas adheridas a la materiacrasa e impura, lo cual la hace menos sutil y penetrante, impidindole que conozcas lascosas ms que por la superficie. El reflejo de esos rayos inflama la imaginacin y

    conmueve al apetito que hace de voluntad en el alma y causa la emocin de las partescorporales que dependen de ella, de acuerdo con los rganos y su perfeccin o defecto,

    por lo que unas actan ms o menos perfectamente que las otras.El hombre es la ms perfecta de las criaturas, su cuerpo est ms excelente ydelicadamente organizado que el de los otros animales, siendo esto requerido por susfunciones dominantes. La materia de ese cuerpo no es diferente en nada a la de los otros

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    animales, pero s la forma, para cuyas partes me remito a los que sobre ello hancompuesto volmenes, por temor de hacer un de repeticiones.Su alma razonable es de naturaleza sidrea, dotada por el Creador de la facultad decomprender lo que sucede bajo el cielo Empreo y lo que el Macrocosmos contiene.Cuando el Creador form al hombre (Gnesis 2 v. 7) de tierra, no se dice que hiciera sualma de ninguna materia, sino que se la infundi, soplando en sus narices un soplo devida, por lo cual el hombre fue hecho de alma viva e inmortal; si ella es pura, digo, escapaz de conocer lo que es el Macrocosmos y juzgarlo. Puede ejercer sus operacionesintelectuales concentrada en s misma y sin la ayuda de los sentidos exteriores omateriales, lo que no sera capaz de hacer el alma animal, porque atados sus sentidos,todas sus funciones estn detenidas. El alma razonable es un espejo que representa lascosas muy alejadas, lo cual no sabran hace los sentidos materiales, ella penetra por unrazonamiento slido, hasta en las cosas invisibles e impalpables. Mientras ocupa susfacultades en las cosas materiales, le cuesta trabajo elevar su mirada a las cosas

    sublimes, pero si halla asistido de la gracia divina para desembarazarse de ellas,entonces puede emplear todas sus fuerzas y actuar vigorosamente. Porque as como losastros superiores e inferiores, quiero decir, los generales y los particulares, extraen su luzy su vida de la luz concentrada del Sol. As las almas razonables no pueden nada por ssolas si no estn iluminadas por los rayos de la gracia del Sol de Justicia, nuestro SeorJesucristo, por medio de su Espritu Santo.La Providencia admirable del Padre de la luz ha querido que hacia el fin del tercer da ycomo al comienzo de las cuarto de la creacin, la luz, antes difusa, tomase forma en elsol que alumbra el mundo temporal, y que hacia el fin de los tres mil aos despus de lacreacin, la Majestad divina tomase carne para iluminar y regir al mundo eterno. Ycomo nuestras almas son eternas, constituyen (hablo de los Elegidos) desde esta vida,habitculos y templos del Espritu Santo, que las conduce y perfecciona, as como elespritu del Universo hace con los espritus materiales.Oh! Cun dichosos seramos si el maldito pecado no oscureciese la claridad de nuestrasalmas, que despus de ese desdichado accidente no conocen ms que en parte y porcierto muy imperfectamente. Todo, digo absolutamente todo, lo que nos queda de laexcelente luz que el alma ve en su creacin, nos es dado por obra de la pura misericordiaDios y segn su agrado, sin lo que nuestra alma embrutecida estara como confundidacon la animal y bajo su dominio para vivir y morir con ella; porque ella lo precipita a la

    muerte, de igual modo que del otro lado el alma regenerada por el espritu de Diosvivifica y eleva el alma animal a la vida eterna. Los que desearen perfeccionar su alma,deben dirigirse con firme fe a Dios, y despojarse del residuo del pecado con un serioarrepentimiento para obtener el Espritu Santo, que es el galardn seguro de su salvaciny los conduce de gracia en gracia y de luz en luz, hasta que habiendo depositado, deacuerdo con el orden presente la crasitud perecedera que vela a alma, puedan revestirseen la segunda vida del mismo cuerpo, pero purificado y hecho espiritual, a fin de

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    presentarse ante el Trono del Eterno y magnificarle y glorificarle en toda eternidad. Supaternal misericordia nos conduce a ello por el amor de su Hijo amado, Jesucristo, parael cual, son el Padre y el Espritu Santo, sean el honor y la gloria para siempre jams.La generacin en el reino animal es asaz visible, y como hallaris de ella descripcionessencillas, me dispenso hacerlas. La conservacin de los animales se hace por medio delos elementos, de los alimentos y de los medicamentos, cuya cantidad y calidad les causams o menos bien y mal. Su destruccin se hace cuando uno de los principios predominasobre el otro; esta desigualdad causa su equilibrio. Donde abunda la humedad, vienen lasenfermedades que de ella participan, como catarros o hidropesas; si el fuego, fiebresardientes; lo que debe guiar en la busca de las curas al espritu de los curiosos hacia elremedio capaz de restablecer y conservar ese equilibrio de los principios que causa lasalud.Falta mencionar la armona de las cosas, que es una materia tan amplia como hermosa ytil. Todo lo que acabo de deciros ms arriba habla precisamente de ello, y aunque no

    dijera ms sobre el tema, creera haberlo satisfecho con amplitud. De todos modos, paracontestar vuestra curiosidad, os dir, en forma de eplogo, que debe haber gran relacinde una persona a otra puesto que la materia no difiere sino tan slo la forma. Aun losmismos elementos sacados de un caos comn no difieren entre ellos sino en razn de sudisposicin. Todas las cosas han emanado de la unidad y a ella vuelven. Estacontemplacin es como la clave de los mayores secretos de la Naturaleza, en la quevemos que todo est ordenado en el tiempo, en la medida y en el peso. Observando lageneracin, la conservacin y la destruccin de los tres reinos de la Naturaleza, verisque concuerdan por entero entre s en cuanto a este punto; nacen de los tres principios dela Naturaleza, donde el activo hace de macho y el pasivo de hembra, por el calor interiorde la simiente y por el exterior de la decoccin; no importa que el origen sea diferente enforma, como tambin las criaturas lo son entre s. Ellos subsisten y son conservados porla atraccin del blsamo semejante al que les es inherente, que les sirve de alimento, porel calor exterior, y que fortifica al interior, conservando en equilibrio los humores. Sondestruidos por la atraccin de la intemperancia residente en los alimentos y elementosque el Eterno ha maldecido (Gnesis, 3, 27), a causa del pecado del hombre, por ladisminucin de los rganos y el desequilibrio hereditario de la sangre. Le es preciso acada cuerpo de los tres reinos la simiente, la matriz, su movimiento, su calor doble y

    proporcionado, de suerte que no difieren entre s ms que por la situacin que el Creador

    les ha dado con su forma y la intencin de multiplicarse cada uno en su especie(Gnesis, 1, 22).

    No basta conocer la armona de las cosas terrestres esenciales sino que hay que observarsu concierto con las superiores. El Sol elementario tiene una semejanza muy grande conel central; se envan uno a otro sus rayos y atracciones por una reverberacin continua yrecproca, para facilitar con ese movimiento la propagacin de las criaturas. La Luna ylas Estrellas tienen igualmente un continuo comercio con las potencias astrales

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    inherentes a los cuerpos sublunares, donde residen espritus, relacionndose en virtud einclinacin los unos con los otros. Considerad en segunda la armona de los espritus yde los cuerpos con sus operaciones paralelas, como rpidamente lo he apuntado msarriba. Y sobre todo, admirad la relacin del mundo espiritual con el material, el unolleva la imagen del otro, y lo que algn da aparecer exaltado en el mundo superior, seven en cierto modo bosquejado en el inferior. El Sol elementario preside la direccin delmundo eterno; el tiempo es un movimiento, su direccin del mundo eterno; el tiempo esun movimiento, su director creado es mvil, y la Eternidad consistente en un reposoconstante est regida por el inmutable, que ha sido, que es y que ser el mismo de sigloen siglo. Cuando l aparezca inmediatamente en la persona glorificada de su Verboeterno, en la carne, como aparece mediatamente en los instrumentos materiales,dispuestos para la direccin de la obra admirable de la Creacin, su inmensa luzeclipsar a la que l distingui del caos para regular el movimiento de tiempo, el cualterminar en el mismo instante en que el fuego de esta nueva claridad incomprensible

    destierre lo perecedero y lo oscuro, exaltando nuestros cuerpos a esa luminosadiafanidad de la que su bondad paternal ha hecho ver una muestra admirable (Mateo,17,v. 2, y Marcos, 9, v. 3), como tambin (2Reyes, 2, v. 11), donde la presencia del Eternoen el transporte de Elas ha obrado sobre l casi de la misma manera. Entonces, comotodas las cosas emanadas de la unidad incompresible del Eterno habrn cumplido sucamino en la armona del Macrocosmos inferior, volvern a la unin purificadas de lastinieblas, las que tendrn el lugar de tierra condenada en esa nueva creacin, y servirnde habitculo a los espritus de los hombre malignos, excluidos de la luz y presencia delEterno. As los ngeles y los hombres bienaventurados habitarn en la gloriaincomprensible para alabarle, bendecirle, y exaltarle para siempre. Que su Bondad ymisericordia paternales quieran perdonar nuestras ofensas y colmarnos con los bienes desu casa por el amor de su Hijo nico, Nuestro Seor Jesucristo, el cual, con el Padre y elEspritu Santo, tengan gloria y honor para siempre jams. Amn.He ah, Seor, el extracto de mi lectura de los Filsofos, sencillo y sin afectacin deadorno ni de ostentacin, del que os hago obsequio tan de corazn como soy, Seor,vuestro, etctera.