Cuento de ética

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EL DILEMA Cuento de Ética Paola Andrea Ramírez Giraldo Grado: 9°2 Ullenid Jiménez Vásquez Licenciada en Literatura I.E. COLEGIO LOYOLA PARA LA CIENCIA Y LA INNOVACIÓN

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EL DILEMA

Cuento de Ética

Paola Andrea Ramírez Giraldo

Grado: 9°2

Ullenid Jiménez Vásquez

Licenciada en Literatura

I.E. COLEGIO LOYOLA PARA LA CIENCIA Y LA INNOVACIÓN

MEDELLÍN

2011

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No me dejes morir Lutus, dije con la poca fuerza que me quedaba. Estaba en lo más profundo del bosque, del Planeta Aterrí, no recordaba muy bien que era lo que me tenía ahí y menos como había llegado a ese Bosque. Lutus era mi gato, un felino muy peculiar blanco con dos manchas grandes negras en su abdomen, con una oreja negra y la otra blanca; pero lo peculiar de Lutus era su capacidad de hablar, tal vez no en el idioma humano, pero si en otro de animales, es decir, él podía comunicarse con los demás animales.

Me encontraba sobre una roca, con la pierna y el brazo derecho desgarrados, mi ropa ya no era de su peculiar color azul, ahora era Roja debido a la cantidad de sangre que había perdido, mi pelo rubio estaba enmarañado por la vegetación y mi mano izquierda estaba acariciando a Lutus. Lo único que recuerdo es un Bestia horrible, de grandes dientes, pelaje de color negro y con una oreja blanca y la otra negra, esta terrible bestia según recuerdo, se abalanzo sobre mí, y me propino una mordida en mi brazo derecho, y al caer en el suelo, me enterré un vidrio en el mismo pie; a los pocos minutos apareció Lutus, con la boca llena de sangre, supongo que era porque había estado cazando, pues si algo le encantaba hacer a Lutus era cazar aves y pequeños pichones, los ratones casi no le gustaban, solo los mataba por diversión.

De repente sentí una fuerte opresión en mi pecho, y lo último que vi fue una cara de mi gato, sobre mi barbilla, después de esto todo fue blanco, me sentía como flotando; cuando de repente, sentí un gran estruendo, era Yo cayendo al Vacío……. Cuando desperté me vi sobre una mesa, rodeado de unos seres con vestiduras tan blancas como la nieve, que me observaban y hablaban entre sí. Trate de incorporarme, pero no lo logre pues no tenía ni mi pie, ni mi mano derecha, intente gritar pero justo en ese momento uno de los seres me detuvo diciendo:

-No te muevas Jal, estamos decidiendo que hacer contigo

-Pero que estoy haciendo acá, le dije

-Estas en el Juzgado de las almas, tu Gato acaba de matarte y nosotros estamos intentado decidir, si mereces ir al Infierno o al Cielo…

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Sentía como mi alma y mi razón luchaban por dentro, era imposible que Lutus haya atentado contra mi vida, Él siempre había estado conmigo, desde aquellas vez que lo encontré en la Calle del Dolor y lo lleve a mi casa, cuidando de él; siempre había sido mi Amigo, mi compañero, como podría un Amigo matar a Otro.

Mire al tribunal y les dije:

-Si es verdad eso de que Lutus, me mató, quiero regresar a la Tierra y comprobarlo Yo mismo.

Se miraron desconcertados y empezaron a discutir entre ellos, en eso un señor con barba blanca y que llegaba hasta los pies, tomo la palara y me replico:

-Solo existe una forma de regresar a la tierra, debes viajar hasta la fuente de Anís y allí pedir al Duende que te de una moneda de Oro, de su olla, si logras que te la de, podrás estar en la tierra durante 24 horas…

Nuevamente sentí un golpe y al despertar me encontraba en un campo, tenía un uniforme de soldado de color verde y todas las partes de mi cuerpo. Caminé durante tres horas hasta que por Fin llegué hasta la fuente de Anís, había en ella mucha gente y una duendecillo, o mejor dicho duendesote, porque este ser media aproximadamente unos 2 metros y medio de largo. Supuse que las personas que se encontraban allí también estaban intentando ir a la tierra, pero al parecer desde hacía mucho tiempo nadie lo conseguía; Polo, como era llamado el Duende estaba sentado sobre una silla de madera, contando unas monedas de su olla de oro; le pregunte a un señor de mediana estatura, con ojos negros y cabello Cataño, él porque nadie era capaz de hacer que Polo les regalara una moneda.

-¿Eres nuevo por aquí, Verdad?-Me pregunto-Para poder que Polo te de una moneda debes hacerlo reír y lleva cien años sin hacerlo.

Yo no era muy chistoso que se diga, en mi infancia había deseado ser payaso, pero por culpa de mi padre, nunca lo logré, Él siempre quiso que yo fuera profesor, pero en vez de eso me convertí en Abogado, y como todos deben saber, los abogados no aben de chistes, solo saben de leyes y normas. Me encontraba en un paradigma por un lado deseaba saber cómo era posible que Lutus que hubiera asesinado y por el otro

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como hacía para que ese tal Polo se riera, me encontraba en un dilema, pero ¿Qué podía hacer?...