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I ,

BOLETIN

DE LA

ACADEMIA ARGENTINA , .

DE LETRAS,

TOMO XLVII....;. N9183-184

Enero-junio de 1982"

BURNOS- AIRE,s 1 982,

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BOLETIN DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

Comisión de publicaciones: académicos RAÓL H. CAsrACNINO,

BERNAi'IDO GoNZÁLEZ Amm.I,. EDuARDO GONZÁLEz LurozA, CARLos A. I\ONCHI MARCH.

SUMARIO.

ANDERSON· IMIJERT, ENlUQuE, Peripecias de una trama de· Maupassant .... t. • • • • . • . • •• . • . . • . . • . • . • . • . • • • • . . • • 7

CAIU>ENA, EÚAs, Príncipe qe Esquilache, poeta clá8ico fI. virrey del Perú .••..•..•. : ••••.•.••. ,................ 21

GHIANO, JUAN CARLos, La conquista del desierto 11 "El Gran Chaco" de Luislorge Fontana . . ;. . .••. . ... . .•. . •. . . •. . 31

MOlÚNlGO, MARCOS A., La pluralKlad lingüística en el mundo hispánico •... ' . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . • • 45

Textos y document08:

Enmiendas y adiciones a tos Diccionarios de la Real Aca-demia Española .................................. 61

Acuerdos . ~ ...•....•••.•.. o ........ :........ ........ 113

Argentinismos •••..•....••...• " . . . • • • . • • • • . • . • . . . . • • • 127

Noticias ................................ ~, ........................................... .. 137

La Academia no mantiene correspondencia· sobre material no publicado.

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BOLETfN DE LA

ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

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BOLETÍN

ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

-TOMO XLVII - NQ 183-184

Enero-junio de 1982

BUENOS AIRES 1 982

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INVENTARIO N° • O a t 6' 21 p~.?c.= D~ ,-_ O{)N!fQ.-,¡s;¡1

© 1982 ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

IMPRESO EN LA ARGENTINA

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723

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ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

ACADÉMICOS DE NÚMERO

Presidente: DoN BERNARDO CANAL FEIJóo Vicepresidente: DON ENRIQUE ANDERSON IMBERT

Secretario general: DoN JUAN CARLOS GHIANO Tesorero: DON JORGE VOCOS LESCANO

Don Luis Alfonso Don Jorge Luis Borges Don Fermín Estrella Gutiérrez Don Manuel Mujica Lainez Don Ángel J. Battistessa Don Eduardo Mallea Don Osvaldo Loudet Don Ricardo E. Molinari Don Bernardo González Arrili Don Raúl H.Castagnino

. ¡Jon Eduardo González Lanuza Mons. Octavio N. Derisi Don Carlos Villafuerte Don Federico PeItzer Don Luis Federico Leloir Don Carlos Alberto Ronchi March Don Ellas Carpena Don Abraham Rosenvasser Doña Alicia Jurado

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ACADOIICOS' CORRESPONDIENTES

Don Alceu de Amoroso Lima ( Brasil) Don Aurelio Miró Quesada (Perú). Don Julio César Chaves (Paraguay) Don LuiS Beltrán Guerréro (Venezuela) Don Pedro Grases (Venezuela) Don Pedro Laín Entralgo (España) .Don Rafael Lapesa (España) Don Francisco Monterde ( México) Don Alonso Zamora Vicente ( España) Don Orestes Di Lullo (Santiago del Estero, Rep. Arg.) Don Juan Draghi Lucero (Mendoza, Rep. Arg.) Don Roberto García Pinto (Sálta, Rep. Arg.) . . Don Emilio Carilla (Tucumán, Rep. Arg.) Don Paulo Estevao de Berredo Carneiro (Brasil) Don Enrique Maéaya Lahmann (Costa Rica) Don Alberto Wagl'ler de Reyna (Perú) Don Ángel Rosenblat (Venezuela) Don Arturo U slar Pietri ( Venezuela) Don Ramón García-Pelayo y Gross (Francia) Don Dámaso Alonso (España) Don Manuel Rivas Sacco.ni (Colombia) Don Rodolfo A. Borello (Mendoza, Rep. Arg.) Don J ean Cassou (Francia) Don Antonio Di Benedetto (Mendoza, Rep. Arg.) Don Franco Meregalli (Italia) Don Diego F. Pró (Mendoza, Rep. Arg.) Don Adolfo Ruiz Díaz (Mendoza, Rep. Arg.) Don Rodolfo Oroz Scheibe ( Chile) Don Léopold Sédar Senghor (Senegal) Don Austregésilo. de. Athayde (Brasil) Don Arturo Sergio Visea (lJtuguay) Don Horacio G. Rava (Santiago del Estero, Rep. Arg.) Don . Daniel Devoto ( Francia) Don Gianfranco Contini ( Italia) qon Paul Verdevoye (Francia) Don Juan Bautista Avalle-Arce (Estados Unidos) Don Juan Filloy (Río Cuarto, Córdoba, Rep. Arg.) Don Federico E. País (Catamarca, Rep. Arg.) Don Guillermo L. Guitarte (Estados Unidos) Doña Emilia Puceiro de Zuleta (Mendoza, Rep. Arg.) Don Germán García (Bahía Blanca, Bs. Aires, Rep. Arg.)'

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BOLETrN DE LA

ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

TOMO XLVII ENERO-JUNIO DE 1982 N9 183-184

- PERIPECIAS DE UNA TRAMA DE MAUPASSANT

(DE PARrS A BUENOS AIRES)

Aristóteles, .en la Poética (VII-XI; XXIV), describió el Vuelco de Fortuna que interviene en epopeyal': y trage­dias; es la inversión de un estado en el estado contrario, de mal. para bien o de bien para mal. A esta súbita mudanza la llamó "peripeteia". Pensaba en las peripecias que les ocurren a los personajes dentro de la trama de una narración pero también es posible pensar en las peri­pecias que les ocurPen a las tramas dentro de Ja historia de un tema. Siquiera metafóricamente podríamos decir que una trama se comporta en el abstracto "género cuen­to" como un personaje se comporta en un concreto "cuento invididual". Tanto la trama como el personaje serían agentes de un proceso. El crítico de una sola obra narra­tiva observa los inesperados golpes del azar sobre los agentes de la acción. El tematólogo, desde otra perspec­tiva, observa· en muchas obras los cambios en el trata­miento de una materia común. Es lo que ahora me pro­pongo: . mostrar las peripecias que re-estructuran una trama de Maupassant. Ante todo, localizaré la fuente

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8 E. ANDERSON IMBEl'IT BAAL, XLVII, 1982

de esa trama. El 15 de marzo de 1870, en la gaceta Le Voleur, de París, apareció la siguiente noticia:

II y a quelques ;oura, l'employé d'un mínistere perdít sa femme; c'était un modele de toutes le. vertus.

L'employé, par sa poaition, allait ti tous le. bals officlels¡ mais comme il n' avait pour toute fortune que 'OR traitement. Madame portalt des bi;ou" en strass, de. dentelle.· en imitauon et des cachemires fraAfiais.

Apres la mort de sa femme adorée, l'employé charge un de ses amis de vendre tous ces colifichets.

L' ami remplit la commission en consclence, et lor.que tout fut vendu, il dit aa pauore mari:

"le n'aí pas 1'" faire míeu,,", et en mAme temPl, il luí remit cent quaranfe mille fraRC8.

Les dentette~ ~taient des Malines, les cachemires, de l'lnde, et le SfTasS, des diamant •.

La feinme de l'employé avait été ... la charmeuse da Ministre.

La noticia se desenvuelve como un chiste con principio, ~edio y fin:

1) Situación inicial y exposición de antecedentes. Un empleado del Ministerio, casado con una mujer de cuyas virtudes está muy orgulloso, enviuda. Por su posición el empleado ha tenido que asistir a las fiestas oficiales pero, siendo su sueldo muy bajo, su fnujer no tenía más remedio que acompañarlo sin más adornos que unas joyas falsas.

·2) Factor que pone a esos hechos en tensión. El em­pkad(~ encarga a un amigo que venda las joyas.

3) Distensión cómica producida pOf' el repentino des­cubrimiento de una serie de hechos desconcertantes. El amigo, al vender las joyas, obtiene una suma inesperada por lo alta. Es que no se trata de imitaciones sino de joyas legítimas: la mujer las ha recibido de manos del \finistro, su amante.

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BAAL, XLVII, 1982 PERIPECIAS DE UNA TRAMA 9

Según Gérard Delaisement esta chistosa. noticia bien podría haber sido la fuente del cuento "Les bijotix" de Cuy de Maupassant.' Maupassant había sido empleado público entre 1871 y 1880. Es posible que leyera la noticia en un periódico o que la oyera en el círculo de sus colegas. Lo cierto es que, con el seudónimo de Maufrig­neuse, publicó el cuento "Les bijoux" en Gil Bias, 27-3-1883. Lo recogería en la colección Clair de lune, 1884. A continuación resumo "Las joyas":

--Lantin conoce en una fiesta a una viuda y a su hermosa

hija. Acaban de llegar a París y viven con p01>reza pero con dignidad. La señora quiere casar a su hija con un hombre que las saque de apuros económicos. Lantin no es rico pero es un buenazo. Los jóvenes se enamoran y se casan. Son felices. En los seis años que llevan de casados Lantin no encuentra en su mujer más que dos defectos, si bien insignificantes: la afición al teatro (suele ir sola porque a Lantin no le gusta salir de noche) y la pasión por las joyas (que tienen que ser falsas pues en la casa no habría dinero pata perlas y. diamantes auténticos). Ella vuelve una noche enferma y a los pocos días muere. Lantin la llora desconsoladamente. Ah, qué buena administradora ha sido su mujer, pues antes se daban todos los gustos y el sueldo de él alcanzaba aun para que ella concurriese al teatro y se comprara joyas que, por falsas que fueran, algo debían de costar; en cambio ahora él no puede arreglárselas con lo que gana. Tan necesitado está que un día toma el collar prefe­rido por la difunta y va a venderlo a una joyería, entris­tecido por tener que confesar en público su pobreza y aver­gonzado, por ofrecer en venta un objeto sin valor. El joyero. después de examinar la pieza, le dice:

-Señor: este collar vale entre doce y quince mil francos, pero no se lo puedo comprar hasta que usted _me diga cómo vino a parar a sus manos.

Lantin cree que el joyero es un imbécil que no sabe distinguir entre lo verdadero y lo falso y entra en ut. ¡, joyería.

I Gérard Delaisement, Le Bel-Ami N'-' 7, juin 1958. Citado en Maupassant. Cantes et Nouvelles. Paris, Bibliothéque de la Pléiade, 1974. Vol. 1, pág. 764.

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10 E. ANDEl\SON IMBERT BAAL, XLVII, 1982

-Conozco este collar muy bien -exclama el segundo joyero-, como que yo mismo lo vendí por veinticinco mil francos. Claro que ahora no se lo podría comprar por más de dieciocho. Eso sí, la ley obliga a que usted me dé su nombre, etc. ,

-Me llamo LantiD. y trabajo en el Ministerio del Interior. El joyero consulta su libro de ventas: -¡Ah, sí! Aquí está. El collar fue enviado a la señora de

Lantin el 20 de julio de 1876. . . Lantin está asombrado: ¿cómo pudo su esposa comprarse

una joya tan cara? A menos que se la regalaran. . . pero en ese caso ¿quién? ¿y por qué? Y todas las otras joyas que quedan en la casa ¿de dónde vinieron?

Al fin Lantin comprende que su linda y dulce mujercita se había ganado las joyas en sus noches libres. Repuesto del primer choque, Lantin vive rico y contento vend.iendo las joyas de los amantes de su mujer. Se casa otra vez. Su segunda mujer, ctue le sale muy honrada, tiene un carácter tan difícil que lo hace sufrir.

"Les bijoux" se desenvuelve lineahnente, como la no­ticia periodística, pero ya no es un simple chiste. Ahora tiene una estructura de contrastes entre lo que parece y lo que es: , 1) Lo que parece falso es verdadero. Las joyas de

Madame Lantin parecen falsas pero son verdaderas. 2) Lo que parece verdadero es falso. Madame Lantin

parece fiel pero es infiel. Monsieur parece una persona honorable pero aprovecha su deshonra para enrique-cerse.

3) Ironía de estos contrastes.- Madame Lantin es falsa pero tiene joyas auténticas. Monsieur Lantin es autén­tico cuando cree poseer joyas falsas y pierde su autenti­cidad • cuando las joyas resultan ser buenas. El desplaza­miento del valor de las joyas (de falsas a verdaderas) afecta la psicología de sus propietarios pero en el cuento no hay intenciones morales por cuanto la infidelidad de Madame Lantin trae la felicidad de Monsieur Lantin y en cambio, la segunda esposa de éste, a pesar de serIe fiel, lo hace infeliz.

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BAAL, XLVII, 1982 PERIPECIAS DE UNA TRAMA 11

"Les bijoux" tiene, en la edición que manejo, 251 ren­glones. ~n el renglón 115 Lantin, que cree que la joya es falsa, oye al joyero que se la tasa en 25.000 francos y en el renglón 162 duda de la fidelidad de su mujer. O sea, que la sorpresa salta a mitad del' cuento. Los 89 renglones que siguen narran la reacción. de Lantin ante

, el desengaño y también su nueva conducta: vivirá de las joyas y se casará. El último renglón no es un desenlace sino un comentario irónico: "Sa seconde femme était tres honnete, mais d'un caractere difficile. Elle le fit beau­coup souffrir". Después de la promisoria apertura de "Les bijoux" y sobre todo después de la sensacional valoriza-

-ción de las joyas uno hubiere esperado de Maupassant un remate que ahondara en ·la psicología de Lantin, pero desgraciadamente perdió la oportunidad de hacerlo. Se distrajo y terminó con un anti-climax. Acaso consciente de esa falla de ejecución Maupassant retomó el tema del cambio del valor asignado a una joya y al año siguiente escribió "La parure". (Se publicó en Le Gaulois, 17-2-1884, y fue recogido en 1885 en Contes du iour et de la nuit). Las circunstancias, ,hechos, "rasgos psicológicos son menos probables, menos convincentes que los de "Les bijoux" pero su tecniquería encantó a toda una escuela de narra­dores. Resumo "La parure" (traducciones aproximadas

, "El 11" "El d ""El ' ") senan co ar , a orno, • atavlO :

Matilde Loisel, esposa de un humilde empleado público, anhela lujos· que su belleza merece pero su pobreza no consiente. Cuando en una ocasión única los invitan a una fiesta en la residencia mini.sterial, se siente más desdichada que nunca: ¿cómo ir, si no tiene qué ponerse? Con gran sacrificio el señor Loisel le compra un vestido. Ahora la señora de Loisel necesita enjoyarse. Visita a una amiga de infancia, Madame Forestier, que es rica, y le pide prestada una joya. "Elige la que' quieras", dice la amiga, y le abre un cofre. La señora de Loisel elige un estuche con un precioso collar de diamantes y en el baile deslumbra a los caballeros con su belleza, su vestido y su joya. Cuando regresan a la madrugada y ella, en toda su gloria, va a darse

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12 E. ANDERION IMBERT BAAL, XLVII, 1982

una última mirada en el espejo, repara en que ha perdido el collar. Todos los intentos para encontrarlo lOIl inútiles. No hay más remedio que endeudarse para comprar otro igual. Les cuesta una fortuna. La amiga recibe el estuche y lo guarda sin mirarlo. Desde entonces los Loisel viven cui eu la miseria y trabajan 'como esclavos para poder pagar la exorbitante deuda. Al cabo de diez años consiguen ponerse al dia, pero ella ha quedado estropeada, envejecida, fea. Un día se encuentra en la calle con su antigua amiga, quieu apenas la reconoce, tan cambiada está. La señora de 'Loiael cuenta a su amiga cómo toda su vida ha sido arruinada poi'

la pérdida del maldito collar. Forestier, que nunca babia advertido la sustitución de una joya por otra, exclama:

-¡Qué dicesl ¿Compraste un collar de dtamantes para reemplazar el mio?

-Sí. Idéntico al tuyo. -¡Oh, mi pobre Matilde! Los diamantes de mi collar

eran falsos ...

"La parure", como "Les bijoux", gira sobre el eje del contraste entre lo que parece y lo que es, entre 10 falso y lo verdadero. Sin embargo, su' estfUctura es más com­plicada. En "Les bijoux" la acción está abierta al futuro pues Monsieur Lantin ha de beneficiarse del adulterio de su esposa vendiendo las joyas legítimas. En "La pa­rure" la acción está cerrada en el pasado y el daño que ha sufrido Mathilde es irreparable. En "Les bijoux" había un solo juego de joyas de buena ley que parecían de mala ley. En "La parure", por el contrario, hay dos: un collar ilegítimo (A) y un"collar legítimo (B). Desde el punto de vista de Mathilde Loisel el collar (A) que su amiga le presta y que se le ha de perder le parece verdadero pero es falso. Desde el punto de vista de la ainiga- Forestier el collar ( B) que Mathilde ha comprádo y le restituye le parece que es el falso que prestó pero es un collar nuevo, verdadero. En "Les bijoux" es evi­dente el deseo de hacemos reir. En "La parure" recono­cemos todavía el elemento cómico de la noticia periodís­tica que probablemente inspiró a Maupassant pero, por mucho que retenga la sombra de un chiste, no es un

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chiste. A pesar de que los equívocos parecen de comedia el efecto de la frase final es más bien trágico. Es trágil porque Maupassant ha ahondado en las circunstancias en la caracterización de los personajes. Entrecruzamien de clases ricas y clases pobres; la mala suerte de Mathilde, que nace bella, graciosa, elegante pero, por no contar con dote, tiene que casarse con un 'empleadillo del Minis­terio y no puede salir de pobre. Su frivolidad nos re­cuerda a la Madame Bovary de Flaubert. Es bella pero eso no basta. Los hombres de la alta sociedad requieren que una mujer también parezca bella. Otra vez, la dife­rencia entre ser 'y parecer, válida para Mathilde y para

..-el collar. La fiesta no es -como sería en un chiste- una tramoya para justificar el préstamo del collar, sino que cumple la función de mostrar un serio contraste en Ma­thilde: su oscura vida de pobretona y sus dorados sueños de lujo. El.hecho de que la fascinante Mathilde sea pobre yen el baile pretenda ser rica, en otras palabras, el hecho de que sea de una condición social y aparezca ser de otra, significa que ella es tan falsa como el collar que lleva (si bien no sabe que ese collar es falso). La identi­ficación "Mathilde" -"Collar" hace que el desplazamiento del valor que se da en el collar también se dé en Ma­thilde: de joven, bella y fascinante se transformará en vieja, fea y resentida. En el reverso de la medalla está su amiga Forestier, rica, generosa, compasiva, invulnerable, despreocupada por el valor de las joyas que guarda en su cofre, libre de los chasco~ que suele producir el con­flicto entre lo que es y lo que parece.

"La parm::e", por el ocultamiento del equívoco y la ex­plosiva revelación de la última frase, se convirtió en mo­delo clá~ico de cuento con truco. Dentro de la ingente obra narrativa de Maupassant la proporción de cuentos con finales sorprendentes es relativamente pequeña (com­páresela con la muy grande en la obra de su discípulo O. Henry) pero lo cierto es que el cerrojazo que dio a "La parure" ha sido tan imitado y parodiado que algunos

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14 E. ANDEBSON IMBERT BAAL, XLVII, 1982

lectores desprevenidos suponen que es típico. Henry James se inspiró en "La parure" para escribir su cuento "Paste". En el prefacio a The author of Beltraffio James dice que el origen de "Paste" consistió en transponer los términos de "La parure": "Me pareció que darle vuelta a esa situación sería un entretenimiento inofensiv.o. En otras palabras, desplazar la causa del terrible error haciendo de éste el asunto, no de un falso tesoro que se supone verdadero y precioso, sino el de un tesoro real que se supone falso y vac·ío. Aunque, por supuesto, tuviera que encontrar, además, un nuevo 'dramita', un ,nuevo esce­nario para mis perlas, muy diferente del escenario de Maupassant". James no menciona "Les bijoux". Es difícil que no lo hubiera leído. ¿Lo habría olvidado? Como quie­ra que sea, lo cierto es que así como Maupassant, invir­tiendo "Les bijoux", había logrado "La parqre", James, invirtiendo 'La parure" vuelve a la situaciériÍ inicial de "Les bijoux". Su transposición fue una re-transposición, y para que el juego fuera más visible dio a uno de sus personajes el nombre de Maupassant: "Guy". Resumo "Paste" (podríamos traducir el título como "Perlas imi­tadas" o "artificiales").

Poco después de la muerte del vicario y de su eIIP05a se reúnen en la vicaría el hijastro de ésta" Arthur Prime, y la sobrina de aquél, Charlotte Prime. El egoísta Arthur le dice a su inocente prima Charlotte que ha encontrado, olvidada o escondida en el estante 'ae un armario abandonado, una caja llena de chucherías. Charlotte las Ínira. Son, en efecto, vidrios sin valor, de esos que se usan en el teatro pata ,imitar joyas de la aristocracia. Porque la esposa de su tío ha sido una oscura actriz. Arthur le regala a Charlotte esas

·baratijas: un brazalete, un cinturon, una cadena, una diade­ma, un collar ... El collar llama la atención de Charlotte: ¿no será de perlas genuinas? Arthur rechaza ofendido esa idea: la esposa de su padre, aunqu,eactriz, lta sido mujer pobre pero honrada, y es inconcebible que Be comprase una joya preciosa, mucho menos que la aceptara de manos 'de un seductor. Charlotte se lleva las imitaciones y sólo las recuerda cuando, en los ensayos teatrales de la escuela de

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BAAL, XLVII, 1982 PERIPECIAS DE UNA ~MA 15

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donde es institutriz, la señora Guy necesita adornos para sus "cuadros vivos" con tema medieval. Al ver el collar, la señora Guy declara que esas perlas son puras. Charlotte le cuenta cómo han venido a parar a sus manos. Aun le da las señas de su primo Arthur. Con escrúpulos de conciencia Charlotte visita a Arthur y le dice que hay la posibilidad de que el collar de perlas no sea una vulgar imitación. Arthur vuelve a enojarse ante la implicaoión de que su ma­drastra ha sido una de esas actrices que con sus encantos consiguen valiosos obsequios, y guarda el collar: lo hará examinar por joyeros de Bond Street. Tiempo después le dice a Charlotte que destruyó el collar porque, según los joyeros, era falso. Pero un día Charlotte encuentra a la señora Guy, más atrayente que siempre porque luce el fa­moso collar: que lo ha comprado a unos joyeros de Bond Street, explica. El desenlace es ambiguo: ¿Arthur" vendió el collar a los joyeros o fue visitado por la señora Guy y pagó los encantos de ésta con el collar?

"Paste" de James se parece a "Les bijoux" de Mau­passant no sólo en la situción -joyas que, al probarse verdaderas, arrojan sombras sobre la pureza de una mu­jer- sino también porque el descubrimiento de ese cambio de valor no ocUrre en forma de desenlace, como en "La parure", sino a mitad de camino en la marcha del relato. Supera "Les bijoux" porque hizo lo que Maupassant no acertó a hacer: después del descubrimiento no decayó en un anti-clímax sino que construyó una serie ascendente de hechos y observaciones.

William Somerset Maugham, que en The Summing U p, 1939, comparó la obra de Maupassant con la de James, debió de inspirarse en los tres cuentos que acabo de examinar para sorprender al lector con un nuevo desen­lace de la misma situación: se trata de "Mr. Know-All" (Cósmopolitans, 1936). En este cuento la contraposición entre "parecer" y "ser" que vimos antes recurre con un nuevo esquema: las joyas que parecen falsas son verda­deras, la mujer que parece veraz es falsa Y' el hombre que parece vulgar es caballeresco. Resumo "El señor Sábelotodo" :

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16 E. ANDEIUION IMBERT BAAL, XLVII, 1982

Uno de los pasajeros del buque que navega de San Fran­cisco a Yokohama es Max Kelada: inglés bajo, rechoncho, ordinario. Para peor, habla por los codos y sobre cualquier cosa. Es jovial mientras no le contradigan, porque entonces cambia de tono y por insignificante que sea el tema él no afloja hasta derrotar al adversario. Insiste en saberlo todo y por eso la gente lo apoda "el señor Sábelotodo". Una noche se sienta a la mesa de mister Ramsay, tan pesado y dogmático como él. Por la naturaleza de su empleo --em­pleado modesto en el servicio diplomático norteamericanG-, Ramsay había tenido que dejar sola a su mujer en Nueva York, y ahora la acaba de recoger y se la lleva a Japón. La señora de Ramsay es bonita, suave, discreta. Viste con sen­cillez: su único adorno,. ,un collar de perlas. Sobre perlas, precisamente, se arma~ violenta discusión. Ramsay: que las perlas sintéticas fal/icadas por los japoneses son tan buenas como las naturales. Kelada: que nunca se las podrá confundir.

- i Soy un experto en perlas -grita Kelada- y nadie me haría pasar las artificiales por legítimas! Por ejempló, esas perlas que usted lleva, señora, son legítimas. .

La señora se sonroja y el marido, presintiendo que por fin va a ganarle una discusión al odioso Sábelotodo, lo quiere hacer caer en una trampa:

-Yo no le compré ese collar a mi mujer pero es lindo ¿no? Pues bien: ¿cuánto cree que ha costado?

-En una joyería de Nueva York, unos treinta mil dó­lares ...

-¿Ve? Se equivocó. Mi señora me dijo que lo compró en una tienda por dieciocho dólares.

-Imposible. Ese collar es legítimo. -Oiga: ¿usted cree que nosotros, con el sueldo que nos

pagan, vamos a estar eó' cOndiciones de gastar treinta mil dólares en eso? Le apuesto cien a que es una simple imi­tación.

Kelada acepta, examina el collar con una lupa, se sonríe y ya va a dar su veredicto cuando ve que la señora de Ramsay se ha puesto pálida, a punto de desmayarse, y lo está mirando con ojos suplicantes. Kelada se reconcentra, vence su temperamento, baja la voz y dice:

-Yo estaba equivocado. Es una buena imitación pero creo que no vale más de dieciocho dólares.

Paga la apuesta. La señora se retira con jaqueca. El ma­rido, confiado y satisfecho, se permite todavía burlarse de la ignorancia del sábelotodo.

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BAAL, XLVII, 1982 PERIPECIAS DE UNA TRAMA. 17

Cuando babía razones para creer que después de' estos cuatro cuentos el tema estaba agotado, tres escritores argentinos decidieron reactivarlo.

Manuel Peyrou, en "El collar" (La noche repetida, 1953), intenta una variante al problema policial del cri­men cometido en un cuarto cerrado. Como en Mau­passant, bay una sustitución de collares: el que parecía verdadero es falso. Resumo el cuento:

La señora de Núñez llama a la policía para que cuide el valioso collar de perlas que esa noche regalará a su nieta, con motivo de su casamiento.' El collar está sobre una mesa, al lado de dos grandes floreros sin flores, en una' sala de

- regalos: la policía vigila las puertas y ventanas de la habita­ción, herméticamente cerrada. Cuando llega la hora de ~os­trar los regalos y se abre la puerta para que pasen los invitados el collar ha desaparecido. El escritor Durand, que hace de detective, explica el misterio. Años atrás la señora de Núñez se había visto en la necesidad de ";,ender el collar pero se quedó con una réplica de perlas falsas, que es la que puso sobre la mesa. Entró en el cuarto cerrado -la policía la 'dejó entrar porque era la dueña de casa- y arrojó el collar de materia plástica en uno de los floreros, lleno de un disolvente.

Marco Denevi, en "El collar de perlas" (Los locos y los cuerdos, 1975), entrelaza su cuento con el de Mau­passant para, al final, darle un nuevo giro. Es el primero que, usando el texto de Maupassant, se divierte y nos divkrte con un ejercicio de ese procedimiento que algu­nos críticos llaman "intertextualidad". No es que "La parure" de Maupassant sea la fuente de "El collar de perlas" de Denevi en el sentido en que "Les bijoux" de Maupassant es la fuente de "Paste" de James. En el cuento de James ninguna señal nos indica que debemos leer o releer a Maupassant. La referencia de James a Maupassant se hace fuera del cuento, en un ensayo inde­pendiente que el lector puede ignorar sin que el igno­rarlo disminuya su total disfrute de la lectura del cuento. En cuanto a "Mr. Know-All" de Maugham y "El collar"

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18 E. ANDERSON IMBERT BAAL, XLVII, 1982

de Peyrou no hay pruebas de que deriven de la fuente de Maupassant. El estudio de las fuentes de una obra es exterior: establece una relación entre una causa y un efecto, con la peculiarid,ad de que 10 único interesante, desde el punto de vista estético, es el efecto, es decir, 10 que un escritor hace con el estímulo que recibe de otro. Pero en "El collar de perlas" de Denevi la intención es mostrar precisamente, la relación de la causa con el efecto. Denevi quiere que el lector sepa de dónde procede su cuento. El lector debe asociar dos textos, un texto an~e­rior y un texto posterior porque de esa inter-textualidad surge la gracia del ingenioso ejercicio literario de Denevi. Tanto es así que Denevi comienza su cuento así:

Maupassant tiene un cuento que se titula "El collar de perlas", pequeña obra maestra que muchos habrán leido o que conocerán a través del cine. Pues bien, yo sé una historia que una vez más le da la razón a Osear Wilde: la realidad plagia al arte. Porque -esa historia, totalmente verí­dica, parece copiada (con ligeros retoques) de la narración de Maupassant. Me la refirió una de las personas que la protagonizaron (aunque, ya se verá por qué, pretenda reba­jarse a mero testigo) y de cuya palabra no dudo. He aquí su relato, del que sólo he alterado los nombres propios.

El protagonista que pretende rebajarse a mero testigo es Finita, una mujer joven. Resumo su relato:

Finita cuenta que una noche aparece en casa de Fernando una joven hermosa, de origen humilde: es Gladys, amante de Fernando. Se preparan para ir al teatro Colón. Gladys

'\ se ha conseguido un vestido adecuado pero le falta una • alhaja. Fernando le presta "el famoso collar de perlas;' que

habia pertenecido a su madre. Gladys va al teatro y al regresar a su casa advierte que ha perdido el collar. Acom­pañada por su padre y por Finita entra en una joyería para comprar un collar igualito al perdido. El joyero le muestra un collar gemelo: cuesta mucha plata. El padre de Gladys le dice a Gladys que tendrá que trabajar duro -si es nece­sario, trabajará como sirvienta- para comprar ese collar y con él reponer el perdido. Gladys desaparece de la vida de

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BAAL, XLVII, 1982. PERIPECIAS DE UNA TRA~A 19

-

Fernando. Un día Fernando pide dinero· prestado a Finita. ~sta le dice:

-¿Por qué no empeñás o vendés el collar? -Porque no vale nada. El collar de perlas legítimo, que

era de mamá, lo vendí hace tiempo. Es decir, que el collar que le prestó a Gladys era una

imitación. Entonces Finita- le cuenta a Feq¡ando el sacrificio de Gladys para reponer con una joya legítima una joya falsa. Fernando busca el estuche que le había devuelto

. Gladys y dice: --El día en que me lo devolvió guardé el estuche sin

abrirlo. Desde entonces nunca lo abrí. No me di cuenta del cambio de collar. Pobrecita. Pobrecita Gladys.

Fernando no puede devolverle a Gladys el collar bueno que ella, con sacrificios,compró, porque no sabe dónde vive. . Y como está Qécesitado de dinero vende el collar bueno. El relato de Finita termina así:

-y ahora dígame si esto no parece una novela.

El narrador Denevi vuelve a tomar la palabra: "Parece más bien un descarado plagio del cuento de Maupassant, que _ Finita, evidentemente, no había leído. Pero a la historia le falta un colofón a mi cargo, que el cuento de Maupassant no admite y que justifica que yo la haya transformado en el texto que se acaba de leer". Ahora el mismo Denevi sugiere que Finita, que había .sido "amante de Fernando con anterioridad a Gladys y volvió a serlo después que Gladys desapareció", sabía que el cQBar que perdió Gladys era falso·· pero se calló la boca y con su silencio permitió que Gladys se arruinara comprando un collar genuino. Con esta perfidia la sacó dE' el medio y ella, Finita, pudo volver a ser amante de Fernando. Denevi practica la inter-textualidad pero observemos que la relación entre los dos textos, el de Maupassant y el de Finita. está en la cabeza de Denevi, no en la de Finita puesto que se nos asegura que ésta no había leído "La parure". Consciente de la inter-textualidad será la prota­gonista del cuento caD el que voy a cerrar este artÍCulo.

El tercer cuento argentino que reelabora el tema de Maupassant es mi "Mamá reencuentra a Granmamá" (La

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20 E. ANDBRSON IMBERT BAAL, XLVII, 1982

Nación, Buenos Aires, 23-8-1981). La adolescente Jeanette, que nació en un hogar modesto, descubre que su abuela desciende de una aristocrática familia francesa. La abuela, al morir, le ,deja un collar que ha de sacarla de la pobreza. Jeanette averigua que el collar eS" falso pero guarda el secreto para no afligir a su mamá. Piensa en que está viviendo una situación semejante a la de un cuento de Maupassant -cambio de valor de un cóllar­pero es una situación ambigua: no se sabe si la madre de veras cree en la legitimidad de la joya. Jeanette refle­xiona irónicamente: la remanida situación iniciada por Maupassant merecería un nuevo tratamiento cuentÍstico si el cuento terminara con la sorpresa de un caso de "conciencias espejadas". Tal sería si en las conciencias de Jeanette y de su madre, enfrentadas como espejos, la imagen de un engaño se reflejara sin término: Jeanette oculta a su madre que elcollar es falso y la madre oculta a Jeanette que sabe que ella se lo está ocultando.

Todos los cuentos aquí examinados podrían reducirse a la fórmula: "personajes se equivocan sobre el valor de un ,objeto". En otros cuentos varía el objeto -en vez de un collar es un violín Stradivarius, un cuadro de Murillo, una espada mágica, un tesoro escondido, un libro intra­ducible, etc.- pero la función del equívoco permanece invariable.

l:NmQUE ANDEBSON IMBERT -

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PRíNCIPE DE ESQUILACHE, POETA CLÁSICO

- Y VIRREY DEL PERÚ

Valiosa contribución a la poesía castellana es la de . D. Francisco de Borja y Aragón. Poesía de honda pureza y arraigada en motivos populares, destacándose la fácil construcción de sus poemas, la claridad y la altura de sus pensamientos, la frescura, la fluidez y siempre la delicadeza. Así también su poesía es elegante, gallarda y rica en imágenes y sugerencias.

-Fue virtud en el Príncipe de Esquilache mantenerse libre . de la escuela gongorina, tan seductora para los poetas de su época. Por esto su poesía es pulcra, clara y sin afectación. Y a pesar de los siglos que transcurren, como es la suya poesía pura, guarda para los espíritus de todos los tiempos la misma gracia cautivadora de entonces.

Lo que digo, afírmanlo estos bellísimos versos de uno de sus romances:

Mejor es ser sin huir Destas flores, y arenillas Para vivir, fuentecillas, Que ríos para morir. Fuentecillas que reís

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22 ELÍAS CARPENA

y con la arena jugáis, ¿Dónde vais? Pues de las flores huís, y los peñasco~ buscáis. Si reposáis,- ' . Donde risueñas dormís,

BAAL, XLVII, 1982

¿Por qué corréis y os cansáis?

Letrilla exquisita, fina y donosa, es aquella que por su ritmo, por su elegancia y por la música que parece ema­nar de sus palabras nos gana el oído para cautivamos totalmente el espíritu:

Truécanse los tiempos. Múdanse las horas.

y esta. otra letrilla, que también es música y es tristeza:

De las playas madre' Donde rompen el mar, Parten las galeras, Con mi bien se van. Cuando más la llamo, Ellas' huyen más, Si ·las lleva el viento ¿Quién las detendrá?

Un romance de verdadero· sabor popular, donde una mujer liviana y mudable juega con dos corazones, es el siguiente: .

Cuando repica el pandero La novia de Pero Gil, Para todas es el son Las mudanzas para sÍ. Confuso la mira Antón Porque ayer le oyó decir: -Quien se muda Dios le ayuda;

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BAAL. XLVII, 1982 PRÍNCIPE DE ESQUILACHE 23

y teme del baile al fin. Ella mide de una vuelta, Sin oír el tamboril, Lo que hay de Antón a Pascual y de olvidar a fingir.

y ésta, no menos triste, letrilla del amante celoso que pena por la mujer casada.

Oíd esta copla:

Casada enemiga Que en ajenos brazos Logras tus amores, Doblas mis agravios. Goce tu velado El bien que tiene, y a tus puertas mis ojos Llorando velen.

y este fino Romance, lleno de intención y gracia, es de los que logran, por su belleza, perenne ubicación en el recuerdo:

Aunque a la fuente llevaron Menga y Gila ojos serenos Los cántaros vuelven llenos, Más fué de lo que lloraron. Su llanto ha sido testigo Del engaño diligente, De buscar agua en la fuente, Cuando la llevan consigo. Es verdad que la buscaron Mas no hallando el agua menos Los cántaros vuelven llenos Mas fué de lo que lloraron. Aunque nadie el llanto aguarde De luz tan clara y temprana,

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24 E~ ~PENA

Ha sido sol de mañana Que para en agua a la tarde. y si los ojos mostrar.on De verse fuentes ajenos Los cántaros vúelven llenos Mas fué de lo que lloraron.

BAAL, XLVII, 1982

Fluye una suave tristeza desoladora del siguiente ro­mance, que trata de la bella aldeana que de los campos de Castilla fue a conquistar la Corte. Una es la ilusión que lleva y otro el dolor que le aguarda:'

Qué poco se disimulan Qué mal se encubren y entienden I El placer que se imaginan I I Y el dolor que se padece! Algo ha dejado en Pisuerga, Que su beldad entristece; Qué mal se encubre el amor Qué poco los ojos mienten. Ayer la vió Manzanares Al pie de un álamo verde, Para tanto aplauso triste Para tanto amor alegre.

La gracia picaresca y el fino humorismo del Príncipe de Esquilache logran esencial asunto en bellos epitafios y epigramas sacados de cuanto observa y ve a su alre­dedor, es decir de la vida reaL

- EPITAFIO

Yace en esta casa yerma, Difunta y sola doña Ana; Fuéuna mujer cortesana Que dejó a la Corte enferma.

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BAAL. XLVII. 1982 PRfNCIPE DE ESQUlLACHE 25

EPIGRAMA

(A una vieja que traía mucho color)

Mal, Lucinda de Granada, Esa color te aconseja Si está la tierra bermeja Tan junto a Sierra Nevada: y le estuviera mejor, Que por honor de su. vida, Fuera el color de corrida,

-- Que corrido de color.

Tiene, el Príncipe de Esquilache, romances que son verdaderas co~idencias líricas. Allí es preciso buscar al poeta, en sus soledades. Allí descubre su pensamiento íntimo. Allí está su filosofía, sus desengaños del mundo, su· desencanto de lo ampuloso y vano de la Corte y de la ciudad bullanguera. Quien tenga la dicha de andar de la mano del Príncipe, por sus soledades, gustará de su lirismo Verdadero tesoro acrisolado en su alma:

En estas paredes tristes Donde yo me escucho solo, Aunque son las penas mías Para que las escuchen otros.

Enseñáranme los años, Que es siempre el mejor acuerdo, Con las dichas y las quejas Vivir de puertas adentro.

Por divertir mis tristezas Todo el año voy y vengo, Ninguna dejo en el campo, Con todas a casa vuelvo.

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26 ELiAs CARPENA BAAL, XLVII, 1982

Ausentaránse los días, Que alegres pasan huyendo; Ya con las desdichas vivo Con las tristeza,$ me alegro, Si en la dicha fueron breves, Si largas en el tormento; ¿Quién llama iguales las horas? ¿Quién padre común al tiempo? Vivo en estas soledades, Donde otros piensan que muero, Que no son las rnlsmas horas Las del reloj de los necios.

Pequeña contribución la mía, hacia este clásico. Esto que escribo sobre el poeta no es cuanto merece, sino mucho, pero muchísimo menos, para abarcar tan inmenso radio intelectual su vida y su obra. Tuve la intención, más que todo, de hacer conocer algunos trozos de sus poesías. Lo hice sólo con las menos discutidas que son las poesías de arte menor y que son, sin duda alguna, las mejores del Príncipe de Esquilache y con las cuales, según Menéndez y Pelayo, rivalizó en gracia y frescura con Lope de Vega.

Tiene sin embargo, el Príncipe poesías en "Canciones", "Cartas", "Sonetos" y "Madrigales", de indiscutible rique­za. Verdaderos joyas. Es necesario extraer, de ese inex­plotado venero, lo más selecto, y tendremos así una hermosa y valiosísima antologíá poética con versos ajenos al arte menor, que es donde preténdesele negar méri­tos al Príncipe de Esquilache. Y no cabe duda de que sería "digna de parangonarla con la de los mejores clásicos españoles. Menéndez y Pelayo, que halla exageración en que se le llamara "Príncipe de la poesía" en su época, no pudo dejar de expresar: "Pero de esto, al injustificado olvido en que desde fines del siglo XVIII yacen sus obras, hay mucha distancia. Y entre los líricos del siglo XVII pocos son los que merecen más que él una rehabi-

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BAAL,' XLVII, 1982 PRÍNCIPE DE ESQUILACHE 27

litación cumplida, que algún día ha de serIe otorgada". No se tienen exactas noticias de su nacimiento. Madrid

y Valencia le quieren de hijo a D. Francisco de Borja y Aragón. Se hizo cargo del Virreinato del Perú en el año 1614. Se sabe que vivió hasta cerca de los ochenta años y que murió el 26 de octubre de 1658.

Raro es que don Francisco de Borja y Aragón, Príncipe de Esquilache, exquisito poeta clásico, autor de poesías con motivos e imágenes directamente tomados de la reali­dad, no haya, en su tránsito por América y su estada en el Perú, donde fue virrey, descripto algo de lo que vio

.J transcurrió a su alrededor durante los seis años de su' virreinato.

Raro es, también, que el Príncipe de Esquilache no haya manifestado las añoranzas por el bien que en Madrid dejaba. La familia, los amigos, la Corte y muy especial­mente la vida literaria. Esa vida literaria que tanto le atraía y en la que tantas satisfacciones lograba.

El rico venero de sugerencias poéticas que pudo haberle dado el interminable, escabroso y pintoresco viaje a las Indias, no se manifiesta en su musa. Tampoco se mani­fiesta el ambiente exótico en que vivió. Nuevos seres, nuevos paisajes, distinto clima y distinta vida. Pero todo, todo pleno de belleza y de poesía raras y salvajes.

Mejor partido sacaron de América, para su acervo pQético, aquellos que se aclimataron al medio nuevo en que vivían, como lo hicieron Ercilla, Miranda, Barco Centenera.

Quizás don Francisco de Borja y Aragón haya tomado sólo un motivo de la América para cantarle y sería el poema titulado "A unas ruinas", donde dice:

Si fuistes edificio Huésped del Sol que os animó propicio.

Bien pudieron ser estas ruinas las de un palacio incaico. No acusan definición exacta y, por tanto, al Príncipe de

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28 ELfAs CARPENA BAAL, XLVII, 1982

Esquilache no debe haberle seducido ningún asunto como digno de su "hierro".

Virrey bienquisto, goza en el Perú de sus altas virtudes de caballero y gobernante. Allí se entrega entero, y sin escatimar sacrificios, al adelanto espiritual y material del virreinato. Y si el poeta no se hizo presente en su musa sino con su noble corazón de poeta, le dio a ese pueblo los mejores afectos personales que poseía .. Supo ásí, el Perú, gracias a este virrey probo, austero y ejemplar cris­tiano, de caridad, de concordia, de administración y de adelanto. Todo esto se sabe por un extenso memorial: por su "Relación", que entregó a las autoridades máximas de su virreinato, al regresar a España.

Por esta "Relación" tenemos noticia de que el Príncipe de Esquilache era un excelente prosista. Pues allí da detalles de toda su obra como virrey del Perú, no siendo esto otra cosa que un trabajo rico y pulcro, que lo sitúa entre los buenos prosistas de la . época.

Sus virtudes personales no se vieron cercadas ni estre­chadas por límites de ninguna naturaleza. Tanta fue su caballerosidad y su hidalguía, que le granjearon el cariño, la admiración y la alta estima de los espíritus más selectos de su época. Influyó en esto también, sin duda alguna, la eminente posición social en que se desenvolvió su vida. La Corte ... sus riquezas ... y toda su ilustrísima ge-nealogía. e

En su tiempo llamósele "Príncipe de IGS poetas". Y Lope de Vega en el Laurel de Apolo, enaltece sus virtudes poéticas:

Si pena Prometeo en alto risco, Porque intrépido hurtó del Sol la llama ¿Qué debe quién a Homero nombre y fama? Oh, claro don Francisco, Príncipe de Esquilache y del Parnaso, De España nuevo Tasso,

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BAAL, XLVII, 1982 PRÍNCIPE DE ESQUILACHE 29

Ilustrísimo Borja Para quien ya laureles de oro forja.

Prueba la pasión por su persona y por su obra poética lo que declara el predicador Agustín de Castro en la "Censura" que hace de sus poesías editadas en Bruselas. en octubre del año 1653. Entre otras cosas gratas al autor del libro, dice: "Yen esta uña se descubrirá el león; pues será bastante brújula estos versos para reconocer un principe sabio, un cortesano piadoso, un poderoso desengañado. La parte de censura de ninguna aproba­ción necesita, pues ha de ser conforme a la Fe, la doc-

trina, de quien con la suya fue admiración de las univer­sidades y con su piedad, ejemplar a los aplausos y las Cortes".

Yen la "Aprobación", el predicador Alonso de Heredia; "salen, pues, a la luz no enmendadas, sino añadidas; por­que ni su autor halló en que enmendar ni fué poco que él mismo encontrare qué añadir; y así saldrán ventajosas por más crecidas, no por más pedeccionadas".

Exacto es lo que se refiere el Predicador en su "Apro­bación". De la edición segunda hecha en Madrid, en el año 1648, a la tercera y última, editada en Bruselas en el año 1653, existen una considerable diferencia, en bene­ficio de la última, por haberle sido añadida enorme porción de nuevas poesías y ser éstas de las últimas de su autor, cuando mayor dominio ejercía en su arte.

ELÍAs CARPENA

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- LA CONQUISTA DEL DESIERTO Y "EL GRAN CHACO" DE

LUIS JORGE FONTANA

Después de un siglo de publicado el libro de Fontana todavía no ha sido individualizado convenientemente en­tre la abundante y compleja bibliografía que da testi­monio de la conquista del Desierto, esa gran empresa nacional que culminó en las décadas últimas del siglo XIX. Tal falla podría ser explicada por el escaso cono­cimiento, inclusive entre los especialistas, de la empresa chaqueña, P9spuesta frente al interés despertado por la conquista de la Patagonia, pero hay moti-vos generales que explican de manera más concreta ese descuido histo­riográfico: motivos que surgen de los planteas con que han sido clasificados los testimonios sobre la empresa fundamental para el afianzamiento de la soberanía nacio­nal. Gracias a esas campañas se renovó en la Argentina una especie literaria muy antigua en el idioma, como que viene del siglo XVI, cuando fueron escritos los testi­monios más apreciables sobre los descubrimientos y la primera colonización en el Nuevo Mundo. Manifestacio­nes de una actividad que comprometió en primer término a los protagonistas de los hechos, muchos de los cuales debieron improvisarse escritores para dejar noticia de

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32 JUAN CAllLOS GHlANO BAAL, XLVII, 1982

sucesos que constantemente violentaban los límites entre la realidad y la fantasía. El interés se afirmó a propó­sito de la conquista de México, sin duda la empresa fundamental del avance español; en ella se sitúan en primer plano dos libros realmente admirables; la Verda­dera historia de la conquista de la Nueva España de Bernal Dínz del Castillo y las Cartas de Relaci6n de Hernán Cortés '. La visión de uno de los soldados de la empresa y la del jefe de la misma; estas diferencias, que son también culturales, crean un contrapunto muy vivaz en la primitiva versión de nuestra América. Aunque consciente de las capacidades notables de Cortés, Bernal Díaz insistirá en mostrar que tal jefe sólo pudo llevar a cabo sus conquistas por el valor de los soldados que 10 habían acompañado. Es tan notable la visión humaní­sima de su relato que el cronista llega a desechar las invocaciones de los milagros religiosos que, según algunos historiadores, hubieran servido- de auxiÍio en las batallas.

El sabroso relato de Díaz del Castillo introduce a la conciencia del hombre pueblo en las grandes empresas de la España imperial, asumiendo de tal manera una concepción realmente nacional, nueva en las perspectivas de las habituales crónicas europeas. En las mismas Cartas de Cortés, a pesar de su sentido personalísimo de los informes comunicados al monarca, no deja de asen­tarse, aunque con menos t!xaltaciones, el reconocimiento de las tropas, en la cual todos y cada uno supieron por­tarse a la altura de la empresa. De tales diferencias crece el interés por las p~rsonalidades distintas de loscronis­tas: actores que dan su versión de hechos, o vividos o recogidos de testigos fieles, mientras que los historiado­res, escribiendo lejos de los campos de la guerra, deberán

, Las curiosid~.ies de Bernal Díaz tienen mucho más lugar en su texto que las de Hernán Cortés en sus Cartas; el primero, por más ingenuo, supo ver lo que a Cortés solían desfigurarles sus lecturas clásicas.

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BAAL, XLVII, 1982 LA CONQUISTA DEL DESIERTO 33

interpretar los testimonios de los actores, cualquiera sea el nivel de los conquistadores que hayan podido con­sultar. Distingo fundamental que habrá de reiterarse en nuestro país con motivo de los libros dedicados a dar testimonio, o a narrar con más o menos fidelidad, la con­quista del Desierto 2.

Cualesquiera hayan sido las ambiciones latentes en los cronistas de Indias, resulta indudable que debieron facul­tarse de manera conveniente en vista a la busca de lecto­res interesados en sus temas, desde las más altas autori­dades de la Corona hasta quienes podían sentirse tentados

..por los riesgos y riquezas del Nuevo Mundo. Casi todos los cronistas debieron afrontar las limitaciones derivadas de una escasa práctica en las modalidades de la lengua escrita, ya que generalmente sólo la habían practicado en epístolas privadas; tal falencia los obligaba a aden­trarse en el panorama mental de su época, o al menos en algunos de sus libros claves sagrados como profanos 3.

No debe olvidarse que las novedades del Nuevo Mundo los llevaban a buscar puntos de comparación con lo que era regularmente conocido por los españoles cultos de su época. Así ocurría frente a las realidades que iban encon­trando: tierras inmensas, turbadoramente distintas en acci­dentes geográficos, en animales y plantas, en costumbres de toda índole; todo un material que obligó a un perma-

2 De ahí los problemas entre "cronistas" e "historiadores", tan alertas en Bernal Díaz. En la Argentina los historiadores se intere­saron muy tardíamente por la conquista del Desierto.

V.: Walther, Juan Carlos. La conquista del Desierto. Buenos Aires, Círculo Militar, 2 tomos, 1947 y 1948.

3 Esa relación con la cultura europea del Renacimiento habría de alimentar la formación de muchos mitos de la conquista espa­ñola; en cambio,· los narradores de la conquista del Desierto, hom­bres del siglo XIX, tomaban como puntos de referencia los tratados de las distintas especialidades vigentes en la segunda mitad de la centuria argentina. No pareciera que nuestros escritores hubiesen conocido a los cronistas de Indias, muy difundidos en la América española por los tomos pertinentes de la Biblioteca Rivadeneyra.

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34 JUAN CARIJOS GHIANO BAAL, XLVII, 1982

nente ejercicio traslativo, el cual, si a veces los llamaba a engaño, en otras permitió un acceso casi inmediato a las cosas más significativas que se las iba apreciando en las tierras americanas. Y no ha de olvidarse que las modalidades comparativas fueron también uno de los recursos en los testimonios de nuestra conquista del Desierto 4.

No en balde unos y ótros escritores realizar6n funda­mentalmente una tarea de carácter periodístico en el sen­tido más amplio del término, al informar a la opinión pública, en todos los niveles sociales, sobre'las empresas con las cuales se comprometía el Estado.' Tanto los cro­nistas de Indias como los conquistadores del Desierto han vivido en los 'dos siglos modernos de mayor expan­sión europea, el XVI y el XIX, con las diferencias cientí­ficas que van de una a otra centuria, la realmente inicial de la época moderna y la que se consideró contempo­ráneamente como la culminación de la misma. De las semejanzas entre un siglo y otro derivan las posibilidades de comparación entre los cronistas de Indias y los de la 'cortquistadel Desierto; al fin dos movimientos paralelos en cuanto a la' definición interna y exterior de los países que llegaban a una asunción plena de sus proyectos nacio­nales: la idea imperial de Carlos V, en el caso de España; la grandeza nacional propuesta por la generación del Ochenta, en la Argentina. '

Las posibilidades que se abrieron con la federalización de . Buenos Aires, salvando enconadas pugnas entre la ciudad puerto y las provincias, deben considerarse como el punto de arranque de la multiplicación de los avances sobre' amplias zonas casi desconocidas del país. La con­quista del Desierto es, en lo esencial, una típica empresa

4 Tal modalidad se destaca de manera particular de las observa­'ciones sobre los indios y sus costumbres; por lo general tales para­lelos responden a las oposiciones entre "civilización" y "barbarie", tan vigentes en la época, ya como herencia sarmientina, ya por nuevos estímulos ideológicos.

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del Ochenta, y las autoridades nacionales tuvieron que informar ampliamente a la Nación para que todos com­partiesen la necesaria confianza en las avanzadas civili­zadoras sobre territorios poco conocidos. Tal condición informativa alimentó las modalidades expositivas de quienes narrarían los hechos en los cuáles habían sido protagonistas, o al menos destacados colaboradores. 'Desde esas coincidencias informativas se abren las diferencias que corresponden a la perwnalidad de cada narrador. Son estas diferencias las que, desbaratan las habituales clasificaciones cronológicas, sólo atentas a las etapas de

-los avances sobre el Desierto, dispuestas por zonas geo­gráficas s.

Unos pocos ejemplos ayudan a comprender las dife­rencias entre los libros dedicados a la conquista del Desierto. En Una excursión a los indios ranqueles, el minucioso informe que Lucio de V. Mansilla dedicó a una salida dé escasa importancia estratégica, se impone la visión pintorescamente. egocéntrica del jefe, un escritor que ya había probado, en De Adén a Suez, su afán de imponerse como protagonista primero de sus páginas, con una modalidad estilística que habría de prolongarse a través de toda su producción literaria. Un "yo", más in­quieto que inquietante, va enhebrando las alternativas del viaje, las visiqnes de la naturaleza bravía y las inter­pretaciones de las costumbres ranquelinas, además de los relatos incluidos, en los cuales se destaca una sostenida exaltación de los personajes extraordinarios, de aquellos que, como el mismo Mansilla, no se acomodan a las me­didas comunes; todo lo visto y juzgado, al ig ual que las vidas que van apareciendo en la excursión, F L situadas en un círculo en cuyo centro se ha empinado t:1 ~lUtor; por ello, antes que un libro sobre la -cOliquista del De­sierto, Una excursión es un texto de propaganda de Mall-

s V.: el libro citado de \Valther, en nota 2.

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silla, hombre de su época en procura de un alto destino público 6. Eduardo Gutiérrez, el autor de Croquis y silue­tas militares, llevó también a sus relatos sobre la con­quista del Desierto una yisión literaturizada, la de quien había fijado sus intereses narrativos en los héroes popu­lare's que actuaban al margen de las normas jurídicas de la época; por ese adiestramiento de folletinero popular su versión de la conquista se detiene interesadamente en lo~ heroicos soldados que intervinieron en la gesta; en relación con tantos héroes casi anónimos, se elogia a los jefes .que fueron dignos conductores de tales soldados. De esta manera Gutiérrez coincide con la visión popular que había tenido en sus años Bernal Díaz del Castillo 7.

En los informes narrativos de Alvaro Barros, especial­mente en La guerra contra los indios, predominan· los intereses del político preocupado con inteligencia por los problemas económicos 8. En Conquista de la pampa Manuel Prado afirma de continuo la condición de un militar estudioso de las tácticas usadas en las campañas cpntra el indio, en las cuales se destaca el heroísmo de los jefes y de la tropa 9.

6 A pesa!;' de su egocentrismo, la vivacidad curiosísima del obser­vador le permitió a Mansilla aciertos notables en la descripción de los accidentes naturales.

V.: Siragusa, Alfredo. "El pai~aje geográfico a través del viaje de Mansilla" (en Logos. Revista de la Facultad de Fa08of{a ti Letras. Univ. de Buenos Aires, N9 15, Buenos Aires, 1979, págs. 371-374).

7 V.: Ghiano, Juan Carlos. "La conquista del desierto en una interpretación de Eduardo Gutiérrez" (en Revista de la Univer­sidad, 27. La Plata, 1981, págs. 129-137).

8 V.: Barros, Alvaro, Indios, fronteras ti seguridad interior. Estudio preliminar de Pedro Daniel Weinberg. Buenos Aires, Solar/

. Hachette, 1975. El estudio de Weinberg es realmente renovador en el planteo de la conquista del Desierto y sus cronistas.

9 V.: Prado, Manuel. Conquistas de las Pampas. Cuadros de la guerra de fronteras. Estudio preliminar de Germán Garda. Buenos Aires, Librería Hachette, 1960.

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Para entender de manera conveniente la originalidad de El Gran Chaco de Luis Jorge Fontana son necesarios algunos datos biográficos del autor 10. Nacido en Buenos Aires en 1846, Fontana tuvo ya de niño expériencia de la frontera, desde 1852 en Carmen de Patagones; en 1859 ingresó como cadete en la Comandancia de Río Negro; al año siguiente se trasladó a Buenos Aires en plan de estudiante, simultáneamente ingresó en la policía de la ciudad; en la guerra con el Paraguay formó parte de las fuerzas marítimas; obtenido su retiro en 1866, se instaló de nuevo en Buenos Aires. En esta etapa porteña cumplió su f~rmación intelectual de base, trabajando en el Museo -Nacional bajo la dirección del sabio alemán Germán Bur-meister. A mediados del 71 el prestigioso investigador sintetizó por escrito las cualidades del discípulo: "El joven argentino Luis Jorge Fontana fue. colocado bajo mi dirección por el Exmo. Gobierno de Buenos Aires para seguir la carrera de naturalista, donde permaneció tres años, desempeñando los dos últimos el delicado empleo de inspector interino y preparador de este Museo y habiendo observado en dicho tiempo una comportación honorable y ejemplar en el desempeño de sus deberes". Rubricando su opinión favorable, concluía Burmeister: «Lo considero suficientemente iniciado en el misterio de las ciencias naturales". Aunque después de sus años en el Museo Fontana intervino en otras campañas militares -a principios de 1870 se reincorporó al ejército y fue practicante mayor de cirugía en la expedición represiva del alzamiento de López Jordán; en 1871 militó en los avances contra los indios del río Negro; en el 74 guerreó contra los revolucionarios sublevados por Mitre, llegando entonces al grado de capitán-, es indudable que su formación de· naturalista fue el estímulo primordial de sus actividades de escritor, favorecidas por un muy atento

10 V.: Amaya, Lorenzo. Fontana el territoriano. Buenos Aires, El Ateneo, 1935.

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conocimiento del territorio del Chaco y una lectura sagaz de la antigua bibliografía sobre el tema. La coloniza­.ción del Chaco había sido postergada por los conquis­tadores españoles y también por las avanzadas del país independiente; para la segunda mitad del siglo XIX el Chaco seguía siendo una incógnita, un territorio de cuyas posibilidades económicas casi nada se sabía en los medios gubernamentales porteños. Cuando en 1875 fue designado jefe político del territorio Aurelío Díaz, quien llevó como secretario a Fontana, se iniciaría una etapa nueva para tales tierras del país, la más decisiva de su período colo­nizador. Al alejarse de la población de Formosa en 1874, cerrando su ciclo de actividades chaqueñas, Fontana escribió: "Dentro de un momento me despediré, tal vez para siempre, de este hermoso país de mi predileccióp, en donde cumpliendo las penosas y notables tareas' del soldado tuve que surcar sus ríos, atravesar sus bosques, recorrer sus llanos y regar su suelo con mi sangre. Me siento conmovido al abandonar la playa de este majes­tuoso río, cuyas aguas tantas veces han bañado mi cuerpo y apagado mi sed". Esta despedida define la adhesión de Fontana al territorio en donde vivió años fecundamente generosos. Ninguno de los protagonistas del sometimiento del Desierto argentino se consustanció como él con la tierra que iba civilizando, quizá porque aprendió pronto que la conquista era fundamentalmente una toma de conciencia de las tierras ganadas, la mejor forma de im­plantar en ella la civilización, comunicándolas con los grandes centros de la vida nacional. De esa conciencia s~ alimentó la e~presa que supero el misterio chaqueño, tan poco ilustrado hasta por los cronistas del siglo XVIII 11 •

Frente a la carencia de informaciones minuciosas sobre el Chaco, muchos argentinos, inclusive en las esferas

11 v.: Fontana, Luis Jorge. El Gran Chaco. Estudio preliminar de J!:rnt!sto J. A. Marder. Buenos Aires, Solar/Hachette, 1977. Del estlidio prologal interesan particularmente las págs. 8-12 y 17-22.

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gubernamentales, desconfiarían de una empresa cuyos resultados eran problemáticos para el resto del país; Fon­tana cubrió ampliamente las desconfianzas y los recaudos a propósito de ·la empresa chaqueña. Cuando son estu­diados los libros sobre la conquista de! Desierto es nece­sario tener en cuenta los motivos de diverso orden que se movieron detrás y alrededor de las campañas mili­tares, desde los políticos y los económicos, hasta la sobe­ranía nacional. Entre la conquista de la Patagonia y la del Chaco las °diferencias fueron claraos; la primera zona contaba con una importante documentación sobre sus caracteres geográficos; también estaba en el interés pú-

-blico por las cuestiones del límite con Chile; por el con­trario, fuera de algunos escasos especializados en el terna, muy poco se sabía del Chaco y de sus posibilidades civi­lizadoras; inclusive eran confusos y negati~s los datos sobre sus habitantes. La aclaración de tales aspectos de ese inmenso territorio patrio fue la tarea asumida por Fontana; primero, al recorrer esas tierras; después, al escribir sensatamente sobre ellas. El compromiso de escri­toro. asumido por Fontana se singularizará desde la actitud delodiscípulo de Burmeister, cuyas posibilidades de natu­t!llista se van imponiendo sobre las del militar y las del político. Fontana quiso presentarse como un estudioso de la naturaleza y de la antropología, según se entendían tales disciplinas en la Argentina del Ochenta; de esa elección derivan sus aciertos al mismo tiempo que . sus limi~aciones, cubiertas éstas por la voluntad de ser útil a la patria, sirviendo voluntariamente al Gran Chaco, en donde vivió sus años de actividad fundadora.

Antes de su instalación chaqueña, Fontana era consi­derado en Buenos Aires un hombre de cultura, inclusive con posibilidades de escritor, aunque fuera muy poco lo que había alcanzado a publicar, escasos artículos perio­dísticos. Su único libro, El Gran Chaco, aparecerá en 1881, con prólogo de Nicolás Avellaneda, que sigue siendo la mejor interpretación del intento de Fontana, quien le

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había dedicado respetuosamente el texto. El Presidente Avellaneda supo valorar de manera conveniente el sen­tido patriótico del esfuerzo cumplido por el autor, tan bien inscripto en las modalidades del Ochenta.

El contenido del voluínen está adelantado por líneas de la "Dedicatoria": "Son (sus páginas) un estudio, sin pre­tensiones, del Gran Chaco, bajo el variado aspecto de la Geognosia, Hidrografía, Meteorología, Etnología, Zoología y Botánica". Muy de acuerdo con las urgencias nacionales de aquellos años cruciales en la configuración moderna del país, Fontana tuvo que improvisar conocimientos en varias disciplinas, apenas vislumbradas en' sus años del Museo Nacional; de tales prisas en el acopio de apoyos científicos surgen las fallas más notables en sus páginas, aquellas en las cuales trata de explicar el resultado de sus observaciones, las que notifican sus aciertos de infor­mante veraz. La honradez de Fontana está confirmada en el tono con el que se dirige a Avellaneda, mandatario tan prestigiado, por sus dotes políticas y por su cultura: "Pasan generalmente los pequeños, que dedican sus pobres pro­ducciones a los grandes, por aduladores. Pero yo me escudo, Señor, en mi conciencia y en la consideración de un hecho que, ni la mala voluntad, ni la pasión, pueden poner en duda: es V. E. un hombre de saber y un escritor de reconocida fama". De inmediato formula la pregunta que obtendría respuesta inmediata en el destinatario, tan alerta a las manifestacionéS de la soberanía nacional: "¿Pues quién más capaz, entonces, que V. E. mismo, para juzgar mi trabajo y hacerlo dar a la estampa, considerán­dolo digno de ella, siquiera por su forma?" . Eh su extensa '1ntroducción" Avellaneda situó el libro

de Fontana en relación con una modalidad de la época: "El autor de este libro pertenece al pequeño grupo de jóvenes que, abriéndose una nueva ·vía en la historia inte­lectual del país, han resuelto tentar el estudio y la explo­ración, ya de su naturaleza ignorada bajo tantos aspectos, como de una parte de su territorio hasta hoy descono-

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cido. Han recorrido, en estos últimos años, con ardor supe­rior a todos los peligros, la Pampa, la Patagonia, el Chaco, y uno de ellos acaba de poner el pie en las Misio­nes, atraído por la curiosidad científica y por la avidez de un espíritu poético que necesita saciarse de emociones a la sombra de los bosques seculares". Avellaneda, hijo de un discípulo de Echeverría y colaborador de Sarmiento, reconoce una nueva generación intelectual, de base cien­tificista, que se distingue así de las dos generaciones románticas que se habían sucedido a partir de la década de 1830. A pesar del fondo romántico de su formación intelectual, Avellaneda estaba muy atento al cientificismo

-de los jóvenes del Ochenta; de tal interés derivan los reparos que le hace a Fontana en el segundo párrafo de su prólogo; reparos que podrían ser extendidos fácilmente a casi todos los informes sobre las tierras nacionales que se iban estudiando en las dos décadas últimas del siglo: "Un espíritu crítico, sin ensañarse en la censura, podría hacer notar con exactitud que sus exploraciones son in­completas, que conjeturan mucho y deducen poco, y que su actitud para la observación científica no se halla sufi­cientemente desenvuelta por fuertes y vastos estudios". Frente a esta crítica de Avellaneda habría que destacar las intuidones de Fontana, quien tuvo que trabajar con innumerables limitaciones, de formación y de ambiente. El ecuánime Avellaneda adelantó la explicación válida para toda la generación nueva: "estos jóvenes han apren­dido a la casualidad, sin maestros y casi sin libros, [ ... ] se han inspirado en su propia vocación, sin tener otro ejemplo, porque les ha faltado, en los nuevos rumbos que emprendían, hasta la tradición anterior que señala derro­teros y constituye una guía, suscita comparaciones que son una relación entre el presente y el pasado, e im­pregna la atmósfera de un país de cierta disciplina inte­lectual, bajo cuya influencia sólo es posible la madurez o el crecimiento de algunos productos intelectuales". A ve­llaneda, fecundo colaborador de Domingo Faustino Sar-·

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miento, continuaba afirmando su perdurable vocación docente, dirigida a todos los niveles sociales; por lo mismo deslinda la prodigalidad de la acción de Fontana, que había cubierto diversos registros del quehacer públi­co: "es soldado yes explorador y no es escritor, ni hombre de ciencia, sino en cuanto se lo han permitido los socios del campamento, o los escasos medios de instrucción que pueden encontrarse viviendo en los territorios desiertos" 12,

Al presentar el libro de Fontana, Avellaneda ilumina los caracteres de todos los libros dedicados a testimoniar la Conquista del Desierto: hombres de acción, militares y exploradores, sus autores tuvieron que cubrir riesgosa­mente las fallas de su educación, entre las inquietudes cotidianas y peligrosas de las campañas de avance y. ;eco­nacimiento.

La especialización científica, ya definida en la Europa de mediados del siglo XIX, era desconocida en la Ar­gentina de 1880; de ahí los riesgos que debieron afrontar quienes dejaron sus testimonios sóbrelos caracteres de las nuevas tierras incorporadas al panorama civilizado de la República. .

, ,

Si los libros sobre la Conquista del Desierto respon­dieron a la necesidad de definir una imagen total del país, con la clarificación de sus fronteras exteriores e internas, literariamente resultan anómalos con respecto a las novedades que se iban(.Oconcretando en la América española, que para entonces estaba liquidando el siglo XIX con las afirmaciones iniciales del modernismo: los cubanos Julián del Casal y José Martí, el mexicano Manuel Guti~rez Nájera y el colombiano José Asunción Silva habían abierto muchos caminos en ese rescate· estilístico de la belleza que culminaría con la obra del nicaragüense Rubén Darío. Por el contrario, los narradores argentinos de la empresa del Desierto se dedicaban a caracterizar,

12 El prólogo de Avellaneda se reproduce en la reedición de 1977 citada en la Dota 11,

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muchas veces a partir de los nombres indígenas, lugares, tribus, animales y plantas, habitualmente desconocidos por sus propios compatriotas. Si no son tenidos en cuenta esos caracteres de época se desdibuja la originalidad de los libros dedicados a las nuevas zonas incorporadas al conocimiento de los argentinos.

De las cuatro partes que componen el texto de Fon­tana, las que más interesan actualmente a un lector común son la tercera y la cuarta, "Etnología" y "Zoología y botá­nica"; en estos apartados la escritura abunda en compa­raciones, creando un método adecuado para insertar las realidades del Chaco en el panorama nacional. -De esta -manera el escritor retoma las modalidades propias de los antiguos cronistas de Indias. En otra coincidencia con ellos, Fontana defiende la "inteligencia de los indios" en un capítulo así titulado, cuyo comienzo afirma: "A nues­tro juicio han sido muy deficientes, hasta hoy, los expe­rimentos hechos en el sentido de investigar hasta dónde alcanza la inteligencia de los salvajes que aún moran en las regiones más desiertas de nuestro país. Tratándose de los indios chaqueños es opinión general que carecen de ella; y Robertson, entre otros autores europeos, lo afirma, asignándoles una suma muy diminuta de facultad inte­lectual. No es ésta nuestra opinión, y ya disentíamos aún antes de conocer a los indios del Chaco, y cuando todavía no pensábamos en los ensayos que hoy hacemos". Esa buena predisposición lo guiaría en sus reiteradas compro­baciones, que abundan en anécdotas ilustrativas de con­ductas muy admiradas por nuestros escritores del siglo XIX, como por ejemplo, el amor a la libertad. Surgen así las páginas literariamente más felices del libro 13. También

13 Son muy notables las tipificaciones anecdóticas del capítulo titulado "El chaco. El ainor y la libertad"; en las páginas de este capítulo se celebra una conducta muy grata al autor: "el indio chaqueño- quiere ser independiente; jamás llegará a someterse por completo; la libertad es su único culto, es su Dios; ser libre como las aves es su solo anhelo, la sola ambición de su alma; el cuerpo

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pueden ser leídas con gusto las caracterizaciones botá­nicas, que aportan interesantes iluminaciones sobre los nombres aborígenes.

En su totalidad el texto de El Gran Chaco concreta la fundación espiritual d~l territorio que con él llegó al plano del conocimiento, justificando nacionalmente su incorporación a la vida civilizada 14.

JUAN CARLOS GIUANO

es nada para él, lo expone en cada paso que da y pierde la vida en cada instante, con sentimiento, cuando se encuentra libre y absoluto en sus campos, con gusto, pero con el corazón henchido de fiereza, cuando se encuentra cautivo, cuando ve comprometido el ideal que hace la _ única dicha de su vida: la libertad de su raza" (pág. 93 de la edición citada en la nota 11).

14 La tarea ilustrativa de los cronistas de los avances sobre el desierto sería continuada, pocos años después, por periodistas alertas como Roberto J. Payró -La ~ralia argentina, 1898; En la& tie"as de Inti, 1909- y Fray Mocho -Un via;e al país de los matreros, 1897-. Se completaba asíla revelación literaria de zonas poco conocidas del país. En la presentación del primero de esos libros de Payró escribió Bartolomé Mitre: "No basta ser dueño de UR territorio rico, si el hombre no se identifica con él por la idea y lo fecunda por el trabajo, y sobre todo si el libro no le imprime el sello que constituye como un título de propiedad, haciéndolo valer más" (Payró, Roberto J. La Australia argentina. Excuroon periodística a las costas patagónicas, Tierra del Fuego e Isla de los Estados. Con una carta-prólogo del general Bartolomé Mitre. Buenos Aires, Imprenta de "La Nación", 1898, págs. V-VI). La definición de Mitre puede aplicarse totalmente a la empresa cubierta por el libro de Fontana con respecto al Chaco.

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LA PLURALIDAD LINGOISTICA EN EL MUNDO HISPÁNICO

'Desde los inicios de la colonización de América por los españoles empieza también el proceso de la diferen­ciación de la lengua de los colonos con relación al español que ellos mismos habían traído de la península. Proceso inevitable porque ninguna lengua puede eludir ser la expresión del modo de vida de la comunidad que la uti­liza y al mismo tiempo ser el testimonio de esa vida.

Las lenguas siempre cambian y con más razón y ma­yor celeridad las que se desarraigan de su geografía tradicional y se ponen en contacto con otras culturas en otros ambientes físicos. Cambian hasta las lenguas que por estar ligadas a religiones milenarias suelen llamarse sagradas. Lenguas que por haberse sacralizado pudieron contener el dinamismo del cambio natural, con la curiosa consecuencia de que para los fieles fueron haciéndose paulatinamente incomprensibles, como ocurrió con el latín' casi en nuestros días dentro de nuestro mundo occidental. El latín de San Jerónimo fue haciéndose cada vez menos familiar para los cristianos hasta llegar a serIes totalmente incomprensible, simplemente porque esa propia y misma' lengua en el seno de la iglesia se había fosilizado mientras que en el tráfago de la vida diaria, fuera del recinto sagrado esa misma lengua librada

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46 MARCOS~. MORÍNIGO BAAL, XLVII, 1982

a su natural fuerza transformadora-creadora cambi6 de fisonomía morfológica, sintáctica y semántica y dejó de ser latín para ser francés, italiano, catalán, o mozárabe después de cinco siglos de transformaciones sistemáticas y coherentes.

En el español de los . colonos inmigrantes el agente diferenciador más visible con respecto al europeo· era -el necesario préstamo de voces americanas para nombrar cosas e instituciones propias del Nuevo Mundo que obviamente no podían nombrarse en español. Voces como canoa, cacique, areito, hamaca, cazabe, caribe, ají, batata, bohío, iguana, maíz, yuca, tabaco, manatí, arcabuco, batea, fueron tomadas en préstamo ya en tiempos de Colón, y en la médida que se descubrían nuevas tierras y los descubridores se ponían en relación con culturas y lenguas autóctonas distintas aumentaban en su lengua hablada y escrita el número de estas voces. Además las distintas lenguas ofrecían naturalmente nombres distintos para las cosas ya conocidas. Por ejemplo al tabaco, lla­mado así en las Antillas se llamaba picietl en México; . el conuco de La. Española se llamaba milpa en México; la guanábana de Cuba se llamaba chirimoya en el Perú, con el final resultado de que se tenían en cada área lingüística nombres distintos para las mismas cosas. La tarea de unificación de esJas denominaciones la empe­zaron los propios españoles con éxito parcial. En efecto si bien el taba~o, el maíz y la iguana se llaman así en toda América, la yuca· se ll~a guacamote en México, y ma1Jdioca en todo el cono sur del continente; el aguacate mexicano se llama palta en el Perú y la Argentina; las habichuelas de España se llaman fri;oles en México y porotos y pallares en América del Sur, etc. Los ejemplos se pueden multiplicar, y se ve por ellos que las diver­gencias no afectan solo al español americano respecto del vernáculo. Afectan también al de las distintas regiones americanas entre sÍ.

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BAAL,· XLVII, 1982 LA PLURALIDAD LINGÜÍSTICA 47

Aparte del léxico hay otras razones de divergencias como el tipo de asiento de la comunidad.' La montaña, el mar, la selva, la . llanura, el desierto, condicionan la vida, y la misma lengua inicial adquiere caracteres espe­cíficos según . el hábitat. Asimismo el asiento condiciona el tipo de recursos económicos al a,lcance de la comu­nidad y por tanto el de las actividades para aprovechar­los. El asiento condiciona inevitablemente la creación lingüística y consecuentemente la diversificación léxica como influye también en forma fundamental cómo el hombre se instala frente a la realidad circundante y

-cómo la interpreta para sentirse en ella cómodamente. Por ejemplo: un pueblo exclusivamente selvÍcola no puede disponer de nombres para peces y cuando el azar hace que los peces entren en su experiencia tiene que inventar los nombres necesarios.

¿Coincidirán estos nombres con los inventados por otro grupo lejano de su misma estirpe, lengua y cultura que se encuentre en las mismas condiciones y circunstancias? Muy difícilmente porque los puntos de partida de las creaciones léxicas son caprichoso~ o irracionales.

Cuando los españoles se encontraron en Sudamérica con el extraño tucán unos lo llamaron pico de canoa, otros predicador, otros ¡Dios te dé! Conclusión: a la dife­renciación lingüística entre las diversas regiones america­nas concurren no sólo los préstamos léxicos de· lenguas distintas sino también y constantemente la creación léxica regional que siempre es abundante, caprichosa, hetero­génea y novedosa como expresión de las particularidades de las vidas americanas regionales inidentificables entre sí e inidentificables con la vida de ninguna región pe­ninsular.

Volviendo ahora al léxico indígena recordaremos que en 1525 Gonzalo Fernández de Oviedo escribe en España el Sumario de la. Natural historia de las Indias para hacer conocer a su rey Carlos V la riqueza y el porvenir de las Indias. En esa obra aparecen unas 70 palabras america-

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48 MARCOS A. MoJÚNlGO BAAL, XLVII, 1982

nas. Diez años después el mismo Oviedo publica en la Primera Parte de la General y Natural Historia de la8 Indias en la que el número de voces indígenas se multi~ plica considerablemente,'tanto que el autor en el Prólogo tiene que aclarar que: ..... Si algunos vocablos extraños o bárbaros aquí se hallasen la causa es la novedad de que se tracta ... y no se pongan a cuenta de mi romance, que en Madrid nací y en la casa real me crié y con gente noble me he criado y conversado e algo he leído para que se sospeche que habré entendido mi lengua castellana. . . y lo que hubiere en este volumen que con ella no consuene serán nombres o palabras ... para dar a entender las cosas que por ellas quieren los indios significar ... " Oviedo, pues, es bien consciente de que la singularidad lingüística americana era inevitable. ~ero ya hemos dicho que el léxico indígena no era la causa única de la diferenciación y que a ella contribuía también la invención desde dentro del· español de modos de expresar la realidad americana; la aplicación de voces comunes del léxico tradicional para nombrar objetos o instituciones recientemente conocidas; la invención de metáforas para los mismos fines que solo tenían sentido para los inmigrantes o el empleo de voces de la mari­nería para nombrar cosas propias de la vida de tierra firme en desacuerdo con el uso tradicional.

Muchos pues fueron y son los factores que contribu­yeron y contribuyen al des~cuerdo lingüístico entre España y América y entre las distintas regiones ameri­canas entre sí.

Con todo la idea de que el mundo hispánico disfruta de una. envidiable unidad lingüística está muy arraigada entre los lingüistas y sin duda es también una realidad que se apoya en sólidos fundamentos. La literatura en primer lugar, ya sea la histórica o la cientüica, la perio­dística o la de imaginación, esta última con las excep­ciones a las que luego nos referiremos, concurre con su ingente masa a demostrarla así como puede testimoniar

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en su favor con su experiencia el hispano parlante viajero que atravesara climas y mudara constelaciones por tierras de habla española pertrechado con solo el habla normal fundamental de su provincia y por supuesto esté dotado de cierta inteligencia suficientemente plástica para darse cuenta cuando una voz o un gi{o de su habla consuetu­dinaria no es el adecuado para una situación rara y debe ensayar otra u otro equivalente para que su interlo­cutor pueda entenderle.

Mi ilustre colega y amigo el profesor Rosenblat de la Universidad Central de Venezueta en un trabajo titulado

..,,$spañol de España Y castellano de América, finge una historia sainetesca de un español que recorre la América hispana desde México a Buenos Aires y no consigue en­tender el español de los americanos. Buscando la comi­cidad de las situaciones Rosenblat olvidó la verosimilitud, porque ni el mexicano, ni el venezolano, ni el colombiano del cuento hablarían como él los pinta cuando dialogan con un extranjero. La actitud de los hablantes de cual­quier lengua siempre es acorde con la situación, con la impresión que se tiene del interlocutor y por sllpuesto con el tema de la conversación. Y la de los hispanoame­ricanos con los españoles difícilmente puede ser la que Rosenblat les atribuye; siempre recurrirán a expresiones de repuesto extraídas del fondo permanente y más uni­versal del idioma, y se esforzarán por hacerse entender y en auxiliar al interlocutor en apuro'). Pero dejando de 1~.c10 la cuestión dI: la verosimilitud del ~1;álogo que no estaba en los prop.;sitos de Ihsenblat y yendo a lo que re.~lmente le interesaba o sea demostrar: que hay dife­rencias notorias en el habla callejera de los hispanoame­ricanos incultos con respecto al español estándar penin­sular así como en el de las distintas naciones americanas entre sí creo que es inocente pasatiempo. El mismo tipo de discrepancias las hallaría entre las hablas callejeras de los españoles incultos de Madrid o de Sevilla, de Burgos o Valencia.

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Creo que más importante seria comprobar las discre­pancias entre el habla normal de las personas cultas y aun en la lengua literaria o científica. La tarea puede ser menos fácil pero los resultados más ilustrativos del hecho lingüístico general de que en todos los niveles se han producido y se producen sin tregua discrepancia'! que conducen a la inevitable pluralidad. Pongámonos por ejemplo en el nivel de la literatura que apela al lector de cultura media como pueden ser las obras de un Garda Hortelano o un Sánchez Ferlosio en España que ciertamente no se empeñan en evitar la' lengua colo­quial de la clase media y comparémoslos con obras de novelistas americanos que escriben para el mismo tipo de público como pueden ser Vargas Llosa o Ramón Díaz Sánchez. Inmediatamente se descubren cientos de frases o expresiones coloquiales extrañas para el público ameri­cano en el caso de los escritores peninsulares y viceversa en • el, caso de los americanos; y' ocurre lo mismo si com­paramos entre sí las obras americanas. El lenguaje colo­quial mexicano difiere del argentino o del peruano tanto como el peninsular de estos últimos. Más acentuadas son las . discrepancias si descendemos en el nivel cultural de los personajes, siempre que los novelistas tratan de reproducir su habla con verosimilitud. La diversificación es un hecho lingüístico inexorable que se da en el seno de una lengua deextensi6n geográfica reducida tanto como en una de extensión gigantesca, porque es el resul­tado de la creación que es la señal de la vida. Sólo las lenguas muertas, que lo están porque ya no tienen hablan­tes no siguen creando. Y si de pronto una lengua muerta recobra la vida, aunque sea artificialmente como le ocurrió al latín en el inicio de la edad moderna, el pro­ceso creador también recobra su vigencia. .

Claro que la incesante creación tiene también sus pe­ligros cuando. no tiene el contrapeso de fuerzas centrí­petas unificadoras y puede llegar como en el caso del

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latín europeo del siglo VII a fragmentaciones irrever­sibles.

La alternativa se dio en el francés o en el italiano, poseedores ambos de una lengua literaria conservadora, tradicionalista y poco flexible, impuesta por la escuela y las clases cultas por encima de las variedades dialec­tales en las que se producen con libertad todas las inno­yaciones y creaciones que con suma cautela y parsimonia se trasvasan a aquellas. Pero la situación del español es muy distinta porque el pluralismo aunque :tJluy antiguo e inmitigado nunca llega a afirmarse como dialectalización.

_ Hemos ¡firmado que las discrepancias existen en todos los niveles y ejemplificamos las del nivel coloquial tal como la transcriben los novelistas populares, pero también pOdrían aducirse fragmentos probatorios de la prosa de autores menos identificados con el pueblo o de intencio­nes más universalistas como u~ Azorín o un Borges. Y se podría afirmar que nadie que tenga familiaridad con la literatura más prestigiosa en español puede dudar de que el primero es un escritor peninsular" en tanto que el se~ndo no lo es. "" "ti¡ observación de las discrepancias entre el español ~éricano y el peninsular es asunto antiguo. Cuando hada fines del siglo XVI se encuentra ya más o menos organizada la vida de las regiones americanas es impo­Sible" pensar que el sustrato indígena en cualquiera d~ sus formas no alcanzara a afectar el español de los mes­tizos y criollos. " Infortunadamente no tenemos ningún docUmento probatorio excepto el paralelo con lo que hoy" ocurre en las zonas bilingües o en las" que el monolin­güismo español es de data reciente. Quizá podríamos aducir también como prueba la aparición en el teatro español de personajes indianos o criollos reconocidos como tales precisamente por el habla, aunque en estos casos el elemento esencial del reconocimiento son las voces ajenas al léxico peninsular que aparecen en el habla de los mismos. Yo creo en vista de todo esto que no hay

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riesgo en afinnar que ya a comienzos del siglo XVII la diferenciación lingüística según las regiones americanas era ya un hecho perceptible. A lo largo de este mismo siglo XVII y del siguiénte en razón del aislamiento de las colonias, el menor contacto con la metrópoli, el escaso número de inmigrantes, el afianzamiento de la vida local basada en la economía regional, la diferenciación lingüís­tica entre las regiones se acusa más netamente así como la diferenciación respecto de la metrópoli sobre todo en la lengua hablada. El reconocimiento oficial de estos hechos se documenta en el gran Diccionario llamailo de autori­dades primer Diccionario de la Academia española publi­cado entre 1726 y 1739 en el que aparecen unas 150 palabras americanas de uso común recogidas de las pá­ginas de los escritores e historiadores famosos que se ocuparon de materia americana.

Por su parte Gregario Mayans y Siscar en sus Orígenes de la lengua española de 1737 señala (§ 108) las dife­rencias lingüísticas de América con respecto de España «;!onsistentes en la introducción de voces indígenas en el español americano, algunas de las cuales como bejuco. curamagüey, guayacán, iguana, manatí, gumía, tabaco, vicuña, chocolate, y..... otras muchísimas... "han pe­netrado también en el habla peninsular con las cuales se puede formar un útil y cuposo Diccionario". La suges­tión de Mayans encontró eco .cincuenta años después en el Diccionario de Alcedo publicado en 1789, que es el primer diccionario de americanismos.

Lb.s diferencias del habla entre el español popular de algunas regiones americanas y el peninsular debieron de ser ya sorprendentes para la mayoría de los peninsulares que llegaron a América en los siglos XVIII y XIX pero también debieron ser materia de preocupación de los hispanoamericanos cultos del tiempo que educados en la tradición literaria española y en la veneración de sus obras maestras veían en esas diferencias una perversión

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y un bastardeamiento innoble y hasta un peligro que había que corregir y evitar.

No es un hecho casual o inexplicable que la venera­ción de la Academia y sus obras haya sido hasta princi­pios de este siglo uno de los rasgos pecunares de la cultura literaria hispanoamericana, ni que la más autori­zada gramática de la lengua castellana se deba a un criQllo, a don Andrés Bello quien la escribió hace ya más de un siglo y medio C< ••• destinada al uso de los

. " amerlcanos . Estas preocupaciones inducen a Bartolomé . Esteban

-tJichardo, capitán de la marina española estacionado en La Habana, a publicar en 1836 su Diccionario províncial casi razonado de voces y frases cubanas, extenso reper­torio de voces y giros populares corrientes en la lengua familiar y vulgar de los cubanos. Desde nuestro punto de vista· se trata de un excelente testimonio de la lengua cubana que señala el hiato entre ella y la escrita y nos revela que en ella seguían vigentes un considerable nú­mera de los más antiguos indigenismos regionales así como otros muchos procedentes de otras regiones ameri­canas, pero también que el habla regional antillana había crecido con gran independencia de la peninsular y que las lenguas de los forzados inmigrantes africanos habían labrado honda huella en el español de Cuba y aun seguía influyendo en él. El Diccionario de Pichardo abrió el cauce para la compilación y publicación en toda Amé­rica, por casi cien años, de muchas obras de la misma estirpe, útiles como documentos para la historia del espa­ñol americano y para el estudio de sus fuentes léxicas. La mayoría de las obras de esta clase, la de Pichardo incluida, se publicaron para combatir las desviaciones del habla popular americana y reconducida por la senda de la correcc;:ión y de la propiedad de acuerdo con las nor­mas establecidas por la gramática y el Diccionario de la Real Academia Española.

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Los que las escribieron no eran filólogos ni lingüistas, en IpayoliÍa eran maestros de españolo literatos preocu­pados por cuestiones ajenas a la ciencia. Con sus obras se inician en América los estudios dialectales aunque con métodos caprichosos.

Notable excepción son las Apuntaciones criticas al lenguate bogotano de D. Rufino José Cuervo, obra de juventud del eminente filólogo colombiano en la que sin abandono de los intereses normativos, propios de la tradi­ción americana, se explican y justifican histórica y lin­güísticamente las discrepancias americanas, . léxicas o de otra natúraleza, frente al español peninsular. Esta obra de excepcional calidad científica para su tiempo y sin antecedentes en el medio hispánico que señala simultá­neamente la aparición de un extraordinario filólogo y el ingreso de la filología hispánica en el dominio de la ciencia lingüística es también un hito en el desarrollo de la entonces incipient~ lingüística romance. Su influen­cia, sin embargo, como la de toda obra que se adelanta a su tiempo no se hizo sentir de inmediato en los estudios ,dialectológicos hispa~oamericanos que siguieron por casi medio siglo en la huella tradicional de corregir "vicios" gramaticales y condenar "barbarismos~ léxicos.

En este clima cultural y lingüístico aparece y se pro­paga por toda América la pretensión de los gramáticos puristas y de los literatos sasticistas de una total identi­ficación de la lengua hispanoamericana, sobre todo la escrita, con la supuesta lengua peninsular modelo que manaba' de la pluma de los académicos más ortodoxos -gramaticalmente y más castizos por usar un léxico que excluía todas las voces nO registradas en el diccionario ofic;ll. En nombre de la pureza castiza se anatematizaba como per r Jo sin redención todo intento de renovación o crp.a. iún que no . fuera rigurosamente tradicional. Este desvarío contó con la entusiasta aprobación de los acadé­micos de Madrid que premiaban con el codiciado título de Miembro Correspondiente de la Real Academia a los

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escritores americanos más devotos de la corrección aca­démica y de la esclerosis lingüística: En la Argentina que contaba en esos tiempos. con escritores de la talla de un Sarmiento. Alberdi, Juan María Gutiérrez, Vicente Fidel López, Mitre, de relieve ~ontinental, que tenían una con­cepción lingüística romántica enseñada y practicada por el maestro común Esteban Echeverría, reelaborada y predicada más tarde por Alberdi y Juan María Gutiérrez, la teoría de la sumisión académica no tuvo más segui­dores que unos pocos maestros de castellano y literatura que no pudieron desviar la corriente tradicional de inde­pendencia idiomática, aparte de que en la propia España

los escritores de mayor influencia y popular prestigio por la calidad de sus obras, también se manifestaban rebeldes a las pretensiones de la Academia de consti­tuirse en juez en materia idiomática y sostenían que en este asunto no cabe otro criterio que el de la aprobación del público, que es el único juez inapelable, porque el pueblo es el inventor del habla y acepta lo que satisface a su imaginación y sensibilidad y rechaza todo lo que repugna a su intuición estética.

La Lingüística y Filología romance, entre tanto, se desarrollan con vigor en Europa y como consecuencia de este progreso se empieza a conceder importancia singular a los hechos dialectales y a las causas de la formación de los dialectos. Pero ocurre que los dialectos en Europa, por causas históricas conocidas, difieren de las corres­pondientes lenguas generales no tanto en el léxico cuanto especialmente en la fonética y la fonología, en la morfo­logía y sintaxis. Los dialectólogos . europeos lógicamente desatienden las diferencias léxicas y establecen el prin­cipio de que el léxico por sí solo tiene para la dialecto­logía escasa significación. El prestigio de la ciencia euro­pea induce a los dialectólogos americanos científicamente más ambiciosos a aplicar al estudio de las variedades americanas del español los principios y métodos europeos más en boga, y por lo tanto a prescindir de los estudios

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léxicos para aplicarse preferentemente a los de fonología, morfología y sintaxis. Rodolfo Lenz, el primero, publica en 1891 sus EstudiOlf sobre el español de Chile dentro de esta corriente. MardeI} publica en 1896 The Phonology 01 the Spanish DúJlect of Mexico city, y Espinosa en 1909 sus Estudios sobre el español de Nuevo México. En lo que va de este siglo y ya en este nuevo clima la. dialec-; tología hispanoamericana ha producido un extenso nú­mero de trabajos valiosos sobre las hablas regionales. Algunos de ellos se hallan reunidos en los siete densos volúmenes de la Biblioteca de Dialectología.Hispanoame­ricana que se publicó en Buenos Aires de 1930 a 1949, bajo la dirección y abundante colaboración del egregio Amado Alonso secundado por el sabio humanista Pedro Henríquez Ureña y otros destacados colaboradores: un monumento de sabiduría y rigor científico conocido y aprovechado por quienes se interesan por los estudios dialectales. Esta biblioteca, uno de los hitos de los estu­dios dialectales contemporáneos estimuló y dio la pauta para excelentes estudios posteriores publicados en Chile, Pero., Ecuador, Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Mé­xico y Estados Unidos por filólogos de rigurosa formación científica y atrajo el interés hacia la dialectología hispa­noamericana de reputados especialistas europeos como Américo Castro, T. Navarro Tomás, M. L. Wagner, Bertii Malmberg, Rafael Lapesa, Joan Corominas, Y. Mallciel, H. l. A. Van Wijk, A. Zam'6ra Vicente y otros.

Circunscribiéndonos ahora a nuestro tema apuntemos primeramente que los estudios dialectales hispanoameri­canos han dedicado muchas páginas a las diferencias foneticas y fonológicas entre el español peninsular y el americano que por cierto no constituyen obstáculos para la comunicación entre los hablantes de los dos continen­tes. Y cualquiera puede comprobar las desemejanzas de entonación entre un peninsular aunque la posea bastante neutra y un hablante de cualquier región americana en las mismas condiciones. Desde este punto de vista de la

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entonación ninguna región americana coincide con nin­guna española y no se puede afinnar siempre que las americanas procedan de sustratos indígenas, aunque es muy probable que así sea en la mayoría de los casos. Lo que resulta en una numerosa variedad de tipos de ento­nación a lo largo del continente. Sus tratos indígenas son evidentes en México, Nicaragua, Paraguay, Venezuela, peró ya no puede asegurarse que lo sean los matices de preentonación diferenciada que caracterizan las hablas rioplatenses o las del Caribe por más que Navarro Tomás sospeche que algunas de éstas tengan su origen en las lenguas indígenas desaparecidas desde el siglo XVI.

-Tampoco las entonaciones de las hablas regionales, por discrepantes que sean constituyen barreras para la comu­nicación entre hispanohablantes, por más que al oído peninsular resulten extrañas las intercadencias rítmicas del venezolano o nicaragüense popular o los hiatos y apertura vocálicas ajenos al español del hablante para­guayo, y.necesite de cierto tiempo para sobreponerse a la sorpresa. Pero esto en mayor o menor grado es 10 que ordinariamente ocurre entre hablantes de una misma lengua con entonaciones regionales diferenciadas.

De mucha mayor significación son las discrepancias de tipo léxico y es en este capítulo donde se encuen­tran las mayores asechanzas para una siempre posible diferenciación dialectal. En este terreno debemos tener en cuenta los hechos siguientes:

1.,Hay "cosas" americanas que recibieron nombres pe­ninsulares de "cosas" europeas sensiblemente diferentes, pero entre las que los españoles que llegaron a América encontraron similaridad es reales o imaginadas. De ahí que cuando un americano habla de un cuervo, laurel, lagarto o anta, por ejemplo, se está refiriendo a "cosas" distintas de las que el español piensa. Este capítulo de las discre­pancias, cronológicamente el primero, es muy extenso y es un fenómeno que ocurrió no· solamente en el primer contacto del europeo con el mundo americano, sino que

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sigue ocurriendo hoy. Se trata, claro está, fundamental­mente de un cambio semántico pero deliberado y al mismo tiempo instantáneo, y en esto se diferencia del proceso normal de los <:ambios sem~nticos, que, por su­puesto también se dio y se da en el español americano y que constituye el segundo capítulo de las discrepancias en la lengua coloquial.

2. Por ejemplo: cuando se oye decir en España de un hombre que es "prolijo" se piensa en una cualidad nega­tiva o derogatoria, pero en América es todo lo contrario, pues se trata de una cualidad positiva, estimable. Una mujer "chula" es en algunas partes de América una mujer atractiva y bonita, mientras que en España decir de una mujer que es una chula es referirse despectivamente a un modo desenfadado de su comportamiento. En el nota­ble libro del Prof. Charles Kany, American Spanish' Se­mantics, hay abundantes ejemplos de estos dos tipos de / discrepancias. I

3. El tercer tipo comprende un buen número de "cosas" . americanas con nombres inventados en América desde d,entro del español. En estos casos el oyente peninsular puede ignorar completamente su significado o atribuirle por adivinación una significación impertinente. En este caso se encuentran voces como armadillo, tiiereta, mamón (papaya), malacara, zapatudo, pareiero, raspadura, etc.

4;. Viejas palabras española,s, desusadas ya en la lengua peninsular pero aún vivas en América constituyen tam­bié~ una fuente de desajustes. ISl!-ías Lerner, en una tesis pub'icada de la Universidad de Illinois (Urbana), ha recogido un importante repertorio de voces de este tipo. pero probablemente quedan algunas por recoger. Ciertos etimologistas americano~ han atribuido a alguna de estas voces un origen indígena. americano al no poder docu­mentar su uso en España, como ha ocurrido con poncho, garúa, anime y otras.

5. La lengua especial de los marineros ha dejado tam­bién visible rastro en el español coloquial americano con

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un buen caudal de voces y acepciones desusadas. en la Península fuera de su ámbito tradicional. Rancho, chifle, chicote, rebenque, fogón, isla, mogote, lafa, balde, cruiía, estadía, etc., figuran en todos los repertorios de este tema, pero no tenemos aún sobre él estudios exhaustivos.

6. Pero la fuente más importante por su número, y por el acento en la regionalidad que implica, es el de los indi­genismos que varían de región en región. Hoy los difun­didos por toda América y España, como huracán, hule, canoa, caoba, caimán, tiburón, pita, mico, carey, petunia, guayaba, papaya, ananás, chocolate, quina, butaca, can-

_cha, morrocotudo, vicuña, chinchilla, maíz, tabaco, ma­raca, etc., que son los menos. Los hay usuales en toda América pero que no han entrado en España como tamal, cóndor, ocelote, chile, coyote, batata, chasqui, charque, carpa.; yuca, ;acarandá, iguana, mandioca, bohío, mani­gua, pecan, chuño, chúcaro, chontal, locro, chancaca, ojota, nigua,meca, etc.; los usados en extensas regiones americanas pero desconocidos en otras; los de uso dentro de la geografía de la lengua de que proceden, los de uso dentro de ciertas fronteras nacionales y los de uso regional restringido. Todos estos tipos forman parte activa del español coloquial de las regiones americanas y el ciudadano español que se avecinde en cualquiera de ellas no puede desconocer los usuales en la tierra donde vive. En total el número de los indigenismos de uso diario indispensable en el habla regional no se puede decir que sea muy extenso. Pero, por supuesto, esto depende de varios factores. En las grandes ciudades el número se reduce con relación a las pequeñas; en ést<.ls con relación a los pueblos y aldeas, y en éstos con relación a la vida rural. Otro factor es el del arraigo. Cuanto mayor sea éste, mayor es también la influencia de la vida local, trabajo y costumbres,' sobre el vocabulario. Por supuesto que conocer todos los indigenismos usuales en el español americano es tarea tan imposible como inútil. Ya el

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aprendizaje de los corrientes en el habla local implica tiempo y esfuerzo, al que debe sumarse el necesario para vencer las dificultades que le ofrece el léxico de cepa hispana con sus arcaísmos y cambios semánticos. Pero así como el peninsular español en América tiene que aprender las palabras indígenas usuales en su comunidad, el americano trasladado a España tiene que olvida.rlas y sustituirlas en su habla coloquial con las voces españolas -correspondientes. Mecate o cabuya tiene que dar lugar a cuerda, zacate a césped, caite a sandalia, poroto a habi­chuela, chasqui a mensajero, chacra y milptt· a grania o huerta, pampa a llanura, humo o gamberro, batarasa a pintada, etc., En muchos casos las voces sustitutas le son solo conocidas por la lengua escrita; tiene por tanto que vencer la idea de que por usar voces de la literatura está hablando una lengua afectada. En otros, las voces sustitutas le son completamente nuevas como llamar pargo al guachinango, higo chumbo a la tuna, o chum­bera al nopal. Y también tiene que eliminar de su habla las voces familiares que en la Península han caído en desuso y son por tanto allí desconocidas. Ya no puede llamar durazno al melocot6n, ni carozo a las pepas o huesos de las frutas, ni saco a su americana, ni escobilla al cepillo de la ropa. Y es mejor llamar plátano a la banana, calcetines a las medias, mam6n allech6n y lechaza al cordero tierno.

A todo lo dicho aún debemos sumar al índice de las discrepancias el importante y extenso capítulo de las ex­presiones idiomáticas o giros propios de las hablas regio­na:les que no han llegado a la lengua general, aunque muchas de ellas encuentren acogida en obras literarias recientes de intención popularista. Por ejemplo, de Las últimas banderas de José María de Lera I recogemos las siguientes yoces y expresiones de la lengua coloquial des­conocidas para un hispanoamericano:

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folitre pantalones de jamón la parienta culines haber tomate no me hagas ningún extraño te frío se barrunta follón por si las moscas maletilla el personal

.-mamón menos cachondeo, ¿eh? cateto no la píes más jabato soplillo recochineo

LA PLURALIDAD LINGüíSTICA 61

'automóvil desvencijado' 'breeches' 'mi mujer' 'colilla del cigarrillo' 'correr sangre' 'no me traiciones' 'te mato' 'se cree que habrá tiroteo' 'por lo que pueda suceder' ~torerillo en cierne' 'la gente' 'desvergonzado' 'menos subterfugios' 'infeliz'· 'no más palabras' 'bisoño' 'pantalla, abanico' 'preguntar con mala

intención'

Esto basta cama ilustración, pero aún podrían añadirse una centena de ejemplos en la misma obra, que intenta reflejar el habla popular, preferentemente madrileña, du­rante la guerra civil.

De la novela Tormenta de verano de Juan CarcÍa Hortelano 2, que refleja el habla coloquial de la clase media de holgada economía, recogemos:

coqueta hamaca

decir algo con la boca chica bulos para desengrasar guayabos cristalera jersey

'mueble con espejo' 'sillón de lona para

reposar' 'por puro cumplido' 'embustes' 'por pura diversión' 'paletos' 'escaparate o vidriera' 'pulóver'

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cazadora turismo el firme pista de tenis albornoz bañador bordillo plantilla apocilgar arcón gamberro felpado roderas

resaca

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'blusa' 'automóvil' 'el afirmado', 'la calzada' 'cancha de tenis' 'salida de baño' 'traje de baño' 'cordón de la acera' 'dotación' 'engordar' 'cómoda' 'desvergonzado' 'felpudo o limpia pies' 'huellas de un rodado',

'relejes' 'malestar causado por -

el alcohol'

También en este caso los ejemplos podrían triplicarse. De otra novela contemporánea El ¡arama de R. Sánchez Ferlosio que emplea la lengua de la juventud madrileña de la clase media baja, María Luisa Freyre, ha recogido un repertorio de más de 250 voces, frases y giros extraños para el hispano americano no familiarizado con la lengua coloquial de la Península. :rero la experiencia es rever­sible, es decir que un lector- español desconocedor de las hablas coloquiales de las qistintas regiones americanas podría fácilmente recoger de las novelas más en boga centenares de voces y giros para él ininteligibles, hecho natural dado que la lengua coloquial más que otra alguna refleja y expresa las vidas regionales, muy diferenciadas en América debido a circunstancias geográficas, econó­micas, históricas y étnicas y cada una de ellas a su vez fuertemente diferente de la de cualquier región de Es­paña. Otra razón que contribuye muy perceptiblemente en la difereqciación de la lengua coloquial es la de la

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creación sin pausas, sobre todo en las ciudades populosas de expresiones o voces de vida efímera, nacidas en la mayoría de los casos de circunstancias de la vida local, voces y expresiones que no siempre llegan a la literatura, que de pronto se ponen de moda y se propagan con rapidez y que de la misma manera quedan olvidadas.

Con este esbozo de las discrepancias antiguas y mo­dernas del español coloq1,lial de España y América y entre las distintas zonas hispanoamericanas entre sí queda claro que la uniformidad lingüística nunca existió, que por el contrario la pluralidad fue y es un hecho inevi-

-rabIe, pero con ello no queremos implicar que la unidad idiomática esté amenazada aunque sean muchos los fac­tores que parecen amenazarla. Los factores unificantes si no numerosos, son en cambio más poderosos. En primer lugar por la universal tendencia a la unificación e inte­gración que caracteriza a nuestro tiempo, acrecentada y favorecida por el inaudito desarrollo de los medios de comunicación y en segundo lugar por la convicción (de que participan y siempre han participado las fuerzas espi­rituales más responsables de nuestra cultura hispánica) de que la sólida unidad idiomática es un bien supre~o

·que se debe preservar y a ser posible hacer de ella un ideal y un programa de acción común, quizá el único realmente posible hoy para nuestra numerosa, extensa y variada comunidad histórica. Si la universal tendenciá a la unificación continúa, y nada anuncia lo contrario, y continúa en vigencia el ideal de la unidad lingüística y cultural, las apuntadas discrepancias entre España y América se integrarán en una síntesis más universalista y por tanto más idónea para la expresión de la .variedad en la unidad de la espiritualidad de nuestra cultura hispá­nica única.

Ahora se ve con claridad el desvarío de nuestros puris­tas, casticistas, literatos y académicos, del siglo pasado y au.n del presente, que sustentaban el ideal lingüístico

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de la unidad total del español de ambos mundos y que en los menos discretos derivó en el rechazo de todo lo DO

peninsular y no académico y en el hurgar en las páginas del diccionario para desenterrar las presuntas palabras castizas que debían suplantar a las bastardas que se habían deslizado subrepticiamente dentro del idioma. Algunos escritores de renombre autorizaron la caza de esas palabras enfermas y bárbaras. Felizmente la buena salud del organismo idiomático manifiesta en las obras de los grandes creadores de ambos contine~~es triunfó de la estulticia. Los escritores y poetas de mayor autoridad por la jerarquía de sus obras siguieron ejerciendo su derecho de reposar en su propio albedrío para escoger las expresiones por ellos sentidas como las más eficaces artísticamente para la consecución de sus fines. La' gran lengua literaria hispánica y universal no salió ni de la contemplación del pasado ni del acatamiento de ningún modelo. La gran lengua literaria hispánica salió y está otra vez saliendo del concurso de los creadores de todo 'el 'mundo hispánico y se reelabora diariamente. Españo­les, colombianos, venezolanos, nicaragüenses, rioplatenses, mexicanos, cubanos, etc., emplean sin restricciones las expresiones que ellos juzgan artísticamente más eficaces extraídas de la cantera de su propia habla regional, para someterlos al juicio de sus jueces naturales que no son los miembros de 'un cenáculo ni de una minoría autoeri­gida en tribunal inapelable, sino los millares de lectores de! mundo de nuestra cultura, millares de jueces impar­ciales de segura y probada intuición lingüística y estética, por tanto con autoridad inapelable para separar las obras de arte de las que no lo son, como siempre lo han hecho y seguirán haciéndolo.

La pluralidad lingüística no fue ni nunca será un hecho negativo. Todo lo contrario es un hecho natural, diná­mico y cre~dor y por tanto positivo y fecundo, porque

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pennite la selecci6n de lo mejor entre las posibilidades ofrecidas al poeta, al artista. Lo mejor que en materia de lenguaje siempre resulta de la· armoniosa cQnjunci6n entre propiedad, correcci6n, musicalidad y buen gusto.

MARCOS A. MORÍNICO

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-TEXTOS Y DOCUMENTOS

l. -Enmiendas y adiciones a los Diccionarios dé la Real Academia Española '" .

abanderado. ... 11 4. Portavoz,. representante o paladín de una causa, movimiento u organización.

abanicar. . .. " 2. Taurom. Incitar al toro, agitando ante él el capote de un lado a otro, generalmente para que cambie de lugar en la suerte de varas.

ablación .... H 2. [La actual acepción 1(1.] ablativo 2, va. adj. Perteneciente o relativo a la ablación. a~cetamieto. (De. boceto.) m. Acción y efecto de abo-

cetar. abujardar. (De bujarda.) tr. Labrar la piedra con bu-

jarda. . academizar. tr. Proporcionar o atribuir carácter académico

a obras que no lo tenían. Ú.t. en sent. fig. y con fre­cuencia peyorativo.

.. Aprobadas por la Real Academia Española (Comunicados de enero a mayo de 1982).

NOTA. Las. diferencias que pueden advertirse entre estas defi­niciones tomadas de los Comunicados que envía periódicamente la R. Academia Española, y las que se publican luego en forma defi­nitiva en el Boletín de dicha Institución, se deben a que este último suele aparecer con posterioridad al de la· Academia Argentina de­bido al distinto periodo del año en que sesionan ambas instituciones.

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68 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

acolitado .... 11 1. [Enmienda.] m. p. uso ... 11 1 bis. El segundo de los Ministerios establecidos por la Iglesia Católica para el culto litúrgico.

acólito .... [Como li! acepción.] m. El católico seglar que ha recibido el segundo de los Ministerios esta­blecidos por la· Iglesia y cuyo oficio es servir al altar y administrar la sagrada comunión como ministro extraordinario. 11 2. [La actuallf! acepción, añadiendo do p. us.] 11 3. [Se suprime la palabra cosa.]

adjuntía. f. Plaza que desempeña un profe~or o una pro­fesora, y que está normalmente adscrita' a una deter­minada cátedra, como parte de ella.

adjunto, tao . .. 11 5. m. y f. profesor adjunto. agua .... ! 1 oxigenada. [Enm.ienda.] peróxido de hidró­

geno. aguardar .... [Se añade al final.] Ú.t.c.intr. aguatinta. (Del ital. acqua tinta, agua teñida.) f. Dibujo

o pintura que se realiza con tinta de un solo color. 1I 2. aguada, dibujo o diseño hecho con colores diluidos en agua. 11 3. Grabado en metal, parecido al agua,­fuerte. 11 4. Estampa que se obtiene por este proce­dimiento.

ahogador, ra .... 11 3. [Suplemento.] Se añade C. Rica. ahuecador, ra. ... 11 2. m. Herramienta de acero seme-

jante al formón, acodillada hacia la punta, que usan los torneros para ahuecar las piezas de madera.

aire .... 11 2 bis. Uno de los cuatro elementos que fonna­ban el mundo según ciertos filósofos de la antigüedad .

. 11 ... 11 comprimido. aire cuyo volumen ha sido redu­cido por compresión para aumentar SU presión y aprovecharla como energía al liberarlo. 11 ... 1I darle, o darse, uno un aire a otro .... [Se añade al final.] Ú.t. aplicado a cosas.

ajimezado, da. adj. En forma de ajimez. Ú.t.c.s. ajustar .... 11 2 .... Ú.t. en sent. fig. ... [En las aceps.

9 bis y Q ter, se añade Col. y C. Rica.]

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTos y DOCUMENTOS 69

alberca .... 11 l. [Enmienda.] ... para el riego. 11 ; .. 11 3. Méj. Piscina deportiva.

albuminoide .... [Enmienda.] m. Quím. y Biol. Prótido. 11 2. Corrientemente, substancia que, como ciertas pro­teínas, presenta en disolución el aspecto y las propie­

. dades de la clara de huevo, de las gelatinas o de la cola de pescado.

albuminoideo, a. (De albúmina.) [Enmienda.] adj. Que tiene aspecto y propiedades de albuminoide.

alegorismo. m. Arte de la alegoría, figura retórica. 11 2. Calidad de alegórico. .

.!lerta. ... 11 2 bis. m. y f. Situación de vigilancia o atención.

alertar. ... 11 1 bis. Dar órdenes o transmitir señales a una persona.

alejandrinismo. m. Estilo o gusto de los escritores de la antigua Alejandría, caracterizado por el refinamiento, la selección,)a obscuridad, etc. 11 2. Por ext., se aplica a toda expresión refinada o de semejantes caracterís­ticas.

aHeizar. (De alféizar.) tr. Hacer alfeizas en una pared. alud. [Enmienda.] (Voz prerromana, emparentada con

el vasco lurte, derrumbamiento de tierra.) ... 11 2. [Enmienda.] Masa grande de una materia que se desprende por una vertiente, precipitándose por ella. Ú.t.c.s.Hg.

alzaprima. f. Argent. y. Drag. Cadena o cadenilla que sirve para levantar y fijar al talón las espuelas pesa­das. 11 2. Argent. y Par. Carro angosto, sin caja, de grandes ruedas empleado 'para transportar troncos y otros objetos de mucho peso.

amanecer .... 11 1. [Se añade ~l final.] AMANECE a las ocho. AMANECE nublado. 11 2. [Se añade al final.] AMANECÍ en Madrid. AMANECÍ cansado.

amejoramiento. m. Der. mejoramiento. Ú. especialmente .en Navarra.

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70 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1981

amor .... 11 l. [Enmienda.] Sentimiento que mueve a desear que la realidad amada, otra persona, un grupo humano o alguna cosa, alcance lo que se juzga su bien, a procurar que ese deseo se cumpla y a gozar como bien propio el hecho de saberlo cumplido. 11 '" 11 platónico. Dícese del amor sexual en el que el amante no pasa de desear la posesión de la persona amada y el bien de ésta; y por extensión, de toda forma de amor en la cual no hay actividad en el amante para lograr el bien o la perfección de aquello que ama. 11 ... 11 propio. [Enmienda a la-lf1. acepci6n.] El que una persona. se profesa a sí mismo, y espe­cialmente a su prestigio.

anecdotismo. m. Empleo frecuente de anécdotas. anfótero, ra. (Del gr. uvq)(n-EQO¡;", el uno y el otro.) adj.

Quím. Dícese del tipo de molécula que puede reac­cionar como ácido o como base.

angiología. ... 11 2. Rama de -la mediCina que se ocupa del sistema vascular y de sus enfermedades.

angiólogo, ga. m. y f. Persona especializada en angiología. ángulo .... 11 de incidencia. [Enmienda.] Geom. El for­

mado por una trayectoria con la normal a la super­ficie de un medio, ~n el punto en que lo encuentra. 11 ... 11 de reflexión. [Enmienda.] Geom. El formado por una trayectoria qqe se aleja de un medio con el que ha chocado, y la normal a la superficie de ese medio en el punto de encuentro. 11 . . . 11 de refracción. [Enmienda.] Opto El formado por una trayectoria

. que pasa de un medio a otro, y la normal a la super­ficie de separación entre ambos medios, al alejarse de ella. ! 1 plano. [Enmienda.] Geom. El formado por dos líneas contenidas en el mismo plano. 11 ... 11

poliedro. [Enmienda.] Geom. El formado por varios planos que concurren en un punto. 11 ... 11 rectilíneo. [Enmienda.] Geom. Cada una de las dos porciones de plan~ limitadas por dos semirrectas que parten de

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 71

un mismo punto. 11 ... 11 consecutivos. Geom. Los que tienen el vértice y un lado común y no está uno com­prendido en el otro.

anhelar .... " 2. [Enmienda.] tr .... [Se suprime Ú.t.c.tr.] " 3. [Se suprime.] tr.

anhídrido .... 11 l. [Enmienda.] m. Quím. Cuerpo for­mado por una combinación del oxígeno con un ele­mento no metal y que, al reaccionar con el agua, da un ácido. " arsenioso. [Enmienda.] Quím. Cuerpo blanco, compuesto de arsénico trivalente y oxígeno, su­blimable, soluble en agua caliente y muy venenoso. Se usa en farmacia, en las industrias del vidrio y del - cuero y para exterminar animales y plantas nacivas. Se conoce comúnmente con los nombres de arsénico y arsénico blanco. " ... " carbónico. [Enmienda.] Quím. Gas más pesado que el aire, inodoro, incoloro, incombustible y asfixiante que, por la combinación del carbono con el oxígeno, se produce en las combus­tiones y en algunas· fermentaciones. Se usa en la pre­paración de bebidas espumosas, en extintores de incendios y en medicina. En el pasado se llamó vulgar­mente ácido carbónico.

anhidro, dra. [Suprímese.] anillo. ... 11 8 bis. Quím. Estructura molecular formada

por una cadena cerrada de átomos. anisótropo, pa .... [Enmienda al Suplemento.] Dícese

de la materia que no es isótropa. anódico, ca. adj. Electr. Perteneciente al ánodo. antefija. f. Adorno vertical en el borde de los tejados,

especialmente para tapar las juntas de las tejas.

antena .... " 2. [Enmienda.] FÍ8. Elemento qu~,. en los emisores o receptores de ondas electromagnehcas, se encarga de emitirlas o de recibirlas. Adopta formas muy diversas. 11 2 bis. Fís. Por ext., se llama así el mástil o torre metálica, que remata la entena o antena de los barcos, y que sirve de antena.

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72 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

antiácido, da. [Enmienda.]. adj. Dícese de la substancia que se opone o que resiste a ~a acción de los ácidos. Ú.t.c.s.m. " 2. m. Substancia que neutraliza el exceso de acidez anormal, 'por ejemplo el bicarbonato.

antiáIcali. m. Quím. Substancia que neutraliza los álcalis o disminuye su actividad, como sucede con las solu­ciones diluidas de los ácidos.

antialcalino, na. adj. Dícese de la substancia que se opone o que resiste a la acción de los álcalis.

anticiclón .... [Enmienda.] Área de alta presión baromé­. trica, que tiende a aumentar hacia el .c::entro, en el cual reina un tiempo bonancible. Alrededor existe un régimen de vientos que avanza en una determinada trayectoria y precede a las borrascas.

anticiclónico, ca. [Enmienda.] adj. Perteneciente o rela­tivo al anticiclón y, en especial, a la rotación de sus vientos.

anticoncepción. f. Práctica de impedir el embarazo de las hembras por un procedimiento adecuado.

anticoncepcional. ... [Enmienda.] ... que impide el embarazo de las hembras.

'antilógico, ca .... [Enmienda.] Contrario a la lógica. antinomia .... [Enmienda a la ll!- acepción.] Contradic-

ción entre dos preceptos legales. apache .... " l. [Enmienda.] Dícese del indio nómada

de las llanuras de Nuev(} Méjico; se caracterizaba por su gran habilidad. Ú.t.cc:s.

apelativo, va. [Enmienda.] adj. Dícese de aquello que califica o apellida. Ú.t.c.s." 2. m. Gram. nombre ape­.Iativo. " 3. apellido, nombre de familia.

aperar. ..: " 3. y 4. del Suplemento. [Suprímense.] ,! 3. Amer. Proveer, abastecer de instrumentos, herra­mientas o bastimentos.

aplanador, ra. ... " 2. [Suplemento.] Se añade ... y C. Rica.

aplazar .... " 3. [Suplemento.] Se añade ... Col. y C. Rica.

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 73

annenio, nia .... 11 l. [Enmienda.] Natural de Armenia, antigua región del Cáucaso, dividida ahora entre la República Soviética de la URSS del mismo nombre, Turquía e Irán.

arrimado, da .... " 2. [Suplemento.] Amér ....

artefacto. ... 11 2. Artificio, máquina,· aparato. 11 3. armatoste, máquina, muebles, etc., toscos, pesados o mal hechos. 11 4. Cualquier carga, mina, petardo, gra­nada, etc., explosivos.

artrosis .... [Enmienda.] f. Med. Alteración patológica de las articulaciones, de carácter degenerati:vo y no

_ inflamatorio. Suele producir deformaciones muy visi­bles de la articulación a la que afecta, y entonces recibe el nombre de artrosis deformante.

asta. . .. " de la medula. Med. Porciones anterior y pos­terior de la substancia gris de la medula espinal, que a lo largo de toda ella penetran en el seno de la substancia blanca de modo tal, que su sección trans­versal las presenta en forma semejante a dos pares de cuernos romos.

atojar. [Enmienda al Suplemento.] tr. C. Rica y Cuba. Ajotar, azuzar a un perro, incitarlo para que ataque.

atol. ". [Suplemento.] Se añade ... y C. Rica. autarcía. [Enmienda a la etimología.] Del gr. ai'rtúQXELa, - . autosuficiencia. )

autarquía 2 •••• 11 l. autosuficiencia. 11 2. [La acepción actual.]

autárquico, ca. [Enmienda.] autárquico 2, ca. adj. Perte­neciente o relativo a la autarquía económica, autosu­ficiente.

autárquico 1, ca. adj. Perteneciente o relativo a la autar-quía, poder para gobernarse a sí mismo.

autosuficiente. adj. Que se basta a sí mismo. balayo. ro. Can. balay, cesto de paja o mimbre. banjo. (Del ingl. ban;o.) ...

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74 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

baño 1 •••• " de asiento. Med. Aquel en el cual se sienta en la bañera quien lo practica, con objeto de no mo­jarse más que las piernas, las caderas y las nalgas. Hay bañeras espec!ahnente construidas para este fin.

barba .... 11 12 bis. fig. Cada uno de los diversos colgan­tes, virutas, rebabas, etc., en adornos y herramientas. 11 12 ter. Suciedad de los fondos de los buqu~s o de una vasija cualquiera. 1112 quater. Aristas o filamentos de la espiga. 11 12 quinquies. Las puntas, aguzadas hacia atrás, de la lengüeta de la saeta. 11 '" 11 13 bis. fig. Amér. Flecos de un pañol6n, reboz.Q, colcha, etc.

bamizadura. f. Acci6n y efecto de barnizar. barómetro .... 11 aneroide. [Enmienda.] barómetro me­

tálico. 11 holostérico. [Enmienda.] barómetro metálico. barriga .... 11 3. [Enmienda.] fig. Parte media abultada

de tina vasija, columna, etc. . bateaguas. m. Cualquier canal o ingenio que se coloca

para impedir que el agua de lluvia penetre en el edificio o se deslice perjudiciahnente. 11 2. Ar., Nav. y La Rioja. paraguas.

batiente. '" 11 2. [Enm~da.] Parte del cerco de las hojas de puertas, ventanas y otras semejantes ...

batipelágico, ca. (Del gr. ~a.eú~, profundo, y JtÉAayo~, mar.) adj. Perteneciente o relativo a las grandes pro­fundidades marinas.

batología. [Enmienda a la etimología.] (Del gr. ~anoAoy¡a,' balbuceo.) 'f. ...

biberón .... 11 2. Leche que' contiene este frasco y que mama el niño cada vez.

bi«:,nestar. ... 11 3. Estado de la persona humana, en el que se le hace sensible el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica.

biomasa. f. Biol. Cantidad de materia que vive en un área determinada, expresada habitualmente en peso estimado por unidad de área, volumen, etc. Esta me­dida es de interés en ecología como índice de la acti­vidad de los seres vivos y de producci6n de energía.

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 75

biótico, ca. adj. Perteneciente o relativo a la biota .. bipedestación. Del lato bipes, -edís, bípedo y starío, -anís,

estación.) f. Posición en pie. bloquear .... II 1 bis. Detener, frenar un movimiento o

un proceso con un obstáculo. O.t. en sent. fig. 111 ter. Interrumpir la prestación de un servicio por la inter­

. posición de un obstáculo o por sometérsele a un exceso de demanda.

bofe. . .. 11 ser uno un bofe. fr. fig. C. Rica y Cuba. Ser muy pesado, molesto, pelma, inoportuno.

botador, ra .... 11 1 bis. [Enmienda.] Se añade ... Amér. Central, menos C. Rica.

-brunela. f. consuelda. ,caballo. ... 11 de silla. El que se usa para montar. 11 2.

desuso [La acepo actual.] cagarria. ... 11 2. diarrea. 11 3. Persona cobarde, pusilá-

nime. cal. ... 11 anhidra. [Suprímese.] caliche. ... [Enmienda.] caliche'. caliche 2 (a). loe. And. Forma de beber agua u otro líqui­

do a chorro. calor .... [Enmienda.] ambo ... calpense. (Del nombre del antiguo Gibraltar.) adj. Natu­

ral de Gibraltar. O.t.c.s. cambio .... 11 libre cambio. [Enmienda.] V. librecambio. campanudo, da, ... 11 2 bis. Que se expresa en estilo

campanudo. campestre. ... 11 2. Dícese de las fiestas, reuniones, co­

midas, etc., que se celebran en el campo. canario, ria .... 11 6 bis. V. tabaco canario. cancha 1 •••• 11 9. [Añádese.] ... y C. Rica. 1I abrir

cancha. fr. fig. [Añádese.] ... y C. Rica. 11 ¡cancha! . [Aiiádese.] ... y C. Rica. ¡ I tener cancha. fr. fig

Argent. Tener experiencia. caniller~ .... 11 2. [Añádese.] ... y C. Rica. canilludo, da. adj .... [Añádese.] ... y C. Rica. cañabrava. f. Amér. caña brava.

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76 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

cañero, ra .... 11 5 bis. [Añádue.] .,. Col. y C. Rica. capital. ... 11 9. [Enmienda.] Caudal o· bienes que apor-

taba el marido al matrimonio. 11 10. [Enmienda.] Valor de lo que, de manera peri6dica o accidental, rinde u ocasiona rentas, intereses o frutos. 11 11. [Enmienda.] Econ. Elemento o factor de la produc­ci6n constituido por inmuebles, maquinaria o instala­ciones de cualquier género, que, en colaboraci6n con otros factores, se destine reiteradamente a la obtenci6n de un producto. 11 .,. 11 fijo. Econ. El que se destina con incorporación y forma estables, a la' producción. constituido por inmuebles, maquinaria e instalaciones. 11 ... 11 nacional. Econ. La parte del patrimonio nacio­nal constituida por bienes producidos por el hombre. 11 ... 11 social. Der. Conjunto de las sumas o de los bienes valorados que los socios de una sociedad apor­tan a ésta, para desarrollar su actividad lucrativa y responder de sus obligaciones.

cápsula. '" 11 espacial. [Suprímese.] 11 '" 11 interna. Anal. Porción de la substancia blanca del cerebro,

, 'comprendida entre el cuerpo estriado y el tálamo . óptico.

caracterización. f. Acción y efecto de caracterizar o carac­terizarse.

carátula. . .. 11 3. Portada de un libro. caravana .... " l. [Enmienlla.] Grupo de gentes que en

Asia y África se juntaban para hacer un viaje con seguridad: era muy frecl,lente entre los turcos, moros, persas e individuos de otras naciones, cuando iban por él desierto a visitar el sepulcro de Mahoma, o a las ferias de diferentes ciudades. 11 ... 11 3 bis. Cuadrilla o comitiva de personas, montadas o a pie, que van juntas. 11 3 t~r. Recua de animales o conjunto de ca­rruajes que van juntos. " 3 quater. COI\junto de auto­móviles que, por ser la circulación muy densa, se ven forzados a marchar lentamente y a poca distancia

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 77

entre ellos. " 3 quinquies. Vehículo acondicionado para cocinar y dormir en él, que, remolcado por un automóvil, se usa en viajes largos; y, también el auto­móvil mismo dispuesto para aquellos fines. " ... 11 5. [Enmienda.] Hond. y Méf. Gestos y visajes, especial­mente los de saludo.

careta. ... 11 4. Parte delantera de la cabeza del cerdo, salada para su conservación.

caricaturización. f. Acción y efecto de caricaturizar.

cariño .... 11 4. [Añádese.] Col. y C. Rica. carisma. ... 11 2. Por ext., se aplica a algunas personas, - como políticos, religiosos, actores, etc., que atraen

vivamente a las muchedumbres. casquero, ra. [Enmienda.] m. y f. Persona que vende

vísceras y otras partes comestibles de la res que no son carne.

castañazo. [Enmienda.] m. Golpetazo, puñetazo.

ciclo. ... 11 económico. Período de la economía de un país en el que se reiteran fases de expansión y con­tracción, de duración no muy variable.

ciclón .... 11 2. Meteor.borrasca, régimen de vientos. 11 3. Hg. Dícese de la persona llena de ímpetu.

ciclónico, ca. [Enmienda.] adj. Perteneciente o' relativo al ciclón y, en especial, a la rotación de sus vientos.

ciencias. . .. 11 exactas. Decíase especialmente de las ma­temáticas. 11 .,. 11 humanas. Las que se ocupan de los aspectos del hombre y de la sociedad no estudiados en las ciencias naturales, como psicología, antropolo­gía, sociología, historia, etc. 11 .,. 11 naturales. [ En­mienda.] Las que tienen por objeto el estudio de la naturaleza (geología, botánica, zQología, etc.; a veces incluyen la física, la química, etc.). 11 ... " sociales. Aplícase a menudo a las ciencias humanas.

citación. '" ".1 bis. Aviso por el que se cita a alguien para una diligencia.

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78 TEXTOS y DOCUMEN'i'OS BAAL, XLVII, 1982

claro, ra. ... 11 22 bis. Espacio sin árboles en el interior de un bosque.

comer 2. ••• 11 12. prnl. fig. Hablando de ciertas prendas, como calcetines, medias, etc., formarse en ellas arrugas o encogerse cuando se va andando, hasta desaparecer en el zapato.

corrtprimido, da. ... 11 3 bis. Zool. Dícese del cuerpo o de alguna de sus partes que son aplanadas en sentido vertical.

concienciar. tr. Hacer que alguien sea consciente de algo. 'O.t.c.prnl. 11 2. prnl. Adquirir conciencia"de algo.

concientizar. tr. concienciar. concreción. ... 11 l. [Enmienda.] Acción y efecto de

concretar. 11 2. Masa formada por depósito o deseca­ción y hecha más o menos compacta por cualquier causa.

concretar .... [Como lq. acepcwn.] Hacer concreto. concreto .... 11 2. [ Enmienda.] Dícese de lo que resulta

como concreción. ,concurrencia .... 11 l. [Enmi~nda.] Acción y efecto de

concurrir. 11 1 bis. Conjunto de personas que asisten a un acto o reunión.

concurrir .... 11 2. [Se suprime.] ... con una cantidad. constante .... 11 constantes vitales. Med. Conjunto de

datos relativos a la composición y las funciones del organismo, como la cifra de glucosa y de urea en la sangre, el grado de acidez del suero sanguíneo, la ten­sión arterial, etc., cuyo valor debe mantenerse dentro

. de ciertos límites para que la vida prosiga en condi-cion~s normales ..

conteo .... 1I 2. [Añádese.] ... Col. y C. Rica. contraconcepción. f. anticoncepción. contraconceptivo, va. adj. anticonceptivo. controlador, ra. ... 1I aéreo. Técnico especializado que

tiene a su cargo, principalmente, la orientación, regu-

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 79

lación, vigilancia, etc., del despegue y aterrizaje de aviones en un aeropuerto.

cordón .... 11 5. [Se añade.] C. Rica, Par. y Urug. corrongo, ga. adj. C. Rica. mono, bonito, atractivo. corteza. ... 11 cerebral. Anat. Capa más superficial del

cerebro, constituida por substancia gris. coste .... 11 de producción. Econ. Conjunto de gastos reali­

zados en el proceso productivo de una cosa o servicio. cuantificación. f. Acción y efecto de cuantificar. " 2.

Lóg ... . cucurucho .... [E~mienda.] Papel, cartón, barquiJIo, etc., _ arrollado en forma cónica. Sirve para contener dulces,

confites, helados, cosas menudas, etc. Ú.t. en sent. fig. 1I 2. Capirote cónico de penitentes y disciplinantes. 11 3. Col., C. Rica, Nicar., P. Rico, Sto. Dom. y Venez. Parte más alta de algo, como árbol, casa, etc. 11 4. Col., C. Rica, Nicar., P. Rico, Sto. Dom. y Venez. colina 1,

elevación natural del terreno. cuerpo. ... 11 estriado. Anat. Masa de substancia gris si­

tuada en la base del cerebro y en la parte externa de cada uno de los ventrículos laterales.

curso .... 11 pnstoperatorio. Med. Sucesivo estado del en­, 'fermo sometido a operación quirúrgica, desde ésta

hasta la curación o la muerte del paciente. chaChalaca .... 11 1. [Enmienda.] .. , Amér. Central y

Mé¡ . ... 11 2 ... , Amér. Central y Mé¡. chan .... [Añádese.] ... ' y C. Rica. chelín. ... [Enmienda.] Moneda inglesa de plata, que

equivalía .. . chilindrón. ... 11 1 bis. Guiso hecho con' trozos de carne

(ave, cerdo, cordero) y diversas salsas. china 4. '" 11 2. C. Rica. Niñera. chinear 2. '" 11 2. C. Rica. Mimar, cuidar con carmo y

esmero. 11 3. [La segunda actual.]. . chineo. m. C. Rica. Acción y efecto de chmear 2, mimar,

halagar.

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80 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

chiste .... [Enmienda a la 19 acepción.] m. Dicho o historieta muy breve en los que se ofrece un juego verbal o conceptual capaz de mover a risa. Muchas veces se pres·enta ilustrado por un dibujo, y puede consistir s610 en este. 11 ... 11 tener chiste una cosa. fr. ir6n. tener gracia, resultar algo agradable. 11 2. Amér. dar uno en el chiste.

chorreón. m. chorretada, golpe o chorro de un líquido. I! 2. Huella o mancha que deja ese chorro.

chorretón. m. chorretada, chorro o golpe de un líquido. 11 2. Mancha o huella que produce ese cborro.

chulo, la .... 11 3. [Se suprimen las localizaciones.] danta .... 11 3. [Enmienda.] adj. V. caña danta. dar .... 11.17 bis. Sin objeto directo expreso, golpear,

zurrar. defecto. . .. 11 en defecto de, o en su defecto. loe. adv. A

falta de la persona, cosa o requisito preceptivos o normales.

déictico, ca. adj. Perteneciente o relativo a la deixis. 11 2. m. Elemento gramatical que realiza una deixis.

deíctico, ca. (Del gr. ()€Lx.nx.ó~.) adj. Referente a la ope­ración de señalar o mostrar, mostrativo.

deixis. f. Ling. Señalamiento que realizan ciertos elemen­tos lingüísticos, mostnmdo (este, esa), o refiriendo a una persona (yo, vosotros), lugar (allí, arriba), o tiem­po· (ayer, ahora, luego) concretos. El señalamiento puede referirse a otros elementos del discurso (Invité

~ a tus hermanos y a tus primos, pero ESTOS no acep­taran) o presentes solo en la memoria (AQUELLOS días fueron magníficos). 11 2. Mostración que se realiza mediante un gesto, acompañando o no a un déictico gramatical.

dejar. ... 11 10 bis. En frases negativas y seguido de un infinitivo, expresa con atenuación lo que expresaría, en lugar del infinitivo, una forma personal del verbo

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BAAL, XL VII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 81

correspondiente. NO DEJA DE TENER gracia _. tiene alguna gracia.

denominación. ... [Enmienda.] f. Nombre, título o so­brenombre con ...

dentistería .... [Suplemento.] 11 l. [Añádese.] '" y C . . Rica. 11 2. [Añádese.] ... y C. Rica. .

deprimido, da. .,. 11 4. Zool. Dícese del cuerpo o de alguna de sus partes que son aplanadas en sentido horizontal.

derecho, chao ... 11 de réplica. Der. derecho de respuesta. derivativo, va .... 11 2. [Enmienda.] Farm. Dícese del

- medicamento que aparta de la zona afectada por una enfermedad los humores o las substancias determinan­tes de ella.

desarrollar. . .. 11 4. Exponer una cuestión, tema, lección, etc., con orden y amplitud.

descacharrante. p.a. de descacharrar. Que descacharra. descacharrar .... [Añádese.] Ú.t.c.prnl. desdormido, da .... [Enmienda.] adj. Desvelado o mal

despierto. desinformación. f. Acción y efecto de desinformar. desinformar. intr. Dar información intencionadamente

desvirtuada al servicio de ciertos fines. desmán 2. [Enmienda.] (Del sueco, désman, almizcle, a

través del francés.) m. Mamífero insectívoro, afín a los topos, de unos 25 cm. de largo, contand,., la cola, hocico prolongado en trompa, pies palmeados, pelaje espeso y cola escamosa, algo comprimida. Vive a orillas de ríos y arl'Oyos y se alimenta de insectos acuáticos. Hay una especie en los Pirineos, desmán de los Pirineos, que suele llamarse ratón almizclero (Calerrujapyrenaicus) y otra en la región del Volga (Desmana moschata) que es el desmán almizclado, cuyo olor a almizcle es muy acusado.

desmelenadamente. adv. m. Con desmelenamiento. desmelenado, da .... 11 2. [Enmienda.] ... que se pre-

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82 TEX'l'QS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

senta sin la compostura debida o que procede con arrebato. O.t.c.s.

desmelenamiento. ... 11 2. Acción de proceder con arre­bato o de presentarse sin la debida compostura.

despabilar .... 11 3 .... O.t. en sent. fig. despelotar 2. [Enmienda.] despelotarse. prnl. Desarrollar­

se favorablemente. Dícese más hablando de los niños. 11 2. [Se suprime pmI.]

despicar 2. tr. Quitar a las gallinas la parte más aguda del pico. O.t.c.prnl. 11 2. Argent. y Col. prol. Perder el pico los gallos de pelea. . .

destapar. ... 11 3. prnl. Dar uno a conocer habilidades, intenciones o sentimientos propios no manifestados antes.

desvelar 2. tr. fig. Descubrir, poner de manifiesto .. día. ... 11 feriado. ... 11 2. día festivo, que es lo que el

pI. feria designaba en latín clásico. 11 3. día de trabajo, porque la Iglesia designó como feria, es decir, fiesta dedicada a un santo, cada día, como se ve aún en la designación de los días en portugués u otras lenguas.

mctico, ca. adj. deíctico. diferendo .... [Añádese.] ... y Argent. d~gI1o, na. ... 11 3. Que tiene dignidad o se comporta

con ella. dinero. ... 11 6 bis. Econ: Medio de cambio de general

aceptación, que puede ser declarado medio legal de pago, constituido por piezas metálicas acuñadas, bille­

.. tes u otros instrumentos fiduciarios.

d~sco .... 111. [Enmienda.] ... que en los juegos gimnás-ticos servía para ejercitar ... 11 1 bis. Tejo lenticular de madera con cerco metálico, que se lanza en ciertos juegos atléticos; pesa un kilo o dos, según sea lanzado por mujeres u hombres.

discreción. ... 11 3. [E'nmienda.] Reserva, prudencia, circunspección.

disecador. fEnmienda.] disecador, ra .... adj.

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BAAL, XLVII, 198.2 TEXTOS y~ DOCUMENTOS 83

displasia. (Del gr. M~, dificultad, desgracia, y Macrcrw, formar, modelar.) f. Pat. Anomalía en el desarrollo de un órgano.

displásico. adj. Pat. displástico. displástico. adj. Pat. Perteneciente o relativo a la displasia. displicente ... , 11 2. [Enmienda.] Desdeñoso, desconten-

tadizo, desabrido o de mal humor. O.t.c.s.

disputar .... 11 4. [Se añade al final de la definición.] ... O.t.c.prnl.

distancia .... 1I a respetable, o a respetuosa, distancia. fr. __ fig. A considerable distancia, lejos, apartado. '11 2. [La

acepción actual.] distan~iamiento. m. Acción y efecto de distanciar o dis­

tanciarse. 11 2. Enfriamiento en la relación amistosa y disminución de la frecuencia en el trato entre dos personas. 11 3. Alejamiento afectivo o intelectual de una persona en su relación con un grupo humano, una institución, una ideología, una creencia o una opinión. 11 4. Recurso artístico, principalmente teatral, mediante el cual se consigue que el espectador o el lector queden psíquicamente distantes de la acción representada o leída, y puedan así adoptar ante ella una actitud claramente cognoscitiva y crítica.

distinguir. '" 11 2 bis. Hablando de cualidades o proce­deres, caracterizar a una persona o cosa. Juan con la generosidad que lo DISTINGUE, renunció a lo que le ofrecían.

distribución. ... " 2 bis. Econ. Repartición del valor del producto entre los factores de la producción.

diversivo, va. ... " 2. [Enmienda al Suplemento.] En la medicina tradicional, aplicábase al medicamento .. .

doblar. '" 11 15. TaUt"om . . ,. [Pasa a ser] 11 18 bis ... . donante .... 11 l. Persona que aparece retratada con fre­

cuencia en el ángulo inferior de cuadros y tablas de la pintura medieval. 11 2. como Med. Persona que

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84 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

voluntariamente cede un órgano, sangre, etc., con fines terapéuticos.

ecumenismo. m. ReZ. Tendencia o movimiento que intenta la restauración dé la unidad entre todos los cristianos para conseguir una Iglesia verdaderamente universal.

elaborado, da. p.p. de elaborar. 11 2. adj. Que ha sido preparado o dispuesto para una finalidad.

elaborador, ra .... 11 2. En ciertos trabajos, operario espe­cializado. O.t.c.s.

elefante .... 11 blanco. [Enmienda.] Amér. ... ¡

embatada. f. embate, golpe de mar o de 'viento que hace cambiar el rumbo de la nave.

empajar .... 11 2. [Añádese.] ... Ecuad. y Nicar. 11 ... 11 5. [Enmienda.] Can., P. Rico y Venez. Hartarse, lle­narse de comida.

empañado, da. p.p. de empañar. 11 2. adj. Dícese de la voz cuando no es sonora y clara. 11 3. Dícese del cristal o de cualquier otra superficie cuando se le ha adherido el vapor de agua. O.t.c.s.

emisor, ra. . .. 11 4. m. y f. Persona que enuncia el men­. saje en un acto de comunicación. empaje. m. Col. Cúbierta hecha con paja, de una casa. empaque l. • •• 11 3. Col. Y C. Rica. zapatilla, pieza para

mantener herméticamente cerradas dos piezas distintas. empaque 2. ••• 11 3. [A.fWdese.] And . ... encabezar. ... It 4. [Enmienda.] Acaudillar, presidir,

poner o ponerse al frente. engandujo .... [Enmienda.] gandujado, adorno retorcido

o con pliegues. entropía. ... 11 2. Inform. Medida de la incertidumbre

existente ante un conjunto de mensajes, del cual va a recibirse uno solo.

eocénico, ca. adj. Geol. eoceno. escala .... 11 7. Aer. y Mar. Lugar donde tocan las aero­

naves o embarcaciones entre su punto de origen y el de destino. 11 ... 11 hacer escala. fr. Aer. y Mar. Tocar

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 85

una aeronave o una embarcación en un lugar antes de llegar a su punto de destino. Ú.t. en sent. Hg.

escanograma. f. Radiografía obtenida mediante el escáner. específico, ca .... 11 1 bis. Especial, característico, propio. esquimal. ... 11 l. [Enmienda.] Pueblo de raza mongó-

lica que, en pequeños grupos dispersos habita la mar­gen ártica de América del Norte, Groenlandia y ex­tremo oriente de Asia.

estilo. ... 11 imperio. El que predominó en las bellas artes yen las artes decorativas durante el reinado de Napoleón 1 y, por ext., de las modas y estilos que

_ modernamente se inspiran en aque,lla época. . . estrella .... " l. [Enmienda.] Cada uno de los cuerpos

celestes que brillan en la noche, a excepción de la Luna. " 1 bis. [Suprímese.] " ... " 8 bis. Artista muy descollante en el mundo de los espectáculos. 11 8 ter. Astron. Cuerpo celeste que brilla en el cielo con luz propia.

estrellato. m. Consagración que recibe una estrella del espectáculo.

estudiar .... 1/ 3 bis. Observar, examinar atentamente. La cuestión merece ESTUDIARSE.

etnia. f. Grupo humano que presenta afinidades somáti­cas, lingüísticas o culturales.

étnico, ca .... 11 2. [Enmienda.] Perteneciente a una nación, raza o etnia.

exclamación. ..: 1/ 1. [Enmienda.] ... se refleja una emoción, sea de alegría, pena, ...

exclamar .... [Enmienda.] tr. Emitir palabras ... Ú.t.c. , intr.

expansión .... /1 1. [Se suprime.] Fís. extornar. tr. Com. Pasar una partida del debe al haber o

viceversa. extorno .... [Como 1(} acepción.] m. Acción y efecto de

extornar. 11 2. [La actual.]

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86 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

extraplano, na. adj. Dícese de las cosas que son más planas o delgadas que otras de su especie. Reloj EXTRAPLANO.

extravagante .... " 1 bis. Raro, extrafio, desacostuml»"ado. excesivam~nte peculiar u original.

fajar .... " 3. [Enmienda.] ... y C. Rica. !I ... " 6. prnl. [Enmienda.] .,. y C. Rica.

faltar .... " 7. [Enmienda.] Dejar de asistir a otro. " 7 bis. Tratar con desconsideración o sin· el debido respeto a otra persona.

farra. [Enmienda a la etimología.] (Voz onomatopéyica, como el vasco, farra, parra, risa, burla; la voz se ha extendido desde el Río de la Plata.) 'f. Juerga, jarana, parranda. " 2. [La 1'" acepción actual.] " tomar a uno para la farra. loe. ., . .

feria. . .. " l. [Enmienda.] En el lenguaje eclesiástico, cualquiera de los días de la semana ...

ferrete .... " dar ferrete. fr. fig. Ar. y Mure. Dar la lata, especialmente cuando se maneja algo con demasiada insistencia.

fetén. adj. vulgo Sincero, auténtico, verdadero, bueno, evi­dente. 11 2. f. vulgo La verdad.

fiebre .... " térmica. Med. La producida por la exposi­ción del cuerpo a una temperatura exterior demasiado intensa. Ú. a veces como sinónimo de insolación.

fila .... 11 l. [Enmienda.] Serie de personas o cosas colo­cadas en línea .... fl 9. pI. Fuerzas militares. Ú.m. con la prep. en. Cundió el pánico EN las FU.AS enemi­gas. " 10·. pI. Por ext., agrupación política. He formado constantemente en las FILAS de la oposición.

filosofar .... [Enmienda a la 1'" acepción.] Discurrir con razones filosóficas.

flegmasía. ... [Enmienda.] f. desuso Pat. Proceso pato-lógico .. .

fletear. ... [Suplemento.] 11 1. [Añádese.] y C. Rica. flotación .... 11 3. ,Metal. Prqceso para la concentración

y separación de sólidos de granulometría fina que pre-

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 87

sentan distintas propiedades superficiales, generalmen­te mezclas de minerales y gangas, por medio de espu­mas que retienen los materiales no mojados por el agua.

fluidificación. f. Acción y efecto de fluidificar. fluidización. f. En ingeniería química, proceso por el que

sólidos generalmente con granulometría fina, se ~om­portan como fluidos al mantenérselos en movimiento turbulento en una corriente gaseosa, o líquida en algu­nos casos.

flux .... 11 2. [Enmienda.] And~ y Amér. Terno, " . fono m. Fís. fonio, en la nomenclatura internacional.

-16nometría. (De fono- y -metría.) f. Estudio de la inten­sidad de los sonidos.

forraje .... 11 2. [Enmienda.] Se suprimen los localismos. fósforo. ... 11 4. fig. Meollo, entendimiento, agudeza,

ingenio. fotoquímico, ca. adj. Perteneciente o relativo a la foto­

química. francesista. como Persona versada en la lengua y cultura

francesas. franco .... 1111 bis. [Enmienda.] Argent. y Urug. franco

de servicio, libre de obligación o trabajo. En-varios países se refiere especialmente a obligaciones mili­tares.

fresco, ca. ... 11 mandar a uno a tomar el fresco. loe. despedirle con irritación o burla, denegándole alguna pretensión.

frigoría. f. Unidad de medida de absorción del calor, em­pleada en la técnica de la refrigeración; corresponde a la absorción de una kilocaloría.

fruncido, da. p.p. de fruncir. 11 2. frunce. 1I 3. adj. Afec­tado, picajoso, receloso, disgustado o colérico.

fruta .... 11 del país. La producida en él, no importada. ! I 2. Hg. Cosa peculiar y habitual en él.

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88 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

fuego .... [Primera acepción.] El más leve y activo de los cuatro elementos que en la constitución del mundo distinguían muchos filósofos antiguos. 11 1 bis. [La actual lf1 acepci6n, enmendada como sigue.] Calórico y luz producido 'por la combustión.

gafotas. (aum. de gafas.) adj. despect. Dícese de la per­sona que usa gafas. O.t.c.s.

ganado .... 11 l. adj. Dícese de lo que se gana." garbanzo. ... 11 de pega. Pequeña bola con carga explo-

siva que los muchachos arrojan al suelo o contra las paredes para hacerla explosionar y a~star a la gente con el ruido.

gastroenterología. (Del gr. yaa-rlLQ, yaa-rQóc;, estómago; EVTEQOV, intestino, y -logía.) f. Rama de la medicina que se ocupa del estómago y de los intestinos y de sus enfermedades. Por ext., se aplica también a la rama de la medicina que se ocupa de todo el aparato digestivo y de sus enfermedades.

gastroenterólogo, ga. m. y' f. Persona especializada en gastroenterología.

gatas (a); . .. 11 y los que anduvo a gatas. loe. fam. con la que se afirma que una persona tiene más años de los que manifiesta. Tiene cuarenta años, y LOS QUE

ANDUVO A GATAS.

gato l. .., 11 defenderse como gato panza o boca arriba. loe. En actitud de defensa exasperada.

gen. [Enmienda.] ... ca'tacteres hereditarios en los virus, las bacterias, las plantas y los animales.

gente, ... 11 ser como la gente. [Se añade al Suplemento.] ... Col. y C. Rica. 11 ser gente. [Se añaele al Suple-

• mento.] '" Col. y C. Rica. geografía. ... 11 2. Territorio, paisaje. O.t. en sent. fig. germanista. [Enmienda.] como ... gilito. (Del nombre Gil.) adj. gimnasia. .;. 11 sueca. La que se hace sin aparatos. ginecomastia. f. Med. Volumen excesivo de las mamas de

un hombre, producida por alteración hormonal.

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 89

gofio .... 11 2. [Añádese.] ... y C. Rica. golpetazo. m. Golpe fuerte. gonadal. adj. Perteneciente o relativo a las gónadas. gonádico, ca. adj. gonadal. gordo. . . . 11 no haberlas, o no habérselas, visto tan o más

gordas. loe. No haberse encontrado en situación tan difícil o comprometida.

gota .... 11 gota a gota ... 11 2. m. Med. Método para administrar lentamente, por vía endovenosa, sueros o sangre. 11 3. Med. Aparato con el cual se aplica este método.

gotero .... 11 1. m. fam. gota a gota, aparato. 11 2; [La -- actual.] gracia. ... 11 tener gracia una cosa. ... 11 2. Resultar

agradable o satisfactoria. granizada .... 11 3. [Enmienda.] granizado, refresco hecho

con hielo. granizado. [Enmienda.] granizado, da. adj. Dícese del

refresco hecho con hielo machacado al que se agrega alguna esencia o jugo de fruta. Café o limón GRANI­

ZADO. Ú.t.c.s. granulometria. (De gránulo y -metría.) f. Geol. Parte de

la petrografía que trata de la medida del tamaño de las partículas, granos y rocas de los suelos. 11 2. Tamaño de las piedras, granos, arena, etc., que constituyen un árido o polvo.

granulométrico, ca. adj. Perteneciente o relativo a la gra­nulometrÍa.

gris. '" 11 6. [Enmienda.] Frío, o viento frío, ¡Hace un GIUS! 11 ... 1I perla. El que recuerda. en su tonalidad el color de la perla. 11 marengo. El de color gris obscu­ro, casi negro.

grupo. ... 11 sanguíneo. Conjunto de factores que carac­terizan las reacciones de hemoaglutinación, que deben tenerse en cuenta antes de proceder a las transfusio­nes de sangre.

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90 TEXTOS y DOCUME!oiTOS BAAL, XLVII, 1982

guachimán ...... [Enmienda al Suplemento.] 11 l .... y C. Rica.

guadameco .... [Suprímese.] guamigón. [Supríme~e.] guerra. ... 11 preventiva. La que, contra las normas del

derecho público, emprende una nación contra otra presuponiendo que esta se prepara a atacar1a~

guindar .... 11 4 bis. Germ. Robar, hurtar. gutural. ... 11 3. [Enmienda.] Fon. Aplícase al sonido

articulado que se produce al tocar el dorso de la lengua con la parte posterior del vela..del paladar o acercarse a él formando una estrechez por la que pasa el aire espirado. En sentido amplio se llaman también guturales los sonidos articulados en la úvula o contrayendo la faringe.

hablar .... 11 hablar una cosa con uno. [Suprímese.] hacer .... 11 no me hagas tanto que. [Suprímese.] heladero, ra .... 11 3. [Enmienda.] Persona que fabrica o

vende helados o tiene una heladería.

helminto .... [Enmienda.] m. Zool. gusano; se aplica en especial, a los que son parásitos del hombre y de los animales.

helmintología .... [Enmienda.] f. Zool . ... , en especial de los parásitos de importancia médica y veterinaria.

hemoaglutinación. f. Aglutinación de las células sanguí­neas.

hendedura .... [Enmienda.] hendidura. hendido, da. p.p. de hender. fI 2. adj. Rajado, abierto. " 3.

Dícese del labio o pata de algunos animales, cuando • presentan una abertura que no llega a dividirlos del

todo. Labio HENDIDO, pata HENDIDA. 11 4. Dícese de la hoja cuyo limbo se divide en lóbulos irregulares.

hendidura .... [Enmienda.] Abertura o corte que se hace en un cuerpo sólido cuando no llega a dividirlo del todo. 11 2. Cavidad, o grieta, más o menos destacada en una superficie.

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 91

hepatología. (Del gr. ~Jtale, iírca"Co¡;, hígado, y -logía.) f. Rania de la medicina que se ocupa del hígado y de las vías biliares y de sus enfermedades.

hepatólogo, ga. m. y f. Persona especializada en hepato­logía.

herejía. . . . 11 4. Daño o tormento infligido a una persona o animal.

hidromecánico, ca. adj. Dícese de ciertos dispositivos o aparatos en los que se aprovecha el agua como fuerza motriz.

higienización. f. Acción y efecto de higienizar. JPlván .... 11 2. [Enmienda.] Hilo empleado para hilvanar. hora. ... 11 10 bis. pI. hora inesperada, desacostumbrada

O inoportuna. ¿A estas HORAS me lo vienes a decir? ¡A qué HORAS te levantas! ¿Qué HORAS son estas de v'isitar a nadie? 11 •.. 11 tener uno muchas horas de vuelo. fr. Hg. y fam. Poseer gran experiencia en una actividad, asunto, negocio, etc. 11 2. Hg. y fam. Ser muy avisado, astuto, disimulado. Tómase por lo común a !pala parte.

hueso .... " hioides. [Enmienda.] Anat. hueso situado en la base de la lengua y encima de la laringe.

huesque. Voz que se emplea para hacer que las caballe­rías tuerzan a la izquierda.

humanamente. ... 11 2. [Enmienda.] Sin salirse de los límites humanos.

idiotismo. ... 11 1 bis. idiocia. igual. ... " en igual de. [Enmienda.] m. adv. p. uso ... ilusión .... 11 4. Viva complacencia en una persona, cosa,

tarea, etc. ilusionista. [Enmienda.] como ... ilusionar. ... 11 1 bis. Despertar viva complacencia en

algo. Ú.t.c.prnl. incumplido, da. p.p. de incumplir. 11 2. adj. Que no cum­

ple con sus obligaciones o con lo que promete. 11 3. Que no cumple o que no paga.

indio l .••. 11 4. [Suprímese.]

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92 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

indio 2 •••• 11 2. [La acepo 49 del primer artículo.] indoblegable. adj. Que no desiste de su opinión, propó-

sito, conducta, etc. indolente .... 11 3. Insensible, que no siente el dolor. indudable. .,. 11 2. évidente, claro, patente. inmodificable. adj. Que no se puede modificar. inodoro, ra ... , 11 2. [Enmienda.] ... , para impedir el

paso de los malos olores. Ú .t.c.s.m. . . insecto. . .. 11 social. Biol. El que vive formando parte de

una comunidad constituida por numerosos individuos de aspectos diferentes,. que de maneJ;~ jerarquizada cumplen cometidos específicos, según normas o pau­tas innatas y estereotipadas de comportamiento, tal como ocurre en las colmenas de las abejas o en los hormigueros. Ú.m. en pI.

insolación .... [Enmienda a la 19 acepción.] Malestar o enfermedad interna· producidos por una exposición de­masiado prolongada a los rayos solares, cuando éstos son intensos.

insonoridad. f. Calidad de insonoro. insonorización. f. Acción y efecto de insonorizar. insonorizar. tr. Acondicionar un lugar, habitaciÓn, etc.,

para aislarlos de los ruidos del exterior. 11 2. Hacer que un motor, máquina, etc., funcionen con el menor ruido posible.

insonoro, ra. [Enmienda.] (De in 2 y sonoro.) adj. Que no produce o no transmite sonido.

instantaneidad. f. Calidad de instantáneo. institucional. ... [Se afw.de al final.] ... a una institución

o a instituciones políticas, religiosas, sociales, etc. institucionalidad. f. Calidad de institucional. institucionalización. f. Acción y efecto de institucionali­

zar. 11 2. legalización, dar estado legal a algo. institucionalizar. tr. Convertir algo en institucional. Ú.t.c.

prnl. 11 2. Conferir el carácter de institución. institucionalmente. adv. m. Con referencia o en relación

a una institución o instituciones.

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 93

integrar .... 11 2. [Enmienda.] Completar un todo con las partes que le faltaban.

intencional. ... 11 3. Fil. Dícese de los actos referidos a un objeto y de los objetos en cuanto son término de esa referencia.

interindividual. adj. Dícese de lo que concierne a la relaci6n entre individuos humanos como tales, a dife­rencia de lo social o colectivo.

internar. ... 11 2. [Enmienda.] Se suprime intr. y se año.de prnl. " 3. [Se suprime.] prnl.

intoxicar. . .. 11 2. fig. Dar un exceso de informaci6n des­- virtuada con el fin de crear un estado de opini6n pro­

picio a ciertos fines. involuci6n. ... 11 2. Detenci6n y retroceso de una evolu­

ci6n política, cultural,' econ6mica, etc., que se consi­dera positiva.

involucionista. adj. Perteneciente o relativo a la involu­ci6n. 11 2. Partidario de una involuci6n en política. cultura, etc.

ionosfera. f. Fía. Conjunto de capas de la atmósfera que están por encima de los ochenta kilómetros. Presentan fuerte ionización causada por la radiación solar, y afectan de modo importante a la propagación de las ondas radioeléctricas.

irrespetuosamente. adv. m. De manera irrespetuosa. isótropo, pa. '" [Enmienda al Suplemento.] adj. Fía;

Dícese de la materia que, con respecto a alguna pro­piedad determinada, no presenta direcciones privile­giadas.

isquemia. (Del gr. LOJ(ElV, detener, y ailla, sangre.) f. Pat. Disminuci6n transitoria o permanente del riego sanguíneo de una parte del cuerpo, producida por una alteraci6n normal o patol6gica de la arteria o arterias aferentes a ella.

italianista. como Persona versada en la lengua y cultura italianas.

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94 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

italianófilo, la. adj. Que simpatiza con Italia o con los italianos. Ú .t.C.S.

jaba ... , 11 1 bis. Cuba. Por ext., cualquier bolsa de tela, plástico, etc., para llevar a mano.

jayán. [Enmienda a la. etimología.] (Del fr. ant. iaiant, y este del lato • gagante. )

jueza. f. fam. Mujer del juez. 11 2. vulgo p. uso Mujer que desempeña el cargo de juez.

juicio ... ". 11 de mayor cuantía. [Enmienda.] ... del límite fijado por la ley.

lameculos. como vulgo Persona aduladora y servil. laminación. f. laminado, acción y efecto de laminar. lance .... 11 9. [Enmienda.] Cualquier suerte de la lidia. lapo .... 111. [Enmienda.] Cintarazo, latigazo, bastonazo

o varazo. 11 2. [Se suprimen las localizaciones.] lata. ... 11 dar la lata o dar lata a uno. fr. fig. y fam.

Molestarle, importunarle, acarrearle complicaciones o disgustos.

lector, ra. ... 11 3. [Enmienda.] p. uso ... 11 3 bis. El católico seglar que ha recibido el primero de los Mi­nisterios establecidos por la Iglesia y cuyo oficio es proclamar la palabra de Dios en los tres actos litúr­gicos.

lectorado. [Enmienda.] p. uso ... 11 1 bis. El. primero de los Ministerios establecidos por la Iglesia Católica para el culto litúrgico~

lengua .... 11 de escorpión. [Enmienda.] fig. lengua viperina. 11 '" 11 de trapo. ... 11 ... I! viperina. [Enmienda.] Pasa a esta voz la. definición de lengua

. de escorpión. 11 ... 11 3. Cuba y C. Rica. Deslenguado, lenguaraz. ·11 ... 11 con la lengua afuera. loe. adv. con la lengua de un palmo.

leña 2. ••• 11 hecho leña. [Se añade al Suplemento.] y C. Rica.

lexema. (Del gr. Aljl;, palabra.) m. Ling. Unidad de significación correspondiente a un radical, a la palabra o a una. palabra compuesta.

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 95

límite .... 11 2. [Se añade al final.] Se usa invariable en aposici6n en casos como dimensiones LÍMITE, situa­CWnÚMITE.

liquidar ... , 11 6. Hg. Y fam. Matar, asesinar. liso, sao ... " 5. [Enmienda.] Desvergonzado, atrevido,

insolente, respond6n. " 5 bis. [Suplemento.] Suprí­mese.

lo .... " 1 bis. Seguido de un posesivo o de un nombre introducido por la prep. de, la propiedad, casa o campo poseídos por quien se indica. LO mío, LO DE

Pérez . ..lucubrar. ... I! 2. Imaginar sin mucho fundamento. lusitanista. como portuguesista. luz. ... 11 a toda luz o a todas luces. ... 11 2. Evidente­

mente, sin duda. lIanito, tao adj. Dícese del natural de Gibraltar. Ú.t.c.s. lloron, na. ... " 2. [Enmienda.] Que llora, especial­

mente el que llora mucho y fácilmente. Ú.t.c.s. lloviznoso, sao ... [Se suprime.] Amér. macizo .... 11 4. [Enmienda.] ... residuos de pescados

triturados, como sardinas o chicharros, o sus desperdi­cios, o más comúnmente, por salvado y arena.

machote 2 .... " 2. [Añádese.] ... y C. Rica . ... manigua. [Enmienda al Suplemento.] (Voz taina.) f.

Ant. Terreno pantanoso cubierto de maleza o bosque. " 2. Hg .... " irse a la manigua. fr. Hg. Cuba y P. Rico. Levantarse en armas contra el gobierno.

manigual. m. Conjunto de maniguas. manigüero. adj. Perteneciente o relativo a la manigua. 11

2. Dícese de la persona que habita en la manigua. Ú.t.c.s.

marchante. ... 11 2 bis. Persona que comercia. especial­mente con cuadros u obras de arte.

marengo. [Enmienda.] marengo '. m .... marengo 2. adj. V. gris marengo. Ú.t.c.s. il 2. Tela de lana

tejida con hilos de distintos colores y que da el as­pecto de mezclilla.

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96 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

mariposa .... 11 6. Taurom. Suerte de correr las reses abanicando con el capote a la espalda y dando el diestro la cara al toro.

maternizado, da. p.p. de maternizar. \\ 2. adj. Que ha sido dotado de las propiedades de la leche de mujer. Leche MATERNIZADA.

maternizar. tr. Conferir propiedades de madre" (j tratar como madre. 11 2. Dotar a la leche vacuna de propie­dades que posee la de mujer.

matrícula .... 11 1. [Enmienda.] ... dejos nombres de las personas, o especificación de los bienes raíces, que se asientan . .. 11 ... 1\ 3. Acción y efecto de matricu-lar o matricularse. 11 .•. 11 4. matrícula de honor. 11 • •• 1\ de honor. Mejora de la nota de sobresaliente, que se concede en los exámenes, y da derecho a una matrícula gratuita en el curso siguiente.

matriculación. f. Acción y efecto de matricular o matricu­larse.

maxwell . .[Enmienda a la etimología.] (Del apellido de James Cleck MAXWELL, ... )

mermelada. [Enmienda a la etimología.] (Del port. marmelada, y esta, a su vez, de marmelo, membrillo.)

metal. ... [Enmienda.] m. Quím. Cada uno de los ele­mentos químicos buenos conductores del calor y de la electricidad,con útl brillo característico y sólidos a temperatura ordinaria, salvo el mercurio. En sus sales en disolución forman iones electropositivos (cationes).

meseta .... 11 2. [Enmienda.] Planicie o elevación si-• tuada a .considerable altura sobre el nivel del mar.

1\ 3. En las plazas de toros, lugar y localidades situa­dos sobre el toril o chiquero.

metical. [Enmienda a la etimología.] (Del ár. mitqiil, peso ... )

metisaca. f. Taurom. Estocada en la que el diestro no deja el estoque introducido en la res.

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 97

mezcalero, ra. adj. Dícese del individuo perteneciente a una tribu de indios apaches de la frontera norte de Nueva España. Ú.t.c.s.

mimbrero, ra. m. y f. Persona que se dedica a hacer objetos de mimbre.

mina 2 •••• 117. [Se añade al final de la definición.] Ú.t. dicho de una persona. Este hombre es una MINA. 11 ... 11 11. Mil. Artificio explosivo provisto de espoleta que, enterrado o camuflado, produce su explosión al ser rozado por una persona, vehículo, etc.

minifalda. f. Falda corta que queda muy por encima de - las rodillas. minusvalidez. f. Calidad de minusválido. miriñaque .... 11 2. Argent. Armadura de hierro que llevan

las' locomotoras en la parte delantera para apartar a un lado los objetos que impiden la libre marcha.

mojado, da .... 11 4. m. Acción y efecto de mojar. mojar .... 11 2 bis. fig. y fam. remojar, convidar, celebrar.

11 .•. 11 4. fig. y fam. orinar. O.m.c.prn!. molinete. '" 11 7. Taurom" Suerte de la lidia en la que

el matador gira airosamente en sentido contrario al de la embestida del toro, dándole salida.

molinetear. tr. TauraTn. Dar molinetes. mongolismo. [Enmienda.] (Por alusión a la facies que

recuerda la de un mongo!.) m. Enfermedad que se caracteriza por la coexistencia de un retraso mental, que puede llegar a la idiocia, y un conjunto variable de anomalías somáticas, entre la que destaca el pliegue cutáneo entre la nariz y el párpado, que da a la cara un aspecto típico. Está producida por la triplicación total o parcial del cromosoma 21.

monilla. f. Taurom. Defensa de hierro que usaron los pica­dores y resguardaba desde la muñeca al codo del brazo derecho.

monocular. adj. Dícese de la visión que se realiza con un solo ojo y de los aparatos que se emplean al efecto.

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98 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

montaje ... , 11 l. [Enmienda.] Acción y efecto de armar, o poner en su lugar, las piezas de un aparato o má­quina. 11 2. [Se suprime.] pI. 11 3. En el cine, selección y ajuste de planos y escenas de una película. 11 4. En el teatro, ajuste o disposición de todos los elementos de la representación. 11 5. Acúst. Grabación compuesta conseguida por la combinación de dos o m.ás graba­ciones. 11 6. Orfebr. Ajuste y acoplamiento de las diversas partes de una joya. 11 fotográfico. Fotografía conseguida con trozos de otras fotografías y diversos elementos con fines decorativos, publicitarios, etc.

montaña .. " 11 3 .... [Se añade.] C. Rica. . montar .... 11 8. [Se añade al final.] Ú.t. en sent. fig. morbilidad. [Suprímese.] mordente .... 11 2. [Enmienda.] quiebro, adorno musical

de dos, tres o cuatro notas que se ejecutan rápida­mente antes de otra. 11 3. [Suprímese.]

mostración. [Se suprime.] ant. mostrativo, . va. adj. Dícese de lo que muestra o se refiere

a la acción de mostrar. morucho. . .. 11 2. Designación popular del toro negro. 11

3. Sal. Toro de media casta brava. movido, da. '" l' 3 bis. Taurom. Dícese del lance o

suerte que se practica sin quietud en los pies. musageta. (Del lato musagetes.) adj. Mit. Aplícase a

Apolo y Hércules cOmO conductores de las musas. Ú.t. en sent. fig. y C.S.

muscardino. m. ratón almizclero. museo. ... " 2. [Enmienda.] Lugar en que se ~uardan

objetos artísticos o colecciones científicas, convenien­temente colocados para que sean examinados. 11 3. Institución, sin fines de lucro, abierta al público cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, es­tudio y exposición de los objetos que mejor ilustran las actividades del hombre, o culturalmente impor­tantes para el desarrollo de los conocimientos huma­nos. ".4. Por ext. Lugar donde se exhiben objetos o

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 99

curiosidades que pueden atraer el interés del público, con fines turísticos.

museografía .... [Enmienda.] f. Conjunto de técnicas V

prácticas relativas al funcionamiento de un museo. . museográfico, ca. adj. Perteneciente o relativo a la mu­

seografía. muse6grafo, fa. m. y f. Persona versada en museografía. museología. (Del gr. 1l0UCTELOV, museo, Y -logía.) f. Ciencia

que trata del museo, su historia, su influjo en la socie­dad, las técnicas de conservación y catalogación, etc.

museoI6gico, ca. adj. Perteneciente o relativo a la museo-_ logía. .

muse6logo, ga. m. y f. Persona versada en museología. nave .... 11 espacial. Máquina provista de medios de pro­

pulsión y dirección que le permiten navegar en el espacio con o sin tripulantes y que se destina a misio­nes científicas o técnicas.

necton. (Formado sobre el gr. vÉw, nadar.) m. Biol. Con­junto de los organismos acuáticos que, como los peces, son capaces de desplazarse activamente en su medio, a diferencia de los planctónicos.

nect6nico, ca. adj. Biol. Perteneciente o relativo al necton. nelumbio. [Enmienda a la etimología .. ] (De la voz' del

Senegal nelumbu.) m .... nerítico, ca. (Del gr. vy)Qh'I'J~, concha marina.) adj. Biol.

Dícese de los organismos animales y vegetales que viven libres en el mar, en zonas próximas a las costas, a diferencia de los pelágicos.

nitrobencenQ. m. Quím. Líquido oleoso, incoloro o ama"" rillo claro, que se obtiene tratando benceno con una mezcla de ácidos nítrico y sulfúrico concentrados. Es tóxico. Se. emplea para obtener anilina, para refinar aceites lubricantes y para síntesis orgánicas.

normal. ... 11 5. [Enmienda.] Geom. Aplícase a la lín~a recta perpendicular a otra recta o a un plano. 11 5 bIS. Geom. Aplícase al plano perpendicular a otro plano. 1I

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100 TEXTOS y DOCUMEN'1'OS BAAL, XLVII, 1982

5 ter. Aplícase a la línea recta perpendicular en el punto de contacto al plano tangente a una superficie curva. " 5 quater. f. Línea recta perpendicular a otra línea, a un plano (j a una superficie.

objetivo, va. ... 11 5. [Enmienda.] m. Ópt. Sistema de lentes de los instrumentos ópticos, colocado en la parte que se dirige hacia el objeto.

occitano, na. . .. 11 3. m. lengua de oc. ocular .... 11 3. m. En. los instrumentos ópticos compues­

tos, lente o sistema de lentes colocaGo en la parte por donde mira el observador y que amp: ía la imagen dada por el objetivo.

ojo. ... 11 de la tempestad. [Enmieru 4.] Rotura de las nubes que cubren la zona de cal na que hay en el vórtice de un ciclón, por la cual mele verse el azul del cielo.

orfre. [Enmienda.] orfre u orfrés. (Del oceit. aurfres.) m. ant. GaMn de oro.

ostra .... 11 aburrirse como una ostra. fr. fig. y fam. Abu­rrirse mucho por no in.teresarle nada. •

paliacate. (Voz mejicana en la que probablemente entra la voz natl, nariz.) m. Méi. Pañuelo grande de vivos colores, usado por la gente del campo.

pana. [Enmienda a la etimología.] (Del fr. panne.) panamá .... ' 11 2. Tela de algodón de hilos gruesos, muy

apta para el bordado. panelero, ra. (De panela.) adj. Col. y Hond. Dícese de

la persona que labor-a o vende pancla. O.t.c.s. pdetar. tr. Col. Enlucir, cubrir con pañete las paredes,

techos, etc., de los edificios. para-o [Enmienda al Suplemento.] para 2_ ••• Elemento

compositivo que entra en la formación de algunas pa­labras con el significado de ...

parada. . .. 11 discrecional. En ciertas líneas de transporte público Jugar previamente señalado donde el conduc-

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 101

tor tiene obligación de detener el vehículo a petición de los usuarios.

pareja .... 11 l. [Enmienda.] Conjunto de dos personas, animales o cosas que tienen alguna correlación o se­mejanza, y especialmente la formada por varón y hembra.

parental .... [Se suprime.] ant. paro 2. ••• [Como li!- acepción.] Acción y efecto de

parar 2, cesar un movimiento o una acción. pároli. [Enmienda a la etimología.] (Del ital. paroli, de

paTlUe, parar, apostar en el juego.) 1fartido, da .... 11 ser un buen partido. fr. fig. y fam. que

se aplica a la persona casadera que disfruta de una buena situación.

pasteurizado, da. p.p. de pasteurizar. 11 2. adj. Que ha sido sometido a los procedimientos de pasteurización. Leche PASTEURIZADA.

patrimonio .... -11 5. Der. Conjunto de bienes pertenecien­tes a una persona natural o jurídica, o afectos a un fin, susceptibles de estimación económica. ... " 5. Ecan. Diferencia entre los valores económicos perte­necientes a una persona física o jurídica y las deudas u obligaciones de que responde. ... 11 nacional. Econ. Suma de los valores asignados, para un momento de tiempo, a los recursos disponibles de un país, que se utilizan para la vida ec.onómica.

payacate. [Enmienda.] m. Méi. paliacate. paz .... 11 paz y salvo. Col. loco con que se denomina al

certificado oficial que se expide a una persona, de no adeudar nada al fisco en concepto de impuestos. Ú .t.c.s. y en pI. paz y salvos.

pechada .... [Enmienda.] pechada ' .... pechada 2• f. Amér. Golpe, encontrón dado con el pecho

o con los hombros. 1I 2. Amér. Golpe que da. el jinete con el pecho del caballo. I1 3. Argent. y Chtle. Atro­pello, empujón.

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102 TEXTOS y DOcuMENTOS BAAL, XLVII, 1982

pechar 3. (De pecho 1.) tr. Amér. Dar pechadas. pedreguUo. (De piedra.) m. Ripio, casquijo, conjunto de

pedrezuelas para hacer rellenos o mortero~ pelágico, ca. .,. 11 2. [Enmienda.] Biol. Dícese de los

animales y vegetales que viven en zonas alejadas de la costa, a diferencia de los neríticos.

peloponense. [Enmienda.] (Del lato peloponnenris.) adj. peloponesio. Ú.t.c.s.

peloponesio, sia. (Del gr. mY-03tOVVÍJo'lO¡;, y este del lato Peloponnesius.) adj. Natural del Peloponeso. Ú.t.c.s. 11 2. Perteneciente a esta penínsulii de la Grecia antigua.

peluche. (Del fr. peluche.) m. felpa, tejido con pelo largo por la haz, hecho de diversas fibras.

peluqueada. [Suplemento.] Se añade C. Rica. peluquear .... [Añádese.] y C. Rica. pendón. [Enmienda.] pendón 1 •••• 11 6. [Suprimese.] pendón 2, na. adj. fig. Mujer de vida licenciosa. Ú.t.c.s.

m: yf. penique .... [EnnUenda.] ... que vale la centésima parte

de la libra. pepa 2. f. pepita 2, semilla o simiente de algunas frutas y

legumbres. pepito. m. Filete de carne que se come ordinariamente

metido entre pan. perdón .... 11 con perdón. [Enmienda.] m. adv. que se

usa para referirse a algo que por decencia se cree que no puede mentarse sin licencia o venia de los oyentes. " 2. [Suplemento.] Suprímese.

perdonar .... 11 l. [Enmienda.] Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa del perjudicado por ello.

perico .... 11 6 bis. Persona que gusta de callejear, a veces de vida desenvuelta. Aplícase con más frecuencia a mujeres. 11 ... 11 hablar como un perico. fr. fam. P. Rico. Hablar mucho.

perla ...• 11 4 bis. V. gris perla.

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 103

peróxido. ... 11 de hidrógeno. Líquido incoloro e inesta­ble, soluble en el agua y en el alcohol, de múltiples aplicaciones, y cuya fórmula es H20 2• Se conoce co­múnmente con el nombre de agua oxigenada.

persona. ... 11 física. Der. Cualquier individuo de la especie humana.

piñuela .. ,. 11 3. [Añádese.] y C. Rica. pirámide. ... 11 de edades. Diagrama que representa la

distribución proporcional de los grupos de edades de una población según su sexo por medio de escalones rectangulares y perpendiculares a un eje, cuyo con­junto sugiere muchas veces la forma de una pirámide.

Pfrgano. m. Can. Vástago con' que se une la rama al tronco de la palmera.

placa. [Enmienda a la etimología.] (Del neerl. plak, disco, a tr¡;lvés del fr. plaque.) f. [Como acepción 1<'.] Plancha de metal u otra materia, en ge~eral rígida y poco gruesa~ 11 '" 11 2 bis. La que, colocada en algún lugar público, sirve de guía, orientación, anuncio, prohibición, o como recuerdo de una efeméride. 11 2 ter. La que sirve para anunciar el ejercicio de una profesión y que suele colocarse en lugares visibles, como fachadas, portales, puertas de oficinas, etc. 11 2 quater. Insignia o distintivo que llevan los agentes de policía para acreditar que lo son. 11 2 quinquies. Automov. matricula de los vehículos. 11 2 sexies. Parte superior de las cocinas económicas. 11 2 septies. La que exponen en la entrada principal los hoteles, res­taurantes, talleres mecánicos, etc.,--een símbolos que acreditan la categoría de los mismos.

plancton . .[Enmienda a la etimología.] (Del gr. :7tAayKTóv, 10 que va errante.)

planct6nico, ca. adj. Biol. Perteneciente o relativo al plancton.

plastificaci6n. m. plastificado, acción y efecto de plasti­ficar.

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104 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

plastificado, da. p.p. de plastificar. 11 2. m. Acción y efecto de plastificar.

plastificar. tr. Recubrir, con un material plástico, papeles, documentos, telas, gráficos, etc.

platillo. . .. 11 volador o volante. Supuesto objeto volante: cuyo origen y naturaleza se desconoce, pero al que se atribuye con frecuencia procedencia extraterrestre.

plurivalente. adj. polivalente, que tiene varios valores. poder. '" 11 de poder a poder .... 11 2. Taurom. Suerte

de banderillas en la cual el diestro provoca la arran-cada de la res, para que el encuentro .. sea brusco y en un terreno equidistante de 105 lugares de partida.

polivalencia. f. Calidad de polivalente. polivalente .... [Enmienda.] adj. plurivalente, que posee

varios valores. 11 2. Med. ... 11 3. Quím. Se aplica a los elementos que tienen valencias. -

polla. . . . 11 2 bis. Amir. apuesta, especialmente en carre­ras de caballos. 11 2 ter. Amér. Carrera de caballos don­de se corre la polla.

portacomidas. m. Col. y P. Rico. portaviandas. portuguesista. como Persona versada en la lengua y cul­

tura portuguesas. postoperatorio, ria. adj. V. curso postoperatorio. Ú.t.c.s.m. pragmática. . . . 11 2. Disciplina que estudia el lenguaje en

su realizaci6n con los usuarios y las circunstancias de la comunicaci6n. .

pragmático 2, ca. ... 11 2. Perteneciente o relativo a la disciplina denominapa pragmática.

praxis .... [Enmienda.] Suprímese ant. pregón .... 11 2. [Enmienda.] Alabanza o elogio, hecho

en público, de personas, cosas, festividades, etc. preocupación. ... 11 5. Anticipación proyectiva de una

situación o de la vida en su conjunto, para orientar la conducta.

preselección. f. En algunos deportes, selección previa.

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 105

preseleccionado, da. adj. Dícese de la persona o co~a que ha sido seleccionada previamente por alguna cualidad. Se emplea especialmente en algunos deportes. O.t.c.s.

prismático, ca .... " 2. [Enmienda.] ... Ú.t.c.s.pI. 11 3 bis. m. pI. Opt. gemelos prismáticos.

producir. .., 11 5 bis. Econ. Crear cosas o servicios con valor económico.

productivo, va. ... 11 2. Econ. Que arroja un resultado favorable de valor entre precios y costes.

productor, ra. '" 11 2. [Enmienda.] En la organización del trabajo, cada una de las personas que intervienen en la producción de bienes o servicios.

-profesor, ra. ... 11 adjunto. profesor o profesora que desempeña una adjuntía.

programa. ... 11 6. Electr6n. Secuencia de instrucciones detalladas y codificadas a fin de que un computador electrónico realice las operaciones necesarias para re­solver un determinado problema.

proteína. (Voz científica construida sobre el gr. ltQwt'EtOV,

preeminencia, primer premio.) f. Biol. y Quím. Cual­quiera de las numerosas substancias químicas que forman parte de la materia fundamental de las células y de las substancias vegetales y animales. Son molé­culas grandes, formadas por una gran cantidad de aminoácidos. Generalmente se disuelven en agua o en soluciones acuosas de sales minerales diluidas. Entre ellas, figuran las enzimas, las hormonas y la albúmina o clara de huevo.

proteínico, ca. adj. Referente o relativo a las proteínas, y también en general, a los prótidos.

pr6tido. (Voz científica construida sobre el gr. ltQWt'ELOV,

preeminencia, primer premio.) m. Quím. y Biol. Cual­quiera de. los tipos de substancias componentes de los seres vivos, que forman la parte fundamental de las células, de los órganos y de líquidos orgáni­'cos, como la sangre, la leche o los jugos vegetales. Sus moléculas se componen únicamente de proteínas,

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106 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

o bien de proteína y otro componente que les con­fiere carácter químico y biológico peculiar, como la hemoglobina.

psicópata .. ,. [Enmjenda.] El que padece psicopatia, especialmente anomalía psíquica.

psicopatía .... 11 2. Psiquiat. Anomalía psíquica por obra de la cual, no obstante la integridad de las fl;lnciones perceptivas y mentales, se halla patológicamente alte­rada la conducta social del individuo que la padece.

puente. .,. 11 aéreo. Comunicación frecuente y continua que, por medio de aeronaves, se establece entre dos lugares, para facilitar el desplazamiento de personas y mercancías del uno al otro. " 2. Conjunto de insta­laciones que, en un aeropuerto, están al servicio de dicha comunicación.

puntuable. adj. Que es o puede ser calificado con puntos o unidades de tanteo en juegos, deportes, exáme­nes, etc.

quechua. [Enmienda a la etimología.] (Probablemente del nombre de una tribu peruana.)

'quehacer. ... [Enmienda.] Ocupación, negocio, tarea que ha de hacerse. O.m. en pI.

radicalizar .... " 2. Hacer más radical una postura o tesis. rata .... " almizclada. rata acuática grande, de cola larga.

patas traseras anchas, con cinco dedos y las delan­teras con cuatro, provistos de uñas fuertes y gruesas. En la región perineal lleva un par de glándulas oleo­sas, que segregan un líquido claro, de fuerte olor a almizcle. Su piel tiene valo~' en peletería (Ondatra

. zibethica = Fiber zibheticus). ratón. " almizclero. [Enmienda.] Especie de ratón pe­

queño, arborícola, nocturno, que se alimenta sobre todo de avellanas. Pasa el invierno aletargado y huele ligeramente a almizcle. Vive en Europa, pero no en la Península Ibérica. Se denomina también muscardino ( M uscardinus aveUanarius.)

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 107

recámara .... 11 8. [Se suprime.] C. Rica. receptor, ra .... 11 6. m. y f. Persona que recibe el men-

saje en un acto de comunicación. redondo, ~a .... // 8 bis. Perfecto, completo, bien logrado. remitir .... // 2. [Enmienda.] ... eximir o liberar de una

obligación. renunciable .... // 2. [Enmienda.] ... con facultad de

transferirlo a otro por renuncia. resaca. ... // 1 bis. Limo o residuos que el mar o los

ríos después de la crecida dejan en la orilla. // 1 ter. fig. Persona de baja condición o moralmente despre­

_ ciable.

salida .... [Enmienda.] // de payana. '" // 6 bis. En algunos deporfes, punto o lugar desde el cual se inicia una carrera, competición, etc. // 6 ter. Acción de salir un astro, cuerpo luminoso. // 6 quater. Instante en que se produce esta salida. // ... // 15. T aurom. Dirección que toma el toro cua~do el torero remata un lance o pase.

sartén .... 11 1. [Enmienda.] ... tienen el mango más corto. En muchos lugares de América y de España es m.

sensibilización. f. Acción y efecto de sensibilizar. sensibilizado, da. p.p. de sensibilizar. // 2. adj. Dícese de

lo que ha sido sometido a sensibilización y reacciona positivamente.

sensibilizador, ra. adj. Que hace sensible, o aumenta la sensibilidad. // 2. Que hace sensibles ciertas materias a la acción de la luz. // 3. m. Producto químico con el que se obtienen emulsiones sensibles a la luz. 11 4. Fotogr. Obrero especializado que realiza las opera­ciones de laboratorio necesarias para preparar las placas.

sensibilizar. ... /1 1. tr. Hacer sensible; representar de forma sensible. 11 2. Dotar de sensibilidad o despertar sentimientos morales, estéticos, etc. 11 3. [La actual l~ acepción.]

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108 TEXTOS y DOCUMEi'II"TOS BAAL, XLVII, 1982

sensible. ... [Enmienda.] Que siente, fisica o moral­mente.

servicio. ... 11 discrecional. El que una empresa, autori­zada para prestl;\r un determinado servicio público, realiza en función de sus propios intereses y los de los usuarios.

sieso .... [Enmienda.] El ano con la porción inferior del intestino recto.

sociolingüístico, ca. adj. Relativo a la sociolingüística. solar 1 ••• 11 5. Cuba. casa de vecidad.

2. patoso; presumir de chistoso y agudo;'

~ sombra. '" 11 tener m~la sombra. ... 11 4. fig. Ser un someter. ... 11 1. Hacer que una persona o cosa reciba

o soporte cierta acción. somnífero, ra .... [Enmienda.] ... Dícese especiahnente

de medicamentos.

sonorizador, ra. adj. Que sonoriza O.t.c.s. 11 2. m. y f. Persona que ambienta o dispone los sonidos y efectos sonoros en una misión radiofónica o televisiva. 11 3. m. Equipo técnico utilizado para sonorizar ese espacio.

sonorizar. tr. Incorporar sonidos, ruidos, etc., a la banda de imágenes previamente dispuesta. 11 2. Instalar equi­pos 'sonoros en lugar cerrado o abierto necesarios para obtener una buena audición. 11 3. Ambientar una esce­na, un programa, etc., mediante los sonidos adecuados. 114. Gram. '"

sublimable. adj. Que puede ser sublimado. subsumir. [Enmienda.] (Del lato sub, bajo, y sumere,

tomar.) tr. Incluir algo como componente en una sín­tesis o clasificación más abarcadora. 11 2. Considerar algo como parte de un conjunto más amplio o como caso particular sometido a un principio o norma ge­neral.

suerte .... 11 cargar la suerte. Taurom. Desviar al toro, faeilitándole la salida, para que no atropelle al diestro.

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BAAL, XLVII, 1982 TEXTOS y DOCUMENTOS 109

superproducción. ... // 2. Obra cinematográfica o teatral que se presenta como excepcionalmente importante y de gran costo.

tabaco. , .. 1/ canario. El que se produce y elabora en las Islas Canarias. Ú.t.c.s.

tajaraste. (Voz autóctona.) m. Baile popular canario. talidad. f. Condición de ser tal, con las determinaciones

que caracterizan a una persona o cosa. talonario, ria. ... // 1. p. uso ... // 1 bis. m. BlO<}ue de

hojas impresas, en las que constan determinados datos que, a veces han de ser completados por quien las

_ expide, y que pueden separarse de una matriz para entregarlas a otra persona. '

telescopio. ... [Enmienda.] m. Opt. Instrumento que permite ver una imagen agrandada de un objeto leja­no. El objetivo puede ser o un sistema de refracción, en cuyo caso el telescopio recibe el nombre de anteojo, o un espejo .cóncavo .. // ... // de refracción. Opt. El que tiene como objetivo ,un sistema de lentes. Llámase también anteojo.

televisado, da. p.p. de televisar. // 2. adj. Dícese de lo transmitido por televisión.

televisivo, va. adj. Perteneciente o relativo a la televisión.

" 2. [La actual.] tempestad. ... 1/ 1. [Enmienda.] Perturbación atmosfé­

rica que se manifiesta por variaciones en la presión ambiente y por fuertes vientos, acompañados a me­nudo de truenos, lluvia, nieve, etc.

tenedor. [Enmienda.] tenedor, ra. m. y f .... /1 3. m .... terna. [Enmienda a la etimología.] (Del distrib. lato

temí.) tesina. f. d. de tesis. /1 2. Trabajo escrito, exigido para

ciertos grados inferiores al de doctor. tierra. . ... // 1 bis. U no de los cuatro elementos, el más

pesado, de los que distinguían ciertos filósofos como constitutivos del mundo.

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llO TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

tope 1 •••• 11 9. C. Rica. Desfile de jinetes que suele cele­brarse la víspera de comenzar las fiestas populares con corridas de toros. 11 10. como Col. Variedad de ganado vacuno sin cuernos.

transferencia. ... 11 3. M ed. Vinculación afectiva, con frecuencia de carácter sexual, que se establece en los pacientes de curas psicoanalíticas con el médico que les trata, y que de ordinario perturba el proceso del tratamiento.

trofología. f. Tratado o ciencia de la nutrición. trofólogo, ga. m. y f. Persona versada en trofología. trupial. m. Amér. turpial. tumor. ... 11 2. [Enmienda.] Pat. Alteración patológica

de un órgano o de una parte de él, producida por la proliferación creciente de las células que loscompo­nen .... 11 benigno. [Enmienda.] Aquel en el cual la proliferación celular no se extiende a otras partes del organismo y por sí mismo no llega a producir la muer­te de quien lo padece. 11 maligno. Aquel en el cual la proliferación celular se extiende a otras partes del organismo, y que no tratado adecuadamente, por sí mismo produce la muerte de quien lo padece.

tumoración. [Enmienda.] f. Med. Tumefacción, bulto. 1I

2. tumor. tumoral. adj. Med. Perteneciente o relativo a los tumores. tungsteno .... [Enmienda.] Pasa a esta palabra la actual

definición de volframio. tunjo.(Voz chibcha.) m. Col. Objeto de oro encontrado

en las sepulturas de los indios y fabricado por ellos. furbulento, tao ... 11 2 bis. FÍ8. Dícese del régimen de

una corriente fluida en la que la velocidad en cada punto varía rápidamente en dirección y magnitud; su característica más notable es la formación de remoli­nos. 11 3. Hg. Dícese de la persona agitadora, que pro­mueve disturbios, discusiones, etc. Ó.t.~.s.

turpial. m. Amér. Pájaro dentirrostro de plumaje ama­rillo y l1egro, ele canto variado y melodioso.

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BAAL, XL VII, 198.2 TEXTOS y DOCUMENTOS 111

ucase. [Enmienda a la etimología.] Del ruso ukaz, de­creto, posiblemente a través del francés.)

urticación. f. Antiguamente, azotes que, con un ramo de ortigas, daban al paciente para el tratamiento de algu­nas enfermedades.

usaje. [Enmienda a la etimología.] (Del cato usatge, usanza.)

vaina. ... // 3. [Enmienda.] Judía verde. En algunas partes, ú.t. en pI. 11 .•. " 8. [Suprímese.] 11 4. [En­mienda.] Col., C. Rica y Venez. Contrariedad, mo­lestia, cosa no bien conocida o recordada.

-":valente. Quím. Elemento compositivo que pospuesto a otro de valor numeral señala la valencia de un ele­mento o radical. mono, bi, triVALENTE, etc:.

vara .... // de premio. Col. cucaña, palo untado de jabón o grasa.

velúculo. . " // espacial. nave espacial. vereda. (Del b. lato vereda, camino, vía.) ... 11 5 bis.

Col. Sección administrativa de un municipio o pa­rroquia.

vespertina .... /1 3. Col. Función teatral o de cine que se celebra por la tarde.

víbora .... // 1 bis. Hg. Persona con malas intenciones. vicentino. [Enmienda.] vicentino, na. victimar. tr. Asesinar, matar. victimario, ria. adj. asesino. ! 1 2. m. [La acepción act~al.] virilismo. m. Desarrollo de caracteres sexuales masculmos. virilización. f. Acción y efecto de virilizarse una mujer. virilizarse. prnI. Adquirir una mujer caracteres sexuales

masculinos. volar .... 11 5. [Enmienda.] ... una persona o cosa. volframio .... [Enmienda.] m. Quím. tungsteno. vomitorio. [Enmienda.] .,. antiguos, o en locales aná-

logos modernos, para entrar y salir en las gradas. vuelo .... 11 3 bis. Trayecto que recorre un avión, hacien-

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112 TEXTOS y DOCUMENTOS BAAL, XLVII, 1982

do o no escalas, entre el punto de origen y el de destino.

yerbazo. m. Col. Pócima perjudicial para la salud, que a veces dan los yerba teros o curanderos.

zapatilla. ... 11 4 bis. Análogamente, cualquier pieza de cuero, goma, etc., que sirve para mantener hermé­ticamente adheridas dos partes diferentes, que están en comunicación, como cañerías, depósitos, etc.

zarzo. m. Col. Desván, espacio superior de una casa, com­prendido entre el tejado o empaje, y las vigas de la habitación inferior, sobre las cuales ~ colocan en tablas o cañabrava, o guadua rajada. 11 ser uno caído del zarzo. fr. Hg. y amo Col. Ser tonto o ingenuo. 11 tener uno gente en el zarzo. fr. Hg. y fam. Col. Ser inteligente.

zarzuela. ... 11 4. Plato consistente en varias clases de pescado condimentado con una salsa.

zoncera .... [Enmienda.] f. Amir. tontera, simpleza. zorro .... 11 estar hecho unos zorros. loco Hg. y fam. Estar

maltrecho, cansado. 11 2. Hg. y fam. Hablando de ciertas cosas, muy deterioradas o en mal estado.

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ACUERDOS -1

Las consultas aprobadas por la Academia después de considerar los informes presentados por el Departamento de Investigaciones Filológicas a cargo del profesor Francisco E. Petrecca corresponden a las sesiones ordinarias indicadas al margen.

742~, del 13 de mayo de 1982

Sobre el léxico del fútbol en la Argentina (Consulta de la Comisión Permanente, Madrid)

Con motivo de celebrarse este año en l~spaña el encuentro mundial de fútbc.l, la Comisión de Madrid, prtocupada por lograr la uniformidad del uso en los .1ablantes, solíe. ~ta a la Academia Argentina de Letras, con alguna urgencia, inforalación acerca del vocabulario de este deporte en nuestro país.

Sin duda, redactar un léxico de cierta envergadura excede am­pliamente el lapso impuesto por las circunstancias. A fin de paliar en parte esta difícultad y aportar siquiera una· breve información, el Departamento de . Investigaciones Filológicas de esta Academia ha realizado, con la colaboración de autorizados especialistas en la materia, una sucinta reseña de las voces y expresiones más común­mente empleadas en este tipo de encuentros deportivos.

No escapa a esta Corporación que al proceder de este modo han sido dejados de lado. numerosos aspectos que hacen a la labor

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114 ACUERDOS BAAL, XLVII, 1982

lexicográfica; unos concernientes a la coherencia de la descripción y a los procedimientos evaluativos -p. ej. la descripción diacró­nica y el proceso de acomodamiento al castellano de las voces de procedencia inglesa-, o~os que atañen a las denominaciones mera­mente locales, las que, muy razonablemente, no tendrán cabida en cotejos internacionales -p. ej., las denominaciones populares de los clubes y de sus simpatizantes.

Por esta causa el presente informe deberá ser entendido en razón de la consulta y de las posibilidades de respuesta a corto plazo, siendo su único cometido el de proporcionar alguna información acerca del léxico del fútbol empleado en nuestro país.

pelota, balón, (la) redonda, (el) esférico: Balón ... cancha, campo de juego, gramilla, pasto, terreno, field /fil/: Espacio

reglamentario donde se realiza el encuentro. línea de fondo, raya de fondo: Línea que delimita las cabeceras

del terreno de juego. línea de gol, línea de meta: Línea qUe en el arco delimita· la posi-

bilidad de gol. . línea lateral, raya lateral: Línea que delimita los laterales del terreno

de juego. arco, meta, valla, (el) cuadrado: Portería. red, malla, piolines: Red. . palo, poste: Límite vertical del arco.

,primer palo, p. poste: Poste próximo al lugar desde donde se realiza el tiro.

segundo palo, s. poste: Poste alejado del lugar desde donde se realiza el tiro.

travesaño, horizontal: Límite horizontal superior del arco. área penal, a. grande, (las) dieciocho: Zona donde se castiga. la

infracción con tiro penal. área chica: Zona menor en el área: penal donde no puede' ser car­

gado el arquero. centro de la cancha, círculo central: Centro del terreno de juego. esquina, córner: Ángulo del terreno de juego.

árbitro, juez, referí (réferi): Árbitro. juez de línea, j. de raya, linesman: Auxiliar del árbitro.

cuadro, equipo, conjunto, elencó, (el) once: Equipo. plantel: Suma de jugadores profesionales de que dispone un club. seleccionado, selección: Combinado representativo de un país. alineación: Disposición estratégica de los jugadores. sobre el terreno

de juego. arquero, gtiardavalla, .guardameta (1): Portero.

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BAAL, XLVII, 1982 ACUERDOS 115

d6fensa (1 - 2 - 3 - 4 - 6): Alineamiento defensivo formado por el arquero y la línea de fondo.

línea de fondo, línea de cuatro (4 - 2 - 6 - 3): Alineamiento defen­sivo formado por los zagueros y los marcadores de punta.

zagueros, bach, fulbacks (2 - 3); zaguero central (2), cuevero (6); marcadores de punta, halfs /xalf/ (4 - 3): Jugadores qe la defensa. .

mediocampo (8 - 5 - 10): Alineamiento intermedio entre la de­fensa y el ataque.

mediocampista, volante ( 8 - 5 - 10) ; interior; insider /insái/ (8 - 10); centro medio, centro half, volante central (5): Jugadores del mediocainpo.

(volante) tapón: Volante colocado delante' de la línea de zagueros . .....-staque (7 - 9 - 11): Alineamiento ofensivo formado por los p~n­

teros y el centro delantero. ertremos, delanteros, atacantes: Jugadores de la línea de ataque. fJUnt~os, aleros, wings (7 - 11): Jugadores de los extremos de la

línea de ataque. centro delantero, centro forward, atacante central ( 9 ): Delantero

central. líbero: Defensor .que queda liberado, en la distribución de marca­

ción y que cumple con la función de auxiliar a los zagueros. stopper /estóper/: Marcador dedicado a la persecución de atacan­

tes centrales. ventilador: Delantero de gran movilidad en permanente tarea defen­

siva y ocasionalmente ofensiva. titular: Jugador con que el equipo inicia el encuentro. suplente: Jugador a disponibilidad del director técnico para jugar

como reemplazante de un titular. banco de suplentes: Conjunto de suplentes. hacer banco: Aguardar el suplente la posibilidad de ingreso al

juego. director técnico, DT (Veté): Responsable general de la modalidad

de juego de un equipo. entrenador, preparador físico: Responsable de la preparación física

de un equipo. kinesiólogo: Masajista. utilero: Auxiliar técnico.

encuentro, cotejo, partido, match /ma~/: Encuentro. amistoso: Encuentro que se realiza fuera de certamen. J)rimer tiempo, p. período, p. etapa, etapa inicial: Primeros 45

minutos de juego.

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116 Act1ERDOS BAAL, XLVII, 1982

segundo tiemp,,-, s. periodo, s. etapa, tiempo complementarlo, com­plemento, ,.'eriodo complementarla: 45 minutos finales de juego.,'

tiempo de descuento, tiempo adicional: Tiempo que con motivo de interrupciones se añade al tiempo reglamentario.

tiempo s;uplementario, suplemento, alargue: Tiempo de juego que se añade a los 90 minutos reglamentarios cuando es necesaria la definición del cotejo. __

descanso, entretiempo, intervalo: Tiempo reglamentario de deSffllnso entre los dos tiempos de juego.

sorteo de arcos: Instancia a cargo de los capitanes en que se eli&tln los arcos que defenderán los equipos. -.

puntapié' inicial: Puntapié realizado ],lor alguna personalidad invi-tada, con el que simbólicamente se inicia el cotejo. -

puntapié de esquina, tiro de 'esqui.na, saque de esquina, córner: Saque. d€; esquina. '

saque de meta, s: de fondo, s. de arco: Acto de regresar la-pelota al campo de juego después de haber traspuesto la línea de meta.

saque lateral, s. de banda: Acto de regresar la pelota al campo de juego después de haber traspuesto la línea lateral.

infracción, falta: Falta reglamentaria, ' mano, hand Ixansl: Infracción cometida al tocar la pelota con las

manos. obstrucción: Impedir ('on el cuerpo, yantirreglamentariamente, el

desplazamiento del adversario. foul Ifaul, fuI!: Falta. (hacer el) caballito: Infracción cometida al colocar el cuerpo bajO

el de un adversario que salta para cabecear. (hacer la) plancha, ir arriba: Infracción cometida al dirigir los tapo­

nes contra la pierna de un adversario. jugada peligrosa: Infracción que :puede poner en peligro la inte­

gridad física de un adversario. penal, pena máxima, tiro de doce pasos: Penalidad frente a, ciertas '. infracciones cometidas en el área penal.

tiro libre directo: Sanción que se' ejecuta fuera del área penal con pelota detenida y que, de entrar en la valla, es gol.

tiro libre indirecto: Tiro libre en que la pelota debe ser tocada previamente por otro jugador para poder convertir el gol. Se ejecuta fuera del área penal.

barrera: Valla formada por los jugadores para cubrir el arco frente a un tiro libre.

off side lofsál, orsái/, fuera de juego: Posición adelantada de un jugador {falta).

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BAAL, XL VII, 1982 ACUERDOS

adelantado, inhabilitado: Jugador en posición de off side. habilitar (al rival): Anular la posición de off side.

117

fugar al off side: Provocar deliberadamente la posición de fuera de juego ..

advertencia: Llamado de atención del árbitro a un jugador. apercibimiento, amonestación, tarjeta amarilla: Llamado de aten­

ción grave a un jugador. expulsión, tarjeta roja: Expulsión de un jugador· del terreno de

juego.

pasar(la), ceder(la): Entregar la pelota a un jugador del mismo bando.

pase (corto-largo): Entrega de la pelota a un jugador del mismo _ bando.

toque: Pase con golpe suave, por lo general de recorrido breve. fugar tú toque: Coordinación de varios jugadores de un mismo

equipo con toques repetidos. antiéipar, cortar (el pase), interceptar: Llegar a la pelota antes de

que ésta alcance al jugador a quien estaba destinada. robar, quitar: Quitar la pelota a un adversario. hacer tiempo: Demorar el partido con jugadas o acciones intras­

cendentes. fulbito, jueguito: Juego sin efectividad. shotear, patear, tirar: Acción de dar el puntapié a la pelota con

cierta violencia. rematar: Tirar al arco, finalizando de esa manera una jugada. shot /sot/, chutazo, tiro, disparo: Efecto de patear la pelota. remate: Tiro al arco. cañonazo, taponazo: Tiro muy violento. (tiro) de puntín: Tiro dado con la punta del botín. (tiro) de taquito: Tiro dado con la parte posterior del botín. (tiro) de chanfle, t. chanfleado: Tiro que imprime a la pelota un

recorrido curvo. bombazo: Remate violento por elevación que hace descender la

pelota bruscamente en las cercanías del arco. (tiro) de volea: Remate con la pelota todavía en el aire. (tiro) de rasfrón, t. contra el piso: Tiro rasante. (tiro) de sobrepique: Remate a corta distancia del suelo después

del rebote de la pelota.· (tiro) cruzado: Tiro en diagonal. (tiro) a media altura: Tiro a la altura del pecho. centro aéreo: Centro que se realiza por alto. centro a la olla, ollazo: Centro que se realiza hacia el arco sin

mayor preCisión. centro pasado: Centro que va dirigido sobre el segundo palo.

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118 ACUERDOS BAAL, XLVII, 1982

cabecear: Golpear la pelota con la cabeza. cabezazo: Golpe dado a la pelota con la cabeza. peinar (la pelota): Cabecear suavemente hacia atrás. frentazo: Golpe dado a la pelota con la frente. derecMzo: Golpe dado a la pelota con la pierna derecha. zurdazo: Golpe dado a la pelota con la pierna izquierda. cachetear: Tocar la pelota suavemente con la cara interna del

botin. rechazar, devolver, restar, despejar: Impulsar la pelota hacia la

zona adversaria. rechazo: Acción y efecto de rechazar. bartolear, rifar: Arrojar la pelota sin destino fijo. gambetear, dribling /dríblin/ (hacer), driblear, luimacarse, marear:

Esquivar con amague de cintura conservando el dominio de la pelota.

gambeta, amague: Finta. chilena: Golpe aéreo dado con el empeine que envía la pelota por

sobre la cabeza del jugador que realiza la acción. palomita: Cabezazo aéreo con el cuerpo en posición casi horizontal

y los brazos abiertos. bicicleta: Finta que recuerda la acción de pedalear en una bici­

cleta. túnel, caño (hacer el): Hacér pasar la pelota por entre las piernas

del adversl\I"io. pared (hacer): Combinación entre jugadores de un mismo equipo

con toque de pelota sin retención. sombrero (hacer): Hacer pasar la pelota por sobre la cabeza del

adversario. dormir, matar (la pelota): Hacer perder su impulso a la pelota. amasar, pisar (la pelota), hacer el chiche: Retener la pelota bajo

el pie haciéndola rodar bacia atrás y hacia adelante. atajar, contener, asegurar: Contener el arquero la pelota. descolgar: Modo particular de contener un tiro elevado. manotear: Contener la pelota parcialmente o en forma desmañada. desviar: Hacer que la pelota cambie de curso. I\acer vista: Seguir con la vista el movimiento de la pelota para

estimar su trayectoria. marcar: Acción de cuidar u obstruir el traslado de la pelota. marcar zona: Custodiar una zona del terreno de juego sin perse-

guir al rival. marcar hombre, apretar, encimar: Custodiar a un adversario. marcación a presión: Marcación estricta. pressing /présin/: Marcación estricta en grupo de defensores. (Irrastrar la marca: Descolocar posicionalmente al marcador adver-

sario, moviéndose siempre sin la pelota.

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BAAL, XLVII, 1982 ACUERDOS 119

desmaf'caf'se, cortarse, sortear, esquivar, eludir, burlar, destaparse, defaf' atrás, escapar (a la marca): Eludir la marcación.

apilar (varios) jugadores: Eludir a varios jugadores en el transcurso de una misma jugada.

picaf': Arrancar a correr velozmente. pique: Arranque veloz. avance: Desplazamiento ofensivo. contragolpear: Pasar rápidamente de la defensa al ataque. jugar al contragolpe: Especular con la capacidad para contragolpear. achicaf' el terreno, a. la cancha: Restar espacio de juego al adver-

sario. abrir el terreno, a. la cancha: Maniobrar en busca de un mayor

espacio de juego.

-gol, tanto, Pepino, pepa: Gol. gol olímpico: Gol realizado desde la esquina o desde la raya de

fondo. goleador: Jugador que ha marcado un número considerable de

goles. goleaf': Vencer por diferencia considerable de goles. goleada: Acción y efecto de golear .

. g(Jlazo: Gol de Quena realización o espectacular. gol en contra: Gol convertido contra la propia meta. definir, convertir: Marcar un gol. definición (capacidad de, poder de): Capacidad para marcar goles. marcador, tanteador. resultado, score /escór/: Resultado del en-

cuentro.

local: Equipo que juega en su propio campo. visitante: Equipo que juega en campo rival. bombear: Perjudicar el árbitro a un equipo. bombero: Que bombea. crack !kralc/, fugador estrella, figura: Figura de importancia dentro

de un equipo. tronc.o, patadura: Jugador de escasos recursos futbolísticos.

NOTA: Los números que acompañan la denominación de los jugadores tienen una función meramente indicativa y corres­ponden a ·los empleados . habitualmente en la Argentina dentro del alineamiento 4 -·3 - 3.

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120 ACUERDOS BAAL, XLVII, 1982

744", del 10 de junio de 1982.

Distrital, distrltorlal (Consulta de la Comisión Permanente, Madrid)

La Asociación de Academias de la Lengua Española, por inter­medio de su Comisión Permanente, consulta a esta Corporación sobre el uso en nuestro país de los adjetivos diatrital y di6trttorial para referirse a "todo lo relacionado con el diatrito".

Conviene, en principio, hacer algunas consideraciones sobre la formación de los términos consultados a partir del sustantivo distrito « lat. districtus, de di6tringif'e, separar), con el que se designa "Cada una de las demarcaciones en que se subdivide un territorio o una población para distribuir y ordenar el ejercicio de los derechos civiles y políticos, desde las funciones públicaS, o de los servicios administrativos" (Dicc. de la R. Acad. Esp., ed. 1970, s.v.). En distrital, se añade a la base léxica sustantiva el sufijO -al, del lato -olí (acusat. -alem), que en la composición de adje­tivos "denota que la idea del nombre primitivo 'conviene, perte­nece o es conforme' a la cosa cuyo nombre califican [ ... ]. Así abismal, arbitral, semanal" (cf. De la derivación 11 composición 'de las palabras en la lengua castellana de José Alemany, en Bol. de la R. Acad. Esp., año IV, t. IV, Madrid, 1971, 576). Distri­torial, en cambio, combina en su desinencia dos afijOS: -on « lato -orium > -0f'Í0) y -al, probablemente por analogía con territorial, del latín territorialis, voz semánticamente muy próxima.

Si bien el empleo de una u otra forma representa, sin lugar a dudas, el factor decisivo en lo que concierne a la inclusión en el Léxico oficial, podría afirmarse tal vez que distrital es la de más correcta formación dentro del sistema de la lengua española. De esta manera parece ser usado en Colombia, tal como lo atestigua el siguiente ejemplo extraído de un texto del Boletín de su Aca­demia de Letras . (Bol. Acad. Colomb., t. VII, nQ 22, Bogotá, en.­marzo de 1957, 68): " ... la Academia Colombiana recuerda a las autoridades distritales que en castellano existe ya una palabra [ ... ] para designar esta clase de medios de comunicación".

Por lo que se refiere al empleo de ambos adjetivos en la Argen­tina, las consultas realizadas por el Departamento de Investigacio­nes Filológicas de esta Corporación a instituciones. pertenecientes a zonas delimitadas administrativamente en distritos, permiten ase­verar que los p1ismcis no son de uso regular en nuestro medio.

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BAAL, XLVII, 1982 ACUERDOS 121

745IJ., del 24 de junio de 1982.

Anticucho

En un Comunicado de enmiendas y adiciones al Diccionario, de abril de 1979, la Real Academia Española incluye la voz anticucho de la siguiente manera: "m. N. Argentina, Bol. y Perú. Trocitos de carne, vísceras, etc., ensartados, asados y sazonados con distintos tipos de salsa"; y, posteriormente, completa su área de dispersión haciendo constar su uso en Chile (Com1Jnicado de

_enm. y adie. de enero de 1981). . No obstante, de los registros lexicográficos a los que habitual­

mente acude esta Academia, no ha surgido constancia alguna de su uso en la Argentina.

Por otra parte, las encuestas realizadas por el Departamento de Investigaciones Filológicas a diversas instituciones y lexicógrafos del norte argentino, confirman que el término anticucho no es de empleo corriente en nuestro país. Entre ellas, es oportuno destacar que el reconocido investigador Domingo A. Bravo -director del Instituto de Lingüística, Folldore y Arqueología de la Universidad Nacional de Tucumán- en su informe menciona que "... sabe­mos que en Bolivia, precisamente en Santa Cruz de la Sierra, se venden anticuchos en las esquinas como en el Perú pero que en La Quiaca, frontera norte argentino-boliviana, no son conocidos a nivel popular, según fehaciente información de personas que resi­dieron por algún tiempo en aquella ciudad".

En vista de estos antecedentes, y por considerar que la zona de distribución del vocablo anticucho no incluye a nuestro país, la Academia Argentina de Letras sugiere a la Real Academia Espa­ñola que ,en la próxima edición de su Diccionario, se omita la mención de 'norte argentino' en el artículo correspondiente a esta voz.

Pena; penoso, -sa (Consulta de la Comisión Permanente, Madrid)

La Comisión Permanente de Madrid consulta a la Academia Argentina· de Letras acerca del empleo en nuestro país del sustan­tivo pena con el sentido de 'vergüenza, timidez, conturbación', así como del adjetivo correspondiente penoso, -sao

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122 ACUERDOS BAAL, XLVII, 1982

En un Comunicado de enmiendas y adiciones al Diccionario de junio de 1975 (en: BRAE, t. LVI, cuad. 207, en.-abr. 1976, 18), la Real Academia Española ha registrado la voz pBfJ6 del siguiente modo: "7 bis. Col., C. Rica, Mé:t., Nicaf'., Pan. y Venez. Ver­güenza". En efecto, este peculiar valor del vocablo pBfJ6 -que ocasionalmente ha llegado a ser considerado como americanismo (d.: F. ]. Santamaría, Dice. genero de ammc., t. 11, México, 1942, 442; R. Martínez Centeno, "Enseñ. y defensa del cast", en: BAV, año XXXI, nQ 114, abr. 1962-dic. 1963, 114)- pOsee una vasta zona de dispersión que ocupa la mayor parte de América Central y el norte de Sudamérica, área en la que, con igual fre­cuencia, se ha constatado el empleo del adjetivo penoso, -8Q y de la forma pronominal del verbo aJ1Bfl6f'.

Al referirse a estos vocablos, Ángel Rosenblat (Buenas " malar palo en el casto de Venez., t. 1, Caracas, 1960) anota que "Ese uso ha existido en francés, al menos en el siglo XVII, y lo men­ciona Brunot en su Historia de la lengua: diversos textos de la época registran peineu:t con el valor de vergonzoso, confuso, exactamente como nuestro penoso", y arriesga la hipótesis de que -vía Francia- haya pasado luego al catalán y al valenciano, len­guas que, debido a la constante inmigración, desde el siglo XVIII han ejercido influencias sobre el habla de Venezuela. De la popu­laridad que, con tal sentido, estos términos han adquirido en Amé­rica, da cuenta su repetida inclusión en numerosos léxicos de ,r~gionalismos hispanoamericanos.

Por lo que atañe a la Argentina, puede afirmarse que, aunque ocasionalmente algunos hablantes empleen estas voces con valores próximos a los consultados, tal uso no es regular en la totalidad de nuestro territorio.

Muenda (Consulta de la Comisión Permanente, Madrid)

.La Comisión Permanente de Madrid, al considerar la posibilidad de recoger en el Diccionario el sustantivo muenda, sinónimo de zurra, azotaina, paliza, resolvió consultar previamente a las Acade­mias Asociadas para establecer la difusión del término.

La voz muenda, con el sentido consultado es, según lo indican numerosos registros lexicográficos, de uso regular en Colombia. Su valor propio es ZUffa o paliza, pero al igual que estos vocablos posee un sentido extendido que es el de 'sufrir gran derrota en un juego' (d. L. Tascón, Dice. de J1f'ovincialismos, Bogotá, s/f., 201; F. J. Santamaría, Dice. genef'. de amem., 11, Méjico, 1942, 313; R.

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BAAL, XLVII, 1982 ACUERDOS 123

Restrepo, Apunt. idiom. y CON"ec. de leng., Bogotá, 1943, 35i; P. J. ToMn Betancourt, Colombianismos, Colombia, 1962, 246; J. Ocam­po Marín, "Jerga estudiantil de Bogotá", en Thesaurus, t. XXIII, mayo-ag. 1968, 336; J. E. Cabeza Barrios, 'El español hablado en Pamplona (Colombia), en Español actual, seto 1974, n Q 27, 16).

A. Malaret en su obra Los americanismos en la copla popular (N. York, 1947, 124) ejemplifica su sentido primero con los siguientes versos: "Dices que no me querés / porque no te he dado nada; / acordate que te dí / una muenda en la quebrada".

Según se desprende de las investigaciones realizadas, el sustan­tivo muenda resulta desconocido en la Argentina.

Esquizoide

(Consultas formuladas al Depart. de Investig. Filológ. de la Academia)

A fines del siglo pasado, Emil Kraepelin describió fenomenoló­gicamente dos grandes entidades nosográficas opuestas: la locura maníaco devresiva y la demencia precoz. Con respecto a esta última, Kraepelin consideraba que ciertos individuos manifestaban, desde una edad temprana, un. deterioro en sus funciones psíquicas que los llevaría, inexorablemente, a un estado de enajenación total o demencia franca.

Superada la concepción kraepeliniana, y centrando su atención en la fragmentación de esas funciones, Eugen Bleuler introdujo, en 1911, el término esquizofrenia (del griego OO(.ítw, disociar y cPel¡v, inteligencia). Con el empleo de esta voz, ya registrada en el Léxico mayor (ed. 1970, 577), Bleuler ponía de manifiesto lo que para él constituía el síntoma fundamental de esta psicosis: la Spaltung 'escisión', concepto que -de acuerdo con lo expresado por el Dr. Fernando Pagés Larraya, director del Programa Epidemiología Pliquiátrica del CONICET, en sus atentas observaciones al pre­sente informe- encuentra su adecuado equivalente en la voz cas­tellana interceptación.

Considerando la esquizofrenia como "enfermedad", algunos in­vestigadores percibieron que los esquizofrénicos' tenían una perso­nalidad previa determinada, o sea con características de aquella pero sin llegar a ser patológica. Así como ha ocurrido con la mayor parte de las enfermedades mentales -cuyo estadio más grave ha sido el primero en definirse, pasando luego a analizarse aquellos menos graves o más cercanos a la normalidad- llegó ,a establecerse una cierta· jerarquía que, en forma gradual, podna

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enumerarse de la siguiente manera: esquizofrenia (Bleuler), esqui­zoidia, esquizotimia (Kretschmer), y esquizoidismo (Bleuler ) .

Es posible, desde ya, advertir cierta ambigüedad terminológica. Mediante la adición a la raíz del sufijo -oide 'parecido a, en forma de', no es posibk determinar si el adjetivo esquizoide se refiere al estrato inmediatamente más leve que la esquizofrenia pero ya patológico (esquizoldia ) o al último, o "normal", (esqu¡'" zoidismo), o a ambos a la vez.

Al respecto, el académico Dr. Osvaldo Loudet, al refe~irse a la estructura de personalidades pre psicóticas y a los esquizoides en particular, opina que "Esta personalidad, que no es el antecedente obligado de la esquizofrenia, se caracteriza por una falta de con­tacto vital con la realidad y un repliegue sobre sí mismo (autismo)" (Qué es la locura, Bs. Aires, 1965, 16). De esta manera, el doctor Loudet manifiesta una segunda posición que consiste en cOnsi­derar los rasgos característicos que definen un tipo de personalidad analizando, según la intensidad de todos o alguno de ellos, su condición de patológico o no patológico. _

En la misma línea, y siguiendo a A. B. Noyes, A.awrence C. Kolb menciona como rasgo som-esaliente de la personalidad esqu¡'" zoide las incongruencias de la vida afectiva, asociadas, de manera característica, a una personalidad con vida social deficiente ( cf.: Psiquiatría clínica médica, trad. esp., México, 1976, 111 5gS.).

Sin la simpatía y resonancia que caracteriza al ciclotímico, el .~squizoide se mueve entre dos polos afectivos opuestos que a veces coexisten: sensibilidad extrema y frialdad o desanimación. "El repliegue sobre sí mismo es, a menudo, una reacción de pro­tección de su hipersensibilidad. Entre los esquizoides se encuen­tran profundas inteligencias (Proust, Kafka), idealistas superiores, tímidos activos y vagabundos asociales (Kammerer)" (O. Loudet, loco cit.).

Así, su lábil conexión con los otros determina alteraciones en su juicio de realidad, ya que éste necesita -para instalarse- de un intercambio que incluya una intensa actividad motora y percep­tiva. Conviene distinguir estas consecuencias, propias del proceso p!ÚcológicQ descrito, de su aparición en casos patológicos provo­cados por determinados agentes pSicofarmacológicos que provocan estados de despersonalización (cf.: H. Ey y otros, Tratádo de Psiquiatría, trad. esp., Barcelona, 1971, 533).

Independientemente de textos y diccionarios especializados, que documentan abundantemente su empleo, el vocablo esquizoide (fr. schizoide; ingl. schizoid; it. schi:Wide) también aparece incluido no sólo en numerosos y reconocidos diccionarios enciclopédicos de nuestra lengua (cf., por ejemplo, la Enciclop. unit). ilustro europeo­americana, Bilbao, Supl. anual 1934-1935, 43 sg.; Vox. dice.

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BAAL, XL VII, 1982 ACUERDOS 125

enciclop. compend., Barcelona, 1958, t. 11, 36; Dicc. enciclop. SALVAT, Barcelona, 1954, t. VI, 333; M. Moliner, Dicc. de uso del esp., Madrid, 1966, t. 1, 1216; etc.) sino también en textos literarios como puede verse en la siguiente cita: "Tengo dos perso­nalidades. La otra mujer es una depresiva, una ansiosa. Yo no. Ni ella sabe lo que yo hago ni yo lo que hace ella. Algo nos parte en dos, y cada una vive por su lado. Soy una esquizoide. -No se dé corte ... Esquizoide no es" (E. Anderson Imbert, "Equis", en: La Nación, Bs. Aires, 2.11.1980, secc. 4'\ p. 4).

Los alcances tan amplios del concepto de esquizoide tornan problemático el intento de reducirlos a una definición, pero tal vez podría afirmarse que con este término se designa un carácter o estructura de un tipo de personalidad constituida por .un grupo

...de mecanismos tales como: actitud no emocional y no participante, marcado desinterés por las personas significativas tanto reales como imaginarias, disociación y pérdida de contacto con la realidad.

Por todos los argumentos hasta aquí expuestos, la Academia Argentina de Letras sugiere a la Corporación de Madrid, la posi­bilidad de incluir, en la próxima edición ·de su Diccionario, el vocablo esquizoide con los valores que se desprenden del presente informe.

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ARGENTINISMOS - 1

Enmiendas, ratificación o inclusión de argentinismos en el "Diccionario Mayor" (1970) y en el

"Manual" (1950) de la Real Academia Española 1

Copete

La noticia periodística se estructura habitualmente en dos partes fundamentales: título y texto, relato este últi-

I Debe advertirse que la noción de argentinismo será delibera­damente usada en esta sección de un modo lato y no rigurosamente técnico. Incluye los que los diccionarios de la Academia Española señalan con la nota de Argent., los que junto con la Argentina atri­buye a otros países, e incluso varios que califica como america­nismos. Estos informes son por ahora solo complementos del Dic­cionario de Madrid. Per ello aceptan convencionalmente divisiones políticas y no áreas lingüísticas. Tampoco pretenden estll.diar el castellano de la Argentina en cuanto sistema, para lo cual harían falta amplias encuestas a modo de las de los atlas lingüísticos.

Para una formulación inicial más rigurosa de estos problemas, d. Fernando Antonio Martínez, Lexicography, Juan M. Lope Blanch, Hispanic Dialectology y Y. P. Malkiel, Hispanic Philology (sección IV), en Cu"ent Trends in Linguístic, 4, Mouton, The Hague, 1988. El trabajO de Malkiel citado en último término ha sido luego publicado por el autor en forma de libro, con un importante suplemento: Y. MALKIEL, Linguistics and Philology in Spanish America, A. A. Survey (1925-1970), The Hague-Paris, 1972.

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128 ARGENTINISMOS BAAL, XLVII, 1982

mo de los sucesos que constituyen la información y que suele organizarse de diversas maneras. La forma más frecuente consiste en adelantar por medio de un resu­men, conocido en el periodismo como copete, aquellos acontecimientos de relevancia que se detallan después en el cuerpo de la nota.

El valor que en este ámbito específico se le da al término copete no figura en el Diccionario de la Real Academia Española (Madrid, 1970) que registra, s.v., varias acepciones referidas todas ellas a algo que se encuentra ubicado en un lugar superior';' por nombrar algunas: el penacho de plumas que tienen ciertas aves sobre la cabeza o el mechón de crin que cae al caballo en la frente. Es evidente que la indicación espacial implí­cita en esta voz determinó que así se llamara a la sinopsis de distinta disposición tipográfica que encabeza el texto, modalidad introducida por la prensa estadounidense con el nombre de lead.

Léxicos especializados consignan este sentido de la pa­labra copete. Entre otros, el Diccionario de periodismo de Antonio López de Zuazo Algar (Madrid, 1978, 53) donde se la define como "el resumen de lo más impor­tante de una información, en las primeras líneas por lo general, en menos de ochenta palabras" o el Diccionario de térm.inos periodísticos y gráficos, ingl.-esp., esp.-ingl., de William M. Pepper (Bs. Aires, 1959, p. 94) que tra­duce leadcomo copete para la zona lingüística riopla­tense: " ... copete (Rioplat.), tope (Puerto Rico), entrada ( México), párrafo inicial, primer párrafo, primeros párra­fos, cabeza, encabezamiento, comienzo, introducción, par­te inicial de una información periodística en que se destaca la esencia (o datos sobresalientes) de la misma, o en que se presenta algo para atraer al lector".

Por otra parte, las consultas realizadas por el Depar­tamento de Investigaciones Filológicas de esta Academia ante reconocidos matutinos de la Capital confirman que en ese medio se usa exclusivamente el término copete.

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BAAL, XLVII, 1982 ARGENTINISMOS 129

En vista de que la voz es empleada corrientemente en el lenguaje periodístico de nuestro país, la Academia Ar­gentinade Letras sugiere a la Corporación de Madrid, la incluya en la próxima edición de su Diccionario con nota de argentinismo.

Palenque, palenquear

El Diccionario de la Real Academia Española (ed. 1970, 962) registra bajo el artículo palenque las siguien­~ acepciones: "Valla de madera o estacada que se hace para la defensa de un puesto, para cerrar el terreno en que se ha de hacer una fiesta pública o para otros lines. 11 2. Camino de tablas que desde el suelo se elevaba hasta el tablado, cuando había entrada de torneo u otra función semejante. 11 3. Terreno cercado por una estacada para celebrar algún acto solemne". .

El vocablo, según Corominas, fue "tomado del cato palenc 'empalizada donde se celebraba una justa, etc: [ ... ] o de su hermano el oc. palenc" (DELe, Il, Ma­drid, 1954, 626).

Sin considerar otras acepciones que ha adquirido en América, interesa destacar aquí que la definición oficial no se ajusta al uso más generalizado de la voz en la Argentina, esto es 'estaca o estacada en la que se amarra el ganado caballar o vacuno'.

Con ese sentido puede verse su temprana inclusión en el Vocabulario rioplatense de Francisco J. Muñiz quien define el palenque como: "estacada cerca de ·las casas más o menos extensa con su crucero o cinche también de madera, donde se atan los caballos de servicio de una estancia" (M. A. Vignati, "El 'Vocab. rioplat: de F. J. Muñiz" [1845], en BAAL, jul-sept. 1931, t. V., n Q 19, 430).

El frecuente empleo de este utensilio rural ha espe­cializado dos diferentes tipos de palenque. Uno, el "poste. liso y fuerte, clavado en tierra en medio del corral, que

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130 ARGENTINISMOS BAAL, XLVII, 1982

sirve para atar los potros. Dando una vuelta de lazo alrededor del palenque es fácil contmrrestar el enorme poder del animal redomón que puja por libertarse" (c. Villafuerte, Voe. y eost. de Catam., Bs. Aires, n, 148 sg.; cf. también, D. Granada, Voeab. rioplat. razon., Monte­video, 1890, 803; L. Segovia, Dice. de argent., Bs. Aires. 1911, 443; T. Saubidet, Vocab. y refran. criollo, Bs. Aires, 1943,270; F. Coluccio, Dice. folk. argent., Bs. Aires, 1950. 289; M. Morínigo, Dice. mano de americ., Bs. Aires, 1986,447).

De tal práctica surge la denominación palenquear (var. vulgo palenquiar) , verbo de formación postnominal al que al étimo palenque se le une la regular desinencia -ear. Palenquear es -dice J. P. Sáenz- "Acostumbrar a un yeguarizo chúcaro, es decir, arisco, a quedar atado a un palenque u otro objeto firmemente adherido al suelo sin que pugne por desasirse 'sentándose' o abalanzán­dose. Por este procedimien~o el potro al 'aflojar el pes­cuezo', se somete a la sujeción del hombre, constituyendo la 'palenqueada' una de las primeras fases de la doma en nuestro país" (Equitación gaucha, Bs. Aires, 1942, 237; cf., entre otros, D. Granda, .loe. cit.; L. Segovia, loco cit.; P. Inchauspe, Voc. y costo del campo argent., Bs. Aires, 1942, 131; T. Saubidet, loe. cit.; M. Morínigo, loe. cit.).

El verbo parece haber conocido también un uso figu­rado tal como lo testimonia 1. Moya: "El hombre de cir("o era bastante instruido y acosaba a Baigorria con prt'­guntas desusadas, pero legales, que el manco respondía 'a veces con más ingenio que acierto, pero en una de esas alternativas, Baigorria 'palenqueó' a su rival en esta ("0-

pla ... " (El arte de los payadores, Bs. Aires, 1959, 252). Por otra parte, como es natural, el palenque hecho de

un solo poste resultaba insuficiente cuando se trataba de reunir varios animales, por eso -observa P. Inchauspe (loe. cit.) - "En las pulperías, casas de comercio antiguas, donde se reunía Qlucha gente, no bastaban esos palenques

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simples; entonces, se hacía uno especial, colocando varios postes verticales, ya en línea recta, ya en otra forma cualquiera: circular, cuadrada, etc.; otros postes largos, en posición horizontal, se aseguraban a los primeros y se obtenía así un palenque de mucha capacidad". Al refe­rirse a estos José Hernández, en su InstTÚccíÓn del estan­ciero (Bs. Aires, 1882, 116), sugiere que "el modo de construir un buen palenque, fuerte, cómodo y con som­bra es hacerlo redondo o cuadrado, plantando adentro un ombú o sauces que pronto ofrecen un excelente abrigo contra los rayos del sol".

__ Por todo lo expuesto y por tratarse de una voz que, con el sentido apuntado, se encuentra ampliamente difundida en nuestro país, la Academia Argentina de Letras solicita a la Real Academia Española que dé cabida a este argen­tinismo en la próxima edición de su Diccionario, y que lo mismo hagá con el verbo palenquear.

Reina mora

Reina mora es el nombre más difundido en nuestro país de un pájaro (Cyanocompsa cyanea) perteneciente a la familia de los Fringílidos. Su denominación se debe, probablemente, al color azul brillante de su plumaje y a la melodía de su canto.

Según la información· proporcionada al Departamento de Investigaciones Filológicas de esta Academia por el distinguido ornitólogo Dr. Jorge R. Navas, del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", se trata de un ave de aproximadamente 17 cm, cabeza azul celeste, parte posterior del cuello, dorso, pecho y abdomen azul índigo, pico, alas y cola de color negro. Habita en los montes, bosques y serranías, preferente­mente en matorrales arbustivos. Se alimenta de frutas, granos y semillas. Su distribución geográfica comprende el Chaco paraguayo, el sur y este de Bolivia y el oeste

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132 ARGENTINISMOS BAAL, XLVII, 1982

de Matto Grosso '1 en la Argentina, desde el· norte hasta la región central. Es de vida sedentaria a excepción de las poblaciones meridionales que se desplazan hacia el norte durante el invierno. A pesar de su temperamento tímido es fácilmente domesticable y, ya que soporta el cautiverio sin dificultad, resulta muy codiciada por la armonía de su canto.

Ya' a comienzos del siglo XIX; Félix de Azara en su obra Apuntamientos para la historia natural de 108 pájaroa del Paraguay y Río de la nata ([1805] Montevideo, t. 11, 1942, 119) incluye la denominación pico grueso azulejo para referirse a la reina mora. Posteriormente diversos naturalistas registran esta misma voz para aludir al ~ve, también llamada reina mora grande diferenciándola de la reina mora chica (Cyanoloxia glauco-caendea} , más conocida como azulejo.

Sin embargo, en nuestro país, el nombre más genera­lizado es el de reina mora (Cyanocompsa cyanea) y así lo atestiguan entre los distintos lexicógrafos especialistas en ornitología: M. A. Freiberg, (Enumeración sistemática 'de las aves de Entre Ríos, Paraná, 1943, 84); C. C. Olrog (Lista y distribución de las aves argentinas, Tucumán, 1963, 311) y M. J. l. Pergolani de Costa ("Los nombres vulgares de las aves argentinas", en IDIA, Instituto Nacio­nal de Tecnología Agropecuaria, Bs. Aires, nI? 268, abril 1970,41).

Asimismo diccionarios generales de nuestra lengua lo consignan de igual manera (cf. D. Abad de Santillán, Gran enciclopedia argetltina, Bs;, Aires, t. VII, 1961, 77 y. Dice. Kapelusz de la lengua española, Bs. Aires, 1979, 1255). .

Por otra parte, no faltan ejemplos en la expresión lite­raria que corroboren el empleo de esta voz. He aquí algunos de ellos: "la tarde, lenta y melancólica va reco­giendo sus policromías, mientras se oye a la reina-mora" (A. Yupanqui, El canto del viento, Bs. Aires, 1971, 134); "tampoco admitieron que la niña fuese, además, tullida,

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y que únicamente pudiera usar su garganta, roja y tierna, para imitar ciertas voces, el canto de algunos pájaros: jilgueros, urracas e incluso reinamoras" (H. Ti::1n, «Tres mujeres", en La Opinión Cultural, Bs. Aires, 24-3-1974, 9); "se puso a encadenar notas en silbos y a sacar cancio­nes; unas veces eran. como las del zorzal, otras como las del rey del bosque, y otras como las de la reina mora" (E. Carpena, «El coyuyo músico", en: El doradillo y otros cuentos, Bs. Aires, 1975, 156).

En vista dé lo~ argumentos· que anteceden, la Acade­mia 4rgentina de Letras sugiere a la Real -Academia

"'Española que incluya la denominación reina mora ~on nota de argentinismo, en .la próxima edición de su Diccio­nario.

Zorrino

Zorrino es el nombre vulgar que reciben en nuestro país varias especies de la familia de los Mustélidos, gé­nero Conepatus. "Características de los zorrinos -observan A. Cabrera y J. Yepes- son las orejas sumamente cortas con un pabellón atrofiado, y la nariz desnuda, saliente y gruesa como el hocico de un cerdo en miniatura. En todas las especies, el pelo es bastante largo, tan pronto áspero como suave y de color negro o pardo muy obscuro. a veces tirando a rojizo, con dos bandas blancas a los lados del dorso. La cola, muy peluda, forma un hermoso penacho blanco y negro" (Mamif. sud-americ., Bs. Aires. 1940, 151).

Ciertamente la popularidad del' zorrino se debe a sus hábitos defensivos, ya que al verse amenazado no huye sino que, dando" rápidamente media vuelta, ofrece al agresor su parte posterior con la cola alzada para arro­jarle, incluso a cierta distancia, la secreción pestilente de sus glándulas anales.

El proverbial hedor del zorrino ha sido permanente motivo de observación desde que este animal fuera cono~

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cido en tiempos de la conquista. Al respecto, en sus Comentarios reales ([1609], Bs. Aires, n, 1943, 195), el Inca Garcilaso apunta: "Otros animalejos hay pequeños. menores _ que gatos caseros; los indios les llaman añas y los españoles zorrina; son tan hediondos, que si como hieden, olieran, fueran más estimados que el ámbar y el almizque". Del mismo modo el P. Bemabé Cobo recuerda una anécdota que le sucedió en Arequipa con un zorrino -al que denomina añutaya- "apéamonos a matarlo por que no huye mucho, y él procuraba defenderse con los orines, con los cuales roció un báculo con el que lo ma­taron a palos, el cual báculo quedó tan hediondo, que no lo podíamos sufrir" (Hm. del nuevo mundo [1653], Madrid, 1956, 1,370). Azara en sus Viajes por la América meridional ([1808], Madrid, 1934, 1, 246) dice de este líquido que "una sola gota caída sobre las ropas obliga a tirarlas, porque si no el olor hediondo apestaría la casa y no se disiparía aunque se enjabonase la ropa veinte veces".

Desde un punto de vista lexicológico resulta interesante notar, siquiera parcialmente, algunos aspectos del proce­dimiento por el cual el vocablo zorrino se ha incorpo­rado a nuestra lengua. A pesar de la existencia de desig­naciones autóctonas, se impuso una forma hispánica la cual adoptó, como es natural, el símil referencial de que disponían los conquistadores: esto es la comparación con el zorro, presente en la base léxica zorr- ("La añutaya es un animal pequeño, de casta y hechura de zorra", B. Cobo; "A otras [zorras] de esta especie [que] llaman añas en la lengua general del Pero, han dado el nombre de zorTÍno los españoles", P. Lozano).

La forma zorrillo -que registra el Uxico oficial para Guatemala y Honduras- fue empleada ya por Lozano y Azara ("Hállase en estas tierras un animal mayor que la comadreja llamado zorriUo"; "El yaguaré que los españo­les llaman zorralo"). Entre nosotros tal variante no ha Í(>nido fortuna tal vez a causa de la relativa debilidad del

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diminutivo -illo y, siendo igualmente inconveniente la va­riante en -ita, se ha optado por la terminación menos específica -ino.

En la Argentina resulta también inusual la denomina­ción mofeta que registra el Diccionario, siendo reempla­zada en todos los niveles de habla por la de zorrino. Baste, a título ilustrativo, mencionar los siguientes ejem­plos literarios: «En distintos parajes de esta ciudad de Salta, se hallan [ ... ] vizcachas, raposas y zorrinos" (F. de Mena, Fund. de Salta [1772], Bs. Aires, 1916, 355); "El modo de matar los zorrinos es con las bolas ganán-

-doles viento arriba" (J. M. de Rosas, Instrucciones a los ffl4Yordomos de estancia, [1856] Bs. Aires, 1942, 56); "su recado, que trascendía a sudor de caballo, a lana de oveja y hasta quizá un poco a zorrino" (B. Lynch, El inglés de los gii.esos, [1924] Bs. Aires, 1958, 145).

En vista de que el término se halla perfectamente afian­zado en nuestra lengua, como lo indica el presénte infor­me y lo comprueba su inclusión en numerosos diccio­nario y léxicos especializados, la Academia Argentina de Letras solicita a la Real Academia Española la incorpo­ración, con nota de argentinismo, de la voz ZorrilW en la próxima edición de su Diccionario.

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-NOTICIAS

Recepción del señor académico Carlos Alberto Ronchi March

. El jueves 22 de abril, la Academia celebró sesión extraordinaria y pública a fin de recibir el!. forma solemne al señor académico don. Carlos Alberto Ronchi March. El acto se efectuó en el Reci­bimiento del Palacio Errázuriz, sede de la Academia, y fue presi­dido por el señor Vicepresidente, académico don Enrique Anderson Imbert por encontrarse convaleciente el titular de la Casa, don Bernardo Canal Feijóo. El señor Vicepresidente, don Enrique An­derson Imbert, abrió el acto y explicó las razones de su presidencia: luego de saludar al recipiendario le hizo entrega de la medalla y el diploma que lo acreditan como miembro de número de ·la Corpo­ración. Seguidamente el señor académico don Manuel Mujica Lainez pronunció su· discurso de bienvenida luego de lo cual, el señor académico don Carlos Alberto Ronchi March disertó sobre "Dionisio y el dios de Delfos: la imagen de lo apolíneo en Grecia Antigua".

Acompañaban en el estrado los señores académicos don Juan Carlos Ghiano, Secretario general, don Ángel Battistessa, don Elías Carpena, don Raúl H. Castagnino, don Fermín Estrella Gutiérrez, don Bernardo González Arrilli, doña Alicia Jurado, don Luis Fede­rico Leloir y don Federico Peltzer.

Asistieron también en representación del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, el vicecomodoro Rodríguez; el señor Inten­dente Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, Dr. Guillermo Del Cioppo; en representación del Jefe de la Policía Federal, general de división Luis S. Martella; el Superintendente de Institutos Poli­ciales, comisario general Valentín Alberto Espinosa; el Subsecretario de Acción Cultural, D. José María eD Lorenzis; el Subsecretario de Relaciones Culturales, D. Jorge Ernesto Basombrío; el Secretario

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de Cultura de la Municipalidad, Dr. Raúl Colambres; el señor Embajador de Venezuela, Dr. Jorge Dager; el señor Consejero Cul­tural del Perú; el Presidente del Consejo de Investigaciones Cienti-" ficas y Técnicas, Ing. José S. Gandolfo y el Secretario general, Prof. José A. Monterroso; el Presidente de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Fisicas y Naturales, Dr. Luis A. Santaló; el Vicepresidente de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Politicas, Dr. Alejandro Lastra; el Director del Museo Nacional de Arte Decorativo, Dr. Federico Aldao; la Directora del Museo de Arte Oriental, Lic. Orlanda Yokohama de Fernández; el Director general del Archivo General de la Nación, Dr. César A. Garcia Belsunce, miembros de otras Academias Nacionales, familiares, profesores y . un selecto y nutrido público que colmaba el salón de sesiones. La disertación de don Carlos Alberto Ronchi March y los discursos de bienvenida se publicarán en el próxitno número del Boletín.

Declaración de la. Academia. Nacionale. sobre 'a. '.1.. Malvinas

En sesión del 13 de mayo el Cuerpo tomó conocimiento de la siguiente declaración de los Presidentes' de las Academias, que dice así: "Los Presidentes de Academias Nacionales, en reunión del dia 12 de abril de 1982, resuelven expresar su adhesión a la acción de recuperar la soberanía argentina sobre las islas Malvinas 'y sus dependencias. Al solidarizarse en la emergencia con las autori­dades y las Fuerzas Armadas de la Nación, exhortan a la ciuda­danía toda a reflexionar sobre el histórico acontecimiento y a actuar en la búsqueda de un renovado sentido de patria y de grandeza." Licencia

El señor académico don Manuel Mujica Lainez solicita licencia hasta el año 1983.

Solidaridad Oficios de la ilustre Academia Venezolana de la Lengua en los

qúe expresa su plena solidaridad con la causa argentina con motivo del conflicto surgido con Gran Bretaña por las Islas Malvinas.

El señor Secretario de la Academia Nacional de Letras del Uruguay, don Luis Bausero, envió un oficio similar donde manifes­taba su adhesión.

Homenaje En la ciudad de Gualeguay se rindió homenaje a don Carlos

Mastronardi,al que la.Academia envió su adhesión.

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DonacIones

Los señores académicos don Raúl H. Castagnino y don Elías Carpena donaron con destino a la Biblioteca las siguientes obras de que son autores: Circo, teatro gauchesco y tango; y Fortín Matanza, Potrillo alazán y Cuentos de f"eseros respectivamente.

El señor académico don Manuel Mujica Lainez con el mismo destino entrega sus obras Misteriosa Buenos Aires; El escaraba;o, su edición traducida de Fedra y Páginas de Manuel Mujica Lainez, seleccionadas por el autor, con un estudio preliminar de Oscar Hermes VilIordo.

~emori. y Balance

En sesión del jueves 27 de mayo fueron considerados por el Cuerpo la Memoria y el Balance correspondientes al ejercicio 1981. doc~mentos que fueron aprobados por unanimidad.

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