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HONDURAS PEDIATRICA Publicación de la Asociación Pediátrica Hondureña

AUSPICIADA POR EL PATRONATO NACIONAL DE LA INFANCIA

DIRECTOR: DR. ROBERTO MEJ1A DURON — ADMINISTRADOR: DR. ALBERTO C. BENDEDK EDITORES: DR. LUIS A. SARAHONA - DR. DANiLO CASTILLO M. - DR. MANUEL E. LARIÜS

APARTADO POSTAL 105-C " TEGUCIGALPA*. D. C, HOHDUPAS, C. A. T0D0S L0S MiEMBR0S DE LA

CULABORADORES. AS0CIACI0N PEDIATRICA HONDUREÑA

VOL. 3 DICIEMBRE 1968 — ENERO — FEBRERO — MARZO IS69 No. 6

NOTAS EDITORIALES

XII Congreso Internacional de Pediatría

DR. MANUEL ENRIQUE LARIOS BONILLA *

Enmarcado en la bella e histórica ciudad de México, donde las antiguas civilizaciones del Nuevo Mundo se han fusionado con la cultura europea y de la América con-temporánea, se llevó a cabo, del 1° al 7 de diciembre de 1968, el XII Congreso Internacional de Pediatría. Su sede fue la Unidad de Congresos del Centro Médico del Instituto Mexicano del Seguro Social, cuyas modernísi-mas instalaciones son de las pocas del mundo capaces de albergar un evento de semejante magnitud. Al momento de la inauguración habían inscritos 5.500 congresistas, 3.800 profesionales de las diferentes ramas pediátricas y 1.700 acompañantes familiares procedentes de 87 paí-ses. Es, pues, un Congreso Mundial, realizado cada tres años desde 1912, cuando se inició en París y sólo inte-rrumpido durante las dos guerras mundiales. A México se le asignó como sede en el Congreso de Tokio de 1965. En México a su vez se seleccionó Viena para el de 1971.

La Asociación Internacional de Pediatría, entidad que patrocina el Congreso, es una asociación no política,

* Médico Pediatra del I.H.S.S. Miembro de la Asociación Pediátrica Hondureña.

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no gubernamental, de miembros de las sociedades pediá-tricas de la mayoría de los países del mundo, cuyos obje-tivos son: "Fomentar la amistad entre los pedíatras de todas las nacionalidades en beneficio de la niñez y pro-mover la salud del niño en el mundo entero". Su Secre-tario General, el Dr. Thomas Stapleton, anunció la soli-tud formal de ingreso de diez sociedades pediátricas más que, de ser aprobadas por el Consejo Ejecutivo, harían que llegara a 71 el número de países representados en esa asociación. Queremos informar aquí, que los Docto-res Handal y Rivera Williams se avocaron con el Dr. Sta-pleton para obtener la información necesaria en caso de que en un futuro cercano, y de estimarlo conveniente sus miembros, la Asociación Pediátrica Hondureña in-gresara a la Asociación Internacional de Pediatría.

Surge la inevitable pregunta: ¿el por qué de un congreso así? Porque la nuestra no es una profesión nacional sino internacional; la enfermedad no reconoce fronteras políticas y un niño enfermo o hambriento es igualmente patético, ya sea su piel negra, café, amarilla o blanca, y la sonrisa feliz de un niño sano tiene un atrac-tivo que es universal. Porque se llega a un evento así no sólo a conocer y aprender los avances de la ciencia médi-ca que nos puedan ser útiles en la prevención y el trata-miento de las enfermedades de la niñez, sino también a reunimos con viejos amigos y a hacer nuevos entre los colegas de todo el mundo.

Sería imposible, en una presentación de este tipo, entrar en detalles e informar sobre un tema en particu-lar; considérese que el congreso estaba estructurado en alrededor de 10 sesiones plenarias, cuyos temas hablan por sí solos de la amplitud del material cubierto. Se in-titulaban: 1º) Crecimiento y Desarrollo; 2°) Problemas Nutricionales en Sociedades Industrializadas y Pre-indus-trializadas; 3°) Problemas Pre y Perinatales y su Preven-ción; 4º) Problemas de Conducta y Trastornos de Apren-dizaje; 5°) Padecimientos Malignos; 6º) Cirugía de la Infancia; 7°) Microbiología e Inmunología; 8º) El Ado-lescente; 9º) Padecimientos Hereditarios; 10°) Inmuni-zaciones. Además, comprendía 112 mesas redondas, 679 trabajos libres y 46 películas y demostraciones. Dos trabajos libres, intitulados "Poliomielitis, Epidemia de

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19Ó5" y "Síndrome de Guillain-Barré en la Infancia", fueron presentados por el compatriota Dr. Carlos Rivera Williams, lo cual es un mérito para el colega y una satis-facción para la Asociación Pediátrica Hondureña.

Dada la vastedad del programa, el congresista debía necesariamente conformarse con asistir a las sesiones plenarias, que no eran simultáneas con ningún otro evento y optar por una asistencia selectiva a las mesas redondas, películas y demostraciones, que sí se llevaban a cabo en forma simultánea. Afortunadamente, sin embargo, la casi totalidad de los temas cubiertos se encuentran en las Memorias del Congreso, que abarcan tres volúmenes y los cuales pongo en esta ocasión a disposición de los estimables colegas para su consulta y estudio.

Digna de mención, sobre todo tratándose de un país latino, es la excelente organización y coordinación que prevaleció durante las numerosas facetas de ese evento; la casi totalidad de las actividades científicas, y aún las sociales y artístico-culturales, se llevaron a cabo en el lugar, el tiempo y la forma programados. Se había adver-tido a los conferencistas que, un minuto después del tiempo asignado a sus presentaciones, cesarían automá-ticamente sonido, traducción y proyecciones; sin embar-go, no fue necesario hacer uso de esta medida. En vista de que los idiomas oficiales eran español, inglés y fran-cés, para todos los eventos científicos había traducción simultánea; pero hubo la queja, más o menos generali-zada, de que las traducciones frecuentemente dejaban mucho que desear, sobre todo cuando se trataba de ora-dores que usaban el idioma inglés sin ser esa su lengua nativa. Y a propósito de idiomas, en la ceremonia inau-gural, el Dr. Guido Fanconi, ese pilar de la pediatría con-temporánea, dijo un brillante discurso en cinco idiomas, español, inglés, alemas, francés e italiano.

Decíamos, pues, que es imposible en esta ocasión entrar en detalles; bástenos con transcribir algunos gran-des conceptos, mejor dicho verdades, recogidas de todo la visto y oído, que ya se han dicho muchas veces, pero que no por eso dejan de tener actualidad y vital im-portancia para nosotros. El Dr. Charles A. Janeway, Presidente del Comité Ejecutivo de la Asociación Inter-nacional de Pediatría, quizás pecando un poco de gene-

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realización, expresó que cada niño que enferma y requiere hospitalización, representa un fracaso de la pediatría, veces por ignorancia de la familia acerca de la naturaleza de la enfermedad, otras veces por falta de un sistema adecuado de Salud Pública, y en ese caso las raid del fracaso son socio-económicas, o puede ser debido pobre criterio de parte de! médico o trabajador en Salí Pública, que no reconozca los signos de enfermedad ser en su comienzo y, por ende, un fracaso en la educacio médica. Finalmente, puede deberse a un fracaso de investigación médica para determinar la causa o podi proveer los medios de prevención o de terapéutica r cional. Es precisamente para disminuir la incidencia c esos fracasos que ¡os médicos pediatras, personeros c Salud Púbiica, profesores de Pediatría e investigador* de la natauraleza de la salud y enfermedad en la nim se reúnen en un Congreso semejante.

Gran parte del problema, claro está, es economía ya que mientras los programas para el control de Ia enfermedad y para el aumento de la producción y dis- tribución de alimentos languidecen por falta de fondos, mientras la mala salud y la desnutrición invalidan a casi la mitad de los niños del mundo, los gobiernos de los diferentes países gastan en guerra y armamentos más de 2.000 billones de dólares anuales, más de 2.000 veces el presupuesto combinado de la Organización Mundial de la Salud y UNICEF.

Por una parte surge la necesidad de mantener equilibrio entre la relación personal pediatra-paciente antes y la relación institución o gobierno y población ge neral de hoy, de modo que las ventajas de la multiespe cialización o multi-visión de nuestra profesión, no llevar al pediatra o a su institución hacia la actitud calculadora y la deshumanización. Una prolongación de este hu-manismo y este concepto global de la profesión, es evidente en el repetido hincapié que se hizo sobre le imprescindible de conocer cómo la organización y el fun-cionamiento de la sociedad influyen en la producción de enfermedades. Según ¡o expresó el Dr. Lázaro Benavi-des, Presidente del Congreso, "En el momento actual, no puede considerarse como suficiente la investigación de la patología que mata; es indispensable el mejor conoci-

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miento de la patología que invalida, pues es indudable que el desarrollo socio-económico de un país está basado, en último análisis, en la capacidad mental y física de sus pobladores".

Se planteó la interesante sugerencia de que en un futuro cercano se extienda el campo de acción de la Pediatría hasta abarcar el segundo decenio de la vida; pero a las ventajas obvias que esto acarrearía para el paciente deben oponerse los problemas de una multi-especiali-zación aún mayor y de un campo de conocimientos aún más vasto para el pediatra general.

Se propusieron planes para una estandarización por parte de los diferentes países en áreas como terminología y metodología, especialmente en el campo de la investigación, con la resultante de mayor entendimiento e intercambio de datos, que evitarían duplicación en los trabajos; todo esto conservando, naturalmente, la individualidad requerida por los problemas particulares de cada área.

Se puso de manifiesto una vez más el hecho que, mientras en los países industrializados el control de la patología infecciosa, parasitaria, carencia!, etc., permite concentrar ¡os recursos estatales y particulares hacia nuevos y hasta ahora descuidados problemas, y se pueden desarrollar programas de tipo preventivo, como el de inmunizaciones, tan eficazmente, que su porcentaje de éxito es casi total, aquellos países llamados en desarrollo se debaten aún y gastan sus fondos y sus esfuerzos en el círculo vicioso de una medicina casi exclusivamente curativa y esporádica.

En fin, los problemas están bien definidos, y se espera que de un cónclave como el que nos ocupa, regresen sus participantes a luchar, hasta donde sus posibilidades les permitan, por resolverlos. Los futuros congresos servirán de medida en cuanto a lo que se haya logrado, pero pudimos observar e! hermoso espectáculo de gentes de las diversas nacionalidades, razas e ideologías, que pudieron reunirse en armonía y coordinación para estudiar, investigar y trabajar en pro de la gran meta común: el bienestar de la raza humana menor de veinte años, que en realidad comprende la mitad de la población del mundo.

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Estudios de las Diarreas en Honduras Por: DR. ALBERTO C. BENDECK, SRITA. PILAR ARGELES 2, DR.

ROLANDO AGUILERA 3, LICDOS. LILIANA DURON 2 JULIO JIRÓN 2, DR. GUSTAVO BARAHONA *, DRS. WILLIAM PE-LÓN 2, CARLOS A. DELGADO 5 y VÍCTOR VILLAREJOS *.

INTRODUCCIÓN

Durante mucho tiempo la etiología de los procesos dia-rreicos en nuestro medio han sido objeto de varios estudios, sin poder llegar a tener una idea clara acerca de este pro-blema, que significa el primer rubro de mortalidad y de morbilidad en nuestro medio. Siempre hemos creído que todas las diarreas eran producidas por bacterias específicas 0 parásitos, conllevando siempre el tratamiento de éstas el uso de los antibióticos. Como posteriormente veremos, esto no tiene razón de ser.

Naturalmente que este trabajo es solamente el comien-zo para dilucidar el intrincado problema de la etiología de las diarreas infantiles, especialmente en el grupo de lac-tantes, en el cual realmente el problema adquiere una gran magnitud. Digámoslo desde ya, que el más grande defecto del presente trabajo es el no haber hecho estudios compa-rativos con un grupo de sanos. Estudios hechos previamente por los doctores Ramón Ramos Alvarez y Olarte, de México, de Roux en África del Sur y de Sabin en los Estados Unidos, han demostrado la etiología viral en un porcentaje que da desde el 30 a más del 50%. Por primera vez en nues-tro medio es posible hacer estudios virales en las diarreas infantiles, lo cual ha sido posible a través del International Center for Medical Research and Training, L.S.U. Laborato-rio para Estudios Vírales en San José, Costa Rica.

MATERIAL Y MÉTODO

En este trabajo, que se inició en julio de 1965 a julio de 1966, se incluyeron lactantes de 1 día a 24 meses, que no

* Trabajo presentado en el VIII Congreso Centroamericano de Pediatría. San Salvador, El Salvador, noviembre de 1967.

1 Jefe de Consulta Externa y Emergencia Pediátrica. Profesor de Pediatría de la UNAH. Miembro de la Academia Americana de Pediatría.

2 í. C. R. M. T. San José, Costa Rica. 3 Residente Jefe del Departamento de Pediatría. 4 profesor de Parasitología de la UNAH. " 5 Jefe del Departamento de Pediatría. Profesor de Pediatría. Miembro de la Academia Americana de Pediatría. 6 Director I. C. M. R. T. San José, Costa Rica.

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hubiesen sido tratados, y en las primeras 24 horas de co-menzada su sintomatología corresponde al área de Teguci-galpa, Comayagüela y alrededores, en número de 287 casos.

Métodos Bacteriológicos: Placas de Mckonkey y Agar S.S. son inoculadas directamente con hisopo rectal e incu-badas por 24 horas. Las colonias sospechosas son inocula-das en TSI y examinadas por los métodos convencionales de detección de bacterias enteropatógenas, incluyendo tipeo final.

Métodos Virológicos: Extractos de heces al 20% fueron inoculados en los siguientes sistemas huésped: cultivos pri-marios de células renales de Rhesus, la línea de células malignas humanas HEp-2 y ratones albinos (cepa Webster) recién nacidos, por vía subcutánea, intraperitoneal e intra-cerebral. Sistemas huéspedes adicionales fueron empleados para caracterización de las cepas de virus aisladas, los tipos de las cuales fueron establecidos por métodos serológicos.

RESULTADOS

De la Tabla Nº 1 se desprende que la mayor frecuencia de casos está en el grupo de 29 días a 6 meses, siguiendo el grupo de 6 meses 1 día a 12 meses. Hubo 161 casos del sexo masculino y 125 del sexo femenino.

Población estudiada según grupos de edad y sexo. Tabla Nº. 1

NOTA: Hubo un caso en. que no se conoció el sexo.

De la Tabla Nº. 2, que se refiere a lugar de residencia, el mayor número dé casos provenía del barrio Villa Adela, barro Belén, colonias La Esperanza y San Francisco, todos los cuales son sumamente poblados y de baja condición socio-económica.

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Casos de diarrea infantil estudiados, según lugar y residencia.

Tabla Nº. 2

Continúa

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Continúa

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En la Tabla Nº. 3, en que se observa el tiempo de evolu-ción en horas al momento de la consulta, en que 90 casos consultaron entre 20 y 29 horas y 103 casos consultaron de 30 a 50 y más horas de evolución, lo que demuestra la gran tardanza en consultar.

En la Tabla Nº. 4 se muestra el número de deposiciones en el momento de consultar de 7 a 10 deposiciones en el momento de consultar de 7 a 10 deposiciones el 33.1% y 11 y más deposiciones de 57.7%.

La consistencia de las deposiciones en el 65% de los casos era líquida y el 35% restante semiformada y pastosa. Otras características de las deposiciones son la presencia de mucosidades, sangre y en muy pocos casos de pus (Ta-bla 5 y 6).

La fetidez de las deposiciones se encontró en casi el 100% de los casos. (Tabla 7).

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Casos estudiados de diarrea infantil, según grupos de edad y tiempo de evolución en horas.

Tabla Nº. 3

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Pacientes de diarrea infantil según número de deposiciones.

Tabla Nº. 4

Pacientes de diarrea infantil, según grupos de edad y consistencia de la deposición.

Tabla Nº. 5

NOTA: Hubieron 3 casos de consistencia normales.

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Pacientes de diarrea infantil, según características de deposición y grupos de edad.

Tabla Nº. 6

NOTA: Hubieron 65. casos con características normales.

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Pacientes de diarrea infantil, según otras características de deposición y grupos de edad

Tabla Nº. 7

NOTA: Hubo 3 casos con características normales.

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Se estudió también la lactancia, encontrándose que el 31.8% tenían una lactancia mixta, el 32.5% una lactancia artificial y el 26.5% lactancia materna. En la alimentación en general se encontró una deficiencia calórica y proteica en el 38.8% de los casos. En cuanto a la limpieza personal, fue catalogado como sucio en el 49.1% de los casos (Tabla Nº. 8).

Pacientes de diarrea infantil, según lactancia, alimentación y limpieza personal.

Tabla Nº. 8

NOTA: En Lactancia, Alimentación y Limpieza Personal hubieron 4,

14 y 22 casos sin información, respectivamente.

Se encontró que el 33.7% presentaban diferentes grados de desnutrición.

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Una relación de la edad con la talla, perímetro cefálico y perímetro abdominal, que por no tener patrones naciona-les no queremos comentar, pero que, en relación a otros, muestran déficits en grados variables de estos parámetros.

La Tabla N" 9 demuestra que la positividad parasitoló-gica fue de 16% del total de casos estudiados. De éstos, los más frecuentemente encontrados fueron Ascaris Lumbricoi-des, Giardia Lamblia y Tricomonas Hominis. Vale la pena recalcar que no fue encontrado ningún caso de Amebiasis.

Exámenes de Parasitología en pacientes de diarrea infantil, según resultado y positividad.

Tabla Nº. 9

La Tabla Nº. 10 muestra el ingreso familiar mensual según el número de dependientes, el cual, en el 76% de los casos, era de L. 100.00 o menos y que el 66.5% tenían de 4 a 9 dependientes.

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Ingreso familiar mensual (en lempiras), según relación de trabajador con el número de dependientes.

Tabla Nº. 10

NOTA: Hubo 6 casos sin información.

La temperatura rectal de los pacientes estudiados de-mostró que había fiebre en el 55.7% de los casos (Tabla 11).

Temperatura recial en los pacientes estudiados de diarrea infantil.

Tabla Nº. 11

NOTA: Hubo 3 casos sin información.

Los síntomas y signos más frecuentemente encontrados como acompañantes de la diarrea fueron anorexia, vómitos, deshidratación, dolor abdominal y abdomen prominente. (Tabla 12).

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Síntomas encontrados en los pacientes de diarrea infantil.

Tabla NP 12

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En la Tabla 13 las bacterias encontradas fueron Shi-gella B, 18 casos; Shigella A, 2 casos; Shigella D, 1 caso; Escherichia Coli Enteropatógena, 21 casos; Salmonella C2, 1 caso.

Positividad según tipo de bacteria.

Tabla Nº13

De la Tabla 14 el virus más frecuentemente encontrado fue Coxackie B, tipos 2, 3, 4, 5 en 38 de 105 casos en que se hizo estudio por virus; Polio 1, 2 y 3 hubo 20 casos y Echo, 27 casos.

La Tabla 15 demuestra la positividad por virus, pará-sitos y bacterias simple y combinada.

Se hizo también estudio sobre disposición de excretas en los pacientes de esta serie, en el cual el 43.3% hacen sus necesidades al aire libre, un 10% tiene letrina y un 35.2% tiene inodoro (Tabla 16).

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Positividad según tipo de virus.

Tabla Nº. 14

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Positividad, simple y combinada, por virus, parásitos y bacilos.

Tabla Nº. 15

Disposición de servicio higiénico en los pacientes estudiados de diarrea infantil.

Tabla Nº. 16

NOTA: Hubo 3 casos sin información.

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De los 282 pacientes encuestados sobre disponibilidad de agua comente por cañería, sólo el 56.4% disponía de agua de cañería dentro de la casa; el 43.6% se surtía de agua en llaves que estaban situadas a menos de 100 metros, y en el 12% no existía agua de ninguna clase (Tabla 17).

Pacientes de diarrea infantil, según disposición de agua corriente (cañería).

Tabla Nº. 17

NOTA: 4 casos carecían de información.

En un grupo de veinte casos escogidos al azar se hizo rectoscopia, encontrándose cambios inespecíficos consisten-tes en Edema de la Mucosa Rectal, gran friabilidad de la mucosa y fácil sangramiento en forma de sabana. No se ob-servaron ulceraciones.

COMENTARIO

En este estudio preliminar de las diarreas en Honduras se reflejan las bajas condiciones socio-económicas demos-tradas por el bajo ingreso por familias, el cual en el 76% de los casos era de L. 100.00 o menos y el 66.5% tenían de 4 a 9 dependientes por familia, además reflejado por las pobres condiciones de limpieza personal, gran número de los casos estudiados hacen la disposición de excretas al aire libre y de las dificultades de obtener agua corriente. Aún cuando el grupo estudiado es de cero a dos años, se encon-tró que el 33.7% presentaba diferentes grados de desnu-trición.

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El significado de los varios agentes etiológicos aislados del presente trabajo, demuestra en forma tentativa que el mayor número de diarreas (74.4%) es producido por virus, de los cuales los más frecuentemente encontrados son el Coxsackie B, tipos 2, 3, 4 y 5 ECHO y Polio. Tenemos que hacer la salvedad de que durante este estudio se hizo una vacunación masiva, con vacuna Sabin oral, debido a la epi-demia de Poliomielitis que hubo en Honduras en 1965. En el 23.3% de los casos se encontraron parásitos; los más fre-cuentes fueron Ascaris Lumbricoides, Giardia Lamblia y Trichomona Hominis. Es interesante recalcar el hecho que no se encontró ningún caso con Entamoeba Histolítica, re-sultado que está en contraposición a lo que frecuentemente se cree en el ambiente médico, de que gran número de dia-rreas son producidas por Entamoeba Hystolítica. En cuanto a las bacterias, encontramos que la más frecuentemente aislada es Shigella BAD (21 casos). Escherichia Coli Ente-lopatógeno (21 casos) y Salmonela C2 (un solo caso). Con estos hallazgos vale la pena comentar si está justificado el uso de antibióticos en el tratamiento de las diarreas infan-tiles, ya que sabemos que contra la Shigella no existe ningún antibiótico que la erradique totalmente y que la Eschericha Coli Enteropatógeno tiene un comportamiento caprichoso frente a los antibióticos. Por eso sostenemos que lo princi-pal en el tratamiento de las diarreas es la hidratación pa-renteral o la dieta hídrica, quedando relegado el uso de las sulfas o de los antibióticos en un plano totalmente secun-dario. Aún más, creemos que el uso indiscriminado de anti-bióticos hace que las diareas prolonguen su evolución y se vuelvan hasta crónicas. — El presente trabajo no pretende ser categórico en este difícil problema de las etiologías de las diarreas infantiles; es solamente un estudio preliminar que en la actualidad se está continuando en Suyapa, para expandir y confirmar los resultados obtenidos.

RESUMEN

1.—Se presenta el estudio etiológico de 287 casos de diarreas infantiles (menores de 2 años) y sin haber recibido sulfas o antibióticos, dando los siguientes resultados: Virus, 54.4% ; parásitos, 23.3%; bacterias, 22.3%. De los virus, los

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más frecuentes fueron Coxsackie, ECHO y Polio. De los parásitos, Ascárides, Lamblias y Trichomonas Hominis. De las bacterias, Shigelia B, A y D, 21 casos; Echerichia Coli Enteropatógena, 21 casos; y Salmonela, 1 caso.

2.—La educación en materia de diarreas debe intensifi-carse en gran escala, ya que los casos tardan demasiadas horas en acudir a la consulta y el número de deposiciones que han presentado antes de consultarse es de 7 o más.

3.—Necesidad imperiosa de mejorar el saneamiento am-biental, incrementar la disponibilidad de agua potable e in-tensificar la construcción de letrinas para una mejor dis-posición de excretas.

4.—Los resultados de este trabajo nos hacen insistir en que los antibióticos no están indicados en las diarreas in-fantiles.

(Agradecimientos al personal del Departamento de Bio-estadística del Ministerio de Salud Pública, en la ejecución estadística, confección de tablas y consejos en la prepara-ción de este trabajo).

ENGLISH SUMMARY

1.—The etiology study in 287 cases of infants Diarheas, below two years of age and without any kind of treatment with sulfas or antibiotics gi ving the foílowing results: Virus 54.4% most frecuent: Coxsakie, ECHO and Polio. Bac-terias: 22.3% most frecuent Shigelia B. A. and D.: 21 cases. Enteropathogenic E. Coli 21 cases and Salmo-nella 1 case. Parasites 23.3%: Ascaris, Giardia Lamblia and Tricomonas Hominis.

2.—Education in Diarheas is necesary to be increased in big scale.

3.—Improve the sanitation: more suply of drinking water and intensive program to building water closets.

4,—Antibiotics are not indicated as a routine treatment for diarheas acording with the result of this paper work.

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BIBLIOGRAFÍA

1.—J. Olarte and Ramos Alvarez: Epidemy of Diarhea in premature infants. Volñ 109. 1965. (436-38).

2.—Ramos Alvarez, J. Olarte: Ocurrence enterophatogenic virus and bacteria. Vol. 108 Dis. of Child. 1964 (218-31).

3.—Orskov S. Etal Twonew E. Coli O Antigens: 0141 and 0142 and twonew Coli K. Antigens: K85 and K86: Acta Pat. Microb. Scand. 1960 (48-50).

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PATOLOGÍA DE LA REGION UMBILICAL TRABAJO PRESENTADO AL XIII CONGRESO MEDICO

NACIONAL DE SAN PEDRO SULA EL 14 DE FEBRERO DE 1969

Por el DR. CARLOS A. DELGADO *

Después de los cuidados iniciales en la edad del recién nacido que se han dado al cordón umbilical y una vez que éste se ha desprendido, esta zona recibe poca atención en los días subsiguientes; sin embargo, puede ser asiento de muchas lesiones, tanto congénitas como adquiridas, con las cuales el médico debe estar familiarizado para poder diag-nosticarlas. Por consiguiente, el objeto del presente trabajo tiene como finalidad hacer un recordatorio somero de la embriología de la región umbilical con el objeto de poder correlacionar los hechos clínicos dando explicación al por-qué de las lesiones que frecuentemente se presentan en la región umbilical y que deben ser conocidas por el médico general, por el Pediatra y por el Obstetra.

Existen lesiones comunes como el Granuloma Infeccio-so del ombligo o la Hernia Umbilical, las cuales son comu-nes y de fácil diagnóstico para el médico; sin embargo, aquellas otras que no son frecuentes, tales como el Onfalo-cele o los remanentes del Uraco o del conducto onfalome-centérico, son de gran importancia reconocerlos de inme-diato y proceder a un tratamiento adecuado para la salud del niño.

Desde el año de 1916, Cullen en su tratado describió en forma exhaustiva las lesiones de la región umbilical y con. el objeto de llevar a cabo una interpretación adecuada de esta patología es necesario trazarse una clasificación que puede incluir la revisión de la embriología de las estructu-ras umbilicales.

DESCRIPCIÓN EMBRIOLÓGICA

El ombligo marca el sitio de inserción del cordón um-bilical dentro de la pared abdominal y embriológicamente es el sitio de unión de varios elementos vitales para el desa-

* Jefe del Departamento de Cirugía Pediátrica del Hospital General San Felipa.

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rrollo del feto, los cuales al momento del parto cesan en sus funciones, llevándose a cabo la involución de algunos de estos elementos, en tanto que otros lo han hecho en las úHi-mas semanas de la vida intra-uterina. Para el caso, las arte-rias umbilicales, la vena umbilical y el uraco se ven repre-sentados por remanentes ligamentosos. El conducto onfalo-mesenténco y los vasos yitelinos normalmente desaparecen a la__sexta semana de la vida fetal y al momento del naci-miento no hay evidencias de que hayan existido. La falla de cualquiera de estas estructuras en su proceso de involución traerá como consecuencia la existencia de un proceso pato-lógico en el área umbilical.

La explicación embriológica de las malformaciones de la pared abdominal se puede entender diciendo que hacia la sexta y décima semana de la vida fetal el celoma se pro-yecta en el cordón umbilical conteniendo las asas intestina-les; pero entre la décima y doceava semanas de la vida fetal se retraen hacia el interior de la cavidad abdominal, que se ha ensanchado.

La explicación embriológica de la persistencia del con-ducto onfalomesentérico puede explicarse diciendo que el conducto onfaloentérico o vitelino que representa una co-municación entre el vértice del asa umbilical fetal y el saco vitelino se oblitera y desaparece junto con sus vasos acom-pañantes arteria y vena onfalomesentéricas hacíanla sépti-ma semana-fetal. Sin embargo, cuando este proceso no ocu-rre, da lugar a la patología conocida de las estructuras re-manentes del conducto onfalomesentérico.

La explicación embriológica de la persistenci^ dej ura-co que se desarrolla_ a expensas del sector craneal de la alan-toides representa una comunicación fetal entre el vértice de la_yejiga y el ombligo; la obliteración del uraco forma el ligamento vesico umbilical medio.

CLASIFICACIÓN

(Modificada de Trimingham y Me. Donald)

L—ANOMALÍAS DEL TRACTO INTESTINAL.

A) La persistencia de un conducto onfalomesentérico permeable (Fístula umbilical entérica).

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B) La persistencia de un conducto onfalomeseníérico parcialmente permeable.

1.—Porción periférica (Seno umbilical). 2.—Porción intermedia (Quiste vitelino). 3.—Porción entérica (Divertículo de Meckel).

II.—ANOMALÍAS EN EL URACO.

A) Uraco completamente permeable (Fístula umbili cal urinaria.

B) Uraco parcialmente permeable.

1.—Porción periférica (Seno umbilical del uraco). 2.—Porción intermedia (Quiste del uraco).

3.—Porción vesical (Divertículo vesical).

III.—ANOMALÍAS VASCULARES.

A) Persistencia de vasos onfalomesentéricos. B) Persistencia de vasos umbilicales. C) Persistencia de vasos uracales.

IV.—ANOMALÍAS SOMÁTICAS.

A) Hernia umbilical. B) Onfalocele.

— C) Extrofia de la vejiga. «— D) Hernia Epigástrica. —- E) Diastasis de los rectos.

V.—LESIONES ADQUIRIDAS DEL OMBLIGO.

A) Infección. 1) Aguda; 2?) Crónica. B) Granulomas. C) Lesiones hemorrágicas. D) Lesiones traumáticas.

•—E) Concreciones.

—VI.—TUMORES DEL ÁREA UMBILICAL.

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SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICOS

Después de que la escara umbilical se ha formado y que el cordón se ha desprendido, frecuentemente puecie llamar la atención la presencia de secreciones a nivel de la región umbilical, que se hacen aparentes a partir de la se-gunda o tercera semana de la_caída_del cordón. Estas se-creciones pueden ser de Carácter seroso, hemático o puru-lento y en ocasiones tener las características de materias fecales o de orina. Frente a una secreción con las caracte-rísticas arriba mencionadas, debe pensarse en la existencia de remanentes embriológicos de la región umbilical y de su infección subsecuente y tomar la decisión de pensar en la presencia del problema y enviar al laboratorio la secreción recogida para su respectivo examen físico como químico y bacteriológico.

El estudio físico y químico nos podrá orientar de la existencia de una secreción con características de orina, de materia fecal o de sangre. El estudio bacteriológico nos dará la orientación referente al germen que ha crecido en dicha secreción y que está manteniendo contacto con es-tructuras internas o que se trata de un germen saprofito, siendo los más frecuentes encontrados los estafilococos, la Esckerichia Coli y los estreptococos.

Un estudio de importancia primordial es el que nos da la radiología, la cual debe ser llevada a cabo mediante la introducción de material radio-opaco a través del orificio fistuloso mediante la introducción de un catéter fino de po-lietiíeno, dándonos la orientación y la dirección del orificio fistuloso con que estamos tratando. Deben practicarse ra-diografías con incidencias postero-anteriores, laterales y oblicuas, con el objeto de formarse una imagen clara de la dirección de la fístula. Debe llevarse a cabo un estudio pie-lográfico endovenoso y al mismo tiempo una cistografía en aquelos casos en que se sospeche un remanente del uraco, así como también en los casos de asociación con problemas congénitos de los órganos genitales y el tracto digestivo in-ferior.

DESCRIPCIÓN DE CASOS

CASO Nº. 1.—J. C. M., de 4 meses de edad, de sexo mas-culino, se presenta al Hospital General San Felipe con la

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historia de drenaje crónico a través de la región umbilical que data desde la época del nacimiento. Después de los es-tudios respectivos se lleva a la intervención quirúrgica el 3 de abril de 1963, encontrando una persistencia del conducto cnfalomesentérico. Se practica la resección del mismo con anastomosis intestinal término terminal y es dado de alta 15 días después, en perfectas condiciones.

CASO Nº. 2.—J. A. M., de 40 días de edad, sexo masculi-no. Ingresa al hospital con una lesión negrusca amplia que abarca toda la región umbilical como consecuencia de haber sido quemado en dicha zona con una vela de esperma con fines a suprimir la secreción persistente de carácter puru-lento a través del orificio umbilical. En este paciente, debi-do a las condiciones locales de la lesión umbilical, se decidió practicar una exploración quirúrgica, la cual se llevó a cabo el 27 de septiembre de 1960, habiendo encontrado la per-sistencia e infección de un trayecto parcial de las arterias umbilicales en una longitud de 6 centímetros aproximada-mente, las cuales fueron extirpadas, habiéndose dado de alta al paciente 15 días después de una evolución postope-ratoria satisfactoria.

CASO Nº. 3.—N. I. S., de sexo femenino, de 7 meses de edad, paciente de la práctica privada, se presenta por supu-ración mucopurulenta a través de la cicatriz umbilical, la cual ha sido cauterizada durante 7 meses por varios médi-cos pediatras con diferentes métodos, sin conseguir contro-lar su supuración. Después de los exámenes parcticados fue intervenida el día 20 de marzo de 1963, habiendo encon-trado persistencia del uraco y de la arteria umbilical dere-cha, según lo informó el estudio histopatológico. La evolu-ción posí-operatoria fue aparentemente satisfactoria y sólo fue notoria la infección de la herida quirúrgica por estafilo-coco Aureus.

CASO Nº. 4.—J. F. M., de 3 años de edad, de sexo mascu-lino, es referido al servicio de cirugía pediátrica del Hospi-tal General San Felipe con el síntoma principal de secreción crónica del ombligo desde la edad de 8 meses, que en varias ocasiones se ha acompañado de dolor en la región umbili-cal y en algunas ocasiones eritema cutáneo. El examen físico rebeló la presencia de un pequeño granuloma umbilical, en cuya porción central presentaba un orificio a través del cual.

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drenaba una secreción turbia no fétida, habiendo encon-trado en el cultivo de la misma la presencia de Escherichia Coli. Se logró introducir un catéter fino de polietileno e inyectar materia radio-opaca, indicando el examen el pasaje del material al intestino delgado. El paciente fue interve-nido el 12 de septiembre de 1968, habiendo encontrado per-sistencia del conducto onfalomesentérico con duplicación del intestino en una extensión de unos diez centímetros aproximadamente. Se practicó resección intestinal con anas-tomosis, término terminal, habiendo sido dado de alta el paciente 10 días después, en condiciones satisfactorias.

CASO N° 5.—Paciente de sexo no determinado, nacido en la Sala de Maternidad del Hospital San Felipe, que es examinado por presentar atresk. anal y ausencia de los ór ganos genitales externos. Se practican los exámenes com plementarios y además estudios' radiográficos simples y pie- lografía -endovenosa, encontrándose la ampolla rectal en situación aparentemente alta y una gran dilatación de las asas intestinales. El pielograma\nd^aba gran dilatación de ambos uréteres y medio de contraste\en el intestino, por lo cual se piensa en una anomalía de la ctoaca. Fue interve nido el 3 de agosto de 1967, habiendo encontrado órganos genitales internos femeninos, es deciK. trompas, ovarios y útero y una estructura con apariencia "de intestino y vejiga adosados íntimamente. Se practicó una colostomía izquier da, pero las condiciones del paciente fueron empeorando en forma progresiva, falleciendo 9 días después. Se practicó estudio post-morten.

CASO Nº. 6.—Á. M. R., recién nacido, de sexo femenino, procedente de la Sala de Maternidad del Hospital Sah Felipe. Presenta voluminoso onfalocele, como puede apreciarse en la fotograma adjunta. Fue tratada en forma conserva-, dora con la aplicación local de mercurocromo al 10% y 4 meses después se había reducido en forma considerable y las asas intestinales y el resto del contenido del onfalocele se había introducido en forma espontánea hacia la cavidad abdominal./ Fue dada de alta en aparentes buenas condicio-nes ; sin embargo, posteriormente fue abandonada por su madre en un predio, en donde fue encontrada y trasladada al hospital, en donde falleció' como consecuencia de un proceso gastrointestinal agudo. HONDURAS PEDIÁTRICA 321

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R E S U M E N

Se presenta una revisión de los aspectos embriológicos de la región umbilical, se expone una clasificación adoptada de los estudios de Me. Donald y Trimingham, la cual puede servir de guía y orientación en lo referente a la patología umbilical que se encuentre.

Se hace una revisión de los síntomas y signos que el paciente presenta al ser afectado de algún padecimiento congénito de la región umbilical.

Se presentan 6 casos, 3 de sexo masculino y 3 de sexo femenino, anotando su manejo y tratamiento y haciendo en fasis en la importancia que tiene la aparición de una secreción crónica al nivel de la región umbilical y se indica la importancia de su manejo adecuado para obtener resultados satisfactorios.

S U M M A R Y

A revision of the embryological aspects of the umbilical region is presented, and an adopted classification from the studies of Me. Donald and Trimingham, such may serve as a guide and orientation in reference to the Umbilical Patho-logy findings.

The symptoms and signs of the patients affected by any congenital illness of the umbilical region are revised.

Six cases are presented, 3 male and 3 female stating their treatments and management and making an emphasis on the importance which has the appearance of a chronic secretion at the level of the umbilical region and points out the importance of its adequate management in order to obtain satisfactory results.

BIBLIOGRAFÍA

1.—Beltrán Brown, Francisco.—Ediciones Médicas del Hospital In-fantil. México, D. F. Pág. 364. Cirugía Pediátrica.

2.-—Benson y Col—Pediatric Surgery 1962. Pág. 556. Vol. 1. 3.—Duhamle, Bernard.—Technique Chirurgicale Infantile. Págc. 120-

239.

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4.—Grob, Max.—Patología Quirúrgica Infantil. Págs. 323-327.

5.—Gross, R. E.—The Surgery of Infancy and Childhood Btoiladelphia, W. B. Saunders Company, 1953. Fags. 211-406-395-399.

ó.—Swenson, CK—Pediatric Surgery. New York, Appleton-Century-Crofts, Inc., 1958. Pag. 253.

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DE INTERÉS PEDIÁTRICO

Informe Preliminar de mis Experiencias sobre Hidratación por Gaslroclisis en Niños (*)

Por el DR. CARLOS A. JAVIER **

"En los últimos cinco años, los progresos en la fluidote-rapia han sido lentos, pero los artículos y revisiones han sido rápidos. . . y uno se siente humilde al considerar el lento progreso... comparando con los días serenos de los fuidos y electrolitos de los años 30s. y 40s. Quizás el editor de Clínicas Pediátricas haría mejor la siguiente vez en repro-ducir a Gamble, Buttler, Darrow, Hartman, Harrison, Guest, Rapoport y Dodd y esperar que el resto de nosotros ponga más atención a la sentencia "PRIMUM NON NOCERE".

Dr. Lewis A. Barness, Editorial de The Pediatric Clinic of North America, Nov. 1964.

Nuestro propósito es dar a conocer en esta asamblea la utilidad inapreciable que representa este procedimiento en la solución sencilla y eficaz del eterno problema del niño deshidratado. Naturalmente anticipamos a establecer que es éste uno de los tantos procedimientos utilizados y que es aplicable a los casos juiciosamente calificados en concor-dancia con nuestra experiencia clínica, pero que en nuestro país debería ser extensamente aprovechado en un conside-rable número de casos de los que corrientemente concurren a las clínicas y hospitales. Me vi inclinado a buscar un mé-todo sencillo, al verme privado de los medios de vigilancia adecuados para las venoclisis, y además impelido por la tortura que significa para los niños el estar tratando de "en-contrar una vena", tarea que no siempre es fácil, como todo Pediatra experimentado podrá atestiguarlo. Y si esto es cierto cuando manos experimentadas toman al niño, con mayor frecuencia sucede cuando manos inexpertas y apren-dices asumen responsabilidad tan sagrada. En alguna oca-

* Tema libre presentado en el XIII Congreso Médico Nacional (12 al 15 de febrero de 1969). San Pedro Sula, Honduras, C. A.

** Médico Pediatra. Hospital Tela R. R. Co., La Lima Nueva, Cortés, Honduras.

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sión he dicho que "la anatomía de los niños es sagrada", y por eso siempre he adversado el recurso expedito de "prac-ticar una Venisección". Claro que es fácil decir todo esto; lo difícil es ciertamente saber cómo no hacer eso que cree-mos que no debería hacerse y que se nos ha enseñado a hacer. A la vuelta de 25 años de experiencia pediátrica en este país, me encuentro de súbito con que me hace falta todo el armamentarium y personal con que habitualmente he trabajado antes, y con el problema permanente del niño deshidratado frente a frente. Había que hacer algo o eludir desdorosamente la responsabilidad.

En la aplicación del procedimiento ha colaborado dili-gentemente mi compañero de trabajo el Dr. Mario Pineda C, a quien rindo mi reconocimiento.

ANTECEDENTES

Recibimos nuestra enseñanza académica y técnica en Pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, Nashville, Tenn., U.S.A., en los años de 1944-1945. Y allí aprendí gran parte de los conocimientos básicos sobre la deshidratación y rehidratación, así como las técni-cas entonces usadas. Y hago esta referencia porque allí fue en donde presencié por primera vez la necesidad indecli-nable de "buscar una vena" para infundir una solución elec-trolítica, un plasma o una transfusión. Y la tarea de "en-contrar una vena" significaba la aplicación de punturas más o menos numerosas "ensayando" a encontrar la vena hasta que finalmente se acertaba y se procedía al resto de la op&-ración. Esto había que hacerlo antes, hay que hacerlo ahora y habrá que hacerlo después, siempre que el caso así lo de-mande. A esto hay que agregar los procedimientos de in-movilización, necesarios, pero torturantes. En aquellos tiempos también se estilaba la infusión subcutánea, que se hacía con una aguja de tres pulgadas de largo y de calibre 19, y se formaba en el tejido subcutáneo aquellas coleccio-nes líquidas dolorosas que tardaban 24 horas en reabsor-berse, dejando las regiones dolientes y tumefactas. Mas tarde usados la hialudonidasa como coadyuvante de la reabsorción, y con ello se conseguía acelerar un poco el proceso de la rehidratación por la vía subcutánea. Hemos usado todas las vías venosas disponibles, incluyendo el seno longitudi-

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nal; hemos usado la vía subcutánea y en ocasiones intentamos la vía de díploe óseo Y hemos usado también la vía gástrica para dar las soluciones en cantidades medidas por onzas con la frecuencia de cada tres horas. Pero, asómbrense ustedes, a causa de prejuicios repetidamente aceptados nunca habíamos utilizado el procedimiento de gastroclisis como medio eficiente de rehidratación de manera rutinaria, ni siquiera ocasional. Y esto precisamente vengo a contar-íes a ustedes, rogándoles efectuar sus propias experiencias y obtener sus propias conclusiones para liberar a gran proporción de niños de la "tortura" de las venoclisis y de las venisecciones, y asegurar a los mismos una hidratación eficiente con el mínimo de inconvenientes. Hemos visto sucumbir niños a los cuales no les prodigaron su hidratación temprana a causa de las dificultades técnicas que implica la venoclisis y los responsables de la situación prefirieron esperar una ilusoria compensación espontánea. Con la gastroclisis no habrá excusa de no haber hidratado al niño oportunamente.

PREJUICIOS

Se ha dicho que en las gastroenteritis la mucosa infla-mada no puede absorber. Que el intestino timpanisado no puede absorber. Que el niño con vómito no puede retener los líquidos. Estos y otros conceptos similares nos han vedado el utilizar la musoca gastrointestinal como ruta exce-lente para hidratar a muchos niños de los que corrientemente se presentan a las clínicas y hospitales, y sistemáticamente hemos venido usando la vía intravenosa, no siempre asequible fácilmente. Pues bien, los inconvenientes arriba señalados tienen una vigencia relativa: en muchos casos pueden ser obviados y superados ventajosamente. Efecti-vamente las autopsias no han descubierto mayores altera-ciones anatómicas en los niños que mueren por diarrea; especialmente en los casos agudos recientes las alteraciones de tipo inflamatorio de la musoca gestrointestinal son míni-mas; por consiguiente, teóricamente el factor inflamato-rio no parece constituir una interferencia funcional, y lo confir-ma el resultado práctico, objeto de este trabajo. Si el niño está distendido hay que propiciar de alguna manera la ex-pulsión de los gases. En el caso común al insertar la sonda nasogástrica para la solución electrolítica, déjese libremen-

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te abierta durante unos minutos hasta que el abdomen se aplane, y luego comiéncese el goteo; si se reproduce ei tim-panismo, vuélvase a dejar la sonda libre desconectando el tubo de la solución hasta que nuevamente escapen los gases; así, poco a poco, se consigue infundir sin contratiempos la cantidad deseada de la solución indicada. Si el niño vomita, sédese con un antihemético; nos ha sido de gran utilidad la Cloropromacina para este fin. Es menester advertir que en casos de vómito incoercible hay que renunciar al proce-dimiento prontamente y volver a las técnicas convenciona-les. Así lo hemos hecho. Y desde luego que sería absurdo intentar el procedimiento en casos obstructivos o quirúrgi-cos del aparato digestivo.

NUESTRA CASUÍSTICA

Ofrecemos una casuística de más de 800 casos de niños deshidratados atendidos en los Centros Médicos de Guana-castales y El Progreso, de la Tela R.R. Co., entre las edades menores de tres meses a tres años, y ocurridos en los años de 1964, 1965, 1966, 1967 y 1968. De estos casos hemos revi-sado 339 expedientes clínicos correspondientes a los años de 1964-65 y 66, con el objeto de obtener algunas conclusio-nes. En el cuadro Nº. 1 se establece la distribución por eda-des y sexos:

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nal; hemos usado la vía subcutánea y en ocasiones intenta-mos la vía de díploe óseo Y hemos usado también la vía gástrica para dar las soluciones en cantidades medidas por onzas con la frecuencia de cada tres horas. Pero, asómbren-se ustedes, a causa de prejuicios repetidamente aceptados nunca habíamos utilizado el procedimiento de gastroclisis como medio eficiente de rehidratación de manera rutinaria, ni siquiera ocasional. Y esto precisamente vengo a contar-les a ustedes, rogándoles efectuar sus propias experiencias y obtener sus propias conclusiones para liberar a gran pro-porción de niños de la "tortura" de las venoclisis y de las venisecciones, y asegurar a los mismos una hidratación efi-ciente con el mínimo de inconvenientes. Hemos visto sucum-bir niños a los cuales no les prodigaron su hidratación tem-prana a causa de las dificultades técnicas que implica la venoclisis y los responsables de la situación prefirieron es-perar una ilusoria compensación espontánea. Con la gastro-clisis no habrá excusa de no haber hidratado al niño opor-tunamente.

PREJUICIOS

Se ha dicho que en las gastroenteritis la mucosa infla-mada no puede absorber. Que el intestino timpanisado no puede absorber. Que el niño con vómito no puede retener los líquidos. Estos y otros conceptos similares nos han vedado el utilizar la musoca gastrointestinal como ruta exce-lente para hidratar a muchos niños de los que corrientemente se presentan a las clínicas y hospitales, y sistemáticamente hemos venido usando la vía intravenosa, no siempre asequible fácilmente. Pues bien, los inconvenientes arriba señalados tienen una vigencia relativa: en muchos casos pueden ser obviados y superados ventajosamente. Efecti-vamente las autopsias no han descubierto mayores altera-ciones anatómicas en los niños que mueren por diarrea; especialmente en los casos agudos recientes las alteraciones de tipo inflamatorio de la musoca gestrointestinal son míni-mas ; por consiguiente, teóricamente el factor inflamato-rio no parece constituir una interferencia funcional, y lo confir-ma el resultado práctico, objeto de este trabajo. Si el niño está distendido hay que propiciar de alguna manera la ex-pulsión de los gases. En el caso común al insertar la sonda nasogástrica para la solución electrolítica, déjese libremen-

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te abierta durante unos minutos hasta que el abdomen se aplane, y luego comiéncese el goteo; si se reproduce el tim-panismo, vuélvase a dejar la sonda libre desconectando el tubo de la solución hasta que nuevamente escapen los gases ; así, poco a poco, se consigue infundir sin contratiempos la cantidad deseada de la solución indicada. Si el niño vomita, sédese con un antihemético; nos ha sido de gran utilidad la Cloropromacina para este fin. Es menester advertir que en casos de vómito incoercible hay que renunciar al proce-dimiento prontamente y volver a las técnicas convenciona-les. Así lo hemos hecho. Y desde luego que sería absurdo intentar el procedimiento en casos obstructivos o quirúrgi-cos del aparato digestivo.

NUESTRA CASUÍSTICA

Ofrecemos una casuística de más de 800 casos de niños deshidratados atendidos en los Centros Médicos de Guana-castales y El Progreso, de la Tela R.R. Co., entre las edades menores de tres meses a tres años, y ocurridos en los años de 1964, 1965, 1966, 1967 y 1968. De estos casos hemos revi-sado 339 expedientes clínicos correspondientes a los años de 1964-65 y 66, con el objeto de obtener algunas conclusio-nes. En el cuadro N° 1 se establece la distribución por eda-des y sexos:

CUADRO Nº. 1 Total de casos de

niños deshidratados: 339.

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Estos 339 casos cuyos expedientes hemos revisado, y los demás casos cuyos expedientes no tuvimos tiempo de revi-sar, fueron cada uno en su oportunidad evaluados clínica-mente, tanto en lo concerniente a las causas originarias del síndrome de la deshidratación como en lo relativo a la des-hidratación en sí. Para poder hacer esta evaluación clínica desde luego es menester haber aprendido a apreciar la con-cordancia de determinadas manifestaciones clínicas con las alteraciones reconocidas en el laboratorio, y por eso es que en los hospitales de enseñanza es donde el futuro Médico debe aprender a efectuar esta evaluación clínica en confron-tamiento constante con los hallazgos del laboratorio y con la corrección obtenida mediante los métodos ortodoxos. Que valga el comentario. Nuestra evaluación tomó en cuenta varios factores: El historial del niño, el tiempo transcurrido desde el comienzo de su enfermedad, las características de su diarrea y la abundancia de los vómitos, el número de asientos y la cantidad aproximada de las pérdidas líquidas ; el estado general del niño, el estado de su circulación (un niño muy lívido es un caso de mucho riesgo), las alte-raciones respiratorias por causas locales o por razones me-tabólicas (el Hiperneico por Acidosis requiere una evalua-ción más controlada y un tratamiento más enérgico). El es-tado de humedad de las mucosas y de la piel, especialmente de la mucosa bucal, en donde hay que aprender a descubrir los riesgos inminentes desde el principio; la temperatura del niñc; la excresión urinaria (un niño en anuria debe en-viarse al hospital). En términos generales, descartamos de nuestra responsabilidad los casos que consideramos de mucho riesgo, como las Acidosis extremas, los Hipertérmi-cos, los colapsados o en estado de shock franco, y fueron remitidos oportunnamente al hospital central de la Tela R.R. Co. para tratamiento parenteral. Nuestro objetivo es informar a ustedes que, no obstante estas salvedades, un considerable porcentaje de niños deshidratados pueden ser tratados ventajosamente mediante la gastroclisis. Los 339 casos considerados en este estudio sufrían de diversas enfer-medades, predominando las infecciones respiratorias de vías superiores complicadas con diarrea y vómito; gran número de ellos llevaba aparejado el cuadro de carencia múltiple; hubo varios casos de Sarampión, Otitis, Infecciones Urina-rias, Amigdalitis, Piodermitis, etc. Todas con el denomina-

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dor común de diarrea y deshidratación. El síndrome de des-hidratación se presentó en diversos grados de gravedad; la gran mayoría fueron casos de gravedad media, pero tuvimos casos realmente graves que se complicaron con vómito, dis-tensión abdominal e Hiperpnea y que fueron dramáticamente recuperados por el procedimiento y otras medidas oportunas.

La mayor parte de los casos requirió la administración de una sola gastroclisis continuada por un término de 15-20 horas, administrando la cantidad de fluido calculada inicial-mente de acuerdo con la evaluación clínica. Para asumir estos cálculos nos basamos en nuestra propia experiencia y en las tablas de requerimientos líquidos para diversas eda-des, de las cuales es un ejemplo la que enseña el texto de Pediatría Mitchel-Nelson. A los requerimientos normales siempre hay que agregar una cantidad compensatoria para las pérdidas. Muy pocos casos requirieron más cantidad de fluidos que los calculados inicialmente.

La recuperación de la gran mayoría de los casos se ob-tuvo en 24 a 48 horas, y el promedio de hospitalización fue de tres días. En nuestros Centros Médicos no podemos man-tener reglamentariamente un enfermo más de cuatro días. El que necesite más tiempo de ser enviado al Hospital Central. Un número mínimo de pacientes fue enviado al Hospital Central por complicaciones o razones inherentes al síndrome de deshidratación.

En la serie de casos aquí estudiados recurrimos a anti-eméticos o sedantes solamente en 9 casos, usando Bellado-na, Atropina o Bonadoxina, que eran las drogas disponibles. En los casos de la otra serie todavía no analizada, corres-pondiente a los años de 1967 y 1968, utilizamos ampliamen-te y con mucho éxito la Cloropromazina como antiemético a la dosis de i miligramo por kilo de peso, y generalmente se necesitó una sola dosis para inducir la hidratación, y la sedación se mantuvo el tiempo necesario para obtener la restauración del paciente.

Las soluciones utilizadas para hidratar a los niños fue-ron: Una mezcla de solución de Hartman y suero glucosado al 5%, y lo que nosotros llamamos "suero especial para -niños", que tiene la fórmula siguiente:

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(En mEq. CIK 23.44 y CINa 22.42 por litro). Esta fórmula fue transmitida por el Dr. Benjamín Matamoros. Utilizada por el procedimiento gota a gota, da excelentes resultados; usada a tomas grandes, por onzas, es inconveniente porque parece tener efecto purgante y aumenta la diarrea. En un reducido número de casos hemos usado también con buen resultado una solución de Litrén diluida a la mitad de lo que recomienda el fabricante, porque resulta hiperelectroli-témica y los pacientes se edematizan. Diluida al medio es tolerable, pero le hace falta Potasio y hay que compensar este electrolito de acuerdo con las necesidades. En algunos casos en que se observó el síndrome de Hipopotasemia o Hipocalcemia agregamos por separado un suplemento de Cloruro de Potasio y Cloruro de Calcio en dilusión más o menos arbitraria. De éstos tuvimos dos casos realmente dramáticos con el Dr. J. Antonio Oviedo, que respondieron maravillosamente con la gastroclisis. En estos casos pudi-mos apreciar que la absorción iónica fue tan rápida (Hipo-potasemia), que en tres horas el cuadro había cambiado radicalmente, podría decirse "de la muerte hacía la vida".

Como lo expreso anteriormente, nuestra evaluación ha sido exclusivamente clínica, y así ha sido también la evalua-ción de los resultados: el paciente recuperado es nuestra "documentación". En general todos los síntomas graves del ingreso desaparecen después de las primeras 24 horas y cada uno de los factores clínicos que constituyen el síndro-me se normaliza.

De los 399 casos de esta serie, 253 fueron egresados de los Centros Médicos en perfectas condiciones después de haber recibido su tratamiento de hidratación por el proce-dimiento y los demás tratamientos básicos. Es decir que el 74.63% de los niños deshidratados que llegaron a estos Cen-tros Médicos fueron controlados por medio de gastroclisis. Los 86 pacientes restantes, es decir el 25.37%, fueron remi-tidos al Hospital Central de la Empresa por no poder ser

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controlados por causas diversas. En el grupo de niños transferidos se cuentan varios casos que no se admitieron porque no había espacio en los Centros y otros se enviaron porque no teníamos en la oportunidad soluciones para hi-dratarlos. Estos casos pudieron haber sido tratados por el procedimiento y aumentar nuestra casuística; pero hemos querido ser objetivos y realistas.

PROCEDIMIENTO

El procedimiento es obvio; lo describo únicamente por completar el trabajo. Se usan sondas tipo Nélaton números 8 y 10. Ahora se prefieren las sondas de polietileno, que son casi atraumáticas. Incluso hay sondas filiformes de perfec-ta permeabilidad.

Se inmoviliza al niño relativamente, fijando el tronco al plano de la cuna mediante bandas de manta en forma de corset. Se mide aproximadamente la distancia que hay des-de la entrada de la nariz hasta el apéndice xifoides y se marca en el cuerpo de la sonda. Se lubrica moderadamente el extremo delgado de la sonda y se introduce por una fosa nasal hasta la marca. Asegurarse de que la sonda no ha penetrado en las vías respiratorias. Se fija la sonda a la nariz y frente con cinta de esparadrapo. Déjese la sonda unos 15 o 30 minutos hasta que el niño se habitúe al cuerpo extraño y haya cesado el reflejo de vómito o haya expulsado el aire contenido en el estómago (generalmente el abdomen se aplana espontáneamnte con la sonda gástrica sin necesi-dad de aspiración artificial). Conseguido todo esto, puede

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iniciarse el goteo de la solución conectando el extremo del tubo de infusión al pabellón de la sonda, y se procede como si se tratara de una venoclisis. Para calcular la frecuencia del goteo establézcase previamente en cuánto tiempo debe pasar la cantidad de la solución (15-20 horas) y hágase la cuenta. Por ejemplo: Si queremos pasar 1.000 c.c. en 20 horas, tendremos que pasar 50 c.c. por hora o sean unas 1.000 gotas por hora, lo que da de 16-17 gotas por minuto. Este sería más o menos el ritmo del goteo.

Instalada la solución, se mantiene una vigilancia rela-tiva a fin de mantener el flujo de la misma al ritmo reque-rido. Observar si el paciente se timpaniza o si tiene tenden-cia al vómito. Si esto sucede, procédase como lo hemos indicado anteriormente. En los niños previamente vomita-dores lo mejor es sedar desde el comienzo al paciente con Cloropromazima a la dosis que recomendamos arriba. No olvidar que el vómito en estas condiciones es peligroso por la posibilidad de aspiraciones y sus serias complicaciones.

COMENTARIO FINAL

El procedimiento es de una aplicación simplísima y sus riesgos casi negativos. Nosotros no hemos tenido ningún contratiempo en nuestros casos. No se requiere una inmo-vilización exagerada y el niño tiene libertad de mover sus miembros inferiores, sus manos y su cabeza; el único cui-dado que hay que tener es que no se lleve las manos a la nariz para que no se quite la sonda. Las precauciones de asepsia son mínimas 3' los peligros de infección práctica-mente no existen; las soluciones no exigen una esterilización absoluta y pueden ser preparadas fácilmente. La simple ebullición del agaa es suficiente garantía. La vigilancia se hace más fácil, se pierde menos tiempo. Una sola enfermera puede aplicar varias gastroclisis en corto tiempo. El pro-cedimiento es perfectamente aplicable en cualquier parte, y por eso es que se beneficiaría grandemente el grupo de enfermos rurales, que es extenso. No existen los riesgos y te-mores de que "se zafe la aguja", y si la sonda nasogástrica se desplazara, su reposición puede hacerse inmediatamente sin molestias para el niño. El procedimiento no requiere "técnicos prodigio".

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CONCLUSIONES

1.—El 75% aproximadamente de los casos corrientes de niños deshidratados que llegan a las clínicas y hospitales son susceptibles de ser hidratados por el procedimiento de gas-trocíisis.

2.—El procedimiento debe utilizarse después de evaluar cuidadosamente cada caso.

3.—Este procedimiento debe enseñarse a los iniciados en Pediatría, y debe ser aprovechado ampliamente por el Médico General que se ve comprometido a tratar niños des-hidratados.

4.—El procedimiento no es un sustituto de los métodos ortodoxos, pero éstos deben utilizarse cuando aquel no sea aplicable, a fin de maltratar lo menos posible a los niños.

5.—Es necesario enfatizar que en este estudio presen-tamos hechos positivos de indiscutible realidad, obtenidos de la práctica cotidiana. No están hechos con la imagina-ción. Pero no pretendemos haber agotado el tema, y consi-deramos que nuestras evaluaciones clínicas deben ser ajus-tadas a procedimientos registrables, como serían las pruebas pertinentes del laboratorio.

6.—El procedimiento debe ser aplicado precozmente antes de que aparezcan signos de descomposición graves.

ENGLISH SUMMARY

1.—Among deshydrated children who come to the hospitals and clinics, can be hydrated by gastroclisis procedure.

2.—This procedure can be utilized after cerafully eval.ua-tion on each case is done.

3.—This procedure is to be tought to the begueners in Pe-diatrics and General Practitioners who treat dehydrated childrens.

4.—This procedure is not a substitute for venoclysis, but in those where is not aplicable, in order to avoid damage, gastroclisis is indicated.

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5.—This study reveáis that is very positive the use of gastro-clisis. But, need to continué using the procedure and nrake a laboratory correlation.

ó,—This procedure has to be used early before severe dehi-dratation occurs.

BIBLIOGRAFÍA

1.—Mitchel-Nelson: Text Book of Pediatrics. 2.—Langley Porter, M. D. y Williams E. Cárter, M. D.; Managemeut

of the Sick Infant and Child. 3.~Fluid and Electrolyte Problems: The Pediatric Clinics of North

America, Nov. 1964. 4.—Hidratación Oral "Voluntaria", por los Doctores Joaquín A. de la

Torre y Jorge Larracilla Alegre. Problemas en Pediatría. Nove-nas Jornadas Pediátricas de la Asociación de Médicos del Hos-pital Infantil de México. 1963.

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AL TRAVES DE LA LITERATURAPEDIATRICA

LA HIPERTENSIÓN INTRACRANEANA BENIGNA EN

EL NIÑO

ROSE A. MATSON D. D.—Bening intracraneal, hipertensión in children, Pediatrics, 1967, 39, 227.

Fue en 1955 que Foley propuso el término de "hiperten-sión intracraneana benigna en el niño" para designar un syn-drome clínico que comporta una hipertensión intracraneana, sin anomalías ni del líquido céfalo-raquédeo, ni de las cavi-dades ventriculares. La sintomatología asocia una cefalea de comienzo brutal, un edema papilar, a menudo un déficit del VI par, y ausencia de convulsiones o de signos neurológicos focales, este syndrome difiere de las otras formas de hiper-tensión intracraneana por la ausencia de trastornos de con-ciencia (a despecho de una hipertensión intracraneana, sufi-ciente a veces para formar trastornos visuales) y el pronós-tico constantemente favorable, este syndrome engloba cierta-mente los hechos reportados anteriormente bajo denominacio-nes varias: Meningitis serosa, aracnoiditis, hidrocefalea otíti-ca o tóxica, syndrome seudotumoral, el tema hipertensión intracraneana benigna tiene la ventaja de no prejuzgar nin-guna etiología.

A. ROSE y D. D. MARSON (Boston) han observado 23 casos de syndrome en niños de 6 meses a 11 años de edad.

Ocho observaciones son consecutivas a una infección bac-teriana o viral menor, 4 a un traumatismo craneano, cervical, 4 a una otitis y I a la suspensión brusca de un tratamiento corticosteroide. Ninguna etiología explica los 6 últimos casos.

Los signos más a menudo observados son: La cefalea, extravismo, diplopía, vómitos (éstos en los niños menos de 5 años) el edema papilar es constante después de la edad de 6 meses. La presión del líquido cefalorraquídeo solamente es normal en un caso, se encuentra habitualmen-te de 30 a 50 cms. de agua la taza de albuminio raquea siem-pre inferior a 0,40 g/litro y no hay hipercitósis. El E. E. G.

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es tan pronto normal (3 casos) tan pronto ligeramente per-turbado (6 casos), y otras veces francamente anormal con grandes ondas lentas de predominancia anterior.

El estudio de las cavidades ventriculares (por ventricu-lografía o encefalografía gazeosa) no ha mostrado ninguna anomalía de talla o de forma de los ventrículos. Una inter-vención neuro quirúrgica de descomprensión ha sido necesa-rio practicar tres veces.

Los otros casos han cedido, sea espontáneamente, sea después de muchas punciones lumbares o sea después de un tratamiento diurético o corticoide. La duración media de hospitalización ha sido de 2 a 3 semanas.

Ninguna secuela neurosíquica ha sido observada des-pués de un período de 6 meses a 12 años. En dos niños per-sistió más allá de los seis meses una palidez de la papila, sin disminución de la agudeza visual.

La ausencia de pieza anatómica, la dificultad de prac-ticar exámenes seriados en una enfermedad benigna y nuestros conocimientos reducidos en lo que concierne a la fisiología del líquido céfalo-raquídeo explica que la patolo-gía de este syndrome sigue siendo misteriosa en muchos casos. Ciertos autores han podido demostrar por arterio-grafía que algunas observaciones correspondían a una trom-bosis venosa habitualmente asociada a una anomalía ana-tómica de la red venosa cerebral otros han hablado de ede-ma cerebral o de vaso dilatación arterial.

Ciertos casos en fin podrían tener un substratum en-docrino: Tales son aquellos que han sido observados al sus-pender un tratamiento corticosteroide o en las raras afec-ciones de Addison del niño, o aun de los obesos de sexo femenino en período prepuvertario.

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TRATAMIENTO PROLONGADO POR LA HORMONA DE

CRECIMIENTO A DOSIS DÉBILES EN EL NANISMO

HIPOFISIARIO

PRADER A. ZACHMANN M., POLET J. R. ILLING R., SZEKT /.— Traiíement prolonga par I'hormone de croissance humaine a fiables

doses au cours du nanisme hypophysaire. Helv, paediat. Acta, 1967, 22, 423.

18 casos de nanismo hipofisiario han sido tratados por la hormona de crecimiento de origen humano tipo RABEN. La dosis es 5 mg/m2 de superficie corporal 3 veces por se-mana, de manera continua. Los diferentes déficits estimu-Imicos son compensados por un tratamiento hormonal. La duración del tratamiento varía entre 6 meses a 4 años, de manera continua. La edad de los sujetos se sitúa entre los 2 y 17 años y medio. Un cierto número de niños había reci-bido con anterioridad esteroides anabolisantes. El estudio de la maduración ósea ha sido efectuado según los criterios de Tanner col; resultados satisfactorios han sido obtenidos en 10 casos de 18. La velocidad de crecimiento medio ha pasado de 27 mm/año a 72 mm. en el curso del primer año. La velocidad media de crecimiento en el curso del trata-miento en los niños seguidos durante más de un año es 58 mm/años. La aceleración de crecimiento es máxima al prin-cipio, los ritmos más importantes parecen situarse en los niños más jóvenes. El tratamiento tiroideo no ha modifi-cado el crecimiento. En 3 casos el tratamiento simultáneo por esteroides anabolisantes no ha provocado una mejoría de respuesta a la hormona de crecimiento, pero una acele-ración de maduración ósea ha sido observada. Para los au-tores parece netamente que los esteroides anabolisantes han acelerado la maduración óseo mucho más netamente que la hormona de crecimiento y este tratamiento les parece con-traindicado en los hipofisiarios que puedan disponer de hor-mona de crecimiento humano y que responden favorable-mente a ésta.

Antes de todo tratamiento, un estudio del balance nitro-genado bajo hormona de crecimiento es necesario. Este úl-timo es tanto más importante cuanto que la respuesta a la demanda a la hormona de crecimiento será más neta. El

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desarrollo de anticuerpos contra la hormona de crecimiento en 2 sujetos ha provocado una negativación del balance ni-trogenado.

Es importante notar que 8 sujetos han desarrollado an-ticuerpos contra la hormona de crecimiento y paralelamen-te una resistencia al tratamiento. Los anticuerpos investi-gados por el método de hemoaglutinación, menos sensible que el método radiommunolágico, parecen tener una mejor significación clínica. En este último grupo no ha sido ob-servada la disminución habitual del espesor del tejido adi-poso subcutáneo bajo hormona de crecimiento. La super-visión de este último paramentro permitiría prever con rapi-dez la aparición de una resistencia al tratamiento. Si la hor-mona de crecimiento provoca una disminución del tejido adiposo, el peso de los sujetos varía poco, lo que se expli-caría por un aumento de la masa muscular. Los resultados globales están de acuerdo con los otros autores que utili-zan las mismas dosis. La aparición de una resistencia de-bería conducir a la suspensión del tratamiento y no al au-mento de la posología.

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XIIÍ CONGRESO MEDICO NACIONAL

Después de a mpl i os y minuc iosos p repa ra t i vos por parte del comité organizador del XIII Congreso Médico Na-cional, tuvimos el gusto de asistir a tan relevante evento científico que se realizó antre el 12 y 15 del mes de febrero recién pasado, en la próspera y bella c iudad de los laureles y los zorzales.

Nuestra permanente inquietud por este t ipo de aconte-cimientos se vio ampliamente complacida por el desarrol lo y fe l iz suceso de tan magnífica reunión c ient í f ica y social .

Ha quedado comprobado ante propios y extraños, opti mistas y escépticos, que los médicos ¡hondurenos somos capaces de celebrar reuniones de al tura, cuando nos lo pro ponemos. Todavía f lota en el ambiente y está v ivo el re cuerdo del último Congreso Centroamericana de Medicina celebrado en Tegucigalpa. Ya en él se demostró madurez científica y organizativa.

A nuestro modo de ver, el XIII Congreso fue un éxito rotundo. Tuvimos oportunidad de escuchar trabajos de buena calidad científica, trabajos originales, bibliográficos, etc., y nos impres ionó mucho —lo que v imos con gran sa t is fac-c ión e l interés del gremio médico nacional por eventos de esta naturaleza. A grosso modo creemos que se hizo presente el 70% de los médicos del país, cifra que por sí sola habla elocuentemente de los conceptos vert idos anter iormente.

Creemos que la hora de la madurez ha l legado y que debemos, de ahora en adelante , dedicarnos a la invest iga-ción, dándole primacía a los problemas nuestros: Desnutri-ción, medic ina preventiva, social , etc. Con gran modestia , pero con seguridad, debemos aceptar que estamos en con-diciones de producir cosas de calidad, calidad que es com-parable a la de cualquier país del área lat inoamericana.

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No podemos pasar por alto la actuación decisiva de la Sociedad Hondureña de Pediatría y particularmente del De-partamento de Pediatría del Hospital General y Asilo de Inválidos, el que junto al Departamento de Pediatría del Hospital Leonardo Martínez, tuvo una intervención destacada en el cónclave. Creo que merece especial mención la proyección del Departamento a través de la cátedra de Pe-diatría por conducto de un grupo de estudiantes del Quinto Año de medicina con la presentación del Seminario: Anti-bióticos en Pediatría. Este trabajo mereció muchos comen-tarios elogiosos por parte de los concurrentes, no sólo por la calidad del mismo sino por su objetivo fundamental: Hacer conciencia investigadora en nuestros estudiantes, in- ^ teresándolos en el desarrollo de este tipo de trabajos y al mismo tiempo procurarles "fogueo" para el futuro mediato. Esta idea nació del Jefe del Departamento y fue calorizada y puesta en práctica bajo la dirección de los instructores del Cuarto Curso, doctores Carlos Rivera Williams y Da-nilo Castillo Molina.

Regresamos de la ciudad de los laureles, inyectados de renovado optimismo y nuevos bríos, dispuestos a redoblar nuestros esfuerzos en pro de la educación médica y de la solución de los problemas que flagelan a nuestro sufrido pueblo. La investigación debe ser enfocada, en nuestro país, desde el punto de vista científico-clínico, haciendo hincapié en los problemas nuestros: Insalubridad, desnutrición, etc., sin la solución de los cuales no saldremos nunca del subde-sarrollo en que nos encontramos, por muchos esfuerzos que se hagan en otras áreas: A un pueblo enfermo no se le puede obligar a producir.

No queremos finalizar esta nota sin antes dejar cons-tancia de nuestra cordial felicitación al comité organizador del Congreso y sin dejar de hacer una excitativa al gremio pediátrico del país para que nos dispongamos a participar activamente en el próximo Congreso Centroamericano de Pediatría a celebrarse a fines de este año en "la ciudad de la eterna primavera".

Dr. Danilo Castillo Molina.

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DIRECTOR: DR. ROBERTO MEJIA DURON

ADMINISTRADOR: DR. ALBERTO C. BENDECK Apartado Postal 105-C

COLABORADORES: Todos los Miembros de la Asociación Pediátrica Hondureña.

ASOCIACIÓN PEDIÁTRICA HONDURENA

Socios Fundadores

Dr. Ramón. Villeda Morales Dr. Carlos M. Gálvez Dr. Joaquín Romero Méndez Dr. Gilberto Osorio Contreras.

Socios Honorarios

Dr. Donald M. Allen Dr. Joseph A. Ritter Dr. H. S. Snider

Socios Activos

Dr. Armando Andino Dr. Juan Pablo Benavides Dr. Luis A. Barahona Dr. Alberto C. Bendeck Dr. Danilo Castillo Dr. Carlos A. Delgado Dr. Manuel Enrique Larios Dr. José Martínez O. Dr. Mario S. Medal Dr. Roberto Mejía Duron Dr. Gilberto Osorio Contreras Dr. Guillermo Oviedo P. Dr. Manuel Armando Paredes Dr. Asdrúbal Raudales Dr. Carlos Rivera W. Dr. José E. Tabora Dr. Rafael Tercero Dr Fernando Tomé Abarca Dr. Rodolfo Valenzuela Dr. Adán Zepeda R.

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DIRECTIVA DE LA ASOCIACIÓN PEDIÁTRICA HONDURENA 1968-1969

Presidente: Dr. Asdrúbal Raudales. Vice-Presidente: Dr. Carlos Rivera Williams. Secretario: Dr. Danilo Castillo. Pro-Secretario: Dr. Roberto Meiía Durón. Tesorero: Dr. José E. Tabora. Vocal 1º. Dr. Manuel E. Larios. Vocal 2°- Dr. Armando Andino.

Representante ante el Patronato Nacional de la Infancia:

Dr. Asdrúbal Raudales. Suplente: Dr. Carlos Rivera Williams.

ASOCIACIÓN PEDIÁTRICA HONDUREÑA CAPITULO DEL DEPARTAMENTO DE CORTES

Dr. Edgardo Arriaga Dr. Luis Bueso Arias Dr. Roberto Cálix Hernández Dr. Manuel Calderón Dr. Jacinto Redegundo García Dr. Tomás García Erazo Dr. José Elias Handal H. Dr. Carlos A. Javier Dr. Benjamín Matamoros Dr. Rafael A. Pavón Dr. Juan Sabillón Leiva Dr. Rodolfo Pastor Zelaya Dr. Arturo Venegas. Dr. Roberto Villela Chinchilla.

JUNTA DIRECTIVA DEL CAPITULO DEL DEPARTAMENTO DE CORTES

Presidente: Dr. Roberto Cálix H. Secretario: Dr. Jacinto R. García Tesorero: Dr. Edgardo Arriaga Primer Vocal: Dr. José E. Handal Segundo Vocal: Dr. Luis Bueso Arias.

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REVISTA

HONDURAS PEDIÁTRICA

ÓRGANO OFICIAL DE PUBLICACIÓN DE LA ASOCIACIÓN

PEDIÁTRICA HONDURENA. APARTADO POSTAL 1Q5-C. — TEGUCIGALPA, D. C.

Auspiciada por el Patronato Nacional de la Infancia.

Í N D I C E POR AUTOR

DEL VOLUMEN Nº3 Y POR

MATERIA

V O L U M E N 3 ABRIL

1987 - MARZO 1969

ASOCIACIÓN PEDIÁTRICA HONDUREÑA

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ÍNDICE, POR AUTOR, DEL VOLUMEN Nº. 3

Aguilera, R.: Presentación de un caso clínica de Hemofilia clásica. Nº. 1, Pág, 59.

Bendeck N., A., C: Glomerulonefritis aguda en la infancia. Nº. 2, Pág. 105. Cutis hip érelas tica o síndrome Elilers Danlos, asociado con calculosis vesical. Nº. 2, Pág. 115. El Etil-Adrianol en el tratamiento del shock hipovolé-mico. Nº. 3, Pág. 143. Tratamiento de anemias ferroprivas mixtas con complejo hierro-dextrano, dosis intravenosa. N° 4, Pág. 209. Estudios de las diarreas en Honduras. Nº. 6, Pág. 296.

Castillo, M. D,: El neumotorax espontáneo como complica-ción de los cuadros bronquiales obstructivos en el niño. N? 1, Pág. 30. Incidencia de la infección urinaria en el niño desnutrido. Nº. 3, Pág. 174. Tratamiento de la infec-ción urinaria en el niño. Experiencia en 20 casos mane-jados en el H. G. A. I. Nº. 5, Pág. 254. XIII Congreso Mé-dico Nacional. KK 6, Pág. 339.

Cárcamo Tercero, O.: Elegía al Suero. N^ 1, Pág. 81.

Castro Alemán, L.: Osteomielitis. JNT? 1, Pág. 64.

Córdova Santos, G.: Hepatitis. Nº. 2, Pág. 122.

Cleaves Tomé, F.: Sobre 40 casos de hipsarritmia. Nº. 3, Pág. 152.

Delgado, C. A.: Patología de la región umbilical. Nº 6, Pág. 316.

Haddad Quiñónez, J.: El Hospital Materno-Infantil: Nuevas perspectivas de Educación Médica. N° 2, Pág. 102.

Javier, C. A.: Informe preliminar de mis experiencias sobre Hidratación por Gastroclisis en niños. N° 6, Pág. 324.

Latios, M. E.: El XII Congreso Internacional de Pediatría, N? 6, Pág. 291.

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Mejía Duron, R. A.: Iniciando una labor. Nº 3, Pág. 141. En busca de un mundo mejor para los niños. Nº 4, Pág. 207. Sobre un tema de actualidad. Nº 5, Pág. 252.

Osario Contreras, G.: Calcinosis universalis. Nº 5, Pág. 262.

Prader, A. X. M.: Tratamiento prolongado por la hormona de crecimiento a dosis débiles en el nanismo hipof islario. Nº 5, Pág. 337.

Rivera Williams, C: La enseñanza de la Pediatría en Hondu-ras. Nº 1, Pág. 2. ras. N- 1, Pág. 2. Enseñanza pediátrica a los graduados. Mº 2, Pág. 97.

Rose, A. M.: La hipertensión intracraneana benigna en el niño. Nº 5, Pág. 335. Sierra Martínez, J.:

Citostáticos. Nº 3, Pág. 187.

Tomé Abarca, F.: Raquitismo. K° 4, Pág. 226.

Vásquez, Z. R.: Desnutrición. Nº2, Pág. 127.

Cepeda Raudales, A.: Presentación de un caso clínico de He-mofilia clásica .N? 1, Pág. 59.

ÍNDICE POR MATERIAS

Calcinosis Universalis. Nº 5, Pág. 262.

Citostáticos. N º 3, Pág. 187.

Cutis hiperelástica o Sindrome de Ehlers-Danlos, asociado con Calcinosis vesical. Nº 2, Pág. 115.

Desnutrición. Nº 2, Pág. 127.

El Etil-Adrianol en el tratamiento del shock hipovolémico. Nº3, Pág. 143.

El Neumotorax espontáneo como complicación de los cua-dros bronquiales obstructivos en el niño. Nº 1, Pág. 30.

Elegía al Suero. Nº 2, Pág. 102.

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El Hospital ftíaterno-Infantil: Nuevas perspectivas de educa-ción médica. Nº 2, Pág. 102.

En busca de un mundo mejor para los niños. Nº 4, Pág. 207.

Enseñanza pediátrica a los graduados. N° 2, Pág. 97.

Estudios de la sdiarreas en Honduras. N° 6, Pág. 296.

Hepatitis. Nº 2, Pág. 122.

Glomeruíonsfritis aguda en la infancia. N° 2, Pág. 105.

XJIÍ Congreso Médico Nacional. Nº 6, Pág. 339.

Incidencias de la infección urinaria en el niño desnutrido. Nº 3, 174.

Iniciando una labor. Nº 3, Pág. 141.

Informe preliminar de mis experiencias sobre hidratación por Gastroclisis en niños. Nº 5, Pág. 324.

La enseñanza de la Pediatría en Honduras. Nº1 Pág. 2.

La hipertensión intracraneana benigna en el niño. Nº 6, Pág. 335.

Presentación de un caso clínico de Hemofilia clásica. Nº 3, Pág. 59.

Patología de la región umbilical, Nº 6, Pág. 316.

Raquitismo. Nº 4, Pág. 226. Sobre 40 casos de

Hipsarritmia. N° 3, Pág. 152. Sobre un tema de

actualidad. Nº 5, Pág. 252.

Tratamiento de anemias ferroprivas mixtas con complejo hierro-dextrano, dosis i. v. Nº 4, Pág. 209.

Tratamiento de la infección urinaria en el niño. Nº 5, Pág. 254.

Tratamiento prolongado por la hormona de crecimiento a dosis débiles en el nanismo hipofisiario. N° 6, Pág. 337.

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