Juan Driver La Obra Redentora de Cristo y La Mision de La Iglesia x Eltropical

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LA OBRA REDENTORADECRISTOY LA MISIONDELA IGLESIALA OBRA REDENTORADECRISTOY LA MISIONDELA IGLESIALA OBRA REDENTORADECRISTOY LA MISIONDELA IGLESIALA OBRA REDENTORADECRISTOY LA MISIONDELA IGLESIAJuan Driver1994NUEVACREACIONBUENOSAIRES- GRANDRAPIDSyWILLIAMB. EERDMANSPUBLISHINGCOMPANYLA OBRA REDENTORADECRISTOY LA MISIONDELA IGLESIAJuan Driver1994NUEVACREACIONBUENOSAIRES- GRANDRAPIDSyWILLIAMB. EERDMANSPUBLISHINGCOMPANYLA OBRA REDENTORADECRISTOY LA MISIONDELA IGLESIAJuan Driver1994NUEVACREACIONBUENOSAIRES- GRANDRAPIDSyWILLIAMB. EERDMANSPUBLISHINGCOMPANYCopyright 1994 Nueva Creacinfilialde Wm. B. Eerdmans Publishing Co.255 Jefferson Ave. S.E., Grand Rapids, Michigan 49503, EE.UU.Nueva Creacin, Jos Mrmol 1734 - (1602) FloridaBuenos Aires, ArgentinaTtulooriginal:U/lderstarzdirzg the Atorzemerzt jor the Missio/loj the ChurchCopyright 1986 by Herald PressReservadostodos los derechosAlI rights reservedImpreso en los Estados UnidosPrintedinthe United States of AmericaISBN0-8028-0926-XAmis hermanos yhermanasque anhelan comunicarel significado de la obra redentorapor encima de las barrerasque dividen ala humanidadCopyright 1994 Nueva Creacinfilialde Wm. B. Eerdmans Publishing Co.255 Jefferson Ave. S.E., Grand Rapids, Michigan 49503, EE.UU.Nueva Creacin, Jos Mrmol 1734 - (1602) FloridaBuenos Aires, ArgentinaTtulooriginal:U/lderstarzdirzg the Atorzemerzt jor the Missio/loj the ChurchCopyright 1986 by Herald PressReservadostodos los derechosAlI rights reservedImpreso en los Estados UnidosPrintedinthe United States of AmericaISBN0-8028-0926-XAmis hermanos yhermanasque anhelan comunicarel significado de la obra redentorapor encima de las barrerasque dividen ala humanidadCopyright 1994 Nueva Creacinfilialde Wm. B. Eerdmans Publishing Co.255 Jefferson Ave. S.E., Grand Rapids, Michigan 49503, EE.UU.Nueva Creacin, Jos Mrmol 1734 - (1602) FloridaBuenos Aires, ArgentinaTtulooriginal:U/lderstarzdirzg the Atorzemerzt jor the Missio/loj the ChurchCopyright 1986 by Herald PressReservadostodos los derechosAlI rights reservedImpreso en los Estados UnidosPrintedinthe United States of AmericaISBN0-8028-0926-XAmis hermanos yhermanasque anhelan comunicarel significado de la obra redentorapor encima de las barrerasque dividen ala humanidadEX LIBRIS ELTROPICAL 22Jun08ContenidoP r o w ~ 9Prefacio del autor 11INTRODUCCION 131. Una aproximacin evanglica radical ala doctrina de la 15redencin2. Revisin crftica de las principales tcorfas acerca de la obra 39redentora de CristoPRINCIPALES IMAGENES B/BLICAS PARACOMPRENDER 75LAOBRAREDENTORA3. Conflicto-victoria-liberacin4. El sufrimiento vicario5. Imgenes arquetfpicas6. Martirio7. Sacrificio8. l expiacin y la ira de Dios9. Redencin10. Reconciliacin11. Justificacin12. l imagen de la adopcin y la jamii:a7795111127143165183199213235ContenidoP r o w ~ 9Prefacio del autor 11INTRODUCCION 131. Una aproximacin evanglica radical ala doctrina de la 15redencin2. Revisin crftica de las principales tcorfas acerca de la obra 39redentora de CristoPRINCIPALES IMAGENES B/BLICAS PARACOMPRENDER 75LAOBRAREDENTORA3. Conflicto-victoria-liberacin4. El sufrimiento vicario5. Imgenes arquetfpicas6. Martirio7. Sacrificio8. l expiacin y la ira de Dios9. Redencin10. Reconciliacin11. Justificacin12. l imagen de la adopcin y la jamii:a7795111127143165183199213235ContenidoP r o w ~ 9Prefacio del autor 11INTRODUCCION 131. Una aproximacin evanglica radical ala doctrina de la 15redencin2. Revisin crftica de las principales tcorfas acerca de la obra 39redentora de CristoPRINCIPALES IMAGENES B/BLICAS PARACOMPRENDER 75LAOBRAREDENTORA3. Conflicto-victoria-liberacin4. El sufrimiento vicario5. Imgenes arquetfpicas6. Martirio7. Sacrificio8. l expiacin y la ira de Dios9. Redencin10. Reconciliacin11. Justificacin12. l imagen de la adopcin y la jamii:a7795111127143165183199213235IMPLICACIONES CONTEMPORANEAS13. La obra de Cristo y la comunidad mesinica14. La obra de Cristo y la restauracin csmica15. La dimensin misiolgica de la redencinBibliografa241243263277289 PrlogoEnel centromismodelafecristianaestJess, unMesascrucificado. Todalasabidurayel poderdeDios sehanrevelado en l. No es posible una experiencia cristiana autnticafuera de esa sabidura, de ese poder.Desafortunadamente, la cristiandad occidental se ha visto tancondicionada por presupuestos constantinianos, que no ha podi-do tomaren serio la centralidad del Mesas crucificado. Ha estadomucho ms ocupada con la sabidura y elpoder terrenales quecon la fidelidadalevangelio delreino. Se ha concentrado en lasalvacin del alma individual, pero a menudo ha perdido de vistael propsito divino de crear una nueva humanidad, caracterizadapor el amor sacrificial y la justicia para los pobres.Si quita de su centro al Mesas crucificado, el cristianismo setomatriunfalista. Rehyeel sufrimiento. Por lotantoevitalaconfrontacin con los sabios y poderosos de este mundo. Tal cuallo viera Dietrich Bonhoeffer, este tipo de cristianismo est funda-doenuna graciabarata, estoes, enunagraciasincruz, sindiscipulado, y sin Jesucristo.Este libro nos propone que reconsideremos el significado de lacruz. Esto es lo ms radical que se le puede sugerir a aquellos quese han acomodado a la cristiandad constantiniana! Una enferme-dad grave requiere un remedio enrgico!El autor ha vivido por muchos aos enAmrica Latina y enEspaa, donde los cristianos evanglicos, aun en nuestros das,han sellado sutestimonio de Cristo con su propia muerte. Noser que para entender el significado de la cruz (y el del evangelio)necesitamos haber conocido personalmente el sufrimiento de losdbiles?Nosotros, en Amrica Latina, no podemos dejar de sorprender-nos ante los muchos cambios que se han producido aqu, en estosIMPLICACIONES CONTEMPORANEAS13. La obra de Cristo y la comunidad mesinica14. La obra de Cristo y la restauracin csmica15. La dimensin misiolgica de la redencinBibliografa241243263277289 PrlogoEnel centromismodelafecristianaestJess, unMesascrucificado. Todalasabidurayel poderdeDios sehanrevelado en l. No es posible una experiencia cristiana autnticafuera de esa sabidura, de ese poder.Desafortunadamente, la cristiandad occidental se ha visto tancondicionada por presupuestos constantinianos, que no ha podi-do tomaren serio la centralidad del Mesas crucificado. Ha estadomucho ms ocupada con la sabidura y elpoder terrenales quecon la fidelidadalevangelio delreino. Se ha concentrado en lasalvacin del alma individual, pero a menudo ha perdido de vistael propsito divino de crear una nueva humanidad, caracterizadapor el amor sacrificial y la justicia para los pobres.Si quita de su centro al Mesas crucificado, el cristianismo setomatriunfalista. Rehyeel sufrimiento. Por lotantoevitalaconfrontacin con los sabios y poderosos de este mundo. Tal cuallo viera Dietrich Bonhoeffer, este tipo de cristianismo est funda-doenuna graciabarata, estoes, enunagraciasincruz, sindiscipulado, y sin Jesucristo.Este libro nos propone que reconsideremos el significado de lacruz. Esto es lo ms radical que se le puede sugerir a aquellos quese han acomodado a la cristiandad constantiniana! Una enferme-dad grave requiere un remedio enrgico!El autor ha vivido por muchos aos enAmrica Latina y enEspaa, donde los cristianos evanglicos, aun en nuestros das,han sellado sutestimonio de Cristo con su propia muerte. Noser que para entender el significado de la cruz (y el del evangelio)necesitamos haber conocido personalmente el sufrimiento de losdbiles?Nosotros, en Amrica Latina, no podemos dejar de sorprender-nos ante los muchos cambios que se han producido aqu, en estosIMPLICACIONES CONTEMPORANEAS13. La obra de Cristo y la comunidad mesinica14. La obra de Cristo y la restauracin csmica15. La dimensin misiolgica de la redencinBibliografa241243263277289 PrlogoEnel centromismodelafecristianaestJess, unMesascrucificado. Todalasabidurayel poderdeDios sehanrevelado en l. No es posible una experiencia cristiana autnticafuera de esa sabidura, de ese poder.Desafortunadamente, la cristiandad occidental se ha visto tancondicionada por presupuestos constantinianos, que no ha podi-do tomaren serio la centralidad del Mesas crucificado. Ha estadomucho ms ocupada con la sabidura y elpoder terrenales quecon la fidelidadalevangelio delreino. Se ha concentrado en lasalvacin del alma individual, pero a menudo ha perdido de vistael propsito divino de crear una nueva humanidad, caracterizadapor el amor sacrificial y la justicia para los pobres.Si quita de su centro al Mesas crucificado, el cristianismo setomatriunfalista. Rehyeel sufrimiento. Por lotantoevitalaconfrontacin con los sabios y poderosos de este mundo. Tal cuallo viera Dietrich Bonhoeffer, este tipo de cristianismo est funda-doenuna graciabarata, estoes, enunagraciasincruz, sindiscipulado, y sin Jesucristo.Este libro nos propone que reconsideremos el significado de lacruz. Esto es lo ms radical que se le puede sugerir a aquellos quese han acomodado a la cristiandad constantiniana! Una enferme-dad grave requiere un remedio enrgico!El autor ha vivido por muchos aos enAmrica Latina y enEspaa, donde los cristianos evanglicos, aun en nuestros das,han sellado sutestimonio de Cristo con su propia muerte. Noser que para entender el significado de la cruz (y el del evangelio)necesitamos haber conocido personalmente el sufrimiento de losdbiles?Nosotros, en Amrica Latina, no podemos dejar de sorprender-nos ante los muchos cambios que se han producido aqu, en estos10LA OBRA REDENTORA DE CRISTOltimos aos, en el contexto de la cristiandad constantiniana. Detodas estas transfonnaciones, sin embargo, la ms destacada esaquella que tiene que ver con el redescubrimiento del sufrimientocomo seal del discipulado autntico. No podemos sino esperar,ypedir a Dios, queestemismoredescubrimientoseproduzcaentre los cristianos de todo el mundo, y especialmente en aquellospases donde ha proliferado la comodidad constantiniana.EstenuevolibrodeJohnDriverpuedecontribuirengranmedida a que esto se produzca. No conozco otro libro sobre laobra salvadora de Cristo que muestre con tanta claridad la vincu-lacin estrecha entre el sufrimiento del Mesas crucificado y el deaquellos que llevansu nombre, entre la accin redentora de Cristoy su poder para transfonnar todos los aspectos de la vida humana,entre una comprensin teolgica de la cruz y una epistemologadela obediencia.En las teoras clsicas de la redencin, la obra de Cristo quedabadesvinculada de la intencin divina de crear una nueva humani-dad. Driverdemuestraaqu queel pueblodeDios, lanuevacomunidad del pacto, es el contexto indispensable para entenderla accin redentora del Mesas. La obra reconciliadora de Cristocrea una comunidad reconciliadora, donde quedan abolidas todaslas barreras que dividen a los seres humanos.EstelibrodeDriveresunainvitacinaverlacruz, noyameramente como fuente de salvacin individual, sino ms biencomo el lugar donde comienza la renovacin de la creacin, estoes, como el evento donde empiezan a crearse los cielos nuevos yla tierra nueva que Dios ha prometido y que la comunidad me-sinicaanticipa. Quemuchoslectoresprestenatencinaestemensaje!C. REN PADILLABuenos AiresPrefacio del autorComo evanglicos radicales, tenemos una seria deuda para conlos eruditos evanglicos como Leon 1. Morris (The ApostoliePreaehing of the Cross, 1955; et al.)y otros, queen la generacinanterior contribuyeron en gran medida a que las extravaganciasdel protestantismo liberal quedaran desacreditadas, y se volvieraaunacomprensinmsbblicadelaobradeCristo. Enestesentido, han prestado un servicio invalorable a la iglesia cristianaen su conjunto. Pero el marco conceptual dentro del cual se enta-bl el debate no condujo a un retomo verdaderamente radical deuna perspectiva bblica integradora. Las conversaciones giraronalrededor de cuestiones lingsticas y doctrinales, a partir de lascuales se haba definido tradicionalmente el significado de la obraredentora de Cristo: propiciacin, expiacin, la ira de Dios, sacri-ficio, satisfaccin, entre otras.Como consecuencia delplanteamiento untanto limitado delproblema, quedaron en pie, mayonnente sin cuestionamiento, lospresupuestos constantinianos que subyacen a las principales teo-ras de la redencin. No fue tenido en cuenta el contexto esencial-mente misionero del Nuevo Testamento y no se intent entendercmo la comunidad apostlica haba utilizado un amplio espectrode imgenes para comunicar el significado de la obra de Cristo.La cristiandadhistrica sigue moribunda. Setornacada vezms prioritaria la necesidad de encontrar fonnas de comunicar elsignificado de la obra de Cristo en situaciones no constantinianas.Paralelamente, un buen nmero de movimientos evanglicos-ra-dicales de renovacin estn intentando dar una mirada fresca alevangelio. Todos estos factores nos proveen de la situacin pro-picia para movemos ms all de las posiciones ya clarificadas por1. 1.Morrisyotros: vamosala bsquedadeunavisinmsintegradora de la obra de Cristo. Esta visin aspira a liberarse ms10LA OBRA REDENTORA DE CRISTOltimos aos, en el contexto de la cristiandad constantiniana. Detodas estas transfonnaciones, sin embargo, la ms destacada esaquella que tiene que ver con el redescubrimiento del sufrimientocomo seal del discipulado autntico. No podemos sino esperar,ypedir a Dios, queestemismoredescubrimientoseproduzcaentre los cristianos de todo el mundo, y especialmente en aquellospases donde ha proliferado la comodidad constantiniana.EstenuevolibrodeJohnDriverpuedecontribuirengranmedida a que esto se produzca. No conozco otro libro sobre laobra salvadora de Cristo que muestre con tanta claridad la vincu-lacin estrecha entre el sufrimiento del Mesas crucificado y el deaquellos que llevansu nombre, entre la accin redentora de Cristoy su poder para transfonnar todos los aspectos de la vida humana,entre una comprensin teolgica de la cruz y una epistemologadela obediencia.En las teoras clsicas de la redencin, la obra de Cristo quedabadesvinculada de la intencin divina de crear una nueva humani-dad. Driverdemuestraaqu queel pueblodeDios, lanuevacomunidad del pacto, es el contexto indispensable para entenderla accin redentora del Mesas. La obra reconciliadora de Cristocrea una comunidad reconciliadora, donde quedan abolidas todaslas barreras que dividen a los seres humanos.EstelibrodeDriveresunainvitacinaverlacruz, noyameramente como fuente de salvacin individual, sino ms biencomo el lugar donde comienza la renovacin de la creacin, estoes, como el evento donde empiezan a crearse los cielos nuevos yla tierra nueva que Dios ha prometido y que la comunidad me-sinicaanticipa. Quemuchoslectoresprestenatencinaestemensaje!C. REN PADILLABuenos AiresPrefacio del autorComo evanglicos radicales, tenemos una seria deuda para conlos eruditos evanglicos como Leon 1. Morris (The ApostoliePreaehing of the Cross, 1955; et al.)y otros, queen la generacinanterior contribuyeron en gran medida a que las extravaganciasdel protestantismo liberal quedaran desacreditadas, y se volvieraaunacomprensinmsbblicadelaobradeCristo. Enestesentido, han prestado un servicio invalorable a la iglesia cristianaen su conjunto. Pero el marco conceptual dentro del cual se enta-bl el debate no condujo a un retomo verdaderamente radical deuna perspectiva bblica integradora. Las conversaciones giraronalrededor de cuestiones lingsticas y doctrinales, a partir de lascuales se haba definido tradicionalmente el significado de la obraredentora de Cristo: propiciacin, expiacin, la ira de Dios, sacri-ficio, satisfaccin, entre otras.Como consecuencia delplanteamiento untanto limitado delproblema, quedaron en pie, mayonnente sin cuestionamiento, lospresupuestos constantinianos que subyacen a las principales teo-ras de la redencin. No fue tenido en cuenta el contexto esencial-mente misionero del Nuevo Testamento y no se intent entendercmo la comunidad apostlica haba utilizado un amplio espectrode imgenes para comunicar el significado de la obra de Cristo.La cristiandadhistrica sigue moribunda. Setornacada vezms prioritaria la necesidad de encontrar fonnas de comunicar elsignificado de la obra de Cristo en situaciones no constantinianas.Paralelamente, un buen nmero de movimientos evanglicos-ra-dicales de renovacin estn intentando dar una mirada fresca alevangelio. Todos estos factores nos proveen de la situacin pro-picia para movemos ms all de las posiciones ya clarificadas por1. 1.Morrisyotros: vamosala bsquedadeunavisinmsintegradora de la obra de Cristo. Esta visin aspira a liberarse ms10LA OBRA REDENTORA DE CRISTOltimos aos, en el contexto de la cristiandad constantiniana. Detodas estas transfonnaciones, sin embargo, la ms destacada esaquella que tiene que ver con el redescubrimiento del sufrimientocomo seal del discipulado autntico. No podemos sino esperar,ypedir a Dios, queestemismoredescubrimientoseproduzcaentre los cristianos de todo el mundo, y especialmente en aquellospases donde ha proliferado la comodidad constantiniana.EstenuevolibrodeJohnDriverpuedecontribuirengranmedida a que esto se produzca. No conozco otro libro sobre laobra salvadora de Cristo que muestre con tanta claridad la vincu-lacin estrecha entre el sufrimiento del Mesas crucificado y el deaquellos que llevansu nombre, entre la accin redentora de Cristoy su poder para transfonnar todos los aspectos de la vida humana,entre una comprensin teolgica de la cruz y una epistemologadela obediencia.En las teoras clsicas de la redencin, la obra de Cristo quedabadesvinculada de la intencin divina de crear una nueva humani-dad. Driverdemuestraaqu queel pueblodeDios, lanuevacomunidad del pacto, es el contexto indispensable para entenderla accin redentora del Mesas. La obra reconciliadora de Cristocrea una comunidad reconciliadora, donde quedan abolidas todaslas barreras que dividen a los seres humanos.EstelibrodeDriveresunainvitacinaverlacruz, noyameramente como fuente de salvacin individual, sino ms biencomo el lugar donde comienza la renovacin de la creacin, estoes, como el evento donde empiezan a crearse los cielos nuevos yla tierra nueva que Dios ha prometido y que la comunidad me-sinicaanticipa. Quemuchoslectoresprestenatencinaestemensaje!C. REN PADILLABuenos AiresPrefacio del autorComo evanglicos radicales, tenemos una seria deuda para conlos eruditos evanglicos como Leon 1. Morris (The ApostoliePreaehing of the Cross, 1955; et al.)y otros, queen la generacinanterior contribuyeron en gran medida a que las extravaganciasdel protestantismo liberal quedaran desacreditadas, y se volvieraaunacomprensinmsbblicadelaobradeCristo. Enestesentido, han prestado un servicio invalorable a la iglesia cristianaen su conjunto. Pero el marco conceptual dentro del cual se enta-bl el debate no condujo a un retomo verdaderamente radical deuna perspectiva bblica integradora. Las conversaciones giraronalrededor de cuestiones lingsticas y doctrinales, a partir de lascuales se haba definido tradicionalmente el significado de la obraredentora de Cristo: propiciacin, expiacin, la ira de Dios, sacri-ficio, satisfaccin, entre otras.Como consecuencia delplanteamiento untanto limitado delproblema, quedaron en pie, mayonnente sin cuestionamiento, lospresupuestos constantinianos que subyacen a las principales teo-ras de la redencin. No fue tenido en cuenta el contexto esencial-mente misionero del Nuevo Testamento y no se intent entendercmo la comunidad apostlica haba utilizado un amplio espectrode imgenes para comunicar el significado de la obra de Cristo.La cristiandadhistrica sigue moribunda. Setornacada vezms prioritaria la necesidad de encontrar fonnas de comunicar elsignificado de la obra de Cristo en situaciones no constantinianas.Paralelamente, un buen nmero de movimientos evanglicos-ra-dicales de renovacin estn intentando dar una mirada fresca alevangelio. Todos estos factores nos proveen de la situacin pro-picia para movemos ms all de las posiciones ya clarificadas por1. 1.Morrisyotros: vamosala bsquedadeunavisinmsintegradora de la obra de Cristo. Esta visin aspira a liberarse ms12 LA OBRA REDENTORA DE CRISTOplenamente de los presupuestos constantinianos que tan a menu-dohanejercidoinfluenciasobrelasteorastradicionalesdelaredencin. A la vez, esta visin pretende hacer mayor justicia alcontexto misionero del mensaje bblico. Se trata de una perspecti-va que apunta a reflejar ms fielmente el pluralismo del NuevoTestamento.JUAN DRIVERINTRODUCCION12 LA OBRA REDENTORA DE CRISTOplenamente de los presupuestos constantinianos que tan a menu-dohanejercidoinfluenciasobrelasteorastradicionalesdelaredencin. A la vez, esta visin pretende hacer mayor justicia alcontexto misionero del mensaje bblico. Se trata de una perspecti-va que apunta a reflejar ms fielmente el pluralismo del NuevoTestamento.JUAN DRIVERINTRODUCCION12 LA OBRA REDENTORA DE CRISTOplenamente de los presupuestos constantinianos que tan a menu-dohanejercidoinfluenciasobrelasteorastradicionalesdelaredencin. A la vez, esta visin pretende hacer mayor justicia alcontexto misionero del mensaje bblico. Se trata de una perspecti-va que apunta a reflejar ms fielmente el pluralismo del NuevoTestamento.JUAN DRIVERINTRODUCCION1Una aproximacinevanglica radical a ladoctrina de la redencinDesdeel mismomomentoenqueelaboraronsusprimerasconfesiones de fe,los cristianos han venido declarando queCristo muri por nuestros pecados, confonne a las Escrituras(1Ca. 15.3). Variaciones de este tema aparecen tambin en mu-chosdeloshimnoscristianosmsantiguosquehanquedadoregistrados en el Nuevo Testamento (Ef. 1.7; Fil. 2.7-8; Col. 1.20;1P. 2.21). Ahora bien, estas afinnaciones, que se encuentran tantoen las confesiones como en los himnos, son ms testimonios de larealidaddelamuerteyresurreccindeCristoas comodelavirtudsalvficadeestoseventosenlavidadelacomunidadcristiana, que definiciones racionales del significado de la muertede Cristo.Ajuzgar por los escritos del Nuevo Testamento se deduce quelos seguidores de Jess experimentaron la vida, muerte y resu-rreccin del Maestro como verdadera fuentedereconciliacin,lantes de que pudieran entender su significado. Vieron y vivieronesta realidad personalmente, en el ministerio de Jess hacia losmarginados del judasmo, en la experiencia de Pentecosts que daorigen a una autntica comunidad, y en la apertura misionera alos gentiles en Palestina, Samaria, Siria y finalmente Asia Menor1. Elautor apelaaqu, sinduda, al sentidoliteral del tnninoat-one-ment: unificar, aunar, reconciliar (N. del T.).1Una aproximacinevanglica radical a ladoctrina de la redencinDesdeel mismomomentoenqueelaboraronsusprimerasconfesiones de fe,los cristianos han venido declarando queCristo muri por nuestros pecados, confonne a las Escrituras(1Ca. 15.3). Variaciones de este tema aparecen tambin en mu-chosdeloshimnoscristianosmsantiguosquehanquedadoregistrados en el Nuevo Testamento (Ef. 1.7; Fil. 2.7-8; Col. 1.20;1P. 2.21). Ahora bien, estas afinnaciones, que se encuentran tantoen las confesiones como en los himnos, son ms testimonios de larealidaddelamuerteyresurreccindeCristoas comodelavirtudsalvficadeestoseventosenlavidadelacomunidadcristiana, que definiciones racionales del significado de la muertede Cristo.Ajuzgar por los escritos del Nuevo Testamento se deduce quelos seguidores de Jess experimentaron la vida, muerte y resu-rreccin del Maestro como verdadera fuentedereconciliacin,lantes de que pudieran entender su significado. Vieron y vivieronesta realidad personalmente, en el ministerio de Jess hacia losmarginados del judasmo, en la experiencia de Pentecosts que daorigen a una autntica comunidad, y en la apertura misionera alos gentiles en Palestina, Samaria, Siria y finalmente Asia Menor1. Elautor apelaaqu, sinduda, al sentidoliteral del tnninoat-one-ment: unificar, aunar, reconciliar (N. del T.).1Una aproximacinevanglica radical a ladoctrina de la redencinDesdeel mismomomentoenqueelaboraronsusprimerasconfesiones de fe,los cristianos han venido declarando queCristo muri por nuestros pecados, confonne a las Escrituras(1Ca. 15.3). Variaciones de este tema aparecen tambin en mu-chosdeloshimnoscristianosmsantiguosquehanquedadoregistrados en el Nuevo Testamento (Ef. 1.7; Fil. 2.7-8; Col. 1.20;1P. 2.21). Ahora bien, estas afinnaciones, que se encuentran tantoen las confesiones como en los himnos, son ms testimonios de larealidaddelamuerteyresurreccindeCristoas comodelavirtudsalvficadeestoseventosenlavidadelacomunidadcristiana, que definiciones racionales del significado de la muertede Cristo.Ajuzgar por los escritos del Nuevo Testamento se deduce quelos seguidores de Jess experimentaron la vida, muerte y resu-rreccin del Maestro como verdadera fuentedereconciliacin,lantes de que pudieran entender su significado. Vieron y vivieronesta realidad personalmente, en el ministerio de Jess hacia losmarginados del judasmo, en la experiencia de Pentecosts que daorigen a una autntica comunidad, y en la apertura misionera alos gentiles en Palestina, Samaria, Siria y finalmente Asia Menor1. Elautor apelaaqu, sinduda, al sentidoliteral del tnninoat-one-ment: unificar, aunar, reconciliar (N. del T.).16INTRODUCCION UNA APROXIMACION EVANGELICARADICAL17yGrecia. Ya desdelosprimeros tiemposde lacomunidadpri-mitivadeJerusaln, los apstoles empezaronabuscaryusarimgenesparacomunicar yexplicarestarealidadquehabanvivenciado. Tomaron estas imgenes del Antiguo Testamento y,delamismaformaenquelohabahechoJess, adaptaronelAntiguo Testamento y sus imgenes a las realidades de su propiomensaje. Enestecontextosurgiunaseriedemotivos(temasfundamentales) queayudaranalosnuevosdiscpulosacom-prender el significado de la tarea mesinica de Jess, y especial-mente el de sus sufrimientos y muerte.Imgenes de la obra salvadora de CristoMsquedefinir queslaiglesia a travs deafirmacionesdogmticas, el Nuevo Testamento describe a la iglesia a travs deuna serie de imgenes complementarias que, tomadas en conjun-to, expresan con notable detalle su naturaleza ymisin (d. Minear,1960: 11-27).De manera similar aparece descripta en el Nuevo Testamentola obra expiatoria de Cristo. Antes que ofrecer simplemente defi-niciones dogmticas formales, los escritores del Nuevo Testamen-toemplearonunaseriedeimgenes(figuras)paradescribir laobra salvadora de Cristo e interpretar su significado. Mientras quelos lectores occidentales modernos tienden a preferir definicionesliterales yteorasconvincentes queclarifiquen su comprensindel problema, el enfoque bblico no es as.El modo de pensar que es caracterstico del Nuevo Testamentoest dominado por las figuras, analogas e imgenes, ms que porla mera prosa. Ms an, el uso que el Nuevo Testamento hace delas imgenes est slidamente enraizadoenlahistoria delacomunidad creyente. Los escritores del Nuevo Testamento vuel-ven permanentemente al Antiguo, en busca de imgenes que lesayuden a comunicar sucomprensin de la obra de Cristo en elcontexto del desarrollo de la historia de la salvacin del pueblo deDios.Los trminos imagen y metfora no son usados aqu como alter-nativas al significadoliteral oreal de laobrade Cristo. Lostrminosencuestinnohacenreferencia, por cierto, aqueloscreyentes hayan inventado fantasaalguna. Con la palabra ima-gen queremos referimos a trminos o conceptos cuyos significa-dos noseagotanenel merosentidoliteral del vocablo. Lasdescripciones neotestamentarias de la obra de Cristo en trminosdesufrimiento vicario, sacrificio, conflictoyvictoria, rescateyredencin oliberacin, reconciliacin, o justificacin, deberan servistascomo figurasqueiluminan,transmiten y apuntan aunarealidad que trasciende a los trminos mismos. Ningn trminoaislado (ni ninguna combinacin de trminos) es capaz de ence-rrar y expresar en forma plena el significado de la obra expiatoriade Cristo.Detodasmaneras, siemprequedaralgunaambigedadennuestradefinicindeimagen. Cuandopedimos unadefinicinabsolutamenteclaradeesteconcepto, estamosasumiendoenrealidad que el Nuevo Testamento se interesa por distinguir conprecisin entre un uso figurado y uno no-figurado de los tnni-nos. Sin embargo, esta distincin es ajena al Nuevo Testamento.El uso de imgenes tales como la de la dispora, la circuncisin oel templo para hacer referencia a la iglesia, ilustra perfectamenteestehecho. Estasimgenesfundamentalesdelaiglesiasonalmismotiemporeferencias no figuradas, geogrficas, mdicas yarquitectnicas. Lomismopuedeafirmarsedeunvocablotalcomo redencin, que puede referirse tanto a la realidad histricadelaliberacindeladominacinegipciaoalamanumisinconcretadeunesclavo, comoatodoloqueDioshahechoenJesucristo para liberar al hombre de la opresin a la que lo sujetanlos poderes del mal.Enel NuevoTestamentoconstatamos quese asignaciertaprioridad al uso de imgenes. Palabras que tienen connotacionesconcretasevidentesaparecencargadasdeunsignificadofigu-rado, al puntoqueel usono-figuradodel vocabloquedacasitotalmentefueradeconsideracin. Imgenestalescomo las deadopcin y filiacin ilustran esta tendencia. Este hecho contrasta,por supuesto, con la marcada predileccin por los trminos con-cretos cuyos significados podan ser ms fcilmente definidos enforma racional que manifiestan, por ejemplo, el racionalismo delsiglo XIX y la ortodoxia protestante.La tarea de distinguir en forma precisa entre un uso figurado yuno no-figurado del lenguaje es difcil. La palabra templo ilustraeste punto. El vocablo puedereferirse por un lado a un edificioespecfico en un cierto tiempo yen un detenninado lugar, pero a16INTRODUCCION UNA APROXIMACION EVANGELICARADICAL17yGrecia. Ya desdelosprimeros tiemposde lacomunidadpri-mitivadeJerusaln, los apstoles empezaronabuscaryusarimgenesparacomunicar yexplicarestarealidadquehabanvivenciado. Tomaron estas imgenes del Antiguo Testamento y,delamismaformaenquelohabahechoJess, adaptaronelAntiguo Testamento y sus imgenes a las realidades de su propiomensaje. Enestecontextosurgiunaseriedemotivos(temasfundamentales) queayudaranalosnuevosdiscpulosacom-prender el significado de la tarea mesinica de Jess, y especial-mente el de sus sufrimientos y muerte.Imgenes de la obra salvadora de CristoMsquedefinir queslaiglesia a travs deafirmacionesdogmticas, el Nuevo Testamento describe a la iglesia a travs deuna serie de imgenes complementarias que, tomadas en conjun-to, expresan con notable detalle su naturaleza ymisin (d. Minear,1960: 11-27).De manera similar aparece descripta en el Nuevo Testamentola obra expiatoria de Cristo. Antes que ofrecer simplemente defi-niciones dogmticas formales, los escritores del Nuevo Testamen-toemplearonunaseriedeimgenes(figuras)paradescribir laobra salvadora de Cristo e interpretar su significado. Mientras quelos lectores occidentales modernos tienden a preferir definicionesliterales yteorasconvincentes queclarifiquen su comprensindel problema, el enfoque bblico no es as.El modo de pensar que es caracterstico del Nuevo Testamentoest dominado por las figuras, analogas e imgenes, ms que porla mera prosa. Ms an, el uso que el Nuevo Testamento hace delas imgenes est slidamente enraizadoenlahistoria delacomunidad creyente. Los escritores del Nuevo Testamento vuel-ven permanentemente al Antiguo, en busca de imgenes que lesayuden a comunicar sucomprensin de la obra de Cristo en elcontexto del desarrollo de la historia de la salvacin del pueblo deDios.Los trminos imagen y metfora no son usados aqu como alter-nativas al significadoliteral oreal de laobrade Cristo. Lostrminosencuestinnohacenreferencia, por cierto, aqueloscreyentes hayan inventado fantasaalguna. Con la palabra ima-gen queremos referimos a trminos o conceptos cuyos significa-dos noseagotanenel merosentidoliteral del vocablo. Lasdescripciones neotestamentarias de la obra de Cristo en trminosdesufrimiento vicario, sacrificio, conflictoyvictoria, rescateyredencin oliberacin, reconciliacin, o justificacin, deberan servistascomo figurasqueiluminan,transmiten y apuntan aunarealidad que trasciende a los trminos mismos. Ningn trminoaislado (ni ninguna combinacin de trminos) es capaz de ence-rrar y expresar en forma plena el significado de la obra expiatoriade Cristo.Detodasmaneras, siemprequedaralgunaambigedadennuestradefinicindeimagen. Cuandopedimos unadefinicinabsolutamenteclaradeesteconcepto, estamosasumiendoenrealidad que el Nuevo Testamento se interesa por distinguir conprecisin entre un uso figurado y uno no-figurado de los tnni-nos. Sin embargo, esta distincin es ajena al Nuevo Testamento.El uso de imgenes tales como la de la dispora, la circuncisin oel templo para hacer referencia a la iglesia, ilustra perfectamenteestehecho. Estasimgenesfundamentalesdelaiglesiasonalmismotiemporeferencias no figuradas, geogrficas, mdicas yarquitectnicas. Lomismopuedeafirmarsedeunvocablotalcomo redencin, que puede referirse tanto a la realidad histricadelaliberacindeladominacinegipciaoalamanumisinconcretadeunesclavo, comoatodoloqueDioshahechoenJesucristo para liberar al hombre de la opresin a la que lo sujetanlos poderes del mal.Enel NuevoTestamentoconstatamos quese asignaciertaprioridad al uso de imgenes. Palabras que tienen connotacionesconcretasevidentesaparecencargadasdeunsignificadofigu-rado, al puntoqueel usono-figuradodel vocabloquedacasitotalmentefueradeconsideracin. Imgenestalescomo las deadopcin y filiacin ilustran esta tendencia. Este hecho contrasta,por supuesto, con la marcada predileccin por los trminos con-cretos cuyos significados podan ser ms fcilmente definidos enforma racional que manifiestan, por ejemplo, el racionalismo delsiglo XIX y la ortodoxia protestante.La tarea de distinguir en forma precisa entre un uso figurado yuno no-figurado del lenguaje es difcil. La palabra templo ilustraeste punto. El vocablo puedereferirse por un lado a un edificioespecfico en un cierto tiempo yen un detenninado lugar, pero a18INTRODUCCION UNAAPROXIMACION EVANGELICA RADICAL19la vez puede hacer referencia a aquellas relaciones divino-huma-nas que caracterizan al pueblo de Dios. El significado concreto yel figurado son interdependientes, y ambos se enriquecen mutua-mente. Por tanto, resulta intil insistir en la separacin de ambasdimensiones del trmino. Ms an, puede ocurrir que imgenesconsideradasvitales poseanunaconnotacinconcretamuchoms marcada que lo que se pens al concebirlas al principio y, ala inversa, que determinados trminos, aparentemente dotadosen forma casi exclusiva de un significado literal, sean portadoresde una rica carga figurada. Puede darse validez, en consecuencia,al amplio espectro de significados transmitidos por las distintasmetforas que se aplican a la muerte de Cristo y a los beneficiosque de ella se derivan, sin por ello subestimar las connotacionesliterales de estas imgenes.La tendencia a insistir en que los trminos son o bien metafri-cos o bien ontolgicos, introduce una polmica que es extraa alosmodosdeexpresinbblicos, yque respondemsbienapresupuestos filosficosmodernos, en nuestra comprensin delas confesiones neotestamentarias referidas a la muerte y resurrec-cin de Cristo.La redencin, por ejemplo, hace referencia a un evento histri-co, observable, concreto, en la vida del pueblo de Dios. Pero estambin una imagen, en la medida en que apunta a una relacinrestaurada con Dios que no es visible en el anterior sentido hist-rico. Cuando los escritores del Nuevo Testamento aplicaron esteconcepto al significado de la muerte de Cristo, sacaron a relucirtodo el poder figurado de la imagen. La metfora de la redencinincluye, por cierto, tanto los aspectos literales como los aspectosfigurados de la obra salvadora de Cristo.Del mismo modo, la reconciliacin es una realidad concreta atravs de la cual se restauran relaciones entre grupos humanosque estn separados o enemistados entre s. Reconciliar significaliteralmenteconvocardenuevoalagenteaqueserenaenasamblea, lo cual apunta sin duda a la reconstitucin de relacionessociales quebradas ointerrumpidas. Perola reconciliacinestambin una imagen, en la medida que su significado trasciendeelmbito de larealidadconcreta y observable. Se refiere igual-mente a una relacin restaurada con Dios que no es visible desdeuna perspectiva estrictamente histrica. En cuanto accinsalvficade Dios en Cristo, la imagen de la reconciliacin sobrepasa loslmites que separan el uso puramente metafrico del exclusiva-mente literal, e incluye aambosenel proceso de interpretar ycomprender la obra de Cristo.Cules son las funciones especficas que cumplenlas imgenesen la comunicacin del significado de la muerte y resurreccin deCristo?Primero, el generalmente posee la habili-dad de comUnIcar una realidad con mayor poder (e imaginacin)queel merolenguajeliteral. Estoesaplicablealasimgenesusadas. por neotestamentariosparainterpretar ycomUnIcar el sIgnIfIcado de la obra salvadora de Cristo.Segundo, las imgenes son tambin tiles cuando se trata decomprender una realidad que, por sus caractersticas, no se prestaaen trminos de evaluacin y observacin puramente queseproducenapartir delaaCCIn de fuerzashacen. necesario el lenguaje figurado, yaque hayque comunIcaruna reahdad que es en esencia unmisterio.El pueblo de Dios ha usado imgenes para interpretar- y comuni-car la actividad salvadora de Dios.Tercero, lascontribuyen tambin en forma poderosa la comprensIn que tiene de s mismo el pueblo de Dios. Lasusadas enel NuevoTestamentoparainterpretarycomUnIcar obra de .Cristo, son factores de gran poderen la del sentido de Identidad de la iglesia. Saber que SIdo hberados, perdonados, redimidos, reconciliados, jus-tIlcados y adoptados en la familia de Dios, es fundamento esen-cial paraunapercepcinadecuadayunaafirmacinsanaden,uestra Estas imgenes tienen sus rafees en la experien-aa de la hIstona de la salvacin. Cuando la experiencia autnticadesaparece, las imgenes tienden a perder significado. Por otrolado,un instrumento vigoroso para convocar al pue-blo de DIOS a volver permanentemente a sus rafees es decir a lavida, muerte y resurreccin del Hijo de Dios. ' ,No hay duda de que las imgenes cumplen todas estas funcio-nes mucho ms eficazmente que los meros enunciados dogmti-cos formales. de imgenes usadas para comprenderla obra de Cnsto es esencIal. La comunidad apostlica mantena todas ellas en una permanente relacin de complementacin: nomtentaba redu.cirlas a una nica teora o afirmacin dogmtica. Elvalor de cada Imagen depende de sus relaciones con el conjunto18INTRODUCCION UNAAPROXIMACION EVANGELICA RADICAL19la vez puede hacer referencia a aquellas relaciones divino-huma-nas que caracterizan al pueblo de Dios. El significado concreto yel figurado son interdependientes, y ambos se enriquecen mutua-mente. Por tanto, resulta intil insistir en la separacin de ambasdimensiones del trmino. Ms an, puede ocurrir que imgenesconsideradasvitales poseanunaconnotacinconcretamuchoms marcada que lo que se pens al concebirlas al principio y, ala inversa, que determinados trminos, aparentemente dotadosen forma casi exclusiva de un significado literal, sean portadoresde una rica carga figurada. Puede darse validez, en consecuencia,al amplio espectro de significados transmitidos por las distintasmetforas que se aplican a la muerte de Cristo y a los beneficiosque de ella se derivan, sin por ello subestimar las connotacionesliterales de estas imgenes.La tendencia a insistir en que los trminos son o bien metafri-cos o bien ontolgicos, introduce una polmica que es extraa alosmodosdeexpresinbblicos, yque respondemsbienapresupuestos filosficosmodernos, en nuestra comprensin delas confesiones neotestamentarias referidas a la muerte y resurrec-cin de Cristo.La redencin, por ejemplo, hace referencia a un evento histri-co, observable, concreto, en la vida del pueblo de Dios. Pero estambin una imagen, en la medida en que apunta a una relacinrestaurada con Dios que no es visible en el anterior sentido hist-rico. Cuando los escritores del Nuevo Testamento aplicaron esteconcepto al significado de la muerte de Cristo, sacaron a relucirtodo el poder figurado de la imagen. La metfora de la redencinincluye, por cierto, tanto los aspectos literales como los aspectosfigurados de la obra salvadora de Cristo.Del mismo modo, la reconciliacin es una realidad concreta atravs de la cual se restauran relaciones entre grupos humanosque estn separados o enemistados entre s. Reconciliar significaliteralmenteconvocardenuevoalagenteaqueserenaenasamblea, lo cual apunta sin duda a la reconstitucin de relacionessociales quebradas ointerrumpidas. Perola reconciliacinestambin una imagen, en la medida que su significado trasciendeelmbito de larealidadconcreta y observable. Se refiere igual-mente a una relacin restaurada con Dios que no es visible desdeuna perspectiva estrictamente histrica. En cuanto accinsalvficade Dios en Cristo, la imagen de la reconciliacin sobrepasa loslmites que separan el uso puramente metafrico del exclusiva-mente literal, e incluye aambosenel proceso de interpretar ycomprender la obra de Cristo.Cules son las funciones especficas que cumplenlas imgenesen la comunicacin del significado de la muerte y resurreccin deCristo?Primero, el generalmente posee la habili-dad de comUnIcar una realidad con mayor poder (e imaginacin)queel merolenguajeliteral. Estoesaplicablealasimgenesusadas. por neotestamentariosparainterpretar ycomUnIcar el sIgnIfIcado de la obra salvadora de Cristo.Segundo, las imgenes son tambin tiles cuando se trata decomprender una realidad que, por sus caractersticas, no se prestaaen trminos de evaluacin y observacin puramente queseproducenapartir delaaCCIn de fuerzashacen. necesario el lenguaje figurado, yaque hayque comunIcaruna reahdad que es en esencia unmisterio.El pueblo de Dios ha usado imgenes para interpretar- y comuni-car la actividad salvadora de Dios.Tercero, lascontribuyen tambin en forma poderosa la comprensIn que tiene de s mismo el pueblo de Dios. Lasusadas enel NuevoTestamentoparainterpretarycomUnIcar obra de .Cristo, son factores de gran poderen la del sentido de Identidad de la iglesia. Saber que SIdo hberados, perdonados, redimidos, reconciliados, jus-tIlcados y adoptados en la familia de Dios, es fundamento esen-cial paraunapercepcinadecuadayunaafirmacinsanaden,uestra Estas imgenes tienen sus rafees en la experien-aa de la hIstona de la salvacin. Cuando la experiencia autnticadesaparece, las imgenes tienden a perder significado. Por otrolado,un instrumento vigoroso para convocar al pue-blo de DIOS a volver permanentemente a sus rafees es decir a lavida, muerte y resurreccin del Hijo de Dios. ' ,No hay duda de que las imgenes cumplen todas estas funcio-nes mucho ms eficazmente que los meros enunciados dogmti-cos formales. de imgenes usadas para comprenderla obra de Cnsto es esencIal. La comunidad apostlica mantena todas ellas en una permanente relacin de complementacin: nomtentaba redu.cirlas a una nica teora o afirmacin dogmtica. Elvalor de cada Imagen depende de sus relaciones con el conjunto18INTRODUCCION UNAAPROXIMACION EVANGELICA RADICAL19la vez puede hacer referencia a aquellas relaciones divino-huma-nas que caracterizan al pueblo de Dios. El significado concreto yel figurado son interdependientes, y ambos se enriquecen mutua-mente. Por tanto, resulta intil insistir en la separacin de ambasdimensiones del trmino. Ms an, puede ocurrir que imgenesconsideradasvitales poseanunaconnotacinconcretamuchoms marcada que lo que se pens al concebirlas al principio y, ala inversa, que determinados trminos, aparentemente dotadosen forma casi exclusiva de un significado literal, sean portadoresde una rica carga figurada. Puede darse validez, en consecuencia,al amplio espectro de significados transmitidos por las distintasmetforas que se aplican a la muerte de Cristo y a los beneficiosque de ella se derivan, sin por ello subestimar las connotacionesliterales de estas imgenes.La tendencia a insistir en que los trminos son o bien metafri-cos o bien ontolgicos, introduce una polmica que es extraa alosmodosdeexpresinbblicos, yque respondemsbienapresupuestos filosficosmodernos, en nuestra comprensin delas confesiones neotestamentarias referidas a la muerte y resurrec-cin de Cristo.La redencin, por ejemplo, hace referencia a un evento histri-co, observable, concreto, en la vida del pueblo de Dios. Pero estambin una imagen, en la medida en que apunta a una relacinrestaurada con Dios que no es visible en el anterior sentido hist-rico. Cuando los escritores del Nuevo Testamento aplicaron esteconcepto al significado de la muerte de Cristo, sacaron a relucirtodo el poder figurado de la imagen. La metfora de la redencinincluye, por cierto, tanto los aspectos literales como los aspectosfigurados de la obra salvadora de Cristo.Del mismo modo, la reconciliacin es una realidad concreta atravs de la cual se restauran relaciones entre grupos humanosque estn separados o enemistados entre s. Reconciliar significaliteralmenteconvocardenuevoalagenteaqueserenaenasamblea, lo cual apunta sin duda a la reconstitucin de relacionessociales quebradas ointerrumpidas. Perola reconciliacinestambin una imagen, en la medida que su significado trasciendeelmbito de larealidadconcreta y observable. Se refiere igual-mente a una relacin restaurada con Dios que no es visible desdeuna perspectiva estrictamente histrica. En cuanto accinsalvficade Dios en Cristo, la imagen de la reconciliacin sobrepasa loslmites que separan el uso puramente metafrico del exclusiva-mente literal, e incluye aambosenel proceso de interpretar ycomprender la obra de Cristo.Cules son las funciones especficas que cumplenlas imgenesen la comunicacin del significado de la muerte y resurreccin deCristo?Primero, el generalmente posee la habili-dad de comUnIcar una realidad con mayor poder (e imaginacin)queel merolenguajeliteral. Estoesaplicablealasimgenesusadas. por neotestamentariosparainterpretar ycomUnIcar el sIgnIfIcado de la obra salvadora de Cristo.Segundo, las imgenes son tambin tiles cuando se trata decomprender una realidad que, por sus caractersticas, no se prestaaen trminos de evaluacin y observacin puramente queseproducenapartir delaaCCIn de fuerzashacen. necesario el lenguaje figurado, yaque hayque comunIcaruna reahdad que es en esencia unmisterio.El pueblo de Dios ha usado imgenes para interpretar- y comuni-car la actividad salvadora de Dios.Tercero, lascontribuyen tambin en forma poderosa la comprensIn que tiene de s mismo el pueblo de Dios. Lasusadas enel NuevoTestamentoparainterpretarycomUnIcar obra de .Cristo, son factores de gran poderen la del sentido de Identidad de la iglesia. Saber que SIdo hberados, perdonados, redimidos, reconciliados, jus-tIlcados y adoptados en la familia de Dios, es fundamento esen-cial paraunapercepcinadecuadayunaafirmacinsanaden,uestra Estas imgenes tienen sus rafees en la experien-aa de la hIstona de la salvacin. Cuando la experiencia autnticadesaparece, las imgenes tienden a perder significado. Por otrolado,un instrumento vigoroso para convocar al pue-blo de DIOS a volver permanentemente a sus rafees es decir a lavida, muerte y resurreccin del Hijo de Dios. ' ,No hay duda de que las imgenes cumplen todas estas funcio-nes mucho ms eficazmente que los meros enunciados dogmti-cos formales. de imgenes usadas para comprenderla obra de Cnsto es esencIal. La comunidad apostlica mantena todas ellas en una permanente relacin de complementacin: nomtentaba redu.cirlas a una nica teora o afirmacin dogmtica. Elvalor de cada Imagen depende de sus relaciones con el conjunto20INTRODUCCIONUNA APROXIMACION EVANGEL/CA RADICAL21de todas ellas. En la medida en que se las ha mantenido unidas, yse las ha interpretado como una totalidad, han sido capaces decomunicar poderosamenteel significadodelamuerteydelaresurreccin de Cristo.Por el contrario, cuando se las ha separado de una experienciaautntica delaobra salvadora deCristo, se han convertido enmeros espejos para la contemplacin propia o en parmetros frospara la determinacin de qu es ortodoxo. Esta separacin les haquitado fuerza. Pero cuando se las relaciona correctamente, noscapacitanparapercibirel misteriodel significadodelavida,muerte y resurreccin de Cristo, ya relacionar esa percepcin connuestra propia vida misionera. Estas imgenes continaninter-pelando poderosamente a la iglesia, llamndola en forma renova-da a andar por caminos de fidelidad.Conflicto, victoria y liberacinUna primera metfora que la iglesia primitiva usaba para ex-plicar la obra de Cristo era el tema conflicto-victoria-liberacin.Esta imagen, como se observa en los Evangelios, est enraizadaen lasexperienciasmstempranasdelosapstolescon Jess.Debemosreconocer quesetrata deunconflictoy unavictoriareales; por tanto, cuando nos referimos a este tema en trminos deimagen o metfora, no estamos intentando restarle realidad con-creta sino ms bien ampliar su significado mediante la incorpora-cin de ciertas dimensiones que no surgen a primera vista. Jessmismo entendi su tarea mesinica en trminos de conflicto. Suministerio comenz con la tentacin: de entrada tuvo que afrontarel conflicto con el enemigo. Yluego, el tema reaparece de maneraprominente a travs de los Evangelios.Esta imagen tambin tiene sus races en el Antiguo Testamento.El tema del tremendo conflicto entre Dios, que acta en favor desu pueblo, y los poderes del mal, que esclavizan al ser humano,puede ser rastreado desde la experiencia de liberacin de Egiptohasta los profetas posteriores al exilio. La victoria de Cristo sobrelos principados y potestades est en el centro mismo de una de lasconfesiones cristianas ms antiguas (Fil. 2.9-11). Esta es, precisa-mente, la tradicin que Pablo desarroll hasta constituirla en unade las metforas principales que ayudan a comprender la obra deCristo. Esta imagen probablemente interpelaba tanto a cristianosgentilescomoaaquellosdetrasfondojudo, locual explicaelhecho de que mantuviera su popularidad en el perodo posterioral apostlico de la historia de la iglesia.El sufrimiento vicarioLa figuradelsiervo sufrientetomada delprofeta Isaas fue,probablemente, la imagen ms temprana utilizada por los aps-toles en supredicaci9n (Daly, 1978:56-57). Estoresulta natural,dado que ellos recordaban que el propio Jess haba entendido sutarea mesinica y sus sufrimientos en estos trminos. Esta met-forapredomina en los himnos cristianos ms antiguos(Fil.2.7;1 P. 2.21-25) yes el motivo cristolgico dominante en la predica-cin apostlica ms temprana (Hch. 3.13,26; 4.27, 30). Adems,ta!1to elcontenido teolgicocomo laterminologapara la institucin de la Cena del Seor., El hecho de 9ue sean los Evangelios los que contienen la mayo-n.a de los pasajes en que se apela a esta imagen para describir laVida y muerte de Jess, parece sugerir dos cuestiones. Primero,sta era la forma principal en que Jess mismo entenda su misincomo Mesas. Segundo, la imagen era esencial en el contexto de laiglesia apostlica, an bien avanzada la segunda generacin delmovimiento. Esta observacin asume como verdadera la tesis deq.ue losreflejan fielmenteel contenido de la predica-an apostlica, y de que fueronescritos para ser ledos por losconversos de la misin a los gentiles en el perodo que va desdela quinta hasta la sptima dcada del primer siglo.En los Evangelios se introduce e identifica la tarea mesinica deJess por medio de referencias a los cantos del Siervo, del profetaIsaas. Estos incluyen su envo a travs del bautismo (Mt. 3.17), suanuncio delprograma mesinico(Lc. 4.18-22), su ministerio desanidades y exorcismos (Mt. 8.16-17), Ysus al usiones al sufrimi en-to y la muerte que se aproximaban (Mr. 10.45; 14.24). El tema delCordero de Dios, tan importante en los escritos juaninos, tiene sinduda su fuente principal en el poema del Siervo de Isaas 53.Imgenes arquetpicasVarias imgenes arquetpicas son aplicadas aJess en el NuevoTestamento, entre otras: hombre genrico,2precursor y primog-2. Aqu el originaldice literalmentepionero en la lnea de la versininglesa de la Biblia que utiliza el autor (N. del T.).20INTRODUCCIONUNA APROXIMACION EVANGEL/CA RADICAL21de todas ellas. En la medida en que se las ha mantenido unidas, yse las ha interpretado como una totalidad, han sido capaces decomunicar poderosamenteel significadodelamuerteydelaresurreccin de Cristo.Por el contrario, cuando se las ha separado de una experienciaautntica delaobra salvadora deCristo, se han convertido enmeros espejos para la contemplacin propia o en parmetros frospara la determinacin de qu es ortodoxo. Esta separacin les haquitado fuerza. Pero cuando se las relaciona correctamente, noscapacitanparapercibirel misteriodel significadodelavida,muerte y resurreccin de Cristo, ya relacionar esa percepcin connuestra propia vida misionera. Estas imgenes continaninter-pelando poderosamente a la iglesia, llamndola en forma renova-da a andar por caminos de fidelidad.Conflicto, victoria y liberacinUna primera metfora que la iglesia primitiva usaba para ex-plicar la obra de Cristo era el tema conflicto-victoria-liberacin.Esta imagen, como se observa en los Evangelios, est enraizadaen lasexperienciasmstempranasdelosapstolescon Jess.Debemosreconocer quesetrata deunconflictoy unavictoriareales; por tanto, cuando nos referimos a este tema en trminos deimagen o metfora, no estamos intentando restarle realidad con-creta sino ms bien ampliar su significado mediante la incorpora-cin de ciertas dimensiones que no surgen a primera vista. Jessmismo entendi su tarea mesinica en trminos de conflicto. Suministerio comenz con la tentacin: de entrada tuvo que afrontarel conflicto con el enemigo. Yluego, el tema reaparece de maneraprominente a travs de los Evangelios.Esta imagen tambin tiene sus races en el Antiguo Testamento.El tema del tremendo conflicto entre Dios, que acta en favor desu pueblo, y los poderes del mal, que esclavizan al ser humano,puede ser rastreado desde la experiencia de liberacin de Egiptohasta los profetas posteriores al exilio. La victoria de Cristo sobrelos principados y potestades est en el centro mismo de una de lasconfesiones cristianas ms antiguas (Fil. 2.9-11). Esta es, precisa-mente, la tradicin que Pablo desarroll hasta constituirla en unade las metforas principales que ayudan a comprender la obra deCristo. Esta imagen probablemente interpelaba tanto a cristianosgentilescomoaaquellosdetrasfondojudo, locual explicaelhecho de que mantuviera su popularidad en el perodo posterioral apostlico de la historia de la iglesia.El sufrimiento vicarioLa figuradelsiervo sufrientetomada delprofeta Isaas fue,probablemente, la imagen ms temprana utilizada por los aps-toles en supredicaci9n (Daly, 1978:56-57). Estoresulta natural,dado que ellos recordaban que el propio Jess haba entendido sutarea mesinica y sus sufrimientos en estos trminos. Esta met-forapredomina en los himnos cristianos ms antiguos(Fil.2.7;1 P. 2.21-25) yes el motivo cristolgico dominante en la predica-cin apostlica ms temprana (Hch. 3.13,26; 4.27, 30). Adems,ta!1to elcontenido teolgicocomo laterminologapara la institucin de la Cena del Seor., El hecho de 9ue sean los Evangelios los que contienen la mayo-n.a de los pasajes en que se apela a esta imagen para describir laVida y muerte de Jess, parece sugerir dos cuestiones. Primero,sta era la forma principal en que Jess mismo entenda su misincomo Mesas. Segundo, la imagen era esencial en el contexto de laiglesia apostlica, an bien avanzada la segunda generacin delmovimiento. Esta observacin asume como verdadera la tesis deq.ue losreflejan fielmenteel contenido de la predica-an apostlica, y de que fueronescritos para ser ledos por losconversos de la misin a los gentiles en el perodo que va desdela quinta hasta la sptima dcada del primer siglo.En los Evangelios se introduce e identifica la tarea mesinica deJess por medio de referencias a los cantos del Siervo, del profetaIsaas. Estos incluyen su envo a travs del bautismo (Mt. 3.17), suanuncio delprograma mesinico(Lc. 4.18-22), su ministerio desanidades y exorcismos (Mt. 8.16-17), Ysus al usiones al sufrimi en-to y la muerte que se aproximaban (Mr. 10.45; 14.24). El tema delCordero de Dios, tan importante en los escritos juaninos, tiene sinduda su fuente principal en el poema del Siervo de Isaas 53.Imgenes arquetpicasVarias imgenes arquetpicas son aplicadas aJess en el NuevoTestamento, entre otras: hombre genrico,2precursor y primog-2. Aqu el originaldice literalmentepionero en la lnea de la versininglesa de la Biblia que utiliza el autor (N. del T.).20INTRODUCCIONUNA APROXIMACION EVANGEL/CA RADICAL21de todas ellas. En la medida en que se las ha mantenido unidas, yse las ha interpretado como una totalidad, han sido capaces decomunicar poderosamenteel significadodelamuerteydelaresurreccin de Cristo.Por el contrario, cuando se las ha separado de una experienciaautntica delaobra salvadora deCristo, se han convertido enmeros espejos para la contemplacin propia o en parmetros frospara la determinacin de qu es ortodoxo. Esta separacin les haquitado fuerza. Pero cuando se las relaciona correctamente, noscapacitanparapercibirel misteriodel significadodelavida,muerte y resurreccin de Cristo, ya relacionar esa percepcin connuestra propia vida misionera. Estas imgenes continaninter-pelando poderosamente a la iglesia, llamndola en forma renova-da a andar por caminos de fidelidad.Conflicto, victoria y liberacinUna primera metfora que la iglesia primitiva usaba para ex-plicar la obra de Cristo era el tema conflicto-victoria-liberacin.Esta imagen, como se observa en los Evangelios, est enraizadaen lasexperienciasmstempranasdelosapstolescon Jess.Debemosreconocer quesetrata deunconflictoy unavictoriareales; por tanto, cuando nos referimos a este tema en trminos deimagen o metfora, no estamos intentando restarle realidad con-creta sino ms bien ampliar su significado mediante la incorpora-cin de ciertas dimensiones que no surgen a primera vista. Jessmismo entendi su tarea mesinica en trminos de conflicto. Suministerio comenz con la tentacin: de entrada tuvo que afrontarel conflicto con el enemigo. Yluego, el tema reaparece de maneraprominente a travs de los Evangelios.Esta imagen tambin tiene sus races en el Antiguo Testamento.El tema del tremendo conflicto entre Dios, que acta en favor desu pueblo, y los poderes del mal, que esclavizan al ser humano,puede ser rastreado desde la experiencia de liberacin de Egiptohasta los profetas posteriores al exilio. La victoria de Cristo sobrelos principados y potestades est en el centro mismo de una de lasconfesiones cristianas ms antiguas (Fil. 2.9-11). Esta es, precisa-mente, la tradicin que Pablo desarroll hasta constituirla en unade las metforas principales que ayudan a comprender la obra deCristo. Esta imagen probablemente interpelaba tanto a cristianosgentilescomoaaquellosdetrasfondojudo, locual explicaelhecho de que mantuviera su popularidad en el perodo posterioral apostlico de la historia de la iglesia.El sufrimiento vicarioLa figuradelsiervo sufrientetomada delprofeta Isaas fue,probablemente, la imagen ms temprana utilizada por los aps-toles en supredicaci9n (Daly, 1978:56-57). Estoresulta natural,dado que ellos recordaban que el propio Jess haba entendido sutarea mesinica y sus sufrimientos en estos trminos. Esta met-forapredomina en los himnos cristianos ms antiguos(Fil.2.7;1 P. 2.21-25) yes el motivo cristolgico dominante en la predica-cin apostlica ms temprana (Hch. 3.13,26; 4.27, 30). Adems,ta!1to elcontenido teolgicocomo laterminologapara la institucin de la Cena del Seor., El hecho de 9ue sean los Evangelios los que contienen la mayo-n.a de los pasajes en que se apela a esta imagen para describir laVida y muerte de Jess, parece sugerir dos cuestiones. Primero,sta era la forma principal en que Jess mismo entenda su misincomo Mesas. Segundo, la imagen era esencial en el contexto de laiglesia apostlica, an bien avanzada la segunda generacin delmovimiento. Esta observacin asume como verdadera la tesis deq.ue losreflejan fielmenteel contenido de la predica-an apostlica, y de que fueronescritos para ser ledos por losconversos de la misin a los gentiles en el perodo que va desdela quinta hasta la sptima dcada del primer siglo.En los Evangelios se introduce e identifica la tarea mesinica deJess por medio de referencias a los cantos del Siervo, del profetaIsaas. Estos incluyen su envo a travs del bautismo (Mt. 3.17), suanuncio delprograma mesinico(Lc. 4.18-22), su ministerio desanidades y exorcismos (Mt. 8.16-17), Ysus al usiones al sufrimi en-to y la muerte que se aproximaban (Mr. 10.45; 14.24). El tema delCordero de Dios, tan importante en los escritos juaninos, tiene sinduda su fuente principal en el poema del Siervo de Isaas 53.Imgenes arquetpicasVarias imgenes arquetpicas son aplicadas aJess en el NuevoTestamento, entre otras: hombre genrico,2precursor y primog-2. Aqu el originaldice literalmentepionero en la lnea de la versininglesa de la Biblia que utiliza el autor (N. del T.).22INTRODUCCIONUNA APROXIMACION EVANGELICARADICAL23nito.Aunque en lo que se refiere a la frecuencia de su uso estosttulos cristolgicos son relativamente secundarios, estn, en susrespectivos contextos, asociados de manera estrecha a referenciasa lamuertedeCristo, ycontribuyende unmodosustancialanuestra comprensi6n de la obra de Cristo.EnRomanos 5.12-21 y1Corintios 15.20-22, 45-49, sehacemenci6n de Jess como el nico hombre o el postrer Adn.Detrs de esta visin de Cristo como el Hombre que representa ala humanidadtoda,est el concepto hebreo de la personalidadcorporativa. Desde esta perspectiva se interpreta a Cristo como elportador del destino de la humanidad. El papel de representanteque Jess cumple como nuevo Adn incluye su muerte vicaria enobediencia incondicionala la voluntaddel Padre, muerte en lacual tambin nosotros participamos. Jess funciona como repre-sentante tambinensu resurreccin. La humanidad redimidaserfinalmente transformada conforme a su imagen. Cristo, el Repre-sentante,crea atravsdesu muerteyresurrecci6n unanuevahumanidad que constituye una nueva realidad social, una comu-nidadreconciliada yreconciliadora(Ef. 2.11-22). La muertedeJess es una muerte representativa. Esta imagen es particularmen-te til para entender en qu sentido Jess ha muerto por noso-tros. A este respecto, puedeafirmarsequeel sufrimiento y lamuerte de Jess no han ocurrido en lugar de los nuestros, sino quems biensonrepresentativosyconstituyenunpatrnal cualdebemosajustamos. De modoquelamuertede Jessreclamanuestra muerte, la muerte de la vieja humanidad, y la resurrecci6nde Cristo es el comienzo de una nueva humanidad.La palabra griega archegs, traducida como autor, jefe3e inicia-dor,4 aparece cuatro veces en el Nuevo Testamento; en todos loscasosserefierea Jess y suobrasalvadora(Hch. 3.15; 5.30-31;He. 2.9-10; 12.2). En cuanto archegs, Jess era reconocido como ellder fundador del reino en el cual la comunidad primitiva tenasu ciudadana. A travs de su obediencia hastala muerteportodos, Jess se transform en el creador de una nueva familia de3. La traduccin y reconciliacin en elNuevo Testamento pertenecen a una familia de palabras griegasque tienen bsicamente el significado de alteraD>, cambiar, eincluso intercambiar (Bchsel, 1964:251-54). En el Nuevo Testa-mento/ esta terminologa describe el acto por el cual se remuevela enemistad y se establece amistady paz. El resultado de esteevento es un vnculo de unidad. De hecho, la versin KingJamesde la Biblia en ingls traduce katallagcomo at-one-ment (unifi-cacin) en Romanos 5.11.2Sin embargo, en vista del significado que atonement ha idoadquiriendocon el tiempo, yqueantienehoy, resultaprc-ticamenteimposibleapelaraestetrminocomosinnimodereconciliacin para tratar de interpretar el significado de la obrade Cristo. Reconciliar significa volver a reunir a los seres huma-nos/ hacer quese encuentrennuevamente.Elverbo inglstoatonesignificabaoriginalmentereconciliar; sinembargo, hoyhaadquiridoel sentidodeexpiar, einclusodepropiciar. Toatonetransmitelaideadeque, atravs del sufrimiento, selograquealgoincorrectosetornecorrecto. Estenoes, cierta-mente/ el significado del trmino que en la Biblia se traduce comoreconciliar.En su uso bsico neotestamentario, esta terminologa apunta ala restauracin de relaciones con Dios y con otros: notemos, porejemplo, cmo judos y gentiles se reconcilian entre s y con Dios,todos en un mismo cuerpo(Ef. 2.16)/por mediodela obra deCristo. Apesar de que el empleo de los trminos es relativamentepoco frecuenteen elNuevo Testamento ---doce veces en cincopasajes-,estamosen presenciadeunacategorafundamentalpara entender la obra salvadora de Cristo. De hecho, durante elsiglo pasado, el trmino reconciliacin se haba convertido en unasuerte de categora abarcadora, bajo la cual quedaba subsumidatoda la soteriologa.2. Aqu Driver hace algunos comentarios sobre el significado de la palabrainglesa atonemenh>: por razones obvias, los reproducimos sin intentartraducir el vocablo. (N. del T.)Los trminos katallsso, apokatallsso y katallag no desempefia-ban un 'pape! enellareligiosidadgriegaohelenstica, mSiqUIera en relaCln con ntos cuya finalidad consis-taenpropiciar alasdeidadesoexpiar lospecados(Bchsel,1964:254). Esto se debe, sin duda, a que la relacin entre los diosesr .sereshumanosno caracterizada por esegradodepersonal que est implcito en esta terminologa.3En el Judasmo greco-parlante, el trmino traducido como serreconciliados ciertamente aparece, pero su empleo es infrecuen-te. Si, como resultado de la oracin, de la confesinde la conver-sin de los seres humanos desde una actitud de auna de obediencia, Dios abandona su ira y se vuelve nuevamentepropicio, entoncessedicequeDioshaquedadoreconciliado(Bchsel, 1964:254). En2Macabeos1.5leemos: Queescuchevu.estras splicas, (y) se reconcilie con vosotros; y ms adelante:51 esverdad que nuestro Seor que vive, est momentneamenteirritado para castigarnos y corregirnos, tambin se reconciliar denuevo con sus siervos(2 Macabeos 7.33; d. 5.20; 8.28-29). Esteverbo aparece tambin en los escritos de Josefa y de los rabinos,tantoen lavozactivacomoenlapasiva, conlossignificadoscorrespondientes de reconciliar y aplacar. Los trminos son apli-cados tanto a las relaciones entre los seres humanos como a losvnculos entre Dios y los hombres (Bchsel, 1964:254).el Nuevo Testamento, slo los escritos paulinos apelana esta para hacer referencia a las relaciones entre Dios y la Laactiva del verbo reconciliar aparece siemprehgada a Dios, mientras que la forma pasiva es aplicada exclusi-vamente a la humanidad (Bchsel, 1964:255).4Dios nos reconcilia,oreconcilia al mundo, consigomismo (2Ca. 5.18s.; Ef. 2.17;Col. 1.20/22). Estrictamente hablando, Dios no es reconciliadonise reconcilia a s mismo con nosotroso con el mundo. Dio; (oCristo/ enelapokatallssode Ef. 2.16 YCol. 1.22) es el sujetode la .reconcihaCln. humanos y el mundo constituyenel objetodelareconClhaCln. Sedicedenosotrosquesomos3. Tambin la visin de Dios como Abba, que la iglesia primitiva aprendide Jess, era un concepto aparentemente extrao tanto a los paganoscomo a los judos del primer siglo.4. Aqu el caso es similar al de hilskomai: la accin corresponde exclusiva-mente a Dios (d. captulo 8 de esta obra).202PRINClPALES IMAGENES BIBLICAS RECONClLIACION 203reconciliados conDios (Ro. 5.10) Yque recibimos la reconciliacin(Ro. 5.11). En un sentido, puede afinnarse que nos reconciliamosa nosotros mismos con Dios (2 Ca. 5.20). La reconciliacin no esvistacomounprocesoredproco, atravsdel cual laspartes,anterionnente enemigas, entablan amistad. En todo momento sepresupone la supremaca y la iniciativa de Dios.El tnnino katallssein no hace referencia a una relacin que esamoral o una ficcin legal. Denota, ms bien, una transfonnacino renovacin substancial de las relaciones entre Dios y los sereshumanos: por tanto, describe tambin una modificacin radicalen la situaci6n humana. El contexto para entender qu significaconcretamente la desde la perspectiva del NuevoTestamento es la nueva creacin (2 Ca. 5.17-18), esto es, la realidadsocial de un nuevo pueblo en el marco del nuevo orden de Dios.Sloenel contextodeestanuevarealidadpodemostenerlaautntica experiencia de la reconciliaci6n.En Romanos 5.10, la reconciliacin denota tambin la introduc-ci6n de una transfonnaci6n substancial. Los seres humanos, des-criptos como enemigos (5.10), dbiles, impos (5.6) y pecadores(5.8), son radicalmente transfonnados porque el amor de Diosha sido derramado en nuestros corazones por el Espritu Santoque nos fue dado (5.5). La reconciliaci6n pues no consiste mera-menteen uncambioanivel deladisposicininteriordelaspersonas, ni tampoco en un mejoramiento de su situaci6n legaldelante de Dios. Tiene que ver, ms bien, con una modificacinconcreta en cuanto al orden, esfera o mbito en el que viven, asfcomotambinconcambiosprofundosqueseproducenen laexperiencia particular de cada uno. Ms an, dado que desde lostiempos veterotestamentarios Dios se ha revelado como un Diosde gracia, resulta inadecuado afinnar que la reconciliaci6n impli-ca un cambio de actitud de parte de Dios (Bchsel, 1964:255).La obra de Cristo:la restauracin de relacionesLos contextos en los que se emplea la metfora de la reconcilia-ci6nestncaracterizadospor lapresenciadeimgenessacrifi-ciales y delconcepto delsufrimiento vicario, dedonderesultaevidente que reconciliaci6n es una categora esencial para inter-pretar la obra deCristo. Fuimosreconciliados con Dios por lamuerte de su Hijo(Ro. 5.10). Alquenoconoci pecado, pornosotros lo hizo recado (esto es, ofrenda o sacrificio por el peca-do)>> (2 Ca. 5.21). La epstola a los Efesios nos dice que vosotrosque en otro tiempo estabais lejos, habis sido hechos cercanos porla sangre de Cristo (2.13), y que la reconciliaci6n de ambos enun solo cuerpo con Dios tiene lugar mediante la cruz (2.16). EnColosenses 120, Pablo sostiene que la reconciliaci6n es paz alcan-zada mediante la sangre de su cruz.Resulta claro que en estos textos las palabras justificaci6n, untnnino legal de importancia primordial para entender la obra deCristo, y reconciliacin son en realidad conceptos paralelos (B-chsel, 1964:255). Al que no conoci6 pecado, por nosotros lo hizopecado, para que nosotros fusemos hechosjusticia de Dios enl,es decir, para que fusemos justificados (2 Ca. 5.21). Esta afinna-cinesparalelaaladereconciliamoscon Dios(2 Ca. 520).En Romanos 5 apareceel mismo paralelismo entre los versos 9y 10. El verbo traducidocontar pOI' o tomar en cuenta, quedesempefia un papel tan fundamental en la concepci6n paulinade la justificacin (Ro.4.3, 4, 5, 6, 8, 9, 10, 11, 23, 24), se utilizatambinen2Corintios5.19( (exagordzo) como paralelo de adopcin seala que aqunos encontramos con otra imagen para describir la obra redentora240PRINCIPALES lMAGENES BIBLICASde Cristo. En Efesios 1.5, Pablo subraya que la iniciativa divinaest fundadaen la gracia: en amor habindonos predestinadopor medio de Jesucristo.El uso del trminoAbbaendos de los cinco pasajes (Ro. 8.15-16;G. 4.6) es igualmente importante para nuestra comprensin delcarcter de la obra de Cristo. El vocablo indica la profunda inti-midad de la relacin con Dios, que resulta de la obra de Cristo. Sibien los escritores veterotestamentarios reconocan a Dios comop1dre (1 Cr. 17.13; Sal. 89.26; Is. 63.16; 64.8; Jer. 3.18; 31.9; Mal. 1.6;2.10), laimagennoaparececonmuchafrecuencia. Dehecho,J. Jeremias no ha encontrado evidencia alguna de que Abba fuerautilizado como un apelativo para Dios en el judasmo tempranode Palestina. Por tanto, el hecho de que Jess empleara el trminoseguramente sorprendi a sus contemporneos. Ms an, la aco-gida que el vocablo encontr en la comunidad cristiana primitiva(G. 4.6; Ro. 8.15b-16)indica que la espiritualidad de la iglesiaprstina tena sus races en la espiritualidad de Jess mismo.Paranuestros propsitos, esimportantedestacarqueAbbae"presala profundidad y la intimidad de la relacinfilial conDios,qlle alcanzamos por medio de la obra redentora de Cristo. EstaiDlagen es, en este sentido, mucho ms clara y rica que muchasde las otras imgenes con las que la iglesia ha intentado compren-der la obra de Cristo. Era una relacin proclamada y vivida porJess en medio de sucomunidad. Y ahoraponede manifiestotambinla relacin que los creyentes mantienen conDios, relacinque ha s\o pos\\)\\i'taa por \ao\)ra mesinicae Jess yquee ~ actualizada permanentemente por la presencia de su Espritu(I.lo. 8.23; G. 4.5).IMPLICACIONESCONTEMPORANEAS240PRINCIPALES lMAGENES BIBLICASde Cristo. En Efesios 1.5, Pablo subraya que la iniciativa divinaest fundadaen la gracia: en amor habindonos predestinadopor medio de Jesucristo.El uso del trminoAbbaendos de los cinco pasajes (Ro. 8.15-16;G. 4.6) es igualmente importante para nuestra comprensin delcarcter de la obra de Cristo. El vocablo indica la profunda inti-midad de la relacin con Dios, que resulta de la obra de Cristo. Sibien los escritores veterotestamentarios reconocan a Dios comop1dre (1 Cr. 17.13; Sal. 89.26; Is. 63.16; 64.8; Jer. 3.18; 31.9; Mal. 1.6;2.10), laimagennoaparececonmuchafrecuencia. Dehecho,J. Jeremias no ha encontrado evidencia alguna de que Abba fuerautilizado como un apelativo para Dios en el judasmo tempranode Palestina. Por tanto, el hecho de que Jess empleara el trminoseguramente sorprendi a sus contemporneos. Ms an, la aco-gida que el vocablo encontr en la comunidad cristiana primitiva(G. 4.6; Ro. 8.15b-16)indica que la espiritualidad de la iglesiaprstina tena sus races en la espiritualidad de Jess mismo.Paranuestros propsitos, esimportantedestacarqueAbbae"presala profundidad y la intimidad de la relacinfilial conDios,qlle alcanzamos por medio de la obra redentora de Cristo. EstaiDlagen es, en este sentido, mucho ms clara y rica que muchasde las otras imgenes con las que la iglesia ha intentado compren-der la obra de Cristo. Era una relacin proclamada y vivida porJess en medio de sucomunidad. Y ahoraponede manifiestotambinla relacin que los creyentes mantienen conDios, relacinque ha s\o pos\\)\\i'taa por \ao\)ra mesinicae Jess yquee ~ actualizada permanentemente por la presencia de su Espritu(I.lo. 8.23; G. 4.5).IMPLICACIONESCONTEMPORANEAS13La obra de Cristoy la comunidad mesinicaEnlacartaalosEfesios, Pablorenedefonnanotablelasdiversas corrientes de pensamiento acerca de la obra de Cristoqueencontramosenel NuevoTestamento. Aqu encontramosreferenciasdirectasalasdiezimgenesconlasquelaiglesiaprimitiva intent comprender la muerte y resurreccin de Jess,imgenesquehansidoestudiadasenloscaptulospreviosdeesta obra.1Dehecho, estos diezmotivos teC!lgicosestnpre-sentes, deunmodouotro, enunpasajeclavedeestacarta:Efesios 2.11-22.La reflexinpaulina madura acerca del significado de la muerteylaresurreccindeCristo, ysobretodoacercadelarelevan-cia de estos eventos para un mundo caracterizado por las rela-ciones interpersonales de dominacin y explotacin (G. 3.25-29;Col. 3.9-11) y por una situacin global de alienacin respecto deDios (Col. 1.13), se centra en la creacin de una nueva comunidad,laiglesia, que estenel centrodel propsitodivinoparalahumanidad y para la creacin entera (Ef. 3.3-11; d. Col. 1.13-14).Desde esta perspectiva, podemos afinnar que Efesios 2.11-22 es elpasaje clave y cumbre de toda la epstola, y es tambin un hito1. Sufrimiento vicario (Ef. 2.14,17), martirio (2.14; 3.1), conflicto-victoria(1.21; 2.14,16; 6.12), sacrificio (1.7; 2.13; 5.3), expiacin (2.14,18), reden-cin y compra (1.7; 4.30), reconciliacin (2.16), justificacin (2.10; 4.24;6.14), adopcin y familia (1.5; 2.19; 5.1), imgenes arquetpicas (1.10; 2.1,5,6, lO, 15, 16; 3.16-17; 4.13, 20, 24; 5.18).13La obra de Cristoy la comunidad mesinicaEnlacartaalosEfesios, Pablorenedefonnanotablelasdiversas corrientes de pensamiento acerca de la obra de Cristoqueencontramosenel NuevoTestamento. Aqu encontramosreferenciasdirectasalasdiezimgenesconlasquelaiglesiaprimitiva intent comprender la muerte y resurreccin de Jess,imgenesquehansidoestudiadasenloscaptulospreviosdeesta obra.1Dehecho, estos diezmotivos teC!lgicosestnpre-sentes, deunmodouotro, enunpasajeclavedeestacarta:Efesios 2.11-22.La reflexinpaulina madura acerca del significado de la muerteylaresurreccindeCristo, ysobretodoacercadelarelevan-cia de estos eventos para un mundo caracterizado por las rela-ciones interpersonales de dominacin y explotacin (G. 3.25-29;Col. 3.9-11) y por una situacin global de alienacin respecto deDios (Col. 1.13), se centra en la creacin de una nueva comunidad,laiglesia, que estenel centrodel propsitodivinoparalahumanidad y para la creacin entera (Ef. 3.3-11; d. Col. 1.13-14).Desde esta perspectiva, podemos afinnar que Efesios 2.11-22 es elpasaje clave y cumbre de toda la epstola, y es tambin un hito1. Sufrimiento vicario (Ef. 2.14,17), martirio (2.14; 3.1), conflicto-victoria(1.21; 2.14,16; 6.12), sacrificio (1.7; 2.13; 5.3), expiacin (2.14,18), reden-cin y compra (1.7; 4.30), reconciliacin (2.16), justificacin (2.10; 4.24;6.14), adopcin y familia (1.5; 2.19; 5.1), imgenes arquetpicas (1.10; 2.1,5,6, lO, 15, 16; 3.16-17; 4.13, 20, 24; 5.18).244 IMPLICACIONESCONTEMPORANEASLA COMUNIDAD MESIANICA245fundamentalen la reflexi6n paulina acerca del significado de laobra redentora de Cristo (Barth, 1974:275).El pasaje de Efesios 2.11-22 puede ser dividido l6gicamente entres partes.1. En primer trmino se seala la fragmentaci6n de la humani-dad en dos segmentos claramente discernibles yaparentemen-teirreconciliables(vv. 11-12). Lasdiferenciasentrejudosygentilesson, por cierto, clticas(v. 11), peroson, msan,cristol6gicas, sociol6gicas y teol6gicas.2. A continuaci6n sigue un himno en el cual se pone de mani-fiesto la obra reconciliadora de Cristo (vv, 13-18). Este himnoacerca de la muerte de Cristo apunta al prop6sito ya los efectosde la obra mesinica, esto es, a la nueva creaci6n caracterizadapor la paz, la reconciliaci6n y el libre acceso a Dios para todos.3. Lacreaci6ndeunacomunidadconcretaestdescriptaatravs deuna serie deimgenes: un pueblo, una familia, untemplo espiritual (vv. 19-22). Todas estas metforas describenuna nueva realidad social, en la cual gentiles adems de judosson miembros en un pie de igualdad: se trata de la iglesia,lugarsocial que Dios ha elegido como su morada.La creacin de una nueva humanidadEnel sigloprimerodenuestraera, el enfrentamientoentrejudos y gentiles, descripto en Efesios 2.11-12, era un hecho coti-diano. La permanente lucha de Israel porno contaminarse a travsdel contacto con sus vecinos gentiles llev6 al primero a una actitudcerrada, dura y exclusivista ante las otras naciones. Esta situaci6nse torn6 particularmente evidente al volver del exilio, poca en laque la poltica de aislamiento y separaci6n condujo gradualmentea una postura de intolerancia absoluta (cf. Esdras y Nehemas).Una de las peores ofensas que un judo poda hacer a otro en elprimer siglo consista en calificarlo de gentil y publicano. Losjudos consideraban que el odio hacia quienes eran, obviamente,losenemigosdeDiosestaba justificado:msan, hastaciertopuntodebaser fomentado(cf. Mt. 5.43). Por el otrolado, losgentiles respondan con actitudes agresivas al desprecio que lesmanifestaban los judos.Sin embargo, haba en el Antiguo Testamento una corriente depensamiento que tenda a suavizar la intolerancia y el odio rec-procos. El libro de Rut era unrecordatorio permanente de queentre los antepasados del rey David y de Jess haba una moabitapiadosa (Mt. 1.5).2 El libro de Jons, por su parte, pona de mani-fiestolaactitudmisericordiosadeDiosaunhacialospeoresenemigos de Israel, yrecalcaba la vocaci6n fundamentalmentemisionera de Israel hacia las naciones.La visin profticaPero an ms sorprendente era la visi6n proftica acerca de laera mesinica en la cual tendra lugar la salvaci6n de las naciones.Es la corriente proftica de pensamiento que inspir6la compren-si6n mesinica propia de Jess, y la interpretaci6n que la comuni-dad apost6lica dio delhecho de Cristo. Esta visi6n nos provee,adems, el trasfondo apropiado para entender Efesios 2.11-22.De acuerdo con la visi6n proftica, Yahveh sera el Rey de todoel mundo, ylaciudaddeDiosseconvertiraenel ejedelosprop6sitos divinos para toda la humanidad. Esta perspectiva sehaceevidenteenunaseriedeimgenes: Isaas 2.1-4, Miqueas4.1-4, y Zacaras 14.6-11 y 8.20-22.Acontecer en lo postrero de los tiempos, que ser confirmado elmontede la casade Jehovcomo cabeza delos montes, y serexaltado sobre los collados, y corrern a l todas las naciones. Yvendrn muchos pueblos, y dirn: Venid, y subamos al monte deJehov, a la casa del Dios de Jacob; y nos ensear sus caminos, ycaminaremos por sus sendas. Porque de Sin saldr laley, y deJerusalnlapalabradeJehov. Y juzgarentrelasnaciones, yreprender a muchos pueblos; y volvern sus espadas en rejas dearado, ysus lanzas en hoces; noalzar espada nacincontra nacin,ni se adiestrarn ms para la guerra (Is. 2.2-4).y se sentar cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, yno habrquien los amedrente; porquela boca de Jehovde losejrcitos lo ha hablado (Mi. 4.4).YJehov ser rey sobre toda la tierra. En aquel da Jehov ser uno,y uno su nombre (Zac. 14.9).2. Tamar, Rahab y Betsab, esposa de Uras el heteo, eran tambin gentiles(Mt. 1.3,5,6).244 IMPLICACIONESCONTEMPORANEASLA COMUNIDAD MESIANICA245fundamentalen la reflexi6n paulina acerca del significado de laobra redentora de Cristo (Barth, 1974:275).El pasaje de Efesios 2.11-22 puede ser dividido l6gicamente entres partes.1. En primer trmino se seala la fragmentaci6n de la humani-dad en dos segmentos claramente discernibles yaparentemen-teirreconciliables(vv. 11-12). Lasdiferenciasentrejudosygentilesson, por cierto, clticas(v. 11), peroson, msan,cristol6gicas, sociol6gicas y teol6gicas.2. A continuaci6n sigue un himno en el cual se pone de mani-fiesto la obra reconciliadora de Cristo (vv, 13-18). Este himnoacerca de la muerte de Cristo apunta al prop6sito ya los efectosde la obra mesinica, esto es, a la nueva creaci6n caracterizadapor la paz, la reconciliaci6n y el libre acceso a Dios para todos.3. Lacreaci6ndeunacomunidadconcretaestdescriptaatravs deuna serie deimgenes: un pueblo, una familia, untemplo espiritual (vv. 19-22). Todas estas metforas describenuna nueva realidad social, en la cual gentiles adems de judosson miembros en un pie de igualdad: se trata de la iglesia,lugarsocial que Dios ha elegido como su morada.La creacin de una nueva humanidadEnel sigloprimerodenuestraera, el enfrentamientoentrejudos y gentiles, descripto en Efesios 2.11-12, era un hecho coti-diano. La permanente lucha de Israel porno contaminarse a travsdel contacto con sus vecinos gentiles llev6 al primero a una actitudcerrada, dura y exclusivista ante las otras naciones. Esta situaci6nse torn6 particularmente evidente al volver del exilio, poca en laque la poltica de aislamiento y separaci6n condujo gradualmentea una postura de intolerancia absoluta (cf. Esdras y Nehemas).Una de las peores ofensas que un judo poda hacer a otro en elprimer siglo consista en calificarlo de gentil y publicano. Losjudos consideraban que el odio hacia quienes eran, obviamente,losenemigosdeDiosestaba justificado:msan, hastaciertopuntodebaser fomentado(cf. Mt. 5.43). Por el otrolado, losgentiles respondan con actitudes agresivas al desprecio que lesmanifestaban los judos.Sin embargo, haba en el Antiguo Testamento una corriente depensamiento que tenda a suavizar la intolerancia y el odio rec-procos. El libro de Rut era unrecordatorio permanente de queentre los antepasados del rey David y de Jess haba una moabitapiadosa (Mt. 1.5).2 El libro de Jons, por su parte, pona de mani-fiestolaactitudmisericordiosadeDiosaunhacialospeoresenemigos de Israel, yrecalcaba la vocaci6n fundamentalmentemisionera de Israel hacia las naciones.La visin profticaPero an ms sorprendente era la visi6n proftica acerca de laera mesinica en la cual tendra lugar la salvaci6n de las naciones.Es la corriente proftica de pensamiento que inspir6la compren-si6n mesinica propia de Jess, y la interpretaci6n que la comuni-dad apost6lica dio delhecho de Cristo. Esta visi6n nos provee,adems, el trasfondo apropiado para entender Efesios 2.11-22.De acuerdo con la visi6n proftica, Yahveh sera el Rey de todoel mundo, ylaciudaddeDiosseconvertiraenel ejedelosprop6sitos divinos para toda la humanidad. Esta perspectiva sehaceevidenteenunaseriedeimgenes: Isaas 2.1-4, Miqueas4.1-4, y Zacaras 14.6-11 y 8.20-22.Acontecer en lo postrero de los tiempos, que ser confirmado elmontede la casade Jehovcomo cabeza delos montes, y serexaltado sobre los collados, y corrern a l todas las naciones. Yvendrn muchos pueblos, y dirn: Venid, y subamos al monte deJehov, a la casa del Dios de Jacob; y nos ensear sus caminos, ycaminaremos por sus sendas. Porque de Sin saldr laley, y deJerusalnlapalabradeJehov. Y juzgarentrelasnaciones, yreprender a muchos pueblos; y volvern sus espadas en rejas dearado, ysus lanzas en hoces; noalzar espada nacincontra nacin,ni se adiestrarn ms para la guerra (Is. 2.2-4).y se sentar cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, yno habrquien los amedrente; porquela boca de Jehovde losejrcitos lo ha hablado (Mi. 4.4).YJehov ser rey sobre toda la tierra. En aquel da Jehov ser uno,y uno su nombre (Zac. 14.9).2. Tamar, Rahab y Betsab, esposa de Uras el heteo, eran tambin gentiles(Mt. 1.3,5,6).246 IMPLICACIONESCONTEMPORANEASLA COMUNIDADMESlANICA 247El juicio al que se refieren estos pasajes no implica meramentecastigoo procesamiento. Se trata, ms bien, de establecer un ordende relaciones rectas entre los seres humanos y de stos con Dios:a este orden la Biblia lo denomina paz, justicia y salvaci6n.La visi6n proftica de los postreros tiempos nos ofrece variasclaves para entender qu es lo que efectivamente est incluido enla era de la paz mesinica (d. Yoder, 1982:2-12). Primero, la pazmesinica demandar conversi6n en materia econ6mica. Marti-llar espadas para rejas de arado y lanzas para hoces implica no lasupresi6n sino la reorientaci6n del desarrollo tecnol6gico. El pro-feta no convoca a una suerte de primitivismo, sino a poner losrecursos econ6micos y tecnol6gicos al selVicio de la humanidad.En segundo lugar, se renuncia incondicionalmente a la guerra paralaresoluci6n deconflictosinterpersonalesemternaClonales. Los profetas no estn pensando en la supresi6nde las naciones y sus intereses, sino ms bien en la dependenciade ellas respecto de Dios, quien acta como rbitro de sus diferen-cias. La superaci6n delos conflictos blicos, visualizada por elprofeta, ser el resultado de la acci6n del sielVo ... quien ... traer .. en la tierra (Is. 42.1-4). De acuerdo con el profeta, la eramesIruca estar caracterizada por el conocimiento y la prcticade la ley de Dios, bajo la direcci6n de un Juez nico, desconocidohasta el momento.Tercero, en su versi6n de esta visi6n, Miqueas demanda unarenovaci6n econ6mica. Todos tendrn la oportunidad de trabajarenelde cada uno tendr su lugar y susentido. Esta vIsI6n no es cIertamente capitalista, ni apunta tam-poco a un sistema econ6mico de control centralizado. Se visualiza,msbien, unsistemaindito, radicalmentenuevoydistinto,fundadosabticas y)ubilares (Lv. 25; Dt. 15).La paz mesIruca ImplIca una economa Jubilar.cuar,t0 laproftica de paz y justicia para lasnaCIones sIgrufica IIberaCl6n del temor (Mi. 4.4). Si bien el texto nodefine explcitamente en qu consiste esta ausencia de temor elcontexto hace evidente que se experimenta concretamenteelmarco de una existencia humana transformada desde sus basesecon6micasysociales. El profetanoapuntameramenteaunacondici6n psicol6gica o espiritual, que se experimenta s610 en laesfera invisible del sentimiento o en la dimensi6n atemporal de laeternidad ms all de la historia.La relaci6n que la visi6n proftica establece entre la misi6n delMesas yel reinoveniderode Diosquereunir a lasnacionescontrastafuertementeconel exclusivismoylahostilidadquecaracterizabanlas relaciones entrejudosygentiles, especial-mentedespus delexilio. Adems de lostextos ya citados, losCantos del SielVo de !saCas se refieren a que el sielVo es ungidopor el Espritu de Dios para traer justicia a las naciones y selVirde pacto al pueblo y luz de las naciones, de modo tal que lasalvaci6n divina alcance hasta lo postrero de la tierra (Is. 42.1,6; 49.6).y se unirn muchas naciones a Jehov en aquel da, yme sern por pueblo, y morar en mediode ti. Dioshablarpaz a las naciones, y su seoro ser de mar a mar (Zac. 2.11; 9.10).El reinado universal de Dios, caracterizado por la paz, la justiciay la salvaci6n, instaurado por el Mesas entre las naciones, es untema que reaparece permanentemente en los Salmos (2.8; 18.49;22.27-28; 33.12; 46.10; 47.3, 8; 67.2, 4; 72.11, 17; 86.9; 96.3, 10;98.2; 113.4; 117.1; 126.2).Las mismas referencias profticas a la intenci6n salvadora deDios para todas las naciones estn presentes cuando se expresala misi6n que l tiene para su Mesas. Precisamente, los evange-listas interpretarondesde esta perspectiva el ministerio mesinicode Jess. De hecho, el testimonio de Sime6n en el templo consisteen laafirmaci6n dequelavisi6nproftica deIsaas 42.6;49.6;52.10 est alcanzando su cumplimiento en la misi6n de Jess: lasalvaci6n de Dios estmanifestndosetanto a gentiles como ajudos.La misin mesinicaSe ha sugerido que Lucas 4.17-30 es en realidadun resumenprevio de la misi6n mesinica deJess. La apelaci6n a Isaas 61.1-2indica que las prescripciones sabticas y jubilares, tendientes aestablecer justicia en las relaciones sociales, constituyen un para-digmadelasalvaci6nmesinica. Todoel EvangeliodeLucasmanifiesta que Jess llev6 a cabo su ministerio de proclamaci6n yselVicio en consonancia con esta visi6n.Ms an, las referencias que Jess hace a que los gentiles estnincluidos en los prop6sitos salvficos de Dios (Lc. 4.24-27) resultaninaceptablesparalospresentes enlaSinagogadeNazaret, alpunto que intentaron asesinarlo. En este pasaje nos vemos con-frontadoscon una sntesis magnfica de la obra de Cristo: Dios246 IMPLICACIONESCONTEMPORANEASLA COMUNIDADMESlANICA 247El juicio al que se refieren estos pasajes no implica meramentecastigoo procesamiento. Se trata, ms bien, de establecer un ordende relaciones rectas entre los seres humanos y de stos con Dios:a este orden la Biblia lo denomina paz, justicia y salvaci6n.La visi6n proftica de los postreros tiempos nos ofrece variasclaves para entender qu es lo que efectivamente est incluido enla era de la paz mesinica (d. Yoder, 1982:2-12). Primero, la pazmesinica demandar conversi6n en materia econ6mica. Marti-llar espadas para rejas de arado y lanzas para hoces implica no lasupresi6n sino la reorientaci6n del desarrollo tecnol6gico. El pro-feta no convoca a una suerte de primitivismo, sino a poner losr