La Honra del Honor

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Meghan Shephard SPA343J 30/10/12 La honra del honor Pedro Calderón de la Barca transformó el significado del honor usando el diálogo en El Alcalde de Zalamea para demostrar como los perspectivos de la honra se identifican entre los clases sociales. Aunque este hecho no es original en su concepto, si es original en la manera de que se visualiza las relaciones entre miembros de clases sociales distintos. Lo que demuestra un éxito literario es como Calderón de la Barca emplea figuras retoricas para crear un ambiente tenso en donde los protagonistas discuten el merito del honor, las obligaciones de la honra, y de donde viene el honor. A causa de esos aspectos, el honor llega ser un característico subjetivo, donde los protagonistas como Pedro Crespo y Don Lope demanda respeto aunque los demás no están de acuerdo con sus opiniones. Esta subjetividad causa le derrumba de los significados del honor horizontal y vertical. A mediante del texto dramático y su realización en la representación teatral, Calderón exitosamente defiende

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Meghan ShephardSPA343J30/10/12

La honra del honor

Pedro Calderón de la Barca transformó el significado del honor usando el diálogo

en El Alcalde de Zalamea para demostrar como los perspectivos de la honra se identifican

entre los clases sociales. Aunque este hecho no es original en su concepto, si es original

en la manera de que se visualiza las relaciones entre miembros de clases sociales

distintos. Lo que demuestra un éxito literario es como Calderón de la Barca emplea

figuras retoricas para crear un ambiente tenso en donde los protagonistas discuten el

merito del honor, las obligaciones de la honra, y de donde viene el honor. A causa de esos

aspectos, el honor llega ser un característico subjetivo, donde los protagonistas como

Pedro Crespo y Don Lope demanda respeto aunque los demás no están de acuerdo con

sus opiniones. Esta subjetividad causa le derrumba de los significados del honor

horizontal y vertical. A mediante del texto dramático y su realización en la representación

teatral, Calderón exitosamente defiende los derechos que tiene cada humano de afirmar

su propio honor a pesar de que van en contra de las definiciones de honor horizontal y

vertical.

Durante el Siglo de Oro, los términos de “la honra” y “el honor” eran sinónimos,

los cuales ambos significando un concepto dominante que incluye el respeto y el orgullo.

En El Alcalde de Zalamea, Calderón va en contra de la reglas rígidas de las definiciones

de el honor vertical (limpieza de sangre) y el honor horizontal (los opiniones de los

demás). Aunque estas reglas sociales eran dominantes durante del siglo de oro, Calderón

quería que los lectores discutan y debaten las razones por los cuales uno debe acatar esas

reglas. Usando su poder como escritor, no quería que los ciudadanos de esa época

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acepten las regalas solo por ser eso mismo; reglas. La relación entre Pedro Crespo y Don

Lope forma la fundación de este argumento. En la escena que empieza en la pagina ciento

seis de la edición Cátedra, el lector se transforma en testigo de la lucha entre el honor y la

subjetividad. Pedro Crespo no deja que Don Lope define su propio honor basado

solamente en su clase social. Las anáforas empleadas en el dialogo entre los dos hombres

simboliza el obstáculo que posa Don Lope. Como hombre que pertenece a un rango alto,

no quiere desviar del pensamiento de que el merece su honor solo por tener sangre

limpia. Como argumenta Crespo, eso no es verdad. Aquí es donde Calderón se basa su

argumento en contra del hecho de seguir ciegamente a tradiciones que no tienen base

racional.

El parlamento de la interacción entre Don Lope y Pedro Crespo destaca la

antipatía del Don en contra cualquiera persona quien se establece fuera de su clase social.

En esta instancia, Pedro Crespo tiene un momento privado con Don Lope. Los dos

empiezan hablando sobre lo que harían si alguien atreviera acercarse a su compañeros.

Para Pedro Crespo, eso relata a su familia y para Don Lope, eso relata a sus capitanes y

soldados. Cuando Pedro Crespo dice, “a quien se atreviera a un átomo de mi honor” el

verdaderamente cree que el honor se genera en si mismo. El mismo es su propio fuente

de respeto y orgullo, y eso es todo lo que a el le importa. Sin embargo, Pedro Crespo

reconoce que, al final de día, los humanos son vesículas sagradas de dios.

Consecuentemente, el honor viene de Dios, como un virtud divino que uno tiene

intrínsecamente. Cuando Don Lope cuestiona a Crespo, diciéndole que el esta “obligado

a sufrir, por ser quien sois”, Crespo no esta de acuerdo. Su refutación toma un tono

asegurado y defensa, mientras todavía respetaba a Don Lope. “Al Rey la hacienda y la

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vida se ha de dar; pero el honor es patrimonio del alma, y el alma solo es de Dios.”

Aunque al principio, Don Lope estaba en desacuerdo con Crespo, este argumento

irrefutable le forzó ocasionar una nueva perspectiva. Por eso, Don Lope admite, “parece

que vais teniendo razón!” Al final del argumento, se vuelva en una conciliación de

opiniones. Don Lope admite en su aparte, “Testurado es el villano; también jura como

yo.” Similarmente, Crespo declara en su propio aparte “Caprichoso es el Don Lope; no

haremos migas los dos.” Don Lope se da cuenta de que Crespo también tiene honor como

el, y Crespo admite que los dos hombres merecen reivindicar su honor.

En la escena previa, Calderón propone el honor a través de la misericordia de Don

Lope, que resulta en justicia poética, que deja el lector satisfecho. Aunque el texto

dramático se desarrolla a mediante del parlamento, hay algunos aspectos que no se

distinguen al lector. Incluyendo figuras retoricas como sinestesia, la representación teatral

ilícita sentimientos sensoriales y emocionales que uno no puede sentir solo por leer el

texto dramático. Cuando uno se sienta para ver una obra de teatro, se sabe que va haber

una actos, una intermisión, y también participación entre la audiencia y los actores. Este

hecho es lo que define a la transformación de un texto dramático a una representación

teatral. En referencia a la previa escena de El Alcalde de Zalamea, el lector no hubiera

captado el tono de voz que formó el patrón dentro de lo que Don Lope y Pedro Crespo se

discutieron. Las disputas adquieren otra dimensión auditoria cuando los actores enfocan

en las palabras, manipulando sonido del escenario, que, por consecuencia, cambia los

significados del parlamento. En la escena que analizamos, el honor de Pedro Crespo

mismo dependió en como el defendía su derecho humano de afirmar y mantener su

honor.

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Los detalles del escenario también afectan a la reacción del lector como

audiencia. El vestuario representó verdaderamente la clase social impuesto por las

normas de la sociedad. El traje de Don Lope era todo negro, con una [old hat] y [a

walking cane]. En contraste, el traje de Pedro Crespo, se parecía sucio y el fabrico de

colores naturales. El punto es que el vestuario de los dos personajes reflejan la clase de

trabajo a que pertenecen los hombres; Don Lope y su trabajo tradicional como líder y

Pedro Crespo con su trabajo labrador y practico. Es mas, los gestos de los actores que

acompañaban el parlamento eran similares, violentos y honestos, pero las diferencias en

vestuario [reminds] la audiencia de que aunque los hombres argumentan igualmente,

todavía vienen de perspectivas opuestas. La efectividad de la representación teatral es de

nivel alto en comparación con el texto dramático. Aunque uno reconoce que Calderón es

un gran escritor y dramaturgo, el parlamento del texto falta vida y dimensión sin la ayuda

de la representación actual. Consecuentemente, se disfruta la obra teatral mas que el texto

dramático.

Sin embargo, si presentan unas criticas de la representación teatral de Alcalde de

Zalamea. Los signos parasintácticos, parapragmáticos, y paralinguísticos están a la

discreción de los actores. El primer signo, lo parasintáctico, presta un auxilio al

reconocimiento de la fuerza ilocutiva de lo dicho. Pedro Crespo, por ejemplo, tiene una

manera de hablar que suena como un temblor, con tanto poder y fuerza. El segundo

signo, lo parapragmáticos, expresan los estados emocionales del hablante, influyendo el

significado de los signos lingüísticos. Don Lope ejemplifica lo pragmático cuando usa el

contenido para dar significado a un parlamento ambiguo. Por ejemplo, cuando Don Lope

dice, “parece que vais teniendo razón!” su sarcasmo no hubiera sido captado por el lector

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si no fuera para la parapragmático, que solo se encuentra en la representación teatral. El

tercer signo, lo paralingüístico, es un conjunto de signos no verbales que intervienen en el

proceso comunicativo. Incluyendo gestos y volumen, ambos hombres emplean signos

paralingüísticos para enfatizar sus lados del argumento. Similarmente, es ese signo

mismo que le llevan a concluir que si argumentan lo mismo, tienen mas in común que

inicialmente pensaron. Después de analizar los tres signos, uno puede notar que el texto

dramático falta vida, energía auditoria, y cualidades floridos en comparación con la

representación de la obra teatral.

El Alcalde de Zalamea realmente cambia el significado del honor. Calderón de la

Barca es un escritor revolucionario, inspirado, y transformativo, presentando el lector con

una nueva perspectiva de la subjetividad de la honra y el honor. Según Calderón, la honra

como estratificación de la sociedad tomó una forma opcional: uno puede definir su propio

esquema y definición del honor o de su honra. Esta libertad individual, visto por lector

como una justicia poética, se formó durante la discusión entre Don Lope y Pedro Crespo.

Crespo exitosamente se probó de su honor, ensañando a Don Lope que los dos hombres,

de distintos rangos, tienen honor. Aquí es donde la gente dice que Calderón ha logrado lo

imposible y controversial como escritor: [he challenged] un concepto tradicional. El

argumenta que la honra del honor ocurre cuando uno sale de las reglas de su clase puesta

por normas sociales, y demanda respeto solo por ser si mismo, no por tener sangre limpia

o por un rango dado. Como dice el dicho, “Todo el mundo muere igual, pero todos no

viven iguales”.

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