Leibniz política y diplomacia.pdf

13
Carlos Alberto Rodríguez Ramírez te pensador alemán apoyó la creación de socieda- des científicas, luchó por la reunificación de los principados prusianos, por la reunificación de los cristianos ... en fin, por la armonía en todos los ni- veles, como común denominador en todos los ámbitos del conocimiento. En este sentido, en este trabajo se desarrolla- rá un primer apartado dedicado a indagar el con- texto histórico de Leibniz. En todo pensador el entorno en el cual desarrolla su pensamiento es muy importante, aunque el nivel de relevancia es relativo de acuerdo con el autor; en este caso par- ticular, es fundamental no solo por los hechos acaecidos antes de que naciera, tales como la re- forma protestante y la guerra de los treinta años, que deja una región prusiana (Sajonia y Baviera) dividida. O los hechos que ocurren en vida del fi- lósofo, donde Europa está conmocionada por lu- chas internas, de índole político-religioso, como el afán expansionista del rey de Francia Luis XIV, o la amenaza de la invasión turca. Además hay que considerar que el mismo Leibniz le atri- buía a la historia un papel muy activo, por lo que es normal que en sus escritos recurra con fre- cuencia y precisión a datos históricos para apoyar sus argumentaciones. Como segundo apartado, en estrecha vincu- lación con el anterior, se analiza el papel de Leib- niz como funcionario de las familias nobles ale- manas y sus misiones políticas y diplomáticas, que le permitieron viajar por Europa, en especial, por los centros intelectuales más importantes de la época: París, Londres, Ámsterdam. En este pensador, la relación no sólo con intelectuales destacados de su época, sino en especial con al- gunas princesas y mujeres de la nobleza, generó Leibniz: política y diplomacia Abstract. Leibniz's thought comprised very diverse thematic areas. This paper addresses his reflections about diploma tic relations. It analy- ses the historical context in which he lived, his work as Steward of noble German families, his juridical and political ideas and his beliefs about religious and political issues of his time whicn still reach ours. Resumen. El pensamiento de Leibni: abar- có temáticas muy diversas. Este artículo se dedi- ca a sus reflexiones en torno a las relaciones di- plomáticas. Se analiza el contexto histórico en eL que se desenvolvió, su labor como funcionario de familias nobles alemanas, sus planteamientos ju- rídico-políticos y sus propuestas concretas en torno a temas religiosos y políticos de su época que trascienden hasta nuestros días. Introducción Para tratar de comprender las diversas aris- tas del pensamiento leibniziano es imprescindi- ble ubicarse desde su planteamiento lógico, des- de donde parten todas sus reflexiones, de diversa índole, tanto religiosa, metafísica, jurídica, polí- tica o científica. En el caso particular de esta investigación, que analiza la posición de Leibniz en el ámbito de la política, de manera especial en las relacio- nes diplomáticas, también es imprescindible par- tir de sus aplicaciones lógicas. Su insistencia en que todas las verdades complejas pueden ser reducidas a verdades sim- ples, es una vía idónea para entender por qué es- Rev. Filosofía Univ. Costa Rica. XLI (103).25-37. Enero-Junio 2003

Transcript of Leibniz política y diplomacia.pdf

Page 1: Leibniz política y diplomacia.pdf

Carlos Alberto Rodríguez Ramírez

te pensador alemán apoyó la creación de socieda-des científicas, luchó por la reunificación de losprincipados prusianos, por la reunificación de loscristianos ... en fin, por la armonía en todos los ni-veles, como común denominador en todos losámbitos del conocimiento.

En este sentido, en este trabajo se desarrolla-rá un primer apartado dedicado a indagar el con-texto histórico de Leibniz. En todo pensador elentorno en el cual desarrolla su pensamiento esmuy importante, aunque el nivel de relevancia esrelativo de acuerdo con el autor; en este caso par-ticular, es fundamental no solo por los hechosacaecidos antes de que naciera, tales como la re-forma protestante y la guerra de los treinta años,que deja una región prusiana (Sajonia y Baviera)dividida. O los hechos que ocurren en vida del fi-lósofo, donde Europa está conmocionada por lu-chas internas, de índole político-religioso, comoel afán expansionista del rey de Francia LuisXIV, o la amenaza de la invasión turca. Ademáshay que considerar que el mismo Leibniz le atri-buía a la historia un papel muy activo, por lo quees normal que en sus escritos recurra con fre-cuencia y precisión a datos históricos para apoyarsus argumentaciones.

Como segundo apartado, en estrecha vincu-lación con el anterior, se analiza el papel de Leib-niz como funcionario de las familias nobles ale-manas y sus misiones políticas y diplomáticas,que le permitieron viajar por Europa, en especial,por los centros intelectuales más importantes dela época: París, Londres, Ámsterdam. En estepensador, la relación no sólo con intelectualesdestacados de su época, sino en especial con al-gunas princesas y mujeres de la nobleza, generó

Leibniz: política y diplomacia

Abstract. Leibniz's thought comprised verydiverse thematic areas. This paper addresses hisreflections about diploma tic relations. It analy-ses the historical context in which he lived, hiswork as Steward of noble German families, hisjuridical and political ideas and his beliefs aboutreligious and political issues of his time whicnstill reach ours.

Resumen. El pensamiento de Leibni: abar-có temáticas muy diversas. Este artículo se dedi-ca a sus reflexiones en torno a las relaciones di-plomáticas. Se analiza el contexto histórico en eLque se desenvolvió, su labor como funcionario defamilias nobles alemanas, sus planteamientos ju-rídico-políticos y sus propuestas concretas entorno a temas religiosos y políticos de su épocaque trascienden hasta nuestros días.

Introducción

Para tratar de comprender las diversas aris-tas del pensamiento leibniziano es imprescindi-ble ubicarse desde su planteamiento lógico, des-de donde parten todas sus reflexiones, de diversaíndole, tanto religiosa, metafísica, jurídica, polí-tica o científica.

En el caso particular de esta investigación,que analiza la posición de Leibniz en el ámbitode la política, de manera especial en las relacio-nes diplomáticas, también es imprescindible par-tir de sus aplicaciones lógicas.

Su insistencia en que todas las verdadescomplejas pueden ser reducidas a verdades sim-ples, es una vía idónea para entender por qué es-

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica. XLI (103).25-37. Enero-Junio 2003

Page 2: Leibniz política y diplomacia.pdf

CARLOS ALBERTO RODRÍGUEZ26

una prolífera producción literaria, en forma decorrespondencia; estas mujeres lo protegieron eintercedieron por él en sus proyectos en los nive-les más altos de los principados, la nobleza y lapolítica en general.

Sin ser un pensador que dedicara tiempo a lostratados políticos, a tal punto que ni siquiera lomencionan importantes autores de la historia de lasideas políticas, sin embargo, fue un hombre que es-tuvo inmerso toda su vida en la actividad política,como funcionario del ministro Christian von Boi-neburg, en la corte del Elector de Maguncia, luegoal servicio del Duque de Hannover y de la familiaBrunswick. En este sentido, el tercer apartado lo hededicado a tratar de comprender su concepción ju-rídica y política, de clara tendencia monárquica, yno es para menos, pues su función primordial era lade consejero. Pero unido a este aspecto hay que se-ñalar que su concepción política no siempre ha si-do conocida, porque forma parte de su gran pro-yecto filosófico, que no es de fácil acceso.

Hay un último apartado que se relaciona consus propuestas concretas de reunificación de lasiglesias cristianas, que lo vinculan como uno delos principales proponentes del ecumenismo mo-derno, así como de la reunificación europea. Detal forma que se puede mencionar a Leibniz co-mo un innovador en las prácticas de difusión dela cristiandad unida al diálogo y la tolerancia, sinsalirse de la ortodoxia cristiana, pero evitando elsectarismo y las posiciones extremas. De estemodo, resultan muy interesantes las referenciasque hace Leibniz en torno a la misión de los je-suitas en China, con quienes coincide en algunosaspectos de la estrategia empleada por esta or-den, así como algunas de sus reflexiones en tor-no a esta gran región a la que Leibniz consideratan avanzada como la europea.

Finalmente, mi investigación termina con al-gunas reflexiones personales sobre lo que podríadecir Leibniz al mundo contemporáneo, dondelos problemas tienen alguna similitud con su épo-ca; por ejemplo, aún hay guerras de religión y laintolerancia religiosa ha alcanzado niveles des-proporcionados, provocando miles de muertos.Los procesos de reunificación política y religiosaparecen muy distantes, a pesar de que ha habidoiniciativas muy serias y loables al respecto, comoen su momento las hizo el pensador alemán.

Leibniz y su entorno

Gottfried Wilhelm Leibniz nace a mitad delsiglo XVII, en Leipzig, en la dividida regióngermana. En general, la Europa donde nace esun "caldo de cultivo" de grandes transformacio-nes políticas, religiosas, sociales y culturales. Seha superado la edad media y en las regiones másprogresistas europeas se generan cambios radi-cales, uno de los más significativos es la Refor-ma religiosa iniciada por Lutero en 1521, quegenera un largo período de guerras de religiónque culmina con la Guerra de los Treinta Años(1618 - 1648). Durante este último período entoda Europa se mezclan la política y la religióny se incrementa el conflicto, cuyas causas másimportantes son la integración del Báltico, lapugna entre franceses y españoles y la desinte-gración germana.

En el caso específico alemán, entre otrosfactores importantes, se encuentra la oposición aldominio de los Habsburgo y la Liga católica ale-mana, quienes pretendían la unificación alemana,a la que se oponían los príncipes protestantes delos estados del norte; ello llevó a varios acuerdosde paz y referencias de arbitraje en algunas de es-tas controversias específicas, algunas en el mis-mo siglo que nace Leibniz, a las que no siemprese les prestó la debida atención, así por ejemplo:la Paz de Vervins en 1598; la Paz de Westfalia en1648; el tratado de Westminster en 1655; la Pazde los Pirineos en 1659; la Paz de Reyswick en1697 y el Tratado de Utrecht en 1713.

En los años previos al nacimiento deLeibniz se resquebraja totalmente el Sacro Im-perio Romano Germánico, atacado por las di-visiones internas entre príncipes protestantes ypríncipes católicos, por las amenazas militaresexternas, en especial de suecos y franceses;estas circunstancias llevaron a los Habsburgoa firmar el Tratado de Paz de Westfalia en1648, dos años después del nacimiento deLeibniz. Este Tratado pretendía regular las re-laciones exteriores de la emergente Europamoderna con el Imperio desestructurado, loque permite la independencia suiza, holande-sa, la toma de territorios por parte de suecos yfranceses y una nueva derrota de la corona espa-ñola aliada al Imperio. Además, con esta firma

Page 3: Leibniz política y diplomacia.pdf

LEIBNIZ: POLíTICA Y DIPLOMACIA

de Paz de Westfalia se reconoce finalmente elpredominio del Estado secular sobre la iglesiacatólica romana.

Valga en este momento la siguiente acota-ción respecto del Sacro Imperio Romano Germá-nico, el cual se inicia con Otón 1 (936 - 973),quien quiso resucitar el Imperio al estilo de Car-lomagno y en el 961 "Consiguió que el papa locoronara emperador del Sacro Imperio Romano,llamado "Sacro" porque debía defender la fe cris-tiana. Este imperio fue otra de las curiosas extra-vagancias de la historia. Porque en realidad, noera muy sacro, puesto que pronto empezó a reñirviolentamente con el papa; y tampoco "romano",sino germánico, con el emperador elegido entrenobles gerrnanos, por ellos mismos."¡

Los diversos intentos de paz reflejan grupose individuos que tienen algún tipo de vínculo,porque de lo contrario no habría conflictos ni in-tentos conciliadores. Obviamente se dan muchosintereses que median en uno u otro sentido; poreso "Partes distintas, cuando se enfrentan a unenemigo común, pueden convenir un pacto inte-grador frente a la amenaza exterior."? Ese es pre-cisamente un factor clave que se da en la firma depaz de Westfalia, donde no se logra una paz per-manente e integradora, porque los problemas deesta época son fundamentalmente de índole polí-tico - religioso entre grupos cerrados que reaccio-nan tajantemente frente a cualquier elemento queatente contra su estructura.

Como se dijo antes, la Reforma es uno de losaspectos que posibilita el abandono de la edadmedia, sobre todo en lo religioso, entre otras razo-nes, porque se traduce la bíblia a las lenguas ver-náculas, se le da más importancia al laico y se su-prime la mediación sacerdotal, así como cambiosradicales en los ritos sacramentales. Pero tambiénse manifiesta en lo político, porque la Reformaabre el camino hacia los nacionalismos y el desa-rrollo económico de las zonas protestantes.

Los acontecimientos paralelos a la Reformaagudizan los conflictos, porque cuando Luteroestablece la alianza con los príncipes alemanesopuestos a los Habsburgo, su innovación religio-sa obtiene apoyo político, lo que consolida sumovimiento, "Pero el precio de esta alianza fueun giro conservador, en el sentido social, del pro-pio movimiento religioso, que se manifiesta en la

27

actitud represiva de Lutero frente a las revueltasde los campesinos y el apoyo general que prestóal autoritarismo secular.v '

En las otras latitudes del continente se estágenerando una fuerte pugna por conseguir la he-gemonía europea, Francia, Inglaterra y Españahabían logrado una unidad jurídico-política, noasí el Sacro Imperio Romano Germánico, margi-nado por sus propias luchas internas. Este es entérminos generales el entorno que precede anuestro filósofo.

En vida de Leibniz se dará el expansionismofrancés y las posteriores luchas territoriales consus vecinos. Es aquí donde Leibniz asume el pa-pel activo en la diplomacia, que más adelante sevalorará. La Francia de entonces estaba goberna-da por el Rey Luis XIV, quien impulsó campañasmilitares contra los territorios vecinos, provocan-do fuertes alianzas entre sus opositores, quienesobligaron a los franceses a deponer su actitud ex-pansionista y belicista, con la firma del tratado deUtrecht, en 1713, un tiempo antes de la muertedel filósofo alemán, acaecida el 14 de noviembrede 1716. Este aspecto es importante tenerlo pre-sente más adelante para comprender las propues-tas de Leibniz a Luis XlV.

Por esta misma época el lejano Imperio Ru-so había iniciado un proceso de occidental iza-ción política al frente de Pedro el Grande (1689-1725), quien logra hacer de Rusia una respeta-ble potencia, con gran poderío militar en el Bál-tico; además fomentó el ingreso y traducción delibros extranjeros y fundó la Academia de lasCiencias de San Petersburgo. Leibniz tuvo in-fluencia en el Zar y proyectó, para él, lo que se-gún su criterio serían las instituciones que per-mitirían hacer partícipe a Rusia en la organiza-ción universal de las ciencias que pretendía elfilósofo. Precisamente en un proyecto de me-moria para Pedro el Grande, Leibniz expresauna gran esperanza en la educación, pues segúnafirma "Para encaminar a los hombres por la víade la virtud y de la felicidad, es menester dar ala juventud una buena educación.?" En el mis-mo documento escribe "Por ello, es indispensa-ble fundar bibliotecas, un teatro de la naturalezay del arte, que comprenda gabinetes de antes ycuriosidades, jardines, parques zoológicos, ob-servatorios y laboratorios.">

Page 4: Leibniz política y diplomacia.pdf

28 CARLOS ALBERTO RODRÍGUEZ

Por otro lado, Gran Bretaña emerge como unaimportante potencia, fortalecida por las transfor-maciones políticas de 1688, que dieron paso a unamonarquía parlamentaria y a un nuevo sistema ju-rídico que se impondrá a partir del siglo siguiente.Es el paso definitivo para la derrota de las monar-quías absolutas y el ascenso al poder de las altasburguesías, quienes buscaban su parte en el poderpolítico para proteger su poder económico.

Otro aspecto importante de este contextohistórico, tiene relación con la amenaza perma-nente de los turcos a occidente, en especial a losHabsburgos. Al respecto hay que considerar queno solo era una amenaza militar, sino también re-ligiosa, porque el Islam era parte integral del es-tado otomano, y de su libro sagrado -El Corán-derivaban su vida social y política. También estees un factor relevante al considerar la actitud deLeibniz con respecto a las relaciones diplomáti-cas, puesto que, como cristiano practicante pro-puso la unidad de todos los cristianos frente a lareligión musulmana.

Finalmente, es necesario mencionar el Im-perio chino, al que Leibniz hace constantes re-ferencias por razones filosófico-teológicas y alque conoce solo indirectamente por referenciasde terceros, especialmente los curas jesuitas.Los chinos estaban bajo el mando de la dinas-tía Ming, en el poder desde 1368, cuando ex-pulsaron a los mongoles. En la época del naci-miento de Leibniz, había frecuentes luchas in-ternas entre los pueblos chinos, lo que generóuna crisis de la dinastía Ming y abrió las puer-tas a la dinastía Tsing, de procedencia extran-jera (manchúes).

La dinastía Tsing fundamenta la administra-ción de su gobierno inspirándose en el pensa-miento de Confucio y la burocracia de los man-darines, al igual que la dinastía anterior. Tal fuela influencia de estos dos elementos que "El cri-terio fundamental para la admisión en los orga-nismos del Estado era una educación basada enlos principios del confucianismo. La asimilaciónde esos principios mediante el sistema de ense-ñanza institucionalizada aseguraba al individuouna posición en la sociedad, en razón de la cualpodría ocupar puestos de poder en el Estado yejercer funciones de autoridad dentro del sistemasocial local.??

Los manchúes eliminaron el poder de los eu-nucos (guardianes castrados de las esposas y con-cubinas del emperador) y de los señores feudales,lo que generó una paz social y una distribuciónde la tierra más equitativa, que impulsa la econo-mía del imperio chino del que tiene referenciaLeibniz.

Es comprensible que Leibniz no sea indife-rente a los hechos históricos que han acontecidoy que se dan a su alrededor. De esta forma, es ha-bitual que en sus escritos recurra con frecuenciaa la historia. En este sentido, uno de sus méritoses captar lo que acontece a su alrededor y darleclaridad a través de su gran proyecto filosófico,donde convergen el pasado y su presente, cono-ciendo y respetando a sus antecesores. Por eso enLeibniz están presentes los conflictos que le an-teceden, las divisiones entre los cristianos de di-ferentes denominaciones: católicos y protestan-tes; calvinistas y luteranos; entre las órdenes reli-giosas; cristianos y musulmanes. Los conflictospolíticos que debilitaron el poderío alemán y dancabida a la expansión francesa y la permanenteamenaza de la expansión musulmana. Tambiénestá presente la polémica filosófica con los carte-sianos, los empiristas (Locke), con la condena deGalileo y la censura a importantes obras del inte-lecto humano de la época.

En este contexto Leibniz elaborará un pensa-miento filosófico opuesto a las posiciones rígidasy sectarias, de apertura al diálogo con el pasadoy su presente, y su constante promoción por eldesarrollo del conocimiento a todo nivel, hacende G. W. Leibniz uno de los más prolijos y seriospensadores de la modernidad.

Leibniz: funcionario de la nobleza

Poco tiempo después de haber obtenido sudoctorado en derecho en la Universidad de Alt-dorf, Leibniz inicia su actividad política y diplo-mática en la ciudad de Nuremberg. En 1688 co-noce a Christian von Boineburg, ministro delelector de Maguncia y pasa a su servicio en fun-ciones diplomáticas. Una de las misiones másimportantes que se le encomendó consistió entratar de convencer al rey Luis XIV de Francia,para cambiar su política expansionista, que ponía

Page 5: Leibniz política y diplomacia.pdf

LEIB IZ: POLÍTICA y DIPLOMACIA

en peligro a los principados alemanes. Parece ob-vio que su viaje a Francia también tenía el propó-sito de conocer directamente la política exteriordel rey y desviar su atención con algunas pro-puestas que no surtieron efecto.

Entre las propuestas se encuentra un docu-mento donde Leibniz desarrolla un proyecto deinvasión de Egipto; entre sus argumentos afirma"todas las vías terrestres entre Africa y Asia pa-san por Egipto. Por consiguiente, quien por suflota sea señor del mar, y posea además Egipto,controlará todo el comercio entre Asia y Afri-ca... Así, prácticamente controlará el comerciode un tercio del orbe terrestre, y este tercio es elmás rico."?

El documento en cuestión muestra la agude-za de Leibniz, quien siendo defensor de la mo-narquía, sugiere al rey Luis XIV, quien a su vezhabía perjudicado a muchos nobles y súbditosalemanes con el cobro de impuestos, producto delas campañas militares expansionistas, lo si-guiente: "Pues también pienso que la felicidaddel pueblo consiste en ser regido por un rey sabioy, lo que es más, que no sería posible, aun si lodesease, que el pueblo se rebelase y como un ca-ballo desbocado se precipitase a su ruina, puespor su naturaleza carece de mente, al no ser per-sona natural.:"

En el mismo documento exalta la virtud deun rey sabio al permitir que el pueblo prospere,así como también permitir el acceso a la educa-ción, porque su criterio es que cualquier hombresin distinción puede llegar a ser sabio. Lo que re-cuerda el ideal de hombre griego, especialmentesocrático cuan~ sostiene "Por otra parte, nadiepuede considerarse lo suficientemente sabio, ode lo contrario no reforzará su opinión con laajena."? Por otro lado, ubica a Leibniz como pre-cursor de la ilustración al resaltar la importanciadel conocimiento para el progreso humano. Es-tos pasajes muestran a un Leibniz hábil en lafunción diplomática, aunque no logró el objetivopropuesto, debido a la prepotencia del rey quecontaba a su favor con un gran poderío militar,pero no con una marina fuerte. La que si teníaNapoleón ciento veinte años después, quien re-conoció la importancia estratégica de las vías decomercio marítimo, cuando emprendió su expe-dición a Egipto.

29

Es frecuente en sus documentos dirigidos ala nobleza, y en el caso específico al que se es-tá haciendo mención, un lenguaje florido y adu-lador, probablemente propio de la época, peroempleado con profusión por parte de Leibnizcomo parte de su búsqueda de convencimiento;así lo hace con Luis XIV cuando por ejemplo ledice: "Por tanto, es propio, tanto del sabio comodel poderoso, ejercer sabiduría en beneficio delos demás, y del sabio poderosísimo como lo esun rey sabio, y sobre todo el rey de Francia, au-mentar su poder a la par de la felicidad de la hu-manidad." 10

También aprovecha el documento para invi-tar al rey francés a fortalecer las ciencias, a lasque considera un elemento clave del progreso;más concretamente se refiere a la medicina, laque en su opinión si contara con la ayuda de al-gún monarca, podría avanzar más que en siglosanteriores. Criterio similar expresa de la mecáni-ca y a la creación de inventos en general, quepueden cambiar el mundo.

Permanece en París hasta 1676. En todo es-te período además de su labor diplomática, entraen contacto con el ambiente intelectual parisino,londinense y holandés. De esta misma época da-tan las primeras referencias sobre la reunifica-ción de las iglesias cristianas, tema que se tratarámás adelante, así como los proyectos de creaciónde sociedades eruditas.

A su regreso a Alemania acepta el puesto debibliotecario del duque de Hannover Juan Fede-rico de Brunswik-Lunerburgo, donde permane-cerá hasta su muerte. Entre sus investigacionesmás importantes y que deja inconclusa es la his-toria de la casa Brunswick; mientras obtenía do-cumentación al respecto se entretuvo con otrosproyectos, lo que era usual en él, como la reuni-ficación cristiana que también era de interés delos duques de Hannover, por ser éstos gobernan-tes católicos en una región protestante.

Fue en este período donde contó con el apo-yo y protección de la reina Sofía Carlota y su ma-dre Sofía, con quienes mantuvo una activa co-rrespondencia sobre diversos tópicos. Siemprecon un lenguaje más bien florido para dirigirse aalgunas de estas personalidades, también aprove-cha la correspondencia para exponer su filosofíay disposición para la función diplomática. En una

Page 6: Leibniz política y diplomacia.pdf

CARLOS ALBERTO RODRÍGUEZ30

carta de diciembre de 1697 dirigida a Sofía Car-lota empieza exaltándola por una inteligencia que"casi sobrepasa a los autores más profundos", pa-ra luego ofrecerse como emisario diplomáticoante la corona francesa y le comunica que "Enotra ocasión hablaré del plan y de los proyectosque podrían elaborarse para contribuir al máximobien y a la gloria de ambas casas en la actual co-yuntura, en la que el poder de Francia y los éxi-tos del partido dependiente del Papado nos ame-nazan con una molesta revolución, si no nos opo-nemos a ella con habilidad y energía."!'

Sobre los proyectos que menciona, no sonnuevos, fundamentalmente tienen que ver con laindependencia territorial alemana que la mencio-na en 1677, cuyo propósito fundamental era lareconciliación de los príncipes alemanes frente ala amenaza francesa. Leibniz es un partidario in-condicional de esta unidad a tal punto que presio-na a los príncipes diciéndoles que "Es de sabios,como en tiempos de pública calamidad, contri-buir al bien común, aun con pérdidas para la pro-pia casa. Y, por ello, que no se sirvan de armas ode pactos como si fuertes y peligrosos remedios,a no ser en caso de extrema necesidad. Pero quepongan todo esfuerzo en estar preparados contraun ataque enemigo, y, para que esto sea posible,que no sólo cuiden de las poblaciones de sus do-minios, sino también del tesoro público. Si no lohacen, aun sin ser profetas, podemos afirmar conseguridad que es inminente el último día de nues-tro Estado." 12

Sus proyectos buscaban afanosamente lapaz; no es el primero que soñó con ello, el mis-mo Leibniz pone de ejemplo el proyecto de pazperpetua propuesto por el Abad de Saint Pierre(1712), al que considera de gran utilidad para to-do el mundo.

Entre los rasgos de su filosofía que aparecenen esta correspondencia se puede señalar su prin-cipio de que no hay nada igual, las mónadas nun-ca son iguales entre sí (Monadología # 9), exis-ten diferencias de grado que se encuentran en supropia naturaleza, sin permitir la idea de vacío; alrespecto le escribía a la electora Sofía "No haygota de agua tan pura en la que no se observe,bien mirada, algún tipo de variedad ... Hay pordoquier variedades actuales y nunca una unifor-midad perfecta." 13

Abordando el tema del alma, Leibniz admi-te que los animales tienen alma, pero que existeuna diferencia con el alma del hombre porque "esel único, entre las sustancias conocidas, que co-noce al gran Dios, que puede imitarle y que pue-de conocer las verdades necesarias y eternas, queconstituyen el objeto de las ciencias. En esto con-siste propiamente la razón, mientras que los con-catenarnientos de los animales sólo están funda-dos en inducciones."!"

También eran frecuentes los temas religio-sos, que se mencionarán cuando se aborde elapartado que tiene que ver con la reunificaciónde los cristianos. Con la muerte de sus protecto-ras Leibniz pasa sus últimos años en desgracia, nisiquiera es llevado a Inglaterra por el elector deHannover quien fue nombrado como Jorge I reyde Inglaterra y quien era su patrocinador.

La vinculación con la nobleza alemana lepermitió a Leibniz viajar por Europa y conocer alas más prominentes figuras intelectuales y polí-ticas. En contacto directo con algunos de ellos ypor correspondencia fue desarrollando gran partede sus ideas filosóficas, por lo que se puede con-cluir de él que fue un pensador involucrado ple-namente con su mundo y que tuvo el mérito deintegrar su labor intelectual a sus funciones polí-ticas y diplomáticas.

La concepción jurídico-políticaleibniziana

En el prólogo en español a la selección deEscritos políticos que hace Jaime de Salas, ésteexplica que existen pocas publicaciones sobre elpensamiento político del filósofo alemán y, sinembargo, fue un hombre que se desenvolvió en elámbito político y escribió sobre temas políticos.Entre las razones que señala De Salas para queLeibniz sea tan poco conocido en la historia delas ideas políticas, menciona las siguientes:

El pensamiento de Leibniz se transmitió engran parte a través de la correspondencia quemantenía. Lo que tuvo como consecuenciaque muchos de sus escritos fueran inéditos yfueran publicados posteriormente.

Page 7: Leibniz política y diplomacia.pdf

LEIB IZ: POLíTICA y DIPLOMACIA 31

Para conocer las ideas políticas de Leibnizhay que comprender que éstas están vincula-das a toda su filosofía.

No hacía propuestas novedosas desde la teo-ría política. Por el contrario, en una época deinnovaciones en las ideas políticas, Leibnizmantiene una tendencia monárquica, de he-cho, como es bien conocido, tenía un puestode consejero de príncipes electores, por loque en sus escritos políticos exalta las virtu-des del príncipe y no cuestiona la distribu-ción del poder.

Es dentro de este contexto que deben en-tenderse las propuestas de reunificación de lasiglesias cristianas y sus proyectos políticos y desociedades eruditas, porque lo religioso y lopolítico en este autor son inseparables. No obs-tante lo anterior, hay elementos novedosos queanteceden al pensamiento liberal posterior, espe-cíficamente su actitud ecléctica y tolerante, aun-que "Podría objetarse que se trata de la toleranciade creencias religiosas, y no de convicciones po-líticas, y que, por tanto, no interesa en lo que res-pecta a la historia del pensamiento político. Peroesta distinción entre creencias religiosas y con-vicciones políticas no estaba al alcance de todossus contemporáneos, o incluso del propio Leib- .niz, en determinadas cuestiones." 15

Para comprender mejor su posición político-jurídica, es pertinente en este momento hacermención de su filosofía. Cuando Leibniz hablade justicia la ubica como el factor que orienta lavoluntad del hombre para hacer el bien a los de-más. Unida a la justicia está la prudencia, que esla mesura y el buen juicio para valorar el bien yel mal, el uso del poder en relación con los otrosy el deleite en lo bello y agradable. La base de to-da justicia y de todo poder es Dios, quien siendo"máximamente sabio al mismo tiempo que pode-roso en grado sumo, actuará con justicia y pro-porcionará seguridad a quienes son justos, de talmodo que les sea posible actuar con rectitud, contranquilidad, y de manera que podamos no sóloquerer a nuestros enemigos y a quienes nos per-judican, sino también, a veces, beneficiamos no-sotros mismos a causa de quienes se alegran connuestro mal, suprimiendo la ocasión de perjudi-

camas, con tal disposición de ánimo que colabo-remos a su salvación."!"

La justicia debe manifestarse en el derecho,el cual debe tener como regla máxima la búsque-da del bien general, de tal manera que se validenlos preceptos reconocidos a todo nivel: "vivirhonradamente, no hacer daño a nadie, dar a cadauno lo suyo". Dado que en su punto de partida,toma como base a Dios, quien es a su vez la ba-se de toda su filosofía, la concepción que tienedel derecho será el derecho natural.

Establece tres partes integrantes de este de-recho, en orden ascendente se refiere al derechode propiedad (de tal manera que no se perjudiquea nadie), derecho de sociedad (que permite quecada uno reciba lo que le corresponde) y derechode piedad (honradez y felicidad más allá del mu-tuo auxilio). Derivados del derecho natural están"los principios eternos que tienen vigencia siem-pre y en todo lugar; es decir, en toda población yen cualquier Estado en el que se encuentre esapoblación. Tales son que Dios debe ser venerado,y que los magistrados y los padres deben ser res-petados."!? Dicho sea de paso, esta es un razónpor la que Leibniz admira el confucianismo prac-ticado por los chinos y por el que considera acep-table la labor misionera de los jesuitas, quienespermitían a los chinos convertirse al cristianismomanteniendo a la vez las prácticas confucianas,

Entre la justicia divina y la justicia humanano existe una diferencia tajante, más bien es unadiferencia de grado. Con respecto a la justicia hu-mana "es la voluntad constante de obrar de modoque, en lo posible, nadie tenga queja de nosotrosen las situaciones en las que nosotros podríamosquejamos del otro de estar en su lugar: "Por esto,resulta evidente que, al no ser posible dar satis-facción a todos, hay que intentar satisfacer a lagente en lo posible, y así lo que es justo se con-forma a la caridad del sabio.?'! La justicia deDios es atributo de su perfección, o su placer, alque define Leibniz como "el sentimiento de per-fección" y Dios es la perfección misma.

Como su posición política se calificó clara-mente monárquica, porque vivió al amparo de lanobleza y por convicción, sostenía que los prínci-pes, a los que llamaba hombres ilustres debían darejemplo de virtud y buenas cualidades "gracias ala autoridad que las leyes les han concedido, para

Page 8: Leibniz política y diplomacia.pdf

32 CARLOS ALBERTO RODRíG EZ

que gobiernen de acuerdo con el derecho naturaly civil.,,19

Las virtudes que Leibniz atribuye a los go-bernantes están ligadas a su concepción jerarqui-zada de las mónadas, destacando las que tienenconciencia de las verdades eternas, y éstas sonlas espirituales que se identifican con la inteli-gencia más que con la sensibilidad. En este sen-tido afirma que "El espíritu es el principio de lavirtud y de la ciencia que disponen a los hombresa las grandes acciones y a los cargos de respon-sabilidad.t'P De esta manera, considera el pensa-dor alemán, que la justicia es la virtud que másnecesitan los príncipes; el ejercicio de la mismarefuerza las otras virtudes y enaltece su gloria.

Se nota en este punto la influencia de sanAgustín quien en su De civitate dei describe supropósito de organizar el mundo, interpretandoel comportamiento humano y sus manifestacio-nes sociales, que generan el orden y el desor-den. Leibniz al igual que Agustín, considerabanque la especie humana forma una sola familia,cuyo destino está más allá de lo terrenal. La his-toria humana es la lucha entre el bien y el mal yes el marco para el plan de salvación divina, ba-jo la unidad cristiana, por eso, los príncipes ylos gobernantes como cristianos deben imitar aDios luchando por la justicia y el derecho; deesta forma, la política es un medio para colabo-rar con el proyecto divino a través del empleode las facultades racionales, cuyo soporte últi-mo es Dios.

En una carta dirigida al Landgrave De Hes-se Rheinfels, defiende su tendencia monárquica,pero a la vez, admite que hay príncipes buenos ymalos, aunque una u otra tendencia no radicanen el poder "sino el mal uso del poder lo que escensurable". Señala los peligros de un poder ab-soluto y pone como ejemplo a emperadores ro-manos y el peligro de un poder donde participenmuchos, en ese caso los senadores, atando alpríncipe. Termina la carta sosteniendo que "Encualquier caso, los buenos príncipes, sea cualsea el poder que tengan, ante Dios jamás se con-sideran propietarios, ni siquiera usufructuariosde su país, sino simples administradores de unbien que pertenece a Dios; no gobiernan anima-les, sino almas que Dios ha redimido con lo másprecioso que tenían.,,21

En este mismo sentido, se expresa en otracarta cuando se refiere a la mejor forma de hacerpolítica, cuando afirma que la política y quien laejerce debe regirse por la razón y la virtud, por-que "El fin de la ciencia política en lo que se re-fiere a la doctrina de las formas de las repúblicas,debe ser el hacer que florezca el imperio de la ra-zón. El fin de la monarquía es hacer reinar unHÉROE de eminente sabiduría y virtud, tal comovuestro actual rey."22

Política y jurídicamente Leibniz no cuestio-na el poder poi ítico, es partidario abiertamentede la monarquía, pero nunca ese será un impe-dimento para cuestionar cómo se ejerce el podery exaltar la búsqueda de la virtud en el ejercicio,del poder.

La causa final de la política, según Leibniz,es lograr el bien común y la justicia que radicanen el conocimiento de Dios; a partir de aquí se dael honor y la difusión del conocimiento en gene-ral, de ahí que política y religión estén tan unidasen su planteamiento filosófico. Sólo admitiendola existencia de Dios -afirma- se puede dar elbien común y la justicia. Precisamente escribeLos elementos del derecho natural (obra que nose publicó en vida del autor), para responder a laobra de Hugo Grocio De jure belli ac pacis, don-de se argumentaba que lo justo existe en la socie-dad, aunque no exista Dios.

El propósito general de la filosofía leibnizia-na es la consolidación de la armonía en todo, detal manera que "todo hombre sabio se ha de de-leitar con la belleza o la armonía; y de tal formase ha de deleitar, que calculará recíprocamenteentre una satisfacción determinada y su daño, to-mando como punto de partida la armonía."23

La reunificación europea y elecumenismo en el enfoque leibniziano

Leibniz es uno los pocos autores modernosque propuso la idea de una Europa unificada, elantecedente más cercano al pensador alemán fueJohann Comenius, pedagogo checo que propusola igualdad de todos los hombres y la enseñanzadirecta. Como se dijo antes, no es este el ámbitomás difundido en los estudios que sobre Leibnizse han hecho, pero este prolífero autor se ha ido

Page 9: Leibniz política y diplomacia.pdf

LEIBNIZ: POLÍTICA Y DIPLOMACIA 33

redescubriendo poco a poco, sobre todo en los úl-timos siglos.

Junto con su función diplomática, Leibniz vaelaborando sus proyectos de unificación europea,de conciliación de las iglesias cristianas y la pro-pagación del conocimiento a través de academiasde la ciencia. No hay que olvidar que después delTratado de Westfalia, el imperio queda divididoen 350 estados independientes, amenazadosporque Francia y Turquía, por lo que se hacía im-prescindible la unidad para poder defenderse, loque implicaba la difícil tarea de eliminar las dife-rencias de carácter religioso.

Leibniz impulsa la búsqueda de esta posibleunidad de los principados, en parte porque está alservicio de la casa de Hannover, cuyos señoreseran católicos conversos en una región mayorita-riamente protestante. Pero también lo hace, por-que es un convencido que la unidad)' la armoníason posibles, porque en su estructura filosóficasiempre busca reducir lo plural a lo singular, lodiverso a lo unitario y esto lo expresa tambiénpolíticamente. Así se lo comunicó a la secretariade la princesa Maubuisson "Mientras las perso-nas no estén preparadas y no exista un gobiernocomún que los una, no se puede aspirar a conven-cer a los contrincantes. Pero, al eliminar la reuni-ficación las asperezas y quedando en un conciliodebidamente organizado y presidido por algúnsanto pontífice que cuente con el apoyo de mo-narcas píos y sabios como el Papa, el emperador,el actual rey de Francia, si nos olvidamos de laguerra."24

Es interesante que invoque la autoridad delpapa, siendo protestante, pero lo hace para atraerla simpatía del Vaticano para sus proyectos y poruna sincera búsqueda del diálogo religioso y po-lítico. Leibniz era un convencido de que las dis-putas sin un juez definido son estériles y, algunasno pasan de ser malentendidos que podrían resol-verse por vía pacífica, aunque también es cons-ciente de que pueden haber controversias con se-rias diferencias de fondo.

Con respecto a católicos y protestantes,Leibniz considera que puede haber acuerdos sinque se violen los principios de unos y otros. Con-cretamente menciona dos hechos que causarongrandes disputas y propone una posible solución,son los casos de la Confesión de Ausburgo

(1530), que fortaleció el luteranismo y favorecióel despotismo de los príncipes alemanes y la opo-sición al imperio y al papado. Y el Concilio deTrento (1545 - 1563) convocado por la iglesiacatólica, con la pretensión de ser ecuménico yacabar con el cisma de la reforma, pero que enrealidad pretendía fortalecer al Vaticano.

Al respecto no es del todo clara su posición,por un lado, les dice a los protestantes que aun-que "hayan expuesto las razones que les han im-pedido reconocer el concilio de Trento como vá-lido -entre otras alegan que no se les ha escucha-do-, esto no impide que aún hoy sigan estandoobligados a someterse a un concilio general quetenga lugar de manera debida, a no ser que renun-cien abiertamente a la confesión de Ausburgo.v+Además parece aceptar la autoridad del papacuando afirma "que es el administrador legítimode todos los bienes espirituales de la Iglesia uni-versal, sobre todo en los intervalos entre conci-lios."26 Sin embargo, por otro lado, a pesar de suespíritu de diálogo, en una carta sostiene "Hemosexaminado detenidamente las pruebas que Romapresenta para atribuirse los derechos de Iglesiauniversal y hemos visto con toda claridad que notiene validez."27 Además le atribuye a la iglesiacatólica la responsabilidad del cisma al poner oí-dos sordos a las protestas.

Entre las soluciones que propone y que hadiscutido con teólogos es la comunión bajo lasdos especies, la omisión de ritos innecesarios y lapráctica de otros ritos que se pueden conciliarcon el cristianismo. En su abundante correspon-dencia se encuentra la que tuvo con el autor deltexto titulado "El católico discreto", donde am-bos pensadores coincidían en la necesidad de lareconciliación entre cristianos considerando "enprimer lugar, que los protestantes están obligadosa buscar con todas sus fuerzas la reunión con laIglesia católica, apostólica y romana. Y, en se-gundo lugar, que los católicos deben facilitarlesel camino, poniendo remedio a algunos abusosque escandalizan a los protestantes, y que ade-más perjudican a la verdadera piedad."28

La salida al conflicto religioso a través deencuentros ecuménicos ya se había propiciado,entre católicos y ortodoxos, quienes reconocie-ron el concilio de Trento, pero difícilmente se po-día dar un concilio ecuménico en la época de

Page 10: Leibniz política y diplomacia.pdf

CARLOS ALBERTO RODRíGUEZ34

Leibniz, ni aún en la actualidad, porque el Vati-cano considera que un concilio no puede ser ecu-ménico si no es convocado por el papa, ademásestablece que los decretos que se aprueben nopueden tener un carácter vinculante sin no sonpromulgados por su autoridad. Esto significa queesta concepción de ecumenismo desde la pers-pectiva católica es inadmisible para los protes-tantes, quienes rechazan la sumisión al papa.

Consecuente con su fe y su filosofía, Leibniztiene una férrea creencia en Dios, que procurafundamentar a través de la razón, por eso, en unacarta dirigida al místico Morell le escribe que"La razón es la voz natural de Dios, y sólo porella se debe justificar la voz revelada de Dios, pa-ra que ni nuestra imaginación ni ninguna otra ilu-sión nos engañe.,,29

Precisamente Leibniz define al hombre deacuerdo con la posesión de la razón, porque a tra-vés de ella accede a las verdades eternas por me-dio de un proceso que se va revelando al entendi-miento y la experiencia. De acuerdo con estepensador, la religión cristiana debe rechazar lomistérico y milagroso por absurdo, más por elcontrario debe estar apegada a la razón. Es fre-cuente encontrar referencias donde el filósofocritica lo que llama explicaciones simples entrelas que menciona el averroísmo y la doctrina deun tal maestro Fa de origen chino (Teodicea). Dela misma manera, critica a Miguel de Molinos ysus supuestos estados de quietud y meditaciónprofunda de los que Leibniz dice irónicamenteque "Habría que tomar opio, o coger una buenaborrachera para llegar a tal quietud o inacción,que no es otra cosa que el estupor propio de losanimales.v-"

Para Leibniz la verdadera contemplación esla vivencia interna de las verdades eternas, y co-mo escribe en la Teodicea, donde se refiere am-pliamente a la relación fe y razón, la armoníapreestablecida evita todas estas corrientes y fal-sas apariencias; la fe revelada no es imprescindi-ble para reconocer un principio único de todo,con un carácter bueno y sabio, porque "Dios es laprimera razón de las cosas, pues las que son limi-tadas, como todas las que vemos y experimenta-mos, son contingentes, y nada hay en ellas quehaga sus existencia necesaria; siendo manifiestoque el tiempo, el espacio y la materia, unidos y

uniformes en sí mismos e indiferentes a todo,pueden recibir otros movimientos o figuras, y enotro orden. Es preciso, pues, buscar la razón de laexistencia del mundo, que es el conjunto enterode las cosas contingentes, y es buscarla en la sus-tancia que lleva en sí la razón de existencia, yque, por consiguiente, es necesaria y eterna."31

No es que niegue la revelación, es un buencomplemento de la razón, según Leibniz, perocomo le escribía a la electora Sofía, si bien se ne-cesitan misioneros en China para predicar el cris-tianismo, también se necesitan más misionerosde la razón en Europa para predicar esta religiónnatural. Siguiendo este criterio Leibniz rechazala doctrina de la predestinación propia de algunassectas cristianas, especialmente calvinistas y seinclina más bien por la posibilidad de una salva-ción abierta a todo ser humano, lo que refleja elcarácter universal del pensador alemán.

Dentro de estas circunstancias, es muy im-portante mencionar algunas referencias que haceLeibniz Sobre China y las diferentes misionescristianas. No es de extrañar que un intelectualcomo Leibniz aludiera al imperio chino, práctica-mente en los siglos XVII y XVIII se generó unagran atracción por esta cultura, por parte de losintelectuales más eclécticos de entonces. Para elpensador alemán China es una civilización tanavanzada como la europea. Destaca de los chinossu lengua: la consideraba en su parte escrita co-mo una lengua ideal, solo superada por su carac-terística universal. Hay que considerar que cuan-do Leibniz empieza a tratar de estructurar una ca-racterística universal, lo que pretende es encon-trar un origen común de las lenguas, ese momen-to previo a la "construcción de la torre de Babel",donde existía un lenguaje único, que a su vez lepermite deducir, que debe existir un origen co-mún de la especie humana.

Los vínculos de Leibniz con la civilizaciónchina fueron indirectos, lo que fue una limitantey se dieron especialmente a través de la corres-pondencia con algunos misioneros jesuitas, quie-nes, dicho sea de paso, fueron en gran parte res-ponsables del atractivo que la cultura china ejercióen estos intelectuales europeos. Esta orden reli-giosa llegó a China en el siglo XVI, donde encon-traron tres grandes corrientes religioso-filosófi-cas: el taoísmo, el budismo y el confucianismo;

Page 11: Leibniz política y diplomacia.pdf

LE!BNIZ: POLÍTICA Y DIPLOMACIA

éste último, como se dijo antes, era parte integraldel sistema político del imperio.

El confucianismo da mucho énfasis a losasuntos morales y políticos, que implican un cultoa la tradición, a la familia y a la ley natural. Aspec-tos que admiró Leibniz y que exaltó en Novissimasinica, al comparar los chinos con los europeos,afirmando "Es tal el estado de nuestras cosas, caí-dos como estamos en tan grande corrupción, queme parece necesitaríamos que nos enviasen loschinos misioneros, los cuales nos ilustrasen sobreel uso y práctica de la religión natural del mismomodo que nosotros les hemos enviado quienes lesenseñen teología revelada.t'V

Al respecto, según el criterio de MichaelAdas, algunos pensadores, entre los que incluyea Leibniz, vieron en China "una guía para el de-sarrollo institucional, una evidencia que apoyarásus defensas de causas que variaba n desde el ab-solutismo benevolente, meritocracia y una eco-nomía basada en la agricultura.t'V Asimismoagrega, que una razón que más llamó la atenciónde Leibniz y otros intelectuales europeos, quie-nes rechazaban la intolerancia y la persecuciónreligiosa, fue el Edicto Kang-xi?s, de 1692, porel énfasis en la tolerancia.

Los chinos tenían una apertura diplomáticamuy reservada y los jesuitas tuvieron el mérito depenetrar poco a poco en esta civilización, en par-te porque aportaron soluciones a problemas físi-cos, matemáticos, técnicos y diplomáticos. Enparte, porque fueron respetuosos con la forma deser de los chinos, tratando de conciliar en cultopopular chino con el catolicismo, lo que les ganófuertes críticas de otras órdenes religiosas queterminaron enturbiando las relaciones con el em-perador. Tanto los jesuitas como el mismo Leib-niz tenían muy claro que el vínculo entre las doscivilizaciones implicaba beneficios para ambas.Por eso Leibniz en varias oportunidades defiendea estos misioneros a los que considera que "hantenido razón en defender a los chinos: encuentrodivertido que se les condene cuando la justiciaestá a su lado y que se les apruebe cuando hanerrado. Es un mundo invertido. Pero es que Ro-ma quiere siempre tener razón y entonces el azarsustituye al Espíritu Santo."34

En general, Leibniz tuvo un gran respeto yadmiración por la civilización china, desconoció

35

los pormenores políticos que había detrás de laimagen idealizada que tenía, pero destacó su ricay larga historia, mostró gran interés por el aportea las ciencias y a la filosofía práctica, las regula-ciones en la vida social y civil, mezcla de meta-física, teología y matemática, por lo que coloca-ba a China al mismo nivel que Europa.

Con sus proyectos de reunificación y apertu-ra religiosa, Leibniz es una muestra de naciona-lismo, porque siempre fue fiel a la nobleza ale-mana; y de europeísmo, pues buscaba una Euro-pa integrada política y religiosamente, con fun-damento en el diálogo y el conocimiento.

A modo de conclusión

Cabe preguntarse como reflexión final de es-te trabajo, ¿qué puede decir un pensador del sigloXVII como Leibniz, sobre la diplomacia y la po-lítica al mundo contemporáneo? Leibniz nuncadejó su concepción monárquica, fue fiel a la no-bleza germana y sirvió con honestidad a sus se-ñores. Tal vez, por su espíritu curioso e investiga-dor, no siempre prestó la atención debida en sulabor de funcionario de la casa Hannover, perosus propuestas y proyectos, tales como las socie-dades académicas, la reunificación de las igle-sias, la integración europea, reflejan a un hombreque utilizó sus funciones públicas para elaborar ytrasmitir su pensamiento, no por simple vanidado por intereses políticos únicamente, sino porquerealmente su pensamiento apunta a la armonía, alo simple, a lo contemplativo sin dejar de lado loconcreto, porque como él mismo lo expresa: "Laverdadera fe y la verdadera esperanza no consis-ten sólo en hablar o pensar, sino en pensar prác-ticamente, es decir, en obrar como si aquello enque se cree fuese verdadero.t' "

Este es un aspecto que puede decir algo po-sitivo al mundo contemporáneo, especialmente aaquellos que en el ejercicio de funciones públi-cas, sólo piensan en su propio beneficio y no enel bienestar común; aquellos que sólo piensan ensu poder personal o nacional y no utilizan el po-der que tienen para la búsqueda de un mundo me-jor. Leibniz realmente asumió la lucha por unmundo en armonía, donde la paz fuese posible,como punto de partida para su paraíso cristiano.

Page 12: Leibniz política y diplomacia.pdf

36 CARLOS ALBERTO RODRíGUEZ

Su entorno similar al nue tro, en cuanto queno está exento de conflictos diplomáticos o béli-cos, por razones políticas o religiosas, fue "caldode cultivo" para cambios, que en lo particular élsupuso podían ser mejores si se cedían posicio-nes beligerantes. Pero este genio difícilmente pu-do ser comprendido al respecto, y probablemen-te hoy ocurriría lo mismo, porque sus contempo-ráneos y en gran parte los nue tros (especialmen-te los que ocupan puestos relevantes en política oreligión), mantenían y mantienen posiciones ce-rradas y dogmáticas, que hacen irrealizable unámbito de tolerancia, diálogo y paz. En este sen-tido, su recomendación de que la justicia es unavirtud necesaria de los gobernantes, sigue reso-nando con fuerza en los primeros pasos de estesiglo XXI.

Curiosamente el mundo contemporáneo anivel científico y tecnológico representaría enparte, la realización del ideal leibniziano del de-sarrollo del conocimiento. Pero si viviese en estaépoca, también se decepcionaría de saber quegran parte de estos conocimientos se desarrolla-ron en el ámbito militar, cuyo propósito funda-mental no es precisamente la armonía y la paz.

El ecumenismo sigue siendo una gran utopía,especialmente porque las religiones más difundi-das como lo son el cristianismo, el islamismo y eljudaísmo, por su carácter monoteísta, son exclu-yentes y absolutistas, arrogantes en cuanto los cri-terios de verdad, pues se consideran las únicas por-tadoras de ésta. Por eso, no es de extrañar que par-te de los conflictos bélicos actuales tengan algunarelación directa con lo religioso, así por ejemplolos conflictos palestino-israelí, indú-pakistaní, losBalcanes, diversas regiones africanas y asiáticas, olrlanda del Norte. Los intentos ecuménicos no pa-san de ser un diálogo de sordos, tal vez no a todonivel, pero si de las altas jerarquías religiosas.

Finalmente, cabe resaltar una vez más sueclecticismo y tolerancia, como criterios que sedeben asumir si se quiere un mundo más armóni-co; claro está este mundo tendría marcadas dife-rencias con el propuesto por el pensador alemán,puesto que hay mayor pluralidad, es un mundoque resalta no la igualdad sino la diferencia y elderecho a ser diferentes, lo que implica el respetopolítico y religioso, que se extraña tanto ahoracomo en el siglo XVII. Lo que no se puede poner

en duda, es que G. W. Leibniz fue un genio de lamodernidad, con múltiples intereses y gran cu-riosidad intelectual que procuró integrar en unesquema filosófico fundamentado en la armoníauniversal, como principio rector de las cosas.

otas

1. Nueva enciclopedia temática, tomo l O, p. 9.2. Enciclopedia internacional de las ciencias socia-

les, volumen 3, p. 14.3. lbid., p. 289.4. Escritos políticos, p. 206.5. lbid., p. 208.6. Enciclopedia internacional de las ciencias socia-

les, volumen 3, p. 342.7. "El proyecto de expedición a Egipto", Escritos

políticos, pp. 67-68.8. lbid., p. 73.9. lbid., p. 80.lO. lbid., pp. 80-81.11. Carta a Sofía Carlota, diciembre de 1697, Filoso-

fía para princesas, p. 75.12. Escritos de filosofía jurídica y política, p. 193.13. Carta a la electora Sofía, octubre de 1705, Filoso-

fía para princesas, p. 86.14. Carta a Sofía, 29 noviembre de 1707, tua., p. 97.15. Leibniz, Escritos políticos, pp. 19-20.16. Leibniz, "De la justicia", Escritos de filosofia ju-

rídica y política, p. 109.17. Ibid., p. 144.18. Leibniz, Escritos políticos, p. 298.19. Ibid., p. 113.20. lbid., p. 117.21. Leibniz, Carta al Landgrave Emst De Hesse-

Rheinfels, agosto 1683, Escritos de filosofía polí-tica y jurídica, p. 181.

22. Carta a Thomas Burnnett, 1701, lbid., p. 183.23. Leibniz, Los elementos del derecho natural, p. 12.24. Carta a Madame de Brinon, mayo de 16911, Escri-

tos políticos, pp. 246-247.25. lbid., p. 229.26. lbid., p. 233.27. Carta a Madame de Brinon, abril de 1695, lbid.,

p.255.28. Carta al Landgrave Emst De Hesse-Rheinfels,

octubre de 1680, Escritos de filosofía política yjurídica, p. 457.

29. Carta a Morell, setiembre de 1698, Ibid., p. 439.30. Carta al Landgrave Emst De Hesse-Rheinfels,

mayo de 1688, lbid., pp. 433-434.

Page 13: Leibniz política y diplomacia.pdf

LEIBNIZ: POLíTICA Y DIPLOMACIA 37

3\ La teodicea ... , p. 101.32. "Prólogo a la Novissirna Sinica", Escritos políti-

cos, 11, p. 57.33. Michael Adas, Machines as the measure of

lile/l. .. , p. 79.34. Escritos de filosofía jurídica y política, p. 414.35. Escritos políticos, p. 189.

Bibliografía

Adas, Michael. Machines as the Measure of Men:Science, Technology and ldeologies of WesternDominance. lthaca and London: Cornell Univer-sity Press, 1979.

Enciclopedia internacional de las ciencias sociales,Versión española de Vicente Cervera Tomás, 3Vol. Madrid: Aguilar, 1974.

Leibniz, G. W. Los elementos del derecho natural,Traducción y estudio preliminar de Tomás Gui-llén. Madrid: Tecnos, 1991.

____ o Escritos de filosofía jurídica y política,Edición preparada por Jaime de Salas, traduc-ción de José M. Atencia. Madrid: acional,1984.

____ o Escritos políticos, Selección y traducciónde Jaime de Salas. Madrid: Centro de EstudiosConstitucionales, 1979.

____ o Escritos políticos, 11, Edición de E. TiernoGalván y P. Mariño. Madrid: 1985.

____ o Filosofía para princesas, Prólogo y notasde Javier Echeverría. Madrid: Alianza, 1989.

____ o La teodicea o tratado sobre la libertad delhombre y eLorigen deLmal, Traducción de Eduar-do Ovejero y Maury. Madrid: Aguilar.

____ o Tres textos metafísicos, Traducción de Ru-bén Sierra Mejía. Barcelona: Norma, 1992.

Nueva enciclopedia temática, Tomo 10. México:Cumbre, 1979.

Russell, Bertrand. Ciencia y filosofía 1817 - 1919,Traducción de Carlos Benito Cardenal. Madrid:Aguilar, 1973.

Carlos Alberto Rodríguez RamírezEscuela de Filosofía

Universidad de Costa Rica