[ENTREVISTA] ANTONIO BLOISE, PRESIDENTE DE EVERTON S.A.D UN LEGADO FAMILIAR SIGUIÓ LOS PASOS DE SU PADRE Y HOY ES PRESIDENTE DEL EQUIPO QUE LO APASIONA. LLEVA CINCO AÑOS EN EL CARGO, PERO SU MAYOR LOGRO SE LLEVARÁ A CABO EN LOS PRÓXIMOS MESES. UN DESAFÍO QUE LE PERMITIRÁ DEJAR EL PUESTO CON TRANQUILIDAD Y UNA SONRISA. Texto y Fotos: Isidora Centeno O. Antonio Bloise viene de una familia italiana y reconoce que desde chico le gustó el fútbol. “Seguía a Everton como una forma de vincularme a mi papá. Él era muy importante para mí y acompañarlo al estadio era una forma de estar con él”, expresa. Con el tiempo, se fue haciendo hincha de Everton, e incluso bromeaba con sus amigos que cuando grande sería presidente del club. Pasaron los años y el “Toño” estudió Ingeniería Comercial, y comenzó a realizar sus propios negocios. Pero el Everton siempre estuvo presente. Incluso, siguió a su equipo mientras vivía fuera de Chile. Y así fue como un día se enteró: se estaban creando las sociedades anónimas, y surgió la necesidad de que Everton se transformara en una. “Me contacté con la gente que estaba a cargo y entré a la sociedad. Simplemente como una manera de estar presente en el Everton, como siempre lo había estado, no había ninguna ambición adicional”, asegura Bloise. Fue así como en 2007, ya inserto en el directorio del club, sus ideas y propuestas se destacaron por sobre las otras, y con el apoyo de varios miembros, se convirtió en el nuevo presidente. “Si no fuera por mi papá, no hubiera llegado nunca al fútbol. Es un tema muy complejo, pero para mí ya era algo conocido. He pasado momentos buenos y malos, pero uno tiene que saber a qué está expuesto. Si bien el fútbol es una sociedad anónima, y todos piensan que es un negocio, esto tiene más que ver con pasión que con un tema comercial”, dice Bloise. En los cinco años que lleva de carrera, el club ha pasado por altos y bajos. Jamás se podrá olvidar esa victoria a Colo Colo en el Estadio Sausalito, que les dio el título del Campeonato de Apertura 2008. Un título que parecía inalcanzable, pero que Bloise puede decir con orgullo que, luego de 32 años, éste se obtuvo bajo su mandato. Pero las cosas buenas no son para siempre. Dos años después el equipo pasó por una gran crisis: el descenso. Luego de una gran campaña, Everton comenzó a tener malos resultados, hasta que, a pesar de pelear a muerte, bajaron a segunda división. Fue un golpe para todos, “pero el Toño supo manejar bien la situación”, aseguran otros miembros del directorio.

“El Toño, se destaca por ser una persona estable y equilibrado, lo que es muy bueno para el club. Tanto en momentos de crisis como cuando Everton bajó a Segunda, como cuando salieron campeones del Apertura y la clasificación a Copa Libertadores”, explica el gerente deportivo del club, Waldo Silva. “Muchos se vuelven locos celebrando o haciendo cambios en el club que, al final, lo llevan a la quiebra. Él no. Siempre con calma, intentando enfrentar de la mejor manera la situación”.

90 minutos… Para la mayoría, durante un partido es el momento de mayor expresión. Son 90 minutos donde te transportas a otro mundo, donde lo único que importa son los once jugadores de tu equipo en la cancha. Más aún para el presidente del club. Pero el “Toño”, siempre mantiene esa tranquilidad que lo caracteriza. Mientras la mayoría, se para y grita, Bloise permanece sentado durante gran parte del partido, sin mayor expresión que salga de levantar los brazos y jugar a ratos con el pelo. Hay que decirlo, para ser un fanático, es bastante tranquilo. “He tenido que aprender a comportarme dentro del estadio. Cuando uno viene como hincha puede expresar todos sus sentimientos, pero como presidente uno tiene que tener - de alguna manera - cierto respeto. Muchas veces, hasta por las visitas. Me ha tocado ver partidos con el presidente del otro club al lado, entonces no puedo celebrar el gol igual que el resto de la gente. Para mi el respeto es fundamental en esto, y trato de comportarme como corresponde”, expresa Bloise. Pero una cosa es el comportamiento, mientras que otra sus ritos. A pesar de provenir de una familia muy católica, el “Toño” reconoce que es bastante supersticioso. “Es un poco inconsecuente, pero soy de no pasar la sal en la

mano y esas cosas que son más típicas y clásicas”, expresa. Pero cuando respecta al fútbol, también tiene algunas cábalas. “Creo en las energías de las personas y hay personas que las veo llegar y creo que me traen mala suerte, así como otras buenas. Soy un poco enredado con eso”, reconoce. Por otro lado, asegura que se preocupa con que reloj anda y cómo anda vestido. “Si pierde Everton muy seguido y ando con el mismo reloj, me lo cambio. Son cosas muy cotidianas, pero que en el camino voy resolviendo”. Incluso sus amigos aseguran que los ha hecho cambiarse de asiento si Everton va perdiendo y que como cábala, el día del partido se juntan a tomarse un café en un local en Reñaca. Pero sólo son dos los que pueden ir. Si llega alguien que al “Toño” no le ‘gusta’, mejor que se vaya. Se repite la historia Así como el “Toño” iba al estadio con su papá, él siempre va a ver al Everton con sus dos hijos – Antonio y Enzo – quienes lo acompañan y han vivido todo el proceso junto a él. “Es algo trascendente también en su vida. Acompañarme cuando las críticas son duras, también los hace a ellos más fuertes; y los momentos importantes del Everton, para ellos ha sido un orgullo”, asegura Bloise. Reconoce, eso sí, que su origen italiano lo hace un poco machista, por lo que sólo va al estadio con los hombres. Sus dos hijas no lo acompañan, pero tampoco les gusta mucho el fútbol, principalmente por la estrategia del papá para que no se interesen por el deporte. Mientras, Antonio y Enzo realmente viven por el fútbol. Incluso terminando el partido, a Enzo lo llama la mamá y lo primero que hace es contarle cómo estuvo el partido. Una pasión que ya dejó de ser personal, sino que se vive en familia. Marcando la diferencia Bloise es un hombre comprometido y siempre preocupado por los hinchas. Una vez terminado el partido, alegremente con una victoria para Everton, como siempre lo hace, camina por la cancha hacia los camarines. “No importa el resultado, siempre va a saludar a los jugadores”, cuenta Silva. En la mitad del camino, le gritan desde la caseta de radio “estamos en vivo”, y el “Toño” parte corriendo hacia arriba. Retoma el camino y llega a los camarines, saluda al plantel y los felicita por la victoria. Está ahí un rato y luego se consigue una polera. “La están esperando”, expresa. Saliendo del Estadio varios hinchas se le acercan, lo felicitan y le piden una polera. El “Toño” mira a uno y le pasa la que le había prometido. Pero tiene otra, y se la entrega a uno que constantemente ve en el estadio y que siempre acompaña al equipo. Bloise reconoce, “vivo un poco de manera improvisada y me manejo en base a mis sensaciones”.

Autoevaluación El “Toño” asumió la presidencia con la idea de estar dos años en el cargo. Asegura que él es bastante crítico con los líderes que se enquistan en las organizaciones, pero que sigue en el club porque cree que “de alguna manera estoy en deuda. En el tiempo, la historia dirá si fui un buen o mal presidente, pero eso me tiene un poco mal y ha hecho que me quede un poco más de lo que tenía presupuestado”, expresa. Por otro lado, hay veces en que se cuestiona mucho como presidente, sabiendo que ha hecho muchas cosas por el club, tanto buenas como malas. Pero al preguntarle por cuál ha sido su mayor logro, él aseguró que éste viene en camino. “De las cosas positivas, hay una que todavía no se materializa, pero que creo va a ser la mejor obra que le puedo dejar al club en el tiempo. Es más que el titulo, que haber ido a Europa, que haber jugador la Libertadores. Porque yo no soy presidente del equipo, soy presidente de las instituciones y trato de hacer esa diferencia, que muchas veces la gente no la entiende. Por eso, mi mayor aporte al club va a ser cuando ahora en junio, se concrete la iniciación de remodelación del estadio. Creo que eso va a ser, en lo personal, el mayor aporte que le voy haber hecho al club”, asegura Bloise.