Parte_4_par.pdf
-
Upload
enrique-rodriguez -
Category
Documents
-
view
217 -
download
0
Transcript of Parte_4_par.pdf
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 1/14
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 2/14
9 /
El síndrome
e
quemarse por l trabajo {burnout
3.3.
ersuasión
La persuasión verbal, el reforzamiento, el feed-
back o las amonestaciones recibidas de otros com-
pañeros, jefes, familiares, profesores o amigos sig-
nificativos para la persona constituyen otra de las
fuentes generadoras de autoeficacia más tradicio-
nalmente utilizadas por la psicología en el ámbito
organizacional. Volviendo al programa de formación
presentado por Eden y Aviram 1993), todo progra-
ma de intervención que intente generar juicios de
autoeficacia en las personas debe venir acompaña-
do por un refuerzo para cada
un
de las conductas
realizadas; concretamente, estos autores manifiestan
que es de «vital importancia» para fomentar de for-
ma satisfactoria cada conducta o estrategia en el
programa de entrenamiento que ésta venga acom-
pañada de palabras de ánimo y confianza por el
monitor o instructor del curso. Mager 1992) ha
elaborado un cuestionario para monitorizar el pro-
ceso
de
formación de juicios de autoeficacia en un
curso de formación véase la tabla 4.3) .
TABLA 4.3
Cuestionario de autoevaluación para monitorizar un programa
e
formación de juicios
de autoeficacia Mager, 1992)
l se le permite al aprendiz practicar hasta que lleva a cabo la conducta según los
criterios establecidos en los objetivos?
2 . el entrenamiento incluye la práctica personal y el feedback?
3. ... las condiciones bajo las cuales se lleva a
c bo
el programa son tan cercanas al
mundo real como es posible?
4. . el feedback proporcionado a los aprendices sobre su desempeño se centra en su
propia habilidad antes que en otros factores?
5. . el feedback se focaliza en la mejoría del desempeño antes que en la aptitud del
aprendiz?
6 ... el feedback describe las metas progreso hacia el objetivo) antes que los déficit
carencias para ser experto)?
7
... se les proporciona a los aprendices metas próximas sobre las cuales trabajar?
8 ... después de que se consiga dominio en las habilidades entrenadas, la práctica se
lleva a cabo bajo el rango de condicione s descritas en los objetivos?
9
... las demostraciones son dirigidas por alguien similar a las características de los
aprendices edad, sexo, estatus)?
10. . el modelo demuestra el mismo trabajo o desempeño que los aprendices esperan
aprender?
11. ... el modelo realiza los comentarios relativos al diagnóstico de la tarea durante o
después de la demostración?
© Edi ciones Pirámide
•
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 3/14
9
I El síndrome de quemarse
por
l trabajo burnout)
Por último, pasamos a fundamentar los proce
sos psicológicos involucrados en las fuentes desde
las cuales podemos trabajar para generar autoefi
cacia.
3 1 Favorecer situaciones
en las que se desarrollen
experiencias de logro
La propia experiencia, la estructura, el contenido
y los patrones de conducta seguidos en situaciones
abordadas en el pasado tanto ante un resultado satis
factorio como ante un fracaso son una de las fuentes
más importantes para generar juicios de capacidad
individual, grupal o colectiva. Por ejemplo, las per
sonas, a medida que envejecen, tienden a juzgar los
cambios que se producen en la capacidad intelectual
como reflejo de su nivel de ejecución en tareas de
aprendizaje de nuevas tecnologías. Por lo tanto, el
feedback que nos ofrecen las pequeñas pruebas que
nos facilitan los cursos de formación tiene una lectura
de diagnóstico altamente significativo. Así, mientras
esos mismos lapsus de memoria a una edad inferior
son pasados por alto, a medida que se envejece cobran
una mayor atención al reflejar una disminución en
las capacidades intelectuales. Sin embargo, al mismo
tiempo se observa cómo a medida que se envejece
se utilizan menos estrategias cognitivas de memoria,
pasando a utilizar un mayor número de ayudas exter
nas. La utilización de una menor cantidad de estra
tegias cognitivas reduce el esfuerzo empleado para
el recuerdo al tiempo que afecta a más largo plazo
sobre la capacidad cognitiva real. A este efecto que
casi es una espiral en la predicción de la conducta
futura es a lo que Eden y Aviram ( 1993) denominan
«profecía autocumplida».
Siguiendo con el ejemplo, esta espiral constituye
un proceso de construcción activo en el cual la in
formación es elaborada semánticamente, transfor
mada y reorganizada dentro de un sistema de codi
ficación que nos ayude a recuperar la información
(véase figura 4.1 . Las personas mayores difieren en
la forma en la que perciben su capacidad de memo
ria y, consecuentemente, en cómo ésta se ve afecta
da por el envejecimiento. Las diferentes concepcio-
nes sobre la memoria pueden ejercer un efecto
significativo sobre la calidad del procesamiento cog
nitivo real.
Volviendo al contexto de la autoeficacia para
afrontar situaciones percibidas como amenazantes,
por ejemplo, en la búsqueda de empleo, el feedback
que nos aporta la experiencia diaria nos facilita in
formación para potenciar o mermar nuestros juicios
de capacidad. Para aquellos que piensan que la ca-
pacidad es algo fijo y han tenido una experiencia
negativa al afrontar la situación, será muy probable
que vean mermada su autoeficacia y que esto les
lleve a un sentimiento de frustración y al abandono
de cualquier esfuerzo o interés para continuar en el
empleo. Por el contrario, aquellos que sientan que
la capacidad es algo que se adquiere interpretarán '
un mal resultado como un proceso lógico en la bús
queda de empleo, como una oportunidad para apren
der cosas nuevas y como la oportunidad de recoger
información y experiencia que les facilite cómo de- :.
ben enfrentarse en el futuro a la búsqueda de empleo.
Los programas de intervención que se focalizan en
, •
·
esta estrategia para generar juicios de autoeficacia
,.
serían aquellos centrados exclusivamente
en
el en-
trenamiento en habilidades y competencias. ,,
En este proceso de aprendizaje sobre el signifi
cado del feedback, parece necesario analizar el tipo
de atribuciones causales que las personas realizan de '
los resultados tanto positivos como negativos. Así .
.
cuando nos enfrentamos a un resultado positivo, una
1
persona con un juicio elevado de autoeficacia tende-
fi
rá a atribuir ese buen resultado a su capacidad (atri
bución interna y estable), mientras que una persona
con baja autoeficacia hará una atribución centrada en
la suerte (atribución externa e inestable), es decir,
una atribución sobre la cual no puede ejercer ningún
control dejando su futuro en manos del azar. Por el
contrario, cuando nos enfrentamos a un resultado in
satisfactorio o negativo en la búsqueda de empleo,
una persona con un juicio elevado de su capacidad
tenderá a hacer atribuciones centradas en el esfuerzo
(atribución interna e inestable), algo que no va a mer
mar su juicio de capacidad y que le va a aportar una
oportunidad para ejercer un mayor esfuerzo y persis
tencia en el futuro y así lograr los objetivos deseados.
Sin embargo, aquellos que tienen una percepción de
© diciones Pirámide
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 4/14
92 / El síndrome
e
quemarse p r el trabajo {burnout
nazante puede ser reconstruida cuando la persona
identifica que unas estrategias de afrontamiento van
unidas al éxito en la tarea.
2
Desarrollo de experiencias previas en un si-
mulador y/o a través de role playing. Bandura 2000)
señala que otro método eficaz para superar la ansie
dad sería realizar las tareas percibidas como amena
zantes por un período de tiempo muy corto. Este
método podría utilizarse como un segundo paso del
programa, al igual que hicieran Latham y Saari
1979). A medida que las personas se perciben más
seguras y confiadas con la tarea, comienza a ampliar
se el tiempo de implicación en la tarea. La impor
tancia de este método reside en que la persona ex
perimenta por sí misma que es capaz de afrontar y
superar con éxito situaciones que antes percibía como
amenazantes, y esto desarrolla en el individuo una
fuerte percepción de autoeficacia.
3) Transferencia de habilidades al contexto
real. Por último, en la fase final del programa,
sería importante seleccionar aquellas actividades
o tareas del puesto de trabajo que puedan aportar
al individuo la oportunidad de poner en práctica
las estrategias de afrontamiento que ha desarro
llado previamente y así generalizar su percepción
de que es capaz de afrontar situaciones estresantes,
es decir, generalizar su
juicio
de autoeficacia a la
vida cotidiana. En esta última fase es cuando se
fortalece el juicio de autoeficacia y la persona eli
mina o reconstruye el significado del aumento de
excitación o arousal que le producen determinadas
situaciones.
Como hemos observado, sería recomendable
utilizar un programa de formación en tres fases, como
el que se presenta en la tabla 4.2, para reducir o
evitar que se desarrolle el estrés laboral crónico en
el trabajo. En este programa se emplean las cuatro
fuentes para generar autoeficacia en cada una de
sus fases. El programa de intervención se ha basa
do en un entrenamiento en habilidades de afronta
miento, una inoculación contra el estrés, el apoyo
de los monitores y el equipo.
TABLA 4.2
Temporalización de un programa de formación propuesto para prevenir el burnout en los docentes
Estrategias
A. Elaborar un listado de :
- Competencias técnicas
asociadas al puesto de
trabajo.
ituaciones
percibidas
como amenazantes.
B. Dividir las competencias téc
nicas en subtareas.
Ejemplos
Motivar a los alumnos o influir
en las decisiones de la direc
ción.
Conflicto con los padres o falta
de equidad en el reparto de ta
reas entre los compañeros.
Una subtarea para motivar a los
alumnos sería organizar el ma
terial didáctico atendiendo al
interés y al nivel del alumno.
Fuentes de autoeficacia
Interpretación de los estados
fisiológicos
desencadenados
ante situaciones estresantes .
El conocimiento de las expe
riencias vividas
como
estresan
tes en el pasado recodifica
ción).
Las experiencias propias y vi
carias en el desempeño
de
su
profesión.
© Ediciones Pirámide
:1
;e
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 5/14
9
I
El síndrome de quemarse por
l
trabajo burnout)
y a la elección de estrategias analíticas adecuadas.
Los profesores con bajo sentido de eficacia en la
instrucción tienden a estancarse en los problemas
de clase, están estresados y sienten ira por el mal
comportamiento de sus alumnos, son pesimistas so
bre su potencial mejora y se centran más en el con
tenido antes que en el desarrollo de los estudiantes
Melby, 1995).
Vemos cómo los modelos de front miento y
los esfuerzos afectan a los resultados del desempe
ño, los cuales pueden ser favorables o desfavorables.
Unos resultados desfavorables prolongados son una
importante fuente de información sobre la eficacia,
añadida a las fuentes primarias y quizá, creando
una secuencia cíclica de ocurrencias. Lo nuevo, la
información basada en la ejecución, es ahora inte
grado con las fuentes primarias, añadiéndose, mul
tiplicándose, figurativa o heurísticamente Bandura,
1997). Este autor señala que para prevenir el desa
rrollo de los síntomas del estrés laboral crónico es
necesario incorporar la autoeficacia en los progra
mas de formación utilizando las cuatro fuentes para
generarla.
3 PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN
PARA GENERAR JUICIOS DE
AUTOEFICACIA PERCIBIDA
Desde el primer momento en que se introduce
el concepto de autoeficacia, Bandura 1986) señala
las cuatro fuentes desde las que podemos generar
juicios de capacidad en los programas de formación.
Concretamente, Bandura señala que es necesario
combinar tres elementos en estos programas: en
primer lugar es preciso fomentar las habilidades
básicas necesarias para el puesto de trabajo esta
bleciendo una serie de reglas y estrategias de fun
cionamiento a través de un programa de formación
por
modelado instructivo;
segundo, para que cada
uno de los aprendices genere esos juicios de capa
cidad sería conveniente que se utilizaran
prácticas
de simulación
cercanas a la realidad laboral en las
que el trabajador fuera desarrollando mayor con
fianza en sus capacidades,
y
por último, presentar
situaciones del trabajo cotidiano en las que se pue-
dan poner en práctica y
transferir las habilidades
ya generadas que, por
lo
tanto, favorezcan la per
cepción de logro y dominio de competencias.
En 1979, Latham y Saari desarrollaron uno de los
programas de formación para generar juicios
e
auto
eficacia en
el
empleo que más veces ha sido citado en
la literatura y que puede servirnos de referencia. Se
trata de
un
programa de formación en tres fases ba
sado
en
prim r
lugar
en la utilización del modelado
para mostrar a los supervisores o jefes de unidad las
habilidades interpersonales necesarias para cumplir
con su trabajo eficazmente. Sería un entrenamiento
en liderazgo, puesto que se pretende influir en la
moral y la eficacia del equipo de trabajo para mejorar
la productividad de la organización. Para desarrollar
el programa, Latham y Saari seleccionaron aquellas
competencias técnicas asociadas al puesto de trabajo
en las que el supervisor pudiera influir a través de
sus habilidades interpersonales generando mayor
motivación. Una vez seleccionadas las competencias,
presentaron en un vídeo
un
modelo enfrentándo
se y resolviendo las situaciones más cotidianas del
puesto de trabajo del supervisor. Concretamente, el
modelo utilizaba diferentes estrategias para mejorar
la motivación de sus trabajadores, mostraba cómo
se debía utilizar el feedback, las recompensas, qué
metas se debían establecer y cómo manejar situa
ciones problemáticas de absentismo o resistencia al
cambio.
Posteriormente
se presentaban escenarios
de conducta reales en los que los supervisores pudie
ran discutir qué métodos de trabajo resultarían más
útiles, se llevaban a cabo role-playing en los que los
supervisores pudieran inferir y comprobar que eran
capaces de manejar situaciones de la vida cotidiana,
recibiendo un feedback específico que les permitiera
mejorar sus habilidades. Por último para facilitar
la transferencia de las habilidades aprendidas a su
ámbito de trabajo, los supervisores recibieron ins
trucciones para utilizar las habilidades que habían
aprendido durante una semana en su puesto de tra
bajo. Pasada una semana, se volvieron a reunir para
revisar las dificultades que habían tenido en la puesta
en práctica
y
los éxitos que habían cosechado. Para
solventar los posibles problemas, los supervisores
volvieron a recibir formación con un modelado ins
tructivo sobre esas situaciones complejas.
©
Ediciones Pirámide
··
2
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 6/14
I
El síndrome de quemarse por el trabajo burnout)
físico y emocional, la despersonalización de los
destinatarios de los servicios o sentimientos muy
negativos hacia ellos y la percepción de falta de
realización personal Maslach y Jackson, 1981 b;
Jackson, Schawb y Schuler, 1986).
En una categorización posterior, este autor
Friedman, 2003) mantiene que los estresores am
bientales comunes en estos profesionales pueden
ser clasificados como estresores de tarea, organiza
cionales y de relación, cada uno relacionado con
una diferente proporción de la variación en la per
cepción de burnout profesional, siendo los estreso
res organizacionales los que mejor predicen la dis
tinción entre alto y bajo bumout en los directores
de los colegios. En este sentido, Evers et al. 2002)
mostraron que cuanto más negativas fueran las ac
titudes de los profesores hacia la implementación
de un sistema educativo innovador, más probable
era que sufrieran despersonalización y agotamien
to emocional y obtuvieran una puntuación más baja
en la dimensión de realización personal.
La incidencia del burnout en los profesores pa
rece ser un fenómeno generalizado en todos los
países. Así, Tang y Lau 1996) mostraron que, al
igual que en Occidente, los profesores en Hong
Kong se enfrentan a unas condiciones de trabajo
que son cada vez más estresantes , debido a la can
tidad de clases, la carencia de recursos educativos
y el escaso refuerzo que perciben por su trabajo.
Además, estos autores encontraron que los profe
sores tenían un nivel de realización personal y sa
tisfacción con el trabajo inferior a las enfermeras y
los agentes de policía, dato que correlaciona con el
incremento del número de intentos de suicidio en
los profesores Hui y Chan, 1996).
2 1 Autoeficacia SQT en docentes
En los últimos años, cada vez más los investi
gadores sobre burnout han considerado la teoría
de
la autoeficacia en sus estudios Leiter, 1992b; Cher
niss, 1993; Friedman, 1999, 2003; Brouwers y To
mic, 2000). En el contexto español, Grau, Salano
va y Peiró 2000) encontraron que la autoeficacia
modula las relaciones entre el estrés y un ambien-
te estresante. Sin embargo, este efecto modulador
parece depender de la medida de autoeficacia uti
lizada general o específica), de la naturaleza de
los estresores relacionados con la tarea o sociales),
de las características del trabajo recursos y de
mandas) y del tipo de consecuencias del estrés
burnout, satisfacción laboral o compromiso orga
nizacional). En concreto, estos autores encontraron
que los trabajadores con un bajo nivel de autoefica-
cia generalizada manifestaban mayor agotamiento
emocional cuando la autonomía laboral era mayor;
j
mientras que los trabajadores con bajos niveles de
autoeficacia profesional manifestaban mayores ni-
.
veles de despersonalización cuando la rutina y el
*
conflicto de rol son altos, y menores niveles de i
compromiso organizacional cuando tienen niveles
elevados de conflicto de rol. Además, mostraron
que la autoeficacia, tanto general como específica,
es un fuerte modulador de la relación entre los es
tresores y la experiencia de burnout. Por lo tanto,
si trasladamos estos resultados al modelo propuesto
en la figura 4.1, la autoeficacia influye sobre cómo
se codifica la situación amenazante, qué estrategias
de autorregulación se despliegan y qué conducta se
desarrolla.
Volviendo al contexto escolar, Brouwers y
To-
mic 2000) examinaron la dirección y la clase de
relaciones entre la autoeficacia percibida en el ma
nejo de la clase y las tres dimensiones de burnout
para los profesores. Estos autores encontraron que
la autoeficacia para enseñar tuvo un efecto longitu
dinal sobre la despersonalización y un efecto sin
crónico sobre la realización personal. a dirección
fue inversa en el caso de la autoeficacia percibida
el agotamiento emocional al mismo tiempo que
sincrónica) . Evers et al. 2002) encontraron que las
creencias de autoeficacia estaban significativa y ne
gativamente relacionadas con la despersonalización
t
y el agotamiento emocional y significativa y positi
vamente relacionada con la realización personal.
En relación a los trabajos realizados con una
aproximación multifacética
al estudio de la relación
entre la autoeficacia y el burnout en profesores, nos
encontramos con que Friedman 2003) obtuvo di
ferencias entre los niveles de eficacia percibida en
clase frente a la obtenida en la organización. Así,
© Ediciones Pirámide
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 7/14
86 I
l
síndrome de quemarse
por el
trabajo burnout)
cacia, Jo cual tiene importantes implicaciones en su
relación con el proceso del SQT. Por ejemplo, Evers,
Brouwers y Tomic 2002) utilizaron tres tipos de
autoeficacia: autoeficacia para dirigir grupos, auto
eficacia para implicar a los alumnos en nuevas tareas
y autoeficacia para aplicar las innovaciones en las
prácticas educativas. En esa misma línea, Tschannen
Moran y Woolfolk-Hoy 2001) ofrecieron una me
dida semejante de autoeficacia del profesor que com
prende tres subescalas: la eficacia en las estrategias
pedagógicas, eficacia para la dirección de la clase
y eficacia para lograr la implicación del estudiante.
La mayoría de los estudios considera la medida de
la autoeficacia docente como un concepto unifacé
tico y con frecuencia se centran en las competencias
desempeñadas en la clase como las únicas del pro
fesor obviando otro tipo de competencias necesarias
para la interacción con los compañeros, los padres
o la relación con la organización.
Considerando otras competencias, destacamos
el trabajo de Cherniss
1993),
que plantea que la
eficacia de los profesores consiste en tres dominios:
tarea el nivel de habilidad del profesor para enseñar,
mantener la disciplina
y
motivar a los estudiantes),
interpersonal la capacidad del profesor para traba
jar en armonía con otros, en concreto con los recep
tores de los servicios, los colegas y los supervisores
directos)
y
organización la capacidad del profesor
para influir en el poder social y político de la orga
nización). Asimismo, Friedman
y
Kass
2002)
han
desarrollado un modelo conceptual de la autoefica
cia del profesor denominado «Clase y contexto es
colar». En este modelo, el funcionamiento del pro
fesor dentro del colegio consta de dos dominios
básicos: la clase, donde el profesor trabaja con los
estudiantes, y el colegio, donde el profesor funcio
na como un miembro de una organización. En esta
nueva conceptualización, la autoeficacia es multifa-
TABLA 4 .1
Medida de autoeficacia docente propuesta en el modelo de Friedman y Kass 2002 )
A) Creencias de eficacia en la clase B) Creencias de eficacia organizacional
l
Eficacia en la
instrucción.
l
Influencia
en la organización
o relaciones
La
creencia del profesor sobre su capacidad para
interpersonales en
la organización.
enseñar, impartir una clase interesante, ser espon- Percepción de la capacidad para ser aceptado so-
táneo, ser capaz de improvisar cuando
sea nece- cialmente, ser asertivo y tener influencia, particu-
sario y potenciar
la
motivación del estudiante. larmente cuando se relacionan con aquellos que
poseen posiciones de poder dentro de la organiza-
ción.
2.
Eficacia en el control disciplina.
2.
Inclusión
en
la organización.
Capacidad percibida para controlar la disciplina o Percepción de capacidad para estar activo en tareas
los problemas de comportamiento con calma y escolares. Inclusión se asocia con asumir respon-
efectividad. sabilidades, compartir información, participar en
los procesos de toma de decisiones en torno a po-
lítica y gozar de la confianza de la dirección
Schein, 1971 ).
3.
Eficacia
en
la consideración empatía.
Capacidad percibida del profesor para estar alerta,
atento y sensible a los problemas de los estudian-
tes , mostrar preocupación y cuidar de sus necesi-
dades emocionales y cognitivas dentro del aula.
©
Ediciones Pirámide
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 8/14
8 I El síndrome de quemarse p r el trabajo burnout)
Bandura ( 1986, 1997) presenta la autoeficacia
como la variable cognitivo-afectiva más importante
para comprender y explicar cómo
os
factores perso
nales y situacionales influyen en la conducta. Por lo
tanto, la autoeficacia es la creencia en la capacidad
personal para organizar y dirigir las fuentes de acción
necesarias para afrontar determinadas situaciones en
un futuro inmediato. Así, los juicios de autoeficacia
influyen en las metas que las personas se marcan a
sí mismas y en sus reacciones afectivas ante los ni-
veles de ejecución logrados. En la figura 4.1, adap
tada de los modelos de Mischel y Shoda (1995), pre
sentamos un marco teórico (véase Wood y Tabernero,
2000) para comprender cómo influyen en la conduc
ta los factores personales y situacionales que desen
cadenan la satisfacción laboral y el bumout.
MODELO
SOCIAL
COGNITIVO
Características
situacionales
- Demandas laborales
- Complejidad y novedad de
la tarea
- Características del puesto
- Apoyo social
- Equidad
Características
personales
- Edad, género
- Estilo de afrontamiento
- Habilidades sociales
- Autoeficacia
(exp. previas)
Sistema
de procesamiento
cognitivo-afectivo (CAPS)
Satisfacción
laboral
- Estado emocional positivo
- Realización personal
- Sentimientos de logro
- Compromiso e implicación
laboral
. .
Conductas
Metas
/ ' K c l o ~ r u u
Autoeficacia l
ercibida
(cuatro fuentes)
- Intensidad esfuerzo
- Persistencia
- Estrategias analíticas
- Conductas exploratorias
- Elección de tareas
- Elección del estándar
Estado
~ e m o c i o n l
Burnout
- Desgaste físico y emocional
- Despersonalización
- Falta de sentimientos de
logro
- Desvinculación del trabajo
• •
Figura
4.1. Modelo
social cognitivo propuesto para explicar el desarrollo del burnout vs. satisfacción laboral desde
el sistema de procesamiento cognitivo-afectivo (Mischel
y
Shoda, 1995).
© Ediciones Pirámide
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 9/14
82 El síndrome de quemarse por l trabajo burnout)
negociación, atención a clientes, etc.) suponen, ade
más de la activación de competencias emocionales
que no siempre se encuentran suficientemente desa
rrolladas, la necesidad de asumir que los resultados
no pueden ser garantizados por la persona en su to
talidad, sino que en alguna medida dependen de la
actuación de los otros. Tanto la intelectualización de
los contenidos del trabajo como el aumento de las
exigencias de relación para su ejecución constituyen
factores que, en muchas ocasiones, dificultan el logro
de objetivos que se consideran básicos en tanto que
exigencias de la empresa, como por ejemplo el cum
plimiento de plazos o el aseguramiento de estándares
de calidad, de los cuales las personas se responsabi
lizan sin disponer en muchas ocasiones de suficien
tes instrumentos de control.
La consideración de los factores de vulnerabi
lidad individual
al
estrés,
al
estrés crónico
y
con
secuentemente al SQT ha de permitir una compren
sión suficiente de la dinámica de la interacción del
individuo con la organización en sus diferentes ni
veles . Es aquí donde los distintos factores anterior
mente señalados generan impactos de manera dife
rencial en los individuos. Ha de tenerse en cuenta
que cualquier intervención,
por
muy amplia y glo
bal que pretenda ser, acaba teniendo que referirse
a individuos concretos en los que diferentes varia
bles determinan la probabilidad de un tipo de res
puestas u otro.
Podemos considerar el SQT como un síndrome
coproducido por la interacción del individuo con
sus vulnerabilidades y sumisiones a las demandas
de los diferentes contextos sociales a los que se
adscribe) y las organizaciones laborales con sus
estructuras funcionales y sus condiciones psicoso
ciales específicas). Intervenir sobre todas las di
mensiones implicadas resultará imprescindible, pero
hacerlo sobre cada una de ellas de forma indepen
diente resultará siempre insuficiente. Es precisa
mente el hecho de que se trate de una coproducción
entre el individuo y la organización lo que dotará
a los diferentes programas de prevención del SQT
de exigencias específicas para cada organización.
En la coproducción, los diferentes elementos pueden
alterar su función de manera que, en ocasiones, al
gunos de ellos pueden actuar como generadores
primigenios de estrés y en otras ocasiones, como
acrecentadores de éste o como elementos mantene
dores de una situación de demanda creciente y man
tenida en el tiempo, bien sea objetivamente real,
bien se trate exclusivamente de una percepción in
dividual generada por la sobrevaloración
de
unos
elementos en detrimento de otros.
Para finalizar conviene señalar un hándicap co
mún a la mayoría de los planteamientos de inter
vención preventiva que se realizan en el contexto
de las organizaciones laborales. a intervención
sobre problemas manifiestos parece que se legitima
en sí misma existe una disfunción y es necesario
eliminarla), y serán los análisis coste-beneficio los
que determinarán la estimación de la cantidad de
recursos que han de ser aportados para el abordaje
de los problemas. En el caso de las intervenciones
preventivas la situación es más difícil, dado que se
trata de evitar disfunciones que todavía no
han
ocu
rrido y que, en el caso de que ocurran, la dirección
no siempre tiene claro que sean responsabilidad de
la empresa. ¿Por qué a igualdad de condiciones am
bientales aparentes una persona desarrolla el sín
drome y otra no? Parece que la empresa tiende a
despreocuparse de aquellas cuestiones en las que
no percibe de manera absolutamente clara y direc
ta su responsabilidad causal.
Como puede verse, es importante considerar la
necesidad de educación de los directivos a fin de
que se produzca, en primer lugar, la información y
el conocimiento y posteriormente, la toma de cons
ciencia necesaria para que se plantee la intervención
sobre las dimensiones psicosociales. Sin este paso
previo, que algunos han llamado compromiso de la
dirección, la intervención preventiva, y la mayoría
de veces también la paliativa, se hace imposible.
©
Ediciones Pirámide
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 10/14
8 I l síndrome de quemarse por
el
trabajo burnout)
estrés centradas en la modificación de las situacio
nes y problemas, más que en las emociones.
Paralelamente, las diferentes modalidades de
mejora continua se enmarcan directamente en mo
delos de competencia frente a los de déficit, dado
que su foco de atención no es el individuo desviado
o anormal en su conducta, sino las situaciones mis
mas y los recursos que se movilizan para modifi
carlas. Por ello aumenta la sensación de control de
los individuos y la eficacia en la gestión de los es
tresores externos.
Las diferentes modalidades de adquisición de co
nocimientos planteadas requieren, por otra parte, que
sus contenidos se asienten en diferentes espacios de
la organización a fin de que exista un impacto capaz
de generar cambios efectivos en la organización. En
este sentido Nonaka y Takeuchi 1995) han señalado
cómo los conocimientos nuevos se incorporan y se
acumulan en tres espacios de la organización. En
primer lugar, en los individuos, ampliando su reper
torio de recursos cognitivos, emocionales, conduc
tuales, etc., y optimizándolo; en segundo lugar, en
los equipos y unidades de trabajo, posibilitando ma
yores oportunidades de ajuste entre las competencias
de los diferentes miembros componentes y facilitan
do la aparición de nuevas posibilidades de coordina
ción de esfuerzos y cooperación, y por último,
en Ja
propia estructura funcional de la organización, trans
formando los procesos de trabajo, los contenidos de
los roles directivos, las rutinas o los criterios de di
seño y evaluación, entre otros. Finalmente, los co
nocimientos y habilidades adquiridos a través del
aprendizaje han de transformar alguna o todas estas
instancias, ya que de lo contrario se convierte en
estéril, desmotivador y frustrante.
La prevención del SQT en los contextos organi
zativos puede requerir la consideración de
Jo
s cuatro
tipos básicos de aprendizaje, que pueden combinar
se de manera que se complementen y adecuen a las
condiciones peculiares de cada organización.
4 CONSIDERACIONES FINALES
No podemos finalizar este capítulo sin hacer men
ción a una serie de factores culturales
y
psicosociales
•
•
•
•
-
e la organización que, como ya fue ampliamente
J
señalado por Aubert y Gaulejac
1991
), constituyen
un factor de riesgo para el síndrome. Estos elementos •
incidentes son capaces de generar
un
«caldo de cul- •
tivo» para el S T y, generalmente, aparecen difusos •
y diseminados entre creencias ampliamente aceptadas lf
y
no explicitadas
ni
discutidas. Estos autores consi-
Wli
deran este síndrome como una de las «enfermedades .fi
de la excelencia» de la empresa moderna. En todo 111
caso, no es sólo la tensión por la excelencia lo que se ,.
encuentra en la base de este conjunto de creencias y .· '
contenidos culturales, sino que ésta forma parte de
un entramado en el que pueden fácilmente identifi-
l
carse algunos otros factores confluyentes. •
En muchos ambientes empresariales se entiende
que el propio rol de los directivos ha de comportar ti
necesariamente estrés continuado. De esta manera, 1
el estereotipo del directivo hiperactivo capaz de
responder a múltiples demandas exteriores de forma
casi simultánea,
es
considerado como una imagen
deseable por parte de los empleadores, que consi
deran en muchas ocasiones
que
hiperactividad y
eficacia correlacionan de forma automática y direc
'·
•
· i
1
ta, y ello a pesar de que existen perfectamente do- •
cumentadas múltiples evidencias empíricas en sen- •
tido contrario.
Los cambios en la dinámica de las empresas
que han pasado de formas de producción continua, IC
lo que permitía un planificación en el medio y lar-
go plazo fabricar para estocar y posteriormente
para servir a los clientes), a formas de producción
contra pedido, que dificultan esa planificación y
que consideran
Ja
rapidez en el servicio al cliente
como un valor diferencial y de competitividad de
las empresas en sus entornos. Ello supone una pre
sión temporal creciente, que no sólo alimenta el
estereotipo del directivo estresado e hiperactivo sino
que lo cronifica
y
aparentemente, legitima que ese
mismo directivo presione a su vez a
la
s personas y
grupos de su entorno.
La
presión por la excelencia
que supone la
insatisfacción permanente con los resultados obte
nidos, o
al
menos la satisfacción sólo provisional.
Esta insatisfacción permanente genera, lógicamen
te, estrés al impedir que los tiempos de recuperación
emocional se reduzcan y las demandas externas au-
© Ediciones Pirámide
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 11/14
8
I El síndrome de quemarse p r el trabajo burnout)
dimensión plantea un continuo que va desde la ex
plotación de datos, informaciones y conocimientos
existentes en ]a organización hasta la exploración
de informaciones y conocimientos nuevos. La se
gunda dimensión va desde las experiencias de per
sonas, instancias y colectivos ajenos a la propia
organización hasta los conocimientos que se pueden
obtener directamente a través de la propia experien
cia de los miembros de la organización.
A partir de estas dos dimensiones, el modelo
distingue cuatro tipos básicos de estilos y prácticas
de aprendizaje en la organización:
ipo l Benchmarking. Centrado en la explo
tación de la experiencia de los otros. Se fundamen
ta en la observación acerca de cómo otras instancias
organizativas ajenas, que se considera que han te
nido éxito en los aspectos que la empresa trata de
mejorar, abordan y resuelven los problemas. Para
ello se fijan indicadores de comparación marcas
de referencia) obteniendo de esta forma criterios de
avance, aprovechando tecnologías y prácticas ex
perimentadas por otros y minimizando, por tanto,
los riesgos. Pueden plantearse algunas modalidades
de benchmarking interno
en
las que se pretende
transferir las prácticas que han obtenido resultados
positivos
en
algunas partes de la organización a
otras, considerando las necesarias adaptaciones.
Las prácticas de este tipo requieren que se rea
licen esfuerzos adicionales
de
adaptación
de
las
experiencias ajenas a las condiciones específicas y
peculiaridades de la organización de destino.
Para la prevención del síndrome, este tipo de
aprendizaje resulta de utilidad, tanto para obtener
ideas de innovación
y
disponer de procedimientos
contrastados en otros contextos como para obtener
indicadores de referencia relativos a otras organi
zaciones comparables. El benchmarkig permite la
fijación de metas en relación a la mayor o menor
presencia de factores de riesgo y a la incidencia de
las consecuencias que pudieran ser atribuidas al
SQT conflictividad, absentismo, falta de consecu
ción de resultados, accidentabilidad, etc.).
ipo 2. Adquisición de competencias. Se tra
ta de la forma más clásica de adquisición de cono-
cimientos y habilidades. En realidad se trata de
comprar conocimientos que se han generado fuera
de la organización para incorporarlos al repertorio
de los individuos, de los equipos o a los diferentes
diseños de los procesos de trabajo y sistemas de
gestión de la empresa. Las formas habituales de
adquisición de competencias se relacionan con la
formación, la consultoría, la cooperación con otras
entidades o l incorporación de criterios de reclu
tamiento y selección de personal que den prioridad
a la incorporación de personal con amplios cono
cimientos, etc. En el caso de la prevención del SQT,
todas las intervenciones que se centran fundamen
talmente en la psicoeducación habrían de concep
tulizarse en esta categoría.
Las prácticas de este tipo requieren especial vi
gilancia para que efectivamente los conocimientos
y habilidades adquiridas se apliquen
en
la organi
zación y no queden como recursos ociosos. Asimis
mo, es necesario garantizar que el funcionamiento
de la organización se muestre coherente con los
requisitos demandados por los conocimientos y ha
bilidades recién adquiridos p r evitar, de este
modo, incongruencias que restarían credibilidad a
quienes propiciaron la adquisición de competencias
nuevas.
La adquisición de competencias por la
ví
de la
formación, coaching o de los programas de consul
toría facilita que se aumenten los repertorios de
conductas alternativas.
sí
como las estrategias de
afrontamiento de situaciones y problemas poten
cialmente generadores de estrés. La adquisición de
competencias permite enriquecer las capacidades
de la organización introduciendo innovaciones que,
efectivamente, habrán de validarse posteriormente
a través de procesos de aplicación que requieren,
generalmente, procesos sistemáticos y cuidadosos.
Es por ello por lo que las diferentes modalidades
de coaching a través del cual se entrena de mane
ra personalizada a individuos clave y a equipos,
resultan especialmente valiosas
en
la medida
en
que
se adaptan específicamente a las situaciones con
cretas que habrán de gestionar las personas, ofre
ciendo durante el tiempo necesario el asesoramien
to especializado que c d persona y situación
requiera. Son especialmente valiosas las experien-
©
Ediciones Pirámide
· l
l .
l
•
•
·•
.•.
·t
'
.
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 12/14
7
/
l síndrome de quemarse por
el
trabajo burnout)
mentaría su capacidad de respuesta ante situaciones
problemáticas o generadoras de estrés (Mariana y
Herruzco, 2004). Por su parte, Gil-Monte (2005a)
señala la necesidad de incluir en todo programa de
intervención sobre el síndrome un módulo en que
se haga explicito qué es el SQT, cómo y por qué
aparece, así como su progreso y sus síntomas .
Otras intervenciones organizacionales se han
centrado en los directivos. Así, se han propuesto
los seminarios de liderazgo o la participación por
parte de la dirección en los programas preventivos
como acciones a realizar para la prevención de los
riegos psicosociales en el trabajo (Peiró, 1999).
Dentro de este apartado es necesario considerar
las intervenciones dirigidas al desempeño de roles,
ya que las disfunciones en dicho desempeño pueden
ser un antecedente del SQT. Como señalan diversos
autores (Gil-Monte y Peiró, 1998; Lozano y Mon
talbán, 1999; Moreno y Peñacoba, 1995b; Gil-Mon
te, 2001a; Gascón et al., 2003), la ambigüedad de
rol, entendida como la incertidumbre entre las exi
gencias de la propia tarea y los métodos con los que
debe ser ejecutada, o la falta de reciprocidad de rol,
parecen favorecer el desarrollo de SQT.
La multiplicidad de roles que confluyen en una
misma persona,
y
que pueden llegar a competir en
tre sí, ha sido señalada por Beck y Beck-Gernsheim
(2002) como un factor relevante de la complejidad
social
y
de la mutiplicidad de demandas a las que
ha de atender un individuo. Esta multiplicidad puede
convertirse en un factor de estrés cuando el individuo
añade, a la necesidad de responder a las demandas
de los diferentes roles, la exigencia de conciliarlas
en una situación de claro conflicto interroles. Pero
además, habitualmente,
el rol laboral suele ser el
más explícitamente exigente y en muchas ocasiones
aquel sobre el que el individuo tiene menor grado
de autonomía para aplazar, modificar o negociar las
demandas.
La intervención en la prevención del SQT habrá
de considerar
el
hecho de la múltiple adscripción
del individuo a diferentes roles, los cuales se rigen
por reglas establecidas siguiendo criterios diferen
tes, y en ocasiones contradictorios, entre sí.
Por
tanto, resultarán relevantes para la prevención del
estrés crónico y del síndrome todas aquellas accio-
nes que permitan clarificar los roles laborales, que
faciliten la obtención de mayores cuotas de auto
nomía para priorizar actividades y/o que propicien
la negociación de los roles por parte de los indivi-
duos.
Por
otro lado, también ha sido demostrado en la •
investigación el efecto amortiguador que tiene el
apoyo social sobre el estrés y el SQT (Ortega y
López Ríos, 2004 . Estos resultados sugieren la
conveniencia de realizar intervenciones preventivas
sobre las relaciones interpersonales en el trabajo
(Gil-Monte, 2005a).
Finalmente, Gil-Monte y Peiró (1997) y Gil
Monte (2005a) proponen como métodos
de
inter-
vención organizacional para el SQT los programas
de socialización anticipatoria, los programas de re
troalimentación sobre el rendimiento
y
el desarrollo
organizacional. Los programas de socialización an
ticipatoria permiten prevenir y anticipar los posibles
desajustes entre las expectativas y la realidad pro
fesional. Los programas de retroalimentación (v.g.
Feedback 360 grados) sirven para cambiar la per
cepción de los empleados y/o desarrollar un ade- '('
cuado ajuste persona-puesto. Los programas de
desarrollo organizacional son una herramienta de
intervención organizacional para abordar el SQT,
sobre todo porque son la mejor estrategia conocida
para resolver o ayudar a resolver gran parte de los
desequilibrios a los que se enfrenta «el lado huma-
no de las organizaciones» (French
y
Bell, 1996, p. 2 .
En este mismo sentido, Moreno
y
Peñacoba ( l 995b,
p. 257) sugieren que, una vez establecido el diseño
fundacional de la organización, los problemas de
rivados de la aparición del estrés se pueden modi
ficar a partir del desarrollo organizacional de la
empresa como globalidad, del rediseño parcial de
los elementos organizacionales o de la intervención
sobre las consecuencias del estrés en los trabajado
res.
No obstante, antes de llevar a cabo cualquier
intervención sobre el
SQT
en una organización, es
necesario realizar un diagnóstico previo que permi
ta identificar todas las posibles variables individua
les, grupales y organizacionales implicadas en el
síndrome. En este sentido, Leiter y Maslach (2000)
consideran que el objetivo de la prevención comien-
©
Ediciones Pirámide
_
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 13/14
7 4
I
El síndrome de quemarse por l trabajo burnout)
listas en el tema (Leiter y Maslach, 2000) , puede
ser la más costosa pero también la que puede lograr
cambios más efectivos.
Una intervención a nivel organizacional debería
incluir tanto los elementos estructurales
como
los
elementos psicosociales de organización. La pre
vención del SQT debería comenzar con el propio
diseño de la organización. Como señalan Moreno
y
Peñacoba (1995b ), los elementos estructurales y
la cultura organizacional son piezas clave para el
diseño de la propia organización. Ahora bien, un
diseño organizacional en el que sólo se contemplen
los elementos del contexto es proclive a sufrir dis
funciones organizacionales como el SQT.
En este sentido, un modelo integrador de todos
los elementos que intervienen en el diseño organi
zacional es el modelo AMIGO (Análisis Multifa
cético para la Integración
y
Gestión Organizacional)
de Peiró (1999, 2003). En dicho modelo se contem
plan las facetas h rd y soft de la organización y se
plantea una consideración dinámica del ajuste y de
la congruencia organizacional. Asimismo, se ana
liza la sintonía entre las personas y la organización,
no sólo en los aspectos relacionados con el sistema
de trabajo, sino en la globalidad de la organización
mediante la consideración del contrato psicológico,
y
se ofrece una visión global de los resultados (Pei
ró, 2003).
Desde este modelo se puede fundamentar el de
sarrollo de una metodología de análisis, evaluación,
gestión e intervención de los principales factores
psicosociales relevantes para la prevención del SQT
y de los riesgos psicosociales en general. Esta me
todología de prevención, fundamentada en un mo
delo teórico, proporciona un criterio de clasificación
de las intervenciones en función de las facetas de
la organización sobre las que se pretende actuar.
Como señala Peiró (1999), el modelo AMIGO ca
racteriza como facetas los componentes de la orga
nización, y tales facetas sólo se comprenden ade
cuadamente desde su perspectiva relacional con el
sistema. Para agrupar las intervenciones dirigidas
a la prevención del SQT hemos utilizado la distin
ción realizada en el modelo AMIGO entre facetas
h rd y soft de la organización (véase Peiró, 1999,
2003).
Las intervenciones en las facetas hard consisten
_;¡
en actuaciones que afectan a los recursos e infraes-
ct
tructura, la estructura, la tecnología y
el
sistema de
trabajo. En este sentido, Peiró (1999) propone in-
tervenciones sobre el tiempo de trabajo (disminuir ·4i
la jornada, modificar tumos, rotaciones, etc .) e in- .;
tervenciones sobre el contenido del trabajo (redi
seño de tareas) con el fin de disminuir la monotonía
y la repetitividad. Gil-Monte y Peiró (1997) seña-
laron que sufren un mayor grado de desgaste ague-
11os
profesionales que pasan un mayor número de
i
horas de trabajo con un contrato eventual o cam-
hiante y en servicios en los que
el
impacto emocio- .
nal es alto, como oncología infantil, cuidados pa- t
liativos o hematología.
sí
pues, la reducción de la
carga de trabajo en general y de la
jornada
laboral,
como también habían señalado otros autores (Pines
y Aronson, 1981 y Kyriacou, 1980), es un elemen-
to que debe ser contemplado en el diseño
y
redise- 1
ño organizacional en vistas a la prevención del t
SQT.
Las organizaciones laborales han tendido, en las
últimas décadas, a aplanar sus estructuras funciona
les reduciendo los niveles jerárquicos y distribuyen
do su estructura en un mayor número de unidades ,
organizativas que tienden a ser más pequeñas,
di
versas, polivalentes y versátiles en sus actividades.
Esta tendencia, que afecta a las facetas hard ha te
nido repercusiones en los aspectos psicosociales del
•
trabajo, planteando, por ejemplo, un aumento de las
posibilidades de conflicto y ambigüedad
de
rol de
bido, sobre todo, al aumento de los emisores de rol
y la diferente relevancia de éstos para el individuo.
En este sentido, Lee y Ashforth ( 1991) encontraron
que la estructura organizacional era un predictor in-
directo del SQT a través de su efecto sobre las dis
funciones del rol.
Podemos decir que las nuevas formas organiza
tivas vienen a ofrecer referentes menos estables y
claros a los individuos, al mismo tiempo que de
mandan de éstos su actuación como elementos es
tructuradores a través de su propia actividad, es
decir, que sean los individuos los
que
doten de co-
J
herencia a las estructuras, asumiendo que la ambi
güedad forma parte
de
la definición misma de los
roles. Esta situación viene a comportar mayores
© Ediciones Pirámide
8/17/2019 Parte_4_par.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/parte4parpdf 14/14
72
I El síndrome
e
quemarse p r el trabajo burnout)
elementos que lo perpetúan y que dificultan la apa
rición de comportamientos capaces de disolver el
síndrome.
2 ENFOQUES Y ESTR TEGI S
P R L INTERVENCIÓN
ORG NIZ CION L
Desde el punto de vista de las organizaciones
laborales, la prevención del SQT puede entenderse
desde diferentes perspectivas. Aun asumiendo el ries
go de resultar demasiado esquemáticos, puede plan
tearse que los diferentes enfoques de intervención,
tanto en el SQT como en otros problemas de índole
psicosocial, son susceptibles de adscribirse bien a
modelos que se han considerado de déficit, bien a
otros que se encuentran más cerca de los llamados
modelos de competencia Wolff, 1987; Masterpasqua,
1989; Albee, 1980; Femández Ríos, 1994).
Los modelos de intervención de déficit se ca
racterizan porque centran su atención en aquellos
aspectos que se consideran desviados respecto a las
pautas normales de comportamiento. Se entiende
desde aquí que la anormalidad y la desviación cons
tituyen una manifestación de patología de algún
tipo que reside en las personas no en los contextos
sociales, organizativos o comunitarios) . Finalmen
te consideran que las causas de la desviación cabe
buscarlas, sobre todo, en el ámbito de lo intraindi
vidual Wine, 1981 . Bandura en 1978 ya proponía
la necesidad de que los diferentes servicios de apo
yo psicológico abandonaran, en parte, los plantea
mientos propios de los modelos de déficit que im
plican, entre otras cuestiones, que la intervención
sea fundamentalmente reactiva, y no contemplan la
posibilidad de abordajes de tipo preventivo en la
práctica.
Los modelos de competencia, sin embargo, se
caracterizan por ser más proactivos al centrarse tan
to en la identificación de los elementos que en los
entornos sociales facilitan la emergencia de los pro
blemas psicosociales como en el desarrollo de las
competencias individuales y colectivas que permi
tirán abordar los factores de riesgo Winett, King
y Altman, 1991 .
La transición de planteamientos propios de mo
delos de déficit a los de competencia supone un
cambio radical en la conceptualización de los proble
mas. Entre otras cuestiones permite y potencia que
las intervenciones se centren complementariamente
tanto en el individuo como en el entorno social de
referencia. En el primer caso cobran importancia
aspectos relacionados con la vulnerabilidad de los
individuos específicos, la calidad y adecuación del
repertorio de estrategias de afrontamiento del estrés,
la disponibilidad de apoyo social o su autoestima,
entre otras. En el caso de centrarnos en los facto
res de riesgo presentes en el entorno, reclaman la
atención cuestiones como los mecanismos y expe
riencias de socialización, la presión temporal, las
diferentes prácticas directivas, los estresores físicos
del ambiente, las oportunidades de participación en 1
la torna de decisiones, las aportaciones que reali-
za la organización de recursos de apoyo social, las
oportunidades de asociación con otros, etc. Como
ha señalado Fernández Ríos 1994 ), el modelo de
competencia resulta de especial utilidad cuando se
aplica a objetivos de prevención primaria y secun
daria, incidiendo especialmente en la necesidad de
identificar factores de vulnerabilidad y de desarrollar
intervenciones dirigidas a su control.
Naturalmente, los parámetros con los que se
miden los grados de competencia de los individuos,
los colectivos, las comunidades o las organizaciones
específicas son distintos, y es necesario diferen
ciarlos. Así, por ejemplo, pueden existir individuos
competentes en estructuras organizativas incom
petentes
y
viceversa. Es por tanto importante que
los diferentes diseños de intervención consideren
la necesidad de equilibrar hacia arriba los desajus
tes. En este sentido debe plantearse como objetivo
que al menos todos los miembros o unidades or
ganizativas lleguen a ser tan competentes como el
o la mejor en un momento dado. De esta forma,
se producirán los procesos de cambio tendentes
a la adquisición de competencia, entendida como
capacidad efectiva de abordaje de los problemas
con probabilidades garantizadas de éxito. Conse
cuentemente, el avance en la capacitación de las
personas de la organización puede llevarse a cabo de
manera equilibrada, aprovechando la oportunidad
©
Ediciones Pirámide
:¡¡
•
•
J
•
t