RAMOS MARTIN La Iglesia Del Pueblo Guanche

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    XVIIICOLOQUIO DE HISTORIA

    CANARIO-AMERICANA

    (2008)

    Coordinacin

    Francisco Morales Padrn

    Las Palmas de Gran Canaria, 2010

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    CABILDO DE GRAN CANARIA

    Presidente

    Jos Miguel Prez Garca

    Consejera de Cultura y Patrimonio Histrico y CulturalLuz Caballero Rodrguez

    Directora General de Cultura

    Rosa Mara Quintana Domnguez

    Director General de Patrimonio Histrico y Cultural

    Ernesto Martn Rodrguez

    CASA DE COLN

    Directora

    Elena Acosta Guerrero

    CABILDO DE GRAN CANARIA1 edicin, 2010

    Coordinacin editorial: Isabel Grimaldi PeaDepartamento de Ediciones de la Consejera de Cultura y Patrimonio Histrico y Cultural delCabildo de Gran Canaria

    Diseo cubierta: Montse RuizISBN: 978-84-8103-615-2Depsito legal: GC 379-2010Imprime: Compobell, S.L.Maquetacin y PDF: Canarias7 Digital SL

    Colabora:

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    XVIII COLOQUIO DE HISTORIACANARIO-AMERICANA

    Coordinador general

    Dr. Francisco Morales Padrn

    Comit Cientfico

    Dr. Luis Alberto Anaya HernndezDr. Antonio de Bthencourt MassieuDr. Alberto Darias PrncipeDra. Josefina Domnguez MujicaDr. Francisco Fajardo SpnolaDr. Alberto Galvn TudelaDra. Luz Marina Garca HerreraDr. Manuel Hernndez Gonzlez

    Dra. Mara de los Reyes Hernndez SocorroDr. Santiago de Luxn MelndezDr. Ernesto Martn RodrguezDra. Mara Luisa Monteiro QuintanaDra. Mara Eugenia Monzn PerdomoDr. Juan Francisco Navarro MederosDra. Teresa Norea SaltoDr. Francisco Quintana NavarroDr. Miguel Surez BosaDr. Vicente Surez GrimnDr. Antonio Tejera Gaspar

    Dra. Elisa Torres Santana

    Secretaria General

    Da. Elena Acosta Guerrero

    Secretara TcnicaMayte Ortega Cruzngeles Prez ReyesDunia Ramos ColomoMarta Rodrguez Padilla

    OrganizacinCasa de Coln

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    Prlogo

    Dice el Diccionario de la Lengua Espaola que Coloquio, entre otras acepciones, seinterpreta como una conversacin entre dos o ms personas para debatir un problema, sin

    que necesariamente tengan que recaer en acuerdo. Eso han sido los Coloquios de HistoriaCanario-Americana que, pese a las limitaciones de esas conversaciones, han servido comouna Escuela de Americanismo. La Casa de Coln, creacin del Cabildo Insular de GranCanaria, ha desplegado una actividad americanista continua y ejemplar an reconociendo que,

    para los canarios, Amrica es ms un sentimiento que un conocimiento, como dijo Maran.

    Fueron unas relaciones que nacieron la madrugada del 12 de octubre de 1492, cuando unmarinero dio la voz de tierra. Desde entonces Amrica ha sido un destino para el hombreisleo de las antiguas Afortunadas, lo cual ha implicado una especie de osmosis entre ambasque todava persiste. El Nuevo Mundo fue una puerta de entrada, una ilusin paralos canarios, y continu siendo, para los que su tierra no les ofreca un futuro, una especie de

    El Dorado. Iban y volvan de Amrica con ms facilidad que a Europa.

    Los Coloquios tuvieron un modelo, o ejemplo, en los Coloquios Internacionales deHistoria Martima. All conocimos a figuras como Charles Verlinden, Michel Mollat,Frederik Kellenbez, Federico Melis, y otros maestros que ya han desaparecido. En ellos sediscutan temas especiales, que propona el pas organizador. Recuerdo, por ejemplo, elcelebrado en Pars y que tuvo como objetivo la aclaracin de lo que se entenda por Tonelada.

    Siguiendo el ejemplo de las citadas reuniones internacionales, organizamos el primercongreso, al que invitamos a los principales historiadores del americanismo espaol.Celebrado en el ao 1976, lo consideramos como la cuna donde nacieron estas reuniones

    bienales. All se insinu como tema de inters lo que haban sido las relaciones de Amrica enCanarias y se comprob el significado que posea el encuentro de los, an escasos,historiadores del pasado insular. Para las nuevas generaciones, se haca evidente la enormetarea que quedaba por hacer.

    Lo conseguido en los primeros Coloquios celebrados permiti lograr algunos de losobjetivos programados, como el llegar a comprometer a historiadores que no habanmostrado, hasta entonces, su inters por el devenir del ayer insular, a la vez que estimular elnacimiento de una Historiografa que iba ms all del pasado prehispnico del Archipilago.Todo fue posible porque jvenes, ajenos al ayer de las Canarias, pusieron su atencin en el

    presente y en el futuro de las Islas. Hoy los Coloquios alcanzan ya miles de pginas e integranun fondo bibliogrfico necesario de consultar cuando se trata de conocer el pasado isleo.

    El XVIII Coloquio de Historia Canario-Americana, desarrollado en 2008, cont con dosseminarios especficos: 1808. Canarias y el Atlntico, con motivo del II Centenario del iniciode la Guerra de Independencia espaola, y Los Puertos Atlnticos en la Historia,conmemorando el 125 aniversario de la creacin del Puerto de La Luz y de Las Palmas. Se

    presentaron ms de 180 comunicaciones junto a unas sesiones plenarias que suscitaron graninters entre los asistentes, procedentes de una quincena de pases de Europa, Amrica yfrica.

    El planteamiento del Seminario sobre 1808, fue muy acertado por parte de la organizacin,como lo demuestra el alto nivel de participacin obtenido, en sus diferentes modalidades, y la

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    calidad de los trabajos presentados. En este sentido, se trat la efemride desde un punto devista genrico analizando la crisis del Antiguo Rgimen, la Guerra en Espaa e Iberoamricay el establecimiento de las bases para la construccin del Estado Liberal.

    El Seminario Los Puertos Atlnticos en la Historia estuvo dedicado, por un lado, a

    conmemorar el 125 aniversario del Puerto de las Palmas, por otro, a analizar los puertosatlnticos. Se trataron aspectos como la relacin entre puertos, ciudades y medio ambiente;modelos de gestin de las infraestructuras portuarias; articulacin de rutas comerciales;importancia de los puertos respecto a la pesca; puertos y legislacin; la importanciaestratgica de determinados puertos y los emigrantes y desarrollo portuario.

    Por lo que respecta a las reas tradicionales del Coloquio, la seccin de Historia Poltica eInstitucional, se centr en el estudio de los siglos XIX y XX y dividi su temtica en dosgrandes apartados: uno de contenido jurdico y otro fundamentalmente poltico. En Historia

    Econmica se apreci el inters por los planteamientos ecolgicos y el rea de Arte estuvocaracterizada por su enfoque interdisciplinar, tratando temas tan variados como mecenazgo

    artstico, patrimonio cultural, arquitectura, artes plsticas, o la msica y la literatura, desde elAntiguo Rgimen hasta pocas ms recientes.

    En lo referente a la Geografa, se concluy con la necesidad de profundizar en los trabajosde campo, en el reconocimiento de las prcticas tradicionales y en la investigacin de altonivel, con la intencin de abrir nuevos horizontes en la explotacin de recursos. En HistoriaSocial qued patente la importancia del estudio de la presencia extranjera en Canarias. El reade Historiografa, propuso continuar la catalogacin y digitalizacin de fondos canarios enlos archivos y bibliotecas nacionales y extranjeras, evidenciando la importancia de losarchivos privados para el estudio de la sociedad y la vida insular. La seccin de Arqueologase centr en la navegacin y descubrimiento de Canarias, la arqueologa histrica y los

    procesos de aculturacin.

    En cuanto a los estudios sobre lasMujeres, y de gnero, hay que sealar que a lo largo deestas seis ediciones hemos podido comprobar que la temtica propuesta en este espacio dedebate y discusin ha ido adquiriendo una cierta presencia. Desde el inicio de esta seccin sedio cabida a otro tipo de estudios no centrados en la historia de las mujeres, partiendo de laconsideracin de que el enfoque de gnero tendra que contemplar, necesariamente, la multi einterdisciplinariedad. Por lo que considero de vital importancia seguir manteniendo esteespacio abierto a la reflexin sobre las relaciones de gnero en la historia de Canarias.

    Por ltimo, hacer pblico el reconocimiento y las felicitaciones al Cabildo de GranCanaria, que respalda este quehacer cultural de la Casa y a las Entidades colaboradoras, alcomit cientfico -integrado por profesores de las Universidades de La Laguna y de LasPalmas de Gran Canaria- y al grupo humano de la Casa de Coln, ya que sin ellos seraimposible la realizacin y el proyecto de continuidad del Coloquio de Historia Canario-

    Americana.

    Francisco Morales Padrn

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    ndice temtico

    I. Arqueologa .................................................................................................. 21

    II. Historia Poltica e Institucional ................................................................ 272

    III. Arte .......................................................................................................... 377

    IV. Historia Econmica ................................................................................. 633

    V. Geografa .................................................................................................. 706

    VI. Los Puertos Atlnticos en la Historia ...................................................... 796

    VII. Historia Social...................................................................................... 1199

    VIII. Mujeres e Historia .............................................................................. 1387

    IX. Multiculturalismo y religin en Canarias ............................................. 1521

    X. Historiografa .......................................................................................... 1646

    XI. Canarias y el Atlntico .......................................................................... 1723

    XII. Psters .................................................................................................. 1975

    XIII. Clausura .............................................................................................. 1998.

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    MULTICULTURALISMO Y RELIGIN ENCANARIAS

    Coordinadores: Dr. Alberto Galvn Tudela, ULLDr. Gustavo A. Santana Jubells, ULPGC

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    LA IGLESIA DEL PUEBLO GUANCHE:CONSIDERACIONES METODOLGICAS

    Josu David Ramos Martn

    Para los canarios, los guanches fueron y son, al mismotiempo, los otros y nosotros.

    F. Estvez 1987:15

    El objetivo de este artculo es doble. Por un lado, pretendemos contextualizar elsurgimiento de la Iglesia del Pueblo Guanche (en adelante, IPG) en el panorama religiosolocal y global, tanto desde un punto de vista social como acadmico. Por otro lado, queremos

    presentar una serie de reflexiones metodolgicas para su estudio desde un enfoque que busca

    la neutralidad, la cientificidad y la evasin en lo posible de posturas religiocntricas.1

    Existen pocos estudios acerca de este movimiento. Slo un reciente artculo de NstorVerona y Alfonso Garca, junto a algunas referencias de Francisco Dez de Velasco, lo haexplorado en el mbito acadmico,2 lo que obliga a definir una serie de puntos de partidametodolgicos y conceptuales para el estudio de esta religiosidad emergente desde enfoquesque lleven a cabo la observacin, exploracin y explicacin de la misma en tanto quefenmeno social, evitando las crticas o valoraciones sustantivas, tan comunes en algunosmbitos encargados de construir una postura contraria a la emergencia de nuevas formas dereligin o espiritualidad.3

    Nuestro conocimiento de la IPG se sustenta en la planificacin de una metodologa quecombina diversos procedimientos. En primer lugar, el trabajo de campo, circunscrito adiversos rituales y actos. Adems, hemos tenido la oportunidad de visionar en vdeo otrasceremonias a las que no hemos podido asistir. En segundo lugar, hemos llevado a cabo lalectura y visualizacin de los documentos internos generados por el grupo. La mayor parte deellos se encuentran colgados en la red, lo que constituye adems un factor interesante de caraa analizar sus medios de difusin.4 Finalmente, destacamos las entrevistas y conversacionesinformales con algunos de sus miembros. Entre ellas, sobresale la que realizamos a sumximo representante, el Guadamee5 Adarguma Anez Ram n Yghaesen.

    LA IGLESIA DEL PUEBLO GUANCHE: CONSIDERACIONES PREVIAS

    Desde comienzos de este siglo, la IPG ha ido consolidndose como una alternativareligiosa y/o espiritual vlida para un grupo de individuos (an escaso, en torno a lostrescientos miembros, pero cuyo nmero crece progresivamente) que expresa a travs deldiscurso religioso-espiritual su identificacin con el pasado aborigen del archipilago canario.Segn las palabras de su mximo representante, la IPG tiene como uno de sus objetivos

    principales rescatar y actualizar la religin de nuestros ancestros, lo que incluye susdivinidades, rituales y valores, adaptndolos a las necesidades del canario actual. Con estarecuperacin del pasado (que constituye tambin una reconstruccin y una resignificacin delmismo) pretenden alcanzar la regeneracin moral, religiosa, espiritual y material de lo queellos consideran la matria o nacin canaria (fundamentada en una unidad histrica, social,tnica y territorial). Segn sus postulados, tal recuperacin es una conquista del espaciosimblico arrebatado a sus ancestros por la invasin europea y la evangelizacin consecuente,

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    que tuvo como consecuencia la desaparicin o, en menor medida, la ocultacin (e inclusocontinuidad) de esa religiosidad ancestral bajo el ropaje catlico.

    Como alternativa a ese catolicismo impuesto tras la conquista de las Islas, proponen elretorno a un pasado resignificado y del que extraen los elementos adecuados para sus

    planteamientos doctrinales. Este movimiento se configura as como un mecanismo quesimboliza la resistencia a la dominacin fornea y que propone una continuidad simblicafrente a la discontinuidad histrica de lo aborigen.

    Sin embargo, el recurso a esta ancestralidad no constituye el centro de sus planteamientos.Ante todo, la IPG se define a s misma como un movimiento espiritual del siglo XXI cuyamisin es efectuar y difundir la veneracin a la Diosa Madre Universal, que en Canariasadopta el nombre de Chaxiraxi.6 Se reconoce as como una religiosidad que persigue laregeneracin de la humanidad a travs de la Diosa, pero que tambin mira al pasado como unmedio de reivindicacin identitaria. Esta ambivalencia entre lo local y lo global, entre locanario y lo universal, y tambin entre el pasado y el futuro, es una de las principales

    caractersticas del movimiento y tambin la causa de sus tensiones internas.

    Esto nos lleva a interpretar la IPG como un proceso en el que confluyen diferentesdiscursos acerca de la ancestralidad y la etnicidad, es decir, distintas identidades que toman alguanche como su referente pero que lo modelan segn sus propios parmetros e intereses. Noobstante, queremos adelantar que la mayor parte de nuestras consideraciones son an

    producto de una primera aproximacin. Son, pues, hiptesis de partida que han de serdesarrolladas segn progrese nuestro trabajo de campo.

    RELIGIONES YNUEVASRELIGIONESEN LA POSMODERNIDAD

    El surgimiento de un fenmeno de estas caractersticas en Canarias es inteligible en elmarco de las profundas transformaciones que han reconfigurado el papel de las religiones aescala global y local. Adems, no podemos contemplar ambos parmetros como elementosaislados, sino como interdependientes e imbricados, lo que ha sido conceptualizado comoglocalizacin (vase Droogers y Greenfield, 2001, 35). En este contexto, existe un consenso ala hora de afirmar que la globalizacin ha sido el motor de estas mutaciones.7

    A raz de los procesos de descolonizacin se produjo una redefinicin de las relacionesinternacionales e interculturales, crendose as un nuevo contexto en el que se ha producido lamodificacin de las formas religiosas tradicionales. Los profundos cambios econmicos,

    tecnolgicos (internet, mass media, transporte), climticos, sociales (principalmente con losfenmenos migratorios), polticos y geoestratgicos (con el fin de la poltica de bloques) hanfavorecido la superacin de los marcos locales de expresin religiosa, crendose as redestransnacionales en las que la religin se configura como un producto ms de laglobalizacin. Aade el antroplogo Elio Masferrer que

    Los procesos de globalizacin no implican de ninguna manera la simplificacin delas propuestas culturales o religiosas; por el contrario, la globalizacin produce lacrisis total o parcial de los sistemas religiosos operantes mediante un proceso decuestionamiento sobre su eficacia simblica, obligndolo a su reformulacin o a lasustitucin del mismo. El resultado es un desarrollo sistemtico del pluralismo

    religioso y el crecimiento de los procesos de multirreligiosidad (Masferrer, 2004,91s).

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    El mundo religioso de la posmodernidad se reconoce as por la diversidad de opciones queofrece, es decir, por una multirreligiosidad amparada, adems, por un marco legal quedefiende la libertad de culto y define la religin como una manifestacin privada e individual.

    En este contexto, frente a la perdurabilidad de las religiones tradicionales (que pierden

    parte de su poder y capital simblico) y al aumento de las opciones ateas o no religiosas,surgen nuevas formas en las que las expresiones individuales y privadas priman respecto a lasprofesiones colectivas (vase Mayer, 2004, 408). Estas surgen del seno de diferentesreligiones o crean otras nuevas, recogiendo de forma eclctica influencias y elementos varios,siendo todas ellas respuestas a este nuevo contexto global. Como plantea Dez de Velasco,las Nuevas Religiones no son productos extravagantes: se inscriben en el marco industrial y

    posindustrial, han surgido de la disolucin de la sociedad tradicional y el impacto de lospresupuestos ideolgicos de la modernidad y ms recientemente de la globalizacin y susconsecuencias (Dez de Velasco, 2000, 21).

    Canarias, situada en una posicin estratgica en los movimientos y redes transnacionales,

    no es ajena a estos procesos. Precisamente, en el archipilago es perceptible unamultirreligiosidad cada vez ms afianzada debido al crecimiento y diversificacin de lasopciones minoritarias. Migraciones y conversiones se constituyen como los dos factores msimportantes de este proceso y en el que la IPG se erige como una de sus manifestaciones mssingulares.8 Para entender, adems, su surgimiento, hemos de resaltar otra de lasconsecuencias de la globalizacin: la creacin de respuestas o alternativas centradas en laexaltacin de los valores locales. Frente al patrn comn que se pretende imponer, surgenideologas, movimientos y religiones que defienden una identidad local (construida sobre

    parmetros que son objeto de seleccin) y que reivindican lo autctono frente a lasimposiciones externas (tanto histricas como recientes). Esto hace que la IPG no solo sea unmovimiento religioso, sino tambin un mecanismo social ms amplio que reivindica unalocalidad, etnicidad e identidad canarias lo que, asimismo, repercute en la diversidad dediscursos y mensajes que alberga, como luego profundizaremos.

    As pues, para la comprensin del surgimiento de la IPG tanto a escala global como locales necesario atender a las variables locales, pero tambin es ineludible entenderlo como unelemento inserto en estas transformaciones globales y, ms en concreto, como un ejemplo deneopaganismo en el archipilago.

    ANTIGUAS YNUEVAS RELIGIONES: PROBLEMAS DE CONCEPTUALIZACIN Y DEFINICIN

    Estas nuevas formas religiosas han sido conceptualizadas de diferente manera: sectas,cultos, nuevas religiones, nuevos movimientos religiosos, religiones alternativas, religionesmarginales, religiones nueva era, Iglesias independientes, etc. Se ha creado en torno a estasdenominaciones un importante debate acadmico, preocupado por definir rigurosamente losindicadores empricos que permiten calificarlas con esos conceptos.9

    Por un lado, secta y culto han sido rechazados por los sectores acadmicos al poseer uncarcter peyorativo y negativo. Su empleo califica a un colectivo con una serie deidentificadores que destacan su capacidad de crear conflicto social y de afectar negativamentea sus miembros.10 Por esta razn, no resulta vlido para su empleo acadmico. Adems, sectaes un concepto religiocntrico puesto que suele aplicarse por parte de las religiones

    mayoritarias a grupos minoritarios para marcar su marginalizacin o tambin, por parte deciertas minoras, a las iglesias mayoritarias o a grupos minoritarios para marcar su

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    marginalizacin (Dez de Velasco, 2000, 16). Este es el caso de la propia IPG, que califica alcatolicismo como una secta, adjudicndole as una serie de connotaciones negativas que ellos,

    por otra parte, pretenden evitar al utilizar en su propia denominacin el trmino Iglesia. Sibien lo adoptan desde su valencia etimolgica (asamblea), tambin lo asumen por sureconocimiento social. Como nos manifest el Guadamee: si antepones el trmino Iglesia

    ya, psicolgicamente, ests imponiendo al oyente un respeto, porque asocia Iglesia con suIglesia de toda la vida. El uso deIglesia, as pues, persigue el reconocimiento social y evitaque se asocie con otros colectivos percibidos como negativos, como puedan ser las sectas.

    Por otra parte, las restantes denominaciones antes referidas reflejan un foco ms neutral ymenos religiocntrico. Entre ellas,Nuevas Religiones (NR)yNuevos Movimientos Religiosos(NMR) se han impuesto en la investigacin.11 Se han dado numerosas definiciones, peroresultan problemticas debido a la enorme heterogeneidad que pretenden englobar. EileenBarker, una de las investigadoras que ms ha trabajado en este tema, aporta su definicin.

    El trmino Nuevo movimiento religioso (NMR) es empleado para abarcar una

    coleccin dispar de organizaciones, la mayora de las cuales han surgido con suforma actual a partir de la dcada de los 50, y que ofrecen algn tipo de respuesta acuestiones fundamentales de naturaleza religiosa, espiritual o filosfica. (Tomado deChryssides, 1994. Nuestra traduccin).

    Si observamos otras definiciones,12 podemos concluir que una nueva religin o un nuevomovimiento religioso sera un colectivo o movimiento que propondra una religiosidadnueva o reciente, surgida en las ltimas dcadas en tanto que respuesta a la

    posmodernidad, que opera al margen de la cultura y/o religin mayoritarias y que proponealternativas de tipo religioso, espiritual o filosfico, lo que propicia la atraccin de conversos.A estos factores habra que aadir otros sealados por Barker: pequeo tamao,representacin atpica de sus componentes (predominancia de gente joven), miembros de

    primera generacin, nuevos sistemas de creencias, divisin nosotros vs. ellos, hostilidadexterna y lderes carismticos.13

    Aunque estos indicadores pretenden englobar un conjunto amplio de ejemplos, algunos deellos son identificables en la IPG: la propuesta de un nuevo sistema de creencias alternativo ala opcin histrica mayoritaria (en el caso canario, el catolicismo), a la cual se enfrenta deforma dialctica; su composicin de pocos individuos, todos de primera generacin, y

    presencia de un lder carismtico (en nuestro caso, el Guadamee).14

    Sin embargo, estas denominaciones tambin plantean problemas, especialmenterelacionados con el valor que se le da al adjetivo nuevo15 o la definicin que asumamos de loque es una religin. Creemos identificar algunos de estos problemas metodolgicos en elestudio de la IPG, una problemtica que remite al tipo de enfoque que se emplee: si bien una

    perspectiva insideru outsider(o tambin emic/etic). Se trata de un dilema que concierne a lapercepcin externa e interna de un mismo fenmeno.

    En primer lugar, desde un enfoque outsider, es decir, desde la perspectiva del investigador,el valor de nuevo es impreciso. Aunque consideremos que la IPG representa una recreacinnovedosa, su calificacin como NR o NMR sigue siendo confusa. Este problema es recurrenteen otras investigaciones, como las realizadas acerca de ISKCON16 o Sokka Gakkai, que se

    declaran continuadores de doctrinas que cuentan con una historia centenaria. Estamos, pues,ante movimientos que pueden ser considerados simultneamente como antiguos y novedosos

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    dependiendo de esos enfoques. La IPG, en este caso, constituye tanto una antigua tradicinrecuperada como una recreacin basada en una herencia ancestral. El juego dialctico entre

    pasado y futuro, tradicin y modernidad, vuelve a manifestarse como elemento clave, dentrodel cual se intenta lograr una legitimidad basada en la antigedad de la tradicin.

    Ante la dificultad, pues, de fijar esa ancestralidad, Chryssides sugiere que el trmino nuevoha de hacer referencia a su constitucin como institucin o movimiento y no a sus referentesteolgicos o histricos.17 Siendo ms precisos, no se tratara de fenmenos nuevos sinorecientes.18 De este modo, lo que sera reciente o nuevo sera el movimiento que la difunde,ejecuta y hace visible en el marco social (vase Mayer, 2004, 409).

    Pero esta problemtica ha de ser puesta en relacin con los enfoques insider, es decir,aquellos construidos desde las perspectivas internas del grupo. En este caso, los miembros dela IPG no admiten ser calificados como una nueva religin, puesto que afirman basarse en unatradicin milenaria. En consecuencia, constituye una ofensa que sus fundamentos seanconsiderados novedosos, pues afecta a la legitimidad histrica que reivindican.

    El problema de los enfoques internos y externos de un fenmeno vuelve a plantearse a lahora de definir como religin a la IPG. El enorme y heterogneo abanico de NMR yNRsurgido en las ltimas dcadas a escala global ha creado un problema metodolgico a la horade calificarlos como religiones o, en otros casos, como pseudo-religiones, comoespiritualidades,comomovimientos msticos, o como life-tools, entre otras opciones.

    Desde un enfoque etic-outsider, habra que definir lo que se entiende porreligin, lo queconstituye un problema casi irresoluble.19 Esto no solo se debe a las numerosas definicionesdadas en las ciencias de las religiones, sino tambin a las diferentes percepciones individualesy sociales, lo que no permite establecer definiciones categricas. No obstante, en el caso delos NR y NMR, el problema de definir la religin se vincula con la sospecha social de que nose trata de verdaderas religiones sino de medios para conseguir algn tipo de beneficioeconmico o poltico. En este caso, habra que determinar los objetivos y fines de esosmovimientos para definir si son o no de ndole religiosa (Chryssides, 1999, 16).

    Por otra parte, si atendemos a las percepciones internas y a las definiciones micas, lasituacin es bien distinta. En nuestro caso, los miembros de la IPG rechazan ser una religin,

    prefiriendo ser vistos como un movimiento espiritual. Este hecho es de crucial importancia ypermite proponer una metodologa comparativa con otros colectivos (como la Wicca, losneopaganismos, las religiones de la Diosa y los movimientos New Age) que defienden el

    mismo argumento. As pues, la espiritualidad,segn la IPG, es una condicin superior a la decualquier religiosidad, como podemos apreciar en un vdeo interno del grupo.

    Preferimos considerarnos racionales o espirituales antes que religiosos. Creemos quela religin y el Estado deben estar separados. Creemos que hay creencias bsicasreligiosas que son muy racionales tras eliminar lo que puede haber de supersticin.Por todo lo expuesto, para nosotros la religin es un camino para vivir laespiritualidad, pero no es la espiritualidad, pues sta la sobrepasa. Es la espiritualidadla que sustenta, anima y da sentido a la religin como tal. () La espiritualidad no esla religin sino que la religin est al servicio de la espiritualidad. Una religin sinespiritualidad no tiene sentido.

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    Se plantea una definicin del trmino religin en consonancia con una percepcin socialconcreta y, por otro lado, alejada de las concepciones acadmicas. Del mismo modo queasumen la vozIglesia en su denominacin por razones de resonancia social, llevan a cabo unmecanismo anlogo a la hora de desplazar su calificacin como religin. En esta lnea, elGuadamee nos manifest que ya hasta al trmino religin le estoy cogiendo cierto temor

    por las connotaciones que lleva. Estas vinculan el concepto con su carcterinstitucionalizado, jerrquico o adoctrinador, lo que es rechazado por sus planteamientos, queinciden en la exploracin racional e individual de la espiritualidad centrada en la Diosa.

    Desde el punto de vista metodolgico existe, pues, un choque entre los dos tipos deenfoques planteados: el interno y el externo.20 En este conflicto, aunque respetemos lasobservaciones insider, creemos que la IPG muestra unos identificadores empricos que

    permiten ubicarla, contextualizarla y explicarla como unaNueva Religin o como un NuevoMovimiento Religioso (teniendo en cuenta las definiciones dadas) y, dentro de ellos, como unneopaganismo. Esto permite efectuar un anlisis comparativo con otras religiones yespiritualidades surgidas en fechas recientes a escala global.

    LA IPG COMO NEOPAGANISMO

    Nuevas Religiones, como concepto analtico, constituye slo un punto de partida, pues bajoesa etiqueta se ubica una enorme diversidad que ha intentado ser ordenada en clasificacionescoherentes.21 Una de estas clasificaciones coloca a los neopaganismos junto a colectivos New

    Age, la Wicca u otros como el esoterismo, el ocultismo, la magia o el medioambientalismo,debido a la existencia de elementos comunes como la veneracin de la naturaleza o lacreencia en dioses o espritus (Hunt, 2004, 147).

    Sin embargo, todas esas manifestaciones son enormemente diversas, lo que obliga aconsiderarlas en separado, si bien debido a su carcter eclctico existen permeabilizaciones einfluencias de unos grupos sobre otros. Por ejemplo, algunos neopaganos asumen doctrinas dela Nueva Era o desarrollan un fuerte componente medioambientalista, a la vez que puedennegar o intensificar las tendencias esotricas. En este caso, uno de los mayores problemas

    para los investigadores ha consistido en establecer una distincin entre el paganismo y laWicca. Esta asociacin se debe a su genealoga, pues los primeros neopaganismos europeossurgieron alrededor de ella. Sin embargo, en torno a los aos sesenta, se produce elcrecimiento de estas revitalizaciones, que comienzan a adoptar un modelo pagano genrico(Rogers, 2006). Dicho modelo heredaba aspectos de la Wicca pero, en general, apelaba a uncomponente histrico-tnico que les confera un carcter propio. De este modo, hasta la

    actualidad, podemos destacar la existencia de dos ramas principales: elpaganismo Wicca y elpaganismo tnico (Lamond, 2005).

    Los primeros wiccanos plantearon que estaban reviviendo una antigua tradicinprecristiana que descansaba sobre tres pilares: el culto a la diosa, la fertilidad y lasacralizacin de la naturaleza (cuyo ciclo regula los rituales) y la importancia de las brujas,convertidas en mrtires del genocidio histrico que habran sufrido. En este sentido, la mujeradquiere un papel protagonista en los cultos wiccanos, al reivindicar una espiritualidadfemenina como alternativa a las religiones judeocristianas, caracterizadas por eldesplazamiento de la mujer del marco religioso. Por esta razn, las brujas se convirtieron en

    paradigma o arquetipo de referencia y sus miembros intentaron revivir o recrear una religin

    basada en una diosa; la espiritualidad se defini como la diosa (Mies y Shiva, 1997, 31). LaDiosa se convierte as en una figura o arquetipo de identificacin de la mujer, lo que es

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    perceptible de forma ms clara en la llamada Wicca dinica, que se configura como unareligin exclusivamente femenina.

    Por otro lado, la Wicca apela a una ancestralidad ms espiritual que histrica, incluyendotendencias esotricas, exotricas y mgicas que otros neopaganismos no poseen. Por esta

    razn, ha sido definida como un paganismo esotrico (Pearson, 2002) que desde fechasrecientes asume una identidad que apela cada vez menos a ese pasado reconstruido y ms alcomponente mgico-espiritual que envuelve su doctrina.22

    En segundo lugar, el paganismo tnico se construye sobre una herencia tnica, histrica onacional concreta que pretende ser reivindicada a travs de la reconstruccin o recreacin dedeterminadas religiones ancestrales. Algunas de ellas, adems, integran el denominado WorldCongress of Ethnic Religions.23 Segn sus declaraciones oficiales, expresa la solidaridad conlas religiones tnicas, indgenas, nativas o tradicionales del mundo, las cuales han de servaloradas y respetadas como manifestacin de las tradiciones locales distintivas. Este tipo deneopaganismo pretende, asimismo, revalorizar y reivindicar el valor de lo local frente a los

    agentes de aculturacin externos (como el cristianismo y la globalizacin), en un proceso enel que es fundamental la construccin de identidades. En este sentido, todos los gruposcoinciden en reprochar al cristianismo la imposicin de mitos ajenos a sus ancestrales mitostnicos (lo que permite construir una identidad comn basada en una misma experienciahistrica). Se construye as una nocin de la etnicidaden la que la religin se reconfigura,convirtindose en un medio de expresin ms de aquella. De este modo, el cristianismo y laevangelizacin, vistos como elementos negativos para las identidades tnicas, sondesplazados de su mitologa y memoria compartida en beneficio de las religiones locales(vase Barker y Galasinski, 2001; Smith, 2001, 27).

    Por otro lado, desde el punto de vista doctrinal, coinciden en varios aspectos: en lasacralizacin de la naturaleza y el universo; en la veneracin de divinidades y espritus; y ensu visin-concepcin cclica del cosmos, siendo permeables en otros aspectos. Los ejemplosms destacados son el odinismo-asatru, el paganismo cltico, el paganismo Romuva, el neo-olimpismo, algunas formas neo-druidistas y otras manifestaciones locales, entre las quedestaca el resurgimiento del chamanismo en Rusia (Pentikinen, 2006).

    Sin embargo, estas dos vas no pueden ser consideradas como compartimentos estanco,debido a su eclecticismo y a la existencia de puntos en comn: rituales vinculados al ciclo dela naturaleza, sacralizacin de la misma, veneracin de divinidades paganas o su oposicin ala globalizacin (los adoradores de la Diosa por su amenaza al medio ambiente, las

    religiones tnicas por su amenaza a sus identidades culturales Lamond, 2005; vasePearson, 2006). Creemos que esta va intermedia se detecta con claridad en la IPG. Estacomparte elementos como la sacralizacin de la naturaleza y su oposicin a la cristianizacino a la globalizacin (comn en ambas vas), pero tambin posee caractersticas propias decada una de ellas. Por ejemplo, coincide con los wiccanos y las religiones de la Diosa en sucreencia en una divinidad suprema de carcter femenino y en su autodefinicin como unmovimiento espiritual, mientras que comparte con los paganismos tnicos esa herenciahistrica comn y su deseo de recuperar las creencias locales anteriores a la cristianizacin.

    Estas consideraciones permiten abrir una va metodolgica comparativa entre la IPG y elpaganismo contemporneo que contextualice y explique sus doctrinas, rituales, organizacin y

    creencias, as como los mecanismos de reconstruccin y recreacin de las religiosidadesancestrales, como fenmenos que se producen como alternativas, pero tambin como

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    productos, de la posmodernidad y la globalizacin. Surgen, pues, como productos de unareconfiguracin global de lo religioso y lo espiritual, pero tambin de lo tnico, que encuentraen el pasado sus referentes identificativos. En el caso de la IPG, como hemos visto, creemosque surge como una alternativa de reivindicacin identitaria que adquiere su pleno sentido enlos procesos autctonos de recuperacin del pasado pero que, igualmente, se ubica en un

    mbito comn con otros paganismos. Cada uno de ellos, pues, surge en un marco detransformaciones globales que parte de coordenadas locales diferentes. Debido a que cadaneopaganismo responde a unos determinados condicionantes histricos locales, habra quedestacar cules son los procesos empleados para recuperar y recrear su ancestralidad dentro deese juego de relaciones entre lo local y lo global.

    En conclusin, reconocemos en la IPG una serie de indicadores que permiten compararlacon estos colectivos, pues estamos ante un fenmeno que no escapa de las redes globales detransformacin religiosa que afectan a Canarias con tanta intensidad. Tambin para Verona yGarca, la IPG representa un modelo neopagano muy estructurado que ha de ser conectadocon todas aquellas religiones de la diosa en otros muchos lugares, pero tambin con las

    nuevas espiritualidades, pues se est plantando un modelo neo-pagano muy prximo a estasformas (Verona y Garca, 2008, 181). No deja de resultar importante, asimismo, que la IPGconsidere su movimiento como un paganismo actual. En un documento interno tituladoQuines practican el paganismo?,24 podemos ver que asumen ese calificativo, si bien sonconscientes de su carga histrica peyorativa. Como nos plante el Guadamee el trminoneopagano es un trmino ms que discutible. A ver quines son realmente los paganos.Porque si observamos, el judeocristianismo es una simple usurpacin de las religionesdenominadas por ellos paganas.25

    En este punto, la identidad se configura como un concepto clave. Los paganismoscontemporneos activan un componente identitario importante que, en el caso de la IPG,reposa en su visin de la canariedad. Pero, aadimos, no debe ser obviado otro tipo deidentidad, que trasciende este marco local, y que se ubica en el ideario pagano. En este caso,confluiran dos identidades: la canaria y la pagana, estando ambas sustentadas en el arquetipodel guanche. En consecuencia, el guanche no solo adquiere un valor identitario a escala local,en tanto que ancestro primordial de la canariedad, sino tambin un valortranslocal (o inclusouniversal), como individuo portador de una religiosidad que fue comn a otras poblaciones

    precristianas y que, de forma principal, vener a la Diosa Madre. De este modo, esta identidadtranslocal descansa en la creencia de una usurpacin histrica por parte del cristianismo deuna religiosidad ancestral compartida en su esencia con otros pueblos del globo, pero conformas externas diferentes, y que en Canarias estuvo presente en su perodo aborigen.

    En este sentido, es interesante destacar los mecanismos de reconstruccin y recreacin,ms bien, de esos neopaganismos. Estos se encuentran con el problema de carecer desuficientes referentes. La mayor parte de esas religiones paganas fueron iletradas, y solosobreviven a travs de los restos arqueolgicos, de las referencias escritas de otros pueblos (enCanarias denominadas fuentes etnohistricas) y del folklore, lo que constituye un problema decara a una reconstruccin histrica fidedigna. Sin embargo, ms all de estas dificultades (queson las mismas que las de los historiadores) hemos de tener presente que su objetivo no escientfico sino religioso-espiritual, por lo que la seleccin, invencin y adaptacin de esaancestralidad a las necesidades contemporneas es primordial. Es en este caso cuandodebemos hablar ms de re-creacin, re-invencin o re-significacin que de re-construccin.

    De hecho, algunos se consideran plenamente inventivos, como la Church of All Worlds. Enconsecuencia, para la comprensin de los neopaganismos desde una perspectiva acadmica,

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    no es tan significativo conocer la ancestralidad a la que se remiten, sino resolver cmo se harecreado ese pasado en los determinados contextos locales, es decir, cmo el pasado ha sidoresignificado desde los diferentes presentes.

    Podramos plantear que los neopaganismos contemporneos seran fruto de esos

    condicionantes internos y de las variables ideolgicas, espirituales, religiosas y socialesactuales. Por este motivo, pese a la diversidad histrico-tnica de las religiones a las que seremiten (es decir, del pasado), existe un importante nmero de similitudes entre losmovimientos neopaganos (del presente). Como productos de su tiempo, proyectan hacia el

    pasado la realidad contempornea en mayor medida que rescatan el pasado. El pasado seconfigura as como un espejo en el que se reconoce una forma de ser y actuar en la actualidad,en este caso, desde un discurso religioso.

    El paganismo contemporneo, pues, escoge del pasado aquellos componentes que permitenser encajados en la nueva religiosidad y su cosmovisin, a la vez que ignora o niega otros queentran en contradiccin con sus doctrinas. Por ejemplo, el neo-druidismo ignora los sacrificios

    humanos pero hace suya la supuesta sacralizacin del medio natural por parte de susantepasados. Esto lleva a la conclusin de que esos ancestros no son solo referentes histricosen este proceso de resignificacin religiosa, sino tambin instrumentos que legitiman lasnuevas doctrinas. En estos ejemplos, el druida y el guanche se erigen como modelos idealesen los que se depositan los valores principales del movimiento contemporneo. El neopaganoy sus respectivos colectivos, dotados de una serie de mensajes, valores, tica e ideologa

    primordiales, proyectan sobre el antiguo esos mismos valores para salvar as la discontinuidadhistrica y para alcanzar tambin una cierta legitimidad social en los respectivos contextoslocales. No obstante, como explicaremos a continuacin, en la IPG, ese referente ancestralque es el guanche puede adoptar diferentes valores, significados y simbologa dependiendo delos diferentes discursos que lo reivindican.

    LA IPG EN ACCIN: OBSERVACIONES DE CAMPO

    Hasta el momento hemos intentado establecer una contextualizacin y comparacin de laIPG con las nuevas formas religiosas contemporneas y, ms en concreto, con losneopaganismos. Para esto nos hemos basado en la informacin generada por la IPG, en lasentrevistas y en la bibliografa, pero hemos pasado de puntillas en lo que respecta al trabajo decampo. Hemos podido visionar en vdeo algunos rituales, lo que permite establecercomparaciones y detectar las evoluciones discursivas del movimiento, pero basaremosnuestras principales consideraciones a partir de la observacin de la boda celebrada el 16 de

    marzo de 2008. Se trataba de las segundas nupcias contradas en la historia del movimiento,tras la celebrada en el ao 2002. El espacio elegido para la celebracin est ubicado en elmunicipio sureo de Arona, en la montaa de Guaza, considerada sagrada por la IPG al ser unlugar en el que nuestros antepasados realizaban prcticas religiosas y efectuaban los ritos dela ancestral religin guanche.26

    A la cita acudi un importante nmero de personas que pudo rondar el centenar: miembrosde la IPG, simpatizantes, curiosos, turistas y medios de comunicacin, que respondieron a laconvocatoria que fue difundida por la red. Sin embargo, de las parejas cuyo casamiento estaba

    previsto, solo decidi hacerlo una de ellas.27 Asimismo, esta convocatoria estuvo acompaadapor la organizacin del I Encuentro Cultural de las Races Guanches, cuyo programa se

    desarroll con posterioridad al rito nupcial.

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    Una de las conclusiones principales derivada de nuestra observacin es que la IPG seconfigura como un grupo extremadamente heterogneo. Al igual que otras Nuevas Religionesy neopaganismos, estamos ante un colectivo eclctico que absorbe diferentes ideas,influencias y concepciones, es decir, interpretaciones diversas acerca de lo que debe ser osignificar. Creemos que la IPG activa un juego de identidades que genera una interpretacin

    polivalente del movimiento. Este proceso, que se configura como una tendencia interna, esuna de las principales caractersticas, a la vez que la fuente principal de tensiones y conflictosdentro del grupo. Pese a que se autodefine como una espiritualidad del siglo XXI que pretendealcanzar la regeneracin de la humanidad a travs de la recuperacin y actualizacin de lareligiosidad aborigen, esta interpretacin vertebra la lnea dominante, pero no la nica. En laIPG confluyen individuos diversos, que pueden buscar una regeneracin espiritual perotambin otros que pretenden manifestar sus inquietudes polticas, su identificacin con el

    pasado aborigen o resaltar su identidad cultural. En este sentido, creemos que la puesta enescena del rito, que activ estas identidades y percepciones, convirti la boda en un terreno deexposicin de posturas diversas en torno al concepto que existe, entre los propios miembros,del movimiento del que forman parte y del significado que se otorga a su ancestralidad.

    Es importante destacar que la IPG lleva a cabo diversos rituales con una periodicidadvariada que suele rondar los dos o tres meses. Bautizos, bodas, ritos solsticiales as comootros diversos actos configuran su agenda anual, adems de otras reuniones informales y loscnclaves del clero. Sin embargo, de todas esas reuniones solo algunas logran activar lastensiones internas, puesto que son el contexto de expresin de esas interpretaciones odiscursos (como luego conceptualizaremos). En consecuencia, rituales como la boda deGuaza permiten la afloracin de estas tensiones debido a que entran en accin una serie desmbolos cuya interpretacin y apropiacin difieren segn los discursos y las opcionesindividuales. As pues, pudimos comprobar, desde nuestra visin de observadores externos,que en Guaza se produjo la escenificacin no solo del rito nupcial, sino tambin de estastensiones internas. Verona y Garca, que tambin asistieron al rito, observaron algo similar:

    Existen tensiones entre lo que podramos denominar la IPG del siglo XXI y latendencia a la reconstruccin fidedigna, ms o menos verosmil, de los ritualesguanches, desde el punto de vista de la escenificacin etnogrfica, que pone demanifiesto un problema que gira en torno a los conceptos de identidad y de etnicidadguanche (Verona y Garca, 2008, 188).

    Segn estos autores, debido a la presencia masiva de medios de comunicacin,principalmente televisivos y tambin a la asistencia de curiosos o turistas, ese segundo sector

    opt por suprimir de la escenificacin ritual algunos objetos que, de forma simblica, serelacionaban con el primer grupo (ibidem). Este decidi que fueran visibles solo aquellossmbolos que eran de clara filiacin aborigen, es decir, que encajaban en su reconstruccin.Segn Verona y Garca, con este acto simblico vaciaron la ceremonia de contenido para laIPG, y la convirtieron simplemente en una reconstruccin de un ritual ms o menos inventada,semejante a las realizadas por asociaciones culturales, cual escenificaciones folkloristas(ibidem).

    Aadimos que este vaciado simblico, unido a la posterior exhibicin de msica yjuegos tradicionales canarios, dentro del I Encuentro Cultural de Races Guanches, hizo queel rito nupcial adoptara los smbolos y el discurso de ese grupo que buscaba la recreacin

    etnogrfica, configurndose ms bien como una escenificacin teatral. A pesar de que para loscontrayentes la boda tuvo un valor religioso y espiritual indudable, la ritualizacin llevada a

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    cabo releg lo religioso a un segundo plano en beneficio de una reconstruccin visible queintentaba ser fidedigna respecto al pasado.

    Pudimos detectar este hecho en la invasin del espacio ritual. Estaba previsto que la bodase llevara a cabo dentro de una era que es, segn los postulados de la IPG, el almogarn o

    espacio consagrado para la ejecucin ceremonial.28

    Como espacio sagrado, solo pueden entraren l aquellos directamente vinculados con el ritual, debiendo quedar fuera del mismo el restode visitantes. Estas normas, que han sido regladas por la IPG en su Tagoral, fueron totalmenteobviadas, producindose as la invasin de la era, en especial por parte de las cmaras que

    portaban los observadores y medios de comunicacin. Esto hizo que, desde nuestro punto devista, el ritual eludiera las normas religiosas (establecidas por la IPG) y adoptara la forma deuna performance realizada para la televisin. La presencia, pues, de los medios activ deforma an ms intensa las tensiones internas y los discursos existentes dentro del grupo,crendose as una ceremonia ms etnogrfica que espiritual. En otras palabras, miraba mshacia el pasado que hacia el futuro. Debido a esto adems, el Guadamee, como principalexponente del discurso oficial o espiritualista, se desmarc de la boda y no la ofici como

    estaba previsto.

    Sin embargo, creemos que esas tensiones existentes no solo estn protagonizadas por dosgrupos o polos. Si bien en Guaza se manifest con ms intensidad el enfrentamiento entre dosde ellos, consideramos (como hemos podido apreciar en otros ritos) que en la IPG confluyenal menos tres interpretaciones o discursos principales que se vertebran en torno al valorsimblico del guanche. De este modo, interpretamos la IPG como una construccin integrada

    por diferentes colectivos e individuos que se expresan a travs de discursos que modelan elmovimiento y configuran su carcter mltiple y polismico. Pese a que la IPG se constituyecomo un movimiento religioso-espiritual, tambin es un mecanismo de identificacin con el

    pasado que puede utilizar unos cauces (como los religiosos) antes inexplorados para construiresa conexin entre el pasado y el futuro, pero tambin otros que inciden en los aspectos

    polticos, tnicos o culturales. Estos son los discursos a los que hemos hecho referencia y queidentificamos en su expresin etnicista,poltica y espiritualista.

    LA IPG COMO LA CONSTRUCCIN DE DISCURSOS SOBRE EL GUANCHE

    Entendemos pordiscurso29 la construccin de una forma de accin entre los individuos quepermite la comunicacin entre ellos mediante el empleo del lenguaje, de actos y smbolos.Esta construccin puede vehicular ideologas y construir representaciones del mundo (comolas identidades sociales) que se expresan en eventos discursivos concretos (como puedan ser

    los rituales de la IPG) que les otorgan su verdadero sentido. Los discursos, as entendidos,adquieren su significado en los contextos en los que se manifiestan, puesto que en ellosinteractan con otras construcciones discursivas. Como han planteado Fairclough y Wodak(vase Calsamiglia y Tusn, 2007, 1), esos eventos discusivos se relacionan de formadialctica con la situacin, la institucin y la estructura social. En el caso de la IPG, loseventos rituales, en los que se ponen en accin los discursos, se relacionaran de formadialctica con la propia institucin de la IPG. Al tratarse de formas dialcticas, la IPG, comomarco institucional, da forma o determina los discursos pero tambin estos construyen elmovimiento religioso. De este modo, el evento discursivo es constitutivo tanto en el sentidode que ayuda a mantener y reproducir el statu quo social como en el sentido de que contribuyea transformarlo (ibidem).

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    Entre los discursos que conforman el movimiento, creemos que el ms problemtico en suanlisis es el que hemos denominado discurso etnicista. Se trata, ante todo, de un trminodiscutible, por cuanto la etnicidad juega un importante papel en todos los mbitos y discursosdel movimiento, si bien creemos que se manifiesta en este de una forma ms intensa. Con elempleo de este trmino queremos hacer referencia a un tipo de indigenismo (vase Estvez,

    1987, 71; Favre, 1998, 7) que insiste en destacar los referentes tnico-culturales sobre los quese construye su identidad, minimizando las expresiones polticas. Podramos considerarlocomo una evolucin del sentimiento romntico por lo aborigen, que hace del antiguohabitante del archipilago el canario arquetpico, ancestral y mtico, circunscribindolo almbito geogrfico canario. El guanche, en este caso, adquiere un valor tnico delimitado,sobre el que se construye una determinada nocin de la canariedad que selecciona, a su vez,un pasado concreto. Por esta razn, dentro del movimiento se afirma que sus seguidores songuanches del siglo XXI, sucesores y herederos de sus ancestros (no solo espirituales, sinotambin tnicos). De este modo, la memoria colectiva y la mitologa ancestral sobre las que seconstruye la nocin de etnicidad incorpora el perodo aborigen dentro de dicha construccin.Para este discurso etnicista, as pues, la IPG se configura como un contexto idneo en el que

    expresar esa memoria colectiva. Por un lado, la visibiliza en las recreaciones rituales mientrasque, por otro lado, la perpeta y modifica. En este sentido, en muchos comunicados yalocuciones de los miembros durante los rituales aparecen conceptos como races, identidad,identidad perdida, dignidad, antepasados, memoria, pueblo, tradiciones, nuestra cultura onacin, trminos vinculados a una clara semntica etnicista.

    Este discurso lleva a cabo en los rituales de la Iglesia la apropiacin de espacios, desmbolos y se expresa a travs de elementos como las vestimentas aborgenes o las rplicas desu cultura material, proporcionando as a sus ceremonias una puesta en escena de exterioridadguanche. Esta lnea discursiva interpreta, como se manifest en la boda de Guaza, la IPGcomo un contexto de recreacin de lo aborigen. Asimismo, en este discurso se encuentrancmodos diferentes organizaciones o colectivos ajenos a la Iglesia, pero que aprovechan losactos de la misma para expresar este sentimiento, que liga la canariedad a lo aborigen, a travsde exhibiciones ldicas o musicales.

    En relacin al segundo discurso, que denominamos poltico, hemos de plantear que larelacin entre el guanchismo y la poltica ha sido siempre muy potente en la historia del

    pensamiento canario. Sin embargo, como ha planteado Gari el guanchismo no fue, ni es slouna sea de identidad del proyecto nacionalista. Es, por encima de todo, una referencia para laidentidad canaria en su conjunto, independientemente del proyecto poltico al que se adscriba(Gari, 1992, 58). Podramos ir ms all en nuestra calificacin de este discurso comopoltico,

    puesto que presenta una clara relacin con un tipo de nacionalismo independentista.Histricamente, el independentismo ha sustentado gran parte de sus postulados en lareivindicacin del pasado indgena, si bien la imagen del guanche, de nuevo, ha sidoconstruida por este desde diferentes perspectivas: como smbolo de resistencia,30 comoreferente tnico y ancestro racial de los canarios actuales, como bereber o amazigh31 dentrodel movimiento africanista (promovido por organizaciones como el MPAIAC) y, en general,como smbolo que representa la lucha contra lo que estos grupos consideran el imperialismo ocolonialismo espaol. De este modo, el aborigen canario y los smbolos relacionados con sucultura han constituido un referente primordial en ciertos grupos polticos de esta ideologa(Galvn, 1983; Gari, 1992; Navarro, 2005).

    Creemos, como hemos podido observar en sus rituales, que la IPG es un nuevo marco deexpresin de un discurso afn al independentismo, puesto que algunos individuos exhiben

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    mensajes y smbolos de esta ideologa de forma secundaria al programa religioso principal oincluso durante el desarrollo del mismo. Un ejemplo claro lo encontramos durante el bautizode diciembre de 2007, en el que miembros del clero y diversos fieles, tras el acto bautismal, sereunieron en el tagoror para llevar a cabo la ofrenda a los antepasados e intercambiarimpresiones. Estas tuvieron un carcter poltico e identitario indudable, exponindose

    argumentos como: cada da me encuentro ms orgullosa de sentirme canaria y no espaola() la independencia est todava un poco lejos, los guanches de antes y ahora seguimosalzados, deseo que esto sea una patria libre maana mismo, ante ellos [los antepasados] yo

    pido, para mi pueblo, conciencia; para los lderes del movimiento, unidad; y para mi patria,libertad, todava quedan canarios que consideramos que estamos en lucha por la libertad yla independencia de esta tierra. Adems, el espacio ritual fue simblicamente liberado oindependizado, siendo as un acto simblico con el que este discurso haca propio ese enclavesagrado.32

    Creemos que estos miembros interpretan y construyen la IPG como una nueva va deexpresin, a travs de medios simblicos, de un programa alternativo al tradicional cauce

    poltico. En un contexto en el que el independentismo canario no acaba de definirse como unaalternativa slida en el panorama poltico regional, es destacable que diversos sectores de esaideologa adopten un mecanismo de comunicacin de sus postulados que activa componentesidentitarios y simblicos tan poderosos como son los religiosos. En este sentido, al igual queocurre con la reconfiguracin de la religin en la construccin de la etnicidad, asistimos a uncaso similar en el caso del nacionalismo. Como ha sugerido Juergensmeyer (2001, 69s), enalgunos contextos actuales ha surgido un nacionalismo religioso que puede sustentarse en laetnicidad o en ideologas diversas y en el que la religin proporciona los fundamentossimblicos y doctrinales de una identidad nacional basada en la cultura indgena. En el casode la IPG, la religin no se ha incorporado a los mensajes de ese discurso poltico, sino quedicho discurso utiliza los cauces que le proporcionan los eventos rituales. Sin embargo, solo laevolucin del movimiento podr revelar si la IPG y los eventos discursivos pueden modelaresa situacin, haciendo que el discurso poltico incorpore la religin ancestral como parte desu mensaje, como ha ocurrido en otros mbitos (ibidem).

    A este hecho hay que aadir un elemento clave. No solo los simpatizantes y magos de laIPG se sienten identificados o han formado parte de este ideario nacionalista-independentista,sino que incluso algunos de sus miembros fundadores han tenido un protagonismosignificativo en diversos partidos y organizaciones polticas de esta ideologa.

    Pese a que la IPG se ha propuesto, desde el discurso oficialista representado por su

    mximo representante, eliminar la presencia de los mensajes de contenido poltico en elmovimiento, lo cierto es que poseen an un lugar destacado en las ritualizaciones. El objetivoa largo plazo de la IPG, como nos manifest el Guadamee, es llevar a cabo una totalseparacin entre espiritualidad y poltica, pues se pretende asumir solo una vocacin religiosaque implica, asimismo, aceptar que el mensaje que propone se circunscribe a un contexto quetrasciende el mbito canario.

    Esto nos lleva al discurso oficialista o espiritualista, aquel tiene como objetivo central laveneracin de la Diosa Madre. Esto hace que la IPG se configure como una alternativa devocacin universal, es decir, que su discurso supera el mbito local canario y se dirige a todala humanidad. Una parte de la entrevista que realizamos al Guadamee resulta esclarecedora.

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    Pregunta: El discurso de la Iglesia es universal o es local?, se circunscribe a todo elmundo o solo a los canarios?Respuesta: Es universal. Es ms, el mensaje est claro no voy a decir la salvacin,

    pero s la paz en el gnero humano va a surgir de estas islitas y a travs de la diosamadre Chaxiraxi. () La humanidad precisa de una regeneracin, espiritual,

    filosfica y poltica. Y esa regeneracin va a venir a travs de la diosa madre, o seava a ser producida por la diosa madre universal. Nosotros a nivel local la llamamosChaxiraxi. Tiene 10.000 nombres () Imagina si somos o no somos universalistas.

    Dnde queda?, qu papel tiene loguanche en este mensaje universalista? Creemos queeste discurso considera al guanche desde una perspectiva cercana al concepto detranslocalidad que antes hicimos referencia. El guanche no sera solo el antiguo habitante delas Islas, sino el portador de una espiritualidad ancestral y superior, comn a otras poblaciones

    precristianas. Pero, adems, el guanche no es solo el objetivo reivindicativo de esta lneadiscursiva sino tambin su expresin visible. Al producirse la gnesis de esta regeneracin enCanarias (no olvidemos, promovida por una divinidad, Chaxiraxi), y al recuperar la

    espiritualidad propia de los ancestros paganos-guanches, el movimiento ha de recurrir a lasformas externas de esa ancestralidad como primer paso de esa regeneracin que, con eltiempo, superar las fronteras locales para adquirir un auditorio universal. En la entrevistaantes mencionada, el Guadamee ahonda sobre este aspecto.

    Pregunta: Pero si se adapta a un contexto global, habra que desguanchizar, pordecirlo as, a la religin de la Iglesia del Pueblo Guanche?Respuesta: No, no, en absoluto, en absoluto.Pregunta: Pero, claro, se llama Iglesia del Pueblo Guanche, eso la circunscribe a uncontextoRespuesta: S, pero esto es un contexto circunstancial. Surge aqu, entonces tiene queadaptarse al entorno donde surge. Porque los planes de la Diosa sabes que lacuestin temporal para la diosa no es la misma que para los seres humanos. () Lodel guanchismo cuando la Iglesia se implante, qu te digo yo, en Asturias, elentorno etnogrfico ser el asturianoPregunta: Entonces hay formas externas diferentes pero una misma esenciaRespuesta: Exactamente, la esencia es la misma () Lo fundamental es la parteespiritual.

    CONCLUSIN: EL VALOR POLISMICO DEL GUANCHE Y DE LA IPG

    Estos discursos reconocen en el guanche su elemento comn, convertido as en el smbolocentral o dominante de un movimiento de expresin polismico que interpreta ese smbolo demodo diverso. El guanche, de este modo, se convierte en una construccin erigida a partir delos parmetros que los diferentes discursos pretenden destacar. Constituye, as pues, el puntode origen pero a su vez el principal motor de las tensiones internas y de los discursos.

    Esta identificacin con lo aborigen ha sido definida con el concepto de guanchismo.Usamos aqu el trmino desde una perspectiva amplia y que remite a la defensa de la

    pervivencia de elementos aborgenes en la sociedad canaria del presente (Estvez, 1996, 11),si bien se vincula con una variada gama de manifestaciones de la identidad canaria que hacende l un diacrtico tnico complejo (ibidem, 12).

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    El guanchismo, pues, permite expresar la identificacin con un pasado determinado, que esobjeto de seleccin (en este caso, la poca aborigen). Esto no constituye algo novedoso, ni enel archipilago, donde el recurso al pasado ha sido un elemento importantsimo en laconstruccin de la identidad canaria (Galvn, 1993, 201) como en otros contextos en dondela reivindicacin del pasado ocupa un lugar central en la construccin de identidades tnicas

    (Estvez, 1996, 14; Navarro, 2005, 23).

    Estamos ante un proceso de bsqueda de identidades en el pasado, que puede adoptardiferentes vas de expresin dependiendo de los actores sociales: polticas, que buscan losorgenes nacionales; tnicas, a travs de la defensa de una ancestralidad comn; o aquellasque inciden en los valores culturales, que han resistido el paso del tiempo. La IPG aade unelemento novedoso al incorporar la variante religioso-espiritual como un mecanismo ms dereivindicacin. Este hecho no deja de ser interesante en la historia del pensamiento canario,que no haba cuestionado hasta fechas recientes la cristianizacin de los aborgenes. De estemodo, la IPG constituye un movimiento social que lleva a cabo con gran intensidad lacontestacin a una de las consecuencias principales de la conquista: la evangelizacin. En

    consecuencia, la IPG y otros neopaganismos no solo son movimientos religiosos, sinocomplejos mecanismos de identificacin con el pasado que utilizan unos cauces (como losreligiosos) antes inexplorados para construir de forma novedosa la identidad y la etnicidad, ascomo la conexin entre el pasado y el presente.

    En conclusin, estamos ante un movimiento polismico, que es a la vez canario y mundial,local y global. Este juego de relaciones, tan importante en las transformaciones religiosas,culturales e identitarias contemporneas, resulta clave en el anlisis de una alternativaespiritual como la IPG. Se constituye como un contexto de accin ritual, simblica y doctrinalmltiple en el que confluyen ideologas de reivindicacin de lo local (nacionalismo, etnicidad,guanchismo, canariedad) con otras de impacto global (paganismo, pacifismo,medioambientalismo, religin de la diosa, etc.). Estas ideologas, en el contexto de la IPG,tienen en el guanche y, por extensin en la diosa Chaxiraxi, su hilo conector.

    Finalmente, no debemos interpretar las tres lneas discursivas expuestas como divisioneshermticas. Se trata ms bien de flujos o tendencias que pueden ser minimizadas omaximizadas segn las percepciones individuales. Lo espiritual est muy ligado a la identidadtnica, como hemos podido ver en los rituales, pero tambin al nacionalismo; del mismomodo que pueden combinarse las tres opciones o asumir un discurso que descarte la opcinespiritual. En este caso habra que cuestionarse si la IPG constituye una religin o unaespiritualidad, o ms bien un movimiento de amplio espectro que puede incluir, segn las

    tendencias apuntadas, un mbito de expresin religioso-espiritual. Futuras investigaciones decampo, as como la propia evolucin del grupo, permitirn confirmar si las lneas discursivasoficialistas o aquellas que se impusieron en la ritualizacin de Guaza acaban por construir undiscurso nico o por seguir reflejando tensiones en posteriores ceremonias.

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    ANEXO FOTOGRFICO

    Fotografa 1: logotipo que encabeza la pgina web de la IPG. En l aparecen el signo de Tanit y una pintadera

    de Gran Canaria. Ambos, para la IPG, son smbolos de la diosa Chaxiraxi.

    Fotografa 2: el efekn o altar preside todos los rituales de la IPG.

    Fotografa 3: los contrayentes, Wanshe Tahit, la esposa, y Wanshe Eggunay, el marido, al comienzo de la

    ceremonia que tuvo lugar en Guaza en marzo de 2008.

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    NOTAS

    Quiero expresar mi ms sincero agradecimiento a Francisco Dez de Velasco, Alberto Galvn, LauraBencomo, Javier Soler y Zebensui Lpez por la lectura y revisin de este artculo. Sus comentarios,sugerencias y las referencias bibliogrficas que me han aportado han sido muy tiles en mi investigacin.En cualquier caso, los errores y afirmaciones de este artculo son de mi absoluta responsabilidad.

    1 Sobre la neutralidad como requisito metodolgico para el estudio de las religiones son interesantes lasobservaciones de Donovan (1999). Sobre el concepto de religiocentrismo vase Saler (2000) y Dez deVelasco (2005a y 2005b).

    2 Vase Verona y Garca (2008) y Dez de Velasco (2007, 41 y 2008, 24). Debido a que no pretendemosabordar aqu la descripcin y enumeracin de las caractersticas principales de la IPG, puesto que superaralos lmites permitidos para este artculo, remitimos a estos trabajos para conocer la historia del movimientoas como sus principales rituales, creencias, fundamentos y organizacin interna. Por otra parte, tambinlos medios de comunicacin se han hecho eco de algunos rituales. La primera referencia en prensa, enrelacin a la primera boda celebrada, apareci en La Opinin de Tenerife (29 de diciembre de 2002),acontecimiento del que tambin realiz un seguimiento Canal 6 Teidevisin. Ms recientemente, conmotivo de la boda celebrada en 2008, diversos peridicos y televisiones locales (Televisin Canaria,

    Antena 3, Mrame TV, entre otras) se hicieron eco de la ceremonia, si bien el tratamiento meditico delmismo lleg a ofender a los miembros de la IPG.

    3 Entre ellos, algunos medios de comunicacin y los denominados movimientos anti-secta son los msimportantes, pero tambin algunos escritos acadmicos, generalmente redactados por telogos, queexplican el surgimiento de estas manifestaciones como consecuencia de la crisis moral y de ladesorientacin de la sociedad actual. Sobre la visin social y los estereotipos existentes acerca de las sectasy otras nuevas religiones es muy til la obra de Prat (2001). Para apreciar las visiones negativas vaseGuerra Gmez (1996), donde se puede leer a propsito de los neopaganismos no quieren caer en la cuentade que antes y al margen del parntesis cristiano apenas hay luz y, en su lugar, casi se palpan las tinieblas,el confusionismo, el terror (p. 346). Sin embargo, otros telogos como Bosch (1994) comenzaron a

    plantear una visin tendente a la neutralidad. Tambin es interesante el enfoque con el que se critican losneopaganismos en publicaciones cristianas: http://www.mundomanana.org/revistas/abril.pdf.

    4 En la direccin http://www.canariastelecom.com/personales/benchomo/benchomoreligionguanche.htmpodemos encontrar un elevado nmero de documentos doctrinales, comunicados, noticias y otros aspectosrelacionados con la IPG.

    5 La IPG posee una estructura interna compleja encabezada por el Guadamee. Este cargo, que puede serdesempeado tanto por un hombre como por una mujer, ejerce su funcin por inspiracin divina de laDiosa Chariraxi, cuyo espritu es transmitido a los faykanes (como principales responsables religiosos) atravs de la imposicin de manos. Estos, a su vez, lo transmiten a los kankus (sacerdotes), maguadas(sacerdotisas) e iboibos (sacerdotes funerarios) para que lo transfieran a los fieles en los diversos ritos. Esteclero se integra en la denominada Oficina del Guadamee, que acta como un rgano administrativo,

    burocrtico e institucional. A su vez, esta es auxiliada por el Consejo de Asmunaus, cuya funcin escolaborar en diversas cuestiones religiosas y laicas. Para profundizar en otros cargos, rganos y funciones

    dentro de la IPG vase Verona y Garca, 2008, 182s y la pgina web de la IPG.

    6 Se trata de la principal divinidad del panten de la IPG. Como nos manifest el Guadamee, la IPG planteaun monotesmo en el que otras divinidades, como Chayuga (dios de la Naturaleza), Achuguayu (dios Luna)o Magek (diosa Sol) no seran ms que formas visibles o manifestaciones de esta deidad suprema, queostentara tal distincin tambin durante el perodo aborigen. Adems, en un aspecto en el que lacomparacin con otras religiosidades contemporneas es inevitable, plantean la identificacin de esta DiosaMadre con todas aquellas divinidades femeninas que alcanzaron un gran protagonismo en las religiosidadesde otros lugares en la Antigedad. Entre ellas destacan a Isis, Astart o Tanit. Estas, junto a Chaxiraxi,haran referencia a un mismo prototipo de divinidad femenina primordial que fue suplantada por la victoriade los dioses masculinos a partir del judeocristianismo y que tiene su origen en las culturas neolticas(vase Gimbutas, 1991). Asimismo, en Tenerife, esta diosa habra sido asimilada a la Virgen de Candelariaa partir de la evangelizacin (vase Reyes, 2007).

    http://www.mundomanana.org/revistas/abril.pdfhttp://www.canariastelecom.com/personales/benchomo/benchomoreligionguanche.htmhttp://www.canariastelecom.com/personales/benchomo/benchomoreligionguanche.htmhttp://www.mundomanana.org/revistas/abril.pdf
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    7 En estas aportaciones, cuyo volumen ha crecido de forma exponencial en los ltimos aos, el debate acercadel origen, causas y caractersticas de dichos cambios ocupa el lugar central, acompaado por la inquietudde muchos investigadores (especialmente norteamericanos) por conceptualizar y definir de forma rigurosasus objetos de estudio. Vase una buena introduccin a esta problemtica en Mayer, 2004; Esposito, 2006,505; Masferrer, 2004, 91.

    8 Sobre la multirreligiosidaden Canarias vanse las monografas coordinadas por Dez de Velasco y GalvnTudela (2007 y 2008) en las que se recogen los trabajos llevados a cabo por el grupo de investigacin

    RELICAN(Religiones en Canarias).

    9 Vase Chryssides, 1999, 1-33, Berner, 2000, 267.

    10 Al propiciar su desvinculacin de las unidades tradicionales en las que estaba inserto (familiares, laboraleso sociales). Sobre este asunto es muy vlida la obra de Prat, 2001. Cf. Nota n 3.

    11 No obstante, algunos autores lo emplean de forma intercambiable (vanse las matizaciones de Mayer, 2004,412 o Dez de Velasco, 2000), si bien en el contexto investigador anglosajn (donde los New Religious

    Movement Studies constituye una subdisciplina consolidada) el trmino Nuevo Movimiento Religioso se ha

    ido imponiendo.12 Vense las definiciones y observaciones que recogen Chryssides, 1994, 1999, 4-9; Doktr, 2003; Masferrer,

    2004, 86ss; Melton, 1999; von Stuckrad, 2006.

    13 Debido a que la organizacin de estos grupos suele ser poco jerrquica, suele sustentarse en la figura de unlder carismtico que aglutina o rene alrededor suyo al resto de fieles. Berner sugiere que la rutinizacindel carisma es lo que permite a un NMR convertirse en una Iglesia o una organizacin religiosacomparable (Berner, 2000, 273). Vanse tambin otras consideraciones recogidas por Masferrer, 2004, 86-89.

    14 Si bien habra que definir lo que entendemos por carisma. No obstante, ms all del grado de carisma, estoslderes destacan por poseer una posicin central, pues consiguen articular o construir el movimiento

    alrededor de sus doctrinas o mensajes. En este sentido, en la IPG el Guadamee ocupa esta posicin, comoprincipal representante del clero, como fundador del movimiento y principal sustentador ideolgico. Sinembargo, su importancia simblica dentro del grupo no parece remitirse tanto al carisma como a lalegitimidad que le viene otorgada por la propia Diosa Madre Universal, pues le transmite su espritu. Noobstante, hemos de tener en cuenta tambin el factor de que es el principal generador de las reflexionesteolgicas y filosficas, las cuales marcan la lnea doctrinal directriz.

    15 Vase Mayer, 2004, 413s y Chryssides, 1999, 11-14.

    16 Acrnimo de International Society for Krishna Consciousness, conocidos popularmente como HareKrishna.

    17 Vanse las observaciones de Chryssides, 1999, 12; Masferrer, 2004, 88.

    18 Chryssides (1999, 13) prefiere calificar a los NMR como recientes, pues conceptualiza mejor su naturalezay su origen histrico. Adems, permitira separar las religiosidades surgidas en la posmodernidad deaquellas alternativas religiosas surgidas en el siglo XIX y en las primeras dcadas del siglo XX. Siguiendoesta opcin, habra una separacin entre religiones nuevas (surgidas en la modernidad) y religionesrecientes (creadas en la posmodernidad). Sin embargo, esta perspectiva tambin presenta numerosos

    problemas metodolgicos y conceptuales. Entre ellos podemos destacar el debate existente entre losinvestigadores a la hora de fijar una fecha que delimite esta distincin.

    19 Existen numerosas definiciones, que inciden en diversos aspectos: su relacin con lo sobrenatural (Tylor),su carcter social (Durkheim), su relacin con lo sagrado (Eliade), su carcter simblico (Geertz), sumultidimensionalidad (Smart). Por otro lado, Chryssides ha sealado una serie de elementos mnimos quehabran de estar presentes en todo movimiento para ser considerado una religin. Seala que tendra que

    estar presente al menos uno de ellos: a) proporciona respuestas a las cuestiones fundamentales de la vida,

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    b) ritos de paso que marcan los momentos clave de la vida del individuo, c) tcnicas y estrategias forcoping with life y d) algn tipo de gua para la vida en la forma de un cdigo tico. (Chryssides, 2000).

    20 Ambos no siempre coinciden, debido a la diversidad de definiciones y percepciones acerca de lo que es yno es una religin. Como ha sugerido Chryssides: Religion puede ser tanto un concepto emic como

    etic, y una vez que el investigador ha adoptado una definicin de religin, es an posible que unaorganizacin rechace la categora desde dentro, aunque satisfaga los criterios acadmicos etic. Al contrario,es tambin cierto que una organizacin puede afirmar ser religiosa, pero no satisfacer los criteriosimpuestos por el estudio acadmico (Chryssides, 2000. Nuestra traduccin).

    21 Una propuesta se encuentra en Chryssides, 1999, 23-32. Vase tambin la propuesta de Campiche, recogidapor Masferrer, 2004, 88s y la de Hunt, 1994.

    22 Pearson (2002) seala que, aunque en la mayor parte de las ocasiones, la Wicca es considerada porinvestigadores y practicantes como pagana, podra no serlo en el futuro debido a su evolucin interna, quela desvincula cada vez ms de las tradicionales formas neopaganas.

    23 Su pgina web oficial es http://www.wcer.org/.

    24 http://elguanche.net/paganismo.htm. (Consulta el 1 de junio de 2008).

    25 Segn la IPG, esa carga histrica existe tambin en Canarias con el vocablo mago. Etimolgicamente,segn sus postulados, el mago sera el hijo o adorador de Magek. Por esta razn llevan a cabo unaidentificacin entre mago y pagano en relacin a aquellos que portaron la religiosidad ancestral que

    pretenden rescatar. Adems, se llama mago, en la IPG, a los nefitos que se inician en sus ritos.

    26 http://elguanche.net/Ficheros2/encuentrobodaguaza2.htm. (Consulta el 3 de abril de 2008). La IPG noconcibe la construccin de templos o edificios para las prcticas religiosas puesto que, segn sus

    postulados, el mejor santuario es la propia naturaleza, como don supremo surgido de la creacin delmundo. Por este motivo, los ritos de la IPG se producen en parajes como montaas, barrancos, playas,cuevas, montes, etc. Es interesante comparar este hecho con otros neopaganismos y movimientos wiccanos

    que exponen los mismos argumentos. En este sentido, se vincula una conciencia medioambientalista actualde alcance global con la creencia de que las religiones ancestrales establecieron un perfecto equilibrio conel medio natural. Esta visin, que incluso est presente en el imaginario colectivo social, ha sido contestadaen el caso canario por algunas investigaciones. A modo de ejemplo, vase Machado Yanes, 1999.

    27 Hemos podido saber que el ambiente creado para la ceremonia y la afluencia de medios de comunicacinhizo que dichas parejas desistieran de su propsito inicial de efectuar su casamiento.

    28 Que fuera una era el lugar de la celebracin ceremonial no deja de ser interesante por dos motivos. Enprimer lugar, estamos ante un elemento etnogrfico, propio del campesinado isleo, que es identificado conlos tagorores o estructuras circulares de piedra propias del perodo aborigen. De este modo, estamos anteun buen ejemplo de resignificacin, en este caso material, pues un elemento histrico es reinterpretadocomo un elemento ancestral. En segundo lugar, es de resear que en muchos movimientos wiccanos y

    neopaganos, los rituales tienen lugar en crculos rituales, pues simbolizan el ciclo natura