Carta de Docente de Instituto Técnico y Tecnológico
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LA AMENAZA DEL RETORNO
Cuando observo una cruz no veo propiamente dos leños atravesados, ni
tampoco observo una textura de madera obtenida por dos troncos sobrepuestos. No,
cuando yo observo una cruz veo la historia de lo que ha significado ese símbolo: veo la
muerte de Jesús, veo la religión, veo un sistema de creencias sagradas que se han
presentado a lo largo de la historia en Occidente. De igual modo, cuando observo una
esvástica no veo un conjunto de líneas simétricas que conforman una figura de estilo
cuadrático. No, al observar una esvástica yo veo el símbolo del Nacismo Alemán, veo
toda la intención nazi de acabar con la cultura judía, veo el exterminio al que fue
sometido un pueblo por parte de un ejército liderado por Hitler. Lo que quiero decir,
estimados estudiantes, es que cuando observo algo no me quedo en la apariencia, la
capa externa, las formas y contornos que presenta el objeto. No. Sino que intento
hundirme en las raíces históricas, en los significados profundos, en el más allá de lo
que tengo frente a mí.
En este mismo sentido, cuando yo observo a los actuales candidatos a la
presidencia ecuatoriana no veo la faceta que ellos quieren mostrarme para
convencerme de que les dé mi voto. Yo me esfuerzo por ver mucho más allá de sus
discursos políticos y de las poses con que se disfrazan, es decir, me esfuerzo por ver
esos significados profundos, ese devenir histórico que ellos representan y que hace
parte de su verdadera esencia.
De este modo, cuando en los debates escucho a Cynthia Viteri, yo no veo a una
madre que administrará el Estado Ecuatoriano con cautela, generosidad e inteligencia,
como sí lo hacen las madres de familia ecuatorianas. Ni tampoco veo a una mujer
aguerrida y valiente que está dispuesta a combatir con mano firme la corrupción y la
injusticia, ni mucho menos veo a alguien que defenderá los valores familiares con una
moral transparente y honesta. No, yo no veo la apariencia o forma externa que ella
quiere mostrarme. Yo, en realidad, lo que veo en ella son las intenciones políticas que
siempre la han acompañado en su trayectoria vital. De hecho, cuando yo escucho a
Cynthia Viteri lo que veo es el partido fundado por León Febres Cordero, el Partido
Social Cristiano, al cual ella ha pertenecido durante toda su vida.
Algunos de ustedes quizás no lo sepan porque son muy jóvenes y recién están
empezando a sentir un interés por profundizar en la historia del país. Pero déjenme
contarles, de manera muy breve y sucinta, quién fue León Febres Cordero. Él fue el
máximo líder, representante y fundador del Partido Social Cristiano, con el cual logró
convertirse en presidente de Ecuador desde 1984 hasta 1988. Durante esos cuatro
años, administró el Estado tal cual como lo hace un dictador, sin permitir que ninguna
entidad o institución lo controle, lo vigile, ni lo fiscalice, es decir, administró el Estado
imponiendo su santa voluntad. Aquellas personas que intentaron criticarlo, que
decidieron protestar por las decisiones que tomaba, que organizaron una huelga para
rechazar las leyes que los perjudicaban, o que realizaban una marcha para oponerse a
las políticas asumidas, eran detenidas, torturadas y, en muchos casos, desaparecidas.
Así les sucedió a los jóvenes Carlos y Pedro Restrepo, quienes fueron detenidos por la
Policía sin ninguna razón válida, pero hasta el sol de hoy, a pesar de todos los
esfuerzos hechos por el actual gobierno, no se sabe qué pasó con ellos, en dónde
arrojaron sus cadáveres los policías que los asesinaron. Les invito a que vean el
documental “Con mi corazón en Yambo”, elaborado por la hermana de estos dos
chicos, un documental que lo pueden encontrar en cualquier vídeo tienda de Tulcán. Y
lo mismo que les sucedió a los dos hermanos Restrepo, le pasó también a la maestra
carchense Consuelo Benavides, oriunda de Julio Andrade. Ella, después de participar
en una marcha, fue detenida por uniformados de la Fuerza Naval, quienes la
encerraron en una prisión, la torturaron con altas cargas eléctricas y luego abusaron
sexualmente de ella, hasta matarla, para posteriormente desaparecer su cuerpo. Les
invito a que visiten el parque Consuelo Benavides aquí en Tulcán, construido en honor
a la memoria de esta valerosa mujer, el cual se encuentra sobre la avenida Rafael
Arellano, por el sector del Estadio Olímpico, y que equivocadamente es conocido como
el parque de las tortugas.
Pero el ataque y la violencia no solo se dieron contra los que se oponían a las
políticas de León Febres Cordero, sino también contra aquellas instituciones que no
obedecían sus normas. Así le sucedió a la Corte Suprema de Justicia, que fue
bloqueada con tanques de guerra para obligar a los jueces a que obedecieran lo que
dictaminaba el presidente. Por todos estos abusos del Partido Social Cristiano, Ecuador
fue condenado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Entonces, cuando yo escucho a Cynthia Viteri veo todo lo que ha hecho a lo
largo de la historia el partido al cual ella ha pertenecido, veo el dolor de los hermanos
Restrepo, escucho los gritos de la maestra carchense Consuelo Benavides y siento el
miedo de los jueces amenazados por tanques de guerra. Yo no veo el espíritu
bondadoso y caritativo de una madre. Yo veo las garras crueles y amenazantes de una
dictadura que asesinó y desapareció a todos aquellos que intentaron protestar.
Un fenómeno similar me sucede con Dalo Bucarán. Cuando lo escucho hablar,
yo no me concentro en su tono contundente y firme, ni en sus palabras de carácter
persuasivo, ni en su estilo carismático que refleja tanta seguridad y que despierta tanta
confianza. No, yo no permito que esos efectos de la apariencia, que esas cualidades de
la forma, me deslumbren y me cautiven. Al igual que me sucede con Cynthia Viteri,
cuando escucho a Dalo Bucarám yo intento fijarme en los otros significados, en la
trayectoria histórica, en las representaciones ocultas. Y al escuchar a Dalo Bucarán, yo
solo veo la prolongación del gobierno de su padre, Abdalá Bucarán.
¿Quién fue Abdalá Bucarán? Fue el candidato que ganó las elecciones
presidenciales en 1996. La gente lo eligió como una suerte de salvador de la patria, el
hombre del pueblo que llegaba a arreglar el desastre económico que había ocasionado
Sixto Durán Ballén. Pero la verdad es que el remedio resultó peor que la enfermedad.
Abdalá Bucarán llegó a improvisar, sin un plan de gobierno, con decisiones basadas en
el espectáculo y en la cirquería, y no en el desarrollo del país. Fue una época de
fracasos, de vergüenzas internacionales, de ridiculeces estrepitosas y, especialmente,
fue una época de reconocidos casos de corrupción, entre ellos el de las Mochilas
Escolares.
Entonces, cuando yo escucho a Dalo Bucarán, veo a un político formado, criado
y educado por el hombre que condujo el país al fracaso económico e institucional. No
veo ese hombre carismático que convence con su palabra precisa, con su sonrisa de
actor de cine y con sus permanentes invocaciones a Cristo. No, yo veo a un nuevo
improvisador que, en caso de llegar al poder, no sabrá qué hacer para conducir al país,
tal como le sucedió a su padre.
Y, por último, quiero compartirles lo que realmente veo cuando escucho a
Guillermo Lasso. Él siempre se presenta como un empresario exitoso que pondrá sus
conocimientos y experiencias al servicio del país, un empresario que será capaz de
generar un millón de empleos. Pero la verdad es que yo veo todo lo contrario: veo al
banquero que más bien se aprovechó del Estado y provocó que se perdieran en el país
un millón de empleos. Es decir, yo no veo al hombre que va a poner a trabajar a un
millón de personas. No. Yo veo al hombre que dejó sin trabajo a un millón de personas.
Pero ¿cómo provocó eso Guillermo Lasso? Pues bien, estimados estudiantes,
después de que Abdalá Bucarán fue destituido por incapacidad mental, Jamil Mahuad
resultó elegido como nuevo presidente de Ecuador, en 1998, con el aporte que
realizaron varios banqueros para financiar su campaña. De manera que Jamil Mahuad,
cuando empezó a gobernar, tuvo que devolverles a los banqueros el favor que le
habían hecho, o sea, tuvo que pagarles con intereses el dinero que le habían
entregado para convertirse en presidente. Por eso, en medio de la profunda crisis
económica e institucional que ya padecía el país, Mahuad, apoyado por el Partido
Social Cristiano que era mayoría en el Congreso con Cynthia Viteri a la cabeza, decidió
entregarle a los bancos todo el dinero que quisieran tomar de las entidades públicas, y
servirles de garantes para que realizaran préstamos internacionales, y, como si eso
fuera poco, decidió no cobrarles absolutamente nada por el dinero prestado y más
bien pagarles todas las deudas que tuvieran. En otras palabras, Mahuad le entregó
todo, absolutamente todo, a los bancos, entre ellos al banco que administraba
Guillermo Lasso.
¿Cuáles fueron las consecuencias de eso? La quiebra del Estado, la declaración
del Feriado Bancario, la suspensión de operaciones bancarias, el congelamiento de las
cuentas de ahorro, la devaluación del Sucre, la súper inflación de los precios, la
expansión de la pobreza, el aumento desenfrenado de la inseguridad, la migración
masiva hacia España e Italia, la dolarización de la moneda nacional, en fin, el Estado
ecuatoriano quedó prácticamente agonizando y sus habitantes bañados en lágrimas de
dolor.
Por eso, cuando Guillermo Lasso habla de un millón de empleos, yo no veo
sonrisas ni veo esperanzas, yo veo el dolor de ese millón de desempleados que lo
perdieron todo y tuvieron que abandonar su país para buscar en otros territorios
aquello que los banqueros les arrebataron.
Mi invitación, estimados estudiantes, es para que ustedes no se dejen
convencer de las apariencias que les presentan los candidatos. Más bien busquen la
esencia de ellos, busquen esa historia que ellos han vivido, esa trayectoria que cada
uno de ellos ha tenido, las actuaciones que han realizado en favor o en contra de los
intereses del país. No crean en las promesas, ni se dejen convencer por discursos de
campaña. Más bien ustedes mismos busquen la verdad en las demostraciones de la
historia. Basta con que le pregunten a sus padres cómo fue el gobierno de León Febres
Cordero para que sepan de qué tipo de línea ideológica proviene Cynthia Viteri, basta
que le pregunten a sus padres cómo fue el gobierno de Abdalá Bucarán para que sepan
a qué debemos atenernos con Dalo Bucarán, y basta que le pregunten a sus padres
cómo fue el gobierno de Jamil Mahuad para que sepan qué nos deparará el futuro con
Guillermo Lasso.