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AR T C U L ODR. RO B E R T O AS S A G I O L I

[edicin en curso]

Podemos beneficiarnos y utilizar cualquier funcin o elemento

de la psique, siempre que comprendamos su naturaleza y

propsito, y lo coloquemos en su justa relacin con el Todo.

[PRINCIPIOFUNDAMENTAL PARALA PSICOSNTESIS]

LA V I D A E S P I R I T U A L

DESTELLOS DEL ALMA

Afirmar es crear (El Verbo - El Logos creador)

Al pronunciar una palabra con inters, convicciny claro propsito sacamos a la luz el verdaderosignificado de tal palabra, despertamos el espritu enella y se manifiestan sus poderes creadores.

De consiguiente afirmemosresueltamente, conperfecta fe, lo que deseamos ser, lo que deseamos crear.

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Las palabras as afirmadas se traducen en hechos,y los hechos reaccionan sobre nosotros mismos, hastaque de venimos rehechos, regenerados e identificadoscon lo que hemos afirmado.

Cuando nos confronta alguna dificultad, algunaprueba u obstculo, que parece entorpecernos el camino

(mucho ms cuando encontramos una serie de talespruebas) nuestra reaccin natural y espontnea semanifiesta en un sentimiento de impaciencia y dedisgusto, que puede llegar a desarrollarse como rebelinactiva.

No obstante, tales dificultades y obstculosdesempean una funcin muy til en nuestra vida.

En primer lugar, sirven para probar nuestrasinceridad de propsito, la fijeza y constancia de nuestravoluntad. Los propsitos que no estn profundamentearraigados, que no son una expresin de un impulsofundamental de nuestras almas, no pueden resistir laprueba; y de esta manera se efecta una oportunaseleccin en beneficio de las aspiraciones que tienenimportancia realmente vital.

Las dificultades y entorpecimientos sirventambin para darnos una saludable sacudida para quedespertemos nuestras energas latentes y la misma fuerzadel impacto produce chispas vivientes de nuestra a lma.De esta manera nos enriquecen y nos revelan lo querealmente somos.

Adems, todas las oposiciones, sean de los

acontecimientos o de nuestros semejantes, nos obligan aacumular y concentrar nuestras energas creadoras.Frecuentemente ocurre que el trabajo que hacemosresulta as mejor y ms duradero, con mayor potenciapara el bien, en proporcin a los esfuerzos que nos hacostado y a los sacrificios que nos hemos vistoobligados, hacer para realizarlo.

El reconocimiento de este aspecto de utilidad enlas oposiciones que encontremos y la comprensin deque, en este sentido, es exacta la atrevida afirmacin delos Orientales de que un enemigo puede ser tan til

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como un Buda, ha de ayudamos eficazmente a asumir lacorrecta actitud hacia las dificultades, obstculos yataques; una actitud activa y resuelta, pero sin violenciani resentimiento; una actitud serena y armoniosa, perolibre de actividades o sumisin pasiva.

Al leer peridicos

Aun este aparentemente poco importante actocotidiano puede servirnos como medio de entrenamientoespiritual.

La lectura de los peridicos de la maneracorriente, sin un esfuerzo especial de la atencin estmuy lejos de producir buen efecto en la mente; mejordicho, es claramente perjudicial. El rpido cambio de la

atencin de un asunto a otro, la acumulacin en la mentede ideas e imgenes de muy diferente clase que, a suvez, dan origen a emociones diversas y mutuamenteopuestas, todo tiende a disminuir las potencias mentales,a la superficialidad y el embotamiento y debilitamientode nuestra capacidad para los verdaderos sentimientos.

En este estado de extraversin, de pasividad odisipacin (para usar la oportuna expresin de losantiguos) estamos especialmente propensos a dejamosinfluir por las sugestiones y por las opiniones ajenas ypor la atmsfera mental, alternativamente escptica,emocional y deprimente de los peridicos en los que serefleja de manera ms o menos deformada, el msexterno y menos atrayente aspecto de la vida humana.

Cul es, pues, el remedio? Dejar de leer

peridicos es difcilmente posible y no es recomendable.Significara una retirada cobarde y un aislamientoegosta. Lo ms conveniente sera reformar losperidicos y se podran hacer muchas indicaciones eneste sentido; pero hasta que tal esquema pueda ser unarealidad prctica, debemos buscar en otro terreno unremedio fcil.

El remedio no puede ser otro quecambiar nuestramanera de leer los peridicos. En vez de considerar aesta ocupacin como una oportunidad para descansar ypara asumir una receptividad pasiva, debemos tomar los

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peridicos en una actitud vigilante, de cuidadosodiscernimiento, de comprensin amorosa.

Debemos resistir a la tentacin de leer por puracuriosidad, de entretenemos en largas descripciones ydiscusiones intiles y en el relato de acontecimientostriviales. Debemos resistir la sugestin de las ideas que

prevalecen corrientemente y de las pasiones colectivas,y evitar la manera corriente personal y separada, deconsiderar los acontecimientos y de reaccionar a ellos.

Deberamos observar toda esta confusin yperturbacin de la vida humana desde un punto de vistams elevado, con mente serena, tratando de descubrir elorden oculto en ella, su significado y el principio que lagua, a fin de descubrir las leyes ocultas que regulan sucurso.

Ya travs de todos los hechos tristes y srdidos(crmenes, suicidios, miseria de todas clases), queencontremos descritos y que proyectan obscura sombrade advertencia en la brillante superficie de nuestracivilizacin, deberamos darnos cuenta de cun grandees la suma del sufrimiento humano, sentir en las

profundidades de nuestro ser el impulsivo divino quenos mueve a dar todos nuestros esfuerzos, de dedicarnuestra vida a la obra de agotar el ocano de la miseriahumana.

Deberamos aspirar en resumen, a leer losperidicos con los ojos del espritu y con el corazn deun Bodhisattva.

DE S T E L L O S D E L A L M A

FUENTE: Revista Theosophia, vol. II, N. 3, Marzo de 1933, pp. 95-97.

EDITADA PORLAFUNDACIN L APIEDRAANG UL AR (ENCURSO)4 JUNIO2009

http://www.psychosynthesis.edu/

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