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La Fuerza del Destino - Naiara

LatetaFeliz.Org - Naiara Derechos Reservados 2012 1



Me gustara dedicar esta historia a la persona que me ha servido de

inspiracin a la hora de narrar esta historia. Una persona que desde

hace 5 meses se ha convertido en el ruido de mi existencia. Por los

sueos que hemos cumplido y los que an nos quedan por cumplir:

Gracias.



La Fuerza del Destino

By Naiara

Libros editados para LaTetaFeliz.Org 2012

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escrito, del autor



Captulo 1

-A la mejor de tres! Quien pierda hace todo lo que la ganadora le

pida-dijo Sofa con ansias de victoria.

-Eso est hecho! Vete sometiendo a mis deseos-dijo Raquel

rozando suavemente con la yema de sus dedos la nuca de Sofa.

Apenas un ao de amistad las una y ya tenan claro que

queran compartir sus vidas, aunque por el momento como buenas

amigas ya que hasta el momento, a pesar de las evidencias,

ninguna haba sacado a relucir el tema de los sentimientos que

impregnaban el ambiente. Simplemente daban la espalda ante una

realidad que da a da las atrapaba. Miedo, indecisin o quizs una

mezcla de ambas era el muro que se interpona entre ellas.

Se conocieron fruto del azar una calurosa tarde de verano en

una red social. Desde el primer momento, Sofa qued enganchada

del magnetismo que Raquel ejerca sobre ella. A partir de ese

momento los das se les escapaban de las manos, las horas

pasaron a convertirse en segundos y las conversaciones

interminables cada vez estrechaban ms y ms el vnculo entre

ellas. Miles de sueos y de ilusiones pasaron a ocupar el mundo de

ambas, hasta que finalmente cumplieron su mayor sueo: Vivir

juntas.

Tres meses de convivencia y la relacin entre ambas era

mucho mejor de lo que haban imaginado. Tres meses en los que

los sentimientos por parte de Sofa tenan ms fuerza que nunca. El

sentimiento que durante un ao se empeo en dejar de lado a

causa de la distancia que en esos momentos las mantena alejadas,

ahora lata con ms fuerza que nunca.

Ahora, ya no haba distancia que las separase pero el miedo a

la reaccin de Raquel y ante una negativa por parte de esta y el

hecho de poder perderla definitivamente, hizo que el miedo se



apoderara de Sofa, as que decidi seguir con el disfraz de amiga

incondicional.

Amaneci un nuevo da. Era una maana de Viernes soleada,

un gran cielo azul se divisaba ante los ojos de Sofa. Se levant

temprano de muy buen humor y con una gran inspiracin, as que

sin perder tiempo se dispuso a continuar escribiendo su novela.

Sofa, una joven de 20 aos, compaginaba su trabajo como

trabajadora social con su gran pasin que era escribir, aunque lo

cierto es que la oportunidad que tena de lanzar al mercado su

primera novela, la tenan completamente absorta en su mundo de

montaas de papeles. Al llegar a su mundo de fantasa como ella

lo sola llamar, se encontr con una nota.

Estabas tan preciosa durmiendo que no he querido

despertarte. He salido antes para solucionar unos temas antes de

cogerme unas merecidas vacaciones. Vete escogiendo pelculas

para la tarde de cine que nos espera. Raquel.

Una gran sonrisa se dibuj en la cara de Sofa. Los papeles

se haban intercambiado, pues ella, era la que siempre se

encargaba de dejarle notitas a Raquel a modo de recordatorio para

que no se le olvidasen las cosas o simplemente para ponerle

cualquier pensamiento que le viniese a su cabeza. Un gesto que a

Raquel le encantaba.



Captulo 2

Los das transcurran con cierta normalidad. Cierta porque para

Sofa las cosas se estaban empezando a descontrolar. El plazo de

entrega para la siguiente parte de su novela estaba cada vez ms

cerca y la tensin que creca por momentos en su interior al estar

cerca de Raquel, no ayudaban a que las ideas fluyesen con

facilidad. Sofa intent refugiarse en su novela, a modo de intentar

refrenar sus sentimientos, un comportamiento que para Raquel no

pas desapercibido.

-Se que el plazo de entrega de tu novela est cerca, pero te

noto cada da ms distante. Te sumerges en tu mundo y apenas

cruzas una palabra conmigo, Qu sucede Sofi?-pregunt Raquel

en tono preocupado interponindose entre los papeles para

conseguir la atencin de Sofa.

-Nada, es solo que estoy algo bloqueada y tan solo quedan

dos das para entregar la siguiente parte-dijo Sofa sin levantar la

vista de los papeles.

-Se que la presin a la que estas sometida es grande, pero no

es la primera vez que te encuentras en una situacin as. Deberas

de tomarte un respiro e intentar tomrtelo con ms tranquilidad-

Todo va a ir bien, eres muy buena, lo s, lo sabes, lo sabemos-dijo

Raquel situndose a espaldas de Sofa.

-No puedo distraerme Raquel. Sabes que esto es muy

importante para m-dijo Sofa hundiendo la cabeza entre sus manos.

-Lo s, pero djame hacer algo para intentar ayudarte. Odio

verte tan tensa. S una manera de relajar tensiones- dijo Raquel

apoyando sus manos contra la nuca de Sofa.

El contacto de las manos de Raquel contra la tensa nuca de

Sofa hizo a esta estremecerse, desde luego que esto no le

ayudaba en absoluto a crear una situacin relajada. Cada vez que



la tena cerca su imaginacin volaba. Imaginaba con tenerla entre

sus brazos y hacerla suya.

Intent apartar ese pensamiento de su cabeza y relajarse.

Pues se dio cuenta de que su cuerpo se asemejaba ms al de una

roca que al de un cuerpo humano y a pesar de que esa sensacin

se apoderaba de ella cada vez que Raquel la rozaba o se situaba

cerca de ella no quera levantar sospecha alguna y que su amiga se

diese cuenta. Tan solo quera disfrutar de esa dulce condena.

El plazo de entrega lleg a su da. El redactor jefe de la

editorial estaba muy satisfecho con el trabajo de Sofa, pues para

ser una joven principiante en el mundo narrativo tena un gran

potencial. Todo haba sido un gran xito, tal y como Raquel le haba

asegurado en varias ocasiones. Lo cierto es que la falta de

confianza en s misma, era un arma de doble filo para Sofa, era

uno de sus mayores problemas, pero desde que contaba con la

presencia de Raquel en su vida ese problema tenda a desaparecer

gracias a la fuerza y confianza que Raquel depositaba en Sofa. Se

haba convertido en su mitad perfecta, complementaria a todos los

niveles. Ahora solamente quera llegar a casa y poder desconectar

de todo el estrs en el que llevaba sumida desde haca meses.

-Cmo esta mi escritora preferida?-dijo Raquel

abalanzndose a los brazos de Sofa.

-Genial! Todo ha sido un xito, tal y como t dijiste- dijo Sofa

paralizada ante la reaccin de su amiga.

El contacto tan cercano con Raquel se estaba convirtiendo

cada da en una tortura ms difcil de sobrellevar. Cada vez que la

tena cerca, su corazn lata como un caballo desbocado y

coordinar la respiracin se converta en una tarea realmente

complicada. Su imaginacin se disparaba y solo soaba con poder

sentir su cuerpo cerca.

-Tenemos que celebrar este xito como se merece! Ahora s

que ya no puedes negarte o poner excusa alguna. Me has tenido

demasiado tiempo abandonada- dijo Raquel dirigiendo a Sofa hacia

el comedor donde una suculenta cena las esperaba.



-Vaya!Tu cocinando?-dijo Sofa sorprendida.

-Es lo menos que te mereces y es tan solo el inicio- dijo

Raquel con una sonrisa juguetona.



Captulo 3

-Sofi, qu haces? Si no te das prisa te perders el inicio de la

peli!-grit Raquel con voz impaciente ante la tardanza de su amiga.

Dubitativa y con paso lento, Sofa llego hasta el saln para

situarse a espaldas del sof justo detrs de Raquel.

-Qu haces, pretendes quedarte ah parada?-pregunt

Raquel desconcertada al ver como Sofa se situaba tras el sof.

-Emm No, claro, claro-dijo Sofa mientras se diriga

direccin a Raquel.

Tan solo treinta minutos despus, Raquel dorma

profundamente apoyada sobre el pecho de Sofa. Esta proximidad

la estaba volviendo loca, pero la imagen de Raquel durmiendo

como una nia sobre su pecho, el sentir el latido de su corazn y el

notar su respiracin a escasos centmetros de su boca Era una

imagen tan perfecta que no quera darla por terminada. Una parte

de ella se senta en paz, tranquila, sentirla de esa manera era todo

lo que necesitaba para ser feliz. Con ella detendra el tiempo en

cualquier momento, pero ese momento, sin duda alguna quera

congelarlo de por vida. No necesitaba nada ms. Pero por otra

parte, el dolor que senta al tenerla tan cerca y tan lejos a la vez era

insoportable. El deseo que senta por besar esos labios era tan

fuerte que le quemaba por dentro. De repente y casi sin darse

cuenta, sali de la lucha que estaba manteniendo consigo misma

para darse cuenta de que tena los ojos baados en lagrimas. A fin

de que Raquel se pudiera despertar y darse cuenta del estado de

su amiga, esta decidi levantarse y as dejarla dormir tranquila, pero

antes de poder dar un paso, Raquel se despert.

-Qudate conmigo. No te vayas por favor-dijo Raquel

susurrando al odo a Sofa.



Sofa se qued paralizada, no contaba con este imprevisto. El

dolor que senta al tenerla cerca era demasiado fuerte, pero por una

razn desconocida, algo le impeda dejarla sola en ese momento.

-Est bien enana. Me quedo aqu. Vuelve a dormir-dijo Sofa

estrechando entre sus brazos a Raquel.

Amanecieron abrazadas. Era una imagen perfecta. La imagen

con la que Sofa llevaba soando durante meses, pero no era suya.

El miedo la segua dominando. Esa situacin no deba volver a

repetirse, le dola demasiado. Se dispuso a darse una ducha ya que

haba sido una noche larga y necesitaba estar lista para la cita que

tenia con Aitor, el hermano de Marta. Necesitaba despejarse,

respirar y sobre todo pensar, tomar una decisin ante la situacin

que estaba viviendo en casa y Aitor era uno de sus ms ntimos

amigos y era alguien que le llenaba de mucha paz. Desde que

Raquel los present meses atrs, ambos congeniaron a la

perfeccin y este se haba convertido en un pilar indispensable en la

vida de Sofa. Era tal su complicidad que Raquel en ciertas

ocasiones pensaba que lo que haba entre ellos era ms que

amistad, un tema del que solan empezar hablando y terminar

discutiendo por las ideas preconcebidas de Raquel.

Veinte minutos ms tarde, Sofa apareci en el portal de la

casa de Aitor.

-Por fin! Pens que me habas dado plantn. T no eres de

las que se retrasan-dijo Aitor dando dos besos a Sofa.

-Oye, que tan solo son 20 minutos! Por quin me tomas? Yo

nunca te dejara plantado-dijo Sofa abrazndose entre risas a Aitor.

-Ests bien Sofi? No tienes muy buena cara-dijo Aitor con

tono de preocupacin.

Vaya, muy amable! Una muy buena manera de decirme que

estoy espantosa-dijo Sofa con falsa indignacin.

-T siempre te ves genial. Es solo que estoy preocupado por

ti, ltimamente te veo muy rara, ha pasado algo con mi hermana?-

dijo Aitor observando la reaccin de su amiga.



-No, nada! Todo est bien vale?-dijo Sofa evitando la

mirada de su amigo.

-Se que mientes. Te conozco. Sabes que puedes contarme lo

que sea verdad? No voy a presionarte en nada y lo sabes, si

quieres que hablemos solo tienes que decrmelo. Por cierto, mi

hermana pareca algo enfadada-dijo Aitor.

-En primer lugar, no tienes nada de qu preocuparte y en

segundo lugar qu le pasa a tu hermana?- pregunto Sofa.

-No s, dmelo tu que vives con ella. Te llam por telfono

porque me resultaba extrao que te retrasases tanto, pero debiste

de salir pitando ya que el telfono te lo dejaste en casa y fue ella

quien me respondi-dijo Aitor explicndole lo sucedido.

-Tan solo necesito despejarme, respirar. Pensar con claridad.

Necesito un da de respiro y tan solo quiero disfrutar de un da

contigo, a caso es tan raro?-dijo Sofa dirigindose al coche y

dando por finalizada la conversacin.

El da fue sobre ruedas, lo cierto es que estar con Aitor

siempre resultaba muy fcil, pero no era Raquel. De todas maneras,

la decisin ya estaba tomada.



Captulo 4

Despus de un da de respiro y de toma de decisiones, Sofa

lleg a casa con las ideas claras dispuesta a poner remedio a la

situacin. Para su sorpresa, la casa estaba vaca. Era raro que

Raquel no estuviese en casa, pues era la una de la madrugada y

afuera estaba lloviendo a mares y a Raquel en esas situaciones lo

que le gustaba era quedarse en casa refugiada en el calor

hogareo. Decidi llamarla para asegurarse de que todo marchaba

bien, pero tras varios intentos desisti ya que no haba respuesta

alguna.

La noche se le hizo eterna. Fue incapaz de conciliar el sueo.

No saber nada acerca de Raquel la volva loca. El sueo la venci

con los primeros rayos de sol del amanecer. Se despert

sobresaltada, miro al reloj y haban pasado apenas un par de horas

desde que se qued dormida, un olor envolvente a caf recorra la

casa. Sali de su habitacin a toda prisa direccin a la cocina.

-Buenos das! Pens que te haba pasado algo, ests bien?-

pregunto Sofa con ansiedad por obtener una respuesta.

-Buenos das! Y si, todo bien. Se me debi de caer el mvil

en el coche de Marc-dijo Raquel mientras serva una taza de caf.

-Marc?-dijo Sofa desconcertada.Qu pintaba Marc en

todo esto? Se preguntaba Sofa a s misma.

-S, Marc, mi ex novio. Pase el da con l. La tormenta nos

pillo por sorpresa y me ofreci quedarme en su casa y acept.

Pens que te quedaras con mi hermano, como sois tan amiguitos y

te gusta tanto estar con l, imagin que-dijo Raquel sin poder

terminar la frase ante la interrupcin de Sofa.



-Tu hermano y yo somos solo buenos amigos. Deja de

imaginar cosas que no son. Tan solo decid pasar un da con l,

nada ms-dijo Sofa empezando a alterarse.

-Me parece genial, no tienes que darme ninguna explicacin.

No eres capaz de hablar las cosas conmigo y corres detrs de l

para contarle tus penas. Me parece genial, tu tomas tus decisiones

y yo las mas, yo no tengo que darte ninguna explicacin al igual

que tu a mi tampoco-dijo Raquel dirigindose en busca de su bolso.

-Por qu me hablas as? Yo solo estaba preocupada por

saber si estabas bien. No pretendo que me des explicacin alguna,

pero tampoco puedes sacar conclusiones errneas acerca de tu

hermano y yo-dijo Sofa mirando perpleja a Raquel.

-Pues perfecto, ya est todo claro. Somos independientes y

hacemos lo que queremos no? Dale recuerdos a mi hermano-dijo

Raquel dirigindose a la puerta.

-Te vas? Hoy es da de sesin de cine-dijo Sofa con tono

triste ante la situacin que estaba viviendo.

-S, he quedado para pasar la tarde con Marc. Siempre

puedes hacer la sesin de cine con mi hermano-dijo Raquel

cerrando la puerta a sus espaldas.

Los das pasaron a ser eternas condenas de silencio. Los

ratos que pasaban juntas eran escasos, silenciosos, fros y

distantes. Las miradas estaban cargadas de resentimientos, dolor,

confusin y frustracin, pero ninguna daba pie para hablar de lo que

les estaba sucediendo, se limitaban simplemente a alejarse cada

da mas y mas, a poner una barrera entre ambas cada vez mas

difcil de derribar. Raquel se mostraba ilusionada y contenta ante la

reaparicin en su vida de Marc. Sofa por su parte se limitaba a

escuchar las cosas de las que ella fugazmente le hablaba sobre el y

aunque aparentemente Raquel se mostraba feliz, su mirada no

expresaba lo mismo, Sofa la conoca muy bien. Esta por su parte

pens que era lo mejor, dejar las cosas como estaban, pues la vea

feliz y eso era lo nico importante para Sofa. Sabiendo que Raquel

era feliz, era lo nico que ella necesitaba.



La relacin entre ambas cada vez era ms fra. Raquel

pasaba su tiempo volcada en su trabajo como fisioterapeuta y los

ratos que tena libres los dedicaba a pasar el tiempo con Marc.

Sofa por su lado, decidi volcarse en escribir el final de su novela.

Apenas ya pasaba tiempo juntas. Una barrera cada da ms

insalvable se interpona entre ambas chicas. Las risas abandonaron

la casa y la vida de ambas para dejar paso al silencio, a miradas

vacas llenas de tristeza y desesperacin. Parecan dos

desconocidas en la misma habitacin.



Captulo 5

El verano recin estaba empezando. El calor en pleno mes de

Julio se haca insoportable. El cumpleaos de Sofa estaba prximo.

A pesar de que las cosas entre ambas chicas no estaban muy bien,

era el primer ao que pasaran juntas este da y Sofa no quera

pasarlo por alto a pesar de no tener ninguna gana de celebracin.

Ya daba por sentado que no la tendra como pareja, pero al menos

quera tenerla como amiga, eso no lo quera perder por nada del

mundo. Para su sorpresa, Raquel se adelant a los pensamientos

de Sofa proponindole a esta celebrar el da por todo lo alto. Como

siempre que estaban juntas, todo fue perfecto, fue un da mgico,

pero la distancia creada durante las pasadas semanas era latente.

Las miradas llenas de tristeza hablaban por si solas.

El da paso volando, como siempre suceda cada vez que

estaban juntas. Ninguna hablo de lo que estaba pasando ni de la

situacin de las ltimas semanas, tan solo se limitaron a hablar de

todo lo vivido, a recordar viejas historias y momentos compartidos

por ambas. La proximidad entre ellas fue mnima, exceptuando

ciertas caricias y algn que otro roce de manos que hicieron saltar

chispas entre ambas, el palpitar de sus corazones poda orse con

total claridad.

Llegaron a casa exhaustas. El silencio de apodero de ambas

jvenes. Sus miradas se encontraron y la nocin del tiempo

desapareci. No hacan falta palabras.

-Sofi! Sofa! No piensas responder? - dijo Raquel

preocupada ante la mirada perdida de Sofa.

-Emm s. Es es-dijo Sofa con un hilo de voz ante la

posterior reaccin que vendra por parte de Raquel.

-Quin es? O lo coges tu o lo hago yo, pero por dios atiende

que me ests poniendo de los nervios!-dijo Raquel.



-Hola Aitor. Gracias. S, estoy genial. Maana nos vemos.

Buenas noches.-Dijo Sofa mientas vea como Raquel bajaba la

mirada.

-Claro, faltaba el no? Ya estamos todos. Buenas noches

Sofi-dijo Raquel besando con tristeza la mejilla de Sofa y

dirigindose a la habitacin.

Sofa se despert sobresaltada y baada en sudor. Miro el

reloj y eran las ocho de la maana. Una extraa sensacin de

angustia dominaba su cuerpo. Se levant de inmediato y sin saber

muy bien por qu se dirigi hacia la habitacin de su compaera.

No haba nadie. Miro el armario vacio de ropa, las pertenecas de

Raquel no estaban. Dominada por una gran sensacin de angustia

se dirigi al saln. Una carta y una pequea caja de color azul se

encontraban encima de la mesa.

No s muy bien cmo comenzar esta carta ni que palabras

emplear para explicar cmo me siento. No puedo seguir con esta

situacin. No puedo ver cmo cada da nos alejamos de esta

manera, como vamos destruyndonos da a da. No puedo ver

como la magia que un da nos envolvi se va apagando hasta

desaparecer. No puedo vivir con la copia de algo parecido a lo que

fuiste porque yo lo que quiero es lo original, algo que por miedo he

ido perdiendo da a da. Si tu felicidad es estar con mi hermano,

adelante, os deseo todo lo mejor del mundo. Solo quiero que seas

feliz, es lo nico que quiero. S que te dejo en buenas manos y eso

me tranquiliza. Yo me marcho en busca de un nuevo comienzo, en

busca de una cuarta parte de la felicidad que he experimentado

estando a tu lado. La estrella que encontraras dentro de la caja

Bueno, quiero que seas t quien la tenga. Porque t has sido, eres

y sers eso, mi estrella, capaz de realizar todos mis sueos, la luz

que me gui cuando solo haba sombras en mi vida. Jams dudes

de que te quiero. Espero que puedas perdonarme algn da por

poner fin a este sueo que empez hace ya un ao y cuatro meses.

Te quiero. Raquel.

-La perd, ahora s que la perd para siempre. La deje escapar

por miedo y jams me lo perdonar. T eres la razn de mi



existencia, mi felicidad. Solo contigo puedo ser feliz y no fui capaz

de hacrtelo saber, te deje marchar sin intentarlo- se deca Sofa

baada en lgrimas mientras caa abatida apretando la carta contra

su pecho.



Captulo 6

El mundo de Sof se vino abajo. Su razn de ser, su felicidad,

su sonrisa lo haba dejado escapar. Dejo que el miedo la

dominara y eso jams se lo perdonara. El ruido de su existencia

haba desaparecido. Todo le recordaba. Por ms que buscaba, su

risa ya no sonaba por los pasillos, ella ya no estaba. Intento durante

tiempo ponerse en contacto con ella, pero no hubo manera alguna,

pues nadie saba nada acerca de ella, ni tan siquiera su propia

familia. Desapareci y ahora solo quedaba una casa vaca llena de

recuerdos y un colgante en el cuello de Sofa que le aferraba al

recuerdo de lo que una vez existi.

El dolor sumi a Sofa en una terrible depresin. Apenas sala

de casa. Se refugi en su novela, en su mundo, en sus recuerdos.

Se alej de todo y de todos, excepto de una persona: Aitor. Su

presencia era la nica manera de mantenerse a flote. Era lo nico

que le quedaba de Raquel. Cuando le miraba a los ojos, poda ver

fugazmente la mirada de ella, la razn de su existencia. Los meses

pasaban y el dolor no cesaba, pero al menos haba aprendido a

convivir con l. Finalmente termin aceptando la cruel realidad,

haba perdido a Raquel para siempre y lo nico que le quedaba era

continuar con su vida.

Haban transcurrido seis meses desde que Raquel se march

dejando una nota y una vida rota. Era hora de tomar las riendas de

su vida e intentar empezar nuevamente. La complicidad que le una

con Aitor, el cario y la entrega que este haba volcado hacia ella

durante todo este tiempo la llevaron a la idea de plantearse una vida

de pareja con l. Saba que eso estaba mal, pues se aferraba a el

por el recuerdo, porque era el hermano de la persona que ms

quera en este mundo, porque en cierta manera era tenerla a ella de

algn modo, no quera hacerle dao ya que saba que las cosas no

seran fciles, pues su corazn no le perteneca a l, no estaba

enamorada de l, pero de nuevo se engao pensando en que el



amor llegara con el tiempo y solo sera cuestin de ponerle

voluntad a sus sentimientos. Nuevamente se equivoc.

-Por qu te empeas en quererme de esta manera cuando tu

corazn pertenece a otra persona?-le dijo Aitor con dulzura una

maana que se encontraban paseando por el parque.

-De qu me hablas? A qu viene esto?-dijo Sofa evitando

la mirada de Aitor.

-Sabes perfectamente de lo que te hablo Sofi, deja de huir de

lo que sientes. Quizs no te conozca tan bien como lo hace mi

hermana, pero te conozco lo suficiente para saber que llevas

huyendo de lo que sientes desde hace mucho tiempo. Creo que ya

va siendo hora de que seas sincera contigo misma. Han pasado

siete meses desde que mi hermana se fue, y puedes empearte en

hacer que no pasa nada, puedes mentirte una y mil veces, puedes

fingir todo lo que te propongas, pero desde que ella se marcho no te

he vuelto a ver sonrer como lo hacas cuando estabas con ella, el

brillo de tu mirada se fue con ella. Oigo como lloras por las noches

mientras te aferras a los recuerdos-dijo Aitor obligndola a que le

mirase a los ojos.

-No quiero hablar del tema, estoy bien vale?-dijo Sofa con

los ojos a punto de romper en llanto.

-Ya est bien Sofa! No voy a dejar que sigas hacindote

esto. He permanecido durante estos siete meses a tu lado, callado,

sin hacer preguntas, involucrndome en una relacin contigo

pensando que era la nica manera de mantenerte cuerda cuando

debera de haber hablado y haberte hecho reaccionar. He permitido

siguieras engandote porque pens que era la nica manera de

que pudieras superarlo, pero se acabo. Ya que t no eres capaz de

decirlo empezare yo dicindote unas cuantas verdades: Llevas

enamorada de mi hermana desde que la conociste prcticamente.

El miedo te sobrepaso, cuando no fue por la distancia fue por miedo

a perderla o por miedo a que no sintiera lo mismo que tu y se

alejara. Saliste huyendo. Ambas lo hicisteis-dijo Aitor mientras

miraba a los ojos de Sofa.



-La perd, la perd para siempre. No fui capaz de luchar, de

intentarlo, de pelear por ella. Simplemente acepte el hecho de que

no era para m y no hice nada-termino diciendo Sofa

desmoronndose en brazos de Aitor.

-Ambas habis cometido muchos errores, no has sido la

nica. T la has dejado escapar por miedo. Ella malinterpreto las

cosas y pens que tu corazn no le perteneca y se marcho porque

el dolor que le causaba ver que no eras de ella la estaba matando-

dijo Aitor acariciando el pelo de Sofa.

-Espera, no te entiendo, explcame que quieres decir con eso-

dijo Sofa mirando desconcertada y cono ojos de suplica la cara de

Aitor.

-Escchame Sofa. No eres la nica que se ha quedado

destrozada. Raquel tambin est enamorada de ti. Ella crea

firmemente que entre t y yo haba algo ms que amistad. Le

expliqu muchas veces que estaba equivocada, que tu y yo solo

ramos amigos, que tu corazn no era a m a quien le perteneca-

dijo Aitor tomando una bocanada de aire.

-Continua por favor-dijo Sofa sin reprimir las lgrimas.

-Sofi de verdad no lo ves? No eres la nica que se enamoro.

Mi hermana, se enamoro perdidamente de ti. Ella me deca que

notaba que t tambin sentas algo, pero no actuaba por miedo a

que sus presentimientos estuvieran equivocados. Y cometi el

mayor error, dejarte escapar. Malinterpreto las cosas, los celos la

vencieron y el ser yo su hermano y estar cerca de ti no ayudaba

mucho. No quera meterse entre medias de nosotros segn me

comento y fue ella quien abandono-dijo Aitor con las lagrimas

apunto de asomar por sus ojos.

-Y ahora ya es demasiado tarde para hablar. Ella se fue y con

ella parte de mi vida. La perd-dijo Sofa acurrucndose contra el

pecho de Aitor.



-Nunca es demasiado tarde para un amor tan grande. Vuestro

destino es estar juntas. No est todo perdido-dijo Aitor esbozando

una leve sonrisa.

-Pero no puedo explicarle todo esto. No s donde esta, ni tan

siquiera me puedo comunicar con ella-dijo Sofa entre lgrimas.

-Deja esto de mi parte, todo se va a solucionar. Nunca es

demasiado tarde para dos corazones que estn hechos para estar

juntos-dijo Aitor mientras abrazaba a su compaera.



Captulo 7

-Sofa! Date prisa! A caso quieres llegar tarde a la

presentacin de tu propio libro?-gritaba Aitor desde el saln.

-Unos minutos de retraso darn emocin al asunto no

crees?-dijo Sofa frenando en seco al desviar su mirada a la foto de

Raquel que haba en la mesa.

-Todo bien?-pregunt Aitor desconcertado ante la reaccin

de su amiga.

-Hoy es uno de los das ms importantes de mi vida y ella no

est-dijo Sofa reprimiendo las lgrimas.

-El destino puede ser sorprendente, ella est ms cerca de lo

que imaginas, nunca se fue de tu vida del todo-dijo Aitor

abrazndola.

-Qu has querido decir con eso?-dijo Sofa con mirada

inquisidora.

-Quiero decir que o te das prisa, o tu destino ser terminar de

patitas en la calle-dijo Aitor rindose.

La presentacin del libro fue todo un xito. El libro estaba

teniendo una gran acogida por parte del pblico, as que las cosas

en el terreno profesional no le podan ir mejor, sin embargo, a pesar

de todos los triunfos logrados su vida estaba vaca, careca de

sentido alguno. Despus de que Aitor le confesara en el viaje hacia

la presentacin del libro de que haba conseguido retomar el

contacto con su hermana, el corazn de Sofa se haba acelerado a

noveles insospechados. Una parte en su interior, tena la esperanza

de que hubiera recapacitado ante las palabras de Aitor y que ella

hubiese regresado nuevamente. Sus ojos la buscaron por toda la

estancia, pero no estaba all.



-Has estado genial, el libro est siendo un gran xito!

Tenemos que celebrarlo como se merece Sofi, han sido unos

meses muy duros y te mereces unas merecidas vacaciones-dijo

Aitor levantndola por los aires.

-No hay motivos para celebrar nada, ella no est aqu. Solo

quiero estar sola vale? Gracias por todo-dijo Sofa mientras se

diriga direccin a la salida esquivando a las personas que en ese

momento revoloteaban a su alrededor.

-Espera Sofi! Dnde pretendes ir?-dijo Aitor saliendo tras los

pasos de su amiga.

-Escchame Aitor. No veo ningn motivo por el cual tenga que

celebrar nada. Fui una cobarde estpida dejando al amor de mi

vida. Tan solo quiero desconectar, sentirme fuerte y de alguna

manera sentirme cerca de Raquel. No me preguntes por qu pero

necesito ir a un sitio-dijo Sofa mientras se alejaba corriendo.

Sin saber muy bien por qu un impulso la llevo a conducir

hasta uno de los lugares al cual haba dejado de ir desde la marcha

de Raquel. Fue el primer lugar en el que estuvo cuando ambas se

conocieron, para ella, era un sitio mgico. Desde que Raquel se

marcho no volvi por el lugar, pues e dolor de la ausencia era

demasiado fuerte, pero ahora, siete meses despus, necesitaba de

manera desesperada refugiarse en aquella azotea del centro de

Madrid.

El lugar estaba vaco, as que aprovecho para disfrutar de las

increbles vistas. Un sentimiento punzante de tristeza se instalo en

el corazn de Sofa. Esta, hundi su cabeza entre las manos

-Cambiara todo lo que he conseguido por tenerla en mi vida

nuevamente-se deca Sofa a si misma sin poder reprimir las

lagrimas.

-Un libro increble me lo firmas?-dijo una voz a espaldas de

Sofa.

Esa voz, imposible de olvidar. Esa voz que nunca dejo de

resonar en su cabeza y anhelaba con volver a escuchar hicieron



que un escalofro recorriera su cuerpo, un nudo en la garganta se

instal en ella.

-Raquel?-dijo Sofa conteniendo la respiracin.

-Cmo estas preciosa?-dijo Raquel acercndose lentamente

hacia su amiga.

-Qu haces aqu?-pregunto Sofa sin dar crdito a la

situacin.

-Me perd la presentacin del libro de mi escritora preferida y

sent la necesidad de venir. Nuevamente me perd algo importante y

sent la necesidad de refugiarme en este lugar. Cuando llegue la

presentacin haba terminado pero Aitor aun estaba all, me dijo que

queras estar sola pero que no saba dnde poda encontrarte. El

significado que tiene este lugar para ambasbueno ya sabes cul

es, as que decid venir hasta aqu. Tena la esperanza de

encontrarte-dijo Raquel entregando el libro a Sofa.

Esta por su parte abri el libro y lo firmo: Para el amor de mi

vida y el ruido de mi existencia.

Le devolvi el libro y Raquel, lo abri con apremio, como

quien espera las noticias en una sala de espera al resultado de una

operacin de vida o muerte.

-Por qu no me dijiste nada?Por qu solo me dejaste

escapar? Yo jams te habra dado la espalda-dio Raquel a punto d

romper a llorar.

-Por la misma razn que t te marchaste sin luchar y sin mirar

atrs. Por la misma razn que diste por supuesto que mi felicidad

estaba al lado de tu hermano y no me escuchaste siempre que te lo

negaba por miedo, por no enfrentarnos a la realidad que nos

rodeaba-dijo Sofa con la cara baada en lgrimas.

-Hemos sido demasiado estpidas dando prioridad a los

miedos. He cometido muchos errores y solo espero que no sea

demasiado tarde para intentar arreglarlo. A pesar de que mi

hermano me ha estado informando de todo, creo que tu y yo



tenemos una conversacin pendiente, no crees?-dijo Raquel

cogiendo con dulzura las manos de Sofa.

-Es hora de poner las cartas sobre la mesa. Vmonos a casa-

dijo Sofa estrechando el cuerpo de su amiga contra el suyo.



Captulo 8

La casa volvi a retomar la vida, que durante siete eternos

meses haba desaparecido. Ambas se quedaron de pie, situadas

una frente a la otra, demasiadas emociones impregnaban el

ambiente. El silencio que se adueo de ambas fue roto por la voz

de Raquel.

-Por ms veces que te pida perdn, jams me perdonare

abandonarte de la manera en que lo hice, romper en pedazos el

sueo que ambas construimos-dijo Raquel con un tono de voz casi

rallando el susurro.

-Pero Raquel, ambas cometimos errores, no puedes echarte

la culpa de todo lo que sucedi, no te has cargado ningn sueo,

tan solo se quedo dormido durante todo este tiempo-dijo Sofa

acariciando la mejilla de su amiga.

-Hu, no tuve el valor para enfrentarme a lo que senta. Me

deje dominar por el miedo y los celos y no atenda a razones de lo

que me decas, quizs porque pensar en la idea de que estabas

enamorada de mi hermano era una manera menos cobarde de

irme. Me aleje, e hice dao a la persona de la cual llevo enamorada

desde hace ya un ao y medio. No hay justificacin alguna para lo

que hice y el haberte causado tanto dao, es algo que jams me

perdonare-dijo Raquel rompiendo a llorar como una nia.

-Escchame princesa. Ambas hemos cometido errores. No

puedes culparte por lo que paso. Siempre me he dejado dominar

por el miedo. Nunca me di la oportunidad de luchar por lo que

senta, cuando no fue la distancia, fue el miedo a tu reaccin

negativa por mis sentimientos y luego cuando apareci Marc

pens que definitivamente el era lo que queras y tu verdadera

felicidad. Fui cobarde al ver en tus ojos la tristeza y no ser capaz de

pelear por ti, pero se acabo, mi vida eres t y no puedo volver a

perderte otra vez, no puedo, peleare con uas y dientes por



mantenerte a mi lado, porque t y solo t, eres el ruido de

existencia. Llevo amndote desde hace demasiado tiempo y

huyendo de ese sentimiento y no quiero volver a huir nunca ms. Te

quiero.

Las palabras no hicieron ms falta, las miradas hablaban por

si solas, la verdad, ya estaba encima de la mesa. Sofa estrecho

entre sus brazos con dulzura a Raquel, haban pasado siete meses

de absoluto silencio, pero la magia entre ella era ms fuerte que

nunca, la conexin que en un pasado las uni ahora lata con ms

fuerza que nunca. El corazn en el pecho de Sofa volva a latir con

fuerza. Raquel levanto su cabeza hasta encontrarse con los ojos de

Sofa para besarla dulcemente en los labios. La respiracin de esta

se fren en seco y su corazn sonaba tan fuerte como el ruido de

mil tambores resonando a la vez

-Hemos perdido demasiado tiempo, pero ahora que por fin

estamos juntas, recuerda respirar que no me imagino mi vida sin ti-

dijo Raquel susurrando entre risitas al odo de Sofa mientras meta

sus manos bajo la blusa de esta.

-Lo importante no es el tiempo perdido sino el tiempo que nos

queda por vivir-dijo Sofa mientras conduca a su compaera hacia

el dormitorio entre besos cada vez ms apremiantes.

La ternura fue dejando paso a la pasin. Las manos de Sofa

recorran el cuerpo de Raquel y esta llenaba cada rincn del cuerpo

de su compaera con miles de besos. La necesidad de sentirse solo

una fue haciendo que la ropa desapareciese en cuestin de

segundos. Los besos cada vez ms efusivos daban paso a una

lucha entre sus lenguas. Las manos de Raquel recorran el cuerpo

de su compaera hasta llegar al punto clave dando como resultado

un gemido que fue ahogado con un beso. Sofa se deshizo del

cuerpo de su amante posicionndose encima de esta, acariciando

cada parte de su cuerpo, llenando cada espacio de besos hasta

llegar a sus senos, en los que se detuvo para deleitar a su

compaera con un sinfn de besos y pequeos mordiscos que

hicieron estremecer el cuerpo de Raquel , sigui bajando por su

vientre hasta llegar al punto clave para hacerla suya. Ambas



llegaron al punto de ser solo una, derrotadas por el cansancio bien

entrada la maana ambas se quedaron dormidas, abrazadas. Al

despertar, los ojos de Sofa se encontraron con los de Raquel,

nunca se haba sentido tan plena en toda su vida.

-Ni en mis mejores sueos habra imaginado un momento tan

perfecto-dijo Sofa besando con dulzura a su compaera.

-Lo bueno de todo, es que no es un sueo sino que es

realidad, nuestra realidad, una realidad que solo acaba de

comenzar. Te quiero-dijo Raquel devolvindole el beso.

-Yo tambin te quiero princesa. Este es nuestro destino-dijo

Sofa abrazndola con fuerza.

-Eres la estrella de mi vida cario-dijo Raquel mirndola a los

ojos.

-Y t, el ruido de mi existencia-dijo Sofa para fundirse en un

beso interminable.

Fin

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