MAKnual V107 Pre Impresion

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MAKnual Manual para el militante pasivo, version 1.07 de la Mesa de Autoayuda K.

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    MANUAL DEL MILITANTE PASIVO

    DEL FRENTE CENAS Y CAFS

    PARA TODOS AQULLOS QUE ACEPTAN DIARIAMENTE ARRIESGAR LA PAZ DE UNA BUENA CENA POR LA DEFENSA DE

    UN MODELO.

    PRODUCCION: MESADEAUTOAYUDAK.BLOGSPOT.COM Comentar ios a : mesadeautoayudak @ gmail.com MAKnual Versin 1.07 (1/8/12)

  • Militancia Pasiva? El militante pasivo es esa persona que sin formar parte de una organizacin, defiende cierta posicin en las diversas situaciones cotidianas en las que se instala el ideario colectivo. No asiste a comits o unidades basicas, no ingresa al circulo virtuoso de militancia+candidaturas+estado, no tiene acceso a recursos monetarios ni no monetarios, aunque puede recibir "linea" de varias fuentes, como publicaciones, actores u organizaciones. Pero el militante pasivo no tiene relacion directa con ninguno, ni debe responder por sus acciones ante nadie. La militancia pasiva es como un sistema inmunologico, mantiene ciertas defensas altas, lo que mejora la capacidad de resistir a determinados virus. Para bien o para mal, segn cual sea nuestra valoracion de ese "virus". Algunas militancias son muy especificas, como p.ej la militancia ecologista. No defienden ningn gobierno ni ideario politico, pero logran que varios gobiernos lo piensen dos veces antes de atacar al pinguino magallanico o, por el contrario, que lo defiendan para buscar congraciarse con un grupo de personas mas o menos numeroso. Los que comentan en las sobremesas que deberan meterle bala a los chorros tambin son, como los defensores de la foca en extincin, militantes pasivos de una causa, defendiendo a la sociedad del virus de los garantistas. Nuestra militancia pasiva es en defensa general de la funcin de lo poltico y en particular de la gestion K, hoy foco del ataque de la antipolitica. Por qu un Manual del Militante? Por qu ste? Un rol importante del militante pasivo es el de predicar. Taladrar la piedra del discurso hegemnico all donde acta, es decir en las personas. Generar vibraciones capaces de abrir una grieta por donde las gotas de agua terminen de resquebrajar la roca. Romper el espiral del silencio que nos hace sentir en minora, casi en falta. Quizs por temor o pereza, los partidarios de una idea cerramos la boca y sin querer alimentamos en algn prjimo la misma sensacin de minora. De esta manera acallamos por completo una voz que de otro modo tendra eco. Despus de infinitas cenas-debate, de mas de dos aos de administrar un blog y de participar de centenas de discusiones en nuestro y otros espacios, nos dimos cuenta de que regularmente lamentbamos no haber recordado tal o cual argumento o una forma ms elaborada para decir lo que dijimos. Esto nos llev a pensar en pasar por escrito las ideas, como una ayuda-memoria, que a cierta edad es lo ms parecido a tener un cerebro a mano. De esa idea inicial, aumentada por las expectativas y reducida por las posibilidades, surge este Manual.

  • Quienes lo escribimos compartimos una valoracin positiva de la poltica y percibimos una campaa continua de desgaste contra todo lo relacionado con el juego poltico, no slo en este momento sino hace dcadas. Los logros de la poltica son presentados como hechos naturales o de poca importancia. Algunas de sus caractersticas particulares son adjetivadas como aberraciones y sus vicios son exagerados a niveles de pecado mortal, hasta instalar en la sociedad la idea de que el accionar poltico nos deja un resultado negativo, como si fuera un padecimiento al que estamos obligados por la Constitucin. Los ataques contra lo poltico se presentan como crticas a los procesos populares vigentes. A los procesos o movimientos que, llenos de grises y contradicciones, busquen jerarquizar la participacin de la voluntad popular en las grandes decisiones del pas. No son criticas teoricas o doctrinarias, sino de interes practico, buscan afectar el cauce de las cosas. Por esto la defensa del juego poltico suele coincidir en cada momento con la defensa de una accin de gobierno. Durante el siglo XX, diferentes gobiernos de diferentes signo poltico han padecido por turnos el embate de esta campaa de desgaste. Siempre bajo la forma de criticas a lo que serian errores pero, parafraseando a Jauretche, critican y exageran sus errores porque no toleran sus aciertos. El juego poltico democrtico tiene muchos vicios que crecen en su interior como hongos. Algunos son evitables o atenuables; otros en cambio son intrnsecos al propio juego, son vicios de la virtud. Quien logre crearnos alergias hacia estos lograr que rechacemos la poltica democrtica como esencialmente viciosa. Imaginemos un pueblo que no soporte la demagogia, al que la mas mnima exageracin en las promesas electorales de cualquier poltico lo indigne. Es muy probable que no termine conducido por polticos democrticos mesurados, precisos en sus promesas, sino mas bien por tiranos. Porque estos no prometen en falso, ni siquiera prometen. La exageracin de los vicios y la desvalorizacin de los resultados positivos de la poltica instalan en la sociedad una idea de resultado neto negativo. Al final, si lo que obtenemos de los polticos es tan poco y ellos son tan malos, por qu aguantarlos? sera la pregunta no formulada pero siempre presente. El objetivo final de los promotores de esta campaa no es la destitucin de la clase poltica a la usanza militar, sino el desgaste de la relacin con sus representados: limar su fuente de legitimidad. Una clase poltica desprestigiada, jaqueada en permanencia, es un adversario ms vulnerable para los lobbys de quienes en realidad deberan ser controlados y regulados por el Estado.

  • De esta valoracin sobre la imprescindibilidad del juego poltico surgi en nosotros la necesidad de resistir a la campaa Anti-K, esa metralla diaria de argumentos morales, religiosos y prejuiciosos que construyen una lgica paralela a pura repeticin. En otras palabras, resistimos a una larga lista de falsas verdades reveladas, de hbitos que se presentan como leyes naturales, de comparaciones con modelos inexistentes, de exageraciones moralistas, de mutacin de virtudes en vicios, cuyo objeto es arrastrarnos a la conclusin de que en la Argentina la poltica no lleva ms que a un estado de corrupcin y anarqua. As, aunque geneticamente superiores, los argentinos estaramos destinados a llevar una vida de infradotados. Volviendo a nuestro Manual, no se trata de un libro de ciencias polticas, ni de anlisis poltico. Es apenas un intento liviano de introduccin al abordaje de temas polticos de coyuntura con el nico fin de ayudar a quienes queremos militar en la columna pasiva de defensa del juego poltico, que hoy circunstancialmente se mimetiza con una defensa del kirchnerismo, blanco dilecto de esta campaa. Nos parece que las crticas al Kirchnerismo son las mismas repetidas durante el siglo XX contra todos los movimientos populares. Las crticas permanecen; slo los crticos cambian (aunque viendo la longevidad de Mariano Grondona y de Rosendo Fraga, esta verdad podra revisarse). Dada esta constatacin, nos preguntamos si el Kirchnerismo no representar una nueva expresin del ave fnix popular que resurge una y otra vez despus de su muerte aparente. Hay muchos libros de anlisis poltico y varios de formacin, orientados a los militantes pasivos, y que tambin podramos llamar manuales. Hay un sinnmero de blogueros y columnistas de la prensa grfica y radial, que proveen completos cursos de formacin al mismo momento que expresan sus opiniones. A cada tema, alguna pluma se encarg de desarrollarlo imperfectiblemente y con anterioridad. Por eso, no es obra de la casualidad si los lectores de este Manual encuentran prrafos idnticos a algo ya ledo o escuchado. Pero tampoco reconoceremos que incurrimos en la copia, porque en definitiva todos nos inspiramos en la misma realidad (no importa que nos crean: nuestros abogados sostienen que con este prrafo detenemos por algunas semanas el embate legal de los autores originales). Dicho esto, es difcil escribir cuando uno siente que su aporte no mejora lo que otros ya expresaron. Con el afn de darnos entusiasmo, slo encontramos una razon que lo defienda frente a la oferta existenteAlgunos libros o autores nos dejan una sensacin personal de insignificancia. Nos sentimos una nada comparados con esa pluma,

  • con ese talento para la observacin y el anlisis. Nos despiertan una conciencia de miniscula mayscula, si la expresin existiese. Este documento no ser el caso: hemos puesto todo nuestro talento para garantizarlo. El Manual del Militante Pasivo de la Mesa de Autoayuda K (MAKnual) est basado en opiniones nuestras, de quienes comentan en nuestro blog, de quienes postean en otros blogs, de quienes alguna vez cenaron con nosotros. Para peor, son opiniones acordadas en grupo, ese horno donde entran dos opiniones consistentes pero opuestas y sale un concepto nico y acordado pero incomprensible. Hemos aprendido ms sobre los lmites de la poltica elaborando este texto que estudiando su tema. Nuestro texto presenta partes muy diferenciadas y, como ocurre en muchas situaciones de la vida, no necesariamente les dedicamos nuestro mayor esfuerzo a las ms importantes. Por eso ni el tamao de cada seccin ni el orden establecido presuponen una jerarqua. En primer lugar presentamos la joya del Manual, fuente de todo nuestro apoyo K, una lista somera de logros del gobierno, Los Hitos K. Slo listamos aqullos que creemos contundentes y reconocidos por la mayora como positivos. Se trata de un contenido que quizs deberamos memorizar. Por lo pronto, su enunciacin en voz alta desbarata de un golpe todo planteo que busque denostar de cuajo al proceso K como dictadura Stalinista, banda de chorros improvisados y empeados en saquear la Argentina, y quienes slo consiguieron evitar al caos gracias a una suerte extraordinaria. Su sola enunciacin obliga a discutir de poltica, logros y errores, ponderaciones y comparaciones, pero ya no de demonios sino de preferencias ciudadanas. Adems impide hundir todo el proceso como desechable a carpeta cerrada. La segunda seccin de este Manual est conformada por una lista de conceptos que creemos tiles para analizar cualquier coyuntura poltica. Son herramientas que podran ayudar a despejar la reflexin sobre poltica en general. Tambin son trucos de anlisis que deberan protegernos de los laberintos sin salida, de los juegos de espejos y de las cajas negras que los especialistas en generar sensacin de caos y en vender paquetes imposibles de analizar nos presentados como leyes naturales. Estos conceptos pueden resultar banales, entre otras razones porque son banales. Sugerimos ojearlos rpidamente por si hubiese algn tema o alguna analoga simptica que vuelva ms clara la comprensin de la realidad y descartar el resto. Hemos usado palabras biodegradables de manera que un lector pueda desechar el texto entero sin daar el medio ambiente.

  • La tercer seccin est constituida por una lista de respuestas a enunciados anti-kirchneristas frecuentes. Se trata de breves argumentaciones concebidas para refutar las objeciones del discurso opositor anti-poltico. No las consideramos nuevas o revolucionarias sino tiles y bien a mano para que quien invierta su tiempo en la prdica militante, despus de una acalorada discusin, no sienta que olvid tal o cual argumento (si nos habr pasado alguna vez!). sta fue pensada como una lista amplia, pero sorprendentemente refutamos todas las objeciones con pocas respuestas. Recordemos que las crticas antiK aprovechan surcos ya creados por crticas a procesos polticos anteriores, y que son transitados una y otra vez: la pereza reflexiva o el ahorro de esfuerzos ayudan a instalar prejuicios que en realidad cuesta poco desarticular. Pasamos luego por un breve capitulo dedicado a utilizar el MAKnual para defender a ciertos opositores. Es un breve ejemplo en como la logica antipolitica erosiona a cualquier poltico. Y no dudamos que si en el gobierno estuviese Macri, seria foco de sus vientos erosionantes. Porque la antipoltica busca disciplinar a la clase poltica, aun a sus aliados. Finalmente preparamos una referencia rpida en una hoja de formato reducido. Es como un machete pensado para llevar en la billetera. Como habrn visto, el MAKnual presenta un cdigo de versin porque lo imaginamos vivo. As como lo armamos con comentarios que hicimos y nos hicieron, pretendemos actualizarlo peridicamente con los comentarios que esperamos seguir haciendo y recibiendo. Cmo leer este socotroco? La militancia pasiva a favor de Lo Poltico debe comenzar ahora. Aunque no tiene fecha de final, hay que aprovechar el momento.Porque cada maana se relanza la campaa de instalacin de la logica antipoltica, como quien toma todas las maanas un producto que le mantenga las defensas bajas y asi mantenerse engripado. En otras palabras, el tiempo es crtico. Elegimos el orden mas natural que es pasar de lo general a lo particular. Pero si uno no dispusiera de tiempo o quisiera ir directo a los bifes, lo mas rpido es leer los Hitos K y luego pasar a las Respuestas Frecuentes o FAKs. Pero recomendamos aunque sea pasear por los conceptos apenas se disponga de tiempo, no porque valgan la pena pero el editor nos obliga a recomendarlo.

  • Aclaracin terminolgica Los autores de este Manual empleamos trminos en forma coloquial. No porque sea mejor para la comprensin sino porque carecemos de la formacin para usarlos en un sentido tcnico. Hacemos la aclaracin por si este libro cayese en manos formadas. Por ejemplo, entendemos Repblica como modelo de sistema poltico democrtico constitucional, y como sinnimo de democracia. Llamamos oposicin no electoral a los actores que operan en la arena poltica sin presentarse a elecciones. No hablamos de un grupo de lobby que busca influir en determinada accin, sino quien busca debilitar el poder general de accin de un gobierno porque se encuentra en una situacin de suma cero con el gobierno, cuanto mas dbil uno, mas fuerte el otro. La oposicin no electoral puede, y suele, apoyar a determinado partido o poltico, as como puede tambin realizar acciones de lobby para alguno de sus intereses especifico, pero su objetivo va mas all, busca debilitar a los gobiernos, aun aquellos que podriamos considerar amigos. El lema pareciera ser mejor que un gobierno amigo es un gobierno amigo y debil. La oposicin no electoral no es forzosamente destituyente, porque no siempre tiene otro candidato mejor para colocar, sino que busca que el gobierno electo sea un gobierno erosionado, incapaz de imponerse en una negociacin mano a mano a los miembros de esta oposicin no electoral. La oposicion no electoral busca cierto derecho de veto, poder suficiente para condicionar el campo de las soluciones posibles que pueda implementar la politica. Asi la Iglesia por decadas tuvo derecho de veto en el nombramiento de ministros de educacin y en las decisiones en este rubro asi como en todo lo que fuera salud reproductiva. Los bancos, extranjeros y nacionales, y los grandes grupos tenian poder de veto, cuando no de franca decision, en la nominacion de candidatos a economia y al banco central asi como en las politicas implementadas. Las fuerzas armadas en defensa. Y la lista podria seguir. Los poderes elegidos hacian lo que podian dentro de estas restricciones establecidas, seduciendo a las diferentes partes. Diferenciamos mucho los terminos Corrupcin y Coima. La diferenciacin de estos trminos hacen a la esencia de varios planteos del MAKnual y le dedicamos un capitulo entero. Por eso rogamos que los lean en su sentido estricto. Coimas es uno mas de los actos de corrupcin poltica, sin duda, pero probablemente el mas elemental, el de los actos corruptos mas insignificantes, entre partes que no gozan ni de credito entre si. Adems, como no todo acto de corrupcin poltica es una coima, el foco enfermizo en la coima invisibiliza los dems actos de corrupcin cuyos daos son mucho mayores.

  • Para nosotros, como para el Banco Mundial, corrupcin poltica es todo acto de una persona en uso de los poderes pblicos conferidos hecha por interes privado en contra del interes de sus apoderantes. Sea este interes privado el logro de un sobre con dinero, la busqueda de apoyo de cierta institucin o empresa o sea incluso el temor o las convicciones personales que se saben contrarias al interes que se oblig a representar. Cuando hablamos de proceso K, podramos intercambiarlo por proceso popular o proceso de juego poltico. En casi todos los puntos que defendemos al proceso K, defendemos Lo Poltico. Seguramente son crticas del mismo tipo que les han hecho a los procesos populares anteriores y que les harn a los prximos. Para evitar reiteraciones, en cada prrafo omitimos la aclaracin segn nuestra opinin o los autores creemos que . Dicho esto, cabe recordar que cada frase es una opinin de los autores, que adems suelen cambiar de opinin con facilidad. Podemos enunciarlas como mandamientos o leyes fsicas, pero son opiniones. (A menudo nos preguntamos por qu razn una opinin sigue teniendo menos jerarqua que una ley fsica, cuando las opiniones mueven al mundo mientras las leyes fsicas slo logran que una manzana caiga sobre la cabeza de Newton y siempre con la misma aceleracin.) Agradecimientos Es apropiado agradecer la colaboracin de personas que no slo no colaboraron sino cuyas ideas robamos? Creemos que s. Agradecemos entonces al blog del Ingeniero, a Espectadores, a Arte Poltica, al Escriba. Tambin a Mara Casullo, a Musgrave, y a todos los que ah comentan y discuten. Tampoco nos olvidamos de Nagus el Magnifico, del General Susvn, de Mabel, Mara, Aberel, Ricardo, Jorge, de Ciber y sus mtiples personalidades, de Alejandra, Felipe, Bibiloni, Santix, Iris, Minaverry y Annimo (nuestro ms fiel seguidor). Antes de arrancar La redaccin del Manual del Militante Pasivo nos dio un buen motivo para reunirnos a cenar, discutir distintos temas, pelearnos, gritarnos, aclarar cuestiones, resolver contradicciones e inconsistencias. Si adems alguien obtiene algn otro provecho, lo consideraremos un beneficio colateral, innecesario pero no insignificante.

  • LISTA DE HITOS K Con la intencin de ponernos en aprietos, los interlocutores sorprendidos con nuestro apoyo a la gestin K suelen exigirnos la mencin de alguna medida que respalde nuestra postura. Curiosamente, mucha gente que en principio no poda citar una sola iniciativa positiva, termina reconociendo la validez de unas cuantas despus de escuchar nuestra larga lista. Al parecer, la invisibilidad de los logros es mayor de lo que creemos. Por eso recomendamos memorizar la lista para no dejar de aprovechar ninguna oportunidad. Sin embargo, tengamos en cuenta las siguientes aclaraciones antes de listar los logros. a) Nosotros consideramos logros aquellos cambios positivos implementados durante la gestin K. No nos importa si la iniciativa fue una originalidad K o si el autor primero fue un sacerdote del medioevo. Tampoco nos importa la intencionalidad, es decir, si la implementaron por conviccin poltica, por devocin religiosa o por apetito electoralista. b) Un logro supone un cambio frente a lo acostumbrado o a lo esperable. Por lo tanto no califican como logro la inexistencia de bombardeos areos a la poblacin civil como sucedi en el '55, ni la gratuidad de la educacin primaria, porque lo considerabamos un bien adquirido sin ningun riesgo de perderlo. Estos mismos criterios son vlidos para la lista de errores. Por un lado, los errores son cambios negativos realmente ocurridos: no computan las atrocidades que el matrimonio K plane pero nunca llev a cabo (sueos de miseria y destruccin o la tan anunciada devaluacin y posterior fuga) ni los males histricos no reparados (por ejemplo, las finanzas en negro del empresariado argentino, el uso de parasos fiscales, los sindicatos sin demasiada transparencia electoral, la falta de democracia en la AFA, la existencia de barras bravas, los perros que cagan en la calle, las publicidades de TV que interrumpen las pelculas en la mitad, etc.). Polticos Renovacin de la Corte Suprema. Reapertura de los juicios a los genocidas y jerarquizacin de los Derechos

    Humanos en la agenda pblica. Pase a retiro del generalato manchado al inicio de la gestin K. Eliminacin del Cdigo Penal Militar (la pena de muerte es finalmente

    abolida en la Argentina). Eliminacin de la figura de vicario castrense.

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    Recuperacin de los fondos de las AFJPs para la ANSES y de su poltica de inversin.

    Desobediencia al ultimtum pblico escrito por Claudio Escribano para el diario La Nacin. Fin de las editoriales titiriteras.

    Apoyo estatal a medidas de planificacin familiar y reproduccin consciente. Negativa a reprimir reclamos sociales. Cancelacin de la deuda con el FMI. Se terminan las rondas de prdica

    poltica, replicadas por los medios argentinos, y se limita el poder de influencia del organismo internacional.

    Primeras licitaciones de las concesiones viales al final de su perodo (antes se las renovaba al mismo titular, hacindolas vitalicias de hecho vitalicias.

    Anulacin del contrato por la elaboracin de los DNI e implementacin de solucin creada en el pas con software de cdigo abierto. Esto supone un ahorro de 1500 millones de dlares de inversin, adems del abaratamiento del DNI, que pasa a costar 50 pesos en lugar de 35 US$.

    Intervencin del PAMI con Ocaa. Ampliacin de derechos Aumentos salariales por decreto en el inicio de la gestin. Convocatoria a paritarias y renegociacin de convenios colectivos en todos

    los gremios. Matrimonio Igualitario. Identidad de gnero. Implementacin de la Asignacin Universal por Hijo, que llega a ms de

    3.600.000 de chicos y que aument en un 25 por ciento la matrcula en el nivel medio.

    Recuperacin del salario mnimo vital y mvil. Que volvi a ser mvil y se acerca cada da a ser vital.

    Plan Conectar Igualdad. Un milln de computadoras entregadas. Ampliacin de la cobertura de la seguridad social a travs del programa de

    inclusin previsional. La iniciativa alcanz a 2.400.000 nuevos titulares de derecho.

    Movilidad del haber jubilatorio. Doce aumentos de jubilaciones. 420 % en total.

    Extensin de la cobertura social a travs de la Anses al 98 % de la poblacin.

    Extensin de la jubilacin a las amas de casa. Despenalizacin del consumo ntimo de drogas. Anulacin de los Luncheon Tickets, estafa encubierta a los aportes salariales. Lanzamiento del programa Ftbol para Todos. Apertura del Museo de la Memoria.

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    Punto final para la cdula de identidad. Le retiran a la Polica Federal esta herramienta de obtencin y administracin de datos de la ciudadana. Aparece el Pasaporte de pelo negro (sin canas).

    Implementacin del sistema nico de boleto electrnico SUBE. Plan Pro.Crear de viviendas a tasa subsidiada a gran escala.

    Econmicos Reduccin de la desocupacin a menos de un dgito, del 23% al 7%. Retenciones a las exportaciones. Reduccin de la deuda externa, ahora inferior al 40 % del PBI y la mitad en

    manos pblicas. Reduccin de la pobreza (del 55 % al 18 %) y de la indigencia (del 28 % al

    5%). Duplicacin de exportaciones mediante la diversificacin de su

    composicin. Fabricacin nacional de 600.000 vehculos por ao. Aumento de la participacin salarial en el Producto Bruto Interno: del

    34,3% en 2003 al 43,6% en 2008. Aumento del salario mnimo a 2300 pesos en Agosto 2012 (fue de 200$ de

    1993 a Julio del 2003). Aumento de asignaciones familiares en ms del 100%.

    Legislativos Anulacin de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, y de los

    indultos. Aprobacin del matrimonio igualitario. Aprobacin de la Ley de Medios. Aprobacin de la Ley de obtencin de ADN y de la creacin del Banco

    Gentico. Aprobacin de la Ley de Financiamiento Educativo, que lleva la inversin

    en educacin al 6 % del PBI. Aprobacin de la Asignacin Universal por Hijo. Aprobacin de la Ley 26134 de Prohibicin de Sancin de Leyes Secretas. Aprobacin de la ley de empleo domstico. Aprobacin de la ley de trabajo rural. Aprobacin de la ley de genricos. Despenalizacin de las calumnias e injurias. Proteccin a periodistas. Creacin del Ministerio de Ciencia y Tecnologa. Modificacin de la Carta Orgnica del Banco Central que libera el uso de las

    reservas.

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    Internacionales Creacin del UNASUR. No reconocimiento al gobierno golpista de Honduras y apoyo al Presidente

    derrocado. Fortalecimiento del MERCOSUR; incorporacin de nuevos miembros, en

    especial Venezuela. Creacin del Banco del Sur. Reposicionamiento de la Argentina en el mundo. Presidencia del G77.

    De todo un poco Condena al primer miembro de la Iglesia Catlica (capelln Von Wermich)

    por participacin en crmenes de lesa humanidad. Renegociacin de la deuda externa: salimos del default. Mayor perodo de crecimiento en cien aos. Rcord de reservas internacionales. Nietos recuperados son elegidos como legisladores. Incorporacin de mujeres a la Corte Suprema de Justicia. Primer mujer elegida Presidente Primer mujer elegida como Ministra de Defensa (mujer y adems civil).

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    CONCEPTOS VIRTUD El politlogo italiano Giovanni Sartori sostiene que hoy la amenaza a la democracia constitucional no proviene de un modelo alternativo mejor (como el comunismo o la monarqua) sino de cierta exigencia de ms democracia, casi acusando de no democrtico al modelo actual. Aunque las exigencias a un modelo apreciado pueden generar progresos, tambin corremos el riesgo de terminar exigiendo atributos que el modelo no promete y ni siquiera busca. La virtud de sus representantes es uno de ellos. La democracia constitucional no necesita de la virtud humana. Cree en ella pero no en su perennidad ni probablemente en la capacidad de detectarla en un tercero. Si la democracia constitucional se rigiera por el criterio de virtud, la Constitucin se limitara a indicar cmo se elige al ciudadano virtuoso para luego darle plenos poderes. En cambio, la Constitucin supo procurarse de mecanismos de control y remocin, de balanceo de poderes, para delegar autoridad en plazos muy limitados y muchas veces no renovables. Por qu tanto lmite y control si se descontase la virtud del elegido? La Repblica tiene eso de mgico: un sistema escrito por humanos comunes para que humanos comunes gobiernen a humanos comunes. La exigencia de virtud suele esconder una voluntad de descalificacin al sistema de gobierno humano: a mayor exigencia de virtud, mayor descalificacin al hombre real. Por eso quienes la exigen entre los representantes democrticos tan mezquinamente humanos a veces encuentran virtud en dictadores criminales (no slo poco virtuosos sino poco humanos). Exigirles a nuestros representantes caracteres heroicos humanamente extraordinarios nos descalifica a nosotros como electores, por nuestra irreparable incapacidad de elegir hroes entre humanos. En otras palabras, debemos buscar ciudadanos no hroes- dispuestos a representarnos y a comprometerse con el juego republicano. Nada ms, nada menos. Otro ejemplo de exigencia exagerada se esconde en el planteo de que la democracia elige a los mejores gobernantes, el trillado Gobierno de los Mejores. Nadie en sus cabales puede creer que un juego como el constitucional con partidos, elecciones, internas, listas sbanas y almohadas, con instancias de

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    expresin de algo tan voltil y caprichoso como la opinin de mayoras simples puede garantizar la eleccin de los mejores entre nosotros para gobernar. En cualquier arte, elegir al mejor (si admitimos la idea que el mejor es algo elegible) requiere jurados especializados, discusiones acaloradas entre personas cuyas opiniones son consideradas especializadas o de mayor valor por el resto, mucho anlisis y un sinnmero de aspectos que la Constitucin no busca implementar. La repblica no es el gobierno de los mejores, no es el mejor gobierno, ni es el gobierno para el inters del pueblo. Es el gobierno por decisin del pueblo. Y la decisin del pueblo se expresa, segn nuestra constitucin, por la votacin peridica. Podra expresarse por aclamacin en una plaza y tambin seria una republica democrtica, pero la constitucin lo indica de otra forma. La voluntad expresada en las urnas es considerada la decisin del soberano, una ficcin como cualquier otra pero al estar escrita tiene fuerza de ley. Nuestra Repblica implementa as el gobierno de la voluntad de las mayoras. Ni el saber superior, ni los conocimientos de un grupo especializado, solo la opinin de las mayoras. Se trata de algo ms mediocre (nunca mejor utilizado este trmino que en una Repblica): el gobierno de la opinin mas frecuente. Por eso, la virtud mxima de la Constitucin es crear mecanismos para sacarse de encima a los considerados psimos por consenso. La frase tan escuchada de el pueblo no se equivoca no significa que siempre elegimos lo mejor, que le acertamos a algo previamente definido. En realidad, se trata de una verdad tautolgica: el pueblo no se equivoca, porque su opinin define lo certero. En poltica democrtica, la definicin de acierto es hacer lo que dicta nuestra voluntad. Por lo tanto, cuando nos escuchemos pedir la virtud al poder o preguntar stos son lo mejor que tenemos? deberamos tomarnos la pastilla que nos devuelva al camino republicano. Por ltimo Ante la contraposicin entre tica o Ley, debemos tener claro que slo la Ley tiene cabida en el anlisis poltico. Puede sonar a poco, pero con la experiencia del mundo podemos sostener lo contrario: hacer cumplir la Ley ya es en si una utopa. Si es un comportamiento prohibido, que lo diga la ley. Si es un comportamiento permitido pero reprochable, que lo digan las urnas cuando los electores hacen el balance total de una promesa o gestin.

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    POLTICA o MORAL Un error frecuente y fatal es confundir lo poltico con lo moral. Tanto en la accin como en el analisis y juicio. Un juicio moral es binario. Se pasan todas las acciones del analizado, tantos items como se desee, reales o sospechadas, por un severo tamiz moral. Si alguna de las acciones cumple con alguno de los actos prohibidos, "Bingo", tenemos un inmoral. El juicio moral no acepta atenuantes ni matices, no es materia argumentable, opinable. Bien lejos de un juicio jurdico, donde aparecen pruebas, contextos, atenuantes, derechos en pugna, valoraciones, grandes burocracias etc.. Un juicio moral tiene una simpleza tal que hasta un inquisidor sin asistencia puede realizarlo y en un muy corto tiempo. Por eso el juicio moral es tan tentador, no requiere esfuerzo de analisis, es celerisimo y no tenemos que someter nuestro juicio a juicio. Que mas se puede pedir? En cambio un analisis politico se basa en resultados, los pondera, los suma y los resta, incluso los compara. Requiere de una lista de resultados-objetivos valorizados segn una ponderacin personal, intima, cambiante (en una guerra valoraremos mas el caracter belico de un lider, su arte en destruir enemigos, y terminada la guerra quizas valoremos mas su capacidad de organizar un plan de reconstruccion). Ningun resultado puntual o ausencia de l determinar por si solo el juicio, sino que el resultado total y comparado lo har. Por eso la lista no puede ser larga, porque rapidamente los item tendran tan poco peso relativo en el juicio que su exito o fracaso no impactar en la opinin final. Entre los items valorizados puede existir uno moral. Un mormon podra ponderar como "resultado objetivo" que el presidente crea fervorozamente en Dios o que sus ministros no caigan en el pecado de la gula. Pero siendo un analisis politico, estos objetivos deberan promediarse con otros, como la implementacin de planes de alfabetizacion o de inclusin. Los resultados-objetivos en politica deben ser pblicos. Por dos razones. Primero porque es dificil juzgar a alguien por algo que nadie puede asegurar que haya hecho. Como juzgar a alguien por "soar con perros color violeta", si no tenemos forma de saberlo con alguna certeza. S puedo tener como objetivo "que nadie crea que el candidato suea con perros" o "que los medios no me digan que el presidente suea con perros", pero aqu el objetivo sera otro, medible, real. Segundo y ms importante, es que si un acto no tiene trascendencia pblica no tiene importancia en politica. Porqu ponderara un resultado que no afecta ninguno de nuestros sentidos? Penalizar o premiar por algo que nadie podr

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    detectar, solo sabremos que ha sido realizado pero no nos afectar en nada. Un efecto beneficioso o daino pero asintomatico. Sera raro. En cuanto al efecto de la moral en la accion politica, imaginemos por un instante si en una repblica las personas se viesen obligadas a consensuar preceptos morales, la discusin adoptara rpidamente el esquema de amigo-enemigo y escalara a una jihad de exterminio, porque la resolucin de dos morales en conflicto slo se logra con la eliminacin del otro. De hecho, los principios morales no se negocian ni se acuerdan. Por suerte, como en un consorcio de propiedad horizontal, en la nacin las personas slo se ven obligadas a consensuar decisiones relacionadas con la administracin de la cosa pblica. Por ejemplo, qu construir?, qu prohibir?, qu incentivar?, etc... Este consenso se logra con la accin poltica. En la accin poltica, todo es un tira y afloja. Todo se negocia. Se ofrecen quitas a los propios deseos y expectativas, a cambio de alguna concesin a favor. La poltica funciona mucho mejor en manos de comerciantes, expertos del toma y daca, para quienes nada es innegociable, para quienes cualquier concesin es posible si a cambio obtienen algo de valor para sus representados. En cambio, no puede decirse lo mismo de los hombres de moral superior para quienes la poltica debiera ser la puesta en prctica de una larga lista de mandamientos irrenunciables, quienes prefieren morir antes que realizar alguna concesin (quien prefiere morir por algo est cerca de preferir matar por lo mismo). Nadie posee una moral ms frrea que un fedayin de Al Qaeda. Sus principios son inamovibles; no renuncia a ellos ante nada; ninguna evidencia o beneficio menor pueden distraerlo; no los vende ni por la valija de Antonini multiplicada por las veces que el diario La Nacin la mencion. En poltica democrtica sos no son valores sino amenazas. La descalificacin moral en poltica suele provenir de quienes desaprueban las acciones polticas realizadas pero no quieren someter sus conclusiones al debate poltico. Y por lo general son los medios los que exageran la inmoralidad de los hechos, para descalificar a un gobierno cuyas acciones les producen rechazo.

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    EL PODER Para juzgar cualquier situacin poltica, inevitablemente debemos hacernos la pregunta bsica: quin creemos que tiene el poder en esta escena?. De lo contrario, corremos el riesgo de hacer un anlisis moral, no poltico. Si observamos una persona que golpea a otra y no necesitamos formular ninguna pregunta, estaremos a punto de emitir un juicio moral, en sintona con algn mandamiento del tipo no golpears. En cambio, para emitir un juicio poltico serio, antes debemos preguntarnos: quin golpea?, por qu?, qu logra con ese golpe?, de los dos, quin tiene el poder? Un negro salta sobre una bicicleta que le saca a un nio. Sale montado en ella a toda velocidad, tanto que casi pisa a una anciana. Detrs lo persigue un grupo de encapuchados blancos... La opinin poltica que nos formemos de esta escena depender de nuestra respuesta a las preguntas aqu quin tiene el poder? Quin hace qu? Porqu lo hace? Un boy scout de 9 aos y un skin head de 180kg de peso se cruzan puteadas y amenazas. Vuelan tortazos de un lado y de otro. Segn quien creamos que tiene el poder, o como se comparte, nuestro diagnostico puede ir desde un boy scout puteador recibe su merecido o juego de manos entre dos adolescentes hasta Masacre en un barrio porteo. No importa quien creamos finalmente que tiene el poder o cuan compartido est, importa que nos formulemos la pregunta antes de diagnosticar y crearnos una opinin poltica de la situacin. CONSENSO y MAYORA Probablemente quienes no logran conformar mayoras hayan contribuido a sobrevalorar el consenso en la Argentina. La Repblica expresa claramente los porcentajes necesarios para imponer una norma o un gobernante. En ningn caso exige un consenso, y agradecemos que as sea. Por otro lado, no es potestad de un diputado decidir si una ley se aprueba con la mayora simple o no. El diputado cuyo proyecto fue aprobado por el 51% de la Cmara no slo puede darlo por aprobado sino que debe darlo por aprobarlo, por el acuerdo establecido con sus representados. Si este mismo diputado desistiese de aprobar su proyecto y decidiera eliminar algunos puntos valorados por sus representados con el fin de conseguir el apoyo del 100%, estara estafando a su electorado. La obligacin del diputado es hacer respetar el apoyo expresado al proyecto segn las estrictas clusulas constitucionales.

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    Cualquier concesin hecha en pos de lograr mayor consenso al requerido es una estafa a las mayoras a quienes la constitucin no obligaba a hacerlas. La sobrevaloracin del consenso, que sugiere encontrar caminos que todos deseemos (como si forzosamente existiesen esos caminos), oculta la verdadera solucin republicana que es el compromiso, la negociacin, la que ensea, en cambio, que el camino a transitar puede no coincidir con la preferencia de ninguno. Asi vemos que el compromiso republicano podra llevar justamente a un disenso total, a una solucin por nadie buscada pero que es la solucin acordada o negociada por ser la que mejor se acerca entre todas las posibles al inters de una mayora a juicio de sus representantes. Ademas quien busque el consenso ser presa facil del terco, aquel que se niega a mover su posicin. El consensuador debera asi conceder cada vez mas de su propia idea para lograr el consenso con aquellos que nada ceden. Cuantos de quienes exigen hoy a los politicos buscar el consenso como una maxima, aceptarian de sus representantes haber hecho concesiones en las posiciones que valoran a cambio de conseguir ese consenso exigido? Consensuar con quien uno comparte la idea no es fruto de ningun esfuerzo, es un consenso tautologico. El valor del consenso, si es que lo tuviese, es en consensuar con quien tiene una idea que nos resulta errada. En una republica eso puede ser una debilidad peligrosa. CONFLICTIVIDAD e INVISIBILIDAD Muchas de las decisiones que se toman en una sociedad se toman en estado de total invisibilidad para sus interesados. Asi, por ejemplo, un hospital decide la compra de un nuevo tomografo para su sala de pediatria y ninguna madre interviene ni se inmiscuye, probablemente ni se entera. Lo haran recien cuando aparezca el tomografo en la sala o cuando lo necesite. La invisibilidad de una decision tiene muchas ventajas. Quienes deben tomar la decision lo hacen en un ambito "de laboratorio", sin discuciones apasionadas con terceros, mucho menos con "terceros" que son en realidad los "destinatarios" de la decision. La decision en laboratorio se toma mas calmamente, mas rapidamente y a menor costo personal. Si uno le pregunta a quienes deben tomarlas no dudaran en que hacerlo bajo condiciones de laboratorio es la nica manera de tomarlas seriamente. Por supuesto que tomar decisiones mientras los destinatarios ni siquiera saben que se estan tomando, presupone que quienes toman la decision la tomaran en coincidencia con la voluntad de aquellos. Lo que no es una presuncion menor. Y puede ser un problema a la hora de pedirles a los destinatarios digerir las consecuencias de esas decisiones.

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    La invisibilizacin perfecta, el sueo de los poderosos, es aquella en la que los ciudadanos no saben cuando una decision importante para su futuro esta siendo tomada y cuyas consecuencias mediatas se presentaran como el resultado natural del estado de las cosas, inevitable, y no fruto de esa decision humana, en la que podrian haber influido. Existen distintos grados de invisibilidad. Desde decisiones "abiertas" o "concientes" donde participan todos, como por ejemplo la decision sobre qu hacer con la reserva ecologica de Buenos Aires o los planes de traslados de villas de emergencia. Y decisiones practicamente invisibles, como darle a Telefonica y Telecom el derecho a competir en la red celular o la autorizacin de abrir hipermercados dentro de la ciudad. Ambas muy trascendentes, pero con dos tipos de decisiones y caracteristicas diferentes. Una involucra acciones directas, debates, se paralizan las decisiones, y en la otra se decide en un santiamen el futuro que afectar a millones de personas, sin que ellas lo sepan, sin que hoy entiendan que all ocurri una decision humana que los afect, quizas para bien, quizas no, pero los afect y mucho. Cual es el equilibrio deseable entre invisibilidad de la decision y conflictividad? La respuesta depender, por supuesto, de la real importancia del tema y de cuan "materia opinable" sea, pero adems depender del lugar de cada uno. Si somos parte de la elite que toma las decisiones, de la "aristocracia decididora", preferiremos la invisibilidad del laboratorio. Sin considerar mala f, suponiendo que deseamos lo mejor para nuestros conciudadanos y que creemos saber cual es la decision que lo garantiza, es probable que prefiramos solucionar la necesidad con la celeridad de laboratorio a crear un debate que creemos concluir en lo mismo. Y es tambien probable que estemos equivocados. Por supuesto si uno adems de elite es un usurpador del derecho de terceros, la invisibilidad es nuestro paraiso. La invisibilidad permite a los magos que la crean de hacerse con la riqueza de los simples que la crean (de los verbos crear y creer respectivamente). Por otro lado, podemos no ser de la elite pero confiar en quienes toman la decision, sea porque los hemos elegido concienzudamente o porque los resultados historicos de sus decisiones son sobresalientes o sencillamente porque tengamos tendencia a preferir no involucrarnos en la decision, con todo el esfuerzo que conllevara hacerlo, de informarnos, de analizar, de discutir, de buscar influir, la angustia de dudar, etc. Si uno lo ignora todo, la decision de no involucrarse va de hecho, pero cuesta verle alguna virtud a esta situacin.

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    Por ultimo, si uno acaba de enterarse que determinados fenomenos que creiamos "naturales" y de gran impacto negativo en la vida de nuestros hijos ocurrian en realidad por decisiones humanas en las que teniamos derecho a intervenir, sea directamente o a traves de representantes, es probable que por los proximos 20 aos deseemos intervenir por demas, en todo, no dejemos reunion sin asistir, hasta tanto sintamos que se toman las mejores decisiones, tomandonos a nosotros y a todos los interesados legitimos en consideracin. Esta sobreparticipacin generara inevitablemente excesos, ruido, conflictividad sobresaliente. Personas sin conocimiento que se involucran, opinan, quieren decidir, influyen en las decisiones, se equivocan, van y vuelven con la decision, pelean, discuten. Como dir la elite: "Han entrando personas al laboratorio". Nada mas civilizado que una negociacion donde no esta el principal interesado. Nada mas civilizado que una decision que no se toma. Tucdides deca: "Es la libertad o la tranquilidad. Tienes que elegir". Algo parecido podria decirse en la eleccion sobre el nivel de conflictividad que una sociedad acepta padecer. DEMOS Vs PLUTOS (Democracia o Plutocracia) La democracia como palabra goza de mejor prestigio que como idea profunda. Ha ganado la batalla por la hegemona. Las personas aseguran ser defensoras de la democracia, sin reflexionar en las opciones que existen, y sin verle ninguna desventaja. Personas que probablemente preferirian una monarquia o una teocracia, no se animan siquiera a reconocerle criticas al sistema democratico. Le encontraran criticas a todos los gobiernos democraticos, pero no al sistema en si. Como si la materia criticable fuese resultado terrenal del gobierno de turno. Porqu nadie se anima a defender una sana plutocracia? Donde los dueos de la riqueza, los verdaderos dueos de un pais, manejen sus destinos. Son personas que han sido capacitadas para conducir sus propios intereses, que sabrian desde la cuna que dedicarn su vida a ello y que no necesitan de ningun otro estimulo economico que el que ya poseen, para manejar correctamente el rumbo del pais. No habrian gestos demagogicos, ni las distracciones electorales. Los partidos politicos dejarian paso a las actividades sociales y las decisiones se tomarian entre pocos, expeditivas, reflexionadas, consensuadas. Muchas de las criticas a la democracia provienen de idearios plutocrticos pero sostenidos por personas que se creen convencidos por la democracia. Esta especie de verguenza por lo no democratico, ensombrece el debate. Sera mas claro que esa persona sostenga abiertamente su critica a la democracia como sistema (puede

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    perfectamente sostener una critica y no rebelarse contra ella o, an, sostener que considera la democracia el mejor sistema) a tener que sostener sus criticas como fruto de la accion de un determinado gobierno, pero que termina repitiendose en todos los gobiernos y a mas democratico mas critico. La responsabilidad no es solo del critico pudoroso, sino de todos nosotros que ante una critica al sistema democratico lo incendiariamos en la hoguera y lo acusariamos de sedicion. Deben ser muchas las criticas posibles al sistema democratico y deberiamos bienvenirlas. Porque eso evita que esa critica aparezca, transmutada, en una critica a los gobiernos o resultados de la democracia. La ley basica de un hombre un voto, una opinion un voto, es esencialmente contraria a la ley de un dolar un voto que implica la plutocracia. En una republica los votos reales provienen de las opiniones y de los dolares, segun la proporcin diremos que tenemos una democracia mas o menos plutocratica. Esta linea es una frontera invisible pero muy activa en las democracias capitalistas. (Cabe la aclaracin, aunque en un determinado momento no existan de otro tipo). SEDUCCION PLUTOCRATICA Tiene derecho la ciudadania, por simple peso de su mayoria, decidir que un propietario debe ceder gran parte de sus bienes a la bolsa comun? Tiene derecho la comunidad a decidir por el propietario sobre el destino de su propiedad, de su empresa, a limitar su uso, su usufructo? Por ltimo, si la respuesta anterior fuera afirmativa, tiene sentido que una democracia d la pelea contra su clase propietaria, para imponerle condiciones en contra de su voluntad, sabiendo que la clase plutocratica tiene recursos para oponerse a las obligaciones que rechazan? No sera mejor usar incentivos, seducir a la clase plutocratica? La seduccion plutocratica, o mejor dicho al plutocrata, es una idea-zombi que sobrevuela las democracias y siempre regresa, no importa cuantas veces uno crea que la realidad la ha matado. Esta idea que aparece defendiendo una medida como justa pero que sugiere mejor lograrla por via del dialogo con el poderoso, convencerlo que consienta suscribir a ella. Es la idea detrs de apoyar sin dudar una quita de impuestos a todo rico que haga A, para estimular que hagan A, pero rechazar de plano el aumento de impuestos a todo aquel rico que no haga A, para estimular que lo haga. Siendo dos situaciones socialmente identicas, rechazarlas solo responde a la idea de seduccion a la plutocracia. El rico sera un burro al que se mueve solo con zanahoria, nunca con palo.

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    Si el poderoro posee el derecho a ser seducido en lugar de ser compelido como el resto, no estariamos reconociendole derechos desiguales? Porqu la ley debera someter a quienes no tienen poder de resistersele y debera buscar seducir a quien s? Una tesis hermana a esta es la tesis de la confianza. La que propone que el estado debe crear confianza para que sean los hombres de negocios que inviertan en la economia y no el estado. Ya a mitad del siglo XX, el economista Michael Kalecki escriba sobre el riesgo de esta teoria de la confianza. El estado sometera asi todas sus politicas a un derecho de veto de su clase empresaria. Si esta objetaba algo, la inversion se desplomara y el desempleo resurgira. Segn Kalecki, el estado, por el contrario, debera invertir cuando los privados no lo hicieran para as garantizar siempre la creacin de empleos mas alla de la confianza o buena voluntad de los hombres de negocios. Asi los plutocratas podrian decidir ingresar o no al proceso productivo pero no tendria poder de veto sobre l o de chantajear con la simple amenaza de no invertir y detenerlo. INSTITUCIONES y DEMOCRACIA De qu hablamos cuando pedimos ms instituciones? La Constitucin menciona pocas instituciones: el Poder Ejecutivo, el Congreso y los Tribunales. Administrada a travs de estas tres Instituciones Constitucionales, la cosa pblica no necesita de otras instituciones si nos atenemos a la Carta Magna y al funcionamiento de la toma de decisiones en democracia. Sin embargo, existen muchas otras instituciones: la Iglesia, el colegio pblico de abogados de Pergamino, el colegio pblico de contadores de Azul, el Automvil Club Argentino, la Academia de Letras, el club La Estrella de Maldonado y miles de etcteras. Muy a menudo, estas Instituciones No Constitucionales (que no significa que sean Anti Constitucionales) no representan ni a sus miembros, ya que sus autoridades no son elegidas de manera transparente o medianamente democrtica. Aunque carecen de representacin en trminos del manejo de la cosa pblica, estas instituciones opinan sobre las acciones polticas de nuestros gobernantes, se inmiscuyen, sugieren, dictan y adems encuentran mucho eco favorable entre quienes influyen en la opinin pblica. De hecho, los medios y la oposicin no electoral (sa que tanto acecha) hacen mucho hincapi en la necesidad de que el gobierno respete a las instituciones: que las escuche, siga sus sugerencias, no las ningunee.

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    Ahora bien, por qu debera hacerlo? Qu parte de la Constitucin sostiene que las instituciones por fuera de las republicanas deben participar, aunque sea mnimamente, en la elaboracin de acciones de gobierno? Seguro, un gobierno con mayor participacin de las instituciones tiene ms estabilidad, porque estas instituciones representan sectores de poder real con fuerza para apoyar y para oponerse (pensemos en la Iglesia, la UIA, la Sociedad Rural, el servicio diplomtico de las potencias extranjeras). Adems, un gobierno abierto a la participacin de estas instituciones tendr planes a ms largo plazo, porque los intereses de los sectores representados por estas instituciones son ms durables, sin los vaivenes, pasiones y cambios de humor de la voluntad popular. La inclusin de las Instituciones no Constitucionales alimenta los ideales de estabilidad, previsibilidad, polticas a largo plazo. En cambio no guarda relacin con la voluntad popular (y aqu aparece el verdadero origen de la insistencia en estos valores tan apreciados). En este sentido, notemos que una monarqua (mas an, una monarqua eclesistica) ofrece previsibilidad, estabilidad y polticas a largo plazo, justamente por no ser democrtica. Los sectores que rugen por mayor institucionalidad no mencionan la tensin entre participacin institucional y participacin popular. De hecho, no es casual que estos sectores sean aqullos adversos a las elecciones. Si un sector sin poder electoral controla algunas instituciones prestigiosas o, mejor an, es quien entrega el sello IVESS de prestigio a las instituciones, es comprensible que grite instituciones prestigiosas al poder. Es lo mismo pero mas simptico que gritar ciudadanos, fuera del poder. Las nicas instituciones republicanas son el Ejecutivo, el Congreso, los Tribunales. En poltica, el resto posee el rango de lobbista con ms o menos prestigio, pero lobbista al fin. ONGs (Esa Agua Bendita) En un pas donde lo poltico est posicionado como pop de perro y todo poltico es tratado como un chorro, sorprende que mencionar una ONG o anunciar que uno trabaja en una ONG d chapa de honesto, til, desinteresado, solidario entre muchas otras virtudes. As, jvenes que se niegan a trabajar por un sueldo para el Estado ladrn aceptan hacerlo gratis para ONGs cuyas autoridades no son elegidas bajo ningn proceso electoral transparente o de ningn tipo. Pensemos por ejemplo en la Iglesia catlica cuyas cuentas no son auditadas ms que por sus integrantes, y donde la ausencia de competencia interna por el mando (en contraste con la poltica) anula o minimiza cualquier posibilidad de denuncias

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    internas. Evidentemente, las ONGs lo tienen todo para ser deshonestas, salvo la honestidad intrnseca de sus dirigentes. En general, las ONGs reciben apoyo, no del Estado, sino ms bien de grandes empresas (sus mayores aportantes) que influyen en la designacin de autoridades por un criterio de empata. Dada esta realidad, no debe sorprender que Milagro Salas nunca haya recibido ayuda de Movistar o Artear, mientras que el Padre Grassi se llen de donaciones a nombre de personas y empresas con capacidad de ahorro. Dirn que la Tupac Amaru no pas la auditoria contable, psicolgica, de anlisis, de blablab. La pregunta es: Caritas, el Padre Grassi, Monseor Plaza, Greenpeace, s? Apartar al estado de la asistencia a las ONGs es evitar el imperio del aporte caprichoso por parte de un equipo de gobierno elegido por todos para gobernar la Nacin por cuatro aos, para terminar imponiendo el imperio del aporte caprichoso de otro tipo de autoridades elegidas slo por el tamao de las empresas que conducen. Si viven de los aportes de grandes corporaciones y fortunas personales, por qu esperar que las ONGs se ocupen de otros intereses? BENEFICENCIA Y POLTICA Lo primero que debera hacer quien quiera asistir a sus conciudadanos en necesidad es pagar todos sus impuestos. Si ya lo hace debera entonces ahorrarse ese honorario extra que le paga a su contador para encontrar los vericuetos legales impositivos que le alivian su declaracin anual. No solo porque los impuestos suelen ser sumas mucho mayores que las que cualquiera entregara voluntariamente a la beneficencia sino porque el estado es un gran vehculo de ayuda a nuestro prjimo. Son muchas las escuelas que el estado no construy y son muchos los hospitales que el estado no sostiene como debiera. Pero prcticamente todas las escuelas y los hospitales que si existen han sido construidos y son mantenidos por el estado. En especial en aquellos lugares donde la necesidad florece sin la sombra de nuestra mirada o donde la miseria no es suficientemente cruel para atraer las cmaras de televisin. El estado es la mquina mas importante de igualdad y de atencin a los mas necesitados del pas y por otro lado la mas fiscalizada y controlada. Pero quizs la diferencia mas trascendente sea que el estado pone el nfasis en la construccin de derechos. Quien recibe sus bienes y servicios los recibe merenciendolos, se los ha ganado de puro derecho. La beneficencia, en cambio,

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    pone el nfasis en la falta de quien recibe y la sobra del que da. Quien recibe beneficencia, recibe por voluntad de quien entrega. La recibe sin merecerla. El paquete de arroz de ambos puede ser de la misma marca pero el sabor simblico es sustancialmente diferente. POLTICAS A LARGO PLAZO Un sinnmero de veces escuchamos hablar de la ausencia de polticas a largo plazo (PLP), y de todo lo que el Gobierno debera hacer para garantizarlas. Analicemos un poco el exagerado mrito de las PLP y la falacia detrs del cmo crearlas. Si la ciudadana juzgase que una poltica mantenida por dcadas es mala, sus representantes electos deberan mantenerla por ser una PLP? Deberamos entonces haber seguido con la Convertibilidad, probablemente una de las PLP ms estables de los ltimos aos, o con la, a esa altura, decagenaria Ley de Punto Final? Ms preguntas... Deberamos reservarnos el derecho de implementar una poltica que la ciudadana considera positiva, pero que no es una PLP preexistente? Si fuera posible, debera una generacin de ciudadanos impedir que las generaciones siguientes modifiquen toda PLP? Deberamos obligarnos a obtener consenso absoluto en el Congreso antes de imponer una ley, para aumentar las chances de mantenerlas en el tiempo? (cabe sealar que esto nos forzara a cambiar la Constitucin y a despedirnos de casi todas las leyes sin consenso absoluto) Aumentan sus chances de mantenerse a largo plazo una poltica aprobada por muchos sectores, mucho ms all de la exigencia del 50%? Creemos que no. Muchas leyes que se cambiaron, como las de amnista y convertibilidad, fueron aprobadas por los partidos mayoritarios de entonces. Y adems quin nos asegura que los mayoritarios de hoy sean los mayoritarios de maana? En una repblica, las acciones polticas son siempre de corto plazo. Los gobiernos deben interrumpir cualquier iniciativa si sta es la voluntad popular. Un ciudadano puede pensar a largo plazo para emitir su opinin de hoy, pero es su opinin de hoy la que los polticos deben implementar. Si sta cambia, la poltica tambin debe cambiar (de lo contrario, nos encontraramos con un gobierno con amortiguacin antidemocrtica). Si una poltica se mantiene vigente en el deseo de la ciudadana al cabo de varios perodos, nos encontraremos ante una PLP. Que conste, sta es una caracterstica ex-post: resulta una poltica de largo plazo, no porque haya sido votada por muchos o aceptada por impresentables, incluso por Duhalde, sino porque pasan los aos y las opiniones sucesivas del electorado no desean interrumpirla o

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    modificarla. De aqu en ms, esta PLP es otra poltica temporal, cuya vigencia depender de la votacin ciudadana de cada da. Son buenas las PLP? Sin dudas, mantener un mismo criterio agrega valores positivos como la previsibilidad o el desarrollo completo de los frutos de una poltica. Pero sta slo debe permanecer vigente mientras la ciudadana siga considerndola positiva. En otras palabras, la condicin de largo plazo no es razn suficiente para mantener una poltica que la opinin popular haya dejado de apoyar. Qu se dice cuando se habla de PLP? En general, es una idea con valoracin positiva, a mano de cualquiera que se resiste a cambiar algo que se intenta cambiar. Las polticas son buenas o malas segn sus resultados, no por su extensin en el tiempo. De hecho, las calamidades distan de transformarse en bendiciones por el solo hecho de hacerlas perdurar en el tiempo. Nuestros hbitos son un buen ejemplo... Los hbitos son buenos, cuando se los tiene, pero nadie repetira la visita a un mal bar slo por crear un hbito. Por qu exigimos otra cosa a escala ciudadana? HONESTISMO Escuchamos por primera vez este concepto en boca de Martn Caparrs. Para este periodista y escritor, el honestismo es la prctica de limitar el anlisis poltico a la honestidad de las personas que actan en poltica (y, agregamos nosotros, entendiendo honestidad como sinnimo de no coimear). Segn los honestistas, basta con encontrar polticos que no coimeen para garantizar un buen gobierno. No coimear se presenta entonces como argumento suficiente para ser votado, para explicar porqu el poltico A decidi unirse a B. Bajo esta visin, no existen diferencias polticas, de rumbo, de prioridades, de intereses entre personas honestas. Las personas no coimeras veran los mismos problemas en el pas y propondran las mismas soluciones. Esta mirada en apariencia inocente no slo es muy limitada en su capacidad de crear un equipo con cohesin y con capacidad de resolucin, sino que lleva a la conclusin de que es deshonesto todo aqul que no considera los mismos problemas o no propone las mismas soluciones que el grupo de los honestos. As, el honestismo es uno de los tantos conceptos o creencias que empujan la poltica al campo de la moral, con todos los riesgos que esto implica. Siempre nos preguntamos si, a punto de entrar a un quirfano para un triple bypass y con derecho a elegir un solo cirujano, los honestistas pedirn por aqul

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    que no engae en los costos de gasas y no reciba AnaAna del clnico que lo deriv, o por el contrario se regirn por el roban pero hacen y pedirn por el profesional que ms hace, con ms xitos quirrgicos en su haber. Por qu pretender que acte de otro modo quien espera muchos servicios pblicos esenciales, an ms que un triple bypass? INTENCIONALISMO Este concepto se refiere a la prctica de reflexionar sobre las verdaderas intenciones de los actores polticos. El analista se erige as en conocedor de la psiquis del actor poltico, y critica o apoya las acciones polticas desde este conocimiento oculto e incontrastable. El intencionalismo comete un doble error. El primero, de orden casi biolgico: creer que la intencin es escrutable, que alguien puede conocerla. El segundo, quizs ms grave: considerar que la intencin tiene alguna importancia poltica. Alguien cambiara la opinin poltica sobre Cavallo si descubriera, por algn tipo de hipnosis, que la intencin profunda del ex ministro de Economa fue la de incluir a la mayor cantidad de argentinos y la de garantizarles una vida digna y equitativa? Tiene eso alguna importancia poltica? S la tiene en trminos morales o religiosos o psicolgicos, pero en poltica slo los hechos tienen importancia. Importa qu se hace en el plano de la realidad fsica o del imaginario, y a lo sumo qu se intent hacer y no sali, pero la ntima motivacin o intencin no tiene el ms mnimo inters. CERCANISMO El cercanismo le atribuye pertinencia analtica al simple dato de cercana. En otras palabras, considera que, para analizar la poltica, importa tener un testimonio directo del asunto en cuestin. As, para comprender el complejo proceso de la Perestroika, lo mejor es hablar con el peluquero de Gorbachov. Este concepto esconde un primer error de tipo casi mecnico: creer que Gorbachov le dira todo lo que piensa a su peluquero, que el peluquero le dira todo lo que sabe al periodista entrevistador, y que no habra diferencias entre lo que Gorbachov dijo y lo que su peluquero recuerda haber escuchado. No es menor todo este problema, tan humano, de telfono descompuesto. En segundo lugar, el cercanismo supone una falacia intelectual ms profunda: la de creer que Gorbachov es quien ms comprenda el proceso poltico de la

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    Perestroika, por ser uno de sus actores principales... Quizs lo comprendiera, pero por ser adems un gran analista, un reflexivo. De hecho, un actor principal puede no comprender lo que est ocurriendo. Y en cambio s puede comprenderlo perfectamente un analista encerrado en un stano a diez mil kilmetros de distancia. Meses antes de ir a la quiebra, muchos presidentes de empresa dan por sentado que la compaa se salva, e incluso apuestan su propio dinero a ello. Claramente son quienes ms conocen la empresa, quienes ms datos de alcoba poseen, pero no quienes mejor la comprenden. La informacin es til para la comprensin; nadie podra sostener lo contrario. Slo que no es sinnimo de comprensin. Porque suele tener el monopolio de la informacin, adems del permiso de entrada a la alcoba de los polticos (o al menos, eso nos hace creer), el periodismo instala el cercanismo para erigirse en dueo de las nicas herramientas de comprensin. As, Joaqun Morales Sol basa sus anlisis polticos en conversaciones mantenidas en secreto en un bao de la Casa Rosada o en un pensamiento que habra tenido determinado poltico en completa soledad. Morales Sol nos deja siempre con la intriga de cmo accedi a ese pensamiento. Raymond Aron, un politlogo y economista francs que habra previsto la cada del rgimen sovitico desde su escritorio de la Sorbona , sola argumentar que slo se necesitaba la informacin pblica y mucho anlisis para comprender un proceso poltico complejo. La informacin de alcoba aturde, es imposible de verificar o refutar, y adems hace creer que las notas basadas en ella son anlisis poltico. ANECDOTISMO El anecdotismo o anecdoidiotismo es construir todo un anlisis poltico a partir de una ancdota. Es proyectar un hecho intrascendente como definicin de la esencia de un proceso poltico complejo, sin necesitar pruebas adicionales. El nieto de D Ela robndole un chupetn a un compaerito de la escuela definira as el carcter usurpador de cualquier proceso poltico que D Ela apoye. El anecdotismo o anecdoidiotismo suele aplicarse cuando un caso de coima o una sospecha posta-posta de coima (no hay diferencia para Lus Majul y tantos otros) sirve para concluir que el proceso poltico es esencialmente un proceso de coima.

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    Esa coima (o sospecha de coima) deja de ser un hecho entre otros para convertirse en esencia misma del proceso poltico: todos hacen todo por y para esa coima. En un mar de acontecimientos basta con tomar uno cualquiera para obtener la sntesis del mar. As, Hitler con un nio judo en brazos mostrara que el nazismo es un proceso profundamente protector de la infancia, en especial de la infancia de los judos. AUTORITARISMO La crtica a polticos o funcionarios por autoritarios rara vez apunta al ejercicio excesivo en la autoridad que la Repblica les concede (nica autoridad a la que los ciudadanos debemos someternos). En cambio s suele centrarse en actitudes individuales que se juzgan como autoritarias: levantar la voz, emplear malas palabras, burlarse de otro poltico, hacer esperar a alguien citado, cambiarle la cita sin aviso suficiente. En otras palabras, se reprocha una conducta con modales autoritarios", una forma de vestir autoritaria", una retrica autoritaria. Son todos casos de individuos autoritarios que, en realidad, no generan autoritarismo. El autoritarismo remite al ejercicio autoritario del poder pblico, al uso autoritario de los poderes extraordinarios que la Repblica les confiere a unos pocos elegidos. En poltica, son autoritarios quienes dictan leyes autoritarias, edictos autoritarios, y quienes ejecutan planes de gobierno autoritarios que sometern a los ciudadanos. Los ciudadanos no estamos obligados a mirar la ropa de la Presidenta, ni a escuchar sus discursos, ni a seguir la retrica de los funcionarios, ni a escuchar los gritos e insultos de los diputados. Mucho menos estamos obligados a copiar sus modales. Los ciudadanos slo estamos obligados a someternos a sus leyes, decretos, polticas. Y son estas acciones las que crean autoritarismo... o no. Todos tenemos derecho a tener malos modales, a putear y a hablar a los gritos. No por eso transformaremos la Argentina en una dictadura. Mientras nuestros polticos en actividad no implementen acciones de gobierno autoritarias, simplemente seremos una sociedad libre con ciudadanos mal educados, como tantas sociedades envidiables del mundo. No diferenciar esto puede llevarnos a preferir a un prolijo Videla por encima de un gritn malhumorado como Ral Alfonsn.

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    INTOLERANCIA No debemos permitir la confusin entre ser intolerante con las ideas y ser intolerante con las personas. En una sociedad democrtica, no tolerar las ideas del otro significa refutarlas, discutirlas, objetarlas, no acordar con ellas ni despus de largos debates. Incluso considerarlas inaceptables e indignas de ser pensadas. Todo esto es una intolerancia democrtica, que no daa a nadie salvo a aqul cuyo ego le exija la aceptacin de sus ideas por parte de todos los dems. En cambio, la intolerancia no democrtica es aqulla dirigida, no a las ideas, sino a las personas. Aqulla que lleva a prohibir la expresin y defensa de ciertas ideas, la libre circulacin de los autores o difusores de estas ideas. Aqulla que finalmente ordena la muerte o encarcelamiento de estas personas. sta es la intolerancia intolerable. Esta confusin iguala a un poltico que le grita a otro sos un energmeno; tipos con tus ideas deberan estar encerrados en un manicomio con aquel funcionario que efectivamente encierra a una persona en un manicomio por sus ideas. Iguala al automovilista que le grita al otro te voy a matar con aquel que efectivamente lo mata. Es no diferenciar entre la civilizacin algo sangunea y la barbarie sanguinaria. Intolerancia poltica es emplear el poder conferido para impedir hacer una crtica. Responderle de mal modo al autor de una crtica despiadada puede ser grosera, pero no intolerancia poltica. Adjetivar con el mismo tono ambas situaciones es, en el mejor de los casos, un simple artificio poltico para criminalizar al gritn de turno. Pero nos lleva a naturalizar las acciones aberrantes al asemejarlas a las cotidianas. La intolerancia poltica tambin es relativa segn el poder real del sujeto. No indica un estado de intolerancia poltica si un grupo reducido de adolescentes anuncia su intencin de rechazar todos los recursos de alzada de quienes tengan piel oscura. S, en cambio, habra intolerancia poltica si el mismo anuncio fuera realizado por jueces de una cmara. LA VIOLENCIA DEMOCRTICA A tono con los puntos anteriores, la acusacin de violentos est siempre a flor de piel. Violento es el poltico que le grita a otro en una entrevista televisiva. Violenta es Caamao cuando le pega a Kunkel en el recinto parlamentario. Violento es el patotero de la banda de Pedraza que mata a Cristian... Como en otras ocasiones, la

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    crtica padece de una limitacin en los adjetivos y entonces aplica los mismos y ms extremos, para describir cualquier situacin, sin ninguna jerarquizacin. El juego de la Repblica busca evitar el conflicto violento entre ciudadanos tratando de resolver los intereses contrapuestos que existen en la sociedad. El progreso sera enorme si el juego republicano consiguiera que, en vez de matarnos todos contra todos, slo se mataran algunos representantes elegidos. Las muertes se reduciran de millones a decenas, y las decenas entre profesionales preparados para la lucha y para morir por ella como un ejercito profesional. Quin se atrevera a negar que esto solo ya sera un verdadero progreso social? Otro avance consistira en lograr que los representantes no se maten, sino que dejen de combatir en caso de knock out. Y otro, an mayor, que los representantes se limiten a discutir a los gritos y con malos modos los proyectos en debate. La visin ms crtica posible indica que en este estadio se encuentra la Argentina hoy. Esta realidad dista de resultar deplorable, cuando todava estamos cerca de pocas donde, en defensa de sus intereses, un grupo mataba y desapareca a miles por considerarlos adversos. Con esto no pretendemos negar nuestra preferencia por los polticos que respetan los turnos para hablar, sin levantar la voz, sin miradas burlonas, sin chicanas. Pero tampoco admitimos el uso del adjetivo violento para calificar situaciones parecidas a las de un asado entre amigos que discuten de ftbol o poltica. Por qu exigirles a nuestros representantes que debaten cuestiones importantes para sus representados, y para ellos mismos, una cortesa suiza que no les dedicamos a nuestros amigos? O acaso sta es otra forma de desacreditar la poltica en la Argentina: tanto a los polticos como a quienes los eligen? Por qu personas que juzgan violento el gritero parlamentario o el tortazo de Caamao pueden explicar los vuelos de la muerte o la represin policial? CORRUPCIN y COIMAS La corrupcin es la gran denuncia contra la clase poltica. Parece ser la fuente de todos los males, y la nica. Lo curioso es que el poder y los medios de comunicacin asocian y circunscriben la corrupcin a la recepcin de coimas o ddivas, cuando la definicin de corrupcin pblica segn el Banco Mundial remite a cualquier uso de poderes pblicos para beneficio personal.

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    Hacer algo a cambio de un fajo de billetes es claramente corrupcin, pero se trata del acto corrupto ms bsico. Es la corrupcin de aqullos sin poder, sin relaciones establecidas con confianza suficiente como para vender favores a fiado, poder intercambiar otros compromisos de mayor envergadura en lugar de dinero contante y sonante. Pero tambin es corrupcin el diputado que no apoya una ley que la sabe deseada por sus representados, pero que lo enfrentara con poderosos dispuestos a truncarle la carrera poltica. Es el caso de quien no apoya el aborto ni siquiera debatirlo en el recinto para no enemistarse con la Iglesia, o la ley de medios para no padecer el hostigamiento de las grandes empresas mediticas. Tambin es corrupto el diputado que acepta la visita de lobbistas que luego ayudarn a financiar su campaa. Ya supone un privilegio corrupto el solo hecho de recibirlos, cuando no recibe a todos los ciudadanos: ni hablar de cuando adems aprueba leyes favorables a estos intereses. En el mundo de la corrupcin pblica, la coima es la prctica ms rudimentaria, aqulla que se establece entre personas que no se tienen confianza y cuyo nico intercambio pasa por unos pesos. En las mafias establecidas y que llevan generaciones, no hace falta ningn sobre, no slo porque el dinero no entrara ni en un container sino porque los involucrados saben que hoy por ti, maana por m es un pacto que se cumple, sin siquiera mencionarlo. Tal diputado no menciona la prueba de ADN de dos hijos presuntamente apropiados, y da por descontado que ser tratado bien. Nadie le da un sobre, nadie siquiera verbaliza este acuerdo. Otro diputado sabe que, si habla a favor del aborto, el obispo comenzar a sembrar la duda entre los feligreses sobre sus negociados o sobre su incapacidad. Tampoco hicieron falta la amenaza verbal ni los sobres. Pero hay ah un acto de corrupcin, probablemente imposible de demostrar a nivel individual pero indudable cuando se analiza a nivel colectivo y en el tiempo. Una diputada no vota una ley, que reconoce sera apreciada por sus representados, por ir contra sus mas intimas convicciones y su iglesia. El acto de corrupcin mejor vendido, el del corrupto jactandose de sus altos valores religiosos. (Un honesto y comprometido miembro, visto desde la f religiosa, puede ser un corrupto de mierda leido desde la f democratica). Es interesante recordar que de todas las posibilidades de corrupcin, solo la coima es ilegal. Aunque muchos se quejen de los pocos coimeros que hay en la carcel, deberia pensar en que no hay un lobbysta, un presionador de conciencia, uno que

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    se haya negado a votar algo por compromiso con su iglesia, porqu ni siquiera es ilegal. Porqu, aun asi, las criticas se centran en la dadiva? El poder no nombra estas corrupciones, porque se beneficia con ellas. No quiere que los representantes populares se agachen por dinero, sino por conveniencia o temor. Porque dinero para coimear tienen muchos, la capacidad de atemorizar o seducir solo unos pocos. Los fervorosos anti-coima plantean paredon a los politicos coimeros. Pero no condenan al empresario que los haya coimeado, a menos que el empresario sea parte del contubernio politico, un de esos nuevos ricos intolerables (la clase media detesta mas a un enriquecido por su relacion con el poder politico como Eskenazi que a los Martinez de Hoz o los Alzaga, nietos de enriquecidos por su relacion con el poder politico). Sobre el senado de la gestion De La Rua sobrevol una sospecha de coima. Todos pidieron muerte a los senadores pero nadie planteo anular la ley de flexibilizacin laboral a la que di lugar esa coima. El fervor anticoima se centra en los coimeros no en el hecho corrupto que la coima posibilita. Es un extrao fenomeno de rechazar al coimero pero sin rechazar la corrupcin. El poder economico ayuda a instalar esta idea porque busca obtener el fruto de la corrupcin sin pagar por l. Quiere la traicion de judas sin que le cuesten las 30 monedas de plata. Rechaza mas a Judas que al crimen de Cristo. (Este MAKnual busca acercarse a lectores practicantes, de ahi nuestros ejemplos biblicos). Para nosotros, hay corrupcin poltica cuando un representante elegido no trabaja para sus representados y lo hace por un inters privado sea un cheque o el favor de una institucin. Por otra parte, la importancia de la corrupcin no se mide en trminos de sobre, sino en trminos de dao causado a los representados. Ejemplifiquemos esto con nuestro abogado defensor en una causa penal muy seria. Coima sera que nuestro abogado nos pasase tickets de gastos inexistentes, algn almuerzo con una novia, declarado como de trabajo: nos roba algunos pesos, pocos o muchos. En cambio, nuestro letrado cometera corrupcin poltica si manifestara empata con el abogado de la contraparte porque aspira a pertenecer a su bufete, o si se guiara por un pensamiento ideolgico que lo planta con cierta animosidad en nuestra contra. Esta corrupcin puede costarnos la crcel. Nadie quiere que su abogado penalista le robe, pero la traicin es mucho peor. La jerarquizacin del robo de tickets la instalan quienes se benefician con la traicin de nuestros abogados.

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    Otro ejemplo, seria el del DT que pone a jugar a un jugador porque la barra brava se lo grita. El DT, por temor o por simpatia con la barra, toma una decision contraria a lo que a su juicio era lo mejor para el equipo y sus socios. Esa corrupcin es tan daina que la de hacerlo por un sobre, solo que no es ilegal y muy dificil de probar. En la Argentina las tribunas del poder economico logran influir en los DT mas que cualquier barra brava. La simple coima es una mala cosa dentro de la poltica, como dentro de cualquier organizacin. Sin dudas, es corrupcin poltica porque de algn modo desva el inters del representante del inters de los representados. Qu coimero podra asegurar que habra hecho lo mismo sin una coima de por medio? Dicho esto, cabe insistir en que la corrupcin poltica no puede ser reducida a la coima. De hecho, los mayores actos de corrupcin poltica no se explican por coimas, sino por presiones ideolgicas, por cooptacin o por inters poltico personal. Y quizs los mayores actos de corrupcin no sean hechos sino omisiones. El no hacer por temor o en busca de apreciacin de otro que no sea el votante, es un acto de corrupcin invisible. La corrupcin poltica se analiza en los hechos realizados y en su relacin con el mandato popular. No hace falta cmaras ocultas, ni micrfonos escondidos, ni deteccin de sobres. Basta con analizar los actos pblicos. Si el Congreso no aplica lmites a la industria tabacalera, cuando no encontramos un solo amigo o vecino que desee eso, seguro es por algn acto de corrupcin poltica. Coima? Presin? Lobby? Qu importa. La corrupcin radica en la accin u omisin poltica. Fue coimero Martnez de Hoz cuando elimin el impuesto a la herencia el ao de su propia herencia? Seguro que no. Quin le habra pagado? Sus hermanos, quizs, aunque tambin podra haber argumentado que le pareci una medida muy positiva para los argentinos. Fue corrupto? No tenemos dudas. Por qu no se trata la ley del aborto? Por qu no se trat antes la ley de medios? Aunque se pierda o se gane, por qu ningn grupo poltico con existencia real nunca llev estas leyes al recinto? Por qu los representantes no quieren aparecer votando en contra de sus representados, pero tampoco contra la Iglesia o Clarn?

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    Recordemos la conducta de Carri en relacin con la ley de matrimonio igualitario: reconoci que sus votantes apoyaban el proyecto pero anunci que no votara a favor por su compromiso con la Iglesia (compromiso que nunca antes haba explicitado como superior al mandato popular democrtico, y cuya contradiccin podra haber resuelto renunciando a su banca). Esto es corrupcin sin sobres. La mas daina. La mas conveniente al verdadero poder. CRIMEN Y CLASE Hay un viejo adagio que acabamos de inventar que dice Dime que crimen combates, y te dir a que clase social persigues. As como no es inocente la jerarqua exagerada que le damos a la coima dentro del universo de la corrupcin poltica, tampoco es inocente, ni natural, la jerarqua que tienen algunos crmenes en el ranking de los crmenes. Tomemos como ejemplo el arrebato, delito que puede ser considerado un crimen o un raterismo dependiendo de cuan grave lo considere quien lo adjetivice. El arrebato es un crimen popular, un delito que solo cometen las clases populares, los pobres diablos, porque son crmenes poco redituables y muy perseguidos en relacin al dinero que se obtiene. Nadie dudara que, decidido a ir por el camino del crimen, es mucho mas rentable y menos peligroso evadir en grandes exportaciones cerealeras, vaciar un banco con autoprstamos o esconderle alguna ganancia al fisco, que robar carteras en bares en Palermo, aun en los de Palermo Soho. Exagerar la reaccin contra el arrebato, exagera la reaccin contra la popular. Los crmenes como evasin, cartel de precios, abuso de posicin dominante, publicidad engaosa, vaciamiento de bancos, etc. no tienen el lugar, en la pelea por los adjetivos, que si logran el arrebato, la salidera, el motochorro y el apriete de los limpia vidrios. Se instala asi una piramide del crimen achatada, donde todos tienen la misma dimension. El vendedor de paco, quien probablemente sea un consumidor tambien cerrando el frecuente circulo de victimario-victima, tiene menos prensa que los banqueros que permiten cerrar el circulo del dinero, eslabon imprescindible para mantener la provisision de droga. Quien es mas importante para el dueo del cartel, un vendedor de paco que atiende en una cuadra o dos o el ejecutivo de un banco que le permite recircular los millones que recolecta? La pata bancaria no tiene peces chicos, no es algo que hace con miles de cajeros en cientos de bancos. Porque an cuando se habla de blanqueo se habla de un delincuente marginal que tiene una casa por encima de sus posibilidades y no se menciona, con igual prejuicio y con tan poco fundamento, a un ejecutivo de bancos o financieras, completamente legal,

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    prospero y prestigioso? O alguien cree que una industria como la comercializacin de drogas ilegales se estructura con marginales y vendedores ambulantes? Tampoco en la descripcin de crmenes tenemos que perder el control de los adjetivos. La adjetivacin es el primer paso en la imposicin de conceptos. FLOTACIN, RUMBO y RITMO Entre los objetivos primordiales de un gobierno figura la gobernabilidad, es decir, lo que en un barco seria garantizar su flotacin. Fracasar en trminos de gobernabilidad equivale a no poder administrar el Estado: en este caso, el gobierno no tiene nada, sin importar las metas trazadas ni lo bien que se les estaba acercando. Seguido en orden de importancia, viene el proyecto de gobierno: el rumbo, la orientacin que el capitn le da al barco. Si el rumbo es errado, no importa cun rpido avance la embarcacin ni la destreza de sus remeros: el barco estara acercndose donde nadie quiere llegar. El rumbo es la estrategia de la poltica. En tercer lugar, aunque con ms prensa que los anteriores, est el desempeo o eficiencia operativa. Es el ritmo alcanzado gracias al esfuerzo de los remeros y a la sincrona con el tam-tam. Es el producto de la relacin entre fuerza y velocidad en el desplazamiento y cuidado del rumbo. En la Argentina de los ltimos treinta aos nadie puede afirmar que el barco no supo flotar, despus de haber sorteado tormentas que hubiera hundido a otras embarcaciones. El ritmo tampoco parece malo cuando recordamos que en cuatro aos se privatizaron todas las empresas de valor en manos del Estado, y que en tres se condenaron a los comandantes de las tres juntas del gobierno de facto para entre gallos y medianoche indultarlos. En principio, la velocidad no fue un problema. A nuestro entender, el rumbo es el mayor problema en la poltica argentina. Ir hacia lugares donde no queremos ir. Si logramos mantener el rumbo actual, an a menor velocidad, los cambios seguirn siendo asombrosos (estamos convencidos de que hoy los cambios son asombrosos). No es que no pretendamos que los remeros se sincronicen o que se aumente la flotabilidad del barco pero, puestos a elegir (quin dice que debamos elegir?), no arriesgaramos el rumbo por mejorar las otras dos responsabilidades.

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    DISCRECIONALIDAD La discrecionalidad del Poder Ejecutivo puede ser per se una mala palabra slo para quienes el Estado es un enemigo o competidor. Entre otras obligaciones, el PE debe presentar y aprobar un presupuesto anual, ser fiscalizado en todos sus actos, hacerles frente a una prensa y a una oposicin interesadas en descubrir (cuando no inventar) chanchullos, aceptar que los delitos de sus funcionarios reciban penas mayores. Sin dudas, son muchas ms restricciones que las que soporta cualquier grupo a cargo de una empresa (an empresas ms grandes que el Estado argentino). Por qu limitarle adems la discrecionalidad? Por qu exigirle que consulte cada acto con la prensa, con la gente, con los diputados de la oposicin (an con aqullos cuyo peso electoral es insuficiente en trminos de toma de decisiones ejecutivas? Creemos que el objetivo de atarle las manos al Poder Ejecutivo consiste sencillamente en atarle las manos al Poder Ejecutivo. De hecho, limitar la discrecionalidad no evita los crmenes que se quiere evitar, porque por lo general stos son actos ilcitos (quin temera violar la discrecionalidad si ya decidi violar el Cdigo Penal?). S, en cambio, busca limitar las acciones de un Estado que avanza. Una asamblea de accionistas puede exigirle al gerente general mayor transparencia en sus actos, ms reportes posteriores, pero difcilmente le exija que consulte cada decisin con la asamblea porque lo saben esto destrozara la empresa de la cual dependen. Si eligen un gerente general es porque confan, primero, en su buen juicio y, segundo, en la pertinencia de los controles anuales y de cierto nivel de demanda a la hora de asegurar un buen desempeo. Si la asamblea se transforma en veedor de cada micromovimiento, la empresa se transformar en un ministerio Kafkiano. QU DEBEMOS PEDIRLE A UN POLITICO, Y QU NO Un poltico debe construir consensos alrededor de propuestas virtuosas (en trminos de la mejor calidad de vida que su implementacin generar) y conseguir el apoyo de la ciudadana para llevarlos a cabo (xito electoral). Un poltico no tiene porqu ser un gran analista poltico. Puede ser un intuitivo, alguien que no logra explicar sus acciones pero que las lleva adelante exitosamente. Tampoco tiene porqu ser un buen pronosticador electoral. Incluso en muchos casos la enunciacin de su pronstico ntimo o de su anlisis poltico repercute negativamente en su accin poltica.

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    Es infantil burlarse de un poltico porque no acert al Prode electoral. Por citar un ejemplo emblemtico, diremos que lo criticable de Carri en trminos polticos no es haber anunciado erradamente la desaparicin del Kirchnerismo, sino haber provocado la suya propia. Adems de actor poltico, Chacho lvarez ha sido un gran analista poltico. Sin embargo, esto no impidi que la construccin de consensos amplios y electoralmente exitosos sobre ideas no virtuosas (mantener la convertibilidad o centrar la correccin del proyecto en el combate del cohecho) lo llevara a su propia destruccin poltica en paralelo con la depreciada calidad de vida de muchos de sus votantes. A un poltico no debemos pedirle mesura o decoro. Si decide representar a un sector que se vincula mejor con la desmesura, el poltico debe priorizar su representacin al sentido del decoro. Cavallo no se equivoc porque grit como un loco cuando perdi frente a Anbal Ibarra, sino porque su conducta contravino lo que sus electores apreciaban en y esperaban de l. Un poltico no es un ejemplo de persona, ni mucho menos de modales. Representa una opinin: que nadie quede sin representacin debera ser un mandato superior. En cambio, en democracia un poltico s tiene la obligacin de establecer un compromiso con la poltica como industria. No debe debilitarla por querer obtener un mayor apoyo electoral o para lograr un mayor consenso alrededor de una propuesta, por ms virtuosa que la crea. El ejemplo de esto lo constituye un poltico que susurra al odo de militares golpistas con la intencin de que su partido obtenga una participacin que las urnas le niegan o que acepte conceder ms poder de presin poltica a corporaciones (instituciones no constitucionales ni representativas de sectores) como las Iglesias, los medios, las embajadas extranjeras y lobbis varios, a cambio de apoyo y difusin para su proyecto poltico. Aunque este proyecto sea de inclusin social y defensa de los valores republicanos, debilitar a la poltica suele ser un camino errado. Por suerte, como demostraron las primarias, cambiar apoyo por apoyo con el enemigo de la poltica parece que es hoy una practica poco rentable. Esta clase de poltico debilita el poder de toda la representacin poltica de la ciudadana en pos de mejorar su propia participacin. La actitud de dinamitar la mesa para ganarse una astilla ms es uno de los pocos lmites que un poltico constructivo de la oposicin no debera cruzar, an con apoyo de sus seguidores. Es un lmite que el propio juego democrtico le impone a la relacin entre representante y representado.

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    Omitimos la obligacin de cumplir la Ley, porque sta es una obligacin horizontal que nos alcanza a todos, como la de respirar y comer. Aunque algunos polticos parezcan haber desarrollado branquias e incorporado procesos de fotosntesis. RETRIBUCIN JUSTA Otra cosa que no