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    Reseasversion.xoc.uam.mx ISSN 2007-5758

    Resea del libro

    El fantico de la pera

    Etnografa de una obsesinde Claudio Benzecry

    Por Ornela Boix

    Q ? Y qu hacen las personas con la msica?

    Qu tipo de emociones y prcticas se habilitan en esta relacin? Qu clase defilias se establecen? Pueden estas configuraciones, incluso la pasin misma, ser

    explicadas sociolgicamente? Claudio Benzecry, socilogo argentino radicadoen Estados Unidos y portador de un apellido reconocido en el mundo teatral y

    operstico de su pas de origen, se monta sobre estos interrogantes para construiruna etnografa en el particular mundo de la pera de los pisos altos del eatroColn de la ciudad de Buenos Aires. En una obra de lectura amena y a travs de

    una prosa que, sin perder rigurosidad sociolgica, logra transmitir el alcance delamor que los sujetos analizados experimentan con la pera, Benzecry realiza una

    crtica consistente a la sociologa distribucional de la distincin y a la sociologadel gusto, emplazndose en una sociologa del amor y la pasin, entendidos en s

    mismos y no como traducciones de algo que sucede en otra parte.Orientado en un principio por la bsqueda de una argumentacin que sea-

    lara las limitaciones de las sociologas de las correspondencias estructurales uno

    de cuyos modelos clsicos es La distincin(Bourdieu, ) para explicar las re-

    laciones entre arte, estatus y clase en pases perifricos como Argentina, dondela pera nunca fue un consumo exclusivo de las clases elevadas, y sobre la basede que sta es actualmente una forma esttica fuera de moda o en crisis pero

    que, sin embargo, sigue apasionando a un auditorio contemporneo, Benzecryse pregunta: Qu explica esa entrega intensiva y extensiva cuando el estatus,la ideologa y la popularidad no son suficientes? (p. ). En respuesta, termina

    produciendo el concepto clave del libro y su contribucin ms original. Se trata delamor por como forma social, problematizada para entender las carreras morales

    de los fanticos, sus narrativas de persona y sus procesos de individuacin.En este plan, la introduccin adelanta parte de su argumentacin y el con-

    trapunto terico principal que construye su objeto, para presentar asimismo su

    abordaje metodolgico. Se trata de una etnografa multisituada (en el sentido de

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    Marcus, ) de dieciocho meses de duracin, donde la

    observacin se constituye en la tcnica privilegiada para

    captar las formas del apego esttico y orientar luego las

    entrevistas, repetidas con un conjunto de fanticos a los

    fines de construir sus historias de vida en relacin con

    la pera. El trabajo de campo incluye visitas a teatros de

    pera menores dentro y fuera de la ciudad de Buenos Ai-res y a las casas de algunos fanticos, pero se concentra en

    el eatro Coln, especficamente en los recintos del piso

    superior, correspondientes con las localidades ms bara-

    tas y el veinte por ciento del auditorio. Para Benzecry, su

    aislamiento arquitectnico (que mantuvo histricamente

    una frontera entre la lite y el pblico plebeyo) lo convier-

    te en una isla en el tiempo y el espacio para los amantes

    de la pera y en un laboratorio in situ para el etngrafoque quiere observar la interaccin social, la creacin de

    sentidos y las variaciones de la relacin de pasin que

    entablan con la misma prctica personas de orgenes y

    trayectorias sociales diversas. La investigacin se comple-

    menta con un trabajo de archivo, palpable especialmenteen la reconstruccin histrica del pasado y el presente del

    Coln y del consumo de pera.

    Luego de la introduccin, el libro se organiza en trespartes: eln de fondo, El primer plano y Final. En

    eln de fondo, en un primer captulo, se desarrollauna historia de la pera en relacin con la construccin

    de la nacin argentina, entendindola como la prcti-ca con la que la burguesa liberal procur modernizarel pas a la vez que acrecentar su distincin, esfuerzo

    disputado, no obstante, por la influencia de los inmi-grantes pobres, especialmente italianos, que conside-

    raban la pera como parte de la cultura popular. As,aunque en el imaginario social persista la imagen de un

    Coln de clase alta, el pblico plebeyo estuvo all desdesus inicios; y con l, una heterogeneidad constitutiva ytensionada entre su carcter exclusivo y democrtico.

    Cabe notar que si bien la obra desmiente este imagina-rio de un Coln elitista, restringir su contribucin a ese

    hecho es permanecer en el tipo de lgica homolgica quela investigacin pretende criticar. En un segundo cap-

    tulo, Benzecry elabora seis historias de vida en relacina la pera de los muchos fanticos apasionados. No en-cuentra patrones explcitos de clase y educacin, pero

    s un marcado componente inmigrante y una afiliacin

    doble: a un imaginario de homogeneidad social tpico delas clases medias urbanas, y a una definicin de culturacomo un conjunto de prcticas apropiadas prescriptas.

    A continuacin, en El primer plano, el autor despliegaen tres captulos el ncleo emprico y analtico que lepermite hablar de un selfoperstico y de la pasin comouna modalidad particular en la que se desenvuelve unafiliacin. Volviendo sobre la clsica pregunta de Becker

    () acerca de la iniciacin en los usuarios de mari-huana, se pregunta cmo alguien llega a convertirse en

    un fantico de la pera. Para ello agrega un instante de

    revelacin e intensa atraccin visual, corporal, sono-

    ra no contemplado en el anlisis de Becker y toma encuenta las instituciones e instancias de socializacin

    que median en ese proceso (en el sentido de Hennion,). De ste emerge un contrato de escucha espec-fico, fundamentalmente moral, que produce a la pera

    como un objeto de goce y al fantico como un sujeto quea partir de su investidura en el objeto puede alcanzar la

    autotrascendencia. En este sentido, Benzecry propone,en una lgica de tipos ideales, cuatro repertorios o for-

    mas de trabajar sobre el yo a partir de la pera que sontambin formas de obtener la membresa en este mun-do musical: los peregrinos, los hroes, los adictos y los

    nostlgicos. Por ltimo, en el Final, narra el desmoro-namiento de la insularidad histrica del Coln, cuando

    lo exterior, especialmente la crisis econmica y polticaargentina que cristaliza en , irrumpe en el teatro

    reduciendo la calidad de su agenda (en particular, lapresencia de las estrellas internacionales). Sin embargo,

    por ms que las condiciones y los recursos ya no se co-rrespondan con las pautas que tienen los fanticos paraevaluar la experiencia, este mundo particular se sigue

    reproduciendo a partir de distintas operaciones de res-tauracin, especialmente basadas en la inscripcin del

    pasado en el presente, y en la amortizacin que produceuna intensa sociabilidad alrededor de la pera, basada

    en la productiva metfora del amor. Asimismo, sobre elcierre, el autor ensaya comparaciones con otros fanti-cos de pera del mundo y propone algunos posibles cam-

    pos de anlisis para una sociologa de la pasin.Instalado en una descripcin densa de la experien-

    cia de los fanticos del eatro Coln, Benzecry elaborasu objeto en una apropiacin y contrapunto entre dos

    conjuntos de teoras que han intentado explicar el ape-go cultural: las objetivistas y las de orientacin pragma-tista. Con objetivistas refiero a toda una lnea de gran

    influencia en la investigacin sociolgica donde la prc-tica musical es meramente una de las arenas donde se

    disputa el estatus y se reproduce la legitimidad de laclase dominante. Como explica Benzecry, esta idea ha

    tomado forma a partir de distintas teoras del arte y lacultura, especialmente la que comprende al arte comouna forma de dominacin ideolgica, en la estela de la

    Escuela de Frankfurt, y la que lo conceptualiza como ca-

    pital cultural, siguiendo en particular a Bourdieu. Losenfoques bourdieanos han quitado a las obras de artesu carcter de hechos sociales, petrificndolas de ma-

    nera legitimista (en el sentido de Grignon y Passeron,) en una ubicacin en la estructura social (muchasveces en grados altamente micro diferenciados), para

    relacionarlas de forma homolgica con sus consumido-res. Desmarcado del argumento homolgico que, como

    ha sido ampliamente discutido, no permite entender elcarcter y los parmetros con los que las personas se re-

    lacionan con la msica (en el contexto argentino Vila,

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    ; Semn y Vila, ; Gallo y otros, ), Benzecry

    le soltar la mano a la pregunta por la dominacin, perono as al interrogante sobre los regmenes de estatus,

    cruciales para entender la construccin del fantico ensu oposicin al pblico rico o snob, a los crticos, a losnovatos y a la audiencia popular, en un marco en el

    que la decadencia y el contraste con una edad de oro,tanto del teatro como del pas, se conforman como cons-

    trucciones ampliamente operantes.Por su parte, la nueva sociologa de la msica, de

    Hennion () y DeNora (), dialoga con las premi-

    sas de Bourdieu y la tradicin subculturalista, para sub-vertir la relacin de exterioridad en la que all aparecen lo

    musical y lo social, reduciendo la msica a simple met-fora o reflejo de la sociedad. Hennion afirma que no hay

    que tomar la msica como un objeto de buenas a prime-ras porque es en s misma un evento donde no es posibledisociar la msica convencionalmente entendida de sus

    mediaciones: instituciones, objetos tcnicos, soportes

    materiales, instrumentos, etc. La msica, entonces, yadebe concebirse en s misma como una sociedad plena demediaciones que la hacen aparecer. A la vez, Hennion no

    ignora las relaciones de dominacin propias de esas re-des sociales pero, a diferencia de los enfoques bourdiea-nos y sus concepciones petrificadas del campo y de las

    divisiones sociales, su enfoque quiere ver lo musical ensu constitucin misma. Por su parte, DeNora considera

    a la msica como una estructura habilitante o affordance,ampliando las dimensiones de la agencia en la msica.

    Contra concepciones que no pueden desprender la capa-cidad interpeladora y productiva de lo musical/sonoro dela nocin de consumo distintivo (en los enfoques bou-

    rdieanos), usos desviados o identidades sociales (espe-cialmente en el subculturalismo: Hall y Jefferson, ;

    Hebdige, ; Willis, ), DeNora afirma que la msi-ca es un dispositivo habilitante de una multiplicidad de

    usos. La conjuncin de estos aportes permite ver lo so-cial y lo musical en su mutua imbricacin y constitucinrecproca.

    De la renovacin terica que significan estos dos

    proyectos de investigacin, para el rea de los estudiossociales de la msica en particular y para las cienciassociales en general, el trabajo de Benzecry se conforma

    en un dilogo (especialmente en cmo hace propias y

    operativas para su caso las categoras de mediacin yaffordance), y tambin en una cr tica de las limitacionesque estos enfoques supondran para captar los apegos

    a largo plazo. Para explicar a los fanticos de la pera,entonces, no recurrir slo a las traducciones del gustode acuerdo a las posiciones en el espacio social ni tam-

    poco a la nocin de un apego situacional y de un gus-to que siempre se est ensamblando en accin. Segnsu perspectiva, deben recuperarse para el anlisis lasmediaciones de la clase y la moralidad a ella asociada, a

    los fines de construir una sociologa del apego a formas

    culturales, en este caso la pera, que no deje de aten-

    der al carcter afectivo y personalizado de esa aficin(consideraciones ausentes en la sociologa legitimista)

    ni a los mecanismos por los que se habilitan carrerasde autosubjetivacin en la msica, donde sus amantesse modelan como individuos meritorios, a partir de los

    vnculos con otros y con los objetos estticos mismos.De esta manera, tomando la vertiente ms abstracta y

    terica de los desarrollos de Hennion y DeNora, el tra-bajo de Benzecry se compatibiliza con los desarrollos

    ms histricos de ambos autores: entre otros, la confor-macin de diferencias de gnero a partir de la msicaconcertstica de Viena (DeNora, ) y la propuesta de

    constitucin de una historia social de los oyentes, aso-ciada a los dispositivos tecnolgicos y las instituciones

    mediadoras (Hennion, ).Cmo una persona aprende que algo le gusta? En

    contraste con la respuesta bourdieana basada en las

    predisposiciones de un origen de clase, Benzecry des-

    cubre que los fanticos de la pera s necesitan relatar(al investigador y a s mismos) la historia de cmo secapitalizaron. Los fanticos no dejan de reconocer todo

    lo que tuvieron que aprender para gozar de la pera co-rrectamente, ya que la mayora no haba sido llevadode nio al Coln ni social izado en esos mbitos, encon-

    trndose actos fortuitos de iniciacin que muchas vecestienen lugar en plena adultez. Este valor en el trabajo (y

    en el mrito) se ubica en las antpodas de una estrate-gia pequeo-burguesa, es decir, en los gestos que, para

    Bourdieu, remedan la falta de pautas de apreciacin dela alta cultura. Asimismo, tal valor muestra de formaconvincente, en la propia etnografa, el carcter de c lase

    media de estos sujetos.Ahora bien, por qu es la pera y no otra cosa? Hay

    lugar en este trabajo para una problematizacin de la sin-

    gularidad del objeto del apego, a diferencia de las socio-

    logas legitimistas para las cuales a fin de cuentas, como

    expresa con irona de Singly (, p. ), beber un vaso

    de tal aperitivo es equivalente a escuchar tal fragmento de

    msica clsica. Benzecry, retomando la nocin de la affor-dance, sostiene que cada pera, en su especificidad, impul-sa ciertas prcticas corporales y estados emocionales que

    no son posibles de obtener para los fans con otras peras

    (por ejemplo, las denostadas peras contemporneas) y

    mucho menos con otras msicas. Este sealamiento delo corporal en conexin con la msica, especialmente con

    la voz cantada (las posturas de escucha, la respiracin, las

    pulsaciones, los estremecimientos), es un hallazgo muy

    relevante, especialmente para un campo local de estudios

    musicales donde la msica se escucha pero no se siente,

    y si pasa por el cuerpo es simplemente porque se baila.

    Ms importante an, porque demuestra cmo un consu-

    mo considerado de alta cultura puede producir estados

    extticos, en un desacople para el anlisis de la supues-

    ta sobriedad asociada a estas formas culturales, contra

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    la intensidad usualmente adjudicada por la literatura a

    los consumidores de cultura masiva o popular; de hecho,

    en un anlisis magistral, el autor presenta a los fanticos

    como barras bravas de la pera. El gusto por cierta m-

    sica es mucho ms que una preferencia y se constituye en

    una pasin que dispone de forma particular al self. En ese

    movimiento, Benzecry defiende la pertinencia de la socio-loga para estudiar las manas o a las filias, consideradas

    por otros meras disposiciones psicolgicas.

    Pero Benzecry va todava ms all al afirmar que

    la pera como objeto produce compromisos estructu-rantes: quien se va convirtiendo en fan, organiza cadavez ms su sociabilidad (y la negociacin de sta con

    sus afectos y otros significativos) alrededor de las fun-ciones, las temporadas, las grabaciones, las clases de

    apreciacin, la crtica. Frente a la omnivoridad que sueleafirmarse para el gusto contemporneo, estos amantes

    se distinguen por su fidelidad a un gnero, desbordadocomo tal y convertido en un mundo en s mismo. Esta

    situacin conduce a una de las discusiones centrales dellibro, la que a partir de los hallazgos etnogrficos refor-mula una preocupacin de Bourdieu sobre la circulacin

    de los capitales. Esto es: la capitalizacin producida den-tro de la pera no se retraducira en otros mundos de la

    prctica y los capitales poseeran slo una legitimidadlocal. Los amantes afirman que la pera es algo com-

    pletamente propio, no hablan de ella en otros mbitos,por ejemplo el laboral, porque detectan algo de falta derespeto () e incluso experimentan vergenza. Es de-

    cir, prcticamente no comunican su filiacin ms que aotros fanticos y no la hacen valer por fuera del circuito

    operstico. Sin embargo, debe notarse que estos mismossujetos no compartieron con el investigador ms que su

    vida con la pera (tanto en los espacios del teatro comoen las entrevistas). Cabe preguntarse entonces si el ar-gumento de la no convertibilidad de los capitales, que

    apunta al corazn de la teora sociolgica bourdieana,no requiere otras formas de evidencia, no explicitadas

    en el libro.En este contexto, el amor por aparece analti-

    camente para organizar la experiencia de la pera: elamor a primera vista, el cortejo hacia al objeto ama-do y la intensa atraccin que produce, el aprendizaje

    del amante, el compromiso con el objeto de su amor, el

    tiempo (los aos) dedicados a l hasta llegar a un amormaduro. Para Benzecry el amor es a l mismo tiempo unaforma social, una narrativa de persona que produce una

    organizacin particular de la accin y la individualidad,un proyecto de transformacin del yo y tambin un tra-bajo que debe sostener una relacin con el objeto cultu-

    ral a largo plazo. La obra se convierte as en un recursopara la autoformacin moral y para dar cuenta de uno

    mismo. El amor, justamente, supone una conexin afec-tiva con algo a lo que cargamos de valor y que llega a

    constituirse como elemento esencial de lo que somos.

    En este sentido, el caso estudiado proporciona con la no-

    cin del amor por una nueva figura para desarrollar lateora de la mediacin.

    Dicho lo anterior, la sociologa del gusto es para elautor demasiado dbil para explicar los momentos enque los objetos culturales dan sentido, orientan la vida

    y le permiten al fantico dejarse llevar (). Es por elloque propone un desplazamiento del gusto a la pasin, ya

    que sentir pasin por algo es mucho ms que expresaruna preferencia: se trata de una particular implicacin

    con el mundo, encarnada y significativa. El trabajo deBenzecry contina as los esfuerzos de investigacin queintentan captar las posibilidades de la agencia en la m-

    sica y en el arte, y qu es lo que ello tiene para decir a lateora social ms general, realizando aportes mltiples y

    preguntas sugerentes que, imposibles de resear aqu ensu totalidad, sin duda, sern de inspiracin para una va-

    riedad de futuros trabajos.

    Notas

    Benzecry, C. (), El fantico de la pera. Etnografa de unaobsesin,Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores.

    Como los fanticos que se enamoran de la pera juntos, perode forma singular, este texto debe tanto a mi lectura individualdel libro como a las discusiones que realizamos en conjuntocon el equipo docente del Seminario de Sociologa y Literatu-ra de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacinde la , especialmente con Rodolfo Iuliano y Nicols Wels-chinger. Asimismo, recupero aqu mi interpretacin de algunospuntos de la conversacin () que sobre este libro organizgenerosamente elNcleo de Estudios Sociales sobre la intimidad,los afectos y las emocionesde Argentina con la presencia

    del autor.

    Bibliografa general

    Becker, H. () [], Convertirse en un fumadorde marihuana, Outsiders. Hacia una sociologa de ladesviacin, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores.

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    DeNora, . (),Music in Everyday Life, Nueva York,Cambridge University Press.

    DeNora, . (), La msica en accin: constitucin

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    De Singly, F. (), La sociologa, forma particular deconciencia, en Lahire, B. (dir.), Para qu sirve lasociologa?,Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores.

    Gallo, G. y otros (), Editorial, Revista Argentinade Estudios de Juventud[en lnea], vol. , n.o.Disponible en: .

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    Hebdige, D. (), Subcultura. El significado del estilo,Barcelona, Paids.

    Hennion, A.(), La pasin musical, Barcelona, Paids.Hennion, A.(), Melmanos: el gusto como

    performance, en Benzecry, C. (comp.), Hacia unasociologa cultural, Buenos Aires, UniversidadNacional de Quilmes, pp. -.

    Marcus, G. E. (), Ethnography in/of the World Sys-tem: Te Emergence of Multi-sited Ethnography,

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    Vila, P. (), Identidades narrativas y msica. Unaprimera propuesta para entender sus relaciones,

    Revista Transcultural de Msica [en lnea], n. .Disponible en: .

    Willis, P. (), Profane Culture, Londres, Routledge &Kegan Paul Books.

    Recibido:

    Aceptado:

    Autora:

    Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales

    (IdIHCS), Universidad Nacional de La Plata ()-Consejo Nacio-

    nal de Investigaciones Cientficas y cnicas (Conicet).

    Cmo citar este artculo:

    Boix, Ornela, resea del libro: C. Benzecry, El fantico de la pera.Etnografa de una obsesin, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores,, Versin. Estudios de Comunicacin y Poltica. Nuevapoca, n.o,Mxico, Universidad Autnoma Metropolitana, Xochimilco, de

    , pp. -, edicin digital en lnea:.