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CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
Los estudios e investigaciones que sirvieron de soporte teórico y
metodológico para el presente trabajo de grado son los que se presentan a
continuación:
Arellano, M. (2007) en su trabajo “Modelo de gestión ambiental para el
manejo de los desechos sólidos no peligrosos generados en instalaciones
petroleras lacustre ubicadas en el Lago de Maracaibo”, realizó un estudio de
la situación actual legal y técnica del manejo de los desechos sólidos no
peligrosos, con la finalidad de determinar si el proceso se desarrollaba dentro
de los planes de gestión ambiental, el cual se enmarcaba dentro del principio
de desarrollo sostenible para obtener un proceso eco-eficiente que
garantizara la salud de las próximas generaciones.
Metodológicamente la investigación se enmarcó en un estudio
descriptivo, proyecto factible con un diseño no experimental transeccional y
de campo. La población aplicada a 34 personas, conformada por
supervisores y personal operador inherentes al manejo de los desechos
sólidos no peligrosos en las instalaciones petroleras lacustre, perteneciente a
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la empresa PDVSA. El Instrumento de recolección de los datos utilizado fue
un cuestionario, el cual estuvo constituido por 101 preguntas de tipo
dicotómico con alternativas de respuestas abiertas. La validez del
instrumento fue la técnica cualitativa a juicio de expertos con una
confiabilidad por Kuder Richardson de 0.90.
Para el análisis de los datos se utilizó la estadística descriptiva;
obteniendo como resultado que el proceso actual carece de las normas
legales venezolanas, los aspectos gerenciales y técnicos referidos por un
modelo de gestión ambiental, el cual persigue preservar la salud de los
trabajadores y la conservación del ambiente principalmente la del Lago de
Maracaibo. Por ello, se presentó una propuesta de modelo de gestión
ambiental para manejar los desechos sólidos no peligrosos en las
instalaciones petroleras lacustres, para contribuir a proteger la salud de los
trabajadores y minimizar la contaminación e impacto ambiental del Lago de
Maracaibo.
Esta investigación servirá de referencia metodológica para el presente
trabajo de grado, por otra parte, comparando ambas investigaciones, se
encontró que el modelo propuesto sólo se enfoca en el manejo de los
desechos sólidos no peligrosos a diferencia de esta investigación que
propone un modelo integral de gestión ambiental para todos los tipos de
residuos (emisiones, efluentes y desechos).
Cáceres, G. (2008) en su artículo denominado “La gerencia ambiental
como metodología integradora del conocimiento para la administración y
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gestión ambiental”, tuvo como objetivo definir y desarrollar un sistema de
gestión que incluya herramientas gerenciales idóneas para la administración
de los recursos naturales y, por consiguiente, del ambiente de manera
integrada.
La investigación se apoyó en los aportes de Antón (1988), Azqueta
(2002), Buroz (1998), Cáceres, Saavedra y otros (2005), Eichler (1972),
Parra (1999), Arteaga y Luzardo (1996), República Bolivariana de Venezuela
(1999), Grimaldo y Duque (1994), Díaz (1996), Pichardo (1998), Espinoza
(2000), Grimaldo, Sánchez (2008), García (2001), Torres (2001), Cáceres y
otros (2004).
Entre los resultados obtenidos, se encontró que Venezuela aún no
cuenta con una metodología institucionalizada capaz de abordar el problema
ambiental de una manera integral capaz de abarcar todos los sectores de la
economía y de la sociedad en general.
De acuerdo a un estudio en el cual se realizó una encuesta a 39
instituciones de la ciudad de Mérida se encontró como resultado la existencia
un número importante de instituciones encargadas de ofrecer educación
formal y no formal en el área ambiental, (110 programas de los cuales un
44,5%, son formales y 55,5% no formales), sin embargo, no se observa una
visión holística y sistémica de la realidad, si tenemos en cuenta la premisa
teórica fundamental la cual debe ser que el medio ambiente es un sistema
complejo el cual no puede ser analizado desde una sola óptica, pues
constituye visiones sesgadas de la realidad ambiental.
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Entre las recomendaciones del estudio destacan que se debe
multiplicar a los actores con consciencia ambiental para construir un
desarrollo económico y social sustentable, para tratar de revertir problemas
tales como la agudización del hambre, la pobreza, el exorbitante deterioro de
nuestros ecosistemas, el agotamiento de recursos renovables y no
renovables, es decir, la suma de todos los actores.
La investigación de Cáceres (2008), servirá de referencia teórica en
cuanto a la situación actual de la gestión ambiental en Venezuela; al igual
que el presente trabajo de grado, persigue definir y desarrollar un sistema de
gestión integral que administre de manera eficiente los recursos naturales.
Fereira, P. (2009) en su investigación titulada “Lineamiento para la
implantación de un sistema de gestión ambiental en el sector productor de
resinas plásticas de Venezuela”, cuyo objetivo principal fue definir
lineamientos referenciales que le permitan a las empresas productoras de
resinas plásticas, establecer un sistema de gestión ambiental enmarcado
dentro de lo establecido por la Organización Internacional de la
Estandarización (ISO), en la norma 14001:2004, tomando como caso de
estudio la empresa Propilven producto ra de resinas plásticas del sector
Petroquímico de Venezuela, ubicada en el complejo petroquímico Ana María
Campos, del estado Zulia.
El tipo de investigación aplicada fue de campo y de carácter descriptivo,
utilizando como método de recolección de datos, la entrevista no
estructurada, lista de verificación, observación, revisión de documentos y
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registros relacionados con la materia. Entre los resultados de la investigación
resaltan que en cuanto a las políticas ambientales, la empresa ha venido
realizando algunos esfuerzos para cumplir con algunas leyes, reglamentos y
normas que tratan del ambiente, pero estos aun no han sido suficientes, la
política declarada de Seguridad, Higiene y Ambiente (SHA) no está bajo los
lineamientos de la norma ISO 14001:2004, además los controles tanto
técnicos como legales se encuentran muy débiles y requieren ser reforzados.
Con respecto al nivel de aplicación en la organización de los elementos
de la norma antes mencionada, éstos no están plenamente identificados, sin
embargo, el hecho de que la empresa cuenta con un sistema de calidad
certificado bajo el estándar ISO 9001:2000 facilita el camino a recorrer
porque existen requisitos en ella que son comunes a los exigidos en la norma
ISO 14001:2004. Por otra parte, la empresa no cuenta con estudios de
impactos ambientales recientes, información de vital importancia para
emprender el plan de acción con los lineamientos generales para implantar el
sistema de gestión ambiental, los cuales servirán, incluso a otras empresas
del sector que se encuentren en situaciones similares a la de Propilven.
El aporte de Fereira, (2009) para la presente investigación fue desde el
punto de vista metodológico, debido a que servirá de referencia en la
aplicación de los instrumentos de recolección de datos, específicamente de
la encuesta; por otra parte, los resultados obtenidos de servirán de apoyo
para la propuesta del modelo de gestión ambiental ya que al igual que el
presente estudio se tomó como referencia la norma internacional ISO 14000.
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Gómez, D. (2009), en su artículo titulado “La gestión ambiental en la
empresa: responsabilidades de productores y consumidores”, resalta el
comportamiento de los agentes socioeconómicos: productores y
consumidores, como principales responsables de los problemas ambientales,
además, presenta su punto de vista del concepto de gestión ambiental así
como los instrumentos con los que opera. Su investigación propone los
sistemas normalizados de gestión ambiental en la empresa junto al
etiquetado ecológico de productos (marketing ecológico) como forma de
mejorar dicho comportamiento para así avanzar hacia la producción y un
consumo más sostenible.
Entre sus conclusiones destaca que los sistemas normalizados de
gestión ambiental y el etiquetado ecológico son, probablemente los mejores
instrumentos para hacer operativo el viejo principio «lo verde, vende» lo cual
relaciona el comportamiento ambiental de la empresa con las preferencias
comerciales de los consumidores. Además las denominadas bolsas de
residuos constituyen un magnífico instrumento para avanzar hacia uno de los
más interesantes objetivos de la gestión ambiental: convertir efluentes en
residuos.
Entre otra de las conclusiones obtenidas por Gómez, (2009), se
encuentra que los SGA introducen un elemento de complejidad en la gestión,
incluso, en la burocracia empresarial, sin embargo, los beneficios para la
producción y el consumo sostenibles los justifican plenamente en un mundo
dominado por un consumo innecesario, basado en la idea «más es mejor»,
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en lugar de la más sensata: «menos es más» la cual preconiza la idea de
calidad de vida.
Gómez, (2009), finaliza concluyendo que a pesar de su carácter
voluntario, las empresas del mundo occidental en general, con el precedente
de la implantación de sistemas de gestión de la calidad, han aceptado muy
bien este tipo de instrumentos de gestión ambiental.
Esta investigación servirá de apoyo referencial para el marco teórico del
presente trabajo de grado, pues presenta su punto de vista del concepto de
gestión ambiental y la metodología para su implantación a nivel industrial; y
de manera similar, propone mecanismos para aumentar el valor útil de los
desechos generados en las industrias.
Boscán, M. y Sandrea, M. (2010) en su artículo denominado “Gerencia
Ambiental en el sector zuliano de manufacturas plásticas”, realizó un análisis
de la variable ambiental como parte de la gerencia empresarial a través de
un estudio descriptivo- documental. La investigación se sustentó con los
aportes de Azqueta (2002), Paredes y Tigrera (2006), Tripier (2009), Tigrera
(2005), García (2009), Plata (2001), Del Río (2003), Chudnovsky y López
(1997), Parkin (2001), Mankiw (1998), Nicholson (2001), De Almeida y otros
(2004), Arandes, Bilbao y López (2004), Infante y Robles (2008), Cabrera y
otros (2009), Pindyck y Rubinfeld (2001), Fernández (2006), Sandrea y
Boscán (2007), IESA (1997), Rincón y otros (2006).
Entre los resultados destacan: la importancia del cambio cultural en las
organizaciones para lograr una actitud favorable al medio ambiente ;
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asimismo, se consideró la gerencia ambiental como un factor clave para el
sector, destacando la incorporación de tecnologías verdes. Sin embargo, se
encontró que la mayoría de las empresas presenta un importante nivel de
obsolescencia técnica, además de carencia de capacidad de generación
endógena de tecnología, lo cual conspira contra la introducción de técnicas
amigables con el medio ambiente. Entre las conclusiones destaca la
necesidad de desarrollar programas de conversión tecnológica acordes con
estándares internacionales para generar productos biodegradables.
Los trabajos realizados por Boscán, y Sandrea (2010), servirán de
referencia teórica desde el punto de vista de recursos humanos y
tecnológicos para la implantación de un modelo de gestión ambiental. Sin
embargo, se basó en un estudio documental a diferencia de la presente
investigación.
Caldera, D. (2010) en su trabajo titulado “Gestión ambiental como
soporte para la imagen corporativa”, tuvo como objetivo analizar la gestión
ambiental como base fundamental para la imagen corporativa de las
empresas de servicio del sector petrolero. Las variables se sustentaron con
los aportes de Troconis (2005), Morín (2005), Arteaga (2005), Romero
(2006), Galeano (2006) y Van Riel (2007). Metodológicamente, se
contextualizó dentro de una tendencia epistemológica positivista, de tipo
analítica, con diseño de campo, no experimental, transeccional. La población
estuvo conformada por 6 gerentes y 100 empleados, donde se empleó para
un muestreo probabilístico estratificado conformando 80 sujetos.
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Se diseñó un cuestionario, contentivo de 54 preguntas. La validez del
instrumento se determinó a través de la técnica de juicio de expertos; y
mediante el coeficiente de Cronbach arrojando valores de 0.99. Para la
confiabilidad se utilizó el método de estadística de las dos mitades y la
corrección de Spearman-Brown, arrojando un valor de 0.97.
El procesamiento de los datos se ejecutó mediante la estadística
descriptiva, aplicando las medidas de tendencia central y variabilidad; se
concluye, existen discrepancias en las respuestas emitidas por las fuentes de
información donde los gerentes señalan una alta aplicabilidad de los
componentes de la gestión ambiental, los marcos de actuación, de igual
manera los factores de la imagen y la estrategia de la identidad; lo cual
contribuyen al desarrollo de una gestión ambiental para el desarrollo de la
imagen de la organización.
Se recomendó establecer a nivel organizacional programas,
procedimientos o modalidades para favorecer el acceso a capacitación,
formación y entrenamiento, en temas ambientales y de gestión de
actividades en general.
El trabajo de Caldera, (2010) servirá de referencia metodológica para
la presente investigación desde el punto de vista de los
instrumentos utilizados y las técnicas de procesamiento de datos. Por otra
parte, los resultados obtenidos en esta investigación proporcionarán
herramientas útiles a considerar al momento de elaborar el instrumento de la
investigación.
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Ying, H. (2010) en su estudio Gestión Ambiental en Proyectos, titulado
en texto original como: Environmental Management within Projects, tuvo
como propósito identificar los beneficios y obstáculos de la aplicación de la
gestión ambiental en los proyectos, así como encontrar una forma efectiva de
mejorar la gestión ambiental en los proyectos.
La investigación se basó en una metodología analítica, no experimental,
transeccional, con los aportes de Venselaar (2005), Zeng y otros (2005),
Shen y Tam (2002), Newman y Breeden (1992), Löfsten y Lindelöf (2005),
Kuntz-Duriseti (2004), Hubacek y otros (2007), Chopra y otros (2001), Yüksel
(2008), Mrayyan y Hamdi (2006), Hawken y otros. (2000), Johnstone y otros
(2004), Cohen-Rosenthal y Hale (2000) así como Hicks y Dietmar (2007).
No se tiene información del procedimiento metodológico para el análisis
de los datos, sin embargo, los resultados obtenidos indicaron que debido a
los beneficios de la aplicación de la gestión ambiental, diferentes métodos se
están utilizando para mejorar la gestión de los proyectos industriales; no
obstante, su empleo da lugar a un aumento en el uso de mano de obra,
costos de materiales y otros costos, que pueden limitar su aplicación.
El estudio realizado por Ying (2010), proporciona los beneficios y los
obstáculos a la aplicación de la gestión ambiental a nivel industrial, y algunas
maneras efectivas de mejorarlo, los cuales servirán de base teórica para la
presente investigación. Sin embargo, se diferencian desde el punto de vista
metodológico pues se basó en un estudio analítico documental y no de
campo como se pretende en este trabajo de grado.
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2. BASES TEÓRICAS
2.1. Modelo
En los últimos años, el concepto de modelo ha adquirido mayor
importancia desde el punto de vista científico y teórico. A continuación se
examinan algunas definiciones recientes que se han elaborado sobre el
concepto modelo:
Para Lo Vuolo (2011), el término modelo tiene varias acepciones. Por
un lado, alude a una representación pequeña y simplificada de algo en
realidad mucho más grande y complejo, y por otra parte se utiliza para
denominar la figura de algo tomado como referencia normativa para guiar las
prácticas porque sería una suerte de arquetipo virtuoso que se propone
imitar y/o alcanzar.
Carvajal (2002), destaca que el término “modelo” da lugar a
ambigüedades. Algunas de sus connotaciones no son relevantes para el
proceso de investigación, porque cotidianamente suele hablase de modelo
como un objeto capaz de reproducirse al imitarlo; por ejemplo, un patrón de
costura o bordado.
Otro sentido común hace referencia a la muestra de un producto
expuesto para su venta o a las personas encargadas de exhibirlo. En el
plano ético significa búsqueda de perfección ideal, de un comportamiento o
modo de vida, pero sin llegar a alcanzarlo. Y en el campo artístico, se refiere
a las personas, paisajes, animales y objetos intentan reproducirse.
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Desde el punto de vista de Marí (2006 p.132), el término modelo, en su
acepción científica hace referencia a “una serie de aspectos epistemológico-
conceptuales y metodológicos que sirven de base a la actuación práctica en
un campo determinado con unas ciertas garantías científicas”. Este término
se utiliza para expresar un marco conceptual de planificación y realización
del proceso, incluyendo en algunos casos estrategias para reunir
información, para analizarla y establecer prioridades.
Desde la perspectiva de Carvajal (2002 p.9), “el modelo puede
considerarse como una descripción o representación de la realidad (hechos,
situaciones, fenómenos, procesos, estructuras y sistemas)”, por lo general,
está en función de unos supuestos teóricos o de una teoría. Dicha
representación es una construcción racional de un campo de estudio
concreto, y suele representarse en diferentes grados de abstracción. En
consecuencia, se trata de una idealización, pues muestra las condiciones
perfectas en las cuales se produce el fenómeno o el sistema; y de una
aproximación esquematizada del campo de estudio; no intenta representar la
realidad como tal sino sólo aquellos aspectos importantes y significativos.
Por otra parte, para Gallego (2004 p.3), “un modelo es una estructura
conceptual que sugiere un marco de ideas para un conjunto de descripciones
que de otra manera no podrían ser sistematizadas”. Asimismo, lo define
como una serie de realizaciones que sirven durante una época de ciencia
normal para definir problemas y métodos legítimos en un campo específico
de investigación.
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Comparando las definiciones realizadas desde la perspectiva de cada
autor, se encuentra que Lo Vuolo (2011), se refiere de manera general al
término modelo como una referencia a imitar o alcanzar; Carvajal (2002), lo
define desde el punto de vista cotidiano como un objeto reproducido al
imitarlo, por otra parte se refiere al término como una idealización del campo
de estudio; Marí (2006); considera científicamente un modelo como la
planificación estratégica y realización de un proceso o caso en estudio; y
Gallego (2004) por su parte lo define como una disposición ordenada de
ideas encargadas de facilitar la resolución de problemas en el campo de la
investigación.
El concepto que mejor se adapta para el presente trabajo, es el
realizado por Marí (2006) para el cual en resumen se puede
denominar modelo a una serie de fases que se deben cumplir de
manera jerarquizada y sistematizada para el logro de los objetivos de
una investigación científica.
2.2. Gestión Ambiental
En los últimos años se ha incrementado el número de investigadores en
el área de gestión ambiental, quienes se han interesado en definir de
acuerdo a su experiencia la forma precisa del término. A continuación se
presentan algunas definiciones:
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Según Machín (2007 p.10), la Gestión Ambiental se refiere a “todos los
aspectos de la función gerencial que desarrollen, implementen y mantengan
la política ambiental”. En tal sentido, la gestión ambiental en el ámbito
empresarial es un proceso dinámico de gran relevancia para el logro de la
eficiencia y eficacia empresarial al poseer un efecto positivo en las ventajas
competitivas de las empresas. Por otra parte, Pousa (2006 p.2) lo define
como un “conjunto de acciones encaminadas a lograr la máxima racionalidad
en el proceso decisivo relativo a la conservación, defensa, protección y
mejora del medio ambiente, basándose en una coordinada información
multidisciplinar ciudadana”.
Cosano (2009) por su parte, define gestión ambiental como
mecanismos, acciones e instrumentos para garantizar el control y
administración racional de los recursos naturales, a través de
reglamentos, normas, disposiciones institucionales así como jurídicas, con el
objetivo del mejoramiento y conservación del medio ambiente, en
correspondencia con factores tanto internos como externos; culturales o
políticos.
Desde el punto de vista legal, La Ley Orgánica del Ambiente de la
República Bolivariana de Venezuela (2006) en su artículo 2 define gestión
del ambiente como: proceso constituido por un conjunto de acciones o
medidas orientadas a diagnosticar, inventariar, restablecer, restaurar,
mejorar, preservar, proteger, controlar, vigilar y aprovechar los ecosistemas,
la diversidad biológica y demás recursos naturales y elementos del ambiente,
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en garantía del desarrollo sustentable. También destaca que la gestión
ambiental abarca todas las actividades de la función administrativa, que
determinen, desarrollen las políticas, objetivos y responsabilidades
ambientales además de su implementación, a través de la planificación, el
control, la conservación así como el mejoramiento del ambiente.
Desde la óptica de la estandarización universal ISO 14001 (2004 p.2),
se define Sistema de Gestión Ambiental de una organización como “la parte
del sistema general de gestión que incluye la estructura organizativa, la
planificación de las actividades, las responsabilidades, las prácticas, los
procedimientos, los procesos y los recursos para desarrollar, implantar, llevar
a efecto, revisar y mantener al día la política ambiental”.
Gómez (2009 p.87), resalta que el término gestión ambiental “se refiere
a la realización de diligencias para conseguir la máxima calidad ambiental
acorde con la situación socioeconómica de la zona objeto de la gestión, y
aplicado a las actividades humanas”. El propósito general de la gestión
ambiental se puede partir en tres objetivos concretos asociados a otras
tantas líneas de acción que se complementan y refuerzan de forma sinérgica:
prevenir degradaciones ambientales, corregir el comportamiento de los
agentes socioeconómicos generadores de degradaciones y curar las
degradaciones ya existentes. (Ver figura 1).
Gómez (2009), menciona que en la actualidad, tal como lo refleja la
figura 1, las líneas citadas cuentan con instrumentos de gestión los cuales
son los siguientes: para la línea preventiva, los Estudios de Impacto
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Ambiental de proyectos, los Informes de Sostenibilidad Ambiental de planes
y programas, la Autorización Ambiental Integrada así como el Análisis de
Riesgo Ambiental; para la línea correctora, los Sistemas Normalizados de
Gestión Ambiental (SGA) aunado al Etiquetado Ecológico; para la línea
curativa, la recuperación de espacios degradados en general y de los suelos
contaminados en particular. A éstos se añaden los instrumentos fiscales
además otros de mercado que completan, horizontalmente, a los anteriores.
Figura 1. La gestión ambiental y sus instrumentos. Fuente: Gómez (2009).
Finalmente, Ying (2010), refiere que la aplicación de la gestión
ambiental a nivel industrial proporciona ciertos beneficios como la reducción
de la producción de residuos, disminución del uso de materiales y técnicas
que podrían tener efectos dañinos sobre el medio ambiente, ahorro de costes
debido a la reducción de multas ambientales; la minimización de los riesgos y
los costos futuros y el reconocimiento positivo de los esfuerzos ambientales
30
de las partes interesadas. Sin embargo también cita la presencia de
obstáculos como aumento en la inversión en tecnología y capacitación del
personal; así como la falta de conciencia ambiental y la falta de educación en
del personal esta área las cuales representan poderosas barreras para llevar
a cabo la gestión ambiental.
Tomando en consideración los aportes de los autores mencionados, se
puede decir que el término gestión ambiental es posible definirlo desde
diferentes perspectivas. Desde el punto de vista general, Cosano (2009) al
igual que Pousa (2006), se refieren al mismo como mecanismos que
garantizan el control y administración racional de los recursos naturales,
tomando en consideración las disposiciones institucionales o jurídicas y los
factores internos y externos; desde la perspectiva legal, la Ley Orgánica del
Ambiente de la República Bolivariana de Venezuela (2006), lo define como
un conjunto de acciones administrativas que se deben cumplir para la
preservación de los recursos naturales a través de la planificación y control
de las actividades.
Desde la visión gerencial, Machín (2007) en semejanza con la
perspectiva de la organización internacional de estandarización ISO 14001
(2004), se refieren al término como el desarrollo e implementación de todas
aquellas actividades que permiten desarrollar, implantar, revisar y mantener
al día la política ambiental. Por otra parte, desde el punto de vista integral,
Gómez (2009), define gestión ambiental como el conjunto de acciones
llevadas a cabo para cumplir con la calidad ambiental, las cuales se basan
31
en prevenir, corregir y curar degradaciones ambientales, haciendo uso de
instrumentos preventivos, correctores, curativos y fiscales.
Finalmente para Ying (2010) dicha aplicación genera ciertos beneficios
y obstáculos los cuales deben ser considerados y así como se deben evaluar
las estrategias necesarias para lograr el éxito en su implantación.
Para efectos de la presente investigación, se tomará como referencia
teórica el concepto aportado por Machín (2007); en resumen se puede decir
que gestión ambiental es la ejecución sinérgica de todas aquellas actividades
que permitan prevenir, corregir y mitigar afectaciones ambientales tomando
en consideración las regulaciones vigentes, así como la implementación,
revisión y mantenimiento de la política ambiental de la organización.
2.3. Residuos
Un residuo, ya sea sólido, líquido o gaseoso, en el marco del Consejo
Producción Limpia “CPL” (2011 p.32), es definido como “cualquier sustancia,
objeto o materia generado durante el proceso productivo o de consumo que
ya no será utilizado dentro del mismo establecimiento”. En el mismo orden de
ideas, Pérez (2010), considera residuos aquellos materiales, sustancias u
objetos sobrantes de cualquier operación, actividad o proceso productivo
tanto en sus procesos intermedios de producción o en su consumo final, los
cuales reflejan una falta de rendimiento o ineficacia del proceso y expresan
una incapacidad de cerrar los ciclos productivos.
32
Pérez (2010), también refiere que estos materiales pueden estar en
cualquier estado físico (sólido, líquido o gaseoso) y pueden ser liberados a
cualquier medio receptor (agua, suelo, atmósfera).
De manera similar, Martínez (2005) destaca que la producción de
cualquier producto implica inevitablemente la generación de residuos sólidos,
líquidos y/o gaseosos, los cuales no son otra cosa que pérdidas de materias
primas y de energía del proceso productivo. Es decir, la producción de
residuos es un indicador directo del grado de ine ficiencia de un proceso
productivo.
Igualmente MacDougall, White, Franke y Hindle (2004), consideran que
los residuos constituyen subproductos de la actividad humana. Físicamente
contienen los mismos materiales que se encuentran en los productos útiles,
difieren únicamente por su carencia de valor, en muchos casos esta carencia
de valor está relacionada con la composición mixta y a menudo desconocida
de los residuos.
En la figura 2 se muestra la relación entre los residuos y su valor
mencionada por MacDougall y otros (2004),
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Figura 2. Relación entre residuos y valor Fuente: MacDougall y otros (2004).
Ferrando y Granero (2007), por su parte definen los residuos
industriales como todos aquellos generados en los procesos de fabricación
de la industria los cuales no tienen valor como mercancía, ya que las
técnicas aplicables para hacerlos útiles son económicamente poco rentables.
En comparación, las definiciones aportadas por los autores
consultados, son válidas pues se refieren al término residuo como todas
aquellas corrientes sobrantes generadas en los procesos productivos; en
especial Ferrando y Granero (2007) concuerdan con MacDougall y otros
(2004) en que los residuos tal como se encuentran carecen de valor; así
como Pérez (2010) y Martínez (2005) mencionan que su generación refleja la
ineficiencia de los procesos.
A partir de las contribuciones de los diferentes autores en cuanto al
término residuo, el aporte de Pérez (2010) es el que mejor se adapta a la
presente investigación; en resumen se puede definir residuos como todas
aquellas salidas en forma líquida, gaseosa o sólida generadas como
subproducto durante los procesos industriales ya sea de transformación de
materia o de consumo y el mismo representa un indicador proporcional del
grado de eficiencia y eficacia de los procesos productivos.
2.4. Manejo de residuos
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Desde el punto de vista de McDougall y otros (2004), los sistemas de
gestión integral de residuos, combinan los flujos de generación de residuos,
con los métodos de recolección, tratamiento y disposición, a fin de alcanzar
beneficios ambientales, optimización económica y aceptación por la
sociedad. Esto conducirá a un sistema de manejo de residuos práctico para
cualquier región específica.
Dentro del marco de la ley 55, Ley sobre “Sustancias, Materiales y
Desechos Peligrosos” de la República Bolivariana de Venezuela (2001),
artículo 9, se define Manejo como: conjunto de operaciones dirigidas a darle
a las sustancias, materiales y desechos peligrosos el destino más
adecuado, de acuerdo con sus características, con la finalidad de prevenir
daños a la salud y al ambiente. Comprende la generación, minimización,
identificación, caracterización, segregación, recolección, almacenamiento,
transporte, tratamiento, disposición final o cualquier otro uso que los
involucre.
Por otra parte, Quesada, Salas, y Romero, (2007) recomiendan las
siguientes etapas para el manejo adecuado de los desechos peligrosos
industriales: generación, acumulación y almacenamiento, transporte,
tratamiento y disposición final.
De acuerdo a las etapas propuestas por las fuentes consultadas, se
encontró que los criterios de jerarquía para el manejo de los residuos
propuestos por McDougall y otros (2004), y Quesada y otros (2007), se
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encuentran inmersos dentro de las operaciones descritas por la Ley 55, “Ley
sobre Sustancias, Materiales y Desechos Peligrosos” de la República
Bolivariana de Venezuela (2001), por lo que se tomará como referencia
teórica la mencionada ley.
Las etapas o fases que se deben llevar a cabo para la gestión integral
de los residuos industriales se describen a continuación:
2.4.1. Generación
Ferrando y Granero (2007), resaltan que la generación de los residuos
no solo es algo inherente a la vida empresarial sino que también es
intrínseco a la vida cotidiana, por lo que el primer paso es asumir la
existencia de los residuos en la empresa, y el siguiente paso será conocer
cuáles son los residuos y la correcta manera de gestionarlos.
El ciclo comienza con la generación tal y como lo menciona Sánchez
(2003), por lo que el primer paso para el control de los residuos corresponde
a los propios generadores, a través de la aplicación de técnicas para la
reducción de residuos en la fuente y mediante la instrumentación de políticas
para la segregación y reciclaje in el sitio de aquellos residuos que tengan
esas potencialidades.
En este orden de ideas, McDougall y otros (2004), consideran que
necesariamente la reducción en la fuente constituye un precursor para el
manejo efectivo de los residuos, más que una parte de él. La reducción en la
fuente afecta el volumen, y hasta cierto punto, la naturaleza de los residuos,
36
pero de cualquier manera se generarán residuos que requerirán de
disposición.
Martínez (2005), destaca que la minimización de residuos consiste en
reducir el volumen y la peligrosidad de residuos generados, basándose en
dos aspectos fundamentales: reducción de la fuente y reciclado. Estas
técnicas de minimización consisten en una serie de procedimientos, los
cuales se presentan en forma esquemática en la figura 3.
Figura 3. Alternativas de minimización de residuos Fuente: Martínez (2005).
Entre estas dos alternativas descritas en la figura 3, Martínez (2005),
recomienda que siempre debe preferirse la reducción en la fuente, lo cual
incluye cambios de productos o control en la fuente. Por lo tanto, la
minimización de residuos debe ser una política empresarial aplicada a todas
las corrientes de residuos generadas, dentro de las cuales se encuentran
37
emisiones gaseosas, líquidas y sólidas. También destacan que la
instrumentación de esta política requiere de un programa de minimización,
por lo cual es conveniente la existencia de una política ambiental general de
la empresa y el establecimiento de objetivos ambientales. El programa de
minimización se constituye así en uno de los medios para alcanzar los
objetivos ambientales fijados.
Realizando un análisis de las perspectivas de los autores en cuanto a
la fase de generación de residuos se puede decir que los aportes de
Sánchez (2003), Martínez (2005), además de McDougall y otros (2004),
coinciden en la importancia de que toda empresa debe conocer los residuos
generados en su proceso productivo para de esta manera aplicar medidas
minimización.
En resumen, una correcta gestión de residuos comienza con la
internalización de que toda empresa genera residuos en todas las etapas
del proceso de transformación de la materia prima, razón por la cual,
la aplicación de tecnologías para la reducción del volumen generado y
el reciclaje de residuos resulta la opción económica, social y ambientalmente
más viable.
2.4.2. Identificación
Según Ferrando y Granero (2007), el primer paso para la correcta
gestión de los residuos, es distinguir lo que es residuo y lo que no, y de entre
38
ellos diferenciar cuáles de ellos son peligrosos, una estrategia útil es realizar
un inventario de todos los residuos que se generan en las instalaciones.
Para Quesada y otros (2007), es primordial la identificación y
clasificación de los desechos en cuanto a tipo de peligrosidad y
características físico-químicas.
Pérez (2010), al igual que Ferrando y Granero (2007), consideran que
para llegar a identificar a un residuo como peligroso se dispone de tres
instrumentos: la Lista de Residuos, las fichas de seguridad de los productos
y materiales utilizados en el proceso productivo, y la caracterización analítica
del residuo en laboratorio.
Para el caso de Venezuela, el Decreto 2635 “Normas para el control de
la recuperación de materiales peligrosos y el manejo de los desechos
peligrosos” de la República Bolivariana de Venezuela (1998) en los anexos B
y C muestra la lista de las posibles sustancias, materiales y desechos
peligrosos.
En cuanto a los aportes de los autores con respecto a la fase de
identificación de los tipos de residuos, se puede mencionar que en general,
todos refieren que lo más importante es realizar una identificación de las
características de peligrosidad de los residuos y luego clasificarlos por medio
de las herramientas propuestas por Pérez (2010) y Ferrando y Granero
(2007).
2.4.3. Caracterización
39
Pérez (2010), resalta que si no se ha podido identificar ni clasificar el
residuo, será necesario su envío a un laboratorio para un análisis y
caracterización de dicho residuo. En este caso se deberá enviar para su
análisis una muestra representativa del residuo, siguiendo las instrucciones
que facilite el propio laboratorio.
Por otra parte, CPL (2011) destaca que conocer la caracterización de
los residuos es necesario para determinar si éstos están en condiciones de
ser descargados (residuos líquidos y emisiones atmosféricas) o dispuestos
en lugares adecuados (residuos sólidos). A su vez, contar con la
caracterización de los residuos es fundamental para diseñar un sistema de
tratamiento adecuado y eficiente. Sin embargo, para tener una buena
caracterización de los residuos, se debe realizar un análisis de muestras a
través de laboratorios reconocidos por la autoridad respectiva. En el caso de
Venezuela el laboratorio debe ser acreditado por el Ministerio del Poder
Popular para el Ambiente (MPPA).
Ferrando y Granero (2007), además refieren que la caracterización
analítica debe ser la última opción a la hora de clasificar un residuo, pues es
sin duda la opción más costosa. La misma consiste en enviar a un laboratorio
una muestra del residuo, para determinar su composición y peligrosidad.
El proceso consiste inicialmente tal y como mencionan Ferrando y
Granero (2007), en obtener la muestra representativa del residuo, la cual en
la mayoría de los casos es tomada por los mismos laboratorios quienes
40
solicitan previamente la descripción del residuo, descripción del proceso
donde se produce, fases del proceso por las que pasa el residuo, sustancias
implicadas en su formación, incluyendo sus fichas de seguridad, entre otras.
Basándose en la información recopilada, se diseña el muestreo,
teniendo en consideración aspectos tales como el número de muestras a
tomar, la cantidad de residuo necesaria, si es necesario algún método de
conservación de la muestra, entre otras. A continuación se toma la muestra y
se identifica por medio de una etiqueta, de modo de garantizar la trazabilidad
de la muestra en todo momento. Finalmente, la muestra es transportada
hasta el laboratorio, donde se realizará la caracterización analítica de las
mismas, tomando en consideración los métodos analíticos propuestos por la
máxima autoridad ambiental.
El resultado de la caracterización analítica, será un informe en el que se
reflejen un listado con las diferentes sustancias peligrosas encontradas en el
residuo, sus concentraciones y características de peligrosidad, así como la
peligrosidad global del residuo.
Tomando en consideración los aportes de los autores, especialmente lo
citado por CPL (2011) y Ferrando y Granero (2007), con respecto a la fase
de caracterización, se puede decir que esta fase consiste en conocer las
características físico-químicas de los residuos generados por medio de un
laboratorio externo certificado por la máxima autoridad ambiental y a partir de
ello identificar cuáles de los residuos generados son peligrosos y cuáles no.
41
Esta etapa nos permitirá seleccionar el procedimiento de manejo más
adecuado para cada tipo de desecho generado.
2.4.4. Segregación
Quesada y otros (2007), mencionan que se debe contar con un sistema
de clasificación, separación y rotulación, adecuado al manejo requerido de
los residuos con el fin de evitar mezclas capaces de dificultar el
reprocesamiento, la reutilización, el reciclaje, el tratamiento y/o la disposición
final. Es importante evitar la combinación de corrientes de desechos
ordinarios con desechos peligrosos. Además, en esta etapa se deben utilizar
envases resistentes, compatibles y debidamente rotulados indicando el tipo
de desecho que contiene, para el caso de residuos peligrosos, la fecha de
recolección, los peligros asociados con el desecho y el código. Los
recipientes deben tener cierres herméticos y ser fáciles de abrir.
Martínez (2005) cita en esta etapa de segregación, el envasado y
etiquetado forman parte muy importante . A la hora de seleccionar un
contenedor es muy importante tener en cuenta los siguientes criterios: el
material debe ser compatible con el residuo; presentar resistencia a los
golpes y durabilidad en las condiciones de manipulación a las cuales
serán sometidos; permitir contener los residuos en su interior sin
originar pérdidas al ser manipulados; se deben tener en cuenta las
limitaciones que puedan surgir por la forma de manejo, almacenamiento,
42
transporte, tratamiento o disposición final a las cuales serán sometidos los
residuos.
Por otra parte, Martínez (2005) agrega que los envases de residuos
peligrosos deben estar debidamente identificados por medio de etiquetas de
riesgo, especificando la identidad, cantidad, procedencia del residuo y la
clase de peligro involucrado.
En otro orden de ideas, Ferrando y Granero (2007), refieren que una
vez que en esta etapa se debe llevar a cabo el inventario de los
residuos producidos en la empresa y si se conoce su peligrosidad,
es necesario codificar los residuos según la normativa nacional o
regional.
La visión de las diferentes perspectivas de los autores consultados con
respecto a la etapa de segregación, específicamente la de Quesada y otros
(2007) así como la de Martínez (2005) permiten resumir que esta etapa
consiste en la clasificación, separación, envasado y etiquetado de los
residuos generados según su grado de peligrosidad y características físico-
químicas. Se puede considerar esta etapa como vital para la minimización de
la contaminación ya que una mala segregación aunado a un posterior
envasado y etiquetado (en los casos que aplique) puede poner en peligro
tanto la salud de las personas como al medio ambiente.
2.4.5. Almacenamiento
43
Una vez envasados los residuos, refieren Quesada y otros (2007),
deben llevarse al lugar de almacenamiento, donde se deben mantener los
desechos debidamente empacados tomando en cuenta las siguientes
condiciones: equipo de seguridad, planes de contingencia apropiados,
incompatibilidad de los desechos, impermeabilidad de los pisos, ventilación
y la seguridad del sitio de almacenamiento.
A su llegada a cualquier instalación de almacenamiento, Sánchez
(2003) destaca que los residuos deben ser sujetos a una detallada revisión,
verificando las características, estado físico, cantidad y procedencia
establecida por el generador, así como precisar el manejo que debe dársele
dentro de la instalación.
Tal como menciona Martínez (2005), el almacenamiento de residuos
consiste en la contención temporaria de los mismos en un depósito
especialmente acondicionado, a la espera de reciclaje, tratamiento
o disposición final. Si bien el depósito puede estar dentro o fuera del
predio donde se generan los residuos, los requerimientos de diseño y
operación serán similares y estarán condicionados por los tipos de residuos
manejados.
Un adecuado sistema de almacenamiento es fundamental desde la
perspectiva de CPL (2011), debido a los riesgos que representa un mal
manejo de residuos. Por lo tanto, el diseño de los recintos de
almacenamiento deben considerar tanto las características propias de los
residuos (propiedades físico-químicas, peligrosidad), como las características
44
del entorno (higiene y seguridad laboral, tiempo máximo de almacenamiento,
calidad de los recipientes empleados, disponibilidad de espacio, ventilación,
operatividad en la recolección, tasa de generación de los residuos).
Con respecto a las características de los residuos, Quesada y otros
(2007), resaltan que un aspecto importante que se debe tomar en cuenta en
las industrias para el almacenamiento es la compatibilidad entre sustancias
químicas. La figura 4 muestra los criterios de compatibilidad entre los
desechos, con el fin de evitar accidentes, explosiones, incendios y
reacciones indeseadas.
Figura 4. Incompatibilidad entre sustancias. Fuente: Quesada y otros (2007).
Por otra parte, con respecto a las condiciones mínimas que deben
cumplir los depósitos, Martínez (2005) refiere que se encuentran los
siguientes: su ubicación debe garantizar la mínima afectación tanto a la salud
de las personas como al ambiente; el recinto debe estar cercado y
señalizado; contar con un diseño apropiado de acuerdo a la naturaleza de los
45
residuos y su volumen; contar con sistemas contra incendios, botiquines de
primeros auxilios, duchas de emergencia y sistema de lavado de ojos.
Adicionalmente, según estos autores se deberá disponer de un
manual con instrucciones para la operación general del depósito así
como todo el equipamiento, programas de inspección, procedimientos
sobre higiene y seguridad, planes de emergencia; el manual será
actualizado regularmente y estará disponible para todo el personal; se
deberá contar quienes realizan tareas dentro depósito tienen que contar
con capacitación sobre procedimientos de trabajo, medidas de
seguridad, procedimientos de emergencia y conocer los riesgos a los
que están expuestos.
Las condiciones específicas de los sitios de almacenamiento para los
materiales peligrosos recuperables se encuentra estipuladas en los artículos
16, 17, 18 y 19 del Decreto 2635 “Normas para el control de la recuperación
de materiales peligrosos y el manejo de los desechos peligrosos” de la
República Bolivariana de Venezuela (1998) y para el caso del
almacenamiento de los desechos no peligrosos se encuentran especificadas
en los artículos 5, 6 y 7 del Decreto 2216 “Normas para el manejo de los
desechos sólidos de origen doméstico, comercial, industrial, o de cualquier
otra naturaleza que no sean peligrosos” de la República Bolivariana de
Venezuela (1992).
Tomando como referencia los aportes de los autores Martínez (2005),
CPL (2011) y Quesada y otros (2007) en cuanto a la etapa de
46
almacenamiento, se puede decir que ésta consiste en un depósito temporal
de residuos antes de su respectivo reciclaje, tratamiento o disposición final.
Dichos depósitos deben contar con consideraciones tanto de seguridad,
higiene como de ambiente para su diseño y puesta en funcionamiento,
especialmente debe tomarse en cuenta que su distribución sea acorde con la
compatibilidad química de los residuos generados.
Es primordial llevar un inventario de todos los residuos almacenado de
tal manera de prever la disponibilidad de espacio y la capacidad de
almacenamiento del recinto.
2.4.6. Transporte
Dentro de esta etapa, tal y como refieren CPL (2011) y Martínez (2005),
se encuentran las actividades de recolección y transporte desde el punto de
generación del residuo a un lugar autorizado para su tratamiento o
disposición final.
Por otra parte, la manipulación y transporte de los residuos puede
generar impactos asociados con el movimiento de las unidades de
transporte, tales como ruido, polvos, gases y deterioro de la carpeta asfáltica,
refieren Sánchez (2003). Asimismo, existen otros impactos relacionados con
el tipo y naturaleza de los residuos a transportar.
Por esta razón, el generador, el transportista y el destinatario de los
residuos según Martínez (2005), deberán coordinar las acciones para
47
asegurase que los residuos se transporten en tiempo y forma hacia su
destino. Para ello, el generador de los residuos es responsable de:
1. Contar con la autorización para el envío de sus residuos a un destino
específico.
2. Acondicionar correctamente los residuos en contenedores adecuados,
debidamente etiquetados, atendiendo los requerimientos del transportista y
del destinatario.
3. Emitir la documentación de la carga con los datos de la empresa
generadora, información sobre los residuos a ser transportados y el destino
de los mismos.
4. Proporcionar al transportista la información sobre procedimientos de
emergencia y precauciones a ser tomadas.
5. Indicar al transportista el equipo de seguridad necesario con que debe
contar en caso de accidente.
6. Proporcionar al transportista los carteles con las indicaciones de peligro
que deberá instalar en las unidades, de acuerdo al tipo de residuo peligroso.
7. Verificar que la empresa transportista esté debidamente autorizada y
que la unidad de transporte cumpla con las especificaciones necesarias para
el transporte del tipo específico de residuo peligroso involucrado.
8. Verificar que la operación de carga sea realizada por operarios
capacitados, provistos de equipamiento de protección personal.
El transportista debe entregar los residuos en el destino indicado,
cumpliendo los requerimientos que le hubiera impuesto la autoridad que lo
48
autorizó a realizar el transporte. Entre las responsabilidades del transportista
según Martínez (2005), destacan:
1. Contar con la autorización para el transporte del tipo específico de
residuos de que se trate.
2. Contar con unidades adecuadas a las características de los residuos
peligrosos que transportan.
3. Identificar la unidad de transporte con los datos de la empresa (razón
social, dirección y teléfono).
4. Colocar señalizaciones de peligro, de acuerdo a las características de
los residuos transportados.
5. Transportar sólo los residuos correctamente acondicionados,
etiquetados y documentados.
6. Utilizar rutas de bajo riesgo, previamente establecidas.
7. Proteger la carga durante el transporte de minimizar riesgos.
8. Capacitar a los choferes.
9. Someter a los vehículos a inspecciones técnicas periódicas.
10. Gestionar adecuadamente los documentos de la carga, de acuerdo a
las exigencias correspondientes.
11. La unidad debe contar con equipo de comunicaciones.
12. Garantizar que las maniobras de carga y descarga se realicen por
personal capacitado y con el equipo de protección personal adecuado.
13. Conocer los planes a seguir en caso de emergencias y contar con los
elementos necesarios para su implementación.
49
14. Mantener estadísticas de accidentes e incidentes tanto de las unidades
como del personal e implementar medidas de mejora continua.
Todas estas especificaciones, tanto para el generador como para el
transportista deben tomarse en cuenta para realizar cualquier movilización de
residuos, en el caso de Venezuela, Las especificaciones para el transporte
de los materiales peligrosos recuperables se encuentra estipuladas en el
artículo 20 del Decreto 2635 “Normas para el control de la recuperación de
materiales peligrosos y el manejo de los desechos peligrosos” de la
República Bolivariana de Venezuela (1998) y para el caso del transporte de
los desechos no peligrosos se encuentran especificadas en el artículo 22 del
Decreto 2216 “Normas para el manejo de los desechos sólidos de origen
doméstico, comercial, industrial, o de cualquier otra naturaleza que no sean
peligrosos” de la República Bolivariana de Venezuela (1992).
En resumen, gracias a los aportes de CPL (2011) y Martínez (2005) se
puede decir que el transporte de residuos consiste en la movilización de los
mismos desde el sitio de origen hasta el sitio de almacenamiento temporal,
tratamiento o disposición final dentro o fuera de las instalaciones de la
empresa. Para llevar a cabo el transporte, los generadores y transportistas
deben cumplir con una serie de requisitos exigidos por la normativa
ambiental vigente, que les permite realizar las operaciones de carga,
movilización y descarga con la mínima afectación al ambiente
Dentro de los requisitos se encuentran principalmente, la capacitación
del personal, la adecuación e identificación de las unidades de trasporte,
50
contar con la documentación necesaria de acuerdo al tipo de residuo, planes
de emergencia y contingencia, entre otros.
2.4.7. Tratamiento
Las corrientes de residuos que no pueden ser reutilizadas, recuperadas
o recicladas pueden ser tratadas antes de su descarga o disposición final.
CPL (2011), define tratamiento como todo mecanismo o proceso empleado
para reducir la cantidad o peligrosidad de un residuo. Martínez (2005)
definen el tratamiento de residuos como un proceso de transformación cuyo
objetivo es reducir el volumen y disminuir la peligrosidad.
Sánchez (2003) refiere que alguno de los beneficios que pueden ser
obtenidos a partir del tratamiento de los residuos son los siguientes:
reducción de las cantidades de residuos, reducción en la toxicidad y cambios
en las formas físicas de un residuo.
Los residuos líquidos y gaseosos según CPL (2011), deben ser tratados
siempre que se excedan de los límites establecidos en las regulaciones
ambientales. Los residuos sólidos si carecen de peligrosidad comúnmente se
disponen sin tratamiento previo, sin embargo, los residuos peligrosos deben
ser tratados con el fin de neutralizar sus propiedades.
Sánchez (2003) destacan que las diferentes opciones para el
tratamiento de los residuos pueden categorizarse de la siguiente manera:
Procesos físicos, químicos, térmicos y biológicos.
51
Según Martínez (2005), cada proceso de tratamiento producirá otros
residuos: emisiones atmosféricas, efluentes y residuos sólidos, que
requerirán una gestión especial en función de sus características. En el
momento de diseñar un sistema de tratamiento de residuos se debe evaluar
el impacto ambiental de las diferentes alternativas, ya que en algunos casos
se generan nuevos residuos o emisiones que pueden representar un
importante riesgo para la salud o el ambiente.
Las unidades de tratamiento deben ser diseñadas contemplando las
posibilidades de disposición final para los residuos resultantes del
tratamiento, refiere Martínez (2005), ya que como se mencionó anteriormente
se trata de procesos de transformación, en los cuales se generan nuevos
residuos para los cuales debe existir un sistema de gestión que garantice
una disposición ambientalmente adecuada, viabilizando todo el tratamiento.
Tomando en consideración la información consultada por Sánchez
(2003), Martínez (2005) y CPL (2011), se puede definir la etapa de
tratamiento como el proceso de transformación para disminuir tanto el
volumen como las características de peligrosidad de los residuos.
Para llevar a cabo esta transformación, se pueden realizar
tratamientos físicos, químicos, térmicos o biológicos. Antes de
seleccionar la estrategia de tratamiento, se recomienda evaluar todas las
opciones disponibles. La alternativa seleccionada debe ser la más
recomendable desde el punto de vista ambiental pues debe contar con
un sistema de gestión capaz de garantizar el manejo y disposición
52
segura de los residuos generados, asegurándose que durante el proceso
de tratamiento no representen un riesgo potencial para la salud o el
ambiente.
2.4.8. Disposición final
La disposición final de los residuos según Martínez (2005) tiene como
objetivo el confinamiento de los mismos, minimizando las liberaciones de
contaminantes. Además, CPL (2011), menciona que cuando los residuos ya
no tienen valor económico se consideran como desechos y presentan como
único destino la disposición final en relleno sanitario para los residuos no
peligrosos y/o de seguridad para los peligrosos.
Martínez (2005 p.108), define un relleno de seguridad como “una obra
de ingeniería diseñada, construida y operada para confinar en el terreno
residuos peligrosos”. CPL (2011 p.40), por su parte, lo define como: “un
sistema de acumulación que aplica principios de ingeniería para confinar y
compactar los residuos, con el propósito de que sus propiedades no puedan
afectar en ningún caso, ni en el tiempo al ambiente y a la salud humana.”
53
Por otra parte, CPL (2011) considera que una vez que se han aplicado
todas las medidas de tratamiento a las corrientes residuales generadas, el
residuo resultante es un desecho cuyo destino es el confinamiento. La figura
5 muestra el esquema de manejo de las corrientes residuales, la cual finaliza
en la disposición final de los residuos sólidos generados.
Figura 5. Disposición final como última etapa en el manejo de los residuos. Fuente: CPL (2011).
En este sentido, Sánchez (2003) resalta que la disposición final
sustentable de los residuos industriales, implica únicamente el confinamiento
de residuos en estado sólido ó semisólido provenientes de diferentes
procesos de tratamiento. Esta etapa debe ser considerada como el punto
final de cualquier proceso de tratamiento de residuos industriales, orientado a
inactivar, destruir o estabilizar el constituyente peligroso del residuo; ó el
54
paso directo y final para todos aquellos residuos los cuales no pueden ser
reciclados, reusados ó recuperados, y por sus características intrínsecas
quedarán resguardados en forma segura dentro del confinamiento.
Todas estos aspectos, deben ser tomados en cuenta al momento de
diseñar un relleno de seguridad; para el caso de Venezuela, las
especificaciones para el diseño y operación de los rellenos de seguridad se
encuentran contempladas en el capítulo 6 del Decreto 2635 “Normas para el
control de la recuperación de materiales peligrosos y el manejo de los
desechos peligrosos” de la República Bolivariana de Venezuela (1998); y
para el caso de los desechos no peligrosos se encuentran estipuladas en el
capítulo IV del Decreto 2216 “Normas para el manejo de los desechos
sólidos de origen doméstico, comercial, industrial, o de cualquier otra
naturaleza que no sean peligrosos” de la República Bolivariana de Venezuela
(1992).
En resumen, los aportes de CPL (2011), Sánchez (2003) y Martínez
(2005) permiten definir disposición final como el confinamiento de los
desechos generados en cualquier operación, así como de aquellos
provenientes de tratamientos de algún tipo de residuo que no puedan ser
reutilizados, reusados ó recuperados; en lugares diseñados apropiadamente
de acuerdo a su peligrosidad, los cuales deben cumplir con las condiciones
mínimas de seguridad, higiene y ambiente, y aprobados por la máxima
autoridad ambiental.
55
2.5. Tipos de residuos
CPL (2011), también destaca que según su estado físico los residuos
industriales se pueden clasificar en residuos industriales sólidos, residuos
industriales líquidos o emisiones atmosféricas.
Para efectos de la presente investigación los residuos serán
clasificados de la siguiente manera:
2.5.1. Efluentes
Según CPL (2011 p.32), se define efluentes como “todas las corrientes
líquidas del proceso industrial que son descargadas fuera de la industria, ya
sea al alcantarillado o a cuerpos de aguas superficiales”; desde la
perspectiva de la norma interna PDVSA SI-S-20 (2006 p.4), efluente “es la
salida o flujos salientes de líquidos residuales, derivados de actividades
antropogénicas, con contenido de materiales disue ltos y suspendidos,
descargados directa o indirectamente a los cuerpos de agua, sobre el suelo o
por inyección en el subsuelo, a redes cloacales, al medio marino–costero o
submarino”.
El Decreto 883 “Normas para la clasificación y el control de la calidad
de los cuerpos de agua y vertidos o efluentes líquidos” de la República
Bolivariana de Venezuela (1995) en su artículo 2, por su parte, define vertido
líquido como “descarga de aguas residuales que se realice directa o
indirectamente a los cauces mediante canales, desagües o drenajes de
56
agua, descarga directa sobre el suelo o inyección en el subsuelo, descarga a
redes cloacales, descarga al medio marino-costero y descargas
submarinas”.
En lo que respecta al origen de estos efluentes en las refinerías,
PDVSA MDP–09–EF–01 (1997), menciona que se generan principalmente
en los procesos de desalación, fraccionamiento de crudo, craqueo,
reformación catalítica, refinación de solventes, hidrotratamiento, producción
de asfalto y acabado de productos.
Además la Corporación Financiera Internacional “IFC” (2007), resalta
que estos efluentes líquidos también pueden provenir de escapes o fugas
accidentales de pequeñas cantidades de productos procedentes de los
equipos de proceso, maquinarias y áreas de almacenamiento.
En general, los principales contaminantes de los efluentes generados
en refinería pueden ser: hidrocarburos, sulfuro de hidrógeno, amoniaco,
compuestos orgánicos de azufre, ácidos orgánicos y fenoles.
El cuadro 1 muestra las operaciones unitarias específicas, así como sus
correspondientes actividades auxiliares generadoras de efluentes industriales
en refinerías de petróleo.
57
Cuadro 1. Fuentes de aguas residuales en una refinería.
Fuente: PDVSA MDP–09–EF–01 (1997).
El Centro de Actividad Regional para la Producción Limpia “CAR/PL”,
(2005) destaca que la buena gestión de la generación de aguas residuales
consiste en primer lugar, en minimizar las fuentes generadoras de aguas
residuales, reduciendo al máximo el consumo de agua e intentando optimizar
la producción para evitar lavados. Por otra parte, para reducir el impacto
ambiental, se recomienda la segregación de las distintas corrientes con el fin
de aplicar a cada una el tratamiento más adecuado.
Tipo de Industria
Tipo de efluente
generadoProceso Descripción
Refinería de petróleo
Aguas de procesos
Desalación Agua residual del desalador.
Fraccionador de petróleo crudo
Aguas residuales de: acumuladores de tope, líneas demuestreo de crudo, condensadores barométricos.
Craqueo Agua residual de los acumuladores de tope (craqueotérmico), despojadores de vapor y acumuladores de tope(craqueo catalítico), surtidor de agua de la coquizaciónretardada.
Reformación Catalítica
Agua residual de los procesos de polimerización; alquilacióny acumuladores de tope.
Refinación de solventes
Fraccionamiento de las corrientes de fondo.
Hidrotratamiento Agua residual de la unidad de hidrotratamiento.
Producción de asfalto
Agua residual de las operaciones de producción de asfalto.
Acabados de productos
Agua residual de los procesos de secado y ablandamiento(remoción de H2S);Residuosdel acabado deaceites lubricantes.Aguas de las operaciones de mezcla y acabados .Lavado de los vehículos tanqueros previos a su descarga.
Aguas provenientes
de actividades auxiliares
Instalaciones auxiliares
Residuosde la producción de hidrógeno.Aguas provenientes de los sistemas de enfriamiento ycalderas.Aguas ácidas de los sistemas de despojamiento.Limpieza general.Descarga de tanques y tanqueros.
Aguas de lluvia
- Aguas de lluvia en áreas de proceso contaminadas .
Aguas negras
- Aguas provenientes de las instalaciones sanitarias ycomedor.
58
En este orden de ideas, las actividades comúnmente recomendadas
para la minimización de efluentes industriales en refinerías según PDVSA
MDP–09–EF–02 (1996), son las siguientes: modificaciones del proceso para
disminuir el consumo de agua; modificación de actividades auxiliares
mediante una inspección de todas las instalaciones para detección de fugas
así como derrames, recuperación de derrames de hidrocarburos,
modificación en las prácticas de lavado, sustitución de enfriamiento de agua
por aire; reciclado y reuso de las aguas; además de segregación de
corrientes de acuerdo a su calidad.
Paralelamente, los tratamientos a los que se someten los
efluentes desde la perspectiva de Rodríguez, Letón, Rosal, Dorado, Villar
y Sanz, (2006), tienen que garantizar la eliminación o recuperación
del contaminante en el grado requerido por la legislación regulando el
vertido del efluente o para garantizar las condiciones mínimas del proceso
en el caso de reutilización o recirculación de la corriente para uso
interno.
Por lo tanto, desde la perspectiva de CAR/PL, (2005), para dar un
tratamiento adecuado a las aguas residuales de la industria de refinación de
petróleo es preciso:
1. Segregar los flujos contaminados de aquéllos que no lo están.
2. Caracterizar cada uno de los flujos segregados.
3. Determinar la tecnología de tratamiento más adecuada para cada
efluente.
59
En resumen, la norma PDVSA MDP–09–EF–03 (1997) refiere que los
procesos de remoción de contaminantes de los efluentes líquidos de refinería
dentro de los que se encuentran los desechos aceitosos, las aguas agrias, la
soda caústica y las aguas de lastre, incluyen tres etapas principales tal como
lo muestra la figura 6.
Figura 6. Etapas de los procesos de control de contaminantes de efluentes en refinerías. Fuente: PDVSA MDP–09–EF–03 (1997).
60
La primera etapa consiste en la remoción primaria de aceite, la
cual se realiza mediante el uso de separadores de gravedad
complementándose con procesos de flotación, floculación, sedimentación
y filtración; la siguiente etapa comprende tratamientos biológicos para
eliminar el contenido de materia orgánica soluble y materia coloidal; por
último se llevan a cabo tratamientos terciarios, además de otros
procesos complementarios requeridos referidos al tratamiento y disposición
de lodos activados.
Por otra parte, Rodríguez y otros (2006) mencionan que las técnicas de
tratamiento de aguas residuales o aguas cloacales en este sector incluyen:
filtros de grasas, colectores de flotación, separadores de aceite- agua;
filtración; compensación de flujo y carga; sedimentación utilizando
clarificadores; tratamiento biológico; eliminación de nutrientes químicos o
biológicos; cloración; desecación así como eliminación de residuos en
vertederos destinados a residuos peligrosos.
Se pueden requerir controles técnicos adicionales según Rodríguez y
otros (2006) para el tratamiento de compuestos orgánicos volátiles en
distintas unidades del sistema de tratamiento de aguas residuales;
eliminación avanzada de metales utilizando la tecnología de filtración por
membrana u otras tecnologías de tratamiento físico- químico, eliminación de
los compuestos orgánicos recalcitrantes y la demanda química de oxígeno
(DQO) utilizando carbón activado u oxidación química avanzada, reducción
de la toxicidad de los efluentes utilizando la tecnología apropiada (tales como
61
osmosis inversa, intercambio iónico, carbón activado, entre otros), además
de confinamiento y neutralización de los olores molestos.
Tomando en cuenta los aportes de CAR/PL (2005), CPL (2011),
PDVSA MDP-09–EF–01 (1997), PDVSA MDP–09–EF–02 (1996), Rodríguez
y otros (2006) y PDVSA MDP–09–EF–03 (1997) en referencia a la
generación de vertidos líquidos en refinerías de petróleo, se puede definir
efluentes como todas aquellas descargas ya sea directas o indirectas a los
cuerpos de aguas, redes cloacales o aguas subterráneas, generadas en
todos los procesos de transformación del petróleo en sus destilados. Se
pueden aplicar técnicas de minimización como modificación en los procesos
y en las actividades auxiliares, segregación, reciclado y reuso.
Por otra parte, el tratamiento y control de estos efluentes debe
garantizar la disminución del contenido de contaminantes por debajo de los
límites permisibles ambientales, para lo cual se pueden llevar a cabo
procesos de separación primaria, tratamientos biológicos así como controles
más específicos de acuerdo al tipo de contaminante presente en el
efluente.
2.5.2. Emisiones atmosféricas
Desde la perspectiva de CPL (2011 p.34), las emisiones atmosféricas
se definen como: “las descargas directas o indirectas a la atmósfera de
gases o partículas por una chimenea, ducto o punto de descarga. En la
industria, los contaminantes atmosféricos se generan principalmente a partir
62
de los procesos de combustión o durante el procesamiento de las materias
primas”.
Según refiere la norma PDVSA SI-S-20 (2006 p.4), emisión atmosférica
“es cualquier sustancia, compuesto, partícula o materia liberada a la
atmósfera como resultado de procesos naturales, procesos industriales u
otras actividades antropogénicas que, por su naturaleza, es capaz de
modificar los constituyentes naturales de la atmósfera, pudiendo alterar sus
propiedades físicas o químicas”.
Las emisiones de gases de escape y gases de combustión en el sector
de la refinación del petróleo según la norma PDVSA MDP–09–AI–01 (1996),
proceden principalmente de los siguientes procesos: destilación de vacío,
craqueo catalítico, procesos de craqueo térmico, quemadores, hornos,
motores de compresores, plantas de recuperación de azufre, sistemas de
purga.
Por otra parte, IFC (2007) menciona que existen emisiones fugitivas en
las instalaciones destinadas a la refinación del petróleo las cuales están
asociadas a los procesos de venteos, fugas en los tuberías, válvulas,
conexiones, bridas, aislamientos, conductos de extremos abiertos, tanques
de almacenamiento con techos flotantes, juntas de las bombas, sistemas de
transporte de gases, juntas de los compresores, válvulas de descompresión,
tanques o depósitos a cielo abierto, así como a las operaciones de carga y
descarga de los hidrocarburos. El cuadro 2 muestra un resumen de las
fuentes asociadas a estas emisiones.
63
Cuadro 2. Fuentes potenciales de emisiones en refinería
Fuente: PDVSA MDP–09–AI–01 (1996).
Dependiendo del tipo de procesos de la refinería según IFC (2007),
las emisiones atmosféricas pueden incluir: hidrógeno, metano, compuestos
orgánicos volátiles (COV), hidrocarburos aromáticos policíclicos y otros
compuestos orgánicos semivolátiles, gases inorgánicos como el ácido
fluorhídrico, sulfuro de hidrógeno, amoniaco, dióxido de carbono,
monóxido de carbono, dióxido de azufre y trióxido de azufre, NOX,
metilterbutil éter (MTBE), etilterbutil éter (ETBE), teramil-metil-éter (TAME),
metanol y etanol.
Emisión Fuente potencial
Compuestos de azufreSulfuro de HidrógenoMercaptanosBisulfuro de Carbono
Evaporación, fugas y derrames en los procesos, unidades detratamiento de crudo.
Compuestos de azufre Dióxido de azufreTrióxido de azufreSulfatos ácidos
Regeneración de catalizador de las unidades de craqueo catalítico, unidades de tratamiento, operaciones de decoquificación, quemadores, hornos y calentadores.
Óxidos de nitrógeno Calentadores, hornos, regeneradores catalíticos, mechurrios.
Hidrocarburos Instalaciones de carga y almacenamiento, separadores de agua y desechos, sistema de torres de enfriamiento, calentadores de proceso, motores de compresores.
Gases tóxicosMonóxido de carbonoCianuro de hidrógeno
Regeneradores catalíticos, quemadores, decoquificadores, motoresde compresores, incineradores .
Gases asfixiantesDióxido de carbonoAmoníacoFlúor
Regeneradores catalíticos, quemadores, plantas de alquilación.
Particulados Regeneradores catalíticos, quemadores, hornos, mechurrios, incineradores, decoquificación.
64
Durante la fase de diseño y planificación de las operaciones tal
como refiere IFC (2007) se debe tener en cuenta el impacto en la calidad del
aire mediante la utilización de evaluaciones de referencia de la calidad del
aire y de modelos de dispersión atmosférica para establecer las
concentraciones potenciales en el aire a nivel del suelo.
La primera medida para minimizar las emisiones a la atmósfera según
destaca CAR/PL (2005), consiste en realizar una buena caracterización de
las emisiones. Esto implica determinar los caudales de las diferentes
corrientes con su máximo, su mínimo y su caudal medio, así como su
periodicidad y frecuencia. Otro factor importante es determinar los
contaminantes contenidos en estas emisiones, la temperatura, la humedad,
presencia de polvo, etc. y relacionar todos estos parámetros con los
diferentes procesos que se realicen en la empresa. Todo ello permitirá la
elección de la mejor tecnología, o secuencia de tecnologías, para reducir las
emisiones.
En este sentido, debido a la variada naturaleza de las emisiones, los
sistemas de control existentes según la norma PDVSA MDP–09–AI–03
(1996) deben contemplar los siguientes: control de: partículas, control de
emisiones de óxidos de nitrógeno, control de emisiones de compuestos de
azufre así como sistemas de control de emisiones de compuestos orgánicos
volátiles (COV). En el siguiente cuadro se indican las mejores tecnologías
disponibles para el tratamiento de gases y partículas y su aplicación a
distintos contaminantes.
65
Cuadro Nº 3. Técnicas para tratar emisiones atmosféricas Técnica Aplicaciones Separadores Partículas orgánicas e inorgánicas secas o húmedas. Ciclones Buena capacidad para llegar hasta PM10 e incluso PM5 Filtro electrostático Excelente rendimiento para polvo hasta PM2,5,
Mezclas inflamables, Nieblas ácidas
Filtro de mangas Polvo hasta < PM2,5 Filtros HEPA Capacidad para eliminar partículas submicrónicas
entre PM0,12 y PM0,3 Absorción con o sin reacción química: Scrubber
< PM 2,5 Compuestos inorgánicos NH3 HCl HF H2S SOX COV
Membranas COV Adsorción: carbón activo, zeolitas, alúmina...
COV Olores Dioxinas H2S Hg
Condensación y Criocondensación
COV
Tratamientos biológicos: biofiltros, bioscrubbing
NH3 H2S Compuestos orgánicos Olores Compuestos inorgánicos
Oxidación térmica COV Compuestos orgánicos Sustancias tóxicas
Oxidación catalítica
COV Compuestos orgánicos Sustancias tóxicas Olores
Reducción selectiva catalítica
NOx
Reducción selectiva no catalítica
NOx
Incineración COV Fuente: CAR/PL, (2005).
66
Tomando en consideración los aportes de CAR/PL (2005), CPL (2011),
IFC (2007), PDVSA SI-S-20 (2006) PDVSA MDP–09–AI–01 (1996) y PDVSA
MDP–09–AI–03 (1996), se puede definir una emisión atmosférica como
cualquier gas contaminante o partícula descargada ya sea de manera directa
o indirecta a través de fuentes fijas como ductos y chimeneas ó móviles
como vehículos automotores.
En las refinerías de petróleo, estas emisiones se generan en los
procesos de destilación, craqueo, quemadores, hornos, compresores,
plantas recuperadoras de azufre, mechurrios, las cuales se deben
controlar mediante sistemas de control de partículas y sistemas de control de
gases tóxicos específicos para cada tipo de contaminante y actividad
generadora.
2.5.3. Desechos sólidos
Tal como refiere el Decreto 2635 “Normas para el control de la
recuperación de materiales peligrosos y el manejo de los desechos
peligrosos” de la República Bolivariana de Venezuela (1998) en su artículo 3,
desecho es aquel “material, sustancia, solución, mezcla u objeto para los
cuales no se prevé un destino inmediato y deba ser eliminado o dispuesto en
forma permanente”. Desde la visión de CPL (2011), se define como “todos
los residuos sólidos o semisólidos resultantes de algún proceso u operación
industrial, que no vayan a ser reutilizados, recuperados o reciclados en el
mismo establecimiento industrial”.
67
Otra definición es la propuesta por la norma PDVSA SI-S-20 (2006 p.3),
en la cual define desecho como “el material, sustancia, solución, mezcla u
objeto para el que no se prevé un destino inmediato y debe ser eliminado o
dispuesto en forma permanente y segura”.
Los residuos sólidos generados en refinación según la norma PDVSA
MDP–09–RS–01 (1996) son agrupados en cuatro categorías: materiales
aceitosos, catalizadores usados, compuestos químicos usados y otros
residuos.
2.5.3.1. Materiales aceitosos
También llamados lodos petrolizados, son la principal fuente de
residuos en las refinerías los cuales se generan cuando los hidrocarburos se
mezclan con partículas sólidas. Estos residuos según la norma PDVSA
MDP–09–RS–01 (1996) se acumulan en diversos puntos, como por ejemplo
en separadores de agua y aceites, unidades de tratamiento de aguas,
intercambiadores de calor, fondos de tanques así como de contenedores de
almacenamiento de crudo y productos.
En términos generales, representan el mayor volumen de los residuos
en las refinerías. Sin embargo, el tipo y la cantidad dependen de factores
como las características del crudo procesado, frecuencia de las operaciones
de limpieza de tanques y tipo de sistemas de tratamiento de aguas.
Las técnicas de minimización comúnmente empleadas para este tipo de
residuos tal como refiere la norma PDVSA MDP–09–RS–02 (1996) debe
68
dirigirse al control de los tres factores que favorecen la generación de los
residuos: aceites, partículas y emulsificadores; mediante la segregación de
fuentes o corrientes que los contengan.
El ingreso de sustancias aceitosas al sistema de recolección de
aguas de la refinería puede controlarse implementando medidas como:
el uso de mejores sellos para las bombas, instalación de tanques
separadores para los efluentes de las unidades desaladoras, segregación de
corrientes de hidrocarburos residuales y disposición de éstas corrientes en el
sistema de recolección de residuos aceitosos en vez de disponerlas en el
sistema de aguas; inspección de intercambiadores de calor para prevenir
fugas de hidrocarburos por rotura de tubos internos, entre otras medidas de
control.
El ingreso de partículas sólidas al sistema de recolección de aguas de
una refinería puede controlarse a través de medidas preventivas como:
pavimentación de áreas generadoras de polvo, limpieza de áreas para
remover sólidos finos, instalación de barreras contra viento, rediseño de
alcantarillas para prevenir entrada de material sólido, utilizar equipos para
control de material particulado en tolvas y descargas a la atmósfera.
Finalmente, el ingreso de surfactantes al sistema de recolección de
aguas puede controlarse mediante: disminución en el uso de detergente en
las operaciones de lavado, minimización del uso de polímeros en las
alimentaciones a la unidad desaladora y separadores API, y eliminación de
descargas de aminas al sistema de recolección.
69
2.5.3.2. Catalizadores gastados
Los catalizadores gastados provienen tal como menciona IFC (2007) de
las distintas unidades de procesos de la refinación de petróleo, incluido el
pretratamiento, el reformador catalítico; la hidrodesulfurización de destilados;
el hidrocraqueo; el craqueo catalítico en lecho fluidizado y de residuos; la
producción de MTBE así como de TAME; la isomerización de butanos; la
unidad de hidrogenación de dienos e hidroisomerización de butilenos; la
regeneración de ácido sulfúrico; la hidrodesulfurización catalítica selectiva;
además de las plantas de hidrógeno y azufre. Los catalizadores agotados
pueden contener molibdeno, níquel, cobalto, platino, paladio, hierro, vanadio,
cobre, sílice o alúmina, como portadores.
Entre las medidas de minimización comúnmente empleadas en
refinación para este tipo de desechos destaca PDVSA MDP–09–RS–02
(1996) se encuentra la recuperación de metales llevado a cabo por las
compañías productoras del catalizador o por compañías especializadas en
recuperación de metales en materiales residuales.
Los catalizadores de hidrotratamiento, compuestos básicamente por
cobalto, molibdeno y níquel, pueden ser regenerados tanto dentro
como fuera de la instalación. Los catalizadores gastados de las
unidades de craqueo fluidizado (FCC) pueden emplearse como aditivos
en la fabricación de cemento, debido a su contenido de alúmina y
sílice.
70
2.5.3.3. Compuestos químicos usados
Dentro de la categoría de compuestos químicos usados, la norma
PDVSA MDP–09–RS–01 (1996), refiere que los compuestos de mayor
atención corresponden a las soluciones cáusticas empleadas para la
absorción y remoción de contaminantes de las corrientes intermedias y de
producto. Una estrategia para la minimización de estas sustancias caústicas
desde la perspectiva de PDVSA MDP–09–RS–02 (1996), es el empleo de
soluciones diluidas en vez de soluciones concentradas y utilizando
hidrotratamiento para la remoción de H2S en vez de absorción.
Entre las recomendaciones emitidas, se encuentran: la segregación de
las corrientes de residuos que contengan cáusticos gastados de sulfuros y
fenoles, para permitir la recuperación y reutilización de éstos. Las soluciones
cáusticas de sulfuros pueden reutilizarse en la industria de manufactura de
papel o en la minería. Por su parte , las soluciones cáusticas gastadas que
contienen fenoles, no deben ser descargadas al sistema de efluentes de
refinería, ya que debido a sus características surfactantes favorecen la
generación de emulsiones y residuos aceitosos.
2.5.3.4. Otros residuos
En el marco de la categoría de otros residuos según la norma PDVSA
MDP–09–RS–01 (1996), se pueden incluir: lodos biológicos, resinas de
zeolita gastadas, medios filtrantes usados, contenedores usados. Además
71
IFC (2007) resalta que esta categoría también incluye disolventes, esencias
minerales, edulcorantes usados y aminas agotadas. El cuadro 4 muestra los
distintos tipos de residuos generados en una refinería.
Cuadro 4. Residuos asociados a las distintas operaciones en una refinería.
Fuente: PDVSA MDP–09–RS–01 (1996).
UnidadOperacional
Residuo Generado
Almacenamiento de crudo
Residuos de fondo de los tanques de crudo.
Desalación Lodos de desalinización.
Procesos de separación
Residuos de Intercambiadores de calor.
Procesos de conversión
Catalizadores gastados.Compuestos químicos gastados.Residuos de intercambiadores de calor.Polvo de coque.Polvo de catalizadorde craqueo fluidizado.Azufre fuera de especificación.Polímeros solubles en ácido fluorhídrico.
Procesos de tratamiento
Catalizadores gastados.Compuestos químicos gastados.Residuos de intercambiadores de calor.
Instalaciones auxiliares
Lodos de torres de enfriamiento.Resinas de zeolita gastada.Medios filtrantes.Lodos biológicos .Lodos aceitosos.
Almacenamiento de los productos
del petróleo
Residuos de fondos de tanques para almacenamiento dedestilados.Aceites derramados.Asfalto de desecho.
Transporte de los productos para
mercadeo y distribución
Residuos de fondos de tanques para productos.Derrame de productos.Desgrasadores y solvente.
Operación y mantenimiento
Suelos contaminados con hidrocarburos.Tambores y contenedores usados.Aceites usados.Residuos de limpieza de intercambiadores de calor.Compuestos químicos gastados.
72
Como se evidencia en el cuadro 4, la generación de naturaleza variada
de residuos, como producto de la operación de diferentes unidades de
proceso de refinación, hace necesario que para determinar la tecnología de
tratamiento más adecuada, previamente se debe establecer un inventario o
cuantificación del volumen de residuo generado, así como la caracterización
fisicoquímica de éste, para finalmente determinar la tecnología de
tratamiento más adecuado a dicho residuo.
Entre las técnicas de minimización de estos residuos que propone la
norma PDVSA MDP–09–RS–03 (1996), se encuentran: separación de
sólidos de la fracción líquida de los lodos, separación de aceites, retrolavado
para prolongar la vida del medio filtrante y sustitución de aditivos (biocidas y
antidegradantes) tóxicos por agentes menos tóxicos en el manejo de
efluentes. El cuadro 5 muestra un resumen de las tecnologías de tratamiento
existentes para los residuos sólidos generados en una refinería.
Cuadro 5. Técnicas de tratamiento empleadas para residuos de refinación.
Fuente: PDVSA MDP–09–RS–03 (1997).
Tomando en consideración los aportes de CPL (2011) y PDVSA
SI-S-20 (2006), se puede definir desecho a todos los residuos sólidos ó
Residuos aceitosos Catalizadores gastados
Compuestos químicosusados
Otros residuos
FiltraciónFlotación
Digestión aeróbicaDigestión anaeróbica
Lanfarmin
IncineraciónEstabilización /Solidificación
NeutralizaciónEstabilización /SolidificaciónEvaporación
Extracción con solventes
SeparaciónEstabilización /Solidificación
73
semisólidos que carecen de utilidad inmediata y por lo tanto deben ser
tratados ó dispuestos de forma segura. En cuanto a las fuentes de
generación de estos desechos en la industria de refinación, la información
suministrada por la norma PDVSA MDP–09–RS–01 (1996) y IFC (2007)
atribuyen la generación de este tipo de residuos a todos los procesos
unitarios de transformación del crudo en sus destilados dentro de los cuales
se encuentran, residuos aceitosos, catalizadores usados, compuestos
químicos usados, entre otros.
Entre las estrategias de minimización propuestas por la norma PDVSA
MDP–09–RS–02 (1996) destaca la correcta segregación de las fuentes que
los contengan, inspección periódica de los sistemas, rediseño de equipos e
instalaciones, disminución en el uso de insumos químicos, recuperación de
catalizadores, reuso como materia prima en otros procesos
(coprocesamiento), entre otras. Por otra parte, las técnicas comúnmente
empleadas para su tratamiento la norma PDVSA MDP–09–RS–01 (1996) se
encuentran procesos de filtración, flotación, digestión, incineración,
estabilización –solidificación, neutralización, evaporación, extracción con
solvente, entre otros, dependiendo del tipo de residuo generado.
2.6. Políticas en materia ambiental
Según la norma ISO 14001 (2004 p.3), la política ambiental se define
como todas las “intenciones y direcciones generales de una organización
relacionadas con su desempeño ambiental, como las ha expresado
74
formalmente la alta dirección”. La política ambiental proporciona una
estructura para la acción y para el establecimiento de los objetivos
ambientales y las metas ambientales.
Una política ambiental dentro del marco de la ISO 14004 (2004 p.8),
“establece los principios de acción de una organización”. Establece la meta
en cuanto al nivel de responsabilidad ambiental así como el desempeño
requerido por la organización, frente a la cual se juzgarán todas sus acciones
posteriores. La política debería ser apropiada a los impactos ambientales de
las actividades, productos y servicios de la organización además debería
guiar el establecimiento de objetivos y metas.
Desde el punto de vista de la Ley Orgánica del Ambiente de la
República Bolivariana de Venezuela (2006) en su artículo 3, la política
ambiental se define como “el conjunto de principios y estrategias que
orientan las decisiones del Estado, mediante instrumentos pertinentes para
alcanzar los fines de la gestión del ambiente, en el marco del desarrollo
sustentable”.
Otra definición es la propuesta por Gómez (2009 p.90), quien denomina
política ambiental como “punto de partida para implantar el sistema de
gestión ambiental”, consiste en expresar explícitamente las intenciones y
principios de acción en materia de comportamiento ambiental, en particular,
el compromiso de cumplir todos los requisitos normativos, de desarrollar una
mejora continua y realista asimismo de emplear los recursos necesarios para
ello, dentro de lo económicamente viable.
75
Se elabora y ratifica al máximo nivel directivo, por escrito,
conformando un documento útil no sólo para planificar la acción sino para
comunicar con el personal interno sino también con la opinión pública. La
política ambiental según Gómez, (2009), debe estar plenamente integrada en
la política general de la organización para evitar incompatibilidades y
fomentar sinergias.
La política ambiental de Petróleos de Venezuela está fundamentada en
los principios de prevención, participación activa, corresponsabilidad,
integración, cooperación de los diferentes actores, la evaluación como
proceso continuo, las decisiones fundamentadas en la información y la
responsabilidad global.
En el marco del Sistema Integral de Riesgos “SIR”- PDVSA (2008), las
organizaciones deben cumplir tanto con los principios como con
compromisos establecidos en la Política de Ambiente decla rada por PDVSA,
asegurando que: es un marco de referencia para establecer así como revisar
los objetivos y metas en ambientales, se divulga y está disponible a todos los
trabajadores, comunidades, contratistas entre otras partes interesadas.
En resumen, tomando en consideración las definiciones realizadas por
ISO 14001 (2004), ISO 14004 (2004) y Gómez (2009), se puede decir que la
política ambiental de una organización representa las directrices y
estrategias que se deben llevar a cabo para el cumplimiento de los objetivos
y metas ambientales, así como el compromiso de realizar todas las
actividades dentro de un marco sustentable.
76
En otro orden de ideas, Martínez (2005) resalta que la definición de una
política de gestión integral de residuos peligrosos es deseable para facilitar la
aplicación de un sistema ambientalmente adecuado y sostenible de residuos.
La política deberá tener como objetivo la definición de una estrategia
ampliamente concertada además deberá pautar el ordenamiento de las
acciones a ejecutar en el tiempo, teniendo en cuenta un horizonte de
planificación e inversiones adecuadas a las realidades locales y
nacionales.
Muchos de los países de América Latina y el Caribe refieren Martínez
(2005), no cuentan con una política desarrollada en forma explícita, sino que
la misma se deduce del dictamen de un conjunto de normas específicas.
En este sentido se debe tener en cuenta que la definición
explícita de una política no es imprescindible para una adecuada gestión de
residuos pero si es deseable. Su formulación facilita la planificación
estratégica de acciones a corto y mediano plazo, establece el marco
conceptual para el desarrollo de las normas específicas y orienta a los
actores, tanto públicos como privados, en el cumplimiento de los objetivos
perseguidos.
Los principales criterios rectores que integran en general las políticas de
gestión de residuos peligrosos en el marco del desarrollo sostenible según
Martínez y otros (2005) son los siguientes: (a) responsabilidad del generador
en todo el ciclo de vida, (b) prevención; (c) precaución; (d) autosuficiencia; (e)
proximidad; (e) equidad; (f) participación pública; (g) transparencia; (h)
77
eficacia y eficiencia; (i) gradualismo y mejora contínua; (j) aceptación social;
(k) compensación y; (l) flexibilidad.
Por otra parte, existen ciertos requerimientos con los cuales debe
cumplir la organización para la definición de su política ambiental; la
Asociación Española de Normalización y Certificación “AENOR” (2002)
establece la existencia de tres compromisos principales que debe abarcar la
política ambiental de una organización tomando como referencia las normas
ISO 14000: Cumplimiento de la legislación, mejora continua y prevención de
la contaminación.
Comparando ambos requerimientos, tanto desde el punto de vista del
desarrollo sostenible propuesto por Martínez (2005) como desde la óptica de
la estandarización internacional ISO 14000 referido por AENOR (2002), se
puede decir que en esencia se basan en los mismos principios, por tal
motivo, la política ambiental de una organización en cuanto al manejo
sustentable de los residuos debe tomar en cuenta los siguientes aspectos:
2.6.1. Cumplimiento de la legislación
Desde la perspectiva de la ISO 14004 (2004), la política ambiental de
una organización debe involucrar un compromiso de cumplimiento de la
legislación y regulaciones ambientales pertinentes y otros requisitos a los
que se someta la empresa; cumplir o exceder los requisitos ambientales y
otros requisitos que la organización suscriba relacionados con sus aspectos
ambientales.
78
Según AENOR (2002), las referencias o indicadores utilizados
deben respetar, cuando existan, los límites legalmente aplicables. En este
sentido, Martínez (2005) refiere que la gestión de residuos debe
basarse en un adecuado manejo de la información con el objetivo de
asegurar su disponibilidad y accesibilidad por parte de cualquier actor
interesado.
En otro orden de ideas, Martínez (2005) destaca que específicamente
en el caso de gestión de residuos, el generador del residuo, será
responsable de su adecuada gestión en todo el ciclo de vida. En este
principio se incluye el concepto de responsabilidad extendida aplicado a los
importadores o productores de bienes de consumo quienes serán
responsables de la gestión de residuos producidos al término de la vida útil
del producto. En pocas palabras, el generador será el responsable de todas
las etapas del ciclo de vida del residuo independientemente que en las
diferentes etapas hayan intervenido otros actores.
En resumen, evaluando las perspectivas de las fuentes consultadas,
ISO 14004 (2004), destaca que la política ambiental de la organización debe
contemplar el cumplimiento de las regulaciones ambientales vigentes; y
específicamente en cuanto al manejo de residuos, tal como mencionan
Martínez (2005), dicha política debe considerar a la organización, en este
caso el generador, como el responsable del residuo en todas las etapas de
su ciclo de vida, por lo tanto debe costear todas las actividades inherentes a
su correcta gestión.
79
2.6.2. Mejora continua
La política ambiental según la ISO 14004 (2004), debe incluir un
compromiso de mejoramiento continuo, a través del desarrollo de
procedimientos de evaluación de desempeño ambiental e indicadores
asociados.
Además Martínez (2005) refiere que la implantación de un sistema de
gestión integral de residuos necesariamente implicará una aplicación
gradual, en un proceso de mejora continua, permitiendo la efectividad de las
acciones y acompañando el desarrollo del conocimiento y el avance
tecnológico.
Asimismo, Guédez y otros (2003), mencionan que el proceso cíclico de
mejora continua de los sistemas de gestión ambiental, comienza con la
planificación de un resultado deseado, (mejora de la actuación ambiental),
luego implantando el plan, comprobando si este funciona y, finalmente,
corrigiendo y mejorando con base en las observaciones generadas durante
el proceso.
Por otra parte, Martínez (2005) resaltan que las etapas de gestión de
residuos, desde su generación hasta su disposición final, deben desarrollarse
sobre la base de criterios de eficacia y eficiencia ambientales y económicas.
La visión tanto de la ISO 14004 (2004) como la de Martínez (2005), y
Guédez y otros (2003), en cuanto al requerimiento de mejora continua en la
política ambiental, se refiere a que un sistema de gestión, implica la
80
búsqueda de una superación ó un perfeccionamiento constante en todas las
etapas de la gestión, en base a disminuir tiempo, costo y recursos; y además
debe proporcionar avances tecnológicos e intelectual.
2.6.3. Prevención de la contaminación
La política ambiental desde la perspectiva de la ISO 14004 (2004), debe
establecer la prevención de la contaminación, así como también la
minimización de cualquier impacto ambiental adverso de nuevos desarrollos,
a través del uso de procedimientos integrados de gestión ambiental y
planificación; diseño productos teniendo en cuenta aspectos ambientales; y
el establecimiento de un ejemplo de liderazgo en el campo de la gestión
ambiental.
Martínez (2005) destacan que específicamente en cuanto a la gestión
de residuos, se debe prevenir la generación en la fuente, tanto en cantidad
como en su potencial de causar contaminación, involucrando en
consecuencia sistemas productivos más eficientes, sustitución de materias
primas por otras de menos peligro o cambios tecnológicos. En este principio
se incluye la modificación en el diseño de los productos, tanto para minimizar
la cantidad de materiales peligrosos presentes en los mismos, como para
viabilizar el reciclaje de los materiales al final de la vida útil.
Además según Martínez (2005), se deben aplicar medidas para
prevenir los riesgos asociados al manejo de residuos aún cuando no
existieran pruebas concluyentes sobre el posible daño, pero siempre y
81
cuando existieran antecedentes razonables para presumir el mismo. La
aplicación de este principio se restringe en general a situaciones complejas y
debe ser utilizado con responsabilidad. Se aplicarán instrumentos que
permitan compensar los impactos aceptables no mitigables.
El control integrado de la contaminación mediante la aplicación de un
plan regulador para todas las actividades, según la visión de Pousa (2006) es
una forma de prevenir el traspaso de la contaminación de un medio a otro.
En caso de que se tenga duda acerca de las consecuencias ambientales de
una acción determinada es mejor proceder con precaución para evitar daños
aún mayores.
En resumen, se puede decir que la política ambiental según los aportes
de ISO 14004 (2004), Pousa (2006) y Martínez (2005) debe contemplar la
minimización de cualquier afectación al ambiente durante todo el proceso
productivo de la empresa, tomando en consideración minimizar la generación
de residuos en la fuente, sustitución de materias primas, cambios en los
procesos y diseños de productos, elaboración y uso de procedimientos de
manejo ambiental, todos éstos acompañados del apoyo de la gerencia y el
liderazgo en materia ambiental.
2.7. Requerimientos de gestión ambiental
Desde la perspectiva del Instituto de Gerencia de Proyectos “PMI”
(2008) es definido el término requerimiento como la capacidad que un
sistema, producto, servicio, resultado o componente debe satisfacer o poseer
82
para cumplir con un contrato, norma, especificación u otros documentos
formalmente impuestos. Los requisitos incluyen las necesidades, deseos y
expectativas cuantificadas y documentadas del patrocinador, del cliente y de
otros interesados.
Por otro lado, Montana (2002), refiere que los elementos dentro de una
organización que están disponibles para ser usados en el cumplimiento de
sus metas se les denomina recursos organizacionales. Éstos son los
recursos físicos, humanos, tecnológicos y financieros. La labor del directivo,
consiste en adquirir estos recursos y hacer uso eficaz y eficiente de ellos
dentro de la empresa. En este sentido, desde la visión la norma ISO 14004
(2004), la dirección de una organización debería determinar y poner a
disposición los recursos apropiados para implementar, mantener y mejorar el
sistema de gestión ambiental. Dentro de estos se encuentran los humanos,
físicos y financieros esenciales para la implementación de las políticas
ambientales de una organización y el cumplimiento de sus objetivos.
Tomando como referencia dicha norma, algunos requerimientos a ser
considerados para la gestión ambiental se encuentran a continuación:
2.7.1. Recursos financieros
Los recursos financieros, desde la perspectiva de Chiavenato (2001), se
refieren al dinero en forma de capital, flujo de caja, empréstitos, financiación,
créditos, entre otros; de disponibilidad inmediata o mediata para enfrentar los
compromisos de la empresa; en este sentido, Montana (2002), destaca que
83
todas las organizaciones requieren recursos financieros para permitir sus
operaciones y para tener fondos para el crecimiento. Si esto es muy rentable,
el dinero ganado puede quedarse en la empresa y emplearse para tener
fondos para el crecimiento deseado. Existen dos fuentes generales de
financiamiento para las empresas: capital adeudado y capital propio.
Martínez (2005) refiere que las características de los residuos
peligrosos y la necesidad de minimizar los riesgos involucrados en el
tratamiento y disposición final tienen como resultado altas inversiones en
tecnología y altos costos de mantenimiento, operación y control. Es por ello
la visión de la Unión Internacional Para la Conservación de la naturaleza
“UICN” (2008) considera el elemento financiero como un pilar más para la
definición exitosa de una estrategia de gestión ambiental sostenible.
En cuanto a este aspecto, Martínez (2005) destaca que
específicamente en el caso de gestión de residuos, el generador del residuo,
será responsable de su adecuada gestión en todo el ciclo de vida. Los
agentes económicos generadores, directos o indirectos, de residuos deberán
hacerse cargo de los costos asociados a las acciones de prevención,
aprovechamiento, tratamiento y disposición final de residuos.
Martínez (2005) también refiere la tendencia de muchos países por
realizar a cargo del sector público la totalidad o una importante parte de la
inversión necesaria para generar infraestructura, pero también existen
experiencias exitosas donde la inversión es netamente privada. No existe
una opción en este sentido que pueda señalarse claramente como la mejor
84
alternativa. Las opciones deberán ser evaluadas teniendo en cuenta las
realidades locales (sector industrial, pautas nacionales de gestión, recursos
disponibles por el sector público y capacidad para gestionar
emprendimientos de dichas características).
A esta vulnerabilidad mencionada anteriormente, UICN (2008), destaca
la necesidad de la puesta en marcha de un plan de acción que permita la
gestación de actividades de gestión ambiental autosostenibles y el
establecimiento de fuentes alternativas de recursos (por ejemplo, fuentes
propias, diversificación de la cartera de cooperantes, entre otras); no
obstante, la viabilidad de esta suerte de actividades sugiere el análisis de las
condiciones idóneas para la obtención del éxito.
Con respecto a los autores consultados, especialmente Chiavenato
(2001), Montana (2002) y Martínez (2005) en resumen, se puede decir que la
gestión de residuos requiere de recursos financieros ya sean propios o
adeudados para la puesta en marcha de todas las etapas del sistema de
gestión, construcción de infraestructura, compra de tecnología, transporte y
todos los gastos inherentes al mantenimiento, operación y control.
2.7.2. Recursos físicos
Los recursos físicos de una empresa, según Montana (2002), incluyen
la planta, el equipo de producción, las instalaciones para la distribución así
como los inventarios de materias primas; otra definición es la realizada por
Chiavenato (2001), quien destaca que son todos aquellos recursos
85
necesarios para ejecutar las operaciones básicas de la empresa; entre ellos
se encuentran el espacio físico, los predios, los edificios y los terrenos, el
proceso productivo, la tecnología que los orienta, además de los métodos y
procesos de trabajo dirigidos a la producción de bienes y servicios
elaborados por la empresa.
Sánchez (2003) destaca, que el manejo de los residuos industriales
implica la utilización de instalaciones, así como la aplicación de técnicas y
procedimientos operacionales que además de eficientes sean seguros, de tal
forma de minimizar los riesgos potenciales, tanto de afectación crónica como
aquellos capaces de propiciar accidentes tecnológicos, situaciones que
normalmente conllevan al manejo de estos residuos y pueden acarrear
graves daños a la población en general.
Desde la perspectiva de Martínez (2005), la infraestructura necesaria
para el manejo de residuos deberá ser adecuada tanto al tipo como a la
cantidad de residuos generados, además de ser compatible con los
principios de jerarquía así como con los estándares ambientales que se
hayan establecido.
Específicamente para la implementación de un sistema de gestión de
residuos, la organización debe contar con sitios para el almacenamiento
temporal y disposición final que cuenten con las consideraciones necesarias
en materia de seguridad, higiene y ambiente, además de aprobados por la
máxima autoridad ambiental, tal como se menciona en los puntos 2.4.6 y
2.4.8.
86
Los recursos tecnológicos desde la perspectiva de Montana
(2002), se refieren al nivel de tecnología aplicado dentro de la
empresa. La administración debe decidir el nivel apropiado de
tecnología para la empresa respecto a sus metas y a las capacidades
apropiadas de los recursos humanos necesarias para que apliquen la
tecnología.
Boscán y Sandrea (2010), destacan que una de las acciones
consideradas por las empresas en el marco de una actitud
proactiva y/o líder hacia el medio ambiente, consiste en la incorporación
de tecnología verde, especialmente en sectores de alto riesgo
ambiental.
En resumen, en referencia a los aportes de Montana (2002),
Chiavenato (2001), Sánchez (2003) y Martínez (2005), se puede
decir que los recursos físicos son todos aquellos necesarios para
llevar a cabo la gestión ambiental de los residuos,
específicamente se requiere de instalaciones adecuadas, como
patios de almacenamiento temporal, unidades de tratamiento de
residuos, rellenos sanitarios y celdas de seguridad para la disposición de
desechos.
Por otro lado, la organización debe tomar en cuenta la mejora de los
procesos, ingeniería y construcción de unidades de tratamiento ó disposición,
así como la utilización de software informáticos para consolidar los
indicadores ambientales.
87
2.7.3. Recursos humanos
Los recursos humanos desde la visión de Chiavenato (2001 p.53), “son
las personas que ingresan, permanecen y participan en la empresa,
cualquiera que sea su nivel jerárquico o la tarea que desempeñen”.
La gente que trabaja en una empresa tal como lo resalta Montana
(2002), constituye sus recursos humanos, lo que satisface las necesidades
de la organización de adquirir las capacidades necesarias para conducir un
negocio eficaz y eficientemente. El directivo debe enfrentar cuatro tareas en
el área de recursos humanos: la primera es captar los trabajadores
necesarios; la segunda es poner a los empleados correctos en los puestos
correctos, esto puede requerir una capacitación amplia del empleado; la
tercera tarea es motivar un desempeño humano eficiente que lleve al
trabajador a niveles aceptables de productividad. La obligación final de un
gerente es evaluar el desempeño de un empleado.
Para la implementación de la gestión de residuos, Ferrando y Granero
(2007) destacan que la organización deberá definir las funciones y
responsabilidades del personal encargado de la gestión de los residuos.
También será necesario identificar las necesidades de formación y analizar si
las personas necesitan conocimientos y experiencia específica para
desempeñar sus puestos.
En este aspecto, Cáceres (2008) refiere que la capacitación y la
educación ambiental se identifican como estrategias básicas y se definen
88
como procesos coordinados dirigidos a la obtención de habilidades y
destrezas que proporcionen el conocimiento para generar acciones a favor
del medio ambiente, es decir, compensar un vacío en cuanto a la aplicación
de conocimientos técnicos y analíticos para la solución de problemas
específicos. Estos deben ser procesos continuos y progresivos para lograr la
formación integral del individuo quien debe ser el objetivo primordial de estos
procesos.
Evaluando las perspectivas de los autores Montana (2002) y Ferrando y
Granero (2007), se puede decir que para llevar a cabo un sistema de gestión
de residuos, el recurso humano forma parte primordial, por lo tanto, se debe
definir la estructura, los roles y responsabilidades del personal involucrado
en todas las etapas de la gestión ambiental, evaluar las necesidades de
capacitación y motivar a todos los trabajadores en el buen desenvolvimiento
de las actividades de tal manera de llevar a cabo una gestión de manera
ambientalmente eficiente y eficaz.
2.8. Modelo de gestión ambiental de residuos
El manejo sustentable de los residuos industriales, destaca Sánchez
(2003), requiere de la participación de tres elementos fundamentales: la
instrumentación de políticas de promoción, la aplicación de estrategias
integrales para el cumplimiento de las regulaciones ambientales y la
utilización de técnicas y procedimientos apropiados para el tratamiento y
disposición final de los mismos.
89
Según Ferrando y Granero, (2007), existen unos criterios de jerarquía
que rigen el manejo de los residuos para establecer y promover una mejor
gestión los cuales se señalan por este orden, su reducción, reutilización,
reciclado, valorización y finalmente la eliminación.
Igualmente, desde la visión de la norma ISO 14004 (2004),
la organización debería considerar el uso de una jerarquía de enfoques
para la prevención de la contaminación. Esta jerarquía debería dar
preferencia a prevenir la contaminación en la fuente y se puede estructurar
como sigue:
1. Reducción o eliminación en la fuente;
2. Reutilización o reciclaje interno;
3. Reutilización o reciclaje externo;
4. Recuperación y tratamiento; y
5. Mecanismos de control tales como incineración o vertido controlado,
cuando esté permitido y después de haber considerado las demás
opciones.
Martínez (2005), por su parte, también considera que en el marco de
una política de gestión integral de residuos acorde con el desarrollo
sostenible, es necesario definir jerarquías en las estrategias de gestión. Las
jerarquías en la gestión obviamente tendrán como primera prioridad evitar la
generación de residuos en la fuente, dejando la alternativa de disposición
final como última opción de manejo. En la figura 7 se muestran las jerarquía
de gestión de residuos.
90
Figura 7. Jerarquía de minimización de residuos Fuente: Martínez. (2005).
En otro orden de ideas, Martínez (2005), destaca como base para el
desarrollo de un modelo conceptual, la concepción del ciclo de vida de
productos y residuos el cual permita abordar en forma sostenible y eficaz un
sistema en la gestión de residuos tal como lo muestra la figura 8.
Figura 8. Ciclo de vida de un producto. Fuente: Martínez (2005).
91
Como lo muestra el esquema de la figura 8, el análisis del ciclo de vida
de los productos, contempla todas las etapas, desde la extracción para la
adquisición de materias primas, hasta el descarte del producto cuando ya no
sirve para el fin que fue adquirido o dejo de satisfacer las necesidades de su
propietario.
Por otra parte, el modelo de Sistema de Gestión Ambiental que propone
la norma ISO 14001 (2004) comprende una serie de fases basadas en el
principio de mejora continua. El principio tal como refieren Ferrando y
Granero (2007), propone un modelo circular consistente en planificar-hacer-
verificar-actuar, el cual va adaptándose y evolucionando con el tiempo. Ver
figura 9.
Figura 9. Modelo de Sistema de Gestión Ambiental Fuente: Ferrando y Granero (2007)
92
El actual Sistema Integral de Riesgos de Petróleos de Venezuela, (SIR-
PDVSA), toma como referencia este modelo de gestión propuesto por las
normas internacionales de estandarización y lo aplica a la industria de
hidrocarburos teniendo entre sus fases la planificación, implementación y
operación, verificación y la revisión del sistema.
Sin embargo, tomando como referencia las mencionadas normas, y
aplicándolas específicamente para implementar un programa de
minimización de residuos, se propone el establecimiento de las siguientes
fases:
2.8.1. Planificación
En esta fase, según la norma ISO 14004, (2004), se debe establecer un
proceso de planificación continuo que permita a la organización:
1. Identificar los aspectos ambientales así como los impactos ambientales
asociados; En relación a este aspecto, Ferrando y Granero (2007) destacan
que durante la fase de planificación, será necesario identificar y evaluar
aquellos aspectos ambientales relacionados con los residuos, para
determinar si son significativos o no, es decir, si provocan un impacto tal que
debe ser considerado por la organización.
Para realizar una gestión eficiente de los residuos industriales, es
importante identificar la fuente de generación de los residuos, para lo cual
según CPL (2011) es recomendable realizar un balance de materiales de los
procesos. Inicialmente se debe recolectar información de los procesos,
93
materia prima así como productos, posteriormente realizar un análisis
detallado de los procesos generando un diagrama de flujo, donde se
identifique y cuantifique todos los afluentes como los efluentes (entradas y
salidas). El balance de materiales permite conocer el proceso con el fin de
detectar posibles mejoras así como medidas de minimización de residuos.
Además, Cordero (2004) menciona que se debe realizar una
revisión inicial donde se establezca la magnitud del problema de los
desechos, determinando la cantidad de los desechos que la compañía
está produciendo y cuál es el costo anual en términos de materia prima y
costos de disposición de desechos; todo esto con el compromiso de la alta
gerencia.
Ferrando y Granero, (2007), por su parte, también destaca como primer
paso para una correcta gestión, el diferenciar los residuos de los que no lo
son, para lo cual es necesario realizar un inventario de todos los residuos
generados en las instalaciones y, posteriormente identificar la peligrosidad de
cada uno de ellos.
Desde la visión de la norma PDVSA SI-S-06 (2009), las organizaciones
deben identificar los peligros y aspectos ambientales significativos, evaluar
los riesgos para finalmente determinar las acciones de control necesarias en
sus procesos según lo establecido por las Normas Técnicas PDVSA o
Normas Nacionales.
Los aportes de los autores permiten concluir que la fase inicial para
llevar a cabo la gestión ambiental de residuos en una organización consiste
94
en evaluar los procesos identificando los aspectos ambientales significativos
para de esta manera proponer mejoras y medidas de control.
2. Identificar y hacer seguimiento de los requisitos legales además de
establecer criterios internos de desempeño cuando sea apropiado: Ferrando
y Granero (2007), destacan que en esta misma etapa de planificación, será
necesario que la organización identifique, tenga acceso así como actualice
los requisitos legales además otros requisitos que pueda suscribir en relación
con la gestión de residuos, determinando además, cómo se aplican estos
requisitos.
Las Organizaciones según la norma PDVSA SI-S-06 (2009) deben
establecer, implementar además de mantener procedimientos documentados
para identificar, monitorear así como tener accesibles los requerimientos
legales vigentes y otras exigencias corporativas, aplicables a los aspectos de
Seguridad, Higiene, Salud en el Trabajo y Ambiente de sus actividades,
productos o servicios.
3. Establecer objetivos y metas ambientales además de formular programas
para lograrlos: Desde la visión de la norma PDVSA SI-S-06 (2009), las
organizaciones deben establecer objetivos y metas en materia de Ambiente,
para controlar los riesgos así como cumplir con los requisitos legales. Se
deben considerar tanto las opciones tecnológicas, requisitos financieros,
operacionales, comerciales, como las opiniones de las partes interesadas
pertinentes. Además se deben establecer programas para lograr sus
objetivos y metas, los cuales deben incluir como mínimo: La asignación de
95
responsabilidades, niveles de autoridad; los recursos, medios, plazos, y
revisiones a intervalos regulares para adecuarlos de ser necesario.
Cordero (2004), propone que una vez cuantificados los residuos
generados por la organización, se deben identificar las opciones disponibles
para su minimización y priorizarlas, esto seguido del establecimiento de un
plan de acción, en el cual se debe involucrar a todo el personal, además de
capacitarlo para que comprendan los beneficios del programa y lo apoyen
con retroalimentación.
Martínez (2005) refiere que resulta imprescindible que los generadores
cuenten con planes de manejo de residuos, con la finalidad de garantizar la
mínima afectación para salud y el medio ambiente en cada una de las
etapas.
La elaboración de un Plan involucra la proyección de la situación actual
en un horizonte de tiempo determinado, estableciendo objetivos, metas y
líneas de acción estratégicas para lograr los objetivos establecidos, así como
la definición de las responsabilidades y roles para su ejecución. El plan
estará integrado por una serie de programas que involucrarán un conjunto de
acciones específicas con la correspondiente asignación presupuestaria
además de la programación de la ejecución.
El plan de gestión de residuos propuesto por Martínez (2005) estará
conformado como sigue en el siguiente esquema: (a) Definición del alcance y
objetivos del plan; (b) Establecimiento de prioridades y metas del plan; (c)
Formulación y evaluación de alternativas; (d) Implementación y monitoreo.
96
4. Desarrollar y usar indicadores de desempeño: Martínez (2005) refiere
que el diseño del sistema de seguimiento así como el control del plan de
gestión de residuos, deberán ser realizados en base a indicadores de
gestión. Un indicador de gestión de residuos es una variable cuantitativa,
cuya finalidad es entregar información sobre la generación y gestión
de residuos o acerca del grado de cumplimiento de un determinado
objetivo.
Los indicadores deben ser cuantificables y además mostrar claramente
el avance del sistema, se deben registrar de forma de permitir dirigir la
atención hacia los aspectos clave. La calidad de la información utilizada para
calcular el indicador será esencial para asegurar su confiabilidad.
En resumen, tomando en consideración los aportes de los diferentes
autores, se puede decir que la fase de planificación comprende todas las
etapas establecidas por la norma ISO 14004, (2004), entre las que destacan:
identificación de aspectos ambientales e impactos asociados; identificación
de requisitos legales; establecimiento de objetivos y metas; elaboración de
planes de manejo ambiental para cada residuo generado, así como definición
de indicadores ambientales de desempeño.
Todos estos aspectos, específicamente en el caso de la gestión de
los residuos permiten establecer objetivos y procedimientos de
gestión necesarios de tal manera de cumplir con la política ambiental
de la organización y de esta manera disminuir los impactos al
ambiente.
97
2.8.2. Implementación
Desde la perspectiva de la ISO 14004, (2004), esta fase consiste tanto
en implementar como en operar el sistema de gestión ambiental: (a) crear
estructuras de gestión, asignar funciones así como responsabilidades con
suficiente autoridad; (b) suministrar recursos adecuados; (c) formar al
personal además de asegurarse de su toma de conciencia como
competencia; (d) establecer procesos para comunicación interna y externa;
(e) desarrollar y mantener la documentación; (f) establecer como
implementar controles a los documentos; (g) establecer además de mantener
controles operacionales; asimismo (h) asegurarse de la preparación y
capacidad de respuesta ante emergencias.
Durante el desarrollo de esta etapa de implementación, Ferrando y
Granero (2007) destacan que la organización deberá definir las funciones y
responsabilidades del personal encargado de la gestión de los residuos.
También será necesario identificar las necesidades de formación y analizar si
las personas necesitan conocimientos y experiencia específica para
desempeñar sus puestos.
Adicionalmente, la organización establecerá los controles necesarios
para asegurarse si los aspectos ambientales generados se gestionan
correctamente, minimizando los impactos ambientales asociados. Para ello,
la organización puede desarrollar uno o varios procedimientos para la gestión
de residuos.
98
Según la norma PDVSA SI-S-06 (2009), esta etapa abarca la
asignación de recursos, responsabilidades, rendición de cuentas en materia
ambiental; la formación como la concientización del personal; comunicación,
participación y consulta con los trabajadores y comunidades vecinas;
elaboración y control de documentos; así como el establecimiento de
medidas de control de riesgo.
Las perspectivas de las fuentes consultadas específicamente ISO
14004 (2004), PDVSA SI-S-06 (2009), aunadas a las de Ferrando y Granero
(2007), en cuanto a la fase de implementación y operación coinciden en que
esta etapa consiste en la puesta en funcionamiento del sistema de gestión
ambiental, para lo cual se deben definir los roles y responsabilidades del
personal involucrado, identificar necesidades de capacitación, control de
documentos, controles operacionales, todos ellos con la finalidad de
dotar de contenido los procesos, de acuerdo a los requisitos
necesarios.
2.8.3. Verificación
La norma ISO 14004 (2004), resalta que en esta fase se debe
evaluar los procesos del sistema de gestión ambiental; (a) realizar un
seguimiento y medición continuos; (b) evaluar el estado de cumplimiento; (c)
identificar las no conformidades además de tomar acciones correctivas y
preventivas; (d) gestionar registros; y (e) realizar periódicamente auditorías
internas.
99
Según la norma PDVSA SI-S-06 (2009), en esta etapa se debe llevar a
cabo la medición y seguimiento del desempeño ambiental; verificación del
cumplimiento; investigación de incidentes, acciones preventiva y correctivas;
y auditorías periódicas del sistema.
Durante esta etapa, mencionan Ferrando y Granero (2007), la
organización realizará un seguimiento a los procedimientos de gestión de
residuos para verificar la implantación y el cumplimiento con el compromiso
de la legislación, así como el principio de mejora continua. Además la
organización debe definir su actuación para identificar, conservar y eliminar
los registros que demuestren la conformidad con la correcta gestión de los
residuos y su sistema de gestión ambiental.
Por otra parte, Cordero (2004) propone que se debe revisar el progreso
de la implantación del sistema de gestión ambiental, haciendo seguimiento
continuo, comparando las metas, al inicio cada seis meses y luego
anualmente.
En base a las fuentes consultadas, específicamente ISO 14004 (2004)
PDVSA SI-S-06 (2009), y Ferrando, y Granero (2007), se puede decir que la
fase de verificación consiste en el seguimiento y control de todos los
procesos inherentes al sistema de gestión para comprobar el grado de
implantación.
Específicamente en cuanto al modelo de gestión de residuos, esta fase
consiste en la revisión de los procedimientos de manejo de residuos de tal
manera de comprobar su eficiencia y eficacia.
100
2.8.3. Revisión
La alta dirección debe revisar el sistema de gestión ambiental de la
organización a intervalos planificados, para asegurarse de su conveniencia,
adecuación y eficacia tal como lo menciona la norma ISO 14001 (2004).
Estas revisiones deben incluir la evaluación de oportunidades de mejora y la
necesidad de efectuar cambios en el sistema de gestión ambiental,
incluyendo la política ambiental, los objetivos y las metas ambientales. Se
deben conservar los registros de las revisiones por la dirección.
Los elementos de entrada para las revisiones por la dirección bajo
esta norma, deben incluir: (a) los resultados de las auditorías internas
y evaluaciones de cumplimiento con los requisitos legales y otros
requisitos que la organización suscriba; (b) las comunicaciones de las
partes interesadas externas; (c) el desempeño ambiental de la
organización; (d) el grado de cumplimiento de los objetivos y metas;
(e) el estado de las acciones correctivas y preventivas; (f) el seguimiento
de las acciones resultantes de las revisiones previas llevadas a cabo por
la dirección; (g) los cambios en las circunstancias, relacionados con
sus aspectos ambientales; así como (h) las recomendaciones para la
mejora.
Los resultados de las revisiones por la dirección según la norma ISO
14001 (2004), deben incluir todas las decisiones y acciones tomadas
relacionadas con posibles cambios en la política ambiental, objetivos, metas
101
y otros elementos del sistema de gestión ambiental, coherentes con el
compromiso de mejora continua.
Ferrando y Granero (2007) refieren que la revisión por la dirección
supone una evaluación global del sistema, de la que surgirán las
decisiones para mejorar continuamente el sistema de gestión ambiental. Por
otra parte, la norma PDVSA SI-S-06 (2009) destaca que Los niveles deben
revisar el sistema, a intervalos planificados para asegurar su cumplimiento,
registrando las revisiones efectuadas; así como llevar a cabo una gestión
social laboral.
En relación a los aportes obtenidos de las fuentes
consultadas, específicamente ISO 14001 (2004), Ferrando y Granero (2007)
y PDVSA SI-S-06 (2009) se puede decir que en esta fase la alta gerencia
de la organización, debe realizar una evaluación general del sistema
de gestión ambiental para determinar oportunidades de mejora y
necesidades de efectuar cambios en el mismo, de esta manera se realizarán
revisiones periódicas para verificar el cumplimiento de los compromisos
acordados.
3. SISTEMA DE VARIABLES
Según Hernández, Fernández y Baptista (2006), se define variable
como una propiedad que puede fluctuar y cuya variación es susceptible de
medirse u observarse. A continuación se muestra el sistema de variables del
presente trabajo de grado.
102
3.1. Definición nominal
Necesidad de un modelo de gestión ambiental para el manejo de
residuos.
3.2. Definición conceptual
Para Marí (2006 p.132), el término modelo, en su acepción científica
hace referencia a “una serie de aspectos epistemológico- conceptuales y
metodológicos que sirven de base a la actuación práctica en un campo
determinado con unas ciertas garantías científicas”. Este término se utiliza
para expresar un marco conceptual de planificación y realización del
proceso, incluyendo en algunos casos estrategias para reunir información,
para analizarla y establecer prioridades.
Según Machín (2007 p.10), la Gestión Ambiental se refiere a “todos los
aspectos de la función gerencial que desarrollen, implementen y mantengan
la política ambiental”. La gestión ambiental en el ámbito empresarial es un
proceso dinámico de gran relevancia para el logro de la eficiencia y eficacia
empresarial al poseer un efecto positivo en las venta jas competitivas de las
empresas.
Pérez (2010), considera como residuos aquellos materiales, sustancias
u objetos sobrantes de cualquier operación, actividad o proceso productivo
tanto en sus procesos intermedios de producción o en su consumo final, los
cuales reflejan una falta de rendimiento o ineficacia del proceso y expresan
103
una incapacidad de cerrar los ciclos productivos. Estos materiales pueden
estar en cualquier estado físico (sólido, líquido o gaseoso) y pueden ser
liberados a cualquier medio receptor (agua, suelo, atmósfera).
Finalmente dentro del marco de la ley 55, Ley sobre “Sustancias,
Materiales y Desechos Peligrosos” de la República Bolivariana de Venezuela
(2001), artículo 9, se define Manejo como el “conjunto de operaciones
dirigidas a darle a las sustancias, materiales y desechos peligrosos el destino
más adecuado, de acuerdo con sus características, con la finalidad de
prevenir daños a la salud y al ambiente”. Comprende la generación,
minimización, identificación, caracterización, segregación, recolección,
almacenamiento, transporte, tratamiento, disposición final o cualquier otro
uso que los involucre.
En tal sentido, sobre la base de los conceptos de Marí (2006), Machín
(2007), Pérez (2010) y República Bolivariana de Venezuela (2001) queda
definida la variable modelo de gestión ambiental para el manejo de residuos
como una guía metodológica constituida por una serie de fases que se deben
llevar a cabo de manera jerarquizada y sistematizada, para el darle a todas
aquellas salidas en forma líquida, gaseosa o sólida que se generan en la
industria de refinación del petróleo, el destino más adecuado de acuerdo con
sus características; de tal manera que permitan prevenir, corregir y mitigar
afectaciones ambientales, tomando en consideración las regulaciones
vigentes, así como la implementación, revisión y mantenimiento de la política
ambiental de la organización.
104
3.3. Definición operacional
La variable modelo de gestión ambiental para el manejo de
corrientes residuales desde el punto de vista operacional, se define
como el conjunto de acciones que le permitirán a la industria de refinación
de petróleo implementar medidas de prevención de los impactos
ambientales que pueden ocurrir por las operaciones unitarias
de transformación del petróleo en sus derivados tomando en consideración
el cumplimiento del marco legal y regulatorio existente en materia
ambiental.
La variable será medida por medio de una encuesta aplicada a
los supervisores responsables del manejo de los residuos generados en
las refinerías de petróleo, (jefes de plantas operacionales y superintendentes
de mantenimiento), compuesto por 66 preguntas cerradas de tipo
politómicas.
Por otra parte las propiedades ó dimensiones que se desean conocer
de la variable son: situación actual del manejo de los residuos, identificación
de los tipos de residuos generados, políticas en materia ambiental, recursos
necesarios para la gestión ambiental y las fases del modelo de gestión
ambiental.
El cuadro 6 muestra la operacionalización de la variable de la presente
investigación donde se reflejan las unidades de medición ó indicadores por
cada dimensión.
105
Cuadro 6. Operacionalización de la variable
VARIABLE OBJETIVOS
ESPECIFICOS DIMENSIONES INDICADORES
Modelo de gestión
ambiental para el
manejo de residuos
Diagnosticar la situación actual del manejo de los residuos generados en la industria de refinación de
petróleo de la región Occidente.
Situación actual del manejo de los
residuos
- Generación - Identificación
- Caracterización - Segregación
- Almacenamiento - Transporte - Tratamiento
- Disposición Final Identificar los tipos de
residuos generados en la industria de refinación de
petróleo de la región Occidente.
Tipos de residuos generados
- Efluentes - Emisiones atmosféricas
- Desechos sólidos
Analizar las políticas en materia ambiental de la
industria de refinación de petróleo de la región
Occidente.
Políticas en materia
ambiental
- Cumplimiento de la legislación
- Mejora continua - Prevención de la
contaminación Determinar los
requerimientos de gestión ambiental para el manejo de residuos generados en la industria de refinación de petróleo de la región
Occidente.
Requerimientos de gestión ambiental
- Recursos financieros - Recursos físicos
- Recursos humanos
Establecer las fases del modelo de gestión
ambiental para el manejo de corrientes residuales
generadas en la industria de refinación de petróleo de la región Occidente.
Fases del modelo de gestión ambiental
- Planificación - Implementación
- Verificación - Revisión
Diseñar el modelo de gestión ambiental para el
manejo de corrientes residuales generadas en la industria de refinación de
petróleo de la región Occidente.
* No se operacionaliza
Fuente: Castillo (2011).