Cuento 2016

Participante

Obra: Un cuento para reflexionar y…educar

Autor: José de Jesús Charles Quilantán

Seudónimo: Chuyin

Municipio: Cd. Victoria, Tamaulipas

¡UN CUENTO PARA REFLEXIONAR Y… EDUCAR!

G R A T I T U D

Con toda el alma, doy gracias a Dios y a la madre naturaleza por darme salud y sabiduría para escribir este… CUENTO.

Aquí expreso mi gratitud eterna y aprecio a mi abuela Hortensia, a mi madre María del Refugio y a mi hermana mayor María del Carmen, por su esfuerzo, cuidados y hacer de mi niñez… “una vida feliz”.

A mi hermano Alberto, quien desde “el cielo” – me dijo. – No reclames a Dios. – No has perdido un hermano. Has ganado miles, a dónde veas… verás uno. Baste y lo trates como tal. Desde entonces hermanos, aprendí la nobleza de este… “sentimiento”.

Mi reconocimiento a los maestros que me enseñaron a leer y escribir… A quienes me educaron y me inculcaron valores y principios… A quienes me dieron sabios consejos que aún conservo en mi mente y corazón.

Gracias a mis compañeros, por sus críticas y bromas para “mi obra”. Me sirvieron como “acicate” para esforzarme y hacer… “algo mejor”.

Mi cariño, aprecio y grato recuerdo para los personajes que aparecen en esta narración. Y, los que no están… también. Consciente soy, que son… “muchos más”.

Gracias a todos aquellos que me dieron buen ejemplo, me brindaron su mano, apoyo y atención en mi infancia. Sean honrados con el sentimiento y nobleza con la que hoy escribo…

Gracias a todos los que lean este… “Cuento” Seguramente, al terminar dirán… ¡Gracias… Chuyín! ¡Gracias… Hermano!

Se afirma, que la imaginación, es la facultad que tienen los hombres de “ver” con su inteligencia lo que no pueden ver con sus ojos”.

Por ello, para leer, interpretar y comprender la historia de “Chuyín”, hay que conocer, vivir y sentir los sueños, anhelos e ilusiones de miles de niños que han venido al mundo porque así lo quiso Dios, la madre naturaleza o… el inescrutable destino.

- Así es estimados; si para leer, interpretar y comprender la -rara en este tiempo- sencilla y humanitaria historia de “Chuyín”, hay muchos… “peros”. Se han de imaginar el esfuerzo, que su servidor –con tantas carencias- tuvo que hacer para recordar y escribir este CUENTO. Y todo con el propósito de coadyuvar en la educación y formación social de las nuevas generaciones. Y, por qué no, atender la Convocatoria que la Secretaría de Educación Pública hace para… “Promover la Belleza Natural de Tamaulipas a través del Arte y la Cultura”. ¡Enhorabuena… hermanos!... Que sea… para bien.

Leamos pues a “Chuyin”, como si fuese…” un cuento de los mejores del mundo”. Por su mensaje, por su pretenciosa intención de llamar la atención hacia el limpio y noble… pensamiento infantil. Que, - acá entre nos- -Debemos tener presente… toda la vida.

¡Vamos que va, de… cuento! - Pero vamos… con emoción y contento. - Hace ya un montón de años, en los añorados tiempos de tradiciones y costumbres campiranas, en una de esas, vieja y popular colonia - que pocos querían habitar por estar al otro lado del río- de la capital tamaulipeca, nació el personaje que da vida a esta reflexiva, emocionante e ilustrativa historieta.

Época dura, muy dura y difícil para la familia de “Doña Cuca”, en la que se le ocurrió nacer a “Chuyín”. Época “de perras flacas” -un poquito más peor- que vivió y disfrutó en su infancia este pequeño en cuerpo pero grande en fantasías. Y – No se diga en… ocurrencias. - Diría… su abuela Hortensia.

-Precisamente, los primeros “diálogos”, consejos y enseñanzas de “Jesusin” fueron con esta sabia, generosa y -podríamos afirmar- santa viejecita. Acá entre nos, -han de saber que gracias a ella, nuestro personaje… aún vive. Y… aprendió virtudes, sentimientos y buenos consejos de la gente que encontró en su camino. -

Ah, y de sus perros, “el Pinto”, “El Oso” y “La Paloma”. Por supuesto, de sus “fantasías”… también.

Así es, porque así fue. - En condiciones muy adversas vino al mundo “Chuyín” o lo “trajo” la partera de la colonia “Doña Elvia”. Mismas que han servido para que este niño tuviera y siga teniendo – porque aún… sobrevive- los sueños más hermosos que mortal alguno pueda haber soñado. - Así es, todas las carencias, necesidades, anhelos y deseos -no cumplidos- del día, - se convertían por la noche en grandes fantasías, emociones, satisfacciones y alegrías por consecuencia en una gran felicidad de este pequeño. Felicidad, que –aún en sueños- debe disfrutar la niñez de la… “sociedad del conocimiento”

- Claro, - tendré que llevarlos de la mano a recordar sus tristezas y alegrías, - sus necesidades y satisfacciones, - a la dura realidad ajena a sus dichosas fantasías. Seguro estoy que esta narración con todas sus carencias, resultará no solo un CUENTO, sino una lección educativa. Así es, eso espero, ilustrativa y… emocionante.

- Aunque ha pasado mucho tiempo, - “Chuyín” - aún recuerda sus vivencias desde su más corta edad, - en la que fue testigo de la muerte de su abuelo Teodoro. - Viejo hermoso de nobles sentimientos, que aún con su cara adusta y sus regaños hacía sentir su protección y cariño por sus catorce hijos y su amor por sus nietos que eran muchos y –por la precaria situación- parecían más, cuando se trataba de… “darles de comer”. Pero, resulta conmovedor el trato especial, amor paternal y maternal que profesaban por el más necesitado, indefenso e inquieto que era… “Chuyín”

-Apenas hablaba, espantado e impertinente por su inocencia… - Preocupado… - medio temblando - preguntó a su abuela…

-¿Por qué… se cayó… mi abuelo? -Por la situación que estaba viviendo y el dolor que le embargaba- “Doña Tencha”, -solo le dirigió… una comprensiva mirada… Y – agachándose escondió sus… lágrimas.

-Impactado… con muchas interrogantes. - Se preguntaba… -el por qué de tanta gente… Y… -por qué estaba acostado su abuelo de día y… no se movía? -Así conoció la “cruda realidad” de que las personas morían. - Así conoció y sintió el dolor de su abuela, su mamá y sus tías que lloraban y se abrazaban para mitigar su pena.

- Digno de considerar, - es la solidaridad, el aprecio y cariño que los vecinos se mostraban y compartían en los momentos difíciles de la vida en… “aquellos

tiempos”. Hoy –en la “sociedad del conocimiento”- estos sentimientos están a vuestra… consideración. - Pocos se atreven a manifestarlos, la mayoría los “oculta” porque… “ya no valen” o… “de nada sirven”… ¡Por Dios… carajos! Acaso,… ¿Por eso, estamos… cómo estamos?

Hablar de “Doña Hortensia”, es hablar de todas las viejitas del mundo. Abuelas o no –por qué ahora, ya no quieren… “verse viejitas”-. Pero, -“Chuyín” lo vivió- son los seres humanos más tiernos que solo tienen amor, cariño, ternura y comprensión para dar a… “los niños”. Y, a los viejos… ¡también!

Por su edad, experiencia y… don de servir. -“Doña Tenchita” se convirtió en la “Curandera”, “Consejera” y “Prestamera” –no prestamista-. Muy común era ver a las vecinas recurrir a “Tenchita”. - Porque el niño se sentía mal, por un lío familiar o necesitar una barra, una pala o “agua de la noria”. - Porque, no había… “Red de Agua Potable”

Así es, “Doña Hortensia” siempre estaba dispuesta a servir, a “curar de empacho y de espanto, de mal de ojo y caída de mollera a los pequeños”, “a dar… un consejo a los matrimonios jóvenes”. Y a prestar la herramienta que tenía de su viejo Teodoro. –tan útil e indispensable en la construcción de una cerca o un techo para proteger a sus familias, en esa… “época de ilusiones y necesidad de tener un patrimonio”. - Por supuesto, estas familias fueron pioneras en la edificación de la “Colonia Guadalupe Mainero”, que todos conocen y “muchos añoran”. Dirá “Chuyín”… - ¡Mi querida… “Col. Mainer”!

Han de saber las nuevas generaciones y recordar los viejos, en… ese tiempo. - No había IMSS, ISSSTE, Hospital General, Hospital Regional. Mucho menos, las flamantes Clínicas y Consultorios Médicos que hoy cuidan nuestra salud. - Tomemos conciencia, solo teníamos el modesto Hospital Civil y el Consultorio de la Liga de Comunidades Agrarias. Pero, - gracias a Dios había… viejitas “curanderas”, “consejeras” y preocupadas por los demás, como… “Doña Tencha”. Que –acá entre nos- era, con mucho orgullo… “La Abuela de Chuyín”

Ante este doloroso suceso, - el pequeño tuvo su primera lección de solidaridad, de aprecio y cariño de la gente que cultiva… “la amistad”. - Hecho que forjó y formó el carácter humanitario que aún profesa al paso de los años en su trato con sus compañeros, amigos y… hermanos. - Según “Chuyín”, esto último… “somos todos”. - Se dice fácil, pero… “hay que abrir el corazón, superar los prejuicios y atender el sentido común, para… aprender… comprender y… compartir”. Meditemos. - ¿Por qué tanta ambición? - ¿Por qué tan lejos unos de otros? - El

colmo… ¡Alejados de nuestra… propia naturaleza! Veamos… pues… Pero… “veamos”

Sin conocer la montaña más alta del mundo. - En sus maravillosas fantasías “Chuyín”, - “ya había volado por encima de ésta”. Y, - muchas más que se daban la mano formadas una tras otra. - Esto explica, que… - “ya había observado el vuelo de los pájaros”. - El hogar de “Doña Cuca”, –una choza de palma y adobe en que vivía, ubicada cerca –casi al pie- de la loma. ¡Asómbrese!.. - Todos los días al amanecer, “corría” a la calle para ver “su loma”, - con ansiedad esperaba que creciera como las montañas de sus sueños infantiles... - Así es, inspirado en sus clases de catecismo… mirando al cielo, “se quebraba el coco” o pensaba...

_ ¡Dios!… ¿por qué… mi loma… no crece? -Al no tener respuesta. - Preguntaba a su abuela. – que todo lo sabía, bueno… “casi todo”.

-¡Abuela! – ¿por qué mi loma… no crece? Y… -la viejita, tolerante y comprensiva - contestaba… – ¡Hay Chuyín! … ¡Hay… Chuyín! ¡Tú estás bárbaro! - Con ternura y cariñosa, –Le tomaba la cabeza y le mesaba los güeritos cabellos. - Pensando en… ¿Qué sería del niño cuando creciera?

. - Con el tiempo, el niño aprendió en su escuela, que “su loma” - no pasaría de allí, de ser simplemente…. una loma. - En la que un poco mayor, - subía corriendo y bajaba a brincos y saltos como las cabras locas del “Tío Pancho”. No importando raspones o espinadas de nopal cuijo. -Era una de tantas formas como el pequeño daba rienda suelta a su natural necesidad de jugar, a su alegría y libertad… “sin límite”. Pero, ahora – con tanto “progreso y desarrollo tecnológico” - los niños no pueden salir… “ni a la esquina”

Fue el “Tío Pancho”, - viejo bonachón y presuntuoso, de setenta y tantos inviernos, quien le narraba “sus hazañas” con picardía para hacerlo reír. - Platicador y “galán” como era le contaba de sus… “amores con las gringas”, - de sus triunfos como jinete de toros y domador de caballos en Texas” - Fue su “tío y amigo” quien le advirtió sobre las “trampas, marrullerías y mentiras de los ventajosos. Fue este, quien –a pesar de su ignorancia- le enseñó sobre la… filosofía popular. Dichos, refranes y algunas anécdotas eran “las clases” que Chuyín” aprendió del viejo albañil. A su edad, - “Chuyín” admiraba a “su Tío” porque… - “sabía un chorro o… harto”

-Seguido le decía- - Si quiere aprender sobrino… -¡Cállese y… “oiga”!... -¡No sea… tarugo!... ¡Póngase… águila!... - Con seriedad le advertía… ¡Respete a los mayores! Y, -¡Cuide… a la parienta! -Refiriéndose a la abuela... - ¡Ah!. Sobrino… - Acuérdese…-”¡No hay que ser… gachos, ni orejones!” - Su grito de guerra… ¡Ay juesu… me aventé sobrino!... ¡Me aventé! -Y tiraba… la carcajada.

En otras palabras. -El viejo, aparte de ser un amigo, era buen… “maestro”. La nobleza y la calidad moral, era un buen ejemplo para su… “sobrino”. –Acá entre nos. - No era “mucha nalga” -como el loquito del chiste- - Pero, tenía un gran… sentido común… y, un… buen corazón. Más claro carajos… -¡Amaba a su… alumno! - Como los “buenos maestros”… - ¡Que -acá entre nos- aún… los hay! Y… dignos de… ¡Reconocimiento!.

Veamos un poco más de -El “Tío Pancho”, - vivía solo “como ermitaño” al pie de la loma. - Tal vez era uno de los “quedaos” -porque nunca platicó de su familia... - Trataba al niño como un hijo, aunque -le decía- “Mijo”, “Sobrino”, “Muchacho” o “Güerco” - según estuviera de… “humor”. – Por que el “Tío Pancho” tenía su carácter. Pero… con el sobrino… “se doblaba” - Benditas virtudes son… “la paciencia y el aprecio”

-¡Póngase aguzadíllo… desde chiquillo! –Le reiteraba cada que terminaba su plática- -Para reflexionar y… humanizarnos. - A pesar de ser tan pobre –o más- que el sobrino. –Le daba una monedita cada sábado que le pagaban por su trabajo de albañilería. - -diría “Chuyín”…en sus memorias… - ¡Cómo olvidar al… “Tío Pancho!

- Si fue uno de los vecinos que más confianza le inspiraba. - Entre bromas, cuentos y mentirillas, hacían de su precaria situación una ejemplar amistad, de… “Un Niño y Un Viejo” ¡Vaya cuadro lleno de ternura y añoranza! Que –acá entre nos- debía estar plasmado en el mejor lienzo o en la pared de una… institución educativa. Claro, con el propósito de que los niños y jóvenes tomen conciencia del valor, aprecio y respeto por las personas mayores. Y, al revés… “también”. Bastaría cultivar la amistad para estar mejor. Pero… continuemos.

Las fantasías de “Chuyiín” en su mayoría eran alucinaciones de lo que quería ver, espejismos que “podía disfrutar” aunque fuera de lejos. Todo le fascinaba y se regocijaba en su sueño. - Así es, ilusiones infantiles, que solo los que sueñan como usted y su servidor… “comprenderán”. Entandamos pues, los sueños son sustento de… la esperanza.

Por carecer de “juguetes”. Los juegos eran; de “contar cuentos”, de carreras, -haber… quien ganaba. De esconderse, a las escondidas, -haber… a quién encontraban primero. A brincar la cuerda, usando un “mecate viejo” que ya había rendido en la noria. Por supuesto, los “ídolos” de “Chuyito” eran quienes ganaban. Es decir, los más grandes y hábiles.

Naturalmente, los sueños continuaban y en sus fantasías superaba a los más rápidos. Han de creer, volando… “volando”. - En las escondidas, superaba a los más

listos… “escondiéndose entre… las nubes”. ¡Vaya mente e imaginación de… “Chuyín”!

El “problema” -de los vuelos del chiquitin, - era… la caída. –porque él no conocía “las estrategias de aterrizaje”. “Problema” que lo despertaba espantado cuando tenía que bajar de “caída” y de… “porrazo”. -Lo que no se explicaba, - cómo en las caídas –por muy lejos que… “anduviera volando”. - Siempre caía en su acunada y maltratada cama y… en medio de sus hermanitos. - Éstos le daban la espalda, porque… ya conocían “sus vuelos”, “sus gritos” y “alocados sueños o… fantasías”.

-No faltaba quien reclamara, a… las dos o tres de la mañana... -¡Amaá!... ¡otra vez… este güercooó!

Fueron cientos las noches en que el pequeño despertaba y con cuidado bajaba de la cama para… “evitar reclamos”. -De su mamá no se preocupaba, pues llegaba muy cansada de su pesado trabajo e injusto horario- Solo y su alma, admiraba y platicaba con un cielo lleno de estrellas, una luna llena que iluminaba el ancho patio en el que –a diario- jugaba, corría, brincaba y saltaba como caballo loco; brioso, ligero o lento según… se le ocurría o soñaba. - Así es, estimados, - el niño “no tenía miedo” porque no estaba “atemorizado” como la sociedad… de hoy. –Diría el “Tío Pancho” -¿Cuál sociedad sobrino? Mejor continuamos

Patio que le vio crecer, llorar, reír, cantar y silbar como pájaro de los mezquites que rodeaban el paradisiaco lugar. Cuando “Chuyín” imitaba o “arremedaba” –con gran habilidad y talento- los diferentes cantos de… “sus amigos”… los pájaros.

Así es, - el chiquitín presumía que los pájaros - eran…”sus amigos”.

. Ante tanto ruido… -La abuela - le decía- - ¿Te estás volviendo loco o qué tienes? -¡Ándale, ponte… hacer algo!... - Preguntas y ordenes que se repetían constantemente ante las ocurrencias, inquietudes e impertinencias del “pequeño” - Otra… situación…

. -Ante la falta de “luz eléctrica” en la colonia, en la casa… no se diga. - Se presentaba un “problema” cotidiano... Había que lavar o limpiar la bombilla de la lámpara de petróleo, misma que iluminaba la casita de adobe y palma. “El problema” es que nadie quería lavar la bombilla por varias causas; - una que era de vidrio muy delgado y frágil, y… - “hay de aquél que… la quebrara”.

Y otro enredo que se presenta en la vida y en cada familia, es de… “actitud”. Y… - ¿tú por qué no lo haces?... - Por necesidad… - “Chuyín” aprendió que… - “alguien tiene que hacer las cosas”. Y, - que hacerlas con gusto… “es más fácil”.

Estas acciones del pequeño, - eran las que motivaban y daban fuerza a “Doña Cuca” para seguir… luchando. - Con el agotamiento natural por la pesada jornada laboral y la impotencia de no poder atender… tantas necesidades. - Esta madre abandonada, nunca, nunca… “se rajó”. Y, -jamás abandonó a sus hijos. –A mucho orgullo, fue… “La progenitora de Chuyito”, - Un buen ejemplo para… las madres de hoy. Y, los padres… “también”. –Así es que… “no nos se hagamos… patos o tarugos” Por favor viejos, - ¡No con “leyes ni Decretos”, solo un poco, de… humanismo! Nos bastaría. Pero…

A “Chuyín” se le veía tan feliz, a pesar de todos… “los pesares”. - Cosa que ponía a pensar a más de cuatro. –Algunos, tal vez exclamarían - ¡Es que nació con la bendición de Dios! Flaco y endeble pero muy sano, gracias a esta bendición. -El tal “Chuyín” -como algunos decían- nunca dio problemas de salud a su abnegada madre. Y, ya ésto -en aquellos tiempos- … - “era ganancia”.

“El primer paseo en carro” Fue cuando el carretón “Del Charro” pasaba por enésima vez por la calle que limitaba la propiedad de los abuelos. - Torpe y lento como todos los niños que apenas andan, “corría” emocionado detrás del guayín de “Don Andrés” - así se llamaba “El Charro”. - Viejo carretonero que servía como transporte y mudanza en aquéllos tiempos de nula contaminación por ausencia de automóviles. ¡Oh… qué tiempos!

-Total, la calma de “Chuchin” se veía perturbada por el ruido que hacía el carretón, la mula y los gritos “Del Charro” cuando se acercaba y pasaba “echo la mocha” todos los días. –menos los domingos que era… día de misa-. Y… “descanso”.

Han de creer, - por tener la mente como los carros que dan dolor de cabeza a sus dueños, - por brincarse el tiempo-. - Chuyín” tenía una mente muy… “adelantada”. - Apenas podía caminar y ya soñaba en el lugar que ocupaba “El Charro”. ¡Agárrense! - En sus fantasías, ya conducía el carretón. - Todo con el ansiado deseo de… “pasearse”. - No conforme, - quería que el pesado guayín y la vieja mula… “volaran”. - Como el sueño lo ameritaba y exigía, gritaba emocionado… ¡Arre mulita!... ¡Arre!... - Enojados -por ser despertados por los gritos de su hermanito - pedían a su mamá, que “Chuyin”… - durmiera aparte-.

Por supuesto, por sus constantes… “sueños ruidosos”. –Cosa que no aceptaba “Doña Cuca”. –Por que había… “una sola cama”. –Además el piso… “era de tierra”. Y, “la güerita”… no tenía, el corazón… “tan duro”.

Como tantas cosas que pasan en la vida. Y, no nos explicamos… ¿El por qué? “El Charro”, - vestido a la vieja usanza del rancho - en sus carrereadas vueltas a su casa veía al niño, pero no le hacía caso o… “no lo pelaba”. Tal vez –desde el cielo-

le dieron la orden de pararse y subir al pequeño para pasearlo aunque fuera unos metros. - Cosa que sucedió, llenando de emoción y alegría aquel corazoncito que… “jamás olvidaría la noble acción del viejo carretonero”. Que - acá entre nos- al crecer el chamaco correspondía con un vaso de agua fresca. Claro viejos; - recién sacada de la noria. - Así es, la amistad se cultivó hasta que el destino lo permitió. - Amistad y “paseo” que aún perdura a través de los años en la memoria y corazón de… “Chuyín”.

En su corta edad, con la fe y creencias religiosas que le inculcó su abuela y las maestras de catecismo. - Chuyin” tuvo la creencia y la sensación durante un buen tiempo, de que su padrino “Gabriel”- se lo asignó o “nombró” Dios. - Hombre de buen corazón, cuya sonrisa irradiaba bondad, cariño y comprensión por sus… “ahijados” –tenía muchos entre ellos,…” el agraciado “Chuyín”. - Fue “Don Gabriel” el “Santa Closs” que “Chuyín” esperaba con ansiedad y fantasía cada navidad. Fue este generoso hombre el que le obsequió los carritos y “pelotas” soñadas miles de veces. Fue este ser –venido del cielo- el que inspiró como debía ser de grande. Porque, - Chuyin” soñaba y quería ser como… “su padrino Gabriel”.

Acostumbrado a la gente que le rodeaba –puros conocidos- tuvo que enfrentar y conquistar “otro mundo”. - De la mano de alguien de los mayores, bien bañadito asistió por vez primera a “su escuela” el Kínder. - Impresionado por ver tantos niños, fue la maestra “Leonor” quien le dirigió las primeras palabras –cariñosa como son las educadoras en este nivel- Le dijo, -¿Qué niño tan guapo?... ¿Cómo te llamas chiquito? - Aunque le agradó la maestra, - permaneció callado estudiando y recorriendo con la vista a las personas mayores. – Tenía por consejo, no hablar con gente desconocida.- Una sonrisa bastó para firmar un pacto de “simpatía mutua” con su maestra.

Todos sabemos que; los primeros años de vida del ser humano son fundamentales para el desarrollo futuro de las habilidades psíquicas y físicas. - Es por esto, que “Chuyito” con su “privilegiada y adelantada” mente, requería ser estimulado en todos sus sentidos. Creando y generando sus propios aprendizajes –ahora sistematizados- para que el niño ubicara “sus fantasías” en la realidad. Como aconsejaba su libro… “Poco a Poco”.

-Fueron las maestras “Leonor y Cuquita” de este “Kindergarden”, - las que conocieron, disfrutaron y guiaron las fantasías de “Jesús”. - Gracias a éstas, y a las teorías de “Jean Piaget”, “Sigmund Freud” y “María Montessori” las que influyeron en la formación del pequeño “Chuyito”. Quien otra vez fue agraciado por tener la oportunidad y recibir… su primera educación.

Así es, estimados; gracias a los estudios de estos grandes de la pedagogía y “Las mismas ocurrencias del “Chiquitín”. -Nos permite entender… ¿Cómo piensan?... ¿Cómo aprenden?... ¿Cómo razonan y cuán inteligentes son los hombres en su… edad infantil?

Pero,… Acá entre nos…“ Más viejos, más tercos y… testarudos” – Gracias a Dios, no todos. - Como usted, mi compadre y… su servidor. ¿Verdad compadre?... - ¡Si compadre!

Bien, nuestro personaje principal se vistió de gala ”bien bañadito y bien peinadito” para recibir su constancia de haber concluido su… educación preescolar.

¡Enhorabuena “Chuyín”! -dijo la maestra Leonor”. Sin más palabras, el niño la abrazó para despedirse y agradecer la atención y cariño que recibió de sus maestras del “Kinder”. - Se dice fácil, pero hay que apreciar la voluntad para superar las necesidades y dificultades de la situación que vivió. Claro, el niño se sentía orgulloso por corresponder las órdenes y deseos de su… “santa madre”. - Que le dio estudio con mucho esfuerzo y “sacrificio”.

Ahora, -dijo “Doña Cuca”- -Mi rey va ir a la primaria y quiero un papelito como éste- Enseñando la constancia o certificado que recibió de su hijo.

Este momento, este hecho que parece insignificante –para muchos- fue uno de los que más recuerda “Chuyín” porque vio muy contenta y sonriente a su “Güerita hermosa” - Además, recibió… “muchos abrazos y palabras bonitas” de la gente que lo conocía.

. El tiempo respetó gran parte de la niñez de “Chuyín”, - como si no transcurriera- le dio chance de que disfrutara de… “su alberca”. - Pozo que el “Tío Pancho” escavó en el fondo del enorme solar -para sacar tierra- y hacer adobes para construir la casa que daría cobijo a la numerosa familia de “Don Teodoro y Doña Hortensia” que eran los abuelos maternos del fantasioso…” chamaquito”.

Vaya que disfrutaba “su balneario”, mismo que compartía con otros niños vecinos. - La “alberca de Chuyín” se llenaba con agua lluvia que escurría de la calle, por consecuencia era agua tierrosa y turbia, - que duraba varios días-. - En cada “ranazo, chapuzón o clavado” Chuyín” salía más cenizo que… “un burro revolcado”. - Aunque fuese muy natural el “baño”, también “por naturaleza” venían “los regaños” de la abuela. -¡Mira nomás!... ¡Mira nomás!... ¡Hay…Chuyitooo! Claro, - consentidora con el niño.

. A manera de reflexión y en “corto”. - Caro error cometen los padres de familia al… “prohibir a sus hijos jugar, cuando van “mal” en la escuela. Cuando es la actividad

extraescolar, --como el juego y la recreación- tan importante en el desarrollo y formación de la personalidad de los niños. Además, es la forma más fácil y agradable de propiciar la socialización que tanto necesitan los niños de la… “sociedad del conocimiento”.

Aún sin tener “tele”, –ni siquiera soñar los clavadistas de la quebrada de Acapulco. Los mejores clavados, carreras a nado, las delicias del agua, desde luego, juegos y alegrías se dieron en el “Rio San Marcos”, en sus pozas y barrancos adornadas con grandes árboles. - Fue otro de los paraísos que “Chuyín” disfrutó. -Aguas cristalinas, arena y piedras limpias de todos colores, eran los “juguetes” que hicieron feliz la infancia de este huérfano de padre. Pero, amparado y protegido por sus tíos –que lo veían como “el hermano menor” que en toda familia se anhela tener. Tal vez, para echarle la culpa de… “todo lo que sale mal”

Así es, - llegó la edad de las preocupaciones y aún pequeño veía un futuro incierto. Y, se preguntaba… - ¿Qué va a ser de nosotros cuando seamos grandes? - Para dar respuesta a sus preocupaciones más apremiantes, con las contrariedades de su azarosa vida. Estudió y trabajó. Así es…”a su corta edad”. – Acá entre nos… ¡No cómo… otros!

Estudiaba para hacer feliz a su madre y -con mayor conciencia- se fue a trabajar al rastro municipal para corresponder al esfuerzo - que “todos”, todos los días hacía su madre por llevarles de comer y atender sus más elementales necesidades. – Mismas, que se multiplicaban sin previo aviso… cada amanecer.

Imaginemos, lo que sintió el pequeño, - cuando vio llorando a su mamá, por haber perdido en el camino,… “la raya de la semana con la que compraba el mandado”. - Como ordenado por Dios, - Chuyín salió corriendo por el camino que transitaba su mamita. - Han de creer, - buscando afanosamente, - antes de que el día se convirtiera en noche, en la orilla de la vereda que cruzaba el río, sobre unas yerbas encontró el “envoltorio”. – Sonrió mirando al cielo… y emocionado. – dijo… ¡Gracias Dios!... ¡Gracias! - La fe señores. Acaso, será… “la fe”

Al regresar y entregar “El envoltorio” o “cartera” a su afligida madre. Se presentó una escena de gran sentimiento y digna del mejor abrazo de… “Una madre con su hijo” Así es viejos; - “Divino es el dinero, donde hay… necesidad” Pero, - de nada vale, cuando… “hay pobreza en el alma”

Continuemos pues… - Las “primeras posesiones” de nuestro pequeño gigante, fue “el pinto”, “el oso” después “la paloma”, más tarde - su “cajón de bolear” - que construyó con la ayuda de su tío “Don Juan” el de la carpintería de la media cuadra. - De estos personajes y de muchos más narraré sus vivencias, enseñanzas,

anécdotas, ironías, paradojas y tantas situaciones que influyeron en la formación moral y social del buen “Chuyín”. Naturalmente, estimularon el corazón e inteligencia de este… inquieto pequeñín.

Por lucha y disposición de hacer algo por ayudar en los gastos de la casa no quedó. Aunque su madre –por protegerlo- le negaba permiso para ir a “trabajar”. - - “Chuyín” tenía el carácter de su propia madre - que no se arredraba ante nada por tal de trabajar y salir adelante. - Claro, hay que tener carácter y… un gran corazón.

Pues bien, más o menos, ya tenemos una somera referencia del fantástico “Chuyín” que – seguros estemos- nos va a dejar grandes y reflexivas enseñanzas. Todo será cuestión de conciencia e imaginación y ponernos en los “zapatos” o pies descalzos de nuestro… “Héroe”

Nuestro héroe “Chuyín”, no gana este título en una batalla revolucionaria, sino en la sobrevivencia airosa de situaciones difíciles como - la pobreza y necesidades elementales en la vida familiar.

-Para entrar en el tobogán de las emociones, veamos como se conocieron “Chuyin y El Pinto”. - Ya habíamos quedado en que el primer trabajo de “Jesusín”, fue en el rastro municipal, en el que se realizaba la matanza de todo tipo y clase de ganado para proveer de alimento cárnico a los victorenses. - Por supuesto, carniceros y ayudantes alcanzaban recortes de tripa, menudo, raspadura, sangrita y –sin que mirara el dueño de la res, toro, vaca o becerro- se cortaba… “un cachito de… carnita”.

- Con su botecito de lámina de cuatro litros habilitado con un aza de alambre se convertía en una cubetita, que el niño podía cargar aún lleno de desperdicio, recortes o alimento. Por la necesidad que le acosaba, - para “Chuyín” era algo… muy valioso. - En broma y sin complejos, -a su edad- - decía a los mayores –riéndose- -“El hambre, es…el hambre”

Fue esta carga y el recorrido diario por desoladas veredas y calles empedradas, como era el camino de la casa al rastro, - en el que había que cruzar la vegetación, piedras, arenas y los improvisados – que eran permanentes- puentes del rio “ San Marcos”- lo que propicio la fraternal amistad de dos pequeños seres que compartieron un “ real y “fantástico” sentimiento de… amor y cariño.

El Pinto, - hermoso cachorrito de sangre “corriente” - seguía al niño oliendo lo que llevaba en el bote. - Agudo e inteligente como era-, - interpretaba lo que el perrito quería y le daba un pedazo de recorte que disfrutaba como si fuera, el hoy… “pedigrí”. – Así,

fueron más frecuentes las compañías, hasta que el pinto decidió ya no volver a sus dueños.. Y, - así nació una amistad poco común entre los humanos, una amistad limpia, noble, juguetona, de aprecio y cariño. - Chuyín y “el Pinto” se entendían con la pura mirada, y no se diga cuando jugaban y se abrazaban como hermanos. -Un buen ejemplo de cómo debemos tratar a… los animalitos. - ¡Ojo! Sin… “leyes”. – Acaso, se necesitan para… “respetarlos y quererlos”

En el rastro o matadero, - encontró a “Manuel”, hombre de gran corazón que lo bautizó como “Pelo Fino” , - porque el niño, además de flaco o enclenque e indefenso- era güerito como su madre “La Güera” o “Doña Cuca” –que acá entre nos, - merece un monumento al esfuerzo, sacrificio y amor de madre por sus hijos- . Cuestión de… conciencia.

Así es, “Pelo Fino”- encontró -cuando más lo necesitaba- el amor de padre que se le había negado… por abandono. - Fue “Manuel”, como si fuera su padre, maestro de oficio, protector y consejero. Y, -agárrense- “Pelo Fino” se convirtió en el hijo que la madre naturaleza –en ese tiempo – había negado a tan noble hombre en sus diez años de matrimonio con “Chabelita”, que – por algún motivo- no podía concebir. - Pero, Dios es grande y por azar del destino le mandó a “Pelo Fino” para que canalizara su… amor maternal. Acaso… fue, la… “justicia divina”

Así es, - “El Pinto” acompañaba en todo momento y lugar a su pequeño amo. - Cosa curiosa que llamaba la atención a conocidos y desconocidos de tan singular pareja que se profesaba aprecio y querencia, simpatía y cariño. - Afecto muy especial sentía el niño por los animales, en particular por los perros. - Tal fue el impacto o golpe, cuando recibió la noticia de que…- ¡habían matado al “Pinto!, que… “lo conmocionó” - Quienes lo rodeaban se espantaron al ver al niño perder el conocimiento y desmayarse. - Por culpa de una mala acción, empezó a… “desconfiar de la gente”.

Pero, no todos son malos. - Fue un hombre de buen corazón –que ya conocía su aprecio por los perros- el que le regaló al “Oso”. Un cachorro blanco, - desde que lo vio empezó a sonreír el pequeño- de estatura mayor a su edad. Es decir - “El Oso” era más fortachón que “El Pinto. - La nostalgia se hizo menor. -“El Oso” fue la cura de la tristeza de “Chuyín”. - Lo abrazaba con adoración porque sentía que, - con ello, abrazaba a dos amigos al mismo tiempo. - Por razones de naturaleza, “El Oso” conquistó el adolorido corazón del niño, que - volvió a ser feliz con su nuevo compañero de juego. Quien por su corpulencia imponía más cuidado o respeto cuando estaba cerca de su pequeño amo.

Las anécdotas, fueron demasiadas. - Una de ellas fue cuando “al Oso” se le paso la mano”. Ya sabemos que la complexión de “Chuyín” era delgada y bajita. - En contra

parte el “Oso” fortachón y grande. - Acostumbrado a pararse de manos sobre el chiquillo para mostrarle su “amor”. - El perro corría y lo abrazaba cada que se veían de lejos. - Pero, una ocasión le ganó la “emoción” y tumbó al pequeño con todo y su botecito lleno de menudencias que traía del rastro. - Esto fue el colmo para “Chuy” - que consideraba muy valioso lo que traía. Por consecuencia le ganó el coraje y - el “Oso” tenía que pagar su atrevimiento. -El coraje cegó al niño y agarró a pedradas al sorprendido “Oso”, que corrió a la calle para evitar ser lastimado. – “Chuyin” advierte. –Tengamos cuidado con…“el coraje”. Aparte de dañar nuestra salud. - Es… mal consejero.

Por fortuna no le pegó ni una piedra, - pero el noble perro se ausentó, por sentirse lastimado en su corazón, en su amistad y su relación con el chamaco… que tanto quería, - El coraje desapareció, “Chuyín” recapacitó y se fue a buscar a… “su amado amigo”. - Cuando se encontraron… -Dijo el niño. – ¡Perdóname osito!… no lo vuelvo hacer. - El oso, con una tierna mirada le correspondió. - Brincando, ladrando y moviendo la cola se le acercó para que se abrazaran y “confirmaran”… su amistad. ¡Amigos osito!... ¡Amigos!

Sí, con el discreto y corriente “Pinto”, -bueno no tan “corriente” porque era fino en obediencia-, el niño llamaba la atención,- imaginemos como atraía la admiración de la gente en compañía de tan hermoso perro, como era… “El Oso”.

La afinidad creció, la amistad se fortaleció, el aprecio, el cariño eran los sentimientos que hicieron grande, muy grande esta relación. -Como todas las cosas hermosas que vivió,- Y, -aún perduran en la mente y el corazón de este infante a través de los años.

Estimados; la envidia como la ambición son enfermedades del alma. - Fue una persona que padecía estos males quien - se llevó… “El Oso de Chuyin”. Bueno, aquéllos eran… otros tiempos. –Se supone que, hoy, debemos… “ser mejores”. Pero....

Reflexionemos un poco; - la historia de los perros no empieza con “Chuyín”, éstos han estado por miles de años muy cerca de los humanos. Hoy en día muchos los tienen como “su mascota”, para lucirlos por su “marca”, “clase”, “tipo” o “raza”. Según sea el tamaño de la presunción y vanidad de… “su dueño”. ¡Por Dios… carajos! - Con “Chuyín” era diferente. Éste los tenía como… “compañeros y amigos”. Como debe ser viejos… “como debe ser”.

Los perros pueden presagiar y advertir del peligro al ser humano. - Fueron éstos los que daban valor, seguridad y tranquilidad a nuestro personaje. - En situaciones que olfateaban el peligro le advertían con ladridos. - En caso extremo lo protegían,

ladrando y atacando a un animal grande o “una víbora” - como varias veces lo hizo… “El Pinto”

-Dirá Chuyín- -¡Cómo te voy a olvidar… mí querido Pinto!

. - Bueno, y… ¿La Paloma? - ¡Por Dios… cuéntanos algo de… “la Paloma”!

Está bien, les narraré. - Inspirado en el color de la “ave de la paz” y ser más blanca que el añorado Oso. - “Chuyín, decidió llamarla “Paloma”. - La perra era hermosa, y por ello, irónicamente, - Jesusin” tenía problemas con sus familiares y su… “Santa Abuela”.

Ahora les explico, -Cuando “La Paloma” era pequeña no había “quejas”. - Los “problemas” empezaron cuando llegó a la edad del amor. - Además de bella “La Paloma” era muy coqueta y tenía muchos pretendientes. - Hasta allí, estaba bien. - El “problema” se presentó cuando el patio se llenaba de “novios” o perros que se peleaban por el amor de tan bonita perra. –Vaya… ¡Escándalo que armaban! - Eran muchos para una… “novia”

Así es que, - la abuelita reprochaba a “Chuyín” – “la conducta indecorosa de La Paloma”. - El ´problema se agudizaba cuando la perra paría por ser muy productiva o fértil daba a luz a muchos críos que había que alimentar. - La situación económica de “Chuyín” –ya todos la conocen- - estaba en… “crisis permanente”. - Como trabajaba y estudiaba, con pena y dolor, decidió regalar a una señora mayor “La Paloma”. ¡Atención viejos!... con la condición que la cuidara y alimentara. Para la reflexión, - Como hombre, a escondidas, los sentimientos le ganaron y las lágrimas afloraron por separarse de… “su Paloma”.

De oficio “Limpiador de verduras” y “Buscador de Feria” - el “Mercado Argüelles”, le brindó la oportunidad de trabajar y llevar a su necesitado hogar “Chile, tomate y cebolla”. Con esto, - ya no faltó la rica salsa en la mesa de la familia de “Doña Cuca”. -Quién veía con gran satisfacción. - Que “Chuyín” se convertía en… “El hombre de la casa”.

Fue “Don David” el de los licuados - quien le tendió la mano al “pequeño trabajador”. Aparte de pagarle “unas monedas” - le daba parte del licuado que sobraba al llenar la copa del cliente. – Agradecido, -el niño, -decía…

-¡Gracias Don David!… ¡está, bien… sabroso!

Aquí las fantasías continuaron - ya que “Chuyito” soñaba - con tomarse un helado de todas las frutas que manejaba “Don David” - Este interpretaba -disimuladamente veía- lo que con sus ojos expresaba el niño. Y, han de creer –ante la necesidad del

señor- le hacía un medio licuado y se lo regalaba. Es decir, - “Chuyín” seguía teniendo la “Bendición del Cielo” Y, estas bondadosas, sensibles y humanas acciones forjaron un sentimiento de gratitud en la mente y el corazón de este pequeño que cada día ganaba… un amigo o… un “hermano” -Acá entre nos- no es presunción, ahora tiene… “cientos de… hermanos”.

“Chuyin” no se arredraba ante nada, –le hacía la lucha… a todo-. Por ello, - tomó la decisión de emular a su primo “Pepe” en el “arte” u oficio de bolero, para “sacar” más dinerito y poder comprar sus… “soñados chocolates”. Acá entre nos, - “Chuyín” cuando más pequeño para probar un dulce -“robaba” el azúcar a su mamá. Claro, - había regaño para todos sin deberla ni temerla por… “culpa de “Chuyín”. - Los “chocolates soñados” con las primeras boleadas se hicieron realidad. - El “pequeño empresario” siempre cobraba de más. Tenía su estrategia, inspirada en los consejos de su “Tío Pancho” - cuando le preguntaban… ¿Cuánto es? -Contestaba - para conmover al cliente…

- ¡Lo que usted, me… quiera dar!

- “Por razones divinas”… comprensión o… buen corazón… -siempre le daban…de más. –¡Así es, porque así debe ser, hoy y… siempre!

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¡Aceptemos hermanos! - Esto parece sencillo, pero no. -Para comprender a los “Chuyínes”, Hay que ir… “más allá”. - Así es, hay que superar las… “enfermedades modernas”… como el egoísmo, la envidia. Y, -acá entre nos- - la “abusiva ambición”. Acaso… ¿No es esto, lo que atenta contra la unidad, armonía y sana convivencia?... ¡Por Dios… carajos!

No podemos soslayar, mucho menos ignorar, vivimos en una sociedad que muestra una descomposición incuestionable en su capacidad de… convivencia social. - Lo estamos viviendo o… “padeciendo”. -El colmo, “hemos perdido la confianza hasta en… si mismo”. Señores; - por las irrazonables condiciones que prevalecen, la “sociedad del conocimiento” - debe…”reflexionar”. - ¡Escuchar la voz de los niños! Y, tomar conciencia de la inseguridad e incertidumbre, que; les… “estamos legando”

Por ello, este relato, intenta dar respuesta a las dificultades y retos de la vida, a nuestros problemas y su naturaleza. - Un cuento que nos lleve a reflexionar y tomar conciencia sobre la importancia de… “nuestros sentimientos”. Acaso, esperamos que “Chuyín” nos recuerde las palabras del “Tío Pancho”, quien dijo… - ¡No hay que ser… “gachos ni orejones”! o… - ¡No nos hagamos… “guajes solos”! - Porque es, lo peor… “que… nos puede pasar”

Estimados; este cuento, narración u… “lo que sea”. - La podemos emular incluso superar. - Pero, son las “fantasías”, sentimientos y formas de pensar del niño, lo que debe llamar nuestra atención. Que, - naturalmente se dan en esta edad de la infancia, en… “todos los hombres del mundo”. - Lamentablemente, en la época moderna, -en nuestro afán “individualista” olvidamos o no damos importancia, a… “los miles de Chuyines de aquí y… más allá”. Así es viejos. - Solo vuestra conciencia, os dará… la razón.

¡Hermanos! Como ya se dijo en otras palabras y en otra ocasión.

¡Esto es verdad! ¡Como lo viví!... ¡Sin prejuicios!... ¡Sin complejos… se los cuento!.

Este “Cuento”, - como es para chicos y grandes, no puede tener un “Colorín colorado” porque su fin, en esta ocasión, paradójicamente… continuará. - De la “evaluación”, aprobación y aceptación de niños y jóvenes dependerá. - Espero, así… será.

“El amor por la vida”. - Como el poeta. – Chuyin,… -“no quiere morir… del todo”. Quiere - con la anuencia de las autoridades educativas-…- “vivir en el corazón de

niños, jóvenes y… viejos… ¡Claro, por el bienestar de México y… el Mundo! Y, de usted hermano… “también”

Esto, es lo que hoy… “sueña “Chuyín”. Y, - éste es “el anhelo” de… quien esto escribe.

Chuyín…